Anarquía Coronada

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“Una escenografía mediática de victoria, que oculta el fracaso”: EZLN sobre la guerra contra el magisterio en resistencia

“Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”. La frase de Joseph Göbbels sigue marcando la línea editorial de los medios que se colocan a un lado del poder.  Sin embargo, la descomunal campaña de desprestigio hacia los maestros y maestras de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación que no aceptan la imposición de la mal llamada “reforma educativa” y la brutal represión de la que son objeto con miles de elementos de seguridad federales y estatales en estados como Chiapas, Oaxaca, Tabasco y la Ciudad de México está teniendo un efecto contrario en la gente, en México y en el mundo.
Cuando miles de docentes arribaron a la Ciudad de México para marchar del Ángel de la Independencia al Zócalo (ese Zócalo que en los últimos tres años no le han permitido ser el corazón del sentimiento nacional y lo han convertido en una “plaza comercial”) y con cantos, consignas, abrazados por cientos de organizaciones y por la solidaridad de la gente, fueron bloqueados por una sólida valla de más de diez filas de todas las policías de la Ciudad de México, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN,  en un comunicado emitido el mismo día,  pregunta respecto a la guerra que el gobierno ha emprendido contra el magisterio disidente: ¿Qué sigue?
“Ya los golpearon, ya los gasearon, ya los encarcelaron, ya los amenazaron, ya los despidieron injustamente, ya los calumniaron, ya decretaron de facto el estado de sitio en la Ciudad de México. ¿Qué sigue? ¿Qué los desaparezcan? ¿Qué los asesinen? ¿En serio? ¿La reforma “educativa” nacerá sobre la sangre y cadáveres de maestras y maestros? ¿Van suplir los plantones magisteriales con plantones policíacos y militares? ¿Los bloqueos de protesta por bloqueos con tanques y bayonetas?”
Aquí el texto completo del comunicado.
Apunte sobre la guerra contra el magisterio en resistencia:
(La Hora del Policía 3).
Junio del 2016.
Del cuaderno de apuntes del Gato-perro:
.- No sabemos si en el resto del país, pero al menos en Chiapas, los de arriba están perdiendo la guerra mediática.
Hemos visto a familias enteras, en el medio rural y el urbano, apoyar al magisterio. Y no nos referimos a apoyos del tipo “este puño sí se ve”, “el pueblo unido, jamás será vencido”, y las consignas que, a pesar de las distancias en calendarios y geografías, siguen siendo las mismas, porque abajo sigue siendo de elemental principio la solidaridad. Si en movilizaciones anteriores del magisterio rebelde, la “ciudadanía” (ese término que oculta la desigualdad) se mostraba hastiada y molesta, ahora las cosas han cambiado.
Cada vez más son las familias que socorren a l@s maestr@s, los apoyan para sus viajes y marchas, se angustian cuando son agredid@s, les ofrecen alimentos, bebidas y refugio. Son familias que, según la taxonomía de la izquierda electoral, estarían “embrutecidas” por la televisión, “son come tortas”, “están alienadas”, “son acarreadas”, “no tienen conciencia”. Pero al parecer, la descomunal campaña mediática en contra del magisterio que resiste, ha fracasado. El movimiento de resistencia contra la reforma educativa se ha convertido en un espejo para cada vez más gente-gente (es decir, no la de organizaciones sociales y políticas, sino gente común). Como si se hubiera despertado un sentimiento colectivo de urgencia ante la tragedia que viene. Como si cada golpe de tolete, cada bomba de gas, cada bala de goma, cada orden de aprehensión, fueran consignas elocuentes: “hoy la ataco a ella, a él; mañana iré por ti”. Tal vez por eso, detrás de cada maestro hay familias enteras que simpatizan con su causa y con su lucha.
¿Por qué? ¿Por qué un movimiento que ha sido ferozmente atacado por todos los frentes sigue creciendo? ¿Por qué, si son “vándalos”, “holgazanes”, “terroristas”, “corruptos”, “opositores-al-progreso”, mucha gente de abajo, no poca de en medio, y hasta alguna de arriba, saluda, así sea a veces en silencio, al magisterio que defiende lo que cualquier persona defendería?
.- “La realidad es mentira”. Así pudo haber cabeceado su nota el diario chiapaneco mal llamado “Cuarto Poder” (un medio nostálgico por la época de fincas y señores de horca y cuchillo) cuando “denunciaba” que era falsa la fiesta popular que, el pasado 9 de junio y en las calles de Tuxtla Gutiérrez, capital del suroriental estado mexicano de Chiapas, se celebró en apoyo al magisterio en resistencia. Parachicos, danzantes, musiqueros, trajes tradicionales, personas en sillas de ruedas, marimbas, tambores, pitos y flautas, lo mejor del arte zoque y miles de personas saludando la resistencia de l@s maestr@s. Del “éxito” de la guerra mediática contra la CNTE da cuenta una pancarta que rezaba “Gracias maestro, por enseñarme a luchar”. Otra más señalaba: “No soy maestro, pero soy chiapaneco y estoy contra la reforma educativa”.
Pero la que molestó a los directivos de “Cuarto Poder” fue la que decía, palabras más, palabras menos: “Si al güero Velasco lo ponen a gobernar en el desierto, en unos meses escaseaba la arena”.
.- Pues, a más de 3 años de que se promulgara la presunta “reforma educativa”, el señor Nuño todavía no puede presentar algún argumento educativo, así sea mínimo, a favor de su “programa de ajuste de personal”. Sus argumentos han sido, hasta ahora, los mismos de cualquier capataz de la época porfirista: gritos histéricos, golpes, amenazas, despidos, encarcelamientos. Los mismos que emplearía cualquier triste y gris aspirante a policía posmoderno.
.- Ya los golpearon, ya los gasearon, ya los encarcelaron, ya los amenazaron, ya los despidieron injustamente, ya los calumniaron, ya decretaron de facto el estado de sitio en la Ciudad de México. ¿Qué sigue? ¿Qué los desaparezcan? ¿Qué los asesinen? ¿En serio? ¿La reforma “educativa” nacerá sobre la sangre y cadáveres de maestras y maestros? ¿Van suplir los plantones magisteriales con plantones policíacos y militares? ¿Los bloqueos de protesta por bloqueos con tanques y bayonetas?
.- Lecciones para Nuño sobre Terrorismo. La toma de rehenes (que eso y no otra cosa es la detención de miembros de la dirección de la CNTE), en cualquier terrorismo (el del Estado y el de sus espejos fundamentalistas) es un recurso para forzar un diálogo y una negociación. No sabemos si allá arriba se han dado cuenta o no, pero resulta que la otra parte (el magisterio) es quien busca el diálogo y la negociación. ¿O la SEP ya se afilió a ISIS y toma rehenes sólo para sembrar el terror?
.- Hay una anécdota que circulaba entre los servicios de inteligencia gubernamentales de las grandes potencias. Dicen que, para ganar la batalla mediática en la guerra contra Vietnam, los servicios de inteligencia norteamericanos creaban, ésa es la palabra, escenarios de victorias rotundas, de la creciente debilidad del enemigo, de la fortaleza moral y material de las tropas propias. Porque resulta que la estrategia llamada “ganar mentes y corazones”, que inicialmente estaba destinada a librarse en Vietnam, tuvo que librarse en las calles de las grandes ciudades de la Unión Americana. Después de ese abril de 1975 -que recordaba la derrota en Playa Girón, en la Cuba digna, en el mismo mes, pero de 1961-, un funcionario norteamericano dijo: “el problema es que fabricamos tantas mentiras para los medios que acabamos por creerlas nosotros mismos. Creamos una escenografía de victoria que ocultaba nuestro fracaso. Nuestra propia estridencia evitó que escucháramos el estrépito de nuestro derrumbe. No está mal mentir, lo malo es creerse las propias mentiras”. En fin, es claro que nosotras, nosotros, zapatistas, no sabemos mucho de medios de comunicación, pero en nuestra humilde opinión, es mal negocio poner, al frente de la campaña mediática de una privatización descarada, a un capataz triste y gris que quiere ser policía.
.- Iniciar a la niñez en los primeros pasos a la ciencia y el arte, eso es lo que hacen los maestros, maestras y maestroas.
Doy fe.
Maiu-Guau.

#Oaxaca – Maestros y población resisten ataque de la Policía Federal en Nochixtlán


Nochixtlán, Oaxaca.  La Policía federal enfrentó esta mañana de domingo al magisterio disidente de la #CNTE y a la población en general, con armas de fuego, balas de goma, gases lacrimógenos y vuelos rasantes, con el fin de desalojar el bloqueo carretero que mantenían desde hace siete días en Nochixtlán.

Maestros y padres de familia resisten con piedras, palos y cohetes, pero la fuerza pública se sigue imponiendo incluso con balas, por lo que trascendió que por lo menos hay un muerto (informa la revista Proceso) y decenas de heridos. La población hasta el mediodía se mantenía resguardada.
En redes sociales circulan videos y fotografías del  enorme operativo policiaco, en las que observa a decenas de heridos de la población civil.
De último momento se confirma la muerte de dos personas en el ataque policiaco a la población de  Nochixtlán 
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“De Cutral-Co a Puente Pueyrredón”, de Mariano Pacheco, se presenta en Córdoba, Alta Gracia y Buenos Aires

A 20 años de la pueblada de Cutral Có, y a días de un nuevo aniversario de “La Masacre de Avellaneda”, la editorial El Colectivo reeditó el libro “De Cutral-Co a Puente Pueyrredón”, de Mariano Pacheco, ensayista y comunicador radicado en Córdoba.



LAS PRESENTACIONES
Martes 21 en Córdoba

El autor conversará con la periodista Fabiana Bringas, desde las 18 horas en la Casa de los Trabajadores (Fragueiro 237), en una actividad que se enmarca en la “Semana de Homenaje a Kosteki y Santillán”.

Miércoles 22 en Alta Gracia


En el marco de la visita de Leonardo Santillán (hermano de Darío Santillán) a la ciudad, el autor participará de una mesa de debate junto a periodistas y militantes sociales locales. Desde las 18 horas en la Casa de la Cultura Municipal (España 76).

Viernes 24 en Ciudad de Buenos Aires




La presentación se desarrollará en ADEMYS (Solis 823), desde las 18 horas. Contará con la presencia del autor, junto con el historiador Miguel Mazzeo y el politólogo Hernán Ouviña. Coordina: Carlos Aznárez (director del periódico Resumen Lationoamericano).
EL LIBRO
Publicado por El colectivo en 2010, “De Cutral-Co a Puente Pueyrredón. Una Genealogía de los Movimientos de Trabajadores Desocupados” se reeditó esta semana por la misma editorial, en el marco de su décimo aniversario. La salida de este, el primer libro de Mariano Pacheco, se produce también en el marco del 20 aniversario de la primera pueblada en Cutral Có, y a días de conmemorarse un nuevo aniversario de la denominada “Masacre de Avellaneda”, donde fueron asesinados los jóvenes militantes Maximiliano Kosteki y Darío Santillán (éste último compañero y amigo del autor).
El libro, precisamente, narra la historia del ciclo de luchas populares que se inicia en 1996 con las puebladas que cruzan de sur a norte al país (de Cutral-Co y Plaza Huincul a Tartagal y Mosconi), hasta mediados de 2003, pasando por las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 y la del 26 de junio de 2002. “Años intensos, decisivos”, según las palabras del epílogo escrito por Pablo Solana, militante y comunicador popular, también protagonista de esta historia.
Esta reedición contiene un nuevo prólogo, escrito por el historiador y ensayista Miguel Mazzeo, intelectual crítico vinculado a estas experiencias desde sus inicios, y también unas “palabras de presentación” redactadas por el abogado y escritor Esteban Rodríguez Alzueta, quienes por aquellos años conocieron al autor del libro.
Crónica y reflexión
“Entre el registro narrativo en el que Pacheco –con artes de buen narrador y destreza de investigador bien avezado – da cuenta de una y otra y las incrustaciones teóricas con las que va salpicando su relato y tramando al mismo tiempo un corpus de ideas y conceptos para pensar la política y la historia. Desfilan así por estas páginas textos y análisis de textos de Carlos Marx, Mao Tse Tung y Antonio Gramsci, de Ernesto Guevara, Frantz Fanon y Paulo Freire, pero también, abundantemente, de Friedrich Nietzsche, de Michel Foucault y de Gilles Deleuze. Y desfilan por supuesto los ecos de las viejas luchas sociales argentinas y las voces de algunos de sus protagonistas, entramadas junto con los audaces ensayos teóricos y militantes”, escribió Eduardo Rinesi en el prólogo para la primera edición. Allí,  el ensayista señala que en el libro “se van tramando al mismo tiempo, entonces, la historia de la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón, la crónica de una serie de sucesos que la tuvieron por protagonista fundamental, un relato de nivel más general sobre nuestra historia política presente y una teoría de la historia, de la política y también, por cierto, del presente. Una teoría que aprovecha, como queda dicho, los aportes de las grandes tradiciones del pensamiento crítico moderno y de diversos cuerpos de ideas locales y latinoamericanos, que acentúa el valor de la auto-organización, destaca la importancia de la participación deliberativa de los sujetos en las organizaciones que se van forjando en el desarrollo de sus luchas y celebra la forma de la asamblea como mecanismo ejemplar de organización de esas deliberaciones y de las reflexiones colectivas forjadas al calor de los acontecimientos, y que desconfía fervorosamente de las instituciones estatales, partidarias, sindicales y eclesiásticas, heterónomas respecto del pueblo y sus combates”.
Escritura y experiencia

Escribe el ensayista Miguel Mazzeo en el prólogo para esta segunda edición del libro:
“Mariano inició su práctica militante siendo un adolescente, mientras promediaba la ofensiva neoliberal y cuando el fracaso de las viejas narrativas y prácticas de la izquierda aparecía como notorio. De este modo, Mariano (como Darío) se fue amasando en el barro de una praxis que venía a romper amarras con la cultura política de izquierda previa: con el vanguardismo, el elitismo, el paternalismo, las lógicas super-estructurales, las prácticas delegativas, despóticas, etc. Una praxis que, entre otras cosas, reivindicaba el arraigo territorial de la política; el trabajo político molecular e intermitente; la pedagogía de los cuerpos solidarios en acción, la pedagogía que apuesta a la politización de las intervenciones cotidianas y que se preocupa por los procesos y no sólo por los resultados. Una praxis orientada a erradicar las subculturas de aparato para no quebrar artificialmente por arriba lo que espontáneamente (en ciertas condiciones históricas) se une por abajo. Una praxis cuyo mérito principal consistía en tratar, por todos los medios posibles, de infundir libertad en la necesidad. Una praxis que construye la legitimidad de una “conducción”, de un liderazgo. De este modo, Mariano desarrolló una predisposición a aceptar que las creencias y las prácticas podían cambiar en paralelo, bajo la presión de la experiencia colectiva. Supo detectar saberes políticos emancipatorios nuevos y, además de contribuir a gestarlos, con el oficio de escritor contribuyó también a sistematizarlos. Escribir porque se entiende. Entender porque se escribe. Una multiplicidad de lecturas –desordenadas, como corresponde– enriqueció su lenguaje y su pensamiento. Su mirada se tornó más escudriñante…”.
Sujetos de carne y hueso
Escribe Esteban Rodríguez Alzueta en las palabras de presentación del libro:
“En el libro de Pacheco los piqueteros no son abordados como objeto de estudio, pero tampoco son postulados como el sujeto privilegiado para organizar el protagonismo popular. Los piqueteros tienen nombre y apellido, discuten, viajan, se cagan de frio o de calor, toman mate, escuchan música, arriesgan y se equivocan y lo vuelven a intentar. Los piqueteros de Pacheco no escatiman en chicanas, ni mezquindades. Los piqueteros se parecen a nosotros. Están hechos con las mismas miserias, pero también con las mismas apuestas. Son ingenuos y astutos a la vez. Testarudos y permeables a otras influencias. Pacheco piensa a los piqueteros desde el riñón de la propia experiencia de lucha. Una lucha revisitada con sus contratiempos y contradicciones, que no pierde de vista la perspectiva de los propios actores involucrados en esas luchas; una lucha –insisto- que no tiene ningún problema en reconocer la confluencia tensa de trayectorias contradictorias que se fueron condensando en un proceso de una lucha donde se avanzaba y retrocedía siempre en zigzag”.
  
EL AUTOR
Ensayista y comunicador popular, vive en la actualidad en la ciudad de Alta Gracia, provincia de Córdoba. Nacido y criado en la Zona Sur del Conurbano, inició su militancia promediando la década del 90, cuando los estudiantes secundarios enfrentaron junto con docentes y estudiantes universitarios la Ley Federal y la Ley Superior de Educación impulsada por el entonces presidente Carlos Saúl Menem. De la mano de militantes de décadas anteriores se vinculó a experiencias territoriales y desde el año 2000 –junto con Darío Santillán– fue un activo partícipe del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) en Almirante Brown, organización social que integró la Coordinadora Aníbal Verón. Luego, desde 2004, participó de la fundación del Frente Popular Darío Santillán, movimiento político que dejó de integrar una vez radicado en Córdoba. En la actualidad, en la provincia mediterránea, coordina talleres de formación y aporta en tareas de comunicación popular de organizaciones sociales autónomas.
Autor de los libros “Montoneros silvestres (1976-1983). Historias de resistencia a la dictadura en el sur del conurbano (Planeta, 2014)”; “Kamchatka. Nietzsche, Freud, Arlt: ensayos sobre política y cultura (Alción, 2013)”; Darío Santillán, el militante que puso el cuerpo (Planeta, 2012, en co-autoría con Ariel Hendler y Juan Rey).
Desde sus comienzos participa del Portal de Noticias Marcha y colabora con frecuencias en las revistas Deodoro, Sudestada y Me contó el Viejo Antonio, además de los portales Contrahegemonía, Colombia Informa, Resumen Latinoamericano y el blog Lobo suelto! Ha colaborado también con las revistas Rumbos, Los Inrockuptibles, La Pulseada, Acontecimiento, Herramienta y El río sin orillas. Algunos de sus ensayos fueron publicados en los libros “Reflexiones sobre el poder popular” (El Colectivo) y “Socialismo de Abajo” (editorial Herramienta). En la actualidad conduce semanalmente el programa “La luna con gatillo: una crítica política de la cultura”, que se emite por www.eterogenia.com.ar, la radio del Centro Cultural España-Córdoba. Su blog personal es www.profanaspalabras.blogspot.com.

ContactosE-mail: cronicasmenores@gmail.com- 
Facebook: mariano pacheco. 
Twitter: @PachecoenMarcha. 
Celular: (0351) 15-8140576.

La ruta sagrada// por Irene Adler


Como cada noche, luego del último rezo nocturno, Rosalía, la hermana superiora se clava un alplax para poder dormir. Pero esta vez pasó algo fuera de lo común. Un mensajero divino con una importante donación la sacaría del séptimo sueño cerca de las 3 de la madrugada. El mensajero le explicaría exaltado que debía enterrar esa misma noche las 160 bolsas que traía en su auto. La anciana de 94 años, lo seguía en camisón de un lado a otro sin terminar de entender lo que pasaba.

Alertado por los ruidos y movimientos, Jesús, un repartidor de pollos amigo de la gorra, llamó al 911. La superiora, que en el apuro no llegó a ponerse los lentes y todo lo veía un tanto borroso, no salía de su asombro al ver la cantidad de bolsas desparramadas por el patio del convento como caídas del cielo. Mientras, el trasnochado donante, fusil en mano corría de un lado a otro, buscando una pala para cavar un pozo. Dos patrulleros se hicieron presentes. El hombre de las bolsas, corrió para treparse por el muro lateral del convento y en medio de la oscuridad,  se llevó puesta una planta de camelias. Cayó al piso y todo embarrado comenzó a gatear buscando su fusil de asalto. ¡Me quieren robar y este dinero es para la obra divina! gritaba, estaba fuera de sí, como poseso. La monjita divagaba, aún no distinguía entre sueño y realidad.
La fiscal a cargo de esta insólita investigación se hizo presente esa madrugada, acompañada por un séquito de jóvenes judiciales y de uniformados, dispuestos a tomarle declaración a la hermana superiora, la principal testigo. Se ubicaron todos en la sacristía- un poco amontonados-  pero el único lugar calefaccionado del convento. Por detrás de las ventanas se podían ver los rostros curiosos de las demás monjitas, que entre la risa y el espanto, no podían despegar la ñata del vidrio para no quedarse afuera de los acontecimientos.  Algunas se persignaban, otras apretaban con fuerza sus rosarios y en la solemnidad de la declaración, mientras la fiscal leía los artículos del código que penan el falso testimonio, un coro de padres nuestros y ave marías resonaban como mantras en la sacristía. Rosalía tartamudeaba, intentaba armar un relato coherente. Se concentraba. Se acordaba  de la pastilla que ahora no recuerda si la tomó, del timbre sonando sin parar, de las bolsas o los pollos que caían, del ruido de las sirenas y  el hombre que la zamarreaba sin parar y le decía que no había hecho nada malo. La fiscal trataba de reconstruir la escena pero el coro incesante de rezos fue un viaje directo a su adolescencia cuando participaba del Movimiento Eucarístico Juvenil en el Colegio Nuestro Sagrado Corazón del Niño Jesús.  En esos tiempos se debatía entre seguir la vida religiosa o la vía judicial.  Invadida de recuerdos, se abrazó fuertemente a Rosalía que a esta altura había perdido el rumbo absoluto de lo que estaba viviendo y le dijo, “hermana,  las dos hemos sido llamadas a cumplir una misión en esta vida”.  Los judiciales tomaban nota y los uniformados se disponían a contar la guita.

Por la mañana, ya más despierta, y mientras la policía contaba la guita, la superiora habló por la radio y dio su versión publica de los hechos. «Me van a robar. Porque yo robé dinero para venir a ayudar acá»  le habría dicho el hombre de las bolsas. La monjita habló de él como un “hombre muy bueno, que una vez por año se acercaba a colaborar al convento pero nunca con plata”.

Al mediodía, mientras la policía seguía contando la guita, se conoció un comunicado oficial del arzobispado en el que, lavada de manos de por medio, se aclaraba -por suerte y para alivio de muchos y muchas  creyentes – que las monjas misioneras, Orantes y Penitentes de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, pertenecen a una Asociación Privada de fieles, cuyo gobierno sería autónomo.  

A la tardecita, mientras la policía seguía contando la guita, la hermanita superiora, cansada del ajetreo policial en el convento, se sentó como cada tarde a tomar su té con leche con una bola de fraile, prendió la televisión para distraerse, y no tuvo mejor idea que poner TN. Ahí contaban sobre el ex arzobispo fallecido (que Dios lo tenga en la gloria)  guía espiritual de Dí Vivo, quien se había retirado en 2007 y desde entonces residía en el monasterio de las Monjas Orantes y Penitentes de Nuestra Señora del Rosario de Fátima. Rosalía, recordó momentos felices, como aquellos días de campo compartidos con Dí Vivo, el día que subió por primera vez al Fatimóvil que él les había regalado- una lujosa  camioneta que transporta la imagen de la virgen de Fátima cuando hay festividades religiosas- o aquellos días de incesantes lluvias que hacían imposible movilizarse por las calles de tierra y las hermanitas tuvieron que salir en el Fatimóvil para ir al Coto de General Rodríguez.

Los policías no terminaban de contar la guita cuando Rosalía se disponía para la misa vespertina y  se imaginaba todo lo que podrían haber hecho con tanta plata. Por ejemplo: ponerle aire acondicionado al Fatimovil, cambiarle las cuerdas a las guitarras criollas, afinar el órgano de la parroquia, comprar velos nuevos para las hermanitas y así tirar los remendados una y otra vez. También podrían, pensaba la monjita, ponerse netflix.

Pero dejemos de lado las pistas religiosas, y mientras la policía termina de contar la guita, pasemos a la real politik. Fueron muchos los que hicieron alegorías sobre sacar las manzanas podridas, mientras  ellos mismos salían del cajón «Cada uno va a tener que rendir cuentas de sus actos y el que tenga el culo sucio va a tener que dar un paso al costado» dijo envalentonado, Enrique «el antiguo».  Otra voz que se escuchó ese martes de súper acción fue la de Octavius, que cansado de ser víctima de bullying por su romance con Cinderella, salió rápidamente a tomar partido en el asunto. Lo hizo con una necesaria autocrítica, muy dolorosa de escuchar para los compañeros y compañeras peronkistas: “me da vergüenza haber cantado la marcha peronkista con él”, expresó.

Y mientras la policía seguía contando la guita, la hermanita superiora subió el volumen de la televisión  para escuchar con claridad la picante y reveladora declaración de este joven y visionario político: «¿Saben por qué perdimos las elecciones? Por los hombres de las bolsas”. La monjita se levantó, caminó unos pasos, balbuceó entre dientes y se sentó junto a la policía a terminar de contar la guita. 

La batalla de Oaxaca // Gustavo Esteva

No es una más de las muchas guerras oaxaqueñas. Es parte de una guerra mucho más profunda y extensa, que ni siquiera se contiene en el territorio nacional. Pero la batalla que se está librando en Oaxaca tiene un significado especial en esa guerra, en la gran guerra.
Es una batalla largamente anunciada. En Oaxaca se sabía que muchos aspectos de la confrontación en curso se estaban posponiendo por las elecciones. Era evidente que después de éstas arreciarían los golpes, las provocaciones, el asalto final. Comenzaron por todas partes los preparativos.
El 14 de junio todo Oaxaca estaba recordando. Era la memoria contra el olvido: el escenario de hoy parecía espejo fiel del de hace 10 años. Veíamos de nuevo la misma película: la movilización magisterial, el plantón en el zócalo, las marchas, las exigencias del magisterio, una feroz campaña mediática… Y las autoridades apostando de nuevo, como entonces, al desgaste de la sección 22; a la irritación creciente de los ciudadanos; al temor de la gente por la violencia y la pérdida de ingresos y empleos…
La marcha que este 14 de junio llegó al zócalo oaxaqueño expresaba los sedimentos de la experiencia. A lo largo de casi 10 horas, al lado de los maestros acampados en su plantón, muy diversos sectores expresaron creativamente las formas en que la memoria inspira hoy la acción.
El Espacio Civil es una articulación nueva de colectivos, organizaciones y grupos de muy diversas características, que retoma la experiencia de 2006 para darle formas nuevas. Su pronunciamiento Diez años construyendo nuevos caminos se formuló en el marco de la violencia gubernamental para imponer la mal llamada reforma educativa y en el marco de una ejemplar resistencia magisterial y popular, ante el riesgo inminente de que se redite la negra noche represiva que vivimos el 25 de noviembre de 2006.
La sociedad civil oaxaqueña se pronunció con firmeza por la necesidad de aprender de 2006 para cerrar un ciclo que nos dejó llenos de heridas y dolores y para abrir nuevas etapas de lucha en que no cometamos las mismas equivocaciones y asimilemos las enseñanzas positivas del movimiento.
Hoy que diversos pueblos luchan en defensa de su territorio, contra la minería, las eólicas, por el respeto a su autonomía y a sus usos y costumbres, a su cultura, por el cuidado de sus recursos naturales, sus bosques, el agua y la biodiversidad, hoy consideramos necesario avanzar en la construcción de una agenda común que unifique a maestras, maestros, colonias, pueblos, jóvenes, mujeres, adultos en plenitud, a todas y todos los que aspiramos y estamos dispuestos a luchar por un Oaxaca y un México mejor.
Al iniciar una Jornada de Reflexión 2006-2016, el Espacio Civil hizo un llamado a fortalecer el movimiento magisterial y las luchas de colonias, comunidades y pueblos para echar abajo la reforma laboral disfrazada de reforma educativa y las reformas estructurales y para detener la represión. Sólo juntos, subrayó, lograremos la libertad de nuestras presas y presos políticos, la presentación con vida de nuestros desaparecidos y que no se vuelva a repetir una larga noche de represión y dolor en contra del magisterio y de las colonias y pueblos de Oaxaca.
Desde ese día empezaron a bloquearse los caminos. En Nochixtlán y en el Istmo la gente salió a la calle para cerrar el paso a los camiones llenos de policías militarizados que se dirigían a la ciudad de Oaxaca, a cuyo aeropuerto empezaron a llegar en aviones. Muchos miles de personas, de todos los sectores de la sociedad, nutrieron y respaldaron los bloqueos y empezaron a tejer la solidaridad.
En la tarde del sábado, el Centro de Derechos Humanos Tepeyac, del Istmo de Tehuantepec, y la Red de Defensoras y Defensores Comunitarios de los Pueblos de Oaxaca emitieron un comunicado en que consideraron absurda y sin sentido la respuesta del gobierno federal a la protesta social. Plantearon que la escalada de violencia exhibe a una clase política que busca perpetuarse en la lógica del poder y la confrontación, en vez de propiciar espacios de diálogo que abran cauces a esta fracturada democracia. Al mismo tiempo, apreciaron la sabiduría de mujeres y hombres de los pueblos, colectivos y grupos emergentes al proponer una resistencia creativa, ponderando el sentido de la vida y la construcción de una sociedad justa.
Oaxaca está ardiendo. Hay conciencia clara del momento de peligro. Por eso, desde todos sus rincones, se apela hoy al coraje, tanto al que expresa la indignación moral que comparte un número creciente de personas como el que significa valor, entereza, capacidad de caminar con dignidad y lucidez en estos tiempos oscuros. La batalla acaba de comenzar.

