Anarquía Coronada

Author

lobosuel - page 82

lobosuel has 5860 articles published.

“El terror o la continuidad de la guerra por otros medios”: Entrevista a León Rozitchner

Por Conrado Yasenza

Es realmente la pobreza un mero estado económico o puede formularse que la pobreza es un estado de ser previo o anterior a la materialidad, a la sujeción ejercida sobre los hombres por las condiciones económicas de producción. León Rozitchner, uno de nuestros pensadores contemporáneos de mayor prestigio, accedió a profundizar el planteo a través de esta entrevista. 

 
– Me gustaría iniciar la entrevista con la siguiente formulación: En la actualidad todo ha sido reducido a ecuaciones de mercado y por ello la pobreza ha sido considerada como un estado meramente económico. Me parece que hay un estado anterior a la pobreza económica, que es la pobreza como “estado de ser”, estado que afecta no sólo a un sector social sino que abarca todo el entramado social.
 
– El planteo sería el siguiente: Cómo la cultura produce subjetivamente a los ciudadanos. Cómo la población es producida por la cultura, donde lo que impera es el capital como la forma privilegiada de la economía. Cuando te referís a estado previo, parece que éste fuese anterior a la economía, y en realidad ese empobrecimiento cultural, humano, ontológico, no es anterior a la economía sino anterior a que el individuo comience a funcionar en el campo económico. Pero también forma parte de una cierta concepción económica, de un cierto sistema de producción donde el empobrecimiento paulatino de la gente se evidencia como modo de ser, de imaginar, de pensar, de sentir; como acentuación del ser- persona. Se hace presente la historicidad del propio acceso a la realidad, lo cual implica también el despliegue de una relacionalidad con el mundo, que lo amplía en vez de achicarlo. Todo eso forma parte de una realidad que nosotros hemos visto, que se ha  ido achicando y empobreciendo paulatinamente. En ese sentido es bastante monstruoso lo que uno está viendo, que es la estupidización de la gente. Yo creo que se está hablando de enriquecimiento o pobreza como empobrecimiento o mayor capacidad de enfrentar las condiciones de realidad en el mundo, y de hacerse cargo que se está viviendo un momento difícil de la cultura mundial. Por otro lado es imperioso no sobrevivir solamente, porque eso no es vida, sino que es necesario enfrentar esto como una condición que de alguna manera está referida a poder abrirse o cerrarse al mundo, que sería como morir o empobrecerse.
 
– Básicamente, supongo que esto remite a dos líneas enfrentadas del pensamiento filosófico: el pensamiento hegeliano y el marxista. Hegel plantearía la pobreza como un estado de ser previo a la materialidad, y Marx como la relación entre sujeto y estructura, es decir, el sujeto instituido a través de la estructura económica que lo condiciona.
 
– En cuanto al pensamiento de Marx, depende de la lectura que se haga. Lo que ocurre es que los que lo leen son marxistas que dependen del sistema capitalista, y que al leerlo privilegian las relaciones de producción exclusivamente económicas. Pero en Marx las condiciones de producción no se refieren  sólo a la producción de cosas; él se refiere también a la producción de sujetos, de hombres. Por eso en la ideología alemana, Marx plantea que hay cuatro condiciones o presupuestos sin los cuales no habría historia, y por lo tanto los generaliza a todo proceso, que es lo que nos permite abordajes diferentes. Esas cuatro condiciones son:
 
– La satisfacción de necesidades.
 
– La producción de nuevas necesidades: ahí aparece la cultura.
 
– La producción de nuevos hombres: vemos aquí la producción de sujetos
 
– Y la cooperación. De manera que cuando Marx ubica como condición la producción de nuevos hombres, está mostrando que el sistema histórico no puede ser considerado solamente desde la producción de la economía, sino que tiene que ser considerado como un sistema productor de nuevos hombres que tiene en la economía una de las formas regulatorias, si uno quiere formularlo así, más importantes
 
– ¿ La economía no es instituyente en el sujeto?
 
– Depende, si uno entiende como economía las relaciones de producción, tal como se entienden en el campo estrictamente de la economía, considerada como una actividad  recortada de todas las otras, es evidente que Marx tendría que decir que no. La economía está determinada – y determina a su vez -, por lo religioso, lo político, lo científico, lo educacional, lo productivo, lo afectivo, lo imaginario. No se puede considerar un sistema productivo económico separado de toda la producción de la realidad cultural de la cual forma parte. ¿Se puede creer que el capitalismo exista sin cristianismo? No existe. El cristianismo es el fundamento, pienso yo, sobre el cual se va a desarrollar luego la depreciación de las cualidades humanas, que el cristianismo ha producido como concepción fundamental: la Virgen María, un Dios abstracto, el dios padre y el hijo que muere. Pero esta concepción de la inmortalidad y de la reducción de la maternidad a una situación en la cual está excluido el goce y la relación con el hombre, prefigura un campo de reducción, de desvalorización de la corporeidad humana que ha hecho posible que luego aparezca allí el capitalismo, también considerando a la corporeidad como aquello que puede ser explotado o destruido en su fundamento. Por todo esto no se puede considerar al capitalismo en su producción económica separado del resto de las producciones. La religión es un coadyuvante. El sistema capitalista aparece organizado a través de la producción de cosas, y por lo tanto la producción  de aquello sin lo cual el hombre no existiría, lo cual implica la transformación de la naturaleza. Hay que tener presente que la transformación de la naturaleza quiere decir la transformación de los nuevos sujetos que el sistema genera en la producción de hijos.
 
Cuando uno señala que las clases más pobres, desde el punto de vista económico, son las que tienen más hijos comparadas con las otras que teniendo con qué protegerlos o mantenerlos no tienen tantos, señala también una productividad determinada por el sistema, que es la producción de nuevos hombres en distintas condiciones, dentro de un mismo campo de familia y determinado por las condiciones económicas que penetran, por decirlo así, hasta la reproducción “biológica”.
 
– Volviendo a la pobreza como estado de ser ¿cómo lo definiría, teniendo en cuenta que es una condición que atraviesa todos los estratos sociales y que desde mi punto de vista hasta envilece?
 
– Principalmente hay que considerar que no es posible hablar de empobrecimiento de la gente sin entender que nuestra cultura, desde el siglo pasado, está determinada por el terror. El terror es el hecho monstruoso del capitalismo en el último siglo, que ha generado la muerte de millones de personas sobre el fondo de un sistema de producción que genera las guerras y el exterminio, y que requiere de ellas. Si uno piensa que el terror forma parte del campo de la producción, entonces se puede decir que la producción no está destinada a paliar o a fomentar la vida sino que está destinada a producir necesariamente muerte para incrementar el capital, que lleva necesariamente a la producción de más muerte. En la Argentina, de cada 10 niños que nacen 6 mueren por imposibilidad de tratarlos o por hambre. Esto es un sistema asesino agazapado bajo la apariencia de la normalidad. Entonces, para que la gente no atine a moverse, para que “la gran mayoría silenciosa” a nivel mundial acepte pasivamente estar sometida a su propia destrucción, y acepten la brutalidad como una forma de ser, ha sido necesario que el terror penetrara tan profundamente que cualquier resistencia que se pueda ejercer es vivida como muerte, como amenaza de muerte. Y en la medida en que el terror se ha diseminado existe hoy un extremo límite que supone que cualquier opositor político puede ser llamado terrorista, es decir, puede ser exterminado. Es un sistema de exterminio que se pregunta por qué han puesto una bomba que mató a 5.000 personas cuando el sistema mismo ha destruido a millones. ¿Puede uno creer que los norteamericanos se preguntaron por qué tiraron las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, produciendo la muerte innecesaria de cientos de miles de personas?. No, a ellos no les importa. Ellos viven de deglutir y producir la muerte fuera de su hogar sin importarles nada. En la Argentina, como en otros países dominados, estos fenómenos que vivimos, esta monstruosidad del empobrecimiento, que también es muerte, es producto de la fabricación del capital sobre las condiciones de la gente, que están dominadas por el terror y la inmovilización. ¿Quién produjo en la Argentina esta estupidización, que se ha incrementado enormemente desde el 76 hasta ahora?. El genocidio. El genocidio es una amenaza ejercida como ejemplificadora en un grupo muy grande, 30.000 personas, que han sido asesinadas con la aceptación y el apoyo de la Iglesia, del poder económico, del poder político, del poder internacional. Cómo se puede hablar de pobreza sin tener presente que la amenaza de muerte vivida a través del terror hace que la gente no quiera saber nada de su propia vida, ni se plantee más interrogantes; que en última instancia, viva del entretenimiento, que es lo que difunden los medios de comunicación hoy, y que mantiene estupidizada a la gente para poder de alguna manera expropiarles todo lo poco que tienen.
 
– ¿Estas relaciones de terror vinculadas a las condiciones de producción, las cuales han anulado la lucha de clases o han destruido la clase trabajadora, tienden a generar un estado de brutalidad que a su vez arrasa con la subjetividad, con la posibilidad no sólo de ser sino de ser persona, de reconocerse a partir de reconocer una identidad?
 
– Si se piensa en lo que se ha hecho, durante el genocidio en la Argentina, sobre la clase obrera, que previamente ya estaba organizada sobre el fondo del peronismo que la sometía a través de los sindicatos, lo cuales eran evidentemente estructuras del Estado, se advierte que estas estructuras subsisten actualmente y por lo tanto subsiste también la no organización y el sometimiento sobre lo que pueda quedar de la clase trabajadora. A manera de ejemplo, en estos días estuve en Tolosa (una localidad cercana a La Plata), y vi que donde hubo una enorme central de talleres ferroviarios quedan actualmente sólo las ruinas de aquello. Esta imagen es equiparable a lo que puede observarse después de una guerra: un país bombardeado y destruido. Son enormes talleres que hace diez años funcionaban, aunque venían deteriorándose desde el proceso militar. Durante la guerra de las Malvinas, el gobierno militar estaba proponiendo la privatización de todo, cosa que después llevó a cabo (Carlos) Menem. La gente no quiere saber cómo ellos han sido hechos por el sistema y cómo tampoco han defendido nada. Cuando uno ve eso piensa que evidentemente hemos estado en una guerra; el país ha sido destruido por un poder interno al servicio de enemigos. Porque al Fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial, a los Estados Unidos y a las empresas internacionales, se les abrió las fronteras por medio de la quinta columna, los vendepatrias, para que destruyeran todo. Y nadie dice nada, a lo sumo que fue una mala política económica, pero no señalan la profundidad de este desastre. El país ha sido aniquilado, vencido como si hubiera sido atacado por un enemigo feroz y bajo convenios adecuados para la destrucción. Si el poder militar no hubiera generado ese terror, ese miedo de enfrentar las cosas, la política de Menem no se hubiera podido llevar a cabo con el beneplácito de la gente. La población de este país está estupidizada, como lo está gran parte del mundo.
 
Volviendo entonces a la formulación inicial sobre las líneas de pensamiento filosóficas: Hegel no va a explicar esto porque para él una condición fundamental es la relación amo-esclavo como origen de todo. Esto no tiene nada que ver con la figura de un enfrentamiento adulto; acá estamos hablando de un enfrentamiento donde los niños son producidos por los adultos como sometidos.
 
– Ahora, en nuestro país ya hay segunda y tercera generación de personas que ni siquiera son pobres, son excluidos.
 
– Sobran. Están allí para que se exterminen solos, para que se mueran. No tienen existencia real desde el Estado. Lo vemos ahora, también en el gobierno de Kirchner: en el país de las mieses y el ganado, en el que se exportan productos primarios de alimentación, somos incapaces de darle de comer a la gente que se muere de hambre, y la miserabilidad se ve en la gente que protesta contra los piqueteros, porque no les importa que se mueran de hambre, simplemente quieren que no los inquieten, ni les corten el tránsito cuando van al trabajo. Pobres también ellos. Es repugnante esta realidad, que es también la mía.
 
– Bueno, a eso me refiero con la pobreza como estado de ser, a ese grado de miserabilidad o de estupidez, de individualismo que invade todas las clases sociales, incluyendo a la clase media.
 
– Lo que teme la clase media es caer en esa misma inevitable realidad. Están tomados por un terror interno que ni siquiera les permite salir a la calle; los ha inmovilizado y destruido. Basta ver cómo viven, observar las relaciones humanas. Uno ve en la calle, entre los cartoneros, relaciones de amor, de afecto, que tienen una intensidad que no se ve en otros sectores sociales. También se puede observar la miseria en la reducción del lenguaje. Tomo como ejemplo a los jóvenes del barrio de Belgrano: la palabra boludo utilizada con la misma intensidad por hombres y mujeres, es la palabra que resuena continuamente, que queda como eco y única expresión válida para nombrarse. Otro ejemplo es lo que ocurre cuando los jóvenes de clase media van a bailar: es tan intenso el volumen de la música que no pueden ni hablar, tienen que ponerse en sordina ellos mismos, y para hacerlo tienen que aturdirse. Esto el sistema lo sabe y los aturde.
– Luego de esta realidad de post guerra que describía anteriormente, ¿hay algún embrión de cambio real en cuanto a la conciencia social sobre este estado de terror y pobreza?
– Hay gente formidable que está organizando desde abajo comunidades para poder satisfacer las necesidades de la gente, comida, educación, pero son una minoría. En el Gran Buenos Aires todo está manejado por el clientelismo político, que compra conciencias con 150 pesos.
– ¿No vislumbra ningún tipo de cambio?
– No. No vislumbro absolutamente ningún cambio bajo las condiciones actuales, porque las jóvenes generaciones están peor que las anteriores, ya que están viviendo el resultado del fracaso, la impotencia y la cobardía de los padres.
– ¿Podría profundizar este aspecto?
– Bueno, lo que intento decir es que las dificultades que plantean, incluso se ve en análisis, en todos los casos tiene que ver con el terror y el ocultamiento; padres que tuvieron conductas de ocultamiento sobre los sucesos de la realidad, sobre lo que ocurría. Estas conductas se traspasan de abuelos a padres y de padres a hijos. Es un terror difuminado que de alguna manera se esparce y penetra y estupidiza a la gente. Son padres estupidizados, sin alegría vital, sin afectos. Para retomar el tema del lenguaje y graficar, la denominación generada desde Estados Unidos, tener sexo, es repugnante porque ya marca el nivel al cual ha sido reducido lo que planteas en relación a la pobreza de la gente. Antes se decía hacer el amor o tener relaciones, lo cual implica que el otro está presente. Hoy es tener sexo; tener, el tener una cosa. El sexo como un objeto, impersonal por completo.
– Volviendo a la referencia sobre el poder que anteriormente hacía, ¿puede definir o focalizar hoy el poder?
– El poder está en aquellos que tienen la posibilidad de aterrorizar a la gente. Y el poder en la actualidad lo encontramos en el gran capital financiero que se ha apoderado de todo. Compró la política, compró la religión, el Estado, el deporte, la educación – basta observar lo que es hoy la Universidad. El poder económico compró todo, y todo aparentemente funciona como si no se hubiese vendido. Todo esto constituye el gran poder, que por primera vez en el desarrollo del mundo, ha contado con la posibilidad de un poder exterior al Estado que al mismo tiempo compra el Estado, y todo lo que en él se vaya produciendo. Por supuesto que esto incluye todo lo que la cultura anterior había elaborado. Cuando se habla de corrupción  no podemos entenderla sin antes comprender lo que acabo de decir.
– ¿ Qué piensa que puede generar lo que describe en los jóvenes?
 
– Yo lo que hago es simplemente describir. No tengo por qué alentar a nadie, ya que si la descripción y la fuerza con que uno la realiza no sirve para resistir y enfrentar la realidad, quiere decir que aquel que no resiste ni enfrenta está perdido también. No tengo que ocultar lo que está ocurriendo. Lo peor que puede hacerse es lo que hace la izquierda más retrógrada: estar impugnándolo todo y hablando de revolución. Frente a la descripción de la realidad, qué revolución puede plantear la izquierda impugnadora que ha destruido la emergencia de los pequeños gérmenes de enfrentamiento que habían surgido, para tratar de reducirlos e integrarlos a una formación política que luego, cuando va a las votaciones, ni siquiera saca el 10% de la totalidad de los votos. Si bien algunas formulaciones son críticas lo que ocurre es que a partir de ellas se genera un estado de impugnación generalizado que los lleva a no poder ser eficaces; es como si la condena a la ineficacia estuviera unida a la amenaza de que si son realmente eficaces pueden también ser muertos. Yo creo que la izquierda hasta interiorizó la eficacia como una necesidad para su propia subsistencia.  
 
– Qué opina de la disyuntiva  planes trabajar – trabajo genuino. Lo planteo porque sé que hay muchas personas que ya no optan por alguna forma de organización que derive en la obtención o creación de trabajo genuino, y sí por quedarse con un plan trabajar.
 
– Creo que mientras se pide una debe aparecer la otra. No puede detenerse el Plan Trabajar, que es un plan beneficiario, pero éste no puede ser un reclamo social, humano. Es necesario, obviamente, pero tiene que estar acompañado de otro proyecto, sin el cual no hay posibilidades de producir ningún cambio. Permite la mera subsistencia –  son sólo 150 pesos -, y que luego un ministro como Roberto Lavagna  pueda decir que el índice de desocupación está bajando.
 
– Con relación a los piqueteros y la vinculación de éstos a los planes trabajar, hay desde los medios de comunicación, principalmente, un serio intento por criminalizar la protesta y la pobreza…

 

 

 

  Los políticos, los medios, la Iglesia denuncian y criminalizan la protesta, y sin embargo ellos son responsables, o por lo menos forman parte, del genocidio argentino. Entonces, esa violencia debe ser ocultada. Para entender lo que hizo Menem: fue ejercer el terror sobre el fondo de esa violencia ya convertida en campo político que posibilitó despojar a los vencidos de absolutamente todo, de aceptar cualquier entrega. Esa violencia callada, cotidiana, que vuelve a aparecer en nuestros días, esta violencia de muerte que es la violencia económica, y que a su vez es la guerra por otros medios, es una continuidad de la agresión – condenar a una persona a no comer es agredirlo, no brindarle salud es agresión -. Esta es la agresión fundamental del sistema y el sistema la ha convertido en algo natural. El problema actual que se plantea es si la muerte es erradicada del campo de la política o si permanece, como permaneció hasta ahora, formando parte del campo de la política. Es decir, si las categorías del genocidio argentino siguen imperando en el campo de la política a través de la impunidad de aquellos que tienen derecho a dar muerte a otro por oponerse al sistema de hambre. Este es un planteo que se radicalizó desde la posición que el gobierno de Kirchner adoptó con relación al Museo de la Memoria de la ESMA. Los medios de comunicación y los canallas de siempre no toleraron la posición fijada por el gobierno en este tema. La muerte, la tristeza, la falta de sentido de la vida que sobrevuela el país es lo que defienden aquellos que intentan sostener esta guerra para tiempos de supuesta paz.

 

¡Un sovietólogo en la Rosada!Un sovietólogo en la Rosada!

por Rosa Lugano


El jefe de gabinete de Cristina, Jorge Capitanich, ha declarado al diario Página/12: “Yo siempre repito una frase de Perón cuando decía que la Revolución Rusa tenía cuatro etapas: la toma del poder, que atribuía a Trotsky; la fase doctrinaria que le correspondió a Lenin; la fase dogmática que fue la de Stalin, y la institucional, de Kruschev. Esta etapa del peronismo le corresponde un afianzamiento institucional. En democracia la toma del poder no es revolucionaria sino a través del voto popular. Después, una etapa doctrinaria para plantear objetivos que deben ser aceptados por la mayoría del pueblo, y después una etapa dogmática para fortalecer esos principios. Ahora llega la etapa de carácter institucional, para que estos grandes cambios sean apropiados por la mayoría del pueblo argentino. Eso se logra generando conciencia sobre estos cambios.”
La secuencia es clara, aunque precisa de algunas aclaraciones para ser rotunda. En primer lugar, Trotsky, revolucionario socialdemócrata ruso, se integró a las filas del bolchevismo unos años antes de la Revolución de Octubre bajo el liderazgo de Lenin. Tanto en la frustrada  revolución de 1905, como en la del 17 fue presidente del soviet de San Petersburgo (o Petrogrado). Fue un dirigente esencial en la insurrección y, ya en el poder, en la constitución del Ejército Rojo. Esa historia apasionante está muy bien contada por el propio Trostky en su intento autobiográfico titulado “Mi vida”, recientemente editado en una versión óptima por el IPS (hay que agregar que Trostky fue además un enorme escritor: no por casualidad sus compañeros lo llamaban “Pluma”).
No hubo, pues, una etapa trotskista “de la toma del poder” y otra “leninista”, ya en el poder, más doctrinaria. Sin embargo, podemos entender, en las primeras estaciones de la secuencia del inesperado sovietólogo Capitanich que Néstor Kirchner sería mutatis mutandi una suerte de Trotsky/Lenin de la Argentina del período 2001 (año de la insurrección) hasta el 2007.
Lo realmente revelador sucede en la segunda mitad de la secuencia. En ella, Cristina aparece como una nueva Stalin, y él mismo como un nuevo Nikita Krushev. Podemos imaginar lo molesto que pueda ser para la presidenta esta comparación. Stalin fue un fiel ladero de Lenin antes de la toma del poder por parte de los bolcheviques. En una reciente edición en español del libro “Lenin. La construcción del partido” de Toni Cliff sobre la historia del partido bolchevique se revela que Josef Stalin realizaba heroicas expropiaciones al frente de un comando clandestino en la ciudad de Tiflis. Tras dirigir la URSS con mano de hierro y vencer militarmente a la Alemania nazi, Stalin murió en el poder en 1953, año en el cual se cocinó la subida al poder Krushev. El nuevo presidente comunicó al mundo, en el año 56 –XX Congreso del Partido Comunista de la URSS- los crímenes de la era de Stalin. Cientos de miles de asesinatos políticos, de detenidos en campos de concentración, juicios amañados contra la vieja guardia bolchevique, uso de la policía secreta para asesinar opositores en otras partes del mundo (en 1940 el agente de la KGV, Ramón Mercader asesina al mismo Trotsky en Coyoacán, México).
Nikita Krushev fue el presidente soviético de la guerra fría con occidente y de la vía pacífica al socialismo, periodo en el cual se sucedió la llamada “crisis de los misiles”, cuando la URSS desarmó su base militar en la Cuba revolucionaria para descongelar vínculos con el imperialismo norteamericano, en épocas de Kennedy (política de coexistencia pacífica denunciada entonces por el presidente Mao). En aquellos años Fidel Castro y Ernesto Guevara repudiaron a Krushev en público mientras las movilizaciones populares gritaban “Nikita mariquita, lo que se da no se quita”.
Si hubiésemos de proyectar esta historia de la URSS –que vía Perón se convierte en inusitada metáfora del peronismo- hasta los años actuales, bien pudiéramos imaginar que el sucesor del Coqui Krushev sería un Brehesniev, quien vino a anunciar la llegada de la URSS al comunismo, luego del periodo de desarrollo de las fuerzas productivas de la era socialista, para luego pasar a la historia como el período del gran estancamiento. Scioli, claro está, está pintado para eso. Más para acá, Gorvachov intentó revisar las estructuras con la famosa perestroika y la glasnot: ¿Agustín Rossi, Urtubey?. Como todos recordamos, tras el fracaso de la “reestructuración” siguió el neoliberalismo desembozado (Yeltsin): ¿Massa? Para finalmente recaer en el firme mando de la dictadura de Vladimir Putin. Esta es la cuestión que deja planteada involuntariamente Coqui: ¿Quién se prepara para vestir las ropas de la dictadura capitalista? ¿Cómo se prepara la lucha autónoma de las masas para enfrentar “a los enemigos del pueblo”, esos que siempre hablan de defenderlo?

Del cookismo al coquismo. Primer informe

por Marcos Santoro


La primera y única Unidad Básica que logré fundar con algunos amigotes la llamamos John William Cooke. No tuvo la menor importancia, salvo para dos o tres de los que participamos en ella. Eran 16 metros cuadrados baratos, habitados con mucho calor humano, mucha juventud dispuesta, mucho mate, mucho cigarrillo, algo de garche, algo de discusión. Así pasábamos las noches. Si no recuerdo mal alquilamos el local en el año 90, con Menem presto a sancionar los indultos, preludio de la era convertible. Con ese nombre, claro está, queríamos reafirmar una pertenencia al movimiento nacional por izquierda cuando toditos los hechos y toditos los signos se orientaban inexorablemente hacia la derecha. No éramos jóvenes setentistas, éramos una banda de semilúmpenes condenada al extravío desde mediados de los ochenta, cuando empezamos, por decirlo así, a militar todos los días en el barrio. Volanteadas, mesas, festivales, reuniones. En promedio leíamos bastante: documentos y libros sobre el peronismo y la izquierda, las cartas de Cooke y Perón, los números viejos de Envido y Unidos. No se nos ocurría, todavía marcados por la fuerza oral del mito bravo de la resistencia, que el destino de la militancia fuera el de ser funcionario en algún dependencia municipal, provincial, o nacional. A compañeros como Coqui Capitanich ya por entonces sí. Se formaban para eso. Estudiaban economía y administración. Y lo bien que hacían.
El semblante del Coqui se me ocurre parecido al del viejo Sandrini, con inflexiones lenguaraces de un técnico del Banco Mundial. No exagero: Coqui tiene algo de Luis Sandrini en la mirada diagonal, convencido como está de ser un actor que llegó para quedarse en la comedia argentina. Pagni, la pluma lúcida del periodismo liberal-conservador lo subestima demasiado. Y creo que se equivoca porque entiende muy bien los procesos de larga duración pero no tanto a los individuos y sus oscuras motivaciones. El historiador preocupado por la disolución del bipartidismo le gana más de una vez al periodista, y el resultado es, en general, bastante malo. Sea como sea, me importa Coqui y no Pagni, que es un tema del compañero Maccia. Coqui es una de las esperanzas de continuidad del proyecto nacional y popular. No es la única. Tal vez no sea la mejor. Pero quienes sabemos arreglarnos con poco no despreciamos su inscripción política, su lealtad y su semblante sandrinesco.
¿Habrá sido el Coqui lector entusiasta de Cooke como fuimos nosotros? Me han dicho que sí, y ahí cifro la apuesta a seguirlo de cerca, aunque no alcance ese rumor para redondear el primer informe. El dato posta es que sabe mucho de fútbol y que tiene un método todavía no aplicado para conducir cualquier equipo al triunfo. Con las patas en la orilla del río, mientras charlábamos de estos módicos entusiasmos, un amigo me recordaba sin malicia que en el 2012 Chaco organizó un partido de fútbol entre las selecciones de Argentina y Brasil que se suspendió por un corte de luz. Tambaleó entonces el prestigio coquista de político previsor. En diciembre la luz de las privatizadas y las tinieblas policiales lo tuvieron a mal traer. A nosotros también. Dicen que todavía no puso en práctica el discurso del método. La razón popular sabe que todo es cuestión de tiempo y fe. Se abre nomás un compás de espera. En eso estamos.  
19 de Enero 2014
Posdata dominguera. Finalizo el informe en la madrugada, me levanto y leo la entrevista que Pág./12 le hizo hoy a Capitanich. Todas mis impresiones buenas se reafirman, y sin embargo, para terminar de perfilar su descripción del actual proceso político utiliza una vieja analogía que me deja un tanto perplejo. Dice así: “Yo siempre repito una frase de Perón cuando decía que la Revolución Rusa tenía cuatro etapas: la toma del poder, que atribuía a Trotsky; la fase doctrinaria que le correspondió a Lenin; la fase dogmática que fue la de Stalin, y la institucional, de Kruschev. Esta etapa del peronismo le corresponde un afianzamiento institucional. En democracia la toma del poder no es revolucionaria sino a través del voto popular. Después, una etapa doctrinaria para plantear objetivos que deben ser aceptados por la mayoría del pueblo, y después una etapa dogmática para fortalecer esos principios. Ahora llega la etapa de carácter institucional, para que estos grandes cambios sean apropiados por la mayoría del pueblo argentino. Eso se logra generando conciencia sobre estos cambios.” Peronismo y revolución rusa, institucionalización y kirchnerismo: ¿cómo leer esta analogía de etapas y nombres propios que termina colocando tan cerca al propio Coqui de Nikita Kruschev, líder soviético durante la guerra fría? Algo tendremos que decir en el informe de febrero.   

Etapa superior del cristinismo

por Diego Valeriano


Lo genuino es lo verdadero. No se trata de una verdad como opuesta a la mentira. Lo verdadero acá es lo sentido, lo que nace de la indefensión que mañana diez mangos son nueve. La playa explota, uno al lado de otro. La arena ni se ve. Pasa uno que vende agua y la botellita está a 17, el próximo 20 y al que nos pide 25 le pedimos un pack. La guita quema al sol. La playa es el otro que pasa vendiendo choclos. Los seis a Carlitos todos los días. La inflación es la etapa superior del modelo, del hombre nuevo. La confianza no como abstracción, no como mero acto de fe sin consecuencias ni responsabilidades. Ya nadie confía, entonces consume. Siempre fue así, pero nunca estuvimos tan preparados para esto. Tan predispuestos. En la carnicería de Gesell hay que hacer cola para que te rompan la idem y mientras masticas un asado horrible te prometes que nunca más volvés. ¿tenes vacío hoy? Hay un nigeriano en cada balneario. Una feria en cada localidad balnearia… sale mucho la camiseta nueva del Barcelona, las remeras de los Stone y las Adinet. Los churreros atraviesan toda la costa y los taclean para que paren. ¿100 la docena? ¿estás en pedo? ¿vos querés?  Tres docenas. Clarín miente, pero más miente el pibito que me lo vende un jueves a 12… y se queda con tres porque no tiene cambio. La inflación es un coadyuvante del modelo, nos lleva a exigirnos más, a ser cada día mejores, a desarrollar nuestro cristinismo vital. Disciplinados de manera absoluta los cuerpos en el mercado, cada vez más preparados a los golpes para surfear la inflación. Ruta 2, puente 12, camino de cintura. Camping del sindicato con buffet y pileta de agua salada. Una, tres, cinco Quilmes. La suma de operaciones no decanta necesariamente en algo. Nuestros cuerpos de la década ganada forjados capilarmente se han disciplinado para actuar en la inmediatez. Un recargo del 7% todos los meses para no perder guita me explica la almacenera mientras me dice que las dos leches y el pan son 64$. Nuestras capacidades sensibles están disciplinadas de manera absoluta.  Los cuerpos de mercado construyen su soberanía a fuerza de liberarse. Que mejor que vernos en acción, en la medida en que los sistemas de signos no hacen lectores. En algún momento pensamos que la economía devino nodo. La inflación  podía presentarse como un caos, una enorme dispersión de fuerzas. Pero este verano algo nuevo nos aparece, hay un punto de conexión, sin ninguna cualidad que necesariamente la ordenara de manera previsible constituía una evidencia. El consumo te entrega un tipo de sabiduría llamativa, una sabiduría atolondrada, de hombre nuevo que hace que descubramos de manera luminosa que la inflación es la etapa superior del cristinismo.

El tiempo político y los caprichos de la fortuna

por Juan Pablo Maccia



¿Por qué Cristina no radicalizó aún más el proceso político en curso desde 2003? Cuando el conflicto con “el campo” y la famosa resolución 125, hubo una autentica proliferación de militancias sociales, políticas juveniles a favor de la presidenta. Luego de una serie de medidas democráticas y populares vino el triunfo arrasador del 2011 con el 54%. ¿No era ese el momento de radicalizar, de asumir el paso de una minoría “intensa” (La Cámpora, el Evita, la audiencia de 6, 7 y 8) a una mayoría neta?

Nunca lo sabremos. Pero si había un “momento” para desbloquear el proceso de radicalización democrática –para usar el lenguaje del colega Ernesto Laclau- era ése.

Sea lo que fuere que llevó a romper con Moyano –entonces líder de la CGT-, el tiempo nuevo que debiera haber justificado esa ruptura nunca llegó. Y no lo hizo, creo, porque unos pocos meses después del 54% llegó la tragedia de Once.

Según Trotsky -hombre involucrado en las tragedias de la historia del siglo XX si los hay- las férreas leyes de la historia se manifiestan en los detalles más superficiales, esos a los que solemos llamar “accidentes”. 

Hay una lógica inescrutable en los caprichos del azar. De eso hablaba Maquiavelo cuando reparaba en la “fortuna”. Y advertía: cuando las armas del príncipe resultan eficaces para vencer una o más batallas en nada piensa menos que en cambiarlas. Es el tiempo político favorable, en que la fortuna –que es mujer y quiere ser seducida- nos sonríe.

Pero ese tiempo se acaba un día. Y todo lo que antes resultaba favorable invierte inapelable su signo. Eso ocurrió durante el verano del 2012. Y ocurrida la primera catástrofe, todas las demás –reales o inventadas- se acumularon a la misma cuenta.

Después se fue el Comandante Chávez y lo reemplazó Francisco, con la misma crueldad con que Messi desplazó de la pantalla a aquel Maradona que viajaba en tren a Mar del Plata, contra el Alca (¿alguien se acuerda de Bonasso?).

A esta altura el lector se encuentra justificado a preguntar ¿qué hubiese sido concretamente una “radicalización” del proceso? No pienso en ninguna medida concreta, sino en una iniciativa precisa destinada a sortear el inciso que impide la re-reelección presidencial.

Lo único radical en política es asegurar el porvenir.

No hubo tiempo. ¿No lo hubo? En todo caso, y mirando a los próximos meses: ¿qué hacer con el tiempo que resta?

La Tablada: Patrulla perdida

Una suma de imágenes: así aparece en la memoria, año tras año, el copamiento del Regimiento de Infantería Mecanizado 3 en La Tablada. Durante mucho tiempo los protagonistas de la toma se mantuvieron en silencio. Veinticinco años después algunos creen que llegó el momento de hacer públicas las deudas pendientes.

Potencias y problemas de una política del 99%: entrevista con Jacques Rancière

por Amador Fernández Savater


Querido Jacques Rancière,
con un poco de vergüenza por la reiteración del gesto [¡es ya la cuarta vez que acribillo a preguntas a Rancière!], me animo a proponerle una nueva entrevista.
El caso es que me parece que en su trabajo hay aportaciones muy valiosas para pensar el 15-M (o movimiento de “los indignados”) y sus distintas secuelas, prolongaciones y metamorfosis (mareas, movimiento contra los desahucios, etc). Y, de hecho, es usted uno de los pocos filósofos (digo entre los muy conocidos) que ha prestado atención y ha dado valor al movimiento, sin considerarlo desde sus “limitaciones”, sino más bien desde sus “potencias”.
Más allá de las acampadas, con el 15-M ha emergido con fuerza la posibilidad de pensar una nueva política, ciudadana y no partidista, que se extiende un poco por todas partes (aun sin nombrarse ya 15-M) y que ha abierto para todos muchas preguntas. Y precisamente en torno a ellas he preparado el cuestionario, sin esperar tanto respuestas como más bien inspiración para repensar las propias preguntas.
Me hago cargo del volumen de trabajo que tendrá usted y de la cantidad de requerimientos de este tipo que recibirá. Lo único que me atrevo a decir para animarle es que pocas veces ha habido en la España de los últimos tiempos tanta necesidad y deseo de leer, conversar y pensar. Ojalá las preguntas entren en resonancia con las cuestiones que esté trabajando usted ahora mismo y responder pueda serle útil en algún sentido.
Un saludo,
Amador

