Anarquía Coronada

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El rock como todo llanto (Sobre Redondos. A quién le importa. Biografía política de Patricio Rey del Colectivo Perros Sapiens, Editorial Tinta Limón)

por Juan Cruz Carrique
En 2002 el canal de música CM realizó un programa especial sobre Los Redonditos de Ricota que repasaba la historia de la banda, proyectaba algunos fragmentos de recitales y recopilaba testimonios de músicos, periodistas y artistas más o menos ligados  a  Patricio  Rey. Entre  esos testimonios  llama  especialmente  la atención el de Mercedes Sosa, que  al ser consultada por el fenómeno ricotero, lejos del comentario complaciente, declara: “Me trajeron siete discos de Los Redondos, y tengo  que decirles que no comprendo nada  de lo que cantan. Nada. Siento que tienen  un misterio, una cosa misteriosa que hace  que sean como una logia. Yo creo que son un mito porque son desconocidas las cosas que cantan. El día que se deshaga, palabra por palabra, lo que cantan se va a terminar el mito.” Paradójicamente, Redondos. A quién  le importa parte de un diagnóstico similar: cuando las canciones pasan a referir a cosas obvias la vitalidad del mito se agota y se vuelve poco interesante. Por eso, para  los autores los misterios no pueden resolverse, pero pueden transformarse en misterios mejores. Con esta adverten- cia, que es también un pacto  de lectura, el colectivo Perros Sapiens (compuesto por  Ignacio  Gago, Ezequiel  Gatto  y Agustín  Valle)  nos introduce  en  un peculiar recorrido por la biografía (política) de Patricio  Rey.
Ahora bien, ¿qué  es lo que tiene  de particular esta investigación? De movida,  el método. Sus autores trabajan  desde adentro, en  y desde el cuerpo de Patricio Rey. No se sitúan a distancia queriendo significar la experiencia y circunscribirla a un sentido. Por el contrario, la apuesta del libro es sumergirse en el misterio de Patricio Rey, asumir la opacidad irremediable de su existencia, y desde allí forzar su apertura al mundo. Atender antes que a sus causas, a sus cauces y a las marcas que la experiencia redonda dejó latiendo en los cuerpos de sus seguido- res. La investigación ricotera es una investigación pasional que no distingue sujeto y objeto: la cosa es nosotros y nosotros somos la cosa.
Así, lo que a priori se presenta como un estudio sobre la singularidad de Los Redonditos de Ricota y su incidencia en la cultura argentina, con el correr de las páginas se va desplegando también como  un manifiesto generacional que sitúa a los autores en un primer plano.  Son sus experiencias sensibles las que [muchas veces] leen el fenómeno redondo y, por ende,  las que a la larga  toman el centro de la escena. Por eso es que no hay referencias a la enigmática vida privada de Solari, o preocupación por las causas de la separación de la banda, como tampoco por el significado original de las letras.
La propuesta consiste, en cambio,  en contar una vida. La vida de ese ser mítico llamado Patricio  Rey, y cómo esa vida crece, se transforma y ¿muere? siempre vinculada  de un modo muy especial al entorno en que se despliega. Una vida que es una experiencia política, ética y estética que abre  grietas en el suelo social.
Bajo esta consigna, el libro se divide en dos grandes secciones: Figuras, que retrata y problematiza los modos singulares con  los que  Patricio  Rey habitó  el espacio público durante su veinticinco años de vida (“masividad clandestina”, “disidencia urbana”, “recital acontecimiento”, “rock cartográfico”); e Historia, donde se elabora, tomando como hilo conductor los diez discos redondos, una relectura de la historia argentina reciente enfocada en las prácticas marginales –o más bien ex-céntricas– que hicieron  carne en la banda  y sus seguidores. Una tercera sección, Apropiaciones, oficia de cierre volviendo sobre la escena política actual para abrir el debate acerca de los usos que durante los últimos años ha hecho el kirchnerismo  del  mito  ricotero  y planteando, además de  cierta  perplejidad,  algunas hipótesis para  pensar la vinculación entre Patricio  Rey y el Estado.
Los Redondos funcionan así como  un disparador para  pensar y conectar la política, la filosofía, el arte  y la historia de un modo singular, encarnado en un cuerpo doblemente real.  En este sentido, las múltiples referencias, más o menos solapadas, a autores como Foucault, Deleuze,  Nietzsche (mucho Nietzsche), entre tantos otros, no deben  ser interpretadas  como  un intento de objetivar,  o sencillamente intelectualizar, la experiencia ricotera. Lo cierto es que lejos están los autores de regodearse en teorías filosóficas, políticas o estéticas  para  darle  mayor  peso a  su investigación.  Estos nombres cuando aparecen lo hacen apenas para  aportar una  palabra, a lo sumo una idea,  jamás para  ser los protagonistas del texto  (de hecho  ni siquiera están citados). En todo caso, si hay una búsqueda al introducir estas referencias es la de desacralizar a estos pensadores, a estas ideas tan filosóficas, y ponerlos a correr fuera  de su campo  específico. La experiencia se aplica  a la teoría y no al revés. De otro modo el mito comenzaría a enfriarse y a perder “su potencia de generar nuevos posibles” (p.215).
El aspecto metodológico se corresponde en este punto  con lo que para  los autores es quizás el rasgo más saliente de la conducta ricotera. Patricio  Rey, se nos dice, no interpreta la realidad, le pone  el cuerpo. Por eso, qué quiso decir no importa  tanto  como  el cómo  lo dijo. De esta manera, el mundo  interior  y exterior de PR se entrelazan y lo biográfico deviene político. Al exponer su cuerpo interviene en la historia y elabora un régimen expresivo propio que desafía el estereotipo de banda  de rock: “La antinomia entre rock  comprometido y rock divertido, entre rock pensante y rock bailable, que organizaba orillas en el esquema de  rock  setentista,  queda  disuelta  con  Los Redondos.  (…)  El rock redondo es un pensamiento crítico  que  se baila.”  (p.83) Patricio  Rey es visto, entonces, como un animal  mañoso que no permite que le asignen un lugar, sino que fuerza  al entorno a acomodarse a su alrededor. Pero antes que un capricho o una moral,  su comportamiento es un modo de la supervivencia. Por eso, raja. Para resistir, primero, a los dispositivos represivos de los setenta y, luego,  a la apropiación mercantil de los noventa.
Esta figura del raje,  central a lo largo  de todo el libro, es tomada por Perros Sapiens para graficar una constante en la conducta de Los Redondos a lo largo de su historia. Una forma de ser que asumen no sólo dentro del rock sino fundamentalmente en el plano estético-político: “Con su música, sus frases, sus imágenes y sus recitales, Patricio  Rey apadrinó un carnaval subterráneo para  sobrevivir la dictadura, una fiesta rabiosa para  atravesar el retorno democrático, y un escepticismo fértil que habitó el agotamiento de la representación sin apatía  ni nihilismo; un raje, siempre, del orden  del día” (p.10). Virtud del libro, entonces, situarnos, a partir  de una  experiencia que nace  en el seno de un género plebeyo  como  es la cultura rock, frente a una narrativa histórica disidente que abre nuevas interpretaciones de lo que fue una era política en la Argentina.
Porque el éxodo  al que  invita Patricio  Rey en  sus letras (“pagá,  mi amor, esto está muy Shangai”) y en la práctica (rock cartográfico que sale de gira por todo el país) se presenta para  los autores de A quién  le importa no sólo como una renuncia a la sociedad oficial sino eminentemente como la enunciación de un modo diferente de organizar las voluntades: “El raje ricotero no es un éxodo higiénico.  Sabe  que fugar  no es borrarse, es elaborar otra  relación con lo que hay, una que lo dé vuelta. Ganar o perder, pero apostar” (p.27). En este sentido, el recital es el acontecimiento que devela  “el orden  urbano que se oculta  en la cotidianeidad” en tanto  que aglutina y expone  una serie de prácticas colectivas que  fisura el orden  de cosas dado.  Allí aparecen las bandas, los pibes de los barrios, ese “nuevo nosotros ricotero”, que  durante los noventa  procesan sus propios códigos y toman  un protagonismo público  que,  como  el libro sugiere, terminará excediendo el momento del recital.
De cualquier  forma,  ante  el riesgo  de  idealizar  a esta nueva  subjetividad, Perros Sapiens aclara que este poder  alternativo que ponen  en juego los rico- teros durante los recitales guarda una ambivalencia inmanente. Así como crea nuevos valores y funda  zonas autónomas donde  la ley no tiene  una  inscripción fija y universal, también se expone  a la violencia y a un peligro de muerte siempre  latente. La experiencia ricotera, entonces, como  modo extático  de la autonomía pero también como superficie de despliegue y condensación del conflicto social.
Bajo esta mirada, el estallido de 2001 es leído en conexión  necesaria con el derrotero de Patricio  Rey. Perros Sapiens ve en las escenas callejeras de diciembre, antes que prácticas rebeldes heredadas de los setenta, la puesta en juego de esos saberes curtidos por las bandas durante la década del noventa  en los recita- les de Los Redondos: el desbande, los saqueos, los pibes aguantando a la cana.
Esto, de más está decirlo,  no quiere  decir que Patricio  Rey sea interpretado como  causa del 2001. Antes bien, la hipótesis de los autores se orienta a pensar la experiencia ricotera como laboratorio y campo  de entrenamiento de una subjetividad política  que  nació  y creció  en la clandestinidad durante la década menemista y que acabó  eclosionando en las jornadas del 19 y 20 de diciembre. Una  subjetividad  engendrada en  los márgenes que  terminó  tomando por  la fuerza  el  centro geográfico-político  nacional.  “No decimos  que  Patricio  Rey haya sido una causa de 2001; decimos que fue uno de sus primordiales cauces: afluente de una  ola que  venía a inundar lo social con  su sentido y su fuerza. Espacio de gesta, de politización  de lo proto-político” (p.199).
Que luego de este acontecimiento Los Redondos se disolvieran es algo que para  los autores, visto a la distancia, no sólo era  presumible sino necesario. El animal  que había transitado siempre caminos alternativos quedaba expuesto, a la vista de todos, proclive a ser capturado. Tal como lo es hoy en día. De allí la súplica de Perros Sapiens: que por favor no se vuelvan a juntar.

Kirchnerismo intuitivo

por Diego Valeriano

La política discute por arriba, pero las cosas genuinas pasan por los de abajo. Sin lugar a dudas el infinito aumento de consumo de los sectores populares ha reconfigurado de manera absoluta los modos de cómo intentar gobernar a las poblaciones. El kirchnerismo ha intuido como nadie esto y sus cuadros más avezados ensayan su mejor gestión.
Se inyecta guita por abajo, amen de enfriar por arriba. Se tiene la ilusión de que lo principal es discurrir sobre las cosas y que a las cosas se las conoce cuanto más se habla de ellas. Pero sólo se comprende lo que puede reinventarse, lo que puede entreverse. La intuición intenta reencontrar un movimiento y un ritmo en el que se descomponen las relaciones, revivir la evolución creadora insertándose en ella un poco de casualidad.
En esta década la vieja gobernabilidad, aquella que producía exclusión social y desamparados de la forma tradicional en que aun se sigue observando, fue destruida desde abajo por las vidas runflas. El kirchnerismo, primero – de mejor manera- y el primer cristinismo, después, surfearon de manera bastante exitosa esta nueva realidad.  Esto es vivencia diaria para la inmensa población de la periferia.
Una fuerza desde afuera arrasa lo que hasta ahora entendíamos. Esta fuerza que destruye la organización tradicional capitalista vino justamente a fortalecer al capitalismo. Lo ensanchó, lo ensució, lo volvió vital y singular. Centro y periferia disputan formas y estilos. La transfiguración de los territorios se aceleró hasta volverlos incomprensibles, inabarcables, inmensos. De tan anchos entran todos y continúa la aceleración. Siempre desde abajo, hay una guerra por el consumo. Se trata de la fase nueva y superior del capitalismo, de raigambre popular y voraz.
Esta guerra es parte de un proceso en disputa. Algunos interpretan el mismo proceso que lleva al aumento del consumo como base de nuevas dependencias -siempre paga bien ser anticonsumista. Siendo riguroso, estas nuevas dependencias existen. Son nuevas formas inmanentes que sepultaron los valores de antaño. Así y todo, en estos procesos se fortalece una vitalización de los pobres desde el consumo y la violencia.  
Esta guerra, no se va a detener. Va a seguir explotando en cada esquina, en cada diciembre. Sin que nadie tome enemigos. El combatiente dura esencialmente, dura justamente porque elabora sin cesar lo nuevo y porque no hay elaboración sin búsqueda, ni búsqueda sin tanteo. Ni combate sin cálculo. Las batallas de este proceso de liberación son cotidianas y feroces. La confrontación crónica de los pobres con el aparato represivo estatal (y privado) va en aumento y, por lo que se avizora, no va a haber tregua alguna. La disputa es extendida y no se queda donde los militantes quisieran: va más allá. Destroza análisis y confianzas hasta llegar a lo personal. Advertir lo que puede el consumo es poner  a prueba la vida frente a lo que se vive como extraño.

Inmersión en el Silicon Valley: Ritornelo 8

por Carolina Di Palma


Salimos de casa y vemos un cartelito sobre un árbol que dice “no corte este árbol”, Cupertino ciudad de calles con árboles y un código QR para más información, colgado con una chinche.  Caminamos hasta el Caltrain y viajamos una hora y media hasta la estación de San Francisco.  Subimos a un taxi: el Muelle 15, el Exploratorium, es el destino. Pasamos debajo del Bay Bridge y vamos por la costanera hasta una escultura de un gran arco y flecha que nos indica que la velocidad máxima es 30.

El Exploratorium es un gran galpón de experiencias interactivas para chicos y grandes. Se divide así: Sistemas de vida, Imágenes microscópicas, Ver y mirar, Tiempo y movimiento, Electricidad y magnetismo, Medioambiente, Observatorio, Fenómeno Humano, Caja negra, Domo táctil,  Estudio webcast, Tinkering o bricolaje, Primeros pasos.

Exploramos la geometría del luz, con sombras 3d, la sala monocromática, con zootropos que hacen bailar  a robots, jugamos a un pacman con 4 comandos, con espejos cóncavos, con cámaras oscuras,  con la sensibilidad a los colores, tocamos todo tipo de instrumentos musicales, hicimos circuitos integrados, bailamos con sensores de temperatura, nos metimos a un teatro circular, miramos a través de un montón de microscopios, olimos y nos multiplicamos en pantallas.

La señal más importante del museo sobre la emancipación es el “what s going on”, un apartado que tiene cada experiencia donde cuentan cómo sucede lo que experimentamos.  La frase “piensa con las manos” es una nueva forma de hablar de la experiencia. “Fabricar cosas y desarrollar ideas con nuestras propias manos nos ayuda a comprender”, dicen, y agregan: “Detente, acomódate y haz algo que sea importante para ti, desde aparatos divertidos hasta conexiones sorprendentes entre sistemas mecánicos y fenómenos naturales”.

Durante las cinco horas que pasamos ahí dentro nos sorprende la palabra “percepción”, “Percibiendo a otras personas, investiga el modo en que nos percibimos a nosotros mismos y a los demás” y la palabra “milagro”, cuando leemos una etiqueta si compramos un bolso, “El Exploratorium  y el Parque Nacional de Conservación Golden Gate están comprometidos con el  conocimiento, la protección y celebración de nuestro mundo desde lo ordinario hasta lo milagroso. Nuestro especial interés en aprender y enfocar sobre lo divertido ha sido realizado con Golden Gate bridge, Fort Mason y otras áreas donde se da un encuentro excitante entre la belleza y la ciencia de la Bahíade San Francisco”.

Vamos al store y leemos la literatura y recordamos mucho la idea de Silvia Delfino acerca de las nuevas tramas de los consumos culturales sobre los trucos. “Hace tus propias ilusiones 3d, “Para disfrutar y dibujar tus propias ilusiones”, “Los secretos del Kirigami”, “El arte del bricolaje, especial de conductores de electricidad, abre este libro y descubre como hackearlo”. “Intersección entre arte, ciencia y tecnología” y  “Masters of Deception, Escher, Dali y otros artistas de las ilusiones ópticas”, libro que nos compramos para investigar. Comemos ensalada de rúcula, espinaca, queso, manzana ralladas, pasas de uvas, nueces y una sopa de calabaza con semillas y pimienta. Todas las opciones de comida “organic”.

Al Exploratorium lo bacan Pacific Gas and Electric company, Chevron Human Energy, Genentech del grupo Roche y el diario San Francisco Chronicle.

Ya es casi de noche, buscamos un taxi pero paramos una bicicleta doble taxi. Hablamos en español con su conductor mexicano que nos lleva hasta Market Street donde esta Twitter. Y ahí tendríamos que ir hasta el fondo del mar, en vez de surfear, y llegar a Yuri Milner, el ruso que se hizo millonario invirtiendo en Twitter y Facebook dinero de inversores rusos que fueron juzgados por fraude e enriquecimiento ilícito allá. Un hombre que se compró una casa en Los Altos por 100 millones y que dice estar  convencido de que el microblogueo es el mecanismo de influencia más grande del mundo, porque “ejercer  o intentar ejercer influencia es algo que la gente hace con frecuencia”. 

La sublevación como teoría política del cuerpo

por  Diego Sztulwark

(Prólogo a La Sublevación, de Franco Berardi, Bifo, de editorial Hekht, desde marzo en librerías)


I.

Bifo tiene una idea poética y política del cuerpo, del cuerpo erótico y social, tal y como la sublevación lo crea y la imaginación artística lo anticipa. Contamos, en algunas partes de América del Sur, con una memoria reciente. Hemos verificado toda la carga sensual e intelectual que acompaña a los períodos en los cuales la activación de los movimientos da lugar a momentos de autonomía desde “abajo”. Se trata de momentos extraordinarios, en el sentido de raros, de escasos –se nos dice-. Y con razón. Pues la normalidad, incluso ésta en la que vivimos, se hace de otra manera: a partir de traducciones abstractas de todo aquello que existe a base de vibrar y  variar.

Lo permanente es un caso exitoso de engaño recurrente. Fantasmas y fetiches, decía Marx, en aquellos primeros esfuerzos modernos por comprender esa gigantesca máquina de innovación, captura y reorganización del cuerpo que es el capital. Capital ahora financiero, señala Bifo. Y es que en su dinámica de transformación interna, el capital compendia la historia entera de las rebeliones. Y perfecciona el carácter mono-lingüístico de la traducción de todas las lenguas a la del valor, provocando la imagen de su propia eternización. 

El Manifiesto comunista es el antecedente directo de este tipo de literatura que entreteje un dispositivo estratégico (económico) junto al llamamiento profético (o visionario). Los “comunistas”, junto a la entera clase de los proletarios a la que pertenecen, toman la palabra para transmutar su condición fantasmagórica en movimiento revolucionario real. Ellos no tienen ideas o propósitos diferentes a los de la clase proletaria en su conjunto –es decir, sin hacer caso a las diferencias nacionales o religiosas-, y hacen valer, paso a paso, su balance del resultado de las luchas en la perspectiva de liquidar las relaciones jurídicas de propiedad de la sociedad burguesa.

Un hilo rojo recrea estas tentativas de corporización. También La sublevación, el llamado de Bifo a dotar de cuerpo afectivo y potente al intelecto general europeo trata de una conversión referida a un mundo dominado por espectros.

Ahora bien, el capital –cada vez más abstracto: virtualizado, digitalizado, semiotizado- se ha desprendido de su compromiso con el territorio y ha deshecho la relación entre tiempo de trabajo y valor propia de la Ley del valor  tal y como Marx la exponía para la era del capitalismo industrial. El semio-capitalismo, después del crack del 2000 y del colapso del 2008, entró en una dinámica de destrucción del cuerpo social europeo.

La respuesta es la sublevación. Londres y Roma, 2010. España 2011. Grecia. Incluso las insurrecciones árabes nos hablan de las primeras experiencias de auto-organización de la nueva fuerza de trabajo precaria y cognitiva. La insurrección “está en las cosas”. La tarea consiste no en impulsarla o dirigirla, sino en crear estructuras y procesos de autonomización afectiva, de concatenación de saberes y procesos técnicos.

II.   

Pero hacer un cuerpo –entiendo- no equivale a “encarnar”. A diferencia de lo que sucede con la metafísica del valor capitalista (puramente espiritual), el cuerpo colectivo de una sociedad no se constituye en torno a un principio inmaterial, sino que se recompone a partir de su estado de disgregación actual. Es un asunto de pasiones y de producción de “empatías”. De lucha contra la violencia y el terror del capital (en su fase de dominio financiero) y de procesos de desautomatización de los lenguajes.

Es Bifo uno de los pocos “filósofos nietszcheanos” -médicos de la civilización- de nuestro tiempo. No en virtud de una erudición universitaria, sino de una muy especial capacidad de inmersión psíquica respecto de las oscilaciones anímicas de la inteligencia social europea –ese “General Intellect” del cual nos hablaba Marx de los Grundrisse. 

El tono que adoptan sus textos, geniales rapsodias, es el de una íntima implicación con las más variadas patologías (como la de la hiperexpresión), depresiones (suicidas) y alteraciones (farmacológicamente asistidas) que recorren la mente reticular postmoderna sometida a la servidumbre y a la fragilidad existencial bajo el dominio del semiocapitalismo (producto de la inmersión del lenguaje en el proceso de valorización, y elemento esencial del capital financiero).

III.

Diagnóstico (crisis del capitalismo que arrastra a Europa) y terapéutica (sublevación, recomposición de un cuerpo colectivo autónomo) remiten a los dos grandes instrumentos analíticos y políticos que Bifo no ha dejado de reelaborar y que remiten a dos tradiciones distintas: el obrerismo y post-obrerismo italiano, y la cartografía. 

La tradición del obrerismo y post-obrerismo italiano le aporta una lectura composicionista de las nociones de “fuerza de trabajo” y de “trabajo vivo” en Marx. En efecto, los procesos de constitución del capital suponen la subsunción de la praxis humana a escalas cada vez más amplias.  La generalización de la fábrica a escala social (transformación propiamente postmoderna en el modo de producción capitalista) demanda, de parte del investigador revolucionario, una nueva creación de (en realidad, creación de nuevos) conceptos para dar cuenta de la subjetividad antagonista de quienes participan del proceso de producción de valor, es decir, de quienes son objeto (violencia y fetiche) de las nuevas formas de la explotación capitalista.

Este “composicionismo” refiere tanto al carácter ontológico de las mutaciones colectivas bajo el dominio del capital (todo el problema de las alteraciones antropológicas, de lo posthumano y de las generaciones), como a la inmanencia de toda praxis respecto de los procesos materiales y subjetivos de la cooperación productiva: la composición -técnica (fenomenología del trabajo) y política (subjetiva)- revela de modo concreto el carácter de “clase” (siguiendo a Marx), así como las líneas de antagonismo y las posibilidades de inventar nuevas formas políticas.[1]

La otra tradición a la que acude Bifo, la “cartográfica”, se personifica sobre todo en la figura de Félix Guattari.[2] No se trata aquí sólo de señalar la amistad personal y política Guattari-Bifo o la obvia influencia que sobre Bifo ejerce la filosofía escrita por la dupla Deleuze-Guattari, sino de valorar la original reinvención de las prácticas cartográficas por parte del propio Bifo.

Estas prácticas cartográficas son ya un patrimonio común de militantes e investigadores de muchas partes del mundo. Sabemos que Guattari sintió una autentica pasión por Brasil, donde ha arraigado una tradición filosófica, esquizoanalista y cartográfica que circula entre nosotros, sobre todo, a partir de autores de talento como Suelly Rolnik y Peter Pal Pelvart.

Las cartografías son movimiento de la subjetividad que captan las mutaciones sobre un plano de inmanencia. Cartografias existenciales, afectivas y psíquicas, del postfordismo. Cartografías expresivas, lingüísticas del semiocapitalismo. Cartografías de procesos maquínicos, técnicos, en torno a internet, las nuevas tecnologías y los procesos de trabajo.

IV.

Hablamos de dos tradiciones, pero hay más. Nos detenemos en la recurrencia de dos sistemas de citas (de Jean Baudrillard para el diagnóstico; del budismo para la terapia) que tienden a jugar un papel cada vez más central en los últimos trabajos de Bifo.

En efecto, a partir de la publicación de El intercambio simbólico y la muerte Baudrillard se convierte, para Bifo en un pionero de la comprensión de la independencia cada vez mayor del capital con respecto a toda determinación física del valor. La decisión del gobierno norteamericano de abandonar la conversión dólar/oro, la libre conversión del dólar, y el gobierno de la decisión monetaria en base al uso de la violencia encuentra su correspondencia crítica en la filosofía de Baudrillard, particularmente en la reflexión sobre la autonomía del signo respecto de todo referente material/exterior.

Esta preocupación por la autonomización del signo, por la desmaterialización de la comunicación, corre en Bifo, en paralelo con dos grandes preocupaciones: el aumento de velocidad de la acumulación de capital –que en tiempos del semio-capitalismo supone el agotamiento de la capacidad de atención– y el uso de ansiolíticos; la ultra-explotación del sistema nervioso de las personas, incluye a las madres asalariadas y precarizadas que ya no garantizan con la autoridad de su propio cuerpo afectivo la articulación significante-significado en el aparato psíquico de sus pequeños hijos. La primer generación post-alfabética tiene a cargo hoy la insurrección y los rasgos de su politización deben ser comprendidos a la luz de esta genealogía.

La sublevación debe crear dispositivos de desaceleración. Y el budismo aparece, a los ojos de Bifo, como fuente privilegiada de sabidurías. El mantra, la respiración coordinada entre los cuerpos, remiten a una idea de composición diferente a la dinámica de la conectividad/compatibilidad de la pragmática productivista del semio-capital. Un cuerpo, una sensibilidad para el Intelecto General.

El budismo supone además la apertura de la mente occidental, en la era de la decadencia del universalismo racional, de un gusto por pensar lo otro, de pensar sin prejuicios y dogmas.

Hay un camino a desarrollar en la conjunción que hace Bifo entre la filosofía activista del deseo en Deleuze y Guattari y el desapego y la no-ilusión budista[3]. Se trata de una tentativa original por desplegar una ética y un saber sobre -la inevitable- disolución del deseo colectivo que prosigue a los grandes momentos insurreccionales sin caer en la depresión. En efecto, cuando la “desilusión” es tratada desde un punto de vista enteramente negativo, como declive y pérdida de vitalidad, nos perdemos de indagar en su faceta positiva (o creativa). Al aproximar el vitalismo filosófico a la sabiduría del desapego Bifo se aproxima a una “política de lo involuntario”[4] más atenta a tratar los delirios padecidos por la mente que queda fijada a un determinado momento en el curso del mundo.

La articulación que intenta Bifo entre teoría del deseo (Antiedipo) e iluminación (budista) constituye un buen intento por explorar modos de articulación subjetiva capaces de asumir la “impermanencia” de las cosas, superando el par entusiasmo-ilusión/depresión-desilusión. Se trata de compatibilizar el movimiento constituyente del deseo con un movimiento sutil de desapego del alma: de sumar a la “utopía juvenil” una “utopía senil”; de realizar un movimiento doble que emprende a un mismo tiempo la experiencia colectiva (y se implica en él sin  reservas), sin perder de vista que toda tensión deseante está llamada a disolverse en el curso del mundo.[5]

V.

Más allá de las jergas teóricas, se trata de comprender el antagonismo y las luchas que recorren el espacio de funcionamiento al nivel de los cuerpos (disposición del tiempo) y de los imaginarios (imágenes de felicidad) en la postmoderna producción (hipertecnificada, hipersemiotizada) capitalista.

No podemos reaccionar ante semejante diagnóstico con el habitual prejuicio nacional-popular: “habla de Europa”. También nuestra América, cierto que en una situación política diferente y con una historia colonial precisa, está atravesada por el imaginario de la conectividad. También entre nosotros la producción está sostenida por un complejo entramado técnico. También nosotros experimentamos nuevas patologías.

Los trabajos de Bifo pueden resultar, al contrario, un buen recurso para indagar algunos de los aspectos más oscuros y preocupantes de nuestro presente. No en el sentido tristemente habitual de tomar a los pensadores europeos como estandartes (o kiosquitos) para la traducción local (lo único verdaderamente favorable de la crisis Europea es que ese negocio comienza a agotarse!). Lo digo en un sentido muy distinto. Me refiero a la necesidad que tenemos de comprender los problemas que han emergido entre nosotros durante los últimos años.

No ya, por suerte, los problemas de la miseria extrema, y la represión estatal generalizada y directa. Muchos de nuestros países han cambiado en este aspecto como producto, sobre todo, del período de sublevaciones del que emergió el ciclo actual de gobiernos progresistas en una parte importante de la región.

Un nuevo paisaje económico y político, que muchos han caracterizado como “neoextractivista”[6] (acumulación por desposesión en el contexto nuevos gobiernos de carácter progresista), ha desplazado el conflicto social hacia zonas vinculadas con la disputa por la renta agraria y petrolera, y a la lucha contra el desarrollo de actividades como la mega-minería a cielo abierto[7]. La acumulación rentística trae consigo formas generalizadas de captura financiera (especulación inmobiliaria, endeudamiento usurario, complejas operaciones empresariales de lavado de dinero), una nueva informalidad (que tiende a articularse de modo mafioso con los poderes del estado) y una renovada apelación a la violencia (bandas armadas de narcos, o al servicio de grandes empresas para desalojar tierras)[8].

VI.

Como se ve, estamos conversando con Bifo. Sus preocupaciones y las nuestras giran en torno a la constitución del cuerpo (diagnóstico y terapia). No es de extrañar que esa conversación –spinozista– prolifere hacia todas las direcciones, también en el tiempo. Ya que el cuerpo viene siempre tomado como método: cuando se nos advierte que “nadie sabe cuánto puede un cuerpo”, nosotros entendemos que “el saber se despliega sólo luego de descubrir y ejercer ese poder. El poder colectivo se revela desde el propio cuerpo individual amplificado cuando superamos la cerrazón sensible que el terror nos impuso al separarnos de los demás. Y venciendo la angustia, se extiende hasta reencontrarlos de otro modo (…) La Ética de Spinoza es un tratado de insurgencia político-moral. Nos muestra, más allá de las apariencias, donde reside el verdadero poder: desde la sabiduría aún inconsciente de nuestro propio cuerpo”[9].

No cito a León Rozitchner de forma casual, sino interesada. Porque creo que ganaríamos mucho si fuésemos capaces de invitar a Rozitchner a esta conversación.[10] Es cierto, su filosofía no cuaja como un guante en una política deleuziana. Sin embargo un amigo común (a León y a Félix), Osvaldo Saidón, observa la pertinencia de este encuentro. Para Osvaldo, León, aún sin participar del estilo reflexivo deleuziano o guattariniano, personificó algunas de las intuiciones más potentes del esquizoanálisis, y encarnó un spinozismo sensual que habría que saber rastrear también en la originalidad de su trabajo teórico.

Esto para decir que la conversación está más viva que nunca, y crece a saltos, desafiada por lo que las coyunturas tienen de divergentes; la europea, las sudamericanas; así como por aquello en lo que resultan convergentes una vez que afirmamos la divergencia en una síntesis común. ¿Qué surge de poner en diálogo las luchas europeas (pero también asiáticas, norteamericanas) actuales con un balance –todo lo provisional que se quiera- de la última década sudamericana? Bifo propone en La sublevación cuatro grandes temas: la crisis económica que desde el 2008 sacude a Europa; la incorporación del “giro lingüístico” a las modalidades productivas del semiocapitalismo; la abstracción del cuerpo social; y la aptitud del lenguaje artístico y poético para dar curso -y prever- procesos semióticos, así como para imaginar la insurrección (y la constitución) de un nuevo cuerpo social. Yo diría: son también nuestros temas, si sabemos hacer los links necesarios.

Hace unos pocos años, la Revista de la Biblioteca Nacional[11] publicó un diálogo entre Horacio Gonzalez, su director, y Christian Ferrer –sociólogo y profesor de la UBA-, en la cual este último hacía un diagnóstico contrastante con el triunfalismo de  las perspectivas nacional-populares. Según Ferrer la situación actual de la argentina se explica, ante todo, a partir de una exitosa inserción de la economía del país en el mercado mundial de alimentos. La gestión de esa inserción ha determinado en lo fundamental los rasgos actuales de la política nacional[12]. Y a partir de ese hecho, valorado por el conjunto de las clases dominantes, se han derivado un conjunto de fenómenos entre los cuales Ferrer se detiene al menos en tres: la circulación de una imagen única de felicidad para el conjunto social, ligada a un paradigma de consumo diseñado por los centros mundiales de poder, y que determina aspiraciones de vida que tiene por modelo a los países centrales (incluyendo los hábitos de compensación de las frustraciones individuales en el consumo de antidepresivos, o vía identificación con los medios masivos de comunicación[13]); una dócil subordinación de la investigación pública que solo jerarquiza los saberes universitarios de rentabilidad más inmediata (como veterinaria y agronomía); y un tipo de ilusión exitista que afecta a las izquierdas, y muy particularmente a los intelectuales politizados, que bloquea la problematización de muchas de estas cuestiones, lo que redunda en la necesidad de renovar una tradición propiamente disidente del intelectual público. 

VII.

Con los diagnósticos (diferentes, convergentes, siempre en discusión), retomemos pasemos a la terapéutica. Se trata de crear funciones sociales autónomas con respecto al poder del capital financiero, la constitución de procesos de empatía colectiva, y de desautomatización del lenguaje. Va de suyo que esta terapéutica de la sublevación no es exclusivamente individual, sino que es concebida como un espacio colectivo inseparablemente psíquico, político y estético (las “terapias de la singularización” remiten al concepto de transindividual propuesto por Giblert Simondon).

Estos espacios de socialidad curativa, que permiten activar sensibilidades dañadas, articulan políticamente la producción de un bienestar inmediato junto con una reapropiación de la capacidad lucha. Las hemos practicado al menos parcialmente en torno a los movimientos sociales de desocupados y organismos de derechos humanos. No es posible, de hecho, entender muchas de las más interesantes políticas públicas actuales, incluso a nivel oficial, sin atender a la cualificación que las militancias sociales generaron a partir del ciclo insurreccional en torno al año 2001.

Es esta memoria de lo inmediato la que comienza a ser interpelada a partir de una nueva conflictividad social. Tal y como lo han señalado recientemente tanto la investigadora mexicana Raquel Gutierrez Aguilar[14] como la antropóloga argentina Rita Segato, nos toca una enorme tarea cartográfica y micropolítica en lo que respecta a la reconstitución de potencias comunitarias en los territorios afectados por la violencia instaurada por la economía rentística.

En una investigación sobre el femenicidio en Ciudad Juarez[15], Segato  concluye que no hay “justicia” para estos hechos atroces, sino urgencia por desactivar la violencia. El punto de vista coincidente de Raquel y de Rita se extiende a la comprensión del dinamismo del conflicto social en el continente. Ambas investigadoras se preocupan por comprender el modo en que se instaura la violencia –como una economía material y simbólica- en México (y no sólo allí). Mientras Raquel Gutiérrez se dedica a las micropolíticas de los modos de producción de común,  Segato se ocupa, cada vez más, del mapeo de una segunda realidad (una economía crecientemente poderosa que opera por fuera y por detrás del espacio democrático) que determina la constitución de los territorios en un sentido enteramente patriarcal-capitalista.

La relevancia de este diálogo con Gutiérrez Aguilar y Segato recobra una significación especial por cuanto ambas dialogan muy particularmente con el presente argentino en los términos de una apelación fundamental:  ¿es posible contra-efectuar el saber de las luchas por los derechos humanos y sociales en torno a la constitución de estos nuevos territorios en los cuales se instauran nuevas forma de violencia?

Existe un inmenso espacio de invención política, terapéutica y creativa que escapa de manera notable al juego político del estado y de la representación. Se trata de desplegar esos espacios colectivos autónomos, de incrementar la investigación política así como de reinventar una poética capaz de nombrar y anticipar nuevas aptitudes colectivas.

Ya no se trata, ni para Bifo ni para nosotros, del papel del intelectual politizado o de academia,  esclareciendo a las masas o posando de ejemplo: si de inteligencia y sensibilidad se trata, hay que recorrer las líneas de cooperación y resistencia, aunque más que de resistencia se trata de creación (ya que, cuando el dinero captura el deseo, las fuerzas de creación se embrutecen, y subordinan a la experiencia de la miseria y la escasez).

El diálogo con mantenemos con Bifo nunca es del todo directo. Duelo de cartógrafos: se alimenta emprendiendo una y otra vez nuevos rodeos, una nueva asimilación de los diversos contextos. Se trata de recaudos que toda conversación de índole política debiera proponerse seriamente cada vez que apunta a provocar resonancias comunes allí donde las distancias tienden a presentarse como mutua indiferencia. Sólo con el fin de poner en práctica estas exigencias de traducción cito de modo apropiador éstas, sus palabras conclusivas: “la única alternativa que nos queda es un profundo proceso de reconstrucción social igualitaria y solidaria, que solo puede tener un carácter continental”.


[1] Durante los últimos años hemos tenido la oportunidad de leer y conocer a los principales autores del post-obrerismo italiano, sobre todo en la obra de Toni Negri y Paolo Virno, pero también (además de las varias obras de Bifo) autores como Sandro Mezzadra, Mauricio Lazzarato, Cristian Marazzi, Beppo Cocco, Andrea Fumagalli y Carlo Vercelone.  También Michel Hardt, quien ha colaborado en varias obras con Negri, y Judith Revel, sin ser italianos, forman parte de esta corriente.
[2] Recientemente –no creo en las casualidades- editorial Cactus ha publicado un hermoso libro de Bifo llamado Félix, narración del encuentro con el pensamiento de Guattari. Cartografía visionaria del tiempo que viene, Bs-As, 2013.
[3] De hecho, esta unión de filosofía deseante y budismo indica una vía inicial pero muy sugerente de comunicación entre dos ideas de inmanencia diferentes: aquella que trabaja la filosofía (“constructivista”), y la que detentan ciertas sabidurías del antiguo oriente. En su última colaboración (¿Qué es la filosofía?) Deleuze y Guattari distinguían el camino de la filosofía occidental de la sabiduría oriental. La primera conquista su inmanencia, sobre todo a partir de Nietzsche por la vía de la instauración de planos y creación de conceptos; la segunda opera por figuras, esto es: inmanentizando trascendencias. La respuesta de Fracoise Jullien consiste en rechazar la inmanencia filosófica, que siempre “comienza” por algún “principio”, y al hacerlo uniteraliza el campo de lo posible, ver: Un sabio no tiene ideas (http://es.scribd.com/doc/137379288/Jullien-Francois-Un-Sabio-No-Tiene-Ideas-pdf)..   
[4] Una política de lo involuntario es aquella en la que la fuerza no surge del propio sujeto, sino de la potencia de las “visiones” y “agenciamientos” de los cuales formamos parte. Es posible desarrollar estas intuiciones en la senda del último Althusser, para quien las categorías del materialismo aleatorio son las del “encuentro contingente” y la “toma de consistencia” (Louis Althusser, Para un materialismo aleatorio, Ed. Arena, Madrid 2002; circula una edición argentina, considerablemente más barata y muy bien hecha a cargo de Una pluma ediciones). Junto con Peter Pal Pelbart (Filosofía de la deserción, nihilismo, locura y comunidad; Tinta Limon Ediciones, Bs-As, 2009), que ha puesto el énfasis en el papel activo de la des-ilusión, fue sobre todo Francoise Zouravichvilli, en su texto “Deleuze y lo posible (del involuntarismo en política)”, quien mejor ha planteado esta vía no voluntarista; ver:  Deleuze una vida filosófica (http://www.arteuna.com/talleres/lab/ediciones/libreria/gilles-deleuze-alliez.pdf).
[5]  Franco Berardi (Bifo); “La depresión Félix”, en Félix, narración del encuentro con el pensamiento de Guattari, cartografía visionaria del tiempo que viene; Cactus, Bs-As, 2013.  
[6] Una caracterización sistemática de Eduardo Gudynas n http://www.nuso.org/upload/articulos/3824_1.pdf
[7] En este sentido es interesante enfatizar no tanto el carácter desterritorializado del capital financiero, sino su carácter “negativo” o “destructivo”. En el caso de la América del Sur, la tierra es una ocasión fundamental para la reproducción de los negocios, con el correspondiente saqueo de recursos y la agresión a la trama comunitaria. Más aún: podemos extender la imagen del “neo-extractivismo”, hasta hacerlo coincidir con la operatoria del capital financiero capturando renta de la trama cooperativa y social, también en las ciudades.
[8] Desde mediados del 2012 con un grupo de compañeros del Colectivo Situaciones/Tinta Limon Ediciones y de la Cazona de Flores estamos trabajando sobre la cartografía de este nuevo conflicto social. Junto con varios movimientos y organizaciones esperamos poder presentar, en breve, el Instituto de investigación y experimentación política  y sus primeras producciones.
[9] Con estas notas aludía en diciembre e 1979 León Rozitchner a la necesidad de vencer el terror capitalista que separa a los cuerpos, como necesidad urgente de una hora en la cual, en plena dictadura genocida, tocaba comprender a fondo el fenómeno del peronismo (Perón: entre la sangre y el fuego, lo inconsciente y la política; Ediciones de la Biblioteca Nacional, Bs-As, 2012).
[10] En efecto, la preocupación de Bifo por la creación de nuevos imaginarios (correspondientes con las líneas de reconstitución del cuerpo del Intelecto Gneral), en abierto antagonismo con el agotamiento de la imaginación de las clases dominantes europeas, ganadas por las dinámicas de desterritorialización financiera, resulta equivalente en más de un punto con la formulación, sobre todo en la última parte de la obra de Rozitchner, de un materialismo “ensoñado” (Ver: León Rozitchner, El materialismo ensoñado, Tinta Limon ediciones, Bs-As, 2011). 
[11] Ver, Revista de la Biblioteca, Bs-As, 2011número 11.
[12] Para una compresión más matizada sobre la constitución de elementos de una nueva estatalidad en la Argentina (y en la región sudamericana) se puede consultar el artículo que escribimos junto a Sebastian Scolnik, Sandro Mezzadra y Verónica Gago, “Hay una nueva forma estado en América Latina”, en http://anarquiacoronada.blogspot.com.ar/2012/06/hay-una-nueva-forma-estado-apuntes.html#!/2012/06/hay-una-nueva-forma-estado-apuntes.html 
[13] Temas que desarrolla en: Christian Ferrer, “El entramado. El apuntalamiento técnico del mundo”; Ed. Godot, Bs-As, 2012. 
[14] En dialogo reciente que tuvo lugar en la Cazona de Flores, Raquel hizo una exposición sobre el desarrollo de la violencia narco-policial en México, en dialogo con movimientos y militantes. De sus palabras se desprende la necesidad de crear formas de “desactivar la violencia”. 
15] Rita Laura Segato, La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juarez; Ed. Tinta Limon Ediciones, Bs-As, 2013.

Juicio a los represores del 19 y 20 de diciembre de 2001

Este lunes 24 de febrero comienza el juicio por las víctimas de la represión del 19 y 20 de diciembre de 2001. Tiene como acusados a los policías que reprimieron y mataron, a los jefes policiales que dieron la orden y a un funcionario político del radicalismo (E. Mathov), entonces gobierno de la Alianza, que era el responsable de la Policía Federal en ese momento. 

Teniendo en cuenta el sentido histórico-político de esos acontecimientos, convocamos a acompañar y movilizar durante todo el juicio, en el cual la presencia popular será indispensable.


La convocatoria es para el día en que empieza el juicio, este lunes 24 de febrero a las 9.30 de la mañana en los tribunales de Av. Comodoro Py 2002. El juicio se prolongará durante el año los lunes y viernes por lo cual será importante sostener nuestras presencias.

Venezuela: Desactivar el fascismo

                                                                                   por Roland Denis

 

Si cabe una síntesis, el fascismo como movimiento reaccionario y contrarrevolucionario extremo, en el caso de Venezuela, en esencia no es más que una burbuja social que se expande, desinfla y vuelve a renacer, de acuerdo a la misma desesperación de los sectores tradicionales dominantes nacionales y transnacionales por controlar la totalidad de la renta energética y garantizar el ordenamiento tremendamente desigual de la sociedad que pueden sentir en peligro. Hoy se vuelve a activar, aprovechando el deterioro profundo que sufre este lento proceso revolucionario, tanto a nivel de gobierno como en sus bases populares. Su reaparición y entrelazamiento con la “sociedad civil democrática” es una advertencia clarísima al movimiento popular de que o convertimos este momento en una crisis creadora y reactivadora de la voluntad revolucionaria colectiva, o mejor empecemos a despedirnos de esta linda y traumática historia que hemos construido en los últimos 25 años. 
Antes de abordar la situación veamos algunos elementos para entender el sujeto social proclive al violentismo-fascismo en la actualidad

El sujeto fascista
– Su agitación se centra en las capas medias y las clases trabajadoras estables, jugando a un discurso democrático y una acción que expande su propia necesidad de violencia, sustentada en odios simples nacidos del miedo a la igualdad y la pérdida de privilegios. 
– El hecho violento es absolutamente necesario para estas franjas de la sociedad que viven de hecho en un ambiente interno por lo general pleno de prejuicios sociales y culturales: violencias familiares, encierro domiciliario y laboral, relaciones personales que tienden a centrarse en el interés material y la salvación personal; sublimada por la religión y valores tradicionales como identidad de grupo. 
– Su “ideal de vida” lo absorbe el consumo alienado, buscando el espacio ordenado de la casa, el centro comercial, el hotel turístico, el placer mediático; siempre preestablecido y acatando el ordenamiento que se ofrece como salida, en función de hacer equivalentes las necesidades de placer social prometidas por la sociedad de consumo y la ganancia capitalista. 
– Un mundo tremendamente violento por lo reprimido que vive y la ausencia de todo goce colectivo realmente libre y abierto, donde el individuo se haga social en su descubrimiento del mundo y no lo “hagan social” a la manera de modus vivendi jerarquizado y encerrado de la sociedad de consumo y división social del trabajo. 
– El “fascio” desde su nacimiento en la sociedad europea convulsionada por las rebeliones obreras del principio del siglo veinte supo entender, primero, que tenía que ser masivo y “popular”, ajeno aparentemente a las élites tradicionales. Y luego, que la respuesta no-aristocrática, es decir, la respuesta a una pulsión revolucionaria que haga puente con importantes franjas sociales, necesitaba situarse en sus propios miedos y odios y no sólo en el narcisismo de las élites y la orden de obediencia, que por lo general impulsaban los movimientos reaccionarios comandados por las noblezas o la alta burguesía. 
– El “fascio”, en ese sentido, es un autentico movimiento social, un “movimiento de ciudadanos” dirían ahora, siempre inorgánico y hasta espontáneo en apariencia, pero terriblemente jerarquizado en su juego interno, promovido por cabecillas y jefes inapelables. 
-Por ello, el fascismo no es sólo una expresión política de la violencia de las clases dominantes frente a un movimiento de transformación promovido por las clases subalternas. Eso siempre ha existido con la desigualdad social. Es un movimiento que se sitúa en la necesidad de orden y esperanza individualizada de una franja de la sociedad que ya ha sido totalmente amansada por el orden y los valores dominantes.
– Un movimiento donde el esclavo “sienta liberarse” del miedo que le produce la insurgencia “del otro” inferior que puede voltearle el mundo y poner en peligro sus estúpidos privilegios. 
– Por ello, aunque parezca totalmente paradójico, el fascismo hoy reproduce exactamente la misma realidad del consumo. Es una maravilla placentera, pacífico, humano y democrático, un movimiento “de todos”. Es su cara comercial. Pero necesita a su vez ser terriblemente violento en su realidad interna, al igual que un centro comercial importante: lindo en sus fachadas, terriblemente represivo por dentro. La violencia reaccionaria dirigida contra la persona o el símbolo odiado (el médico cubano por ejemplo), y no contra el enemigo esclavizante como es el caso de la violencia revolucionaria, es el momento fundamental de éxtasis que necesita para desplegarse y sentirse fuerte. 
– Así, el antecedente de toda movilización de orden fascista, apelando al odio y la imposición de un orden, es la violencia socio-política como acontecimiento inicial. Exactamente como viene ocurriendo estos días en su primera fase de calle, magnificada de una manera magistral por la manipulación mediática. 
– Pero el movimiento social fascista (racista y excluyente) por sí solo es incapaz de lograr sus propósitos.  Necesita de dos cosas primordiales:
Primero, de la acción de una fuerza superior (interna y externa), donde se desvele el verdadero contenido de clase y aristocrático de su revuelta. Es allí donde ha de actuar la fuerza bruta del golpe, de la invasión, de la promoción de verdaderos ejércitos paramilitares, de la guerra civil como estrategia. Combinando todos estos elementos, esto también está en camino. En caso de concretarse será la fuerza brutal e incuestionable que termine de arrastrar, bajo una pasividad de aceptación, el resto de los sectores conservadores de la sociedad no fascistas (no violentistas y sembrados en el odio social) ganando una aparente mayoría atemorizada por la violencia.
Y segundo, se apoya en una realidad material de gran inconformidad generalizada que le permita no sólo arrastrar sectores conservadores, sino de las propias clases trabajadoras o marginadas que en su desesperación acepten el orden de la brutalidad bajo la promesa de resolverles sus problemas inmediatos, estando ellos mismos atados a los elementos básicos de identidad y aspiración social promovidos por las clases dominantes. Esta es una clave muy importante para entender lo que hoy pasa. 