Pronunciamiento contra la represión en Oaxaca // Asamblea de mexicanxs en Argentina

 
Buenos Aires, 20 de junio de 2016
Las personas y organizaciones sociales abajo firmantes exigimos un alto a la represión que el gobierno mexicano instrumenta contra las manifestaciones convocadas por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que protesta en contra de la Reforma educativa impulsada por el Presidente de México Enrique Peña Nieto.
Desde Buenos Aires, Argentina, miramos con muchísima preocupación lo que está ocurriendo en México, específicamente los hechos acontecidos el 19 y 20 de junio en el Estado de Oaxaca, donde la represión de la Policía Federal ha dado como resultado, hasta ahora, alrededor de ocho personas asesinadas y un número aún indeterminado de personas desaparecidas, heridas y detenidas. Así como detenciones y hostigamiento policial hacia las movilizaciones que en el Distrito Federal y en Chiapas se han hecho en solidaridad.
Nos encontramos consternadxs por la cantidad y la sistematicidad de violaciones a los DDHH contra el pueblo de México, por lo que hacemos un llamado enérgico al gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto para que cese al hostigamiento policial y mediático contra el magisterio mexicano y contra las movilizaciones que encabeza la CNTE. El uso de armas de fuego contra movilizaciones sociales es signo de un estado totalitario. Asimismo hacemos un llamado urgente al diálogo, donde se puedan reconocer las justas y dignas demandas del movimiento magisterial. Repudiamos la violencia estatal como forma de resolver el conflicto social.
Exigimos la aparición con vida de las personas desaparecidas, la liberación de lxs detenidxs y la cancelación de las órdenes de aprehensión que han sido giradas contra los y las referentes del movimiento magisterial. Exigimos que se garantice la seguridad física y mental de todos y todas las participantes en las movilizaciones.
También enviamos un saludo a las mujeres y hombres combativos en México, que defienden el derecho a la educación pública y gratuita, a un trabajo digno y su derecho a la protesta.
Mandar adhesiones inbox:
o a

Adhesiones:
Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora
Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos
Asamblea de Mexicanxs en Argentina
Equipo de Educación Popular Pañuelos en Rebeldía
Frente Popular Darío Santillán
Red de Solidaridad con Chiapas Buenos Aires
Confluencia Movimiento Popular La Dignidad – Movimiento Tupaj Katari
Equipo Argentino de Trabajo e Investigación Psicosocial
Liberpueblo
Frente Popular Darío Santillán –Corriente Nacional
CORREPI
CTA Autónoma
A.T.E. (Asociación Trabajadores del Estado) Seccional Gran Buenos Aires Sur
FUBA – Federación Universitaria de Buenos Aires
Resistencia Qom
Resumen Latinoamericano, Director Carlos Aznárez, periodista.
Movimiento Popular Patria Grande 
Instituto de investigación y experimentación política
Tinta Limón Ediciones
Centro de Formación Profesional 24 – CABA
Cazona de Flores
Lobo Suelto!
Corriente de Organizaciones de Base La Brecha
Servicio Paz y Justicia-Argentina
CEFYL – Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras, UBA
Ademys, Sindicato docente de CABA
Colectivo La Tribu
La Brecha
Campaña Nacional Contra las Violencias Hacia las Mujeres
Congreso de los Pueblos de Colombia
Uruguayxs en la Argentina por los Derechos Humanos
Movimiento Político y Social Marcha Patriótica – Capítulo Argentina
Movimiento 138. Colectivo de Resistencia cultural (Paraguay/Argentina).
Red de Formación Docente y Narrativas Pedagógicas
Juventud del PTS
Agrupación Educadores en el Proyecto Nacional y Popular de Avellaneda
Convergencia Socialista de Combate
Comisión directiva Centro de Estudiantes 103 de Villa Urbana.
Defensorías de Género
Cultura en Movimiento Brown
Comisión de Vecinos por Campomar
Lista Blanca Negra Violeta
ATE Desarrollo Social de Nación
MTR 12 de Abril – Corriente Pueblo Unido
Federación de Organizaciones de Base (FOB)
Movimiento Estudiantil Liberación y del Movimiento Patriótico Revolucionario Quebracho
Esfera Común
Asociación de Graduados en Ciencias de la Educación (AGCE)
CTA Río Negro
Agrupación VIOLETA de UnTER
Corriente Político-Sindical “Rompiendo Cadenas”
Organización Política HOMBRE NUEVO
Grupo musical La Insurgencia del Caracol
Democracia Socialista
La Emergente
El Avispero
Organización Estrella Roja
América Profunda. Productora de contenidos comunitarios
Asociación del Magisterio de Santa Fe delegación Rosario
CEFFYB – Centro de Estudiantes de Farmacia y Bioquímica, UBA
CEV – Centro de Estudiantes de Veterinarias, UBA
Ronda de pensamiento autónomo Buenos Aires
ATE Seccional Alte. Brown-Presidente Perón
Movimiento Universitario de Izquierda (MUI)
Junta Interna de ATE del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA)
Comisión directiva del SUTEBA Matanza
Convergencia Socialista
H.I.J.O.S Zona Oeste
Escuela Popular de Psicología Social “Vicente Zito Lema”
CADEP
MST- Nueva Izquierda
TPR
CUBA-MTR
Corriente Sindical Carlos Fuentealba
Izquierda Socialista -FIT
CePro DH
Agrupación Provincial Víctor Choque de ATE
ATE Desde abajo ADA
Nuevo M.A.S
PRML
Izquierda Revolucionaria
Colectivo Hombre Nuevo
Partido Comunista Argentino
MRT 12 Abril
Corriente Pueblo Unido
AGD UBA
APEL
Partido de la Revolución y el Comunismo PRC
Movimiento Barrios de Pie
ATE Seccional Gran Buenos Aires Sur
Convergencia Socialista La Verdad
Federación Juvenil Comunista
Sindicato Argentino de la Manufactura del cuero
Quemecontas. Colectivo de trabajadorxs del Ministerio de Hacienda y Producción
Coordinadora de Unidad Barrial- Movimiento Teresa Rodríguez CUBA MTR
Acción por la Biodiversidad
MPL
Casa de la Cultura Los Compadres del Horizonte
Suteba Bahía Blanca
CTA Bahía Blanca –Dorrego
Partido del Trabajo y el Pueblo PTP
Partido Comunista Revolucionario PCR
Convergencia de las Culturas Argentina
La Boca Resiste y Propone
ATE delegación Hospital Garrahan
Asamblea de trabajadores y trabajadoras del Ministerio de Hacienda
Asociación de Derechos Humanos Cañada de Gómez
Sociedad de Resistencia Oficios Varios Lomas de Zamora
Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CEPRODH)
Corriente docente 9 de Abril- Lista Marrón
Bachillerato Popular Independencia
Las Rojas – Nuevo Mas – Conducción del Centro de Estudiantes de Ciencias de la Educación – UNLU – Sede Regional San Miguel.
ADHESIONES PERSONALES:
Nicolás del Caño, ex candidato a presidente por el Frente de Izquierda
Myriam Bregman, Diputada Nacional, PTS/FIT
Nathalia González Seligra, Secretaria de DDHH del SUTEBA La Matanza
Ariel Iglesias, Secretario de Organización del SUTEBA La Matanza
Alicia Navarro Palacios, Secretaria de DDHH de ADEMyS
Marilina Arias, Consejo Directivo Ademys
Federico Puy, Congresal de UTE-CTERA
María DiazRck, Secretaria de Prensa de SUTEBA La Plata
Laura Champeau, Secretaria de Formación Politica y Sindical del SUTEBA Ensenada
Gabriela Macauda, Secretaria Gral. Adjunta del SUTEBA Tigre
Cecilia Galland, Secretaria de Turismo y Acción Social del SUTEBA Tigre
Marisa Damiani, Secretaria de Turismo y Acción Social del SUTEBA Quilmes
Carlos Torres Musante, CES SUTEBA Quilmes
Brenda Hamilton -Presidenta del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras
Lucia Battista Lo Bianco – Consejera estudiantil de la Facultad de Filosofía y Letras
Facundo Gómez – Consejero estudiantil de la Facultad de Filosofía y Letras
Fabio Oñiativia- Consejero estudiantil en la Junta de Historia (UBA).
Sofía Achigar – Consejera estudiantil Facultad Cs. Sociales UBA
Leo Deza – Secretario General Centro de Estudiantes Ciencias Sociales UBA
Ignacio Borelli – Consejero estudiantil Junta de Carrera de Comunicación, Facultad de Sociales UBA
Camila Marful Martínez – Consejera estudiantil Junta de Carrera Trabajo Social, Facultad de Sociales UBA
Celeste O`Higgins – Consejera estudiantil Junta de Carrera Sociología, Facultad de Sociales UBA
Melina Michniuk – Consejera estudiantil de la Facultad de Psicología
Paula Freddi, conducción Centro de Estudiantes de Visuales (UNA)
Gabriel Roizman
María Laura Santamartina.
Sabrina Rascovsky
Aldo Casas, antropólogo, revista Herramienta.
Gabriela Silinger
SofiaCasalis
Flavia Cornelig
Beatriz Amor-Vicepresidente APDH La Costa-Bsas-Argentina
Nicolás Falcoff
Nadia Paola Fernández. Docente de nivel Inicial
Rubén Ortiz Secretario General MPL
Delia Ramírez. Investigadora (UNSAM). Militante del Movimiento 138. Colectivo de resistencia cultural (Paraguay/Argentina)
Laura García Tuñón ex diputada y ex dirigente de la Unión de Trabajadoras/es de la Educación
Hernan Moreno. Sociólogo. Docente F.soc. UBA
Lucila Edelman, EATIP
Victoria Azzarita Fotógrafa independiente
Claudia Bacci Socióloga UBA
Vanessa Xiomara ArciniegasDiaz
María Scafati. Artista argentina
Evangelina Patricia Patagua UNJU- CONICET
Mario Hernandez. Periodista y escritor
Alberto Sladogna
Graciela de Marinis
Aminta Espinoza Ulloa Felix
Juan Manuel Galvis Zuluaga
Luciano Gabriel Prestia
Axel Herrera Olvera. Docente- San Juan, Argentina
Bruno Carlo
Noemí Ciollaro
Sebastián Touza, Profesor, Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina
Ximena Espeche Investigadora y docente, UBA-CONICET. Buenos Aires, Argentina
Edgar Canevari
Paula Daniela Bianchi UBA-FFyL-/UNDAV
Luciana Messina, docente-investigadora UBA-CONICET, Argentina
Mercedes Cabanillas, arquitecta UBA
Irene Lulo, Licenciada en Letras UBA
Paula Ferreyra docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA

Clinämen: ¿Qué pasa con las elecciones en Perú?

Conversamos con Víctor Miguel, del Movimiento Sembrar, parte del Frente Amplio de Izquierda en Perú. Las elecciones en Perú. Derechizaciones latinoamericanas. Apoyar al menos malo en el ballotage. La popularidad del fujimorismo. El lugar de las izquierdas.

Censura de Operación Chacabuco.



Intento de Censura a un libro de investigación histórica: Operación Chacabuco. Peronismo ortodoxo, dictadura, indultos de Juan Chazarreta (colección Autonomía, ed. Quadrata), con prólogo de Bruno Napoli.
La crónica:

A mediados de abril de este año (2016) llegaron varias cartas documento al domicilio de editorial Quadrata (dirigidas a Juan Chazarreta, Bruno Napoli, editorial Quadrata, y diseñadores de tapa del libro). La misiva convocaba para el día 29 de abril de 2016,  a una audiencia de mediación por supuestos “daños y perjuicios” que le habría producido el libro Operación Chacabuco a uno de los mencionados: Julián Domínguez (ex intendente de Chacabuco, ex ministro de la nación, ex presidente de la Cámara de Diputados de la Nación).  Su abogado y representante es el Dr. Eduardo S. Barcesat.

La editorial solo pudo dar cuenta del autor, Juan J. Chazarreta, y del responsable de la edición de contenidos fue Ariel Pennisi, curador de la obra y encargado de la idea, diseño y demás formatos técnicos, además de ser codirector de la colección Autonomía. Sobre el resto, al momento de la primera audiencia, el abogado de la editorial no contaba con información.

Anoticiado, el autor del libro, Juan J. Chazarreta (quien, si bien es oriundo de Chacabuco, vive Santiago del Estero como militante del MOCASE-VC) viajó a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para hacerse presente en la audiencia. Los abogados por la parte del autor fueron Oscar Rodríguez (Equipo Jurídico del MOCASE-VC y miembro de la APDH) y Rodolfo Baque.


1º audiencia de Mediación.

El día de la audiencia, el ex diputado Julián Domínguez no se presentó; su abogado tenía un poder para representarlo. La parte demandada decidió retirarse no aceptando diálogo alguno dentro de la formalidad de la audiencia, hasta que Domínguez no se hiciera presente. La mediadora propuso una nueva mediación con fecha 27 de mayo. De todos modos, se tensó un debate entre los abogados del autor y Barcesat, abogado de Julián Domínguez, quien dio a entender que el “problema” estaba en el prólogo y la contratapa, y solicitó que la pregunta retórica presente en el prólogo y plasmada en la contratapa debía ser cambiada. (“¿Qué relación guarda el comisario torturador Miguel Etchecolatz con la interna peronista de los años ´70, o el Batallón 601 con el ex diputado nacional Julián Dominguez, o el asesino Juan Domingo López con el ex vicepresidente de la nación Eduardo Duhalde? Pues, todos los caminos conducen a la ciudad de Chacabuco, en la provincia de Buenos Aires. Y el libro que aquí se nos presenta, logró, con rigurosidad historiográfica, demostrar cómo estos caminos se cruzan”-fragmento del prólogo ubicado en la contratapa). La información volcada en el capítulo correspondiente, que relata la vinculación entre Julián Domínguez y el ex agente del Batallón 601 Joaquín de Anchorena, fue reconocida incluso por la parte querellante. También se pidió un cambio en el “diseño” de la contratapa. Los Dres. Rodríguez y Baque (por la parte de Chazarreta) reafirmaron su postura de no dialogar sin la presencia del denunciante (Julián Domínguez) y pidieron previo aviso si en la próxima audiencia el querellante no habría de presentarse.
2º audiencia de mediación

El día 27 de mayo se presentó nuevamente Juan J. Chazarreta (autor del libro) con sus abogados, Rodríguez y Baque; también se presentaron, por su propia voluntad y por ser aludidos en las consideraciones del abogado del denunciante (pues sostienen que el problema ya no es el libro sino el prólogo y el arte de contratapa, como el propio Julián Domínguez dejó trascender en una nota periodística en un diario de Chacabuco) Bruno Napoli (autor del prólogo) y Ariel Pennisi (editor y curador). Nuevamente, el ex diputado nacional Julián Domínguez no se presentó, dejando en manos de su abogado Eduardo Barcesat su posición.  La parte demandada nuevamente se negó a avalar la mediación hasta tanto no se presentara el denunciante. A pesar de que no hubo audiencia, E. Barcesat insistió en el cambio del prólogo, y ante la negación rotunda de su autor, Bruno Napoli, el letrado pidió –esta vez informalmente, ya que la audiencia había quedado descartada– que “por lo menos” se ofrezca un texto de alcance público dando cuenta de las razones por las cuales el nombre de su defendido aparece en la contratapa del libro y en el prólogo (¿una suerte de justificación o incluso disculpa por el prólogo?). Claramente, este pedido también fue rechazado. Ahora solo resta esperar la decisión de la parte denunciante, que tiene dos opciones: desestimar la denuncia por inconsistente, o continuar la vía legal e ir directamente a juicio.
Últimas Noticias.

El sábado 18 de junio de 2016, Eduardo Barcesat dio una charla sobre Derecho en la casa peronista de Chacabuco. Estuvo acompañado por Julián Dominguez. Al final, hablaron del libro “Operación Chacabuco” donde nuevamente no contaron todo lo sucedido, pues no aclaran por ejemplo que Julián Dominguez, por segunda vez falta a la mediación, haciendo viajar a Juan Chazarreta desde Santiago de Estero, donde pasa la mayor parte del año, pues milita en el MOCASE;  o por ejemplo dice que el responsable de la tapa y contratapa no se presentó, cuando es falso, pues si se presentó, pero se retiró al estar otra vez ausente Julián Dominguez, con quien queremos hablar personalmente alguna vez.
  
El libro Operación Chacabuco cuenta, hasta el momento, con las siguientes adhesiones:
Silvina Giaganti (Integrante de la comisión de Trabajo por la reconstrucción de Nuestra identidad)
*CECIM (Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas La Plata)
*CEVECIM (Centro el Veterano Ex Combatiente Islas Malvinas Berisso)
*ACOMADEH (Asoc. Combatientes de Malvinas por los DDHH)
*Nora Cortinas
*Osvaldo Bayer
*APDH La Plata
*APDH Mesa Nacional *MOCASE-VC *MNCI-VC
*Comisión Memoria y Justicia de Chacabuco

Fiesta de pulseritas turquesas // Lucas Paulinovich

El Monumento está vallado. No se ve, no se puede llegar. Vallas y barreras de gendarmes por todas las esquinas, escudo con escudo, los palos cruzados cerrando el paso. Segunda visita del presidente. Antes, había estado en el inicio del ciclo lectivo en un acto formal en la Facultad de Derecho y otro en la Bolsa de Comercio. También hubo vallas. Ahora, la escala y el transcurso del año incrementaron la intensidad. La marcha de la Multisectorial contra el Ajuste llegó por la peatonal hasta el vallado que cortaba el paso antes de la plaza 25 de mayo.
El centro costero de la ciudad era un enorme terreno de movimientos de seguridad, palos, escudos, camiones hidrantes, prefectos y gendarmes “tortugas robóticos”, conteniendo, repartiendo, secos, enfrentados. En la costa, desde dónde se ve la explanada en la que descendió el helicóptero que trajo a Mauricio Macri, quedó una zona despejada. Tras las rejas, se lo podía seguir al presidente. Ahí se amontonaron algunos pocos simpatizantes macristas gritando a coro con los que saludaban y festejaban desde los balcones que dan al río, cuando pasó en la camioneta hacia el Monumento. Por el otro extremo, en Rioja y Buenos Aires, se aglutinaban grupos cercados por los cinturones de Gendarmería.
El objetivo de ser puntal en la reconversión regional supuso desde el primer momento un enfrentamiento directo con los sectores organizados. Todos los actos de gobierno, toda la política, puede ser reducido a ese conflicto fundamental entre los que se organizan y actúan, obstaculizan, y los que se liberan al libre flujo de aspiración individual. Con ese minimalismo actitudinal el gobierno pretende saldar cualquier grieta. En esa parte de calle Belgrano, algunos celebran el operativo de seguridad que los dejó afuera, del otro lado de las vallas.   
Entrando a la ciudad, el clima cambia. En algunas cuadras, cuando se cruzan con la movilización atomizada los que van de un vallado a otro intentando pasar o salir del acto, hay algunos insultos. La estigmatización de la militancia repercutió en la intensificación de las violencias horizontales, las agresiones de ciudadanos-vecinos hacia los manifestantes, como una etapa previa a la intervención de las fuerzas de seguridad. Una integración entre las bases legales del consenso “manodurista” y el acuerdo común por el sacrificio que cruza todos los estratos sociales. El desorden es un problema. Aislar e identificar a los manifestantes genera códigos y un marco de situación para regular: el aval normalizador a los despidos, la criminalización y los castigos.    
Detrás de los cinturones de gendarmes, están los que no tienen la pulserita turquesa. Todos precisamente cifrados: militantes o ciudadanos que van a la fiesta cívica. Cada uno en su lugar, para cada uno su corral. La ciudad vallada es una expresión visual del manejo de los recursos en la gestión política-empresarial, un modo de gobierno que se pone a prueba. El perímetro marca los espacios, divide los ámbitos de acción. No son políticos, son cuadros empresariales asumiendo el deteriorado rol de la política. La dicotomía entre estimulación y alegría a la par del ejercicio del terror y la represión se abre en esa franja intermedia. Ahí, están los bordes en los que se permiten los excesos y son necesarios para sostener el montaje de la revolución de la alegría. La tranquilidad civil acordada con los factores de poder se festeja con la suelta de globos que le da color a esa nueva ciudadanía. Si la represión se llega a ver, se filtra, se difunde, que la imagen sea confusa, que no se sepa quién es el que desordena.
Los gendarmes están ahí para frenar. Más tarde van a pasar marchando por entre la muchedumbre que se formó en la esquina, como buscando un motivo, y reprimirán. Gendarme panameño, les gritaban. En esa misma esquina, unos minutos antes, le abrieron la cabeza al concejal Eduardo Toniolli. Los gendarmes pegan y retroceden. Desde la otra esquina, avanza otra columna de gendarmes para cerrar el paso desde atrás. La concentración se va dispersando. Desde el Monumento no se escucha nada.
Macrismo explícito en Rosario
La actividad que se gestó en la confluencia prebalotaje y la que se fue plegando con los efectos del primer semestre tiene nuevos desafíos: la gobernabilidad neoliberal tuvo una dimensión espacial el Día de la Bandera. Hay variables demográficas de las protestas, cómo y cuándo despiertan la respuesta represiva. Este 20 de junio, fue la primera reacción de los operativos de seguridad en movilizaciones, un después de los parques, las primeras concentraciones pasajeras y disgregadas, las marchas sectoriales, el 24 de marzo, el #Niunamenos, hasta la multitudinaria convocatoria del Movimiento Sindical Rosarino. Hasta ahora, la violencia era descargada desde los diversos mecanismos institucionales, distribuida en disciplinas cotidianas y vigilancia territorial, no con una lógica de enfrentamiento a las movilizaciones colectivas.
Por detrás de esa gobernabilidad neoliberal se sostiene la política como una dramaturgia televisiva. El espacio privatizado, publicitario, territorio de inversiones. Los individuos encerrados y lo social calculado según planillas de rating y hojas de cálculo, la obediencia a un Excel. Los dirigentes no requieren cualidades políticas, el saber técnico se asienta sobre las retóricas personalizadas, entusiasmo que reconoce sus falencias, la apuesta a más. Alguien común que invita a aventurarse, da confianza, estimula. “Sí, se puede” en el acto en conmemoración de Manuel Belgrano. La depuración de la política hacia la gestión tiene lastres densos que la fantasía neoliberal no quiere cargar. La cultura, demasiado espesa, lenta, compuesta, tiene que ser reemplazada por una sociedad civil ultraracional, en donde funcione una conclusión del orden, un deseo perfectamente racionalizado: querer vivir mejor. Ir al acto, conmemorar, y volver. Gesto cívico, espiritual, evolutivo. 
El “sí, se puede” desconoce las condiciones históricas sobre las que se produce. No hubo Belgrano, solo niños sonriendo. Es la invitación a desgarrarse de la historia. La movilización es una interferencia en el algoritmo secuencial que fantasea el gobierno como epifanía del orden social. Obliga a desplegar los operativos, supera los diques de contención que puedan construirse desde los arreglos institucionales y entre estructuras de poder. No hay acuerdo común por el sacrificio que tolere demasiado los tarifazos, los despidos, la liberalidad patronal, la persecución y la desposesión brutal. Por abajo, el reflujo tensiona. La puja entre las distintas instancias del capital convergen en un imperativo compartido: el problema es gobernar. No es solamente desde el poder del Estado que anhelan evitar los estallidos. La nueva política es un problema de logística.
Una patria sin choripanes
El crescendo de violencia intenta ser manejado para instalar medidas de mayor control represivo. El contenido transformador de la política, la espesura de la historia, separada de los ámbitos para la reproducción institucional. Señalar a los caóticos que comen el producto cárneo prohibido: las disposiciones de seguridad para el acto, que informaban sobre las vallas a 300 metros y prohibían la venta de choripanes dentro del perímetro, definen un parentesco entre la política y la carne. Los que se alimentan en la tradición barbárica de la calle y el acto público, a distancia prudencial. Representación escénica de la nueva subjetividad ciudadana. La fecha patria es una recreación sin carne, puro emblema levantado como cumpliendo un mandato inofensivo, y proyección optimista en el futuro de esos niños que gritan alegres bien custodiados. La ciudad vacía, la plaza inaccesible, la institución rodeada de gendarmes, desgarrada de la población.
La fiesta popular representaba un momento de subsunción del estado y el pueblo, una continuidad ritualizada que irrumpe, algo de lo plebeyo, el cuerpo soberano sin desgarradura. Es una saliencia molesta, cargosa, en el régimen ideal de transparencia y circulación equilibrada. Un ruido originado en el lugar de los silenciamientos –oscurecimientos- que se hace audible, visible, identificable.
Ahora ese ruido fue desplazado hacia los bordes. No alcanza con no mostrar, hay que evitar las desviaciones. El poder invisibilizador de los grandes medios se debilita con la producción de un nuevo terreno de visibilización, la erupción de una materialidad no visible, no contada. Las fotos, los testimonios, los videos que circulan por las redes sociales, los medios alternativos que cubren y dan a conocer, dificultan la oscuridad total. Las narrativas visuales, colectivas, se conjugan con las narrativas individuales, el relato común, lo anecdótico y la calle es un escenario de disputas. Ahí también hay quiebres y reconstrucciones gramaticales de las movilizaciones. Esas otras visualizaciones abren nuevas lecturas y nuevas estrategias, expanden el campo de lo posible en el hecho político y no todo se tiñe de amarillo.

#Oaxaca: “En México un horror nos tapa a otro, todos los días, a todas las horas»

Los docentes de la ciudad de Oaxaca, en el sur de México, fueron reprimidos el domingo en la ciudad de Nochixtlán por efectivos de la Policía Federal y estatal. La represión dejó un saldo de 8 muertos, 94 heridos y 22 personas desaparecidas.
Hablamos con Fernando Buen Abad, filósofo mexicano residente en la Argentina.
Algunas claves para entender lo que ocurre: “La lucha contra la reforma educativa es la razón por la cual Peña Nieto ordenó la represión indiscriminada” / “Esta reforma educativa tiene como fin privatizar la educación mexicana” / “El gobierno mexicano encontró respuestas negativas a las privatizaciones, no sólo en el sector docente” /  “El repudio en el estado de Oaxaca contra el gobierno neoliberal tiene una larga historia y lucha continua” / “En el sureste de México la idea era educar al campesinado como proceso revolucionario. Era la idea de Zapata” / “Un horror nos tapa a otro, todos los días a todas horas”

«La respuesta al Brexit debe ser la movilización contra la austeridad» // Entrevista a Yanis Varufakis

por Belén Carreño


Yanis Varufakis, exministro de Finanzas de Grecia, nos atiende desde Roma en un día en el que su teléfono no para de sonar con periodistas de todo el mundo recabando su opinión. Su movimiento DiEM25 está enfocado a lograr “la redemocratización de la UE” e interpretan el Brexit como un triunfo de la Troika.


¿Qué análisis de urgencia haría ante el resultado del referéndum?
Pues es muy simple. Muchos votantes se han puesto de acuerdo en identificar a la Unión Europea con autoritarismo, irracionalidad y descontento. Y menos votantes estaban de acuerdo con nosotros [en referencia a DiEM25] que hicimos campaña en Reino Unido diciendo que otra UE más democrática era posible.

¿Cuáles serán los próximos pasos a tomar a partir de ahora? ¿Por parte de Reino Unido, por parte de Bruselas y también por parte de los europeos?
En el corto plazo ninguna de las predicciones catastróficas se van a cumplir. Los mercados terminarán asentándose y las negociaciones empezarán en algún momento. El partido conservador en Reino Unido permanecerá unido. Bueno, en realidad, los conservadores siempre están unidos por su interés de clase.
Así que las cosas tendrán un aspecto fuera de control algunas semanas pero lentamente se calmarán. La cuestión es lo que subyace debajo de esta fachada donde poderosas fuerzas comenzarán a pujar por la desintegración de la Unión Europea. El ministro Alemán Wolfgang Schauble va a utilizar el miedo para hacer de la austeridad algo permanente. Se va intentar imponer el control sobre los presupuestos nacionales o a hacer un presupuesto común para cortar las piernas a países como España, Italia y Grecia… Y ese avance será contrario a la supervivencia de la UE.

¿Qué papel pueden tomar los ciudadanos ahora?
Lo primero que deben hacerse es movilizarse. A nivel de ciudades, de regiones, de naciones y europeo en contra de la austeridad. Y también deben votar a los que tienen la determinación política para confrontar a la troika, a Schauble y al eurogrupo. Desde luego, la solución no es alinearnos a los dogmas del eurogrupo y el BCE.

¿Va a golpear con especial dureza el Brexit a los países de la UE?
Sin duda. Y avanza en la desintegración de la Unión Europea porque refuerza el sentimiento antieuropeo. Va a reforzar políticas fallidas como la de la austeridad. Y, cuidado, es posible que veamos la transformación del eurogrupo en un gobierno europeo de forma efectiva. Los dogmas se convertirán en leyes. Y atrapará a España, Italia y Grecia en una crisis permanente.

Su movimiento aboga por la redemocratización de Europa. ¿Cómo le explicaría al lector en qué consiste ese proceso?
Esta es la pregunta más importante a la que puedo contestar. La democracia es un lugar donde los ciudadanos pueden preguntar cuestiones que importan a los dirigentes. En esencia: primero: ¿Qué poderes tiene?; segundo ¿cómo los está usando?; tercero ¿Quién te dio esos poderes?; y cuarto ¿cómo podemos librarnos de ti? España, Grecia, Italia… son democracias. Pero son unas democracias que no toman decisiones. Las grandes decisiones se toman en la UE y en el Eurogrupo que no está sujeto a control democrático. Y se toman decisiones con la puerta cerrada. Lo que deberíamos hacer idealmente es que el Parlamento Europeo fuera un verdadero Parlamento con poderes reales. El actual lo es de forma nominal pero no en la práctica. Necesitamos una auténtica democracia que venza a la oligarquía.

¿Se atreve a aventurar un impacto del Brexit en las elecciones españolas del domingo?
El miedo puede suscitar diferentes reacciones. Por un lado el miedo al Brexit puede acelerar el proceso de desintegración al apoyar aquellos que quieren un gobierno que le diga que sí a todo a Schauble o a la troika, lo que beneficiaría a Rajoy. Pero no creo que sea el caso. Pero precisamente creo que los españoles entenderán que votar a Rajoy es votar a Schauble, a Merkel y a todas las políticas que nos han traído hasta este punto. Si lo españoles entienden esto se beneficiará Podemos. Por cierto, me gustaría insistir en que Podemos propone un cambio en la agenda europea. Y eso es lo que necesitamos, una agenda europea, alternativa y progresista.

Usted asegura que es un europeísta convencido. ¿Cómo convencería a un europeo de que siga creyendo en la Unión?
Efectivamente, soy un fanático del europeísmo. Precisamente, mi oposición a la troika el año pasado fue porque soy un europeísta convencido y creo que la troika está destrozando Europa. Las instituciones europeas están ahora mismo fuera de la racionalidad. Y esto alimenta los movimientos antieuropeos que han conducido al Brexit. Así que lo prioritario que deben entender los ciudadanos es que debemos permanecer unidos. No debemos sucumbir, no debemos rendirnos ante las fuerzas de la desintegración. No debemos rendirnos ante la troika, ante los ‘Schauble’, los ‘Juncker’ ni ‘las Merkel’ del mundo. Estos son los peores enemigos de la UE por las políticas que imponen.


fuente: www.eldiario.es

Hagan el duelo ahora si lo necesitan, pero prepárense para los grandes desafíos por delante // Owen Jones

Traducción: Emilio Sadier


Gran Bretaña ha votado por salir de la Unión Europea: este enunciado sigue conmocionando a simpatizantes tanto de la salida como de la permanencia. A principios de este mes escribí que “a menos que la clase trabajadora británica que se siente traicionada por la élite política pueda ser persuadida, Gran Bretaña votará por salir de la Unión Europea en menos de dos semanas”. Y esto –quizás el acontecimiento más dramático en Gran Bretaña desde la guerra– fue, por encima de todo, una revuelta de la clase obrera. Puede que no haya sido la revuelta de la clase obrera contra el establishment político que muchos de nosotros hubiéramos preferido, pero es innegable que este resultado se logró en base a furiosos y alienados votos obreros. 

Gran Bretaña es una nación intensamente dividida. Muchas de las comunidades que votaron decisivamente por la salida fueron las mismas que han sufrido enormes maltratos bajo sucesivos gobiernos. El Proyecto Miedo del gobierno se basó en amenazas de crisis económica. Pero estas son comunidades que han estado signadas durante una generación por la crisis económica y la inseguridad. Que te amenacen con que vas a perder todo significa poco si ya sentís que te queda casi nada que perder. Estas amenazas pueden haber profundizado la decisión de muchos votantes por la salida, en lugar de haberla puesto en duda. Un primer ministro conservador alineado con los titanes empresariales y el presidente de los Estados Unidos les advirtieron acerca de no hacer algo: ellos respondieron con la mayor mandada a la mierda de la historia británica moderna.

Este no fue un voto por la innegable falta de responsabilidad y transparencia de la Unión Europea . Por encima de todo, se trató de la inmigración, que se ha convertido en el prisma a través del cual millones de personas ven los problemas cotidianos: la falta de vivienda accesible; la falta de puestos de trabajo seguros; el estancamiento de los niveles de vida; la sobrecarga de los servicios públicos. Los jóvenes simpatizantes de la permanencia en la UE que viven en los grandes centros urbanos tienden a sentir una hostilidad menor hacia la inmigración; el sentimiento al respecto no podría ser más diferente en los votantes por la salida de la vieja clase trabajadora que residen en muchas ciudades del norte y poblaciones más pequeñas. De hecho, la brecha generacional es fundamental para comprender este resultado. La grieta creciente entre las generaciones no ha hecho más que profundizarse.