1- Sobre la inclusividad y la “política del cualquiera». El primer 15-M de las plazas llamó “inclusividad” a algo que podría resonar con lo que usted ha nombrado como una “política de cualquiera”. En sus maneras de hacer y decir, trató siempre de que cupiese cualquiera, de interpelar a cualquiera, sin dirigirse a bloques o grupos determinados (sociológicos o ideológicos), sino más bien a personas singulares y a un 99% simbólico. Las banderas y las siglas (y en general todas las señas identitarias que provocaban división) quedaron desde el primer momento fuera de la Puerta del Sol.
Pero hay quien piensa que ese “nosotros abierto” se consiguió al precio de borrar u ocultar las diferencias y los conflictos internos. Por ejemplo, las diferencias de acceso a ese “nosotros” entre ciudadanos con papeles e inmigrantes sin papeles. El cualquiera del que usted habla, ¿es abstracto? En las manifestaciones de la “política de cualquiera” que usted ha investigado, ¿cómo se piensa y se elabora esa relación entre el cualquiera y las identidades-diferencias particulares?
Jacques Rancière. Es importante comprender que hay dos figuras del “cualquiera”. En primer lugar, el sujeto de la política es el sujeto creado por la acción política misma, el sujeto creado por una manifestación y una enunciación colectiva, el sujeto que se crea cuando la acción política dice “nosotros”.
Esto significa que una subjetivación se define, no por una identidad previa, sino por los actos que genera, por la modificación que estos actos ocasionan en el tejido normal de las identidades, los lugares y las ocupaciones [lo que Rancière ha llamado el “reparto de lo sensible”].
El “nosotros” se distingue así del sujeto político concebido a la manera clásica de la clase y la vanguardia porque no se define por un conjunto de propiedades, ni por una interioridad compartida que se traduciría en acciones exteriores. No preexiste, son más bien sus propias acciones las que lo crean.
En segundo lugar, esa afirmación colectiva se dirige a individuos cualquiera a los que propone incluirse sin preocuparse por conocer su pertenencia social. Quienes se incluyen pueden hacerlo en tanto que “personas”, en tanto que miembros de un grupo de afinidades personales o en tanto que militantes de tal o cual colectivo. Lo esencial es que el “nosotros” pueda estar abierto a cualquiera que lo desee. De hecho, la suspensión de las identidades particulares marca generalmente el comienzo de los movimientos, así como el retorno de los conflictos entre grupos indica muy a menudo su declive.
Por otra parte, está claro que no todo el mundo es igual de entrada en cuanto a la posibilidad de manifestarse y a la disponibilidad para ocupar la calle. El tema es que no se sientan excluidos por la forma de las acciones.
En todo caso, hay que evitar tratar la relación entre 99% y 1% en términos estadísticos. Y sin duda podemos discutir incluso de la pertinencia de la fórmula. No es 99% contra 1%, sino una figura del pueblo contra otra. La figura de un pueblo a construir sobre la base de la presuposición igualitaria contra el pueblo que administran nuestros gobernantes, pero también contra las “mayorías silenciosas” a las que apelan o contra el pueblo identitario que se concentra en manifestaciones como la “mani para todos” convocada por los que se oponen al matrimonio homosexual en Francia.
2- Sobre la figura del enemigo. El 15-M ha estrechado muchísimo la figura del enemigo: es el 1% de la oligarquía financiera, política y mediática. Y eso no sólo “teóricamente” o en los discursos, sino también en las calles. Por ejemplo, en la práctica del “Stop desahucios”, la interpelación firme pero humana hacia el otro (bombero, cerrajero, también policía) ha producido numerosas grietas bajo los uniformes y las funciones asignadas.
¿Cómo pensar hoy la figura del enemigo, más allá de la lógica de la lucha de clases? ¿Quién es hoy el enemigo? ¿Hay que confrontarlo, destruirlo o simplemente sustraerse a él? En resumen, ¿cómo entender esta frase suya: “(la política crea) escenarios de interlocución que reconocen al enemigo como parte integrante de la misma comunidad”? 
Jacques Rancière. La pregunta contiene varios problemas. En primer lugar, la diferencia entre la política y la guerra. La política es una manera de incluir al enemigo. No se trata de generosidad. La forma misma de la acción política instituye una esfera de universalidad, y la constitución de esa esfera sirve de test sobre la capacidad misma de las partes en lucha.
Un ejemplo. Investigué especialmente esas situaciones que pertenecen al nacimiento de la huelga en el siglo XIX, donde los obreros instituían con los patrones una escena de discusión pública que, para los patrones, no existía, porque la negociación de las condiciones de trabajo era para ellos un asunto privado entre personas. Los patrones no tenían ninguna razón para aceptar esa escena de discusión, pero ese rechazo significaba una inversión de los papeles: el colectivo obrero afirmaba su potencia como sujeto intelectual frente a los que no veían en él más que una jauría brutal, mientras que la capacidad de los patrones quedaba reducida simplemente a las armas de la policía.
Es cierto que esta figura de interlocución estaba muy vinculada a una lógica de la política como lucha de clases. Hoy existe una política de la lucha de clases desarrollada por la clase capitalista bajo la bandera de la economía y la necesidad económica, pero en el otro bando no hay apenas nada que corresponda a lo que fue la política obrera de la lucha de clases. Es esta situación la que traduce precisamente a su manera la fórmula del 99% contra el 1% considerada desde el punto de vista estadístico.
Esto significa, concretamente, que no hay en la actualidad una figura fuerte de inclusión del enemigo. Por un lado, hay una figura de separación que otorga mayor importancia a la afirmación de autonomía que a las estrategias del conflicto y, por otro lado, la figura de las acciones violentas simbólicas (de tipo enfrentamiento con la policía y destrucción de cajeros automáticos al final de las manifestaciones) que, inversamente, otorga mayor importancia a la designación del enemigo que a la afirmación colectiva. Pero también existen esas acciones que su pregunta evoca, en el curso de las cuales se fisura el frente de los representantes de la autoridad.
No hay respuesta general: es en la acción misma donde podemos conocer al enemigo y saber cómo comportarnos con él. No se puede “evitar” al enemigo. La cuestión es cómo nos diferenciamos de él: o bien privilegiando una visión estratégica de los golpes que le dirigimos, o bien privilegiando la diferencia de formas de pensamiento, de vida y de acción que le oponemos. Yo considero que es posible adquirir más fuerza por esta segunda vía.
3- Sobre subjetividad y subjetivación. Usted ha puesto mucho énfasis en la importancia de la subjetivación. La política no “expresa” un sujeto latente o preconstituido (como ocurre por ejemplo en la teoría de Toni Negri sobre las “multitudes”), sino que lo crea. Crea un “espacio de sujeto” donde cualquiera puede contarse.
¿Cómo pensar la relación entre nuestra vida cotidiana y ese proceso de subjetivación? La subjetivación es ruptura y creación, pero creamos a partir de nuestra experiencia cotidiana (en el trabajo, en la ciudad, en las redes). El filósofo Cornelius Castoriadis utilizaba el término “elaboración” para pensar la misma cuestión en el movimiento obrero: la subjetivación obrera, decía Castoriadis, “elabora creativamente” la experiencia cotidiana del trabajo en la fábrica.
¿Tiene sentido para usted pensar qué relación hay entre experiencia cotidiana y subjetivación? ¿Sirve de algo estudiar las situaciones de vida para pensar la política?
Jacques Rancière. Resulta claro que la subjetivación política no nace como una emergencia radical si convenimos en que no opone un grupo a otro, sino un mundo a otro. La formación misma de ese mundo tiene un origen doble. Por un lado, es fruto del proceso de separación que la acción misma produce al crear otro uso del tiempo y del espacio, otros lazos entre los individuos, otros posibles en el pensamiento. Pero también es el resultado de una multiplicidad de transformaciones en las prácticas y las formas de vida y de pensamiento.
Hay dos grandes tipos de transformaciones “subjetivadoras” de este tipo. En primer lugar, la creación de lazos, a través de las experiencias concretas de solidaridad en el trabajo, en la lucha, pero también a través de las formas de intercambio que pueden experimentar las personas en la vida cotidiana o a través de los distintos servicios que pueden prestarse entre sí. Y, en segundo lugar, las diferentes maneras en que las personas escapan a las rigideces de su identidad: mediante la apropiación de una cultura diferente, como por ejemplo entre los autodidactas que he estudiado, o actualmente mediante la experiencia de los viajes y de la multiplicidad de culturas.
Una subjetivación política es el encuentro de estos dos componentes: el lazo que se opone a la separación de los individuos y el devenir-otro que rompe con la asignación identitaria. Pensar las transformaciones y las interacciones entre esos dos componentes nos permite salir de las oposiciones rígidas entre lo individual y lo colectivo, entre lo cotidiano y la política. No hay oposición entre esos dos términos, sino siempre un cierto trenzado de lo individual y lo colectivo, del tiempo cotidiano y el tiempo del mundo.
4- Dejar de ser, politizar lo que se es. La política como subjetivación consiste de alguna manera en “dejar de ser lo que hay que ser” e inventarse un cuerpo nuevo, capaz de otras cosas. Por ejemplo, usted ha estudiado cómo la subjetivación obrera inventó nuevos cuerpos capaces de hablar o escribir, dejando de ser así simples “mulas de carga”.
En torno al 15-M y sus prolongaciones, hemos visto a médicos, profesores o periodistas que, más que dejar de ser lo que son, se activaban políticamente desde su posición. Más que abandonar su lugar y función, lo politizaban, defendiendo el derecho universal a la salud o la educación. ¿Podemos entender esas formas de politización como subjetivaciones? 
Jacques Rancière. “Politizar una función” es una expresión ambigua. La defensa del derecho universal a la salud o a la educación no es una reivindicación específica de la profesión médica o docente, sino una reivindicación igualitaria general.
Por supuesto, el ejercicio de la medicina, de la enseñanza, del periodismo o de la magistratura, nos enfrenta a cuestiones muy específicas de opresión y libertad, de igualdad y desigualdad, que suscitan energías militantes. Pero un médico que milita por el derecho al aborto o contra el encierro psiquiátrico o que participa en un consultorio gratuito no lo hace únicamente como médico, sino vinculando su práctica de la medicina a una idea de igualdad de los sexos, de libertad de los individuos o de solidaridad social.
Entre los militantes de los movimientos sociales y revolucionarios, siempre ha habido médicos, abogados o profesores que han participado en la acción política sobre la base de su experiencia profesional. Por tanto, no hay que hacer de esos compromisos una novedad que significaría el relevo del movimiento obrero por nuevas categorías sociales o el relevo del militantismo de lo universal por un militantismo de las especificidades. 
5- Sobre lo común y las comunidades. Usted ha escrito que la idea de socialismo contiene la idea de una gestión asociativa y democrática de los bienes comunes (la educación, la salud, los transportes, el agua, etc.).
¿Qué formas de comunidad son necesarias para ello? ¿Son suficientes esas “comunidades de aparición, azarosas y aleatorias” que según usted surgen en los “momentos políticos”?
Pensar formas cotidianas de gestión democrática y asociativa de lo común, ¿no nos obliga a pensar en un tejido social sólido, con relaciones duraderas, compromisos fuertes e instituciones estables? ¿Es ello compatible con las subjetivaciones móviles, intermitentes y no identitarias de las comunidades de aparición?
En definitiva, ¿puede estabilizarse un “poder de cualquiera” (o del 99%)? ¿Puede hacerlo sin recaer en las formas jerárquicas de división del trabajo y reparto de las funciones? ¿Tiene usted experiencias de ello en mente?
Jacques Rancière. Desde luego no me corresponde a mí encontrar la solución a los problemas en torno a los cuales han tropezado tantos movimientos colectivos de ayer y de hoy.
Hay un primer nivel de la cuestión sobre el que se puede responder lo siguiente: la experiencia ha demostrado que las formas de gestión común de los problemas que afectan a la comunidad no pueden ser aplazadas sin perjuicio a un futuro subordinado a las estrategias de toma y ocupación del poder. No se puede separar la lucha por lo común y la organización de lo común.
Una vez dicho esto, se presentan otros problemas. Por un lado, la cuestión de qué formas de contra-sociedad igualitaria pueden establecerse en el seno mismo de la sociedad desigualitaria. Y, por otro, la cuestión de qué formas de organización ello requiere.
Sabemos que en el pasado han existido -por ejemplo en los movimientos anarquistas o comunistas, y especialmente en el movimiento anarquista español- formas fuertes de contra-sociedad: cooperativas de producción, formas de vida colectivas, instituciones educativas y culturales. Es evidente que todo ello formaba parte de una fuerza colectiva que se traducía también en medios poderosos de lucha y una visión clara del porvenir. Los movimientos democráticos recientes han vuelto a poner en el orden del día el aspecto de las instituciones alternativas, pero parece como si les correspondiera a ellas constituir, de la nada, el terreno de lo común, mientras que en el pasado era el terreno de lo común el que fundaba las instituciones alternativas. Es un problema que no se va a resolver apelando a la espontaneidad o a la organización, ni queriendo sustituir un militantismo de clase por un militantismo de las comunidades.
Los compromisos estables de ayer dependían más de la solidez de los horizontes de esperanza que de las disciplinas de organización. Las “comunidades de aparición” están atravesadas por la oposición entre identidad y subjetivación. Y la constitución de un común vivido va más allá, forzosamente, de la acumulación de fuerzas que requieren los objetivos militantes específicos.
6- Sobre política y tecnología. El “clima” político de esta nueva política ciudadana se comunica, extiende y amplifica a través de Internet y sus redes sociales (las más vulgares y masivas, como Twitter y Facebook).
Desde hace ya diez años, observamos una correspondencia entre la socialización de las herramientas comunicativas más allá del ámbito activista (de Indymedia a los blogs y las redes sociales) y la emergencia de procesos de nueva politización protagonizados por la gente común (desde el “no a la guerra” y la respuesta social tras el atentado del 11 de marzo de 2004 hasta el 15-M). Como si las redes hubieran ayudado a hacer más participable y móvil la cosa política.
¿Cómo pensar el uso político de las tecnologías? Está el punto de vista de la neutralidad: la tecnología es un instrumento neutro que sirve para lo bueno y para lo malo. Y está el punto de vista determinista: la tecnología suscita por sí sola transformaciones sociales (revolucionarias o catastróficas). ¿Le interesa esta cuestión, le parece relevante, podría haber un tercer punto de vista? 
Jacques Ranciére. Tenemos suficientes elementos para señalar los límites de los dos puntos de vista. Un instrumento técnico que sirve de medio de comunicación no puede ser nunca simplemente un medio neutro para cualquier fin.
La cuestión de los “medios” siempre ha estado sobredeterminada por la relación entre los que viven en el universo de los fines y los que están confinados en el universo de los medios: a quienes se llamaba por esa razón hombres “mecánicos”. Dicho de otro modo, cualquier novedad técnica entra en el seno de un determinado reparto de lo sensible donde la misma eficacia técnica está modulada por una distribución de las capacidades y los papeles sociales. De modo que una novedad técnica no se basta a sí misma para definir un nuevo reparto de lo sensible.
La tesis catastrofista reaparece ante cada nuevo medio: cine, radio, televisión, internet, redes sociales. A pesar de lo que pueda tomar prestado a las profundidades filosóficas heideggerianas o al rigor científico y político del marxismo, esa tesis remite siempre al viejo mito de la caverna que presenta a los ignorantes manipulados por aquellos que mueven los hilos.
Ahora bien, a pesar de todos aquellos que asimilan Internet a la vigilancia totalitaria, las redes sociales han servido por ejemplo en China para construir formas de información y circulación de las ideas que se oponen al monopolio del Estado policial. Y en nuestros países, supuestamente abocados al individualismo consumidor, han permitido que las personas separadas entre sí por las nuevas formas de trabajo se comuniquen, se encuentren, reconozcan lo que les une y tomen confianza. De ese modo han proporcionado una figura material al poder de los anónimos.
Pero ese efecto no es inherente al medio técnico. Cada día constatamos que el mismo medio es también una vía de expresión y difusión de todos los fantasmas identitarios, racistas, sexistas y demás.
7- Sobre la subjetividad neoliberal. Si el poder consiste en la producción de subjetividad, ¿cuál es la subjetividad que se produce hoy en día? ¿Existe algo así como una “subjetividad neoliberal”? ¿En qué consiste? ¿Podríamos hablar, en este sentido, de un poder que no está fuera de nosotros, sino que nos atraviesa y conforma evitando sin embargo los efectos despotenciadores de “naturalización”, “victimización” o “culpabilización”?
Jacques Rancière. Hay que resistirse a todas las descripciones del mundo contemporáneo que nos lo presentan como un mundo homogeneizado por la ley del mercado que configura una pequeña burguesía globalizada. Muy al contrario, lo que llamamos neoliberalismo es un proceso de diferenciación extrema.
¿Cuál es la subjetividad “neoliberal” de los obreros y las obreras de Bangladesh que fabrican -por un salario que recientemente ha alcanzado los 65 dólares al mes- los jerséis que se venden en nuestros supermercados? ¿Y la de los obreros migrantes chinos, sometidos a un régimen de pasaportes interno que recuerda a las cartillas obreras del siglo XIX en Europa?
En nuestros propios países europeos, el neoliberalismo no suele producir las formas de conciencia “liberal” supuestamente homogéneas con respecto al culto de la libre empresa y la libre circulación de capitales y mercancías. La violencia de las manifestaciones contra el matrimonio homosexual en Francia, el furor evangélico de los anti-abortion en Estados Unidos o las recientes leyes contra el aborto en España prueban la vanidad de las tesis dominantes sobre la correspondencia entre liberalismo económico y libertad sexual.
Hay, de hecho, formas múltiples de conexión y desconexión entre diferentes tipos de libertad. Por ejemplo, las campañas en favor del consumo instruido y responsable que desarrollan diferentes asociaciones de consumidores y grupos ecologistas que se presentan como opuestos al sistema dominante refuerzan a menudo el modelo dominante de “libertad” propuesto por el sistema: el de la libertad como instancia de elección, guiada por el conocimiento.
Por otro lado, cierta interiorización del modelo neoliberal ha tenido como efecto -positivo, al fin y al cabo- el cuestionamiento de una fe demasiado facilona de las conciencias progresistas de mi generación que consideraban la potencia colectiva como algo ya dado e identificaban muy ligeramente el socialismo y la gestión estatal de los medios de producción . Y ha creado formas de conciencia y de acción militantes para las cuales la potencia colectiva no es algo dado, sino a construir en la acción misma.
8- ¿Qué es una victoria o un logro en política? El 15-M ha producido infinitos efectos en la sensibilidad y la percepción del mundo, desplazando los límites de lo visible y lo invisible, de lo posible y lo imposible, de lo tolerable y lo intolerable (el ejemplo de los desahucios es muy claro: ahora es una cuestión de rechazo social generalizado mientras que antes era completamente invisible y estaba absolutamente normalizado y naturalizado).
Sin embargo, como (aún) no se ha conseguido ningún gran “logro tangible” (en las leyes, en la esfera macroeconómica o del poder político), el discurso en torno al 15-M es muy negativo, despotenciador, triste y pesimista (“no se ha conseguido nada”, etc.). Y este relato tiene efectos depresivos terribles.
¿Cómo podemos ver y valorar (y hacer ver y valorar, comunicar) esas otras “conquistas” o “logros” de la política, como la transformación de la experiencia vital y subjetiva, sensible y perceptiva (sin la cual, de hecho, los demás cambios no son posibles)?
Jacques Rancière. Es una contradicción inherente a las formas actuales de los movimientos democráticos. Incluso cuando arrancan de problemas muy concretos y localizados, como los árboles del parque Gezi en Estambul, se trata de movimientos fundamentalmente diferentes de los movimientos reivindicativos que pueden contar sus victorias en términos de modificaciones inscritas en la ley.
Uno puede estar contento o decepcionado con aquello que los poderes públicos conceden cuando se les pide alguna cosa concreta. Cuando no se les pide nada, cuando se construye la acción sobre la distancia misma con respecto a esas demandas, está claro que, si el viejo mundo no se hunde por sí solo, nos acecha la depresión que nos lleva a decir: nada puede cambiar, o bien, hay que volver a los viejos modelos de las organizaciones revolucionarias o progresistas.
La cuestión que se plantea aquí es saber qué entendemos por un movimiento autónomo. Efectivamente, es muy importante insistir sobre el aspecto de la transformación subjetiva y sobre la necesidad de preservarlo preservando, a su vez, la autonomía de los movimientos con respecto a las organizaciones político-sindicales y al sistema de demandas dirigidas al Estado que funciona como marco de su acción.
Pero esa transformación no puede mantenerse por sí sola como propiedad de un colectivo. Debe verificarse constantemente. Y lo hace a través de las acciones que desarrolla, como esas luchas contra los desahucios, o las formas concretas de lo común que crea, pero también a través de su capacidad para llevar a cabo campañas públicas por la transformación de las leyes y las instituciones.
Es posible actuar como una fuerza autónoma que consigue victorias inscritas en la ley y las instituciones, manteniéndose al mismo tiempo a distancia del juego que pretende obtener lugares en el aparato de Estado. O en todo caso es posible intentarlo, unir la autonomía del movimiento y la acción que define objetivos por alcanzar en la relación de fuerzas, tal y como esta se inscribe también en la ley y las instituciones.
Pero el problema más importante es saber cómo la conquista de momentos de igualdad en el mundo de la desigualdad se articula con la perspectiva de un nuevo mundo de igualdad. Más allá de las banalidades sobre la espontaneidad y la organización, hay un problema que uno puede ya encontrar en los movimientos de emancipación del pasado: la emancipación es una manera de vivir como iguales en el mundo de la desigualdad. Y esa manera de vivir bien puede ser autosuficiente. Es decir que, tal vez, aquellos y aquellas que han vivido esos momentos de igualdad no deseen nada más.
La traducción ha sido posible gracias a la ayuda de Álvaro García-Ormaerchea, Jordi Carmona, Javier Bassas, Pablo Bustinduy y Álvaro. 
Información relacionada: 
-«¿Qué es el socialismo?” Un pequeño texto de Rancière sobre el contenido de la idea de socialismo.
-Sobre la relación entre innovación técnica y «reparto de lo sensible» (que se toca muy ligeramente en la entrevista) se puede consultar el ensayo llamado precisamente El reparto de lo sensible
-Sobre la crítica de Rancière a las políticas estratégicas que parten del enemigo y de la pregunta por cómo dañarle: “O bien se parte de una potencia contra la cual se lucha, o bien se lucha en nombre de una potencia común, de una capacidad común. Si la política consiste en atacar al enemigo, entonces se trata de una concepción militarista del enemigo. Hacer algo ‘contra’ no construye un comunismo positivo”.
-Indignados, 99% y otros nombres de cualquieraun ensayo sobre la potencia política de las ficciones a partir de la obra de Jaques Rancière

Los nuevos-nuevos movimientos sociales

por Raúl Zibechi


En un libro clásico y monumental, Theda Skocpol analiza las tres grandes revoluciones (francesa, rusa y china) desde una mirada centrada en los estados, su desintegración y la reconstrucción posrevolucionaria. En Los estados y las revoluciones sociales (Fondo de Cultura Económica, 1984), pone bajo la lupa cómo los procesos revolucionarios afectaron y modificaron las instituciones. Para quienes nos formamos en Marx, llega a conclusiones incómodas.

Luego de la comparación minuciosa de los tres procesos, concluye que el estado ha sido central en todos, pero que los cambios estatales no pueden explicarse en función de los conflictos de clase. Destaca “el poder autónomo” de los Estados, no reductible a ninguna de las clases sociales, aunque tampoco neutral respecto a ellas.

El aspecto más actual de su análisis estriba en tres conclusiones que destila al final de su trabajo. La primera es que las revoluciones no se producen por actividades deliberadas de las vanguardias; cita en su apoyo al militante antiesclavista Wendell Phillips: “Las revoluciones no se hacen, ellas solas vienen” (p. 41).

La segunda es que la desintegración de los estados del antiguo régimen activó la espoleta del conflicto social que se tradujo en la expropiación de las clases dominantes. La irrupción de los de abajo fue decisiva para modificar las relaciones entre las clases, evitar el triunfo de la contrarrevolución y neutralizar las estabilizaciones liberales.

La tercera es que “de las tres revoluciones surgieron estados más centralizados, burocráticos y autónomamente poderosos en el interior y en el exterior” (p. 441). En el interior, “los campesinos y los obreros quedaron más directamente incorporados a la política nacional y a los proyectos apoyados por el Estado”.

El análisis histórico es inobjetable, realista y contundente. Otra cosa es que resulte agradable, para quienes seguimos pensando que el Estado es una maquinaria opresiva y aspiramos –siguiendo a Marx y a Lenin– a su “extinción”.

Lo que no señala la autora es que las fuerzas antisistémicas estaban dispuestas de modo jerárquico, con una distribución del poder interno que era “calco y copia” de las instituciones estatales, y llevaban el saber desde fuera a los sujetos rebeldes. Tampoco señala que los estados nacidos de las revoluciones se convirtieron con el tiempo en maquinarias de dominación, muy similares a las que sustituyeron, al punto de que se pudo comparar el régimen de Stalin con el de Pedro el Grande, y a los funcionarios comunistas chinos con los mandarines imperiales.

El último ciclo de luchas en la región sudamericana parece confirmar la tesis de Scokpol: los estados fueron debilitados por las privatizaciones neoliberales, lo que disparó el conflicto social que llevó al gobierno a fuerzas progresistas que cerraron el ciclo con el fortalecimiento de los estados. En paralelo, los “nuevos” movimientos cumplieron su ciclo histórico: nacieron en la etapa final de las dictaduras, crecieron bajo el neoliberalismo, se institucionalizaron y entraron en lento declive.

Sin embargo, los movimientos que protagonizaron este ciclo eran distintos de aquellos que los precedieron, cuyo molde y modelo fueron los sindicatos tradicionales. No todos se plegaron a los nuevos modos de gobernar y algunos siguen caminos propios, mostrando que la historia no es un camino delineado por las lógicas estructurales. Aunque no pudieron romper completamente con las viejas culturas políticas estadocéntricas, fueron más lejos que la camada de movimientos anteriores y dejaron huellas potentes que siguen siendo referencias.

En los últimos años está naciendo una nueva camada de movimientos que se diferencian no sólo de los viejos, sino también de los “nuevos”. En varias ocasiones hemos mencionado al Movimiento Passe Livre (MPL), de Brasil, y a la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), de Chile. No son los únicos, aunque quizá sean los más conocidos. El movimiento contra la minería en Perú puede ser incluido en esta camada, así como el Movimiento Popular La Dignidad, de Argentina, y otros que no hay espacio para mencionar.

Algunos han nacido tiempo atrás, como el MPL, con características novedosas, tanto por su cultura política (autonomía, horizontalidad, federalismo, consenso, apartidismo) como por las formas de acción que emplea. Otros movimientos se han reinventado o refundado en procesos de resistencia. Los Guardianes de las Lagunas peruanos nacieron a partir de las Rondas Campesinas, organizaciones comunales de defensa creadas en los setenta.

Entre los “nuevos” y los más recientes, los nuevos-nuevos, existe una notable diferencia de cultura política: no se referencian en el Estado, con el que pueden mantener diálogos y negociaciones, ni reproducen en su interior las formas jerárquico-patriarcales. Los Guardianes de las Lagunas se inspiran en las comunidades andinas; los estudiantes chilenos y los jóvenes brasileños en sus formas de vida cotidiana en las periferias urbanas, en sus grupos de sociabilidad y afinidad, en el hip-hop, en las diversas culturas juveniles en resistencia.

No han formado estructuras-aparatos, ni han entronizado dirigentes permanentes por encima de los colectivos. Son movimientos que nacieron después de las dictaduras (los nuevos nacieron contra el autoritarismo) y reciben la influencia de dos movimientos que emergieron en el continente en las últimas décadas: el feminista y el indígena.

Se nutren de sus variantes más antisistémicas: los feminismos campesinos y populares, los feminismos comunitarios e indígenas; comparten con un sector del movimiento indio su vocación autonómica, su aspiración a cambiar el mundo por fuera del Estado y a crear instituciones posestatales, como las Juntas de Buen Gobierno. Se organizan para construir un mundo nuevo, no para incrustarse en las instituciones. Encarnan la posibilidad concreta de que florezca una nueva cultura política que trabaje para que los cambios vengan de abajo.

Entrevista A Henri Meschonnic: Se In Deo Esse: El Poema Y El Espíritu

por Anne Mounic
(Traducción: Rodrigo Grimaldi)


Llamo al pórtico, blanco, y Henri Meschonnic viene a abrirme. La casa, un poco sobrealzada, sobre la orilla del río, no disimula por completo el gran jardín que se encuentra por detrás. Bordeando la alameda que conduce allí, empiezan apenas a florecer las campánulas de rocalla. Subimos los peldaños de la escalinata y descubro con admiración una gran habitación llena de máscaras del África y de Oceanía, unas más bellas y expresivas que otras. “Forman parte de la familia”, me confía sonriendo Henri Meschonnic. A través del gran ventanal, bien al fondo, aparece el jardín en su profundidad, y la magnolia en flor. Nos instalamos, Régine, Henri y yo, alrededor de una mesa redonda y los tres conversamos un poco antes de comenzar nuestra entrevista, acompañada por una taza de té.

Anne Mounic: Le agradezco encarecidamente recibirme para esta entrevista sobre los vínculos entre poesía, existencia y espiritualidad. Entre esos tres términos, establezco un vínculo indisociable, pero aún hay que definirlos con precisión. Estoy muy contenta con que haya respondido favorablemente a mi solicitud, ya que usted tiene una posición muy original sobre la cuestión, que explora bajo diversos aspectos, pero siempre según usted, según lo que es usted, en perfecta unidad de ser. Hablaba de definición. ¿Cómo definiría existencia? ¿Cómo definiría espiritualidad?

Henri Meschonnic: Es extraña, esa palabra existencia. Parece decir algo distinto a si dijéramos la vida y me parece poner el acento, sin decirlo, de manera casi invisible, sobre la fragilidad de nuestra condición. Se trata casi de una manera de decir que permanecemos en lo provisorio – todo excepto una palabra optimista, y aún menos arrogante. Si uno dice la vida, es algo más. La palabra esta abarrotada de esperanza. En cuanto al término existencia, es más bien negativo.

A.M.: ¿Tal vez implica una suerte de responsabilidad individual respecto de la vida?

H.M.: Esa es una interpretación en la que no había pensado. De lo que me llena esa palabra, en cambio, es de fragilidad, de lo provisorio, más que de responsabilidad. Si comparamos las dos expresiones: somos existentes/somos vivientes, advertimos que la palabra existencia pone la vida en cuestión. Tal vez me equivoque al delirar de esta manera. Si trato de pensar, la vida se opone a la muerte, pero la existencia, ¿a qué se opone?

A.M.: ¿No ser?

H.M.: To be or not to be.

A.M.: Exactamente. Ese parlamento de Hamlet constituye un verdadero cuestionamiento ético.

H.M.: No me gusta el verbo ser. Por varias razones, de las cuales algunas son serias y otras, lúdicas. La más seria es esta: ser me parece terriblemente aferrado a su mayúscula inicial, el Ser. Y ahí, pensando en Heidegger, saco mi revólver – metafísico, no hay ni que decirlo. Ahí me digo que rozamos al mayor enemigo de la vida, que es el esencialismo, o el realismo lógico, la esencialización de las abstracciones.

Voy a permitirme una broma. El verbo ser, sin saberlo, cae en su propia trampa. “Pienso por lo tanto soy” : en esta famosa afirmación, soy, escucho el verbo seguir. [N. del T: Je pense donc je suis (Descartes) Es otra traducción al «pienso luego existo» canónico, y que va en el sentido de la frase de Meschonnic. En francés, la conjugación de la primera persona del singular del verbo ser (être) es igual a su homónima del verbo seguir(suivre)] La forma verbal corresponde indisociablemente a ambos verbos a la vez, seguir y ser. La fórmula está tan machacada que es al verbo seguir que escucho. Además, la mayoría de la gente que piensa no hace más que seguir. Soy un poco agresivo cuando digo esto, pero se trata de una agresión que no es más que la defensa misma de lo vivo.

Me di cuenta al releerme que hacía mucho tiempo que giraba en torno a esa idea, que desarrollé en mi obra publicada recientemente en Laurence Teper, Heidegger o el nacional-esencialismo. Opongo el nominalismo al realismo lógico, a la esencialización generalizada. Si la existencia debe tener una relación con el verbo ser, nada se opone más a la vida que la existencia. La vida, son los vivos. En hebreo bíblico – y nunca vi que ningún exégeta bíblico, judío, católico o protestante, haya advertido ese fenómeno – algunas palabras abstractas se forman con el plural del término concreto. Por ejemplo, hai quiere decir vivo y el plural, hayim, vivos, significa la vida. Ahí tenemos la parábola de todo el problema. El nominalismo, es el desafío del sujeto, de los individuos.

Como lo decía Péguy, cuando es siempre la misma cosa, es siempre la misma cosa, y hay que repetir lo que tenemos para decir, ya que le hablamos a sordos. Los exégetas bíblicos son sordos – sordos al ritmo y a sus efectos de semantismo.

La cuestión del nominalismo se planteó en el siglo doce, en la época de Abelardo. Se discutía la palabra humanidad – al igual que la palabra Dios, pero con ésta última, se es forzosamente realista, ya que el realismo presupone una relación de continuidad entre las palabras y las cosas. La palabra Dios por sí sola prueba su existencia. Para los nominalistas, las palabras no son más que nombres que se les pone a las cosas. No se puede decir que Dios es sólo un nombre. La humanidad, por su parte, existe del punto de vista realista y los individuos son sólo fragmentos de la misma. Para los nominalistas, por el contrario, los individuos existen en primer lugar y la humanidad es su conjunto. Tenemos por lo tanto, desde el punto de vista lógico, dos aproximaciones, y son las consecuencias éticas y políticas, poéticas y artísticas, que nos importan, ya que la diferencia es grande según se considere ante todo los individuos o el conjunto. Con los individuos, se puede fundar una ética, ya que nos situamos desde el punto de vista del sujeto, sujeto de (el pensamiento) o sujeto a (la enfermedad, por ejemplo).

Si el nominalismo vuelve posible la ética, el realismo lógico la prohíbe. Un fragmento de la humanidad no es un sujeto. Este debate, heredado del siglo doce, puede parecer folclórico, pero persiste y lo encuentro terriblemente actual. Desde luego, ahí salimos de lo políticamente correcto. Si tomo el Islam, me doy cuenta de que la palabra Umma designa conjuntamente a la comunidad social religiosa y política, a la que cada individuo debe sumisión (que es el sentido de la palabra islam).

A.M.: El sufismo, en el seno del Islam, abre una vía al individuo. Es además un poeta el que es origen de ese paso espiritual.

H.M.: Es exacto e interesante. En su obra admirable, Antropología filosófica (1928-31), Bernard Groethuysen muestra que la noción de individuo aparece en la historia de manera intermitente. San Agustín fue uno de sus primeros pensadores. Otros luego lo pensaron, pero esta noción vital no siempre lo fue.

Según el modelo de la palabra vida, se puede citar también la palabra juventud. Naar es el joven. Neurim, son los jóvenes, por lo tanto la juventud. Y lo que toda la tradición traducía por compasión o misericordia, es, en el hebreo bíblico, el plural de la palabra que significa matriz, útero, es decir el órgano en el cual se desarrolla el ser vivo. Re’hem designa la matriz; ra’hamim las matrices, lo que se tradujo por compasión.


Ahora bien, si pensamos en eso, en la medida en la que esa palabra designa ese órgano que es el útero, ¿por qué, en tanto palabra abstracta, debería designar la compasión? Se trata del sentimiento que una madre experimenta por lo que salió de su vientre. Y ahí, llegamos a un aspecto cómico: André Chouraqui, que quería comprometerse tanto al traducir el hebreo bíblico, pero se equivocaba en el sentido del lenguaje, traduce este versículo de los Salmos en el que aparece esa palabra de esta manera: “No cierres tus matrices”. Yo traduzco: “No me niegues las ternuras de tu vientre.”

A la inversa, la palabra hebrea para el rostro es panim, que es un plural. El singular, pan, designa el aspecto. Esta suerte de plural requeriría un estudio que no hago más que esbozar.

Todo eso para ilustrar el antagonismo entre nominalismo y realismo lógico, entre individuos y humanidad y mostrar que el realismo lógico no permite ninguna ética. Además, el filósofo máximo del ser, Heidegger, no propone ninguna ética. Rechaza el sujeto, al que remite a la psicología de su época. En él no hay ni ética, ni poética. Es la lengua la que habla. Es lo que dice: “La lengua habla. El hombre habla cuando le responde a la lengua.”

A.M.: Pasemos ahora a la espiritualidad. Espíritu, spiritus, espiritualidad: ahí se trata de una misma raíz que, en su primer sentido, designa el aliento. De ese origen a lo que ahora entendemos por espíritu, se ha producido una suerte de divorcio. Se opone el cuerpo al espíritu, la materia al espíritu, mientras que éste es el aliento que la anima. Aquí se ve una noción muy bíblica. Cuando se fija una figura o un concepto fuera del tiempo, terminamos en una dualidad que descentra al sujeto. Termina viviendo al costado de su propia vida.

H.M.: En esa palabra espiritualidad, hay algo que me molesta, y es esa referencia subyacente a la espiritualidad cristiana. La palabra está envuelta de religión – y de religión cristiana.

Régine Meschonnic: Existe también una espiritualidad judía.

H.M.: Claro, pero la palabra tiene dificultades para desprenderse de su vestido cristiano.

A.M.: Justamente, se podría pensar en liberar la espiritualidad de esa ganga para llevarla hacia lo poético.

H.M.: Podemos desde luego salir de esa envoltura teológica en gran parte católica volviendo a la etimología: spiritus, el aliento, que es una traducción del hebreo ruah, aliento, pero también viento. La etimología es de importancia mayor y podemos tratar de salvar esa palabra de su envoltura haciéndola volver a su fuerza original – el poder del aliento, del espíritu. No es casualidad si esa palabra aliento tiene sus resonancias poéticas. Se llega al poema, a la poética.

A.M.: Cuando usted opone el poema a la poesía, opone, me parece, el acto, que siempre vuelve a empezar, al objeto, la ética a la estética. ¿El punto de vista estético sobre el arte no tiene por resultado, simplemente, la muerte del arte, la muerte del poema?

H.M.: La estética es la muerte del poema, o, peor aún, una condición de pensamiento tal en la que el poema todavía no ha podido nacer. La estética es formalista; es muestra del dualismo del signo y provoca un encadenamiento de dualismos: forma/contenido; afecto/concepto; lenguaje/vida – un conjunto de cosas que matan al poema. Voy a darle, del poema, una definición de trabajo, que no es más que una proposición de pensamiento. El poema es la trasformación de una forma de lenguaje a través de una forma de vida y la transformación de una forma de vida a través de una forma de lenguaje. Las dos son condiciones de una y de otra. Ese tipo de pensamiento se vincula con la ética del sujeto. En otros términos, el poema es la forma lenguajera máxima de la vida. Todo aquello relega la estética al siglo dieciocho, en una conceptualización que sólo sabía oponer forma y contenido. Es una reflexión que da cuenta de lo sensible, de lo sensorial, de lo que se experimenta y parece bello. Se podría pensar que la estética es exactamente lo que hace falta para encarar el poema. ¡Error! Si defino el poema como acabo de hacerlo, como la invención de un sujeto, de una historicidad, eso no tiene nada que ver con la belleza o la fealdad, nociones culturales que a cada momento se opusieron a lo que aparecía como nuevo en la poesía o en el arte. Ya no se pueden contar los ejemplos en los que los contemporáneos denigraban lo que acababa de hacerse en nombre de los cánones de la belleza y de la fealdad. Un ejemplo: en 1896, aparece una obra de Max Nordau, crítico alemán que estaba lejos de ser tonto. La obra se titula Degeneración; se trata desde luego de arte degenerante. Ahí está escrito: “Mallarmé es un retrasado mental y además, Zola piensa como yo.” Lo mismo respecto a Verlaine. Los contemporáneos le encontraban un giro alemán, ya que predicaba “la música ante todo”. Del mismo modo, la palabra “impresionista” fue inventada por los enemigos de esa pintura.

A.M.: Lo mismo ocurre con los poetas metafísicos ingleses. La palabra la inventó el detractor de ellos, Samuel Johnson, en el siglo dieciocho. Para volver a esa noción de dualidad, en la oposición del sujeto al objeto, el poema muere, ¿no es así?

H.M.: Así como la dualidad de la carne y del espíritu sólo muestra el cadáver.

A.M.: ¿Ahí no se trata del dominio, en la cultura occidental, de la representación? Esta mañana releía, para escribir un artículo sobre el conocimiento poético, Bergson. Explica que el conocimiento de la vida sólo es accesible, fuera de la representación espacial, del tiempo por ejemplo, a la intuición en un movimiento que impide toda forma de fijeza.

H.M.: El vitalismo de Bergson está acompañado por una concepción del lenguaje que es dualista. Opone lo concreto individual vivo a lo genérico abstracto de las palabras. El ser vivo, en su materialidad, se opone a la palabra. Se trata de una caricatura lastimosa. Sólo pido amar a Bergson, pero la representación que tiene del lenguaje mata al lenguaje y al poema a la vez. También mata al lenguaje ordinario. Siempre me revelé contra esa distinción de los lingüistas entre lenguaje ordinario y lenguaje poético.

A.M.: Existe sin embargo realmente un lenguaje que fija la realidad de la vida.

H.M.: Si, el academicismo del pensamiento.

A.M.: ¡Y eso existe!

H.M.: Ahí se trata de todas las formas de saber que esconden su propia ignorancia. Es lo que aprendí al estudiar el texto bíblico y los comentarios. ¿Cómo gente tan sabia, que traduce esos textos, no se da cuenta que su saber produce ignorancia e impide incluso saber que la produce? Nada me parece más cómico que lo serio del saber.

A.M.: Usted escribe, en Vivre poème (Dumerchez, 2006 p. 11): “Se escribe para reinventar a cada momento una “vida humana”, en el sentido de Spinoza en el Tratado político, es decir una vida definida no solamente por la circulación de la sangre, que se comparte con todos los otros animales, sino por la verdadera fuerza y la vida del espíritu.” Es eso mismo, la espiritualidad, ¿no?

H.M.: Spinoza no se preocupaba en pensar el poema, sino que en su manera de pensar la vida humana, se acerca al poema. Es por eso que titulé mi libro sobre Spinoza: Spinoza, poema del pensamiento, (Maisonneuve et Larose, 2002). La expresión “vida humana” vuelve a emplearse dos o tres veces en la Ética. Para mí, se trata de un lenguaje codificado. Una vida humana es el título del pequeño libro de Uriel da Costa, amigo excomulgado antes que él y que se suicidó. Es una autojustificación, cuyo título en latín es Exemplar humanae vitae. Por lo tanto veo, en la repetición de esa expresión, el combate de lo vivo contra lo teológico-político que mató a Uriel da Costa. La vida humana, en Spinoza, implica ese combate contra lo teológico-político. Al estudiar el texto bíblico, descubrí otra distinción, entre sagrado, divino y religioso. Lo sagrado implica una actitud fusional entre lo humano, lo animal y lo cósmico. La serpiente le habla a Eva. ¿Eso qué quiere decir? Ese contacto directo entre Eva y la serpiente parece pasar a través del lenguaje, pero supone de hecho una relación tal entre humano, animal y cósmico que no se puede hablar de lenguaje en el sentido humano de la palabra. Ocurre lo mismo con la burra de Balaam.

En el tercer versículo del Génesis, Dios dice que se haga la luz. San Agustín, comentando ese pasaje, se pregunta: ¿En qué lengua hablaba Dios? No se trata de una lengua humana, sino de una figura de la voluntad divina. Lo sagrado, es eso. Parece ser lenguaje, pero no lo es. Se trata de un contacto directo. Por lo tanto ya no puedo decir que la Biblia es un libro sagrado, incluso si se usa la palabra, la mayoría de las veces, indiferentemente para divino, o religioso. Esto me hace pensar en la definición que da Maimónides de la idolatría en Guía de perplejos: es el “culto que se rinde a una obra humana”.

Lo divino aparece en el primer capítulo, versículos 20-21; es el principio de vida que se cumple en todas las criaturas vivas. No hago más que formular lo que dice el texto. Lo religioso sólo aparece en el tercer libro del Pentateuco, que comúnmente llamamos el Levítico. Se trata de la organización y de la ritualización de la vida social en función del calendario de las fiestas y de la lista de prescripciones y prohibiciones. Lo religioso se reapropia entonces lo sagrado y lo divino. Se convierte en el emisor de la ética mientras que las Tablas de la Ley que Moisés rompió estaban escritas con el dedo de Dios. Se trataba entonces de la ética de la vida, de lo divino. Y lo religioso se convierte potencialmente en lo teológico-político. Conclusión: nada se opone más a lo divino que lo religioso. En el libro de los Números, un hombre que cortaba leña el día del descanso (Shabbat) es juzgado y ejecutado.


Traduzco el texto bíblico a-teológicamente, por su poema y a través de su poema. Y esto no tiene nada que ver con lo que llamamos ateísmo. No me planteo para nada esos problemas. Spinoza, por su parte, separaba lo divino de lo religioso. Yo hago una poética de lo divino.

A.M.: Si tomamos el final de la Ética a pesar de todo, en el    escolio de la proposición 42, me parece que Spinoza rechaza la emoción en nombre de la razón, siguiendo en eso lo que T. S. Eliot llamaba “disociación de la sensibilidad” y situaba precisamente en el siglo diecisiete: “Pero el sabio por el contrario, como tal, se conmueve a penas, es conciente de sí, de Dios y de las cosas, a través de una especie de necesidad eterna, y, al no dejar nunca de ser, siempre goza por el contrario de la verdadera satisfacción del alma.” ¿Acaso este predominio de la razón sobre la emoción no contradice la unidad de ser del poeta?

H.M.: Spinoza opone aquí al sabio y al ignorante. Acá, para mí, es la fuerza del sabio que se opone al ignorante. Es este último quien separa el interior y el exterior. El sabio, por su parte, no separa. Lo que Spinoza llama el sabio, es el movimiento enteramente interior. Establece una oposición entre la plenitud emocional y racional del sabio y la división del ignorante a quien únicamente conducen sus deseos sensuales. La verdadera satisfacción del alma es interior. Transforma todo lo que viene del exterior en algo interior que no separa el concepto y el afecto – esa oposición gastada.

No soy spinozista, sino spinoziano, al igual que, cuando digo que hay que pensar Hugo, o pensar Humboldt, empleo esas palabras no como complementos de objeto, sino como adverbios: a la manera de. Trato entonces de “pensar Spinoza”, de entenderlo desde el interior, de pensar continuando Spinoza.

A.M.: ¿Se trata de una filiación?
H.M.: Sí, de una cierta manera, ya que lo que digo ahí supone una comprensión desde el interior y una afinidad, una proximidad muy grande. De ahí esa noción de “poema” en el título de mi libro. Para escribirlo, además, hice el esfuerzo de releer todo Spinoza en latín. Yo que no soy filósofo, partí de una frase de un spinozista de renombre que afirmaba: “Spinoza escribe en latín, por lo tanto no tiene ninguna lengua.” Es un clisé cultural que, como todo clisé, tiene las apariencias de la verdad. El latín, que pasa por una lengua muerta en el siglo diecisiete, era de hecho la lengua de la erudición, una lengua europea de cultura. En cuanto a pronunciar el latín, era otra cosa. Cada uno lo pronunciaba según los usos de su lengua.


Pero tres o cuatro pensadores inventan su pensamiento en latín: Hobbes, Francis Bacon, Descartes y Spinoza, luego, más tarde, Leibniz. Si se puede inventar el propio pensamiento en una lengua, no se trata de una lengua muerta. Quise probarlo. Tomé para hacerlo la quinta parte de la Ética, una parte comparable en cantidad en Hobbes, y otra en Descartes. Me dí cuenta de que cada uno escribía su propio latín. Tomemos igitur, por ejemplo, que quiere decir pues, Descartes no lo usa mientras que tiene en Spinoza un rol semántico y poético extremadamente interesante. Renueva esa forma pasiva del verbo actuar haciéndola rimar con finales pasivas.

A.M.: Eso revela una preocupación de escritura poética.

H.M.: Su escritura es un poema del pensamiento. Trata por ejemplo de aprehender las relaciones del espíritu, que piensa Dios, en Dios, y escribe esto: Se in Deo esse. Ahí si analizamos lo que dicen las palabras, lo que hacen las palabras, llegamos a algo extraordinario. Dice en efecto que el espíritu está en Dios, pero la combinación de las palabras implica que Dios está en el sujeto mismo (entre se esse).

A.M.: ¿Acaso no tenemos ahí toda la espiritualidad?

H.M.: Sí, en el sentido del aliento, en el sentido hebreo de la palabra, que deja en el guardarropas toda la ortodoxia religiosa.

A.M.: Me gustaría, ahora, pasar a sus poemas, que manifiestan un gran rigor. Usted no es un poeta de la efusión. Pocos adjetivos, verbos sobre todo, pronombres (elemento muy importante), sustantivos y adverbios. El ritmo de los mismos me parece inquieto, pero también saltarín. Sus versos prorrumpen como flechas y usted privilegia la distancia de la mirada antes que la intimidad de la mano: “no es la mano: es la mirada/ la que escribe” (Y la tierra fluye, Arfuyen, 2006, p. 56). Sus poemas manifiestan un sentido de la aventura (“menos sé/ más soy en lo/ que me convierto/ lo que yo/ busco”. p. 51), fuera del prejuicio, de las exhortaciones de otro y del pasado. ¿Que es el lazo del poeta con el pasado? ¿Que aprende de los otros poetas? ¿Un poeta puede vivir en su torre de marfil absteniéndose de estudiar?
H.M.: Su pregunta es difícil y voy a responderla al revés, a partir de lo que entendí tardíamente y recientemente. Lo que entendí, es que no sé lo que hago. Aprender, es entender que no se sabe lo que se hace. Eso requiere una crítica de todos los saberes. Mis poemas son mi propio desconocido que descubro, sin saber cuándo voy a escribir un poema ni lo que voy a escribir. La reflexión viene retroactivamente. Todo lo que podemos almacenar como saber (mi saber profesional sobre las cosas del lenguaje), todo lo que puedo saber, no es para nada lo que me hace escribir. Busco lo que no sé – mi propio desconocido. De una cierta manera, me lo han hecho notar más de una vez, hay en todo lo que produzco dos partes sin relaciones entre sí – ensayos para un saber mayor y poemas en lenguaje simple. Lo que entendí, es que hay una distinción, en el seno del pensamiento crítico, entre teoría y saber. La teoría consiste para mí en pensar sobre lo desconocido de las cosas del lenguaje. La expresión de “teoría del lenguaje” es de Saussure. Lo que oigo acá, es la relación de interacción entre las cosas del lenguaje, la poesía, la ética y la política. Esto equivale a identificar prácticamente poética y teoría del lenguaje.


La poética no es solamente el estudio de lo que es específico en los textos literarios. La poética de la sociedad incluye ética y política. El poema es un acto político, que afecta a los sujetos. Esto para hacer notar que la teoría piensa también sobre lo desconocido. Del que existen dos, al menos: lo desconocido del poema no es el de la teoría. No tengo imaginación alguna y escribo en función de lo que experimento. El verbo experimentar es interesante en relación a sentir. Se trata de un trabajo sobre uno mismo – que puede ir hasta el resentimiento. En el poema, no hay saber de la poesía, sino negativamente. El amor a la poesía es la muerte de la poesía. Tenemos la mirada orientada hacia la poesía que amamos, lo que ocurrió con los contemporáneos de Hugo. ¿Sabe cuál fue el primer Premio Nóbel de literatura? Sully Prudhomme, en 1901, casi olvidado en nuestros días. Cuando tenía trece o catorce años y frecuentaba mucho las bibliotecas municipales, leía Fernand Gregh, un sub-Hugo. Le debo a Humboldt la distinción entre actividad y producto. La actividad que sigue siendo activa, es la modernidad. En ese sentido, Homero es moderno. Todo eso me lleva a pensar que importa poco la fama del momento. La verdadera cuestión es la siguiente: ¿Cómo no ser el imbécil del presente? Max Nordeau lo fue. Eso no quiere decir que seamos más inteligentes ahora, pero el tiempo hizo su trabajo.

A.M.: Eso funciona en los dos sentidos: se puede pasar al costado de lo que hubiese merecido ser considerado.

H.M.: Es el caso de Maurice Scève, que fue borrado por la Pléiade, olvidado en los siglos diecisiete y dieciocho. Vuelve aparecer gracias a Sainte-Beuve en 1828, en su Cuadro histórico y crítico de la poesía y del teatro francés en el siglo XVI. Y ahora no aparece más como un poeta difícil, como era el caso antes. A la edad de dieciséis años, me maravillé con su lectura. Aquí vemos a un autor del siglo dieciséis que esperó al siglo veinte para renacer. Es además el crítico inglés Alan Boase, aficionado a los poetas metafísicos, quien redescubrió a Maurice Scève. Lo reeditó en 1949 en Ginebra. Ahí lo ve… el pasado es imprevisible

En cuanto al lazo con él, no puede haber respuesta simple. Estudié mucho a Hugo, pero soy incapaz de decir lo que le debo. Sí, al menos una frase: “Solitario, solidario”. En lo que toca a Spinoza, me permitió sentir mejor la relación entre la carne y el espíritu.

A.M.: ¿Usted diría que un poema está ahí para pensar?

H.M.: No, no está ahí para pensar, sino para inventar lenguaje a partir de una vida y una vida a partir del lenguaje, como lo dije más arriba, de manera un poco diferente.

A.M.: ¿Pero es exactamente eso lo que llamamos pensar?

H.M.: Tal como la filosofía se desarrolló en el siglo veinte, no hay mayor enemigo de la poesía que la filosofía. Lo importante se resume en un pedacito de frase que le debemos a Jacques Derrida en Del derecho a la filosofía: “El poema es un filosofema”. Derrida inscribe la poesía en la filosofía, en la interpretación, la hermenéutica y el signo.

A.M.: Sí, pero hay filosofía y filosofía. Si se piensa en una filosofía de la existencia, como la de Kierkegaard o la de Rosenzweig, se tiene a un individuo frente al tiempo o frente a la historia. Rosenzweig escribió La estrella de la redención como reacción a la guerra del 14, frente a la amenaza, a la muerte impuesta a la que, encima, se tiene que consentir. Eso bien vale un poema.

H.M.: Sí, pero desde luego, emití un juicio que es evidentemente insostenible salvo si se lo matiza. Hago matices. Hace un rato me valía de mi admiración por Bernard Groethuysen, pero es lo mismo en mi relación con Wittgenstein. Le debo mucho a ciertos pensadores por los que siento afecto. Siento afecto por Spinoza, por Wittgenstein y por Walter Benjamin, incluso si critico la aproximación teológica del lenguaje en este último.

A.M.: Esa noción de lengua original…

H.M.: Sí, eso, no puedo compartirlo. Hay desde luego que hacer enormes distinciones según los filósofos. En cambio, Heidegger jugó un rol terriblemente nefasto con lo que llamo su nacional-esencialismo. Digamos que, históricamente, las relaciones entre poesía y filosofía son muy a menudo malas. Tomemos por ejemplo la famosa frase de Adorno en 1949, que afirma que es bárbaro e imposible escribir poemas después de Auschwitz: eso indica simplemente que Adorno, que era músico, tiene muy malas relaciones con el lenguaje, que se resumen en una metáfora que emplea con respecto a la jerga de la autenticidad. Dice: “En Heidegger, las palabras son como naranjas envueltas en papel de seda.” Adorno tiene de la misma forma malas relaciones con la política. Su análisis del nazismo es inepto. Para él, eso se debería a una crisis de la racionalidad, a un eclipse de la razón.

