Anarquía Coronada

Texto para la verdadera Noche de la Filosofía// Virginia Cano

La devastación de los recursos estatales y del reservorio crítico que anida en una buena parte de sus instituciones son una pieza clave en la maquinaria de precarización que despliega el actual gobierno. Los 354 (+3) despidos de TELAM no sólo incrementan la tasa de desempleo que viene provocando la actual gestión en el sector público, también constituyen un índice expresivo de la actual embestida neoliberal que pretende disciplinar a la opinión pública y cercenar las fuentes de pensamiento crítico y agonístico del presente. Es por eso que nosotres, filósofas y filósofos, muchxs también empleados y empleadas estatales, no podemos permanecer callados, como si aquí no pasara nada.

Foucault dice en su segundo volumen a la Historia de la sexualidad que:
“Hay momentos en la vida en los que la cuestión de saber si se puede pensar distinto de como se piensa y percibir distinto de como se ve es indispensable para seguir contemplando o reflexionando. (…) ¿Qué es la filosofía hoy -quiero decir la actividad filosófica- si no el trabajo crítico del pensamiento sobre sí mismo? ¿Y si no consiste, en vez de legitimar lo que ya se sabe, en emprender el saber cómo y hasta dónde sería posible pensar distinto?”

En un momento donde la lengua neo-liberal del gobierno equipara la razón con el pensamiento instrumental, donde la estrategia comunicacional de sus políticas de austeridad hace de las palabras mantras y eslogans, en un presente donde el disenso y la disputa por los modos de vivir y de hacer política son impugnados y sospechados, donde los medios de comunicación son amordazados y la opinión pública estratégicamente manipulada, en un contexto de neutralización del “diálogo” y de devaluación de la palabra comprometida y confrontativa, donde la protesta y la manifestación públicas son perseguidas y criminalizadas, hoy, en nuestro presente histórico, aquí, donde acaban de despedir a tantxs compañerxs trabajadores de la contra/cultura y la palabra comprometida con la transformación social, hoy más que nunca, nos urge devolverle a la filosofía -y al discurso en general- su potencia disruptiva, su capacidad de transformación, su fuerza de interrupción, su tensión creativa. Bien sabemos que las palabras y los discursos, y desde ya también la filosofía, pueden ser funcionales a la reproducción y el sostenimiento del status quo. Pueden ser -y de hecho son- eficaces tecnologías de control y disciplinamiento. Es por eso que necesitamos de las palabras polémicas, incómodas, ásperas, tajantes, insumisas, desacatadas, contestarias y corrosivas, capaces de tensionar nuestro presente y sus sentidos imperantes.

Si la filosofía quiere ser parte de las “lenguas del desacato”, para usar una expresión de valeria flores, si pensamos que nuestra actividad filosófica debe contribuir a intervenir y cortocircuitar las políticas de precarización neo-liberal y sus lógicas de fragmentación social, la filosofía como toda palabra pública y discurso del saber -¿o debería más bien aquí decir nosotrxs, las y los filósofos?- debe asumir un compromiso con nuestro presente histórico y con sus luchas por un mundo menos desigual y más habitable. Que la filosofía asuma ese compromiso requiere de nuestra capacidad para inventar espacios como éste, donde la filosofía abandona la muchas veces inmunizada lógica burocrático-académica, para entremezclarse con otros modos de decir, hacer, pensar, sentir; para dejarse interpelar, para aprender y contaminarse de otras experiencias, otras tesituras teórico-escriturales, otras pulsiones del pensar, del decir y del hacer.

De lxs compañerxs de Télam, entre otras cosas, aprendemos -y acompañamos- la importancia de la lucha y la articulación colectiva, de esa experiencia que surge sólo cuando se abandona el individualismo atomizador e inmunizante en el que nos quieren adoctrinar a fuerza de discursos meritocráticos y emprendedoristas, para dar lugar a algo que nos saca de nosotrxs mismxs, que nos conmueve y por tanto nos transforma. Frente a ese egoliberalismo que nos quieren solas, aislades, desarticulados, hoy, festejo con todxs uds, este pliegue filosófico, esta trinchera hecha de palabras y reflexiones, este encuentro con las y los compañeros despedidos en Telam que aviva algo del fuego del que es capaz la filosofía.

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