Carta abierta a los hombres y mujeres sensibles de este mundo
Los policías federales, de una manera bastante intimidatoria pidieron que les entregaran una copia de mi pasaporte. Fui con las señoritas de Aeroméxico a sacar las copias del pasaporte a una oficina de la empresa, la policía se las llevó y estas mismas señoritas -a las cuales yo sí les creo que estaban asombradas de lo que estaba pasando e indignadas (porque se habían tenido que quedar a trabajar horas extras), y además eran sumamente amables- lo que me dijeron era que tenían que buscar una ruta para mí que no pasara por los Estados Unidos y que Aeroméxico, de todos modos, se haría cargo de mandarme a Italia.
Estuvimos esperando en el aeropuerto más o menos una hora y media, hasta que por fin lograron despachar al avión de vuelta. Después, ellas mismas me llevaron a un taxi que me llevó a un hotel. Yo estaba bastante asustada y muy muy indignada. También les pedí que me consiguieran un asiento en el primer vuelo a la ciudad de México a lo cual accedieron de inmediato.
¿Una nueva suavidad?
¿Qué es la fiesta hoy? (V)
¿Qué es la fiesta hoy? (IV)
¿Qué es la fiesta hoy? (III)
¿Qué es la fiesta hoy? (II)
“Seamos exagerados a riesgo de pasar por extravagantes”
¿Qué es la fiesta hoy?
Durante el ciclo actual hubo todo tipo de festejos. Desde las marchas destituyentes contra la “inseguridad” (donde ese experto en fiestas comunitarias llamado Bergman cambió la letra del himno argentino para gritar “seguridad, seguridad, seguridad”) y las cacerolas y marchas del “campo”; a las de la “buena onda” y de la “militancia” (o “restituyentes”), del bicentenario a tecnópolis. Todo esto puede ser contado así, rápido y simple, a golpes oscilantes de angustia y/o alegría. Pero nada de esto permite comprender la fiesta actual, ¿efímera?, del voto a Macri.
FRENTE DE ARTISTAS DEL BORDA
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¿Qué sucede después del alta?
¿Está preparada la sociedad para recibirnos?,
¿Es el alta un motivo de festejo o de preocupación? |
Espectáculo de creación colectiva que aborda en el marco de la creatividad, el arte y el teatro, escenas sobre las realidades que nos acontecen tanto dentro como fuera del hospital.
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Somos un grupo de teatro, formado por personas que están o que han estado internados en el Hospital Borda, y otras que no han atravesado una internación.
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Nos convoca el teatro y la lucha por los procesos de desmanicomialización.
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Tejiendo Caminos de Saberes para Defender la Vida
Eva Riquelme
Muestra de Ariel Sicorsky en Obras Sanitarias
Salió Pampa 7, invierno 2011
Emilio Sadier/ Identidad y política. 12 aproximaciones
Lucía De Gennaro/ Resonancias de una épica redentora
Karina Arellano/ Memoria de un recreo
Martín Rodríguez/ A prueba de balas
Diego Picotto/ Alfa y Omega de nuestra Economía Nacional
Alejandro Kaufman/ Notas sobre la violencia discriminatoria “espontánea”
ENTREVISTA/ Franco Rinaldi. Política y medios en la Argentina actual
ENTREVISTA/ Horacio González. Memorias, textualidades, linajes
Diego Sztulwark / El discurso de Horacio
Jairo Estrada Álvarez/ Noticias de Colombia. Continuidades y cambios de acento en el régimen de dominación de clase
Ilustraciones: Ana Celentano
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La vigencia de la tradición de los oprimidos depende sólo de ellos mismos. Como queda hoy a la vista, no
Lo no percibido en política
Alfa y Omega de nuestra Economía Nacional
Jujuy, violencia social y estructural
COMUNICADO
La noche del apagón de los Blaquier aún continúa en Ledesma
Una agenda para la desconexión
2. Valor, 3 de agosto de 2011.
3. Página 12, 30 de julio de 2011.
4. Valor, 3 de agosto de 2011.
5. La Jornada, 4 de agosto de 2011.
6. Dean Baker en Diario del Pueblo: http://spanish.peopledaily.
7. http://www.atimes.com/atimes/
8. Oscar Ugarteche en ALAI, 3 de agosto de 2011.
9. Proyecto Brasil en Tres Tiempos, Presidencia, 2004.
10. http://spanish.peopledaily.