A.M.: ¿Cómo ve usted las cosas?

H.M.: El nazismo tiene otra historia y otras causas distintas al eclipse de la razón, que es una explicación irrisoria del mismo. Y es tan irrisoria como plantear que ya no se pueden escribir poemas después de Auschwitz, pero es porque tiene una tan mala representación de la poesía como de la política. Y eso me parece muy interesante a la vez porque, en los efectos de interacción que postulo entre el lenguaje, el poema, la ética y la política, implico que paradójicamente, la poesía es necesaria para entender la política.

A.M.: ¿Cree que podemos resolver sobre la marcha la crisis del poema y la crisis política que vivimos actualmente.

H.M.: No, no lo creo. Hablo de una interacción entre pensar el poema como acto ético y las implicaciones que tiene esa aproximación para pensar lo político y la política. Contrariamente a todas las apariencias, y sé que ese pensamiento es del orden de la utopía, el pensamiento del poema nos enseña cosas vitales en lo que concierne al pensamiento de la ética y de lo político. En las disciplinas universitarias tal como están compartimentadas, la política se ocupa de la rivalidad de la fuerza y del derecho, la ética del bien y del mal, y todo esto no tiene nada que ver con la literatura. Allí se oponen la prosa y la poesía. Son esas certezas estereotipadas, esas ideas preconcebidas las que critico.

A.M.: Es el poder lo que usted critica, finalmente, ya que es él el que necesita ideas estereotipadas, muy sólidamente establecidas, para imponerse como único recurso.
H.M.: Desde luego, le dije que se trataba de utopía, a lo que la sociedad no da lugar, para lo que no tiene lugar. Para que haya utopía, tiene que existir una fuerza que trate de darle su lugar a un pensamiento que no lo tiene.

En lo que concierne a las relaciones entre poesía y filosofía, eso empieza muy mal con Platón, pero Aristóteles dice que los metros son partes de los ritmos. Nadie lo escuchó. Platón, es Goliat. Lo digo porque me sitúo desde el punto de vista de David. Las relaciones entre poesía y filosofía son algo apasionante, lleno de tensiones. Como lo dice Aristóteles, para no filosofar, aún se tiene que filosofar. Las pocas palabras que pronuncio equivalen una vez más a filosofar.

A.M.: ¿Considera que haya filosofía en la Biblia?

H.M.: No, no la hay.

A.M.: Quisiera volver a su trabajo de traducción de la Biblia, ya que me parece que esta experiencia irriga de alguna manera sus poemas, en su sintaxis, pero también en la intensión.

H.M.: Mi propia aventura en el lenguaje no está marcada por mi trabajo de traducción bíblica. Es lo contrario: mi manera de escribir mis poemas tiene una incidencia en mi manera de traducir. Traduzco como el poeta que soy.

A.M.: Usted hablaba hace un rato del poema como descubrimiento de lo desconocido. ¿Qué piensa de la noción de inconciente?

H.M.: La palabra existía antes de Freud. Es un cierto Hartmann que utilizó esa palabra por primera vez [Influenciado por Schopenhauer; Filosofía del inconsciente, 1869] y Freud la retomó. Lo que es imposible no criticar, es como Freud se limitó a la sexualidad masculina ignorando por completo a la mujer. Asimismo, la especialización de la sexualidad es criticable, ya que la noción es mucho más vasta y desborda, a mi entender, la psicología.

A.M.: Pensaba en esa reflexión de Michel Henry, quien explica que se nombra inconciente simplemente a lo que permanece no representado. Ahí hay confusión, ya que el pensamiento occidental está sometido a esa noción de representación.

H.M.: El Occidente está enteramente gobernado por la noción de signo, que es el dualismo del lenguaje, del cuerpo y del espíritu. A todo el pensamiento occidental lo lleva ese encadenamiento de dualismos del signo, que no se da como un punto de vista. Sobre el lenguaje, sólo tenemos puntos de vista y, desde el punto de vista en el que me ubico, el signo es uno de ellos que no se da como tal. No permite pensar el continuo cuerpo-lenguaje y es ese discontinuo el que reina en las disciplinas universitarias.

Para volver al inconciente, la poesía y el arte están constantemente en relación con el inconciente y nuestras invenciones de pensamiento están en relación con él. Si se compara en materia de lenguaje a Freud con Lacan, se puede pensar que Freud inventó su pensamiento del lenguaje mientras que Lacan saca su pensamiento del lenguaje del estructuralismo. Es un producto de la época. Freud es una actividad.

Ahí nos detenemos y volvemos a una conversación sin orden ni concierto sobre el latín, el griego y el hebreo, la guerra de Argelia y el desprecio actual respecto de la cultura. Durante toda la entrevista, un rostro egipcio de terracota veló sobre nosotros. Agradezco a Régine y a Henri por su calurosa recepción.

Ajuste, devaluación. Guerra por el consumo

por Diego Valeriano


Los consumidores más espirituales, como son  los más fuertes, encuentran su liberación allí donde otros encuentran la decadencia. En la devaluación, en la experiencia, en el campo de la guerra por el consumo; ahí extreman sus habilidades. A la final hubo lo que no querían que haya. La temida devaluación cayó sobre nosotros y el billete de cien que no llegaba al piso ahora se evapora en el bolsillo directamente. La devaluación es la guerra por el consumo por otro medio (más). Ya ni pedir sirve ¿vas a juntar moneditas? De igual forma, la plata diaria urge y se hace de mil maneras. Lo único que ahora hay que agilizar la forma de recalcularla. ¿Volveremos al robo de medidores de gas?  ¿A ser nochero de remis? La adaptación va a ser veloz, ¿dejaremos la coca y volveremos a la Bichi Ahora? Todo suceder, todo proceso de pérdida de valor, todo devenir como un determinar de relaciones de grado y fuerza, es una guerra. La devaluación traicionera y necesaria no va a modificar la estructura de vida de los últimos años. Nuestros cuerpos constituyen la primera barrera para detener la hemorragia. El ajuste no es solución. Es enfrentamiento. ¿Podremos lograr que la sangre fluya de manera más lenta y pueda iniciarse el proceso de coagulación? Simultáneamente, nos volveremos aún más feroces, más voraces, más inmediatos. Los procesos de liberación se aceleran, los hijos del neoliberalismo están velando sus armas. ¿a cuánto se va a ir el Hamlet? Lamiendo las heridas, mirando el resumen de tarjeta naranja. En una sola cuota, la segundo con el 10%. No hay que dejar heridos, no se toman prisioneros. Los reducidores desempolvan las notebooks, volver a robar electrodomésticos es negocio. La hemorragia puede tener muchas causas, como así también muchas acciones. Los de arriba apuestan a la devaluación y tienen nula confianza en la economía local, en su estabilidad, en la misma moneda. La vidas runflas solo creen en la revaluación. Confían sin confiarse porque no puede hacer otra cosa.

Jacques Lacan interrogado en TV (1973)


Jacques Lacan responde a una serie de preguntas por iniciativa del Servicio de Investigaciones de la Radio y Televisión Francesa, filmada por Benoît Jacquot. Esta charla – la voz que se escucha como interlocutor es de Jacques Alain Miller- fue difundida por la ORFT el 9 y 16 de marzo de 1974.

Si se calla el cantor

por Luciano


1.
En el kirchnerismo dirán que “no quedaba otra” que devaluar. Esto sería cierto si se cree que antes de ello el gobierno usó todo el instrumental que tiene la política económica para hacer correcciones. En todo caso, después de dos años de decisiones económicas erráticas y equivocadas, la sensación de que una devaluación era inevitable puede sonar verosímil a los oídos creyentes. Una de las discusiones que quedará emplazada para el liderazgo que asuma en 2015 es de qué manera el Estado, ante las tensiones cambiarias y fiscales que surgen del fin del tasachinismo, absorbe los costos él mismo en su política de recursos y gastos, sin trasladarlos de manera directa a la sociedad asalariada. Desde ya esto necesita de una política económica un poquito más sofisticada pero que se tornará obligación política en un país de crecimiento bajo o moderado con capacidad instalada completa. Hace ya varios años que el kirchnerismo abandonó la política de fogoneo de inversiones para centrarse exclusivamente en el consumo como motor de crecimiento; pero además, se entendió que ese consumo sólo debía (o podía) ser sostenido con incorporación constante de pesos al mercado, sin apelar a otros instrumentos que la política económica ofrece para mantener un consumo activo y diversificado que a la vez ayuda a mantener costos fijos en el mercado interno. Claro que para eso se necesita una política de recursos y gastos más ambiciosa que la que tiene el gobierno. Podríamos enumerar más “omisiones” del manejo económico gubernamental que ahora hacen creer en la inexorabilidad devaluatoria: es obvio que el sector agropecuario no se va a negar a las “virtudes” de una devalueta tan jugosa, pero el problema no era la rentabilidad, sino que siguen siendo los costos de producción, es decir, la inflación. Si cada vez que se acumulen problemas de competitividad, el Estado va a tomar la decisión política de socializar el costo en la masa asalariada y no absorberlo como institución económico-financiera, lo que se terminará devaluando es la expertise estatal en el manejo de la economía en un país pos-tasachinista.
2.
En 1997, y luego de una violenta devaluación del peso mexicano, el gobierno del PRI armó un plan social de becas alimentarias y educativas para niños y jóvenes que no estudiaran ni trabajaran. El programa se llamaba Progresa, el PAN lo continuó y en 2002 lo pasó a llamar Oportunidades. Lo interesante es que hoy y después de 17 años de vigencia del programa, en México se abrió una discusión profunda sobre los alcances y modalidades del plan que se relacionan con los resultados relativos obtenidos y con las necesidades productivas y de empleo de un país que necesita crecer y crear clase media al mismo tiempo. Después de 17 años, se verificó que el perfil asistencial del programa no alcanzó para insertar productivamente a los jóvenes y que el anclaje “educativo” del programa no tenía un correlato laboral firme para los jóvenes adultos. Es decir que como programa asistencial el plan cumplía sus objetivos, pero que el problema central de esa franja etaria de la PEA era el trabajo y solo parcialmente la asistencia social. Es por eso que Peña Nieto está encarando un rediseño del plan para pasar (en el rubro jóvenes ni-ni) de un anclaje educativo a un anclaje laboral como eje operativo (de objetivos y exigencias) que permita sortear la atrofia social del programa.
En estos días Cristina anunció un plan similar al mexicano para los ni-ni de 18 a 24 que era necesario porque fija la vista en las poblaciones más problemáticas de los conurbanos del país. Una política social “guita en el bolsillo” siempre es el comienzo para atacar el problema. Sin embargo, el kirchnerismo tiene a las políticas de “guita al bolsillo” como límite de su acción social, no como “comienzo”. Un breve contacto que cualquier militante político barrial pueda tener con las poblaciones ni-ni y con quienes desde el estado y el punterismo gestionan diariamente en la zona de fuego, alcanza para comprender que el problema central de los ni-ni no es la “guita en el bolsillo” (“la guita, si la tienen que conseguir, la consiguen”) sino todo lo demás que no permite llegar con perspectivas al terreno laboral. Otro problema del plan es que mete un anclaje educativo que en la mayoría de los casos no respeta la realidad de un ni-ni de 18 años que ya está en una fase de la adultez que no está motivada ni urgida por terminar y avanzar en los estudios. Por lo tanto, quedará también para el liderazgo que arranque en 2015 revisar el anclaje del programa y dotarlo de recursos humanos que puedan controlar y trabajar en el territorio junto a los beneficiarios de las becas.
3.
Al lanzar el Progresar, Cristina también ensayó un discurso político sobre coyuntura bastante inconsistente, con poca capacidad de enlazar a la coalición FPV con una instancia de nuevas representaciones como las que demanda el 2015. Es posible que Cristina haya optado (por el momento) concentrarse en su propio cierre de etapa como presidenta, lo cual implica desentenderse de cualquier herencia mínimamente ventajosa para una coalición efepeveísta que necesita construir una oferta política de mayorías que pueda ser competitiva en 2015. Esto explica por qué Scioli salió a revitalizar su campaña permanente en medio del estío, pero también explica que el espacio de representación está demasiado angostado desde la irrupción electoral de Massa, una cuestión que la propia Cristina se encargó de confirmar como preocupación personal cuando salió a pegarle a la policía municipal, y al darle centralidad política a un episodio menor sucedido en un municipio del conurbano. Que la “advertencia” del sciolismo político al FR sea hecha en función de los comportamientos de la orgánica partidaria y no de la representación a construir es la aceptación de que la fractura de la representación peronista puede tener una incidencia importante de cara al 2015, pero a la vez expresa las limitaciones de la coalición efepeveísta para adaptarse a ese escenario por fuera de lo partidario. Esa es la razón por la cual las distintas líneas municipalistas del peronismo nacional (en contraposición a algunas líneas provinciales) ya plantean cada vez más fuerte la necesidad de configurar una nueva coalición peronista; es un debate que recién empieza.

¿Qué está pasando con el dólar en Argentina?

por Santiago Gómez
Razones personales hacen que desde hace más de tres años pueda participar de conversaciones con economistas que trabajan en el Estado Nacional, ninguno con responsabilidades relevantes, o mejor dicho, de los que toman decisiones. Que Argentina está en una situación de crisis en su mercado cambiario no es ninguna novedad. Los especialistas lo suelen llamar “stress cambiario”, pero nosotros que no somos tan finos le decimos corrida cambiaria, es decir, mayoritariamente los agentes del mercado quieren comprar dólares. Con la incertidumbre que tenemos todos los militantes que no tenemos una sólida formación en economía, considero que compartir algunas de las reflexiones que Los Economistas Amigos me dieron para pensar lo que está sucediendo en el país, puede servir para enriquecer los análisis que el presente requiere.
¿Qué está pasando con el dólar en Argentina?
Al preguntarles a los que entienden de economía sobre las corridas, que fue una de las principales causas de conflictos económicos que el gobierno señaló hace tiempo, me explicaron que los motivos de la corrida son discutidos, y por lo que vengo escuchando y leyendo, difícilmente alguien que ofrezca certezas sobre el asunto esté diciendo la verdad. Para explicarme algo de lo que está pasando, Los Economistas Amigos (LEA) me dicen que están quienes piensan que el tipo de cambio está “atrasado” y que cómo finalmente se va a tener que corregir apuestan al dólar; que hay otros que piensan que el problema es más estructural y que como el país se acerca a un período de escasez de dólares (por déficit energético, del que también hace muchos años que los escucho hablar, tanto antes de la nacionalización de YPF; por las  necesidades de la industrialización, por la deuda y las ganancias de las multinacionales) va a tener que devaluar irremediablemente y por lo tanto compran dólares. Otros sostienen que es un problema financiero vinculado a lo baja rentabilidad relativa del ahorro en pesos, y finalmente están también quienes piensan que es lisa y llanamente una forma de desestabilizar al gobierno.
Según dicen, los diagnósticos son muchos y variados. A cada diagnóstico le corresponde una respuesta de política diferente siempre y cuando lo que se busque es evitar una devaluación brusca que convalide la corrida y beneficia a los que compraron dólares.
Al preguntarles a los economistas amigos qué estamos haciendo desde el gobierno, la respuesta fue que el gobierno tomó actitudes diferentes a lo largo del ya extenso período que tiene el problema. En un principio, cuando comenzó la corrida en los meses previos a la elección de Cristina del 2011, el gobierno decidió responder mostrando su poder de fuego sobre el mercado y salió a vender reservas y mantener el tipo de cambio. Como la corrida no se frenó y se consumían demasiadas reservas, después de las elecciones se cambió de estrategia y se optó por los controles. El “cepo” como le llaman.
Los controles tienen ya un tiempo largo y la justificación fue,  efectivamente, la de evitar una gran devaluación que tuviera efectos negativos sobre la distribución del ingreso. Al pedirles que me expliquen los efectos de una devaluación, me respondieron los LEA que si el tipo de cambio se devalúa fuerte, los precios de los productos importados suben, los precios de los alimentos exportables suben, se encarece la canasta de consumo básica y por lo tanto se transfieren ingresos desde los trabajadores al capital. Además, se premia a todos los que apostaron a comprar dólares, que al final de cuentas van a tener muchos más pesos con los billetes verdes que fugaron. Eso era lo que se quería evitar.
La realidad demuestra que después de un tiempo de controles aparecieron algunos problemas adicionales. Por un lado las reservas siguieron cayendo por el pago de la deuda externa y porque se hacía difícil controlar efectivamente que no se fugaran dólares por algunas de las ventanillas todavía abiertas. Por otro lado, la dinámica del mercado paralelo y los negocios financieros vinculados al dólar se volvieron demasiado atractivos e incentivaron algunas conductas que tendieron a agravar la situación. Los exportadores que tienen productos cuyo valor está dolarizado retienen sus productos para venderlos cuando la devaluación sea un hecho (esto lo podemos ver al ir por la ruta 2 a la costa y ver los silo bolsa durmiendo sobre los campos). Los importadores inventan formas para simular que los productos que compran son más caros y conseguir que les vendan más dólares que los que realmente necesitan, y los turistas aprovechan sus salidas al exterior para hacerse con todos los dólares que puedan.
Después de las elecciones del año pasado y el cambio de gabinete, los amigos dicen que se modificó de nuevo la estrategia. La estrategia proponía un mix de instrumentos: un poco de controles, un poco de devaluación y un poco de apuesta a resolver los problemas de acceso al crédito externo y una intervención sobre el dólar paralelo a través de los mercados de deuda pública en dólares.
¿Por qué entonces se mantiene esa sensación de stress cambiario?
La nueva estrategia se topó con algunos problemas, me respondieron. Algunos más esperables que otros. Por un lado el verano y las vacaciones son un momento de fuerte demanda de dólares para turismo, lo cual impulsó la suba del dólar paralelo, por el otro en el plano internacional la mayoría de los países emergentes están sufriendo salida de capitales y devaluaciones por el cambio en la política monetaria de los EEUU, lo cual hace más grande la supuesta corrección cambiaria que hace falta. Por último, les parece que hubo una cierta apuesta a conseguir algo de reservas que no funcionó. Si el Banco Central pierde reservas mientras devalúa se genera la sensación de que es el mercado el que la está haciendo, si la devaluación ocurriera con reservas estables, el Estado es el que parece tener el control del mercado.
Como no me encuentro en el país, ayer les escribí a Los Economistas Amigos para preguntarles de qué se trató la devaluación de ayer, porque no pareció tan gradual como la que ellos venían diciendo que había que hacer. La respuesta consensuada fue que la devaluación de ayer es una novedad. Que hay que esperar para ver si efectivamente se decidió abandonar la devaluación gradual y cambiarla por una devaluación más fuerte que elimine las expectativas de devaluación. Según me dijeron, en los hechos, es convalidar la corrida. Pero hay que esperar un poco para confirmar que esto sea así. En ese caso el gobierno tendrá que buscar las formas de compensar los efectos regresivos de la devaluación.
No parece casualidad entonces que justo el día de la mayor devaluación de los últimos años, la Presidenta anunciara un ambicioso programa de inclusión social que, debemos reconocer, tiene el mismo objetivo que el existente Programa Jóvenes con Más y Mejor Trabajo, lo cual debe interrogarnos respecto a si el mismo no tuvo el alcance esperado por problemas de comunicación o porque los intendentes no lo implementaron como correspondía. Al devaluar la pelea fuerte deberá darse en este campo: muchos esfuerzos para controlar la inflación y sostener los acuerdos de precios y mucha política para tratar de compensar a los sectores que puedan verse más afectados.
En el correo que les envié después de esa respuesta, les pregunté si tenemos que pensar si la batalla contra la corrida la perdimos. La respuesta fue que tenemos que entender una cosa: el kirchnerismo tuvo durante mucho tiempo al tipo de cambio alto (es decir devaluado) como un pilar fundamental de su política. El problema es que siempre pensó que las devaluaciones debían ser compensadas, es decir que debían evitarse los efectos distributivos regresivos. Hasta 2008 esto se hacía a través de las retenciones a las exportaciones. Se devaluaba el tipo de cambio y para evitar que los productores de alimentos exigieran mayores precios en el mercado local por sus productos, se incrementaban los impuestos de exportación. Tras la crisis del campo, las retenciones dejaron de ser una opción de política y el gobierno perdió su instrumento para compensar las devaluaciones. Si efectivamente se decidió que la única forma de frenar la corrida cambiaria es una devaluación más fuerte, deberá hacerse un esfuerzo muy grande para compensar los efectos distributivos de la medida. El gobierno intentará lograr que los ingresos de los sectores populares crezcan más que los precios, en un contexto en el que se pretende que el dólar suba más que los dos anteriores. La responsabilidad se traslada a las áreas de gobierno que tienen que controlar precios y diseñar políticas sociales. Aunque todavía hay que esperar para confirmar lo de ayer.
Desde el 2010 que vengo escuchando a mis amigos economistas y, hasta el momento, nunca se equivocaron con los análisis que me dieron, es por eso que los comparto.
(Agencia Paco Urondo)

Devaluación,»final de partida” y… de ciclo

por Fernando Rosso


La imagen del gobierno esquivando sus contradicciones con sobreproducción de relato llegó hasta que empezó a pedir “tablas” y la semana pasada pateó el tablero (hacia la derecha). “Cristina corazón, acá tenés los pibes para la devaluación”, fue una de los tantos remedos que circuló en las redes sociales ante la última medida económica del gobierno. El proyecto “nacional y popular”terminó en parodia de sí mismo y en un nuevo drama en puerta, para la mayoría de la nación.
La clásica de obra Samuel Bekett “Final de partida” (1957) puede resultar metafórica para el presente del kirchnerismo y sus puestas en escena que rememoran al teatro del absurdo. Para algunos críticos, la resistencia de Hamm (uno de los dos protagonistas centrales de la obra) a aceptar el fin puede ser comparada con la del jugador amateur de ajedrez a admitir una derrota.

Esa era la imagen del gobierno esquivando sus contradicciones con sobreproducción de relato, hasta que empezó a pedir “tablas” y la semana pasada pateó el tablero (hacia la derecha).

“Cristina corazón, acá tenés los pibes para la devaluación”, fue una de los tantos remedos que circuló en las redes sociales ante la última medida económica del gobierno. El proyecto “nacional y popular” terminó en parodia de sí mismo y en un nuevo drama en puerta, para la mayoría de la nación.

La definición de “fin de ciclo” estaba legítimamente fundamentada en dos dinámicas convergentes e interrelacionadas: la llamada crisis de sucesión política y el límite que encontró el crecimiento expansivo de la economía, que tuvo su base en el viento de cola de la economía mundial y la mega-devaluación del 2002, que abarató el precio de las fuerza de trabajo y de las mercancías argentinas en general. La inflación comenzó a ser la manifestación del agotamiento de ese “modelo”.

Una serie fortuita de eventos nacionales e internacionales, como el rebote extraordinario de la economía mundial en 2010-2011, la muerte repentina del ex– presidente Néstor Kirchner y la incapacidad política de la oposición tradicional, actuaron como contra-tendencias económicas y políticas a la decadencia. El 54% encandiló y generó la ilusión de “Cristina eterna”. El éxito empujó a la excesiva “autonomía” y al extremo al arbitraje bonapartista.

En ese año 2012 se retoman las tendencias críticas, baja del crecimiento y delas tasas chinas, disparada de la inflación, comienzo de la restricción externa, crisis energética y enfrentamiento con el movimiento obrero. Eran los tiempos del insulto gorila contra los trabajadores, cuando los docentes se habían convertido en “extorsionadores” y las enfermedades laborales (como la tendinitis de los trabajadores del subte) eran motivo de chicanas y “zonceras”del elenco gubernamental, con “Animal” Fernández a la cabeza. El salario se convirtió en ganancia, sujeta a impuesto.

El año 2013 traduce esto al terreno político electoral y certifica la derrota,sellada con la baja hasta el piso del 33% de los votos y la pérdida por derecha y por izquierda.

Si se analizan las principales medidas de este periodo, la devaluación actual y el consecuente ajuste, que favorece a los grandes empresarios, no es tan novedosa. Tarifazos propios o tercerizados, entrega y reprivatización de YPF a Chevrón, ley de ART “a la medida de la UIA”, pago religioso de la deuda externa usuraria, impuesto al salario y “techo”” a las paritarias, campaña electoral en la “madre de todas las batallas” (la provincia de Buenos Aires), basada en el discurso de la “seguridad” y conducida por Scioli. Todo bendecido por un“neo-papismo” bergogliano. Massa no lo hubiese hecho mejor.

La devaluación abrió el camino para la profundización de este ajuste. Lo que en estos días se decide es el ritmo, no el fondo. Es decir, si la “liberación” del cepo al dólar abrirá una espiralización devaluatoria e inflacionaria y la agudización de la crisis; o si será mediado y en cuotas.

El complemento del nuevo “plan” es la búsqueda de nuevos acuerdos internacionales que fortalezcan el atraso y la dependencia. La caída del salario real ya es un hecho, el aumento de las deudas provinciales (solo Córdoba tiene más del 50% de su deuda en dólares) empujará al ajuste a varios gobernadores. La dolarización del precio de los combustibles, acordados con Chevrón exigirá tarifazos a las naftas (que ya se vienen aplicando).

Las paritarias serán cualitativamente más duras y decisivas. El gobierno hizo concesiones a todas las corporaciones: a la corporación financiera de los“buitres”, a quien ofertó pagar en París, a las corporación empresaria que obtuvo una jugosa devaluación, especialmente a la famosa “oligarquía” y los monopolios cerealeros (60% aumentaron sus ganancias en pesos en un año, gracias a la devaluación, 30% en días), a Chevrón y las corporaciones petroleras y hasta la corporación armada (las policías) tuvieron sus “paritarias express”con aumento récord en cifra y en tiempo. Pero ahora exige “moderación” a los trabajadores y que sean “solidarios” y no tan…corporativos, mientras saquea su salario. El gobierno es corporativo ante las demandas de las clases dominantes y exige a los trabajadores que sean “hegemónicos”, mientras transfiera recursos del trabajo al capital.

La devaluación del equipo económico-político es igual o mayor a la del dólar.Al ministro Kicillof lo traiciona el inconsciente y es el mismo el que compara la situación con el final de la Alianza: “la brecha (entre el dólar blue y el oficial, NdR) fue tomada por los medios como sucedía en la época de De la Rúa con el Riesgo País. Buscan desestabilizar el Gobierno…” (Página 12, 26/01) Elfin de la fortuna desnuda la ausencia absoluta de “virtú”. Y para colmo de males, Godot, esta vez, tampoco va a venir.

La relación entre el gobierno, los pueblos indígenas y los campesinos acumula tensiones en Bolivia. Entrevista a Luis Tapia

Por Gabriel Delacoste


Luis Tapia, licenciado en Filosofía y doctor en Ciencia Política, impartió el curso “Democracia, actores sociales y partidos políticos en Bolivia contemporánea” para la maestría en Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República. Cuando se acerca el año electoral en Bolivia, la diaria lo entrevistó acerca de la actualidad de la política y de los movimientos sociales en su país, en un contexto de conflictos y contradicciones entre el gobierno de Evo Morales y las organizaciones sindicales y campesinas.

-Evo Morales es considerado fuera de Bolivia un símbolo del “giro a la izquierda” de la región. ¿Cómo es visto en su país?

-Esa imagen se ha ido deteriorando. Empezó como un liderazgo nacional que quería unificar organizaciones indígenas, campesinas y sectores populares, basado en la defensa de la coca, que fue causa nacional durante muchos años. Eso se ha agotado, porque ahora el presidente aparece como un defensor de los intereses sectoriales corporativos de los plantadores de coca, contra las organizaciones indígenas. Y, explícitamente, el gobierno tiene hoy un discurso antiindígena. Entonces su imagen interna es distinta de su imagen internacional.

-¿Antiindígena en qué sentido?

-No reconoce a las organizaciones indígenas autónomas. Se les están iniciando juicios, se las ha reprimido, y el proyecto del gobierno básicamente consiste en apropiarse de territorios indígenas para concesiones de explotación de bosques, explotación petrolera, minera y proyectos como carreteras y represas.

-Hay como una oposición entre modernización y desarrollismo por un lado y economía comunitaria y “buen vivir” por otro.

-Desde el inicio del gobierno surgió un discurso de respeto a la Pachamama y el “vivir bien” para legitimar el nuevo plan de desarrollo nacional, pero en los últimos años el proyecto del gobierno ha sido básicamente de desarrollismo extractivista, relacionado con la megaminería, el agronegocio y la ampliación de la exportación de hidrocarburos. No hay nada sobre economía comunitaria. Entonces el mismo gobierno ha abandonado el discurso del “vivir bien” porque ya no es verosímil.

-¿Cómo encajan en este modelo las nacionalizaciones en ciertos sectores estratégicos?

-Eso es clave. Antes que nada porque era una demanda nacional generalizada, previa a la victoria electoral del Movimiento al Socialismo [MAS, el partido de Morales]. Y también porque la nacionalización es la base del poder económico, que se traduce en poder político del gobierno. Esos ingresos le permiten tener recursos para financiar la política social y la campaña electoral. Sin nacionalización no tendría poder, un poder que le dio un margen de autonomía frente a los norteamericanos, a los que pudo expulsar del país.

-Durante este mismo período se dio la refundación de Bolivia como Estado Plurinacional. ¿Cómo se relaciona el modelo de desarrollo con el reconocimiento de la nueva Constitución hacia la economía comunitaria y la autonomía de los pueblos indígenas?

-En Bolivia hay tensiones y contradicciones, porque la Constitución reconoce en el artículo 2 los territorios de 36 pueblos y culturas diferentes, además de su lengua y sus formas de autogobierno. Pero luego el gobierno no incluyó en la legislación la consulta vinculante a las comunidades sobre el uso de los territorios indígenas, por lo que es el Ejecutivo el que decide para qué usarlos. Ha entrado en contradicción con los pueblos indígenas de manera bien frontal. Una contradicción entre lo que dice la Constitución y lo que hace el gobierno, montado sobre vacíos de la propia Constitución.

-¿Y cómo reaccionan los movimientos sociales?, porque el MAS también tiene una base importante en la población indígena.

-Por un lado, se han organizado marchas masivas en torno a la sede de gobierno en La Paz, sobre todo desde el Amazonas, para reclamar consulta previa y rechazar los proyectos de construcción de carreteras y de explotación petrolera. Pero por otro lado, el sector que es base de apoyo del gobierno, los sindicatos campesinos, está interesado en ampliar su frontera agrícola hacia el territorio colectivo indígena. De hecho este sindicalismo ha sido utilizado por el gobierno para reprimir a las organizaciones indígenas comunitarias.

-Se dio en 2011 una ruptura entre las organizaciones sindicales y las indígenas. ¿Cómo ve el futuro de los movimientos populares?

-Es difícil decir; ahorita diría que estamos en una etapa de descomposición de lo construido durante décadas. El Pacto de Unidad entre indígenas y campesinos [articulación que impulsó una agenda política común], resultado de dos décadas de proceso de unificación, ahora se ha roto. Diría que está en una fase de resistencia, sobre todo por parte de lo comunitario indígena. Lentamente las comunidades están empezando a hacer alianzas con sectores urbanos, sobre todo de izquierda, que a su vez están asumiendo la idea de lo plurinacional, de respeto a los territorios comunitarios.

-Me cuesta imaginar un proyecto económico basado en una economía comunitaria de pequeña escala para un país de millones de habitantes. ¿Existe una alternativa al modelo actual?

-Eso no existe, no se ha planteado. Lo que se pensó desde el gobierno fue, por un lado, la nacionalización -la estructura productiva sigue siendo la misma, sólo que con mayor control estatal- y, por otro, la ampliación del extractivismo. La economía comunitaria, más que un proyecto, es lo que ha existido a lo largo de siglos, y obviamente no es una alternativa para los sectores modernos. Pero es algo que se puede preservar y evitar que se siga reduciendo.

-¿Qué posibilidades le asigna a una nueva victoria electoral de Morales en octubre de 2014?

-Yo creo que bajo la actual correlación de fuerzas y legislación electoral, el MAS ya no ganaría. El MAS probablemente tiene un tercio de apoyo en el país, aunque le favorece la fragmentación de la oposición, que no se sabe si se va a unificar. Sin embargo, con un tercio iría a segunda vuelta, y en la segunda vuelta yo creo que perdería.

-¿Y quiénes son los desafiantes?

-Probablemente quien tiene más posibilidades es Juan del Granado, del Movimiento Sin Miedo [MSM], que está articulando diferentes sectores opositores.

-¿Cómo lo definiría políticamente?

-Diría que es un partido de izquierda moderada, reformista pero pluralista, y que ha incorporado el tema de lo plurinacional. Ha entrado en una red de alianzas con movimientos indígenas.

-Hubo en los últimos años un enfrentamiento con movimientos indígenas en torno a la construcción de una carretera que atravesaría el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure, que últimamente recibe poca atención mediática. ¿Cuál es la situación?

-Yo creo que esta baja en la intensidad tiene que ver con el período electoral. El gobierno ha insistido en hacer la carretera, y luego de haber decidido hacerla, como la población demandó una consulta previa, realizó una consulta amañada para dar la imagen de que la gente está de acuerdo. Ha intervenido militarmente, está persiguiendo por la vía jurídica a los principales dirigentes y está montando una red clientelar en la zona para dividir a las organizaciones indígenas. Pero mientras no haya elecciones se está manteniendo un bajo perfil, porque es el principal foco de oposición al gobierno. Por ello, probablemente la obra esté detenida hasta después del resultado de las elecciones.

-Morales ha apostado fuerte a la integración de América del Sur, y sin embargo ha habido conflictos importantes entre capitales brasileños y chilenos, por ejemplo, y el gobierno boliviano. ¿Cómo se da esta relación?

-El proyecto de integración que se ha ido desplegando en los últimos años es resultado de cambios internos en cada uno de los países, donde ha habido una recomposición de la relación entre Estado, sociedad y economía, lo que ha propiciado un mayor control de recursos económicos, generando una política económica un poco más autónoma a nivel regional, en particular en relación a Estados Unidos. Ahora, esto tiene contradicciones, porque por un lado hay políticas de integración regional, pero lo más fuerte, en el caso boliviano, es la subordinación a la geopolítica brasileña. Gran parte de los proyectos del gobierno son de interés brasileño, y no de la población boliviana, y los hemos financiado nosotros con préstamos del Banco de Desarrollo de Brasil. Están las dos cosas a la vez, las geopolíticas nacionales se despliegan bajo el marco de la integración.

“La literatura pertenece al tacho de basura cultural”. Entrevista a Pablo Farrés

por Leticia Martin (para Tónica)

EEl desmadre, la novela recientemente publicada de Pablo Farrés (Ramos Mejía, 1974) nadie puede hablar. Hay silbidos, chasquidos, pensamientos, pero no existe la posibilidad de la comunicación, no se puede ⎯pese a los intentos⎯ narrar los hechos, incluido ese informe que la Asociación Madres de la Memoria le encarga a la protagonista de esta historia imposible, incatalogable. Farrés despliega así un espacio inexistente, Mailán, que se parece mucho a nuestro país pero no lo es. ¿Se trata de una excusa para narrar por afuera del canon, de la historia y del lugar común?
¿Cómo surge la idea de El Desmadre? ¿Qué te empuja a escribirla? ¿Un hecho? ¿Una idea? ¿Dónde ubicás la textura de “lo literario” para considerarlo digno de ser narrado?
Para responder sigo un poco el planteo de la narradora.
1. Por un lado, ella sostiene que la idea de “madre” se relaciona necesariamente con la escena del parto; pero el parto en sí mismo es una escena imposible. El momento en que la mujer se parte para dar vida -al costo de ya no estar allí- es transformando en una mitología personal y en una ficción comunitaria.
2. La muerte de un hijo significa la imposibilidad lógica de seguir siendo madre. De ahí su desmadre en relación al concepto.
3. La narradora no sólo se desmadra a nivel conceptualmente sino también físicamente, hasta el punto de tener que asumir la novedad de un pene que ha surgido entre sus piernas. Lo que tiene que sostener ese travesti  desde entonces es su mitología: ser la madre de un hijo desaparecido, haciéndose cargo, a la vez, del pene que la ha desmadrado y desconchado.
No sé entonces si se trata de una historia digna de ser narrada. La condición de madre es imposible en sí misma, es una ficción y por lo tanto: literatura. La noción de ficción no necesariamente remite la narración de una mentira, sino que -aún siendo verdadero- el hecho narrado no puede sino existir en el lenguaje.
¿Pero cómo resuena el uso del término “madre” en esta época y en nuestro país?
En Argentina no podemos hablar de “madres” sino de “Las Madres”. Las mayúsculas implican una dimensión política y comunitaria de la que nadie puede estar ajeno. En el imaginario cultural, los que nacimos en los setenta nos definimos como hijos sustitutos de unas Madres que nunca nos acunaron. Pero el problema que a mí más me interesa es el de cómo el discurso de la memoria redujo la narración a su imposibilidad: “verdad, memoria y justicia”, haciéndole el juego a las estructuras más conservadoras de nuestra sociedad. Eso mismo explica la apropiación política que el kirchnerismo hizo de la memoria y de las Madres. Hubiese estado bueno que el discurso de la memoria explicitara sus desplazamientos desmadrados –Freud lo sabía: superposición, travestismo, desplazamiento, etc. Pero eso no ocurrió. Y entonces fuimos educados y sometidos a la búsqueda interminable de la verdad y la justicia: neuróticos palurdos (yo entre otros).
¿Y qué efectos tuvo esa educación a que fuimos “sometidos”?
El resultado no puede ser otro que el de ocupar constantemente el lugar de la demanda y la queja infantil. Somos una cultura del resentimiento. De todos modos, lo que está fuera de la cultura –o que por lo menos debería estarlo- es la literatura. Y en este sentido no está mal que sea la literatura la que invite a la ficción, a la desmemoria y a la fiesta, en lugar de invitar a la verdad, la memoria clasificatoria y la justicia.
¿Podemos decir que El Desmadre es una metáfora del modo en que el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional operó sobre las psiquis y los cuerpos de sus víctimas?
Entiendo que no. No hay metáfora. A la narradora le sale en serio un pene. Las metáforas no me gustan mucho. Me gusta en cambio hacer la narración de una experiencia imposible. Con respecto al Proceso, me encuentro con un límite propio. Acerca de las Madres se puede hacer literatura porque su condición es la de la narración, viven en el lenguaje y en este sentido nos incumben en la dimensión humana del lenguaje. Los milicos no laburaban en el lenguaje –o lo hacían, pero mal, tan mal que la batalla cultural la perdieron en lo discursivo (no sólo fueron hijos de puta sino que también eran tarados comunicacionales). Intervenían sobre los cuerpos. Ahí hay un afuera de la ficción, del lenguaje y de lo humano. Ese ámbito del desastre físico, de la destrucción corpórea, de los cuerpos arruinándose, es lo inenarrable, lo indecible. Pero que los milicos sean el afuera del lenguaje y de la ficción no significa un borramiento del horror, sino la insistencia muda del horror en la lengua y en la ficción.
¿Qué hay del discurso contra los milicos? ¿Qué encontrás condensado ahí?
Cuando alguien habla de los milicos invariablemente cae en clichés demasiado transitados y termina diciendo pavadas. Cuando el horror –es decir, el mero reviente físico- es el límite del lenguaje. Hablar del horror no es más que una farsa o una estadística. En cambio, las Madres son nuestra ficción, de ellas se puede hablar porque de algún modo somos hablados por ellas. El problema, claro está, es que podamos hablar por nosotros mismos y permitirnos nuestro desmadre.
¿Pero, más allá de esta novela, te interesa el trabajo con las figuras retóricas?
Poco y nada. Entiendo que las figuras retóricas son el efecto de un territorio pre-narrativo. Surgen de un lugar que no son las palabras pero que las hace emerger. Puede tratarse de una imagen, de una obsesión, de cierta música, o lo que fuere. La palabra es un horizonte que no necesariamente señala su origen. Sin embargo, sin ese origen no-discursivo, la palabra se transforma en nada y el relato en mera sumatoria de figuras retóricas.
A lo largo de la novela la narradora reflexiona sobre la dificultad del lenguaje y la comunicación. ¿Podemos decir que El Desmadre es el no-relato posible de aquel hecho?
En un principio el texto se llamaba Informe acerca de la imposibilidad de todo informe. Cambié el título por El desmadre porque me parecía que la noción de imposibilidad no ayudaba a entender el acontecimiento del desmadre como una afirmación de vida. Pero claro está, la afirmación de esa experiencia imposible implica asumir el desastre del relato. ¿Cuál es el estatuto del relato de una experiencia inenarrable? Esa misma pregunta es el núcleo oculto en el discurso de las Madres. La pregunta queda en silencio; entonces aparece toda otra cuestión: ¿cuál es el estatuto del relato de una experiencia inenarrable? Y también, ¿qué necesidad tenemos de establecer la verdad como criterio para asumir lo inenarrable? ¿Por qué tanto temor a asumir la ficción como motor creativo para expresar –no comunicar, no informar, no hacer la crónica-, sólo expresar lo que no se puede decir? Son preguntas retóricas. Yo pienso que el potencial ficcional ha quedado reducido a la mera nomenclatura de “literatura”, porque la literatura pertenece al tacho de basura cultural. Entonces es fácil desmarcarse: todos tienen su verdad, su memoria, su justicia. El discurso sobre la verdad ha triunfado sobre el de la ficción. Circula mejor entre las mallas del poder, y se instala más fácil en la cultura del resentimiento. Sin embargo, la ficción -como margen y residuo, sí, pero también desde dentro- insiste, contamina, y pudre. No hay discurso sobre la verdad que en algún momento no se encuentre frente a su propio doble oscuro.
¿El concepto de desmadre aplica sólo al cambio físico de estas mujeres o se puede pensar también respecto del modus operandi del aparato represor? Me refiero a plan racional de exterminio.
La racionalización de la violencia implicó un desmadre. Finalmente se trataba de un plan organizado para quitar a los recién nacidos e insertarlos en otras familias. En este sentido, el Proceso también fue una máquina de desmadrar. Desmadró a las madres a quienes les fueron sustraídos sus hijos y a los hijos a quienes se les impuso la farsa de una maternidad injertada. Los procesos totalitarios o dictatoriales del siglo XX, más que atender a cuestiones ideológicas se transformaron en máquinas mortuorias que tenían como objetivo la vida, el bíos. Ello implicaba determinar qué vida era digna o sana, útil, y cuál no lo era. Tarde o temprano toda dictadura tiene que enfrentar la cuestión de la maternidad. Por ello el desmadre fue un objetivo político. Pero lo que yo llamo desmadre no es propiedad de un régimen totalitario. Cuando nuestras Democracias deciden la legitimidad, o no, de un aborto, por ejemplo, –sin ponerme a favor o en contra- toman como objeto de control político la vida. No importa el cariz progresista o conservador de la cuestión, sino el hecho de que la vida sea objeto de control. La democracia también decide qué vida es digna, sana o útil, y quién debe o no nacer o morir. Pero la noción de desmadre va más allá de una apropiación política. El desmadre es un acontecimiento vital.
¿Entonces el hecho de nacer podría considerarse un desmadre?
Claro. Nacer ya es un modo de desmadrarse: el hijo viviendo la pérdida de la madre; y la madre separándose del hijo. Todo lo demás responde a un imaginario cultural acerca de lo que significa ser madre. En mi novela, ese desmadre inicial se radicaliza. Ciertamente los militares le roban el hijo a la narradora. ¿Pero qué hace la narradora? Se desmadra en serio, lleva el desmadre hasta el extremo y entonces le sale un pene.
¿En todos los casos el desmadre implica una pérdida? ¿siempre es la condena de una ausencia o una desaparición?
Yo prefiero pensar que el desmadre puede volverse un modo de afirmar la vida y, con ella, lo político. Digo, ya no desde la carencia sino desde la afirmación: soy esto, me pasó esto, no me vengan con verdades, memorias ni justicia, sino, simplemente, bánquense lo que soy: una madre con pija que viene hacer mierda toda clasificación, toda apropiación política, y toda racionalización sobre la vida.
El intertexto del desmadre es la ontología del deforme que en algún punto comienza  a cruzarse con la historia de la narradora y sus treinta hijos. ¿Qué representan esos pibes filmando películas porno?
No sé qué representan. Un amigo me dijo que éramos nosotros en tanto generación de la post-dictadura. Ciertamente, los hijos mogólicos que la narradora va pariendo, nacen después de lo que ella llama el fin de la fiesta del horror. Viven más allá de la dicotomía libertad-esclavitud, les alcanza con la satisfacción animal. Es una interpretación tentadora. Para mí no representan nada.  A mí me interesa la visión del chico que, al descubrir que su madre tiene pene, entiende que no ha nacido de nadie, que tiene miles de años y existe como la tierra y las estrellas. Ahí el desmadre llega a su extremo, alcanza la experiencia del inengendrado. Pero no cualquier puede llegar a esa vivencia. En ese intertexto, el narrador dice que en el fondo tuvo que decidir hacerse humano o quedarse a vivir para siempre en una infancia deforme. No se puede narrar la experiencia de ser inengendrado sino es eligiendo no seguir el camino de lo humano. En este sentido, la figura del mogólico, como aquel que se ha corrido de la norma biológica culturalmente impuesta, ayuda a sostener la narración.
¿Pero por qué filman películas porno?
La pornografía pone en juego nuestros límites desde un lugar absolutamente aceptado. A mí me interesó trabajar la cuestión del porno porque se trata de un horror más sutil, que implica una estetización de la carne y del reviente. El horror hecho espectáculo y consumo. En el fondo, lo que se plantea es que el horror no se acabó con la dictadura, continúa bajo otras formas que siguen fascinando y atrayendo. El origen de ese horror no necesariamente implica al Estado, sino a nuestro modo de ser humanos.
¿De qué necesitás “desmadrarte” como autor?
Es re difícil la pregunta. Ya escribí El desmadre. Ya está. Ya no quiero saber de qué me tengo que desmadrar. Una cuestión personal de la que en un rato seguro me voy a avergonzar: cuando terminé de escribir El desmadre, mi vieja se murió. Mirá el poder mágico, peligroso y mortuorio, de los libros. Eso fue hace unos tres años. Hoy ya no me pregunto de qué o de quién me he desmadrado, sino hacia dónde me lleva lo que en algún momento explotó.
¿Se puede crear y progresar siendo un escritor desmadrado?
Qué problema, nunca siento que progrese hacia ninguna parte. En todo caso, no me interesa demasiado progresar, sí encontrar cosas. Para progresar tendría que saber desde dónde y hacia dónde voy. Todos estamos haciendo esto y lo otro y seguramente mañana haremos aquello otro; pero la pregunta acerca de para qué todo eso, es un poco más difícil. Por otro lado, no soy un escritor desmadrado, soy alguien que escribe textos que a veces se desmadran y ya no vuelven. Pero yo vuelvo. Volver también está bueno. Es conocer mi límite. Entre otras cosas, tengo dos hijos que siempre me esperan al volver y que tal vez, alguna vez, escribirán el despadre.