Los movimientos fascistas del 2002 y de hoy
Situándonos en el año 2002, vemos como el movimiento golpista se monta sobre una subjetividad fascista (odio a la igualdad y al otro socialmente inferior) que se va acrecentando rápidamente y que nace de la enorme violencia social y mediática que se despliega desde finales del 2001 hasta arropar una inmensa mayoría de las clases medias y los restos del movimiento obrero sindical que aún manejaban los adecos. Es un movimiento en bloque desde su primer momento, que congrega a toda la burguesía y los sectores dominantes políticos, religiosos, militares, propios del orden de la cuarta república, con el apoyo evidente de los EEUU. 
El movimiento es muy fuerte, arrastra todo un orden y una subjetividad social aún viva extensamente a pesar de la victoria de la rebelión popular simbolizada en la figura de Chávez y su victoria electoral del 98. La violencia burguesa de los paros empresariales, se une a una violencia de calle soportada en los sectores medios. Esto hace que el movimiento “ciudadano” necesario, dispuesto a aceptar cualquier brutalidad que proteja sus miedos y odios logre, en sólo algunos meses, acumular la suficiente fuerza para permitir que se quiten las caretas los factores militares que hacían falta, acompañada por una doctoral manipulación mediática el día del golpe sustentada en la sangre derramada por ellos mismos. Así tumbaron a Chávez el 11 de Abril. 
Pero Chávez regresa el 13 porque hay un punto de la agenda que no tienen en su poder. El movimiento popular no sólo está lleno de fuerza y capacidad de autoorganización, para entonces producto de la fuerza acumulada de más de diez años de revuelta y victoria. Igualmente hay una situación de esperanza que convoca a las clases subalternas que no aceptan de ninguna manera cualquier orden de terror. La situación económica por el contrario tiende a mejorar, aunque nada todavía ha cambiado en lo sustancial. Más rápida es esta esperanza libertaria, material y justiciera que la imposición del terror golpista que se queda festejando. Es en este cuadro que vuelve Chávez. 
De todas formas, como sabemos, el golpe continúa, esta vez tratando de unir la actividad golpista con la desesperación material que aún, con toda su agitación continuada, no la logran generar por el ciclo económico natural; por el contrario, sigue el buen ambiente económico. Por ello lanzan el paro petrolero como medida extrema para generar tal desesperación, y efectivamente lo logran. Pero se impone, por un lado la capacidad de respuesta que sigue acrecentándose dentro del movimiento popular, ya más exigente y con capacidad de organizar a una buena parte del pueblo esperanzado; y por otro, no aparece la fuerza militar complementaria como factor determinante en última instancia. Esto aunado a la enorme capacidad de liderazgo de Chávez, hacen fracasar todo el golpismo de entonces y sus restos en los años posteriores. 
Hoy en día el violentismo fascista y el potencial golpismo que le sucede aparece en una situación muy distinta. Esa subjetividad fascista sembrada desde el 2002 siempre se mantuvo disminuida pero consolidada. De hecho López y Capriles, como personajes más representativos de este movimiento “ciudadano”, nunca se desligaron de ella, desde psicologías y patologías histéricas distintas, y divididos en su partido original Primero Justicia. Pero hoy aparecen como los líderes de la oposición compitiendo entre ambos por el liderazgo único. 
Lo cierto es que la reaparición del elemento del “fascio” violentista y odioso, desde el año pasado se da fundamentalmente como continuidad de una subjetividad social construida desde temprano en las clases medias, y que sólo en Venezuela, en el caso de Nuestramérica, la han podido expandir en forma clara arropando al conjunto de la oposición, aunque una parte trate de desligarse del violentismo. No es el caso de ningún otro país, ni siquiera Colombia, donde la oligarquía actúa de manera descarada y dando la cara directamente como factor de chantaje asesino (estatal o paraestatal) frente a quien intente cuestionar el orden socio-económico que manejan a plenitud. No hace falta ningún “movimiento ciudadano”. Mientras en otros casos la derecha se maneja aún dentro de cánones pacíficos y representativos de las democracias burguesa, o meramente golpistas y tradicionales, como lo hemos visto últimamente en Honduras y Paraguay. Todo esto tiene que ver con la importancia particular de las capas medias y su cultura en una sociedad rentista como la nuestra. 
Sin embargo, el desate del violentismo fascista hoy en día se da sobre un panorama que lo debilita por un lado y al mismo tiempo lo favorece enormemente hacia el futuro inmediato. El sujeto social de su acción se ha centrado particularmente en la juventud, cosa que no aparecía en el 2002, eso lo favorece por su capacidad de activismo permanente, sobretodo de estudiantes que no trabajan y sin ninguna responsabilidad social. Pero a su vez su componente de clase se ha debilitado. Aparentemente, por lo menos hasta los momentos, pareciera existir un desacuerdo importante entre las burguesías monopólicas y bancarias con la línea imperialista venida de los EEUU.  Esta gran burguesía nacional ha vivido en los últimos años un paraíso de ganancias bajo el modelo corporativo-burocrático y de capitalismo de estado promovido por el esquema económico de gobierno.  El rentismo corrupto y de redistribución clientelar de la renta que han aplicado, las ha llenado como nunca de divisas y capitales, a ellos y sus pares de gobierno. Por esta razón no se desbocan a juntar de inmediato toda su fuerza (paros empresariales, saboteo abierto a la economía, golpe interno, etc) para asaltar el poder. Le interesa la estabilidad y una transición que no ponga en juego su actual paraíso de ganancias. Mientras que los EEUU, más interesados en la base estratégica de apoyo que Venezuela pueda darle a nivel político, militar, y de base energética para su economía; promueven y financian la transición rápida bajo un esquema que se trasluce claramente: violentismo fascista “ciudadano”, actos golpistas y sangrientos que caoticen por completo la situación, negociación final y caída del chavismo por acuerdo de fuerzas. 
Esta doble estrategia divide actualmente la oposición, y es donde López aparece como la pieza más clara de los intereses EEUU-Uribe y capital global, aunado a la desesperación de las capas medias; mientras que Capriles le juega al “nacionalismo” de la burguesía local, con una mano en la conspiración, pero cautelosa. El fascismo en este caso está obligado a forzar por dentro de ellos los acontecimientos y obligar al resto del bloque burgués a juntarse, por ello su activismo, al contrario del 2002, tiene el componente de la violencia de calle, permitir que se desborde la situación, jugar al enloquecimiento odioso de la subjetividad social fabricada, ahora centrada en la juventud y sus aliados inmediatos, respaldados en su retaguardia por una presencia paramilitar importante no presente en el 2002 y que ya ha penetrado los organismos de seguridad de Estado y militares. Sincretismo que se probó en acción con los hechos del 12 de febrero y su saldo de sangre. 
Existe una situación que pareciera favorecer esta posibilidad, antes que se desgaste el juego caótico y violentista actual. Primero, al contrario del 2002, la esperanza ha mermado de manera tremenda y el participacionismo socio-político de antes ahora tiende a disolverse, agarrando a un movimiento popular en gran parte fatigado, burocratizado, administrado desde las oficinas de Estado y clientelizado.  En fin, un movimiento popular castigado a más no poder (con sangre o retaliaciones) en todos sus impulsos rebeldes y resistentes más importantes por este esquema corporativo-burocrático, que ha forzado la desactivación de la lucha de clases y la tarea emancipatoria permanente. Por ello, el “pacifismo” del gobierno se recoge abajo sin mayores contradicciones, aunque con muchas dudas e incomprensiones de la realidad que vivimos. Es una “paz” que no produce, que no activa un movimiento de renovación interna y radicalización del proceso, que no crea nuevos retos y nuevos niveles de movilización, simplemente apoya a la figura victimizada de Nicolás y su gobierno dando claros signos de debilidad y ausencia del sentido épico que ha de tener toda revolución. Es finalmente un lenguaje tan pequeño-burgués como los carajitos que se la pasan quemando basura y destrozando el metro de Altamira. 
Esta debilidad interna dentro de las vanguardias colectivas del pueblo y el gobierno que han elegido, juega evidentemente muy a favor de esta maldición fascista. Pero hay algo que lo favorece aún más, se trata del modelo de un capitalismo de Estado rentista y parásito, que bajo sus políticas de control, concentración de poder y sustitución del control social por el funcionariato tecnócrata o burocrático; no sólo ha hecho a los ricos más ricos, a pesar de sus dádivas y políticas de justicia social, sino que ha aplastado a las fuerzas productivas y creadoras de una sociedad obrera y de pequeños productores privados y cooperativos. Ese es un modelo que a estas alturas está en quiebra, como ha quebrado la moneda y monetarizado todos los reflejos económicos de una vasta población que sólo en el “tracaleo” de divisas o contrabando ve futuro. Un modelo que en el corto plazo si no se cuestiona totalmente y se toman las medidas radicales de fondo, nos lleva a un desabastecimiento e inflación continuada, donde ningún control va a servir para nada, así estaticen toda la economía si les da la gana, y hagan todas las leyes y decretos que quieran. 
Ese modelo sí que es el granero perfecto del fascismo. Desespera a las clases medias productoras, vuelve loca toda la demanda de consumo cada vez más insatisfecha, evidencia su incapacidad de responder por vía de la economía de Estado (sea de importación o de producción, las empresas de Estado están siendo quebradas por esta mentalidad inútil dedicada a destrozar la productividad social). Reactiva la curva de empobrecimiento por la inflación, y pronto de desempleo, por la improductividad económica, mermando día a día el valor del trabajo, cualquiera que sea el salario nominal.
El fascismo, a pesar de su irracionalidad absoluta, mantiene una perversidad lúcida. En este caso se trata no sólo de forzar el acompañamiento explícito de imperios, burguesías y todo el bloque dominante, esta vez también mira hacia abajo, tratando de lograr su gran objetivo: que la desesperación por el quiebre total del ciclo productivo les permita venderse como salida ante una mayoría popular, convirtiéndose él mismo en un gran “movimiento popular”, de unión de “amos y esclavos”.  Fenómeno que le permitiría ganar adeptos dentro de un oficialismo de gobierno corrompido y cada vez más tensionado por esta situación de deterioro político y económico, adelantando la salida del “golpe o autogolpe” (no teniendo una fuerza militar significativa en estos momentos, al menos a esos niveles) con suficiente impacto como para crear el caos total que se busca en la estrategia yanqui, hasta lograr la negociación de derrota. 
Eso aún está todavía lejos de darse. La sociedad, el pueblo mayoritario, se mueve como puede, alejado por completo de la fachada de éxtasis violentista del fascismo que sigue reducido a sectores medios y el anticomunismo militante de los jóvenes. Pero esto puede no ser así en poco tiempo. Están abiertas las puertas de la desesperación material, con un movimiento popular pasivo y una vanguardia de izquierda rentista, que no se lo ocurre otra cosa que pedir más controles estatales, sin acordarse que el abc de toda revolución social está en el sujeto productivo, hoy aplastado o empleado en un trabajo explotado pero ligado a cadenas económicas cada vez más improductivas y de mero servicio.
La revolución se sitúa en la subjetividad proletaria, jamás en la subjetividad que sólo se remite a la supuesta justicia que ofrece el derecho al consumo y la tarjeta de crédito, administrado además por una burocracia corrompida e inútil. El consumidor, y mucho menos clientelizado, no sirve jamás para transformar absolutamente nada. Su revuelta es la  más individualista de todas, totalmente contraria a la revuelta del “nosotros”, los obreros, verdaderos productores de este mundo. En un cuadro así la tendencia se mueve hacia la posibilidad de un puente en el corto plazo entre el fascismo y el pueblo desesperanzado, individualizado y desesperado, absorbiendo en sus planes una gran franja delincuente que aprovechará la oportunidad caótica, acentuando el terror colectivo. El peligro fascista de hoy tiene allí su principal futuro.

La desactivación del fascismo
Desde que este proceso comenzó hemos visto la salida al fascismo desde el punto de vista del “plan de contingencia” y la movilización de apoyo. Si esto es aún una necesidad permanente, se trata de un reflejo aprendido cada vez menos efectivo y real como mecanismo de desactivación de todo el potencial contrarrevolucionario que vuelve a insurgir.  La denuncia de planes imperialistas, que los hay, la información interna y la movilización, los puntos de unidad cívico-militar, ya no resuelven en absoluto la tamaña crisis a la cual nos enfrentamos como pueblo en lucha y como país.
La respuesta tiene que ser de fondo, porque todo esto se debe a un proceso que pierde día a día su vitalidad original y capacidad de transformación. La voluntad transformadora y de verdadera rebelión en favor de la reactivación de la capacidad productiva y socializada que potencialmente tenemos y abunda, es la única salida.  Es la lucha de clases pura y dura contra todos los elementos de opresión capitalista y burocrática que viven del festín de la renta que ahora se pelean a muerte. Lo demás es dejar correr la arruga, jugar al desgaste y la división del enemigo, a la movilización controlada, pero guardando un cáncer final que está a punto de acabar, no con un gobierno que sería lo de menos, sino con la esperanza revolucionaria en sí, e instalarnos un gobierno de cualquier cosa y cualquier gentes, donde hasta la presencia yanki puede aparecer de un momento a otro.
Hay medidas de gobierno a proponer. La ingenuidad y la ilusión todavía nos llevan a adelantar algunas: 
– Renovar por completo los cuadros dirigentes y llevar a juicio la cantidad de bandidos hoy en altos cargos desde ministros para abajo, incluidos los poderes judiciales, legislativos y militares. 
– Renovar todo el gabinete, empezando por el económico, pero bajo el consenso de una gran asamblea bolivariana que proponga nombres.
– Reactivar la comisión de transformación del Estado abandonada desde el 2003, ampliada a nivel nacional y regional. 
– Acordar en el plazo de un mes la formación de un sistema de planificación de abajo a arriba por localidades y regiones, que ponga todo el énfasis en la reactivación productiva y en la medida de lo posible socializada del país. 
– Descentralizar todo el sistema de abastecimiento de Estado poniéndolo en manos de organismos de base y sobretodo de productores directos que venderían directamente sus productos allí. 
– Sustituir el actual sistema de control de precios por precios consensuados entre productores distribuidores y consumidores, establecidos a través de los consejos populares de precios. 
-Acabar de inmediato con ese desastroso, corrupto y monopólico, control de cambio actual y sustituirlo por un sistema de bandas flexibles, generando una ganancia cambiaria que tiene que devolverse a un sistema bancario comunal, que debe crearse lo más pronto, y se ajuste a las decisiones de planificación de abajo a arriba. 
– Promover de inmediato una nueva ley de impuesto sobre la renta que ponga a pagar a los ricos. 
– Formar un centro de crédito para la obtención inmediata de divisas necesarias para la activación de la producción comunal y socializada.
– Poner bajo control social y de agentes de producción todos los organismos que en estos momentos condensan el crédito, semilla, fertilizantes, etc.
– Comenzar la subida progresiva del precio de la gasolina hasta racionalizar su precio a niveles de costo.
– Devolver a la clase trabajadora el control sobre las empresas tomadas y nacionalizadas, pero asumiendo el compromiso de su productividad y rentabilidad en un plan de acuerdo a los casos. 
– Hacer un inventario de todas las empresas, maquinarias, galpones, en manos públicas o privadas que han sido abandonadas y devolverle su control a unidades sociales productivas convocadas desde ya a su constitución. 
– Declarar el país en emergencia productiva, convocando a todas las redes de pequeños y medianos productores industriales y agrarios a reactivar la producción bajo compromiso social y de mercado justo, obligando a la banca privada a ajustarse a las medidas de este decreto.
– Articular todo el sistema educativo medio y universitario a colaborar directamente con este plan general bajo la participación concreta de estudiantes, investigadores, docentes y empleados.
Medidas como estas, aunque sean medias u otras mejores, lo más probable es que no se tomen y ojalá estemos totalmente equivocados, eso se sabrá muy pronto. Por ello pensemos desde la perspectiva de “otra política” de lo que hoy se puede hacer bajo esta situación: fuera del Estado y la representatividad del Estado burgués. Es imposible estar dando líneas en ese sentido. Lo cierto es que el fascismo o la movilización contrarrevolucionaria se monta sobre la disminución progresiva del poder revolucionario del pueblo organizado, subsumido por la burocracia institucional y corporativa a ser un mero sujeto administrado en favor de sus intereses. En ese sentido, ante una situación así, no queda otra salida que el diálogo y la asamblea por la iniciativa revolucionaria que acuerde acciones de defensa, comunicación, tomas institucionales y medios de producción, que sin duda nos llevaría a una confrontación superior, donde es la exigencia sin condiciones y no la negociación, mucho menos la sumisión, lo que se imponga frente al gobierno, sea cual sea y quien sea ese gobierno. Eso muy probablemente haga que la enorme masa potencial que pueda unirse hoy a las clases medias liderizadas por la subjetividad fascista, se unan más bien a la insurgencia revolucionaria, incluidos sectores conscientes y progresistas de la clase media. 
¿Podrá ser posible? Me guardo mi escepticismo personal y pongo toda mi credibilidad en el espíritu original del 27F y del 13 de Abril. Lo cierto es que “llegamos al llegadero” como tantas veces repetimos. Todo proceso necesita de un desenlace donde se confronten en una batalla inevitable. Toda esta situación nos toma en una gran debilidad aparente, pero es precisamente sobre ella que se prueban históricamente los pueblos victoriosos.

Venezuela: No quiero trabajar, quiero guarimbear todo el día y que la gente se enamore de mi voz

por Bruno Sgarzini



Sacada la señora con una gorra de Venezuela gritaba, desaforada, fuera de sí, “VAMOS A LUCHAR POR NUESTRO PAÍS”, luego señalaba arriba, al departamento de un edificio, y le decía al aire “no vas aparecer más por acá, ya vas a ver”,  y caminaba de acá a allá con su joggin rosa de plush, de allá donde unos la miraban y asentían, y de acá en la que otros sacaban las rejas de un largo alcantarillado para evitar el paso de los autos.

El día D de la lucha por su país se acercaba, gritaba, ya ven, sigan de fiesta, retaba, mientras Maria Corina Machado exclamaba por Zello(ese reducto antropológico de los celulares inteligentes donde los opositores arreglan cortes por bokitoqui y odian con fuerza)que «este es el momento de demostrarle al gobierno quienes somos(…) por eso es que hay que participar en la desobediencia civil, en la guarimba activa». 
Así está la oposición, con una mina llamando a la desobediencia civil y por ende cortar las calles,  otro preso que llama a derrocar al gobierno y le intentan meter mapas de instalaciones de PDVSA(según el gobierno)para vaya a saber qué, y uno, Capriles, que dice que sí, que va a la reunión entre gobernadores y Maduro, pero luego amaga a echarse para atrás, porque la cordura, la sensatez, todavía no ha llegado para que logre encausar el conflicto o se lo permita surfearlo y su liderazgo no sea desplazado.
Es que los asesores de Capriles, su unidad de análisis de coyuntura, le recomiendandesmarcarse de “la salida” de López y Corina Machado porque no tiene respaldo popular, el pueblo venezolano aísla a los violentos, cualquier acción de este tipo unifica al chavismo y ,por último, desplaza a su liderazgo de la MUD.
Y sí uno se pone a ver que dice que se necesita a los sectores populares, que la idea de la salida es un error, se ve que está intentado hacer los deberes, aunque la realidad no se lo permita, como se vio en el abucheo de la marcha opositora al tramo de su discurso en el que pidió evitar los cortes de calle nocturnos*.
Por eso amaga que va, amaga que viene, pero no parece capaz de contener a los cabeza de termos que están en la calle(que cada vez son menos pero molestan), y ya lo putearon por haberse reunido con Maduro, porque de nada sirve haber perdido cuatro elecciones en menos de dos años ya que, como reza un lema en la Plaza Altamira, cuando “la tiranía es ley, la rebelión es un derecho” ja.
*Ah, ahí también pidió que no haya violencia porque “eso es lo que quiere el gobierno”, lo que implícitamente reconoce que hay grupos que realizan estos actos.
El bonus track de este punteado. La prueba viviente del cabeza termismo.



  

2-El surrealista del día fue el general Vivas, que llamó en twitter a poner alambre de púas para que no pasaran motoqueros de los “colectivos armados”, y uno se murió degollado, así que fue citado por la justicia bajo el cargo de instigación a la violencia, pero se atrincheró fusil en mano contra esta dictadura “llena de cubanos”. Droga.
3-Es increíble ver la manija que se da al tema de los derechos humanos en Venezuela sin ni siquiera tomarse el tiempo de ver a los actores políticos de derechos humanos que hacen las denuncias. La CIDH, y Human Right Wachs, por ejemplo, tienen una guerrita contra Venezuela y otras se basan en fuentes como el Foro Penal, que dice que un comisario que mandó a matar en el 2002 es un preso político. En fin, hoy por hoy, el Estado venezolano tiene una responsabilidad en lo del 12, como ya dijimos. Avisó y no lo frenó, pero ese hecho tiene muchos matices, como que en su discurso de ese día, Maduro felicitara a las fuerzas por no registrarse hechos de violencia antes del quilombo, o que estén involucrados inteligencias detenidos, un francotirador no identificado, colectivos armados que llegaron antes del tiroteo, y una orden de acuartelamiento que no se cumplió.
4-Lo que venimos registrando en las marchas es enfrentamientos entre guardia y opositores en la que existen abusos de autoridad puntuales, que han sido condenados por los responsables políticos, como ocurrió en Valencia con la muchacha que murió por una bala de perdigón de un guardia. Hay otros abusos puntuales, y se presentan 18 denuncias de tortura según la MUD. Acáhacemos un stop porque la oposición anunció que el principal caso de tortura constaba en el expediente, la fiscalía intentó monitorearlo y se encontró que no estaba, que el denunciante no había dicho nada en el peritaje forense.La oposición respondió que la jueza no le prestó atención a la denuncia cuando hacía cinco minutos había dicho que estaba registrada, y la fiscalía mandó a hacer un nuevo peritaje forense a este caso, donde se habla de una violación con un fusil.En todo caso, lo que se ve, repetimos, son abusos, y un Estado que se mueve y no tapa el sol con una mano. Irregularidades, sí, claro, no sé estaría ante hechos muy regulares que digamos. 
5-Ninguna ONG de derechos humanos se ha pronunciado sobre los 37 trabajadores y 16 usuarios de la línea de subte del Estado, que quedaron heridos por ataques de estudiantes opositores a las unidades de transporte o las estaciones, que dejaron un saldo de ocho millones de bolivares en costos. Tampoco dijeron nada del hombre que fue asesinado cuando despejaba la basura de un corte, ni del motoquero degollado, ni nada que tenga que ver con actos de violencia de la oposición. No sé si queda claro. Volvemos a repetir sobre la conversión de algunas ongs en verdaderos actores políticos, que pretenden pintar que hay una situación sistemática de violaciones de derechos humanos para presentar a un Estado fallido que reprime por la falta de legitimidad de sus autoridades. Todo tiene su intención en política. Ah tampoco dijeron nada de los polichacaos(opositores) que detuvieron a un pibe en Altamira, que luego apareció muerto en otro lado. 
6-Las disputas opositoras representan también diferentes líneas de Estados Unidos respecto a qué hacer Venezuela: Entre demócratas y republicanos, entre halcones y palomas, que usan a López, Capriles, Machado, y otros según cuál les sea más útil a su estrategia. Por eso a veces es el moderado, otras el radical, y en algunas se usa al loco de Uribe para instalar la idea separatista en Táchira, que ahora está ocupada y se encuentra bajo control, pero en la que queda claro que los paramilitares también se rebelaron al nuevo orden al contrabando, que se dio con la limpieza de todos los capos de la guardia en esa frontera. Complejo ese temita, complejo.
7-El rock melódico de hoy lo pone el alcalde de Chacao (opositor) con estas declaraciones sobre las protestas violentas en su municipio, donde queda la plaza de Altamira:
«Esas acciones no nos acercan al corazón del chavista ni del ni-ni. No tengo duda: quienes generan anarquía le hacen un favor al gobierno», declaró Muchacho quien hizo un inventario de los daños en el municipio que ‘gobierna’: «Fachadas de dos bancos destrozadas, además de otros edificios públicos y residencias privadas, mobiliario urbano en la plaza Altamira, calles que habrá que pavimentar y demarcar de nuevo… pero además de daños materiales hay cosas que no se pueden cuantificar pero son importantes, como las horas de angustia que han vivido los vecinos, much isimos de ellos de la tercera edad, muchos niños que no entienden qué pasa, asfixiados en sus viviendas, sin poder dormir, sin tranquilidad».
«Necesitamos una conduccción política, porque hablar de planes genéricos sin llamados a la acción concreta lo que produce es que cada quien haga lo que quiera. Falta conducción política, pero muchos igual no acatan líneas. Si se desbordan las pasiones¿Tendremos un liderazgo para atajar una situación así?. Me lo pregunto todos los día

Inmersión al Silicon Valley: Ritornelo 9

Por Carolina di Palma



Tomamos el tren a Menlo Park. Bajamos en la estación y preguntamos cómo llegar a 1  Hacker Street donde se encuentra el campus de Facebook, donde trabajan y viven los empleados. Todos los autos van hacia allí. En el viaje, pasamos por la casa de Steve Jobs en Los Altos, donde tuvo su primer garaje, por Arathon, donde Milner compró su casa de 100 millones, por Palo Alto, donde Mark Zuckerber, con solo 26 años y una fortuna de 14 mil millones de dólares,  también compró su mansión, y por el Hospital para Veteranos de Guerra con desórdenes de stress postraumáticos.

Nos lleva hacia el campus un taxi afgano, un afgano taxista. Nos cuenta que vive hace 25 años allí y que puede contarnos toda la historia del lugar; y de Afganistan.

En Facebook trabajan 1700 empleados, pero muchos también viven ahí, “más que todo por el tráfico”. “En general los turistas se sacan la foto con esa imagen”, nos cuenta el conductor y nos muestra un gran cartel con una mano, el gesto de “me gusta” y debajo la dirección: One Hacker Street.

“Yo me vine de Afganistán después de los 34 millones de muertos a causa de las guerras y los 1600 soldados del ejército norteamericano”, nos cuenta mientras damos vueltas por las calles del campus y vemos varios autos eléctricos en los estacionamientos cargando batería gratis.

Salimos, damos vuelta la rotonda y vemos enfrente la gran construcción del nuevo campus. Hectáreas y hectáreas de cimientos. En las Torres de Facebook están intentando no terminar sus construcciones para habitar la idea de “seguir construyendo”, la idea de “no está terminado o unfinisehd”. La nueva sede no tendrá paredes. Son “flexibility places”, es decir, performatear la “capacidad de ajustarse todo el tiempo”. En esta sede las bicis para empleados son blancas y negras. Igual que los buses ilegales.

Nos vamos, pasamos por la Iglesia cristiana “Vida eterna”, de un lado montañas, del otro lado montañas, del otro lado montañas, y pasando las montañas el Pacífico donde los empleados van a surfear. Volvemos a Menlo Park y el afgano nos recomienda un lugar para tomar café. Nos hacemos amigos. El vuelve a su parada de taxi y se queda ahí. 

En la antigüedad el territorio afgano formó parte del imperio Persa y del reino helenístico, luego se convirtió al hinduismo y al budismo y luego al islam cuando llegaron los árabes musulmanes en el 600 dc. Fue la época del Esplendor islámico. En el 1220 los invadió el Imperio mongol. En 1749 se estableció el estado de Afganistán. En 1837 invadió Inglaterra y en 1919 se independizó de Inglaterra. En 1973 cayó la monarquía con un golpe de estado y en el 78 se instauró un régimen comunista con la invasión soviética. En 1989 invadió Estados Unidos que ayudó a los islamitas. En 1996 tomaron el poder los talibanes y en el 2001 invadió de nuevo Estados Unidos derrocando el régimen e instaurando uno nuevo que nadie entiende bien cuál es. Afganistán está ubicado en el corazón de Asia. Limita con Irán, Pakistán y China. Además es el primer proveedor de opio ilegal en el mundo. La violación y la violencia domestica a las mujeres no esta penada por la ley.

Llegamos a Cupertino y en la puerta de entrada, sobre la calle, Amazon dejó nuestro paquete, hicimos una compra on line de un calentador de agua tipo dispenser para mate. Como una pava eléctrica pero de loop infinito. 

Para más información acerca de cómo monetizar el tiempo de ocio: http://www.internet.org

La liberación del consumo

por Oscar Monti



“Por lejos que hayan descendido los geólogos en las profundidades de la Tierra, no han encontrado más que estrato sobre estrato. Pues hasta su eje, el mundo no es más que superficies superpuestas y estratos superpuestos. A costa de inmensos esfuerzos nos abrimos un camino subterráneo en la pirámide; a costa de horribles tanteos a ciegas, llegamos a la cámara central; con gran alegría vislumbramos el sarcófago; pero levantamos la tapa -¡y no hay nadie!- el alma del hombre es un vacío inmenso y aterrador.
¡Es seguramente en el río del mundo exterior que nadan la tenca y la perca dorada!”
Herman Melville
Desde hace tiempo el audaz animal que es Diego Valeriano viene asolando con sus tesis -disparatadas y/o/por exactas- la parsimonia habitual de este blog. Una de ellas llamó poderosamente mi atención, y de paso me sacó del letargo que la vejez otorga como un salvoconducto hacia la muerte: el consumo libera. Y no solo pronunció la tesis, sino que la señaló como tendencia del presente, fase superior de la época y de sus personajes, fuera de toda moral y juicio, en su desnudez.

El eslogan, jingle o axioma de Valeriano no es de por sí original, más bien es un robo a mano armada a la verba de nuestra presidenta, quien fue una de las primeras (junto a Néstor claro está) en detectar el vínculo indisoluble entre consumoy liberación. Millones de autos, de celulares, de splits, de militantes y de votantes así lo confirmaban. Pero veamos uno poco más de cerca que hay detrás de esto.

Es obvia la provocación, y no por obvia menos potente, pero hay que decirlo, su cinismo no es liberal, no es un festejo del acto libre de consumir, no es “soy libre ergo consumo” sino “consumo ergo soy libre”, o más bien me libero a través del consumo. Por tanto ahuyentemos de entrada la habitual reacción instintiva, que más que instinto denota estupidez, de los izquierdistas, sean kirchneristas o no. No digamos que Valeriano “le hace el juego a la derecha”… No, no, sus dardos parecen ir para otro lado…

Un amigo intelectual, al que le conté la ocurrencia, y amparado en el sólido arsenal de su racionalidad filo-marxista (con una pizca de new age, claro está), la rebatió de inmediato: “¿de qué nos libera el consumo?, ¿cómo puede el consumo liberarnos si justamente trama un vínculo de dependencia con los objetos, y por su intermedio con otros seres, y nos aliena de nuestra propia esencia, de nuestras cualidades humanas”. “Incluso un peronista, me dijo, es decir un librepensador, es decir un ente que no piensa, podrá percibir la diferencia entre, y cito textual ‘que un negro tenga ahora heladera, coche y televisor’, y ‘que se haya cumplido el sueño de la patria liberada’”. 

Nunca me sirvió hablar con él, digo, con mi amigo intelectual, no sé por qué lo sigo viendo… me da un poco de pena… siempre quiere hablar… por eso lo escucho…

Volvamos al asunto. Alguien que no entendía muy bien qué eran los intelectuales, aún cuando alguna vez pudo habérselo confundido con uno, decía que el poder consiste en imponer una tarea cualquiera a una multiplicidad humana cualquiera. En ese sentido, el poder es lo más abstracto del mundo. Por otro lado, decía que el poder no es una forma sino una relación de fuerzas, es la relación de la fuerza con la fuerza. Y en ese sentido es el abstracto más concreto y plural. Ni relación de una fuerza sobre una persona (violencia), ni relación de una fuerza sobre una cosa (trabajo), sino siempre relación de la fuerza con la fuerza. Hay una fuerza que manda y una fuerza que obedece, y ambas son fuerzas, por tanto variables, y no pertenecen ni se encarnan esencialmente en nadie.

Esos dos pensamientos me hicieron pensar (¡milagro!) en la tesis valeriana del consumo liberador. Y pude aclarar un poco más mi sospecha de que el consumo es aquí el consumo desnudo, consumo a secas, más allá de los objetos, bienes o servicios o seres, consumir por consumir como en una fiesta interminable, como se encarga de subrayar el homo-valeriano.

El consumo es la tarea cualquiera que se impone a la multiplicidad humana cualquiera… y agregaría… en un espacio abierto. Ya que la operación de poder también pudo haber funcionado bajo forma de encierro, pero ya no es mayormente así. El poder se ejerce en el espacio abierto. ¿Pero entonces, si se trata de una operación de poder, qué diablos podría tener de liberador? Un primer efecto de liberación, no desdeñable, es lo real. Ver lo real libera. Y sobre todo evitar el lamento por el contenido de lo real. El consumo, en tanto núcleo duro de lo real, libera. Pero sobre todo, localizar uno de los emplazamientos (por definición móviles) de poder permite emplazar focos (también móviles) de resistencia. Poder y resistencia van siempre juntos. No se resiste el consumo, sino que se resiste en el consumo. Se resiste en el real. Eso, si se quiere resistir…

Avanzamos un poco, entonces, el consumo como fuerza desnuda, más allá de todo objeto o ser, fuerza sobre fuerza, acción sobre acción, que induce, disuade, reparte, vuelve probable. Fuerza que envuelve a todos y todas. Por eso me retracto de mi escrito anterior, qué viejo boludo soy, pensaba que el nuevo poder pastoral se basaba en que la pastora velaba individualmente por nosotros, sus ovejitas… No, es la fuerza impersonal la que vela, es la fuerza sobre la fuerza, el consumo como fuerza, nuestro deseo como fuerza, fuerza que manda y obedece, que es “nuestra” sin que nadie llegue nunca a poseerla.

El consumo en su cruda desnudez libera. Y libera en tanto fuerza que da y recibe movimiento, en tanto devela otras fuerzas al intensificarse, en tanto desborda. De allí el temor al negro con plata, como al rolezinho, que progresa y prolifera. Negrus potens. El paso siguiente, en tanto se trata de una fuerza, es pensar su diagrama. Y es todo un programa social. Si los pobres no tienen su diagrama, tendrán su archivo. Archivados como pobres. Pobres con derechos. Pero, en última instancia, el diagrama no puede ser de pobres, ya que se define por su superabundancia. Peliagudo, porque entonces ya no puede ser un programa social.

Se dibujan entonces dos estrategias posibles ya no contra (lo que no sería una estrategia sino un estrato) sino en el poder. La que parece proponer Valeriano es atravesarlo, hundirse allí como quien busca que el torbellino libere una apertura, un resquicio, que “el fuego anuncie otras formas de libertad”. El riesgo es allí no encontrar nada, pues el alma del hombre es un vacío inmenso y aterrador.  La otra estrategia es salirse afuera, al elemento oceánico, donde nadan la tenca y la perca dorada, donde ya no hay estrato (mar molecular). Un afuera que es también un hundirse y atravesar.         


Los intelectuales argentinos después del 2001 y el fin de la crítica

por Antonio Grosso Machado

La penosa conversación publicada el último domingo en diario Perfil entre Horacio González y Beatriz Sarlo, los dos intelectuales de referencia del país, me decidieron a compartir este resumen del estudio que vengo haciendo sobre el desarrollo del estado intelectual en la argentina.

I.                    Tres fuentes

Si un país resulta difícil de comprender –al menos desde el punto de vista de sus “ideas”– para un extranjero (en este caso, mexicano, un servidor que conoce del tema): ese es la Argentina.
Desafiado, me propongo narrar un panorama de la actualidad (¿“filosófica”?) de una intelectualidad que, tras el exilio –muy mexicano, por cierto y por suerte– se ha ido agrietando, y reagrupando, según clivajes que, después de todo, resultan bastantes tradicionales, aun si las circunstancias se pretenden nuevas.   
En efecto, en mi tesis he intentado formular la pregunta sobre el modo en que la crisis social de los años 2001-2002 modificó –si es que lo hizo– los cimientos en torno a los cuales se estructura el campo intelectual argentino a partir de sus grandes tradiciones. Fundamentalmente, la nacional popular, la liberal democrática y la izquierda marxista.
No puedo aquí sino proceder de manera sucinta, exponiendo en el comienzo algunas consideraciones generales para enumerar, luego, en la segunda parte del trabajo, las principales líneas de agrupamiento de las principales tribus que pueblan el panorama argentino.

II.                  El intelectual y las clases sociales

Bajo la categoría de “intelectuales” podemos agrupar a aquellos que Hegel llamo “la clase universal”. Claro que el autor de Principios de filosofía del derecho identificaba esa clase con la moderna burocracia de estado. Pero incluía junto a ellos a los filósofos, en la medida en que, de una manera u otra, dependían del erario público.
Los intelectuales –en efecto- son expresión de aquellas capas de las clases medias que no cumplen ningún papel efectivo en la producción de valor. Como clase ociosa, que no trabaja (que trabaja precisamente de lo que trabaja); como masa eximida de los dos grandes atributos productivos de la reproducción social (posesión de capital y la venta de la fuerza de trabajo productivo), toca a los intelectuales el papel específico y a la vez general de “reflexionar” en torno de la situación social en su conjunto. 
Siguiendo a mi maestra, Dora Khanusi –que introdujo en México desde hace ya décadas la noción clave de “revolución pasiva”, de Gramsci–  creo que para comprender el mundo de los intelectuales con relación al estado es de enorme utilidad el concepto llave de “transformismo”. A partir de él podemos comprender la manera en la que los intelectuales gustan de sentirse artífices de revoluciones cuyo destino suele ser la restauración del orden jurídico, económico y político. 

III.                Durante el 2001 

Mi hipótesis de trabajo es que durante la crisis del 2001 la única clase social que realmente se sintió amenazada en su existencia fue, precisamente, esta categoría de los intelectuales que –extendida sobre la escolar, docente, universitaria, científico técnica, eclesial, periodística y burocrática– constituye una zona de influencia social apreciable dentro de las célebres clases medias argentinas.
Son estas capas las que fueron realmente atacadas por el menemismo y que recuperaron su poder durante esta última década. Ellas son, a su vez, las que comprimen y difunden discursos e imágenes globales sobre la situación y la marcha del país. Ellas son las que los últimos años se han visto rehabilitados en su dignidad histórica y en su materialidad institucional y económica gracias al aumento del presupuesto en educación y cultura (aparato escolar, universitario; reactivación de la industria editorial; nueva tecnología para producción de TV, publicidad) y sobre todo por la vigorosa reconstitución del aparato estatal, impensable sin una nueva burocracia proveniente de los hogares frustrados de las clases medias ilustradas. A esta capa intelectual que emerge estratégica en el país quiero referirme brevemente esbozando un cuadro de sus tendencias generales actuales a partir de la descripción de sus referentes fundamentales. 
Voy a escoger, para esta primera aproximación dos grandes clivajes analíticos: el de la generación y el posicionamiento en torno a la grieta que opone políticamente, al menos en la superficie visible de las cosas, a los grupos intelectuales argentinos.
No es de extrañar que los intelectuales devengan tendencialmente los interesados (aunque casi siempre resulten ineptos para ello) en lo que hace casi doscientos años Hegel llamaba “política de la coyuntura”. Sus disputas se dan por matices que el viejo filósofo expresaba en 1821 como la tendencia a la libertad en y de la sociedad civil, y la insistencia en procurar una regulación superior (estatal). Los primeros no abjuran de tal regulación, pero desean restringirla, en lo económico como en lo propiamente cultural. Los segundos –que ahora se autodenominan, en general, “populistas” (palabra que funcionaba hasta no hace tanto como insulto) – no reniegan de la libertad que en su actividad es absolutamente vital, aunque consideran imprescindible compensar desigualdades y evitar convulsiones. En la disputa entre estas tendencias (en la que los economistas e intelectuales empresarios juegan su papel) se determina, en cada coyuntura, el alcance del gobierno de lo social.

IV.                Las tribus

En la Argentina los intelectuales públicos siguen siendo preponderantemente de formación de izquierda.  Claro que la noción de “intelectual” es suficientemente amplia y Bergoglio es una muestra de la importancia de una intelectualidad cristiana, no precisamente de izquierda.
Entre las tribus más consolidadas destaco tres, de larga tradición. Una, que podemos llamar “populista”. Otra “demócrata liberal”. Y una de “izquierda marxista”. Ninguna tradición es pura y solo voy a mencionar a los referentes principales de cada una de estas tradiciones, en la medida en que las tres permanecen vivas y producen cuadros intelectuales.
La “escuela populista” se referencia, sobre todo en Ernesto Laclau, Horacio González y José Pablo Feinmann. De entre los tres, el primero, procedente de la izquierda nacional, es el único que ha  triunfado en las universidades europeas. José Pablo Feinmann y Horacio González, los dos peronistas, acaban de publicar un libro de conversaciones explicitando unas “vidas paralelas” comenzadas en los años ‘60 en la revista Envido, en la Universidadde Buenos Aires. Célebre sartreano uno e  inspirado cookista el otro, ambos animan la versión local de la izquierda peronista de la que Laclau es embajador ilustrado. 
La línea “liberal”, por su parte, tiene como emblema a Beatriz Sarlo: nueva Victoria Ocampo pero proveniente del maoísmo,  se ha convertido en la más deliciosa pluma del diario de la derecha tradicional, La Nación.  Rigurosa traductora de Raymond Williams a la cultura porteña, Sarlo es un cuadro universitario y jefa de grupo que luego de dirigir durante décadas Punto de Vista se fue convirtiendo en un fuerte referente de la constitución de una alternativa liberal también en política. 
La marxista es más débil y su representación está mas dispersa. Tal vez pudiera nombrarse como principal heredero de José Arico a Horacio Tarcus (Paglione) y, más “contornista”, a Eduardo Grüner. De origen común en el trotskismo local –el primero en las filas del hoy emergente Partido Obrero, el segundo del declinante “morenismo” –,  Tarcus se decantó por el archivo (Cedinci) y la historia erudita del marxismo en la Argentina, mientras Grüner es un cuadro universitario ligado al Frente de izquierda y los trabajadores.
Hay, claro, mucho más bajo el sol.  Finos contertulios de lo teológico político como Santiago Kovadloff; investigadores célebres del revivido Conicet, como Maristella Svampa; exiliados notables del mundo descolonial como Walter Mignolo o Enrique Dussel;  segundas líneas en ascenso mediático (quizás los más destacado sean el militante de rabínica retórica, Ricardo Forster, y el talentoso divulgador de filosofía Darío Sztajnszrajber); jubilados en vida como Juan José Sebreli (o Emilio de Ipola); místicos como el ya mítico Oscar del Barco; repatriados de los departamentos de literatura del norte, como Josefina Ludmer; adolescentes veleidosos –y  enfadados- como Martín Caparrós y “reventados” de blog y novelas, como Jorge Asís, además de una innumerable tribu de heterodoxos que pueblan la ciudad de Buenos Aires bajo la influencia de maestros del margen, como los “privados” Tomás Abraham y Raúl Cerdeiras.
En la argentina se trabaja mucho y se produce poco. Hay más dinero del que se puede gastar y muchos cuadros jóvenes en formación. Los grandes maestros se han ido (Tomas Eloy Martínez, Nicolás Casullo, David Viñas) y los grandes escritores son objeto de reconocimiento mundial (como Piglia).

V.                  Conclusiones

Si una novedad específica puede destacarse, a la luz de la década 2003/2013, es lo que podríamos llamar el “fin de las revistas”, entendidas éstas como órgano organizador de la cultura, tradicional en la cultural nacional.  El fin del intelectual orgánico se despliega, no por casualidad, en épocas de consagración mediática de la enunciación del intelectual y en el contexto de una fuerte politización del espacio enunciativo (ilustrado, sobre todo, por el colectivo Carta Abierta).
Mi hipótesis es que esta disyunción entre exacerbación del discurso público y ausencia de colectivos ideológicos orgánicos (función que en otro tiempo ocupaban las revistas más clásicas como Contorno, La Rosa Blindada o Pasado y Presente, o más recientes, Punto de Vista, El ojo Mocho o El Rodaballo) a cargo de una critica sistemática del presente obedece a un desplazamiento del intelectual analítico y anticipador hacia la dimensión teológica, o teológica política, como instancia identitaria y de resguardo de valores conservadores que cada vez más se hacen fuerte en la sociedad argentina. Sobre esta hipótesis volveremos en próximos textos.

Entrevista: Rosario. Ciudad del Boom Ciudad del Bang

por Mariano Zamorano



El documental Rosario. Ciudad del Boom Ciudad del Bang, realizado por el Club de Investigaciones Urbanas de Rosario y la revista Crisis, cuestiona la imagen de prosperidad de ciudad “linda, turística, tranquila y ribereña” y aborda una actualidad signada por especulación inmobiliaria y financiera, sojización, fuerte penetración del narcotráfico y un gran marketing que deja atrás los recuerdos de miseria proyectados a fines del siglo pasado. “Una violencia desconocida reconfigura la fisonomía de las poblaciones, derriba todo límite, dibuja nuevas fronteras e imprime sus códigos de autoridad”, se anuncia en el documental. Mario Santucho (revista Crisis), Patricia Ventrici y Juan Pablo Hudson (Club de Investigaciones Urbanas) hablan sobre el rol del Estado y los movimientos sociales ante territorios liberados por transas, autonomía policial, una tasa de homicidios violentos en ascenso y el peligro de un futuro boomerang social.