Siempre será duro pedir a los votantes laboristas que apoyen  un imperfecto estatus quo respaldado por un primer ministro conservador.

Era duro pedir a los votantes laboristas que fueran en masa a apoyar un imperfecto status quo respaldado por un primer ministro conservador. La mayoría de ellos lo hizo, pero no fue suficiente para compensar la afluencia por la opción de salida. ¿Y ahora? Escocia ha sido arrastrada fuera de la UE en contra de su voluntad, y las demandas de otro referéndum sobre la independencia serán difíciles de resistir. El Sinn Féin está llamando a una consulta acerca de las fronteras de Irlanda. Una tormenta económica se acerca: el debate es cuán significativa y prolongada será. Una nueva y más a la derecha administración conservadora parece inevitable: el partido Conservador sin duda buscará una nueva elección, con la esperanza de que el Laborismo llegue lo más dividido y en el estado más caótico posible. Las campañas para defender los derechos de los trabajadores amenazados y el Servicio Nacional de Salud tendrán más importancia que nunca. La UE estará consumida por el pánico acerca de su propia existencia. Estas son realidades políticas inevitables a las que habrá que enfrentar.

En cuanto a David Cameron, llamó a un referéndum no porque pensó que era de interés nacional, sino porque le era útil para manejar divisiones internas del partido Conservador. El referéndum se enmarcó inevitablemente como una lucha entre dos facciones conservadoras. Irónicamente, para Cameron ganar la última elección fue su perdición. De haber ganado solo un puñado menos de bancas y fallado en asegurar la mayoría –como él esperaba–, podría no haber tenido que cumplir su promesa de referéndum. En cuestión de meses, pasó de sugerir que podría apoyar la retirada británica de la UE a advertir sobre el Armagedón económico si el país hiciera eso. Parecía absurdo. Cameron pasó años sugiriendo que la inmigración era un gran problema y que necesitaba ser reducida de forma masiva, y fracasó en hacerlo, reproduciendo más desprecio y furia.

Sin embargo, mientras que gran parte de la culpa debe atribuírsele a Cameron, fuerzas sociales mucho mayores están en juego. De Donald Trump a Bernie Sanders, de Syriza en Grecia a Podemos en España, desde la extrema derecha austriaca al ascenso del movimiento de independencia de Escocia, esta es una época de furioso resentimiento contra las élites. Esta frustración se está extendiendo en todas las direcciones: nuevos movimientos de izquierda, nacionalismo cívico, populismo anti-inmigrante.

De la casi mitad de los británicos que votó la permanencia, muchos ahora se sienten asustados y enojados, listos para atacar a sus conciudadanos. Pero esto solo empeorará las cosas. Muchos de los votantes por la salida de la UE ya se sentían marginados, ignorados y odiados. El desprecio –y a veces esnobismo– mostrado hacia ellos en las redes sociales ya se hizo sentir antes hacia estas comunidades, y ha contribuido a este veredicto. Millones de británicos sienten que una élite metropolitana lleva la batuta, que no sólo no entiende sus valores y sus vidas, sino que los odia activamente. Si Gran Bretaña quiere tener un futuro, esta guerra cultural en ascenso debe ser detenida. Los habitantes de Gran Bretaña han hablado. Eso es la democracia, y ahora tenemos que hacer que el veredicto de la nación funcione.

Si la izquierda tiene un futuro en Gran Bretaña, debe enfrentarse a su propia desconexión cultural y política con las vidas y comunidades de las personas de clase trabajadora. Debe prepararse para cómo responder a una nueva ofensiva de una ascendente derecha Tory. En el continente, los movimientos que aboguen por una más justa y democrática Europa son más importantes que nunca. Nada de esto es fácil –pero es necesario. Hagan el duelo ahora si lo necesitan, pero prepárense para los grandes desafíos por delante.

El mal inglés // Franco Berardi «Bifo»

Traducción: Ezequiel Gatto y Emilio Sadier
No creía en el Brexit, pensaba que solo un pueblo de borrachos podría decidir una catástrofe autodestructiva de este tipo. Me olvidaba de que los ingleses son, de hecho, un pueblo de borrachos. Bromeo, naturalmente, ya que no creo en la existencia de los pueblos. Pero creo en la lucha de clases, y la decisión de los trabajadores ingleses de hundir definitivamente la Unión Europea es un acto de desesperación que sigue a la violencia del ataque financiero que hace años empobrece a los trabajadores de todo el continente y de esa isla del carajo.
Desgraciadamente los trabajadores ingleses que votaron masivamente por Brexit han cometido un error colosal, como suele sucederles a quienes, debido al empobrecimiento material y psíquico, han perdido el bien del intelecto. Es cierto que la Unión europea se ha vuelto en nuestro tiempo un monstruo neoliberal pero el origen de la demecia neoliberal, que ha destruido a Europa y que arrasa el mundo entero desde hace cuarenta años estuvo en el país de Margaret Thatcher. No es Inglaterra quien debe salir de la Unión Europea sino la Unión europea la que debería salir de Inglaterra. Lamentablemente, ya es tarde para hacerlo, porque la Unión europea, luego de haber contraído el mal inglés, está actualmente reducida a ser un dispositivo de empobrecimiento de la sociedad, precarización del trabajo y concentración del poder en las manos del sistema bancario. Gran parte de las motivaciones que han llevado a los trabajadores ingleses a votar por Brexit son comprensibles.
Pero el problema no está en las razones, el problema está en las consecuencias. La UE hace tiempo que no existe, al menos desde julio de 2015, cuando Syriza fue humillada y el pueblo griego fue definitivamente sometido. ¿Necesitamos quizás una Europa más política, como repiten ritualmente las izquierdas al servicio de los bancos? Hace años que creemos en el cuento de hadas de una Europa que debe volverse más política y más democrática. También nosotros hemos creído en él, lamento decirlo, pero jamás ha sido una posibilidad real. La UE es una trampa financiera desde Maastricht.
Un artículo de Paolo Rumiz (“Come i Balcani”) publicado el pasado 23 en La Reppubblica dice algo que desde hace algún tiempo me parecía claro: el futuro de Europa es la Yugoslavia de 1992. Rumiz lo dice bien, solo que olvida el rol que el Deutsche Bank tuvo en el empujón que se le dio a los yugoslavos hacia la guerra civil (algo para lo que Wojtila también hizo su parte).
Ahora creo que debemos decirlo sin eufemismos: el futuro de Europa es la guerra. Su presente es la guerra contra los migrantes que ya ha costado decenas de miles de muertos y una cantidad incalculable de violencia. Quizás suene un poco antiguo, pero al menos para mí sigue siendo cierto que el capitalismo trae la guerra como la nube trae la tempestad.
¿Qué se hace en estos casos? ¿Se detiene la guerra imponiendo los intereses de la sociedad sobre los de las finanzas? Naturalmente que sí, cuando esto es posible. Pero hoy detener la guerra no es posible porque la guerra ya está en marcha, aunque hasta el momento los muertos sean decenas de miles de migrantes en un Mediterráneo en el que el agua salada ha sustituido al Zyklon B.
Los movimientos han sido destruidos uno tras otro. ¿Entonces? Entonces se pasa a la otra parte del adagio leniniano (señalo a quien le quede alguna duda que nunca he sido leninista y no pretendo ahora convertirme en uno). Se transforma la guerra imperialista en guerra civil revolucionaria.
¿Qué quiere decir esto? No lo sé, y nadie puede hoy saberlo. Pero en los próximos años creo que vamos a tener que pensar únicamente en esto. No en cómo salvar la UE, que se la lleve el diablo. No en cómo salvar la democracia que jamás ha existido. Sino en cómo transformar la guerra imperialista en guerra civil revolucionaria. Pacífica y sin armas, si es posible. Guerra de los saberes autónomos contra el control y la privatización.
En conclusión, no llevo luto porque los ingleses se van. Llevé luto cuando los griegos han sido obligados a permanecer bajo las condiciones que se le han impuesto (¿y ahora qué será de ellos?). Cien años después de Octubre, creo que nuestra tarea es preguntarnos ¿qué quiere decir Octubre en la era de Internet, del trabajo cognitivo y precario? El precipicio que tenemos por delante es el lugar en el que tenemos que pensar en esto.

Elecciones 26J: el fracaso de la hipótesis del primer Podemos le lleva a pensar en una casa común para toda la izquierda // Raúl Sánchez Cedillo (Fundación de los Comunes)


Conocemos la historia: el modelo de pura autonomía de lo(s) político(s) refrendado en Vista Alegre se fundamentaba, en el plano práctico, en la plena delegación de poderes al Estado Mayor de la máquina de guerra mediático-electoral. En el plano teórico, en un populismo laclau-mouffiano exclusivo y excluyente de otros relatos de transformación, ya fueran de izquierda y/o de radicalidad democrática quincemayista.

La constatación del techo electoral de este primer Podemos durante 2015 llevó a una crisis de solvencia de esta primera hipótesis. No podemos exagerar el papel que en esta crisis tuvieron la potencia compuesta y agregadora de los distintos municipalismos y su éxito electoral. Pero también: una incompatibilidad entre las pretensiones centralizadoras del errejonismo, una cúpula madrileña, y la realidad policéntrica y poliárquica que forman Galicia, Andalucía, Asturias, Cataluña, Navarra y Euskadi.

Tras el 20D, y con el casi millón de votos desperdiciados de IU-UP como un problema inocultable, no había más remedio que sacudir la coctelera gramsciana para buscar nuevas combinaciones de la hipótesis nacional-popular. Sí, a fin de cuentas, las disputas estratégicas dentro de lo que fue Claro Que Podemos y entre ésta y el garzonismo lo son en torno a variaciones y arreglos, interpretaciones y actualizaciones de un cierto Gramsci y, sobre todo, de un cierto Togliatti.

La admiración de Laclau por Togliatti es manifiesta y se lee negro sobre blanco en La razón populista. La clave reside en la interpretación togliattiana del PCI como “partido de la nación”. Resulta irónico que haya sido un anticomunista confeso como Matteo Renzi el que, 25 años después de la eutanasia del PCI, haya explotado con relativo éxito aquella expresión, que quiso ser una adaptación a la realpolitikde la temática gramsciana de lo nacional-popular.

Cuesta creer que el proyecto de partido se traduzca en algo más que una izquierda –nueva– unida

En esta ventana de oportunidad llevaban tiempo interviniendo Ma­nolo Monereo y su interpretación de la noción gramsciana de “partido orgánico”. La noción es poco precisa y se refiere siempre al “parti­do orgánico” de la burguesía que subtiende los fragmentos y “fracciones, cada una de las cuales asume el nombre de Partido y de Partido independiente” (Grams­­­ci). El buen hacer de Monereo le ha permitido influir decisivamente en el esquema teórico y en el pasaje práctico de lo que se ha venido llamando la “confluencia”.

La primera operación realizada es de simetría: si la oligarquía tiene un partido orgánico, nosotros también. ¿Y quiénes somos nosotros? Las izquierdas del Estado español, por supuesto. O, con vuelo retórico, “los trabajadores y trabajadoras: lo nacional popular, a medio o largo plazo, exigirá un protagonismo de clase”.

La segunda operación es de proyección: el partido orgánico lo es para la revolución democrática nacional.

Las condiciones reales y no las ideales serán las que determinen función, sentido y valor del proyecto de “partido orgánico”. Monereo apela a ciudadanos y movimientos sociales como parte constituyente del partido orgánico. Ésta es otra torsión de la noción gramsciana, que precisamente desliga al partido orgánico del partido electoral. Sin embargo, haya o no gobierno del cambio tras el 26J, tras dos años de electoralismo puro y de más que creciente ‘gobernismo’ en la vida pública de los partidos del cambio –en contraste con el elogio del agonismo en el esquema de Laclau y Mouffe–, cuesta creer que, ceremonias aparte, el proyecto de partido orgánico se traduzca en algo más que una izquierda –nueva y finalmente– unida. Una especie de consumación posticipada del viejo proyecto anguitiano.

Si aceptamos este lugar común gramsciano, solo cabe considerar válida la idea de partido orgánico si equivale al proyecto de asamblea(s) constituyente(s) de la ciudadanía del cambio. Y ésta pone como condición la disolución en el proceso de los partidos y aparatos existentes. De lo contrario, volveremos a repetir el post festum, pestum.

¿Por qué ha fracasado Podemos? // Emmanuel Rodríguez

Fracaso es una palabra demasiado gruesa, pero seguramente es la más apropiada para un partido que como ningún otro se ha empeñado en la retórica de los “ganadores” y los “perdedores”, que desde el principio insistió en que había nacido para “ganar”. El término resulta todavía más adecuado si se considera que ayer Unidos Podemos no fue derrotado por nadie que no fuera él mismo. La victoria no fue obviamente del PSOE, que perdió 100.000 votos respecto al 20D. Y a duras penas la podemos atribuir al partido dirigido por ese gran lector del Marca que es Mariano Rajoy. Los populares sumaron ayer casi 700.000 votos más respecto del 20D, de los que cerca de 400.000 fueron restados a Ciudadanos y otros 300.000 fueron provistos por otros caladeros (abstencionistas en su mayoría). En conjunto el “bloque conservador” PP-Cs sólo obtuvo 300.000 votos más. No es gran cosa. La España de la derechona que tan cómoda resulta como comodín explicativo a los izquierdistas jugó ayer un papel de minoría, exactamente de una minoría del 23% de los 34 millones de españoles con derecho a voto (sin contar con los inscritos en el exterior).

La verdad es que ayer Unidos Podemos recibió un millón cien mil votos menos que lo que sumaban Podemos, las confluencias e IU en las pasadas elecciones del 20D. Y lo cierto es también que ese millón cien mil votos aparecía en todas las encuestas previas, que sin variación apreciable mostraban el sorpasso al PSOE. Pues bien, ayer Unidos Podemos quedó por detrás del PSOE no sólo en escaños, también en votos. Casi uno de cada cinco votantes que estaba dispuesto a votar únicamente a Unidos Podemos decidió quedarse en casa o dedicarse a otras actividades.

¿La razón? En esta ocasión, no pierdan el tiempo preguntando en portería. Les dirán que la confluencia ha sido un fracaso. Si son de la fracción “populista” de la organización (los de Errejón), les hablarán entre bambalinas de que IU no suma, que el liderazgo de Pablo resta, que asusta al electorado moderado, etc. Si atienden un poco más a los datos, les explicarán que una parte de los electores de un partido (Izquierda Unida), que ha rozado varias veces el extraparlamentarismo, no se sentía cómodo con la campaña (por cierto, dirigida por Errejón), o que tanta #sonrisadelaabuela y tanta bandera de España han acabado dejando de lado al votante tradicional de izquierdas.

Ciertamente, aquellos que decían en las encuestas querer votar a Unidos Podemos y ayer no tuvieron ganas de hacerlo pueden argumentar toda clase de razones. Los hay seguramente que no fueron a votar por pereza, cansancio de tantas elecciones o porque hacía mucho calor. También están los que pueden dar argumentos políticos, como que no acudieron espantados por la prepotencia del partido que “siempre gana”, porque para votar “socialdemocracia” mejor dejar gobernar al original, que la confluencia no les convencía porque era una chapuza cerrada en despachos sin primarias ni validación democrática, que están hartos de un partido que en términos de la nueva sociología de la vida cotidiana sólo busca el “voto cuñao”. Y así un largo etcétera extendido en todas direcciones. Pero toda esta casuística, que a la postre resulta infinita, sólo puede interesar a los aprendices de director de campaña, a los expertos en análisis electoral y a aquellos partidos que se interpretan a sí mismos según los marcos de la política convencional.

Si lo que se quiere es una explicación, conviene no prestar mucha atención a la mercadotecnia electoral y empezar a entender el fracaso en el marco mucho más complejo del ciclo político, de la crisis política que abrió el 15M. La “apatía del voto a Podemos” tiene mucho menos que ver con las razones individuales que con la falta de convencimiento colectivo con un proyecto político de cuya construcción hemos sido testigos privilegiados. Valga decir que Podemos ha crecido como opción real de gobierno únicamente porque se ha sabido montar sobre una ola de cambio hecha de una esfera pública crítica y activa, de una multitud de movimientos salidos antes y después del 15M y de una lógica de comunicación en red que opera a través de canales que no dependen de los medios de comunicación convencionales.

Ayer, y en realidad desde hace mucho tiempo, una parte mayoritaria de ese espacio permaneció inactivo. Lo hizo por aburrimiento con la política experta, por falta de convencimiento en el proyecto o por simple incapacidad para poder defenderlo. Si se quiere una sola imagen: cuando en estos días, y en cualquier entorno familiar o laboral, había quien anunciaba que no iría a votar a Unidos Podemos por sus “X” razones, no había nadie con capacidad de convencerle, al menos con argumentos, de que lo hiciera; de explicarle que a pesar de los innumerables defectos de Podemos todavía merecía la pena apostar por ellos.

Para entender la derrota de Podemos, hay que atreverse a hacer un pequeño viaje en el tiempo, al menos cinco años atrás, cuando, tal día como hoy, el 15M estaba levantando las acampadas de las plazas al grito de “lo llaman democracia y no lo es”. En aquel entonces, el movimiento rehuía de la construcción de liderazgos personales, defendía una política horizontal y amateur, y tenía en el centro de sus preocupaciones incluir al mayor número de gente común. El éxito de Podemos en sus primeros tiempos, cuando se declaraba como un partido “antipartido”, se debió a que fue un calco político del 15M, que se expandía según el mismo patrón de proliferación de asamblea locales (círculos) y de replicación en redes.

Su primera crisis seria se produjo cuando Podemos empezó a asomar como un partido más, con su dirección oligárquica y sus infinitas trifulcas por el poder interno, y cuando su estrategia de transversalidad se vino al traste por la irrupción de Ciudadanos. De aquella franja del 15-18% de expectativa voto, en la que estaban encallados desde la primavera de 2015, no le salvaron sus propios aciertos, sino el éxito de las candidaturas municipalistas que en algunas ciudades, y de acuerdo con formas de comunicación, implicación y organización más próximas al 15M, volvieron a elevar el techo electoral. El recuerdo de las mismas fue lo que empujó también las posibilidades de Podemos, cuando el 20D obtuvo sus mejores resultados allí donde fue en “confluencia”.

Ayer ya no quedaba mucho de ese impulso social distribuido. Lo único que hizo la campaña electoral fue confirmar esta ausencia. Las “rojigualdas”, la “patria”, la moderación, la “socialdemocracia”, el triunfalismo dejaron indiferentes a los más. Y muchos finalmente no fueron a votar. La única diferencia significativa entre la campaña del 20D y la del 26J ha sido de grado, en el sentido de una campaña de partido, que sólo depende del partido y que cada vez encuentra menos elementos de resonancia externa. No es un problema exclusivo de la dirección de Podemos, sino de una lógica compartida por la “nueva política” dirigida exclusivamente a recuperar la representación. De hecho, se perdieron votos en todas las autonomías. Más de 200.000 en Andalucía y otro tanto en Madrid, que juntas acumularon el 40% de ese millón cien mil de “votos «ausentes”. Pero también se perdieron en las “confluencias”, donde la dirección de campaña dependía mucho menos de “Madrid” que de los activos locales: 130.000 en Valencia, 80.000 en Cataluña y más de 60.000 en Galicia, aviso a navegantes de que el legado municipalista no es eterno y que los pactos de despacho tampoco pasarán siempre por “nueva política”. 

Durante este último año y medio, Podemos ha prometido esencialmente dos cosas: (uno) que podían  ganar las elecciones y (dos) que con el gobierno en su mano darían cumplida respuesta a las exigencias de cambio. La segunda promesa es siempre dudosa y, desde luego a tenor de algunas de sus manifestaciones locales, como Manuela Carmena, parece por completo desmentida. La primera ha funcionado como un narcótico para infinidad de gente, que por puro interés (porque querían formar parte de la industria de la representación), por necesidad de creer o por buena fe, pensó que este era el momento de la política profesional, de delegar en un grupo inteligente y capaz de desencallar lo que la “gente” no iba a ser capaz de hacer por sí misma. Ayer esa promesa se demostró, una vez más, falsa. Sin la “gente” y sin política que vaya más allá de los expertos y de la lengua de palo de los políticos profesionales, no se ganan elecciones, no al menos si lo que se pretende es empujar un proyecto de cambio real.

El terremoto de ayer puede desencadenar nuevos seísmos. Puede abrir la guerra interna del partido, entre los partidarios de Pablo y los de un Errejón que, a pesar de ser responsable principal de este fracaso, considera que esta es su hora. O puede, en el mejor de los casos, promover movimientos de cambio y reflexión interna, que siempre que no se encallen en soluciones mágicas (como las superficiales de un cambio de dirección y discurso), quizás sirvan como un saludable revulsivo interno. Sea como sea, todo lo que no entienda que la radicalización democrática no encaja bien en los canales de la política institucional, en los partidos oligárquicos convencionales, en la adhesión incuestionable a las figuras carismáticas, volverá a recaer en las ilusiones del 26J. Sus señorías de la “nueva política” se lo deberían hacer mirar y empezar a pensar en otras claves. Desgraciadamente es muy poco probable que recuperen la frescura y la mirada que hace apenas unos años era todavía el sentido común de aquella gigantesca ola de cambio, que un día como hoy de 2011 pensaba en ampliar y multiplicar lo que ya se había conseguido en seis semanas de acampadas en las plazas.

26J: la materia de la que están hechos los sueños // Juan Domingo Sánchez Estop

We are such stuff as dreams are made on, and our little life is rounded with sleep.

(Estamos hechos de lo que están hechos los sueños… y nuestra pequeña vida se extiende de un sueño al siguiente )

(W.Shakespeare, La Tempestad)
Desde que nació Podemos, nunca pude evitar que, para bien o para mal, el proceso iniciado con la movilización del significante que nombra a esta organización, me recordase una serie de cuentos: El Sastrecillo Valiente, El Gato con botas y Cenicienta. Podemos se perfilaba, en efecto, como un imposible que pugnaba por hacerse realidad contra cualquier tipo de probabilidad racional, esto es calculada desde el pasado y sin tener en cuenta la propia acción del sujeto. En esto, su traa era la de los cuentos. El Sastrecillo valiente, con su magia verbal convertía involuntariamente veinte moscas matadas de un solo golpe en veinte peligrosos enemigos derribados, el Gato con Botas, presentándose como el agente de un tan poderoso como irreal Marqués de Carabás, termina haciendo realidad el marquesado y el poder con el que este iba asociado, la Cenicienta ve realizado su sueño de ir al baile del Príncipe, en una calabaza que la magia de un hada convierte en carroza tirada por unos caballos que son ratones y vistiendo un traje que es la transfiguración mágica de sus harapos.

En todos estos casos, el poder se muestra como ilusión, como constructo imaginario, pero depende siempre de determinadas condiciones: el error de interpretación de las palabras del Sastrecillo por parte de sus oyentes, la fe en las convincentes palabras del Gato, o las condiciones puestas por el hada madrina a Cenicienta para la realización de su deseo. Esto nos ilustra a su vez dos cosas: 1) que el poder es ilusión y, 2) que esa ilusión deriva de que todo poder toma prestada su potencia de otra cosa que lo determina y lo limita. Toda ilusión, como toda representación, consiste en tomar una cosa por otra. En nuestros cuentos, todo se basa en la ilusión. El poder del Sastre y del Gato, todo el esplendor de la Cenicienta, dependen de un exterior: de quienes por confusión o error confían en estos personajes y actúan de una manera que resulta favorable a estos últimos o de la voluntad de un personaje con poderes mágicos. Todo poder como dice Calderón repitiendo a los teólogos de la monarquía de derecho divino, “es prestado”, depende por consiguiente de un exterior que puede coincidir con el exterior absoluto que constituye la trascendencia divina o con una realidad mundana. Que todo poder implique un exterior, supone que todo poder es una relación entre potencias en la que una potencia logra captar en su favor otra potencia superior. Sin embargo, quien dice relación dice condiciones, de ahí que ningún poder pueda pensarse como absoluto: desde la ilustración materialista, el absolutismo y el totalitarismo son siempre necesariamente irreales, pues dependen de la trascedencia de un Dios que la lógica materialista de la inmanencia radical declara ilusorio.

No menos ilusoria es la taumaturgia de un poder basado supuestamente en la palabra, un poder que se ve como creación de hegemonía a partir de la nada política que, según la hipótesis rectora de la estrategia de Podemos, el laclausismo-errejonismo, constituyen los movimientos sociales y las reivindicaciones populares. Para esta hipótesis, inconsciente pero profundamente hobbesiana, la hegemonía reposa en la obediencia de la multitud a la palabra de un amo, o líder que se presenta como significante «vacío». Esta taumaturgia del verbo que se hace carne, ignora las articulaciones de la multitud, la producción y las relaciones de cooperación material que unen a cuerpos siempre ya marcados por el lenguaje, así como los conflictos y desencuentros que oponen también a esos mismos cuerpos, antes de que se pronuncie en el vacío de un monte Sinaí el verbo atronador de un amo que llama a cerrar filas. Quien confía en la magia verbal no necesita cuerpo -según los teólogos, Dios es incopóreo- y puede considerar los cuerpos existentes y sus relaciones como el tohu bohu bíblico, un caos inicial rayano en la nada.

Sin embargo, la política es encuentro de cuerpos traducido en la articulación o el choque de estos y es insensato entrar en la lid política sin un cuerpo, sin tener en cuenta las coordenadas muy precisas de espacio y tiempo de los cuerpos. La hipótesis estratégica de Podemos consideró los cuerpos y sus espacios como algo superfluo, contrariamente al 15M cuyo mérito principal fue su fuerte implantación en el terreno, en la materialidad de los cuerpos que se encuentran. El errejonismo fue un disparatado culto del mando, así como una teoría y una práctica de la representación y unificación de la multitud por el mando: su primera tarea fue sustituir la importante red de círculos nacida inmediatamente después de la fundación de Podemos, como espacio de encuentro físico,  de participación politica de los cualquiera y de implantación territorial del proyecto, por una telaraña de órganos burocráticos coronada por una pléyade de «secretarios generales». Los círculos tomados en una red de mando enteramente incompatible con la participación democrática de los cualquiera se fueron extinguiendo, y con ellos la capilaridad social efectiva de Podemos como organización y fue también extinguiéndose la dinámica expansiva de una organización que envejecía décadas en meses.

El cuerpo de un partido se proyecta en un territorio. El precio de la implantación territorial, para una organización recién nacida como era Podemos, no era como para los partidos tradicionales la concesión de favores y la formación de clientelas, sino la conservación dentro de Podemos de una superficie de contacto con ese exterior que da todo su poder al partido y a sus dirigentes, que es la participación politica activa de la multitud, esa gran y única verdadera novedad que supuso el Podemos inicial. Es, según se vea, un precio muy barato o muy caro: baratísimo y casi gratuito para quien confiara en el desbordamiento de la potencia que se había expresado en la multiplicación de los círculos, manifiestamente excesivo para un proyecto que quisiera dar al liderazgo y la obediencia un carácter algo más que simbólico.

Podemos ha querido en estas dos últimas elecciones ocupar el lugar del PSOE y lo ha hecho sin tener un cuerpo propio, un verdadero partido articulado en el territorio y dotado de redes de poder materiales. Podemos en su versión post Vistaalegre ha podido ofrecer pequeñas prebendas, cargos a distintos niveles de representación a una pequeña clientela política, comportándose como un partido tradicional, pero sin sus medios, sin su cuerpo, sin sus armas, sin su dinero…. Podemos quería disputarle al PSOE el nombre y el espacio de la socialdemocracia, pero su disputa por este lugar ha fracasado; no solo no ha logrado conquistarlo, sino que ha hecho algo mucho peor: cuando la desconfianza en la socialdemocracia era un hecho ampliamente generalizado, la imprudente identificación de Podemos con la socialdemocracia ha resucitado cierta fe en ese proyecto hoy difunto. Una fe que ha permitido dar nueva vida a un PSOE herido de muerte, al que Podemos convirtió de nuevo en un partido socialdemócrata “respetable” con el que la nueva socialdemocracia de Podemos podría aliarse. Naturalmente, la gente que se identifica con la socialdemocracia prefirió a la copia el original y votó al PSOE, rescatándolo de entre los muertos, e impidió el adelantamiento del PSOE por Podemos que la dirección de este partido daba por descontado.

La suma de dos insensateces como disputar el terreno simbólico de la socialdemocracia y el terreno material de la red clientelar a una organización con larga historia y un cuerpo tan fuerte como hondamente corrompido condujo a la autolimitación de las posibilidades de desbordamiento y de ruptura política que entrañaba Podemos y a un enorme desaliento. Sin cuerpo no se puede disputar el terreno a un paquidermo político; con prácticas clientelares liliputienses no se sustituye el poder material del PSOE. Podemos ni debe ni puede jugar la carta del clientelismo, sino la de la democracia y la participación activa, la de la cooperación material contra la crisis, la de la solidaridad efectiva. Si ignora que el poder de sus ayer tan compungidos dirigentes es prestado y que está hecho, como todo poder, de la materia de la que están hechos los sueños echará definitivamente a perder la oportunidad histórica que supuso su fundación. Ayer vieron que su carroza se convirtió en calabaza y su corceles y lacayos eran ratones, ayer al Sastrecillo no lo tomaron por alguien más fuerte y valiente de lo que es, ni se creyeron los cuentos del Gato con botas: mucha gente que había votado anteriormente a Podemos se abstuvo y la que antes se había abstenido tampoco les votó. Igual la gente quiere no tener que fiarse de nadie, igual la gente quiere no obedecer a un mando que dice representarla, igual la gente quiere democracia y participación efectiva. Estos eran los activos del 15M que Podemos heredó y dilapidó. La sed democracia, de libertad y de dignidad sigue existiendo, pero Podemos no ha sido capaz en su actual configuración y con su estrategia vigente de empezar tan siquiera a saciarla. Esto ha permitido que se realizara el peor de los sueños: una restauración parcial del bipartidismo de la segunda restauración, una revitalización de los dos partidos clientelares y semimafiosos que sirven de pilares al régimen español. De esto no hay que culpar al “pueblo español” y sus “demonios familiares”. Eso lo hacía Franco. Desde la democracia radical, solo cabe comprender que la debilidad de las fuerzas democráticas es la fuerza de las del régimen. Solo cabe hacer todo lo posible por restablecer una correlación de fuerzas favorable a las mayorías sociales.

Tela de Jucio // Sub, cooperativa de fotógrafos


El 30 de marzo del 2006, un taller textil ubicado en el barrio de Caballito (Luis Viale 1276) se incendia provocando la muerte de 6 personas (5 menores y una mujer embarazada). Ese hecho visibilizó la problemática de los talleres textiles ilegales en los que se fabrica la gran mayoría de la ropa que usamos en Argentina, en particular las condiciones de trabajo y explotación a la que son sometidos los costureros, en su mayoría de nacionalidad boliviana. Las manifestaciones y encuentros con las organizaciones de trabajadores y migrantes para discutir la problemática y tratar de encontrar soluciones a esta situación no provocaron modificaciones en la situación de los trabajadores de los talleres. Prueba de eso, el lunes 27 de abril 2015 se produce otro incendio en la calle Paez 2796 que provoca otra dos muertes.