Pasamanos

por Friedrich Fontana

En la esquina de Cerrito y Buenos Aires hay un tipo esperando el colectivo. Está ahí parado y zapatea. No es un zapateo folclórico ni nacionalista; el tipo zapatea porque es así. Cuando espera el colectivo zapatea y al tiempo se hace rulos con la barba; a veces se come las uñas y nunca puede dejar de pensar. No son pensamientos o ideas profundas, creativas, que devengan en la invención de algo. No. Tampoco son pensamientos literarios o estéticos. Son pensamientos secos, como cortados de las sinapsis con filo tan ardiente que la herida cauteriza de inmediato, impidiendo el sangrado. Suele decirse a sí mismo que pensar todo el tiempo le hace mal. Pensar en nada todo el tiempo hace mal.
Es temprano y el frío embota en esa esquina donde el tipo espera el colectivo. Lleva puesta una campera de cuero negro, larga hasta debajo de la cintura, un suéter color ocre y una bufanda larga haciéndole juego con sus medias rojo carmín. En los zapatos lleva doble moño, por las dudas que alguno se desate. El cabello impecable, rasurado y sin pelusas. Sin embargo tiene mal aliento, y él lo sabe. Eso lo irrita mucho.
El tipo sube al colectivo y pasa la tarjera pero algo no sucede y la tarjera queda sin marcar. No sabe qué hacer, jamás le pasó algo así. Nunca. Tampoco imaginó cómo moverse si alguna vez le pasaba, lo cual lo deja paralizado. Se queda allí al lado de la máquina mirándola. Y zapatea. Ve la flecha y la indicación: coloque la tarjeta aquí, en esta dirección. Intenta de nuevo y nada. Su viaje no se marca. Del interior de su estómago un vacío se abre. Siente sus órganos moverse, un palpitar salvaje de las entrañas. Sus piernas se consumen y pierden fuerza. No pueden sostener su cuerpo. Entonces el tipo se agarra del pasamos y mira alrededor como perdido en un túnel de cloacas.
El colectivo sigue viaje y a las dos cuadras vuelve a parar. Sube gente y pronto se amontonan porque el tipo está ahí parado, en medio del paso. Uno se queda a medio camino de la escalera y le grita:
Dale pelotudo, pasa que tenemos que subir.
El tipo se da vuelta y lo mira. Está a punto de llorar.
Lo que pasa es que no puedo marcar el viaje, no sé qué hacer.
En eso el chofer se da por enterado y abre la boca:
Pase señor, hoy viaja gratis.
En la mitad del colectivo hay dos viejas. Una de ellas cuenta que al salir de su casa encontró una paloma muerta y que la noche anterior había escuchado en el noticiero del 3 que la contaminación en la ciudad ya era insoportable. Que las palomas murieran no era el problema. La otra vieja escuchaba con atención, como si un físico cuántico le explicara que si uno juega con una pelotita contra la pared por cierto tiempo, esa pelotita podría atravesar la pared.
Ahora hay que tener cuidado, sentenció una de las viejas. Estas palomas muertas tienen una enfermedad que se contagia por al aire. Ni hablar si sos alérgica. Se te mete todo por la nariz, o por la oreja también, y en un par de semanas empiezan los síntomas. El doctor decía que hasta podes alucinar. ¿Vos sos alérgica Esther?
– Si, soy alérgica a las cosas dulces.
– Ay, que desgracia nena, ¿cómo sos alérgica a las cosas dulces? Eso es una enfermedad más que una alergia.
Sí, mi nieta dice lo mismo. Que ella no podría vivir ni un mes sin comer cosas dulces. Pero yo la verdad ya me acostumbré. Como todo viste. Ahora tengo la presión por las nubes porque le echo sal a todo. Pero bueno, de algo hay que morirse, )no?
Y no sé, si yo podría elegir quisiera no morirme.
Se quedan en silencio. El colectivo para y sube un tipo bastante extraño.
Mirale la cara a ese tipo, pobre infeliz.
Si, la verdad che. No le anda la tarjeta parece. Miralo. No sabe qué hacer el tarado. Pobre tipo. Encima zapatea, miralo vos. )Le decimos algo, lo ayudamos?
Pero no nena, mira si es un loco de esos y te pide plata o te quiere tocar. Dejalo solo, si necesita ayuda algún otro se la va a dar. Y sino que se joda, por infeliz.
Las dos viejas siguen el viaje en silencio. Al rato una se levanta y encara para el fondo. Se va agarrando con firme convicción del pasamanos e intenta decirse que todo está bien, que no hay porque temer. Interiormente siente un pánico inenarrable. Siente que se puede caer y quebrarse la cadera, o romperse la cara contra el piso del colectivo. Toca el timbre y antes de bajar mira al tipo que estaba sentado delante de ellas.
Camina algunas cuadras y encuentra varias palomas muertas. Antes de entrar al super de los chinos ve al pibe que vende películas pinchando una paloma con un palo. Se le acerca y le cuenta el porqué de la situación, con detalles que inventa. El pibe la mira con indiferencia, ascendiendo su mapeo desde los tobillos de la vieja hasta las manos, saturadas de venas azules. Se miran un rato y se odian sin saber porqué. La vieja piensa: este pibe es un desperdicio, todo el día acá afuera, al pedo, vendiendo esas películas de mierda. Sin embargo le sonríe y se va.
El pibe se sienta en un cajón de manzanas que le regaló el verdulero del súper y se prepara un mate con un vaso de plástico que lleva en la mochila. La mañana es fría y todavía no vendió ninguna película. Hoy tiene que hacer 100 pesos como mínimo porque le tiene que pasar guita a su hija. Hace más de 1 mes que no la ve y la mama, esa puta, le dijo que si no llevaba plata ni aparezca. Hoy tiene que hacer más de 100 pesos.
En eso se acerca un tipo con su hijo de la mano. Pasan caminando y se paran en el puesto de películas. Miran sobre el tablón los cientos de títulos que ofrece el pirata. El padre lo mira de reojo al pibe que vende películas y le pregunta de donde las saca. El puestero se persigue y le dice que eso no le importa, que si quiere compre algo y si no se vaya a la mierda. El padre lo mira al hijo y le dice que a estos negros de mierda no hay que comprarles nada, que seguro las roban y que con esa guita se compran droga. Que hay que ir al foco infeccioso y exterminarlos a todos. El puestero se le acerca, sigiloso y le suerte tremenda piña. El padre cae sobre el tablón y las películas se desparraman en el piso.
El puestero se le tira encima y en coordinada secuencia no deja de azotarlo. Con el puño derecho le destroza la nariz y con el izquierdo lo revolea de los pelos.
La china que atiende la caja del super sale a separar y el otro chino, el que repone la mercadería, se le suma. Entre los dos le sacan de encima al puestero que lo amasijó a trompadas. El tipo se levanta, envuelto en sangre, y toma de la mano a su hijo. Se alejan sin decir nada.
A las dos cuadras el nene le pregunta a su papa:
– Papi, ¿por qué te pego ese negro?
– Porque es lo único que saben hacer hijo. Como hablar no pueden les sale irse a las manos, así arreglan todo. Nunca te acerques a gente así, que seguro te van a querer robar o sacar algo. Porque son así, no hay con que darles. Cuando crezcas lo vas a entender.
Siguen caminando y el nene se mete la mano dentro de la campera y saca una película. Parece no saber qué hacer con ella. El papa lo nota y le pregunta:
– ¿De dónde sacaste eso?

– La agarré del suelo. Cuando el negro te tiro arriba del tablón se cayeron varias. Y mientras él te que cagaba a trompadas yo le saqué una película.

Origen y balance de la guerra de 1994. Entrevista inédita al Subcomandante Marcos (en cuatro partes)

– Parte 1/4 –
Durante casi 20 años, y sin motivo aparente, se guardó esta entrevista con el subcomandante Marcos, vocero y jefe militar del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Los primeros días, semanas y meses de 1994 corrían vertiginosamente y los casetes se acumulaban, pues los y las periodistas le plantábamos la grabadora al primer descuido. Y en uno de esos, en la comunidad tzeltal de Prado Payacal, el subcomandante accedió a hablar sobre la estrategia de la guerra, las maniobras y el despliegue militar, sobre los errores de esos días primeros de combates con el ejército federal, los cálculos iniciales, el resultado, el primer balance. Habló del origen de las armas y del equipo, y delineó la primera victoria de un movimiento que hoy cumple 20 años.


También habló del inicio del diálogo con el gobierno, de las primeras sorpresas, de su postura frente a los partidos políticos y de lo que en ese entonces pronosticaban ya los zapatistas para este país.
Los casetes se guardaron y se transcribieron este diciembre de 2013. La entrevista se realizó en marzo de 1994, luego del asesinato del entonces candidato priista a la presidencia, Luis Donaldo Colosio. Marcos concedió en ese momento hablar con el semanario Punto, pero el resultado no vio la luz entonces. Hoy se publica este material inédito de un hombre que habló así cuando probablemente se estaba descubriendo a sí mismo, y le daba a conocer al mundo entero los motivos de su lucha.
¿Cuál es la estrategia militar del primero de enero de 1994? ¿Qué se propusieron?
La estrategia tenía que ser la de un ejército regular, y no la de una guerrilla, porque se contaba con la gente necesaria para hacer esas acciones como ejército regular; de eso dependía que pudiéramos brincar los obstáculos que preveíamos, sobre todo de manejo ideológico del movimiento, que nos acusaran de narcoguerrilla, de extranjeros, de bandidos, y de todo eso con lo que tienen que cargar las guerrillas cuando aparecen.
Era necesario dar un golpe que fuera lo suficientemente espectacular para que no se sostuvieran las tesis que manejan el gobierno y los medios en contra nuestra. Por eso se decide que el ataque sea en las ciudades. No empezar combatiendo como las guerrillas tradicionales, con pequeños golpes en algunos lados a columnas móviles o pequeñas guarniciones, sino ir sobre las ciudades para inmediatamente dar a conocer el movimiento, sus características y su fundamento social.
Se planea empezar con Altamirano, Margaritas, Ocosingo, San Cristóbal de las Casas, y continuar con Oxchuc, Chanal, Huixtán y Comitán. Tres de estos últimos se consiguen: Chanal, Huixtán y Oxchuc y el de Comitán no alcanza a realizarse porque el ataque en todos lados no empieza simultáneamente, sino con horas de diferencia, lo que permite que el enemigo alcance a reaccionar en sus cuarteles-base, en estos casos los de Rancho Nuevo y Comitán, y los periféricos: Tuxtla Gutiérrez, Tapachula, Tonalá, Villahermosa y Tenosique, el cerco externo, como le decimos nosotros.
Con el pensamiento básico de la propaganda armada se decide la estrategia del primero de enero, es decir, no es en términos militares que se decide, sino en términos de propaganda.
La estrategia estaba pensada para el 31 de diciembre a las cero horas, pero se da hasta el primero de enero. No alcanzamos a salir a tiempo. Había unidades que estaban muy retiradas de los puntos de reunión y no llegaron a tiempo el día 31 para iniciar los ataques. Esto ya es parte de los errores. Los ataques en Altamirano y Ocosingo empiezan hasta las seis de la mañana. El primer ataque que se da y el primero que tiene éxito es el de San Cristóbal, a la una de la mañana; después el de Las Margaritas, a las tres de la mañana; luego el de Altamirano, a las siete de la mañana; y el último el de Ocosingo, hasta las tres de  la tarde del día primero. En parte de ese día caen Chanal y Oxchuc; y en la madrugada del 2 de enero cae Huixtán. Esa madrugada ya tenemos siete cabeceras municipales en nuestras manos.
¿Cuál es el despliegue militar, en qué consistió?
No es despliegue, es la maniobra estratégica. Las maniobras militares son, a grosso modo, de dos tipos: las de dispersión o dislocación, que quiere decir que te repartes en el terreno; y las de concentración, que es cuando juntas fuerza en un lado para dirigirla en una dirección. En este caso fue una maniobra de concentración de fuerzas sobre los puntos de ataque, y después de despliegue.
En el caso de las maniobras de concentración, el problema es que tienes tropa dispersa, porque  tu base combatiente es la misma población, su asiento natural no es un cuartel, como el ejército federal, sino su mismo poblado, por lo que para poder tener masa, cantidad de tropa, pues necesitas concentrarla, y para eso necesitas moverla. Y como es el golpe inicial, se necesita hacerlo en secreto. Tienes que cuidar el paso por fincas, por carreteras, y llegar a un punto, concentrar tropa y tratar de moverla con vehículos hacia los puntos de ataque, en este caso a Ocosingo, San Cristóbal, Altamirano y Las Margaritas.
Después de que las concentraciones se dan con disparidad de tiempo, cosa que no estaba en el plan, por supuesto, aunque era una variable que habíamos tomado en cuenta, se dan los ataques, tienen éxito, y luego se da el despliegue de fuerzas para juntarlas otra vez sobre puntos más fuertes, en este caso los cuarteles de Comitán y de Rancho Nuevo. Otra parte de la fuerza se repliega, es decir, se retira a controlar el territorio del que se salió, la plataforma de despegue, en este caso la Selva Lacandona. De la fuerza que atacó Ocosingo, una parte pequeña de la tropa se queda ahí, es la que queda cercada; y la mayor parte de la tropa se regresa a controlar este territorio, que es el nosotros teníamos previsto que si había fracaso en las otras ofensivas, tendríamos que replegarnos para acá.
Se da el despliegue de las fuerzas y empiezan a marchas dos columnas sobre el cuartel de Rancho Nuevo y, ya fuera de tiempo, otra columna sobre Comitán, cuyo ataque tendría que haber sido simultáneo.
Llegan dispares las columnas en Rancho Nuevo. Una está a tiempo y la otra llega después, por lo que no se logra concentrar la fuerza. Hay una patrulla que se adelanta imprudentemente (por el mando que la envía) y choca con el ejército. Ahí perdemos a 14 compañeros, y se desorganiza esa columna, pierden el control los grupos de mando, y empieza una retirada muy desordenada. Otra columna se queda en las montañas del sur de San Cristóbal esperando órdenes, en este caso teníamos que hostigar el cuartel de Rancho Nuevo, para dar tiempo a la tropa que había quedado dispersa a que se retirara en orden para que no la persiguieran; ya había empezado el cerco sobre Ocosingo y teníamos también que aflojar ahí. Entonces, los días 3, 4, 5 y 6 estuvimos peleando en las inmediaciones del cuartel de Rancho Nuevo con ese objetivo, es decir, ya no tratábamos de tomarlo, sino de fijar a la tropa ahí para que no desplegara.
Cuando Ocosingo cae en las manos del ejército federal, nos retiramos de Altamirano y de Las Margaritas, de acuerdo al  plan. Y también la columna que estaba fijando el cuartel de Rancho Nuevo. Todos esos días son de repliegue, hasta que se da el cese al fuego.
¿Entraron a Rancho Nuevo?
No. Es mentira eso de que entramos y que agarramos a no sé quién.
¿Estaba contemplado?
Sí, pero falló la llegada de las columnas. Con una maniobra de pinzas se iba a atacar por dos extremos.
¿Y en conjunto cuales fueron los errores? Mencionaste ya el de Ocosingo, Altamirano, el de la patrulla. ¿Qué fue lo que pasó?
Bueno, la tardanza en el inicio de los ataques en Altamirano y Ocosingo no es un error. En términos militares manda el general clima y el coronel terreno. Tú puedes hacer planes maravillosos, pero el clima es quien te va a permitir hacerlo, y el terreno te va a obligar a hacerlos de una u otra forma. Los verdaderos generales de la guerra son esos, el tiempo y el terreno. En este caso el tiempo jugó en contra nuestra en Altamirano y Ocosingo. Había que sacar tropa de muy atrás, el camino estaba muy malo….todo eso que ves, ahí por donde entraste, todo lleno de lodo. Los vehículos se atascaban y como era mucho trasiego se jodió más el camino. Otra tropa de plano tuvo que irse caminando, diez, doce horas, para llegar a los puntos de recolección ya en la carretera buena. Entonces lo que pasó no es un error del mando.
¿Y errores estratégicos?
Ninguno, tácticos sí. Entre los errores tácticos es que la tropa que estaba en Ocosingo cede los accesos y se encierra en el mercado. Es un terreno que no manejamos. Es decir, tú no puedes llevar a la tropa a pelear donde no sabe pelear, pues la pones en desventaja. Para un ejército popular, que no está bien armado, tienes que llevarlo a pelear en ventaja, cuando estás seguro de que vas a ganar. En Ocosingo, el oficial al mando se encierra en la zona del mercado, y aunque tenían órdenes de retirarse inmediatamente después de que chocaran con el ejército, no lo hacen, se mantienen y luego los cercan, por lo que tienen que combatir en una terreno que no les tocaba, en donde además implicas a la población civil, que es algo que no debes hacer. Esto fue un error táctico. Y los errores tácticos en las guerras se pagan con muertes, los estratégicos con muertes y con retrocesos gigantescos, no sólo la gente que se te muere, sino además la forma en la que queda tu ejército o tu organización para hacer lo que sigue, lo que tienes planeado, lo que puedes hacer después.
¿Otros errores?
No, pues fueron pequeños, sin consecuencias. Órdenes incumplidas, como que no se destruyeran los palacios municipales hasta que se hubieran abandonados. Hubo varios que fueron destruidos a la entrada en lugar de a la salida. Pero esto es comprensible, porque para los compañeros significan el centro del oprobio, donde vive el gobierno que tanto los despreció, humilló y maltrató. Por eso es comprensible que no se pudieran controlar, pero no deja de ser un problema en un ejército que no se pueda controlar en determinado momento a la tropa. Pero eso no tuvo consecuencias. Ocosingo sí.
¿Hubo después un Tribunal de Guerra donde se evaluaron estos errores? ¿A qué se llegó? ¿Para qué fue el Tribunal?
Los Tribunales de Guerra se conforman bajo determinadas circunstancias, es decir, no existen más que para un caso concreto. Uno fue el de Absalón Castellanos, lo que se iba a hacer con él, sabiendo que había que juzgarlo. Y los demás fueron de indisciplinas o faltas a los reglamentos que hubo en los combates, o lo que pasó después, como indicaciones que dieron los mandos y no se cumplieron, o que ya estaban de por sí en las leyes y no fueron cumplidas. Por ejemplo, está prohibido que los militares cobren impuesto de guerra, pues tiene que hacerlo una autoridad civil del poblado o de la región, y hubo oficiales que estuvieron cobrando impuestos de guerra. Tres. Claro, lo entregaban al poblado, pero como quiera no les tocaba eso. Lo tienes que señalar porque si dejas el precedente luego lo pueden seguir haciendo y se puede colar la corrupción o el bandidaje, es decir, que tengas un ejército en el que una parte se convierte en una gavilla de bandidos que luego se dedique a robar, en este caso bajo la bandera zapatista. Por eso se tenían que señalar y sancionar estas conductas.
¿Y el armamento de dónde viene?
Armas viejas, pedaceadas, algunas que se consiguieron ya rotas, descompuestas, de la Segunda Guerra Mundial, fueron reconstruidas por compañeros del servicio de materiales de guerra, los armeros. Ellos agarraban la pieza y con manuales y diagramas fueron probando la forma de acomodarlas, hasta que quedaban listas. Y así arreglaban otra y otra. El principal trabajo de ese servicio era arreglar armas viejas que estaban descompuestas, rifles 22, chimbas, escopetas de taco que ya tenían mucho tiempo en los poblados y que las tenían los compañeros en los poblados.
¿Y también las demás armas las perfeccionan? ¿Las modifican?
Ahí lo que hacíamos era convertir armas semiautomáticas en automáticas, de ráfaga. O se les hacen arreglos para francotirador, o para lanzar granadas. Estos son arreglos más fáciles.
¿Y todo esto cómo lo aprendieron?
Es la misma historia que no crees tú ni nadie, que es la de los manuales. La vieja técnica del método del ensayo y el error. Se hace una pieza, se prueba, no sirve, se vuelve a hacer y así hasta que queda.
¿Fabrican explosivos?
No. No tenemos material para fabricarlos. Los explosivos que tenemos son los que le quitamos al enemigo en combate. El único explosivo que no es explosivo es la pólvora, que se usa para cohetes y cohetones. Es fácil de hacer, pero no es muy eficaz como explosivo. Hace ruido pero no tiene poder destructivo. No es como la dinamita.
¿Minas?
Las minas sí, con la dinamita que le decomisamos al enemigo. Hacer una mina no es problema, el problema es el explosivo para que truene, para que haga daño, para que chingue un tanque o un camión.
¿Granadas?
Granadas de mano fabricamos algunas. Otras conseguíamos (inertes), que se anulan para que no exploten, las reparábamos y las rellenábamos de pólvora. Y les cambiábamos el mecanismo de acción, no es el stoping que usan las granadas modernas, que se los quitas y automáticamente se encienden, corre un tiempo y explotan. Nosotros las usamos con mecha, así como en las caricaturas, nada más que el cuerpo es de una granada normal, pero el contenido explosivo no es el plástico que usan las granadas, igual su poder destructivo es más limitado.
¿De dónde sale el dinero para comprar todo eso y hacerse un ejército regular?
El despegue sale de los mismos compañeros o gente que colaboraba en las ciudades. Es relativamente barato el inicio del Ejército Zapatista. Quiero decir, éramos pocos hombres y prácticamente lo único que se compró fueron los parques, las balas. Porque las armas se fueron recolectando de varios puntos, armas viejas, carabinas M, rifles 22, armas usadas que había por varios lados. El problema era el parqueo y ahí sí se gastó. Pero el gasto mayor era la alimentación porque no había entonces apoyo de los pueblos, y había que meterla desde la ciudad. Pero como era una unidad pequeña que tendía a ser autosuficiente, tenía que aprender a vivir de la montaña, comer de ella, y cuando se aprendió esa carga económica bajó.
En esa primera etapa se hace el trabajo de sobrevivencia y ahí se resuelve la dependencia de la línea logística, que es cómo se alimenta tu tropa. La línea que viene de la ciudad es muy vulnerable porque la pueden agarrar en un retén o cortar simplemente con un cerco y ya te chingaron. Entonces, cuando puedes resolver que el mismo terreno te de comer, acortas tu línea logística. Un ejército con esa línea corta, es fuerte, uno que la tiene muy larga es débil, porque es muy vulnerable. Cuando nosotros nos adaptamos a la montaña, acortamos la línea, y eso evitó también que fuéramos detectados, pues no hay mucho trasiego de gente, ni de medios, ni de equipos de la ciudad al campo.
Luego se pasa a la etapa política y entonces se amplía la línea logística, que se hace más rica, más grande, y ahí es donde ya es posible ampliar la línea de combatientes, sin recargarse en la línea logística de la ciudad, porque puedes mantenerlo con el mismo apoyo de los pueblos, y lo puedes hacer porque es la misma gente de los pueblos la que se incorpora. Eso es lo más difícil de un ejército, darle de comer y un lugar dónde moverse, vivir pues.
Del lado de los equipos, nosotros ya habíamos probado equipos comerciales que no servían en la montaña, como los que usa el ejército federal o el ejército norteamericano, o el camping, los equipos que usan los exploradores, boy scouts y todos esos…o los periodistas, como esa bota que traes ahí…
La bota es lo más importante de una guerrilla, el calzado, y ese sí no te lo puede dar la montaña, por lo menos en una primera etapa. Tendrías que pasar a la etapa del apoyo de los poblados para curtir piel, y poner a alguien a aprender zapatería y conseguir los materiales. Esto se hace y se manda gente a que aprenda. Sigue siendo pequeña la columna y no se batalla en hacerlos, pues no tienes que conseguir muchos pares, ni de uniformes, en el caso de la costura.
También sabíamos que la ropa que no sirve es la ropa de algodón, se pudre muy rápido. La mezclilla tarda mucho en secarse y no sirve para la montaña. El naylon es más resistente, no se pudre y tarda poco en secarse en un territorio en el que llueve nueve meses al año y los otros tres meses te llueve adentro, porque sudas mucho. Para esto hicimos un taller de costura también en comunidades. Se hacen en varios poblados cuando empiezan a entrar muchos combatientes milicianos e insurgentes. La tela se compra por varios lados, de tal forma que no se detecte que alguien está comprando mucha tela del mismo color. Pero aunque así fuera, como no es una guerrilla actuante, es difícil pensar que eso se está formando.
El naylon, los techos donde vivimos, los compramos en cualquier mercado. Con eso te proteges de la lluvia. Y las hamacas las tejemos nosotros, sólo comprábamos el hilo. Cada uno que llegaba tenía que tener su hamaca.
Es una guerrilla barata.
¿Pero de dónde sale el dinero para comprar todo eso que es barato?
En la primera etapa, como te digo, sale de las colaboraciones de los compañeros que tienen empleo en la ciudad, o familiares de gente que no sabe para qué va el dinero.
¿Y para las armas?
En la segunda etapa, cuando ya entran más compañeros en los poblados, están las armas que de por sí tienen. Y por otra parte las que empiezan a comprar algunos pueblos que pueden hacerlo porque tienen ganado o cafetal en colectivo. Ellos juntaban el dinero, nos lo pasaban a nosotros, y ya alguien de nosotros se encargaba de buscar dónde conseguir esas armas. Es ahí donde se hace el contacto con gente del antinarcotráfico, que son los que daban los golpes a los narcotraficantes y luego revenden las armas. Ahí se consiguieron armas baratas, porque son “negras”, es decir, ya tienen el antecedente de que fueron usadas y nadie las quiere, y por eso bajan de precio. Las armas limpias, que nadie ha usado antes, son más caras. Así se logran conseguir algunas armas de calibres grandes, pero sobre todo parque, que es el coco de cualquier guerrilla. Ahí el problema de las armas no es grande, porque el terreno juega del lado nuestro.
Cuando se da la orden del Comité de que hay que atacar las ciudades, ahí sí tienes un problema porque ya el terreno no juega de tu lado, entonces se hace un trabajo de infiltración e investigación, de inteligencia militar, para ver dónde hay armas. Infiltramos a las guardias blancas de los finqueros y hacemos una especie de retrato hablado de todas las fincas, hasta saber incluso en que cajón están las armas. Esa información la usamos el 31, cuando todos los finqueros estaban en las ciudades celebrando el año nuevo. Fue una operación limpia, rápida, porque ya sabíamos dónde mero buscar, y obtenemos así varios cientos de armas.
Luego, apoyados en la sorpresa del golpe inicial, recuperamos otros cientos de armas ya de calibres del ejército y de la policía.
¿Se arman más entonces prácticamente después del primero de enero?
Sí. Definitivamente. El 31 de diciembre es cuando tenemos potencial de fuego. Antes, no. Sí teníamos armas adecuadas para el terreno en el que estábamos, pero no para lanzar un ataque de tal envergadura. De hecho, los ataques de las ciudades dependían de esa peinada a las fincas.
¿A más de dos meses de la guerra, cuál es el balance que hacen?
A nivel estratégico es una victoria. Es decir, aunque perdimos algunos combates, por ejemplo el de Ocosingo, mantenemos el control de un territorio todavía, a casi tres meses del inicio de la guerra. En inferioridad numérica y de medios, damos a conocer nuestro movimiento, nuestras demandas, su base social, y brincamos todas las acusaciones de narcoguerrilla y la de los extranjeros que ya nadie se la traga, aunque todavía alguien lo suelta por ahí. En ese sentido, el problema se desplaza de quiénes son, a si es bueno o no el camino. Es decir, ya nadie cuestiona las causas que originaron el movimiento. Todos aceptan que hay condiciones sociales muy lacerantes, una situación política muy asfixiante, que hacen hasta cierto punto lógico que pase lo que pasó. Entonces la discusión se desplaza a por qué con las armas, por qué no mejor el diálogo y todo eso. Todo esto le da mucho oxígeno a un movimiento armado, eso te hace brincar etapas donde primero tienes que convencer a la gente de que no eres extranjero, no eres narcotraficante, no perteneces a una facción del gobierno, que sí tienes base popular. Y eso ya te pone frente a otros problemas. Nosotros le jugamos eso, le apostamos a brincar etapas y ponernos de lleno ante la sociedad como interlocutores. La sociedad es la que pregunta entonces quiénes son y qué quieren. En este sentido, creo que lo logramos, que tuvimos un éxito estratégico, sobrevivimos, existimos, aunque nuestras posibilidades militares son muy limitadas, nuestras posibilidades políticas son gigantescas, envidiables, diría yo, para cualquier otro movimiento.
Nuestro análisis político sobre la situación en la que íbamos a estallar se quedó corto. Calculábamos que había descontento y que iba a atraer simpatías el hecho de que alguien se levantara a protestar, pero no a tal grado de lo que ocurrió.
Luego viene la etapa del diálogo, que es la que nos agarra de sorpresa.
Ir a Parte II

“Nosotros no queremos un cambio de nombres”. Entrevista al subcomandante Marcos (en cuatro partes)

– Parte II/IV –
En esta segunda parte de la entrevista realizada al subcomandante Marcos en marzo de 1994, en la comunidad tzeltal de Prado Payacal, en la selva Lacandona, el jefe militar y vocero zapatista se refiere a sus primeros encuentros con la sociedad civil y a los motivos que llevaron al EZLN a entablar el primer diálogo con el gobierno, luego de los primeros días de la guerra. Marcos habla también de las primeras “bajas” en el entonces gobierno de Carlos Salinas de Gortari y de sus ajustes internos después del asesinato de Luis Donaldo Colosio y, posteriormente, retoma la historia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, su origen y formación en las montañas del sureste mexicano.


El inicio del diálogo con el gobierno y con la sociedad civil
El mismo revuelo que causó la guerra hace que el gobierno busque saber también qué está pasando. No creemos que el gobierno haya querido llegar a un acuerdo de paz, sino saber quiénes éramos y qué pasaba, saber porqué no nos podía acabar como le habían prometido los militares.
Al mismo tiempo, en la sociedad se empieza a generar esa misma expectativa: saber quiénes son, y buena parte de ella pide que se busque otro camino, dice que sí son justas las causas, pero que se busque el camino político; otra parte pide que nos presentemos para saber quiénes somos, para conocernos, para ver si somos lo que decimos que somos o somos otra cosa. Y ahí es donde nosotros decidimos presentarnos al diálogo, sin ninguna esperanza respecto a la respuesta del gobierno, pero queríamos hablarle al país de otra forma y por otros medios.
Y luego viene la etapa posterior al diálogo, donde se polarizan muchas fuerzas que estaban subyacentes hasta antes del diálogo. Parecía que sí había consenso por la paz, y luego se ve que no, que hay sectores de la población que quieren la paz, pero la de antes, no una nueva paz. Se ve que por lo menos una parte del gobierno no está interesado en la salida polítíca, sino sólo en ganar tiempo, en esperar el momento oportuno para una solución militar. Entonces se deteriora mucho el clima político para una solución negociada, y la culminación es el asesinato de Luis Donaldo Colosio.
¿Las cabezas que han caído, la de Elmar Setzer (gobernador del estado), la de Patrocinio González (secretario de Gobernación); la de José Córdoba Montoya (brazo derecho de Salinas de Gortari), forman parte de ese balance?
Tal vez la de Córdoba, pero la de Patrocinio y la de Setzer responden a ajustes de cuentas internos más que a presión nuestra. Patrocinio tenía encima que era el encargado de Gobernación y debería haber sabido lo que estaba pasando, y además fue el gobernador de Chiapas cuando nosotros estábamos creciendo. Por qué no se dio cuenta, o si se dio cuenta por qué no dijo nada y si sí dijo por qué no lo escucharon. Alguien tenía que pagar por eso y le tocó a él. Lo de Setzer, pues fue por sus torpezas, por cómo se manejó al principio del movimiento. Ellos pensaron que para que nosotros nos sentáramos a dialogar había que mandar una señal, en ese caso la de quitar a un gobernador duro.
¿Y la de Córdoba?

Yo pienso que viene del deterioro del ambiente, en el que una parte es lo que hizo el EZLN, pero no todo. Está el propio asesinato de Colosio. Córdoba ya tenía entonces dos errores grandes, el del EZLN, por supuesto, y luego el de Colosio.
La participación del EZLN en esos cambios dentro del gobierno es mínima. Luego dicen “bueno, ya lograron muchas cosas, ya cálmense, tranquilícense”, pero como quiera todo eso que ha pasado no le hado ni democracia, ni libertad  ni justicia a este país, que es lo que nosotros queremos.
Nosotros no queremos un cambio de nombres. Si sigue sin haber cambios profundos que propicien una democracia, el ejercicio de la libertad política y como consecuencia el cumplimiento de la justicia, porque si no la cumples pues te quitan y ponen a otro, que es la presión que debe tener cualquier gobernante, pues entonces no hay un cambio. Tienden mucho los periodistas y algunos politólogos a ver en todo esto cambios estructurales, pero nosotros, de veras, no lo vemos así.
¿Cuáles son sus expectativas en estos momentos?

La expectativa de este movimiento es triunfar, lograr que en este país haya democracia, libertad para escoger una u otra forma de gobierno o sistema social o como le llamen ahora, y un equilibrio inicial de los factores sociales y económicos, hasta lograr una justicia real.
El movimiento tiene la perspectiva de, por lo menos una parte, seguir creciendo en la clandestinidad; mientras la otra también se mantiene clandestina pero visible en el sentido de que ahí están, están armados, poseen un territorio, quieren tal cosa y pueden atacar y defenderse. Otra parte, los topos se preparan para cuando nos golpean a nosotros tomar ellos el relevo.
¿Y qué hay en el resto del país?
Algunos puntos sueltos de simpatizantes…La parte que es mero del ejército, sobre la que se fincó el EZ, es muy pequeña, no podemos decir que sea del país, aunque tiene ramificaciones, es muy ralita, como la barba.
Ya después del primero de enero, pues aparecen simpatías por varios lados, pero en el nivel declarativo o en el de ayuda, sin implicarse.
¿No hay organización zapatista en el resto del país?
En el sentido clásico del término, no. Hay como una base de despegue, muy, muy pequeña. 
¿Sólo en el centro?
Yo no dije que era en el centro. No, no está en el centro.
La formación del EZLN. Sus primeros pasos
En la formación original del EZLN coinciden dos factores, por un lado un grupo de personas de origen citadino, pequeño, unos diez o doce…Digamos que eran 12, que venían de los fracasos en movimientos pacíficos o legales, consideraban que estaban agotadas las vías para un cambio democrático, gente del 1968, del 1971, de los choques populares de protesta, con la expectativa de que la lucha fuera un camino, entre otros, para cambiar el mundo. No en el sentido de la lucha armada como un todopoderoso, que por sí sola generara un cambio, en ellos no estaba esa concepción. Eso fue hace diez años.
Por otro lado, un grupo indígena, campesino, del sureste de Chiapas, también en el mismo proceso, pero sin preferencia con la lucha armada, sino en el sentido de abrir cauces democráticos ante la imposibilidad de la lucha legal, con condiciones de vida muy pobres y con un sector social integrado por los finqueros, los ganaderos, los terratenientes, muy beligerantes contra ellos, en fin, lo que ahora es Chiapas, lo que ahora ustedes descubren en Altamirano, desde hace muchos años así era.
Estos dos grupos, los de la ciudad y los indígenas, se plantean la necesidad de preparar la lucha armada. Desde el inicio en el primer grupo, el que es citadino, urbano, se maduran las experiencias de las guerrillas de los setentas, la concepción del foco, el balance de guerrilla urbana y de guerrilla rural, el movimiento urbano que crecía con acciones de propaganda y se solventaba económicamente con secuestros, con recuperaciones. Digamos que es la línea muy esquemática, con muchos matices de la experiencia guerrillera de los setentas, muy golpeada por la represión, desmantelada casi en su totalidad.
Este grupo pensaba que no, que la guerrilla no podía nacer de un foco, que era algo que había preparar, que su parte primordial, su columna vertebral, era el apoyo de la población, que no necesariamente se manifestaba en el momento del enfrentamiento armado, sino desde su preparación.
La cuestión económica, el financiamiento de esta guerrilla en esta nueva concepción, no podía venir de acciones de este tipo, que pusieran en riesgo la vida de los compañeros o del personal civil, como los secuestros o asaltos con fines terroristas. Entonces se recurría a la colaboración. Era una organización muy pobre económicamente, se sostenía con lo que cada uno podía aportar, según sus medios o el trabajo en el que estaban como profesionistas, maestros, etcétera.
Confluyen dos necesidades: Por un lado la necesidad de la autodefensa frente a un sector social compuesto por los finqueros y el gobierno estatal y municipal que los favorecía, y que los protege todavía. Y del otro, una nueva concepción guerrillera en México, tan nueva que no se viene a conocer hasta el primero de enero de 1994, porque su novedad estaba en que no supeditaba su aparición al hecho de actuar, sino a que estuviera preparada para hacerlo. La forma de financiamiento fue de tal forma que el aspecto militar correspondiera al aspecto político, es decir, tú crecías tanto como el mismo pueblo te abastecía, no recurrías a otros medios para conseguir apoyo económico, recursos o equipo. Eso hace que esa concepción sea a muy largo plazo, o al plazo que marque su mismo crecimiento político. Y es eso lo que marca la línea militar nuestra, tan antimilitar en ese sentido, donde no se le da tanto peso al aspecto militar, sino al político.
Pues bien, esas dos formas confluyen y se plantean el problema de dónde. Finalmente, si tú quieres preparar un grupo armado, entrenarlo, pues tiene que ser un lugar que reúna ciertas características para no ser detectado, porque tu propósito es justo que no te descubran, lo que quieres es prepararte, no enfrentarte. Entonces el grupo de indígenas campesinos de Chiapas, muy avanzado políticamente, una especie de élite política, dice “vénganse para acá, aquí hay condiciones”. Y es así como entra el primer grupo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, en 1983.  Ahí dicen, “bueno, nos vamos a alzar y nos vamos a llamar Ejército”, porque la aspiración era a no funcionar como guerrilla sino plantear una estructura de ejército regular, pensando en que la tirada era aglutinar grandes contingentes armados y no grupitos que estuvieran haciendo acciones terroristas. Zapatista, por la expectativa de los compañeros del campo, con todo el problema de la tierra que es muy agudo en el estado. Y de Liberación Nacional porque siempre se planteó que la lucha fuera nacional, y que se articularía con otras fuerzas para un movimiento más amplio, revolucionario.
Así llega el primer grupo a la selva y se empieza a trabajar en el aspecto militar. Hay que estudiar manuales norteamericanos y mexicanos de instrucción militar, primero guerrillera. Agarramos los manuales de contrainsurgencia norteamericanos y luego los mexicanos, que en realidad son sólo una traducción de los primeros. Y empezamos a aprender a vivir en la montaña, a caminar, a cargar, a conocer las rutas, el terreno, los animales, sus huellas, su olor. En fin, toda la lógica dentro de la selva. En la selva de la que te estoy hablando no hay poblados, nadie se mete ahí, ni siquiera los campesinos, porque es muy hostil, muy agresiva. La montaña te hace de nuevo o te avienta para afuera.
Pasaron varios años en los que el grupo que está en la montaña vivía del grupo que estaba en la ciudad, con la ayuda de ese otro grupo de indígenas que es el que apoya en pasar las cosas hasta la montaña, a un lugar en el que nosotros pasábamos a recogerlo.
De cualquier forma nosotros tratamos de no depender del alimento que mandaban de la ciudad, porque sabíamos que en cualquier momento se cortaba. Por eso le dábamos mucho a la cacería y al conocimiento de plantas que hay en la montaña, y así poder balancear un poco la alimentación que teníamos.
Lo que sigue es que el grupo de indígenas empieza a hacer el trabajo político, explicando en los pueblos que en determinado momento se va a necesitar la lucha armada, porque el gobierno no hace caso, y que eventualmente se van a agotar los caminos legales, las vías pacíficas para resolver los problemas. Y en un caldo de cultivo donde los ganaderos y los finqueros son muy agresivos, esta idea empieza a prender, pero todavía muy lento.
La concienciación sobre las condiciones de vida es tan evidente que no necesitas explicar más. En este caso, el trabajo político consistía en explicarles que había que contemplar una forma más de lucha, en este caso la lucha armada. En esos momentos el contacto sigue siendo muy cuidadoso, compartimentado, y así se va creciendo poco a poco, lo que hace que se alargue la vía de abastecimiento, y que sea más fácil meter y sacar cosas, porque más gente colabora. Y empiezan a aparecer colaboraciones espontáneas, nos mandan tostadas, alguna fruta, lo que se da en las casas de los compañeros, y un poco de café. Primero todo esto se mandaba hasta determinado punto, ahí lo dejaban, y sin que ellos supieran quién lo hacía, uno de nosotros bajaba y lo pepenaba, y lo llevábamos a otro lado, a donde estaba nuestro campamento.
La cosa era tan limitada que la tostada la guardábamos para una fiesta, por ejemplo para el 8 de marzo, para el primero de mayo, 20 de noviembre, esos días nos tocaba una tostada a cada uno y tomábamos café también. En ese tiempo los compañeros de los pueblos, que eran pocos aún, querían conocer personalmente a quienes estaban ayudando.
Y ahí hay otro cambio respecto a guerrillas anteriores, porque les damos paso a los campamentos, que se supone que es algo que no debe hacer la guerrilla, por seguridad y por otras cosas. Pero ellos llegan a los campamentos y empiezan a pedir instrucción militar, algo muy elemental porque nosotros estábamos más dedicados a aprender a vivir de la montaña y apenas estábamos aprendiendo de los manuales posiciones de tiro y orden cerrado (lo que hace que una unidad militar se mueva como colectivo). Entonces llegan ellos y nos dicen “por qué no me enseñas eso”. Y a partir de ese momento ya no nada más entregan la carga, sino también llegan a aprender. Y como nosotros llevábamos una vida muy intensa, le sacábamos provecho al día porque dependíamos de la luz del sol, en las tardes y en las noches nos sentábamos a platicar, y ahí los que habíamos leído algo pues les platicábamos a los demás. Era un especie de seminario, como dicen ustedes, y a cada quien le tocaba exponer un tema. Y entonces los compañeros empiezan a meterse también en esa dinámica, en esa forma de aprender la política, sobre todo la historia de México.
Ahí se empieza a tejer entre nosotros y ellos una relación muy grande, muy unida, muy difícil de romper.
Ir a parte III

“¿Cómo es posible que hayamos estado tantos años muriendo y no nos hayan descubierto?”. Entrevista al Subcomandante Marcos (en cuatro partes)

– Parte III/IV –
En esta tercera parte de una larga entrevista con el subcomandante Marcos, realizada a menos de tres meses del inicio de la guerra del primero de enero de 1994, y dada a conocer en el marco del vigésimo aniversario del levantamiento, el jefe militar del EZLN se refiere a la conveniencia del gobierno, que ya los había descubierto desde mayo de 1993, para guardar silencio y no entorpecer las negociaciones del Tratado de Libre Comercio. Marcos continúa desmenuzando la formación clandestina de los zapatistas en las cañadas de Chiapas, los elementos que detonan su crecimiento en la selva, la incorporación de los poblados a sus filas y el desprecio del gobierno que los permite moverse sin ser descubiertos.


