Devenir gorra // Diego Valeriano
Te re cabio devenir gorra. Azul, obediente, erudita, vigilante, responsable, manos limpias, sofisticado, inclusiva, militante, con barbijo. Gorra. No sabías lo cómoda que era, lo cheta que te queda, cómo combina con tus más profundas ideas.
Te re cabio buscar culpables, dar consejos, twittear giladas, hacer caso. Te re cabe el miedo, absorberlo, transmitirlo, saborearlo, dejarlo reposar dentro tuyo, sentir lo fácil que te resulta, lo tranquilo que te pega, lo sexi que se siente.
Te cabe marcar gente, filmar desde el balcón, ser piola escrachando chetos, hablar de responsabilidad colectiva, preocuparte por tus seres queridos, decirme que me lave las manos, putear a los que no están en la casa. Te re cabe Berni, lo milico que se hace carne, pasear en patrullero, saludar al helicóptero, denunciar por teléfono, compartir el video del Indio por wasap sin derramar ni una sola lágrima porque la definitiva muerte del rock nos agarra acá encerrados.
No sabías cómo te gustaban los periodistas buchones, los panelistas de nada que gritan, dan datos y gritan de nuevo, los expertos en cosas, la manija de Italia, la palabra pandemia, las pantallas 24/7.
Te re cabe cómo te estás pareciendo a quienes creías que no te parecías, a las que nunca marcharon con vos, a las que piden balas, a los machos, a los que no salieron cuando decretaron el estado de sitio, a los que niegan cifras, a los evangelistas refugiados que matan por las dos vidas, a las que siempre trabajaron y nunca nadie les regaló nada, a los que votan a Vidal, a los que miran las cámaras del palier, a los que flashean que esto es una guerra, sin saber que estamos en guerra hace una banda.