¿Qué es el Club de Investigaciones Urbanas y cómo surgió la investigación de Rosario. Ciudad del Boom Ciudad del Bang?

Patricia Ventrici: El Club de Investigaciones Urbanas es un grupo de investigación y trabajo militante de Rosario. Nos empezamos a reunir en 2012 con la idea de salir a problematizar las imágenes más oficiales que circulan sobre esta ciudad y que podrían resumirse en el eslogan “Rosario está linda” o “La Barcelona argentina”. El encuentro con organizaciones de base que nos narraban los cambios violentos que venían sucediendo en los barrios, los datos que íbamos encontrando sobre los metros cuadrados construidos para grandes torres o barrios privados y la cantidad de viviendas vacías existentes en el marco de una grave crisis habitacional, junto con la expulsión de poblaciones en localidades del Gran Rosario, hablaban de otra ciudad que no estaba siendo nombrada más que por ciertas experiencias militantes, mayormente conformadas por jóvenes como nosotros. Ese camino de investigación política lo transitamos también junto a los amigos de la revista Crisis, con quienes compartimos preocupaciones en común. En este marco surgió el proyecto de armar un documental con las transformaciones de esta ciudad en la última década. Para el trabajo audiovisual fue fundamental la participación de Martín Céspedes como realizador.

¿Cómo explicar la actualidad y los diferentes actores sociales en pugna de una ciudad que dejó atrás la “imagen de miseria gatuna” de fines del siglo pasado?

Juan Pablo Hudson: La actualidad muestra una ciudad convulsionada, en la que se padece un nuevo tipo de conflicto social que combina sojización, un boom de la construcción, narcotráfico y asesinatos de jóvenes pobres. En realidad, el 1 de enero de 2012 marcó un quiebre político en Rosario. Ese asesinato por error de tres militantes del Frente Popular Darío Santillán por parte de barrabravas ligadas a la venta de drogas, motoriza una serie de reclamos y denuncias sobre el avance del narcotráfico en connivencia con la policía y sectores de la Justicia que antes circulaban de manera muy marginal. Movimientos territoriales, de derechos humanos, grupos de investigación militante como nosotros, empezamos a mostrar como podemos el reverso de la Rosario linda, turística, tranquila y ribereña que impuso la Marca Rosario construida desde el Estado municipal. A partir de entonces, el socialismo ha perdido el control sobre las imágenes que circulan sobre Rosario. La ciudad empezó a ser asociada no sólo a la belleza de su costanera sino también a la violencia, la corrupción policial, el narco y los barrios estallados. De todos modos, las políticas del socialismo gozan de un alto consenso y muestra de ello son los resultados de las últimas elecciones; hay una mayoría social que vive con indiferencia este crecimiento brutal de los homicidios de los jóvenes pobres que son quienes padecen también una sistemática represión policial. En el caso de los movimientos sociales y políticos, si bien se avanzó con las denuncias, también se hizo evidente un repliegue en su trabajo ante las nuevas lógicas violentas que reconfiguran los territorios.

Uno de los problemas abordados es la realidad narco, que construye identidad y estética propia, y genera zonas liberadas. ¿Cuál es el alcance del narcotráfico?

PV: El avance es muy grave. No sólo en los territorios periféricos sino también en toda la ciudad. Por supuesto que la preocupación se torna más urgente en el caso de los barrios porque los asesinatos ocurren allí y no en el centro. A esta altura del año, las estadísticas oficiales indican que en el departamento Rosario la tasa de homicidios violentos es de 17 cada 100 mil habitantes y se estima que llegará a 21 a fin de año (en el conurbano bonaerense es 7,6). No todos los homicidios pueden atribuirse al narcotráfico. Nosotros no sólo hablamos de narcotráfico sino de la existencia de una vida narco en lo profundo de los territorios, que se consolida en tanto vuelve hegemónico un modo violento, sangriento, de resolver los conflictos personales, una manera de construir la identidad en los jóvenes, que conecta con imágenes estandarizadas de la felicidad muy ligadas al consumo de marcas y de toda una estética, que genera una economía popular más atractiva que el trabajo precario que prevalece en la ciudad. Todos estos actores provenientes de los sectores populares están indispensablemente ligados o, mejor dicho, comandados por otros actores decisivos en la cadena narco: integrantes de clases sociales acomodadas, quienes en definitiva son los verdaderos beneficiarios de las extraordinarias tasas de ganancias surgidas del negocio (empresarios, profesionales liberales, marcas, empresas, especuladores inmobiliarios, a los que se suma la policía provincial como actor clave para la expansión y consolidación del mercado en el marco de un poder político que se ha mostrado indiferente e impotente, brindándole una autonomía plena a la fuerza).

Frente al asesinato por equivocación de tres militantes del Movimiento 26 de Junio, el 1° de enero de 2012, una de las preguntas planteadas es qué puede hacer un movimiento social frente al narco. ¿Qué respuestas encontraron?

Mario Antonio Santucho: Nuestra sensación es que los movimientos sociales, tal cual los conocimos en la década del noventa y especialmente en el 2001, han mutado y se están reorganizando en torno a esta nueva conflictividad emergente. Una porción de estos movimientos forman parte de la constelación kirchnerista, y desde allí intentan forzar los límites del esquema de gobernabilidad vigente, a costa de relegar en cierto modo su capacidad disruptiva. Otros sectores se mantuvieron en posiciones de autonomía, cediendo de alguna manera su potencia expansiva. Pero unos y otros tienen actualmente el desafío de recuperar la iniciativa “por abajo”, en los territorios, para revertir la ruptura de las tramas comunitarias e inventar formas de vida que confronten el aumento de la violencia y la creciente precariedad. Lo que percibimos, en los escenarios donde hemos estado, es que las organizaciones sociales solas no van a poder. Al mismo tiempo, sin ellas, sin una revitalización de su trabajo y de su capacidad de pensamiento situado, todo esfuerzo será en vano. Es necesario, además, el surgimiento de voces que tengan la capacidad de dar visibilidad pública e inteligibilidad política a esta inédita forma del conflicto social. Y también es fundamental el aporte de instituciones comprometidas con la fundación de una nueva generación de derechos humanos (y no humanos).

Con el panorama presentado señalan un posible efecto boomerang y un nuevo tipo de conflictividad social propio de las rentas de las industrias extractivas latinoamericanas. ¿Qué futuro próximo advierten?

JPH: El futuro próximo es difícil de prever, porque no se avizora una salida política interesante a la crisis social que hoy vivimos. Para decirlo de una manera muy breve, y por lo tanto esquemática, tenemos que decidir si la solución pasa por la profundización del “modelo” que genera este nuevo tipo de conflictividad, o si es posible poner en juego una imaginación política capaz de configurar un horizonte alternativo, asumiendo el riesgo que eso supone (algunos dicen que el costo podría ser perder lo ya conseguido). Si es lo primero, entonces el Estado debe seguir cumpliendo más o menos el rol que hasta el momento le ha otorgado el kirchnerismo, consistente en garantizar aquellas actividades económicas que producen altos grados de rentabilidad por estar apalancados en dinámicas financieras y especulativas, mientras captura parte de esas ganancias con el objetivo de lubricar el proceso redistributivo consolidado durante la última década. Si es lo segundo, el Estado debería reconfigurarse de manera más o menos radical, modificando su natural centralización y su rol como garante de la acumulación del capital, para promover la aparición de una multiplicidad de sujetos y de un nuevo tipo de poder. Pero si ninguna de estas dos opciones prosperan el porvenir inmediato se complica, y la hipótesis del boomerang se torna no solo factible sino incluso deseable. Si lo que baja tiende a ser mera violencia represiva y expropiadora, como viene sucediendo, tarde o temprano esa agresividad que se acumula romperá los confines de las periferias y se propagará en todos los ámbitos sociales.

Sobre el final indican que Ciudad del Boom Ciudad del Bang puede verse como la segunda parte del corto Toda esa sangre en el monte, realizado en Santiago del Estero con el Movimiento Nacional Campesino Indígena. ¿Qué continuidades encuentran?

MAS: La relación entre las muertes de campesinos provocadas por la expansión de la frontera de los agrobussiness y los asesinatos de jóvenes citadinos como efecto de la forma de vida narco, puede intuirse también al comienzo del documental, en el capítulo “La nación container”, donde el protagonista son los camiones que depositan en el puerto los commodities procedentes del interior del país y orientados al mercado mundial. Más adelante en el film se habla de las ganancias extraordinarias generadas por estas actividades económicas, entre las que se incluye también la especulación inmobiliaria, y de los instrumentos financieros donde esos recursos se entrelazan y confluyen, antes de volcarse a los territorios con la pretensión de ejercer el control. Este esquema rentístico de producción de riquezas ha parido un sujeto social con cada vez más peso entre nosotros: transnacional, heterogéneo y anónimo, capaz de echar raíces en los submundos ilegales al mismo tiempo que penetra instituciones estatales con gran facilidad (ya sea la Justicia, las fuerzas de seguridad, o los institutos de investigación pública). La pregunta implícita en estas dos experiencias audiovisuales sería: ¿cómo se lucha contra la renta? Tanto en Santiago del Estero como en Rosario el conflicto ha involucrado de manera directa a organizaciones sociales con vasta experiencia. En estos momentos estamos filmando en Florencia Varela, junto a otras organizaciones (el Centro de Participación Popular Enrique Angelelli y el Movimiento de Colectivos), lo que podría considerarse la tercera parte de esta saga. La investigación en este caso está siendo desarrollada por el Instituto de Investigación y Experimentación Política y estimamos presentar este trabajo durante el primer semestre de 2014.

¿A qué le dicen Ni a Palos?

En conjunto: A los consensos de época, incluso si su contenido es progresista, porque tienden a recortar el campo de posibilidades y ponerle límites a la creación. Y también a la moral de izquierda, cómoda en su oposicionismo permanente, sin preguntarse por la traducción política de sus buenas intenciones.

El documental puede verse completo en Lobo Suelto!: ACÁ

Gustavo Benedetto Presente!



Gustavo Benedetto, presente! Documental filmado por el canadiense Avi Lewis en Argentina, en 2002, cuando la impunidad amenazaba la posibilidad de hacer justicia por los asesinatos de los jóvenes que se manifestaron en Buenos Aires el 19 y 20 de diciembre de 2001. El estreno fue en la misma Plaza de Mayo, escenario de la multitudinaria manifestación que reclamó justicia, al cumplirse un año de aquella jornada. El documental se constituyó, así, en una herramienta de denuncia y difusión de esos crímenes, simbolizados en la historia de Gustavo, un joven de 25 años al que la policía le disparóa la cabeza y por la espalda.
Ayer, 24 de febrero de 2014 comenzó en Buenos Aires el juicio oral que juzga a un ministro y a un jefe de policía porteños, entre otros de los acusados de asesinar a Gustavo. Doce años después su difusión tiene el mismo objetivo: memoria y justicia, ¡presente!

19 y 20: un juicio para el futuro. Crónica del primer día del juicio

por La Vaca
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El clima en la sala durante la primera audiencia. Los raros comentarios de los abogados de los acusados, lo que dicen los familiares. Funcionarios políticos y policías en el banquillo. Cómo comprender lo que se juzga.
“Por fin” era la frase con que familiares de las víctimas de la represión del 19 y 20 se unían en un abrazo, con más sonrisas que caras largas. A 12 años de la revuelta que cambió el país, comenzó este lunes 24 de febrero el juicio que investiga cinco homicidios, y las heridas y lesiones provocadas a 117 personas, todo ocurrido en Capital Federal durante la madrugada del 19 y el día 20 de diciembre de 2001. La causa principal involucra a responsables del Ejecutivo y altos mandos policiales, algo inédito en la justicia argentina; y otras causas conexas buscan determinar la responsabilidad de 11 efectivos policiales como autores materiales.
Se estima que el juicio – que tiene más de 550 testigos- durará todo el 2014 y parte del año que viene, a un ritmo de dos jornadas semanales: los miércoles y viernes desde las 9 hasta las 17.

“La responsabilidad política también es penal”

La jornada arrancó con una hora y 22 minutos de retraso, a la espera de que se organizaran las acreditaciones y la sala se llenara. “Si esperamos 12 años, una hora más no es nada”, ironizaba Verónica Cárdenas, la hija de Jorge Cárdenas, el primer asesinado de la secuencia represiva, un caso clave –se verá- aunque su muerte no se juzga en estas audiencias.
Ya antes, en los pasillos de Comodoro Py, el director ejecutivo del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Gastón Chillier, adelantaba la estrategia de la querella: “Se busca juzgar a los responsables políticos de quienes dieron las órdenes del operativo, quienes tenían el deber de controlar y monitorear el desempeño de las fuerzas de seguridad. La responsabilidad no se debe cortar por el hilo más delgado, que son los policías que apretaron el gatillo. La responsabilidad política también es penal”.
La frase describe la situación del ex Secretario de Seguridad, Enrique Mathov, el ex jefe de la Policía Federal, Rubén Santos, el entonces Superintendente de Seguridad Metropolitana, Raúl Andreotti, y el director general de operaciones Norberto Gaudiero, acusados de homicidio culposo. Las muertes que se investigan son las de Diego Lamagna (27), Gastón Riva (31), Carlos Almirón (23) y Gustavo Benedetto (23), Alberto Márquez (58) y de 117 lesiones culposas (traducción: 80 heridos por balas de plomo).
Es la primera vez en la historia argentina que se va a juzgar a funcionarios políticos por delitos que cometió la policía en el marco de una represión. “Pero sigue siendo un problema que el juicio se produzca 12 años después”, dice Chillier. “Eso habla que todavía hay mucho por hacer en materia de justicia cuando se trata de investigar a poderosos”.
El gran ausente de la lista de juzgados, señalado unánimemente por los familiares en la sala, es el ex presidente Fernando de la Rúa, sobreseído por el juez federal Claudio Bonadio en marzo de 2012; si la Corte Suprema de Justicia no decide lo contrario (el trámite fue apelado por la querella) sólo comparecerá para declarar como uno más de los 580 testigos. Si decide lo contrario, De la Rúa podrá ser uno de los acusados.
Enrique Mathov 

Enrique Mathov

La acusación

Los argumentos que conectan las muertes con los responsables del operativo se basa en el abuso de autoridad, la violación de los deberes de funcionario público y la ruptura del principio de confianza: no se podía confiar el día 20 en una policía que ya el 19 había matado al menos a una persona (Jorge Cárdenas) con bala de plomo. Para ello, durante la lectura de los requerimientos de elevación a juicio se citaron una serie de testigos – muchos propios efectivos de la fuerza- que identificaron, en líneas generales, las siguientes responsabilidades:
  • Enrique Mathov: según los testimonios mantuvo una reunión el día 19 de diciembre de 2001 con el Ministro del Interior, Ramón Mestre (el otro funcionario del Ejecutivo en la causa, fallecido en 2003), el jefe de la Policía Santos, el subjefe Andreozzi, Raúl Andreotti y los jefes de Prefectura y Gendarmería. Los testigos señalaron su “persistencia” en la orden de desalojar la Plaza de Mayo “a cualquier precio” y caracterizaron su “dureza”.
  • El entonces jefe de la Policía Federal, Rubén Santos, también formó parte de esa reunión y habría sido uno de los más activos impulsores para concreción del operativo en esos términos. Si Mathov estaba encargado de la coordinación y supervisión, Santos era el brazo ejecutor. Según las pruebas reunidas fue quien dio la orden de desalojar la Plaza de Mayo el 20 de diciembre. Se consideró su conducta “imprudente”, ya que sólo “incrementó riesgos”.
  • Raúl Andreotti, en aquel momento Superintendente de Seguridad Metropolitana, al igual que el director general de operaciones Norberto Gaudiero son señalados por haber coordinado el operativo desde la Sala de Operaciones, ordenando “envíos de personal” a determinados puntos de la ciudad, de un modo que provocó más violencia, heridos y muerte.

Homicidios

Las acusaciones más graves caen sobre cuatro ex integrantes de Asuntos Internos de la Policía Federal, acusados como coautores de homicidio simple por la muerte de Alberto Márquez y de homicidio en grado de tentativa por las heridas a Paula Simonetti y Martín Galli. Martín aún tiene una bala alojada en la cabeza. Los acusados son Carlos José López, Eugenio Figueroa, Roberto Juárez y Orlando Oliveiro, quienes aquel 20 de diciembre a las 19 horas bajaron de tres autómoviles – una camioneta Ford Ranger gris, un Fiat Palio colorado y un Peugeot 504 blanco-y efectuaron disparos de escopeta 1270 con munición de plomo hacia un grupo de manifestantes que estaba descansando en la plazoleta entre Cerrito, Sarmiento y Perón.
Las otras causas conexas elevadas a juicio investigan al policía federal Omar Bellante de encubrir el crimen de Gustavo Benedetto, asesinado por un disparo que provino desde el interior del banco HSBC de Avenida de Mayo y Maipú, cuyo autor sería el jefe seguridad del banco, teniente coronel Jorge Varando, quien fue absuelto anteriormente; y el accionar de otros ocho policías hoy presentes en distintas causas, por lesiones, vejaciones o encubrimientos: Jorge Daniel Toma, Carlos Alberto Loforte, Víctor Manuel Belloni, Sebastián Leoneardo Saporitti, Mario Andrés Seia, Ariel Gonzalo Firpo Castro y Horacio Bautista Berardi.

Las madres juntas

“Acá estamos todas las madres juntas”, abrazó la madre de Plaza de Mayo Tati Almeida a la madre de Gastón Riva, en las vísperas de la audiencia. Todo transcurrió en la sala más grande del Tribunal, conocida como Sala AMIA por haber sido construida para aquel juicio, a cargo del Tribunal Oral Federal N° 6.
Como Tati, muchos de los presentes en el subsuelo de la sala no sólo eran familiares sino protagonistas de las jornadas del 19 y 20: muchos jóvenes de entre 30 y 35 años. Entre ellos se mezclaron los padres y madres, gente de la agrupación HIJOS, políticos como Pablo Ferreyra y Luis D´Elia, el periodista y presidente del CELS Horacio Verbitstky, el director ejecutivo de dicha entidad Gastón Chillier, Leonardo Santillán (hermano de Darío, el piquetero asesinado el 20 de junio de 2002), Pablo Pimentel de la Asamblea por los Derechos Humanos (APDH) de La Matanza, entre otros.

Muerte en el Congreso

Antes del comienzo de la audiencia tuvieron lugar una serie de reencuentros en forma de abrazos entre los distintos familiares de las víctimas. “¡Tanto tiempo!”, saludaba la familia de Jorge Cárdenas a los Lamagna, los Benedetto o los Riva. El caso de Cárdenas, si bien no estaba siendo juzgado, fue uno de los pilares argumentativos para la causa que investiga a los mandos jerárquicos: Jorge murió en las escalinatas del Congreso la madrugada del 19 de diciembre, un día antes de la represión sistemática que provocó la mayoría de las muertes. Las querellas y los fiscales argumentaron que este hecho es suficiente para determinar el cese del “principio de confianza” en los efectivos policiales. Es decir: la policía había actuado con armas de fuego un día antes de impartir las órdenes para un violento operativo. La viuda de Jorge, Blanca, recuerda de aquel domingo: “Ese día salimos en auto a recorrer Merlo, a ver qué estaba pasando. Llorabas. Estaba todo vaciado, la gente como loca. Cuando volvimos nos pusimos a mirar la tele, los saqueos… Entonces mi marido dice: ‘¿qué hago acá sentado?’ y salió con uno de los chicos”.
El chico mide metro ochenta y pico y su contextura supera a la de los gendarmes de la sala. Juan Manuel Cárdenas tiene una remera blanca con una foto de su padre asesinado, el cuerpo tirado en las escalinatas del Congreso Nacional. “Por más justicia que haya, a mi marido no lo tengo más”, dice Blanca. “Pero estoy hoy con esta gente para que esto no vuelva a ocurrir”.
Verónica Cárdenas, hija de Jorge, aquel 19 se quedó cuidando una farmacia por el temor a los saqueos. Dice que la audiencia de hoy es “muy emocionante” y que cree en la justicia a pesar de todo. Su pie no deja de golpetear el suelo: está nerviosa. La audiencia está por empezar y pide una pastilla para aguantar la presión. Son las 11:18 de la mañana.
Se sienta el Tribunal representado por José Martínez Sobrino, Javier Anzoátegui y Rodrigo Giménez Uriburu. La fiscalía está compuesta por los fiscales Mauricio Viera y los ayudantes Fernando Fiszer y Santiago Vismara.
Primero se realizó la lectura del requerimiento de elevación a juicio de la causa que investiga a Mathov, Santos, Andreotti y Gaudiero, en el cual los fiscales Horacio Comparatore – ya fallecido- y Patricio Evers explicaron la conexión entre la orden del Poder Ejecutivo de desalojar Plaza de Mayo y el recrudecimiento de la violencia del accionar policial. Luego de esto se leyeron parte de los requerimientos realizados por las dos querellas en la causa de Mathov: la del CELS que patrocina a las familias de Diego Lamagna y Gastón Riva, a cargo de Rodrigo Borda, y la que representa el abogado de derechos humanos Rodolfo Yanzón.

El perdigón y el tachito

Si bien hoy se leyeron los requerimientos de elevación a juicio, en alguno de ellos – y en los pasillos también- se hizo referencia a los argumentos de la defensa de los funcionarios acusados. La estrategia trata de separar el “qué” y el “cómo”: plantear que el alcance de una orden no puede tener consecuencias penales. Sobre esto, se pudo escuchar a uno de los abogados defensores explicándole gráficamente a otro hombre durante el cuarto intermedio: “Es como si estás acá sentado y te acusan de algo que pasa allá afuera a 80 cuadras”. Este abogado mencionaba además detalles técnicos de las pruebas aportadas por la querella: “Vos sabés que el perdigón cuando sale…”.
Otro comentario informal escuchado: “El tiro está en dirección descendente. ¿Qué tenían un tachito para subirse y tirar desde ahí?”, frase acompañada de un gesto que señala a un edificio imaginario, como si el tiro hubiese provenido desde otro lado y no desde el cordón policial.
Más allá de esta informalidad, según relató el abogado Borda, del CELS, las defensas efectivamente se dirigen al “cómo”: dicen que las muertes son hechos no esclarecidos (quién fue, en qué momento) y que no hay pruebas suficientes para determinar quién dio las órdenes.

Mientras hablaba De la Rúa

Otro de los abogados querellantes, Maximiliano Medina rebate la tesis de la defensa en diálogo con lavaca: “Hay un cúmulo importantísimo de pruebas que tienen que ver con testimoniales, con pericias, con cruces de llamadas, con documentos, videos, que dan cuenta no sólo de la represión sino del circuito de las órdenes políticas y jerárquicas de la policía, para poder probar la responsabilidad no sólo de quienes dispararon, sino de quienes dieron las órdenes”.
Por ejemplo: un peritaje audiovisual estableció que entre las 16 y las 16:30 fueron baleados Gastón Riva, Diego Lamagna, Carlos Almirón y Gustavo Benedetto en las inmediaciones de Plaza de Mayo; ese intervalo coincide con un mensaje televisivo de De la Rúa que ocupó las transmisiones de televisión.

El Estado y la protesta social

Pero además de las posibles condenas, ¿qué lecturas se pueden de hacer del juicio que acaba de comenzar hoy? Así como la crisis de 2001 fue un motor de cambios en materia democrática, el sello penal a la represión estatal de la protesta social más grande de este siglo no puede sino dejar antecedentes.
Dice Chillier: “Acá llegamos y aún tanto tiempo después, la idea es resignificar lo que sucedió en aquel momento, que fue un punto de inflexión en materia de protesta social, de cómo el Estado actúa frente a la protesta social, del rol de la sociedad frente a decisiones ilegítimas como fue la declaración del Estado de Sitio… Durante la gestión del presidente Kirchner se decidieron nuevas reglas sobre cómo debían actuar las fuerzas de seguridad, pero lamentablemente hace algunos años empezaron a perforarse esas políticas. De hecho en los últimos años todavía hay muertos en distintos contextos de protesta, por lo cual me parece que todo este juicio sirve para poner sobre la mesa las responsabilidades de los funcionarios, pero también cómo debe actuar el Estado frente a la protesta social. Para discutir las políticas represivas que consideramos violatorias de reglas democráticas y de derechos humanos, hacen falta condenas. Y discutir la responsabilidad penal de los funcionarios que dan esas órdenes”.

Memorias de un militante

por Juan Manuel Sodo
 

La noche va a ser larga y tendré que entretenerme con algo. Mientras la luz del celular me alumbre la libreta de anotar precios, repasar cómo llegué hasta acá a lo mejor sea una buena idea para pasar el rato.
Empecé en el centro de estudiantes de la facu, como casi todos los que estamos en esto. Me acuerdo de la vez que quisimos secuestrar al decano a la salida de su casa. Fue un fracaso total esa operación. Hubo que abortar. A mí, por ejemplo, me tocaba hacer de campana y no pude llegar a tiempo. En el camino se me pinchó la goma de adelante de la bicicleta. Ni una bicicletería cerca para emparcharla había en ese barrio concheto.
En la militancia de hoy esas cosas no pasan. Cada uno tiene su chofer. Te traen y te llevan. Tenemos una buena conducción, digamos.
En la Federación, el espacio en el que milité después del Centro, si bien no tanto como ahora, las cosas también se hacían profesional y seriamente. Hasta diría que, incluso, demasiado. Un exceso de rigurosidad, en algunos casos. Todo bien con tomar recaudos, con ser precavidos y estar atentos a las medidas de seguridad, pero eso de ir tabicados a las reuniones era un poco mucho me parece. Perdíamos tiempo, además. Nos dispersábamos. Cómo hacés para ir caminando solo desde tu casa hasta el local con una venda. Nos perdíamos. Uno una vez se llevó puesto un semáforo. Nunca llegábamos.
Ojo que hoy no todo es color de rosa. En la actualidad también hay compañeros que se pierden. Pasó el día en que ganamos con el 54%, sin ir más lejos. Nunca vi tanta gente en la plaza. Parecía una ciudad adentro de otra. La marea de gente te arrastraba para cualquier lado. Varios compañeros se desencontraron. A muchos no los volvimos a ver por un tiempo. El bombista de la batucada de la seccional Avellaneda apareció a los tres meses en Pacheco.
De la Federación pasé a préstamo a los frentes de izquierda parlamentaria. Empecé de a poco y de abajo, hasta que llegué a ser responsable del diseño de afiches y volantes. Pero enseguida me harté. El armado para las elecciones legislativas fue insufrible. Idas y vueltas. Alianzas. Negociaciones. Todos los días un cambio. Una tarde éramos el FREJUNDE. Estaba a punto de cerrar y mandar todo a imprenta cuando me avisan que los de Dignidad Emancipatoria se habían abierto pero que habíamos cerrado con el Polo Obrero. Entonces pasábamos a ser el FREJUNPO y tenía que hacer todo de nuevo. Al rato rompimos con el Polo Obrero y arreglamos con el PO, pero ahí zafé, la sigla seguía sirviendo igual así que dejé todo como estaba. Después fuimos el FREJUNPOLAR. Pero ahí nomás se produjo una división interna y nos escindimos en el FREJUNPOLAR 13 de octubre CN y el FREJUNPOLAR 14 de octubre CNN.
Como el canal de televisión, lo que me remitió al tema de los medios hegemónicos que se estaba empezando a discutir en aquel momento. Y de ahí, a lo de Clarín, que era el emblema local de los medios concentrados. Así fue que hice el clik. Tomé conciencia de la magnitud de lo que estaba en juego y decidí acercarme y sumar mi aporte a este movimiento popular comenzando otra vez de abajo a hacerme un lugar.
Llamar a alguien de mi seccional sería un papelón. Sería como retroceder etapas a la primera época. Y un militante de este modelo no puede permitirse ningún nivel de improvisación. Más cuando está abocado a una tarea como ésta contra el capital trasnacional: me tocó controlar precios en un chino. Son terriblemente violentos estos tipos a la hora de defender su negocio, así que me tuve que esconder en la góndola de los lácteos. El problema es que nunca pude salir y ahora cerraron. Me quedé adentro del super. Pero bueno, aunque sea no voy a pasar frío. Como son los chinos, seguro que en algún momento de la noche se apagan las heladeras.  

Lo que muestra Venezuela

por Agustín Lewit


Venezuela ocupa, desde hace algo más de una década, un punto neurálgico de la geopolítica continental. Fue allí, en esa nación medio caribeña y medio sudamericana, donde a fines de la ine-

fable década de los noventa comenzó a abrirse la grieta por donde se colaría desde entonces la posibilidad de un nuevo tiempo, no sólo para dicho país, sino para gran parte de la región. Desde su consolidación, dicho proceso ha fungido real y simbólicamente como el motor de lo que –asumiendo los riesgos de toda generalización– llamamos una nueva época en el subcontinente. Por ocupar ese centro, es allí, en su incierto y convulsionado presente, donde se dirime también gran parte del futuro regional.
Lo dicho no es ni por asomo una exageración: así como la Revolución Bolivarianaoperó como la condición de posibilidad de muchos de los nuevos procesos regionales, un derrumbe de la misma –sea cual fuere la manera– significaría sin dudas una puesta en peligro de todas esas experiencias. Basta imaginar, por caso, a la Unasuro la Celac sin la participación venezolana tal como ocurrió hasta entonces. Ni hablar de bloques como el ALBA o Petrocaribe, de fundamental apoyo para muchas naciones caribeñas y cuyo funcionamiento depende de manera crucial del gobierno de Maduro.
Pero también Venezuela, por ser quizás el proceso donde las contradicciones han quedado más expuestas y tensionadas, proyecta de manera potenciada fenómenos presentes en el resto de las experiencias políticas surgidas en los últimos años en la región.
Por un lado, los violentos acontecimientos de las últimas semanas nos hablan otra vez de la exasperación de una derecha que no encuentra las vías electorales para acceder al poder y apela, por ello mismo, a acciones destituyentes. Siempre es bueno recordar los 18 triunfos del chavismo sobre las últimas 19 elecciones y los diez puntos a favor que obtuvo en los últimos comicios municipales, de hace apenas dos meses; es decir, es una fuerza que se presenta hasta ahora francamente invencible en las urnas. También los últimos días han vuelto a desnudar otra verdad perogrullesca, replicada en el resto de los escenarios de la región: el destacado papel que cumplen los medios de comunicación, tanto nacionales como internacionales, en los intentos de desestabilización, operando como caja de resonancia de la ira de sectores minoritarios y construyendo, mediante obscenas distorsiones y montajes mediáticos, escenarios bastante alejados de la realidad. Es cierto que los sectores populares venezolanos tienen algunos reclamos hacia el gobierno, sobre todo vinculados con las dificultades para adquirir ciertos bienes básicos. Pero el sujeto por excelencia de estas nuevas jornadas violentas ha provenido sin lugar a dudas de los barrios más acomodados de los grandes centros urbanos, conocidos localmente como “el sifrinaje”.
Y, finalmente, la figura de Leopoldo López y sus vínculos con EE.UU. echaron nuevamente luz sobre la silenciosa –y a veces no tanto– injerencia del país del Norte en la región, que se mueve estratégicamente brindando apoyo financiero a los distintos opositores locales. Conviene no soslayar aquí el dato de que Venezuela posee la principal reserva comprobada de hidrocarburos del mundo, siendo el tercer abastecedor de crudo de la nación estadounidense. Con ese antecedente deben leerse las recientes declaraciones de Obama y su secretario de Estado, manifestando “profunda preocupación” por la violencia en Venezuela.
Desde un plano más general, los últimos acontecimientos en la patria chavista confirman lo que parecería ser a esta altura una regla implícita de la política latinoamericana contemporánea: si los gobiernos conservadores tienen que convivir siempre con un cierto nivel de protesta social, los gobiernos progresistas, por su parte, se encuentran condenados a vivir con el acecho constante de la derecha, la cual –con formas más o menos explícitas, dependiendo de la coyuntura política de cada país– termina encauzando su accionar en intentos de desestabilización, potenciados por el accionar de los medios y por el gran dominio que estos sectores poseen aún sobre los distintos mercados. Esa actitud constante de las fuerzas conservadoras marca el verdadero desafío para todos los gobiernos que se encuentran batallando por alterar las bases de sus realidades: cómo avanzar transformando la realidad y hacer frente a una resistencia que siempre amenaza con desbordarse y llevarse puesto al sistema democrático mismo. En definitiva, es la propia capacidad de la democracia de conjugar inéditas experiencias de transformación con fuerzas que se resisten al cambio por todos los medios la que está en juego. Las últimas semanas le han enrostrado con furia esta situación al gobierno de Maduro, quien dio algunos indicios de haber comprendido su gravedad. En ese sentido, la apertura de diálogos con algunos sectores de la oposición parece avanzar en la búsqueda de ese difícil y contingente equilibrio, tan necesario para Venezuela como para el resto de la región.


Venezuela: Los sinvergüenzas

por Hernán Patiño Mayer


No hay que tener vergüenza alguna para pedir la liberación de los “presos políticos” venezolanos, mientras pese a las promesas electorales Obama mantiene la prisión de Guantánamo con presos que nadie sabe quiénes son ni por qué están privados de su libertad. Ni de dónde vienen ni hacia dónde van. Maduro podrá no ser el mejor presidente que merecen Venezuela y la región, pero lo votó su pueblo, y a los que dicen que la democracia no se agota con el voto, les digo que tienen razón, pero los presidentes, en democracia, sólo se cambian con los votos o los procedimientos previstos en la Constitución. En el caso de Venezuela, además, cumplida la mitad del período se puede convocar a un plebiscito revocatorio y de ganar (no va a faltar el despistado que se pregunte “¿Ah, también hay que ganar?”) se puede forzar la renuncia presidencial por caducidad del mandato popular. Cualquier otra cosa es “golpismo” puro, duro o blando, pero golpismo al fin. Además, qué autoridad moral tienen Obama o Kerry para juzgar la calidad democrática de nuestros países cuando en los EE.UU. los presidentes llegan a serlo con el voto de menos del 20 por ciento de los ciudadanos en condiciones de sufragar. Y qué decir de los derechos humanos cuando en su país rige la pena de muerte y no ha adherido a ninguno de los instrumentos del sistema interamericano que los protege y promueve. ¡Basta de hipocresías! Acá lo que se quiere no es ni más ni menos que detener la evolución del proceso democrático de América del Sur, porque de distraídos que estaban los gringos, los gobiernos pasaron de ser sus empleados o testaferros a representar a sus propios pueblos.
Mejor o peor, con más o menos corrupción, más o menos eficientes, con mayor o menor vocación transformadora, pero todos votados por sus pueblos. Que de eso coincidiremos, se trata también la democracia. Ya estoy escuchando a doña Rosa recordándome que a Hitler también lo votó el pueblo alemán y como suele suceder con doña Rosa, que tiene siempre una parte de razón, pero nunca al tiempo de arribar a conclusiones sustentables. Eso, lo que me recuerda doña Rosa, es tan cierto como lo es que si los vencedores de la Primera Guerra no hubieran pretendido reparaciones humillantes y hacerles pagar a los pueblos vencidos costos moral y económicamente insostenibles, probablemente Hitler nunca hubiera llegado al poder y la humanidad se hubiera evitado tener que soportar a un monstruo semejante de cuyos crímenes atroces contra el pueblo judío el gobierno estadounidense supo distraerse con exceso. Pero la avaricia capitalista no sólo no tiene límites, sino que además no mide sus consecuencias, total las terminamos pagando todos y especialmente los más débiles. Que nadie se equivoque, porque ya no tenemos derecho a la ignorancia y menos a la ingenuidad. A la gran potencia occidental nada le importa la verdad. ¿O no le mintieron al mundo sobre las armas de destrucción masiva en Irak? Y ya que estamos en tema, ¿alguien se acuerda de que el único país en la Tierra que usó armas nucleares contra población civil, y no en una sino en dos ocasiones, fueron los Estados Unidos de América?
Pero, además, a EE.UU. le importa nada la calidad democrática de nuestros gobiernos, como lo demostraron apoyando el terrorismo de Estado a lo largo y ancho de nuestro continente mestizo. Y la libertad de prensa mucho menos, y si no recuerden la reacción del gobierno norteamericano y sus organismos satélites, ante la desaparición de casi un centenar de periodistas durante la dictadura cívicomilitar de la Argentina y frente a la asociación del estado totalitario con los tres diarios más importantes del país, para controlar la producción de Papel Prensa. Lo que sí le preocupa y mucho es que los gobiernos se tomen en serio la defensa de los intereses populares y dejen de servir las insaciables ambiciones de las minorías apropiadoras. Están decididos a sustituirlos por gobiernos alineados con sus intereses y en el caso especial de Venezuela, para poder hacerse, además, del control de la segunda reserva mundial de petróleo localizada a sólo tres días de navegación de las refinerías estadounidenses. Que nos venzan es posible, porque tienen el poder para hacerlo, que vuelvan a dominarnos a través de sus gerentes locales también, pero que nos tomen por tontos y nos pidan silencio y complicidad después de lo que nos han hecho padecer es una concesión que no podemos otorgar, sin extraviar definitivamente nuestra dignidad.

Roland Denis: «El 27F tiene que haber una movilización gigantesca, tomar todas las calles de Venezuela, todas las ciudades»


“De pronostico reservado», catalogó Roland Denis, la situación actual, al final de la marcha llamada, Golpe de Timón, que se efectuó el día jueves 20 de febrero y que partió desde Catia hasta la Plaza Venezuela.
«El movimiento Popular está muy, muy debilitado, pero estos son signos, digamos, de resurgimiento, y precisamente en estos retos, se renace el pueblo aunque esté en la peor de las situaciones. Yo creo que ya hay signos, hay una indignación general en las calles, que empieza a moverse y va a poner de frente realmente lo que es la voluntad mayoritaria y pobre del pueblo venezolano…
» Añadió Denis: «…lo mas probable, esto es que va tener la tendencia a que se vuelva cada vez mas violento, ellos va a necesitar mucha sangre, no estamos hablando de una, dos tres personas, sino, de centenares de personas que realmente armen todo el cuadro internacional necesario y forcen el resto de la burguesía a pronunciarse a favor de la conspiración, para eso es para lo que tenemos que estar preparados…»
Se sumó Roland Denis a la convocatoria para el 27F: «…eso es a lo que tenemos que estar preparados, primero cuidando nuestras comunidades, armando todas las defensas de nuestras comunidades, y en segundo lugar, viendo, de verdad, movilizaciones gigantescas que tienen que venir, el 27 de febrero tiene que ser una movilización gigantesca de todo el pueblo venezolano, no en la avenida Bolívar, no solamente aquí marchitas para oír a Maduro, realmente tomar todas las calles de Venezuela en todas las ciudades de Venezuela y que se sepa, incluso, atrayendo gente progresista que no necesariamente tiene que ser chavista…»
Añadió con énfasis: «…Ahora yo le digo al gobierno, igualmente, te llegó tu hora, en el sentido siguiente, este cuadro fascista, se facilita también por un inmenso y desastroso, plan y modelo de capitalismo de estado y burocrático, que ustedes vienen estableciendo desde hace ocho años, con eso han debilitado todas las instituciones, han debilitado todo el Movimiento Popular y tiene estas circunstancias en estos momentos en donde nos quieren llevar a una guerra civil…»
«Esto es lucha de clases pura y dura…que esta lucha nos sirva para la Revolución en la Revolución..

Diez Tesis sobre Venezuela, la Comuna y el Estado

George Ciccariello-Maher


01.“La idea de un Estado capaz de funcionar como un no-Estado” es “uno de los  problemas más productivos de todo el legado político marxista” (Bosteels), y esta idea necesariamente conduce a la cuestión de la comuna.
02.De modo similar, comprender a Venezuela luego de Chávez requiere captar en toda su complejidad la aspiración que lleva el nombre de “Estado Comunal”.
03.La historia de la comuna venezolana es la historia de un proceso que se inicia mucho antes del París de 1871, enfatizando las ambivalencias del propio Marx.
04.Esta historia adopta la forma de un encadenamiento dialéctico en el cual las formas comunales y aquellos momentos insurreccionales que las hacen posibles se rodean helicoidalmente.
05.La historia de la comuna no se alinea confortablemente con la lucha por la independencia, sino que se sitúa en un punto intermedio entre Bolívar y Boves.
06.La comuna contemporánea emerge de la lucha guerrillera y, en particular, del  pensamiento de Kléber Ramírez Rojas, cuya idea de un “Estado Comunero” es una aparente paradoja.
07.El Estado Comunal de Chávez no es la comuna: mientras el primero remite a un  proyecto gubernamental, la segunda remite a la tensa relación entre ese proyecto y el  poder constituyente.08.El todavía incompleto proyecto de la comuna venezolana emerge “topárquicamente” de esta tensión con el Estado pero también más allá y contra ella.
09.El Estado Comunal y el Estado liberal representativo no pueden coexistir  perpetuamente.
10.La teoría de la comunización debe ser capaz de lidiar con la tensión y la relación dialéctica entre comuna y Estado, y con los modos contemporáneos bajo los cuales éste podría llegar a “marchitarse”.

Golpismo en continuado y de carnaval

por Bruno Sgarzini
(desde Venezuela)


1.
Las autopistas están llenas, los subtes también, muchos hacen sus planes para la semana larga de carnaval, otros, en cambio, llaman a luchar, a resistir, a salir del gobierno en las calles, demostrar “quienes somos” porque el colchón hace pufffff y se les está desinflando, así que necesitan el vaso de agua de un hecho político que los relance, mantenga la excusa de la tensión,  sirva de espejito de color para afuera, y ahí están, llamando a derrocar el gobierno, a la “desobediencia civil”, a subvertir el orden público, pues.  
Así es que mientras el gobierno está hace cinco días de marchas de dos cuadras de gente para arriba,  la oposición mantiene los cortes de calle con decenas de personas,  y no llena ni una esquina en el principal de Caracas, ubicado en Altamira. Así que desesperados, sus dirigentes, envían cadenas de mensajes, intentan moralizar a su base cabeza de termo, y les piden por favor, llorando, no “vayan a los carnavales”, no es el momento, y se chocan de frente con la semana entera de vacaciones por los feriados largos.
Intentan timonear la tensión, estirarla, y le piden al cielo que llueva un hecho político, que sigan los muertos manipulables, no importa si son míos o tuyos,  el tema es que es un muerto del Estado, de Maduro, que como puede ser que quieran ir a carnavales, que no es el momento, que hay que guarimbear, y Capriles hace equilibrio, pero no, no lo quieren ni allá ni acá, y sus compañeros lo empujan al abismo, a la perdición, de decir “no le voy a lavar la cara de la represión a Maduro, su gobierno es uno moribundo, que se está extinguiendo por la crisis social y económica”.
Y así evita la reunión del Consejo Federal con los 20 gobernadores chavistas y los tres anti chavistas, donde éstos criticaron el accionar de la guardia, condenaron la violencia venga de donde venga,  llamaron a charlar sobre los temas nacionales, y a un diálogo con respeto. A lo que Maduro, vivo, despierto, les dijo, bueno, que eso va, que antes los diálogos eran de elites y de balas para el pueblo, ah, ah el puntofijismo de las desapariciones y los tiros a las protestas, ah el Caracazo. Pero eso sí, les remarca, Maduro,les ladra Cabello, el diálogo es en base al respeto a la constitución, aislando a los violentos, no llamando a derrocar a un presidente que tiene diez meses de gobierno y acaba de aumentar el caudal de votos en una elección que la oposición presentó como un plebiscito.
Ahí están, los opositores, jugando, los que tienen responsabilidad territorial, los alcaldes, algunos, no todos, condenan los hechos de violencia, ven como les están destruyendo el municipio, quemando las calles, destruyendo las plazas, el mobiliario urbano,  pero no sacan a sus policías municipales y se preguntan alguien va a liderar esta locura si sale de madre, como dice Ramón Muchacho de Chacao, y ven cómo hacen para surfear el desinfle, y quedar bien parados.  
2.
La oposición está entrando en el pantano en el que está metida la parte radical, los cabeza de termo sin votos pero con alcaldías de frontera con Colombia y paramilitares.  Y el gobierno les está tirando puentes para que vuelvan, no queden atrapados en otros planes, en las locuras. Les dice vengan, dicen que hay represión, bueno Comisión de la Verdad, quieren paz, bueno, Conferencia de Paz con otros actores políticos opositores más invisibles, la iglesia y la golpista serial Fedecaramas, que no está arriba del tren del golpe pero tiene su vuelo propio de desabastecimiento y extorsión.
El gobierno les pone el cuerpo para contenerlos dentro del orden, del Estado, para que no se vayan en una aventura loca con más muertos. Les abre el diálogo, pero no va a negociar lo que tenga que hacer en economía, como quieren,  les abre la comisión de la Verdad, pero no va a decir que los colectivos armados son el brazo sucio del Estado porque , simplemente, los hechos demuestran que no están metidos en ningún asesinato ni violación a los derechos humanos, y que se los ha demonizado. Les dice, si quieren venir, y que investiguemos con ustedes, vengan, muestren pruebas, no denuncias falsas o montajes, ni acusaciones de que una bala de perdigón de la guardia bajó un pibe, y luego un vídeo demuestra que se cayó solito de un edificio, porque la locura es así, sin límites, degolla motorizados con alambre de púas a la altura de la cabeza, y también les dispara cuando intentan despejar una barricada “pacífica”.
Pero las ONGS bien pagadas en dólares, diría un pirata de la geopolítica, legitiman a la visión opositora, esto, aquello, e invisibilizan lo que hacen, los 12 detenidos con armas, los que tiran molotvs, los que provocan, los que se maquillan los golpes para salir en fotos, porque esto ya se vio, es una guerra de información, y a esa información hay que bañarla, bautizarla con agua bendita, para fortalecer la línea de Estado fallido que reprime por la falta de legitimidad de sus autoridades.  
Por eso es que primero dijeron que había desaparecidos, y no los había, luego hablaron de colectivos armados y represión estatal avalada por las autoridades del Estado, y los inteligencia involucrados fueron presos, y cuatro civiles están con orden de captura por los hechos del 12(que siguen siendo confusos, enredados, y demás calificativos). Después como la fiesta seguía, empezaron los vídeos sin contexto,  así que otra vez los abusos, la represión y la tortura, las 18 denuncias de tortura sin pruebas, y una a muy viva voz en Antena 3 de España, que decía me golpearon, me violaron con un fusil, y si salís a la calle, te matan.
Pero resulta que las denuncias en el Estado son 13, y que la Fiscalía dice lo siguiente: Escuchamos la denuncia de Juan Manuel Carrasco, fuimos al expediente donde decía la oposición que estaba la denuncia y no estaba, así que fuimos al peritaje y  tampoco estaba su testimonio sobre eso, y luego vimos que la denuncia la había hecho con otro abogado que salió en los medios ni bien empezó la bola. Así que de vuelta peritaje, negativo, las preguntas, cómo se sentó en las audiencias si fue cierto, pero la desmentida, el joven, ahora, dice que el Estado miente.

Sin embargo, el Estado si tiene responsabilidades en abusos puntuales (las fuerzas están involucradas en cuatro de las quince muertes y sus presuntos culpables están presos o bajo investigación*), lo que demuestra que esto no es el viva la pepa, que acá no hay una política sistemática de violación a los derechos humanos, como en el Caracazo, donde en Pétare, por ejemplo, la gente subía los cerros, las escaleras de los cerros, y esquivaba los cadáveres y le preguntaba al párroco del barrio, qué iban a hacer con esos muertos, asesinados por las balas de la policía de un Estado que no aparecía por ningún lado. 