 ¿Qué detona el crecimiento del EZLN en las cañadas?
Pasan dos cosas aquí en la selva: una es la amenaza de desalojo por la brecha en la Selva Lacandona, que es cuando se dice que van a desalojar a los pueblos para que todo quede como propiedad de los lacandones,  y que ya nadie se pueda meter; y la otra es un asalto de los finqueros a un poblado, matan gente e incendian el poblado, armados. Esas dos cosas hacen que un buen porcentaje de la gente diga: “hay que armarse para defenderse porque van a venir a hacer el desalojo”. De hecho hay soldados que acompañan a los ingenieros que están haciendo la brecha lacandona en esa época, para que no les pase nada; entonces empiezan a entrar más y más los soldados. Y los compañeros empiezan a identificar al soldado federal con el gobierno que los quiere sacar.
Por otro lado,  está la necesidad de defenderse de los finqueros, ya demostrada en los hechos y con la muerte de varios campesinos. Es ahí donde ese grupo que está creciendo todavía muy poco tiene una posibilidad de presentar su opción de manera más rápida, porque ya en los pobladores está la inquietud de que hay que armarse y hay que prepararse.
Por supuesto, no hay nada de que vayamos a tacar las ciudades, ni a tumbar el gobierno ni nada de eso. Está el sentido de que hay que defenderse de lo que nos quieren hacer. En ese momento, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional empieza a crecer muy rápido y a abarcar mucho territorio.
¿Es por eso que dicen que el gobierno los hizo crecer?
Exactamente. Pero todavía estamos en la montaña, en la selva –quiero decir, muy adentro, en zonas despobladas. Cuando ese contacto con esas dos medidas –la brecha de la selva y la ayuda de los finqueros- hace que poblados de Las Cañadas entren a la organización con colaboradores, es cuando nos dicen: “vénganse acá, porque van a venir los soldados o los finqueros; vénganse a pelear con nosotros, enséñennos y peleen junto a nosotros”. Entonces nos sacan de la selva y nos jalan a las sierras de más por acá, no mero aquí sino una que está más allá, donde hay más poblados. En ese momento es cuando empezamos a entrar a las comunidades, y ya no pasamos de noche ni le sacamos la vuelta, sino que pasamos en medio de ellos. Y loque  antes era una plática, cuando alguien llegaba y te decía que los hombres de la montaña saben pelear y que están armados, pues de pronto lo ves. Y ven esa realidad de un ejército desnutrido, jodido, pues estábamos todos bien vergueados por la vida de la montaña, pero algo había en nosotros que ellos se daban cuenta, y era la decisión de pelear con las armas hasta donde fuera necesario.
Nos reciben muy bien, nos colocan en lugares donde nos puedan proteger para que no seamos detectados y ya ellos pueden llegar más seguido; no tan lejos como donde estábamos antes, a ayudarnos con alimentos y también a recibir instrucción político y militar.
Además del armamento, está la organización en centros de salud, en hospitales, escuelas, talleres, todo eso, ¿cómo se arma todo lo que giraba alrededor de la conformación del ejército?
En el planteamiento del ejército regular no se trata solamente de la fuerza combatiente, sino de lo que se llaman los servicios de apoyo: comunicaciones, sanidad y armería, el trabajo de hacer y repara armamento. Había que prepararse también en ese sentido. En esas condiciones de salud, no podías quedarte con los brazos cruzados y ver cómo se moría la gente, así es orientabas desde un principio tus servicios de salud a atender también a la población con campañas. De hecho, las únicas campañas de salud que hubo en esta parte de Chiapas en esa época fueron las de los profesionales de la violencia. Hacíamos campañas de vacunación, de letrinas, de saneamiento, lo que podíamos hacer según nuestros recursos.
El servicio de sanidad empieza así, como empezó también lo militar. Empiezan leyendo libros de sanidad, como ese que se llama Donde no hay doctor, cosas muy elementales, primeros auxilios, y el contacto con los pueblos y las enfermedades que había hacen que empiecen las campañas de sanidad. Hay ciertos grupos que entraban al Ejército Zapatista al servicio de sanidad, sobre todo las mujeres. Y luego el servicio de comunicaciones o de transmisiones se hace con los radiecitos de banda civil. Se aprende a usarlos y a repararlos leyendo manualitos de electrónica. Y luego el servicio de armería, que empieza reparando, haciendo piezas que se rompían de una arma u otra, estudiando los manuales gringos para ver cómo está formada un arma y como funciona, hasta que se fueron especializando más  y pudieron fabricar armas.
Hablabas también de que necesitaban tener taller de ropa y de otras cosas
Ahí vamos a la siguiente etapa. Como esto se masifica, entonces vienen las demandas de uniformes, de calzado –como está desde el principio el planteamiento de que sea un ejército regular- lo del uniforme te lo pide la Convención de Ginebra. Entonces los talleres de costura se organizan igual que como se consiguen las armas: se junta el colectivo, consigue su dinero, y en lugar de comprar un arma compra una máquina y tela, y empiezan a hacer la ropa, los pantalones, las camisas, las gorras.
¿Cómo es posible que todo esto no haya sido descubierto durante diez años?
¿Cómo es posible que hayamos estado tantos años muriendo y no nos hayan descubierto?
Eso sí lo sabían. No les hacían caso o no les importaba, que es diferente.
No, de veras, no lo sabían, no les interesaba.
¿Lo desconocían o lo querían desconocer?
No les importaba, Gloria. Era como el proceso electoral. Las casillas electorales llegaban a la cabecera de Ocosingo y ahí se llenaban, nunca entraban a la selva, ni siquiera para hacer la finta.
Todo eso estaba pasando aquí y a nadie le interesaba lo que pasaba: si la gente vivía, moría, se organizaba o no, porque además es un movimiento que no se manifiesta, sino que se está preparando, y como no hay ataques al ejército –porque el ejército entra varias veces y nosotros nos replegamos, lo dejamos pasar, lo dejamos salir y no nos encuentra. Y no hay invasiones de tierras porque no las promovemos. No hay nada, pues, que diga que esos rumores que se oyen es una guerrilla, porque las guerrillas no hacen eso. Las guerrillas atacan cuando hay soldados o promueven invasión de tierras.
Nada coincidía con nuestros esquemas, Y nosotros llegamos a tener membresías muy grandes. En 1991 hicimos una concentración de 5 mil hombres dentro de la selva, de varios lados que llegaron en ese entonces, en un sólo punto. Hicimos una fiesta, como la que viste el 8 de marzo, pero eran 5 mil y no pasó nada.
Cuando se empieza a hacer más fuerte el rumor (de la guerra) es ahí por el 93, y no es por nosotros, es por otros grupos allá por Altamirano. Otros grupos de organizaciones campesinas que desde un inicio usan la lucha armada como autodefensa. Cuando chocan, entonces cuando los finqueros empiezan a denunciar la guerrilla, pero se refieren a otras comunidades donde están grupos como la OCEZ.
Cuando nos descubren el campamento aquí, en mayo del 93, los finqueros se sorprenden porque, según ellos, el campamento estaba por Altamirano, porque ahí estaban los rumores, nunca se imaginaron que estaba aquí adentro.
Y en realidad ahí es cuando el gobierno y el ejército se dan cuenta. En mayo del 93.
¿Y por qué crees que no se haya hecho nada?
Por el Tratado de Libre Comercio.
¿Nada más por eso?
Había otras variantes ahí, estaba el asesinato del obispo Quesada, el autogolpe de Estado en Guatemala, todo en los mismos días. Pero yo pienso que en el campamento que nos descubrieron hubo elementos que llevaron al gobierno a darse cuenta de que lo que ahí pasaba tenía apoyo, mucho apoyo, y que al chocar con ese grupo necesariamente iban a tener que tocar a los poblados, pues era difícil hacer un golpe quirúrgico. Ese iba a ser el costo político, el que el gobierno pagó ahora el primero de enero y quiso evitarlo antes del Tratado de Libre Comercio. Y sí lo hizo.
Ir a parte VI 

“Nunca nos van a poder aniquilar”. Entrevista al Subcomandante Marcos (en cuatro partes)

– Parte IV/IV –
En esta cuarta parte de la entrevista hasta ahora inédita con el subcomandante Marcos, el vocero del EZLN habla sobre las condiciones que llevan a los indígenas mayas a tomar la decisión del levantamiento armado, de las tareas que le corresponden a él como jefe militar subordinado a un órgano colegiado, de las contradicciones de esta relación dentro de un ejército, de su decisión de seguir armados luego de las conversaciones de Catedral con el gobierno de México, de las reformas constitucionales y de la vía electoral como una forma de lucha más, aunque los zapatistas, dijo desde marzo de 1994, jamás participarían.


¿En 1992 qué se decide?
En 1992 vienen los 500 años. Ahí entra un elemento ideológico muy fuerte. El hecho de que los 500 años se empiecen a manejar en las comunidades no como del descubrimiento, sino de la resistencia, hace que muchos de los compañeros, si no todos, empiecen a retomar las luchas de resistencia anteriores y a plantear que hay que tomar el ese ejemplo, el de los antepasados.
Pasa octubre del 92 ellos ya tienen el mando, y empieza el run run de que ya no queremos seguir así, ya queremos empezar, ya basta. Y es cuando se organiza la primera consulta, en 1992, con todo el ambiente de la celebración de los 500 años pero como resistencia, como protesta, con todo esto que se ha conocido.
Se hace la consulta y se le pregunta a cada uno de los pueblos qué piensan, si ya es el momento o no, pros y contras. La mayoría de los pueblos, ya apabullantemente, dicen que sí, que ya es el momento. Ahí se llega el 93. En enero se juntan los comités y ponen el plazo y ahí se decide, en el 92-93, ya no esperar, y es donde se obliga al Ejército Zapatista a pasar de la autodefensa a la realidad de un ejército, atacar y defenderse. En 1993, en enero, ponen el plazo: en este año o nunca.
¿Y cómo eligen la fecha, por qué el 31 de diciembre?
La fecha no se elige. Ellos están discutiendo el levantamiento, algunos dicen que se ponga la fecha ya, que ahí cuando están reunidos se diga a tal día y a tal hora nos vamos a alzar. Otros dicen que no, porque a algunos se les va la lengua, y toman trago o cometen indiscreciones, y entonces, si se va a saber tal día, lo va a saber el enemigo y van a estar prevenidos, sobre todo los finqueros, porque había que salir de aquí para atacar las ciudades.
Es ahí cuando me dicen: vamos a dar un plazo en este año y tú escoge la fecha, entonces prepárate y prepáranos para ese día. Y cuando tú consideres que ya estamos listos, hay que lanzarse; nada más no te aceptamos que pase de este año, tiene que ser a fuerza en este año, es el límite que te ponemos. Y me dejan la fecha a mí.
Yo hablo con los de la ciudad, también les digo, y dicen que sí, que está bien, que así va a ser, y empezamos a trabajar en los preparativos, porque teníamos que cambiar a un ejército que estaba formado para defenderse a un ejército que iba a atacar, y es el problema más grande.
¿En qué consiste el trabajo que se hace durante 1993?
Primero en congelar los movimientos, porque ya había muchos rumores de que iba a empezar la guerra. Cancelamos movilizaciones, entrenamientos, todo lo que hiciera pensar al enemigo que algo se estaba preparando. Toda nuestra estrategia en ese entonces apuntó a aparentar que ya no iba a haber nada, que ya se había muerto todo el movimiento, que se había abandonado lo de la lucha armada. Tuvimos que hacer muy detallados todos los planes de salida, de rutas, de agrupamientos de unidades, de señalamiento de objetivos, de entrada y de salida, de líneas de repliegue, si salía mal qué iba a pasar, los escalones de mando había que especificarlos lo más posible porque era una guerra, y te podían matar o no. A eso nos dedicamos.
El otro día mencionábamos que un ejército es una estructura muy antidemocrática, de las más antidemocráticas que existen, ¿cómo es posible que formaran…?
Después del PRI, sí.
¿… un mando colectivo en un ejército, si es que es verdad que existe así?
Sí, para cuestiones políticas y estratégicas sí. Esa fue una imposición de la forma de pensar de las comunidades al Ejército Zapatista. El Ejército Zapatista no nace con esa perspectiva. Nace como un ejército, con un mando unitario, y de ahí se genera todo, pero la convivencia con las comunidades contamina con esa forma democrática, y es esa forma democrática la que lo hace crecer, hasta el grado de dominar grandes territorios y grandes contingentes.
¿Cuál es el año o la etapa del movimiento donde se junta más gente, donde hay un mayor auge del movimiento? En el que pasa lo del artículo 27, en el 91-92…
En el 92 es cuando más crecemos. Más que en 93, porque en 93 detenemos todo, dejamos de hablar con gente y todo para que no se filtrara la noticia de que iba a empezar la guerra. Dejamos de reclutar y de hablar con más poblados y regiones.
Pero se dijo mucho, después del 1 de enero, que el gobierno estaba enterado de ese día iba a haber un levantamiento y que no hizo nada por lo mismo.
No, no es cierto. Había muchos rumores de que ese año iba a pasar algo, y se apostaba a las fechas del 12 de octubre, 20 de noviembre y 15 de septiembre, que los que se iban a alzar en Chiapas escogerían alguno de esos días, pero que iba a ser un alzamiento muy local, probablemente sobre Ocosingo, porque era la Selva Lacandona nada más, pero pasado el 20 de noviembre… es que uno ve lo que quiere ver, Gloria. El gobierno quería ver que ya no iba a pasar nada.
Me parece increíble que un movimiento así pase desapercibido ¿Cómo se oculta la estructura y una organización de ese tamaño?
Pues yo sí lo entiendo, te digo, como psicólogo que fui, que el gobierno no lo haya sabido, que no se haya dado cuenta, y más entiendo que el país no se haya dado cuenta, porque te digo que esas condiciones de vida existían y el país las ignoraba.
El gobierno sabía que ya estábamos en mayo del 93. Nosotros sabemos, según nuestros servicios de inteligencia, que el gobierno planeaba una ofensiva para enero en contra nuestra, pero lo iba a manejar como narcotráfico. Lo más seguro es que esos planes se hayan quedado en el escritorio de Salinas, pero sí iban a limpiar la selva ya.
Una vez que ya hubiera firmado…
Que ya hubiera entrado en vigor el Tratado de Libre Comercio, exactamente. Tenemos entendido por informes de soldados que desertaron, que en los primeros días de enero iban a salir con unos federales a peinar la selva, pero ya chingando gente, ya no como entrenamiento.
Tú decías que todos están de acuerdo con que las armas no las van a dejar, aun cuando vean que les están cumpliendo los famosos compromisos por la paz, que no se trata de escuelas y hospitales. Eso habla de un ejército para muchos años, así como tal, y ¿dónde está eso de los soldados que son soldados para que ya no haya soldados?
Es que los compañeros dicen –y yo pienso igual que ellos- que la resolución de las condiciones de vida no basta; que no basta con que tengas la tierra, el trabajo o la casa, una educación, unos hospitales o unas escuelas, porque si no cambia algo más arriba, eso puede volver a desaparecer, o ser un espejismo.
¿Por qué se trató ese punto en el diálogo de San Cristóbal como no resolutivo?
Todos los puntos fueron no resolutivos.
Se habló de 32 resolutivos…
No, ahí lo que fue claro es que el gobierno tenía que negarse a hablar de su renuncia en la mesa de San Cristóbal, pues no podía ser que “te mando a Camacho para que discutas cómo voy a renunciar”. En ese sentido, era una fórmula absurda de quitarse el problema, por eso el primer día él (Camacho Solís) declara que no hay agenda nacional y nosotros declaramos que sí hay agenda nacional. Él insiste en que son 32 resoluciones, nosotros insistimos en que no hay ni una sóla resolución, sino que hay 32 respuestas a 34 preguntas y demandas.
Lo que nosotros queremos realmente es que sí haya un cambio democrático, ¿cómo explicarte? si las diferencias las puedes resolver de otra forma, ¿para qué quieres un ejército? Si una propuesta política o económica se puede mantener en este país por el puro peso del consenso que tiene, sin necesidad de una fuerza armada que la mantenga o se le oponga, ¿para qué vas a necesitar ejército?
¿Qué es lo que esperan ustedes? ¿Una mala jugada, por dónde?
¿Una traición?
Sí. ¿Están pendientes de una traición, un aniquilamiento…
¿Aniquilar?, nunca nos van a poder aniquilar.
Se ve mucha desconfianza en los pueblos…
Es que hoy viste a la élite de la selva, gente muy toreada, muy lampareada.
De esos que platicabas que iban a dejar las peticiones a las secretarías.
Sí, que los traían dando vuelta y vuelta y vuelta, y se regresaban con su…
Sí, lo entiendo, pero yo hablo de la desconfianza que hay… de lo que a mí me dice que hay ejército de ustedes para rato. Es decir, parece que no hay algo que diga bueno, chido, hasta aquí.
¿O sea, tú creíste que, en efecto, la paz era cuestión de una firma?
Bueno, eso es lo que plantearon, pero aquí se me hizo más claro que va para largo, al menos de este lado, que no hay ninguna intención de soltar el arma hasta dentro de mucho tiempo, o hablaban de que nunca, de que aunque les cumplan no las van a dejar, porque si no, los vuelven a dejar como estaban. Es muy duro…
Cuando salgas de aquí te vas a dar cuenta de lo que está pasando afuera, y ahí vas a entender.
Sí, también de acuerdo, voy a salir empapada de aquí…
No, pero vas a salir, y te vas a enterar de cómo están los finqueros, los coletos, y varios sectores de las fuerzas vivas del país armándose.
De hecho cuando entramos aquí ya estaba…
No, pero ahorita está peor. A ver si mañana te paso unos periódicos que me trajeron. Los están armando fuerte, ya no se ocultan. Es público que se reúnen para conspirar, hay amenazas de muerte, pedradas a la Catedral, anónimos, reuniones en San Cristóbal, Altamirano, Ocosingo, Margaritas, Comitán, Tuxtla.
¿O sea que ya no va a depender tanto del gobierno, sino de los que se ven afectados?
Sí. Ya se lo dije a Camacho (Solís). Le dije: usted no está tomando en cuenta al tercer ejército, no al de los reporteros, sino al verdadero tercer ejército, que siempre fue el segundo ejército y ustedes lo sabían, sabían que aparte del ejército federal estaba el ejército de las guardias blancas, porque ustedes lo armaron y lo entrenaron. Él sabe que lo armaron y lo entrenaron. Entonces, aunque Godínez o Rivielo estén de acuerdo en un acuerdo de paz, esa gente no, porque es la más atrasada, la más reaccionaria que hay en el país, y es muy agresiva. Pregúntale a los de la caravana Ricardo Pozas, pero además pregúntale a los compañeros cuántas veces los…
Yo iba caminando cuando…
¿Ah, tú ibas caminando? Cuando los agarraban a latigazos o a fuetazos, los torturaban, los mataban, y todo eso los finqueros, sin que nadie hiciera nada, ni una autoridad, ni un ministerio público ni nada, solamente con las manos cruzadas, como estaban con las manos cruzadas los oficiales militares y judiciales ese día en Altamirano.
Mucho se ha hablado del problema de la tierra y en las consultas en los pueblos lo están tocando, pero ¿de dónde se va a sacar más país, más tierra? ¿Se les va a quitar a quiénes, y se va a repartir o qué se va a hacer?
No, pues los compañeros son más claros. Cuando ellos hablan de tierra, están hablando del alimento que se produce, y dicen: bueno, si a mí no me dan un pedazo de tierra pero me dan un tractor, fertilizantes, cosas, para que este pedazo que sí tengo produzca, pues para qué voy a necesitar más. Ahorita, como están sembrando, obtienen media tonelada por hectárea; en otras partes de México se obtienen ocho toneladas por hectárea. Entonces, este campesino de aquí necesita 16 hectáreas de extensión de tierra para producir lo que otro campesino en otro lado del país produce en una hectárea. Si se les dieran créditos, insumos, asesoría, todo eso… si hubiera otro gobierno pues, punto. El problema de la paz es justo ése: que lo está ofreciendo el gobierno que hizo todo lo que hizo y que te engañó a ti, a tus lectores y a todo el país diciendo que nada de esto ocurría, que todo era bueno y que había que entrar al primer mundo y que, en todo caso, los problemas eran de otro tipo. Y ese es el mismo gobierno que le dice a los compañeros: en tres meses te voy a cumplir todo. ¡Pues no le puedes creer!
¿Ni tampoco darle oportunidad?
Eso es lo que van a decidir. Pero la oportunidad ¿de cuánto es, de tres meses?
En tres meses se les da una propuesta, ¿no?
En tres meses responden.
En tres meses no se va a resolver la bronca, pero en tres meses se da una respuesta concreta, ¿no? Un programa…
Mmmmhhh. más papel.
Entonces, ¿qué sería lo ideal? ¿Un cambio de sistema?
Sí, definitivamente.
El otro día, ayer, te pregunta otra periodista, una de Guerrero, que si eso no sonaba medio utópico, pero bueno, sin utilizar la palabra ¿podrá ser un objetivo alcanzable?
¿Tumbar al gobierno? ¡Uta, cómo no! Yo lo que pienso es que lo que será difícil es que sea con las armas. No puede ser que una sóla forma de lucha produzca un efecto de este tamaño.
En ese sentido, como tú decías, hablamos también del triunfo político y de la aceptación que tuvo el movimiento en muchas partes del país que estaban igual, y en otras que no estaban igual pero en las que también tuvieron aceptación. ¿A eso te refieres, a la presión que puedan ejercer otros grupos?
Sí, y otras formas de lucha, entre otras, la electoral.
Se habla mucho de la crisis de los partidos políticos, de que esto vino a demostrar que ninguno estaba funcionando, porque de lo contrario se hubiera canalizado la lucha por ahí… ¿Qué opinas?
Yo pienso que sí, pero es difícil reprocharles eso a los partidos políticos. ¿Quién, con qué autoridad moral, le va a reprochar a los políticos no haber previsto lo que nadie previó, un primero de enero de 1994? Nadie lo previó, ni los medios, ni Punto, ni nadie pensó que eso iba a pasar.
Ahora le estaba reclamando a una reportera del periódico: tú estuviste el primero de enero y nomás me hiciste dos preguntas. Me dice, pues es que no nos esperábamos nada, los vimos pero cómo vamos a creer que está pasando lo que está pasando, hasta después nos dimos cuenta de qué tamaño eran.
No sólo los partidos fueron rebasados, fue el país el que fue rebasado, los medios de comunicación, la sociedad civil, todo mundo, por esa situación explosiva que truena el primero de enero. Y ahí yo pienso que es más rápida la sociedad civil en adaptarse y en tomar la iniciativa otra vez, que los partidos políticos.
Me imagino que para los partidos políticos fue más difícil salir de la inercia que llevaban.
Pero de todas formas, como tú decías, el cambio tendría también que venir por la lucha electoral, a través de los partidos.
No sólo por la lucha electoral, pero también por ella.
Una sería la lucha armada, la otra la electoral, ¿cuál o cuáles son las otras?
Las manifestaciones, las huelgas las protestas, la falta de control o la ingobernabilidad del país para un partido, en este caso el partido en el poder, que si se agota finalmente como opción gobernable tiene que cederle a otro, a riesgo de que se quiera mantener en el poder y lleve al país ahora sí al caos, a la guerra civil, no a la guerra de un ejército contra otro, el zapatista contra el federal, sino a una guerra de todos contra todos y que cada quien se agarre como pueda.
Y este tumbar al gobierno por la vía o las vías que sean, es un proceso largo, ¿no?
No, ¿por qué?
Digo, por la vía de las manifestaciones, si…
Es que todo tiene su momento. La lucha armada a lo mejor ya cumplió su momento, ya provocó una serie de situaciones que se tienen que aprovechar de otra forma, para abrir otro espacio, para que esto ocurra.
Pero lo que ocurre es que si tal partido gana las elecciones, ¿con qué credibilidad las va a ganar? La enseñanza o la lección que dejó el EZLN es que se puede ser ejército y alzarse y exigir la justicia sin necesidad de asesores o financiamiento externo.
Marcos, ¿qué va a pasar con este país? Decíamos el otro día, independientemente de lo que pase estos próximos meses o el próximo año con el Ejército Zapatista y su lucha, ya le dieron en la torre a muchas de las estructuras, partidos, instituciones en general…
El sistema tiene muchos recursos para rehacerse. Por ejemplo, si las cosas quedaran así como están el día de hoy, se puede recuperar rápidamente. Igual decían que después del terremoto de 85 no se iba a recuperar, o que después del fraude de 1988 no se iba a recuperar, y se rehízo otra vez.
Si no pasa algo más, el sistema se puede rehacer y esto pude quedar sólo como un trago amargo.
El proyecto económico salinista no va solo, sino que va inserto en un proceso que le llaman globalización, ¿no?
El reparto del pastel.
¿Cuál sería la alternativa?
Ese proyecto económico está basado en una falsa premisa, que dice que hay control político. Esa fue la apuesta del nuevo orden económico internacional en México: que México podía sostener el control político al costo social que fuera. Ahora eso ya no existe, por supuesto.
Tendría que haber un cambio político radical, y que la propuesta económica se decidiera también a ese nivel. Yo pienso que sí es posible entrar en términos de igualdad económica, o de equilibrio económico, con otros países, sin necesidad de vender la soberanía.
No puedes sacrificar una parte de tu nación, eres un país, no la puedes sacrificar para cumplir los requisitos de ese ingreso. Tú no puedes entrar a esa escuela que ves ahí y dejar tu pie afuera. O entra todo tu cuerpo o no entras. Dices, bueno, con tal de entrar voy a perder mi mano o mi pie, pero no lo vas a hacer, y eso es lo que está haciendo este país. Para poder entrar a ese nuevo orden internacional está perdiendo al sureste, y ya no hablo nada más de Chiapas.
Entonces, se trata de aceptar al país como es completamente, con sus carencias y sus pobrezas, y aceptar que ése es su nivel económico real, y que su riqueza es la de su región más pobre, y en esos términos entrar en una relación económica, sólo así es posible. A riesgo de que entonces digan, pues fragméntenlo, y que paguen lo que ahora están pagando en Yugoslavia.
Algo hay podrido en ese proceso de integración económica, hay algo falso en la premisa que no checa, que es una mentira pues, y que produce eso en el campo político. No es posible el proceso de integración económica mundial más que en los términos de dominador y dominado. No hay integración, hay subordinación, hay un pez grande que se come al chico. En ese reparto voraz está lo que estabas esperando, la Tercera Guerra Mundial, nada más que sin la fastuosidad militar de la Segunda Guerra Mundial. O a lo mejor ya es la Cuarta Guerra Mundial, ve tú a saber. Pero ¿por qué se produce eso en la ex Unión Soviética o en Yugoslavia, incluso en Alemania, que se supone que se une formalmente y luego se fragmenta en el pasado? El regreso al fascismo, la xenofobia.
Ustedes no van a dejar las armas pero ya están ubicados. Todos los días vuelan los aviones y los tienen más que ubicados, por lo menos en las comunidades. ¿Cuál va a ser el futuro y la estrategia del Ejército Zapatista. dando por hecho que no se van a cumplir las demandas tan fácilmente?
El futuro de este ejército es el triunfo.
¿Y la estrategia para permanecer y alcanza el triunfo?
Ganar, ganar, ganar. Tú nos ves muchas limitaciones, ¿verdad?
Hay una regla militar que dice: nunca muestres todas tus fuerzas ni todas tus posiciones, pero siempre, las que muestres, muéstralas como si fueran todas las que tienes. ¿Entiendes?
Esto lo puedes poner en tu artículo sin ningún problema. Estás viendo la punta de un iceberg. Los aviones ven la punta de un iceberg, los soldados en mayo del 93 vieron la punta de un iceberg, y este país, el primero de enero de 1994, vio la punta de un iceberg. Hermoso, eso sí, pero es apenas la punta de algo muy grande que hay abajo. Muy, muy grande.
¿Y que hay atrás de esto?
Mucha gente, mucho dolor, mucha rebeldía, muchas ganas de hacer muchas cosas, mucho terreno lejos de aviones, de helicópteros, de satélites, de mapas y de planes militares.
¿Hay Ejército Zapatista para rato?
Sí hay, y ojalá que no fuera necesario. Ojalá que pasaran otras cosas, que otras fuerzas se movieran, que otros movimientos actuaran para que no fuera necesario que esta gente tuviera que dar lecciones. Ojalá que el país haya aprendido con lo que pasó. Pero si no, ellos están decididos a seguir dando clases.
Marcos, ¿por qué se ha visto tan involucrada la iglesia en este conflicto?
Por el cese al fuego. De veras, no lo vas a creer.
Pero desde hace tiempo se le involucró…
No, pero ahora se insiste mucho por el cese al fuego. El cese al fuego detiene también nuestra ofensiva y entonces aparecen también los municipios que están dentro de la Diócesis de San Cristóbal. Si el cese al fuego se hubiera dado después, hubiera parecido que no estaba nada más la Diócesis de San Cristóbal, sino también la de Tapachula y la de Tuxtla Gutiérrez.
No, pero desde noviembre del 93 se hablaba incluso de la remoción de don Samuel, y después en enero se vinculó el intento de remoción precisamente con su influencia o no dentro de la organización zapatista.
En realidad al principio no se manejó lo de la iglesia, lo más fuerte fue que éramos extranjeros que pretendemos desestabilizar al país, profesionales de la violencia, todo eso que se dijo. Luego esto no checa y se van sobre lo que puede tener más trasfondo o puede ser más capitalizable políticamente: el papel de la iglesia. En otros lugares donde hay fuerza zapatista no alcanzaron a manifestarse. Te digo, sólo debes mostrar la fuerza necesaria en el momento preciso y en la dirección precisa.
La iglesia también tenía un trabajo pastoral dentro de las comunidades, con una idea progresista. ¿No fue aprovechada también?
No, ahí sí que no. Fue al revés: la iglesia siempre insistió en que no, que este proyecto era absurdo, era loco, era de muerte, y todo eso.
Como se puede ver, el Estado mexicano evidentemente olvidó esta parte del país en muchos sentidos, no sólo en el sentido de inteligencia militar, de no darse cuenta de lo que estaba pasando –o si se estaba dando cuenta, de ignorarlo o de no darle su justa dimensión. Si tú hubieras sido maestra aquí, y hubieras asistido a clases y hubieras tenido buen sueldo para asistir y para que no los dejaras solos, con el puro cascarón de la escuela como ese en el que estás durmiendo, y ocurre un primero de enero, iban a decir que los maestros fueron los que provocaron eso. Pero como no había maestros, quien enseña a leer y escribir, a relacionarse con el mundo exterior, es la iglesia católica.
Entonces, en ese sentido dicen: la iglesia católica es culpable. ¿De qué? De haberles enseñado a leer y escribir, de darse cuenta de que hay otro mundo al que pueden aspirar, que no es éste el único mundo posible, y por eso se le acusa de haber propiciado el levantamiento. Es absurdo que en estas condiciones de vida si alguien se da cuenta de que puede cambiarlas y empieza a tomar decisiones, entonces la pregunta sea, pues quién le abrió los ojos. El culpable es el que le abrió los ojos, no el que los tuvo en la miseria y los estuvo asesinando tanto tiempo. Ese es absuelto, pero el que les abre los ojos y les dice que es posible otra vida, ese es el culpable. Pero además, la iglesia les dice que es posible otra vida pero tiene que ser por otro medio, que no es la lucha armada. Les dice siempre eso y se los repite todavía. Les dice que no, que de plano no comparte el camino, que está en contra, que sí hay que cambiar la situación, que son justas las casus, pero que no es camino morir de esta forma, matando para cambiar las cosas.
Esto se contrapone mucho con la iglesia neoliberal del centro y su relación con el gobierno de Salinas
El Estado mexicano tiene que buscar aliados, en este caso la iglesia es una sociedad en sí y tiene sus sectores que se acercan más a la opción de los pobres, como dicen ellos, o la opción de los ricos, como no dicen pero sí hacen.
Evidentemente, el Estado tiene un proyecto económico y tiene que buscar aliados para ese proyecto, y lo más seguro es que sí haya encontrado en sectores de la iglesia a esos aliados, y esas reformas a la Constitución hayan sido encaminadas no a normalizar sus relaciones con la iglesia en general, sino a determinada iglesia, la que esté de acuerdo con su proyecto económico; y favorecer el ajuste de cuentas interno en la iglesia con las piedras, los estorbos que impidan suscribir el proyecto económico de Salinas, o el neoliberal, para no hablar nada más de Salinas, sino del grupo ese de la “generación del cambio”.
Han sido estas tres reformas, la de la Iglesia, la del artículo 27, la del tercero y la reforma electoral las más importantes. En la reforma electoral se habló mucho de avances, incompletos pero avances. ¿Ustedes reconocen avances en esa reforma del COFIPE?
No, ninguno. Es absurdo. Cancelaron todas las posibilidades de alianza, fragmentaron más la oposición.
¿Esa es la mayor limitación que le ves a la reforma?
No, yo le veo más, que se siga dejando en el poder de un Estado como el mexicano, ser juez y parte en las sanciones del proceso electoral, él decide si es válido o no y quién ganó y quién perdió un proceso electoral. Se está autocalificando, pues.
Has dicho hasta el cansancio que ustedes no quieren el poder, pero dices también que la vía electoral puede ser una vía de lucha para el cambio… ¿No es contradictorio?
No, porque nosotros no vamos a participar en las elecciones.
¿Eso es definitivo?
Sí, nosotros, ¿qué vamos a hacer en las elecciones? Va a competir un pasamontañas contra quién. No, nosotros no le entramos.

Fin

Hipótesis de velatorio

por Juan Pablo Maccia


Con la muerte de Obeid, a quien voté sin amor, Santa Fe se convirtió por un momento en un sitio concurrido y reflexivo. Un páramo de serenidad enlutada (también por Gelman, a quien al contrario amé sin voto alguno) en una semana de locura, en la que prolongan por nuevos medios –devaluatorios- lo que ya habíamos atestiguado durante los saqueos, auto-acuartelamientos policiales y cortes de los servicios energéticos de diciembre: el agite político no descansa. 

No es fácil distinguir, de todo lo que escuché estos días, qué cosas pertenecen al mundo de las ficciones sensatas y qué a la fantasía destituyente (el peronismo tampoco descansa). Resumo lo que me quedó más en claro. Las usinas del peronismo (más kirchneristas que cristinistas, para ofrecer una coordenada aproximada) parecen decir lo siguiente: Cristina conserva mucho más poder del que se reconoce en público. Pero se acabó el tiempo de gobernar sin sucesión. El pacto económico está en curso. Si se controla lo del dólar y se arregla lo del Indec, puede venir dinero de afuera. Con inflación y un poco más de pobreza, cierto. Pero con estabilización y mejores perspectivas para el 2015.

¿Quiénes son, según los corrillos, los candidatos de Cristina? Dos preferidos: Julián Domínguez, del Frente para la Victoria, y Lorenzetti, por el pan-radicalismo. 

¿Optimismo? ¿Pesimismo? ¿Mera conversa de quincho?

Los “rolezinhos” nos acusan: somos una sociedad injusta y segregacionista

Leonardo Boff

El fenómeno de centenares de jóvenes que van juntos a dar una vuelta por los shoppings centers de Río y  São Paulo ha suscitado las más disparatadas interpretaciones. Algunas, de los acólitos de la sociedad neoliberal de consumo, que identifican ciudadanía con capacidad de consumir, generalmente en los grandes periódicos de los medios comerciales, no merecen consideración. Son de una indigencia analítica que da vergüenza.

Pero hay otros análisis que han ido al centro de la cuestión, como el del periodista Mauro Santayana del JB on-line y los de tres especialistas, que han evaluado la irrupción de estos jóvenes en la visibilidad pública y el elemento explosivo que contienen. Me refiero a Valquíria Padilha, profesora de sociología en la USP de Ribeirão Preto: “Shopping Center: la catedral de las mercancías” (Boitempo 2006), al sociólogo de la Universidad Federal de Juiz de Fora, Jessé Souza, “Ralea brasilera: quién es y cómo vive” (UFMG 2009),  y  a Rosa Pinheiro Machado, científica social con un artículo “Etnografía del rolezinho” en Zero Hora de 18/1/2014. Los tres dieron entrevistas esclarecedoras.

Por mi parte interpreto de la siguiente forma tal irrupción:

En primer lugar, son jóvenes pobres, de las grandes periferias,  sin espacios de ocio y de cultura, penalizados por servicios públicos ausentes o muy malos, como salud, educación, infraestructura sanitaria, transporte, ocio y seguridad. Ven televisión cuyas propagandas los seducen para un consumo que nunca van poder realizar. Saben manejar computadores y entrar en las redes sociales para articular encuentros. Sería ridículo pedirles que analicen teóricamente su insatisfacción. Pero sienten en la piel cuan malvada es nuestra sociedad porque excluye, desprecia y mantiene a los hijos e hijas de la pobreza en una invisibilidad forzada.

¿Qué se esconde detrás de su irrupción? El hecho de no ser incluidos en el contrato social. De poco vale que tengamos una constitución ciudadana, que en este aspecto es solamente retórica,  pues ha implementado muy poco de lo que prometió con vistas a la inclusión social. Ellos están fuera, no cuentan, ni siquiera sirven de carbón para el consumo de nuestra fábrica social (Darcy Ribeiro). Estar incluido en el contrato social significa tener garantizados los servicios básicos: salud, educación, vivienda, transporte, cultura, ocio y seguridad. Casi nada de esto funciona en las periferias. Lo que están diciendo con su penetración en los bunkers del consumo es: “míranos de cerca”, “no estamos parados” “estamos aquí para incomodar”. Con su comportamiento están rompiendo las barreras del apartheid social. Es una denuncia de un país altamente injusto (éticamente), de los más desiguales del mundo (socialmente), organizado sobre un grave pecado social pues contradice el proyecto de Dios (teológicamente). Nuestra sociedad es conservadora y nuestras élites extremadamente insensibles a la pasión de sus semejantes y por eso cínicas. Continuamos siendo Brasilindia: una Bélgica rica dentro de una India pobre. Todo eso denuncian los rolezinhos, más con actos que con palabras.

En segundo lugar, ellos denuncian nuestra mayor llaga: la desigualdad social cuyo verdadero nombre es injusticia histórica y social. Es relevante constatar que con las políticas sociales del gobierno del PT la desigualdad disminuyó, pues según el IPEA el 10% más pobre tuvo entre 2001-2011 un crecimiento de renta acumulado de 91,2% mientras que la parte más rica creció un 16,6%. Pero esta diferencia no atacó la raíz del problema, pues lo que supera la desigualdad es una  infraestructura social de salud, escuela, transporte, cultura y ocio que funcione accesible a todos. No es suficiente transferir renta; hay que crear oportunidades y ofrecer servicios, cosa que no ha sido el objetivo principal del Ministerio de Desarrollo Social. El “Atlas de la Exclusión Social” de Márcio Poschmann (Cortez 2004) nos muestra que hay cerca de 60 millones de familias, de las cuales cinco mil familias extensas detentan el 45% de la riqueza nacional. Democracia sin igualdad, que es su presupuesto, es farsa y retórica. Los rolezinhos denuncian esa contradicción. Ellos entran en el “paraíso de las mercancías” vistas virtualmente en la TV para verlas realmente y sentirlas en las manos. Este es el sacrilegio insoportable para los dueños de los shoppings. Estos no saben dialogar, llaman a la policía para que los reprima y cierran las puertas a esos bárbaros. Sí, bien lo vio T. Todorov en su libro “Los nuevos bárbaros”: los marginalizados del mundo entero están saliendo del margen y yendo hacia el centro para suscitar la mala conciencia de los “consumidores felices” y decirles: este orden es orden en el desorden. Los hace frustrados e infelices, llenos de miedo, miedo de sus semejantes que somos nosotros.

(Traducción de Mª José Gavito Milano)

La matriz ideológica de Cristina

por Diego Valeriano


Por más que lo intenten, no está en el ADN enfriar la economía. De no hacerlo terminaban chocando antes del mundial, pero no se lo creen. Y como todo es cuestión de creencias, no les va a salir. Hablando de creencias, ayer Cristina nos decía que ella cree en el desarrollo de la economía a partir del consumo. Ella sabe que el consumo libera, lo comprobó en estos años, lo aprehendió en estos años. Aumentar la capacidad de consumo de todos los argentinos como hizo el kirchnerismo mutó la matriz ideológica de Cristina. La devaluación es contraria a esta matriz. A emitir que se acaba el mundo.
Pasa algo y después se explica de mil manera convenientes. Diciembre -que es el mes más claramente expresivo- aun no terminó, siguen detonando bombas pequeñitas. No existe la “puja distributiva”: la pelea es por el consumo y se da de forma más bien capilar. Una capa, otra capa y otra capa más. Voy cumpliendo como puedo… Como todos los días de nuestro diciembre, cada quien hace su juego, habla y actúa en consecuencia. Creo que hay una alteración del orden en que suceden las cosas. Saqueos, festejo de la democracia, ola de calor, palometas… me incomoda el orden en que están presentados. No dicen cabalmente todo lo que va a suceder.
No hay duda alguna que la juventud maravillosa va a defender los pilares fundamentales de esta década: en la calle, con el cuerpo y desde los genes. Como lo hizo en diciembre, como lo hace ahora. Pero no aceleren sus corazones militantes, no hablo de los muchachones de pechera. Hablo de la verdadera juventud maravillosa, de la que brotó bajo el sol de esta década, la que tiene mensajes urgentes y simples del futuro. Genotipo y fenotipo de la liberación, vienen bancando este proyecto. Solo que lo hacen en moto y por calles paralelas para evitar los controles policiales.

Inmersión en el Silicon Valley: Ritornelo 1

Por Carolina Di Palma


Son casi las diez de la noche y estamos esperando el embarque de United hacia San Francisco. Me acerco al mostrador de la puerta 5 y le digo a una empleada de la aerolínea que tengo una enfermedad que no me permite estar mucho tiempo parada. Ella me dice, nosotros no controlamos esto, es Migraciones, no podemos hacer nada. Estados Unidos no piensa ni considera nada acerca de lo humano y esas cosas. Si querés te puedo conseguir una silla de ruedas. Le digo, no, si no hay nada humano para considerar, no hay nada que hacer. Gracias de todas formas.


En el avión apagamos los celulares porque Argentina no forma parte del acuerdo de redes según explica el comandante y prendemos las pantallas de los asientos delanteros. Tenemos cine de acción, comedia, aventura, thriller, actuales y world cinema, donde se incluyen películas coreanas, japonesas y chinas. Conectamos los auriculares,  bajamos la mesita, comemos comida vegetariana y vemos Graviti en español.  El movimiento del avión genera todo un transmedia de la película.

A las 6 de la mañana llegamos a Houston. Se supone que es la escala. Sin embargo, tenemos que cambiar de avión, retirar el equipaje, pasar por aduana de nuevo, volver a despachar el equipaje y volver  a embarcar. Mientras recorremos el aeropuerto, vemos un collage digital mal hecho con algo así como un gaucho a caballo, jineteando, una pareja bailando flamenco, un trombón y un helicóptero que traslada una señora en una camilla acompañada por un médico. Arriba un texto: “Bienvenidos a Houston”. Por los altoparlantes se escucha que debemos respetar todas las normas de seguridad y que cualquier “broma acerca de la seguridad podrá tener consecuencias”. El silencio marca el estilo del lugar.

Cuando llegamos a migraciones nos tenemos que desvestir: descalzos, sin cinturones, sin camperas, todo en tachos de plástico va por las cintas hacia las cámaras. Pasamos por un gran dispositivo donde nos hacen ubicar sobre unas pisadas amarillas, “¡levanten las manos!”… y nos scanean. Del otro lado, una mujer nos toca sin mirarnos. Nos dicen que nos calcemos, no hay lugar para sentarse, todos haciendo equilibrio, a los hombres se les caen los pantalones sin cinturón, un montón de policías demandan cosas distintas al mismo tiempo.  Nos sacan la compu de la valija con guantes turquesas de plástico y se la llevan. Pasa un tiempo y luego la devuelven pero ya no la tocan. Nos confiscan el agua mineral Eco de los Andes. Nos preguntan si queremos ir para atrás, tomarla y volver. Les decimos que no, que gracias, que la confisquen.

Tenemos solo una hora de escala, llegamos a la cola de aduana y nos quedan 40 minutos para subir al otro vuelo.

– ¿Ustesdes son de United?, les preguntamos unas chicas
– Sí.
– ¿Saben que en 40 minutos sale el otro vuelo?
– Sí.
– ¿Y qué hacemos con la espera?
– No podemos hacer nada, nosotros no controlamos esto, es migraciones.
– ¿Uds se hacen cargo si perdemos el vuelo?
– Sí, toman el siguiente.

Otra vez fotos, otra vez huellas. Pasamos. Emprendemos el viaje dentro del aeropuerto hacia la puerta C44.

Llegamos 5 minutos antes que cerrara el embarque. Otras tres chicas de United nos gritan que llegamos tarde. Nos hacen subir pero sin el equipaje de mano. Subimos igual. Apagamos todos al mismo tiempo los celulares, prendemos las pantallas de los asientos delanteros, nos ponemos los auriculares, sacamos las tablets, las compus y usamos todo al mismo tiempo. Volamos y llegamos. Se apaga todo automáticamente, todos agarramos los celulares, miramos hacia abajo, pasamos el dedo por la pantalla y levantamos la mirada. 

En San Francisco buscamos nuestras valijas y nos vamos. No pasamos por aduana, ni migraciones, ni nada. Nadie nos pide nada. Buscamos los ascensores y comemos algo en el bar del tercer piso. En las mesas aledañas un montón de obreros jóvenes, con ojos celestes, anteojos y barba, del tipo de obrero constructor que salva al mundo en la nueva peli de Lego, comen al lado nuestro. Enterito caqui o azul, gorro de plástico y herramientas colgando del pecho y los bolsillos son los que emparchan el hard. Nada que ver con poner hormigón.