El juicio por el primer incendio tardó más de 10 años en concretarse. Por el tiempo transcurrido, las acusaciones prescribieron liberando a los dos imputados (el encargado y el capataz) de los cargos de estrago culposo. El 21 de junio 2016, finalmente, La justicia condenó a Luis Sillerico Condorí y Juan Manuel Correa, capataces del taller textil de Luis Viale, a 13 años de prisión por estrago doloso, seguido de muerte y reducción a la servidumbre.
Se ordenó extraer testimonios para abrir otras líneas de investigación que alcanzan a los dueños de la fábrica, los inspectores de la ciudad y la policía.
Las organizaciones de trabajadores que empezaron a trabajar en asamblea cuestionan las denuncias por «trabajo esclavo» y los allanamientos a «talleres clandestinos», y tratan de llevar el debate hacia otro camino para plantear la necesidad de «sacar del gueto a la economía migrante» y no alimentar discursos victimizantes que refuerzan clichés y estereotipos que mantienen a los costureros en la sombra. Esa voz, silenciada en los sindicatos de oficios y las reuniones en los ministerios, es quizás la que podría traer una solución para armonizar este sector responsable de todo lo que todos llevamos puesto cada día.
Informacón actualizada en este blog

Una mínima porción del precio final le corresponde a los costureros. En la calle Avellaneda, los manteros venden parte de su producción.
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Ultimo día del juicio por el incendio del taller de Luis Viale. Las organizaciones de costureros y amigos de las víctimas aguardan en la puerta de los Tribunales antes de entrar a la audiencia. 21/06/2016
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Luis Fernando se presenta ante la prensa. Después del incendio regresó a Bolivia donde reside actualmente con su esposa Sara y su hijo. Es querellante y uno de los principales impulsores del juicio. 21/06/2016
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Los jueces ingresan al taller textil para realizar la inspección ocular. Transcurrió mas de 10 años desde el siniestro por lo que la causa por estrago culposo prescribió. La defensa pidió ampliación de la imputación a reducción a la servidumbre. (+)
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En el incendio fallecieron 6 personas. 5 niños y una mujer embarazada. 10 años después del incendio, el lugar está intacto. 11/05/2016
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Esteban Mur, padre de los dos niños fallecidos en el incendio del taller ubicado en Paez y Terrada. Una marcha recorrió la distancia entre los dos talleres incendiados. La consigna llamaba a «sacar del gueto a la economía popular y migrante» – 14/05/2015
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Había treinta y nueve maquinas en el taller que tenia habilitación sólo para seis. La policía y los inspectores de la ciudad se ven involucrados en la trama de responsabilidades por aceptar coimas para permitir estos talleres. 14/05/2015
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Luis Fernando Rodriguez Palma junto a la maquina de coser en la que se encontraba trabajando el día del incendio. Hacia sólo tres meses que el taller había empezado a funcionar. 11/05/2016
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Segundo incendio del taller textil de la calle Paez 2796. El lugar se volvió a incendiar diez días después del incendio en el que murieron dos niños de 7 y 10 años. (+)
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Bomberos tratan de apagar el Incendio en el taller de la calle Paez. Dos niños murieron a causa del fuego que se inicio por una vela. 27/04/2015
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Marcha a dos semanas del incendio del taller textil ubicado en Paez y Terrada. La marcha se efectuó hasta otro taller textil en la calle Viale donde nueve años antes fallecieron 6 personas en un episodio similar. «> (+)
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Cuatro testigos esperan frente al Tribunal Oral 5 el comienzo del juicio por el incendio del taller de Luis Viale. 18/04/2016
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Portón del taller de Luis Viale donde esta dibujado las figuras con los nombres de los responsables: Juan Manuel Correa, Luis Sillerico Condorí, Jaime Geiler y Daniel Fischberg
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Juan Vasquez acude a los tribunales federales por la citación del juzgado federal 06 sobre trata de personas. Trabajó de costurero hasta que fundó con algunos compatriotas la editorial Retazos y el periodico «el visor boliviano». «> (+)
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Marcha de los costureros en memoria de los fallecidos. La manifestación se desvía de su trayecto para escrachar los talleres ilegales de propiedad de Fischberg y Geiler, dueños del taller de Luis Viale que se incendio.
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Luis Fernando acude a los tribunales para el veredicto y escuchar la sentencia. La querella pidió 20 años y el fiscal 13 años de cárcel para los dos imputados. 21/06/2016
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Luis Condorí Sillerico, uno de los dos acusados espera a ser detenido después de escuchar la sentencia que lo condena, junto a Juan Manuel Correa, a 13 años de prisión por estrago doloso y reducción a la servidumbre.
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Luis Fernando es abrazado por sus compañeros después de escuchar el fallo del tribunal. (+)
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Tela para cortar // Verónica Gago


La presión crece. Una metodista toma los tiempos de producción con cronómetro y el control se respira en la nuca. Nueve operarixs en cada mesa se distribuyen las piezas de tela. Unas manos unen los hombros, otras cierran el lateral y pegan las tres tiras. Mientras, se arman los cuellos y luego se les agrega la etiqueta trasera. Los dedos ágiles parecen hacer pases de magia entre el género que se desliza bajo la aguja. Hay que hacer coincidir las franjas, no dejar frunces. Se cose para las mega marcas Adidas y Nike. Camisetas de primera línea para el equipo de la selección nacional de AFA y para clubes de primera como River y Estudiantes. Últimos modelos deportivos que brillarán en las vidrieras unos días después. Algunas otras prendas también se exportan. Para que esos super logos sean posibles en las actuales condiciones de trabajo, hoy lxs costurerxs no pueden casi ni levantarse de su puesto. Ir al baño se convierte en un lujo y una pesadilla al volver corriendo y ver los cortes acumulados, desobedeciendo al cronómetro.
Mientras tanto, en el Palacio de Justicia, el Tribunal Oral Número Cinco es escenario del racismo desinhibido de la abogada defensora de los empresarios y dueños del taller textil de la calle Luis Viale, donde murieron seis personas en un incendio hace diez años. La “letrada” –como dice la jerga leguleya- habla de lxs trabajadorxs migrantes de Bolivia argumentando que “en el contexto en el que se mueve, su mente es bastante primitiva”, propone justificar la explotación en nombre de que “en su lugar de origen viven en peores condiciones”, cree que puede tratarse de “delitos culturalmente motivados”. No son situaciones muy distantes: son lugares desde los que se difunden socialmente imágenes de racismo y de disciplinamiento laboral frente a los despidos y al ajuste, donde lo que se busca es expandir el miedo como fórmula de explicación de lo que sucede, y de obligar al conjunto de lxs trabajadorxs –más allá de su nacionalidad- al acato a la jerarquía y a las amenazas. Son mensajes que se envían al conjunto de la sociedad y que exceden por lejos al recinto del tribunal o a las paredes de una fábrica. Este martes, sin embargo, la sentencia del tribunal dio un paso promisorio: además de la condena de trece años de prisión a los dos talleristas a cargo del lugar (uno argentino, otro boliviano), también se ordenó la investigación a los dueños de las marcas para las que trabajaba el taller, Daniel Fischberg y Jaime Geiler, así como a los inspectores y a la policía.
Corte y confección


La situación laboral en las empresas textiles está subiendo en temperatura entre el chantaje patronal y las resistencias que empiezan a mostrarse desde lxs trabajadorxs. Todo es cuestión de ajuste: de tiempo y de costos del lado de la empresa Tessicot S.A., donde trabajan 800 personas. Es una entre muchas fábricas textiles donde se respira ya el conflicto, donde los sindicatos por el momento llaman a la paciencia y la calma, y  donde lxs trabajadorxs saben que mientras esperan siguen avanzando las amenazas y las listas de futuros despedidxs son el rumor que ni el sonido de las máquinas logra acallar.  Sobre cada unx de lxs trabajadorxs (compuesto por un 85% -600 mujeres y hombres- migrantes), el ajuste lastima los cuerpos: tendinitis, dolor de cervicales, lumbalgia, hernias de disco, stress, ataques de pánico y hasta un ACV asaltaron la fábrica en las últimas semanas con acelerada repetición. Las licencias de enfermedad se multiplican y quienes las toman pasan a la fila de los “ajustables” de modo automático.

Pero el cuerpo pone un límite, una frontera de resistencia. “No podemos destruirnos para cumplir con lo que necesita la fábrica, en casa nos esperan nuestrxs hijxs”, grita Rebeca en la asamblea improvisada en el Parque Los Andes, en el corazón del barrio porteño de Chacarita. Justo en diagonal, las vidrieras del outlet de Nike espejarán más tarde las banderas improvisadas que opacan su resplandor.
El mismo día en que Mauricio Macri vetó la ley anti-despidos, en la textil Tessicot S.A., vinculada a la fábrica de hilados Sedamil, se impedía el ingreso de siete trabajadorxs costurerxs. Ya se habían sucedido otros. Sin recibir telegrama previo, la empresa alegó despedirlos con motivos de reestructuración. Cinco de ellxs, ¡oh casualidad!, son los representantes de sus respectivas líneas. Todxs son bolivianxs, que ya soportan un diferencial de salario notable respecto de sus colegas argentinxs. Resisten a la implementación, desde hace un par de meses, del método Lean, que exige un incremento permanente de la productividad. La patronal insufla miedo: amenaza con cerrar frente a la lluvia de importaciones chinas y exige más producción. “Más rápido y mejor hecho”, se les dice en el hombro a cada unx que está reclinada sobre las prendas que se están cosiendo a un ritmo cada vez más insostenible. La botonera, el atraque y la ojaladora ahora son operaciones que quedan fuera de la línea de producción y las hace la operaria de mesa, a quien tampoco se le pueden juntar muchas prendas y a la vez se le exige extremar “calidad”.
Ninoshka ya tiene el brazo inmovilizado pero no deja de vociferar en el medio del frío su situación como responsabilidad de la empresa. Mientras escuchamos su testimonio, se acerca un chico joven: “Trabajo en una fábrica de acá a la vuelta, haciendo muebles y también ya empezaron los despidos y los medios turnos”, comenta. Por primera vez ve en la calle a decenas de trabajadorxs que son sus vecinxs pero que jamás cruzó, siempre escabullidxs a las carreras a buscar el subte, el tren y el colectivo; tampoco imaginó que terminaría invitado a la asamblea improvisada al rato.
Ely también sufre en el hombro unas dolencias que le dejaron fuera de la línea. Está obligada a hacer rehabilitación pero no se aleja de la organización que siente que es lo único que le va a devolver algo de salud. La visibilización del conflicto a través de los medios funciona pero la lista de despidos no deja de ser un fantasma que acosa apenas se vuelve a la rutina. Las delegadas de línea que conversan en la puerta unos días después de la asamblea aclaran que la prioridad sigue siendo pedir la reincorporación de lxs compañerxs. Pero al momento otra trabajadora avisa que los recibos de sueldo de esta quincena ya vienen con el descuento de las horas de paro, porque el gremio no llegó a respaldar la medida. “El argumento que nos dieron es que la notaria pública filmó a quienes pararon la fábrica”, puntualiza. El descontento crece pero también la sensación de que las represalias se sienten en el bolsillo que ya está más que flaco, porque no a todos les dan tickets canasta (otra de las discriminaciones internas) y porque el último aumento fue de 240 pesos.
Tiempo de organización
“Nos tenemos que organizar de cualquier manera. Es nuestra única fuerza”, dice Miriam, una de las activistas que prefiere no dar su verdadero nombre. Hay una lucha concreta por el tiempo de la organización. Lxs trabajadorxs presionan y están dispuestas a pelear la representación de cada línea. “Nos estamos formando entre nosotras para presentarnos en las elecciones de delegadxs internos de la fábrica, que serán en septiembre. Nos juntamos a leer las leyes y convenios, nos juntamos con gente de organizaciones y otras experiencias de fábricas, tratando de prepararnos y saber cómo articularnos sin perder nuestro proceso de asamblea”. En medio del conflicto, se percibe con más nitidez que hace falta hacerse tiempo para la formación. Ese es parte del saldo precioso del conflicto, no exento de complicaciones. “A muchas se nos hace re difícil: trabajamos muchas horas, además sabemos que necesitamos encarar esta lucha poniendo más tiempo, y sobre todo no podemos descuidar a nuestrxs hijxs”, reflexionan, ya fuera de la marcha. “Necesitamos que nos apoyen sin aparatearnos. A la cabeza están lxs despedidxs y los representantes de línea que somos quienes tenemos comunicación permanente con nuestrxs compañerxs aunque no tenemos mucha experiencia política”, explica gráficamente otra de las presentes en las reuniones de formación. Es un aprendizaje acelerado. Agrega Miriam: “Hay que sostener la pelea, ayudarnos a mantenernos firmes a pesar del desgaste y las amenazas y, sobre todo, sostener los vínculos entre quienes fueron despedidxs y quienes aun estamos en la fábrica”. Es mucho trabajo, pero otro tipo de trabajo.
Un, dos, mil talleres
Muchxs de lxs trabajadores textiles han pasado, antes de estar en la fábrica, por talleres textiles mediáticamente denominados “clandestinos”. Mucho se discute de las diferencias pero también de las similitudes de los métodos de trabajo en ambos espacios que, a primera vista, parecerían bien distintos. “Ojo que en la fábrica, de los enchufes comunes, cuelgan un montón de cables y además estamos tabicados. Si algún día hubiese un incendio, sería una tragedia”, dice Ninoshka. Por supuesto el incendio no es una imagen cualquiera.
En estas semanas se sucedieron los alegatos y finalmente la sentencia del juicio por el incendio del taller textil de la calle Luis Viale. Sucedió exactamente hace diez años, marcando un punto de inflexión en la visibilidad dramática de esa realidad laboral. Pero también desde entonces una serie de organizaciones de jóvenes migrantes encararon una manera de politizar realidades que no se agotaban en denunciar la explotación y, mucho menos, en creer que todo se hacía claro si se hablaba de “trabajo esclavo”.  Hace un año, cuando otro taller se volvió a incendiar, en la calle Páez, también en el barrio porteño de Flores, esa red de organizaciones mostró su fuerza y su capacidad de construir una narrativa y una voz desde lxs trabajadorxs, que es mucho más compleja, minoritaria y arriesgada que la que le queda cómoda a quienes se deleitan sólo con la denuncia o a quienes tienen recetas ya hechas de la organización del malestar (algunxs con tradiciones de miles de años).
Myriam Carsen, abogada de las víctimas del incendio que actúan como querellantes evaluó al juicio como un hito importante: “Creo que el juicio ha hecho un camino muy distinto al que imaginamos, fue mucho mejor en el sentido que por primera vez la fiscalía se puso al hombro la defensa de lxs trabajadorxs del taller. Este último fiscal (Fabián Céliz) encontró un camino para la investigación y ha jugado un papel importante para saber lo que pasó y lo hizo con compromiso y muy seriamente. Cuando parecía todo perdido, nosotros como querella tuvimos una posición de sostener  la necesidad de que el juicio siguiera adelante y lo logramos”.
Los jueces habían intentado varias veces pedir la prescripción, pero una vez que la Cámara de Casación les obligó a hacer el juicio, han mostrado interés en la nueva etapa. “Esto demuestra la utilidad del juicio oral como procedimiento: no es lo mismo leer papeles que escuchar directamente las voces de las víctimas, estar frente a los testimonios de familiares y a los imputados. En esa línea, se impulsó la inspección ocular del taller”, señala. El martes último, tras la sentencia, Carsen dijo a Las/12: “Fue un fallo muy completo aun si no reconoce la imputación del dolo, sí reconoce la reducción a la servidumbre y ordena investigar a los propietarios del local, a su vez proveedores de trabajo, y a los funcionarios y policías por las denuncias de coimas”.
Ni esclavxs ni primitivxs
Hablar de lxs trabajadorxs migrantes como esclavos, sumisos, y primitivos es siempre un tipo de infantilización que históricamente se comparte con la subordinación patriarcal. Por eso, ambas agendas confluyen en el mejor lugar que pueden hacerlo: en la calle. La mudez con que algunas de las mujeres reaccionaron a la pérdida de sus hijxs en el incendio empieza de a poco a descongelarse.
Frente a los argumentos racistas que se escucharon en el juicio, el Colectivo Simbiosis Cultural, activista desde hace años en la búsqueda de justicia por este caso, se pregunta: “¿Es gratis decir todo eso? Si bien entendemos que es el pensamiento de una parte de la sociedad, el tema es que se vuelven a usar esos argumentos en ámbitos jurídicos, por parte de una funcionaria pública, quien tiene a cargo la docencia en la Universidad de Buenos Aires, y que incluso fue a dar clases a Bolivia. Es de una gravedad enorme el pensarnos como sociedad amparando este tipo de discursos en estos niveles, y mucho más como colectividad boliviana, como trabajadorxs migrantes. Nosotrxs no vamos a conceder que se cambie el eje del juicio, de lo que se está juzgando, que consiste en determinar quiénes tienen la responsabilidad de mantener a esa cantidad de personas en esas condiciones, para extraer el máximo rédito económico posible y buscamos trazar todo el continuo que la fragmentación de la producción pretende ocultar”.
La necesidad de poner de relieve las resistencias que se tejen acá y allá, de conectar lo que pasa en una fábrica con lo que se vive en una organización barrial, lo que se discute en términos jurídicos con la violencia institucional, de enlazar la violencia en los territorios con el impacto del tarifazo y así siguiendo sólo es posible en la medida que se cosen las prácticas y los lenguajes para evidenciar la singularidad de lo que tienen en común.
En la escena del juicio por el incendio del taller textil y en la asamblea de lxs delegadxs se visibiliza sólo un eslabón que tiene el desafío de construir sus traducciones y conexiones con otras realidades. Es un trabajo casi artesanal, que insume horas y más horas, pero del que emergen voces potentes. Agrega Sonia, una de las integrantes de Simbiosis: “Si se consideran los argumentos que se hacen contra nosotrxs como argumentos válidos, es porque se quiere hacer entender que en Argentina hay ciudadanos que no podrían reclamar por sus derechos ya que entran en ese “parámetro cultural” otro, que se los deja afuera del derecho. De hecho, para las únicas personas que intentaron reclamar por las condiciones de trabajo y se animaron a denunciarlas, la defensa pidió que se las investigue por “falso testimonio”, en el cual “ellos” cumplen el rol de “sumisos y trabajadores”. Además claro, que eso habilita que se los pueda explotar laboralmente ya que “en su lugar de origen viven en peores condiciones”. Eso no lo podemos tolerar”. Hay que marcar esa frontera de lo intolerable y, como dice Miriam, la única fuerza que tenemos es organizarnos.

Clinâmen: Seguridad y finanzas en el gobierno de Macri

Conversamos con Ileana Arduino, integrante de Ilsed y miembro del equipo en gestión de Defensa y Seguridad de la ex ministra Garré, y Pedro Biscay,  miembro del directorio del Banco Central. La concepción corporativa de las políticas de defensa y seguridad. El secreto financiero como valor supremo detrás de los Panamá Papers y el blanqueo. ¿Qué hay detrás de las campañas contra las «mafias» y la «corrupción»? Delito financiero y espectacularidad. La relación entre dinero y política.

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¿Cuál es la fuerza de un gobierno? (Crónicas Antiheroicas Griegas IV) // Marta Pérez e Irene Rodríguez



-The police come. They say “in 2 months, you Germany!”
-Really? They say this?
-Yes, “in 2 months, you Germany!”
Ha pasado ya más de un mes desde que Shirin se subiera al autobús que le llevaba desde Idomeni hasta uno de los campos militares que el gobierno griego ha instalado en las afueras de Tesalónica. Y van a pasar al menos seis meses más -quizá llegue al año o año y medio- hasta que Shirin sepa si va a Alemania, se queda en Grecia o es devuelta a Turquía o a su país de origen.
Al decirles que en dos meses estarían en Alemania, la policía mentía a las personas que eran trasladadas a la fuerza en el desalojo de Idomeni. Quizá porque así era más fácil que se subieran al bus. No sabemos si esto era una consigna desde arriba o un recurso que la policía usó sobre el terreno para hacer “su trabajo”. Sí podemos afirmar que esta forma de hacer -manejar la información desde el punto de vista de la contención- es la que está usando el gobierno griego desde que instaló los campos militares. Y es que las personas atrapadas en Grecia están en estos campos, abiertos para ellas aunque algunos ya han instalado toque de queda por las noches, porque el gobierno griego y las instituciones supra e internacionales con las que trabaja han decidido que es un paso necesario para entrar en el programa de pre-registro previo a la petición formal de asilo.
El laberinto jurídico de la petición de asilo
El proceso de pre-registro es un programa que comenzó el 8 de junio y está financiado con fondos de la Comisión Europea. Lo están llevando a cabo de forma conjunta la oficina de asilo del Ministerio del Interior griego, la EASO (Agencia Europea de Apoyo al Asilo) y la ACNUR. Un grupo de trabajadores de esta última institución recorren los campos militares colocando una pulsera identificativa amarilla a las personas, donde figura la hora y el día en el que unos autobuses vendrán al campo a buscarlas para llevarlas a Tesalónica. Allí se les entrega un documento, la jartilla, que es una renovación del primer papel que recibieron al entrar a Grecia (un documento expedido por el Eurodac). Esta jartilla les da derecho a permanecer en Grecia y acceder a algunos derechos básicos, como puede ser moverse por el país o acceso a la sanidad y a la educación en el caso de los menores, pero no a trabajar.
Tras los trámites de la jartilla en Tesalónica vuelven al campo. A esperar a que les llegue un mensaje de texto al móvil en el que se les informará de su primera entrevista para iniciar el proceso de asilo, que dura entre cuatro y cinco horas. En ella tienen que demostrar con todo detalle que su petición de asilo está fundamentada. En esa entrevista las personas pueden optar por una de las tres vías de asilo que ofrece el programa: 1) solicitar el asilo en Grecia, algo que ninguna de las personas que hemos conocido quiere hacer; 2) los menores y los cónyuges pueden solicitar reagrupación con sus familiares con permiso de residencia en otro país de la UE; 3) sólo las personas de origen sirio e iraquí pueden solicitar reubicación (“relocation“) a otro país de la UE, pudiendo presentar una lista con sus seis preferencias. Tienen que presentar una lista con seis países por orden de preferencia, pero no se garantiza que ninguno de esos seis sea el destino ofertado. Si se rechaza el lugar que el programa ofrece, esta tercera vía queda cerrada y hay que volver a iniciar todos los trámites para solicitar la vía 1 (asilo en Grecia) o la 2 (reagrupación familiar, si se cumplen los requisitos).
Las instituciones que organizan este programa han decidido que no empezarán a enviar los sms para la primera entrevista de asilo hasta que no acaben de pre-registrar a todo el mundo en los campos. Aunque en la página web de la oficina de asilo griega dice que se estima que este pre-registro estará terminado a mediados de julio, sobre el terreno representantes del programa y personas de redes de apoyo a migrantes lo dudan. Por poner un ejemplo, se han tardado 10 días en pre-registrar a todas las personas del campo de Oreokastro (casi 1.500 personas). Hay 55 campos y 50.000 personas en toda Grecia que tienen que ser pre-registradas.
¿No hay otra manera más rápida de hacer esto? Todas nos hacemos esta pregunta. Sólo existe una segunda opción para obtener la primera entrevista de asilo, que lleva implantada desde que comenzaron a llegar refugiadas a Grecia: hacer una llamada por Skype. Sin embargo, esto es algo que durante meses ha intentado casi toda la gente que hemos conocido y no ha logrado nadie. El teléfono siempre comunica. Para las personas refugiadas que no tienen suficiente dinero para pagar a las mafias, el pre-registro es la única alternativa que tienen para salir de los campos en Grecia y continuar el viaje hacia su destino.
La opción que ha tomado el gobierno griego se torna violencia directa sobre el terreno. Los campos son abiertos, la policía les dice a las personas que están en ellos que son libres de ir donde quieran. Pero el campo es mucho más que un recinto de condiciones lamentables: el propio procedimiento administrativo para salir del campo obliga a la gente a permanecer en él. El campo está hecho de coerción blanda, indirecta, que se alimenta de la incertidumbre y de la esperanza de la gente, que genera dependencia y desconfianza, y que bloquea posibilidades de tomar decisiones autónomas, ya sea de forma colectiva o individual.
El caso de las personas iraquíes
“Lo más importante para todos es que no cunda el pánico, que se mantenga la calma para que no haya violencia”. Son palabras de una trabajadora de ACNUR en Grecia, en el marco de una conversación en la que le preguntábamos por la situación de las personas iraquíes. Los nacionales de este país no podrán solicitar la reubicación, una de las tres opciones del programa de asilo, si no han sido pre-registrados antes del 30 de junio. Dado que la tasa de aceptación de asilo de los iraquíes en países de la UE ha bajado, los responsables del programa han decidido poner una fecha límite para que las personas de esta nacionalidad puedan acceder al mismo. Aunque ACNUR señala que están tratando de acelerar el pre-registro de personas iraquíes, no se plantea abrir otra vía que garantice que todas podrán entrar en el programa: desde esta institución y también desde el gobierno griego se ha aceptado que, al ritmo que va el pre-registro, no habrá tiempo para que todas puedan estar dentro del programa de reubicación. Pero las propias familias iraquíes no lo saben. Nadie les ha contado que su proyecto de vida depende de esta fecha tope; o más bien de que las personas que les ponen la pulsera amarilla en la muñeca lleguen a tiempo a su campo.
Esta forma de manejar la información tiene efectos devastadores. El resultado: la mayoría de la gente con la que hemos hablado piensa que esa primera entrevista en Tesalónica para renovar sus papeles es la entrevista de asilo; la mayoría piensa que le queda un mes, o dos, para llegar a su destino, cuando le quedan al menos seis; que el hecho de tener un hermano, o un primo, en otro país europeo, permitirá su reagrupación con ellos.
La respuesta del gobierno griego al cierre de fronteras
Cuando preguntamos a amigas griegas qué dice el gobierno griego en los medios de comunicación con respecto a este asunto nos cuentan que es una combinación de varios argumentos: es Europa, no hay dinero, el gobierno anterior ya dejó una situación insostenible, se está haciendo lo mejor que se puede. Cuando hablamos con los representantes de ACNUR nos dicen que ellos no pueden hacer nada más que apoyar al gobierno griego, que es el responsable del programa de pre-registro y de la situación de las personas atrapadas en Grecia.
Nos hemos preguntado muchas veces: entonces, ¿cuál es la fuerza del gobierno? Si el gobierno no tiene fuerza para poder hacer otra cosa que no sea construir campos militares, ¿para qué tiene fuerza? Una amiga que tiene varias compañeras muy cercanas que ahora son parlamentarios con Syriza nos decía que estaban en una situación horrible, que no podían hacer casi nada: “se avergüenzan de lo que hacen, pero sobre todo de lo que no hacen”.
Porque está lo que este gobierno deja hacer, las cosas que este gobierno deja que pasen. Desde los efectos de la administración militar en los campos hasta la desesperanza de la gente por no saber cuándo saldrá de ellos, pasando por las múltiples exclusiones de un proceso de pre-registro incapaz de dar cabida a las complejas situaciones vitales.
Los militares no permiten a la gente de los campos tener su propia cocina. Estas prácticas colocan a las personas en una posición de dependencia para cubrir sus necesidades más básicas. Precisamente, las demandas relativas al agua, la comida, la higiene o el hacinamiento son las únicas que parecen tener posibilidad de ser atendidas en un marco en el que las promesas del gobierno se reducen a la mejora de las condiciones de los campos.
Tenemos unos amigos cuyo hijo, de 17 años y medio, está en Alemania. A los padres, que están en el campo de Sindos Frakaport, les quedan cinco meses para poder realizar el pre-registro, la primera entrevista de asilo, solicitar reagrupación y que todo se apruebe antes de que su hijo cumpla los 18 años; una vez que los cumpla ya no podrán solicitar la reagrupación familiar. Si esto ocurriera, solo les quedaría la vía de la reubicación, por la que podrán ser enviados a cualquier otro país diferente de donde vive su hijo.
Un amigo joven, de veintipocos, nos cuenta que aquí no puede trabajar, nadie le dice cuánto tiempo le queda, cuándo podrá continuar su camino, y todas las señales indican que será dentro de mucho. Pero no lo sabe. Se le acaba el dinero y en Turquía puede encontrar trabajo. Si en las próximas semanas no comienza su proceso de asilo, volverá. El mismo viaje, de nuevo, pero en sentido contrario: vuelta a las islas, pago a las mafias y/o jugársela de nuevo en un bote o en los bosques de la frontera.
No se trata de centrarnos en casos particulares; sobre el terreno, rápidamente, una se da cuenta de que son efectos generales. Los relatados aquí son tan sólo algunos ejemplos de lo que está produciendo la respuesta del gobierno griego al cierre de fronteras. Es a esa escala donde sentimos la ausencia del gobierno, su falta de fuerza, de compromiso para hacerse cargo y revertir los efectos violentos de la política migratoria europea. Esta ausencia duele, tanto si es por desconocimiento como por incapacidad o por decisión. Pero quizá lo más devastador de que el gobierno haya optado por los campos militares es que asfixia los intentos de las personas cualquiera por tratarnos unas a otras con dignidad.
Fuente: http://revistaalexia.es/

Al millón de votos desaparecidos // Amador Fernández-Savater

¿Dónde se fueron, dónde os fuisteis?
Millón de votos desaparecidos.
Os creíamos disciplinados ilusionados fidelizados esperanzados hegemonizados semiotizados galvanizados catalizados y electrizados
Os teníamos por votantes religiosos devotos fervorosos piadosos, creyentes en el Mesías y su Promesa, en el Relato de la Salvación de los Justos y el Castigo de los Villanos.
Pero nunca se sabe (y esa es la gracia).
¿Dónde se fueron, dónde os fuisteis? Millón de votos desaparecidos.
¿Os quedasteis en la cama, os marchasteis a la playa, se os hizo tarde tal vez? Vaya usted a saber.
Raza de votantes escépticos ateos paganos impíos tácticos calculadores ambiguos oscuros volátiles imprevisibles irrepresentables ilegibles e incodificables.
Con los que nunca se sabe (y esa es la gracia)
¡Oh agujero negro! ¡Oh triángulo de las Bermudas! ¡Oh espacio de anonimato!
Refractario a razones interpretaciones significaciones explicaciones comparaciones hipótesis tesis-antítesis-síntesis estadísticas demoscópicas y colonoscópicas
Del que nunca se sabe del todo (y esa es la gracia)
¡Ya vuelven, ya están aquí, con nuevos sondeos análisis y diálisis! ¡Ya preparan nuevos marcos hechizos encantamientos storytelling mitopoiesis y brujería!
Pero con nosotros nunca se sabe (y esa es la gracia)
No nos queda apenas fe (y mejor así).
Confianza, en todo caso, de la que se da y se recibe, se muestra y se demuestra ENTRE IGUALES.
¿Dónde se fueron, dónde os fuisteis?
Millón de votos desaparecidos.

Comunes bastardos: una conversación entre Christian Laval, Pierre Dardot y el campo de la cebada

El crítico cultural Fredric Jameson afirma que “hoy es más fácil imaginar el fin del mundo que el final del capitalismo”. Precisamente para romper ese bloqueo de la imaginación política y abrir el futuro, Christian Laval y Pierre Dardot han escrito Común, subtitulado “ensayo sobre la revolución del siglo XXI”. Partiendo de prácticas y experiencias ya existentes, Laval y Dardot elaboran la idea de un nuevo principio político capaz de salir de las alternativas de la política del siglo XX (izquierda/derecha, Estado/mercado, público/privado): es “lo común”, una lógica de pensamiento y acción que se define por anteponer la participación a la representación y el derecho de uso al de propiedad.