*Dos son por los hechos del 12 donde los oficiales de inteligencia no respondieron una orden de actuartelamiento. Otra es por una bala de perdigón que habría disparado un guardia, según testigos y la familia de la víctima. La cuarta ocurrió en una persecución que aparece filmada, pero no hay claridad sobre lo que sucedió ya que la víctima se cayó y tuvo una fractura en el cráneo. Lo extraño es que la víctima aparece en unas fotos vestido de militar entrenando con un rifle de asalto.
3.
La realidad palpable está demostrando que los venezolanos, más del 80%, no están de acuerdo con las 
protestas violentas, que el 71% está de acuerdo con que cualquier decisión sobre el gobierno se tome por la vía electoral. Esto lo dice Oscar Schemel de Hinterlaces, quien también remarca que el 70% está preocupado por el escenario económico” y que lo que se está  montando “es una clínicas de masas 
orientada a provocar una acumulación de angustias, que pueda llevar a un desencadenamiento violento”.
Ahí están los tiros, acá pareciera no importar los venezolanos, si no tensionar, buscar la manera de salir del gobierno o crear un caos constructivo, pero como no se lo puede hacer ya por no tener resortes de poder institucionales , militares, petroleros, lo que quieren  es asediar el Estado, socavarle sus bases, minarle su tarea, debilitarlo, ponerlo en cuestionamiento, que no asome la cabeza,  para que una “inestabilidad política” de ocho ciudades de 335 pase la arena económica, y el gobierno no pueda subordinar a los actores económicos a su plan de administración de divisas, suba de la presión fiscal (para pasar del 13% del PBI a 20%, algo parecido a Rusia, economía similar), disminución de la especulación con la ley de precios justos, y puesta en marcha de diversificación productiva para bajar el poder de extorsión de quienes agudizan los problemas estructurales derivados de la inclusión de millones en el mercado (la distribución de la riqueza) y la falta de inversión en oferta, un cuello de botella de importaciones si los hay, donde el Estado está cada vez más presente para evitar los desfalcos, y así elimina o evita unos enormes negocios.
Este es un derivado de esta guerrita que están armando desde afuera con sus campañas de SOS, y sus artistas pagados o alienados por la desinformación, ya que al dólar paralelo se lo doma o se lo doma (es uno de los principales motivos de la inflación). No es casual que Cabello se pregunte si el dueño de Banesco, Escotet (uno de los principales bancos de Venezuela que acaba de comprar uno en España por 3 mil millones de dólares), no está metido otra vez en aventuras por las cuentas en su banco del tipo que agarraron con explosivos, teléfonos inteligentes, cédulas para tirar para arriba y registro de cuentas en Estados Unidos y Colombia.Casual porque el paralelo es producto de algo, que los bancos están agudizando a piachere.
4.
Acá, detrás de los estudiantes, hay gente preparada, gente que sabe cómo disparar, como posicionarse, atacar y ocultarse en una protesta, unos pueden ser formados por militares retirados o los OTPOR (revolucionarios de colores), pero los paramilitares de Táchira con motos de alta cilindrada no improvisan, usan plataformas de criminales existentes, actúan en terreno pero también te contratan cien motos con armas para enviarlos al caos, a los tiros locos, hoy muy abundantes en algunas partes del país, donde aparece un tipo en moto y resulta que es chavista para alimentar al triturador de la guerra informativa.
Y ahí tienen su experimento en Táchira, en San Cristobal precisamente, donde los comercios abren mirando a todos lados, dejando pasar a poca gente, cobrando caro, los paramilitares  los amenazan con destruirles el negocio, los transportes públicos no existen,  los medicamentos comienzan a escasear, y la noche es tierra de los estudiantes, sus barricadas, y los tipos que en motos de alta cilindrada te disparan o te dicen que no podes andar a esta hora, porque después de todo qué tipo de estudiantes reciben a la guardia con tiros, intentan prender fuego un camión de nafta y atacar tres veces una subestación eléctrica, que abastece a miles de personas.
Pero la pregunta que uno se hace, es si vos sos alcalde, y vienen a tu territorio ¿Por qué no actúas y criticas a la guardia cuando lo hace? ¿Por qué decís que los violentos son chavistas cuando los que están en la calle son los opositores? y ¿Por qué salís arengando las marchas, el desmadre, en tu territorio, la rebelión casi independista? Este es el caso del alcalde de San Cristobal, Daniel Ceballos de Voluntad Popular, el partido de López con alianzas en otros lados, como Guasdolito, con el paramilitarismo colombiano, que actúa como opinaría Álvaro Uribe, y su teoría de separatismo e independentismo, tan cara a las experiencias desestabilizadoras que le dieron color a las “revoluciones” en Libia y Siria.
Ahí está, quizás, una disputa profunda, donde el Estado mide los tiempos, tiene en sitio la ciudad, la rodea con militares del Ejército y de la división de paracaidistas porque si interviene fuerte, le da un hecho político a la oposición, si no, se le puede ir de las manos, pero todo indica que en el mediano una intervención quirúrgica va a ser que eso vuelva a la normalidad, y que los paramilitares se acomoden al nuevo orden del contrabando (se relevaron todos los jefes de la zona por estar implicados en eso) y se banquen a los paracaidistas, que no son de la zona y están menos permeados por la corrupción.
Igual, todo parece indicar que si “las protestas” se desinflan, la oposición va a querer que lo del Táchira sea
permanente, y por eso es de suma importancia observar cómo evoluciona todo por allí, donde la supuesta violación de una muchacha comenzó todo, pero ésta no aparece por ningún lado, según el gobernador de Táchira, Vielma Mora. 
5. 
Todo parece indicar que los cabeza de termo van a ir y venir, caminando las costuras de la tensión, para agudizar el escenario económico, debilitar el Estado en ese sentido, cuestionar y dividir a las bases del chavismo, y si les sale redondo, provocar un estallido social, algo muy difícil si se tiene en cuenta como viene la mano. Y para eso, necesitan muertos, provocar la reacción y uno no sabe hasta dónde van a llegar sin movilizaciones masivas.
Ahí es en que entra el vale todo de estos escenarios, donde las experiencias árabes dan luz, como se juega en estas ligas donde el capital financiero y trasnacional pone a todo lo que da a su Estado representante, Estados Unidos. Allí hay guerras de desinformación,  atentados contra población civil disfrazados de agentes estatales o contra la misma base a la que se quiere atacar para llevarla a la calle, a la guerra civil, que justifique más barbaridades, y así, así, hasta que puedan recoger lo desembrado.
Ahora esa es una chance, no la mejor si piensan en el flujo petrolero (porque atacar el Estado y su infraestructura es la antesala de PDVSA), pero hay que entender que la estrategia es multidimensional. Va hacia muchos lados, y a uno en el mismo tiempo. Una es la de “soltar los locos” y ucranizar todo con legitimación mediática de la violencia “rebelde”, pero por abajo lo que viene es el desorden, y por ende la necesidad de orden. La instalación de la matriz de que el chavismo era viable solo con Chávez, que les puede salir bien, como mal, ya que el chavismo es un monstruo de mil cabezas a la que le cortas una y puede salir otra.
Eso puede ser capitalizado tanto por el policía bueno, Capriles, como por el único que se mantiene declaradamente en el orden constitucional, Henry Falcón de Lara, un socialdemócrata de gestión, que gestiona para arriba y poco abajo, pero es efectivo, y puede ser un líder que emerja si la locura, no llega a buen puerto, pero provoca el debilitamiento del Estado y la consecuente falta de soluciones en el principal partido, el económico.
Esa es la disputa, después de todo el Estado Nación existe, y tiene con qué contarlo.
Bonus track regional: Estados Unidos está probando la unidad de la región, y la capacidad reactiva de su nueva arquitectura institucional para encausar las diferencias. Es por eso que posicionó a través de Panamá una posible convocatoria a una reunión de cancilleres de la OEA, que no va a llegar a buen puerto, posiblemente. Lo que sí se ve clarito es como los Alianza Pacífico no surfearon la ola si no que se tiraron de lleno a apoyar la línea de su mandamás como dios manda, y como China dice chicos, pónganse de acuerdo, y tengan una relación de ganar-ganar. Así es que Venezuela envía un embajador a Estados Unidos como un gesto para recomponer la relación, mientras que Rusia anuncia la posible instalación de una base militar en suelo venezolano*, es decir al frente de Estados Unidos, de su «patio trasero». Va agarrando fuerza el baile, donde Brasil también banca, no fuerte, si no, siempre, imperando sin imponerse. Veremos, veremos, la conspiración parece ser permanente.   
*También en Cuba y Nicaragua
Bonus track: En todo este tiempo, los medios venezolano siguen boicoteando el diálogo y legitimando la confrontación, según el relevamiento de Misión Verdad. 

¿Hacia dónde podría ir Venezuela?

por Guillermo Almeyra



Según el gobierno y sus voceros extranjeros, Venezuela enfrenta ahora un intento de golpe de Estado fascista y proimperialista. Según los conservadores de todo el mundo y la prensa del gran capital, estaríamos ante legítimas protestas democráticas de masa, duramente reprimidas por una “dictadura” socialista. La realidad es otra.
Un golpe de Estado es imposible dado que las fuerzas armadas –incluso el sector más conservador de las mismas y los militares integrados en la boliburguesía– apoyan la llamada “revolución bolivariana”; es decir, un proyecto nacionalista y distribucionista con apoyo popular, un capitalismo de Estado apoyado en la renta petrolera y envuelto en una retórica “socialista”, un intento de dirección vertical, paternalista y burocrático de la economía que intenta asentar al gobierno en una movilización de las mayorías y sólo considera marginalmente las ganancias de los capitalistas. Aunque en vida de Hugo Chávez el gobierno trataba mucho más de erguirse por sobre las clases fundamentales pero apoyándose en los trabajadores, todavía hoy el aparato estatal, en el que el factor más sólido son las fuerzas armadas, pese a sus virajes y a su creciente conservadurismo, sigue siendo nacionalista “popular”.
Lo que presenciamos es la movilización desestabilizadora del sector venezolano dirigido por Leopoldo López, del partido opositor Voluntad Popular, que está estrechamente ligado al Tea Party, a la extrema derecha estadunidense y mundial, a la oposición colombiana y sus representantes militares y paramilitares dirigida por Álvaro Uribe. Dicho sector no acepta la táctica de la mayoría de la oposición dirigida por Capriles que reconoce que el gobierno es legal y cuenta con un apoyo mayoritario pero espera recoger en un futuro próximo el descontento popular por la carestía, la inflación, la escasez y la inseguridad y cambiar a su favor la relación de fuerzas sociales aplicando demagógicamente un “chavismo sin Chávez”.
Los fascistas dirigidos por López y financiados por Estados Unidos y Uribe no pueden esperar dos años hasta la realización de un referéndum revocatorio del mandato del presidente Nicolás Maduro (que, además, temen perder como perdieron las elecciones anteriores). Sus movilizaciones desestabilizadoras buscan presionar a la tendencia conciliadora existente desde hace rato en las filas gubernamentales y al ala más conservadora de los militares para lograr o un gobierno de unidad nacional al que se incorporasen políticos proimperialistas o grandes empresarios, o un gobierno técnico-militar, lo cual, en ambos casos, significaría el fin de la “revolución bolivariana”. Esos sectores fascistas saben que en las fuerzas armadas existen sectores integrados en la boliburguesía y otros que temen y reprimen al movimiento obrero aplicando la idea stalinista de que toda huelga obrera independiente del gobierno “socialista” es contrarrevolucionaria y por eso acabaron a tiros con la huelga de los trabajadores de la Mitsubishi.
El gobierno de Maduro está desconcertado y, entre otros errores, pasó de calificar de fascistas y agentes de Washington a todos los opositores sin excepción, incluidos los que simplemente son conservadores, están engañados o protestas con motivos concretos, a ceder a la presión del ala del chavismo encabezada por el ex vicepresidente José Vicente Rangel, persona muy honorable pero conciliadora, quien propuso e impuso un diálogo prácticamente incondicional con las fuerzas sociales de la derecha al cual concurrieron los sectores empresariales pero que fue rechazado por los partidos de la oposición. Este alternarse entre las amenazas y acusaciones verbales de Maduro y las necesarias medidas gubernamentales destinadas a separar el centro derecha de la extrema derecha, le quita autoridad al presidente y deja a las bases chavistas en la incertidumbre política.
Evidentemente, ni los empresarios creen posible un golpe que sólo contaría con posibilidades de éxito si fuese respaldado por una invasión desde Colombia o de los marines y que llevaría a la guerra civil con resultados muy inciertos, ya que uniría a la mayoría de los venezolanos contra los agresores ni los trabajadores quieren esa guerra.
De modo que la negociación política se impone, pero no a cualquier costo, pues las conquistas sociales y los gérmenes de poder popular no sólo son irrenunciables sino que también deben ser urgentemente consolidados y ampliados como única garantía para la defensa de la soberanía popular y del país y como única vía para salir de modo positivo de esta crisis económica y política.
Los gobiernos de Brasil y de Cuba, en particular, con el apoyo de Bolivia y Ecuador y el tibio sostén argentino y uruguayo, tratan de ayudar al gobierno venezolano a capear la crisis económica y de contrarrestar la presión oficial de Washington a favor de la oposición ultrareaccionaria pero Maduro, por sus oscilaciones y por sus declaraciones místicas, no es una figura muy popular ni siquiera en esos países, donde Chávez contaba en cambio con gran respaldo. Para colmo, hay una seria amenaza en el futuro, ya que Estados Unidos podría lograr en cuatro años la autosuficiencia en combustibles y el petróleo venezolano ya no le resultaría imprescindible. Por lo tanto, la garantía de la “revolución bolivariana” y de la apertura de la vía para avanzar hacia el socialismo consiste en la movilización de los trabajadores, su actividad independiente, el desarrollo de las experiencias de poder popular y la alianza entre ellos y los más democráticos en las fuerzas armadas para enfrentar los intentos de alianza entre la vieja burguesía y la boliburguesía. Una vez más, como en el Chile de Allende en los setenta, para consolidar hay que avanzar. 

Venezuela más allá de las protestas: La revolución llegó para quedarse

por Eva Golinger

Para quienes no conocen bien al tema venezolano, no se engañen por el título de este artículo. La revolución a la cual se refiere no se trata de lo que muchos medios están mostrando, con protestas llamando para el derrocamiento del Presidente Nicolás Maduro. La revolución que llegó para quedarse es la Revolución Bolivariana, que comenzó en 1998 cuando Hugo Chávez fue electo presidente por primera vez y desde luego transformó a éste país productor de petróleo a una nación progresista con un gobierno del pueblo que prioriza la justicia social. Las manifestaciones tomando lugar durante los últimos días en Venezuela son intentos para socavar y destruir esta transformación con el objetivo de devolver el poder a la élite que dominó al país durante más de 40 años.
Aquellos que están manifestando en contra del gobierno no representan a la mayoría trabajadora que luchó para derrotar la exclusión opresiva de la cual fueron víctimas antes de Chávez. Los jóvenes que hoy salen encapuchados en las calles en Caracas y otras ciudades por el país, destruyendo bienes públicos, vehículos, quemando basura, bloqueando tránsito de forma violenta, y lanzando piedras y cocteles molotov en contra de las autoridades están siendo manejados por intereses extremistas de extrema derecha, del sector más adinerado en Venezuela. Liderados por los neoconservadores Leopoldo López, Henrique Capriles y María Corina Machado – quienes vienen de tres de las familias más ricas del país, el 1% del 1% – los manifestantes no están buscando la revindicación de sus derechos fundamentales, ni están pidiendo educación o salud gratuita, porque todo eso ya está garantizado por el estado, gracias a Chávez. A cambio, ellos están intentando llevar al país a un estado de ingobernabilidad que justificaría una intervención internacional con el fin de provocar un cambio de régimen.
Antes de que Chávez fue electo en 1998, Venezuela vivió una epoca oscura y difícil, con una democracia gravemente herida. Durante los años noventa, la pobreza creció a casi 80%, la economía estaba en el suelo y la clase media estaba desapareciendo con millones cayendo en un desespero económico. Las garantías constitucionales estaban suspendidas, un toque de queda nacional fue impuesto y la corrupción era masiva. Aquellos que protestaban en contra del gobierno fueron brutalmente reprimidos y muchas veces, asesinados. De hecho, durante el periodo de la llamada “democracia representativa” en Venezuela, del 1958 al 1998, antes de la transformación a una democracia participativa bajo Chávez, miles de venezolanos fueron desaparecidos, torturados, perseguidos y asasinados por las fuerzas del estado. Ninguno de sus derechos fueron garantizados y nadie, con la excepción de las víctimas, le importaba. Organizaciones internacionales de derechos humanos demostraban poco interés en Venezuela durante esa epoca, a pesar de las claras y sistematicas violaciones en contra del pueblo.
Aquellos que tenían el poder en esos años, también conocidos como la “Cuarta República”, representaban una minoría elitesca – familias que tenían la riqueza de la nación y sacaban provecho de las lucrativas reservas petroleras. Millones de dólares de las ganancias petroleras que pertenecían al estado (el petróleo fue nacionalizado en Venezuela en 1976) fueron robados y sacados del país a través de las hinchadas cuentas bancarias de venezolanos enriquecidos y funcionarios corruptos que tenían casas en Miami, Nueva York y la República Dominicana, donde vivían en lujo, mientras sufría la mayoría empobrecida en el país.
La victoria electoral de Hugo Chávez en 1998 acabó con el banquete opulento que la élite venezolana había disfrutado durante décadas, mientras destruían al país. Chávez fue elegido precisamente para romper el poder que esos grupos habían aprovechado durante tantos años, y su promesa fue la revolución – la transformación completa del sistema económico, social y político del país. Sus victorias electorales fueron sólidas, año tras año, cada vez aumentando en popularidad a medida que más y más venezolanos se sintían motivados a participar en la política y la construcción de una nueva, inclusiva nación con la justicia social como bandera.
La elección de Chávez fue un duro golpe para Washington que quería el control de las reservas petroleras de Venezuela – las más grandes del planeta. En abril de 2002, la administración de Bush apoyó un golpe de Estado contra Chávez, dirigido por la misma élite que había estado en el poder antes. El golpe de estado utilizó marchas masivas en las calles de Caracas, integradas por la clase media y la clase alta, pidiendo el derrocamiento de Chávez. Utilizaron francotiradores para disparar a la gente en las marchas, creando violencia y caos, y luego responsabilizando a Chávez por la masacre. La televisión, radio y los periódicos en Venezuela se unieron a los esfuerzos de golpe de Estado, manipulando las imágenes y distorsionando los hechos para justificar el derrocamiento de Chávez. Lo convirtieron en el villano, el malvado dictador, el asesino brutal en los medios de comunicación internacionales, aunque en realidad los opositores apoyados desde Washington fueron los responsables de la muerte y la destrucción causada. Después Chávez fue secuestrado el 11 de abril de 2002 e iba a ser asesinado, y los empresarios, dueños de medios y dirigentes opositores detrás del golpe tomaron el poder e impusieron una dictadura. Disolvieron todas las instituciones democráticas del país, incluyendo la Asamblea Nacional y el Tribunal Supremo de Justicia.
La mayoría que había votado por Chávez y se había convertido en protagonista del proceso político, estaba determinado a defender su democracia y salieron a las calles para exigir el retorno de su presidente. Cuarenta y ocho horas después, Chávez fue rescatado por millones de sus seguidores y las fuerzas armadas leales. El golpe fue derrotado y la revolución sobrevivió, pero las amenazas continuaron.
Meses después, un sabotaje económico intentó destruir a la industria petrolera. 18.000 trabajadores de alto nivel de la empresa estatal, PDVSA, abandonaron el trabajo, saboteando equipos y causando acerca de 20 mil millones de dólares en daños y perjuicios a la economía venezolana. Luego de 64 días de paro, los supermercados vacíos debido al acaparamiento intencional para crear pánico, y una brutal guerra mediática donde todos los medios privados transmitían propaganda de la oposición 24/7, los venezolanos estaban hartos de la oposición. La popularidad de Chávez se disparó. Un año y medio más tarde, cuando la oposición intentó sacarlo del poder a través de un referéndum revocatorio, Chávez ganó una victoria aplastante 60-40 .
Dentro de las fuerzas opositoras que intentaban derrocar a Chávez en 2002 estaban los mismos tres dirigentes que hoy llaman a sus seguidores a salir a las calles para forzar al presidente actual, Nicolás Maduro, del poder. Leopoldo López y Henrique Capriles eran alcaldes de dos de los municipios más ricos de Caracas durante el golpe de 2002 – Chacao y Baruta, mientras María Corina Machado era una estrecha aliada de Pedro Carmona, el empresario que se proclamó dictador durante el breve derrocamiento de Chávez. López y Machado firmaron el infame “Decreto Carmona” que disolvió todas las instituciones democráticas en Venezuela, destrozando la Constitución. Capriles y López fueron responsables de la persecución y la detención violenta de miembros del gobierno de Chávez durante el golpe de Estado, incluso permitiendo a algunos de ellos de ser golpeado públicamente, como Ramón Rodríguez Chacín, ex ministro del Interior en 2002.
Los tres han sido principales beneficiarios de la financiación de EEUU y su apoyo político a los esfuerzos para derrocar a Chávez, y ahora Maduro. La Fundación Nacional para la Democracia ( NED), el Instituto Republicano Internacional (IRI ) y el Instituto Nacional Demócrata (NDI ), pusieron los fondos iniciales para la ONG de Machado, Súmate, y el partido de derecha de López y Capriles, Primero Justicia. Cuando López se separó de Primero Justicia en 2010 para formar su propio partido, Voluntad Popular, fue financiado desde las agencias estadounidenses.
Durante el período 2000-2010, las agencias de Estados Unidos, incluyendo la Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos (USAID) y su Oficina de Iniciativas para la Transición (OTI ), creada en Caracas en 2002, canalizan más de 100 millones de dólares a los grupos de la oposición en Venezuela. El objetivo era un cambio de régimen.
Cuando Chávez fue reelegido en 2006 con un margen aún mayor de victoria, casi el 64% de los votos, Washington cambió su apoyo para los tradicionales partidos políticos de oposición con el fin de crear otras nuevas con rostros juveniles y frescos. Más de un tercio de la financiación de EEUU, cerca de 15 millones de dólares anuales para el año 2007, fue dirigido a grupos de jóvenes y estudiantes. Parte de ese dinero fue para la capacitación en el uso de las redes sociales para movilizar el activismo político. Líderes estudiantiles de la oposición fueron enviados a EEUU para talleres y conferencias sobre el activismo en Internet y las redes sociales. Fueron formados en las tácticas para promover un cambio de régimen a través de disturbios callejeros y el uso estratégico de los medios de comunicación para retratar al gobierno como represor.
En 2007, estos grupos de estudiantes, financiados y entrenados por agencias de Estados Unidos, se lanzaron a las calles de Caracas para exigir la destitución de Chávez después de que el gobierno decidió no renovar la concesión pública de RCTV, un canal privado de televisión popular conocido por sus telenovelas. Las protestas fueron compuestas por jóvenes de clase media y alta y políticos de la oposición, defendiendo los medios corporativos y un canal también conocido por su participación directa en el golpe de abril de 2002. A pesar de que sus protestas no lograron su objetivo, los “estudiantes” obtuvieron sus credenciales como un sector sólido de la oposición. Más tarde ese mismo año, su movimiento ayudó a derrotar por un pequeño margen de victoria una reforma constitucional que Chávez había propuesto en un referéndum nacional.
Cuando el presidente Chávez falleció en marzo de 2013 después de una brutal batalla contra el cáncer, la oposición vio la oportunidad de quitarle el poder de sus seguidores. Elecciones presidenciales fueron celebradas el 14 de abril de 2013 en un ambiente extremadamente tenso y volátil. Nicolás Maduro, el sucesor elegido por Chávez, se postuló contra Henrique Capriles, quien meses anteriores en octubre de 2012 había perdido la elección presidencial contra Chávez por 11 puntos. Esta vez, sin embargo, los resultados fueron mucho más estrechos con Maduro ganando por un margen de poco menos de 2 puntos. Capriles se negó a aceptar los resultados y llamó a sus partidarios a salir a las calles para protestar y “desgastar toda su rabia”. Durante los dos días después de las elecciones, 11 chavistas fueron asesinados por los seguidores de Capriles. Fue un baño de sangre que no recibió atención en los medios internacionales, las víctimas no eran suficientemente atractivos, y estaban en el lado equivocado.
Mientras 2013 avanzaba, la crisis económica en el país se intensificó y la vieja estrategia de acaparamiento de productos para provocar escasez y pánico entre la población había regresado. Productos de consumo básico desaparecieron de los mercados – papel higiénico, aceite para cocinar, leche en polvo, harina de maíz – cosas necesarias para la vida cotidiana en Venezuela. La inflación empezó a subir y la especulación y aumento de precios habían disparado. Aunque una parte de esta situación estaba relacionada con el control cambiario de divisas para evitar la fuga de capital, mucho tuvo que ver con el sabotaje. Una guerra económica total estaba en marcha contra el gobierno de Maduro.
Los problemas persistieron durante todo el año y el descontento creció. Pero cuando de nuevo hubo elecciones en Diciembre para las alcaldías, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) tuvo una victoria contundente. 242 de 317 alcaldías fueron ganadas por el PSUV, mostrando que una sólida mayoría del país todavía apoyaba al gobierno.
Maduro llamó a los gobernadores y alcaldes de oposición recién electos a una reunión en el palacio presidencial a finales de diciembre en un intento de diálogo y para crear un espacio de trabajo juntos para mejorar la situación del país. La reunión fue generosamente recibida por la mayoría de los venezolanos. Sin embargo, extremistas como Machado y López vieron a la reunión como una amenaza a su objetivo de derrocar a Maduro antes de que terminara su mandato en 2019. Empezaron a llamar a protestas en la calle y otras acciones contra el gobierno.
En enero de 2014, cuando los venezolanos volvieron de sus vacaciones navideñas, las dificultades económicas continuaron. Maduro comenzó a tomar medidas enérgicas contra empresas que violaban las leyes recién promulgadas para el control de precios y contra la especulación. Hacia finales de enero, se anunciaron nuevas medidas para las divisas que muchos percibían como una devaluación de la moneda nacional, el bolívar. Los opositores usaron el momento para demandar la renuncia de Maduro de nuevo. Para febrero, pequeños focos de protestas surgieron en diferentes partes del país, principalmente en los sectores de clase media y alta.
Durante la celebración del Día Nacional de la Juventud, el 12 de febrero, mientras miles de personas marcharon pacíficamente para conmemorar los logros históricos de la juventud en la independencia de la nación, otro grupo impulsó una agenda diferente. La juventud opositora, los “estudiantes”, encabezaron una marcha agresiva pidiendo la renuncia de Maduro que terminó en un violento enfrentamiento con las autoridades después de que los manifestantes destruyeron fachadas de edificios, incluyendo la oficina del Fiscal General, y lanzaron objetos contra la policía y la guardia nacional y utilizaron bombas molotov para quemar bienes y bloquear tránsito. Los enfrentamientos causaron tres muertos y varios heridos.
El líder de la protesta violenta, Leopoldo López, pasó a la clandestinidad después de la confrontación cuando fue emitido una orden de arresto contra él debido a su rol en los eventos mortales y sus llamados públicos para derrocar al presidente. Días más tarde, después de un show que incluyó la transmisión de videos “desde la clandestinad”, López convocó a otra marcha y aprovechó el evento para entregarse a las autoridades. Fue detenido para ser interrogado, todos sus derechos garantizados por el Estado.
López se convirtió en el punto de lanza de las violentas protestas, que han continuado hasta la fecha, causando varias muertes adicionales, decenas de heridos y la destrucción de la propiedad pública. Relativamente pequeños grupos violentos de manifestantes bloquearon el tránsito en las zonas más ricas de Caracas, causando retrasos en el tráfico y aterrorizando a los residentes. Varias muertes han resultado porque los manifestantes se negaron a dejar que ambulancias pasaban para llevar a enfermos a la sala de emergencias.
Irónicamente, medios internacionales han presentado a estos manifestantes violentos como víctimas de la represión estatal. Incluso algunas celebridades, como Cher y Paris Hilton han sido arrastrados a una falsa histeria, pidiendo la libertad de los venezolanos de una “dictadura brutal”. La realidad es muy diferente. Si bien no hay duda de que un número significativo de manifestantes en las marchas más grandes que se han producido los opositores han protestado pacíficamente sus preocupaciones legítimas, la fuerza impulsora detrás de esas protestas es un plan violento para derrocar a un gobierno democrático. López, quien ha declarado públicamente su orgullo por su papel en el golpe de abril de 2002 contra Hugo Chávez, sigue pidiendo a sus seguidores a protestar contra la “dictadura” venezolana.
Mientras decenas de gobiernos y organizaciones internacionales, entre ellas la Unasur y Mercosur han expresado su claro apoyo y solidaridad con el gobierno venezolano y el presidente Maduro, Washington se apresuró a respaldar a los manifestantes de la oposición y a exigir la liberación de todos los detenidos durante las manifestaciones. Hasta el gobierno de Obama amenazó al presidente Maduro con consecuencias internacionales si Leopoldo López fuera detenido. A raíz de la primera ola de violentas protestas, Maduro expulsó a tres diplomáticos estadounidenses de la Embajada de EEUU en Caracas, acusándolos de conspirar para reclutar estudiantes en Venezuela para participar en la desestabilización.
Mientras la violencia continúa en algunas zonas del país, Maduro ha hecho llamados y esfuerzos para la paz. Un movimiento por la paz fue lanzado hace días, dirigido por artistas, deportistas y personalidades de la cultura, junto con las comunidades organizadas que buscan poner fin no sólo a la caótica situación actual, sino también a los altos niveles de criminalidad que han afectado al país durante los últimos años.
La mayoría de los venezolanos quiere paz en su país, y la mayoría sigue apoyando al gobierno actual. La oposición no ha presentado una plataforma alternativa o una agenda más allá de un cambio de régimen, y su dependencia de la financiación y el apoyo de EEUU – incluso este año Obama incluyó 5 millones de dólares en el Presupuesto del 2014 para los grupos de oposición en Venezuela – es un signo permanente de su debilidad. Como un cable del Departamento de Estado de la Embajada de EEUU en Caracas, publicado por Wikileaks, explicó en marzo de 2009, “Sin nuestra asistencia continua, es posible que las organizaciones que ayudamos a crear … podrían ser forzadas a cerrar … Nuestro financiamiento a esas organizaciones es una línea de vida muy necesaria”.
Durante la última década en Venezuela, la pobreza se ha reducido en más del 50 por ciento, la atención médica es gratuita y accesible a todos, al igual que la educación desde la primaria hasta la universidad. Subsidios públicos proveen alimentos y viviendas a precios acesibles para los que lo necesitan, así como programas de capacitación laboral y ayuda a las pequeñas y medianas empresas. Los medios de comunicación, especialmente medios comunitarios, se han expandido en todo el país, dando más espacio para la expresión de diversas voces. Acceso a Internet ha aumentado considerablemente y el gobierno también ha construido cientos de infocentros públicos con acceso a computadoras y conexión a Internet gratuita en todo el país. Los estudiantes tienen computadoras portátiles y tabletas de uso gratuito para sus estudios. El gobierno ha elevado el salario mínimo en un 10-20% cada año llevando a Venezuela a tener uno de los salarios mínimos más altos de América Latina. Las pensiones están garantizadas después de tan sólo 25 años de trabajo y los que trabajan en la economía informal todavía se les garantiza una pensióndel Estado.
Mientras problemas persisten en el país, como en todas partes, la mayoría de los venezolanos quieren defender a los inmensos logros sociales y políticos que han tenido en los últimos catorce años. Una oposición sin nada que ofrecer excepto la intervención extranjera y la incertidumbre no le atrae a la mayoría. Por desgracia, los medios de comunicación no proyectan esta realidad, o no la presentan con el fin de avanzar una agenda política. En Venezuela, la revolución llegó para quedarse y los intereses del 1% no van a derrotar los del 99% que ya están en poder.

Inmersión en el Silicon Valley Ritornelo 10

Por Carolina Di Palma


A tío Titi desde chico le gustó ser Superman. Me cuentan que cuando era chico hacia un show para las primas y primos donde se tiraba del placard haciendo que volaba y que, mi otra tía, cobraba las entradas para verlo. Mi abuelo Dante se copaba con su sobrino, le ponía su Ford T en un badén y le decía que lo empujara así todos veían como movía el auto.

Tío Titi vivía en Lanús y era mecánico hasta que decidió irse a vivir a Los Ángeles. Allí siguió su negocio pero se expandió y comenzó a hacer service de aviones.  Hoy ya pasaron 50 años de eso y nos mandó una foto cuando se enteró que estábamos por San Francisco: “aquí estoy con mis chiches, un Jet Piper aerostar 700, un Jet un N110Hb y un Jet N33OHB”.

Tío Titi es piloto de jets hace más de 50 años.

Prendemos la compu, iniciamos Windows, abrimos Skype y buscamos su contacto.

-Hola Tío Titi! Como estas!

-Bien acá mirando en partido de Lanús.

Lo vemos en su oficina en su casa mirándonos por la pantalla lleno de papeles alrededor.

-Me hubiera gustado ir para allá, tengo una hora y media de vuelo nada mas, pero estos días estoy trabajando.

Conexión lenta, desconecte la cámara, dice Skype.

-Hola, Tio Titi, me escuchas?

-Hola Hola Hello Hello

Videollamada

-Hola Tío Titi, me escuchas?

-Hola, si si, aca estoy, hollaaaaa

-Se cortó

-Sí, se cortó

-Lo que pasa es que desde que Microsoft compró Skype no funciona muy bien, dice Tío Titi

-Qué, Microsoft compró Skype?, pregunto yo

-Si es que Micros…

-Hola, Hola

Conexión lenta, desconecte la cámara

Videollamada

-Hola Hollaaaaa, me escuchas Caro?

-Si, Tío Titi, te escucho, a ver si te puedo ver?

-Hola, si si, te veo, me dice

Error de Windows, presione enter para recomenzar el sistema operativo

La put madr!!! Se colgó la compu!

Entro a Windows de nuevo, abro Skype y llamo a Tío Titi de nuevo

Videollamada

-Hola Hola Holllaaaaaa

-Tío Titi! Me escuchas?

-Hola hola si si, a ver si te puedo ver

-Vi las fotos que me mandaste, le digo

-Sí, vuelvo hace más de 50 años, es lo mío

-Y tu mujer, como esta?

-Bien, ella hace ropa,  le hace la ropa a la mujer de Reagan

Error de Window, reinicie el sistema, presione enter para reiniciar

La put madr!!

Abro Windows, abro skype,

Videollamada.

-Tio Titi, me escuchas?

-Dijiste que tu mujer hace ropa para la mujer de Regan o yo entendí mal?

-Si, hubo una época donde las mujeres se vestían así, pero ahora las jóvenes lo solucionan comprando en GAP.

-Tio Titi, hola, hola

Conexión lenta, desconecte el video

La put madr!!!

Videollamada

Se corta

Suena el celular

-Sí, algo pasa, se corta todo el tiempo

-Bueno, probemos de nuevo

Videollamada

-Hola holaa hollaaa

-Hola hola, si parece que ahora sí

-Bueno y yo hago paseos en jet…

-Ah sí! Te dedicas a eso ahora?

-Y sí, me encanta, doy paseos para los del cine, por ejemplo Tom Cruise o a John Travolta o ese de la película Gosht que no me acuerdo como se llama

Error de sistema, reinicie el sistema, presione enter para reiniciar

La put madr! La conch de la lora! Y la put madr!!!

Videollamada

-Hola Hola Tio Titi, vos me acabas de decir que paseás en jet a Tom Cruise o yo escuché mal?

-Si sí, damos piruetas, a ellos les gusta

-Tio Titi vos me estás diciendo que haces piruetas con los jets?

Error del sistema de Windows, reiniciar el sistema

La concha de la lora y la gran puta que los parió!

-Hola hollaaaa holaaaa

-Hola, si si, bueno en realidad cuando fui a Rusia, eso fue lo más lindo, fui por el brevet allá y cuando dije que era argentino, lo mejor, nos hicimos amigos, fue fantástico, tenía muchas más horas de vuelo que los jóvenes, j aja a

-Tio Titi, me estas diciendo que volaste en Rusia?

-Si sí estuvimos “jeteando”

-Tio Titi, vos acabas de decir la palabra “jeteando” o yo entendí mal?

Error del sistema, presione enter para reiniciar el sistema operativo

¡La re concha de la lora a las tecnologías, los bits, los paseos de Tom Cruise en jet, Bill Gates y la trola de Melinda!

Hacemos control-alt-delete y cambiamos de booteo a Linux.

Buscamos el site de Microsoft y vemos Windows 8.1. http://windows.microsoft.com/es-ar/windows-8/meet  y el Office 365 que tiene todo y sirve también para Mac.

Microsoft no tiene sus sedes centrales en el Silicon Valley, las tiene en Washington DC.

Como todos los demás, Microsoft tiene un campus con más de 80 edificios donde viven y trabajan más de 45 mil personas, tienen museo y hasta un lago llamado “Bill”. La empresa está dirigida por un Consejo de administración compuesto por diez personas que no guarda relación directa con la dirección de la compañía, como es habitual para las sociedades que cotizan en Bolsa de valores. Cotizar en bolsa es uno de los negocios de estas mini pymes de IT, el otro, monetizar el tiempo de ocio.
Bill Gates la hizo, igual que Steve Jobs, con inteligencia, con astucia y afanando. Por eso la peli “Los piratas del Silicon Valley”, documental no autorizado pero que ganó un montón de Emmy, aunque eso no quiere decir nada. Bill tiene más de 80 mil millones de dólares, fortuna que aumentó en 2013 convirtiéndolo  en el hombre más rico del mundo.

Pero lo más interesante de este titán es la fundación Microsoft Research http://research.microsoft.com/en-us/ con más de 1100 científicos e ingenieros. Tiene laboratorios en Washington, Readmont,  sede las oficinas centrales,  Lab del Cairo en Egipto, Lab de Herzelia en Israel,  el de Asia, en Beijin China, Lab de Cambridge en Inglaterra, Lab en India en Bangalore, el de New Englands, el de NY Citi, el del Sillicon Valley en California, la  Station Q en Santa Bárbara, aquí estudian quantun tecnhonoly, el Future Social Experiencie en Washington, y uno nuevo en Hawai, con 572 me gustan en FB, además del que tiene en Europa, Munhich, en Alemania con el que recibieron apoyo del Centro Leibinz para la informática. ¡Otra que embajadas del estado nacional!, eh?

Las areas de investigación: Comunicación y colaboración, Lenguas computacionales, Ciencias de la computación, Creación de redes y sistemas informáticos, Economía y procesos de información y computación, Educación, juegos de azar, entrenamiento, Hardware y dispositivos, Gráficos y multimedia, Salud y bienestar, Interacción persona máquina, Gestión y recuperación de información, Inteligencia y aprendizaje automático, Seguridad y privacidad, Ciencias Sociales, Desarrollo de software, Teoría, y Otras.

Una de las investigaciones más interesante para nosotros es  la tecnología háptica, sobre las “fuerzas de inactividad en el trabajo:«El dedo está siempre al tanto de movimiento. A medida que el dedo empuja en la pantalla táctil y los sentidos se funden con la visión estéreo, si hacemos la convergencia correcta y actualizamos las imágenes constantemente para que se correspondan con la percepción de profundidad de su dedo, esto es suficiente para que su cerebro para aceptar el mundo virtual como real «. O bueno, por supuesto, el desarrollo de software predictivo de datos como el PredictWise  que lo usan para divertirse viendo quien va a ganar el Oscar pero con el que también “están muy emocionados de poder extenderlo a proyectos de economía y negocios.»

Microsoft contrata a trabajadores tanto extranjeros como nacionales y se declara en contra de las limitaciones sobre los visados H1B, que permiten a las empresas de los Estados Unidos contratar trabajadores extranjeros. Bill Gates denuncia que las limitaciones al visado H1B hacen difícil contratar empleados para la compañía. Muy interesante sobre este tema la base naval en el Pacífico que algunos están creando para no tener problemas con el estado norteamericano, busquen Blueseed.

En Microsoft dicen que sus trabadores: “se imaginan lo que viene después, sin preocuparse de los plazos de entrega del producto”.

Por otra parte, toda la bondad del mundo hizo que Bill Gates dejara su trabajo en Micrososft y se dedicara a la fundación que tienen con Melinda, su mujer, http://www.gatesfoundation.org/. En junio de 2010, Bill Gates comenzó una campaña para conseguir que los hombres más ricos de los Estados Unidos donen al menos el 50% de su fortuna en vida o como herencia, “filantrópicamente”. Y en la fundación tienen una causa que dice así: “Colaboramos con organizaciones asociadas en todo el mundo a fin de corregir problemas esenciales poniendo en marcha programas en cuatro ámbitos diferentes. Nuestra División de Desarrollo Mundial se consagra a ayudar a las poblaciones más pobres del mundo a salir de la pobreza y a resolver el problema del hambre por sus propios medios. Nuestra División de Salud Mundial tiene por objetivo aprovechar los avances de la ciencia y la tecnología para salvar vidas en los países en desarrollo. Nuestra División de los Estados Unidos se dedica  a elevar el nivel de educación secundaria y postsecundaria en el país y prestar apoyo a los niños vulnerables y a sus familias en el estado de Washington. Por último, nuestra División de Defensa y Políticas Mundiales procura establecer relaciones estratégicas y promover políticas capaces de lograr que nuestra labor llegue lejos. A la hora de conceder subvenciones en estas cuatro esferas hacemos hincapié en lo que respecta a colaboración, innovación, asunción de riesgos, y, sobre todo, resultados”.

Y además, “nuestros recursos por sí solos no bastan para promover las causas que nos importan. Por ello, realizamos gestiones de defensa de esas causas para impulsar políticas públicas que potencien nuestra labor, para establecer asociaciones estratégicas con entidades gubernamentales, así como del sector público y privado, y para fomentar una mayor concientización pública en torno a cuestiones de urgencia en el ámbito mundial. Nuestra División de Defensa y Políticas Mundiales  cuenta con equipos dedicados a tareas de defensa de las causas, análisis de políticas y relaciones gubernamentales, así como a gestiones encaminadas a fortalecer al sector de la beneficencia en los Estados Unidos y en el extranjero. Además del personal que se encarga de estos asuntos en nuestra sede de Seattle y en Washington, D.C., tenemos una oficina europea con sede en Londres, oficinas nacionales en la China y la India, y representantes en Etiopía y Sudáfrica”. 

Al mismo tiempo, y en paralelo con la bajada del G8 que todos conocemos sobre la obligatoriedad de las empresas de hacer RSE, deducen impuestos a través del “501 (c) (3). Código que el Servicio de Impuestos Internos de Estados Unidos (IRS, por sus siglas en inglés) aplica a las organizaciones para indicar su condición de exentas de impuestos, cada vez que otorgan una Subvención”, “suma de dinero destinada a sufragar los gastos de un proyecto o un fin precisos. La Fundación subvenciona tareas que se encuentran dentro del elenco de sus prioridades específicas en materia de concesión de subvenciones y que apoyan sus principios rectores. Conforme establece su escritura de constitución, la Fundación no suministra fondos a particulares”.

Pero lo más más interesante de este delirante de Bill Gates que encaja perfectamente con lo que Deleuze y Guattari trataron de contar en los dos tomos de Capitalismo y Esquizofrenia es que Bill le mandó una carta al mundo este año, no a la nación, no al pueblo, no la comunidad, no a la humanidad, sino “al mundo”. http://annualletter.gatesfoundation.org/es/#section=mito-1

Y dice así:

Mi optimismo sobre esta cuestión es tal que me atrevo a lanzar una predicción. Para el 2035, casi no quedará ningún país pobre en el mundo. 2Casi todos los países se situarán en la franja de los que ahora llamamos países de ingresos medianos bajos, o incluso serán más ricos. Los países seguirán el ejemplo de sus vecinos más productivos y sacarán el máximo partido de innovaciones como las nuevas vacunas, mejores semillas de cultivo y la revolución digital.

