Las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 nos colocan frente a la emergencia de lo que hemos llamado en otro lugar un nuevo protagonismo social. Aquellos días volvieron visibles una impresionante variedad de experiencias hasta entonces consideradas precarias o marginales. Los escraches, sin dudas, estuvieron presentes en esas jornadas y a partir de allí han vuelto a estar en boca de todos. El escrache se generalizó, sobre todo a partir del uso que de él hicieron las asambleas barriales. Estas nuevas circunstancias nos obligaron a interrogarnos sobre la singularidad de los escraches inventados por H.I.J.O.S. He aquí una de las preocupaciones fundamentales que recorren las conversaciones que constituyen el Situaciones 5 y que nos llevó a insertar un acápite del libro 19 y 20: apuntes para el nuevo protagonismo social, donde se ensaya una reflexión sobre este fenómeno.
La transformación de la ciudad, del barrio, de los vecinos repercute en los escraches. El panorama que se abre a la Mesa de Escrache Popular se ha visto trastocado por inéditas experiencias asamblearias.
Como advertirá el lector a lo largo de la publicación, la capacidad de pensamiento producida por una práctica como el escrache no se agota en la simple conciencia de ser parte de un nuevo ciclo de luchas sociales. A esta constatación se agrega la indagación acerca de la singularidad de la dimensión explorada por el escrache: la de la producción de una nueva manera de entender y practicar la justicia. En efecto, la justicia popular, como problema y como programa, organiza desde su interior la experiencia de la Mesa de Escrache