En octubre de 2015, Laval y Dardot estuvieron en Madrid presentando el libro. En la librería Traficantes de Sueños, entablaron un diálogo con personas que piensan y hacen lo común en la ciudad: Elena Aguiló (médica de familia del servicio madrileño de salud y miembro del centro de desarrollo en Salud Comunitaria “Marie Langer”), Pablo Carmona (Miembro del Observatorio Metropolitano y Ahora Madrid) y Manuel Pascual y Jacobo García de ese “común urbano” que es el Campo de la Cebada. El objetivo de la sesión era interrogar recíprocamente el libro desde las prácticas concretas de lo común y viceversa. Lo que presentamos aquí es el hilo de conversación que se dio más directamente entre los autores franceses y el Campo de la Cebada. La sesión entera puede escucharse aquí.

Jacobo: Manuel y yo venimos a hablar del Campo de la Cebada, pero más que explicaros lo que es, que no sabríamos, queremos lanzaros algunas preguntas. En particular a vosotros [Laval y Dardot] que habéis escrito un libro sobre “lo común” y en general a todos los que estáis aquí. La Cebada es un espacio de conflictos y de resolución de conflictos permanente, un espacio tomado, usado y gestionado ahora mismo por gente que no viene de movimientos sociales. Y es, a partir de estos conflictos, de estos problemas y de estas complejidades que os queremos plantear una serie de dudas.

Manuel: ¿Y cómo vamos a plantear esas preguntas? Lo que nos han pedido hoy es interrogar este libro desde un ejemplo muy terrenal que nosotros conocemos: la vivencia cotidiana de un “común urbano” como puede ser la Cebada. Y justo ahí estaría la primera duda: si existen los comunes urbanos y si la Cebada sería uno de ellos. Porque la verdad es que nos parece que la Cebada es, en todo caso, un común bastardo, un hijo de lo común pero también del neoliberalismo. Un “hijo de mil padres”, que era el insulto que les hacíamos a los colegas del barrio cuando éramos pequeños.

Entonces lo que vamos a hacer ahora es lo siguiente: vamos a contar ocho anécdotas, ocho pequeñas historias que han ocurrido en la Cebada, tratando de extraer de cada una de ellas una pregunta muy concreta que hacerle a este libro sobre lo común. Las anécdotas o situaciones atraviesan ocho conflictos. Porque como decía Jacobo, si la Cebada ha sabido hacer algo bien es desde luego habitar el conflicto, es decir, plantearlo, no como algo que puede o debe ser eliminado, sino como algo que se trata de habitar y que puede producir innovación. Arrancamos entonces con las ocho historias.
Jacobo: ¿Quién puede tomar las decisiones en la Cebada, quién no? Hay una asamblea en la Cebada que recoge las propuestas de actividades. Al ser un espacio tan transitado y céntrico, está muy solicitado. Y ha habido veces que empresas privadas o multinacionales como Red Bull, Nike o Adidas han venido a pedir el espacio para montar una actividad. Red Bull, por ejemplo, quería organizar un partido de baloncesto. Entonces fuimos y preguntamos qué les parecía aquello a los que usan todos los días la cancha de básquet. Y los chicos del básquet estaban encantados, porque decían que así podrían jugar con Fulanito y Menganito. Pero otros amigos, los más ideológicamente políticos, dijeron que no, que eso no podía pasar en el Campo. Fue una catástrofe, todos llorando, los unos porque querían que esa actividad se diera, los otros porque les dolía haber frenado una actividad que apetecía.
Entonces, la primera pregunta es la siguiente: ¿los comunes urbanos tienen que ser radicalmente abiertos o pueden constituirse también en pequeñas comunidades cerradas? ¿Quién tiene legitimidad para decidir, con qué criterio?
Manuel: Segunda anécdota, muy relacionada con la primera. Tiene que ver con el debate que mencionaba Jacobo sobre si abrir el espacio completamente o decidir unas reglas, unas normas, unos horarios. En la Cebada apostamos por lo segundo precisamente para preservar una posibilidad de lo común. Me explico: si abrimos el espacio completamente, se llenará con toda seguridad de ruido y botellones, y los vecinos dejarán de bajar. Si no hay ningún control, la gente más fuerte en el espacio público —la gente joven que va a hacer a la Cebada cosas que no puede hacer en otros sitios— expulsará a madres con hijos y otras formas no hegemónicas de habitar un espacio.
Es una aparente paradoja: la apertura necesita un cierre, para favorecer un común urbano hay que poner límites. La segunda pregunta sería cómo trabajar esta paradoja de poner límites a lo común.
Jacobo: Tercera historia. En la Cebada, al ser un espacio tan abierto como es, pasan a diario mil cosas invisibles, algunas maravillosas y otras más problemáticas. Hay venta de drogas, hay venta de cerveza, hay un monopolio de actividades culturales muy criticable, etc. Pero se dan situaciones curiosas. Porque es el mismo chico que vende droga en el Campo el que lo cuida. Y es la misma gente que vende ilegalmente cerveza la que limpia el espacio. No sé cuántas veces habréis visto a alguien que vende cerveza por la calle y va recogiendo al mismo tiempo las latas, pero es muy curioso, muy bonito.
Entonces, la pregunta que nos viene, también leyendo el libro de Verónica Gago sobre las economías informales, es si un espacio común puede albergar al mismo tiempo prácticas neoliberales, si es posible distinguir nítidamente las prácticas neoliberales de competencia de las prácticas de lo común.
Manuel: El cuarto ejemplo tiene que ver con uno de los grandes problemas de la Cebada: la limpieza. Claro, como la administración no entra, pues no tenemos los servicios básicos, es decir, nadie baja a limpiar ese espacio público. En esa lógica de lo común, cada cual asume que tiene que limpiar lo que ensucia, pero siempre existe suciedad que nadie ha limpiado, siempre hay que limpiar lo que otros han ensuciado. ¿Quién lo hace? La limpieza es un problema capital.
En la lógica de hacer de la Cebada no solo un espacio de autogestión, sino un espacio donde inventásemos otra relación con la administración, en las asambleas donde abordábamos el tema se decía: “Tenemos que tratar de convencer al Ayuntamiento para que limpie la Cebada”. Pero había personas muy lúcidas que nos avisaban del peligro que suponía esto: “Si el Ayuntamiento limpia la Cebada, usaremos el espacio como cualquier otra plaza de Madrid”, decían. Esto es, podremos ensuciar tranquilamente la Cebada porque el Ayuntamiento vendrá después a limpiarlo, desapareciendo así esa conciencia activa que cambia el espíritu de lo común. A partir de esos debates, decidimos dejar de lado una relación de demanda con el Ayuntamiento (pedir, exigir) y lanzamos la invitación a construir espacios conjuntos entre la administración y los usuarios de la Cebada para descubrir y aprender formas de limpiar en común, es decir, con la ayuda de la administración pero sin negar la responsabilidad de los vecinos. Salir de la lógica de la reivindicación y entrar en una lógica pedagógica.
La pregunta aquí sería: ¿puede la pedagogía y la generación de contextos de trabajo híbridos, entre la administración y las instituciones de los comunes urbanos, ser la herramienta con la que la administración infraestructure o posibilite estos comunes urbanos, los apoye o favorezca que aparezcan?
Jacobo: Quinta historia. Probablemente, todos hemos estado en la Cebada, en la calle o en cualquier lugar del mundo con una lata de cerveza en la mano. Porque nos encanta beber, fumar, estar en la calle. Lo que hemos aprendido en la Cebada es que la práctica constante de estar bebiendo, escuchando música a todo trapo o fumando porros sin parar corre el riesgo de privatizar un espacio, de excluir otros usos del espacio.
La quinta pregunta sería entonces si la libertad de uso del común no puede generar prácticas excluyentes. Otra divertida paradoja: la libertad excluyendo, la libertad generando exclusión.
Manuel: Nos hemos dado cuenta de que lo que ha generado un modelo distinto de participación en la Cebada ha sido abrir las infraestructuras. Es decir, que haya enchufes, herramientas de construcción, herramientas como un proyector o altavoces o un grifo de agua. Esto ha cambiado el paradigma de la participación. Nosotros ya no tenemos que preguntar a la gente qué quiere hacer en la Cebada, sino que la gente misma viene, propone y hace lo que quiere, utilizando estas infraestructuras.
La sexta pregunta sería entonces: ¿pueden ser las infraestructuras abiertas el mecanismo para abrir y fomentar los comunes urbanos y pasar de los modelos públicos a los modelos comunes?
Jacobo: A raíz de todo esto de la limpieza, a comienzos de 2015 se generó una situación insostenible: nadie cuidaba el espacio y aquello era la ciudad sin ley. Entonces tomamos una decisión arriesgada: generar una especie de “catástrofe” a ver qué pasaba. Y cerramos el espacio durante un día. La respuesta de la gente fue increíble, parecía que nadie podía vivir sin el espacio. Los chicos no activistas, que no provienen de ningún movimiento social y que usan a diario la Cebada, dieron un paso al frente y cogieron las riendas del espacio. Se acabó aquella actitud de “yo puedo estar aquí y no limpiar porque hay alguien que lo va a hacer por mí”. La “catástrofe” funcionó para reactivarnos.
La séptima pregunta sería: ¿cómo diseñar un común urbano para evitar que acabe formándose en el imaginario una institución separada dentro del espacio común (los que limpian y se encargan por un lado, los usuarios por otro)?
Manuel: La última pregunta tiene que ver con unas reflexiones surgidas al hilo de los encuentros con gente de Tabacalera que hicimos en verano. Ahí nos dimos cuenta muy claramente de que pasan por la Cebada muchos usuarios muy activos y sin embargo a la asamblea sólo vamos un puñado de personas. No podemos decir entonces que la Cebada sea abierta porque se gestione a través de una asamblea abierta. Si pensamos y miramos con detenimiento, hay un montón de situaciones cotidianas donde se están produciendo tomas de decisión más allá de la asamblea. La asamblea es un organismo más, posiblemente obsoleto en tanto que mecanismo único de toma de decisiones en el espacio.
La última pregunta sería: ¿qué mecánicas de gestión -no sólo la asamblea- permiten el gobierno abierto, es decir una toma de decisiones lo suficientemente abierta y plural como para garantizar que un común urbano lo sea verdaderamente?
LA PARTICIPACIÓN MÁS ALLÁ DE LA PARTICIPACIÓN
Pierre Dardot: De nuevo me asombra la riqueza de las ponencias y las intervenciones que escucho, gracias. Quisiera limitarme ahora a tocar dos problemas: el primero, si se puede cerrar un común, si puede existir un común cerrado. El segundo problema que quiero abordar rápidamente es cómo articular los mecanismos de decisión, una cuestión importantísima si queremos construir instituciones de lo común.
Creo que es ciertamente paradójico un común cerrado, un común que corta las relaciones con el resto de la sociedad. Diría más: es una contradicción. Nosotros hemos discutido esto ampliamente: un común no puede ser cerrado, ni siquiera puede existir un común estrictamente profesional y que excluya a otras personas que no comparten la misma profesión. Un común tiene que elaborar la cuestión práctica de tejer sus vínculos con el resto de la sociedad y, en particular, con los usuarios. Y cuando hablo de usuarios no lo digo con ningún menosprecio, porque esos usuarios tienen un papel crucial a asumir….
Entonces, por un lado, un común no puede cerrarse porque si no muere. Pero, al mismo tiempo, solo puede vivir en la medida que hay una coproducción de normas. Todo se juega en esa coproducción de normas. Cómo se reactivan regularmente, cómo todos aquellos que tengan un vínculo con el común pueden participar en esa coproducción de normas, etc. Y cuando hablo de participación, no me refiero a un procedimiento técnico. Hay compañeros muy comprometidos y bien intencionados que hablan de la participación por sorteo: se elige una asamblea de representantes y se complementa con la participación de ciudadanos elegidos por sorteo. Esto es muy interesante, pero remite finalmente a un procedimiento técnico, finalmente formal, y que no aporta ninguna respuesta a la cuestión de la participación. La participación no es un mecanismo técnico, neutro, formal. Hay que poner mucha atención a la cuestión de las normas, de la coproducción de normas, de la discusión y modificación constante de las normas que garantizan la participación de cualquiera.
MULTIPLICAR LOS ESPACIOS DE DECISIÓN
Un segundo punto: para nosotros, ha sido muy importante la figura de Jean Oury, que conocimos personalmente y admiramos muchísimo. Jean Oury trabajó junto a Félix Guattari en la clínica de La Borde e impulsó con él la psicoterapia institucional. Lo que aprendimos de él, también a través de esos encuentros personales, fue algo muy vinculado con la política, y por política no me refiero a los mecanismos de competición entre partidos por la toma del poder, sino a un sentido más profundo. Lo que aprendimos con Oury quiero relacionarlo con algo que vimos y vivimos en la ciudad de Nápoles, en un centro social llamada El Asilo. Un antiguo palazzo del siglo XVII ocupado por jóvenes hace dos años, personas de la esfera de la cultura, del mundo del teatro, la danza y el cine.
Pues bien, ¿qué aprendimos de Oury? Esto: no se trata de instalar en el centro de la toma de decisiones una asamblea general soberana. Esa suele ser la tendencia, con muy buenas intenciones habitualmente, pero la asamblea soberana no deja de ser una instancia única, que puede reunirse con mayor o menor frecuencia, incluso todos los días, pero que tiende al fetichismo de creer que podría solucionar todas las dificultades de la toma de decisión.
Oury nos enseñó que no es un buen modelo para hacer las cosas. Dentro de la psicoterapia institucional, Oury creó el término de “Colectivo”, pero un Colectivo no tiene nada que ver una asamblea soberana donde se reúne todo el mundo para votar decisiones irrevocables e irreversibles. Se trata más bien de un espacio destinado a acoger a las singularidades en sus diferencias. Este fue el problema y el desafío que se planteó Oury. Junto a otros, como el psiquiatra catalán Francesc Tosquelles, Oury trabajó durante la segunda guerra mundial tratando de abrir espacios y entornos abiertos donde acoger a los enfermos mentales. Se lo planteaban de manera muy práctica, tanteaban, hacían bricolaje, sin un esquema formal previo de cómo hacer las cosas. Lo que aprendieron fue que el mejor favor que se podía hacer a un colectivo era crear un espacio capaz de acoger un máximo de diferenciación.
No se trataba de homogeneizar, de ninguna manera. De hecho, Oury se ponía de los nervios cuando se mencionaba la palabra “administración”. La administración es una máquina que homogeneiza y nivela las diferencias. La institución sin embargo es algo distinto, acoge las diferencias y las singularidades de cada uno. En la administración se distribuyen lugares y funciones, hay una jerarquía para todas las posiciones, un médico-jefe, etc. El trabajo práctico de Oury cuestionaba todo esto en el ámbito concreto de la salud mental, trabajando con las enfermeras, los médicos, los enfermos mentales incluso, creando varios tipos de espacio, clubes, apartamentos terapéuticos, etc. Multiplicando los espacios de diferenciación y cuestionando así la lógica jerárquica que distribuye lugares y funciones.
Ciertamente, un común urbano no sigue esta lógica de acoger a los enfermos mentales, pero lo importante es atender a la siguiente reflexión general: cada vez que se construye una institución se hace a partir de algo que ya existe. Para Oury, no se trataba de crear nuevas instituciones, al lado o a parte de las que había, sino de abrir espacios capaces de acoger las diferencias (médicos, enfermeras, enfermos) en su singularidad. El acto instituyente no es creación a partir de la nada, sino que siempre se da a partir de algo muy concreto. Oury creó un concepto para nombrarlo: “lo subyacente”. Siempre hay algo subyacente. Esto para nosotros es fundamental y nos lo enseñó Jean Oury de forma muy concreta, no sólo abstracta o intelectual.
Entonces, se trata de multiplicar los espacios de diferencia, los espacios de elaboración de decisión. Me pregunto si se ha publicado en castellano un libro de Oury que se llama La decisión. En este libro extraordinario, Oury muestra que la decisión no es algo puntual. No tiene nada que ver con una o dos personas reunidas que dicen en determinado momento “ya está decidido”. Nada que ver con eso. Una decisión auténtica requiere de una preparación, de un proceso, no exactamente de una deliberación formal, pero sí de algo que madura, se incorpora y luego se traduce finalmente en decisión. Puede decirse que nadie toma la decisión, sino que esta decisión se va dando, madurando, fuera de una lógica formal. Se nos suele decir, desde la filosofía política occidental, que una decisión tiene tres etapas: uno, deliberación; dos, toma de decisión; y tercero, finalmente, ejecución. Esto para Oury no tiene ningún valor. Una verdadera decisión tiene que madurar dentro de espacios múltiples, para que todos puedan reconocerse en la decisión aunque no se haya tomado de manera formal.
Concluyo ahora comentando, en relación a esto, lo que me sorprendió en el espacio de El Asilo en Nápoles. Podéis encontrar en su web un texto que se llama “Convenio de uso cívico urbano”, redactado por los actores y por los usuarios que dan vida al espacio cotidianamente. En ese texto, repasan las distintas asambleas, las múltiples asambleas donde se toman las decisiones, justo en el modo que recomendaba Oury. Y así debe ser desde mi punto de vista: no pensar una asamblea como instancia única de decisión, no pensar en un espacio único donde se reúnen todas las personas y deciden, sino multiplicar los espacios de decisión y los espacios de diferenciación donde madura la decisión. En todos estos ámbitos se trata de aprender a decidir. No planteando un lugar de decisión único y soberano, sino aprendiendo a preparar una decisión a partir de lugares diferenciados. Una decisión no soberana, no homogeneizante, sino a la vez común y múltiple.
LO COMÚN: DEMOCRACIA RADICAL Y DERECHO DE USO
Christian Laval: ¿Qué es “lo común”? Siempre vuelve la problemática del término, del concepto, de la noción. Voy a explicar muy brevemente de qué se trata para nosotros. Lo común es para nosotros un principio, el principio político de la construcción de institución. Ese principio tiene dos dimensiones: por un lado, la democracia radical, que encontramos un poco por todas partes dentro de las exigencias de democracia participativa, incluyente, etc. Por otro lado, el derecho de uso que prevalece sobre el derecho de propiedad, como encontramos por ejemplo en las experiencias de los comunes urbanos. Democracia y derecho de uso son las dos características principales de ese principio de lo común.
Como principio, lo común es distinto de “los comunes”, los comunes particulares, que son instituciones de participación que corresponden o remiten al principio general de lo común. Para nosotros, lo común no es algo genérico o antropológico, no remite a la condición humana como tal, al hecho de que usamos un lenguaje o de que vivamos juntos, sino que se trata de un principio político. El único vínculo con la antropología que nos interesa aquí sería la capacidad humana de crear instituciones. Como decía el filósofo francés Gilles Deleuze en los años 50, “el animal tiene instintos y el ser humano hace instituciones”. De alguna manera, hemos tirado de este hilo para hacer nuestra reflexión sobre el vínculo entre lo común y la institución.
Cuando pensamos cómo se crea o se fabrica la institución, aparece enseguida un obstáculo que es el “fetichismo” o la maldición de la institución. ¿Cuál es esta maldición? Cuando los seres humanos crean instituciones, cuando establecen o instalan realidades institucionales, los sistema de reglas y estructuras acaban dominándolos, imponiéndose a ellos. Esta in-transformabilidad de las estructuras se legitima en nombre de los principios eternos de Dios, lo Verdadero, lo Bueno, lo Bello, etc. Y entonces las instituciones tienden a reproducirse, a perpetuarse. Se disponen dispositivos concretos que las bloquean y eso impide la continuación de la Historia. Decía Marx que “los hombres hacen su propia historia”, pero se podría pensar que es difícil hacerlo en el marco de una institución. Nuestro enfoque sobre el carácter revolucionario de las instituciones de lo común es distinto: vincular lo común con la institución, pero pensando la institución necesariamente como algo que se puede transformar, que se ha construido en la historia y que es transformable.
¿Qué significa instituir? Institución tiene una raíz indoeuropea: *sta, que significa algo que está recto, de pie, firme. Instituir significa poner de pie, erigir. Es tanto el acto de instituir como una cosa o algo instituido. Los romanos hablaban de instituir la vida, a través de unos marcos como la familia, el idioma, la escuela. Es cierto que en esa ambivalencia del sentido -acto de instituir y cosa instituida- está la tragedia y la maldición de la institución. Es muy fácil de interpretar, como lo han hecho las religiones y algunos filósofos, sociólogos o psicoanalistas, que lo instituido “está” y se impone. Habría otras líneas posibles, como la que viene de Marx y habla de “autoactividad instituyente” de grupos humanos capaces de revolucionar las condiciones de vida, o como la mirada de la pedagogía institucional y la psicoterapia institucional donde lo instituyente prevalece sobre lo instituido. Son reflexiones y prácticas donde se trata de poner en marcha dispositivos en los que lo instituido sea tan solo un resultado del acto de instituir. Resultado, pues, de un deseo vivo.
¿Cómo se crean y sostienen estas formas institucionales donde la praxis instituyente está en el corazón mismo de la institución? Para nosotros es muy importante en nuestros libros no dar ninguna instrucción a nivel político de cómo se debe hacer esto. Lo que entendemos es que puede hacerse, que puede haber gobiernos cuya actividad se remita al principio de lo común, o gobiernos que apoyen y sostengan este deseo de lo común mediante la ayuda que puedan proporcionar a quienes pongan en marcha procesos institucionales donde prevalezca precisamente la autoactividad. Ayudar a desarrollar la capacidad de actuar en común: esto es lo que puede esperarse de las instituciones que apoyan lo común (como los gobiernos municipales ahora en España por ejemplo).
EL TIEMPO Y EL APRENDIZAJE DE LOS COMUNES
Manuel: Yo quería dar mi opinión sobre algo de lo que hemos escuchado. Creo que el común tiene que ver con la unión de muchas subjetividades, con la creación de espacios de subjetivación como se ha dicho. Y me parece que la dimensión temporal de estos espacios es muy importante. Ninguno de los cambios en las dinámicas para construir un modelo diferente de participación o de común urbano puede hacerse de hoy para mañana. No podemos decidir hacer un común urbano en este solar o en aquel espacio como si se tratase de un diseño, con sus instrucciones y tal. Requiere un proceso temporal. Creo que esto tiene mucho que ver con lo que habéis dicho: crear instituciones que en su propio ADN tengan la capacidad de evolucionar y no “institucionalizarse”, digamos.
Antes he hablado de “lógicas pedagógicas”, pero quizá no me he explicado bien. No soy académico ni nada, pero mi idea de pedagogía no tiene que ver con la transmisión, sino con construir espacios de aprendizaje. Un poco a la Vygostki: espacios abiertos de aprendizaje, entornos de desarrollo próximo, lugares donde no sabemos hacer las cosas, pero somos capaces de aprender a hacerlo con ayuda. Creo que esa herramienta resuena con lo dicho sobre los espacios de subjetivación y con ser conscientes de que lo que hagamos, en la Cebada o en cualquier otro sitio, no tiene por qué saber hacerse hoy, sino que tiene que ser un lugar donde se puede aprender a hacer. Pero esto no se puede dejar al libre albedrío. Debe haber diseños, no de cómo hacer las cosas, sino de cómo aprender en común a hacer las cosas, de cómo decidir en común. El otro día un amigo cartógrafo me decía: ya no hacemos mapas, sino que nos dedicamos a construir mecanismos en Internet para que la gente haga sus propios mapas. Y con los arquitectos hoy en día pasa un poco lo mismo: ya no diseñamos espacios públicos, sino que diseñamos mecanismos para que sea la gente quien los construya.
Dardot: La alternativa entre libre albedrío y metodología está mal planteada. Pensando en el libre albedrío, imaginamos un sujeto libre y aislado que hace lo que le da la gana. Esto nos lleva directamente al fracaso. Pensando en metodologías, imaginamos que existe un código de normas formales que podría aplicarse situación por situación. Pero no hay una metodología para poner en marcha un común, no existe una metodología que pueda aplicarse en cualquier situación. Lo que requiere cada situación es liberar la posibilidad de una decisión y eso es cuestión de tiempo. Lo primero es darse tiempo, no tomar tiempo, sino liberar y darse tiempo. Para posibilitar el trabajo de maduración que exige un proceso de decisión colectiva. El ser humano se desenvuelve dentro de condiciones que le son impuestas, pero mediante la acción puede transformar esas condiciones y a sí mismo. Pero no en un solo día. Estamos de acuerdo.
Laval: Sería contradictorio pensar que hay “un manual del común”. Lo que nosotros decimos es más bien que a partir de las prácticas de lo común se puede extraer un saber o, mejor dicho, saberes. ¿Qué tipo de instituciones pueden permitir la aparición de estos saberes sobre los comunes? ¿Qué tipo de instituciones permitirían reproducir o transmitir estos saberes? En Italia, en Francia y en otros países, lo que se está desarrollando son modalidades federativas de comunicar y coordinar distintas prácticas alternativas de lo común. Pienso por ejemplo en las coordinaciones concretas entre pueblos o colectividades. Y en los “festivales de los comunes” que se celebran desde hace meses en torno a varios temas. Yo fui a un encuentro de este tipo en Lyon hace algún tiempo y estuve allí una semana, participando en algo que llamaron el tiempo de los comunes. Allí se reflexionaba sobre la ciudad y sobre las diferentes prácticas de los comunes urbanos: vecinos, viviendas cooperativas, arquitectos, urbanistas, etc. Esta es la manera de comunicar y extender las prácticas de lo común: procurar que haya tiempos, momentos y lugares donde se planteen todas las cuestiones y los problemas que se dan en las prácticas alternativas de lo común. No hay manual, hay encuentros entre los implicados en lo común. Como este mismo.

Comunicado abierto, ante hechos que expresan un inminente cierre de las actividades culturales en el barrio de Floresta

– El día Viernes 01/07, se presentó en el Corralón de Floresta 2 oficiales de policía con un “representante” de la empresa constructora encargada del PROyecto. (Del cual, repetimos como siempre, no hay información escrita ni válida) Estacionaron, a primeras horas de la mañana, con un Gol rojo en la puerta de la entrada principal de Gaona, controlando quienes entraban al espacio y con qué fin.

– Paralelamente otrxs compañerxs, se dirigieron a la Legislatura. Allí nos informaron que el Miércoles 29 de Junio, en una Audiencia Pública el Jefe de Gabinete, Felipe Miguel, al ser consultado por la situación del Corralón, expreso literalmente que se iba a DESMANTELAR el CORRALÓN DE FLORESTA.

– Sumado a esto, la Comuna 10 viene diariamente a vaciar distintos espacios del Corralón, llevándose objetos como por Ej.: adoquines que son patrimonio cultural de Buenos Aires y que no pueden ser removidos del espacio al cual históricamente pertenecen. El Corralón de Floresta está declarado como Patrimonio Histórico de la CABA (Ley 4299/2012)

Frente a esta suma de acciones, entendemos que tienen intención de cerrar el espacio, paralizar las actividades y proceder con el desalojo de los grupos culturales que allí nos desenvolvemos diariamente. El Lunes 4 de Julio iremos a que nos reciba el Secretario de Descentralización (Sergio Constantino), así como a la Defensoría del Pueblo y a la Comuna 10. Adjuntamos públicamente, la carta que acompañará nuestro reclamo. (https://www.facebook.com/notes/corr…)

CONVOCAMOS A TODOS Y TODAS -A ESTAR MÁS ALERTA QUE NUNCA-, A HABITAR EL ESPACIO DESDE LA MAÑANA HASTA LA NOCHE, PARA DEFENDER ENTRE TODXS EL CORRALÓN DEL FLORESTA! -El Miércoles 6 de Julio se realizará una Jornada Cultural, empezando tempranito con talleres, olla popular, música y más! Acercate a participar de la lucha!

-El día Sábado 9 de Julio habrá el 4º Festival Macedonia! Desde las 15hs, bandas, comida, música, poesía, intervenciones artísticas y muraleadas.
Se agradece la difusión, y el continuo estado de ALERTA, para el momento preciso en el que se necesite el AGUANTE y PRESENCIA de todas y todos.

LA CULTURA NO DA NI UN PASO ATRÁS, EL CORRALÓN TAMPOCO

Gobernarnos // Gustavo Esteva


Arrinconados en su callejón, gobernantes desconcertados y patéticos buscan salida a su predicamento imposible: no pueden desconocer ni reconocer su propia ignominia, el hecho de que sus cuerpos de seguridad operaron en Nochixtlán, igual que en Ayotzinapa, como bandas de criminales. No funciona ya la fórmula desgastada del chivo expiatorio. La campaña mediática produce efectos contrarios a los que buscan. Desesperados, parecen dispuestos a lanzarse al precipicio, a cualquier costo. Y ese costo sería inmenso para todos.

El martes 21, en el sepelio de uno de los muchachos asesinados en Nochixtlán, hijo de un maestro, regidor de salud en el cabildo de Apazco, sentíamos todos el dolor de la familia. Nos conmovió aún más la reflexión de su padre: Sí, este es el precio que teníamos que pagar. Pero la lucha tiene que seguir, la lucha no puede parar acá. No son los primeros muertos, ni van a ser los últimos. Ni modo. Estamos aprendiendo en la lucha cosas así.

Un par de días después, en una reunión de productores campesinos en la Mixteca, la conversación resultó muy agitada. Quedó de lado lo que los había traído. Sentían como propia la agresión a los maestros, pero ya no se movilizaban por mera solidaridad. Habían llegado a su límite. Era el momento de luchar por lo suyo, por su propia supervivencia, bajo la convicción de que unidos sería posible cambiar un estado de cosas insoportable.

Se multiplican los frentes de batalla bajo configuraciones y estilos muy distintos. No es lo mismo la Mixteca que Monterrey. Lo que resulta claro es que la lucha magisterial articula descontentos generalizados que buscan su mejor forma de ­expresión.

Gobiernos, medios de paga, empresarios, los llamados poderes fácticos, siguen poniendo el grito en el cielo por el desafío que enfrentan. Buscan razones y pretextos que justifiquen la mano dura, para la que preparan a la opinión pública. Algunas personas comunes comparten su exigencia de restablecer el orden.

Desde arriba insisten así en que el tiempo se agota y urge devolver la tranquilidad a los millones de ciudadanos afectados. Esconden bajo la alfombra la manera en que la perdieron. Los maestros intentaron todas las formas posibles de gestión antes de tomar el curso actual. Tres días antes de las elecciones del año pasado el gobierno rompió las negociaciones y se negó a regresar a ellas hasta que Nochixtlán lo obligó a hacerlo.

En la agenda oficial de diálogo está Nochixtlán, donde el gobierno pretende reparar el daño con meras compensaciones económicas. Puede incluir asuntos laborales como ceses arbitrarios, descuentos y retención de sueldos, y hasta presos políticos y otros atropellos. Pero nada más, nada del meollo del asunto. No entienden la reacción de la gente. Cuando una de las víctimas de Nochixtlán les dice que estuvieron en el lugar de los hechos porque creemos que esta reforma tenemos que echarla abajo, necesitan atribuir ese comportamiento a la manipulación, a rollos ideológicos, e incluso, como en Chiapas, a la injerencia de grupos extremistas. No quieren darse por enterados de lo que pasa.

Las autoridades están derivando la peor de las lecciones de la movilización de hace 10 años. Al crear en 2007 la comisión investigadora de lo ocurrido en Oaxaca, la Suprema Corte se dio por enterada de que las corporaciones policiacas afectaron físicamente a gran número de personas en forma cruel e inhumana, produciendo lesionados, torturados y muertos, y afirmó que se había producido una suspensión de hecho de las garantías constitucionales. La Corte parecía interesada en hacer justicia. Lo que hizo, en cambio, fue extender certificado de impunidad a los violadores. Le pareció que el uso de la fuerza pública fue legítimo …aunque tardío: debieron hacer antes lo que hicieron. Contra su estatuto y sus propias palabras, la Corte dictaminó que las autoridades pueden y deben violar las garantías constitucionales.