Indignados Israelíes
¿Qué es la fiesta hoy? (VI)
Unasur y los efectos de la crisis: nuevos instrumentos económicos
La potencia del trabajo multiforme
> el número 6 de la revista crisis
presa desde el 2002, Karina Germano, la gallega, describe el aprendizaje forzado en la cárcel de Ezeiza y las estrategias para sortear la burocracia del sometimiento, por Mario Santucho y Diego Genoud
Y la revuelta se extiende a Londres…
#riotcleanup: el fascismo comunitario quiere limpiar Inglaterra de delincuentes
Surfeando a través de los tuits etiquetados con #riotcleanup se percibe un error de código: el acto físico de la limpiar de escombros de las calles se funde con el acto de limpiar la calle de los jóvenes negros. La limpieza de calles se convierte en la limpieza de todo rastro de agitación social. Las grietas sociales se desvanecen y a la vez las subclases oprimidas se vuelven invisibles.
Tuitero tras tuitero describen a los manifestantes como “animales” y “ratas salvajes”. Los videos de estas declaraciones se repiten constantemente en los canales de noticias. El mensaje: los manifestantes no son seres humanos. La petición: que no sean tratados como humanos. La ideología del odio es inculcada en nuestros cerebros, y como era de esperar las conversaciones en los medios de comunicación social consisten en decir que las personas involucradas deben ser encerrados, y la llave tirada al mar. O, tal vez en lenguaje más contenido, que estén bajo acción vigilante y punitiva.
Ayer por la noche la primeras acciones de vigilancia tuvieron lugar en el barrio de Enfield. Según las noticias, un grupo de hombres de mediana edad blanca corriendo por las calles proclamando: “Somos ingleses, somos ingleses” Su objetivo era aterrorizar a los implicados en la agitación de la noche anterior, y en el camino la idea de una nueva comunidad excluyente se transformó en el marcaje de aquellos que no nacieron en Inglaterra. Muchos tuits del hashtag #riotcleanup se han enfocado principalmente contra las comunidades pobres de raza negra. La English Defence League (Movimiento racista que propaga la islamófobia y las campañas anti-migrantes) también ha mostrado su interés en jugar un papel de liderazgo en estas “comunidades” en acción.
El capitalismo salvaje sacude las calles
cero ilusión
¿Qué nos dice el triunfo del kirchnerismo?
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Cientos de miles de personas tomaron las calles de Israel
Anonymus: la ironía es algo serio
No toleraremos la violación al derecho inalienable a la libre expresión
No toleraremos la violación al derecho a compartir lo que han adquirido legítimamente.
Somos legión.
No perdonamos.
No olvidamos.
Espérennos”.
Algunos comentarios a la entrevista de Immanuel Walerstein: ¿Se puede comprender el caos?
Entrevista a Immanuel Wallerstein
Represión gendarme en los barrios del conurbano
Calles barriales nocturnas, bandas de pibes y pibas las recorren a pasos circenses, moviéndose entre risas ebrias. Pero la noche como destino festivo es clausurada y es utilizada otra vez como terreno impune, se vuelve escenario predilecto para el patrullaje… para ponerse la gorra.
Algo que envidiarle a los muertos
El Estado Posnacional
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De soja, fracasados y travestidos
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AVISO: bache
La marcha de las putas
(…)
«La Marcha de las Putas Buenos Aires fue como lo esperábamos: un evento un poquitín progre, decente, tímido como quincianera de escuela privada, con muchas chicas bien, de clase media. Por eso, nosotras, las putas no tímidas, las putas viejas, las putas feas, las putas tortas, las muy borrachas, las muy drogonas, las que discutimos con nuestros amantes hasta las palizas ( a veces), las que nos cojemos a nuestras amigas, las que tomamos calmantes COMO TODO EL MUNDO, pero no lo ocultamos, hicimos la Gran Quebracho. Realizamos una intervención agresiva, virulenta y alegre para que las cuestiones ondulen un poco en está chata-facha Buenos Aires, ultra-careta, donde nunca pasa nada (aunque maten gente los ratis) y para que al menos las que estaban ese día en la marcha sepan que poner el cuerpo, es PONER EL CUERPO, incluso si tu mamá luego dejará de dirigirte la palabra.