Taxi a Cupertino. Salimos de la ciudad de San Francisco, vamos por la autovía 101, pasamos por San Mateo, Menlo Park, Sunnyvale, Montain View, Palo Alto, Santa Clara, Universidad de Standorfd, Redwood City, Fremont, Saratoga. Lo mismo sería decir, vamos por la autovía 101 y pasamos por Youtube, Google, Facebook, Yahoo, Linkedin, Apple, Microsoft, Electronics arts, Oracle, McAfee, Mozilla, Hewlett packard, Adobe Systema, Cisco System, Intel, Twitter, Netflix Inc,  Sunmicrosystems, Sillicon Grafics. Habitamos el Valle del Silicio. A simple vista es como estar en la panamericana. Todas las casas tienen su garage igual al garaje donde Steve Jobs planificó el afano y puso sus primeras oficinas de Apple. Llegamos a nuestra casa, ponemos un código y entramos. En el hall de entrada, zapatos de hombre, zapatos de mujer en el piso.

Es de noche y ya nos enloquecimos con el cambio de horario. Vamos al super, Safeway. Preguntamos el camino y nos preguntan si tenemos auto. Les decimos que no. Nos preguntan entonces si tenemos GPS. Les decimos que no. Nos dibujan un plano con birome. Queda a tres cuadras. Mientras caminamos, vemos que afuera de las casas, además de los garajes de Steve Jobs, hay zapatos juntos a las puertas de entrada.

Esperamos un taxi para volver. Nos sentamos en el carrito de repositores del super a esperar. Nadie toma taxi. Todos tienen auto. Entran y salen hindúes, indias, chinas y chinos. Un papa hindú carga en el carrito del super a  su niño hindú con buzo azul con capucha y zapatillitas Nike verdes.

Aquí comienza el viaje de inmersión al Valle del Silicio donde hizo rizoma la revolución digital contemporánea. A mediados de los años 70, con fondos del estado norteamericano, a través de la Universidad de Standford, para investigaciones militares ligadas a las nuevas tecnologías, surgieron los primeros circuitos integrados con semiconductores de silicio, las computadoras personales que hicieron posibles a los millones de usuarios, las interfaces y softwares que nos permitieron entrar en contacto con las máquinas, e internet, esa gran nube virtual de soporte numérico en la que hemos entrado los seres humanos con cuerpo de signos.


La teoría de los diez años y los tres pasos del cangrejo

por Luchino Sívori


Comentándolo con unos amigos kirchneristas “críticos” , llegamos la semana pasada a una conclusión que pondría broche a esta etapa para algunos singular y para otros milagrosa –el broche, valga decir, se produciría luego de que el gobierno decidiera ceder frente a la escalada cada vez mayor del poder concentrado la liberalización del cepo cambiario-; se llamaría la “teoría de los 10 años y los tres pasos del cangrejo”, y su explicación es, como diría Perón de su propia doctrina justicialista hace más de cincuenta años, simple, práctica y, por qué no, popular. En una oración: cada x cantidad de tiempo, alrededor de diez para ajustarnos a la evidencia histórica, Argentina llega a su límite de flexibilidad.
El lector ávido y perspicaz intentará desentrañar a qué me refiero con flexibilidad; supondrá, viniendo de donde viene la nota, que el autor no está hablando de “des-regulación laboral”, ni mucho menos. Con flexibilidad mis amigos y yo nos referíamos a elasticidad, aflojamiento, relajación de las estructuras solidificadas de la Historia nacional, y, por ende, de más o menos todos sus derivados culturales y sociales que las sustentan implícita y explícitamente.
Esta relajación o flexibilidad no se da por que sí, ya lo sabemos. Son producto de pujas y luchas de poder entre lo que algunos denominan discursos contra-hegemónicos o alternativos, según la teoría adoptada, y el meta-relato de turno. Se dan –si se tiene suerte- en casi todos los escenarios de la vida social, y afectan no sólo las decisiones que toma el Congreso a través de la aprobación de sus leyes, sino también los tipos de relaciones afectivas que se darán entre las personas, la forma de ver al sexo opuesto, los periódicos que se eligen para informarse, la tienda a la que uno va a comprar la ropa para abrigarse…
En la Argentina, curiosamente, estas pujas tuvieron una particularidad cíclica (tomando las palabras de Alfonsín) muy especial: cada vez que se sucedían unos espacios de tiempo medianamente largos –a consideración de nuestros ojos postmodernos- estas pujas canalizaron su articulación y proyección en un mismo movimiento. Con esto no estoy diciendo que cada x cantidad de décadas los discursos alternativos y sus protagonistas se reúnen cual asociación pacífica, ni mucho menos, pero sí, y aquí lo original del caso argentino, son “tomadas en consideración”, incorporadas, asimiladas, apropiadas por personajes –partidos, movimientos, líderes políticos- centrales del poder, que ocupan lugares destacados y que poseen la capacidad y los recursos de alterar los casi siempre estancados nervios del sistema.  
Llámesele a esta particularidad oportunismo o, como se suele denominar despectivamente entre algunos círculos sociales, populismo demagógico, la cuestión es que la contra-hegemonía cuela así, por algunas de las rendijas del poder central, algunos, que no todos, de sus enunciados emancipadores, re-acomodando a posteriori y por defecto muchos de los elementos que estaban sobre el campo de juego oficial, y también, como todo juego de poder, aquéllos considerados no oficiales.
En la Historianacional, decíamos, se pudo ver este proceso en reiteradas (y contadas) ocasiones, con algunos ejemplos más potentes que otros, obviamente. Sin embargo, en todos ellos se llegó siempre a una especie de límite donde el escenario de estas articulaciones momentáneamente (y milagrosamente?) unificadas se dividía en dos partes bien diferenciadas -antes de que todo explotara y se volviesen a tirar los dados (endeudamiento- convertibilidad- devaluación)-: en una punta, aquéllos que procuraban desde su posicionamiento “doblar más el palito”, o dicho de otra manera más académica, colar más cantidad de enunciados propios y así acelerar lo supuestamente alternativo a la norma (no estamos aquí contando con aquéllos miembros que “utilizan”, camuflándose, el poderío de este gran jugador central o movimiento o ambas cosas para sus ideales usualmente poco atrayentes a las masas populares argentinas, sino estrictamente a los “del palo”); y, por el otro, aquéllos que intentaban apretar el freno y volver a poner primera o segunda para ir más despacito, al punto de no ir casi o, al menos, parecerlo.
Como ya es sabido, el contexto por fuera de estos grupos hasta ese momento temporalmente unificados siempre terminó re-acomodándose y declinándose tarde o temprano por el segundo, produciéndose en la mayoría de los casos una especie de bajón anímico teñido de desesperanza en el primero. Se trataría de la contracción (externa) post-división (interna).
La teoría casera de los diez años que tuve con mis amigos kirchneristas “críticos” no reside en reconocer esta circunstancia supuestamente “cíclica” del caso argentino, sino en ver cómo esta particularidad de re-acomodamiento eminentemente conservador y reaccionario de la realidad circundante para con la disputa interna del gran jugador o movimiento o ambas cosas es, justamente, de lo que está hecho nuestro progresismo nacional. Como diría la canción de Divididos, “somos ñapi de mamá”, avanzamos a los golpes, pero con un detalle muy importante que cabe mencionar para entender la complejidad del asunto: esa ñapi no es de cualquier madre, tiene un dueño, y no golpea siempre, sólo de vez en cuando.
Así, una vez analizada la Historianacional reciente y sus recorridos, mis amigos y yo nos dimoscuenta que eran esas disputas internas las que encerraban los alcances del progresismo nacional, como si todo dependiera, cual agujero negro espacial, del resultado de esas pujas. Parafraseando la metáfora de los tres pasos para adelante y dos para atrás del cangrejo, terminamos cayendo en la cuenta de que no serían los dos pasos atrás, como se suele suponer, los que determinan el avance y marcan nuestros límites político-sociales excepcionales a la regla; sino, justamente, el paso ganado de la ecuación resultante. En nuestro país, curiosamente, el palito progresista suele romperse allí mismo, cada diez años, poco más poco menos.

El agite del capital: algunas ideas en relación con el film “El Lobo de Wall Street”

por Andrés Fuentes
1- Intro

La película nos cuenta la vida de Jordan Belfort. Basada en su propia autobiografía, Scorsese nos relata bajo un formato narrativo similar al de “Buenos muchachos”, la historia de este empresario vendedor de acciones en la principal hacienda bursátil del planeta: Wall Street.

Estamos en mediados de los ochenta. Luego de algunos fracasos Jordan arma una compañía “Stratton Oakmont” que vende acciones baratas de empresas falopa a gente de clase media baja y laburantes. Una máquina que se conforma  con sujetos de diferente especie -desde abogados hasta delears- bajo la promesa de plata fácil. Y la historia va bien: la empresa se pone en marcha y va creciendo vertiginosamente: todos se hacen millonarios.

Pero lo que les quiero contar es que la compañía manifiesta en su dinámica un componente afectivo muy intenso; una electricidad atraviesa y enciende cada uno de los cuerpos que la habita. Por eso en las líneas que siguen me interesa pensar algunas manifestaciones de la mística empresarial, tirar algunas hipótesis de su emergencia, como relacionar estos afectos con algunas de nuestras prácticas de consumo.


2- La Fiesta: celebración y combustible

La fiesta es parte de la rutina de la compañía. Que se entienda: no es un episodio excepcional sino una experiencia más de su despliegue existencial. Música, cocaína, yates, mansiones, morfi, alcohol, juegos sádicos y rubias espectaculares, son algunos de los insumos de la liturgia empresarial. Los festejos celebran el crecimiento geométrico de las ventas de acciones, de nuevos emprendimientos, del aumento de la potencia financiera de los individuos, pero también, es el combustible indispensable para sobrellevar el desgaste que implica conseguir esa potencia. Desde el principio de su carrera como vendedor, Jordan sabe que la cocaína y el sexo son fundamentales para soportar la presión diaria, para que “corra la sangre por todo el cuerpo”, como alguien le supo explicar.

La adrenalina de la fiesta repercute en los cuerpos. Una náusea cada vez más aguda se afirma en los soldados del capital. Jordan y otros miembros de su banda viven zarpados dando lugar a una serie de escenas bastante grotescas –algunas banalizadas por el director, hay que decirlo- dando una muestra bastante cabal del cachivache burgués. Al mismo tiempo esta vida al palo se extraña cuando Jordan entra en bancarrota bombardeado porproblemas legales. Si en pleno ejercicio empresarial la fiesta es agenda obligada, el aburrimiento de estar en su mansión gigante frente a una pileta tomando cerveza sin alcohol será ahora una decepción cotidiana.

La vivencia subjetiva de los cuerpos de la compañía exponen claramente el concepto deleuziano de anti-producción: cuanto más crecimiento, voracidad y agite experimentan, más nausea, pérdida del control y autodestrucción padecen. Complementos circulares de una cadena infinita donde cada elemento se necesita y repele. Más abajo veremos por qué.
3- De liderazgo, pedagogía y lealtades

En todo esto hay un líder que es Jordan. Transpirando carisma y seducción, sus discursos en las oficinas nos recuerdan a los grandes líderes del siglo XX. Una masa de vendedores que confía en las capacidades de su líder como un líder que confía en la destreza de sus vendedores. Una alianza que promete –y cumple- con jugosos réditos.

Jordan es el vendedor astuto que logró montar su empresa y competir con los grandes. Es aquel que enseña a los demás sus habilidades mercantiles. Pedagogía empresaria lejos de cualquier abstracción y siempre basada en el ejemplo: Jordan le solicita a sus vendedores que le muestren como venderían una lapicera, como a su vez, él les muestra cómo llamar y engatusar clientes.

No es algo menor la lealtad que despierta Jordan en sus seguidores: Stratton parece una gran familia, o más bien una banda de amigos (recordemos que la gran mayoría son jóvenes). Cuando empiezan los problemas legales ninguno de los empleados citados por los tribunales delata a su jefe o compañero alguno. Y esto es reciproco: cuando la justicia le pide a Jordan que para salvarse botoneé a otros directivos de la compañía, pone al tanto a los mismos. De hecho, estos mismos amigos ponen una buena moneda cuando cae en desgracia para bancar la fianza y aliviar las condenas. Si bien para Jordan una de las principales máximas de su negocio es que “en Wall Street no hay amigos”, y somos testigos de un oportunismo permanente en el accionar de los protagonistas, la lealtad reciproca y confianza mutua se manifiestan en varias secuencias jodidas para estos personajes que encarnan la elite global. Aunque este compromiso y lealtad no es inquebrantable: uno de los principales gerentes y miembros fundadores de la empresa traiciona a los suyos por mandarse solo con movidas fraudulentas provocando más problemas con la ley.


4- Potencia infinita: una creencia equivocada

La mística de la compañía expresa una fuerza arrolladora que la hace invencible. Crecimiento exponencial, autosuperación constante, Stratton Oakmont parece que todo lo puede. Y subrayamos el parece porque esa sensación de invulnerabilidad será parte tanto de su ascenso como de su caída (otra vez, la ambigüedad de la autoproducción del capital…).

En su proyección arrolladora no hay culpa alguna para Jordan y los suyos, tanto en la experiencia festiva como en violar la ley. Sobre lo primero, somos testigos de una dilapidación desenfrenada de ingresos para apropiarse de infinitas mercancías (“como puedes estar gastando tanto dinero en tantas idioteces”, vocifera incrédulo el padre de Jordan). Sobre lo segundo, constitutivamente la compañía funciona utilizando todas las matufias posibles, desde métodos poco éticos – cargosear clientes, vender humo- hasta transgredir las normas legales. ¿Cómo no hacerlo? ¡Es Jordan, el lobo de Wall Street! Y este es un problema de la película: Jordan no es simplemente un salvaje en la fauna del mundo financiero, sino que ya la misma actividad bursátil implica una lógica voraz; el problema no es la especulación sino el mismo dispositivo de la deuda; el problema no son los métodos sino una relación de poder entre deudores y acreedores que explotan intereses.

Pero volvamos: la justicia no se queda quieta y actúa frente a Jordan y los suyos. Mantener en marcha la empresa requiere que se negocie con el FBI, surfeando en una marea gris de acuerdos complejos, ganando y perdiendo según el caso. Pero a Jordan le cuesta ceder poder. Ya al límite lo amenazan y le solicitan que para no ir preso de un paso al costado en la compañía. Acorralado, Jordan accede.

Último día en la oficina. El jefe se dirige a dar otro discurso, ahora el de despedida. Pero en medio de sus palabras, envalentonado por el agite de sus empleados-amigos y la magia que envuelve al lugar, decide dar marcha atrás y se queda. En los días posteriores cuando llueven las citaciones de la justicia a la oficina, el vicepresidente de la compañía se para en un escritorio, mete los papeles en un cesto de basura y exclama “esto es lo que hacemos con las citaciones que llegan a  Stratton” sacando el pene para orinar en el tacho en medio de un furor generalizado. La creencia en la potencia infinita de la compañía y la convicción de que son invencibles será la causa de su caída.


5- Capitalismo y aventura

Para explicar el funcionamiento de la empresa no nos podemos remitir solamente a explicaciones económicas. La deuda como dispositivo de poder contemporáneo necesita de una producción subjetiva que permite este funcionamiento. Uno de los insumos para fabricar el ser financiero es lo afectivo. Se trata de emociones teñidas por la desmesura y la adrenalina, la náusea y la alegría desaforada, el temor por un final inminente y la sensación de ser inmortales. Nos preguntamos ¿Cuál es la lógica en la cual se anclan estos afectos.

En primer lugar digamos que hay un vector temporal en el funcionamiento general de la compañía, en tanto génesis, apogeo y caída de Jordan. Los éxitos de la empresa en un primer momento significan para cada vendedor la adquisición de dinero por las comisiones que derivan de la venta de acciones que les permite modificar radicalmente su nivel de vida. La empresa se convierte en la plataforma ideal para pasar de loser a nuevos ricos.

Pero la mística de la empresa no se constituye solamente por su finalidad sino por ser un entre, un constante pasaje. Vivir en medio de, significa que todo el tiempo es necesario estar a la conquista: cazar clientes es una tarea de todos los días. Demostrarse a sí mismos que en medio de la incertidumbre pueden seducir clientes y lograr que confíen en ellos es una aventura constante. De ahí la adrenalina de los teléfonos, el relojeo de monitores, la imaginación en chamuyos y tácticas dialécticas, los gritos, la necesidad de festejos permanentes. Vivir en el presente requiere que a cada momento se demuestre estar a la altura. Cada minuto es un desafío. Esto explica que si bien es cierto que cada venta es pasar un umbral de rentabilidad y mejorar posibilidades de consumo y respeto social, no solo para cada uno de ellos, sino para la empresa-orga en relación con otras, es la travesía misma de esos umbrales una experiencia ferviente para los vendedores de acciones.

Pero vale decir que esta incertidumbre nunca pone en duda su razón de ser: vendedores. El entre es un eterno presente: ser vendedores de acciones con las cuales la gente se endeuda con finales inciertos para cada uno. Paradójicamente este accionar en la inmanencia, en el desafío de sí perpetuo, claudica toda creación de otra forma de vida.

Antes de cerrar este  punto otra pregunta: ¿no se puede ubicar al burgués como aventurero al inicio del capitalismo y no solamente en su fase contemporánea? Además del cálculo ascético que postulan algunos, ¿el arrojo y el desafío de lo imprevisto ya no están en su origen primero? (para seguir esto recomiendo la fabulosa película de Paul Anderson “Petróleo sangriento”).

6- Tipos de moneda y emociones

La historia de Jordan y su banda es seguramente un fresco de la elite global que habita Walll Street, entre otras posibles (en línea con la peli ya de culto “America Psyco”). A su vez, expone una diferencia más que sensible con respecto a la burgesía europea de banqueros (ver “El capital”, de Costa Gavras).

Pero más allá de pensar las vivencias de los acreedores como clase dominante, el tema de los afectos no se acaba ahí. También irrumpe en los deudores. Interesante a propósito una de las publicidades de Tarjeta Naranja al respecto. Se llama “Hernán”. Todos la recordamos: un flaco medio rubiecito entra a un negocio y saca su tarjeta emulando a He-Man. Con la musiquita y todo, se trasforma en un ser superpoderoso. La brusca y emocionante mutación en su composición subjetiva implica una potencia de consumo que antes no poseía: un infinito de mercancías abierto a su merced.

El dinero como sueldo permite intercambiar aquí y ahora por infinidad de mercancías de todo tipo: ropa, salidas, vacaciones, etc. Pero la moneda en tanto capital no solo es capaz de generar más moneda por inversiones, sino de potenciar ampliamente la moneda sueldo aumentando brutalmente su capacidad de apropiación del mundo. Pero la financiarización para nosotros consumidores -que también implica una fiebre erótica- tampoco nos arroga  a una embriaguez creadora sino que nos incorpora en una matriz de sujeción social.

La lógica de la deuda es una forma de gobierno abrumadoramente eficaz de nuestras vidas. Con bocha de complejidades y matices, se despliega en las fibras vitales de nuestro tiempo, especialmente, permitiendo una amplia democratización en el acceso de las cosas del mercado.  Y en este escenario de consumo masivo se hace vital investigar políticamente diferentes tipos de fugas, desde  saqueos hasta formas más sutiles como engaños diversos, hasta intervenciones más estructurales como la invención de créditos sin interés ni control. Tampoco podemos negar la retroalimentación del crédito capitalista pero utilizando ese dinero para constituir formas de vida no consumistas. El problema de fondo no es “dinero, si-dinero, no”. Se trata de deseos sociales y como estos se van encarnando en diferentes dispositivos que le dan vida a su ideal. En la escena final del film, apreciamos al gran Jordan que hundido se dedica ahora a dar charlas para vendedores (el ganador, te enseña a ganar). Utiliza el método de la lapicera: “véndeme esta lapicera”, es la invitación. Mientras diferentes discípulos de Jordan lo intentan, la cámara de Scorsese se pasea por la rostridad de cada uno de los vendedores: percibimos la expresión de un regocijo, de un asombro por saber aquello que tanto promete… Y de esto se trata: de cómo de desactivar la promesa del modelo de vida consumista ya que sin ese deseo de gestión de alegrías no hay necesidad de crédito, y crujen así los soportes de un poder que a pesar de la sonrisa, nos somete.

Inmersión en Silicon Valley: Ritornelo 2

por Carolina di Palma 


Es el fin de la oralidad. Comenzamos por San José: ensimismadas, las personas no hablan. Están con otros pero en otro espacio. Tienen auriculares, miran hacia abajo y tocan el celular. Silencio. 

Es el fin, además, del imaginario moderno acerca del “occidental”. El occidental ahora son chinos e hindúes. Ya decíamos con Eugenia: el new age disputa el nuevo sentido común de la nueva modernidad. No se ven casi anglosajones. Los latinoamericanos estaremos para otra cosa porque por acá no se ven. Quizá, luego de la devaluación, ahora que somos más baratos, entremos en esta escena (en realidad, sabemos que los argentinos de Globant trabajan para Microsoft hace ya mucho tiempo).

Nos viene a buscar Alex, un hindú taxista, o un taxista hindú. Hasta ahora todos los taxistas son hindúes o negros. Nos lleva hasta la estación Lawrence del Caltrain Train. Vamos hasta San José, el lado opuesto de San Francisco en el recorrido del tren.  Nos ayuda un homeless con pelo largo y barba larga a sacar los boletos. El tren llega puntual. No hay casi gente. Bajamos. Buscamos un kiosco y pedimos un mapa. Se ríen. En el kiosco venden frutas además de gaseosas. Pedimos dos café chicos, nos dan dos café enormes. Devolvemos uno. Pedimos que nos vendan un vaso. Nos lo regalan. Vaciamos un café en dos vasos. El señor del kiosco nos mira, agarra los dos vasos y los llena de nuevo. Nos los regala, dice. 

Una chica nos ayuda a buscarnos en el mapa, saca su celular, pone su GPS y nos encuentra. Buscamos esa ubicación en el papel. Estamos cerca del Tech Museum.  Comenzamos la caminata. Pasamos por el City Bank, por el Fremont Bank, por el Boston Bank, por el Bank of América, por el Union Bank, por la International Technological University, la Pacific Gas and Electronic Company, La San Jose Water Company   y llegamos a Adobe.   Adobe nos recibe con “Customer experience center” y con “Creative cloud”, y un edificio de hormigón armado tan grande como los bancos.

Caminamos un poco más y llegamos al Tech Museum. Lo banca Cisco, Flextronicis, Microsoft, Nokia, Intel, Accenture y algunas fundaciones. Ponen entre 1 millón y 10 mil dólares cada uno. Todo escrito sobre placas de mármol. En el museo hay miles de experiencias interactivas sensoriales de todo tipo. Realidad aumentada, códigos QR, VJ, cine 3D, impresoras 3D, robótica, electrónica lúdica, programación,  music maker, controlleres, reactable.

Arriba, La revolución del microchip, circuitos integrados o chips de silicio. “Más de 30 millones transistores modernos entran en la cabeza de un alfiler. Se fabrican alrededor de 10 quintillones de transistores cada año. Eso es 100 veces el número de hormigas que hay en la tierra”.

Seguido, La revolución del silicio. “Para enviar información, un transistor en un microchip tiene que estar completamente encendido o totalmente apagado, no en algún punto intermedio. El elemento químico silicio hace funcionar estas interrupciones completas. Presente por todo el mundo,  el silicio es un semiconductor,  un material que permite un control preciso de la electricidad. Cuando se mezcla con otros químicos en proceso llamado dopaje, el silicio permite pasar únicamente las grandes explosiones de electricidad, haciendo señal de 1 o encendido. Pero el silicio dopado impide pasar a las explosiones más pequeñas de electricidad, produciendo una señal de 0 o apagado”.

Más adelante, La velocidad. “Se suelen usar hercios o Hertz para medir la velocidad de los microchips. Un microchip de 1 megahertz envía un millón de pulsos de instrucción por segundo. Un microchip de 1 gigahertz  envía 1 billón de pulsos de instrucciones por segundo. A medida que se reduce el tamaño de los transistores, aumenta la velocidad de los microchips”

Nos detenemos a comer algo al medio día y conseguimos ensaladas en paquete de plástico. El mozo del bar nos consigue limón. Sale del museo y vuelve con limón para nosotros.  Enfrente, la Tech Store.  Mil y un tipo de juguetes de electroartesanado. Cómo armar tu telescopio, cómo armar tu propio panel de energía solar, cómo armar tu auto solar, cómo armar circuitos integrados de plástico y baterías con cables simulando los reales y, por supuesto, los mil y unos robots caseros. Estática y levitación.

La literatura: Geometría sagrada, Matemáticas en minutos, 62 proyectos para hacer con una computadora obsoleta,  Good Night galaxi, Los elementos, una guía ilustrada de la tabla periódica, Físicos del futuro, Matemáticas, una historia ilustrada de los números, Antes del Bigbang, Los 9 enigmas de la física, El libro de la ignorancia general, El poder de la música, Nerd Culture, Números cósmicos, Música y cosmología.

Tecnología beneficiando a la humanidad, se llama otro nivel del Museo. “2.5 billones de personas no tienen cuenta de banco. Solution: Kiva.org ensambla personas por internet generando oportunidades de negocios. Superbomba Moneymaker, para trabajar la tierra en India. Listos, cámara, acción, para denunciar mediante las filmaciones distintos tipos de abusos. En Bangladesh muchas personas no pueden encontrar lo que necesitan en sus mercados locales. Cell Bazzar usa sus celulares para crear un mercado digital con muchas opciones. Este conecta a más de 12 millones de compradores y vendedores potenciales que no tienen acceso a internet. Making markets móbiles. Culpable, The Innocence Projects usa pruebas de AND para probar la inocencia de las personas acusadas por crímenes. Muchas personas inocentes son enviadas a la cárcel por declaraciones de testigos”.

Otro nivel, The espirit of American innovation for a Global Society. Curiosidad, determinismo, tenacidad, fe, coraje, creatividad, diversión, tiempo, visión, confianza, comunicación, sinergia, libertad, confianza, aceptación”.

And the last level, atrás, muy escondido, como en un recoveco. El Tech museum agradece la donación del Data Center. Lead Sponsor: Cisco. Visionary sponsor: Microsoft. “Las computadoras del Data Center envían y reciben la información necesaria para que el museo funcione. Este equipamiento controla todo lo que se exhibe en el museo. Estas máquinas hacen funcionar los sistemas de calefacción, enfriamiento, fuego, luz y seguridad. Los sistemas de telefonía, de internet e intranet”.

Salimos del museo. Están de moda los anteojos rectangulares, las camperas infladas negras y los jeans, esta vez en los chinxs e hindúes de la city. 

Leemos en la calle sobre piedra en bronce: “Vale más la revolución que viene que la que se fue”. 

Nos entendemos con casi todos finalmente en castellano: California es bilingüe, inglés y castellano. 

En la calle agarramos todas las revistas y diarios impresos gratis. Leemos: “La vivienda sobre palitos. Vivir en San Francisco ya no es como antes. La Clase trabajadora esta parada sobre una frágil base que depende del lucrativo mercado inmobiliario. Los desalojos y el incremento de la renta obedece a lo que llaman la nueva “fiebre del oro” en este lado del norte de California y que son las compañías tecnológicas que alimentan las redes de Internet y en el área de medicina de vanguardia se llama Genentech”.

Otra nota: “11 millones de personas trabajan en negro en Estados Unidos”.

Una publicidad en vía pública dice: Want to meet caps? Drive fast.

Un cartel en el kiosko dice algo genial: “A little bit of everithing”. Esta frase me la llevo en el corazón.

Regresamos a casa, dejamos los zapatos en la entrada y cenamos a las 19hs.  Se asoma corriendo descalzo un chino de 5 años, aparece en la cocina mientras cocinamos y dice Hello!!! 

– Oh! What a nice surprise!, digo yo. 
– Who are you?  
– I am Carolina, what is your name?  
– I am Tony, dice el niño y se va resbalando por el piso de madera a toda velocidad.


Tony?

Las escuelitas de abajo

por Raúl Zibechi

Habrá un antes y un después de la escuelita zapatista. De la reciente y de las que vendrán. Será un impacto lento, difuso, que se hará sentir en algunos años pero marcará la vida de los de abajo durante décadas. Lo que vivimos fue una educación no institucional, donde la comunidad es el sujeto educativo. Autoeducación cara a cara, aprendiendo con el alma y con el cuerpo, como diría el poeta.
Se trata de una no pedagogía inspirada en la cultura campesina: seleccionar las mejores semillas, esparcirlas en suelos fértiles y regar la tierra para que se produzca el milagro de la germinación, que nunca es segura ni se puede planificar.
La escuelita zapatista, por la que pasamos más de mil alumnos en comunidades autónomas, fue un modo diferente de aprendizaje y de enseñanza, sin aulas ni pizarras, sin maestros ni profesores, sin currícula ni calificaciones.La verdadera enseñanza comienza con la creación de un clima de hermanamiento entre una pluralidad de sujetos antes que con la división entre un educador, con poder y saber, y alumnos ignorantes a los que se deben inculcar conocimientos.
Entre los muchos aprendizajes, imposibles de resumir en pocas líneas, quiero destacar cinco aspectos, quizá influenciado por la coyuntura que atravesamos en el sur del continente.
La primera es que los zapatistas derrotaron las políticas sociales contrainsurgentes, que son el modo encontrado por los de arriba para dividir, cooptar y someter a los pueblos que se rebelan. Al lado de cada comunidad zapatista hay comunidades afines al mal gobierno con sus casitas de bloques, que reciben bonos y casi no trabajan la tierra. Miles de familias sucumbieron, algo común en todas partes, y aceptaron regalos de arriba. Pero lo notable, lo excepcional, es que otras miles siguen adelante sin aceptar nada.
No conozco otro proceso, en toda América Latina, que haya conseguido neutralizar las políticas sociales. Este es un mérito mayor del zapatismo, conseguido con firmeza militante, claridad política y una inagotable capacidad de sacrificio. Esta es la primera enseñanza: es posible derrotar las políticas sociales.
La autonomía es la segunda enseñanza. Hace años escuchamos discursos sobre la autonomía en los más diversos movimientos, algo valioso por cierto. En los municipios autónomos y en las comunidades que integran el caracol Morelia, puedo dar fe de que construyeron autonomía económica, de salud, de educación y de poder. O sea, una autonomía integral que abarca todos los aspectos de la vida. No tengo la menor duda de que lo mismo sucede en los otros cuatro caracoles.
Un par de palabras sobre la economía, o la vida material. Las familias de las comunidades no “tocan” la economía capitalista. Apenas bordean el mercado. Producen todos sus alimentos, incluyendo una buena dosis de proteínas. Compran lo que no producen (sal, aceite, jabón, azúcar) en tiendas zapatistas. Los excedentes familiares y comunitarios los ahorran en ganado, con base en la venta de café. Cuando hay necesidad, por salud o para la lucha, venden alguna cabeza.
La autonomía en la educación y en la salud se asienta en el control comunitario.La comunidad elige quiénes enseñarán a sus hijos e hijas y quiénes cuidarán la salud. En cada comunidad hay una escuela, en el puesto de salud conviven parteras, hueseras y quienes se especializan en plantas medicinales. La comunidad los sostiene, como sostiene a sus autoridades.
La tercera enseñanza se relaciona con el trabajo colectivo. Como dijo un Votán: “Los trabajos colectivos son el motor del proceso”. Las comunidades tienen tierras propias gracias a la expropiación de los expropiadores, primer paso ineludible para crear un mundo nuevo. Varones y mujeres tienen sus propios trabajos y espacios colectivos.
Los trabajos colectivos son uno de los cimientos de la autonomía, cuyos frutos suelen volcar en hospitales, clínicas, educación primaria y secundaria, en fortalecer los municipios y las juntas de guen gobierno. Nada de lo mucho que se ha construido sería posible sin el trabajo colectivo, de hombres, mujeres, niños, niñas y ancianos.
La cuarta cuestión es la nueva cultura política, que se arraiga en las relaciones familiares y se difumina en toda la “sociedad” zapatista. Los varones colaboran en el trabajo doméstico que sigue recayendo en las mujeres, cuidan a sus hijos cuando ellas salen de la comunidad para sus trabajos de autoridades. Las relaciones entre padres e hijos son de cariño y respeto, en un clima general de armonía y buen humor. No observé un sólo gesto de violencia o agresividad en el hogar.
La inmensa mayoría de los zapatistas son jóvenes o muy jóvenes, y hay tantas mujeres como varones. La revolución no la pueden hacer sino los muy jóvenes, y eso no tiene discusión. Los que mandan, obedecen, y no es un discurso. Ponen el cuerpo, que es otra de las claves de la nueva cultura política.
El espejo es el quinto punto. Las comunidades son un doble espejo: en el que podemos mirarnos y donde podemos verlas. Pero no una o la otra, sino las dos en simultáneo. Nos vemos viéndolas. En ese ir y venir aprendemos trabajando juntos, durmiendo y comiendo bajo el mismo techo, en las mismas condiciones, usando las mismas letrinas, pisando el mismo lodo y mojándonos en la misma lluvia.
Es la primera vez que un movimiento revolucionario realiza una experiencia de este tipo. Hasta ahora la enseñanza entre los revolucionarios reproducía los moldes intelectuales de la academia, con un arriba y un abajo estratificados, y congelados. Esto es otra cosa. Aprendemos con la piel y los sentidos.
Por último, una cuestión de método o de forma de trabajo. El EZLN nació en el campo de concentración que representaban las relaciones verticales y violentas impuestas por los hacendados. Aprendieron a trabajar familia por familia y en secreto, innovando el modo de trabajo de los movimientos antisistémicos. Cuando el mundo se parece cada vez más a un campo de concentración, sus métodos pueden ser muy útiles para quienes seguimos empeñados en crear un mundo nuevo.

Inmersión en el Silicon Valley. Ritornelo 3

por Carolina di Palma



Apple es un imperio de hormigón armado. Es como entrar a Nordelta pero de oficinas y sobre tierra fértil. Tiene avenidas en el medio de cada uno de sus edificios.

“Infinite loop” dice la entrada verde.

En la entrada amarilla, Apple divide los edificios de su campus por colores, tres empleados regresan de comer. Les cuelgan sus credenciales de los bolsillos y rastas de las cabezas. Al mismo tiempo, en el vaivén de la puerta de vidrio, sale otro empleado, lleva bajo el brazo su skate, la tira al piso, se pela una banana y comienza a andar. Finaliza su jornada.

Varios micros negros y grises hacen paradas en Apple violeta para trasladar más empleados.

En el Apple Company Store la compu más barata cuesta 1000 dólares. Hay un montón de ropa de colores gris o negra lisa con el logo de la manzanita. De todas formas ahí no se vende nada, solo es “souvenir”.
Venden ropa para bebé, blanca, con el siguiente texto: User guide not included.

En el after hour que está enfrente hay un gran mural. Varios trabajadores, cosechando, una mujer cargando atrás y un hombre cortando adelante. En el fondo y arriba a la izquierda, un hombre levantando un vaso de cerveza. Hay estrellas abajo en sombra.

Cuando volvíamos llegamos a ver a Cathai bank, US bank, Bank of the west, HSBC, Technology credit union. Leímos las revistas gratis en una plazoleta. Chinas que hacen masajes en tu tiempo libre, terapias con cannavis, tarot, brujas, chamanes, campus de vacaciones de Lego, chicas para el “make a real conection”, consejos para dormir mejor, consejos naturales, meditación, frutas, yoga, consejos de evitar estimulantes, abogados para inmigrantes, un montón de búsquedas para technology jobs y mucho más, pasen y vean. 

Pronunciamiento contra las agresiones a las Bases de Apoyo Zapatistas (Oaxaca)


A LAS ESTUDIANTAS Y ESTUDIANTES DE LA ESCUELITA
A LAS Y LOS ADHERENTES  A LA SEXTA
A LOS MEDIOS LIBRES
A LA RED CONTRA LA REPRESION Y POR LA SOLIDARIDAD
A LAS BASE DE APOYO ZAPATISTAS
AL EJERCITO ZAPATISTA DE LIBERACION NACIONAL
Desde la Universidad de la Tierra de Oaxaca nos pronunciamos como estudiantes de la Escuelita Zapatista y adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona por las recientes agresiones que sufrieron nuestras compañeras y compañeros bases de apoyo del ejido 10 de abril, municipio autónomo en rebeldía 17 de noviembre por parte de la CIOAC “democrática”.

El pasado 1 de febrero las y los compañeros de la Junta de Buen Gobierno del Caracol de Morelia denunciaron el ataque perpetuado por la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC) donde compas resultan heridos de gravedad y otros presentan heridas leves. Así como las agresiones que recibieron los integrantes del Hospital San Carlos a l@s cuales se les impidió a toda costa realizar sus actividades. Denuncia aquí

Desde el dolor y la rabia alzamos la voz en la ciudad de Oaxaca. Esta agresión es el espejo del derrumbe de los malos gobiernos, los medios al servicio del poder quieren esconder, maquillar y silenciar sus torpes decisiones. No lo lograran, así como no lograran atacar a la autonomía zapatista. Consideramos esta agresión en el marco de la violencia y la represión que se vive en todo el pais y especialmente en contra de las organizaciones independientes y autónomas. Aquí en Oaxaca se ataca constantemente a tod@s aquellos que se opongan a los megaproyectos de muerte y a las y los que luchan contra la prisión política dentro y fuera de la cárcel.

Hay que recordar que a los estudiantes y estudiantas nos abrieron las puertas de sus casas, aprendimos de su lucha, conocimos la resistencia desde adentro y vimos con nuestros propios ojos la organización cotidiana y rebelde, hoy nos sumamos a las denuncias que compañeras y compañeros de diferentes partes del mundo estan realizando, abrazamos a tod@s l@s compañer@s bases de apoyo zapatista del Ejido 10 de abril y les decimos desde Oaxaca que ¡NO ESTAN SOL@S! ¡SI TOCAN A L@S ZAPATISTAS NOS TOCAN A TOD@S!

Hacemos un llamado a tod@s los adherentes a la sexta y estudiantes de la escuelita zapatista a manifestarse y movilizarse cada quien con sus modos y formas y según sus posibilidades y geografías por nuestr@s compas zapatistas. Es el momento de demostrar que la Esuelita y los últimos esfuerzos de los pueblos zapatistas estan construyendo puentes con la sociedad civil nacional e internacional. Usemos nuestros espacios, calles y plazas para difundir e informar sobre esta agresión y no permitir que se repita.
¡ALTO A LAS AGRESIONES A LAS COMUNIDADES AUTONOMAS ZAPATISTAS!

¡VIVAN LOS PUEBLOS ZAPATISTAS!

¡VIVA EL EJERCITO ZAPATISTA DE LIBERACION NACIONAL!
Universidad de la Tierra de Oaxaca
Integrantes del seminario “Caminos de la Autonomía”
Círculo de Información y Apoyo “Veredas Autónomas”

La menopáusica

por María Galindo 
(Mujeres Creando)
Si hay algo que caracteriza a la mujer menopáusica no es el malhumor, ni los arranques emocionales, ni los desequilibrios existenciales, sino el fuego. El calor intenso y sorpresivo que le sale desde dentro del cuerpo, la temperatura tropical de la piel y del alma, como si tuviera en su interior aguas termales que de pronto salen a la superficie; como si fuera un volcán dormido que ha empezado a hacer erupción.

La menopáusica puede amanecer destapada en pleno invierno paceño, o dormir desnuda sin pasar frío, necesita abrir las ventanas, y si tuviera alas, segura estoy de que veríamos no una, sino varias menopáusicas volando en el cielo al lado de los pájaros.
Ese fuego interno, que todos los ginecólogos, todos hombres y todos profundamente misóginos, insisten en patologizar y en «curar”, es un fuego purificador que marca para las mujeres el cierre definitivo de una de las etapas más pesadas y más tortuosas de su vida: es el fuego que anuncia el fin de la etapa reproductiva.

Aparece en ese contexto la menopausia, anunciada como una catástrofe en la condición más importante de la «feminidad”, inclusive parece anunciar la expulsión del mundo erótico. Se la presenta como un decaimiento, como el principio del final; aparece representada como un desequilibro hormonal y como una pérdida de sensualidad, cuando podría representar justamente todo lo contrario.

Estamos frente a un juego de interpretaciones, donde el criterio parece que lo impone la sociedad patriarcal, con un libro de ciencia en la mano, escrito por hombres y para privilegio de ellos.

Lo que juega a favor de la menopáusica es que ella ya ha vomitado, superado y atravesado por todos y cada uno de los mitos con los que somos domesticadas las mujeres. Ya sabe que todas las culpas y amenazas no valieron ni las lágrimas, ni mucho menos el esfuerzo: sabe que todo es mentira.

El fuego dentro no anuncia el fin de la vida sexual, sino el principio de otras formas de libertad. No es que ya no quiere tener sexo, sino que pretende que sea un sexo placentero, pleno y sin concesiones.

Se me antoja ver a la menopáusica como perra callejera, como felina que conoce el bosque, como fiera que sabe sacar las garras y defenderse. Ya no está dispuesta a sonreír ni conceder como lo hacía antes, se le acabó la paciencia, se le acabó la complacencia y estalla: tira puertas y demuestra que en su ser el instinto de libertad ha cobrado un nuevo brío.

No es la adolescente que defiende lo que está por conocer; es la mujer que inicia un nuevo ciclo de libertad, pero esta vez con una sobredosis de descaro. El calor que lleva dentro acalora sus palabras, sus exigencias para con la vida y hasta parece que fantasías muertas se revitalizan con su sudor inesperado.
Puede tratar mal a un jefe que la acusa de menopáusica, puede exigirle a un hombre mejor desempeño en la cama, puede tirarle la puerta a un hijo que también la acusará de menopáusica.

Decirle menopáusica es acusarla de vieja, de desechable, de insoportable, de irracional, de sustituible. Ella no tiene tiempo para rebatir estupideces, sabe que ha perdido muchas horas esperando lo que nunca pasará. No se detiene a rebatir el discurso simplemente explota y continua, firma el acta de divorcio, deja de confesarse, se queda los domingos por la mañana en cama mientras el mercado espera en vano. Se pone buzo, pasea con su perro, lo baña y lo besa. Juega con las sábanas y deja de escucharte, de atenderte y de esperarte.

Inmersión en el Silicon Valley: Ritornelo 4

por Carolina Di Palma


Volvemos a San José. Nos quedó pendiente el Children´s  Discovery Museum. Entramos y la primer foto que hacemos es a los cochecitos de bebes estacionados a 45 grados. Es un museo para experimentar. Pero para experimentar un poco al modo occidental y un poco al modo oriental. Ya van a ver.

Tiene tres pisos. En Planta baja, hay algo que se llama Streets, para que los chicos investiguen sobre las luces y sonidos de la ciudad. La generación de energía la producen ellos mismos a través de mecanismos manuales. En la misma planta, hay  un espacio para “Descubrir a los mamuts” con instalaciones interactivas con sombras, huesos, arena, relieves. Los niños juegan como en una plaza pero del paleolítico  y digital. Un poco más atrás, un lugar para pintarse las caras, con espejos, luces y colores. Más adelante, un “Rainbow  market”, donde podes “comer un arcoíris todos los días”, descubriendo los colores de las frutas y verduras. En la planta baja un lugar para experimentar con agua y hacer burbujas de todos los tamaños. En el subsuelo un sector que se llama “Musicians at work”, y ahí de nuevo, el obrero trabajador de la nueva película de Lego pero hacedor de música con objetos, con tachos, con tubos, con canias. Casco de plástico amarillo de juguete y mameluco con borde naranja fluo para que usen los pequeños. Subimos al primer piso por unas escaleras que suenan como un piano. De un lado, nos encontramos con “Los secretos de los círculos”, un espacio para hacer una inmersión en círculos. La escenografía es oriental, hay una balsa, con sombreros chinos para que usen los chicos, remos, un dragón como tobogán, y estos stops para el recorrido:

1. el mundo está lleno de secretos circulares
2. estos círculos están formados  por tres luces que giran alrededor de un punto central
3. los círculos son fuertes y eficientes
4. los círculos son perfectamente simétricos cuando los cortas al medio
5. muchas cosas redondas se hacen por medio de movimientos giratorios
6. explora las maneras en que los humanos usasn los círculos y como aparecen en la naturaleza
7. mover un círculo plano en el espacio puede hacer formas circulares tridimensionales
Se nos viene a la memoria el Infinte loop de Apple y el tiempo lineal y cronológico de la modernidad.

Avanzamos un poco más y entramos a “The wonder cabinet”, escenografía claramente china, donde a los chicos se los interpela así: escucha, toca, pretende, rueda, viaja, explora el túnel, huele, muévete. Al final, al salir, un cartel pregunta: ¿Aprendió algo nuevo hoy sobre su hijo?

Casi a la salida del museo una gran pista de baile con luces de boliche para que los chicos muevan el cuerpo. “Discovery dance zone”. Al Museo, en realidad, a cada parte del Museo, porque museografía no tiene, la banca The Bryan and Debora Stolle Famiy Found, San Jose Water Company y Spears Manufacturing.

Salimos, buscamos un lugar para comer y entramos a una sandwichería donde se puede pedir mitad de sándwich y sopa. Agarramos todos los diarios zonales y leemos: “ADD, depresión, ansiedad, fobias”, “Transform your health, mind, body and soul” y la imagen de una manzana con mordida de corazón,  “Less is more”, sobre las cirugías estéticas, “My husband has ADD”, insisten con el ADD, ahora en adultos, “Growing up global”, todas las escuelas son Montesori, mucha palabra amor, por ejemplo, “Score a goal with love”.