Bajo ese paraguas quieren cobijarse hoy las autoridades. Sueltan así todos nuestros demonios. Ante el desastre que se perfila, la fuente de esperanza puede estar en la posibilidad de que la propia gente ejerza desde abajo capacidad de gobierno, al constatar que arriba se perdió esa capacidad. Se han dado ya los primeros pasos por ese camino, como muestran los cambios en la estrategia de movilización.

Ciudadanos y ciudadanas de a pie, lo mismo en una barricada que entre dirigentes de la CNTE, debemos tomar decisiones de gobierno. Los maestros de Oaxaca pueden ponerse a implementar su Programa de Transformación de la Educación, con su sensato sistema de valuación y sus innovaciones pedagógicas. Empezaríamos así a prescindir de la injerencia de las burocracias corrompidas de la SEP en el contenido y la forma de la educación.

En todo caso, sería suicida seguir pidiendo peras al olmo, esperando que estas clases políticas hagan lo que hace falta. Nos toca a todas y a todos. Hacerlo en esta circunstancia crítica nos servirá de práctica para lo que sigue.

Fuente: www.jornada.unam.mx/

LA LUNA CON GATILLO: Una Crítica Política de la Cultura-

12° Programa, segunda temporada (2016)

ESPECIAL “MASACRE DE AVELLANEDA” (JUEVES 23/06)

Escuchá el audio completo del programa acá:

El programa se desarrolló con la presencia, en estudio, de Leonardo Santillán, hermano de Darío, el joven militante asesinado junto a Maximiliano Kosteki el 26 de junio de 2002, en la denominada “Masacre de Avellaneda”. También se hicieron presentes en las instalaciones del Centro Cultural España-Córdoba el dramaturgo cordobés Jorge Villegas, director de Zéppelin Teatro, autor de la obra KyS («Kosteki y Santillán») y los integrantes del Frente Organizado Contra el Código de Faltas (FOCCOF), quienes desde su columna mensual trazaron una serie de reflexiones sobre la continuidad de las políticas represivas del Estado entre el 2002 y la actualidad. 
Por su parte, desde Buenos Aires, el cineasta-militante Jorge “Chiqui” Falcone, se metió en su columna mensual de Cine con el «documentalismo» en el contexto de los años 2001-2002
Bonus track: repasaremos las actividades de la “Semana de homenaje a Kosteki y Santillán” que se está desarrollando esta semana en Córdoba y por comunicación telefónica, la militante del Frente Popular Darío Santillán (FPDS), Natalia Revale, adelantó cómo serían las actividades culturales que luego se desarrollaron en Avellaneda durante la tarde y la noche del 25 de junio.

Conducción y producción general: Mariano Pacheco
Co-Conducción: Carlos Bergliaffa
Con Iván Garzón, Carlita Limón y Carla Lorena Lorenzoen redes sociales; “El Turco” Diego Abu Arab en gráfica, Pablo “Pelado” Rodríguez en producción artística y Dante De Noia en la operación técnica.
Jueves de 15 a 17 hs por Radio Eterogenia (www.eterogenia.com.ar)

Seguinos en Twitter (@GatilloLuna) y en FB: La luna con gatillo.

TRINCHERAS RADIOFÓNICAS,
El programa también se retrasmite por la FM 99.7 “Che Barracas” (http://chebarracas.blogspot.com.ar/) de buenos Aires y la F.M 99.5 “Zumba La Turba” (http://www.zumbalaturba.com.ar/) de Córdoba, ambas integrantes de la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA). Noticias desde abajo y a la izquierda.

El Brexit, es anti-Grexit // Étienne Balibar

Traducción para LS!: Igor Peres


Débil, Atenas fue condenada al ostracismo en el interior de las fronteras de la Unión. Hay fuertes evidencias de que el proceso se dará de forma inversa respecto a los británicos: la geometría del sistema europeo se adaptará para reintegrarlos por el margen.
Lejos de mí la idea de minimizar el carácter dramático de las consecuencias que serán producidas por el voto del Reino Unido: para los británicos y para la Europa. Pero me sorprende la manera como se nos presentan los hechos en los títulos de la prensa francesa y extranjera: “Après le Brexit…. [Después del Brexit…]». Salvo raras excepciones, todos parecen dar por sentado que el divorcio ocurrió. En realidad, adentramos seguramente en una fase de turbulencias cuyo desenlace, sin embargo, no tiene nada de claro. Es esta incertidumbre que me gustaría intentar comentar e interpretar. Sabemos bien que comparación no es razón, y, sin embargo, cómo no recordar que en la historia reciente de la política europea los referéndums nacionales o transnacionales jamás son aplicados? Este fue el caso en el 2005 y en el 2008 a propósito de la «Constitución Europea» y del tratado de Lisboa, y, de manera todavía más evidente en 2015, en el caso del memorándum impuesto a Grecia. Probablemente, lo mismo ocurrirá ahora. La clase dirigente británica, más allá de los conflictos personales que la dividieron tácticamente, maniobra para retardar los plazos y negociar de la mejor forma la «salida». Ciertos gobiernos (el francés a la cabeza), así como los porta-voces de la Comisión, multiplican la fantochada («fuera es fuera», «salir quiere decir salir»). Pero Alemana no lo ve así, y no habrá unanimidad alguna a propósito, salvo de mentira.

Lo más verosímil – al término de un periodo de tensiones cuyo resultado no será tan determinado por las opiniones públicas como por las situaciones de los mercados financieros – es que se fabricará una nueva geometría del sistema de los Estados europeos en la cual la pertenencia a la Unión europea será siempre compensada por otras estructuras: la eurozona, pero también la OTAN, el sistema de seguridad en las fronteras que sucederá al acuerdo de Schengen, y una zona de “libre comercio” a ser definida en función de las relaciones de fuerzas económicas. También desde este punto de vista, la comparación entre el Grexit y el Brexit puede revelarse instructiva; la debilidad de Grecia, abandonada por todos aquellos que, lógicamente, tendrían que haber sostenido sus reivindicaciones, llevó a un régimen de exclusión interna; la fuerza relativa del Reino Unido (que puede contar con sólidos apoyos en la UE) conducirá sin duda a una forma acentuada de inclusión externa. Eso quiere decir que giro algún acaba de ser dado? Obvio que no. Examinemos brevemente el “lado inglés” y el “lado europeo” antes de decir porque ellos no son separables, sino que representan los dos lados de una misma moneda.

Es evidente que la historia particular de la Grand Bretaña – su pasado imperial, su historia social hecha de cambios brutales –  debe ser llevada en cuenta para explicar la emergencia de un sentimiento “anti-europeo” hegemónico. Los análisis que nos son propuestos muestran que este último abarca una diversidad de motivaciones, repartidas según factores de clase, generación, nacionalidad y etnicidad. Potencialmente, son contradictorios entre sí, y es esta contradicción que es ocultada por el discurso “soberanista”, que fue manipulado por los partidarios del Brexit. Entonces, tenemos que plantearnos la cuestión de saber por cuánto tiempo lo mismo discurso estará en condiciones de “mascarar” el hecho de que las tensiones económicas y sociales, en primer plano, de las cuales una proporción creciente de los “nuevos pobres” del reino son victimas hoy en día, se deben a los efectos acumulados de políticas neoliberales que la UE no impuso sola a la Gran Bretaña, ya que esta última ha sido, al contrario, desde la época de Thatcher y después en la del New Labour, uno de sus más activos sostenedores en relación a toda la Europa. Por si solo, el Brexit – cualesquiera que sean sus modalidades – no aportará correctivo alguno para esta situación. Salvo si, evidentemente, una política alternativa se tornase mayoritaria. Para eso será necesario, empero, y esa no es la principal paradoja de la situación, que ella implique una contrapartida continental, pues la ley de concurrencia entre los territorios se impondrá  más que nunca.

Lo que nos lleva al lado «europeo». Todas las especificidades consideradas, ninguno de los problemas que asolan el Reino Unido están ausentes de las naciones europeas. Es lo que hay de verdadero en la propaganda «populista» («ni izquierda ni derecha») que se despliega ahora por toda UE, demandando referéndums como el inglés. Ya por el 2005 el canciller Schmidt observaba que, salvo excepción, las consultas como las hechas en Francia y Holanda tendrían dado resultados negativos por todas partes. La crisis de legitimidad, el retorno del nacionalismo, la tendencia a proyectar el malestar social y cultural sobre un «enemigo interno», buscada por los partidos xenófobos e islamofóbicos, se desarrollaron por todos lados. La crisis griega ha sido utilizada por los gobiernos adeptos a la austeridad social para hacer de la deuda pública el fantasma de los contribuyentes. La crisis de los refugiados ha sido amalgamada a las cuestiones de seguridad. Dicho claramente: aquello que se manifiesta más allá de la Mancha como «separatismo» se traduce por todos lados en Europa como tendencia al despedazamiento de las sociedades, agravación de sus fracturas internas y externas. 

Digamos mejor: cruzamos un límite en el proceso de disgregación de la construcción europea, no en razón del voto británico, sino en razón de aquello que lo mismo revela en términos de tendencias hacia la polarización del conjunto europeo y de la crisis política, que es también moral. No solo estamos en un «interregno», como ya he escrito, sino que asistimos también a un proceso destituyente que, por ahora, no tiene contrapartida constituyente. 

¿Impotentes? Esa es toda la cuestión. A corto plazo, soy muy pesimista ya que todos los discursos de «refundación» de Europa están en manos de una clase política y tecnocrática que no vislumbra transformación alguna de las orientaciones que le aseguran la indulgencia del poder oculto (lo de los mercados financieros), y no quieren reformar en profundidad el sistema de poder de dónde saca su monopolio de representación. Y, por vía de consecuencia, la función de contestación es asumida por partidos e ideólogos que tienden a destruir los lazos entre los pueblos (o más genéricamente los residentes) europeos. Será necesaria una muy larga marcha para que se conjuguen y se precisen a los ojos de una mayoría de ciudadanos, a través de las fronteras, la estrecha interdependencia entre soberanía compartida, democracia transnacional, alter-mundialización, codesarrollo de las regiones y naciones, traducción entre culturas. No estamos a la altura,  y el tiempo urge… Una razón más – si creemos en Europa – para buscar la explicación sin cesar.

Clinâmen: El estado de decepción: un balance de la época

Conversamos con Sebastián «el Ruso» Scolnik, miembro de Colectivo Situaciones, coordinador de publicaciones de la Biblioteca Nacional durante la gestión de Horacio González. Balance y discusión durante el pasaje del kirchnerismo al macrismo. La potencia libertaria que tuvo la Biblioteca Nacional. Trabajar en el estado. El estado de decepción. Macri es la Cultura.

Operación Francis Bacon // Silvio Lang

Francis Bacon. Lógica de la sensación, de Gilles Deleuze. puede ser un libro para confundirnos, pero veremos como su modo de definir la sensación nos recordará nuestra camino de la afección, en Spinoza,como teoría del diagrama social. Si bien, el texto, discurre sobre la pintura de Bacon no es para nosotros un libro de crítica artística. Largamos con el capitulo VI, “Pintura y Sensación”. A Deleuze le interesa ver cómo Bacon piensa de manera directa la sensación. Para ello necesita correr de plano la figuración  que vendría a ocupar el lugar que en cierto discursos ocupa la representación, en tanto es un tipo de narración que nos da ya enlazados los elementos. La figura, en cambio, es una sensación, no es una narración dada. Deleuze ve las ideas donde están, entonces, ve ideas por todos lados, y donde hay una idea hay algo para pensar y trabajar. En la pintura de Bacon ve la idea de la sensacióncomo una lógica a pensar que no es la del logos. A la sensación habrá, pues, que sustraerla del régimen de la figuración-representación, porque no viene con la historia que se cuenta. Para ello, al mismo tiempo, habrá que pensar a Bacon-artista como un trabajador de la sensación al que le interesa un tipo de operación de captura del movimiento de lo que acontece y no como una persona que siente una serie de emociones.
La figura es la sensación
Ya en Cézanne -y luego en Bacon- la figuraes una sensación y no es una narración. La figura como forma sensible actúa directamente sobre el sistema nervioso que es carne. Sistema nervioso igual a carne es un tipo de figura del cuerpo que Deleuze distingue. Por la carne, -lo menos localizado y duro, lo más fluido y blando del cuerpo-, viaja la sensación. Mientras que la forma abstracta de la figuración actúa por mediación del cerebro, más cercano al hueso, que es la parte más dura y organizada del cuerpo. La sensaciónno es subjetiva ni objetiva, o bien, es las dos cosas a la vez. Es más bien, una suerte de pliegue por lo cual, por un lado, hay una fuerza objetiva operando sobre el sistema nervioso del cuerpo; y por otro lado, éste pone a trabajar su capacidad de ser afectado. Sin ese poder de ser afectado esa fuerza no tienen nada que decir, sería una pura subjetividad. Pero sería una pura objetivad si todo lo dice la fuerza. Lo que hay, en Deleuze con Bacon, es un objetividad no del objeto a representar, sino una objetividad de la fuerza del objeto. Es lo que Cézanne llamaba “El ser manzanesco de la manzana”: no es la manzana lo que afecta, sino su ser manzanesco. Estamos en presencia de lo que Deleuze llama un pliegue.
La sensación es una lucha.          
La sensación es difícil e inacabada. Lo fácil y acabado es el cliché y lo sensacional. Cliché, es todo aquello que es ya pensando y ya visto para nosotros; el conjunto de recursos y representaciones cristalizadas en nosotros. Deleuze piensa que no hay pintor, ni filósofo que no viva atrapado en sus chlichés. Por eso hay que trabajar, hacer operaciones sensibles para salir de ahí. O sea que, la sensaciónes una lucha. La sensación no es obvia. Para que haya sensación tiene que haber alguna disposición para que los clichés den lugar a otra cosa. Si se está muy convencido de que el mundo se adecúa a sus clichés es muy difícil que la violencia de la sensación pueda trabajar. Lo sensacional es esa imagen a la cual nosotros atribuimos el poder de toda sensación: ciertas manera de hablar y de mostrar que absorben inmediatamente la sensación. Hay que vivir la diferencia de la sensación-afección pura. Para experimentar la sensación hay que entrar en el cuadro de lucha de la experiencia sensible: arriesgar un cuerpo. En el cuadro está el cuerpo; en el cuerpo está la sensación de las fuerzas del mundo.
Teoría de la carne no cristiana
La carne del cuerpo trabaja con las fuerzas del mundo de la sensación que actúan en él. La carne es un aparato de registro, de comprensión, de relación. Se trata de lacarne comprendiendo más que la carnecomo objeto de comprensión y descripción. El mundo aparece en la carne. La carne está en el centro del mundo. Deleuze está dialogando, aquí, con Merleau Ponty (“Lo visible y lo invisible”), sin decirlo. Merleau Ponty cuando elabora su “filosofía del quiasma” concibe a la carne como un elemento universal más, una de las grandes dimensiones de todo lo que existe. La carne no es sólo la carne del cuerpo humano, sería de todo lo que es “extenso” en Spinoza. Es un sentido no teológico de la carne, no es que el verbo se hace carne como en el cristianismo. No hay ningún logo que se encarna. El problema, aquí, por el contrario, es ver cómo los cuerpos piensan, pueden, construyen, significan, se relacionan desde la sensación.  Para ello, Deleuze, conecta, también, con “el cuerpo sin órganos”, de Antonin Artaud. Este cuerpo es un cuerpo que está pensando, es decir, trabajando o dándole lugar a las fuerzas del mundo. Sin los órganos que el cuerpo forma provisoriamente para poder relacionarse con lo que lo afecta toda la dimensión de la sensación no sería inteligente. Cuando decimos con Spinoza “no se sabe lo que puede un cuerpo”, es porque un cuerpo esta siempre a abierto a un conjunto y de relaciones, y no sabe lo que puede antes de ser afectado de diversas maneras. No sabemos lo que somos hasta que no somos afectados en los múltiples encuentros. Conectando a Cézanne con Valery, Deleuze, plantea que la sensación es directa, afecta sin el rodeo de una historia narrada y, a la vez, no cesa de pasar de un nivel a otro. “Por eso la sensación es agente de deformaciones del cuerpo”, dice Deleuze. Mientras que lo abstracto y lo figurativo  que apunta al cerebro mantiene los niveles de percepción del cuerpo. La violencia de la sensación, en cambio, constituye un nuevo cuerpo.
Cuerpos deformes
Deleuze hace una distinción entre un cuerpo con y un cuerpo sin órganos. La figuración-representación se dirige al primero, que consiste en un cuerpo organizado como un conjunto de órganos fijos y determinados por un organismo; y el segundo, un cuerpo abierto al juego de las intensidades. Este cuerpo se  convierte en una superficie por la cual circulan las intensidades y los órganos no operan según un mapa previo, ese mapa que Artaud llamaba “el juicio de Dios”. Y la sensación, para Deleuze, constituye niveles que nos constituyen como sujetos sintientes, genera una multiplicidad de fuerzas en el cuerpo que no estaban. “El cuerpo es fuerza”, dice Nietzsche. Hay cuerpos-fuerzas. Los niveles que la sensación crea son los órganos provisorios que el cuerpo arma para recibir la fuerza de esa sensación. La sensación esta siempre en un pliegue entre la fuerza recibida y la operación que hace el cuerpo afectado, que se dispone más a trabajar sobre el deseo de otro dominio que sobre su propia constitución. Son las deformaciones de las figuras que pinta Bacón. El deforme Artaud dirá: “No quiero obedecer, quiero probar mi relación con las fuerzas”. El grito de Artaud es un grito-sensación. Es pura intensidad, pura potencia o violencia de sensación para actuar. La sensación es un juego de traducciones: ¿cómo reconstruyo de manera intensiva lo que enfrento de manera extensiva?¿Cómo reconstruir un horror sin quedar capturado en una representación previa al horror para experimentarlo como un dominio nuevo de potencia?
(Reseña para el  Grupo de estudio “Spinoza y nosotros”, coordinado por Diego Sztulwark, encuentro del 26 abril de 2016)

Macri, un príncipe desnudo: ¿seriedad, ironía, cinismo, ignorancia…? Solo juega // Alberto Sladogna

El presidente Mauricio Macri enfrentó desnudo el tema de los Panama Papers: “Cuando vino la primera pregunta de los periodistas europeos yo tendría que haber lanzado una explicación, pero vi absurdo que me preguntaran algo sobre una sociedad de mi padre”. Figura como vicepresidente en las dos empresas offshore, no las tapo, al contrario, las colocó sobre la mesa a cielo abierto (reportaje periódico ABC 4/05/2016); antes de terminar  esa entrevista subrayó que con todas sus medidas y formas de ejercer su lugar de presidente conserva el 60% de respaldo (¿…?) con Decretos de Urgencia modificó leyes, desbarató instituciones, sin inconvenientes puso sobre la mesa una devaluación cercana del 40%;  pese a tener minoría legislativa impuso sus candidatos a integrar la Corte Suprema; con esa minoría logró se aprobara, incluyendo a sus opositores, un blanqueo de capitales no declarados y la afectación de las garantías para las jubilaciones estatales; instauró tarifazos de luz, agua y gas; su ministro de Energía, Aranguren, aceptó tener acciones de una empresa privada a la que debería controlar, luego decretó aumentos de entre 1500% y el 2000% de luz, en ese momento dice“…Consideró que si el usuario nota el precio alto dejará de consumir » (5/03/2016);  se produjo una reacción, quizás un poco aumentada por el espectáculo de los gobernadores del sur del país, retrocedió de 1500  o 2000 % a un modesto 400% aceptado por los ciudadanos del sur y los gobernadores; para explicar la diferencia de porcentajes reconoció que está aprendiendo; Francisco Cabrera, como llama Mauricio Macri a su ministro de la Producción, famoso por su escapada erótica a Punta del Este, admitió ante la UIA que la  apertura aduanera solo fue un descuido en la gestión.
El Ing. Macri y su equipo tienen un estilo: rompen con las formas anteriores de un espectáculo, llamado el protocolo – foto de su perro , Balcarce, sentado en el sillón de Rivadavia, en Balcarce 50, CABA,  foto viral, de gran aceptación en las redes- concluye un homenaje a Manuel Belgrano con una convocatoria de gimnasio “Si se puede…”.  En las líneas que siguen trato de interrogar un aspecto ¿Cómo es que juegan con sus cartas exhibiéndolas en la superficie?  De qué trata ese juego
En la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA el 28/06]/2016 se efectuó una mesa redonda organizada por la revista Ideas de izquierda,  constituyeron la mesa: Horacio González, exdirector de la Biblioteca Nacional, miembro de Carta Abierta; Eduardo Grüner, sociólogo, ensayista, docente universitario; María Pía López socióloga, docente, miembro de Carta Abierta;  Christian Castillo, dirigente del PTS, miembro del Consejo Editorial de la revista Ideas de Izquierda. (Ver mesa redonda en  https://youtu.be/6vpbQa0OBVE.)
Christian Castillo mostró un aspecto: “Macri está  haciendo un cierto favor, una consecuencia inesperada de la acción, diríamos en sociología…Macri está dejando al rey desnudo……”. Convocó el relato de Hans Cristhian Andersen en El traje nuevo del emperador. Dejo de lado su interpretación “…un cierto favor, una consecuencia inesperada de la acción…”,  y tomo a mi cargo una precisión: Mauricio Macri no deja al rey desnudo, al pie de la letra, se presenta vestido con la desnudez.
Hans C. Andersen: El juego de vestirse
Andersen relata las desventuras de un emperador aficionado a las ropas, tomado por una  desmesura en el vestirse: el emperador era tan aficionado a la ropa que gastaba todo su dinero en trajes nuevos. Cuando inspeccionaba las tropas, cuando iba al teatro o cuando andaba de paseo, su único afán era mostrar sus nuevos vestidos. Se cambiaba a cada rato, de él decían “El emperador está en el guardarropa” .Un día llegaron dos picaros haciéndose pasar por tejedores, proclamando que sabían tejer la más bella tela del mundo… Esa tela tenía una maravillosa virtud: eran invisibles para los que no desempeñaban bien sus cargos o carecían de inteligencia.
El emperador queda atrapado “-Esa ropa no tiene precio, reflexionó el emperador; con ella podré distinguir a los incapaces de mi gobierno y a los inteligentes de los tontos.”. Adelantó a los pillos una considerable cantidad de dinero para que comenzaran a trabajar de inmediato.
Ante estas primeras líneas del relato estaríamos tentados, tanto quien escribe como quienes lean, a lanzar una interpretación: los pillos son en el cuento los representantes o los antecedentes de los actuales medios de comunicación. Los medios de comunicación en la Argentina, en particular, los medios monopólicos tanto en radio televisión y prensa escrita presentan a nuestro actual presidente, el ingeniero  Macri, impuesto democráticamente, lo presentan, lo fotografían, lo visten con las mejores ropas; mientras que los medios de la oposición proceden a vestirlo con las mejores ropas de la barbarie civilizada que lleva a cabo. Más allá de nuestros gustos por esta u otra interpretación, al pie de la letra, tanto tirios como troyanos presentan al jefe del ejecutivo vestido; para el oficialismo mediático está vestido de sus mejores galas; para la oposición mediática está siempre vestido con sus peores ropas. En ambos aparece vestido con su desnudez.
El emperador estaba intrigado por la labor de los  tejedores realizada a plena luz del día y sin ocultar nada, reflexiona: “-De alguna forma tengo que saber qué han hecho”. Los tejedores no fingían, simplemente hacían funcionar los telares con un hilado invisible. Pequeño detalle: el componente invisible no impedía el armado de un tejido… invisible; Adán Smith lanzó una frase famosa: “La mano invisible del mercado…” (en Teoría de los sentimientos morales, 1759)  Es una mano…invisible con efectos subjetivos.  Los aviones invisibles  gracias a eso causan mayores estragos (avión Lockheed F-117 Nighthawk).
El desnudo fabrica subjetividad
Tratemos de rastrear el componente subjetivo en las andanzas del emperador que propone Andersen ¿Qué es un componente subjetivo de la vida, entre otras dimensiones? ¿Qué  es la subjetividad en política?  Una respuesta “sencilla” pretende que es solo el territorio del engaño, donde se hace pasar un gato por liebre sin explicar cómo se construye un ciudadano que toma al gato por una liebre. Los picaros tejedores se aprovechan para reduplicar el engaño y hacer de su estafa un hecho que tiene consecuencias, una de ellas abultar sus bolsillos.
Sin dejar de lado estos componentes, convendría añadir  como mínimo dos elementos   para dar cuenta del aspecto material y constituyente de la subjetividad en la actual práctica política, no sólo allí, también en la vida común y corriente de cualquier habitante del país. La subjetividad no está ya construida, fijada: los ciudadanos que son creyentes al enfrentarse a sus enfermedades son construidos en acto como nuevos creyentes que ayudan a los designios divinos ingiriendo medicamentos. Son creyentes que ya no creen en la omnipotencia divina.
  
¿Cómo es que las acciones políticas y económicas del presidente Macri lograron vencer en las elecciones y luego continúan obteniendo el respaldo de los habitantes que son afectados por esas decisiones? Baruch Spinoza  aludía a que “a los hombres…, el miedo con el que se los quiere controlar, a fin de que luchen por su esclavitud, como si se tratara de su salvación” (Tratado Teológico-político, prefacio); Wilhem Reich reitera ese deseo que animó a los partidarios de Hitler en su estudio sobre el fascismo; esa  cuestión fue reformulada por Michael Foucault: “El adversario estratégico es el fascismo… El fascismo en todos nosotros, en nuestra cabeza y nuestro comportamiento diario, el fascismo que nos hace amar el poder, y desear la misma cosa que domina y nos explota”. A su vez en El anti-Edipo. Capitalismo y esquizofrenia I  escrito con la forma  de comunismo somático por Gilles Deleuze&Félix Guattari “¿Por qué combaten los hombres por su servidumbre como si se tratase de su salvación?”. En estas citas los autores localizan en qué lugar está el objeto interrogado por Spinoza: habita nuestro interior, de ahí una parte de su eficacia. El fascismo no es sin albergar una expresión subjetiva.
La experiencia de las elecciones presidenciales en que el Ing. Macri resultó impuesto de forma democrática  es un vértice para iniciar la construcción de respuestas posibles a la pregunta de Baruch Spinoza y la incógnita transmitida por Hans Cristhian Andersen en El traje nuevo del emperador. En concreto tratemos de responder  qué permite al Ing. Macri avanzar en forma desnuda con su barbarie civilizada, avanzar desnudo y aplicar de forma desnuda –sin contemplaciones- una política neoliberal que excluirá una cantidad importante de quienes aún le han dado y le dan respaldo.
El monarca tenía dudas, decidió lo siguiente: “Enviaré a mi buen ministro a visitar a los tejedores. Nadie mejor calificado que el para juzgar al lado de la: se distingue por lo inteligente y por lo capaz.” El honrado y viejo ministro entra  al taller de los picaros (no se llamaba ni Jaime ni López ni tampoco era el ministro de energía…) Ante el espectáculo exclamó: “! Dios!”, pensó, abriendo los ojos de par en par, “no veo nada”. Sin embargo prefirió no decir ni una sola palabra. Los pícaros le hicieron demostraciones de las maravillosas telas y de los finos diseños. “¡Dios mío! ¿Seré incapaz? No me atrevo a confesar que la tela es invisible para mi” Interrogado por los pícaros respondió “¡Bonito, realmente muy bonito!   Poniéndose los anteojos, continuo “ese diseño y esos colores…, Hermosos. Le diré al emperador que he quedado muy satisfecho”.
El gobernante real al no quedar satisfecho con ese testimonio solicitó el de otros colaboradores. A cada delegado del gobierno imperial los pícaros  preguntaban “¿No es un tejido maravilloso?”, explicaban el soberbio diseño y los primorosos colores. El delegado reflexiona “! Pero yo no soy un estúpido!… ¿Es que no soy capaz de desempeñarme en el empleo? Raro asunto, pero ya me preocuparé de no perderlo”
Un hilo lógico une al Emperador con sus ministros a las telas invisibles, se trata de una lógica transversal. Andersen no da lugar al testimonio de ninguna mujer ¿Cómo es esa lógica transversal? Es un ejercicio lógico inventado por antiguos soldados coreanos, al menos eso se dice. Más tarde el matemático Martin Gardner lo bautizó como el enigma de “Los tres prisioneros”; nuestro admirado Adrián Paenza incluyó una versión en el tomo uno de “Matemática, ¿Estás ahí?”. También las malas lenguas del análisis recuerdan que Jacques Lacan trabajo una versión desde 1930 hasta 1973 donde aceptó la transversalidad de esa lógica, a la que aún muchos de sus lectores ignoran.
¿Qué dice esa lógica que incluyó al Emperador, sus ministros, sus sucesivos delegados y más tarde al conjunto de sus súbditos? ¿Cómo cada uno aceptaba y  sostenía por bueno eso que los iba a defraudar de forma desnuda ante sus  ojos?
Andersen convoca a un juego de lógica transversal anticipatoria que construye a cada uno de los participantes. Esa anticipación, algo así como que “Soy más vivo que el otro” o “Camarón que se duerme se lo lleva la corriente” Se trata de una anticipación subjetiva, es la mano de Dios que Maradona supo anticipar ante Peter Shilton,  el arquero inglés. Aparece una subjetividad anticipante: 1ro. Un hombre sabe lo que  es una tela; 2do. Los hombres se reconocen entre ellos por ser hombres que reconocen  una tela; 3ro.”Yo” afirmo ser un hombre, por temor de que los hombres me convenzan de no ser un hombre al no reconocer una tela. Detectamos frases acompañan esa lógica, la condensa: “Yo me ganó todo lo que tengo, nadie me dio o me da nada”; “Yo soy un emprendedor”. El Yocomo se enseña en la escuela es auto referencial: Yo soy el que dice Yo (Dany-Robert Dufour, Locura y democracia. Ensayos sobre la forma unaria unaria).
“Yo soy el que vi los tejidos hermosos y los diseños extraordinarios de las ropas” del  presidente Macri, como sostuvo involuntariamente Christian Castillo (28/06/2016)   ¿Cómo? Hoy, nos guste o no, estar desnudo, presentarse desnudo es una forma de estar vestido de…desnudez.
Andersen revela un plus que está  en la superficie. El espacio topológico de El traje nuevo del Emperador  solo se despliega en la superficie. Paradoja, los engaños se producen en lo único profundo: la superficie, están exhibidos frente a quienes miran sin usar los anteojos para ver “las profundidades” (Cfr. Edgard Alan Poe en La carta robada, sugiero leer la traducción de Julio Cortázar)
El emperador sale a dar su paseo
El emperador marchaba ufano por el desfile. Todos los habitantes de la ciudad habían salido a la calle o lo miraban por los balcones y ventanas. Exclamaban: “¡Qué traje más regio! ¡Qué cola tan adorable! ¡Qué caída perfecta! Nadie reconocía la verdad, temiendo ser tildado de tonto o de incapaz para desempeñarse en su empleo. Nunca traje alguno del emperador alcanzó tales niveles de admiración.
“Me parece que va sin ropa-, observó un niñito. ¡Señor, es la voz de la inocencia!, Lo excusó el padre. Pero de pronto se elevaron murmullos repitiendo las palabras del niño.- ¡Un niñito dijo que el emperador no llevaba ninguna ropa! ¡No lleva ropa! Gritó por fin el pueblo. El emperador extremadamente mortificado, creía que estaban en lo cierto. Pero tras una reflexión, decidió lo siguiente: pase lo que pase, ¡Debo permanecer así hasta el final! Se irguió con más orgullo aún y sus chambelanes siguieron llevándole la cola que no existía.”
¿Qué veía el niño? Miraba el real de la escena, al dejar de ver la realidad compartida.  El padre del infante le atribuye algo que el niño no tiene: inocencia. Si  los infantes carecen de algo es de inocencia, los adultos, los políticos en particular y sus intelectuales requieren atribuirles “inocencia” para descalificar las intervenciones reales que desarman las escenas de la realidad que ellos construyen. La realidad es una fantasía compartida que muestra destellos de su real. Los infantes adquieren una costumbre terrible señalan el real de tal o cual situación de la realidad  a bote pronto toman la bola real, como en el tenis. Los infantes son los mejores detectores de embarazos a los pocos días de que su madre o una mujer para ellos querida queda encinta, a veces lo perciben antes que esas mujeres.¿¿¿…??? La subjetividad real está constituida por los afectos.
La caída de una forma de Dios afectó uno de los teatros de la representación: la política. De ahí que el Presidente Macri presenta sin tantos relatos sus acciones fabricando una subjetividad que le brinda apoyos y al mismo tiempo produce inhibiciones, síntomas y angustias en la subjetividad de sus opositores.  Cristina Fernández de Kirchner, en un espectáculo televiso telefónico declaró que ante el juego desnudo del Ing. Macri “Faltan ideas”. Quizás, más bien sobran “ideas” con las que se lo pretende enfrentar, pues ellas no están en la superficie del juego que instaló el neoliberalismo. “¿Qué hay de macrismo en nosotros?” sin hacernos esa pregunta sobre el neoliberalismo que  habita en cada uno, será un poco complicado inventar formas de hacerle frente a tanta barbarie…invisible pero barbarie al fin y al cabo.