Great! So cute! Billy

La Contraofensiva

por Helena Pérez Bellas



La literatura está hecha para vengarse. La literatura está hecha para matar y no ir preso. La literatura está hecha para ajustar cuentas. La literatura está hecha para imponer un discurso. Vos te callás. Y lees. Me lees. La literatura está hecha para decir la verdad. Pero es mentira. La literatura está hecha para torturar. La literatura está hecha para imponer el amor. El amor siempre atrae al amor. Es así aunque no te guste. Vos lees y vos te callas la boca. Ahora voy a hablar yo. Y te la vas a bancar.
No digo tu nombre porque no tenés. Tu documento dice una cosa pero tengo noticias: no sos nada. Igual si me apuras digo tu nombre, yo no me callo más. Pero no existe. Lo que era música ahora es nada. Aún así, en la potencia de la mentira, nunca pudiste conmigo. Siempre supe, no soy tonta. Pero para escribir hay que vivir. Yo decidí las dos cosas: escribir y vivir. No te halagues que tu función es esa. Vos me podrás haber cogido a mí. Una, diez, cien veces. Pero la que escribe soy yo. Vos y tu página en blanco se van a casar. Van a tener hijos. Hijos sin nombre.
Me tratan mejor los fascistas que vos. En tu superioridad política tenés límites: para adentro basura. La pluralidad de voces tiene esos límites. Radios para todos, yo en silencio. Callate la boca ahora voy a hablar yo.
Estoy triste y despistada. Pero no me lo permito mucho tiempo. La gente quiere que llore y que me muestre así. Que abra el corazón. Que haga de esto un drama íntimo, que me esconda, que me lo guarde para mí. Rondas de mujeres llorando. Obsesión y no hay vuelta atrás. Repetir, comparar, corroborar historias. Olvidate. Callate la boca no te quiero escuchar. Esto no es un diálogo. Es un discurso que como una flecha va en una sola dirección. Directo al corazón no porque no tenés. Al hígado porque me dijeron que duele mucho, que te desangras de a poco mientras en el último aliento que se repite cientos de veces se te va el aire de la vida. Morite de a poco así recordás. Yo me voy a quedar a tu lado no temas. No hay nada que temer. Es lo que tiene que pasar. No insistas en vivir no hay manera. Tu vida se terminó en el momento en el que decidiste trastocar la mía. Quién te crees que sos. Con quién te pensás que te metiste. A dónde crees que te podés esconder. No hay a dónde correr. Esta ciudad es chica. No te toques la herida que igual no va a parar de sangrar. Intentaste sacar el celular y lo tire lejos. Pero lo suficientemente cerca como para que te arrastres. No te lo voy a impedir. Ahora te lo pateo con los mismos borceguíes con los que te fui a tirar la puerta abajo. Tu sangre en el cemento alisado van formando el mapa de nuestra vida. Con los dedos y tu sangre formo tinta y escribo. Solo te podes arrastrar con los codos. Me pedís por favor. Y no te das cuenta de la suerte que tenes, pedazo de hijo de puta. Porque yo estoy con vos en este dolor inmenso, te contemplo callada. A mi me dejaste sola. Me tiraste en una habitación a oscuras como a un cordero cerraste la puerta tiraste la llave y me fui quedando ciega. No enloquecí porque aprendí a contar. Hice cálculos matemáticos de noche y de día. Porque no sabía que era el sol y que era la luna. Repetí las capitales de toda América Latina para no volverme loca. En el dolor no hay ventanas, no hay estrellas, no hay sonido, es el cero absoluto. Me sacaste del cielo para dejarme en el infierno de la tierra. Hiciste de mi vida algo normal, cuando yo vivía en la fantasía. Pero aún así, escuchame bien, siempre supe. Vos crees que sos más inteligente que el resto: no es así. Ahora mismo en el último momento de tu comunión con la tierra de los vivos te olvidas de eso. Vos vas a dar un paseo por donde yo estuve. Animal. Bestia. Salvaje. Bruto. Imbécil.
Si me tenes miedo haces bien. Aprende a rezar. Yo me rebaje a creer en dios porque cuando ya no sabes como pedir que pare el dolor le pedís a dios, al cielo, a las fuerzas superiores que te hagan el favor de. Ya basta. Aún así no me sacaste la poesía. Género menor que poco importa si no estalla en la prosa. Sigo siendo igual de contundente no paro. Voy para allá. Parece que estoy lejos como una estrella, pero otra vez un error de tu parte. Estoy estallando. La brisa va ir ordenando los fuegos de artificio de mi rabia. Una constelación caliente color sangre. De mi va a brotar algo luminoso. De vos solo brotara el daño. El viento ira juntando las brasas que caerán en las calles de esta ciudad que me lastima todo el tiempo, porque la caminamos juntos. De la mano. Yo sonreía y contenta esperaba siempre el semáforo en rojo. Para poder ponerme en puntas de pie y formando un circulo de ternura colgarme de tu cuello. Darte un beso con el ruido del tráfico de fondo. Que me agarraras la cola en público poco me importo. En tu derecho legítimo estabas. Si la legislatura interna de mi cuerpo sesiono a tu favor. Firme y sólido candidato a tocarme el culo donde quieras. Ahora te lo voy a tocar yo a vos. Y te va a gustar.
Te dije que te quedara quieto y que escuches. Se termino la paz, empezó la guerra. Vamos a ir a una fiesta y te vas a divertir.
Te acordas cuando me dejabas marcada. Como las ovejas que tienen dueño y hacen lana. La lana de las mantas que nos cubrían en invierno. Si es verdad deje que me pegaras, es todo verdad. Si después tenía que usar hielo y la gente extrañada en los eventos sociales se preguntaba entre murmullos. Por qué se sienta tan raro. Por vos. Fue así y yo lo permití y te gustaba. Te gusta tener propiedad. Sos latifundista del cuerpo. Propietario de las partes privadas. Me hiciste daño con amor. Así que no te tomes esto a mal. Es sadisimo con cariño. Es destrucción con ternura. Es la contraofensiva del amor.
Agarra el pasaporte que nos vamos. Mete tus porquerías en una bolsa de consorcio y mové el culo.
Ahora que estamos lejos. Hablemos.
Tocame la cara, cepillame el pelo, reconoceme. Te quiero. Agarrame de la nuca y apreta. Te quiero. Cede. Hace las preguntas que tenés que hacer. Mirame a los ojos. Que queres saber de mí. De la infancia hasta ahora. No hay nadie, somos desconocidos en un país lejano, rodeados de un idioma que no hablamos. Solo queda nuestro lenguaje, nuestras palabras y el tacto. Meteme una mano entre las piernas sin motivos sexuales de ningún tipo. Cae la nieve, se hace de noche más rápido. Vamos a la cama. Pegate a mi. Convulsiones y llanto. Está todo perdonado. Mi parte más sensible es la cadera. Te voy a decir la verdad. No voy a omitir más nada y voy a parar de mentir. Te dí mi corazón y lo donaste a la ciencia. Me diste un beso y floreció otro. Este también es tuyo, este también lo podes destruir. Mientras te metas siempre adentro mío. Hay esperanza. 

Ingreso al consumo, pura prepotencia emancipadora

por Diego Valeriano


El ingreso al consumo es una acción de pura prepotencia emancipadora.

De imbécil y potente que es, darnos cuenta que el consumo liberava convirtiéndose en jingle post veraniego. Las cientos de batallas que se fueron moviendo de diciembre hasta acá -y las por venir- son su suave confirmación. Esta “intuición” no es una provocación ni mucho menos: que algo nos estalle en la cara no puede serlo. Un estallido en la cara es algo concreto y real. Sorpresivo, pero real. Y lo real es la fuerza que libera.

El consumo tiene la fuerza de provocarnos obrar en libertad. De perseguirla sin quererlo, de constituir acciones de puro reflejo en donde nos movemos de tal manera que no estamos ni sujetos, ni impedidos al deseo. El ingreso al consumo es una acción de pura prepotencia emancipadora. Vulgar y sin moral alguna. No soy libre porque consumo, ni mucho menos consumo, soy libre.

El consumo libera es una verdad colectiva y real. Es principalmente territorial. Surge desde y se ancla en las periferias. Sostiene al capitalismo, destruyendo todo hasta dejar solo lo que ya nos resulta indivisible. Y así lo vuelve más robusto, concreto, periférico y menos reglado.

Se provoca un desborde, un estallido, una fuerza que va arrasando convenciones obsoletas. Momentos de liberación. Acción y reacción. Vida, violencia, muerte, verdad, experimentación y goce. Una nueva voracidad crece embrionariamente. Incontrolable, nueva, inentendible.

Esta verdad del movimiento fortalece una vitalización de las periferias. Se rompe el eje centro / periferia por la metamorfosis continua de los territorios hasta que se vuelven incomprensibles, inabarcables, irracionalizables, Ingobernables y profundamente abundantes.

Joel no sabe que significa un adulto. Solo cree que es lo que sus cuerpos puedan. Sabe muy pocas cosas. Es poseedor de una comprensión proclive a interesarse por lo real. Por absorber lo real y actuar según sus inmediatos deseos.

Con-ciencia: la universidad argentina en la encrucijada

Por Luchino Sívori



Los eventos políticos son educativos y viceversa.”
Paulo Freire, 1994
En los últimos años se ha venido dando una discusión en el mundo de la Academia que tiene como principal característica definitoria la de incluirla, vía alianza con el Estado y el mercado, en los procesos económicos e industriales de los Estado-Nación (Gibbons et al.1994;  Etzkowitz & Leydesdorff, 2000).
Este debate no es puramente reciente ni estrictamente local; sus orígenes datan allí por los años 50 en las por entonces nuevas socialdemocracias europeas, luego de que la guerra mal denominada “mundial” destruyera prácticamente la totalidad de las economías europeas y sus necesidades de renacerla se volcasen en un inmenso Plan Marshall que tenía, como hoy nuestro modelo neo-desarrollista, una gran apuesta por la demanda intensa de productos y bienes de consumo. Estos bienes y servicios que los estados europeos necesitaban crear para volver a crecer se basaron en buena medida en los avances tecno-científicos que se iban dando en la época, cumpliéndose así un ciclo “neo-keinesiano” que logró sacar finalmente del agujero a buena parte del viejo continente.
Hoy en día este pensamiento está teniendo de nuevo lugar en los países desarrollados. La propuesta de la Comisión Europea a través de su multimillonario programa de Investigación e Innovación Horizon 2020 (http://ec.europa.eu/programmes/horizon2020/en/what-horizon-2020) que abarca a los 25 miembros de la Unión es sólo un ejemplo explícito de ello[1]. En la Argentina y en otros países del continente esta tendencia también está calando hondo. Si uno visita la página oficial del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, dirigido por el doctor en Química de la UBA Lino Barañao, verá que el último plan estatal, Argentina Innovadora 2020, que traza las líneas de la investigación científica de los próximos años, sigue la misma línea de la UE, esto es, desarrollar y re-articular dentro y fuera de las facultades fórmulas aliancistas entre la Universidad, el Estado y el mercado para incluir la Ciencia y la Tecnología en los procesos productivos del país, potenciando la inversión privada –financiera y de capitales riesgo, sobretodo- en los proyectos de investigación tanto básicos como aplicados[2].
A pesar de que estos programas y planes estatales cuentan con el beneplácito de influyentes actores económicos -como sean empresas farmacéuticas, químicas, financieras…-, en general sus contenidos no son debatidos ampliamente por la sociedad civil estrictamente no académica –ni, por caso, la prensa generalista y los grandes medios de comunicación-. Salvo contadas excepciones (el director de la Biblioteca Nacional Horacio González, la sección Universidad en el Página/12, el colectivo CTP-Ciencia, Tecnología y Política por el Proyecto Nacional y Popular y algún que otro suplemento en la versión argentina del Le Monde Diplomatique, El Dipló), el rol de la Universidad argentina no es tenido en cuenta a la hora de proyectar modelos de sociedad, ni para fortalecer el proyecto político actual ni para contrarrestarlo diferenciándose.
Este dato que hoy pasa desapercibido no es, estratégicamente, para nada menor. Políticamente, el cuestionamiento en profundidad del rol que tienen las Ciencias y las Letras en un país como el nuestro (sector agro-exportador desarrollado, proceso de re-industrialización federal, industria del turismo incipiente, desigualdad enraizada, territorio extenso, Historia de dictaduras, economía extranjerizada), en una coyuntura como la actual (alta valorización de los commodities, conflictos ambientales, concentración económica, polarización de la sociedad) es fundamental y merece ser tenido en cuenta en un debate científico político-nacional amplio, que no se contemple únicamente puertas adentro haciendo copy-paste de iniciativas multimillonarias del primer mundo -que ya hoy, por cierto, demuestran ser poco satisfactorias para muchos de sus protagonistas (ver La Universidad del Siglo XXI- Para una reforma democrática y emancipadora de la Universidad, de Sousa Santos, 1994)-.
De acuerdo a autores y educadores especializados en este tema, como Vicente Manzano (España), Paulo Freire (Brasil), Hilary Putnam y Henry Giroux (EEUU), son éstos debates plurales los que posibilitarán cuestionar uno de los huesos más duros del sistema democrático representativo, esto es, la alineación o la autonomía que deben poseer instituciones como las universidades para con los poderes de turno, ya sean éstos gubernamentales o del mercado. Y es que es allí, en esta dependencia económica-financiera, relacional, intelectual, cultural con el Estado y/o con el sector privado, donde se juega la orientación que tendrán nuestras facultades y centros de investigación en el medio y largo plazo. Es allí, por medio de estos links confusos nunca esclarecidos entre Academia y Poder, donde se mantiene la histórica (y supuesta) des-politización típicamente tecnócrata de ciertos positivismos aislacionistas en el mundo académico.
Esta discusión con participación de la sociedad civil acerca de cuál debe ser el rol de las universidades argentinas en proyectos tan bastos como el plan estatal Argentina Innovadora 2020, no es sólo una necesidad y un requisito para el fortalecimiento de una democracia que este año volverá a cumplir otro aniversario, sino también una forma de equilibrar aquello que la Unión Europea no ha logrado hacer hasta ahora, que es priorizar el conocimiento científico técnico y humanístico para el crecimiento de las mayoríasnacionales, y no para producir únicamente perfiles profesionales y excedentes corporativos-particulares. Esto último sólo podrá ser evitado a través de una universidad pública con amplio anclaje social, “politizadas” –esto es, incluidas en proyectos y modelos de país- y abiertamente participativa a toda la comunidad civil, no solamente la científica académica.


[1] Los objetivos que persigue esta iniciativa de 80 billones de Euros firmada por todos los primeros mandatarios de la UE y el Parlamento Europeo son, textualmente, “asegurar que Europa desarrolle una Ciencia de Calidad; remover los obstáculos para la innovación científica entre laboratorios; crear puestos de trabajo a través de un único mercado del Conocimiento y la Investigación; fomentar la Excelencia científica a través de mediciones y rankings; y que el sector privado y la Academia puedan trabajar juntos lo más fluidamente posible.” (Comisión Europea-COM/2011/0808).

¿Cuántas gaseosas se pueden tomar en un día?

por Diego Valeriano


El Joel no sabe que significa un adulto. Solo cree que es lo que sus cuerpos puedan. Sabe lo que es la capacidad de obrar. Además de eso, sabe muy pocas cosas. Es poseedor de una comprensión proclive a interesarse por lo real. Por absorber lo real y actuar según sus inmediatos deseos.

¿Cuántas gaseosas se puede tomar en un día? Joel desorienta a las estadísticas de puro voraz que es. También va a la escuela (¿primero o segundo?), padre adolescente, una causa, CUIL, dos planes, una Honda 100. Los mensajes urgentes y simples del futuro lo empujan al presente. Joel sabe (ellos saben) que la transformación de los modos de vida en los últimos diez años los colocó en una posición ambigua: imposible de ser mejor y, a su vez, mortal. Hacedores y víctimas. Poderosos y frágiles. Es decir, con la ambigüedad propia de un proceso de liberación que es puro presente.

Lo bueno de las vidas runflas es que no se cuidan con las palabras. No ensayan justificaciones, no cuidan los modos. Van. Solo van en ese proceso absurdo y profundo. Van en moto, como insinuó la Presidenta. Un ruido insoportable acompaña la emancipación. Lejos, muy lejos de las estéticas de antaño. De tan real que es la liberación, se escapa de las explicaciones posibles, de las palabras morales, de las rimas necesarias.

¿Qué institución modera al Joel? Fuerza sobre fuerza, acción sobre acción, que induce, disuade, vuelve probable; detona. ¿Qué consigna es capaz de atrapar algo que estalla en la cara? El consumo libera, insinúan Joel y Mati cuando entran a capital por la Rivadavia en la Honda 100, cuando se cagan a piedrazos con la policía, cuando se arruinan en Chacarita, cuando acosan a una pibita en el barrio, cuando verduguean al boliviano que abre la verdulería a las cinco, cuando no aceptan esperar absolutamente nada; cuando solo obedecen a su voracidad (y le hacen otra Coca, la quinta sexta del día, al Chino). 

Notas y apuntes para una falsa novela de la década. Los que la sostuvimos y sostuvieron

por Juan Manuel Sodo
 

Sostenimiento de la década I: Generaciones
“Gorila”, “Liberación”, “Soldado de”… Co-problemáticos nuestros hablando como con bigotes, la mirada fría, el rictus duro de persecuta, la voz que se separa del cuerpo y se va, se va, se aleja en el tiempo, y vuelve, en blanco y negro. ¿Y habla con quién?
¿Nos nos subjetivamos (políticamente, ojo: no clínicamente; psicólogos abstenerse), entre otras cosas, a medida que nos vamos despegando de la lengua materna? Lo generacional es político. El único enunciado que vale es el enunciado que te toca. ¿Cómo elaborar una juventud ni nostálgica ni vieja?
Soldado de. ¿La soldadesca no se basa, por ejemplo, en obedecer? ¿Quién, nacido después de Malvinas, que haya tenido el raro de privilegio de pasar por los 12 años de sistema educativo formal y el de trabajar alguna vez en relación de dependencia, querría seguir obedeciendo?
Los campos semánticos de la década. Imágenes y lenguas.
Sostenimiento de la década II: Los que hoy tenemos entre 30 y 40
Memoria auditiva urbana generacional de la época; capas, restos, caja negra. Algo de lo que hemos dicho en estos diez años:
1. Nos vamos a Bahía en abril. Sacamos los aéreos en noviembre, con la tarjeta.
2. Hoy no puedo: tengo clase de canto y de ahí me voy para yoga
3. ¿No te presentas a posdoc este año?
4. Vi la última de Tarantino. Lo que más me gustó es la estetización de la violencia.
5. ¿Alguien sabe de algún PH en alquiler?
6. Son flores. De la terraza de un amigo.
7. Me voy el finde largo a Entre Ríos. ¿No me cuidas el gato?
8. El sábado estrenamos la obra. ¡Vengan!
9. La verdad que lo único bueno de Macri fue el tema de las bicisendas
10. No puedo, estoy con la tesis
11. Conseguimos un subsidio del Ministerio para ir a dar unos cursos sobre diversidad y género a Formosa.
12. El viernes toca Onda Vaga. Si querés nos encontramos ahí. Yo voy directo después de taller literario.
13. Ando a full con las ensaladas: el otro día me hice una de rúcula, huevo, queso parmesano, pepino y zanahoria.
14. Me publicaron esta crónica en Anfibia.
15. Estoy haciendo la Maestría en Memoria. 
16. A la tarde no puedo. Van a venir a poner el aire acondicionado y tengo que mandar unos sumarios a ver si sale alguna colaboración.
17. Son unas becas para hacer el Doctorado en Derechos Humanos en la UNLA.
18. ¡Ya nos entregaron el auto! ¡Podemos ir a ver al Indio a Mendoza!
19. En twitter leí que a Cristina y a los de La Cámpora les cayó muy mal el informe de Lanata.
20. Hoy laburo conectada desde casa porque Itza, la chica que lo cuida a Nahuel está enferma y no viene.
21. Me colgué y debo como una luca y media de monotributo.
22. ¿No tenés ningún amigo para Flor?
23. Una amiga entró a trabajar en un Programa en Desarrollo Social.
24. Pegamos ácido.
Sostenimiento de la década III: Sojeros
1. Viajaron mucho a Dubai comprando paquetes en agencias de turismo de Casilda.
2. Compraron departamentos a estrenar en la ciudad para cuando los hijos fueran a estudiar kinesiología a la UAI.
3. Fueron a ver Argentina-Brasil por eliminatorias en el 2009 a la cancha de Central y lo esperaron a Messi a la salida del vestuario.
4. Las mujeres se hicieron las tetas y empezaron a incursionar en la trampa con los maridos de sus amigas del pueblo.
5. Fueron a muchas cenas-show los sábados al Casino de Victoria.
6. Los hombres consiguieron el teléfono de Jesica Cirio.
7. Compraron una 4X4 para remolcar la 4X4 que se les quedó empantanada en el campo. Esa también se les quedó empantanada y entonces compraron una tercera 4X4.
8. Fueron a Esperanto y tienen la foto con el Ogro Fabiani.
9. En Rafaela compraron paquetes all inclusive para Isla Margarita. Se quedaron siempre en la sombra.
10. Fueron al Showcase a ver la última de Darín. Está muy bien hecha, dijeron.
11. Le hicieron paro a La Cristina y a toda esa manga de negros vagos de la ciudad. Se auto-convocaron por el blackberri. Después la votaron en secreto.
12. En las despedidas de soltero llamaron putas y se filmaron
13. Para el cumpleaños de uno, los varones comieron un asado, se bajaron varios cajones de Quilmes y terminaron haciéndole bromas pesadas al cumpleañero. Al final le metieron un pepino en el culo. Y lo filmaron.
14. Compraron paquetes turísticos de La Doce para ir a ver a Boca a Brasil por la Libertadores. Se aprendieron los cantitos. Dijeron haberlo visto al Rafa Dizeo.
15. Engancharon en un fin de semana largo un partido de Las Leonas y la largada del Dakar.
16. Se juntaron para el día del amigo en las pizzerías de la Avenida Pellegrini en Rosario. Se quejaron de los precios.
Sostenimiento de la década IV: Leyes
1. Derogación de indultos y (re)apertura de Juicios
2. Reforma del sistema previsional
3. Matrimonio igualitario
4. Ley de identidad de género
5. Ley de educación nacional
6. Asignación universal por hijo
7. Reforma del sistema judicial
8. Voto joven
9. Muerte digna
10. Ley de medios
Sostenimiento de la década V: Límites
>>> El racismo como límite de toda política progresista: los cuerpos-pibes y sus muertes por abuso y arbitrariedad policial; los cuerpos-ancestrales y sus muertes por desmonte, contaminación y desforestación de tierras a manos de neo-extractivistas, especuladores inmobiliarios y sojeros.
>>> La moral ciudadana, el abstraccionismo jergoso y la solemnidad culposa como límite de todo discurso militante.
Sostenimiento de la década VI: periodistas jóvenes progresistas.
1. No hay inflación. Lo que hay son medios monopólicos fogoneando el tema de la inflación.
2. Si toda esta gente que se manifestó está disconforme con el gobierno nacional, que armen un partido, encuentren un representante y se presenten a elecciones. Esas son las reglas de juego de la democracia. Le guste a quien le guste.
3. Darío Santillán y Maximiliano Kosteki eran militantes de los movimientos sociales que surgieron con la crisis del 2001. Hoy por suerte tenemos un montón de pibes que se han sumado a la política. Que saben que desde una organización van a tener mayor posibilidad de transformar la realidad.
4. Muy recomendable la nota del domingo de Mario Wainfeld.
5. Son los llamados ni-ni: los jóvenes que no estudian ni trabajan.
6. Lo dijo el Papa Francisco en su último discurso en el Vaticano.
7. Muy interesante la entrevista que le hizo a la Presidenta el periodista Jorge Rial.
8. Hay muchas quejas con respecto al funcionamiento de los servicios. Los trenes. La energía. Es indudable que falta mucho por hacer, porque la herencia del neoliberalismo de los noventa no se arregla tan fácilmente. Pero también hay que pensar que ahora los trenes están llenos porque la gente tiene trabajo, y que la energía eléctrica colapsa porque hay mayor capacidad de consumo. No nos olvidemos lo que era el país en el 2001.
9. Las tomas de tierras se podrían evitar si los que tienen los instrumentos legales para actuar lo hicieran a tiempo.
Sostenimiento de la década VII: Los pibes silvestres + El consumo libera

(Ver textos de Colectivo Juguetes Perdidos y de Diego Valeriano en Lobo Suelto)

Respiración, conspiración, solidaridad

por Franco Berardi (Bifo)

(en La Sublevación, de Bifo, editado por Hekht en marzo de 2014)


A mitad de los años ochenta participé en una acción del Living Theatre. En una sala bolognesa del viejo teatro de via d’Azeglio que se llamaba La Ribalta, un centenar de personas se reunieron para un mantra colectivo. Emisión de sonidos que se armonizan y se suceden, respiración colectiva que se prolonga en el tiempo gracias a una onda de voz que pasa de boca en boca, de cuerpo a cuerpo. Querría reflexionar aquí sobre el mantra como una forma para la composición del movimiento insurgente.
Consideremos las relaciones sociales desde el punto de vista de la armonía y la desarmonía entre singularidades respiratorias. Organismos que se encuentran, que interactúan en un espacio común. La sabiduría del yoga considera la respiración (prana) como la relación del organismo con el cosmos y el ambiente físico y psíquico circundante.
Los organismos físicos interactúan con el ambiente de la naturaleza, de la ciudad, de la fábrica, del aire que respiran. Los organismos psíquicos interactúan con la infoesfera, el ambiente en el cual circulan los estímulos informativos, físicos, musculares y nerviosos.
En la sociedad del semiocapital se ha ido difundiendo progresivamente la contaminación del aire, del agua y de los alimentos. La producción industrial ha difundido en la atmósfera sustancias contaminantes: bióxido de carbono, partículas atmosféricas, partículas radioactivas de diversos tipos que provocan patologías de la respiración. El asma, la bronquitis, los tumores en las vías respiratorias están en constante aumento en una población expuesta a los efectos de la industrialización masiva.
Pero hay otro tipo de polución que afecta al respirar psíquico del organismo individual y colectivo. Los flujos semióticos que se difunden por la infoesfera del sistema mediático, de la publicidad, de la competencia económica, de las finanzas digitalizadas, provocan efectos de contaminación de la psicoesfera. Provocan, ante todo, distonía y desarmonía de las respiraciones singulares: miedo, ansiedad, pánico y depresión son las manifestaciones patológicas de este tipo de polución.
Intentemos comprender mejor cómo las singularidades se concatenan en el devenir psíquico de la sociedad. Las concatenaciones entre organismos conscientes y sensibles pueden tener carácter conjuntivo. Los seres humanos, en cuanto organismos conscientes y sensibles, se conjugan gracias a su capacidad de interactuar lingüística y sensualmente. La comunicación lingüística es un fenómeno profundamente estudiado y sabemos cómo los medios pueden modificarla, contaminarla, liberarla, enriquecerla, empobrecerla, valorar la creatividad o exaltar el conformismo.
Pero hay otro nivel de concatenación, que es el menos estudiado por los sociólogos de la comunicación: la sensibilidad. La sensibilidad es la capacidad de los seres humanos de comunicar cualquier cosa que no se pueda decir con palabras. Es la disponibilidad de los cuerpos a las caricias, a la compasión entendida como percepción compartida. El organismo colectivo es capaz de conjunción y, por tanto, capaz de afectividad, comprensión sensual y solidaridad social. Los flujos culturales, la música y la poesía, así como las sustancias psicotrópicas de diferente tipo pueden favorecer, obstaculizar o contaminar la capacidad conjuntiva.
La sensibilidad es también la facultad que nos permite entrar en relación con entes que no están hechos de nuestra misma materia, que no hablan nuestra lengua, que no son reducibles a la comunicación de signos discretos, verbales o digitales. La sensibilidad es facultad de sintonía con el rizoma.
1º y 2º Principios de conexión y de heterogeneidad: cualquier punto del rizoma puede ser conectado con cualquier otro (…) En efecto, los agenciamientos colectivos de enunciación funcionan directamente en los agenciamientos maquínicos, y no se puede establecer un corte radical entre los regímenes de signos y sus objetos (…). La orquídea se desterritorializa al formar una imagen, un calco de avispa; pero la avispa se reterritorializa en esa imagen. No obstante, también la avispa se desterritorializa, deviene una pieza del aparato de reproducción de la orquídea al transportar el polen. La avispa y la orquídea hacen rizoma en tanto que heterogéneos. (Deleuze y Guattari, Rizoma)
La avispa y la orquídea no tienen ninguna homogeneidad en el plano ontológico, teleológico, ni tampoco en el plano físico. Pertenecen incluso a dos reinos diversos de la naturaleza. Esto no les impide funcionar conjuntamente. No les impide concatenarse (s’agencer) y dar vida a una cosa que antes no existía, crear una máquina nueva.
Máquina, de hecho, es cualquier concatenación material, considerada desde el punto de vista de su funcionamiento y no desde el punto de vista de su ser. Al grito metafísico que domina la civilización jerarquizada: “¡ser, ser, ser!”, el pensamiento rizomático responde: “¡concatenar, concatenar, concatenar!”. En la concatenación se encuentra el principio del devenir.
Devenir avispa de la orquídea, devenir orquídea de la avispa, asegurando cada uno de esos devenires la desterritorialización de uno de los términos y la reterritorialización del otro, encadenándose y alternándose ambos según una circulación de intensidades que impulsa la desterritorialización cada vez más lejos. No hay imitación ni semejanza, sino surgimiento, a partir de dos series heterogéneas, de una línea de fuga compuesta de un rizoma común que ya no puede ser atribuido ni sometido a significante alguno. (…) Evolución aparalela de dos seres que no tienen absolutamente nada que ver el uno con el otro. (Deleuze y Guattari, Rizoma)
Conjunción y conexión
La conjunción no es, sin embargo, la única modalidad de concatenación. Junto a ella se ha desarrollado una forma de concatenación de tipo recombinante, conectiva, discreta, operacional: la conexión. La conexión es la interoperatividad funcional de organismos reducidos a segmentos lingüísticos compatibles.
La difusión de la modalidad conectiva en la vida social produce las condiciones de un cambio antropológico del cual no distinguimos aún plenamente los contornos. Este cambio implica una mutación del organismo consciente: para que el organismo consciente pueda hacerse compatible con el ambiente conectivo es necesaria una reformulación del sistema cognitivo.
Los organismos conscientes y sensibles están sometidos a un proceso de mutación que abarca las modalidades de la atención, la elaboración, la decisión y la expresión. La tecnología recombinante de la Red global provoca una aceleración de los flujos informativos y una potenciación de las capacidades de concatenación conectiva. Pero al mismo tiempo esto parece producir un embotamiento de las facultades conjuntivas de la cognición humana. La facultad conjuntiva esencial, que es la sensibilidad y la expansión de la modalidad conectiva en la psicoesfera, produce efectos de tipo patógeno sobre la esfera de la sensibilidad.
La primera generación conectiva, la primera generación de humanos que aprende más palabras de una máquina que de la madre, tiene comportamientos que no se pueden reducir a los conflictos intergeneracionales del pasado. Para comprender el cambio antropológico en curso debemos profundizar en el significado y la diferencia entre conjunción y conexión.
La conjunción es devenir otro, mientras que en la conexión cada elemento permanece distinto e interactúa solo funcionalmente. Uniéndose conjuntivamente las singularidades se modifican, se vuelven otra cosa distinta de lo que eran antes de su unión. El amor cambia al amante y la combinación de signos a-significantes permite la emergencia de un significado que no existía antes. En cambio, la conexión no implica una fusión de los segmentos sino un simple efecto de funcionalidad maquínica; ella presupone la compatibilidad de los segmentos semióticos que entran en relación. Para que los segmentos puedan conectarse, deben ser compatibles e interoperables.
La red digital se extiende mediante la progresiva reducción de un número creciente de elementos a un formato, un estándar, un código, que hace compatibles a los distintos elementos. Los segmentos que entran en este rizoma pertenecen a los diferentes reinos de la naturaleza: segmentos electrónicos, semióticos, maquínicos, biológicos, psíquicos; circuitos de fibra óptica, abstracciones matemáticas, ondas electromagnéticas, ojos humanos, neuronas y sinapsis. El proceso de compatibilización atraviesa campos heterogéneos del ser plegándolos al principio de conectividad.
El proceso de mutación que se desarrolla en nuestra época está centrado en el cambio de la conjunción a la conexión como paradigma del intercambio entre organismos conscientes. El factor impulsor de dicha mutación es la inserción de lo electrónico en lo orgánico, la proliferación de dispositivos artificiales en el cuerpo, en la comunicación, en la sociedad. El efecto es la transformación de la relación entre conciencia y sensibilidad, la progresiva desensibilización del intercambio de signos.
La conjunción es encuentro y fusión de formas redondeadas, regulares, que se insinúan de forma imprecisa, irrepetible, imperfecta, continua. La conexión es interacción puntual y repetible de funciones algorítmicas, de líneas red y de puntos que se solapan perfectamente, se insertan y separan según modalidades discretas de interacción. Modalidades discretas que hacen compatibles entre sí a las diversas partes según estándares predeterminados.
La digitalización de los procesos comunicativos induce una especie de desensibilización a la curva, a los procesos continuos de lenta transformación, y una especie de sensibilización al código, a los fulminantes cambios de estado, a las sucesiones de signos discretos.
En la esfera de la conjunción, la interpretación sigue criterios de tipo semántico. El otro que entra en conjunción envía señales de las cuales se debe entender el significado, extrayéndole, si es necesario, la intención, el contexto, el matiz y lo no dicho.
En la esfera de la conexión, el criterio de interpretación es puramente sintáctico. En las conexiones el intérprete debe reconocer una secuencia y debe estar en posición de cumplir la operación prevista por la Sintaxis General (o programa operativo) y no debe haber márgenes de ambigüedad en el intercambio de mensajes, ni la intención puede manifestarse mediante matices.
La progresiva traducción de las diferencias semánticas en diferencias sintácticas es el proceso que, a partir del racionalismo científico y del neopositivismo lógico, ha abierto la puerta a la cibernética haciendo posible la creación de una red digital.
Pero cuando la sustitución del criterio sintáctico por el criterio semántico de interpretación se extiende de los dispositivos lógicos a los organismos, se verifica una mutación cognitiva y psíquica. La mutación produce efectos dolorosos en el organismo consciente y estos efectos se pueden interpretar con las categorías de la psicopatología: dislexia, ansiedad, apatía, pánico y depresión.
La descripción psicopatológica no recoge el núcleo profundo de la cuestión, porque asistimos al esfuerzo de adecuación del organismo consciente a un ambiente mutado. Un reajuste del sistema cognitivo al ambiente tecnocomunicativo que trae consigo patologías de la esfera psíquica y de las relaciones sociales.
Para generar la interfaces eficaces en el ambiente conectivo, el organismo consciente inhibe progresivamente aquello que llamamos sensibilidad. En esto consiste la reformulación cognitiva en curso. Sensibilidad, es decir, la habilidad que permite a los humanos interpretar signos no verbales y no verbalizables, comprender aquello que no puede ser expresado en formas sintácticamente finitas.
Esta competencia puede revelarse inútil, e incluso dañina, en un sistema integrado de tipo conectivo. La sensibilidad ralentiza los procedimientos interpretativos, los vuelve aleatorios, ambiguos, reduce la eficiencia competitiva del agente semiótico.
La dimensión ética donde se vuelve posible la elección voluntaria del actuar, también se encuentra involucrada en la reformulación del sistema cognitivo. Religiosos, sociólogos y políticos lamentan una suerte de inestabilidad ética, de indiferencia en el comportamiento de las nuevas generaciones. Muchos lamentan el declive de los valores ideológicos o del vínculo comunitario. Pero, para entender las perturbaciones que sacuden tanto la esfera ética como la política, hace falta dirigir la atención hacia la estética. Yo diría que la parálisis ética, la incapacidad de gobernar éticamente la vida individual y colectiva, proviene de una perturbación de la estesia, es decir, de la percepción del otro y de uno mismo.
Composición y recombinación
La concatenación social puede tener carácter conjuntivo y carácter conectivo. La modalidad conjuntiva hace posible la composición, mientras que la modalidad conectiva requiere compatibilidad, no composición.
La composición se manifiesta como fenómeno de respiración común: conspiración. Cuando la compatibilidad conectiva o recombinante funcional aventaja a la componibilidad conjuntiva, el organismo social se vuelve rígido, frágil.
La solidaridad social no es un valor moral o ideológico: depende de la continuidad de la relación entre individuos en el tiempo y el espacio. La percepción de la continuidad del cuerpo propio en el cuerpo de los otros, la percepción de la coherencia de mi interés con tu interés constituye la base material de la solidaridad.
La conspiración comunista fue la energía que permitió la solidaridad del cuerpo social de la clase obrera industrial. Pero a partir de los años ochenta se puso en marcha un proceso de verdadera y auténtica disgregación de la composición social obrera: la precarización fue el motor de la desolidarización. La virtualización ha sido el factor complementario: la precarización realiza la destrucción de la coherencia de los intereses en el campo del trabajo y la virtualización realiza la fragmentación de la continuidad territorial de los cuerpos.
La respiración colectiva está fragmentada, individualizada, sometida a los ritmos cada vez más veloces de la máquina virtual, y este proceso es paralelo y complementario a la fragmentación y fractalización del sistema del capital mismo. El capital financiero es capital ya sin territorio, constante recombinación de fragmentos virtuales de propiedad abstracta.
Gracias a la introducción del principio conectivo como modelo dominante de la comunicación, los organismos pierden su componibilidad sólida para reformatearse según un modelo de combinabilidad impersonal.
Es  así como se realiza la desarmonización de la comunicación social que se manifiesta con verdaderas y auténticas distonias neurovegetativas del organismo colectivo: patologías de la relación, desempatía. La sexualidad del cuerpo fractalizado se manifiesta de forma pavorosa, el deseo se dirige a la vez hacia incontables objetos virtuales, en una orgia frígida que encuentra en la pornografía su forma más adecuada.
Los cuerpos se perciben como intercambiables, el pelo debe desaparecer de las superficies epidérmicas. Época lampiña, pensamiento liso. La cohabitación se percibe como invasión desarmónica del espacio recíproco.Las capacidades de hacer cuerpo colectivo que pertenecen al movimiento se vuelven episódicas, frágiles.




– Ir a «La sublevación como teoría política del cuerpo«, de Diego Sztulwark, prólogo del libro.

– Ir a «Facebook o laimposibilidad de la amistad«, de Bifo, editado en La sublevación, Hekht 2014.

Facebook o la imposibilidad de la amistad

por Franco Berardi (Bifo)

(en La Sublevación, de Bifo, editado por Hekht en marzo de 2014)


Al dedicar a Zuckerberg su famosa portada, Time[1]captó el núcleo profundo de la condición juvenil contemporánea, en la que solo un improbable éxito financiero puede ofrecer una salida al sufrimiento psíquico y material.

Capitalismo financiero y trabajo precario, soledad y sufrimiento, atrofia de la empatía y de la sensibilidad, imposibilidad de la amistad y la solidaridad, tales son los temas que emergen en la película de David Fincher, La red social. La película cuenta la historia de la creación y primera fase del lanzamiento de Facebook: una odisea en la época del semiocapitalismo financiero y, al mismo tiempo, una evolución decisiva para Internet. Pero en la película la atención también se centra en las implicaciones psíquicas, a causa de la aceleración e intensificación derivadas del auge de la banda ancha.
Amor, amistad, afecto; toda la esfera de las emociones se enfrenta a los cambios de ritmo de la infoesfera que rodea a la primera generación que aprendió más palabras de una máquina que de su madre.
Aunque algunos detalles biográficos (como el final de una historia de amor narrada en la primera escena de la película) no sean necesariamente verdaderos a diferencia de la narración de los primeros pasos de Facebook y los sucesivos conflictos legales, la ficción narrativa es útil para una plena comprensión de la mutación psíquica y relacional que conlleva la vida social de la fuerza de trabajo cognitiva. El personaje principal de la historia, Mark Zuckerberg, el joven que ha lanzado al mercado virtual la red social, podría obviamente ser descrito como un ganador: es el millonario más joven del mundo, propietario de una compañía que en pocos años se convirtió en la web más importante del mundo y tiene quinientos millones de usuarios. Y aún así es difícil ver en él a una persona feliz, y la película lo describe como un perdedor en el plano psíquico y humano. La amistad parece algo imposible para él, hasta el punto en que se puede suponer que el éxito de su web se debe a la sustitución artificial de la amistad y del amor por protocolos estandarizados.
Quizás justo porque su experiencia existencial lo ha convertido en un experto en el sufrimiento, la alienación contemporánea se manifiesta perfectamente en la creación de Zuckerberg: Facebook.
El deseo se desplaza desde el contacto físico hasta el territorio abstracto de la seducción simulada en el espacio infinito de la imagen. La extensión ilimitada de la imaginación (descarnada) lleva la experiencia erótica hacia lo virtual, a la huida infinita de un objeto a otro. Valor, dinero, excitación financiera, son la formas perfectas del deseo transformado en virtual. La movilización permanente de las energías psíquicas en la esfera económica es causa y efecto de la “virtualización” del contacto. La palabra misma “contacto” significa exactamente lo contrario de lo que significa: no ya percepción epidérmica de la presencia sensual del otro, sino intencionalidad puramente intelectual. La virtualización del deseo provoca un efecto patógeno de debilitamiento de la solidaridad social y del sentimiento de empatía.
Infelicidad existencial y éxito comercial son las dos caras del mismo fenómeno. Zuckerberg parece tan hábil en la interpretación de las insatisfechas necesidades psíquicas de su generación porque la soledad y la frustración afectiva son una característica inherente al proceso mismo de creación de la empresa. El genio de Zuckerberg parece revelarse sobre todo en la habilidad para sacar provecho de la energía de la masa y del sufrimiento colectivo: la energía que proviene del lado oscuro de la multitud.
La idea originaria de la web no es de Zuckerberg como se supo tras los juicios que lo obligaron a pagar grandes sumas de dinero (pero mínimas respecto del valor que los mercados atribuyen hoy en día a Facebook). La idea le había sido sugerida por dos ricos gemelos de Harvard que querían contratarlo como programador. Zuckerberg fingió trabajar para realizar su proyecto y creó una web que, si bien parte de la idea de los gemelos, tiene una potencia comunicativa mucho mayor, justamente porque se inserta en las necesidades psíquicas producidas por la alienación de masas. ¿Quiere esto decir que el programador les robó algo a aquellos que lo querían contratar? Sí y no. En efecto, en la red es imposible distinguir claramente los diferentes momentos del proceso de valorización: la fuerza productiva de la red es colectiva mientras que las ganancias son privadas. Aquí se encuentra la insuperable contradicción entre colectividad produciendo en red y la apropiación privada de lo producido, que mina las bases del edificio del semiocapital y que Fincher describe a su manera.
La película propone también una visión del trabajo en la época de la precariedad. La palabra “precario” significa aleatorio, incierto, inestable, y no se refiere solamente a la incertidumbre de las relaciones de trabajo, sino también a la fragmentación del tiempo y a la incesante desterritorialización de los factores de producción social. Ni el trabajo ni el capital tienen ya una relación estable con el territorio y la comunidad. El capital fluye por los circuitos financieros mientras que la empresa no se basa ya en la producción y la posesión de los bienes materiales, sino en símbolos, ideas, información e intercambios lingüísticos.
Esto significa que la empresa ya no está ligada al territorio y que al proceso de trabajo no se basa en la copresencia cotidiana de una comunidad de trabajadores. El proceso de trabajo se convierte en una recombinación continua de fragmentos de tiempo conectados a la red global. Los trabajadores se encuentran cada día en el mismo lugar, pero permanecen solos en sus cubículos hiperconectados, contestando los pedidos de las empresas para las que trabajan o consumen. El capitalista no se encuentra ya empeñado en firmar un contrato para poder explotar la energía productiva del trabajador durante toda su vida, en definitiva ya no compra la entera disponibilidad del trabajador, sino que sencillamente compra un fragmento de tiempo disponible, que podemos definir como tiempo fractal, en cuanto es compatible con los protocolos de interactividad y combinable con otros fragmentos de tiempo.
El trabajador industrial desarrollaba un sentimiento de solidaridad con sus compañeros porque los reconocía como miembros de su comunidad existencial y porque compartía sus intereses, mientras que el trabajador cognitivo en red está solo y es incapaz de solidarizarse porque cada uno está obligado a competir en el mercado de trabajo y en la carrera constante por las oportunidades de un salario precario.
Este tipo de soledad y de miseria psíquica no caracteriza solamente la vida del trabajador, sino también la del emprendedor, porque desde el punto de vista laboral la frontera que separa trabajo y empresa es confusa, indefinida. Si bien la renta de un trabajador es cien (o quinientas) veces inferior a la renta del emprendedor, el modo en que Mark Zuckerberg vive su jornada de trabajo no es muy diferente del modo en que la viven sus asalariados. Todos ellos se sientan delante del ordenador y escriben con el teclado. La miseria existencial los une.
Zuckerberg tiene un solo amigo al principio de la película, Eduardo Saverin, quien por diecinueve mil dólares, acepta convertirse en inversor de la empresa. Saverin cree que la amistad lo protege de las feas sorpresas que la competencia normalmente le reserva a los que se mueven en los círculos del capitalismo financiero. Pero rápidamente vemos que se trata de la imposibilidad de la amistad en una condición de abstracción virtual y de la imposibilidad de construir solidaridad cuando la vida se transforma en un contenedor abstracto de fragmentos de tiempo en competencia. 

– Ir a «La sublevación como teoría política del cuerpo«, de Diego Sztulwark, prólogo de La sublevación.

– Ir a «Respiración, conspiración, solidaridad«, de Bifo, editado en La sublevación.

[1]Zuckerberg fue tapa de la revista Time el 15 de Diciembre de 2010 cuando se lo llamó “El personaje del año 2010”. Ver: http://content.time.com/time/specials/packages/article/0,28804,2036683_2037183,00.html

Entrevista a Miguel Teubal: “Me extrañó que Kicillof devaluara”

por Diego Genoud


Conoce como pocos a Axel Kicillof, de quien fue tutor de su tesis, y acaba de publicar junto a la socióloga rural Norma Giarracca un libro en el que refuta una de las afirmaciones que hizo Cristina Kirchner en su discurso ante la Asamblea Legislativa: “Actividades extractivas en expansión ¿reprimarización de la economía argentina?”. Allí, Miguel Teubal sostiene en base a los mismos datos de CEPAL que “aunque la Presidenta se empeñe en decir lo contrario, en Argentina hubo una reprimarización de la Economía como en el resto de los países de América Latina”.
Tutor de la comentada tesis de Kicillof sobre la Teoría General de Keynes, profesor de muchos de sus actuales colaboradores en el Ministerio de Economía, Teubal es doctor en Economía Agraria e Investigador Superior del CONICET en el Instituto Gino Germani. Sugiere que durante los años del kirchnerismo, la industrialización fue más un eslogan que una realidad y cuestiona la apuesta principal de consolidar un país que basa su comercio exterior en la soja. “No soy pro-gobierno pero no tampoco soy anti-gobierno”, se presenta.
En la era de la polarización, Teubal prefirió tomar distancia de sus amigos que militan en Carta Abierta y de otros como Pino Solanas que “se fueron al diablo” en la alianza con Elisa Carrió. Habla del ministro que acaba de cerrar el acuerdo con Repsol, considera que la economía ya se está enfriando, remarca que la oposición sólo tiene para ofrecer recetas ortodoxas y advierte sobre el peligro de profundizar el ajuste con un tope a los salarios en paritarias. “Le querría ver la cara a Axel en la negociación con los docentes porque siempre estaba de este lado”, asegura.
¿Por qué dice que hubo una reprimarización de la economía durante los últimos diez años y a qué se debió?
Si uno mira un poco la historia, desde la crisis de los años 30, hubo un proceso de industrialización sustitutiva de importaciones. Y después vino el neoliberalismo que fue todo lo contrario, con Isabelita, la dictadura militar y el menemismo. Fue la etapa de la valorización financiera pero por otra parte hubo una reprimarización donde las actividades extractivas y la soja tuvieron un auge fenomenal. Durante la posconvertibilidad, hubo cierta industrialización, pero no necesariamente fue sustitutiva de importaciones. Hubo énfasis en la industria automotriz pero eso potenció también la dependencia externa. Y la industria de Tierra del Fuego no logró superar el ensamblaje. Incluso lo textil estuvo muy basado en los sintéticos que son importados.
Ahora nos encontramos con que de golpe se produce la crisis. Hay fuga de capitales y nos damos cuenta de que no existe una autonomía tan grande como hubiéramos querido tener. Seguimos dependiendo de las exportaciones primarias, sobre todo la soja, que representan el 70 % de las exportaciones. Ahí no hubo un cambio y eso muestra la vulnerabilidad externa de nuestra economía.
El momento clave del proceso industrial fue en los años 70 cuando se pensó que se podían exportar productos manufacturados y cambiar el patrón estructural de la economía pero eso se terminó con la dictadura militar.
Ustedes dicen que Argentina es uno de los países de América Latina donde se advierte el retroceso del sector manufacturero en relación al PBI.
Tomé los datos de la CEPAL y en toda América Latina hubo una reprimarización. Pero en Argentina la relación entre producto industrial y PBI había alcanzado el punto más alto y desde la dictadura cayó terriblemente. En estos últimos diez años, hubo algún auge de la industria y aumentó el peso en las exportaciones. Pero no existió un proceso neto de sustitución de importaciones.
Afirman también que la única política activa que hubo fue la que favoreció a los oligopolios siderúrgicos, automotrices y los de procesamiento de soja.
En eso, estoy citando a Daniel Azpiazu y a los trabajos de la gente de FLACSO, donde señalan la importancia de la concentración y extranjerización del capital en estos años. En todos los sectores, las grandes empresas aumentaron su participación en la economía. Puede haber habido un cambio en lo macroeconómico, la reactivación, pero ese proceso se profundizó y eso significa mayor poder de veto de las grandes empresas. Se nota claramente en el sector extractivista. Ahí si hay una clara política hacia las grandes capitales extranjeros como Monsanto, Barrick o Chevron.
¿Cuál fue el proceso que no se revirtió?
Desde los años 90, con el Plan de Convertibilidad, se estableció la libre movilidad de capitales y se eliminó la obligación que tenían los exportadores de entregar las divisas en determinados períodos. El máximo nivel de regulación fue el IAPI, durante el primer gobierno peronista, que exportaba y distribuía las divisas. Ahora los exportadores no están obligados a entregar los dólares al Estado y eso genera un problema grande como lo estamos viendo.
La soja como única estrategia
¿Por qué el gobierno no intentó recrear una Junta Nacional de Granos y dar marcha atrás con la desregulación?
La Junta Nacional de Granos tenía entre sus atribuciones fundamentales la de establecer precios sostén para favorecer a los pequeños productores agropecuarios. Si caía por debajo, la Junta lo establecía. Ahora muchos están hablando de eso. En los noventa, se tenía la visión opuesta de que había que impulsar el “desarrollo” y darle todas las garantías a estas empresas. Vienen al país porque son tremendamente rentables y generan enormes pasivos sociales y ambientales. El gobierno debería haber intervenido más sobre todo en la cuestión ambiental.
El actual ministro de Economía había dicho que, a la hora de pensar en pagar la expropiación, deberíamos incluir los pasivos ambientales que generó Repsol. Ahora parece que no lo tomaron en cuenta y están impulsando el fracking en Vaca Muerta, que es uno de los peores sistemas en materia ambiental.
¿Lo que ustedes denominan modelo extractivista vendría a ser el rostro actual del desarrollo?
Bueno, para determinados sectores del gobierno si. Para muchos gobernadores si: es la única salida. Dicen que la minería es la salvación pero es todo lo contrario. Catamarca, San Juan y La Rioja tienen enormes pasivos ambientales.
¿Cuál fue la política principal del gobierno ante el boom de los precios internacionales de los commodities?
Fue aprovechar esa circunstancia. Grobocopatel decía que había soja para rato y el gobierno se jugó a eso. Pensó que no había que generar resquemores con sectores de poder a nivel internacional para maniobrar y seguir con otras políticas de inclusión social.
¿Qué debería haber hecho y no hizo?
Tener una política más firme con el extractivismo. No basar toda su estrategia de comercio exterior en la soja. Eso trae consecuencias a largo plazo para la economía en general. El agronegocio involucra la siembra directa y la utilización masiva de agrotóxicos, que generan perjuicios enormes para la población. Implica además la deforestación porque se expande la frontera agropecuaria hacia el Norte. Debería haber tenido una perspectiva más amplia para visualizar todos estos temas.
¿No fue igual en otros países de América Latina?
Fue igual en todas partes. Incluso los gobiernos progresistas siguen con el extractivismo y hay protestas en toda América Latina en contra de la minería o de la soja.