Llueve, las avenidas están sin gente, pasamos por Ernst and Young, Focus business bank, Comerica bank, City national bank, Bridge bank, Sunwize, Move, Deloitte, Apigee, Atmel, Ney York Life, Invent sense, Verikone, Atrenta, Perkin, Internap, CRA TV, Kopin, Teredata, nos cansamos y llegamos a INTEL, en Santa Clara. Primer procesador en 1971, el Intel 4004. Tera Flops reserach chip con capacidad de 1 trillón de cálculos matemáticos por segundo. Ropa Intel y todos los microprocesadores que conocemos. Videos interactivos, pantallas táctiles, astronautas de Intel, y un musulmán en la recepción. ¿Podrías por favor pedirnos un taxi a Caltrain station, please? Sale en breve un micro gratis a la estación, nos contesta. Y señala: El sale con uds. Un empleado de Intel. ¿Trabajas acá? Le preguntamos. Sí, ¿Uds visitando el museo, porque?, nos pregunta. Por estudios culturales, contestamos. Oh, yo soy antropólogo de Intel. Mi trabajo consiste en ver cómo acercar un microprocesador a la gente común como nosotros, dice.

Big bang.

Mujer y cuerpo bajo control: entrevista a Rita Segato

por Karina Bidaseca


Rita Segato es una intelectual feminista lúcida. Vive en Brasil, nació en el barrio porteño de Constitución y se define como una mujer del Sur. Comprometida con el feminismo latinoamericano, los movimientos indígenas y el movimiento negro en Brasil, sus libros son un bálsamo al cual recurrir para poder penetrar los grandes dilemas de nuestro tiempo. Acaba de publicar La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez (Tinta Limón Ediciones). Esta entrevista realizada en Buenos Aires es un fragmento de una charla sobre renovados proyectos emancipadores.
–¿Qué cambios ha observado en Ciudad Juárez, y en su propia reflexión, en la década que va de 2003 a 2013?
–En Ciudad Juárez descubro el territorio, la territorialidad. Lo que antes se decía “estar en la base” hoy se dice “estar en el territorio”. Ha pasado a formar parte del vocabulario de las personas y del vocabulario político. En 2003 yo empiezo a ver al cuerpo de las mujeres como una función territorial, como territorio mismo y lo relaciono con la idea de soberanía. Desde los 70 se venía hablando de la posición de la mujer como “naturaleza”, lo que después pasó a ser criticado dentro del feminismo. Eso pasó a ser muy fértil de varias formas: comencé a decir que el cuerpo de las mujeres era el propio campo de batalla donde se plantaban las banderas del control territorial, jurisdiccional, donde las nuevas corporaciones armadas en las modalidades mafiosas de la guerra no convencional, emitían los signos de sus siempre fugaces victorias, de su capacidad de soberanía jurisdiccional e impunidad, y también comencé a pensar en los porqués del cuerpo como ese bastidor en que se cuelgan insignias. También vi, que el cuerpo es nuestro último espacio de soberanía, lo último que controlamos cuando todas nuestras posesiones están perdidas. Las afinidades semánticas entre cuerpo y territorio, dentro del paradigma colonial, son infinitas… Posiblemente el cuerpo indio no tenga, desde una perspectiva pre–colonial o no–colonial, esos mismos significados. Pero la colonialidad se los asigna. Esto, cruzado con las políticas de las identidades, cuya crítica es el tema central de mi libro La nación y sus otros es también, y de otra forma, fértil. El formateo de las identidades, como soporte de la política, tiene que ver también con lo territorial, lo que voy a llamar en dos ensayos de ese libro y en otro texto posterior el carácter territorial de la política hoy. La cultura política de las identidades es también territorial y, si prestamos atención, constataremos que hasta la política partidaria es hoy una cuestión de identidad y, por lo tanto, de territorio. La expansión de las identidades en red, las formas de anexión de miembros a redes identitarias o, en otras palabras, en redes como territorios, es hoy el tema y el proyecto de la política. Así como la religión hoy se prende al control fundamentalista de los cuerpos (y aquí coloco en el mismo plano el velo obligatorio en el islam y la obsesión anti–abortista entre los cristianos) por razones que son de soberanía jurisdiccional y no de orden teológico, moral o doctrinal, de la misma forma, las razones de la política son hoy del orden de la cohesión y de las alianzas y, en ese sentido hasta la política partidaria es hoy “política de identidad” y su proyecto puede ser también comprendido como territorial, entendiendo la red de sus miembros como su territorio. Entonces, el tema de los cuerpos, de su control y de la espectacularización de ese control sobre los cuerpos se ha vuelto central en la política.

–¿Cómo define la política de la identidad?
–Cuando cae el Muro de Berlín y finaliza la Guerra Fría, el paradigma dominante de la crítica política pasa a ser el de la política de las identidades. Identidades que, para ese fin, pasan a ser formateadas y globales. La crítica antisistémica, al sistema capitalista y sus metas de acumulación y concentración pasa a ser sustituida por una política de identidades y se enfoca en lo distributivo. En ese sentido el discurso de los DDHH pasa a tener un papel que poco se ha examinado y cuya meta “inclusiva” no es otra que la de poner límites al pacto estado–capital. En lugar de la crítica anti–sistémica, pasa a considerarse que deben haber algunas garantías de protección para aquellos que no son igualmente “productivos”, “desarrollados”, “modernos” o, mejor, “modernizados”, para que puedan incluirse, no sólo a los derechos sino también en el mercado. Las políticas de inclusión siempre hay que mirarlas bajo un signo de interrogación. Son interesantes como agitación porque cuando uno dice “hay que incluir” está también apuntando a fallas severas del orden social, de la justicia, del bienestar colectivo. Entonces los DDHH entran ahí, cuando hay que poner límite a la intervención del capital en las instituciones, al poder del capital en el orden estatal. El capital nunca se satisface y los DDHH son la normativa que intenta ponerle coto a su injerencia. Las políticas de las identidades no son más anti sistémicas como fue la política del activismo de los 70. Cuando pasa ese período histórico, queda una especie de silencio, un interregno, durante el cual los de nuestra generación quedamos perplejos ante la caída del Muro. Aunque no fuésemos pro rusos, aquello era un mundo alternativo con un proyecto alternativo al capital. Cuando esa ilusión acaba, sobreviene un gran silencio. No tenemos una historia de la mentalidad, no he visto investigaciones de cómo se transforma la conciencia de las personas en el período que va desde los 60 hasta la transformación de los paradigmas de la política, de cómo se transformó el paisaje de nuestra conciencia a través de un cisma ideológico muy profundo.
–¿Ha podido el discurso de los DDHH proteger a las personas de la violencia del proyecto capitalista? Y trasladado esto a las mujeres, ¿ha podido protegerlas de la masacre misógina?
–Creo que no, lo que estamos viendo es que ese techo de contención de los males a que pueden ser expuestas las personas muestra su incapacidad de protegerlas, y es indispensable liberarnos de nuestra fe cívica y comenzar a sospechar de la capacidad del Estado y de las organizaciones supraestatales para proteger a las personas. Más que de una fe cívica, estamos sufriendo hoy de una ceguera cívica. Hemos utilizado demasiado tiempo y puesto demasiadas fichas a la expansión de esos derechos y lo que vemos es un mundo en que nunca hubo mayor concentración de riquezas y las personas están cada vez más vulnerables. Tenemos que preguntarnos qué ha pasado y qué está pasando, cómo hemos perdido derechos básicos en la Argentina frente al camino del capital, es decir, a los valores de la competitividad, la productividad, la acumulación, la concentración cada vez mayor y la exclusión. Entonces el discurso de los DDHH, como promesa efectiva de protección por parte de cortes estatales supraestatales, es, hasta el momento, francamente ficcional, es una falsa conciencia. La justicia moderna es punitiva por naturaleza, no constructiva. Todo el peso es colocado en la negatividad, y prácticamente no hay resultados en los aspectos positivos de la justicia. Lo que es incontestable es el valor de agitación y pedagógico del discurso de los Derechos Humanos, en su capacidad de persuadirnos de que debemos transformar valores, costumbres, y por lo tanto, humanizarnos, azuzando nuestra insatisfacción ética por una mayor felicidad colectiva.
–¿En qué momento de su trayectoria se cruza con el pensamiento de Aníbal Quijano?
–Cuando escucho en él la manera más lúcida y más conmovedora de hablar de la raza y el racismo sin entrar en la trampa de las políticas de las identidades de matriz multicultural burguesa, que es ornamental: las figuritas del indio, del negro, cada uno haciendo su papel, Quijano propone cómo pensar la raza históricamente y no a partir de íconos de diversidad que son superficiales, cosméticos, enlatados, falsamente naturalizados, como en el multiculturalismo. Cuando cae el Muro se abren dos caminos nuevos de la política: uno es del multiculturalismo anodino, como le ha llamado Homi Bhabha, donde la estructura, o sea, el sistema, no está en juego y no cambia, y el otro camino es el de la crítica de la colonialidad como la estructura profunda que guía la reproducción de las desigualdades. La crítica de la colonialidad busca en las lógicas indígenas y en las lógicas comunitarias caminos alternativos al del capital. Quijano nos ofrece un análisis sociológico, filosófico e histórico que permite entender la raza como una invención histórica y por fuera completamente del multiculturalismo. La raza es producto de la racialización de origen colonial. Leí recientemente una propuesta de descolonización maravillosa en un libro publicado por el gobierno de Evo Morales, pero que no cita al autor que es el que genera esta idea de una colonialidad diferente del colonialismo y de un pensamiento descolonial. Y me pareció equivocada la utilización de formulaciones que son claramente de Quijano sin el debido reconocimiento de autoría. El reconocimiento de la gestación de las ideas es sagrado para mí, y no se trata de propiedad y sí de parentalidad. Reconocer autoría es muy importante sobre todo en nuestro mundo latinoamericano, en primer lugar porque un autor es una posición en la escena histórica y tenés que comprender la escena y la historia; si vos lo censurás, le negás este conocimiento a la gente, le negás acceso a la genealogía de ese pensamiento, el quién y el dónde. La genealogía permite situarse en una historia. Me doy cuenta de eso a partir de una lucha en la que participé activamente, como fue la lucha por las cuotas raciales de estudiantes negros en Brasil, cuyo proceso de gestación se ha censurado. Esa lucha –que protagonicé en 1998– contra la discriminación de un estudiante negro en el Doctorado de Antropología en la Universidad de Brasilia originó la primera propuesta de reserva de cupos para estudiantes negros y algunas medidas inclusivas para estudiantes indígenas. Hoy es una realidad consagrada pero condicionada a una censura de la historia que originó ese proceso debido a la cual muchos estudiantes negros piensan que un rector, un ministro o el mismo Lula tuvo un día una idea beneficiosa y, con un golpe de pluma, tuvieron la gentileza de firmar un decreto que les dio acceso a la universidad. Decirles que sujetos concretos, situados en las escenas históricas de nuestro continente pensaron propuestas que tomaron forma es hablarles de su propia potencia transformadora y constituye una verdadera pedagogía política. El reconocimiento de la autoría y del protagonismo son esenciales por esa razón autorizadora, especialmente en un continente en el que las universidades, por su eurocentrismo endémico, enseñan que las ideas y los grandes cambios históricos siempre se originan en otro lugar.
–¿Cómo pensar entonces la relación de afectación sumamente cruel y violenta del cuerpo de las mujeres por el paradigma territorial de la política?
–El cuerpo de las mujeres es particularmente afectado por este paradigma territorial que domina hoy el pensamiento contemporáneo. Como sostuve en mi libro Las estructuras elementales de la violencia , la violencia sexual tiene componentes mucho más expresivos que instrumentales, no persigue un fin, no es para obtener un servicio. La violencia sexual es expresiva. La agresión al cuerpo de una mujer , sexual, física, expresa una dominación, una soberanía territorial, sobre un territorio–cuerpo emblemático.
–¿Cómo mueren las mujeres en ese espacio de la guerra que has llamado “segunda realidad”?

–La mujer muere en el espacio doméstico por la gran lucha, la gran tensión entre los géneros, porque el hombre está masacrado, emasculado por el capitalismo contemporáneo. La presión sobre el sujeto masculino es enorme, y éste se restaura como masculino también mediante la violencia. Restaura dentro de casa la masculinidad que pierde fuera de casa. Pero también la mujer muere en otras esferas. Por ejemplo, en las estadísticas de Bolivia entre 1 de enero y el 31 de agosto de 2011, de todos los asesinatos cometidos, 62,5% son de mujeres, y menos del 51% ocurren en el espacio doméstico; el otro 49% ocurren en otro lugar y eso nuestras categorías no lo alcanzan a ver. Muchos de esos óbitos, que, cada vez más ocurren fuera del ambiente doméstico, son de mujeres que mueren en las guerras informales de la segunda realidad, esfera en que las mujeres y, en algunos casos, niñas, como lo fue Candela, son torturadas, violentadas sexualmente, asesinadas como espectáculo de la soberanía de quien tiene el control territorial en esas guerras que nunca empiezan y nunca terminan, que son guerras continuas, sin declaración y sin armisticio, sin victorias ni derrotas más que transitorias. La impunidad y discrecionalidad de lo que se puede hacer con el cuerpo de las mujeres como el lugar donde se implanta la insignia de la soberanía expresa el control territorial en la modalidad mafiosa de las nuevas guerras informales.

Inmersión en el Silicon Valley: Ritornelo 5

por Carolina Di Palma

Son las 8PM y comenzamos a dormirnos. Sueño que estoy con mis primas de Los Ángeles, las Di Palma. Sueño que nos encontramos en la estación del Cal Train de San Francisco y nos abrazamos, nos abrazamos mucho. Sueño que hace quince años que no nos vemos. Sueño que la última vez que nos vimos fue en Buenos Aires, en mi casa de Villa del Parque. Sueño que recuerdo la casa de ellas en Florida, mucho antes, cuando fuimos visitarlas y jugábamos en sus camas marineras.  Sueño que nos subimos al auto las tres y recorremos San Francisco bajo la lluvia, sueño que ellas ponen el GPS y vamos hacia el puerto.  Sueño que estacionamos, pagamos con tarjeta de crédito en el poste de  la vereda y entramos a un bar con olor a pescado fresco. Sueño que EDP me cuenta que estudió en Washington DC Criminalística, CSI (Criminal Science Investigation). Que trabaja de 6 am a 4 pm, que luego trabaja en su emprendimiento de huellas digitales y que muchas veces le suena el celular y trabaja a la noche 12 horas más en alguna investigación. Sueño que me cuenta que la mayor cantidad de crímines son violencia por drogas, todas, nos dice en el sueño, cocaína, marihuana, crack, heroína, y una gran variedad de pastillas. Sueño que además nos cuenta que que roban casas sin alarma, en las que tienen alarma, no roban. Sueño que RDP me cuenta que estudió también en Washington DC pero en la marina. Que vivió en bases navales y estuvo en las bases militares en Medio Oriente. Sueño que me cuenta que también hacía investigaciones criminalísticas pero dentro de las bases del ejército. Que los mayores crímenes eran entre hermanos o pandillas dentro de la base. Que la gente volvía muy mal de la guerra. Que muchos jóvenes quedaban sin límites de los padres que se iban a la guerra. Sueño que me cuenta que se divorció de su marido porque tenía “un tipo de personalidad Tigers Woods”, que cuando se dio cuenta, agarró su jeep, puso el tráiler, agarró sus dos perros y manejó sola cincos días desde el Norte de Carolina a Los Angeles para ir a vivir con su hermana. Que cruzó Estados Unidos horizontal. Sueño que me cuenta que ahora va a estudiar diseño de interiores. Que el ejército tiene un programa donde uno paga para capacitarse al principio, que se pone al servicio del ejército un tiempo, y que luego, uno puede elegir qué estudiar y dónde y el ejército lo paga.  Sueño que EDP me cuenta que ahora esta contenta con su trabajo pero que antes no estaba muy bien, cuando estuvo como policía de frontera en México. Que era como un juego, encontraban a 15 personas tratando de cruzar, y ellos les decían: “ok oficial, nos han encontrado”, los regresaban a México y luego los volvían a encontrar en otro cruce. Sueño que me cuenta que lo peor eran las mujeres embarazas que cruzaban para tener a sus chicos en Estados Unidos, que los coyotes les decían que eran solo 2 horas y que luego resultaban 12. Que las encontraban muy mal. Sueño que me cuenta que patrullaba de noche, con una linterna, y que sus compañeras eran las víboras cascabel.  Sueño que me cuentan que trataron de sacarle el seguro médico a su madre pero que en el último paso el sistema se colgó. Que como es obligatorio, y están en desacuerdo porque no es constitucional obligar a los ciudadanos, que USA nunca obligó a nadie a hacer nada, tienen que pagar una multa si no tienen seguro, pero el sistema se colgó y no tienen plata para pagar las multas. Sueño que recorremos San Francisco en el auto y vemos los dos puentes bajo la lluvia, que mis primas buscan para nosotras una cafetería italiana y comemos tortas con capuccinos. Sueño que volvemos a casa a cenar y comemos juntas contándonos historias de la familia disgregada. Sueño que EDP nos cuenta que tiene pesadillas y que un día dormida mordió al novio  que estaba junto a ella en la cama. Sueño que traen con ellas a una perrita de raza imperial china, Sowie, que es como un bebe. Sueño que les preguntamos si tienen en cuenta al inconsciente cuando investigan, que si conocen a Lacan. Sueño que nos dicen que no y escuchan. Sueño que les preguntamos si leyeron Posdata de las sociedades del control de Deleuze y dicen que tampoco y escuchan. Sueño que les cuento que trabajo en un lugar que fue campo de concentración clandestino durante la dictadura militar argentina. Sueño que dicen no saber sobre eso pero yo no avanzo sobre esa relación. Les cuento que tenemos otra prima Di Palma que se exilió en un buque pesquero a Las Canarias en esa época. Sueño que traen vino dulce y nos quedamos hablando hasta tarde. Sueño que salen de casa, nos abrazamos mucho de nuevo y planificamos vernos en un año y medio. Sueño que se suben al auto, y se vuelven a Los Ángeles. Son las 8 am y escuchamos que suena el timbre de la casa. Me levanto con los pelos parados, me pongo medias, un buzo y pongo el código para abrir la puerta. Llegaron, son ellas, vinieron mis primas a vernos a Cupertino.

Uruguay: marihuana for export

por Lucía Siola y Nicolás Marrero 
(Partido Obrero)

La legalización de la comercialización y producción de marihuana bajo control estatal, aprobada recientemente en Uruguay con los votos del Frente Amplio, ha repercutido a nivel internacional. La revista The Economist seleccionó a Uruguay como el mejor país del año por la aprobación de esta ley. El propio Obama ahora anunció su acuerdo con la legalización de la producción de cannabis.
Pero ¿de dónde surge la necesidad de esta ley? En Uruguay, el consumo personal de marihuana es legal desde hace años. El principal argumento del Frente Amplio es que la legalización ayuda al combate al narcotráfico. Sin embargo, el gobierno es enemigo de eliminar el secreto bancario, por lo que Uruguay continúa siendo un paraíso fiscal que convierte a la droga en dinero.
La regulación estatal permitirá la entrega de un nuevo mercado a los grandes monopolios. Monsanto fue el primero en anotarse, pero en la lista ya hay varios capitales, de Canadá y Holanda, interesados en invertir en la producción de cannabis y en la exportación (Financial Times, 16/1). La legalización de la marihuana engendra un negocio fenomenal. Queda desmentida la supuesta estatización.
Libertades
Hay quienes defienden esta ley como un avance en las libertades democráticas, por permitir el autocultivo y la venta legal. El artículo 3 los contradice, porque estipula que se realizará un registro de todos aquellos que consuman o que tengan plantas de autocultivo. También que todos aquellos que superen los cánones establecidos por la ley (45 gramos mensuales) o no se registren podrán ser penalizados. Como complemento, el gobierno aprobó una nueva ley (que ha sido fuertemente cuestionada por organizaciones de derechos humanos) que permite la internación compulsiva de adictos y un patrullaje de brigadas especiales. La liberalización de la marihuana regimenta la libertad individual.
Lo que tampoco se dice es que la legalización de la marihuana es una herramienta para embrutecer a la juventud y a la clase obrera uruguaya. La “liberalización” de la marihuana busca servir a la contención política de la juventud explotada mediante el embrutecimiento social.
Crítica socialista
El consumo de drogas resulta de una coacción, no de la libertad. Empuja a ello la descomposición social del régimen capitalista. En estas condiciones sociales, consumir drogas no responde a la decisión libre individual sino a las condiciones impuestas. En cualquier caso, el consumo sistemático de drogas profundiza la alienación, pues el individuo deja de reconocerse en su realidad y no puede comprenderla.

Los socialistas nos oponemos a cualquier penalización de la juventud y los trabajadores. La legalización de la marihuana y cualquier otro estupefaciente opera como un mecanismo para reforzar la opresión capitalista sobre los explotados. La lucha contra este embrutecimiento de las masas debe ser una tarea primordial del movimiento obrero uruguayo.

Huevos y Relato

por Juan Pablo Maccia



Cristina ha sido reinventada por la multitud. No por el “pueblo-peronista”, ni por la militancia juvenil que la apoya (o la hunde), sino por los millones de consumidores que se apropian, de modo diferencial pero efectivo -y sea por el medio que fuese-, de objetos materiales y de prestigio como no  habíamos visto antes quienes pasamos holgados los cuarenta.

Aunque exagere (pero, ¿no se piensa acaso los extremos?) Diego Valeriano dio en el clavo cuando –ya casi hace un año- anuncio que el consumo, entre nosotros (y al menos por el momento) “libera”, es decir: activa, desplaza, moviliza, da poder).

Cristina lo entiende: los consumidores emancipados de todas las clases son el sostén auténtico del proceso. Éste es su partido y a ellos se debe. Más aun cuando, en los hechos, la “contradicción principal” del momento es enfriar o sostener el calor del consumo.

Dentro del campo popular de los consumidores, que es el campo popular sin dudas, es preciso despejar algunas cuestiones. Cristina se va en un año y medio y se impone la pelea por la sucesión. ¿Scioli, como dicen los diarios? ¿Domínguez, Lorenzetti, como dicen los corrillos?  Quiera que no, el asunto tiene su interés para el asuntillo del consumo: sin huevos –¿los tienen?- no hay  tortillas. 

Huevos y relato. Me doy cuenta de que estamos cada día más lejos de los Derechos Humanos más cerca de Fútbol Para Todos. No me escandaliza si es el camino para conservar cierto piso “material” indispensable.

Con todo, un modo de gobernar se acaba. Nuevos personajes asumirán el desafío de un cambio de contexto. Lo único que nos queda, mientras tanto, es garantizar que Cristina se ponga las re-pilas y vea la forma de evitar que el ajuste se vuelva estructural. Un movimiento que la banca y la defiende, ya está buscando su nuevo cauce. 

Entrevista a Silvia Duschatzky: “La escuela es el territorio de investigación de un poder social”

 por Julián Mónaco y Alejandro Pisera
(Revista Sinécdoque)

Existen investigaciones y textos que parten de preguntas genuinas. Preguntas que intentan elaborar y problematizar los obstáculos y problemas que surgen de la propia experiencia, del encuentro con los otros y con las cosas. En ese tipo de investigaciones -entre las que ubicamos la desarrollada desde hace un tiempo por Silvia Duschatzky y su equipo, condensada en buena en medida en el libro Imágenes de lo no escolar. En la escuela y más allá (Paidós, 2011)- las inquietudes se vuelven viscerales y el pensamiento más sensible, más activo y más pragmático. Descubrir potencias en aquello que nos inquieta implica lecturas creativas, desprejuiciadas. Incluso también un cierto trabajo contranosotros mismos que permita producir una deriva allí donde la inercia nos condena a la quietud.  
Revista Sinécdoque: En algunos de los muchos intercambios que suscitó el libro hablabas de un cierto malestar para con la literatura pedagógica.  Quizás podríamos comenzar por ahí.
Silvia Duschatzky: Lo que pasa es que, en general, la literatura pedagógica en estos tiempos, paradójicamente, es la que menos permite iluminar las situaciones de la escuela. Me comentaban una situación que se dio en Olavarría: en una escuela secundaria hay un grupo de pibes que se asoma a la ventana y participa de la clase desde ahí. Obviamente, no son pibes que están matriculados. ¿Qué hacen los docentes? Cierran las ventanas, y los increpan: «o son alumnos o no son alumnos». Y los pibes rompen los vidrios. Es bien interesante porque muchas veces en lugar de pensar cómo esa situación está perforando las coordenadas tiempo-espaciales tradicionales de la escuela, y de hacerse una pregunta, tal vez, sobre territorializaciones nuevas, que no reconozcan una coordenada tiempo-espacio, sino cualidades de la experiencia que se van produciendo, interrogando por el significado que tiene hoy en día un intercambio educativo, o en lugar de dejar que eso simplemente acontezca para ver hacia dónde nos lleva, qué tipo de nuevas agrupaciones se puedan dar, lo que se hace es eliminarlo simplemente porque no entra porque en las coordenadas de la institución. Entonces, para nosotros la escuela hoy es más interesante pensarla como un territorio de investigación de un poder social que como un escenario que tiene que realizar una serie de prescripciones. Prescripciones que, aunque todo el mundo da cuenta retóricamente de que están estalladas, siguen rigiendo las prácticas. La pregunta sería: ¿cómo perforar las prácticas? Para mí la escuela es muy interesante como lugar de investigación de un poder social, pero es muy pobre si uno la va a ver –solamente- desde una percepción muy institucionalista. Porque, desde ese lugar, lo que muchas veces ves es, ya no hablemos de estallido, ni de situaciones caóticas, lo único que ves es, en algunas escuelas sobre todo, un lugar de quiebre espantoso.
RS: Desde esa percepción, además, cualquier realidad que se está produciendo es rápidamente procesada como “déficit”, impidiendo una verdadera problematización.
SD: Exacto. Traigo otra situación, de una escuela del sur de la Ciudad de Buenos Aires, que tiene ver con esto. Llegamos a una escuela de Parque Patricios  y estaban reunidos los docentes y los directivos: dos banditas de Soldati habían matado a un pibe.  En medio de ese dolor pasaron algunas cosas interesantes: por un lado, la rapidez del director para hacer que una chica que era familiar de uno de los chicos de las bandas no vuelva a la escuela –se le dio el pase- porque en ese momento si volvía la mataban; por otro, lo que circulaba como inquietud entres los docentes y los maestros, porque era claro que ante situaciones de este tipo la idea de venir a bajar línea sobre la importancia de tratar bien al otro, al semejante, o esa especie de confianza en una palabra que ilumine determinados cuerpos o determinadas experiencias, aparecían como ingenuas o caricaturescas, además de poco efectivas. En ese momento traíamos a Spinoza y charlábamos con el director que cuando las situaciones son de una cualidad tan fuerte que afecta a los cuerpos y a la experiencia de manera tan intensa, esas marcas solo pueden ponerse en duda o en cuestión, o disminuirse, frente a otras experiencias que tengan un nivel de intensidad similar o superior. Poco sentido tiene en ese contexto poner en juego un diagrama moralizador y abstracto.  Hay quien dirá: “Esto no es lo que pasa todo el tiempo en las escuelas”. Es cierto: no es lo que pasa todo el tiempo, ni en todas las escuelas, pero tampoco se trata de situaciones puramente excepcionales. Además, si no son situaciones de esta gravedad, sí guardan como equivalencia la dificultad de introducir la transmisión y la jerarquía como herramientas para que algo de otro orden suceda. En ese sentido las anécdotas pueden ser muy diferentes, pero guardan en común ese problema, esa pregunta: ¿cómo armamos lazo social cuando la lógica de la transmisión y la jerarquía ya no funciona?
RS: ¿Podrías conectar esa pregunta y esta situación en particular con la hipótesis de la escuela como lugar de investigación de un poder social?
SD: En primer lugar, en estas situaciones vemos muy rápidamente que el poder del director, de los maestros e incluso de los alumnos –y, por qué no también, de los investigadores- no deriva de una investidura. Los maestros, por ejemplo, no tienen poder porque son “maestros”, ni porque participan de una estructura, ni porque fueron formados en una institución del Estado. Su poder no deriva de una investidura ni de una jerarquía. Acá el rey está desnudo todo el tiempo. Entonces, la única manera de que algo pueda producirse es poner a prueba qué capacidad de lectura y de invención se tiene cada vez. Además, digo “poder social” porque tampoco es un poder meramente individual. Es un poder que se pone en juego en la relación con los otros. Más aún, es un poder que pone en juego la posibilidad de que una relación pueda producirse (y con una dinámica muy singular) o no. En esta misma escuela, nos cuenta una tutora que cada tanto le pregunta a los pibes de quinto qué tienen ganas de hacer cuando se vayan de la escuela. Muchos dicen cosas convencionales, pero una piba levanta la mano, muy decidida, y le dice: “Yo, puta”. La tutora no le dice nada, pero ni se indigna ni lo celebra. Queda ahí. Cuando salen al recreo se le acerca y le dice: “Macarena, sabés que no está bueno porque no la vas a pasar bien. Vas a tener que hacer cosas que no te gustan, te van a maltratar y no vas a ganar un mango. No creas que es lo que vos escuchás en la tele de ciertos personajes que eligen ser gatos y tienen mucha guita. Te van a someter. Yo a vos te veo actriz”. Para mí esta situación, que parece una pavada, encierra un pensamiento enorme, porque lo que la tutora pudo leer es que había algo en ese cuerpo, un impulso vital que reclamaba una forma, una cierta sensualidad, una necesidad de expresión corporal, pero logró mostrarle otra cosa. Para mí acá hay un pensamiento muy fuerte. Primero, porque la piba le dice “¿sí?”. Hay algo de cierta empatía, de cierta posibilidad de intercambio que no se agota. Pero, además, hay una capacidad de respuesta, de devolver algo con una velocidad enorme. 
RS: El libro tiene algo de investigación en torno a esa rapidez y a esa capacidad de improvisación cotidiana.
SD: Alguna vez en una escuela un rapero nos dijo: “hay que entrenar en la improvisación”. ¿Pero de qué se trata eso? ¿No es una paradoja? Volviendo a la tutora: ella tiene que responder con inmediatez a una situación que no está prevista, que no la había vivido, que no era análoga a ninguna otra situación, pero, por otro lado, hay algo que se repite. ¿Y qué es lo que se repite? Lo que se repite es ese entrenamiento en leer situaciones imprevistas. La situación no se repite, pero el entrenamiento en leer situaciones imprevistas y la empatía que ella también va desarrollando con pibes que se presentan de modos muy diferentes a la expectativa o a la imagen tradicional de un pibe, sí. Hay un entrenamiento en eso. Porque es una vez y de nuevo y de nuevo, y poner a prueba y luego te ponés a pensar qué pasó y buscás interlocutores. O sea, hay algo ahí que se expande, se enriquece, que todo el tiempo se pone a prueba. Pero, a su vez, las situaciones son inéditas. Para mí el poder social tiene que ver con eso, no es un poder que descansa ni en una investidura ni en una formación en los términos clásicos.
RS: ¿Cómo se relaciona esa suerte de “pragmatismo vitalista” con la imagen de lo no escolar?
SD: En principio, la imagen de lo no escolar nos permitió pensar cosas que muchas veces la escuela o no ve o, si ve, interpreta, clasifica y finalmente rechaza. Entonces dice “ADD” [N: síndrome de déficit de atención] o dice “violencia”. Para nosotros, eso mismo que la escuela, la psicología y la pedagogía muchas veces piensan desde conceptos preconstruidos tiene una forma deshilachada y se convierte en una materia de investigación. Para nosotros lo no escolar también es la tutora que le responde a la piba: “yo te veo actriz”. No es que lo no escolar está solamente en los pibes, o que lo no escolar es lo que no puede estar en la escuela o a lo que se enfrenta la escuela. Es una materia, en principio, inorgánica y que puede disparar posibles si conecta con un pensamiento que no es ni el de la clasificación ni el del rechazo. Diría, también, que lo escolar está en el plano de la retórica y lo no escolarestá en el plano de la existencia. Esto no significa que hay planos de funcionamiento reales y prácticos de lo escolar: hay maestros, hay alumnos, hay un boletín,  hay una nota, muchas veces, también, hay un aburrimiento, un malestar, pero todo eso se produce e incluso a veces de modo interesante.  Son capas que subsisten. Pero lo que uno vive todo el tiempo no es un plano activo del discurso escolar. Lo que uno vive todo el tiempo son situaciones, no solamente altamente conflictivas ni de tensiones, sino que conmueven emociones, afectos, pasiones, pensamientos. Situaciones que resuenan en cuerpos y no en aparatos escolares. En el mejor de los casos, se producen problematizaciones colectivas, ganas de pensar algo y armar algo con eso. La escuela es muy rica en cualidades de existencia que no necesariamente están en diálogo con las retóricas o con los aparatos discursivos escolarizados. Lo escolar se quedó, de algún modo, más en un relato o en el plano retórico, pero sin conexión con lo sensible.
RS: ¿Cómo funciona la escuela una vez que ya no administra, como acostumbraba a hacerlo, ciertas regularidades? ¿Qué pasa cuando la singularidad y excepcionalidad de las situaciones se vuelve regla?
SD: Hay una imagen que dice mucho que es la del nodo. Ignacio Lewkowicz hablaba del galpón: instituciones devenidas, estalladas. Para nosotros la imagen del nodo es más gráfica que la del galpón porque el nodo supone un lugar de conexión. El galpón es un lugar de la pura dispersión. Para nosotros el nodo es un lugar de conexión, como las redes. Porque todos los días un grupo de pibes está ahí, y los maestros siguen yendo, aún con todas estas fracturas y fisuras. Y están los pibes de la ventana. Para mí la escuela es un nodo porque recibe un montón de presencias que se conectan en ese punto, pero esa conexión no es una conexión simbólica, no es una conexión de sentido, ni es una conexión dada de antemano. No es que van los padres, los pibes y los maestros y todos están de acuerdo en que están ahí porque se necesitan mutuamente. Eso no es así. Como decían, la escuela ya no administra regularidades, porque ya no vivimos en la lógica fundacional del Estado-Nación. Lo cual no significa que la escuela no intente hacerlo todavía y que, como obviamente el registro de la realidad no puede escaparse, lo haga poniendo en juego dinámicas muy novedosas, muy actuales. Por ejemplo, multiplicando los programas y los proyectos, desde Conectar Igualdad hasta el Programa de Embarazo adolescente. Esta multiplicidad de programas y proyectos demuestra que el Estado ya no tiene delante de sí regularidades, por eso necesita apelar todo el tiempo a estos dispositivos contingentes. Con el riesgo de que, muchas veces, estos dispositivos son puestos en marcha como respuestas mecánicas a problemas pensados como datos. Si hay peleas en la escuela se lanza un programa contra la violencia. Si hay chicas de catorce años que se embarazan, se lanza un programa. Y lo que termina sucediendo, muchas veces, es que estas instancias son vividas por los docentes como una sobrecarga de control y una sobrecarga burocrática, porque no logran activar el poder social del que hablábamos. Y ya sabemos qué sucede con cuerpos des-afectados y des-vitalizados.
RS: ¿Qué forma vislumbras qué podrían seguir las políticas públicas que pudiera poner en suspenso esta lógica del dato-programa?
SD: Nosotros tomamos mucho El Aleph de Borges, donde él plantea que el “mundo superior” debería supeditarse al “mundo inferior”.  Para nosotros sería interesante, aunque suene ridículo, e incluso imposible, que el Estado pudiera ofrecer un recurso leyendo las dinámicas propias que se dan las personas en la gestión del propio poder social. Sería interesante que los recursos financieros o técnicos que el Estado tiene fueran puestos al servicio de dinámicas locales que se están gestando de manera embrionaria y en algunos casos de manera muy contundente. La escuela vive hoy problemas que son existenciales y no por “existencialistas” sino porque hacen a la existencia cotidiana todo el tiempo. Y a esos problemas hay que afrontarlos con un pensamiento que piense la existencia y que se interrogue, además, por un tipo de consistencia que no va a descansar nunca en suelo sólido, ni en una regularidad ni tampoco en una estabilidad producto de un dispositivo ajeno a las situaciones. Se trata de nuevas formas de “consistencia” que implican momentos de activación pero también de disolución repentina. El desafío es no ver en esta nueva forma de “consistencia” un fracaso tras otro, sino más una nueva dinámica social que nos empuja a pensar y que, por mucho que escribamos, todavía nos cuesta inteligir.  
RS: ¿Qué lugar asignás a la investigación en ese intento de intelección? ¿Y qué características tiene ésta cuando, como lo dejan en claro en varios pasajes del libro, ni la academia ni la universidad funcionan como marco?
SD: Si bien trabajo en una institución académica y discuto con la academia -porque ahí empecé- este es un libro que rompe profundamente con las reglas del código académico y que se nutre de toda aquella experiencia que tenga una fuerza vital, una fuerza de multiplicación. En alguna ocasión Deleuze decía que Foucault nunca hablaba de lo que no vivía. Bueno, yo creo que la academia habla las más de las veces de lo que no vive. No estoy haciendo una reivindicación “de base”, ni “populista”, ni mucho menos. Perfectamente uno puede estar viviendo una preocupación filosófica y sentarse y pensar. De lo que hablo es de la formulación de preguntas genuinas, que tienen que ver con la experiencia y con un grado de la inquietud muy visceral. Esa elaboración luego toma formas más sofisticadas de pensamiento, también en la medida en que te encontrás con otros interlocutores que profundizan la pregunta y que tensionan mucho más. La interlocución hay que buscarla en función de afinidades sensibles y no de “organigramas”. Nadie puede pensar solo. Hay un modo de investigación, de vínculo, mucho más rizomático, que las situaciones reclaman. Como así también un pensamiento que intente ser más sensible, en ese sentido de “pragmatismo vitalista” que mencionaban al principio. Creo profundamente en la investigación porque creo que la vida es una investigación en sí. Y más en estos tiempos en los que no sabemos nada, en los que la propia fuerza de los pibes, tan ambivalente, conmueve todo. Entonces  solo te queda indagar: investigar de qué se tratan las cosas, de qué se trata tu relación con las cosas. Y en ese sentido yo creo que todo es investigación.
(Esta entrevista forma parte del número 4 de Revista Sinécdoque, de próxima aparición. Consultar: revistasinecdoque.blogspot.com.ar o www.facebook.com/revistasinecdoque)

Inmersión en el Silicon Valley. Ritornelo 6

por Carolina Di Palma


Estamos en Googlepx. Google es una ciudad. Llegamos con el Caltrain Train hasta Montaine View. Ahí esperamos un bus con vidrios negros que nos lleva al campus. No son públicos, no son privados, nadie sabe, bah, nosotros sí, son sponsors chinos. Si Apple era grande, Google supera ampliamente la magnitud del espacio físico. Pero, como se sabe, Apple está construyendo el Apple 2, un gran edificio circular con árboles frutales alrededor.
Pero esa será otra historia: seguimos con Google. Llegamos a Montaine View, a la estación de tren, y nos ponemos a conversar un security mexicano. Primero hablamos en inglés y luego, cuando se da cuenta de nuestro idioma, nos dice, “yo hablo español”. Oh, le decimos, mucho mejor. Él nos dice cómo ir hacia la “ciudad”. Le pido fuego y me dice que no fuma. Comienzo mi recorrido por los locales de la estación buscando “light” pero nadie fuma, ya nadie fuma acá, sólo fuman los pobres. Sin embargo, cinco minutos después escucho un: ¡Caro! Era el guardia mexicano, me había conseguido fuego y nos ponemos a hablar.
“California era mexicana, y la vendió en el 1800 el presidente de ese momento a los Estados Unidos para que no lo matasen. Vendió California, Nuevo México y Texas. Luego de hacer la venta lo mataron igual”.  Hay comunidades mexicanas e hispanas, por ejemplo en el East of Palo Alto, el norte es rico. Nosotros vivimos en una comunidad filipina, cerca de Niles donde hizo sus primeras películas Charles Chaplin”. Esperamos mientras el bondi a Google, vemos que pasan otros que dicen Linkedin y Mozilla. El mexicano nos cuenta que un sueldo básico de “electrónico” es de 1200 dólares.
Tomamos el colectivo. Emprendemos nuestro viaje hacia Google. Avenidas y más de, al menos, 48 sedes de Google, pasando por Ezra Univesity, Iridex, Evolve, On live, Amaronth y el Museo de la historia de la computadora. Vemos muchos pinos, campo arado, gente corriendo con ropa deportiva, un montón de bares, y edificios con números.  En cada edificio bicicletas con los colores de Google, rojas, amarillas, verdes. Las pueden usar los empleados para ir de un lugar a otro. Dentro vemos gimnasios, la gente corre dentro de sus empleos mirando en lugar de televisiones, pantallas Apple.
Vamos hacia el anfiteatro y no nos dejan pasar, es privado, vemos desde afuera, una gran pantalla con las búsquedas de Google, escaleras con leds y colores y el Androide bulding. La gente anda en bici con auriculares hablando hacia el horizonte. Vemos robots, monstruos robots y los dibujitos de Androide reales. Vemos un piano blanco con un sistema de grabación de música y auriculares. Los empleados pueden llevar sus perros, jugar al voley, nadar, jugar al pool, cortarse el pelo, tener energía con paneles solares, tomar bebidas gratis, reciclar comida y jugar cuando quieran.
Nos cansamos después de caminar y volvemos a tomarnos el colectivo. Los empleados salen de las oficinas como hormigas. Hay tráfico. Paramos en el bar Tetsuwan Atom café y leemos. Le pusieron Googleplex por el número 10 a la 10 y a la 100. Un gúgol es un uno seguido de cien ceros, o lo que es lo mismo, en notación científica, uno por diez a la cien:1 2

1 gúgol = 10100 =

= 10 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000
Escrito en el sistema binario ocupa 333 bits.  El gúgol no es de particular importancia en lasmatemáticas y tampoco tiene usos prácticos. Kasner lo creó para ilustrar la diferencia entre un número inimaginablemente grande y el infinito, y a veces es usado de esta manera en la enseñanza de las matemáticas.
Cuando fue nombrado en 1938, el gúgol era indudablemente grande, y desde un punto de vista físico, un gúgol es mayor que el número de átomos de hidrógeno en el Universo conocido. Sin embargo, con la invención de computadoras y algoritmos rápidos, el cálculo de números del tamaño de un gúgol se ha convertido en rutina. Originalmente significaba «un uno, seguido de ceros hasta que te canses de escribir»
Además Google se inspiró en una historia radial del 70 que trata de un androide paranoico, un robogfgt que sufre depresión y un presidente de la galaxia que da la orden para destruir la tierra sin percatarse lo que estaba firmando porque pensó que firmaba un autógrafo.

Claudicar es jodido

por Diego Valeriano
 
 
Del vamos por todo al vamos a cuidar los preciosClaudicar es jodido, porque –valga la paradoja- cuando se empieza es difícil detenerse. También es un signo de debilidad. El vamos por todo molestaba, indignaba y generaba temor porque era potente, prepotente, temerario. Ahora cuidamos los precios.
 
Cuidar los precios, llamar a no consumir, escrachar las casas de electrodomésticos nos muestra que La Cámpora es una patrulla perdida sin rumbo alguno. ¿Cómo se va a ir tan a contrapelo del ADN kirchnerista? Hay una anécdota que muestra a Néstor exultante recorriendo los pasillos de la Rosada con un papel que mostraba la evolución de la compra de aires acondicionado de los años 2003, 2004, 2005. ¡Ese es el Nestornauta que queremos!
 
Fútbol Para Todospasó de mostrarnos en sus publicidades las grandes obras públicas en las provincias a que dos nerds camporistas nos eduquen sobre cómo cuidar precios. ¿Tenés ese teléfono y mirás el precio de la leche? No seas ratón. Perdimos la batalla cultural.
 
No podemos permitir que el cristinismo nos llame a no ser voraces. Pongan a Milani, cierren con el Club de París, hagamos lo que haya que hacer; pero por favor no retrocedamos en lo que ganamos culturalmente. Quiero ser prepotentemente consumidor, quiero acceder a lo que jamás antes pude y no volver a la Manaos. Quiero vaciar las carnicerías, festejar los quince y salir todos los fines de semana. Que la guita queme en la mano, mirar la minipimer que nunca uso, hacer saltar el fusible de la calle porque tengo un aire en cada pieza y que el barrio explote por los fuegos artificiales.
 
El ajuste comienza cuando nos quieren convencer, cuando nos quieren enfriar. La saturación y el calor deben ser la etapa superior del cristinismo, no otra. El fuego que quema por dentro anuncia el principio de otras formas de libertad que están en proceso. Decirle a alguien que cuide los precios es condenarlo a ser desechable, racional, sustituible.  Esta acción desarticula, corrompe y destruye las relaciones entre los consumidos.
 
Borges, plantea que el “mundo superior” debería supeditarse al “mundo inferior”. El palacio, a la calle.  Nadie puede hacer política solo. Hay un modo de hacer, de gestar, de vivir mucho más rizomático que las situaciones requieren. Los consumidores son el sostén auténtico del modelo, porque encuentran a este proceso, que lleva una década, como el más fértil para continuar la emancipación. No es momento de claudicar.
13/2/14

 

Proyecto: A degustar catacumbas. ¡Y que viva la literatura!