Entrevista a Miguel Benasayag
Paradojalmente, me gusta en especial que me preguntes sobre los fusilamientos en Trelew del 22 de agosto de 1972. Porque en toda mi vida, esa fecha fue un acontecimiento muy importante. Siempre me acuerdo del 22 de agosto, porque es cierto que hubo una ruptura, en el sentido de que abiertamente todas las porquerías que la oligarquía argentina había hecho en la Patagonia, que había hecho en la Semana Trágica, que había hecho en los basurales, el 22 de agosto se produce una ruptura institucional. Creo que hubo un paso dado donde “no vamos a esconder más lo que hacemos”; era claro para todo el mundo, era una provocación, todo el mundo tenía que entender que por supuesto que Pujals no había tratado de arrebatarle la ametralladora a nadie y todo el mundo tenía que entender que de ahora en adelante era así, que la oligarquía argentina, los dueños de la tierra, del país, no iban a respetar ninguna ley. Porque hay que ver que, por ejemplo, la masacre de los indios y todo aquello, todavía había como una ideología podrida del progreso, pero una ideología; algo que pretendía legitimar lo que se estaba haciendo ¿no? Y acá, el 22 de agosto, no, acá hubo una acción que decía: aquí es la barbarie instalada y nosotros vamos a utilizar lo que venga para aplastarlos a ustedes. Pienso que a partir de ahí, bueno, como yo fui preso de la dictadura –caí antes–, yo lo que vi es una sucesión, una sucesión que no paró hasta los 30 mil desaparecidos.
–¿Considerás a los medios de comunicación a partir de ese tiempo como el brazo ejecutor de un discurso que encubre estas acciones para separar lo que pasa, lo que se quiere mostrar a la sociedad?
Chile: una revolución en marcha
La palabra “revolución” para definir al bullente movimiento de estudiantes que desde hace tres meses conmueve al país, no es excesiva. Los jóvenes han tomado las banderas de la protesta social de amplios sectores -incluyendo las usualmente pasivas capas medias-, y las han proyectado al futuro, libres de todo reduccionismo dogmático y del cálculo pequeño que ha envilecido la política nacional. Basta observar el cambio producido en el plano de las conciencias. El pensamiento revolucionario ha ganado su primer y más importante enfrentamiento: nadie hoy se atreve a poner en duda la legitimidad de las demandas estudiantiles y ciudadanas.
Un avezado revolucionario como Fidel Castro sostiene que la “batalla de las ideas” es el principal desafío al que están convocados los rebeldes de nuestro tiempo. Allí fue, en efecto, donde sufrimos nuestras derrotas más importantes. El caso de Chile es muy aleccionador. La generación de los ‘70, cuyos sobrevivientes -partidos, grupos y personas- sólo pueden aspirar hoy al honroso papel de ponerse a disposición incondicionalmente de los nuevos liderazgos político-sociales, sufrió la pérdida de miles de compañeros y compañeras muy valiosos. Pero fue en lo ideológico donde la derrota fue aún peor. Son los nietos de aquella generación los que han tomado en sus manos el testimonio actual de la eterna lucha por la justicia, la solidaridad y la igualdad de derechos de los ciudadanos. La protesta social que encabezan los estudiantes -a la espera que los trabajadores asuman su rol histórico-, ha logrado instalar la necesidad de un cambio profundo en Chile. Se ha producido lo que hasta hace pocos meses se consideraba imposible: que una clara mayoría comparta la idea de que el modelo económico, social, institucional y cultural que instauró la dictadura de generales, almirantes y grandes empresarios tiene que ser modificado hasta en sus raíces para abrir paso a la justicia social. Esta demanda por el cambio, a partir de la exigencia de igualdad de derechos en la educación, basada en una vigorosa denuncia de la desigualdad y discriminación que padece nuestro pueblo en educación, salud, vivienda, salarios, etc., se ha producido en un país de América Latina alabado como ejemplo por su modelo de economía de mercado. Por eso el cambio que tiene lugar en Chile en estos días, como fruto de una sostenida protesta social que se dimensiona como una revolución, ha sorprendido al mundo. Pero también a muchos chilenos privilegiados por el sistema que no percibieron la indignación que estaba fermentando en las entrañas de la sociedad. Hoy, después de tres meses de movilizaciones estudiantiles pacíficas -pero agredidas por el atropello policial- es difícil encontrar defensores a ultranza del modelo o que nieguen lo justo del reclamo de poner fin al lucro en la educación. Hasta el presidente de la República, el connotado empresario Sebastián Piñera, cuya fortuna asciende -dicen- a 2.400 millones de dólares, admite los “grados excesivos de desigualdad” social que existen en este país y que a él le correspondería intentar corregir. Lo mismo opinan políticos, empresarios y autoridades eclesiásticas que desde la derecha y la Concertación intentan apagar el incendio y salvar sus privilegios. Ellos balbucean su miedo ofreciendo mediaciones, reformas constitucionales y -quizás- hasta tributarias si los aprietan un poco.