Kicillof ministro
¿La devaluación es un premio tardío que el gobierno le entrega a los sojeros como un intento de reconciliación?
No sé si es un premio tardío o un reconocimiento de que ciertas variables se están descompensando demasiado y hay que ponerle freno a eso. Se piensa que la devaluación permite coordinar la política de alguna manera. Lo cierto es que, con la inflación, hay una tendencia a que el peso sea sobrevaluado en relación al dólar. La inflación es inercial y los empresarios se cubren. Los bienes exportables son cada vez menos rentables y eso va incidiendo sobre el superávit de la balanza comercial. La fuga de capitales se generaba a partir de la expectativa de que el gobierno iba a devaluar. Pero el sector agropecuario, los sojeros especialmente, no tienen problema de rentabilidad.
¿Y cuál es el mayor riesgo de devaluar?
El peligro de todo esto es que profundicen un ajuste y se nieguen a aumentar los salarios. La economía se está enfriando porque la devaluación genera caída de los salarios reales y hay menos consumo. Claro, no llegamos al ajuste tipo España o Grecia, donde la deuda es más del 100 % del PBI nacional. Tenemos la ventaja de una política de desendeudamiento que fue importante. Pero acá la cuestión es si seguimos con políticas ortodoxas, con los ajustes, o si seguimos con políticas heterodoxas y qué políticas heterodoxas. No sé quién está pensando en una política heterodoxa en la oposición. Dentro del gobierno, tampoco se ve claro.
¿Cómo lo ve a Kicillof en este marco, usted que lo conoce?
No sé. Yo lo conozco de ámbitos académicos pero además somos amigos. Éramos amigos, no sé hoy. Jajaja. Me extrañó que él devaluara. No sé si tendría que haberlo hecho en ese momento porque eso desató un montón de factores y no sé si va a poder controlar las variables económicas, incluyendo el salario. Él estaba en mi Cátedra. Yo fui su director de tesis, después fui su director en el Conicet. Siempre tuvimos buena relación. Los ayudantes de mi Cátedra son todos recomendados por él. Él es muy inteligente a nivel académico. Conoce sobre teoría económica y no se puede decir lo mismo sobre los ministros de Economía por lo general. Pero supongo que ser ministro significa otra cosa: administrar el Estado y enfrentarse a una serie de grupos de poder. No sé cuáles son los sectores en que se apoya para impulsar su política ni cuáles serían hoy sus objetivos. No sé qué respaldo tiene para planificar. Gelbard tenía a la CGE que lo apoyaba y sectores sindicales que lo apoyaban, la Federación Agraria era aliada. Era un contexto diferente para impulsar una política de control de precios o de pacto social.
¿No duró tanto el pacto social de Gelbard no?
Es cierto. Pero el panorama era otro. Y por otra parte yo no sé que les pasa a las personas cuándo asumen cargos de importancia. De un ámbito universitario, acostumbrado a las discusiones y a la crítica de la economía, pasar a un lugar y tener que defender una política y soslayar ciertos temas que hay que soslayar en función de objetivos más amplios. Entonces, no sé si la gente cambia. La política cambia a las personas al menos cuando tienen que tomar decisiones. Por ahí cambian en cierto sentido y empiezan a ser más cínicos de decir no podemos hacer esto, ni lo otro. No sé si él se ha metido en este brete de pensar muy en las cosas de corto plazo y dejar de pensar en las de más largo plazo. No sé hacia donde apunta.
Uno de sus objetivos más importantes es llegar a un acercamiento con los organismos de crédito internacional y terminar la etapa del desendeudamiento.
Si, ¿pero qué significa llegar a un acuerdo con el Club de París? ¿Que vamos a endeudarnos como siempre?. Entonces vamos a terminar como antes: pedir nuevos préstamos para pagar viejos préstamos. Los Precios Cuidados están bien, pero al mismo tiempo hay una nueva política energética y se está impulsando el sector petrolífero con aumentos de combustibles. No sé pensó hasta ahora en una política energética alternativa.
El regreso de los ortodoxos
¿Usted también trabajó con Guillermo Calvo, que ahora aparece ligado a Scioli?
Calvo es un ultraortodoxo pero yo lo conozco de hace mucho tiempo, cuando era joven y tenía otras ideas. Es muy inteligente. Trabajamos juntos. Calvo era más progresista, no creía en el mercado. En mi época, la doctrina hegemónica en la academia de economía, en el departamento de Economía de Estados Unidos, en Inglaterra y también en nuestro país era el keynesianismo. El debate era entre Keynes y los ortodoxos. Ahora son todos ortodoxos. Todo es una sola doctrina, que es la neoclásica, en sus distintas variantes. Keynes demuestra ciertas fallas en el funcionamiento del sistema capitalista y hace propuestas para superarla. En ese sentido, uno puede decir que el gobierno actual impulsó una política más keynesiana de mantener la demanda a nivel global.
Moyano dijo que el gobierno está haciendo un ajuste sobre los salarios y con eso está sepultando el modelo de consumo. ¿Usted cómo lo ve?
No sé si el gobierno está haciendo todo eso tal cual, aunque da la impresión de que si. Hay que ver qué van a hacer con las negociaciones colectivas. Le querría ver la cara a Axel junto con los docentes porque siempre estaba de este lado. Ahora de golpe se encuentra del otro lado. Si los aumentos no son acordes con la inflación, eso significa un ajuste. Y en ese sentido tiene razón Moyano. Los salarios fueron a la cola de la inflación, salvo algunos gremios importantes.
¿Cómo ve el juego de la oposición? Pareciera que están pidiendo un ajuste mayor.
Si Scioli tiene como uno de los asesores principales a Blejer, hombre del Fondo Monetario, no sé qué se puede esperar. Massa, tiene a Peirano y Lavagna, que por ahí tienen alguna propuesta más heterodoxa, pero el conjunto de la política del massismo tiende hacia una política neoliberal. Y la presión internacional apunta a eso. Veo una situación difícil. ¿Quién de la oposición tiene un proyecto alternativo al ajuste?
¿Por qué cuestiona a Carta Abierta?
Es muy pro-gobierno pero se nota la falta de una perspectiva crítica. Y no quieren discutir. Ellos dicen que el gobierno se enfrentó a los grupos de poder. En algunas cosas sí, Clarín y el asunto de los medios, pero yo creo en cambio que una de las cuestiones más graves fue no tener una política firme respecto de los grandes poderes. Que haya habido una concentración de capital como lo hubo en distintos sectores. Las políticas de Moreno en materia de control precios, subsidiar a los supermercados para que no aumentaran los precios, era reconocerlos como factores de poder. Pero lo que más critico es el extractivismo, que en sectores del gobierno dicen que no es importante y que se impulsó a más no poder. Como me dijo uno de ellos: ¿qué hubiéramos hecho si no hubiéramos tenido la soja? La crisis actual es producto también de las políticas que ellos impulsaron. Se promovió la soja pero no se promovió la producción de alimentos. Se podría haber impulsado la producción orgánica que es más saludable que la producción sojera, que además es 95 % para exportación. La paradoja es que los precios agropecuarios lideran el proceso inflacionario y eso es mucho más regresivo para los sectores asalariados porque destinan la mayor parte de su presupuesto familiar a la compra de alimentos.

Putin y la salvación del Chavismo

por Heinz Dieterich
 

1. Maduro y Putin ante la «revolución naranja«
Washington y sus aliados europeos han destruido con un golpe de Estado (revolución naranja) al gobierno democráticamente electo de Victor Yanukovich, en Ucrania. Putin no acepta el golpe de Estado ni reconoce a los peleles impuestos en Kiev. Las Fuerzas Armadas de Rusia y de la OTAN están en estado de alerta y las rusas se preparan para intervenir en partes de Ucrania. Además, Moscú ha decidido crear una red mundial de bases de apoyo logístico militar que incluye América Latina (Cuba) y Asia (Vietnam) y ha establecido una alianza estratégica de sobrevivencia con China.
La reacción de Moscú y Beijing ante la nueva ofensiva imperialista mundial de Barack Obama-Angela Merkel-ShinzoAbe, ha sido defensiva y tardía. Pero, finalmente reaccionan con claridad y firmeza: Putin, defendiendo (al peligro de una guerra nuclear) la vital profundidad estratégica del país, que siempre lo ha salvado de las invasiones de Occidente (Napoleón, Hitler); China, protegiendo la única alianza estratégica que le permite impedir la destrucción imperialista. A diferencia de ambos países, Venezuela ha sido incapaz de armar un plan estratégico de defensa ante la subversión. Entre medidas caóticas, improvisadas y contradictorias de defensa, pierde cada vez más poder ante las huestes de Obama-Uribe-Santos.
2. La reacción del gobierno venezolano
Putin reaccionó tardíamente a la agresión existencial, pero reaccionó con claridad y firmeza. Esto permitió, que en forma limitada ha podido recuperar la iniciativa estratégica. Nada de esto se puede decir del gobierno venezolano. Actúa más bien bajo síntomas de pánico y ha perdido la iniciativa estratégica.
Al personal de planta de CNN se le revoca la acreditación por propaganda de guerra y tres días después se le renueva.
Se le implora al principal responsable de la guerra, Barack Obama, a dialogar y Obama, como era previsible, aprovecha para darle una cachetada al Presidente venezolano, diciendo que primero busque el diálogo con su pueblo.
Mandan un señorito inexperto como embajador a Washington, cuando se necesita allá a un profesional de peso, con amplia experiencia en diplomacia.
Giran orden de aprehensión contra el general golpista Ángel Vivas y no se atreven a arrestarlo, permitiéndole su show de telenovela mundial.
Elías Jaua pierde el tiempo en una gira para informar a los gobiernos amigos, como si éstos no supieran exactamente que es un golpe de Estado de Washington. (Se han mantenido al margen. Entienden que Washington exige nuevamente su subordinación a la Doctrina Monroe so pena de ser desestabilizados.)
Buscan su salvación en el exterior con grupos de solidaridad, cuando su salvación sólo puede ser endógena.
Denuncian a fascistas como el alcalde Daniel Ceballos en Táchira, pero permiten que éste establezca y consolide una cabeza de playa territorial de la contrarrevolución con los paramilitares colombianos en San Cristobal. Mandan aviones de combate Sukhoi a sobrevolar Táchira para amedrentar a los subversivos y lo único que logran es demostrar su impotencia, falta de plan de contraataque y más comidilla para los que los medios burgueses sigan atacando a Maduro.
3. Táchira: tierra liberada — por el imperialismo
«Han destruido San Cristóbal, tienen 40 puntos de barricada», reconoció Nicolás Maduro durante la Conferencia Nacional de Paz convocada por él mismo. Dijo sentirse angustiado y pidió ayuda para acabar con la sublevación. «Meterse allí con el nivel de violencia y destrucción tiene grandes consecuencias y costos ¿Dejo de actuar? ¿Qué hago?…», preguntó.
No hay mejor actuación y discurso público para acabar con la autoridad del Estado, que éste. Si Ceballos es un fascista que realiza un coup d´ etat contra el gobierno democrático, entonces es obligación constitucional del Presidente imponer el Estado de Derecho y detenerlo. Y, si para desarmar a las bandas terroristas es necesario usar la fuerza militar, entonces hay que usarla constitucionalmente.
El ejército venezolano tiene oficiales y tropas de contrainsurgencia, como el General Alí Uzcátegui, que comandó la operación de rescate de Chávez. El General es de Táchira y ha servido en Unidades de Operaciones Especiales en la frontera. Y como él, hay muchos otros. Es decir, todo el saber y poder para acabar con los terroristas está allá, pero el gobierno no lo usa. Sólo lamenta e implora.
4. El fin previsible
Todo este proceso ha sido previsible y, por tanto, evitable. El 14 de octubre, 2013, hace casi cinco meses, advertí en un artículo que si Maduro no hacía urgentemente reformas estructurales, no llegaría más allá de marzo/abril 2014. Algunos me tildaron de loco, otros de exagerar y desconocer la realidad venezolana. Pero los escenarios de la eventual caída son evidentes: movilizaciones callejeras dirigidas por Washington y la derecha, o una alianza destituidora y sustitutiva entre Fuerzas Armadas y Gobernadores». Esta situación ha llegado, pero la ceguera y arrogancia de la cúpula chavista es tal, que ni siquiera hoy ve el abismo al cual estaría a punto de caer.
5. La salvación del Chavismo: Reforma y Nuevo Orden
El Estado y el bolivarianismo todavía tienen más poder que la oposición: legalidad, petróleo, armas, masas. Aún pueden ganar la batalla. Pero, nada de esto sirve, si no es instrumentado por un equipo capaz de optimizarlo. Y cada día que se desperdicia con las vacilaciones y acciones caóticas-contradictorias actuales, se pierde poder de negociación.
Para evitar la caída del Chavismo e iniciar la contraofensiva general, se necesitan tres medidas: un paquete coherente de reformas estructurales, la imposición firme del Estado de Derecho y una nueva narrativa fundacional (probablemente de la 6ta República). Todo intento de parar la crisis sin considerar estos planes de acción, tendría pocas posibilidades de éxito.
¿Habrá alguna fuerza en el Chavismo capaz de construir e implementar estas medidas para salvar la Revolución de Hugo Chávez?

Inmersión Silicon Valley. Ritornelo 11

por Carolina Di Palma

Es de noche y estamos cocinando en la casa de Tracy, la vietnamita que nos alquiló la habitación en Cupertino. De repente llega resbalando Tony, el chino de 5 años, a todo lo que da, en medias y pijama.
Hellooooooooo, resbala
Hi Tony! How are you? Where have you been?
Y se va corriendo hacia el living y desaparece de nuevo.
Para mi sorpresa regresa y, esta vez, me trae una revista de Lego y me la entrega para que se la lea.
Ou, le digo, ¿querés que te lea esta historia de Lego? Ok, le digo, come with me. Y nos vamos al sillón del living a sentarnos.
Miramos la revista y decimos, a ver a ver, esta historia se llama “La pieza de la resistencia” y es sobre la peli de Lego.
En la tapa vemos correr al obrero constructor protagonista de la peli perseguido por un policía de negro y anteojos Rayban. Más atrás un hindú, con barba blanca, camiseta con arcoíris y unas alas, creo.
Tony me señala el juguetito. Es que la revista viene con un muñequito para armar, de un policía robot con arma, casco y bomba.
Y al fondo de la imagen de tapa vuelan dos o tres piezas de Lego.
Ok, le digo, let´s start.
¡Buen día Bricksburg! Es otro día en esta asombrosa ciudad donde todo es impresionante. Los ciudadanos de Bricksburg están siempre felices, amables y alegres. Eso es porque aman seguir las reglas y ser perfectamente normales. Si por alguna razón olvidan las reglas, el Presidente Negocios tiene cámaras de vigilancia y robots policías para recordarlas.
Todos hacen sus vidas ordinarias. Todos excepto los miembros de la Resistencia.
Oh Tony, do you like it?, le pregunto.
Mueve la cabeza afirmando.
La Resistencia. Yo soy Vitruvius, el líder de la resistencia. Somos un grupo de constructores expertos, llamados Constructores Maestros, quienes ven que el Presidente Negocios controla la ciudad para dominar al mundo.  La verdadera identidad del presidente Negocios es el malvado Lord Negocios, el Señor de los Negocios podría ser. Sí, hay una profecía que cuentan los ciudadanos, los Especiales, quienes se levantarán en contra de Lord Negocios y lo derrotarán.
 Uy Tony, great!!! Para ser que los Especiales derrotarán al malo de los negocios!!!
Tony sonríe.
Un día, una muchacha talentosa y su compañero, un Especial con cara amarilla,  harán que la Pieza de la resistencia sea encontrada en su refugio bajo la tierra. Y con un arma noble como timón, el Maestro Constructor frustrará a Kragle y salvará el reino. Y será la persona más interesante y más importante de todos los tiempos. Todo esto es verdad porque rima.
Tony y yo nos miramos, pero seguimos.
Entonces se ve al hindú, con ojos amarillos y un bastón como con un diamante en la punta que brilla.
Tony me señala con el dedo la próxima página para que siga.
Sabemos que una vez el mundo tuvo posibilidades ilimitadas. Pero desde que el Lord Negocios se hizo cargo, la libertad y la creatividad son cosas del pasado.
Tony, interrumpo, ¿vos sabes que es libertad y creatividad?
Mueve la cabeza afirmando, se ríe y vuelve a señalar la página para que siga.
Y ahora Lord Negocios está preparando su último ataque. Usando el arma devastadora llamada Kragel, el planea mantener al mundo pegado, permanentemente.
Uyyy nooo Tony, los legos pegados, que desastre! digo.
La profecía dice que la Pieza de la resistencia, el misterioso artefacto que tiene el  poder de detener a Kragel, será encontrada por El Especial, el o ella, y salvarán al mundo.
Y vemos en los dibujos al hindú, a Batman, a una chica con colita al costado y a un astronauta.
Todos los Maestros Constructores, no solo Wyldstle, Batman, y un hombrecito del espacio de 1980 llamado Benny, están dispuestos a usar ladrillos para construir lo que sea que piensen. Sin instrucciones!!! Lord Negocios prohíbe esto, por eso debemos escondernos en los diferentes reinos del universo como Wild West, Cloud Cuckoo, Land and Bricksburg.
Construir lo que piensen, guag Tony, que lindo!!!! Vos que pensás?
Se ríe y me indica con el dedo que siga.
Vitruvius. Yo soy el vigilante líder de los Maestros Constructores. Tiempo atrás, me enfrenté con Lord Negocios en una batalla, quedé ciego en la lucha, y el escapó con el arma más poderosa del universo, el Kragle. Pero tengo fe en que los Especiales se levantarán y destruirán a Lord Negocios de una vez y para siempre.
Uy Tony, por eso el hindú tiene los ojos así, es ciego, pero hace malabares con los ladrillos lego, mirá, mirá.
Tony sonríe.
No hace mucho tiempo atrás, Emmet era un ciudadano común, cada día se levantaba, iba a trabajar, cantaba canciones populares y chateaba con sus compañeros. Pero un día se cayó en un agujero. Y un misterioso objeto se le pegó a la espalda. Era la Pieza de la resistencia. Los policías robots del Presidente Negocios comenzaron a perseguirlo.  Y vemos una muralla de ladrillos legos y de un lado policías robot s con armas y del otro a Emmet cayéndose.
Sigo Tony?
Afirma.
Batman es uno de los más poderosos superhéroes del universo y es también el más  importante de los Maestros Constructores. El hombre de la máscara de la justicia es un experto en combate cuerpo a cuerpo y puedo convertir a una legión de robots policías en partes de repuestos en segundos. Además, el tiene un montón de artefactos cool y vehículos.
“Yo solo trabajo en negro, y algunas veces en un muy gris oscuro”
Tony me mira. Yo lo miro y le digo, eso lo vas a entender cuando crezcas.  Sigamos.
Ay mirá Tony, viene la nena ahora! Wildtyle, Estilo Salvaje se llama, so cute, le digo a Tony.
Estilo Salvaje es una corajuda y muy talentosa Maestra Constructora y puede crear cualquier línea de piezas al azar en cuestión de segundos. Ella además es experta en artes marciales. Cuando Emmet fue capturado por los policías robots, ella lo rescató. Y su novio no es otro que: Batman!  
Tony las cosas son así, en general nos enamoramos de uno y rescatamos a otro, o al revés.
“Necesitamos construir nuestro propio camino para salir de aquí”
Great! le digo a Tony, gran frase!!  Te gusto esa frase Tony?
Afirma Tony con la cabeza.
Benny es un astronauta de los años 80 que también es Maestro Constructor. El tiene a bit of one-track mind, especialmente cuando viene con naves espaciales. El ama construir naves espaciales. Los otros Maestros Constructores no le prestan mucha atención a sus ideas porque siempre esta con las naves espaciales pero nunca lo desalientan.
Estilo Salvaje rescató a Emmet de los robots policías de Lord Negocios. Ella usó piezas al azar para construcción rápida de una impresionante motocicleta, y ahora están corriendo por las calles de Bricksburg.
Y vemos a Estilo Salvaje manejando la moto enajenada y a Emmet con una cara de miedo terrible atrás de ella. La moto atraviesa la muralla de ladrillos Lego.
Guaug Tony!! Escaparon!!!
Ahora están en Cloud Cuckoo Land.
¿Seguimos Tony?
A Tony se le caen los ojos del sueño pero afirma.
Vitruvius, Emmet y Estilo Salvaje arrivaron a Cloud Cucckko Land. La Tierra de la nube, seria, algo asi, como la Tierra de Internet.  El hogar de la princesa Unikitty, la uniquita sería algo así. Esta tierra es pura creatividad, no hay reglas, no hay hora de dormir, no hay bigotes tupidos, y definitivamente, no hay negatividad. Los maestros constructores, incluida la princesa Uniquita, se han reunido para tener una reunión secreta.
Uyyy Tony!!! Tony?  Tas despierto? La Tierra de internet, escuchaste?
Afirma pero el movimiento de la cabeza es cada vez más leve.
Barba de metal. Este Maestro constructor llevó a su tripulación a una misión para destruir la torre de Lord Negocios. Pero el ataque falló. Metal Beard perdió su cuerpo, su tripulación, su nave y su lucha. El mismo organizó su escape para sobrevivir y fue forzado a reconstruir su cuerpo usando piezas rotas de la armadura de su nave. Ahora es más temible que nunca!!!!
Y vemos la imagen de este Maestro con la bandera de pirata.
El Especial.
Buenos días apartamento!, Emmet gritó feliz
Era de mañana en Bricksburg. Emmet, el hombre más común en el mundo, no podía esperar para empezar su día. Mejor llevar mi libro de instrucciones, siguiendo las reglas como el quería cada mañana, Emmet hacía ejercicios, se bañaba, tomaba el desayuno y prendía la televisión.
Un hombre aparece en la pantalla. Hi, I am de President Business, el presidente de OCTAN Corporation y del mundo.
Octan? Pienso yo, pero no le digo nada a Tony.
Presten atención con las siguientes instrucciones, serán irán a dormir, y no olviden, Taco martes viene la semana próxima.
Man, el es un hombre muy cool, momento, dijo Emmet enseguida, ¿el dijo que nos vayamos a dormir?
De repente, una publicidad favorita de la televisión del show “Donde están mis pantalones? apareció y el olvidó rápidamente lo que estaba pensando.
Afuera en la calles hay bullicio, la gente afuera apresurada haciendo lo que dicen las reglas. Ellos fueron a trabajar y a construir barrios. Ellos beben  café barato, hacen fila y chatean con los amigos.
Cuando Emmet llegó a la construcción donde trabaja, el encontró a sus compañeros ocupados construyendo nuevos edificios, siguiendo las instrucciones of course.
Tony ríe.
Emmet notó que el día vuela como una mosca hasta que suena el silbato.
¿Quieren ir a comer un pollo delicioso y volverse locos?, gritó un compañero
Emmet saltó y dijo, ¡me encanta el pollo! y se unió a ellos y una ráfaga de viento voló sus instrucciones de su mano. Pero acá podemos aclarar que en realidad no tiene manos, sino que son una especie de agarradera, sin dedos.
Ah no Tony! Se le volaron las instrucciones a Emmet!!!
Tony ríe y todavía esta despierto.
Ah, no dice, Emmet, espérenme amigos, voy a buscar las instrucciones.
Y cuando las estaba juntando observa a una extraña hurgando en el sitio de la construcción.
Hey, pal, detesto tener que decirte esto pero no debes estar aquí, Emmet chequeó sus instrucciones, yes, este lugar cierra a las 6. Bueno, creo que deberé reportarte.
Emmet vió que esa extraña lo miraba, no era una ciudadana común, era una chica bella, ha hermosa chica que Emmet ya había visto antes.
Uyyyy Tony, me parece que a Emmet le gusta Estilo salvaje, eh?
Como no la agarraron, ella comenzó a correr y escapó.
Ey Emmet gritó, ¡no quería asustarte!!!
El trató de seguirla pero tropezó con escombros, chocó la cabeza con un ladrillo y se desmayó.
Más tarde Emmet se levantó en un cueva con sombras. En la oscuridad un gran objeto rojo que brillaba se apareció ante el.
Siento que debería tocarlo, dijo Emmet y cuando puso su mano sobre el objeto el mundo se transformó en una bola de luz. Y una vez más Emmet se desmayó.
Cuando se levantó una voz brusca le gritaba: ¡arriba, despierta!, ¿donde están los Maestros Constructores? ¿Cómo encontramos la Pieza de la resistencia?
¿Qué sucede?, dijo Emmet, él estaba en una sala de interrogación. Y un objeto extraño rojo estaba pegado sobre su espalda.  
 ¿Jugando al mudo?  ¿Maestro Constructor?, dijo el policía robot malo llamado Bad Cop.
Mire, umm, yo veo un montón de show de tv sobre policías, Emmet balbuceó, ¿no se supone que debería haber también un Buen policía  en esta escena?
El Policía malo de repente cambió su cabeza para develar la cara del Policía bueno.  Con una sonrisa, el Policía Bueno dijo, Hi amigo, yo soy tu policía amigable del barrio. ¿Quieres un vaso de agua?
Si de hecho suena bien… Emmet había comenzado a decir
¡!!Demasiado mal!!! Grito el oficial. El Policía malo volvió. Entonces, ¿nunca oyó hablar de la profecía?
No, dijo Emmet
¿O de los Especiales?
No
¡Ud miente! El policía malo le dijo a su policía robot: ¡Llévenlo a la cámara de derretir!
¿Van a derretirme??? Noooo, dijo Emmet
Tonyyyyyyy van a derretir a Emmet!!!!!!!
Tony se agarra a mi brazo y sube la cabeza por arriba del libro para mirar el dibujo
El robot llevó a Emmet a una habitación misteriosa. En el centro hay un dispositivo con un enorme vidrio. Cuando la luz pase por ese vidrio, va a derretir la extraña parte que Emmet tiene en la espalda junto con él.
¡Espere!, dijo Emmet, seguro que aquí ha habido una confusión.
De repente, una figura familiar entra en la habitación, ella lucha contra los robots como una ninja.
¡Bien Tony!!!! Llegó Estilo Salvaje y además es Ninja!!!
Tony rie.
¡Eres tu!, la reconoce Emmet
¡Ven conmigo si no quieres morir! , dice ella.
Y juntos atravesaron la ventana y salieron.
Emmet vió como esta misteriosa jovencita ensamblaba rápidamente una moto usando piezas al azar sin instrucciones.
¡Sube!, le grita ella.
Necesitamos encontrar a Vitruvius y decirle que la Paz fue encontrada, dijo la chica
¿Puedes decirme qué sucede?, pregunta Emmet completamente desconcertado
Lo estoy rescatando, señor, dice ella. Tu eres del que habla la Profecía, tu eres el Especial
¿Yo?, dice Emmet con sorpresa
Hoy es el día mas distinto de todos los días de tu vida.
Tony al final Emmet era el Especial!! digo yo
¿Y que eran los Good and bad cop?, pregunto, ¿vos entendiste algo Tony?
Afirma
A ver Tony, déjame leer esto, ese policía nariz dura con doble personalidad es la mano derecha de Lord Negocios. Muchos de ellos están en modo Bad Cop, pero a veces, en modo Good Cop. Ellos son gentiles y políticos y no quieren arrestar o interrogar a la gente.  Pero cada vez que Lord Negocios los pone a cargo de la “Policía de los supe secretos” , Bad Cop aparece.
Ahhhhhhhh
Miro a Tony y está dormido. Le doy un beso en la frente, lo agarro en brazos y se lo subo al padre al primer piso de la casa.
El padre abre la puerta y lo pone en la cama. Me dice, nosotros estamos de vacaciones acá, pero no sabemos una palabra de inglés.

Me saluda bajando la cabeza y cierra la puerta. 

Derechas con look de izquierda

por Raúl Zibechi


Las recientes manifestaciones de masas generadas por las derechas en los más diversos países, muestran su capacidad por apropiarse de símbolos que antes desdeñaban, introduciendo confusión en las filas de las izquierdas.
El 17 de febrero de 2003 Patrick Tyler reflexionaba sobre lo que estaba sucediendo en las calles del mundo en una columna en The New York Times: “Las enormes manifestaciones contra la guerra en todo el mundo este fin de semana son un recordatorio de que todavía puede haber dos superpotencias en el planeta: los Estados Unidos y la opinión pública mundial”.
“Mira a tu alrededor y verás un mundo en ebullición”, escribe el editor estadounidense Tom Engelhardt, editor de la página ‘tomdispatch’. En efecto, diez años después del célebre artículo del Times, que dio la vuelta al mundo en ancas del movimiento contra la guerra, no hay casi rincón del mundo donde no exista ebullición popular, en particular desde la crisis de 2008.
Se podrían enumerar la Primavera Árabe que derribó dictadores y recorrió buena parte del mundo árabe; Occupy Wall Street, el mayor movimiento crítico desde los años sesenta en Estados Unidos; los indignados griegos y españoles que cabalgan sobre los desastres sociales provocados por la megaespeculación. En estos mismos momentos, Ucrania, Siria, Sudán del Sur, Tailandia, Bosnia, Turquía y Venezuela están siendo afectadas por protestas, movilizaciones y acciones de calle del más diverso signo.
Países que hacía décadas que no conocían protestas sociales, como Brasil aguardan manifestaciones durante el Mundial luego de que 350 ciudades vieran cómo el desasosiego ganaba las calles. En Chile, se ha instalado un potente movimiento juvenil estudiantil que no muestra signos de agotamiento y en Perú el conflicto en torno a la minería lleva más de un lustro sin amainar.
Cuando la opinión pública tiene la fuerza de una superpotencia, los gobiernos se han propuesto entenderla para cabalgarla, manejarla, reconducirla hacia lugares que sean más manejables que la conflagración callejera, conscientes de que la represión por sí sola no consigue gran cosa. Por eso, los saberes que antes eran monopolios de las izquierdas, desde los partidos hasta los sindicatos y movimientos sociales, hoy encuentran competidores capaces de mover masas pero con finas opuestos a los que esa izquierda desea.
Estilo militante
Desde el 20 hasta el 26 de marzo de 2010 se realizó en el departamento uruguayo de Colonia un “Campamento Latinoamericano de Jóvenes Activistas Sociales” (http://alainet.org/active/37263), en cuya convocatoria se prometía “un espacio de intercambio horizontal” para trabajar por “una Latinoamérica más justa y solidaria”. Entre el centenar largo de activistas que acudieron ninguno sospechaba de dónde habían salido los recursos para pagar sus viajes y estadías, ni quiénes eran en realidad los convocantes (Alai, 9 de abril de 2010).
Un joven militante se dedicó a investigar quiénes eran los Jóvenes Activistas Sociales que organizaban un encuentro participativo para “comenzar a construir una memoria viva de las experiencias de activismo social en la región; aprender de las dificultades, identificar buenas prácticas locales aprovechables a nivel regional, y maximizar el alcance de la creatividad y el compromiso de sus protagonistas”.
El resultado de su investigación en las páginas web le permitió averiguar que el campamento contó con el auspicio del Open Society Institute de George Soros, y de otras instituciones vinculadas al mismo. La sorpresa fue mayúscula porque en el campamento se realizaban reuniones en ronda, fogones y trabajos colectivos con papelógrafos, con fondo de whipalas y otras banderas indígenas. Un decorado y estilos que hacían pensar que se trataba de un encuentro en la misma tónica de los Foros Sociales y de tantas actividades militantes que emplean símbolos y modos de hacer similares. Algunos de los talleres empleaban métodos idénticos a los de la educación popular de Paulo Freire que, habitualmente, suelen emplear los movimientos antisistémicos.
Lo cierto, es que unos cuantos militantes fueron usados “democráticamente”, porque todos aseguraron que pudieron expresar libremente sus opiniones, para objetivos opuestos para los que los convocaron. Este aprendizaje de la fundación de Soros fue aplicado en varias ex repúblicas soviéticas, durante la “revuelta” en Kirguistán en 2010 y en la revolución naranja en Ucrania en 2004.
Ciertamente, muchas fundaciones y las más diversas instituciones envían fondos e instructores a grupos afines para que se movilicen y trabajen para derribar gobiernos opuestos a Washington. En el caso de Venezuela, han sido denunciadas en varias oportunidades agencias como el Fondo Nacional para la Democracia (NED por sus siglas en inglés), creada por el Congreso de Estados Unidos durante la presidencia de Ronald Reagan. O la española Fundación de Análisis y Estudios Sociales (FAES) orientada por el expresidente José María Aznar.
Ahora estamos ante una realidad más compleja: cómo el arte de la movilización callejera, sobre todo la orientada a derribar gobiernos, ha sido aprendida por fuerzas conservadores.
El arte de la confusión
El periodista Rafael Poch describe el despliegue de fuerzas en la plaza Maidan de Kiev: “En sus momentos más masivos ha congregado a unas 70.000 personas en esta ciudad de cuatro millones de habitantes. Entre ellos hay una minoría de varios miles, quizá cuatro o cinco mil, equipados con cascos, barras, escudos y bates para enfrentarse a la policía. Y dentro de ese colectivo hay un núcleo duro de quizás 1.000 o 1.500 personas puramente paramilitar, dispuestos a morir y matar lo que representa otra categoría. Este núcleo duro ha hecho uso de armas de fuego” (La Vanguardia, 25 de febrero de 2014).
Esta disposición de fuerzas para el combate de calles no es nueva. A lo largo de la historia ha sido utilizada por fuerzas disímiles, antagónicas, para conseguir objetivos también opuestos. El dispositivo que hemos observado en Ucrania se repite parcialmente en Venezuela, donde grupos armados se cobijan en manifestaciones más o menos importantes con el objetivo de derribar un gobierno, generando situaciones de ingobernabilidad y caos hasta que consiguen su objetivo.
La derecha ha sacado lecciones de la vasta experiencia insurreccional de la clase obrera, principalmente europea, y de los levantamientos populares que se sucedieron en América Latina desde el Caracazo de 1989. Un estudio comparativo entre ambos momentos, debería dar cuenta de las enormes diferencias entre las insurrecciones obreras de las primeras décadas del siglo XX, dirigidas por partidos y sólidamente organizadas, y los levantamientos de los sectores populares de los últimos años de ese mismo siglo.
En todo caso, las derecha han sido capaces de crear un dispositivo “popular”, como el que describe Rafael Poch, para desestabilizar gobiernos populares, dando la impresión de que estamos ante movilizaciones legítimas que terminan derribando gobiernos ilegítimos, aunque estos hayan sido elegidos y mantengan el apoyo de sectores importantes de la población. En este punto, la confusión es un arte tan decisivo, como el arte de la insurrección que otrora dominaron los revolucionarios.
Montarse en la ola
Un arte muy similar es el que mostraron los grupos conservadores en Brasil durante las manifestaciones de junio. Mientras las primeras marchas casi no fueron cubiertas por los medios, salvo para destacar el “vandalismo” de los manifestantes, a partir del día 13, cuando cientos de miles ganan las calles, se produce una inflexión.
Las manifestaciones ganan los titulares pero se produce lo que la socióloga brasileña Silvia Viana define como una “reconstrucción de la narrativa” hacia otros fines. El tema del precio del pasaje pasa a un segundo lugar, se destacan las banderas de Brasil y el lema “Abajo la corrupción”, que no habían estado originalmente en las convocatorias (Le Monde Diplomatique, 21 de junio de 2013). Los medios masivos también desaparecieron a los movimientos convocantes y colocaron en su lugar a las redes sociales, llegando a criminalizar a los sectores más militantes por su supuesta violencia, mientras la violencia policial quedaba en segundo plano.
De ese modo, la derecha que en Brasil no tiene capacidad de movilización, intentó apropiarse de movilizaciones cuyos objetivos (la denuncia de la especulación inmobiliaria y de las megaobras para el Mundial) estaba lejos de compartir. “Es claro que no hay lucha política sin disputa por símbolos”, asegura Viana. En esa disputa simbólica la derecha, que ahora engalana sus golpes como “defensa de la democracia”, aprendió más rápido que sus oponentes.

Invitación: Zaffaroni – Segato – Cañón en la Cazona de Flores


El sábado 15, a las 19 recibimos a Raúl Eugenio Zaffaroni y a Hugo Cañón para debatir el libro de Rita Segato, con la presencia de la autora. Desde el Instituto de Investigación y Experimentación Política y Tinta Limón Ediciones nos preguntamos cómo traducir las luchas por los derechos humanos en el contexto del nuevo conflicto social.
La cita es en La Cazona de Flores.
(Morón 2453) 
Lxs esperamxs!

Cinco nombres para un cambio de época (López, Trímboli, Ferrer, Pagni y Valeriano)

por Juan Pablo Maccia



Ni jóvenes ni consagrados, los autores a quienes pertenecen los textos que me han impactado durante este verano, que raudo se ha ido, tienen un cierto aire de familia sin que quepa en lo más mínimo agruparlos en conjunto alguno. Se trata de textos de un fin de época (o de ciclo, o de década, o de ilusión, que cada quien escoja), de escrituras que fugan todo lo que pueden, mejor o peor de la política hacia la historia, a partir de tácticas literarias específicas.

De la lucha armada a la lucha narrada: la serie que aquí esbozo no posee coherencia alguna como no sea la de mi perspectiva -culpable tanto de ser subjetiva, lo que es inevitable, como de irritar a mi atribulada prima Laura, a quien debo definitivamente el acceso a las lecturas más avanzadas de la ciudad de Buenos Aires que no siempre llegan a los circuitos del interior y que ella me envía mientras su ánimo pasa de la euforia al decaimiento.

Es lo que ocurre con las intervenciones de quienes, para ahorrar detalles, llamaría los escritores de mi generación. En primer lugar, con Teatro de operaciones, de María Pía López. Desde la solapa se nos informa que la autora no es una novata ni en el mundo del ensayo, ni en el de la novela o el de la política. Tal confesión de parte abona mi hipótesis de lectura: se trata literatura como regulación de una argumentación en huida (de un cierto presente que comienza a volverse ominoso) fallida (ya que al fin y al cabo el compromiso político entrampa desde lo menos voluntario: los afectos). Literatura de la conspiración de una organizadora cultural –nuestra autora es innegablemente gramsciana- envuelta en una atmósfera urbana desquiciada, a la Roberto Arlt.

¿Podemos imaginar la trama de nuestras aventuras, las nuestras y las de nuestros compañerxs, como si fuesen líneas de un éxodo fantástico, desplegadas en razones alucinadas, como si todos estuviésemos más bien locos, o más bien como si los conflictos históricos que atrevamos no fuesen sensatamente comprensibles sino por medio –justamente- del factor locura? La obra hace al lenguaje, se ha dicho. Por lo mismo el autor (autora) es también una rebelión contra un destino, en la escritura.

En este caso se trata de buscar una victoria táctica para una expresión política imposible: el populismo artleano, secta esotérica (y erudita, proliferante en citas secretas y en reenvíos para iniciados) que gira en torno a la pregunta: ¿puede un escrito desestabilizar un orden?

La pregunta no es ociosa: en la guerra de las tribus (literario-políticas-militares) entre borgeanos y artleanos (desde ya, guerra mítica en torno a los grandes nombres: Borges, Eva, Perón). Pero también –menos obvio, y acaso también menos ficcional- entre “zombis” y “eternautas”. Eternautas que acaban por expulsar a los arlteanos del movimiento: por tibios. Por populistas imperfectos, eternamente sospechados.

¿A dónde van los “artleanos”? Toda la novela es una imaginativa deriva en torno a intensidades esbozadas en episodios verosímiles que en un cierto punto (¿a lo Aira?) levantan vuelo, dementes. Una vez más: el desquicio como fuga y como reverso de lo que no puede ya ser argumentado de otro modo.

Sobre Javier Trímboli, el otro escritor de mi generación,  no me voy a extender, pues me he ocupado de él hace exactamente un año. En una entrevista que le realiza la revista El rio sin orillas –la revista más bella que ha llegado a mis manos- en su número 7, Trímboli se entrega a un sutil soliloquio –las preguntas no alteran realmente su deriva- sobre la experiencia de quienes estamos pasando la mitad de los cuarenta años, un ejercicio maestro del relato en términos de la propia experiencia.

Historiador al fin -aunque desviado, según nos cuenta, tanto por su pasión política como por obsesión en torno a la escritura- Trímboli nos narra, en un mismo movimiento, su comprensión por las historias militantes juveniles de las izquierdas desvaídas de fines de los 80, y las escenas de locura y guerra –recordémoslo: las mismas palabras con que mencionamos la obra de López-, la toma de La Tablada del año 89, con la del Paraguay del siglo XIX.

Trímboli se dedica a temas de educación, en el Ministerio, y asesora –siempre según su relato- en la televisión pública. Años de entusiasmo en el estado, debidos al impulso kirchnerista (aparentemente agotado), y no adhesión al estado como institución. Nuestra generación no puede darse ese lujo. En esto (la imposibilidad del “amor al Estado”), Trímboli habla mejor que la otra pluma invitada por la revista, la filósofa Silvia Schwarzbock quien con talento pero con un tono menos convincente vuelve sobre lo mismo, a propósito de Ferreyra, Kosteki y Santillán.   

Si “nuestra generación” narra la retirada convocando a los más jóvenes a no desesperar por lo que pueda venir, por lo que pueda perderse, Christian Ferrer, entrevistado por la revista Mancilla No. 6, no se deja correr un ápice por unos entrevistadores que lo inquieren asumiendo la posición de esa fracción de la juventud kirchnerista militante que con mas entrega se ha brindado a las mieles de estos años. 

Asumiendo una posición histórica libertaria, que la juventud ilusionada no puede oír sino como escéptica, el filósofo -que ronda los 55 años, definitivamente otra generación- revela un conjunto de continuidades de esta década con las que la anteceden en los precisos términos que durante estos tiempo quisimos olvidar (y posiblemente los jóvenes hubieran deseado no conocer). Como una flor que recién comienza a abrirse, la juventud intelectual que hace sus primeras armas en defensa del presente comienza a lidiar con el afuera.

Son estos discursos los que pesan, cosa que la crítica de las celebridades intelectuales olvida olímpicamente. Y no ocurre esto solo en el campo de las izquierdas. Allí está, como contrapeso, la entrevista que realiza la revista Crisis a Carlos Pagni. Dado que participé de ella junto a distinguidos colegas y editores de la revista no abro aquí juicio sobre la misma, y como me he ocupado insistentemente del personaje, me limito a comentar la impresión que me queda (ya no sólo como lector, sino además, como entrevistador): Carlos Pagni brilla, entre las escrituras periodísticas del presente, porque tiene la virtud de no consumir discurso kirchnerista (y el defecto de no dejarse afectar por los temas que el kirchnerismo ha movilizado). Un tipo brillante y peligroso, que oscila entre lo lumpen en la fuente y la operación, y lo aristocratizante en el trato y la escritura.

Lejos de los intelectuales de mediana edad que preparan sus embarcaciones para navegar aguas cada vez más tempestuosas, como de los cincuentones, que entre lo libertario y lo liberal, es decir, con dos éticas casi opuestas, han permanecido a distancia del ensueño de la década encontramos la curiosa (y solapada) polémica de Diego Valeriano con el filosofo cordobés Diego Tatián. Lo que me interesa de la polémica, en la que este último realiza un elogio del cuidado –uniendo la “prudencia” del filósofo Spinoza, y el control oficial de precios- es la distancia interior que produce la respuesta de Valeriano: un kirchnerismo intuitivo, previo a los conceptos que lo explican, nutricio y completamente ajeno a las retóricas que en su momento alentaron el desborde y ahora le temen. Un conatus crecido –incluso agresivo, violento, que hace historia salvaje- dentro del consumo y contra sus regulaciones, que desea ir por más incluso ahora. Un movimiento que se aleja de todo eufemismo y se opone a todo ajuste razonado. Esta “oposición” viene de lo más adentro y constituye, tal vez, lo más auspicioso, también por su amor a lo plebeyo, afilando la prosa de las mutaciones al calor de este verano que raudo se nos fue.

Clinämen: ¿Cómo hablamos de narcotráfico hoy?

Empezamos el año conversando sobre capital financiero y narcotráfico. La imbricación entre lo legal y lo ilegal. El extractivismo y la apropiación de valor como principio general del capitalismo. La duplicación del estado y el lugar de las luchas vinculadas a derechos.

http://ciudadclinamen.blogspot.com.ar/

Una breve opinión de Marx sobre la Argentina

 por Raimundo Dreiklang

¿De qué manera interpretaría Carlos Marx a la Argentina de ayer y hoy? El pasado es un tiempo relativamente fácil de interpretar, pero el presente es aún más complejo. Tampoco es un intento de hacer historia contrafáctica del pensamiento al exigirle al filósofo alemán analizar nuestro país como si estuviese vivo. Sino que, apoyándonos en el pensamiento que vive en su extraordinaria obra, intentaremos como aporte analizar brevemente la Argentina desde los ojos y la pluma del padre del socialismo científico.