Otra alegre cultura porteña // Pedro Yagüe

Hoy pocos se acuerdan de la toma del Parque Indoamericano. Fue en diciembre del 2010. Treinta y ocho días después de la muerte de Kirchner, cuarenta y cinco días después del asesinato de Mariano Ferreyra. Un parque público abandonado por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires fue ocupado por aproximadamente seis mil habitantes de Soldati. Luego llegó la represión. Primero tercerizada con barrabravas, después la Metropolitana y después la Federal. Las consecuencias de la toma fueron varias, y hoy, a la luz de la presidencia de Macri, vale la pena recordarlas.
La toma del Indoamericano dio lugar a un nuevo racismo. Durante los sucesos de diciembre del 2010 Macri se mostró públicamente con referentes de las comunidades bolivianas y paraguayas declarando la existencia de una “migración descontrolada”. La respuesta de Cristina Fernández no se hizo esperar: “¿a quién no le fue un albañil paraguayo o boliviano a arreglar su casa?”, argumentó. Evo Morales pedía a sus compatriotas que se comportaran, que no dejaran una mala imagen de su comunidad en el mundo. La zona sur de la ciudad de Buenos Aires apareció, con toda su crudeza, como el lugar donde el derecho a la propiedad y a la inclusión se mostraba más precario. Surgieron así dos tipos de migrantes: los buenos, que consumen y compran; los malos, que no trabajan y ocupan.
Consenso represivo. La inseguridad como un problema de orden público ya se estaba empezando a consolidar en la agenda política y mediática. Con la toma del Parque Indoamericano el consenso represivo se fortaleció. Frente a la crisis inmanejable de las tomas en Villa Soldati, Cristina Fernández se presentó en un acto, rodeada de organismos de derechos humanos, anunciando la creación del Ministerio de Seguridad. Nilda Garré al ministerio, el coronel Berni al poder, llevaron a cabo las tareas encomendadas. Algunos años más tarde Berni, ya ministro, iría a los medios a explicar la necesidad de deportar a los migrantes malos. En junio del 2011 Cristina Fernández, decreto presidencial mediante, anunciaba el despliegue de 3000 efectivos de Gendarmería y Prefectura para brindar mayor seguridad al sur de la ciudad de Buenos Aires. “La Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval Argentina ejercen las funciones de policía de seguridad y las tareas de prevención e investigación de los delitos en las zonas asignadas de la Capital Federal”, se explicaba. Las fuerzas militares volvían a ocuparse de la seguridad interior.
Hoy pocos se acuerdan del Proyecto X, creado en el año 2005 por Aníbal Fernández. El caso salió a la luz a partir de la detención del ex delegado de Kraft Ramón Bogado, de quien se había obtenido información sobre el contenido de reuniones mantenidas en su casa. Organizaciones sociales, partidos políticos, dirigentes sindicales eran investigados por este plan nacional de inteligencia operado por la Gendarmería.
Tras denuncias de partidos y organismos de izquierda la ministra Nilda Garré debió renunciar a su cargo. La causa, caída primero en manos del hoy ex juez Norberto Oyarbide y luego de Sebastián Casanello, no llegó a ningún lado. Consecuencias: Gendarmería iría de a poco dejando de cumplir funciones de inteligencia; Nilda Garré desaparece de la escena política; el coronel Berni se queda con el ministerio.
Hoy pocos se acuerdan de Milani. Jefe del ejército desde el año 2013 y acusado de la desaparición del soldado Ledo, se ocupó principalmente de la Dirección General de Inteligencia del Ejército. Entre el 2010 y el 2013 el presupuesto manejado por el ejército para sus tareas de inteligencia creció un 156%. ¿Por qué? No debido a un conflicto bélico, claro está, sino a la crisis interna de la SI (ex SIDE) y a los servicios que el Proyecto X ya no podía brindar. Desde el año 2010 el Ejército cumplió tareas de inteligencia interna.
Hoy pocos se acuerdan del decreto 721/2016. El primero de junio del año 2016 Mauricio Macri resolvió derogar la resolución de 1984 que dejaba las decisiones relativas a la jerarquía militar en manos de los gobiernos elegidos electoralmente. Había que “dejar atrás enfrentamientos y divisiones”, afirmaba el actual presidente. Se acabaron entonces los controles civiles sobre los futuros nombramientos y cambios del destino del personal militar. Las Fuerzas Armadas recuperaron la autonomía perdida.
Pero hoy eso poco importa. Todos festejamos: renunció Lopérfido. Ni un negacionista más, se dice. La negación de la dictadura militar-empresarial de 1976 es para el progresismo argentino una mera cuestión discursiva. Importa lo que se dice, no lo que se hace. Nuestro alegre progresismo es la expresión más acabada de un exacerbado amor por las palabras. De ellas viene y hacia ellas va. Vendrá otro después que diga que sí, que sí fueron treinta mil, y será entonces un triunfo de la inexorable fusión entre el campo de los derechos humanos y el de la cultura. Pero Lopérfido no expresa, como muchos afirman, la avanzada de un proyecto afín a la dictadura militar-empresarial de 1976, sino la impunidad con la que ese proyecto viene avanzando hace ya varios años.
Esta es la pesada herencia cultural del kirchnerismo: una ferviente creencia en el discurso, una creencia en que las palabras implican pensamientos, y los pensamientos hechos. Sí, es cierto. Pero los hechos que esos pensamientos implican no son los que sus palabras enuncian. La herencia política del kirchnerismo tiene hoy sus administradores en el campo de la cultura. Son pequeños CEOs culturales ejecutores de palabras, temas y consignas. Pequeños CEOs que, con sus listas blancas de nombres y fechas, distribuyen mercancías discursivas que tranquilizan y entusiasman a su público.
Los discursos van por un lado, nuestras vidas por el otro. El confort del antimacrismo discursivo se contrapone con un macrismo vital que a todos nos atañe. Hay una retórica de buenos y malos que viene hace años organizando la vida política y anulando la experiencia cotidiana como motor del pensamiento. La crítica no puede ser un insumo retórico para quedar bien parado frente a los amigos. Pensar no puede ser reafirmar complacientemente lo ya sabido. No si lo que buscamos es eficacia política. Hablamos de la necesidad de explicitar la continuidad de algo más oscuro, de la permanencia de algo que va más allá de los malos de turno.
¿Cómo escaparle, entonces, a esta pesada herencia cultural? Tal vez sea necesario intentar pensar lo que ella presenta como impensable. Intentar decir lo que sus listas blancas plantean como indecible. Declararle la guerra a los administradores de la cultura y a sus mercancías discursivas tan confortables y tranquilizadoras.

Crítica del signo, política del ritmo: Rozitchner, Lyotard, Meschonnic

A día de hoy, se nos hacen cada vez más evidentes los límites de las políticas espectaculares, mediáticas y representativas para transformar las cosas: como si sus discursos fuesen por un lado y nuestras vidas por otro, como si sus palabras y símbolos no lograsen afectar verdaderamente nuestras formas de vida.
Con el apoyo de Matadero, convocamos a tres autores amigos para pensar de nuevo las relaciones entre afecto y lenguaje, y la política que resulta o podría resultar de una nueva relación entre afecto y lenguaje.
El argentino LEÓN ROZICTHNER, filósofo, cuya obra puede leerse de un extremo a otro como un esfuerzo por penetrar en el saber de los cuerpos y por escribir a partir de allí, desde ese esfuerzo, desde ese saber.
El francés JEAN-FRANÇOIS LYOTARD, que antes de ser el conocido filósofo posmoderno de las “pequeñas historias”, fue pensador de los afectos como fuerzas e intensidades que requieren un análisis más “energético” que semiótico.
El francés HENRI MESCHONNIC, traductor de la biblia judía, pensador del lenguaje y poeta del desacato. Pensó siempre en contra del mantenimiento del orden y por ello el pensamiento oficial francés intentó e intenta borrarlo: no toleran a un meteco que lee otras lenguas.
   Jueves 14 de julio: “León Rozitchner: saber de los cuerpos, amor e inmanencia”, a cargo de Diego Sztulwark. 18.00 horas en Medialab-Prado / Madrid.
 Viernes 15 de julio: “Jean-François Lyotard: cuerpos y textos conductores”, a cargo de Amador Fernández-Savater. 18.00 horas en Medialab-Prado / Madrid.
     Sábado 16 de julio: “Henri Meschonnic: en el lenguaje es la guerra”, a cargo de Diego Sztulwark y Hugo Savino. 11.00 horas en Medialab-Prado / Madrid.

El mejor hotel de Europa // Alioscia Castronovo


No tiene pileta, ni minibar: el mejor hotel de Europa se destaca por la solidaridad y la autogestión con los refugiados. Se trata del histórico City Plaza Hotel, ubicado en el centro de Atenas. Tras convertirse en un símbolo de la crisis griega por haber sido cerrado y abandonado por sus dueños, se transformó en un espacio de vivienda digna para casi cuatrocientos refugiados.

Mientras Europa militariza sus fronteras externas y clausura las internas para el paso de los migrantes, en los últimos tres meses miles de refugiados se han quedado encerrados en Grecia, Italia o Francia. Quienes se escapan desde guerras y pobreza creadas por las políticas occidentales son imposibilitados de continuar su viaje hacia los países que eligieron como destino.

En ese contexto, las experiencias concretas de solidaridad, apoyo y de organización política desde y con los refugiados se han multiplicado en las fronteras internas y externas de la Unión Europea (UE). Entre estas iniciativas podemos nombrar los acampes solidarios en Calais, entre Inglaterra y Francia, en Ventimiglia, entre Francia y Italia, y en Idomeni o Lesvos en Grecia. Como ha sucedido los ataques racistas y la represión policial.

Hay dos tendencias que se destacan en ese contexto: la primera tiene que ver con el aumento del racismo y la xenofobia y con la políticas de militarización de las fronteras. Esta política se expresa en las patrullas de la OTAN y de Frontex (Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores) que se multiplican en el mar Mediterráneo, ya trasformado en un cementerio a cielo abierto donde pierden la vida en la indiferencia miles de hombres y mujeres. La segunda, tiene que ver con las oleadas de movilizaciones por los refugiados y con los refugiados, que en estos meses están abriendo brechas solidarias.

Así, en los últimos meses han surgido en Atenas cinco nuevos espacios ocupados y autogestionados por activistas, ciudadanos solidarios y migrantes. En el impasse político después del memorándum aprobado por Syriza, los movimientos sociales están fortaleciendo sus acciones afirmando la autorganización y la solidaridad como practicas cotidianas para el cambio social.

En este contexto, Grecia es escenario marchas y acampes en los que participan miles de activistas locales y provenientes desde otros países europeos. Eventos y espacios con actividades muy variadas como charlas y conciertos, asambleas y debates, para construir estrategias de lucha contra el racismo que va en ascenso y el régimen militar en las fronteras. También incluyen movilizaciones para reivindicar la libertad de tránsito y rechazar las políticas migratorias europeas que se llevarán adelante a fines de julio en las dos principales ciudades, Atenas y Tesalónica, como así también en las fronteras con Macedonia y Turquía, frente a los puestos migratorios de identificación y de expulsión de migrantes.

El hotel ocupado City Plaza, es autogestionado por refugiados y activistas solidarios. Ubicado en la calle Acharnon 78 en Atenas, las historias, las palabras y las prácticas solidarias que se llevan adelante en este lugar desde el pasado 22 buscan visibilizar y promocionar nuevas invenciones creativas que surgen en momentos de crisis.



La “Iniciativa solidaria por refugiados políticos y económicos” lleva adelante este trabajo social donde viven 385 personas migrantes entre los cuales 180 son niños y niñas. “Cada familia, elegida en base a los problemas previos que tuvo que enfrentar, se hospeda en un cuarto propio”, según describe la Iniciativa Solidaria. Además, todos los habitantes tienen derecho a un desayuno, almuerzo y cena y reciben productos higiénicos, de limpieza y otros productos esenciales para vivir de manera digna. Casi todo está garantizado por la solidaridad popular, como así también por donaciones.
Para organizar la convivencia hay equipos mixtos entre los habitantes y los activistas solidarios que se encargan de la limpieza, la cocina, la seguridad y la educación – a la que asisten los niños y niñas-. También llevan adelante un ambulatorio popular y gestionan de manera conjunta la comunicación y difusión de la experiencia. Todas estas tareas se organizan en asambleas semanales donde todos participan.
“El espacio de vivienda para refugiados City Plaza es basado sobre el principio de acogimiento digno para refugiados, frente a la situación que mas de cincuenta mil refugiados viven en Grecia”, establece un comunicado de Iniciativa Solidaria. Y agrega: “Frente a las terrible condiciones de vida en los ‘centros de acogimiento’ estatales que están dispersos en el campo, se propone una alternativa digna para la convivencia en las ciudades”.
Iniciativa Solidaria se posiciona con respecto a las ocupaciones: aunque no creen que es la solución al problema, puede ser un medio través del cual reivindicar derechos y dar visibilidad a una problemática que necesita una solución digna que incluya a todos los migrantes.
“Sin dudas, el vergonzoso convenio entre la UE y Turquía, y la sumisión del gobierno griego a esa voluntad a través de la activa colaboración con el gobierno de este país, ha generado que las condiciones de vida de los refugiados sean cada día peores”, agrega el comunicado. “Nosotros seguimos creyendo que la lucha para el derecho a la libre circulación y para que se abran las fronteras tiene que ser coordinada a nivel europeo, en contra de las políticas de la Unión Europea”, continua.
La Iniciativa Solidaria convoca a enfrentar esta situación en todos los países de Europa, replicando experiencias similares a la del City Plaza. Sin embargo, son conscientes que es tan sólo una solución inmediata a una problemática más profunda y extensa. En conclusión, convocan a la unidad de todas las experiencias organizativas antirracistas a la creación de redes para articular las prácticas solidarias con los refugiados.
La experiencia del hotel City Plaza da cuenta de la profunda solidaridad que existe en el pueblo griego, sumada a la capacidad organizativa adquirida en los últimos años. Hoy, son el primer pueblo europeo en denunciar las acciones racistas de la UE con las poblaciones migrantes que este organismo genera, al promover guerras y ataques económicos en Medio Oriente y África. Los griegos conocen de estas políticas diseñadas en Bruselas de las cuales también son víctimas.

(Fuente: Dinamopress)

Clinämen: México: la producción estatal del miedo

Conversamos con Roberto Ramírez, del Colectivo Editorial Pez en el Árbol. La represión a las movilizaciones sociales en Oaxaca. La visibilidad del crimen en manos del estado.. La relación con la desaparición de los estudiantes en Ayotzinapa. El miedo como dispositivo de control. 

El “trabajo sexual” en debate en La Luna con Gatillo // Mariano Pacheco

En el marco del último programa de “La luna con gatillo: una crítica política de la cultura”, que este cronista conduce semanalmente junto a Carlos Bergliaffa en Radio Eterogenia, recibimos la visita de Juan Pablo Cuello, uno de los autores de “Parate en mi esquina. Apuntes para el reconocimiento del trabajo sexual”, el primer libro en Argentina dedicado íntegramente al debate sobre la temática.
«Interesa impulsar reflexiones dentro de los movimientos feministas y socialistas útiles a la lucha de las trabajadoras sexuales por sus derechos. Es decir, fortalecer una teoría de género que al mismo tiempo que no oculta su perspectiva de transformación social como horizonte ético-político, dispute en los movimientos obreros y sociales de base el reconocimiento de las meretrices como parte del pueblo trabajador”, escribe Juan Pablo Cuello, autor del ensayo titulado “Marxismo y trabajo sexual”, texto que forma parte de esta publicación impulsada por AMMAR y la Red por el Reconocimiento del Trabajo Sexual (RRTS), que compila artículos dedicados a reflexionar sobre los derechos exigidos por las personas que eligen ofrecer servicios sexuales a cambio de dinero o de alguna otra forma de pago. Compilado por Eugenia Aravena, Juan Marco Vaggione, Liliana Pereyra y Laura Judith Sanchez, el libro fue recientemente editado por la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. Cuello, quien integra la RRTS, cuenta que la iniciativa de armar un libro surgió en Córdoba a mediados del 2012, cuando un conjunto de activistas, académicos y personas interpeladas por esta causa se organizaron para reflexionar y producir textos que intentaran invitar a pensar otros mundos posibles, distintos a los conocidos, pero imaginables y deseables, hospitalarios con lo otro, lo que aparece como ajeno.

También presente en los estudios radiales del Centro Cultural España-Córdoba, la militante del Encuentro de Organizaciones (EO) y columnista de “Géneros” del programa, Anabela Antonelli, comentó que, coo feminista, le duele encontrarse con relatos y testimonios de compañeras trabajadoras sexuales que dicen sentirse “ninguneadas, silenciadas, avasalladas por ciertos sectores feministas abolicionistas”. Y recordó que alguna vez escuchó a una trabajadora sexual decir que cuando comenzó su militancia, presupuso que iba a tener que enfrentarse a “fundamentalistas y conservadoras”, pero que nunca creyó que iba a tener que lidiar tanto con “feministas rescatistas”, que querían “dignificarla” sin preguntarle qué quería ella.

«La hipocresía tiene varias caras”, agregó Antonelli, para quien el trabajo sexual “desafía algunas posiciones hegemónicas que debiera ocupar la mujer en el sistema patriarcal”, como ser el lugar estereotipo de madre santa, o el de la mismísima monogamia. “Las trabajadoras sexuales autónomas están desafiando un sistema de propiedad donde las relaciones de pareja se asientan en la propiedad privada del cuerpo de las mujeres. La estigmatización del trabajos sexual es el castigo por situarse fuera de la norma hétero y monógama”, remató la joven militante.
Escuchá el programa completo, que incluye una entrevista a Eugenia Aravena (titular de AMMAR Córdoba): 
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LA LUNA CON GATILLO: Una Crítica Política de la Cultura-
18° Programa, segunda temporada (2016)-
Jueves de 15 a 17 horas por Radio Eterogenia (www.eterogenia.com.ar)
Conducción y producción general: Mariano Pacheco
Co-Conducción: Carlos Bergliaffa-
Seguinos en Twitter (@GatilloLuna) y en FB: La luna con gatillo.
ESCUCHÁ EL ÚLTIMO PROGRAMA COMPLETÓ ACÁ:
COLECTIVO RADIAL
Conducción y producción general: Mariano Pacheco.
Co-Conducción: Carlos Bergliaffa.
Con Iván Garzón, Carlita Limón y Carla Lorena Lorenzo en redes sociales; “El Turco” Diego Abu Arab en gráfica, Pablo “Pelado” Rodríguez en producción artística y Dante De Noia en la operación técnica.
TRINCHERAS RADIOFÓNICAS,
El programa también se retransmite por la FM 99.7 “Che Barracas” (http://chebarracas.blogspot.com.ar/) de Buenos Aires y F.M 99.5 “Zumba La Turba” (http://www.zumbalaturba.com.ar/) de Córdoba, ambas integrantes de la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA). Y también, por la FM 95.5, El Grito, de la localidad de Los Hornillos, en el Valle de Traslasierra (Córdoba). Noticias desde abajo y a la izquierda.

Crónica de ruidazo, contra el tarifazo // Diego Skliar

Sábado a la mañana de sol con frío. Hacemos un mate y asistimos a la convocatoria que vimos anoche en el cartel de la nueva parada del Metrobús: “Vecinos Inquietos de La Paternal nos juntamos contra el Tarifazo”. En el camino compramos una cremona en la panadería de la señora que, creemos, integra algún tipo de secta. Pasamos por el kiosco del pibe que tiene un póster de Cristina y una vez le vimos un libro de William Cooke sobre las cajas sin abrir de las barritas de cereal. Está en la puerta. Fuma y mira de reojo hacia la esquina donde suenan un bombo y un redoblante. Una señora de rulos negros y saco del noroeste comprado en Once nos da un volante. “Nos juntamos porque esto no da para más”, dice. Preguntamos si habrá asamblea. Dice que no cree, que somos pocos, no más de cincuenta. “Hicimos un cajón para simbolizar la muerte”, cuenta. Cruzamos hacia la pequeña masa reunida frente a la farmacia. Hay globos negros. Algunos autos tocan bocinas que suenan a adhesión. El cajón es de cartón pintado y tiene escrita la palabra Salarios. Está el que fue candidato a comunero por el Frente para la Victoria. Hay algunas señoras mayores, pibas en bicicleta, un gordito de barba que grita “vamos todos juntos, compañeros”. Comienza una procesión paralela al cordón, sin cortar el tránsito. Hacemos una cuadra, hasta la concesionaria donde la semana pasada hubo despidos y policía en la puerta. Volvemos a casa. 

¿Y ahora qué pasa, eh? // Cristian

(Nueve intentos sobre el ruido)

I

Todavía no sabemos qué pasó la noche del jueves.[1]No es que nos falte enterarnos, sino que saber qué es lo que ocurre en una situación dada, en una serie de hechos y acciones, no es el más sencillo ni el menos urgente de los problemas políticos. Se trata de saber qué pasó y también qué pasa. Pero, ¿qué significa “saber” en este contexto? En principio, podríamos decir que con “saber” no nos referimos a un mero conocimiento, tampoco a una relación con el pasado: no se trata de poder explicar las cosas tal y como “verdaderamente” han ocurrido. Saber de lo ocurrido, saberlo políticamente, significa saber qué puede llegar a pasar con lo que pasó. Saber entonces de algo posible, saber de nuestros posibles.

II

Todo poder del cuerpo es un saber azorado, sorprendido de sí mismo. Y así como Spinoza decía que nadie sabe lo que puede un cuerpo, lo mismo nos ocurre en los cuerpos colectivos de la política. Saber políticamente es saber qué podemos cuando nos juntamos y formamos esos cuerpos ampliados de latido múltiple, cuyo ritmo cabal nos arrastra. Saber políticamente es hacer caminar esos cuerpos, sin perder el ritmo.

III

¿Y qué podían los cuerpos que se juntaron esa noche? Aún no lo sabemos. En modo alguno eso es algo que estuviera contenido de antemano, como una potencialidad, en los cuerpos. Es algo que acaso aún no haya ocurrido, porque consiste en el tránsito que debemos hacer para llegar a ser eso que fuimos: ese cuerpo ampliado, ese latido, ese ritmo. Para que ese cuerpo sepa lo que puede. Para que sepamos qué pasó esa noche.  

IV

La noche del jueves miles de personas se manifestaron contra el descomunal aumento de los servicios que supone una expoliación de los ingresos populares en favor de las grandes empresas. El llamado “tarifazo”. Se tomaron calles, se aglomeraban cientos de personas en cada intersección importante. El ruido y el ritmo eran la cifra de lo que ese cuerpo podía, de su tempo. Y también de su espacio. Porque la calle tomada se adivinaba a lo lejos por el ruido. A medida que el ruido aumentaba y la densidad del ritmo ganaba terreno se ensanchaba un espacio propio. Pero un cuerpo político no es una murga. Entonces, ¿cuál era el ritmo político de esos cuerpos? ¿Qué es lo que hace que un ritmo sea ritmo político?

V

La guerra no comienza con la agresión -decía la sabiduría de un prusiano- sino con la defensa: cuando se detiene la mano del agresor. Esto tiene dos consecuencias fundamentales: a) que la guerra posee dos tipos diferentes de violencia: una primera, la violencia agresora y una segunda la contra-violencia, la defensa, que neutraliza la agresión; b) que la guerra no comienza con el intento de detener la violencia agresora, sino con la eficacia de ese intento. La guerra comienza cuando la mano del agresor es detenida, aunque sea por un instante. Es decir que no se trata del gesto de la defensa, sino de la defensa efectiva. El problema de la eficacia de la defensa es entonces el problema central.

VI

Los intentos de defensa sólo a partir de un cierto umbral de eficacia podrán ser considerados defensa en sentido pleno. Solo cruzando ese umbral la defensa se constituye como contra-violencia, es decir, como la neutralización de la violencia agresora (es claro que no se trata de una simple inversión de la violencia primera, de un indiferente cambio de signo). Y por lo tanto, sólo a partir de cierto umbral de eficacia participamos de la guerra. Si nos mantenemos sin cruzar ese umbral, seremos agredidos o devastados, humillados y ofendidos, pero no estaremos en guerra. Seremos víctimas, no defensores.

VII

La misma sabiduría prusiana (más una lectura argentina) trazó también un continuo entre la guerra y la política. Esto nos muestra también algo: ambas -guerra y política- consisten en un enfrentamiento, y la conversión de una en otra supone poner en juego reglas diferentes, acciones y consecuencias disimiles por lo tanto, pero enmarcadas en el mismo enfrentamiento. No cambia la naturaleza del enfrentamiento, sino los modos de manifestarse. Y que se mantenga el enfrentamiento supone que lo que aún se mantiene, pero continuado por otros medios, es la agresión. Y también la necesidad de la defensa. 

VIII

Pero entonces debe existir también un umbral de eficacia para la política. Sólo si se logra detener por un instante la mano del agresor político, habremos iniciado un camino de lucha política. Sólo si el agresor es obligado a cambiar su estrategia y a temer una reacción es que se libra una lucha de carácter político. Pero debajo de ese umbral de eficacia serán gestualidades, victimizaciones, relatos y retóricas de enfrentamiento o de reivindicación, pero no hechos políticos.

IX

La jornada del jueves, su ruido, puede llegar a plasmar un hecho político de importancia. Pero para ello debe articularse en pos de la eficacia de detener la agresión, en este caso: obligar al gobierno a modificar, aunque sea momentáneamente, su rumbo. Para conjugar, entonces sí, nuevas eficacias. Eso definirá qué pueden nuestros cuerpos, qué pudimos esa noche. Si la noche del jueves pasó algo, lo que pasó y lo que pasa, lo que pudimos y lo que podemos, se sabrá si se abre ese cuerpo a una eficacia nueva que logre detener la mano agresora. Que cuaje una contra-violencia, un fin de la violencia. Y para ello debemos evitar el dulzor de las retóricas que dan por superados los obstáculos en la fantasía. La conquista de cualquier eficacia, por más pequeña que esta sea, acaso funcione como un punto de Arquímedes, para movernos políticamente. Para saber qué podemos.


[1]En referencia a al manifestación popular, el cacerolazo o “ruidazo” del jueves 14 de julio contra el tarifazo del gobierno de Mauricio Macri.

YoNoFui necesita tu ayuda

YoNoFui es una Organización social con quince  años de experiencia capacitando a mujeres privadas de libertad a través de talleres de artes y oficios.  Sabemos que la mayor dificultad para quienes salen de la cárcel es la inclusión laboral.

No existen en la Argentina  oportunidades de trabajo para personas con antecedentes penales Por eso nuestra idea es brindar Capacitación integral en  servicios digitales a mujeres privadas de libertad, acercar herramientas concretas que produzcan ingresos genuinos  y que luego puedan continuar afuera con la creación de la Unidad Productiva Multimedia en nuestra cooperativa de trabajo en libertad. Vos podés ser parte haciendo posible esta realidad.

Necesitamos tu ayuda para alcanzar el objetivo. Ponéle Me gusta en Youtube al video incluído en la propuesta presentada a la convocatoria Liberando Ideas del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) y compartilo en las redes sociales, para que más gente conozca nuestra iniciativa. Tenemos tiempo solo hasta el domingo 24 de Julio. Tu ayuda es fundamental.


La vida interpelada. Prólogo a Los espantos // Diego Caramés y Gabriel D’Iorio

 “Comenzaba la tarde, pero tanto mal me había dado aquel día que me espantaba continuarlo. Sin embargo, no se puede renunciar a vivir medio día: o el resto de la eternidad o nada”
Don Diego de Zama (Zama, Antonio Di Benedetto)
I.
Resulta difícil presentar un libro como Los espantos. Estética y postdictadura, un ensayo paradojal, revulsivo y, por muchos motivos, de una radical singularidad. Un modo de comenzar es, como lo hace el propio texto, por el establecimiento de una perspectiva. Si Oscar Terán supo escribir en Nuestros años sesenta que a esa década había que introducirse por la filosofía –porque su objeto era filosófico–, Silvia Schwarzböck afirma que a la postdictadurahay que adentrarse por la estética, porque su objeto –propio del género de terror– así lo exige. ¿Qué significa para la autora llevar a cabo una reflexión propiamente estética sobre este objeto? Implica, entre otras cosas, pensar materialmente la ficcionalidad de lo dado. Y pensar lo dado es negarlo, abrirlo, mirarlo, escucharlo, para leer en la apariencia lo que en su mostrar no enseña ni ilumina; para volver a ver lo que puede ser visto –y sólo por eso puede ser visto– por quien no puede pensarlo.
Cabría preguntar entonces: ¿qué es lo dado en este libro? Es la vida sin el fantasma del comunismo, es la vida de la derrota después de la derrota. Es la vida de la postderrota. Mientras mantuvo en ascenso su voluntad de poder, la presencia del comunismo hizo imposible el ejercicio de ciertas formas de gobierno sin fantasma, sin doblez, sin velo declarado u oculto. El fantasma del comunismo se las arregló para acechar toda forma de vida injusta que se pavoneara en la pretendida soberanía de sus razones o en la obscenidad lisa de los hechos. Es cierto que, al menos durante el siglo XX, a la fuerza impugnadora del fantasma la acompañaba la realidad política de las revoluciones. Posibles, anhelados y concretos, los sueños emancipatorios de las vidas revolucionarias reclamaron siempre la precedencia del fantasma, como este último necesitó, para darle cuerpo a su amenaza, de la utopía encarnada de la revolución. Y darle cuerpo al fantasma implicó asumir que su osamenta real no necesariamente coincidía con su forma imaginada.
                    