El temor y desorganización de las clases dirigentes revelan cómo la batalla de las ideas se está resolviendo a favor del cambio. La institucionalidad ha entrado en una etapa en que algunos de sus usufructuarios alertan sobre el peligro de la ingobernabilidad, y otros -en franco estado de pánico- invocan como de costumbre a las fuerzas armadas para encargarse del trabajo sucio que creen inevitable. Los administradores del sistema saben que la revolución democrática y desarmada -que rescata los valores y derechos del ciudadano- pondrá fin al modelo neoliberal y sus huellas se prolongarán en el tiempo. Con esta revolución juvenil y creadora ocurrirá lo que sucedió con el cambio cultural de los años 60, con el movimiento hippie, las repercusiones de la revolución cubana y de la guerra de Vietnam, la independencia de los países africanos y asiáticos, las jornadas de mayo del 68, en Francia, y la “primavera de Praga”. Porque esta revolución en Chile ha dejado al descubierto las tripas del sistema neoliberal, sumando evidencias lacerantes a la crisis global que experimenta el sistema. La revolución encabezada por los jóvenes chilenos es creativa, plural y sorprendentemente ideológica en el más limpio sentido de la palabra. No obstante su fuerza, no tiene un destino asegurado. Puede sufrir considerables dificultades si termina atrapada en una institucionalidad hábil en hacer trampas y en cooptar al movimiento social. Sin embargo, las demandas de hoy en educación, salud, derechos sociales y políticos, no tienen solución en el marco de la actual Constitución. Hay que volcar esfuerzos en avanzar hacia una Asamblea Constituyente que elabore y plebiscite la nueva Constitución democrática de Chile. Ese camino se puede ver hoy con más optimismo, ha nacido un espíritu que lucha por ideales que parecían perdidos. Se están trazando las líneas de un nuevo Chile que recoge, sin decirlo y hasta olvidándolo, el sedimento de muchas luchas victoriosas y derrotas terribles, de ejemplos buenos y malos que no están -felizmente- en el primer lugar de las preocupaciones de los jóvenes que se vuelcan al futuro y a la esperanza de un cambio. Hay en nuestra dispersa Izquierda un agotamiento de lenguaje, de ritos y exterioridades que debe ser asumido conforme a los ejemplos que están dando los jóvenes. Ideas nuevas para problemas viejos y criterios novísimos para los fenómenos emergentes.
Algunas demandas pueden resolverse ahora mismo, si se mantiene la presión para lograrlo. Otras tomarán más tiempo, como la Asamblea Constituyente. Hay demandas más complejas, como la renacionalización del cobre, entrabada tanto por la Constitución actual como por las leyes orgánico-constitucionales y hasta por los tratados de libre comercio suscritos por los gobiernos de la Concertación. Lo importante es que lo central está conseguido: se ha puesto en cuestión un modelo de dominación que se creía inamovible. El rechazo al lucro en todas aquellas cuestiones fundamentales para el individuo y su familia, el respeto pleno al medioambiente, la vigencia absoluta de los derechos humanos, la representatividad efectiva del sistema democrático y de los mecanismos de consulta directa a la ciudadanía, el derecho a la participación, se han instalado como objetivos legítimos en la conciencia ciudadana. La “clase política” no podrá seguir rehuyendo su responsabilidad de ayudar a abrir paso pacíficamente a la nueva época que quiere vivir Chile. El cambio sólo asusta a la derecha económica y política y a las cúpulas concertacionistas que validaron los remiendos de la Constitución dictatorial, y que cifraron sus esperanzas de estabilidad y ascenso social en éxitos macroeconómicos, olvidando que su precio era la desigualdad y la marginación de grandes sectores que ahora hacen oír su potente voz y que exhiben su enorme fuerza.
Entrevista a Amador Fernández-Savater
Después de la Puerta del Sol
Manifiesto de Historiadores:
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Estado y política
Ama nuestro país, vete de nuestro país!
Encuentro de prácticas educativas
La Casona de Flores: Zona Autónoma
Casazombie
2.-Fuimos de los primeros visitantes a la casona, hacia bastante calor por esos días y llamativamente no había mosquitos. Seriamos unxs veinticinco, hay una foto que registra eso. La idea de la visita era hacer juegos de terror, reírnos del miedo, reírnos de miedo. La casona lugar ideal. Unos veinte pibas y pibes (en situación de calle, como nos gusta decir por ahí) en un ex orfanato derruido y desabitado ¿podíamos pedir algo mas? Escaleras crujientes, piso a punto de derrumbarse, habitaciones completamente oscuras, sótanos con historias, mensajes de madres a sus hijos escritos en las paredes, puertas que se habrían solas. Una casa llena de muertos debe constituirse en una casa llena de fantasmas. Pero la risa por el miedo no aparecía, insistíamos con los juegos pero ni risa ni miedo. Ni mosquitos, ni fantasmas. El bello terror que fuimos a buscar, el que saca lo mas profundo, el bello terror que cambia roles; el que sabemos que es mentira, que en cuanto empiece a amanecer se desvanecerá, no aparecía.
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