Carlos Marx, como bien sabemos, es un filósofo nacido en la vieja Prusia del siglo XIX, más precisamente en la ciudad de Trier, el 5 de mayo de 1818, hace casi dos siglos. Su pensamiento ha atravesado radicalmente el mundo político, cultural e intelectual a escala mundial durante más de una centuria. Si hubo una guerra de los Cien Años en Occidente esa fue la que se inició por culpa de su obra y su visión realista de la historia. Los más ortodoxos nos dirán materialista dialéctico. Efectivamente, lo más realista que puede ofrecer la filosofía universal es, sin duda, el materialismo histórico-dialéctico. De aquí, de este enorme y colosal pensamiento ha surgido una notable caja de herramientas repletas de conceptos y categorías para analizar tanto el pasado como el presente que avizoramos. 

Esto nos anima a poder pensar un país como la Argentina, atravesada a cuerpo entero por la división internacional del trabajo y una lucha de clases que preexistió antes de la configuración del Estado moderno burgués a partir de 1852 con la Batalla de Caseros y 1853 con la constitución liberal-burguesa de Juan Bautista Alberdi. El proceso civilizatorio que miraba el horizonte europeo puso en marcha la lógica del progreso periférico, donde se instaló la matriz agroexportadora, reproducida en toda América Latina, donde la Argentina se incorporara con laureles al mercado mundial como abastecedora de materias primas del imperio británico. 

“El motor de la historia es la lucha de clases” sostenía Marx, y para la Argentina que iniciaba sus primeros pasos en el mundo capitalista, llegaría con una demanda creciente de volúmenes de fuerza de trabajo inmigrante europea, una mezcla de superestructura ideológico-cultural y base económico-social para levantar los cimientos de este capitalismo neocolonial, funcional a la centralidad industrial británica durante el siglo XIX y principio del siglo XX. La generación del ’80 como élite intelectual y política generó las condiciones ideológicas para establecer las bases sociales del trabajo para su explotación, fundamentalmente en el sector rural. La inmigración fue posible a partir de esto y como consecuencia del exterminio como parte de la política para la organización del aparato estatal con la llamada “conquista del desierto” entre 1833 y 1885 a partir de Juan Manuel de Rosas y que culminaría con el genocidio sistemático a los Pueblos Originarios con Julio Argentino Roca.

Sin embargo, el pensamiento de Marx en la joven Argentina no se leería hasta 1870, a diferencia del liberalismo o el iluminismo europeo que marcaron a fuego el pensamiento de esta clase intelectual, acorde con sus objetivos políticos en la formación del Estado nacional. El marxismo, solo sería conocido a partir de Hegel y Schelling a través de la del pensamiento de Alberdi, desde el idealismo alemán y la noción de dialéctica. El contexto de conflicto para dirimir la hegemonía burguesa nacional que tendrá como triunfante a la clase dominante porteña, hará que a partir de la segunda mitad del siglo XIX empezara a circular los primeros esbozos del marxismo por medio de la prensa y los exiliados de la Comuna de París que llegarían a Buenos Aires en 1871. Marx estaría al tanto de esto gracias a los informes que desde Buenos Aires dirige Raymond Wilmart, su enviado directo al país en 1873, con el que tenía un contacto fluido a través de las cartas que éste le enviaba con frecuencia. Pero a pesar de este intercambio epistolar con su referente, Marx no desarrollaría una tesis respecto a la situación particular de la Argentina en este periodo. Quizás en esa última década que vivió, su pensamiento estuvo abocado a su trágico periplo que lo hizo testigo, no sólo de la consolidación del régimen capitalista, sino de sus últimos días en la cuna del capitalismo industrial que tanto estudió y derramo tinta, que fue Inglaterra.

Como observamos, pese a que el pensamiento de Marx ha tenido una temprana recepción en nuestro país, llegaría a posteriori de las corrientes que dominaron las revoluciones anti-absolutistas y anti-feudales en el viejo continente. Era más que lógico que penetrase con éxito el paradigma de la dominación capitalista y la filosofía del librecambio, teniendo en cuenta la visión etapista que habita en la teoría del viejo Marx, donde tienen que cumplirse los estadios evolutivos dentro del desarrollo de las fuerzas productivas. Esto está mejor explicitado en la dura crítica que hace sobre Simón Bolívar y la cuestión en América Latina en 1858, desconociendo en profundidad la contradictoria realidad postcolonial que atravesaba esta parte del continente.

Pero el marxismo empezaría a madurar a partir de la consolidación del Estado burgués de la mano de Roca, quien durante su gobierno, afirmó la hegemonía de la clase terrateniente cristalizado en el Partido Autonomista Nacional (PAN) que dominó la escena política de ese entonces, en un contexto social donde comenzó a surgir el movimiento obrero que nucleaba a las inmigrantes y que irían constituyendo los primeros gremios y sindicatos que los nuclearían de modo incipiente. Su prematura praxis como clase era inorgánica y carecía de organización sindical. Sus luchas eran reivindicaciones por la reducción de la jornada a 8 horas y una mejora salarial, pero éstas funcionaban desarticuladamente y su lucha se veía atomizaba. Durante finales del siglo XIX y principio del XX se articulan como la columna vertebral de la clase obrera. Un ejemplo de esto fue la creación de la FOA (Federación Obrera Argentina) el 25 de mayo de 1901, la primera y más importante organización de clase que aglutinó al movimiento obrero., y que a partir del IV Congreso cambió su nominación al de FORA en 1904. Vivió momentos álgidos con el régimen roquista que tuvo las primeras huelgas violentas contra el aparato represivo en Buenos Aires, Santa Fe y otros puntos del país, que tuvo un saldo importante de trabajadores asesinados por las fuerzas policiales, un 17 de noviembre de 1902. Una fecha importante para la clase obrera El mosaico ideológico (anarquismo, socialismo, sindicalismo, comunismo, etc.) traído como una pertenencia más en las valijas desde la marginalidad europea, sería el elemento fundamental para la construcción de la conciencia de clase del movimiento obrero argentino.

En 1888, la provincia de San Luis se convierte en el hogar de uno de los primeros intelectuales que se autodenomina marxista, el ingeniero alemán Germán Avé-Lallemant, quien vivía en el país desde 1868, pero que en sus reflexiones tardaría dos décadas en tomar el marxismo como filosofía como arma para la revolución. Su obra desconocida por muchos, intenta acercarse a un desarrollo de las fuerzas históricas en la Argentina, siguiendo las categorías de Marx. Su impronta intelectual dentro del socialismo argentino caería bajo la sombra de Juan B. Justo, fundador del Partido Socialista en 1896 y primer traductor al español de Das Kapital, el manuscrito más importante en la obra de Marx. Esto llevaría a Justo a alcanzar el auge dentro de la tradición socialista que estaba naciendo en el país. Empero, la labor de Avé-Lallemant estuvo más ligada a la de la geología y a la explotación minera en la región de Paramillo de Uspallata, en la provincia de Mendoza, donde trabajaría largo tiempo y elaboraría una obra de nombre homónimo a la mina que relata su experiencia con la clase obrera los periplos de la explotación y la acumulación de metales. Algo que podríamos considerar como una triste tautología en este presente de perpetuo saqueo y explotación de nuestros recursos. En palabras de Marx: la “historia aparece dos veces… una vez como tragedia y la otra como farsa” (Carlos Marx, El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, Buenos Aires, Polémica, 1975, p. 15). Una trama vigente donde los hechos se repiten a gusto y piacere del poder capitalista y la historia se encuentra maniatada por las cadenas de la desmemoria.

Muchos interrogantes nacen en este intento sucinto y escaso de comprender cómo podría haber pensado Marx la Argentina. Cuáles serían las opiniones esbozadas por este gran filósofo que tuvo la historia de la humanidad de un país -como bien escribe en el capítulo XXIV de El Capital– cubierto de pies a cabeza por el barro y la sangre de la explotación y la acumulación del capital durante estos 200 años de historia, llamémosla nacional, popular o burguesa, pero de un saqueo que parece interminable. Una clase obrera argentina que en su génesis decimonónica, no tenía las condiciones subjetivas ni objetivas para establecer un plan de lucha o de resistencia, ya que como hemos visto, no ha logrado madurar y apenas pudo enfrentar la represión del Estado por sus legítimas reivindicaciones de clase. Por eso nacen otros interrogantes, quizás los más importantes para nosotros y son: ¿cómo se leyó a Marx en la Argentina y cómo lo leemos hoy? ¿Cuáles eran las interpretaciones que hacían los intelectuales argentinos de su pensamiento y que clases sociales lo leían en particular? ¿Cuál era el contexto intelectual y cultural de esta época señalada que influenciaba su entendimiento y comprensión? Algunas preguntas cuyas líneas de este artículo no alcanzan para ser respondidas, pero que intentaremos ir respondiendo en distintos momentos de nuestra humilde tarea de indagar a este gran pensador que ha sido para nosotros Carlos Marx.

Venezuela como dilema

por Pablo Stefanoni

¿Está viviendo Venezuela un intento de golpe similar al que en 2002 alejó temporalmente a Hugo Chávez de poder? Eso es lo que dice el gobierno de Nicolás Maduro y repiten algunos medios bolivarianos. Pero la situación es distinta a diferentes niveles y presenta varios pliegues superpuestos que hablan de un agotamiento –lo que no significa necesariamente un fin de ciclo inmediato- del modelo chavista de gestión -política y económica- del Estado.
Chávez llegó al poder en 1999 luego de protagonizar un golpe de estado frustrado en 1992, cuando lanzó su profética frase “Por ahora no pudimos…”. Por esos años aún sonaban los ecos de la violentísima represión del Caracazo de 1989, que se cobró centenares de muertes (no hay cifras precisas confiables) y manchó se sangre a la elogiada democracia venezolana que pervivió al contexto golpista de los setenta y acogió a numerosos exiliados del Cono sur. Chávez finalmente ganó las elecciones con un proyecto nacionalista moderado, que no obstante, tenía entre sus asesores al nacionalista de derecha argentino Norberto Ceresole. Pero la desconfianza con la que Chávez era visto por parte de la izquierda latinoamericana nucleada en el Foro Social Mundial se fue diluyendo y el bolivarianismo fue adquiriendo una identidad de izquierda antiimperialista, estrechamente cercana a Cuba y sintetizada en la fórmula del socialismo del siglo XXI.
Son muchos los balances que se pueden hacer del chavismo en estos 14 años. En el haber, está la inclusión de amplias masas de excluidos –tanto económica como simbólicamente- y cifras positivas en términos de reducción de la pobreza y de la desigualdad, sumados a un liderazgo de Chávez que potenció la integración regional en clave antiimperialista. También la construcción de una identidad popular que explica los éxitos electorales chavista más allá de las dificultades económicas. En el debe, el chavismo no pudo superar –ni siquiera parcialmente- el carácter rentista de la economía –y de la sociedad venezolana- que el intelectual Fernando Coronil denominó el “Estado mágico”. Sin duda, la revolución anticapitalista que Chávez imaginó jamás ocurrió –ni ocurrirá-, Venezuela sigue siendo un país hiperconsumista, y las continuadas iniciativas de Chavéz sobre el cooperativismo, las comunas, etc. están lejos de tener un efecto sobre el modelo de acumulación rentista –un “socialismo petrolero” capaz de redistribuir renta pero incapaz de asegurar la producción de los bienes básicos, que son importados de Colombia, Brasil, Argentina… o Estados Unidos, al igual que los de consumo ostentoso como whisky escocés o hummers.
Como el peronismo de los años 40 y cincuenta en Argentina, el chavismo logró, con su discurso que enfrenta a la nación contra la antinación cohesionar a sus bases, pero dejó fuera a un 40% (y coyunturalmente un poco más) de la población, generando una polarización que aunque eficaz para mantener el poder, dificulta sobremanera construir un nuevo orden estable. Como ya ocurrió otras veces y en otros lados, el nacionalismo popular venezolano democratizó –al “nacionalizar a las masas”– y des-democratizó al subestimar incluso la institucionalidad construida bajo su régimen. Es la eterna ambivalencia populista que vuelve tan complejos los análisis y posicionamientos.
Pero si hay “dos izquierdas”, como suele repetirse, también hay dos derechas y la venezolana estaría en las “derechas carnívoras” (retomando una expresión de Vargas Llosa hijo sobre las izquierdas populistas, opuestas a las vegetarianas socialdemócratas). Una derecha que a menudo no reconoció los resultados electorales favorables al chavismo e intentó derrocarlos por otras vías.
De esta forma de generó esa situación de guerra civil de baja intensidad que cada tanto tiempo vuelve a emerger. El último rebrote combina varios elementos.
Por un lado, una situación económica cada vez más crítica, con una inflación del 56% anual, devaluaciones salvajes y desabastecimiento y cortes de luz, con un liderazgo, el de Maduro, mucho más débil que el de Chávez, que ganó raspando las elecciones. Por el otro, una fuerte interna opositora por definir una estrategia para derrotar al chavismo. Si Henrique Capriles –y gran parte de los grupos empresariales y al parecer de los demócratas estadounidenses- apuesta por desplazar al bolivarianosmo por la vía electoral, presentándose como un candidato moderado, Leopoldo López considera que “la calle es la salida”. Luego de la derrota electoral opositora en las municipales de diciembre pasado, estos halcones antichavistas se convencieron de que no se le puede ganar al aparato electoral-estatal-popular “rojo-rojito”, y que es necesario transformar la crisis en rebelión social. Para ello cuentan con los estudiantes como una de las bases de apoyo.
Aunque esta estrategia es minoritaria, la represión a las movilizaciones, con muertos y heridos –y grupos armados de ambos bandos- volcó a las calles a miles de personas y puso a Maduro en una situación extremadamente compleja y al tiempo de dejar en evidencia las aristas militaristas y autoritarias de la construcción chavista.
Es evidente que no todos los que salen estos días a las calles son “fascistas”. Eso no quiere decir que “objetivamente” puedan contribuir a la ofensiva de la derecha. Tampoco significa que no existan las “oscuras” conexiones entre la derecha dura venezolana, el uribismo y los halcones norteamericanos. Pero es evidente que a diferencia de Bolivia o Ecuador, donde los gobiernos nacional-populares construyeron una hegemonía relativamente extendida que legitimó sus gestiones, en Venezuela se mantuvo siempre un 40% -y más- de la población militante e irreductiblemente antichavista. La calidad del manejo económico no es ajena a las diferencias señaladas. Tampoco la forma de gestionar el poder. Basta ver un rato Venezolana de televisión (la cadena estatal) para sentir el agobio que la sobreactuación ideológica puede causar. El “populismo” no sólo cosecha la oposición de quienes se sienten afectados materialmente por sus políticas, sino por sectores, especialmente medios, sensibles a esas sobreactuaciones y sus derivas antipluralistas.
Si las revoluciones del siglo XX mandaban al paredón o al exilio a los contrarrevolucionarios reales o imaginados, los socialismos del siglo XXI deben gobernar en el marco de la democracia parlamentaria, y los esfuerzos homogeneizadores chocan contra una diversidad societal resistente a esas torsiones unificadoras del cuerpo social. El problema para los partidos que se consideran la expresión indiscutida de la “sustancia” del pueblo es que “no pueden” perder elecciones ni siquiera pensar en abandonar transitoriamente el poder. En ese marco, cualquier restricción institucional parece menor frente a las necesidades del pueblo o la revolución.

Pero dado que a menudo las críticas a los “excesos populistas” terminan siendo llamados a abandonar la perspectiva de los cambios sociales profundos, la pregunta de la hora para las izquierdas no “populistas” parece ser, cómo combinar radicalidad con pluralismo social.  O dicho con otras palabras, cómo construir las bases de lo que el canadiense Richard Sandbrook llama “transiciones socialdemócratas radicales”.

Las crisis y la gobernabilidad y un más allá de esto

por Pablo Hupert


La coyuntura, dicen, es crítica. Hablemos de crisis, pues, pero no tanto de coyuntura. Ubiquemos la especificidad de nuestro momento político no por las urgencias sino por tendencias y procesos de largo alcance que este momento prolonga o altera -o controla.

1. La crisis económica de 2001 y la no tan crítica de 2013-14 tienen en común una curiosidad: el ‘barómetro’ que tanto periodistas como políticos aceptaban en ambas fue un criterio econométrico: el riesgo país, entonces; el nivel de reservas, hoy. Esta curiosidad indica que en un mundo globalizado y una Argentina posneoliberal, la legitimidad de los gobiernos de este país sigue dependiendo de su solvencia.

2. Tanto kirchneristas como antikirchneristas avisan que las catástrofes pasadas pueden repetirse. Es que los tiempos líquidos han cambiado el modo de obtener consenso los poderes: no piden calma hoy para que llegue un futuro mejor sino para que no se repita un pasado peor. No se insufla esperanza; se agita miedo[p1] . En este sentido, crisis también es una tecnología de gobierno, tanto bajo la forma de condiciones cotidianas de vida (miedo e incertidumbre, sea bajo la forma de inseguridad, accidentes de tránsito, desalojos o bajo las formas inestabilidad laboral o inflación, e incluso desligazón, e incluso acoso policial) como bajo la forma de comunicación (promoción comunicacional de alguna de esas condiciones y silencio de otras), e incluso de zigzagueo gubernamental (lo que Barcelona llamó «Plan Económico Vamos Viendo»). Pero, como veremos, este zigzagueo es inevitable en condiciones pos-2001 cuando la opción por la heterodoxia no es una opción.

3. No entraremos aquí en las discusiones entre anti y pro kirchneristas.  El kirchnerismo no es un conjunto coherente, sistemáticamente articulado, no es un bloque (o como sea que se llame a algo homogéneo, contundente y consistente de extremo a extremo y desde la base hasta la cima). Eso que llamamos kirchnerismo es una ‘época’ más que la obra o la cohorte de un presidente o de dos. Es una madeja de condiciones y de recursos para moverse en ellas, de fuerzas inestables, una madeja ella misma inestable y contradictoria, que incluye tecnologías de gobierno de esa complejidad muy variadas, flexibles y heterogéneas. En tanto época, incluye a kirchneristas y antikirchneristas. Como dice Biset: no tiene afuera.[1]Y tampoco tiene identidad. Si debemos creerle, tiene principios, pero no debemos. En su trayectoria, vemos que tiene capacidad de adaptación estratégica, y es esta estrategia la que intentamos leer aquí.

En cuanto a los antikirchneristas, mantienen un consenso de fondo en el modelo de acumulación de capital (extractivismo rural mineral y urbano, concentración y extranjerización, precariedad laboral, mercantilización general de la vida, Estado gestionador, sistema tributario regresivo, etc.). No es seguro que acuerden en las políticas de compensación a las mayorías y desarrollo del mercado interno -pero tampoco es seguro que puedan darse el gusto de abandonarlas, por mucho que hablen de reducción del gasto estatal, pues las condiciones que hicieron posible el neoliberalismo puro ya no están.

4. Así como se agita un miedo difuso, también se mencionan crisis anteriores. Veamos sucintamente, obviando especificidades y atendiendo a los cambios de época.
1975. Una brutal concentración del ingreso, como las siguientes, pero a diferencia de estas, es una crisis de instalación del neoliberalismo, pues la lucha obrera obliga al ministro Rodrigo a renunciar. Convence a los sectores dominantes de que semejante instalación requiere Dictadura: el aplastamiento de la capacidad de contestación de los sectores populares.

1981. Otra brutal concentración del ingreso, pero es la primera crisis propiamente neoliberal, por desfinanciamiento externo. Lleva a ajuste y a crisis política de la Dictadura.

1989. Segunda crisis por desfinanciamiento exterior. Lleva a crisis política (los ajustes los hará el gobierno siguiente).

2001. Tercera crisis por desfinanciamiento exterior. Lleva a crisis política, a concentración del ingreso, pero no a nuevos ajustes: en 2002 comenzará «el modelo» de superávits gemelos, congelamientos tarifarios y retenciones a las exportaciones.

5. ¿Por qué se salió del modelo neoliberal y no se siguió en él solo saliendo de la Convertibilidad? Porque los sectores populares, ya no predominantemente fabriles, reinventaron su capacidad de contestación y podían derribar gobiernos. La continuación del neoliberalismo hubiera requerido una nueva masacre. El hecho de que Duhalde haya debido adelantar su salida por el asesinato de ‘solamente’ dos piqueteros, que para los gobernados ese número fuera tan intolerable como 30000, revela hasta qué punto un nuevo genocidio era imposible. El efecto-derrota que Menem pudo aprovechar ya no estaba. Así 2001 fue la crisis terminal del neoliberalismo porque también fue una floración de prácticas de autoafirmación popular. Cualquier gobierno por venir debía encontrar los modos de gobernarlas sin reprimirlas. Desde el punto de vista estatal, había una razón más, pragmática y no moral, para apostar a la heterodoxia: la ortodoxia neoliberal, cíclicamente, impedía la gobernabilidad.

Luego de 2001, eran una necesidad un nuevo modelo de acumulación y una nueva ecuación de gobernabilidad. El kirchnerismo empezó a construir esta ecuación, tomando de las consignas de los nuevos movimientos sociales sus fuentes de legitimación (AUH y juicio y castigo, por ejemplo), y de la fuerza de esos movimientos, el contrapeso a «los mercados» necesario para  expandir la capacidad de acción del Estado. El kirchnerismo no es «la defensa del interés nacional-popular contra el capital extranjero» (contra Chevron o Repsol o los capitales chinos, por ejemplo), sino, digamos, la defensa de algún tipo de autoridad y viabilidad del Estado argentino entre las redes del capital global. Es, a la vez, el intento de un Estado disociado de la mayoría de la sociedad por razones históricas (retiro durante un cuarto de siglo) y por la subjetividad de sus súbditos, de identificar su destino con el de la sociedad que gobierna: «hacer volar a un gobierno es hacer volar a la Argentina», dijo CFK el 12/2, asociando el destino del Estado con el de los argentinos y a la vez agitando un miedo.

Encontrar esas ecuaciones requería creatividad. Como dijo Kiciloff antes de asumir, “la heterodoxia la tiene más complicada porque no hay un recetario sino simplemente la realidad, los problemas concretos», y como dijo antes de devaluar, «ellos tienen un manual de la baja del salario y la desocupación, nuestras medidas no son prefabricadas. Tenemos flexibilidad para ver qué es adecuado para cada momento del mundo y de la Argentina.» Obviamente, lo «adecuado» dependerá del poder relativo de cada sector social para obtener medidas beneficiosas. Seis mil enjuiciados por luchar y 84% de los establecimientos privados sin delegados sindicales no parecen tender a que los sectores populares aumenten su poder relativo.

6. Pero digamos algo de la devaluación del 24/1. Desde el punto de vista ensayado aquí, ella muestra la complejidad de bases de sustentación de este régimen político. Es menos intensa que las neoliberales, como si buscara un equilibrio entre estimular a los exportadores para captar dólares para dar solvencia al Estado y evitar más empobrecimiento y exclusión de los sectores populares, acompañando con “Precios  Cuidados” y Progresar. Estas tensiones, y otras no mencionadas aquí (necesidad de ajuste, complejidad ingente de la gestión, y otras), dicen, van a estallar, pero el kirchnerismo no resuelve dejando las crisis atrás, lo que sería imposible, sino incorporándolas como rasgos propios, consiguiendo siempre, hasta ahora, desplazar y aplazar esa detonación. Las tensiones k , por lo que venimos viendo, no toman forma de contradicción antagónica (esas que llegadas a cierto punto estallan).
Dicen que el kirchnerismo deja bombas activadas para que estallen en el próximo gobierno. Dos peros aquí: Por un lado, viene haciendo eso desde su primer gobierno. Por otro, también deja bombas desactivadas y condiciones de gobernabilidad de rango sistémico; sus políticas no se limitan a favorecer su propio desempeño sino también el del Estado, y por lo tanto el de los próximos gobiernos.

El kirchnerismo no es una identidad política sino una estrategia de gobernabilidad con capacidad de reconfiguración según las coyunturas, y esto imposibilita a ajenos y propios predecir su próxima movida. Empero, si lo anterior no es muy errado, esas movidas en general tenderán a sacrificar  cualquier principio pregonado en pos de la gobernabilidad y el crecimiento económico capitalista «de los 40 millones de argentinos» sin distinción  (es decir, el crecimiento de la asimetría política, de la depredación ecológica, de la subjetividad mercantil,  de la explotación económica, la acumulación originaria siempre renovada, el narcotráfico, etc.). Por supuesto, la gobernabilidad (una de cuyas condiciones es la legitimidad popular) puede llegar a exigir enfrentar a una que otra corporación o grupo concentrado del capital, para hacer más “racional” al capitalismo argentino; todo depende de contar con la fuerza y el espacio de maniobras suficiente para sortear los condicionamientos que esos sectores son capaces de imponer. No importa qué prometan o qué signifiquen cuando dicen “proyecto nacional” o “popular”, debemos dejar de esperar que un gobierno haga otra cosa que gobernar, y –como dijo Oscar Guerra– si seremos gobernados, influyamos en las relaciones de fuerza que lo condicionan.

7. ¿Y qué otra cosa hay? Bueno, el Estado no es el centro de lo social. Hay múltiples colectivos populares autoorganizados sin y/o con ayuda estatal, sin programa ni partido, buscando un más allá del consenso posneoliberal, un más allá del comando mercantil y estatal de las vidas. Ellos ofrecen el punto desde el cual enunciar una política, no del gobierno, sino de la igualdad.


[1]«Vivimos un tiempo kirchnerista, es decir que el nombre kirchnerismo define no sólo una determinada identidad política sino la constitución de determinado tiempo y determinada experiencia.» «¿Qué es el kirchnerismo crítico?», en AAVV, Pasiones políticas, Quadratta, 2013.


 [p1]Es un legado de los shocks que recomendaba el neoliberal Milton Friedman para que las poblaciones aceptaran reformas neoliberales y que hoy es una técnica de control incorporada a la gubernamentalidad.

Inmersión en el Silicon Valley: Ritornelo final

por Carolina di Palma


Volvemos. Como nos hicimos amigos del afgano nos pasó a buscar para ir al Aeropuerto y nos ayudó a encontrar nuestro vuelo de United. Un montón de mostradores con computadoras sin personal para hacer el check in y despachar el equipaje. No, please, necesitamos una persona que nos ayude. No, nos dicen. Un chino re caliente se acerca y nos dice cómo hacer. Ponemos el pasaporte en un scaner, lee nuestra foto y salen todos nuestros datos. Hacemos más o menos 10 veces click en “continuar” e imprimimos el boarding pass. Listo.

Subimos al avión y hay un montón de argentinos adolescentes. Vienen de esquiar y de Disney.  Un griterío, estos hablan. Por suerte United conecta el sistema y quedan todos narcotizados y en silencio frente a sus asientos con pantallas. Así podemos dormir hasta Houston. Allí sí pedimos ayuda y nos traslada un help car hasta la puerta E18. Compramos algo para comer, dos tacos mexicanos, un jugo de naranja y la ensalada de frutas la robamos. Hay mucha gente y no se puede pagar. Y nos tenemos que ir.

Volamos a Buenos Aires. Nos ponemos Monsters University y nos descomponemos de ver el horizonte de interpelación que propone la peli. Porque, señorxs, ese horizonte también es político.  Dormimos. Nos levantamos a las 8 am y vemos que mi compañera adolescente recién se levanta y ya está viendo otra serie con chicas y chicos lindos, brillos y felicidad. Miramos por la ventana y reconozco nuestro territorio. Rectángulos verde amarronados de grandes hectáreas de la Provincia de Buenos Aires. Nuestra amada oligarquía, tan crucial para la historia de nuestro país. Ahí abajo también ya están los sistemas de riego digital, la biotecnología, y la mano de obra barata, o los feedlots. Y luego brillitos en la tierra que son los techos de chapa del Conurbano bonaerense.  Cuando llegamos todos prenden sus celulares y bajan su equipaje personal pero aun el avión no abrió sus puertas. Esto siempre pasa. Nos empezamos a quedar sin aire.
Un padre, adelante mío le dice a Valen ya medio nervioso

Valen, el celu

Valen, los lápices

Valen, la Tablet

Valen, no opines

Shhhht!
Ya en Vicente López sentimos por primera vez en años alegría por ir a la esquina a comer una pizza. No tenemos nada en la heladera y tenemos sueño. Llevamos la revista Time que titula “The Infinite machine”. Está bancada por Jeff Bezos, la Nasa y la CIA. Cada una cuesta 10 millones y opera a 459 grados bajo cero. Le dicen Quantun Leap. Las computadoras clásicas procesan datos en forma de bits, unidades simples que pueden ir de 1 a 0. Las computadoras de quantum operan con quantun bits, qubits, porque la superposición de quantun puede ser de 1 a 0 al mismo tiempo. Porque existen múltiples estados, estas computadoras de quantum pueden performatear múltiples operaciones en simultáneo en lugar de una por una y esto acelera aún más los cálculos matemáticos.

Vemos doble por la enfermedad y porque estamos cansadxs, pensamos en el doble de Deleuze y Guattari y decimos que Virilio tendrá que hablar más de velocidad pero que no sabemos cuánto podrá durar su relato.

Pensamos si en realidad con estas crónicas pudimos lograr algún ritornelo o si simplemente es que el círculo está de moda en estos tiempos.

Cerramos la revista.

No more energy

Low bat

Se acabaron las vidas

Full stop

Game over

Insert bit coin
***

Bonus Track

Ahora sí Deleuze, te tomo, eso que uds proponen, la vida como obra de arte, como modo de existencia. La invención como forma de los nuevos posibles, de aquello que no fue dicho, de eso que no fue enunciado, que no es lo pensable, para saltar los condicionamientos del poder y del saber, del lenguaje. Pero la pregunta, para parar de sufrir, es:  ¿inventamos hacia dónde?   Lo mismo que le pregunté aquella vez al Che, hacia dónde siempre? Dónde queda la victoria, Che, que ya duele mucho.
-Deleuze

-Deleuze, estas ahí?

-1,2,3 probando

-Me copias?

-Guattari, estas? Estas con Deleuze por ahí?

-Hola hola hola

-Ommmm ommmm ommmmmm

-Deleuze me escuchas?

-101010101 01010101 01110110

-Ommmm ommmm ommmm

-Prendo apago apago prendo prendo prendo apago apago

Agarro el cable de fibra óptica que tiene mi viejo en su bolso, miro por el cable, grito por el cable, –Deleeeeeeeeeeeeeuze me escuchás?

Agarro el telescopio y apunto al cielo, me guio con la app google sky.
Busco por la galaxia, grito: deleeeeeeeeeeeeeeeeeeeeees, sooooos alguna de esas luuuuucessssss?

Silencio
Giro sobre mi eje como hacia la mujer maravilla, nada, voy al baño y me pongo la capa de superman, nada, voy a la guarida y hablo con Robin, nada, me pongo el reloj de Ben Diez y activo el Omnitrix para convertirme en monstruos para salvar al mundo, nada. Hago los gualichos de Gualicha de Medialuna, nada, voy a buscar la espada de He man de mi hermano a la terraza de la casa de mis viejos, nada. Juego con la tablet y gano monedas a lo loco, nada. Respiro profundo,  por el chacra de abajo, subo diafragma, subo pecho, subo garganta, exhalo, nada. Llamo al novio de Barbie, nada. Rezo un par de aves marías a través de wasap, nada. Desarmo un circuito integrado, saco el componente más pequeño y me tomo una gota de silicio, nada.

Silencio

Pausa

Invención

Que sacudís los bloques

De hormigón

Tráenos un corazón

De carne y sin razón

Invención

Que generás

Satisfacción

Te necesitamos

Lo humanos

Que aun

No mutamos
¡Por los nuevos derechos humanos que bien podrían ser nuestras nuevas luchas políticas¡

Derecho a la interrupción

Derecho al reposo

Derecho a menos –

Derecho a la vulnerabilidad

Derecho a la penumbra

Derecho al erotismo

Derecho a la distribución igualitaria del tiempo para el pensamiento complejo

Derecho a la distribución igualitaria de las experiencias sensibles, este es de Ranciere

Y derecho a la distribución igualitaria de la riqueza, este es eterno y no me jodan!

Salud!

Nos vemos la próxima, comming soon “Las tramas del arte en el Silicon Valley”

Luchadores reagans

“Es el tiempo de la morfina. Hay un tumor en el inconsciente colectivo y más de 6 personas jóvenes dibujan sobre su poder y comienzan a ser luchadores reagans. Armados con poderes mágicos, un robot gigante y un perverso sexual fetichista van a derrotar a un dios anciano hindú y sus ojos googley de monstruo. Cierto?»

Del ejercicio de la violencia a la cocina gourmet

por Ricardo “Patán” Ragendorfer

Por cuenta del grupo fascista Ordine Nuovo,  cometió el atentado terrorista más cruento de la Italia de posguerra. Escapó a la Argentina, donde triunfaría en el rubro gastronómico. Ahora, una película italiana relata su saga de terror.
La película Romanzo di una strage (Novela de una matanza), realizada por Marco Tulio Giordano en 2012, reconstruye uno de los hechos más dramáticos de la post guerra italiana: la matanza de Piazza Fontana, ocurrida en la mañana del 12 de diciembre de 1969, al explotar una bomba en el hall principal de la Banca Nazionalle della Agricuoltura, en Milán, con un saldo de 16 muertos y 102 heridos. La cinta no soslaya el empeño del gobierno presidido por Giuseppe Saragat en vincular a la izquierda extraparlamentaria con el atentado. De hecho, uno de sus referentes, Giuseppe Pinelli, fue silenciado para siempre, al caer por la ventana de la oficina del jefe de la pesquisa, comisario Luigi Calabresi. A raíz de ello, Darío Fo estrenó en 1970 la obra Muerte accidental de un anarquista. Los autores del ataque pertenecían en realidad a una célula de Ordine Nuovo, encabezada por dos jóvenes promesas del fascismo: Franco Freda y Giovanni Ventura. 
Romanzo di una strage fue exhibida por única vez en Buenos Aires el 8 de diciembre de 2012, durante el 2º Festival de Cine Italiano (BACI). Luego, no se la estrenó en el circuito comercial. Una lástima, dado que Ventura –quien en la película es interpretado por Denis Fasolo– no fue alguien ajeno a esta ciudad. Establecido desde fines de los ’70 en Argentina –con la cobertura de la logia Propaganda Due–, se convirtió, primero, en un sinuoso merodeador de ciertos grupos de la izquierda local, sin dejar de reportar a servicios de inteligencia tanto italianos como nacionales; después, adquiriría celebridad en un rubro impensado: la gastronomía. Y cómo cara visible del restaurante Filò, ese frío terrorista parecía, simplemente, un pintoresco personaje de la noche porteña. Su historia bien vale ser refrescada.
EL ITALIANO IMPASIBLE
El 4 de febrero de 1989, uno de los editores de la revista El Porteño ocupaba una mesa del bar Ramos, junto a un ventanal abierto sobre la calle Rodríguez Peña. En eso, se asomó un empleado de la librería Gandhi que se llamaba Nicolás, y dijo: «Tengo que hablar con vos.» Luego, agregó: «Es sobre un amigo.» Y tras una pausa, revelaría su identidad: Giovanni Ventura.
A pocos metros, alguien observaba la escena; se trataba de un tipo alto, de contextura atlética y cabello castaño.  
Días antes había salido el número 84 de aquella revista con un sumario que incluía un pequeño artículo titulado «La infiltración neofascista en el MTP». Según su letra, el protagonista de tal maniobra era precisamente Ventura. 
Más allá de su pedigree ideológico –y del crimen que se le imputaba en Milán–, el hecho de que justo en ese verano se lo relacionara con el MTP (Movimiento Todos por la Patria) constituía para él un asunto por demás embarazoso, ya que esa organización acababa de sacudir al país con el ataque al Regimiento de Infantería Mecanizado III de La Tablada.
La nota en cuestión estaba firmada por Iaio Fausto; era el seudónimo usado por el corresponsal en Argentina del diario Il Giorno, de Milán, Rubén Oliva, para quien, por cierto, Ventura no era un desconocido.
El periodista le seguía los pasos desde 1979, cuando ese hombre, que por entonces tenía 35 años, fue detectado en Buenos Aires por la Policía Federal, luego de que la Justicia peninsular librara en su contra un pedido de captura internacional por su participación en el bombazo de Piazza Fontana,
Ya se sabe que, después escapar del arresto domiciliario en su residencia de Cattanzaro, reapareció en Argentina. Pero a comienzos de 1980 fue capturado a bordo de un colectivo. Los buenos oficios del abogado Pedro Bianchi –cuya amistad con el almirante Emilio Massera fue notoria–, junto a la influencia ejercida por la logia Propaganda Due en los círculos locales del poder, le evitó el engorroso trámite de ser extraditado a cambio de un módico procesamiento por falsificación de pasaporte. Aún así, permaneció cuatro años y medio en la cárcel de Caseros. En una ocasión, Oliva quiso entrevistarlo allí y, a tal efecto, pidió autorización al director del penal. La respuesta fue: «A Giovanni no le interesa salir en los diarios.» El tipo se comportaba como su agente de prensa. En 1984, el juez federal Nicasio Dibur –célebre por su fervor al jurar por las actas del Proceso– le concedió a Ventura el beneficio de la excarcelación. Y por un tiempo nada se supo de él.
A fines de 1988, Oliva acudió al auditorio de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) para cubrir una conferencia de prensa de la plana mayor del MTP. Grande fue su sorpresa al cruzarse allí con Ventura. El antiguo militante fascista no se despegaba de uno de los expositores del evento: el cura Antonio Puigjané. El italiano parecía su secretario. 
En esa oportunidad, Oliva y Ventura mantuvieron un tenso diálogo.
«Nunca fue fascista. Soy de izquierda», aseguró este, sin que se le moviese un sólo músculo del rostro. Y, a boca de jarro, también vaticinó: «Aquí está por suceder algo muy grave.» Pero sin especificar a lo que se refería. 
Oliva luego supo que Ventura hizo circular la versión de que fue perseguido en su país por haber pertenecido a las Brigadas Rojas; al menos, los del MTP creían eso. El corresponsal, entonces, se encargó de advertirles que no era justamente así. Cuando habló sobre ello con el sacerdote, este asimiló la novedad con una expresión piadosa. Oliva Insistía: «Mire, padre, Ventura no es un brigadista; perteneció al terrorismo negro; era de Ordine Nuovo.» 
Pero Puigjané, tal vez persuadido de la salvación anticipada del alma de ese hombre, no expresó asombro, enojo  ni temor. 
Oliva se despidió de él con un pedido: absoluta reserva de lo hablado.
Al respecto se podría decir que el religioso incurriría en el incumplimiento del secreto de confesión al increpar a Ventura con las siguientes palabras: «¿Es verdad, Giovanni, lo que Rubén Oliva dice de ti?»
La pregunta tomó a Ventura por sorpresa. Sin embargo, con una encomiable elocuencia supo convencer al padre Antonio de su pureza ideológica. Admitió en esa ocasión  haber abrevado durante sus años mozos en el fascismo, antes de evolucionar hacia un pensamiento de izquierda. 
Ese argumento tranquilizó al padre Antonio. Tanto es así que Ventura siguió circulando alegremente entre las filas del MTP.
También solía mostrarse en la librería Gandhi, situada en esa época sobre la calle Montevideo. Allí era adorado por sus contertulios, una fauna variopinta de especímenes progresistas, con los que departía hasta altas horas de la noche sobre tácticas y modos de transitar hacia el socialismo.
Y en alguna velada a fines de 1988, no faltó quien le escuchara decir: «Aquí está por suceder algo muy grave.»
Mientras tanto, Oliva, el primer depositario de aquella frase,  se exprimía el cerebro en su intento por encontrarle algún sentido. 
Ello hasta le preocupaba más que la furia de Ventura hacia él –materializada en advertencias telefónicas y mensajes enviados por terceros–, después de que  este se enterara de lo que el periodista le refirió al padre Antonio.
Lo cierto es que en la mañana del 23 de enero de 1989, el significado de tal enigma vino hacia él como un baldazo de agua fría: ese lunes había sucedido  el ataque a los cuarteles de La Tablada. 
El siguiente paso de Oliva fue publicar su artículo en El Porteño.
EL ESTRATEGA DEL MIEDO 
Ahora, en aquella mesa del bar Ramos, se lo oía al tal Nicolás decir: «Giovanni es un amigo.» A continuación, alegó su hombría de bien, no sin hacer hincapié acerca del enorme perjuicio que en semejante coyuntura ese artículo le ocasionaba. El tipo de cabello castaño seguía observando. Y Nicolás, ya en tono plañidero, insistía con el asunto. Hasta que, de manera súbita, agitó la mano. Entonces, aquella silueta vino hacia la mesa. No era otro que Ventura. 
Su actitud oscilaba entre la ofuscación y la pesadumbre. En aquella ocasión fue pactado su derecho a réplica. Y él quedó en llevar el texto correspondiente a la redacción. Luego, con pasos lentos, se perdió entre la gente. 
Hasta entonces, no mucho se sabía acerca de su vidrioso pasado.  
En resumidas cuentas, durante la década del ’60, Ventura fue en Italia una pieza clave de la llamada «estrategia de la tensión», tal como se denominó a esa compleja trama de acciones y operaciones manipuladas por actores no menos complejos: servicios  de inteligencia, la mafia y organizaciones de ultraderecha, qué a través de la construcción del miedo político pretendían instaurar una remake de la República de Saló. En ese marco, Ventura –nacido a fines de 1944 en Padua e hijo de un antiguo «camisa negra»– despertó a la política en la rama estudiantil del mussoliniano Movimiento Social Italiano (MSI), para luego llegar a las filas de Ordine Nuovo, donde se haría inseparable de otro fascista emblemático de la época: Franco Freda. Su nutrido historial hasta registra contactos con grupos del comunismo extraparlamentario, y con un motivo táctico: consumar una cobertura de extrema izquierda para la provocación. En resumidas cuentas, junto con Freda, llegó a perpetrar unos 22 atentados dinamiteros, a lo que se sumó lo de la Piazza Fontana. Ventura fue por ello arrestado, pero –ya se sabe– huiría a Buenos Aires en vísperas de la sentencia.
Diecinueve años después, su visita a El Porteño estuvo cargada de tensión.  
En su carta, lejos de refutar la nota sobre él, pretendía exculparse hasta de sus travesuras escolares. Por lo tanto, se le hizo saber que esa misiva no sería publicada. Ello derivó en una querella judicial contra la publicación, que Ventura tuvo el tino de retirar antes de que dicho expediente abordara su pasado. 
En los ’90, se lo comenzó a ver en Filò, un restaurante de culto cercano a la Plaza San Martín, frecuentado por yuppies y altos dignatarios del menemismo. Ventura era el anfitrión del lugar. Costaba creer que ese hombre agradable y refinado fuera una figura relevante del fascismo. Y también impresionaba su versatilidad para enmascararse. Tal vez por esa razón, nunca reaccionaba igual cuando alguien aludía su condición de terrorista; a veces, se excusaba con una frase de ocasión; otras, simplemente, reía.  
Ya al concluir la primera década del siglo, Ventura recorría las mesas de su restaurante en silla de ruedas; una esclerosis múltiple devastaba su cuerpo. 
El 6 de agosto de 2010 exhaló su último suspiro.
El destino se había ensañado con su historia.Del ejercicio de la violencia a la cocina gourmet
por Ricardo “Patán” Ragendorfer
Por cuenta del grupo fascista Ordine Nuovo,  cometió el atentado terrorista más cruento de la Italia de posguerra. Escapó a la Argentina, donde triunfaría en el rubro gastronómico. Ahora, una película italiana relata su saga de terror.
La película Romanzo di una strage (Novela de una matanza), realizada por Marco Tulio Giordano en 2012, reconstruye uno de los hechos más dramáticos de la post guerra italiana: la matanza de Piazza Fontana, ocurrida en la mañana del 12 de diciembre de 1969, al explotar una bomba en el hall principal de la Banca Nazionalle della Agricuoltura, en Milán, con un saldo de 16 muertos y 102 heridos. La cinta no soslaya el empeño del gobierno presidido por Giuseppe Saragat en vincular a la izquierda extraparlamentaria con el atentado. De hecho, uno de sus referentes, Giuseppe Pinelli, fue silenciado para siempre, al caer por la ventana de la oficina del jefe de la pesquisa, comisario Luigi Calabresi. A raíz de ello, Darío Fo estrenó en 1970 la obra Muerte accidental de un anarquista. Los autores del ataque pertenecían en realidad a una célula de Ordine Nuovo, encabezada por dos jóvenes promesas del fascismo: Franco Freda y Giovanni Ventura. 
Romanzo di una strage fue exhibida por única vez en Buenos Aires el 8 de diciembre de 2012, durante el 2º Festival de Cine Italiano (BACI). Luego, no se la estrenó en el circuito comercial. Una lástima, dado que Ventura –quien en la película es interpretado por Denis Fasolo– no fue alguien ajeno a esta ciudad. Establecido desde fines de los ’70 en Argentina –con la cobertura de la logia Propaganda Due–, se convirtió, primero, en un sinuoso merodeador de ciertos grupos de la izquierda local, sin dejar de reportar a servicios de inteligencia tanto italianos como nacionales; después, adquiriría celebridad en un rubro impensado: la gastronomía. Y cómo cara visible del restaurante Filò, ese frío terrorista parecía, simplemente, un pintoresco personaje de la noche porteña. Su historia bien vale ser refrescada.
EL ITALIANO IMPASIBLE
El 4 de febrero de 1989, uno de los editores de la revista El Porteño ocupaba una mesa del bar Ramos, junto a un ventanal abierto sobre la calle Rodríguez Peña. En eso, se asomó un empleado de la librería Gandhi que se llamaba Nicolás, y dijo: «Tengo que hablar con vos.» Luego, agregó: «Es sobre un amigo.» Y tras una pausa, revelaría su identidad: Giovanni Ventura.
A pocos metros, alguien observaba la escena; se trataba de un tipo alto, de contextura atlética y cabello castaño.  
Días antes había salido el número 84 de aquella revista con un sumario que incluía un pequeño artículo titulado «La infiltración neofascista en el MTP». Según su letra, el protagonista de tal maniobra era precisamente Ventura. 
Más allá de su pedigree ideológico –y del crimen que se le imputaba en Milán–, el hecho de que justo en ese verano se lo relacionara con el MTP (Movimiento Todos por la Patria) constituía para él un asunto por demás embarazoso, ya que esa organización acababa de sacudir al país con el ataque al Regimiento de Infantería Mecanizado III de La Tablada.
La nota en cuestión estaba firmada por Iaio Fausto; era el seudónimo usado por el corresponsal en Argentina del diario Il Giorno, de Milán, Rubén Oliva, para quien, por cierto, Ventura no era un desconocido.
El periodista le seguía los pasos desde 1979, cuando ese hombre, que por entonces tenía 35 años, fue detectado en Buenos Aires por la Policía Federal, luego de que la Justicia peninsular librara en su contra un pedido de captura internacional por su participación en el bombazo de Piazza Fontana,
Ya se sabe que, después escapar del arresto domiciliario en su residencia de Cattanzaro, reapareció en Argentina. Pero a comienzos de 1980 fue capturado a bordo de un colectivo. Los buenos oficios del abogado Pedro Bianchi –cuya amistad con el almirante Emilio Massera fue notoria–, junto a la influencia ejercida por la logia Propaganda Due en los círculos locales del poder, le evitó el engorroso trámite de ser extraditado a cambio de un módico procesamiento por falsificación de pasaporte. Aún así, permaneció cuatro años y medio en la cárcel de Caseros. En una ocasión, Oliva quiso entrevistarlo allí y, a tal efecto, pidió autorización al director del penal. La respuesta fue: «A Giovanni no le interesa salir en los diarios.» El tipo se comportaba como su agente de prensa. En 1984, el juez federal Nicasio Dibur –célebre por su fervor al jurar por las actas del Proceso– le concedió a Ventura el beneficio de la excarcelación. Y por un tiempo nada se supo de él.
A fines de 1988, Oliva acudió al auditorio de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) para cubrir una conferencia de prensa de la plana mayor del MTP. Grande fue su sorpresa al cruzarse allí con Ventura. El antiguo militante fascista no se despegaba de uno de los expositores del evento: el cura Antonio Puigjané. El italiano parecía su secretario. 
En esa oportunidad, Oliva y Ventura mantuvieron un tenso diálogo.
«Nunca fue fascista. Soy de izquierda», aseguró este, sin que se le moviese un sólo músculo del rostro. Y, a boca de jarro, también vaticinó: «Aquí está por suceder algo muy grave.» Pero sin especificar a lo que se refería. 
Oliva luego supo que Ventura hizo circular la versión de que fue perseguido en su país por haber pertenecido a las Brigadas Rojas; al menos, los del MTP creían eso. El corresponsal, entonces, se encargó de advertirles que no era justamente así. Cuando habló sobre ello con el sacerdote, este asimiló la novedad con una expresión piadosa. Oliva Insistía: «Mire, padre, Ventura no es un brigadista; perteneció al terrorismo negro; era de Ordine Nuovo.» 
Pero Puigjané, tal vez persuadido de la salvación anticipada del alma de ese hombre, no expresó asombro, enojo  ni temor. 
Oliva se despidió de él con un pedido: absoluta reserva de lo hablado.
Al respecto se podría decir que el religioso incurriría en el incumplimiento del secreto de confesión al increpar a Ventura con las siguientes palabras: «¿Es verdad, Giovanni, lo que Rubén Oliva dice de ti?»
La pregunta tomó a Ventura por sorpresa. Sin embargo, con una encomiable elocuencia supo convencer al padre Antonio de su pureza ideológica. Admitió en esa ocasión  haber abrevado durante sus años mozos en el fascismo, antes de evolucionar hacia un pensamiento de izquierda. 
Ese argumento tranquilizó al padre Antonio. Tanto es así que Ventura siguió circulando alegremente entre las filas del MTP.
También solía mostrarse en la librería Gandhi, situada en esa época sobre la calle Montevideo. Allí era adorado por sus contertulios, una fauna variopinta de especímenes progresistas, con los que departía hasta altas horas de la noche sobre tácticas y modos de transitar hacia el socialismo.
Y en alguna velada a fines de 1988, no faltó quien le escuchara decir: «Aquí está por suceder algo muy grave.»
Mientras tanto, Oliva, el primer depositario de aquella frase,  se exprimía el cerebro en su intento por encontrarle algún sentido. 
Ello hasta le preocupaba más que la furia de Ventura hacia él –materializada en advertencias telefónicas y mensajes enviados por terceros–, después de que  este se enterara de lo que el periodista le refirió al padre Antonio.
Lo cierto es que en la mañana del 23 de enero de 1989, el significado de tal enigma vino hacia él como un baldazo de agua fría: ese lunes había sucedido  el ataque a los cuarteles de La Tablada. 
El siguiente paso de Oliva fue publicar su artículo en El Porteño.
EL ESTRATEGA DEL MIEDO 
Ahora, en aquella mesa del bar Ramos, se lo oía al tal Nicolás decir: «Giovanni es un amigo.» A continuación, alegó su hombría de bien, no sin hacer hincapié acerca del enorme perjuicio que en semejante coyuntura ese artículo le ocasionaba. El tipo de cabello castaño seguía observando. Y Nicolás, ya en tono plañidero, insistía con el asunto. Hasta que, de manera súbita, agitó la mano. Entonces, aquella silueta vino hacia la mesa. No era otro que Ventura. 
Su actitud oscilaba entre la ofuscación y la pesadumbre. En aquella ocasión fue pactado su derecho a réplica. Y él quedó en llevar el texto correspondiente a la redacción. Luego, con pasos lentos, se perdió entre la gente. 
Hasta entonces, no mucho se sabía acerca de su vidrioso pasado.  
En resumidas cuentas, durante la década del ’60, Ventura fue en Italia una pieza clave de la llamada «estrategia de la tensión», tal como se denominó a esa compleja trama de acciones y operaciones manipuladas por actores no menos complejos: servicios  de inteligencia, la mafia y organizaciones de ultraderecha, qué a través de la construcción del miedo político pretendían instaurar una remake de la República de Saló. En ese marco, Ventura –nacido a fines de 1944 en Padua e hijo de un antiguo «camisa negra»– despertó a la política en la rama estudiantil del mussoliniano Movimiento Social Italiano (MSI), para luego llegar a las filas de Ordine Nuovo, donde se haría inseparable de otro fascista emblemático de la época: Franco Freda. Su nutrido historial hasta registra contactos con grupos del comunismo extraparlamentario, y con un motivo táctico: consumar una cobertura de extrema izquierda para la provocación. En resumidas cuentas, junto con Freda, llegó a perpetrar unos 22 atentados dinamiteros, a lo que se sumó lo de la Piazza Fontana. Ventura fue por ello arrestado, pero –ya se sabe– huiría a Buenos Aires en vísperas de la sentencia.
Diecinueve años después, su visita a El Porteño estuvo cargada de tensión.  
En su carta, lejos de refutar la nota sobre él, pretendía exculparse hasta de sus travesuras escolares. Por lo tanto, se le hizo saber que esa misiva no sería publicada. Ello derivó en una querella judicial contra la publicación, que Ventura tuvo el tino de retirar antes de que dicho expediente abordara su pasado. 
En los ’90, se lo comenzó a ver en Filò, un restaurante de culto cercano a la Plaza San Martín, frecuentado por yuppies y altos dignatarios del menemismo. Ventura era el anfitrión del lugar. Costaba creer que ese hombre agradable y refinado fuera una figura relevante del fascismo. Y también impresionaba su versatilidad para enmascararse. Tal vez por esa razón, nunca reaccionaba igual cuando alguien aludía su condición de terrorista; a veces, se excusaba con una frase de ocasión; otras, simplemente, reía.  
Ya al concluir la primera década del siglo, Ventura recorría las mesas de su restaurante en silla de ruedas; una esclerosis múltiple devastaba su cuerpo. 
El 6 de agosto de 2010 exhaló su último suspiro.
El destino se había ensañado con su historia.



en el mismo (sin)sentido: 

 – “A la izquierda le faltó voluntad de sentarse a discutir lo que nos llevó al asalto del cuartel”. Entrevista a Joaquín Ramos, ex integrante del MTP

por Verónica Gago y Diego Sztulwark.