(sobre Alguien camina sobre tu tumba: mis viajes a cementerios, de Mariana Enriquez)

Por Juan K. Cinelli


Génova, Trevelin, Guadalajara, la Isla Martín García, Ohio, Lima, Australia Occidental, Frankfurt, Louisiana, Carhué, La Habana, Basavilbaso, París, La Reja,  particular cartografía la que traza Mariana Enriquez sobre su territorio, los cementerios . Cámara en mano, es evidente que se mueve a gusto por sus pasillos a la caza de relatos e imágenes sobre los que allí moran. Se regocija entre panteones y bóvedas, busca muertes tempranas, injustas, misteriosas o famosas. Pone su propia vida en juego (su literatura, su sensibilidad erótico-estética, su imaginación, su memoria).

Por eso es doblemente inspiradora la idea de catadora de cementerios. Porque, por un lado, pone en primer plano la expertiz de alguien sobre las reglas que gobiernan una porción de mundo –el ritual de despojarse del cuero deshabitado por la vida–; por el otro –y recuperando aquella raíz que en tiempos inmemoriales unía catar a captar y a dar caza– señala una disposición semiótica, el elemental esfuerzo por leer los signos que permiten asumir las cosas de ese mundo en su compleja materialidad, es decir, como objeto ético, estético, erótico.

Pero: ¿qué abre un cementerio? ¿Qué imágenes ofrece? ¿Qué tipos de experiencias habilita? ¿Es posible desarrollar una sensibilidad capaz de descifrar –entre piedras agrisadas y flores marchitas– las singularidades de una época, sus claves culturales, los modos en los que la subjetividad fragilizada canalizar sus ilusiones, perdidas demasiado pronto y para siempre?

Un cementerio, en principio, aproxima a la muerte, permite hablar de ella. La muerte como elemento central. No hay allí originalidad alguna: la muerte es  estrella codiciada de los noticieros y elemento central del sistema de gobernabilidad política (“Faire vivre ou laissez mourir”). El miedo a la muerte como gran maquinaria de disciplinamiento social. Y, es sabido, un hombre libre en nada piensa menos que en la muerte.

Pero aquí la muerte está desenfocada, se la alude más que lo que se la nombra. No hay dramatismo, sobreactuación ni escándalo. Una referencia despojada, vaciada de tragicidad, de toda (estúpida) heroicidad. La muerte es materia prima de historias menores, complejo artefacto cultural o disparador fortuito de alguna anécdota personal. La muerte no es más que una excusa para que la escritura fluya.

Es esa, entonces, la fortaleza más evidente de Alguien camina sobre tu tumba: su capacidad de neutralizar las pasiones tristes naturalmente asociadas a la muerte (la impotencia, la soledad, el dolor) hasta “desterritorializar” el cementerio, volverlo curioso punto turístico, objeto de un hobby banal (más no banalizado) que funge de combustible para la máquina de escribir. La necrópolis,  paradójicamente, alumbra palabras.

Los afectos a las clasificaciones situarán a Alguien camina sobre… en el vasto y difuso campo de las crónicas, de la no ficción; escrituras disímiles que desbordan el esquema novela/cuento, incluso cuando, como en este diario de viaje, se admite lo fantasioso de los hechos narrados. Importa mucho menos la verdad, parece, que lo verosímil. Realficción, como quien dice. El punto es volverse insumo de una experiencia vital de escritura. Fábrica de autobiografías mayormente imaginadas. Deriva precarizada del self made man no inmune a cierta exigencia social pseudofascista a movilizarse, a construirse a sí mismo como fuerza de trabajo y consumo. Pero, también, literatura propia del momento en que las redes sociales reorganizan los vínculos y los modos de circulación de la producción. Máxima tensión entre autoconstrucción y exhibicionismo: lo personal se vuelve literario en condición de hipnosis digital.

Proyecto literario y autoconstrucción, dos caras de la misma moneda. Un relato por cada cementerio visitado como proyecto de escritura. Y un olfato semiótico dispuesto a respirar en los camposantos el aire de la ciudad que los alberga, a nutrirse, no ya de los cuerpos extintos, sino de los signos que producen sus historias de vida. Languidece, así, la novela moderna, burguesa. Máxima cercanía entre el arte y la vida. Socializados los medios de producción y estallada la figura del autor y el campo literario (o cultural), todos pueden escribir todo. Debilitados los criterios de valoración y las reglas de reconocimiento, emerge una desbordante potencia de autoconstrucción como intento de orden en el desmadre, ese razonable legado de las vanguardias.


Henos aquí, entonces, sobre el fin del recorrido por este proyecto filo-turístico-literario: las ciudades y las tumbas disparan la narración. La estadía fugaz. El intercambio con amigos. Las indagaciones, las palabras y los archivos. Las situaciones históricas repuestas. Experiencias propias y leyendas populares. En el fondo, el viaje, el cementerio e, incluso, su propia vida se disponen solícitos para que la escritura acontezca y fluya. La literatura ha muerto: ¡qué viva la literatura!

El estallido de la burbuja crediticia de los BRICS y el riesgo de deflación mundial

por Ambrose Evans-Pritchard
(Traducción: Enrique García)


La mitad de la economía mundial esta al borde de caer en el precipicio de la deflación. El Fondo Monetario Internacional cree que la probabilidad es de un 20%.
Es una situación curiosa, porque las superpotencias monetarias del G2 – Estados Unidos y China – deberían estar haciendo algo frente a ese riesgo del 20%, aunque sin duda han llegado a la conclusión de que las burbujas de activos son un peligro aún mayor.
«Tenemos que ser extremadamente vigilantes», declaró la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, en Davos. «El riesgo de deflación es lo que ocurriría si esas economías sufren in choque ahora que tienen tasas de inflación bajas, muy por debajo del objetivo. No creo que nadie puede poner en duda que, en la zona euro, la inflación está muy por debajo del objetivo”.
No es difícil imaginar lo que podría provocar ese choque. Hasta ante nuestros ojos cuando Turquía, India y Sudáfrica pisan de golpe y a la vez los frenos, obligados a defender sus monedas a medida que se seca la liquidez mundial.
El Banco Mundial advierte en su último informe – Flujos de capital y riesgos en los países en desarrollo – que la retirada de los estímulos de la Reserva Federal de Estados Unidos podría provocar una caída en la curva de los flujos inversionistas en el sistema internacional.
«Si las reacciones del mercado son precipitadas ante esta reducción de liquidez, los países en desarrollo podrían sufrir un descenso de los flujos de hasta un 80% durante varios meses», añadió Lagarde. Una cuarta parte de estas economías arriesgar una parada repentina. «Si bien este ajuste podría ser de corta duración, es probable que provoque tensiones graves, potencialmente aumentando los riesgos de crisis”.
Según el informe, es posible que sean necesarios controles de capital para navegar la tormenta – o técnicamente para superar la «Trinidad imposible» de autonomía monetaria, tipo de cambio estable y libre flujo de fondos. William Browder de Hermitage dice que es exactamente a ese punto adonde la crisis está conduciendo, y será aleccionador para los inversores aprender que su dinero está bloqueado – ya ocurre en Chipre, y empieza en Egipto. La reacción en cadena acabaría provocando lo que quiere evitar. «La gente va a empezar a preguntarse qué país será el siguiente», concluye.
Los mercados emergentes representan ahora la mitad de la economía mundial, por lo que bogan en aguas desconocidas. Aproximadamente 4 billones de dólares de fondos extranjeros anegaron los mercados emergentes después de la crisis de Lehman, en gran parte por la aparición de «dinero oportunista» que aparecía tarde para el festín. Según el FMI 470.000 millones de dólares son el resultado directo de la impresión de dinero por parte de la Reserva Federal. «No sabemos cuánto de todo ello va a emerger de nuevo, o a qué velocidad», afirmó un funcionario del Fondo.
Un país tras otro está teniendo que ajustarse debilitándose. Cuanto más tiempo dure esto, y cuantos más economías hagan lo mismo, mayor será el riesgo de que se convierta en un choque deflacionario global. El banco central de Turquía tomó medidas drásticas en la noche del martes para frenar la fuga de capitales, duplicando su tasa de recompra de 4.5% al 10%. Lo que llevará a su economía a un punto muerto a corto plazo y, en última instancia, puede resultar tan inútil como la defensa ideológica de Gran Bretaña del Mecanismo de Cambio Europeo (ERM) en septiembre de 1992.
Sudáfrica aumentó las tasas el miércoles en medio punto, al 5.5%, para defender el rand, y la India elevó un cuarto de punto, al 8%, el martes, obligados a apretar los dientes ante el frenazo de su crecimiento. Brasil e Indonesia ya han pasado por esto durante meses para detener la caída de su divisa, que corre el riesgo de convertirse en catastrófica en cualquier momento.
Otros están mejor – en su mayoría debido al superávit de sus cuentas corrientes – pero también están perdiendo margen de maniobra. Chile y Perú tienen que recortar sus tasas para contrarrestar la caída de los metales, pero no se atreven a correr riesgos en este clima implacable.
Rusia tiene un pie en la recesión, pero no puede tomar medidas para reactivar su crecimiento, mientras el rublo cae a un mínimo histórico frente al euro. El Banco Central está quemando sus reservas a un ritmo de 400 millones de dólares al día para defender su moneda, un ajuste de facto. En cuanto a Ucrania, Argentina y Tailandia, ya están fuera de control.
China está marchando a su propio ritmo, con una balanza de capital congelada y reservas de 3,8 billones de dólares, pero también está enviando un poderoso impulso deflacionario al resto del mundo. El año pasado añadió 5 billones de dólares en nuevas fábricas e inversión fija – tanto como los Estados Unidos y Europa juntos – inundando la economía mundial con más exceso de capacidad.
Los mercados tienen una fe conmovedora en que el mismo Politburó responsable de una burbuja crediticia espectacular de $ 24 billón – una vez y media más grande que el sistema bancario de Estados Unidos – será capaz ahora de desinflarla suavemente con una habilidad de la que careció la Fed en 1928, el Banco de Japón en 1990 y el Banco de Inglaterra en 2007.
egún Manoj Pradhan, de Morgan Stanley, el Banco Central de China está tratando de reducir el apalancamiento y aumentar las tasas, al mismo tiempo, lo que «amplifica los riesgos para el crecimiento». Es una tarea heroica, como la cirugía sin anestesia. Es exactamente lo contrario de lo que la Fed hizo después de 2008, cuando ayudó con su QE a amortiguar el impacto. Morgan Stanley dice que 45% de todo el crédito privado en China debe ser refinanciado en los próximos 12 meses, así que abróchense los cinturones de seguridad.
Por otra parte, China está luchando para mantener sus industrias más o menos vivas al tipo de cambio actual. Patrick Artus, de Natixis, dice que el alza de salarios – y la caída de la productividad – significa que ahora cuesta un 10% más producir el A320 de Airbus en Tianjin que en Toulouse.
Las implicaciones son obvias. China podría en algún momento tratar de empujar hacia abajo el yuan para aferrarse a su cuota de mercado, digan lo que digan en el Congreso de los Estados Unidos, en parte para impedir que Japón se lo apropie gracias a su devaluación del 30% con su Abenomics. Según Albert Edwards, de Societe Generale, puede que sea lo que acabe por provocar el choque deflacionario, y supere la crisis asiática de 1998.
Europa ha dejado que sus defensas se derrumben detrás de una línea Maginot de políticas monetarias ortodoxas. Los datos de Eurostat muestran que Italia, España, Holanda, Portugal, Grecia, Estonia, Eslovenia, Eslovaquia, Letonia, así como Dinamarca, Hungría, Bulgaria y Lituania, que conservan sus monedas pero vinculadas al euro, están en deflación desde mayo, subidas de impuestos excluidas. Los precios subyacentes han estado cayendo en Polonia y la República Checa desde julio, y en Francia desde agosto.


El crecimiento monetario M3 de la Eurozona ha sido negativo durante ocho meses, contrayéndose a un ritmo de 1.1% durante el último trimestre. El crédito bancario al sector privado se ha reducido en € 155 billones en tres meses, según los últimos datos del Banco Central Europeo. Mario Draghi, del BCE, habló de la necesidad de un «margen de seguridad» contra la deflación antes de Navidades, pero ahora parece extrañamente pasivo, como si el Bundesbank lo hubiera sometido a golpes. Lo escuché dos veces en Davos repitiendo – inexpresivo, sin convicción – que la inflación subyacente esta en niveles similares a 1999 después de la crisis asiática y a 2009 después de la crisis de Lehman y, por lo tanto, benignos.
No estamos en circunstancias remotamente comparables. Ambos eventos fueron al comienzo de un nuevo ciclo de crédito. En este momento llevamos cerca de cinco años en el mismo ciclo – ya de por si largo – y el 80% de la economía mundial se está ajustando o retirando los estímulos. Tal y como están las cosas, la próxima recesión empujará al sistema económico occidental al borde de la deflación.
Los Estados Unidos tiene un colchón amortiguador de un poco más grande, pero no mucho. El crecimiento de dinero M2 se ha ralentizado aún más rápido de lo que lo hizo en los nueve meses anteriores a la caída de Lehman en 2008, pero la Fed no presta ya atención a dichos datos, por lo que puede repetir con demasiada facilidad el mismo error. La Fed está seguramente tanteando su suerte en cada reunión en la que retira $ 10 mil millones en bonos a pesar de la incipiente deflaión, como jefe de la Fed de Minneapolis Narayana Kocherlakota sigue advirtiendo.
Aquellos que piensan que la deflación es inofensiva deberían escuchar al director del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, que ha sobrevivido a 15 años de caída de precios. Los beneficios empresariales se secaron. La inversión en tecnología se atrofió. La innovación fracasó. «Se creó una mentalidad muy negativa en Japón”.
Japón tuvo las tasas de interés reales más altas del mundo desarrollado, lo que lleva a una espiral de interés compuesto, a medida que la carga de la deuda creció al mismo tiempo que el PIB nominal se contrajo.
Cualquier cosa parecida en Europa provocaría que la deuda del Club Med se multiplicase incontrolable. Acabaría con cualquier esperanza de frenar el declive de la economía europea o reducir el masivo desempleo antes de que las democracias de los países afectados entren en convulsión. Así que ¿por qué están dejando que ocurra?

La criminalización de la desobediencia

por Verónica Gago
Las manifestaciones desatadas en plena crisis de 2001, inauguraron una nueva forma de participación social en Argentina y conflictos de distinto tipo a los de antaño. La tendencia creciente a transformar en criminales a las personas que ejercen un derecho democrático fundamental, como es el derecho a la protesta, denota la incapacidad que hoy padecen los Estados para hacer frente a las nuevas demandas sociales.

Las protestas masivas que estallaron recientemente en diferentes partes del planeta marcaron el comienzo de una nueva época. De Canadá a Portugal, de Brasil a Egipto, de Nueva York a Grecia, la explosión callejera cuestiona a los gobiernos o a algunas de sus medidas, y exige reformas vinculadas a los servicios sociales y urbanos (transporte, educación, concentración mediática, entre otros); al tiempo que emergen nuevos conflictos que –como señala Gastón Chillier, Director Ejecutivo del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS)– obligan a ampliar y complejizar la noción misma de “protesta social” ya que ésta hoy excede la simple forma de manifestación o asamblea.
En Argentina este nuevo modo de protesta “se inició con las movilizaciones de 2001, inaugurando un tipo diferente de participación social, que va más allá del ámbito electoral, y que establece una forma particular de ampliar los límites democráticos (1).²Las recientes manifestaciones que estallaron en el país responden a litigios por la tierra, en una economía de conflictos que va de las tomas urbanas –como el caso del Parque Indoamericano en la Ciudad de Buenos Aires– a los desalojos rurales vinculados al neo-extractivismo. Nuevas formas de violencia emergen a la vez relacionadas con lo que los medios de comunicación hoy categorizan como ²guerra contra el narcotráfico²y que hoy ubican al país a una encrucijada crucial (2).
²Recuperen las calles²
El movimiento de derechos humanos en este contexto se encuentra en pleno proceso de reconfiguración mundial a la vez que es desafiado por los nuevos conflictos que ponen a prueba su capacidad de respuesta y relanzamiento como herramental discursivo, político y jurídico. El 11 de septiembre de 2001 es la fecha de la declinación de un tipo de liderazgo ético de organizaciones de derechos humanos con base en Estados Unidos y, sobre todo, es el momento que marca un punto de inflexión en el accionar de algunos gobiernos frente al conflicto por la aprobación de ²leyes antiterroristas². Desde entonces se produce un cambio tan fundamental como preocupante: las estrategias de represión clandestina que marcaron las épocas dictatoriales buscan dejar de ser ilegales para legalizarse, como es el caso de los drones, las ejecuciones selectivas, las requisas e interrogatorios, la desaparición forzada de personas, y el espionaje a escala de masas. Estas prácticas desdibujaron las tareas tradicionales de los organismos internacionales que se concentraban sólo en el monitoreo y la vigilancia ya que perdieron progresivamente fuerza y eficacia.
El accionar argentino en el campo de los derechos humanos es así desafiado por este cambio sustancial, tanto en lo que refiere a sus militancias como a sus organismos y, en particular, a la articulación entre ambas partes. En esta línea, el CELS acaba de presentar una iniciativa que reconoce y opera sobre este nuevo paradigma. La International Network of Civil Liberties Organizations (INCLO) es un grupo de diez organizaciones nacionales que asumen este cambio en la intervención vinculada a los derechos humanos en el marco global. Las organizaciones asociadas se definen por su enraizamiento nacional más que por su sobrevuelo o paracaidismo internacional. Se reconocen por la articulación territorial que tienen con movimientos y organizaciones populares más que por que su impacto sea únicamente institucional o de expertise técnico. Combinan actividades de litigio estratégico, campañas legislativas, educación pública e incidencia política como forma de intervenir de manera independiente respecto a los gobiernos y abrir este nuevo campo de problematización de la represión y el conflicto social, tanto a nivel nacional como a nivel de la agenda global.
Pero este sistema supone un cambio de herramientas: la necesidad de vinculación con el activismo y la militancia en red, la cercanía con los afectados –que ya no son las víctimas tradicionales de derechos humanos, sino víctimas de derechos sociales y económicos– y la investigación de la cara más violenta del Estado en las cárceles, así como la combinación de redes estatales y no estatales que actúan ilegalmente.
Es este consorcio de organizaciones acaba de presentar la investigación “Recuperen las calles. Represión y criminalización de la protesta en el mundo”. La frase que titula el informe salió de la boca de un alto comandante de la Policía de Toronto cuando en junio de 2010 miles de personas se manifestaban en esa ciudad canadiense contra la Cumbre del G20. Esa orden, afirma el informe, es ²un ejemplo emblemático de un alarmante patrón de conducta por parte de los gobiernos: la tendencia a transformar a las personas que ejercen un derecho democrático fundamental, como es el derecho a la protesta, en una amenaza que amerita una respuesta estatal contundente². El documento analiza de manera detallada la situación en nueve países (Argentina, Canadá, Egipto Estados Unidos, Israel, Hungría, Kenia, Reino Unido y Sudáfrica), seleccionados por considerarlos ²reacciones estatales únicas en contextos nacionales únicos² ya que involucran, además de las fuerzas represivas, al sistema judicial como actor clave en las estrategias de judicialización y criminalización de las desobediencias.
En este sentido, Luciana Pol –coordinadora del Programa Violencia Institucional y Políticas de Seguridad del CELS­– vincula concretamente este tema con el caso del Parque Indoamericano, que impulsó la creación del Ministerio de Seguridad en 2010², al afirmar: “Los referentes sociales, que en medio de la crisis resultaron claves para habilitar diálogos con el poder político, fueron acusados de ‘usurpación’ y criminalizados por la propia justicia”.
El nuevo conflicto social
A partir de una serie de episodios que ligan los territorios del conurbano bonaerense con la periferia rosarina y los desalojos en Santiago del Estero, el Instituto de Investigación y Experimentación Política (IIEP) señaló que estamos ante un nuevo tipo de conflicto social que desafía a las organizaciones populares y que “es la consecuencia de los rasgos más agresivos de los modos de acumulación desarrollados durante la última década, como las industrias extractivas, el narcotráfico, el boom inmobiliario y el agro-business”·.
La hegemonía rentística de los actuales negocios estaría así en la base de una conflictividad que cambia su naturaleza respecto de los acontecimientos de la crisis de 2001. La expansión de las fronteras agrarias y mineras y la valorización especulativa de las periferias urbanas a través del narcomenudeo estructuran de manera compleja y heterogénea ²una soberanía paraestatal, en torno a formas de propiedad articulados por instrumentos financieros muy abstractos, con dinámicas represivas en manos de bandas y de una policía en estado de excepción. Las nuevas soberanías regulan a su manera los territorios, sustentando, penetrando, desbordando y amenazando a las instituciones públicas².
La investigadora argentino-brasileña del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y tecnológico (CNPq), Rita Segato, ha conceptualizado recientemente esta articulación entre economías ilegales, nuevas violencias y redes mixtas como “Segunda Realidad”. Ésta es especular al sistema político y a las instituciones estatales en general. ²Y es operada por un segundo Estado, marcado por la acción de corporaciones armadas propias, sicariatos organizados y conducidos por cabezas que actúan a nivel local, barrial, y otras más distantes, a distancias sociales por el bulto de capital que circula, y a distancias geográficas que no se pueden verificar pero sí suponer por la recurrencia de ciertas tácticas, por la sistematicidad de su forma de operar en localidades distantes e inclusive cruzando fronteras nacionales y continentales. El accionar de esas corporaciones armadas tiene por finalidad proteger la propiedad, el comercio ilegal, el flujo de los capitales sumergidos, y la propia intocabilidad de este ambiente. Es, por esto, un Segundo Estado, con sus leyes, fuerzas de seguridad y organización propia.” Y agrega que “el efecto, para toda la sociedad, de la existencia subterránea de esos elementos es la expansión de un escenario bélico caracterizado por la informalidad, el tipo de guerras no convencionales, en las que las facciones en conflicto por la apropiación territorial de espacios barriales y personas, en general jóvenes reclutas que se agregan a sus fuerzas, no usan uniformes ni insignias y expresan su poder jurisdiccional con una ejemplaridad cruel². Para Segato, aún no hay un lenguaje para hablar de estas nuevas formas de la guerra que, incluso, no están legisladas en ningún lugar. ²La segunda realidad es un campo incierto completamente, un pantano. No es fácil entender contra quién estamos actuando (3).²
En este punto, se trataría de un avance contra elementos fundamentales del herramental democrático construido por las luchas de los derechos humanos desde 1983. Pero también de aquellos conquistados por las movilizaciones de 2001 y su posterior inscripción democrática como derechos sociales. El mapa actual de las protestas y el conflicto vuelve a reclamar a las militancias y a los expertos en la defensa de los derechos humanos una actualización para tener una verdadera capacidad de intervención política.
Articulaciones estratégicas
El ciclo de las protestas globales pone de relieve varios desafíos a la vez. Por un lado, la necesidad de un perspectiva que contemple tanto la discontinuidad y variedad de las protestas como los elementos comunes vinculados a las exigencias democráticas que provienen, como la fuerza y el ímpetu de innovación, desde fuera de los ámbitos institucionales.
Una teoría política nueva se discute en torno a estas formas diferentes de hacer, reclamar y organizarse respecto a los movimientos revolucionarios de otras épocas. La discusión reside entonces en el modo en que estas subjetividades políticas interpelan a las instituciones y a algunas categorías clásicas como las del derecho, la ciudadanía y la inclusión. La novedad reside en los actores involucrados y las dinámicas en juego, que van desde la proliferación de economías ilegales hasta la mixtura de formas de poder estatal y paraestatal, trasnacional y barrial. Se destaca así la dimensión fuertemente territorial de estos conflictos que suelen quedar relegados cuando se enfatiza sobre todo el uso de las tecnologías comunicativas o se pone el foco sólo en las movilizaciones masivas discontinuas.
Esta nueva forma de protesta hoy desafía a los organismos de derechos humanos ya que se ven obligados a actualizar su forma de intervenir y vincularse con las organizaciones locales y litigar frente a la emergencia de los nuevos ilegalismos para no tornarse ineficaces. Los Estados también se ven afectados frente a estos territorios que dejan de ser estrictamente periféricos o suburbanos para convertirse en nodos de pujantes negocios y disputas, en muchos casos con conexiones transnacionales. En el caso de Argentina, las procuradurías temáticas (que investigan delitos financieros, el narcotráfico, entre otros) son formas institucionales que buscan construir herramientas de intervención acordes a estos conflictos. Aun así, lo que queda en clave aun experimental son las formas posibles de articulación entre estas herramientas, organizaciones y dinámicas bien heterogéneas entre sí y su capacidad de construir un lenguaje que de cuenta de esta novedad.
1. Entrevista de la autora con Gastón Chillier, Director Ejecutivo del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), 25/10/13.
2. Véase el dossier“El desafío narco”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, Buenos Aires, diciembre de 2013.
3. Entrevista inédita, de próxima aparición en Territorio, soberanía y crímenes de segundo estado, Tinta Limón Ediciones, Buenos Aires.

(Nota aparecida en Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, febrero de 2014)

Inmersión en el Silicon Valley: Ritornelo 7

por Carolina Di Palma



Volvemos del centro de San Francisco sin saber cómo nombrar lo que sentimos y vimos. Y ante la duda de cómo poner en palabras algunas cosas, es decir, conociendo su poder performativo, nos callamos.

Entonces hacemos una interrupción. Nos detenemos.  Nos quedamos adentro. Agarramos una copa y tomamos jugo de zanahoria Odwalla. “Este jugo tiene adentro: Vitamina A, jugo de 9 zanahorias, felicidad y dos arcoíris. Separation is natural, shake it up”.

Agarramos todos los diarios y revistas del lugar y hacemos un paneo por la lucha simbólica por el sentido común que se produce en los medios aquí.

En la Revista Galardon, en castellano, hay dos páginas destinadas a “se ofrece empleo, limpiar casa, jardinería, construcción, lavacopas”, hay  “rentas de garaje a 800 usd para un hombre solo” y varios avisos de “cuido chicos”.

En la revista de Standford continuing studies, encontramos cursos de business creative writing, on line writing program, day Jobs, fiction, short story, novels, personal essay, memoir, nonfiction.

En el diario The examiner tenemos una publicidad que dice; “Depression? Ud tiene problemas para controlar los síntomas de su depresión aun con tratamiento? Considere la clínica de estudios e investigación Pacific Reserarch partners”. Al lado, “On the Edge 4, erothic photogrphy exhibition”.  Más abajo, un aviso legal, en mayúsculas, YOU ARE IN DEFAULT UNDER A NOTICE OF DELENQUETNT ASSESMENT,DA TE XX, UN LESSYOU TAKE ACTION TO PROTECT YOUR PROPETRY IT MAY BE SOLD AT A PUBLIC SALE. IF YOU NEED AN EXPLANATION OF THE NATURE OF THE PROCEEDINGS AGAINST YOU, YOU SHOLD CONTACT A LAWER.  Un montón de publicidades para el 14 de Febrero, San Valentin. “Para tu noche de San Valentin, se bella con nuestros ahorros de cada día”. “Thinks outside de Chocolate box, aros de diamantes con el 93% off, salen 181 usd, te cuestan 14usd”.

En la revista de los protestantes, Awake!,  hay una nota sobre “Simulación de juegos de casino en apps para niños”, y otra sobre “Un empleado fumador cuesta hasta 5816 usd mas por año que uno no fumador, más la baja productividad por la adicción a la nicotina”. Y algunas recomendaciones para los lectores: “Cómo invertir tu tiempo sabiamente: se organizado, evitar ser ladrón, ser balanceado y realista, ser el guía para los buenos valores,  por ejemplo, en India las madres pasan 11 minutos hablando con los chicos”

Otra revista, Watchtower, “announcing Jeohavahs Kindom, la guerra que cambió al mundo, la primera guerra dejó 10 millones de muertos y 20 de mutilados, la guerra en la tierra y guerra en el cielo, la promesa de un paraíso en la tierra cambió mi vida, cómo la biblia cambio mi vida”.

En la revista de la Universidad de California, “si eres un militar activo o veterano puedes usar los beneficios y certificados que ofrece la Universidad de California”.
En el diario Metro una publicidad de “Licenciado en Acumputura, del San Jose Campus”, un libro best seller “El alma y el espíritu del te, 31 ensayos para el siglo 21” y una publicidad abajo,  “Good karma, vegan café”.

Otra publicidad,  “Proteja a sus chicos y a su billetera, mediación y divorcio colaborativo”. En el centro del diario, “Los residentes de Montaine View bajan el 10% de consumo de agua”. Las casas en San Jose y los Altos cuestan un millón 500 mil dólares, en Saratoga, 1.7, en Atheron, 33 millones.

En  la revista Inspirations, “para incluir tu iglesia en la guía de la comunidad”.

En la revista Weekly Palo alto, “Trust your face ti a specialist” sobre una publicidad de cirugías. Seguido una discusión pública sobre el crimen en Palo Alto; solución de la policía: poner cámaras, lo piden los vecinos, “un sistema de audio en toda la ciudad que activa cámaras cuando escucha disparos”.  Lo llaman “invasión de robos a casas”.  Una publicidad que dice “Start strong,  clases para ayudarte a ti y a tu bebe”. La imagen es un puño de niño hacia adelante ampliado. Publicidad del “Give blood for life”, del Stanford blood center.

En el diario Epoch times, 50 billones costarán las Olimpiadas en rusia, y “masive corruption”. Un hindú fue nombrado CEO de Microsoft. La compañía de soft muta hacia “cloud computer”, negocios de la nube, tipo Google. Van a probar en New York con el bitcoin. “En Sillicon valey se amplía la brecha entre pobres y ricos.  En el 2013 aumentaron en 47 mil  empleos y nuevos residentes pero sin casas”.  Sobre la Fukushima radiation, ¡al fin! tema muerto en todos lados, eh! “Los científicos dijeron que hallaron 134 y 137 radiasotope en el mar de California y que tienen que ver como progresa. Sobre la US snooping, “las 5 mejores compañías de tecnología hicieron públicos informes donde confirman que USA espía en la vida privada de los ciudadanos en nombre de la seguridad nacional”.  Sabemos igual que las compañías hacen lo mismo para vender, el gobierno para controlar. Sobre los Derechos humanos y diplomacia china,  “los chinos proponen algo así como “los derechos humanos  para los hambrientos”.  Ellos dicen que “los derechos humanos deben incluir el derecho a la comida, no  a la forma de los derechos políticos, sociales y económicos”.

Leemos todos los diarios chinos, no entendemos nada, sólo reconocemos la palabra Church, financial, law,  y vemos la foto de Bergoglio en medio de los textos en mandarín.

En el San Jose mercury newsdice que subió el gas. “Washington suspende la pena de muerte”. Hay un montón de publicidades de implantes dentales para tener buena sonrisa. “California desborda su capacidad de prisioneros. La solución es liberar cientos de reclusos peligrosos o poner 70 millones para mejor las condiciones”. “La ATI, Nuerostimulation system es una sofisticada combinación de invenciones electrónicas para detener el dolor de cabeza con un pequeño interruptor en la mejilla”.  “Cuál es la conexión entre las Olimpiadas de Siochi, Syria y el muro de hambre de Leningrado nazi en la segunda guerra mundia! Vladimir Putin” . “Nuestros chicos están perjudicados, crece el número de estudiantes que están en el “braking point”, depresión, ansiedad, fobias y strees. Ellos esperan ser estupendos”

En el diario Local News,  “los californianos están más preocupados por que los chicos engorden que por el uso de drogas ilegales”. “Las escuelas necesitan detener el bulling”. Una publicidad de “emotional health” for family. “Las pocas lluvias de este año en California tuvieron un impacto directo en la generación de energía hidroeléctrica, pero con los días soleados aumentó la generación solar.  Nosotros hemos sumado más que 1000 MGW de energía”.

En San Francisco Chronicle, más de San Valentin, “Loves Price point”. “Google y la Nasa harán un campus juntos donde se podrán explorar los nuevos robots, la compañía está trabajando cerca del gobierno”. Una publicidad “ Love yourself”. Otra nota, más abajo, “Asesino de adolescentes en una estación de gas declara a su favor, dice que lo hizo en defensa propia”. Este diario es multiplataforma, Visit, Actívate, Log in, Enjoy, dice su publicidad. “Cada vez más “Sexting, (contracción de sex y texting) es un anglicismo para referirse al envío de contenidos eróticos o pornográficos por medio de teléfonos móviles) según las encuestas”. Dos mujeres procesadas por asesinato visto en video grabado con celular”

En la Time, Lo mejor del año 2013. Tornado en Okcla,  Yoga al aire libre frente al Wolrd Trade Center, Muerte de niños en Damasco, el papa Francisco Latam,  Protestas del Cairo, Fuego en Australia por ejercicio militares, Catamaran de Puma y Oracle en la Bahia de San Francisco, Lluvias en Colo, Big data, Big Brother, Big trouble, Maraton en contra del terror en Boston, Agonía de Sirya, la primavera de Egipto, un sueño denegado,  La nueva cara de Iran, Las dos turquías, Valdimir Putin,  Vida en la Luna, El efecto Angelina, Tornado en Pklahoma, Agua en las lunas de Jupiter, Ola de 30 metros para surfear en la costa de Portugal, la serie de los norteamericanos, Braking bad, Rolling stones, Daft Punk, Demencia de Margarte Tacher, Lou reed.

En ID Ideas y discoveries, “Los 13 experimentos para la manipulación”,  ¿cómo puedo hacer para manipular mis sueños? La psicología de los videojuegos.

“Elvis fue asesinado, confirman las investigaciones” en el Enquirer. 

En el Epoc Times, “El neurocientífico Richard Davidson estudió en 2004 la energía emitida por los que meditan en el Tibet para la Universidad de Stanford. Dalai Lama  es uno de los monjes más avanzados con 40 años de meditación. El investigador midió las ondas gamma emitidas por su cerebro con el electroencefalograma. Davidson descubrió que los monjes producían ondas mucho más poderosas y de mayor amplitud en toda la historia. Tambien confirmo que la meditación puede redistribuir mejor la materia gris y ayudar a no perderla. La mayor cantidad de perdida de materia gris impacta sobre el control de las emociones, los impulsos, los pensamientos, los movimientos”.

En la Time, 100 descubrimientos nuevos sobre la salud. “El corazón, la mente, la comida, la infancia, la tecnología, longevidad, cáncer, brotes, sexualidad, ecosistemas”.

Especiales de Paul en Life y la Rolling Stone. La Primera dama en Time.


“Los Sin hogar transforman un bus en el Hotel 22. Suben. El colectivo se llena  para viajar desde San Francisco a Palo Alto. Van y vienen. “Lo hacemos porque el bus es seguro de noche”, en San José Mercury news web site.

El barrio está peligroso

por Ariel Ávila *

El barrio está peligroso
Eso se vive cada día 
El barrio está peligroso
La droga arrasa como el sida 
El barrio está peligroso
Y no encuentra salida porque cada vez más gente se muere cada día 

Desde chico he crecido en un barrio 
Día a día iba creciendo y el barrio iba avanzando 
Donde cada día se pone peor la cosa 
Aumenta la delincuencia y aumenta la pobreza 

Y en muchas ocasiones falta el pan en la mesa 
Y hace que los jóvenes salgan a la delincuencia 
Porque no tienen conciencia de lo que están haciendo 
Se dañan a ellos mismos y dañan al pueblo 

Donde en cada calle hay una banda diferente 
Se enfrentan entre ellos y tiene que correr la gente 
Mientras la droga avanza y acaba con la juventud 
Los que la venden se enriquecen y no tienen inquietud 

Familias destruidas es lo que estamos viviendo 
Tuve oportunidades para ser un delincuente 
Tuve oportunidades para dañar a mi gente 
Pero no me gusta hacer lo que hacen ellos 
Yo me quedo con el rap para escribir lo que hacen ellos 

Un arma se consigue sin permiso en una esquina 
Sin comprarla sin decir en qué la usarías 
Tanta inseguridad hay en el barrio cada día 
Y no alcanza para escribirla en esta melodía 

Y esta juventud si sigue así está acabada 
La esperanza de ellos es portar armas 
En cambio mi esperanza es leer la palabra 

El barrio está peligroso
Eso se vive cada día 
El barrio está peligroso
La droga arrasa como el sida 
El barrio está peligroso
Y no encuentra salida porque cada vez más gente se muere cada día


* Ariel Ávila, cantente de Hip Hop de 21 años y autor de esta canción fue asesinado el miércoles cerca de un búnker de drogas en Empalme Graneros, Rosario.

Kalor

por Diego Valeriano

Alejandra toma sol en el patio de su nueva casa. Está de pie y refleja los rayos en su cara con una de esas pantallitas metálicas. De fondo la radio satura el enfermizo parlantito. De la habitación de las chicas se escucha a Rial hablando de Maradona. El volumen de todo es alto, incluso del balbuceo de Mateo que entra y sale con un cuchillo en la mano.  El patio es pelado. Ni una planta queda. Todo fue arrasado por la multitud que vive ahí. En el fondo se va acumulando las cosas que no pueden vender. La voz de la tele se mezcla con la advertencia de la radio sobre el alerta rojo por la ola de calor.  No hay que hacer ejercicio, hay que permanecer en lugares frescos, ingerir mucha agua, usar ropa suelta, de materiales livianos y colores claros, protegerse del sol poniéndose un sombrero. El vecino de enfrente insulta ferozmente al Choco que no deja de tirar petardos. La térmica de 43 en su cara ronda los 50, tiene los ojos cerrados pero casi que ve a través de los parpados de tan iluminados que están. Respira el calor de la pantallita, el olor del pozo ciego rebalsado, del jazmín del vecino. Ahora Mateo corre a su alrededor, como si fuera un satélite. Melisa está a su lado reclamándole que María la quiso desnudar. Francisco suma a la radio y la tele el compilado de grandes éxitos tropicales que le compro al Boli. El Choco se refugia tras Alejandra porque sabe que el vecino ahí no se anima. Con ella ningún vecino se mete. Siente que se le derriten los pómulos, que de a poco se incendian. Cambian de estado del sólido al líquido por la acción del calor. El reflejo tenaz transfiere calor a los átomos de su cara, los cuales vibran con más rapidez a medida que ganan energía. La tierra del patio esta agrietada, su cuerpo  comienza a tornarse ingrávido y gentil. Mateo, Melisa y el Choco parecen flotar. Ahora la radio aconseja evitar el golpe de calor. Llega el Togtu y el vecino lo ataja en la calle. Discuten. Togtu no defiende al Choco, pero no le gusta que nadie le hinche las pelotas. Los gritos se escuchan a pesar de las interferencias. Todos salvo Alejandra salen para la vereda. Su cara recibe radiación propagada en forma de ondas electromagnéticas por la pantallita plateada. Afuera el volumen de los insultos sube. Apenas distingue las voces, el calor se propaga de su cara hacia el resto del patio, su cara esta agrietada como el patio. Necesita tomar agua urgente, pero en todo el barrio no hay ni una gota. El camión de la municipalidad no puede llegar por el corte de la 197. Esta sofocada, vuelve el Choco a buscar un palo entre las porquerías que no pueden vender. Se le durmió el brazo izquierdo, los objetos a su alrededor comienzan a girar, lo nota a través de sus parpados. La tensión nerviosa crece por dentro, así como también la fiebre muy alta en la cara, el amor, las enfermedades crónicas, la maternidad, la guita, el trabajo desquiciado. Todo se torna ensoñación. Dejar caer la pantallita, se siente ardiendo. El calor intenso y sorpresivo le sale desde dentro del cuerpo, la temperatura profundamente tropical de la piel y del espíritu se mezclan. Sus ojos tardan en acostumbrase. En cuanto lo hacen, Alejandra comienza a correr.

Elogio del cuidado

por Diego Tatián



La convocatoria del último texto de Carta Abierta a una amplia “confluencia de fuerzas” populares y políticas, capaces de enfrentar las oscuras embestidas de poderes financieros y mediáticos contra las conquistas sociales más sensibles del pueblo argentino, tiene su motivación profunda en la urgencia de un cuidado. Esta palabra ha adquirido una intensa circulación pública a partir de una tarea común por cumplir en lugares tan desangelados como supermercados y gasolineras, y tal vez puede ser tomada como el comienzo de una exploración colectiva más vasta; una exploración y una práctica orientadas por los significados que aloja, y que es necesario deslindar de cualquier sesgo conservador.
Los trayectos emancipatorios parciales que recorre la vida de los pueblos no son parte del “torrente inexorable de la historia”, sino singularidades irrepetibles y frágiles, siempre amenazadas por su destrucción. Una práctica y una conciencia colectivas del cuidado consolida las transformaciones realizadas y precipita las que quedan por hacer, manteniéndolas a resguardo de restauraciones reaccionarias animadas por anhelos predemocráticos.
Sabemos que la política nunca se agota en una pura contradicción de intereses materiales, también se revela como el lugar de inscripción de un conjunto de representaciones y conductas vinculadas con una trama pasional muy compleja, irreductible a cualquier comprensión en términos de beneficios y perjuicios. En esa trama, la avidez de ganancia de los que más tienen y la aspiración de los más desfavorecidos a mejorar su condición social y económica es muy importante pero no necesariamente determinante. En otros términos, la política no ha sido nunca exclusivamente el reino del autointerés razonable, la decisión argumentada o el cálculo lineal de las ventajas, sino el imprevisible dinamismo animado por un régimen de pasiones públicas que es necesario comprender en su constitución, sin moralizar, para que la intervención militante y en este caso también gubernamental resulten eficaces.
Decodificar un momento social en términos de pasiones procura una perspectiva diferente de la que permite su comprensión a partir de la historia en tanto contradicciones de fuerzas que dotarían al todo de una inteligibilidad de conjunto y permitirían explicar cada hecho particular que se produce en ella. La ambición de poder y dominación, el miedo, la envidia, el odio, el desprecio, el desdén, el deseo de superioridad, el resentimiento, la indiferencia o la crueldad, pero también el reconocimiento, la solidaridad, la confianza, la gratitud, la curiosidad, la indignación por la injusticia y la simpatía por el desconocido (estas últimas las principales pasiones que permiten la construcción democrática) establecen los caracteres en los que se escribe el texto social bajo composiciones siempre nuevas que es necesario aprender a leer una y otra vez.
Las pasiones pueden ser inducidas y promovidas por una representación de las cosas (desde los medios de comunicación o por la propaganda) que no necesariamente se corresponde con las mismas cosas. Además, sabemos que los seres humanos pueden desarrollar afectos serviles con quienes los explotan y dominan, o ser hostiles con quienes toman partido por su causa. Muchas veces, “luchan por su esclavitud como si lo estuvieran haciendo por su libertad”. Pero según creo, esto no es general ni necesariamente así, y su episódica constatación no alienta ninguna misantropía, ningún retiro de la acción común y ninguna ruptura reaccionaria con la vida colectiva como se manifiesta, sino al contrario. A partir de un registro de las dificultades inherentes a la contienda por la que toda sociedad se halla dividida, motiva la disputa por el lenguaje, la lucidez de lo concreto, la destitución de la hegemonía dominante y la constitución de un imaginario social orientado por la desalienación. Motiva la política.
Esa disputa cultural –por naturaleza interminable– es un litigio ideológico por la inteligencia de las cosas que en última instancia puede ser concebido como una tensión entre derechos y privilegios, cuya confusión es necesario evitar. Si los derechos se definen por una lógica de la extensión, son universales y se incrementan mientras más sean los que gozan de ellos, los privilegios son a costa de otros o contra otros y se definen por una lógica de la excepción. La creación de una cultura de los derechos es la vía maestra de construcción democrática, pero no neutraliza la inestabilidad de los humores sociales ni evita la irrupción de malestares públicos ni la manifestación de insatisfacciones que se renuevan una y otra vez, y con los que una sociedad deberá lidiar indefinidamente. Por ello la principal virtud democrática es la capacidad de no sucumbir al cansancio y mantener abierta una potencia inventiva frente a lo real. Y también la decisión de hacer de la ley un instrumento de resguardo de las instituciones contra las corporaciones y un poder de los que no tienen poder.
Los enormes avances sociales en términos de libertades, derechos e igualdades de la última década no procuran por sí mismos ninguna garantía de continuidad (aunque sí proporcionan una acumulación de experiencia); su protección y su incremento dependerá de lo que los ciudadanos argentinos seamos capaces de hacer y de ninguna otra cosa exterior a esa capacidad. Todo puede perderse de un momento a otro si sólo nos proponemos conservar, si no somos capaces de radicalizar, que en este momento es la mejor y tal vez la única manera de “cuidar”.
Una política del cuidado aloja el sentido de prudencia, que es una de sus acepciones inmediatas, pero también la necesidad de radicalizar y sostener una atención profunda bajo el modo de una alerta democrática. Todo ello puede expresarse con el término ciudadanía, a condición de concebirla como acción con otros, intervención militante, constitución de una red heterogénea capaz de sostener socialmente medidas de gobierno que han sido muy osadas y que han afectado intereses muy grandes. Ciudadanía como ejercicio de una potencia democrática colectiva y plural.
La inclusión de vastos sectores populares en circuitos de consumo a los que nunca habían tenido acceso trajo consigo una reparación histórica muy importante. Tal vez esa reparación ahora abre la posibilidad –en mi opinión la necesidad– de un tránsito cultural que puede ser pensado como una forma nueva y necesaria de la radicalización y del cuidado: el tránsito de una sociedad de consumo a una sociedad de la abundancia; de un imaginario social cuyo criterio orientador es el incremento de la producción y el consumo a otro que se propone la plenitud del buen vivir y se orienta por obtener lo suficiente para todos, el cuidado del otro y el cuidado de un mundo cada vez más frágil, amenazado de irreparable pérdida.

Ir a Arriba