Infierno Financiero, Etcetera, 2015
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Caída
El capitalismo está muerto, y vivimos dentro de un cadáver.
Frenéticamente estamos buscando una vía de escape del cadáver, y no la estamos encontrando.
Treinta años de agresión neoliberal están pasando factura, y va a ser duro. El capitalismo financiero depredó a la sociedad sistemáticamente, y después del colapso de 2008 los recursos sociales fueron transferidos al sistema bancario, mientras que los salarios bajaron. No es sorprendente que la demanda esté en caída libre, y la economía esté yendo hacia una depresión. ¿Deberíamos lamentar que se apague la llama económica? Bueno, sí y no.
En el New York Times el 9 de enero, apareció un alarmante artículo de Clifford Krauss: Declina el hambre de China por los commodities, y el sufrimiento se extiende entre los productores.
“La inundación de materias primas está presionando los precios, provocando una dolorosa reestructuración. Las compañías petroleras han despedido un estimado de 250.000 trabajadores en el mundo…»
Michael Levi, un experto en energía en el Concejo de Relaciones Exteriores (CFR en EE.UU.), comparó el giro con una lluvia que primero alivia una sequía pero luego causa una inundación. “Los productores terminaron siendo ellos mismos sus peores enemigos”, dijo. “Nunca nadie se preocupó de que produciría demasiado, pero eso es exactamente lo que ocurrió y los metió en el lío»…
Pero lo que preocupa a los economistas es que el problema de las materias primas refleja un debilitamiento de la economía global, bajando el valor del comercio mundial y tal vez incluso empujando a algunos países al mismo espiral deflacionario que obstaculizó a la economía japonesa por décadas. La agitación global del último verano, originada en China, provocó que los Estados Unidos demorasen la suba de las tasas de interés hasta el final del año pasado.
“Los precios más bajos del petróleo no demostraron ser tan estimulantes como la teoría económica sostenía”, dijo Daniel Yergin, historiador especialista en energía y vice-presidente de la consultora IHS. “La pregunta es qué nos están diciendo los precios débiles de las materias primas: ¿Se trata de sobreinversión en el pasado, o señalan una economía global más débil hacia adelante? Me da la sensación de que la respuesta es ambas cosas. Los precios del petróleo bajaron más del 60 por ciento durante los últimos 18 meses. Incluso los precios del maíz, la avena y el trigo se hundieron”.
Una gigantesca crisis de sobre-producción se avecina, y va a aumentar la volatilidad financiera. Los bancos centrales -dice The Economist (el 20 de febrero de 2016)- se quedaron sin municiones. Según Larry Summers, el estancamiento secular ya llegó.
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