 

– La Tablada: Patrulla perdida.

 

– «Viaje en ascensor con un guerrillero«, por Diego Fernando González.



Divagaciones para una defensa del pensamiento sin soporte

por Abel Gance
(este texto pertenece a Prisma: apuntes de un cineasta
editado este mes por Cactus – www.editorialcactus.com.ar)


El cuerpo es un efecto y no una causa; una causa ha precedido entonces su creación, ¡y sin idea de causa!
Clave de la vida – encontrar los mejores medios de defender esta idea, única boya posible.
Una creación del espíritu existe en suma en la única posibilidad de su creación, por el hecho de que ella es “en potencia”. La realización es una simple prueba objetiva y concreta.
La cosa concreta realizada deberá retomar el camino opuesto a aquel desde donde ha partido para llegar al cerebro receptor. Este doble camino, este ir y venir, ¿es útil?
¿No escribimos por una suerte de avaricia espiritual, porque amamos ver relucir y vender las piezas de oro de nuestra inteligencia y los diamantes de nuestra sensibilidad? ¿No es suficiente el pensamiento cuando fue pensado? ¿No sería más grande nuestro silencio? ¿O no engendraría en el taciturno un gesto más potente que todas las palabras?
Todo lo que es pensado y no escrito, no exteriorizado, debe tener una influencia no tangible como la otra pero no menos potente. Y esto no es orgullo por la máquina humana, idealismo de poeta. Todo lo que se hace, todo lo que se produce en el cerebro, no tiene necesidad de ser fijado en el molde de una lengua o en las notas del músico. Por el hecho mismo de que algo es concebido, ese algo existe y ya no puede morir. Solo una potente intuitividad puede guiarme pues es difícil explicar cómo el cerebro del genio que muere puede dejar irradiar tras de sí lo que no ha escrito; y es no obstante lo que aseguro con severidad. La energía puede existir sin substancia. Liberada por la explosión, la energía del explosivo solo actúa a partir del segundo en que este virtualmente ya no existe. ¿No pueden las ondas psíquicas redondear su círculo tras la muerte sin otro soporte que la proyección de voluntad del difunto en el Tiempo? Algunas palabras de Novalis, y todo lo que él no me ha dicho explota en mi alma y la ilumina. Un silencio de Boehme entre dos frases, y yo recorrí todo Aristóteles.
Nada se pierde, nada es inútil, la llama de afuera y la del adentro. Un gran pensador podrá permanecer toda su vida con la boca clavada en el mismo lugar; la impresión y la grandeza de su pasaje ya no desaparecerán. No se hablará de él, pero habrá ayudado a aquellos que hablan.    
Maeterlinck, en su capítulo sobre el silencio, me parece haber sido el que mejor sintió aquello que los grandes místicos habían comprendido tan bien. Esos frutos dorados del silencio que el tiempo recolecta para los hombres sin que estos se den cuenta.
En confirmación de lo que escribo, encuentro mucho más tarde en Baudelaire:
Toda idea está dotada por sí misma de una vida inmortal, pues la forma es independiente de la materia y no son las moléculas las que constituyen la forma.
Esta idea me es cara. La cabeza de Victoria de Samotracia y las manos de la Venus de Milo actúan sobre mí tanto como lo que queda de dichas estatuas. Yo estoy casi seguro de que cuando un artista ha hecho su obra, incluso si está es destruida antes de llegar a los ojos y al oído de los hombres, no conserva menos por ello su indiscutible potencia oculta, invisible, misteriosa. Es lo que hace que ciertas grandes ideas estén “en el aire”, como se dice en algunas épocas. Nadie las ha exteriorizado todavía, ellas viven dentro de los creadores, y ya actúan, de manera sorda.

Policroísmo

(Escrito mientras quemaba un grabado de la Melancolíade Durero)
por Abel Gance
(este texto pertenece a Prisma: apuntes de un cineasta
editado este mes por Cactus – www.editorialcactus.com.ar)

Se diría que mi fin resplandece más cuando brilla a través de mis lágrimas. Voy lentamente hacia él pues el cansancio y la enfermedad me tiran hacia atrás. Pero he aquí lo que quiero: Crear una nueva forma de arte para hacer elevar la cabeza a los hombres, puesto que ya no miran más que el suelo donde está el oro, el carbón y el féretro, para retemplar su coraje, estimular sus energías, agrandar sus prisiones, y suprimir sus crepúsculos.
Es preciso encontrar el verdadero camino de la alegría, perdido desde la muerte de Pan, sorprender y apuñalar la fatiga y su hija la Muerte, es preciso mostrar que la inteligencia puede no solamente disciplinar la materia inerte sino también la vida misma, el dolor y la dicha. Es preciso cerrar las compuertas inútiles de la tristeza y del abatimiento, vigilar a todos los descargadores de la corriente vital que, vestidos de literatura, de medicina o de moral, frenan el alma en su ascenso desde hace siglos. Abrir las esclusas soleadas del Deseo, el único verdadero creador. Si el hombre sacrifica todos sus ayunos de conciencia a la Alegríade su virilidad, recobrará así ese Paraíso terrestre que no había perdido sino ahuyentado porque el Amor estaba proscrito de allí.
Nos hace falta crear una forma de Arte para volver todo esto una evidencia de cristal. 
Tal vez podría escribir un libro de poemas sobre un plano “sublunar”, poemas de otra vida, poemas que serían percibidos por otros sentidos que los nuestros y tales como debe aportarlos sin duda una evolución bien comprendida. No se trata evidentemente de poemas sobre el más allá o sobre las beatitudes celestes. 
Apoyar a fondo sobre el acelerador de la imaginación creadora, crear nuevos ambientes intelectuales favorables a la eclosión de estos sentidos nuevos, crear una realidad al cubo de la que vivimos. Debo haber notado por otra parte que cualesquiera sean las divagaciones de un hombre en la embriaguez más loca, solo puede decir cosas posibles, o ya realizadas, o realizables.
¿Haré yo ese viaje inaudito que me permitiría ser un habitante del sonido, de la luz, de las estrellas y de mundos aun más lejanos abandonando completamente el recuerdo de la Tierra? Solo la poesía, esta filosofía de la fuerza, posee antenas lo suficientemente sutiles para captar estos nuevos mensajes. ¿Seré yo uno de los primeros en enseñarlas a los hombres? Y además, como escribía Corneille en su prefacio de Polyeucto:
La dignidad de la materia es tan alta que la impotencia del artesano no la puede revocar.
El hombre ha llegado a tal complejidad en el servicio de sus vías cerebrales que ya no sabe realmente dónde dirigir los trenes nuevos que la vida moderna le aporta tras cada descubrimiento. Se producen errores de orientación, de allí catástrofes constantes. La sonrisa, igual, permanece sobre los rostros, pero el rail se quebró, cargado a menudo de magníficas promesas… El hombre es el final del pensamiento, es decir que es necesaria otra forma de gasto de la energética humana.
¿Trabajar el cuerpo? La euforia de los atletas respira simpleza; ni corporal, ni intelectual. El cuerpo y el cerebro están al final de su ascensión mientras que el corazón y el alma tienen todavía un inmenso camino por recorrer.
He aquí el problema planteado. ¿Hacia qué estación ir?
Bajo un duro cielo de lapislázuli (ese color me da no sé qué escalofrío frío y lujurioso) una mujer me mira, calibrando nuestras fuerzas respectivas, y ciñendo su mirada mi estatura. Tiene ojos de ocre y de esmeralda, labio de realeza y anaranjado, senos prestos a hacer eclosión, caderas duras, secretas como flancos de goleta, y muslos de Diana sensualmente triangulada… Ser Centauro…
Deseos tensos cambian el corazón de lugar. Cobertura coloreada de una novela de impotente. Literatura… Necesidad de beber estrellas, Humos, qué se yo… ¿Y por qué ese lapislázuli se instala en mí como en un baño turco?

Venezuela en crisis abre interrogantes para América Latina

por Salvador Schavelzon


Hace años que la política venezolana repercute en toda la región. El triunfo electoral de Chávez en 1998 marcó la llegada de una serie de gobiernos aliados entre sí que marcarían la última década en América del Sur. Junto a la Venezuela de Chávez, que rápidamente reformaría la constitución y fundaría la República Bolivariana, se configuraría un bloque con sectores políticos que venían de oponerse en cada país a los gobiernos de los años 90, asociados al neoliberalismo y las políticas con visto bueno de Washington. Las visitas condicionantes del Fondo Monetario Internacional terminarían, los obreros, campesinos, indígenas, intelectuales y militantes de izquierda llegarían al primer escalón del poder.

Sólo Colombia, México y Perú, e interrupciones en Chile, Paraguay y algunos países centroamericanos estarían a destiempo en el mapa latinoamericano de los nuevos gobiernos. Por eso las movilizaciones que piden la salida de Nicolás Maduro interesan a la política de la región y no por casualidad los eventos callejeros del país fueron discutidos en la OEA, entre los presidentes vecinos y en los medios de toda la región. Hace tiempo que Venezuela es una poderosa imagen de lo que se quiere o no para el propio país.

Se puede afirmar que la política externa en estos años dejó de mirar exclusivamente al norte, y hubo algunos avances en una integración de la que Hugo Chávez fue de los principales entusiastas. Venezuela compró bonos de la deuda externa argentina, mandó médicos e ingenieros a Bolivia, financió escuelas de samba en el carnaval carioca y vendió petróleo subsidiado a Cuba y otros países del Caribe. Buena parte de Latinoamérica estrecharía lazos con la hasta entonces casi solitaria Cuba y coincidirían en espacios multilaterales como el ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) propuesto por Chávez en oposición al proyecto de ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas, impulsada por EUA), la UNASUR (Unión de Naciones Sudamericanas) y la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños).

El interés por lo que pasa en Venezuela, sin embargo, debe pasar por un filtro de medios de comunicación sin neutralidad. Así se vio en el golpe de Estado de 2002, encabezado por el presidente de la federación venezolana de empresarios, rápidamente reconocido por España y Estados Unidos. En esa oportunidad, la televisión fue pieza fundamental en la dinámica del golpe, primero legitimando a las autoridades de facto al comunicar sobre una renuncia de Chávez que no había existido y después al silenciar la resistencia y retomada del poder de las fuerzas leales. Los manifestantes de febrero no ocultaban que el horizonte era sacar a Maduro del poder.

La desinformación y desconfianza en los medios, sin embargo, tampoco debe llevarnos a negar fuertes movilizaciones en un contexto de crisis económica y descontento de la población, que no es marginal y muestra un desgaste en la fórmula política que funcionó hasta ahora. Si bien los vínculos del núcleo impulsor de las movilizaciones con los golpistas de 2002 y las conspiraciones de Estados Unidos son innegables, el descontento hoy abarca también a parte de los que apoyaron al chavismo en el pasado. Algunos dirán que el chavismo dio mucho y ahora la gente pide más, otros que la corrupción y otros problemas que el gobierno bolivariano debía solucionar hoy lo corroen desde adentro. Lo cierto es que de la solución de esta crisis dependerá el rumbo de un país que puede mostrar caminos o atolladeros para el resto.

Si bien la oposición es liderada por hijos de empresarios de familias que siguen siendo poderosas, la clave de la situación parece estar en la fortaleza o fragilidad del vínculo entre el gobierno y las mayorías urbanas más pobres. El desabastecimiento y la inflación afectan a estos sectores populares más que a los barrios pudientes, palco principal de las movilizaciones. Como entiende la oposición que apuesta por la vía electoral, será con los que votaron por Maduro hace pocos meses con quienes se jugará la continuidad del gobierno.

En la oposición hay dos posturas. El ala dura es liderada por Leopoldo López Mendoza, que fue condenado e inhabilitado como candidato por recibir fondos de la empresa petrolera estatal (cuando ésta estaba dirigida por su madre), utilizados para fundar su partido. Hoy él está preso por encabezar la operación que buscaba explícitamente deponer a Maduro, y su apuesta es a todo o nada. El ala moderada es encabezada por Henrique Capriles, gobernador de Miranda, candidato en la contienda electoral de 2013 que siguió a la muerte de Chávez, en la cual fue superado por apenas un punto y medio porcentual. Sensible al marketing electoral, él se muestra ajeno a los Estados Unidos, abierto al diálogo y simpático con algunas políticas del gobierno.

La oposición venezolana siempre osciló en sus estrategias, participando electoralmente; apoyando el golpe; o impulsando un boicot electoral que la dejó varios años fuera de las instituciones. Hoy se divide entre los que buscan asimilar símbolos y propuestas del chavismo para llegar a las mayorías, y los que imaginan un escenario que combinaría la primavera árabe con la invasión de Irak y Afganistán. Posiciones como la del ex presidente Uribe en Colombia, senadores republicanos y Mario Vargas Llosa, desde los medios, podrían hacer imaginable una intervención externa presentada como lucha por la libertad. Pero más bien la cohesión de las fuerzas políticas mayoritarias en el continente garantizan hoy la continuidad de la democracia. Además, las fuerzas armadas no mostraron fracturas, una guerra con Colombia no está en los cálculos de este país y las barriadas populares siguen definitivamente con el chavismo.

Hay sectores políticos norteamericanos con influencia –como el senador americano y ex candidato a presidente Mc Cain- que de hecho llaman a invadir el país. Se saben los vínculos del Tea Party con el partido Voluntad Popular de López, y el propio gobierno de Obama destina presupuestos públicos para apoyar a la oposición del país. Pero la intervención es inviable con América Latina unida, a pesar de la fuerza de los medios de comunicación y de la importancia para Estados Unidos del petróleo de Venezuela, con las mayores reservas probadas del mundo.

Pero el escenario de conflicto está instalado. Como en una escalada donde ambos extremos se retroalimentan, imágenes políticas grandilocuentes inundan hoy parte del lenguaje político que pone palabras a la crisis. Del lado gubernamental parece vivirse una disputa por la paz, donde el socialismo se enfrenta al fascismo de unos pocos adinerados. Del lado manifestante se protagoniza una cruzada por la libertad contra una “dictadura castro-comunista”.

La palabra dictadura es bien conocida en América del Sur, y resulta difícil aplicarla a un gobierno que ganó 18 de 19 elecciones. Pero la respuesta al apoyo popular no podría atribuirse al socialismo, a pesar de una reforma de tierras osada y de mayor distribución de la renta. Justamente, la única elección que no ganó el chavismo fue la de un referéndum que buscaba reformar algunos artículos de la constitución introduciendo explícitamente el término socialismo. Si la participación electoral de la oposición desdibuja el rótulo de dictadura, el de socialismo tampoco parece adecuado, cuando por años se trató más bien de una ampliación del consumo que introdujo nuevos sectores al mercado de bienes capitalistas en una expansión vista con buenos ojos e impulsada desde el gobierno.

Como en otros países sudamericanos, el chavismo significó más capitalismo para muchos venezolanos. En este sentido, vimos como en estos años apareció la llamada “boliburguesía”, clase de empresarios “bolivarianos” que para nada se podría asociar en la lucha por el socialismo. Vemos sí que la multimillonaria clase empresarial que vivía del Estado y vacacionaba en Miami fue desplazada por nuevos empresarios, que también viven del Estado pero no se oponen al chavismo. Estos allegados blindados de la represalia gubernamental y al margen del panorama de exilios y boicot económico, son las condiciones de viabilidad del chavismo, pero también las trabas para avanzar con reformas estructurales. Representan una oposición de intereses en el debate interno y tienen que ver con la ineficiencia en la gestión de empresas estatales y la corrupción.

Un socialismo con expansión capitalista y una dictadura con gran apoyo mayoritario y fuerte oposición no son las únicas perplejidades de la situación venezolana. Fuera del país, llama la atención que quienes alzan su voz contra la supuesta dictadura sean fujimoristas del Perú, pro-paramilitares de Colombia o pinochetistas de Chile, no caracterizados por el apego a las leyes y libertades fundamentales; o incluso quienes apoyaron y saludaron los golpes más recientes de Honduras y Paraguay, vistos como nuevos gobiernos que alejaban a estos países de la influencia de Cuba y Venezuela, los dos fantasmas que recorren sudamérica.

Al mismo tiempo, si la izquierda en las últimas décadas estaba acostumbrada a ocupar las calles y movilizarse, ahora también se la encuentra en el gobierno o controlando el orden social con ayuda del ejército y la policía. La alianza entre militares y gobiernos progresistas es un importante elemento de esta época, articulado a un estatismo desarrollista que no era tan marcado en la izquierda de Latinoamérica, y sí se asociaba a un nacionalismo militar, que ahora es aliado a sectores que más bien eran blanco de represión y racismo institucional. Por otra parte, si los Estados Unidos y sus fundaciones conspiraban desde sus contactos en las fuerzas armadas y empresarios, ahora no descartan acercarse a manifestantes, escritores o blogueros que impulsan creativas campañas con consignas progresistas en Internet.

De este modo, si dejamos de lado la polarización entre socialismo y crítica al totalitarismo, encontramos que por ejemplo Henrique Capriles presenta como modelo a seguir al ex presidente de Brasil Lula da Silva, proponiendo mantener también los logros sociales de Chávez y venerando la figura de Simón Bolívar. Es marketing político, pero permitido por un modelo político que en el fondo no es nada hostil al capitalismo financiero y transnacional. A pesar de la retórica, y de escaramuzas diplomáticas frecuentes, en ningún momento Venezuela cortó fluidas relaciones comerciales con Estados Unidos. La propia integración latinoamericana es proyecto de soberanía pero también grandes negocios para las mayores empresas a cargo de obras ya planificadas en gobiernos de signo político opuesto.

La retórica anticomunista, dentro y fuera de Venezuela, parece así ser más bien escenificaciones para plateas propias, más que reacción frente al riesgo de una ruptura con el sistema, que la frágil correlación de fuerzas electorales y equilibrios internos en el chavismo parecen estar lejos de efectuar. El radicalismo bolivariano tampoco procede si vemos los movimientos de Maduro en restablecer relaciones diplomáticas con Estados Unidos y en llamar a un diálogo al que la oposición no radicalizada ha respondido. La creación de comunas locales y productivas convocadas por Chávez y que hoy se movilizan en defensa de Maduro, habla más de horizontes y posibilidades dadas por el concreto aumento de la participación social, que de cambios económicos estructurales en curso.

Por el lado de la continuidad, como rasgo común también a otros países, vemos que oponer neoliberalismo a más intervención social desde el Estado no necesariamente crea bases sólidas para evitar la amenaza constante de la crisis. Aunque Chávez reorientó positivamente hacia lo social los dividendos del petróleo, con lo que pudo disminuir la pobreza, la matriz económica exportadora común a los distintos países de la región -y más concentrada aún en Venezuela- es sensible a cualquier variación de precios internacionales y se muestra hoy blanco fácil para el boicot económico que está generando desabastecimiento. En cuanto a medio ambiente y territorios tradicionales con derechos colectivos, además, el ímpetu desarrollista no se distingue del modelo de sus rivales políticos.

Si al parecer no basta tener la mayoría para evitar una crisis política, tampoco resulta  suficiente la estatización para controlar las variables económicas. Es en este punto donde la situación de Venezuela abre interrogantes para el modelo político de toda la región. Los buenos precios permitieron prescindir de organismos internacionales de crédito y obtener así cierta independencia económica. Pero los presupuestos sobre desarrollo, expansión económica y explotación de recursos, sin embargo, aparecen como un consenso para los distintos colores políticos que si no es revisado amenazará territorios sin siquiera garantizar el bienestar de forma sólida e igualitaria para todos.

El accidente nuclear que nunca cesa

por Jun Fujita Hirose
(en revista Crisis Nº 6, septiembre de 2011)


Nada ha vuelto a ser igual desde que en marzo el tsunami japonés derivó en un desastre nuclear. Pero no sólo las ondas radiactivas atraviesan el Pacífico; también surgen pensadores nipones que advierten, contra los intentos tranquilizadores de gobiernos y empresas, que las soluciones definitivas ya no existen. Hemos pasado de las sociedades-resolución a las sociedades-problema.

Cuando está lo suficientemente pura, el agua puede mantenerse en fase líquida aunque la sometamos a un frío mayor que el de su punto de fusión o congelamiento. Se llama “metaestabilidad” al estado de una materia o un sistema que no pasan a nueva fase, incluso si ya ha sido atravesado el punto de transición.

Pero el agua que conserva la consistencia líquida a temperaturas inferiores a los 0°C, se congela bruscamente cuando recibe una mínima intervención externa, tal como la vibración o el polvo. El efecto es comparable con el fenómeno de avalancha: la nieve sedimentada e inmóvil en la superficie de un declive, se hunde de un tirón ante cualquier estímulo exterior, por débil que resulte.

Las cosas se componen de dos realidades distintas: una realidad “actual” que funciona por oposiciones como reposo y movimiento, estabilidad e inestabilidad; y una realidad “virtual” que se refiere a las potencias y al universo de lo posible. El agua cuya consistencia sigue siendo líquida a temperaturas inferiores a su punto de fusión, o la nieve que se posa inmóvil sobre un declive, poseen además de su realidad actual y visible (líquida o inmóvil), una dimensión virtual invisible (donde circula una energía potencial sobresaturada). Todo esto quiere decir que el agua en sobrefusión o la nieve en aparente inmovilidad contienen en sí mismo un “problema” la sobresaturación, de su energía potencial, que se resuelve de un golpe cuando el sistema se contacta con un cuerpo externo.

El terremoto o el tsunami son fenómenos que podríamos calificar de “resolución de problemas” En ambos casos la tensión interna provocada por la energía potencial en estado de sobresaturación a nivel de su realidad virtual, se resuelve en una transición de fase realizada en el plano de la realidad actual. El terremoto se produce resolviendo el problema planteado entre varias rocas, mientras que el tsunami resuelve el problema planteado por una ola plegada y en ascenso.

Se podría decir que el accidente en la central nuclear de Fukushima I es también un fenómeno de “resolución de problema”: la central nuclear tiene un problema, que se resuelve a través del accidente. Pero esta manera de hablar oculta la diferencia fundamental que hay entre el accidente que “está ocurriendo” y el terremoto o el tsunami que ya “han ocurrido” El accidente de la central nuclear debe compararse con el agua en sobrefusión y no con su congelamiento; con la nieve sedimentada y no con su avalancha.

La incidencia de los reactores de Fukushima I se caracteriza efectivamente por su doble realidad. De un lado, transcurre una dimensión actual al alcance de nuestros ojos, cuya inestabilidad inicial está siendo estabilizada de manera gradual según aseguran las autoridades gubernamentales y los medios de comunicación. Por otra parte, fuera del campo de nuestra visión, tiene lugar una realidad virtual, de la que poco se habla.

Desde el comienzo del accidente, allá por el 11 de marzo de 2011, el gobierno japonés y la compañía eléctrica Tepco (Tokyo Electric Power Company) han sido sometidos a duras críticas por parte de los gobiernos extranjeros y los medios de comunicación, debido a “la torpeza en la difusión de informaciones” Pero si se han comportado muy “torpemente” en lo que hace a la información sobre la actualidad del accidente, en cuanto a la realidad virtual del mismo nadie posee “información” ya que se trata de un “ser” puramente potencial que no se puede inducir a partir de un recorte determinado en el “devenir” actual.

A diferencia de los casos de terremoto o de tsunami, el accidente de la central nuclear no “ha ocurrido” como desenlace de una tensión metaestable, sino que “está ocurriendo” como continuidad de esa metaestabilidad. Aunque sea cierto que el desequilibrio inicial está siendo progresivamente estabilizado, lo esencial del accidente radica en el hecho de que la sobresaturación potencial persiste con independencia de aquella supuesta estabilización. La clave está en el exceso permanente del ser problemático, este último siempre activo a nivel de la realidad virtual, mientras se producen sin parar todo tipo de efectos visibles y medibles a nivel de la realidad actual. En una palabra: el accidente “está ocurriendo” como un deslizamiento continuo de metaestablidad en metaestabilidad, sin que la estabilización se consagre de manera definitiva.

Las únicas medidas que pueden tomarse ante la central nuclear accidentada consisten en “controlar” tal desarrollo autónomo del problema. De hecho, las ini- ciativas que el gobierno japonés y la Tepco siguen desarrollando (regadíos masivos sobre los reactores) y las que deberían tomar en lo sucesivo (sarcófagos al estilo Chernobil), no están orientadas a resolver el problema sino más bien a controlarlo. El problema jamás se agotará y quedará siempre activo, productivo.

La pregunta sería, ¿no es el “control” lo característico de la producción nuclear de energía eléctrica? Mientras la generación hidráulica y la combustión térmica proceden por “resolución” (hacer caer el agua estancada desde lo alto, consumir los combustibles fósiles), la producción nuclear opera “controlando” (mediante una desaceleración de la reacción de fisión nuclear en cadena). Los procedimientos de regadío y sarcófago con los que se intenta combatir al accidente poseen una perfecta continuidad con los que se emplean habitualmente en la producción nuclear de electricidad, ya que son de la misma naturaleza “controladora”.

Se puede decir que el problema está siempre pendiente, no sólo a propósito del accidente y de la producción habitual, sino también a propósito de los combustibles nucleares utilizados y del cúmulo de desechos radiactivos resultantes del proceso. En la generación hidráulica y térmica se intenta agotar toda la energía potencial contenida en el agua estancada en altura o en los combustibles fósiles, para obtener la máxima cantidad de electricidad posible. En la producción nuclear, por el contrario, nunca se convierte en energía eléctrica la totalidad de la energía potencial que contienen los combustibles nucleares. Estos materiales quedarán siempre ricos de energía potencial aún después de su uso en la producción de electricidad. Las operaciones de post producción en torno a los combustibles nucleares utilizados y a los desechos radiactivos, tales como almacenamiento, tratamiento o vertido final, son un intento por controlar la tensión metaestable que se conserva en ellos, sin pretensión alguna de estabilizarlos de manera definitiva. Los desechos radiactivos se definen por su propiedad de seguir siendo siempre problemáticos.

El proceso nuclear no tiene comienzo (inestable) ni fin (estable), porque se mue- ve siempre de metaestabilidad en metaestabilidad. En ese continuo permanente no hay nada que permita distinguir entre el accidente y la normalidad (producción de electricidad, tratamiento de desechos radiactivos, etcétera). Y precisamente por eso el accidente es siempre “previsible” o “previsto” porque está contenido como , parte de la normalidad cotidiana. Que el accidente “está ocurriendo” quiere decir que está siempre-ya ocurriendo, sin que pueda determinarse un comienzo y un fin.

Suele argumentarse que la diferencia fundamental entre la producción nuclear de energía y la bomba atómica, es que la primera constituye un uso “controlado” de la segunda. Incluso en el sitio de internet de la Tepco puede hallarse una explicación semejante. Pero se trata de un sofisma y nada más. Si la bomba atómica se distingue de las otras armas de destrucción masiva es porque su explosión no resuelve de manera instantánea y definitiva la sobresaturación problemática de su energía potencial, como sucede en el caso de las segundas. Por muy terrible que resulte el desastre producido al momento de la explosión, no deja de ser un mero efecto secundario desde el punto de vista de la naturaleza de la bomba atómica. Las consecuencias en los cuerpos y cerebros de las personas que padecieron las bombas arrojadas en 1945 no se asemejan a la experiencia de un punto final (.), tal como lo representa la imagen del hongo difundida por el gobierno estadounidense de entonces, sino más bien a una serie de puntos suspensivos (…), que expresan el exceso persistente de un problema que seguirá siempre pendiente. El llamado uso “pacífico” o “civil” de la energía nuclear está en una pura continuidad con su uso “bélico” o “militar” en la medida en que , ambos constituyen bombas temporales paradójicas, cuyo “tiempo” es controlado minuto a minuto para que esté siempre a punto de llegar. Según las víctimas irradiadas por las bombas atómicas (hibakusha), el “pika” (resplandor) no “ha llegado aún” porque “ya está llegando” perpetuamente.

El accidente en la central nuclear Fukushima I, ubicada en la región nordeste del Japón, nos recuerda que vivimos un estado de metaestabilidad permanente, por lo menos desde que la política de uso civil de la energía nuclear se generalizó en los países “avanzados” a mediados de los años , cincuenta. Estamos dejando atrás aquellas sociedades que se caracterizaban por resolver los problemas, tomando a cada uno como un estado de excepción, y que se desenvolvían según el ritmo impuesto por una serie sucesiva de comienzos y finales. Hoy, lo problemático como exceso que sigue siempre pendiente, se ha convertido en nuestra normalidad cotidiana, y de lo que se trata es de controlar su desarrollo autónomo, surfeando de metaestablidad en metaestabilidad.

Transitamos el pasaje de aquellas sociedades que resolvían los problemas, a las sociedades que los controlan. De las sociedades de resolución, a las sociedades problema. Este espacio-tiempo determinado por el accidente de Fukushima I, prueba cabalmente hasta qué punto nuestro cotidiano se encuentra definitivamente atravesado por una condición problemática más o menos generalizada.

Los habitantes de Tokio no creen en las palabras del gobierno japonés, que insiste en difundir la idea de que en la capital no hay peligro de contaminación radiactiva. La gente sabe perfectamente que lo recomendable sería refugiarse lo más pronto posible en alguna región sureña. Pero las condiciones económicas impiden que la mayoría pueda trasladarse. Cada quien vive así su double bindproblemático, sin poder resolverlo de una buena vez.

El viraje hacia la energía nuclear en los años cincuenta debe inscribirse en un cambio epistemológico más vasto. Pongamos un ejemplo. La “guerra contra el terrorismo” que según el gobierno , norteamericano “no tiene punto final” aún cuando Osama Ben Laden haya sido aniquilado, es contemporánea a la producción nuclear de electricidad y al accidente en Fukushima, porque comparten el mismo principio de gobernabilidad, basado en el control del problema y no en su resolución definitiva. El objeto de la “guerra contra el terrorismo” no es extirpar o solucionar el problema llamado “terrorismo” sino más bien controlarlo, manteniéndolo siempre en su irresolubilidad excedente.

Recordemos ahora el argumento de Gilles Deleuze, para quien asistimos al pa-saje de las “sociedades de disciplina” a las “sociedades de control”. El filósofo francés . escribe: “no cabe comparar para decidir cuál de los dos regímenes es más duro o más tolerable, ya que tanto las liberaciones como las sumisiones deben ser afrontadas en cada uno de ellos a su modo” (en “Post-scriptum sobre las sociedades de control” Conversaciones, Pre-textos, 1995,p. 279). O sea, que en las sociedades de disciplina no sólo la dominación y el gobierno procuraban resolver los problemas, sino que también las luchas de liberación se concebían como vías auténticas de resolución de problemas. En este sentido, la más ejemplar imagen de una experiencia de resolución de problemas es la revolución. Esta última implica la construcción colectiva de una solución común. ¿Cómo sería la liberación en un contexto donde lo que prima es el control de los problemas? ¿Cómo liberar las potencias colectivas si lo que compartimos es un problema cuyo carácter irresoluble permanecerá siempre excedente?

Desde que se inició el accidente de Fukushima I, mucha gente, mucho más que antes, está viviendo su cotidiano como estado de problema. Un grupo de activistas japoneses, el llamado Comité de traducción La insurrección que viene, escribe: “la catástrofe repentina fisura la cotidianidad en el trabajo, la política, el arte, el estado, el capital” Si pudiéramos designar como un . pequeño “levantamiento” a la capacidad de asumir tal fisura en la propia vida cotidiana, deberíamos decir entonces que la sociedad japonesa desde el mes de marzo ha entrado en un período de levantamiento generalizado.

Desde el 10 de abril se multiplican las manifestaciones antinucleares por todo Japón. Y son masivas. Se trata de algo histórico en este país, que no conocía movilizaciones tan grandes desde finales de los años sesenta. Si en el cortejo de cada marcha uno puede percibir no sólo expresiones de alegría sino también muestras de cansancio, es porque la manifestación no se encamina hacia una solución ni pretende arribar a la estabilidad, sino que vive en estado de problema. Mientras la revolución produce una ola de alegría cuando ya “ha ocurrido” el levantamiento la genera en el momento en que “está ocurriendo”.

La revolución es un camino hacia la satis- facción, el levantamiento es en sí mismo un proceso de júbilo. En una sociedad de resolución del problema la cuestión del cansancio es pasada por alto en nombre de la promesa de una liberación venidera, mientras que en la sociedad de control el cansancio pasa a primer plano como condición necesaria para que persista la alegría de la liberación en curso. En una palabra: la revolución no cansa, el levanta- miento sí. En la fase de un levantamiento vuelto cotidiano que estamos viviendo hoy en Japón, no sólo el cansancio físico- mental se acumula sin pausa, sino también la radiación nuclear, lo que vuelve cada vez más profunda la “fisura” problemática que se abre en nuestros cuerpos y cerebros.

Deleuze identificaba este tipo de movimientos con la “serpiente” para distinguirlos del “viejo topo” que se asomaba a , los segmentos lineales, a unos primeros después a otros, cada uno determinando un comienzo y un fin bien definidos. “El hombre de la disciplina, escribe el filósofo, era un productor discontinuo de energía, pero el hombre del control es más bien ondulatorio, permanece en órbita, suspendido sobre una onda continua” (p. 282). A diferencia del viejo topo, la serpiente no conoce tales interrupciones, ni experimenta los segmentos como distintos. Para ella todo se encuentra en perfecta continuidad, como una sola línea infinita. La serpiente no hace diferencia entre vida cotidiana y manifestaciones. Acumula el cansancio sin recluirse en descansos subterráneos y trepa siempre a la superficie, bañada por la radiación que emana de la central nuclear accidentada. Una línea infinita de cansancio y radiación, pero también línea de alegría serpentaria, línea de liberación. Devenir-serpiente no es otra cosa que vivir esta fisura, vivir este problema, como exceso de potencia.

La anomalía japonesa

por Jun Fujita Hirose
(publicado en la revista Crisis Nº 12, enero de 2013)

El extraordinario accidente que tuvo lugar hace un año y medio en la isla más desarrollada del mundo sigue esparciendo su virus a la sociedad y el sistema político nipón. Las movilizaciones contra el programa nuclear son imponentes, pero a nivel de gobierno no hay visos de reacción. Un filósofo nacido y criado en Tokio explica por qué los manifestantes no están ni indignados ni resignados, y parecen más bien curados de espanto.
El viernes 14 de septiembre el gobierno japonés publicó su nuevo Plan Energético, que consiste esencialmente en «tomar todas las medidas necesarias para llevar a cero la producción nuclear en el año 2030». Esa misma tarde, a las 18, decenas de miles de personas se manifestaron frente a la sede del gobierno en Tokio, tal como lo hacen cada viernes desde abril de 2012. El anuncio del ejecutivo nipón sobre una salida gradual del escenario nuclear no disipó la desconfianza profunda en la clase política.

La primera movilización realizada después del accidente de la central de Fukushima I, fue el 10 de abril del pasado año: más de 20 mil personas se echaron a la calle en la capital. Las manifestaciones se multiplicaron de inmediato por todo el territorio nacional, abriendo una fase «excepcional» en un país que no tenía registro de protestas de esta envergadura desde fines de la década del sesenta. No hace falta subrayar la «horizontalidad», «multiplicidad» y «espontaneidad» de estas expresiones de masas, ya que se trata de aspectos comunes a las protestas que han tenido lugar últimamente en todo el planeta.

El movimiento antinuclear japonés tuvo un giro decisivo en junio de 2012, cuando el Primer Ministro Yoshihiko Noda tomó la decisión de volver a activar dos reactores de la central de Ohi que habían sido cerrados como medida de seguridad (al igual que los otros 48 reactores que hay en el archipiélago). Fue aquella una resolución realmente «inesperada», «inimaginable» o «imposible» para la mayor parte de la población japonesa. ¿Cómo un mandatario osaba reanimar la producción nuclear siendo que el accidente de Fukushima permanece activo y nadie sabe todavía la verdadera dimensión de sus efectos en el largo (y ni siquiera en el corto) plazo? ¿Cómo se atrevía a actuar en contra del sentimiento tan claramente manifestado por la sociedad durante un año?

A partir del viernes siguiente al anuncio de Noda, el número de personas que se reunían frente a la sede gubernamental explotó. En julio llegaron a juntarse 200 mil personas, sin contar los innumerables manifestantes «virtuales» que participan del cortejo a través de internet, como muchas mamás obligadas a quedarse en casa para preparar la cena.

¿No hay, sin embargo, algo de paradojal, e incluso de perverso, en el hecho de que cuando más aumentó el número de manifestantes fue cuando la gente pudo percatarse de la impotencia efectiva de las protestas populares? La decisión de reavivar los reactores mostró de manera transparente al menos dos cosas fundamentales: en primer lugar, que la alianza Estado-Capital es lo suficientemente sólida como para que nadie pueda intervenir, excepto ellos; en segunda instancia nos dimos cuenta que los malhechores son tan indomables, que no hay quien pueda persuadirlos de ser menos malvados. Y estos dos aprendizajes no son apenas factores coyunturales o pasajeros, sino que configuran prácticamente una verdad eterna. En síntesis, hemos aprendido definitivamente que «otro mundo no es posible». Lo cual modificó radicalmente la naturaleza misma del movimiento de resistencia.

Antes de aquel fallo de junio, creíamos enfáticamente que «otro mundo era posible». Esta hipótesis aparecía reforzada por el hecho de que Naoto Kan, el Primer Ministro anterior, se manifestó de acuerdo con abandonar el paradigma energético nuclear, y había ordenado en mayo de 2011 –a pesar de la fuertísima oposición de los empresarios- la suspensión de los reactores de la central de Hamaoka, colocados en una zona considerada de «riesgo sismológico alto». Aún cuando Kan se vio de facto obligado a dimitir en septiembre de 2011 por su posición «demasiado izquierdista», no dejamos de creer en la capacidad de nuestras fuerzas democráticas para cambiar el mundo.
Desde hace cinco meses vivimos en la paradójica situación de reivindicar la clausura inmediata de las centrales nucleares, como siempre, pero a sabiendas de que nuestra voz no tiene ningún poder para quebrar la alianza estatal-capitalista, ni para purgar el mundo de aquellos maleantes que no cesarán de hacer su voluntad sin el más mínimo pudor.

Cabe, entonces, la pregunta: ¿por qué la gente, cada vez en mayor cantidad, sigue yendo a la plaza si está al tanto de la imposibilidad de transformar el mundo? ¿Será porque cada uno de ellos busca transformarse a sí mismo, y devenir otra cosa, para volverse capaz de vivir en este mundo, un mundo que aparece insoportable, dominado por las clases dirigentes que portan una nocividad que se torna imposible de neutralizar? Si hoy sentimos más que nunca la necesidad de juntarnos, no es tanto para darnos a entender con una fuerza numérica, sino ante todo para producir una nueva subjetividad, autónoma, excedente, a través de un agenciamiento colectivo hecho de afectividades que resuenan entre sí internamente.

Todo lo cual nos lleva a un pasaje del filósofo Gilles Deleuze, quien afirma: «Necesitamos una ética o una fe, y esto hace reír a los idiotas; no es una necesidad de creer en otra cosa, sino una necesidad de creer en este mundo, del que los idiotas forman parte». No se trata ya de hacer un mundo digno de nuestra vida, sino de hacernos nosotros dignos de este mundo tal cual es. Es esto lo que el pensador francés entiende por «devenir revolucionario». Los manifestantes antinucleares japoneses no son «indignados»: no le gritan ya a una sociedad injusta que creen no merecer; su voluntad no es subvertirla para convertirla en “otro mundo”. En lugar de revolucionar al planeta lo que ellos procuran es devenir revolucionarios en el seno de este mundo. Buscan asegurarse una libertad, una independencia, no exactamente respecto al destino sino respecto a la necesidad que debería resultar del destino, como dice también Deleuze a propósito de la moral estoica.

El mundo desborda siempre su carrera actual, insoportable. Si la antigua creencia consistía en aferrar el mundo en su capacidad imaginaria de alcanzar un futuro menos insoportable, hoy se trata de aferrar cada instante mundano en su desdoblamiento real entre la actualidad y sus virtualidades, el «accidente» y su potencia. Lo cual nos permite romper la relación de causalidad necesaria con cada accidente que nos afecta, y trazar líneas de fuga dando con la cabeza en el muro de las imposibilidades. Esa es la perversión dis-utopista que constituye una anomalía japonesa en la época donde parece reinar, como siempre, la antigua perspectiva, subversiva y utópica, tal como la constatamos en el caso de los altermundistas, los indignados, los occupy.

El accidente de Fukushima está ahí. Sus efectos ya están inscriptos en nuestros respectivos cuerpos, se salga o no del escenario nuclear. Y tal vez sea por eso que, en el fondo, estamos a la vanguardia de una nueva modalidad de lucha, des-utópica y perversa.

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