El comunismo como el ismo político central de los últimos dos siglos ha declinado en su voluntad de poder por dos evidencias conjuntas: fue derrotado fácticamente (en el plano económico y militar) y, además, nunca logró imponer imágenes de su forma de vida como forma de vida deseable y vivible. Para Schwarzböck, la vida de izquierda que proponía e imaginaba el comunismo –y en ocasiones creía haber realizado– es la forma de vida hoy planetariamente derrotada. Es la forma de vida que no pudo sobrevivir a sus propias muertes. ¿Quién ganó la batalla vitalista? La ganó la derecha. Y por ende, la ganó una forma de vida: la vida de derecha. Ahora bien: ¿qué es una vida de derecha? Vida de derecha –decimos nosotros– es el sueño de una vida sin problemas. Y la vida sin problemas –dicen otros– es matar el tiempo a lo bobo. Matar el tiempo a lo bobo es una (nueva) forma de matar al sí mismo y a los otros, pero ahora sin nervio, sin drama, sin épica. Matar banalmente, por descuido, para no aburrirse, por omisión, porque la imagen o su simulacro así lo exigen.
Lo dadoes, también, la configuración cristalizada de esa forma de vida que ganó. Y lo que ganó, en Argentina, se impuso a sangre y fuego; lo que ganó se fraguó en el campo de concentración y desplegó sus corolarios (o, de otro modo, sus espantos) en las primeras décadas de vida democrático-parlamentaria. Enfrentar lo que queda de la dictadura, lo queda de la derrota política, económica y social, es, en este sentido, enfrentar la postdictadura, las consecuencias económicas y existenciales de la derrota más sonora y profunda del pueblo, o de las formas de vida populares. La primera y quizás la más importante y decisiva: la derrota de una vida en términos de verdad, en términos de un proyecto no gobernado por la lógica (triunfante) de la mercancía.
II.
¿Qué puedeeste libro? Señalar la persistencia de los dolores de un cuerpo justo ahí donde se busca acallarlos con las banalidades tecno-farmacéuticas, recorrer la huella de lo que resiste opacamente en el lenguaje justo ahí donde se lo reclama índice transparente de comunicación, interrogar las miradas estéticas del mundo justo ahí donde se consagra la cultura de lo siempre igual: este libro puede ser un proyectil. Y como tal, lo consideramos poseedor de una cualidad táctil: piensa contra la pereza del conservadurismo y la comodidad del progresismo, contra el modo en que ambos comulgan al usar los clásicos –y ciertos mandatos de la tradición cultural– como escudos de una vida perenne, de premisas imprescriptibles, a-históricas, en lugar de sostenerlos como un terreno exploratorio, de litigio, transmisión y aprendizaje.
Pensar contra el conservadurismo y contra el progresismo es pensar contra los límites de la imaginación estético-política dominante. Es poder acordar con el precepto de que no hay que matar y al mismo tiempo animarse a preguntar: ¿funda ese precepto por sí mismo una vida justa posible? ¿Es una condición de la vida en común o una maldición del pensamiento sobre la muerte que se cuenta por millones, de derecha a izquierda? El problema actual quizás no sea el de sostener la premisa “no matarás”. El problema es que su enunciado nada dice sobre las muertes que provoca la vida de derecha: podemos impugnar las muertes provocadas por los proyectos vitales de la izquierda y afirmar “no matarás”, y, en el mismo momento, caer rendidos ante la evidencia de que morimos aquí y ahora desatendidos, olvidados, rechazados, ignorados, si no actuamos concretamente para evitarlo. Esto es, si no hacemos algo para evitar que mueran siempre los mismos, los que nada saben de las reglas del mundo: los recienvenidos, y de ellos, los abandonados. Junto a la premisa “no matarás”, hay otra premisa: la premisa que manda vivir. Y vivir es cuidar, proteger, responder, crear.
¿Hay entonces una política posible del “vivirás” en el tiempo de la postdictadura? El libro no supone eso, ni su contrario, y sin embargo parece arrojarnos sobre esa pregunta. Sobre esa pregunta y otras tantas, casi tantas como son los conceptos y los nombres que Silvia Schwarzböck revisa en el ensayo. Así, Estado, representación y verdad, pueden devenir –por ejemplo– paraestatalidad intraestatal, representación absoluta o no-verdad relativa. Y también: el nombre de Walsh y el walshismo –como lógica para leer el Estado– pueden abrir la posibilidad de una estética postwalshiana, propia de una situación de clandestinidad no oculta, sobre-expuesta. Y si en los conceptos y en los nombres encontramos desplazamientos, interrupciones o invenciones, otro tanto ocurre con los materiales de trabajo escogidos por la autora. Textos literarios, filosóficos, jurídicos y políticos, imágenes y films, son sometidos a una revisión que –depende del caso– descompone, reinventa o sencillamente hace estallar las interpretaciones cristalizadas.
Con lo señalado anteriormente queremos dar cuenta del carácter exploratorio del libro y, al mismo tiempo, señalar un límite de lo que aquí podemos escribir y anticipar sobre él. Tenemos la sospecha de que la singular revisión de conceptos, imágenes, fechas y nombres que encara Silvia Schwarzböck desde la estética quiere orientar las energías filosóficas hacia un nuevo régimen de aproximación de ciertos temas de la cultura argentina. Este régimen –que, como tal, supone un tratamiento de ciertas tradiciones y un recorte específico de problemas y autores– quizás produzca un dislocamiento generacional y una discusión necesaria sobre algunos enunciados que se asentaron y aceptaron más o menos implícitamente en las últimas décadas. He ahí la potencia (incómoda) de su interpelación. La potencia que quiere interpelar, como dice Diego de Zama, a ese medio día que nos queda, a ese medio día que es el resto de vida que tenemos por vivir.
III.
Los espantos. Estética y postdictadura es el fruto de un trabajo escrito en breves meses pero macerado durante varios años por la filósofa argentina Silvia Schwarzböck. Como profesora de Estética y conocedora profunda de la obra de Theodor Adorno, muchos de los enunciados que podemos leer en este libro fueron antes preguntas que animaron sus clases y sentencias que anticiparon obsesiones, algunas de las cuales pudimos compartirlas en diversas conversaciones y discusiones, primero como compañeros y amigos, luego como directores de El río sin orillas.Revista de filosofía, cultura y política, y ahora como editores. Muchas de aquellas intuiciones son las que hoy, transfiguradas en la contundencia que ofrece este libro, tiene el lector entre manos.
Por otra parte, la publicación de Los espantos es el resultado de un esfuerzo cooperativo de El río sin orillas y la Editorial Las cuarenta, quien bajo la dirección de Néstor González se encargó de pensar con nosotros una colección posible y se hizo cargo del arte de tapa, la maqueta, diagramación, impresión y distribución del este libro. Le dimos el nombre de CUARENTA RÍOS al encuentro que lo hizo posible. El nombre es, más que el sello que publica Los espantos, la conjunción de un trabajo de larga duración que espera proponer nuevos títulos en los años venideros. El hilo conductor que orienta este esfuerzo es la necesidad de pensar el derrotero de la cultura argentina de las últimas décadas a partir de una mirada generacional o, al menos, de una mirada afectada por la época de un modo intelectual y afectivamente intenso. La constelación de las fuerzas sociales, económicas y políticas argentinas, los vínculos profundos con unas tradiciones y unos nombres que parecen transformar sus sentidos al comienzo del siglo XXI, los modos de leer y escribir sobre ellos, son los desafíos que nos circundan y que, esperamos, puedan ser abordados por el equipo editor de CUARENTA RÍOS.
Como ha dicho Bataille en El erotismo, no se trata de esperar un mundo en el cual ya no queden razones para el terror, un mundo en el cual el erotismo y la muerte puedan encontrarse según los modos del encadenamiento mecánico. Se trata, más bien, de apostar a que el ser humano pueda superar lo que le espanta, pueda mirarlo de frente. Quisiéramos contribuir, con esta colección que abre Los espantos. Estética y postdictadurade Silvia Schwarzböck, al trabajo colectivo que se orienta a superar lo que nos espanta, mirándolo de frente, pensándolo de frente, a partir de perspectivas renovadas sobre los asuntos públicos y comunes.
Buenos Aires, diciembre de 2015

Trump: el horror, el horror // Pablo Bilsky,


Las flores y el poder de las flores de décadas pasadas ya no son ni siquiera un recuerdo por estos pagos californianos. Y más allá de los cuidados jardines y parques, un penetrante tufo rancio recorre la sociedad estadounidense por estos días. Proviene de dos briosos torrentes. Por un lado, los famosos ríos de tinta que surgen, e inundan el discurso social, cada vez que se intenta explicar o poner en palabras el horror. Por otro lado, el denso flujo de estiércol que sale de la boca y los gestos de Donald Trump.
“Si me das un dólar secuestro a Trump”, dicen los carteles de los que piden monedas en las calles de Los Ángeles y San Francisco. “Trump basurero”, se lee en las remeras. Pero más allá del rechazo que causa, incluso en los republicanos, resultó nominado. Fue en una convención que tuvo de todo: papelones, escándalos, protestas dentro y fuera, y represión. Los periodistas más experimentados de este país no recuerdan una convención republicana más absurda y decadente.
Trump el mentiroso, el bravucón, el violento, el estafador, el racista, el misógino, el filo-nazi. El tipo tiene en vilo a una parte de la sociedad estadounidense. A una porción minoritaria, es cierto, la que se interesa por cuestiones que van más allá de lo individual: la política, la economía, ese tipo de cosas.
Pese a lo que muchos medios de comunicación intentan instalar, Trump no es un fenómeno ajeno a la sociedad en la que surgió. Es apenas un síntoma. Y un detonante de lo peor de esta sociedad. Es la emergencia de algo que ya estaba aquí, antes que Trump, y que seguirá estando cuando el magnate no sea más que un mal recuerdo.
La irrupción bestial del millonario matón puso en crisis la forma en que esta sociedad se auto-percibe y piensa. Produjo además una crisis de autoestima y de identidad en un país donde funciona, y mucho, el discurso mesiánico del pueblo elegido, con una misión que cumplir en el mundo. Trump es la cara más brutal y sincera de esta sociedad, no bajó de un ovni. Es la expresión más descarnada de lo que en este país se mantiene oculto, bajo la alfombra.
Para Charles Derber y Yale Magrass, Trump es un matón surgido de una sociedad autoritaria, militarizada, una sociedad de prepotentes, abusadores y matones. Del abuso individual se pasa al abuso institucional, y de allí al matonismo imperial.
“Estados Unidos es el matón más grande del mundo”, señalan Derber y Magrass, autores del libro Bully Nation: How the American Establishment Creates a Bullying Society (Sociedad de matones: Cómo el establishment estadounidense creó una sociedad abusiva).
Los autores reponen el contexto social, económico y político que muchos medios escamotean. El ejército, las corporaciones y el estado, señalan Derber y Magrass, dieron forma a EEUU y todas estas instituciones ejercieron la violencia, el acoso, el abuso y la prepotencia en forma sistemática, aseguran.
Por eso Trump llegó a ser candidato a presidente. Representa el matonismo de buena parte de la sociedad estadounidense. Se lo admira. Se lo envidia. El odio y la violencia que exuda representan a muchos ciudadanos de este país.
Pero el establishment no se caracteriza por su sinceridad ni por su honestidad. Crearon el monstruo, pero ahora no pueden controlarlo y se asustan, y fingen sentirse horrorizados. “Es impredecible”, gritan los CEOs encerrados en lujosos baños, entre sanitarios de oro y níveas rayas sobre el mármol pentélico.
La aparición de un personaje como Trump hace que la basura salga a flote y se muestre, incluso con orgullo. Por eso, por estos días, los nazis, los racistas, los misóginos, los violentos se sienten confirmados, legitimados, envalentonados.
Muchos actos de campañas de Trump terminan a las piñas. La grieta yanqui. Quienes osan manifestarse contra el magnate son hostigados y agredidos, con el visto bueno y el aliento explícito del propio Trump. “En mi época, en los buenos tiempos, los colgábamos”, dijo Trump desde el escenario, con referencia a un manifestante afroamericano.
Y si de colgar negros se trata, “a mi juego me llamaron” dijo el Ku Klux Klan (KKK), la organización xenófoba, homofóbica y antisemita fundada en el siglo XIX que dio un apoyo explícito a Trump. En realidad el KKK es una verdadera federación de organizaciones terroristas de ultraderecha que defienden lo que en este país se conoce como “supremacía blanca”. Forma parte de la basura que hay que esconder debajo de la alfombra. De ahí el horror ante el surgimiento de Trump. El bravucón, el botón aguafiestas, el fanfarrón que viene a destapar y a hacer notar las miserias.
Un grupo de periodistas judíos denunciaron sistemáticos acosos en las coberturas de los actos de Trump. “Así es cómo el fascismo llega a los EEUU”, señaló Jonathan Weisman en una columna de opinión de The New York Times, aunque muchos piensan que hace rato que el fascismo consiguió la ciudadanía yanqui, y se pasea, orondo, por estos pagos californianos, y por el resto del país, aunque a veces no se note tanto.
Una fiebre hermenéutica se apoderó de EEUU
El psicólogo estadounidense Dan P. Mc Adams intentó meterse de lleno en las miasmas pantanosas de la cabeza de Trump en su artículo “The Mind of Donald Trump” (“La mente de Donald Trump”), publicado en The Atlantic. Para el profesional, el candidato, que además cobró notoriedad como estrella de un “reality show”, está siempre interpretando el personaje de Donald Trump. “Siempre actúa, se siente observado y actúa siempre ese mismo papel”, señala Mc Adams, quien junto a otros tantos profesionales de los más diversos campos se sumó a la fiebre hermenéutica que se extiende por todo EEUU para tratar de explicar las características del personaje.
Acaso lo mejor del análisis de Mc Adams es que reconoce sus limitaciones a la hora de describir su inasible objeto de estudio: Trump es una personalidad extraña, rara, inclasificable, especialmente con vistas a que puede ser presidente. Es extrovertido, desagradable en extremo, pura energía. El psicólogo lo compara con un dínamo, asegura que apenas duerme y prueba esto último reproduciendo los horarios en los que el magnate envía sus escandalosos mensajes vía Twitter: tres de la mañana, cuatro de la mañana, cinco de la mañana.
“Una existencia jamás molestada por el penetrante sonido del alma”, es ya una definición tradicional, escrita por Mark Singer en la revista New Yorker en los años 90. Por estos días se la recuerda mucho, al igual, por ejemplo, de aquella película de 2006 “Idiocracy” (“Ideocracia”), que muestra cómo EEUU se está convirtiendo en un país de idiotas.
Entre ciertos sectores de la prensa lo que más se notó fue la culpa: “No lo tomamos en serio”; “No supimos ver la amenaza que representaba”; “Le dimos espacio sin ser lo suficientemente críticos”, son algunas de las frases que resumen un sentimiento generalizado en la prensa de este país. Los periodistas se culpan por haber sido demasiado “objetivos” a la hora de reproducir las mentiras y las provocaciones de Trump sin desmentirlas ni criticarlas con suficiente fuerza.
“Trump perderá o yo me comeré esta columna”, desafió desde el título de su artículo publicado en The Washington Post el analista Dana Milbank, seguro de que el magnate no ganaría la nominación para ser el candidato republicano. Cuando esto ocurrió, y luego de que –a través de las redes sociales– los lectores le recordaron su promesa, Milbank cumplió. Y se comió sus columnas, en papel, literalmente, y lo subió a la red.
En un video de más de tres minutos colgado en el sitio web del Washington Post, Milbank se come hasta ocho platos distintos cocinados con el papel de periódico en que salió impreso su artículo, cortados en pequeños trozos y algunos de ellos pasados por agua, batidos o incluso fritos. Lo acompañó con vino de la marca Trump.
Fuente: El Eslabón

Comunicado EZLN // Agresión contra el campamento de resistencia popular en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas


A quien sea ahora el gobernador en funciones y demás capataces del suroriental estado mexicano de Chiapas:

Damas (já) y Caballeros (doble já):

No reciban nuestros saludos.

Antes de que se les ocurra inventar (como ya está haciendo la PGR en Nochixtlán, Oaxaca) que la cobarde agresión contra el campamento de resistencia popular en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, fue orquestada por ISIS, les pasamos, gratis, el informe que hemos recabado:

Las siguientes son palabras de un hermano indígena partidista (PRI) de San Juan Chamula, Chiapas, México:

“A las 9 de la mañana (del día 20 de julio del 2016) llamaron a los del Verde a su casa del gobernador.  Ahí regresaron y que les dijeron que hagan como hicieron el otro día.

(NOTA: se refiere a cuando un grupo de indígenas del Partido Verde Ecologista se pusieron pasamontañas y fueron a hacer desmanes en el bloqueo de San Cristóbal y en Tuxtla Gutiérrez, capital de Chiapas.  Cuando fueron detenidos por la seguridad de la CNTE primero dijeron que eran zapatistas (no lo eran, ni lo son, ni lo serán), luego ya dijeron que son partidistas.

Pero que esta vez iban a ir a dialogar, para que los del bloqueo dejaran pasar los camiones de los chamulas que hacen comercio en Tuxtla.  El presidente municipal (del Verde Ecologista) puso las patrullas y la ambulancia locales.  El de San Cristóbal otro tanto de policía.  Los gobiernos de Tuxtla un buen tanto más.  De por sí hicieron trato con los policías, o sea que tenían su plan pues.  Y entonces llegaron como que quieren dialogar y un grupo se cruzó y entonces empezaron a romper todo, a robar y a quemar, o sea que por dos lados los agarraron.  Luego, como traen armas, porque de por sí los Verdes andan armados, pues a disparar como bolos y mariguanos.  Y los policías estaban como cuidándolos, o sea que eran su apoyo.  Eso que hicieron los verdes ya no estamos de acuerdo.  Porque de por sí ahora los turistas tienen miedo de venir a la cabecera (de San Juan Chamula) y eso perjudica a todos porque baja el comercio mucho.  No es el bloqueo, son los pinches verdes que están chingando todo.  Ahora vamos a ir a protestar a Tuxtla para que quiten a ese presidente que es tan pendejo.  Y si no hacen caso, pues ya lo vamos a ver aquí cómo le hacemos.”

En lo que se refiere a su torpe maniobra de encapuchar paramilitares para presentarlos como zapatistas (además de que es un refrito usado antes por el Croquetas Albores), es un fracaso rotundo.  Cuestionadas sobre si creían que eran zapatistas los que habían desalojado el bloqueo y hecho desmanes, esto respondieron dos personas del pueblo, sin filiación política conocida:

Un comerciante ambulante, edad aproximada 60 años responde:

“¡No! Los que hicieron destrozos ayer son gente pagada del gobierno, de por sí lo sabemos. No son los que apoyan a los maestros.  Porque la lucha de los maestros está bien, si no, vamos a terminar pagando la educación nosotros. Y ¿de dónde sacan para pagarle a los maestros? Pues del pueblo. Lo que falta es que por lo menos la mayoría de los estados se decidan a entrarle, porque ya hay cuatro estados que están ya puestos, pero los demás no sabemos para cuándo.”

Una indígena Chamula, comerciante ambulante, contesta:

“¡Naaaa!!!, no son ellos, ¡ellos no se comportan así! Ellos (los zapatistas) sí están apoyando a los maestros y los de ayer se quieren hacer pasar como ellos, pero no son, sólo se ponen sus pasamontañas, pero no se portan igual.

– ¿y quién era la gente de ayer?
– Son otros, les pagan.
– ¿y cómo ve lo de los maestros?
– Pues es que sí se necesita apoyarlos”

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Estamos seguros que ustedes lo ignoran (es eso, o que las tonterías que hacen es por lo mismo, o sea por tontos), pero resulta que el así llamado “conflicto magisterial” surge por la estúpida prepotencia del gris aspirante a policía que todavía despacha en la Secretaría de Educación Pública (SEP, por sus siglas en español, oh, de nada, no hay por qué darlas).  Después de movilizaciones y de la respuesta gubernamental a esas movilizaciones con amenazas, despidos, golpes, cárcel y muertes, el magisterio en resistencia logró que el gobierno federal se sentara a dialogar.  Es, pues, un asunto federal.  Corresponde al gobierno federal y al magisterio en resistencia dialogar y llegar o no a acuerdos.

Ustedes simpatizan con la cerrazón del gris policía.  Nosotras, nosotros, zapatistas simpatizamos con las demandas del magisterio y lo respetamos.  Y no sólo a la CNTE, también y sobre todo al movimiento popular que se ha levantado en torno a sus demandas.  Como zapatistas que somos, hemos hecho pública nuestra simpatía apoyándolos, además de con la palabra, con el poco alimento que pudimos juntar de nuestras mesas.

¿Ustedes creen que a ese movimiento, ya popular, lo van a derrotar con desalojos, así sea disfrazados de “indignación ciudadana”?  Pues ya lo vieron que no.  Al igual que los hermanos pueblos originarios hicieron en Oaxaca, si los desalojan, se vuelven a poner.  Así una y otra vez.  Porque resulta que acá abajo, no hay cansancio.  Sus patrones de ustedes calcularon que el movimiento del magisterio en resistencia se iba a desinflar por las vacaciones.  Ya vieron que se equivocaron (mmh, ya son más de 3 fallas en la evaluación, si les aplicaran la “reforma educativa” ya estarían despedidos, y buscando empleo en Iberdrola al lado del psicópata).

El movimiento no hace sino crecer y concertar simpatías, mientras ustedes sólo convocan antipatías y repudio.

Como lo señalamos desde hace casi dos meses, el movimiento ya acuerpa distintos sectores sociales y, claro, sus demandas específicas.  Por ejemplo, no están ustedes para saberlo, pero ya piden la destitución de Cancino (supuesto presidente municipal de San Cristóbal de Las Casas, ciudad que está, tal vez ustedes lo ignoren, en el estado de Chiapas, México) y el encarcelamiento de Narciso, jefe paramilitar de la ALMETRACH.  Eso y otras cosas que demandan, que se pueden resumir en una sola: buen gobierno.  ¿Qué tarda en que se den cuenta de que ustedes, tod@s, estorban, que no son sino parásitos que enferman a la sociedad entera arriba y abajo?

Pero entonces pasa que ustedes se sienten muy seguros y mandan a sus perros a robarles sus pocas pertenencias a esas personas que se están manifestando PACÍFICAMENTE.  Bueno, pues entonces nosotros, nosotras, zapatistas, volveremos a juntar alimentos y los enseres que les quitaron, y se los volveremos a mandar. Así una y otra vez.

En lugar de hacer declaraciones ridículas (como la del deslinde del cobarde ataque al plantón POPULAR en San Cristóbal), podrían contribuir en algo a la distensión necesaria para que ese diálogo y negociación siga el rumbo que determinen sus partes (que, les recordamos, es entre el Gobierno Federal y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación), harían bien en amarrar a sus perros (de nombres Marco Antonio, Domingo y Narciso).  Sólo sílbenles agitando un fajo de billetes y verán cómo obedecen.

Y un consejo no pedido: no jueguen con lumbre en San Juan Chamula, el descontento y la división que, dentro de ese pueblo, están fomentando ustedes con sus tonterías, puede provocar un conflicto interno cuyo terror y destrucción no se podrán tapar ni con bots en redes sociales, ni con inserciones pagadas, ni con el poco dinero que Manuel Joffrey Velasco Baratheon-Lannister haya dejado en la tesorería estatal.

Entonces tranquilos.  Paciencia y respeto.  Esperemos que el gobierno federal dialogue y negocie con seriedad y compromiso.  No sólo porque las demandas magisteriales son justas, también porque tal vez ésta es de las últimas veces en que habrá con quién dialogar y negociar.  Es tal la descomposición que han alentado ustedes que, pronto, no sabrán ni a quién calumniar.  Además, claro, que no habrá nadie en el otro lado de la mesa.

¿Entendido?

Entonces, ustedes a lo suyo, es decir, al Photoshop, las páginas de sociales, las fiestas de relumbrón, los anuncios monumentales, las revistas del corazón, la frivolidad de quien carece de inteligencia.

¿Gobernar?  ¡Vamos, eso ya no se los creen ni los medios de paga!

Mejor háganse a un lado y aprendan, porque éste es Chiapas, y el chiapaneco es mucho pueblo para gobierno tan miserable.

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A quien corresponda:

Como zapatistas que somos es nuestra convicción, y obramos en consecuencia, que se deben respetar las decisiones, estratégicas y tácticas, del movimiento. Y esto va para todo el espectro político.  No es legítimo querer montarse en un movimiento para tratar de llevarlo a un lado fuera de su lógica interna.  Ni para frenarlo, ni para acelerarlo.  O si no, digan claro que lo que quieren es usar ese movimiento para sus fines y propósitos particulares.  Si lo dicen, tal vez el movimiento sí los sigue, tal vez no.  Pero es más sano hablarle claro al movimiento sobre lo que se busca ahí.  ¿Cómo quieren dirigir si no respetan a la gente?

Nosotras, nosotros, como zapatistas que somos, no vamos a decirle a nuestras maestras y maestros actuales (l@s de la CNTE y los pueblos, barrios y colonias que apoyan) qué hacer o qué no.  Esto les debe quedar bien claro a todas esas nobles personas que luchan: CUALQUIER MOVIMIENTO QUE HAGA EL ZAPATISMO EN LO QUE SE REFIERE AL MOVIMIENTO POPULAR EN CURSO (o los que surgirán después) LO HARÁ SABER PÚBLICAMENTE CON ANTELACIÓN y siempre respetando sus tiempos y modos.  Tanto la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, como los movimientos de pueblos originarios, colonias y barrios que apoyan al magisterio, deben entender que, cualquiera que sea su decisión, sea sobre el rumbo, el destino, los pasos y la compañía que decidan, recibirá nuestro respeto y saludo.

Lo de “disfrazarse” de zapatistas y gritar consignas que involucren a otr@s, está bien para que se diviertan un rato y tener una medallita en su curriculum, pero no deja de ser falso y deshonesto.  Nosotr@s no nos alzamos para repartir comida chatarra robada, sino por democracia, libertad y justicia para tod@s.  Si creen que es más revolucionario y que ayuda más al movimiento, romper vidrios y robar comida que ni alimenta, pues que el movimiento valore y decida.  Pero aclaren que no son zapatistas.  A nosotr@s no nos molesta ni enfada que nos digan que no entendemos el momento coyuntural, o que no tenemos visión de las ventajas electorales, o que somos pequeño burgueses.  Sólo nos interesa que esa maestra, ese maestro, esa señora, ese señor, ese joven o jóvena, sientan que acá, en las montañas del sureste mexicano, hay quienes les quieren, les respetan y les admiran.  Aunque en las grandes estrategias electorales o revolucionarias no entren en juego esos sentimientos.

Porque el magisterio en resistencia y, como se hace cada vez más frecuente, el movimiento popular que se acuerpa en torno a él, enfrenta condiciones adversas muy difíciles.  No es justo que, en medio de todo esto, tenga que sortear ya no sólo barrotes, toletes, escudos, balas y, ahora, paramilitares; también “consejos”, “orientaciones”, y órdenes “con-todo-respeto” indicándoles lo que deben o no hacer, avanzar o retroceder, es decir, pensar y decidir.

Nosotras, nosotros, zapatistas, no les mandaremos comida chatarra a quienes luchan, sino tostadas de maíz no transgénico, no robadas, sino hechas con el trabajo de miles de hombres y mujeres que saben que ser zapatista no es ocultar el rostro, sino mostrar el corazón.  Porque las tostadas zapatistas, recalentadas, alivian el hambre y alientan la esperanza.  Y eso no se consigue en las tiendas de conveniencia ni en supermercados.

Desde las montañas del Sureste Mexicano
Subcomandante Insurgente Moisés
Subcomandante Insurgente Galeano


México, 21 de julio del 2016.

“A través de la víctima se viola a toda la sociedad” // Entrevista a Rita Segato

por Mariana Carbajal


Es una de las voces más lúcidas de la región a la hora de pensar la violencia machista y sus consecuencias más extremas. Su libro, Las estructuras elementales de la violencia, publicado en 2003, es material ineludible para entender el fenómeno que desangra Latinoamérica. Lo más triste y doloroso, dice ella, es que no ha perdido vigencia con el paso de los años porque la violencia contra las mujeres no solo no se detiene –a pesar de que cada vez se visibiliza y denuncia más–, sino que se expresa con una crueldad inusitada, por ejemplo, al descartar los cuerpos de las mujeres asesinadas por ser mujeres como basura, en territorios deteriorados del ambiente. En una entrevista de Página/12, la antropóloga Rita Segato, reflexiona sobre las violaciones colectivas que conmocionaron a Brasil semanas atrás, y los femicidios, que no cesan en el país.
“Cuando comencé a trabajar primero con los presos condenados por violación en la penitenciaria de Brasilia, pensé que sería una situación excepcional y pronto abandonaría el tema. Cuando fui invitada, luego del libro Las estructuras… para aplicar mi modelo de la fatria masculina, del club de hombres, al caso de las mafias de Ciudad Juárez, pensé también que estaba ante un caso excepcional, raro, que rápidamente ese tema iba a desaparecer de la historia. Y siento una tremenda frustración porque no consigo abandonarlo. Es de una fatiga y de una amargura extraordinaria saber que desde entonces solamente el tema crece”, dice Segato.
Piensa la relación de género como una relación de poder fundante, la primera elección de todas las otras formas de poder, todas, en la larga historia de la Humanidad, y también en la vida de cada persona. Es profesora de la Universidad de Brasilia, de los programa de posgrado en Bioética y en Derechos Humanos. Cuando puede, se escapa a Tilcara, Jujuy, de donde es su compañero de vida, aunque transita por toda América Latina, invitada a dar conferencias, entre otras actividades. Este año fue perita en el histórico juicio de Guatemala, en el que se juzgó y condenó por primera vez a miembros del Ejército por los delito de esclavitud sexual y doméstica contra mujeres mayas de la etnia q’eqchi de una aldea en Senur Zaco, en el conflicto armado ocurridos en los años ‘80. Hubo 14 peritajes; Segato hizo el antropológico y de género.
La entrevista transcurre vía Skype. Conversa desde su casa en Brasil, donde vive gran parte del año. Por detrás la abraza una biblioteca repleta de libros. “Fuera de Brasil es muy difícil de creer. Pero el momento político que está viviendo este país está vinculado profundamente a un retroceso moral del país”, empieza Segato, cuando se le pregunta cómo entender las violaciones colectivas que sacudieron a ese país y han desencadenado nutridas movilizaciones de repudio en diversas ciudades y un gran activismo virtual. El primero de los casos se conoció el 25 de mayo, a través de un video difundido en las redes sociales en el que aparece una joven desnuda e inconsciente mientras el autor de la grabación comenta que “unos 30 chicos han pasado por ella”. La víctima tiene 16 años y es de Río de Janeiro. Pero no fue el único hecho que se conoció. Otro tuvo lugar en el municipio de Bom Jesús, del estado de Piauí, en el norte del país. Allí, una chica de 17 años denunció haber sido violada por cinco jóvenes pocos días antes que el episodio de Río. En Piauí, destaca Segato, hubo un caso similar un año antes.
Como ejemplo de ese “retroceso moral”, instalado –según su visión– tras la apertura del proceso de impeachment contra la presidenta Dilma Rousseff, Segato menciona que el ministro de Educación del nuevo gobierno, en la primera semana de gestión, a una de las primeras personas que recibió en su despacho fue a un actor porno y de televisión, Alexandre Frota, quien se había jactado en una entrevista en un programa de audiencia masiva, “Agora é tarde”, de cómo redujo y le apretó el cuello hasta dormirla para violarla a una “mãe de santo”, una sacerdotisa, de una religión local. “El ahí está expresando de forma perfecta la dominación sexual y racial que, evidentemente, después de que el ministro nada menos que de Educación lo recibe, cuenta con la aprobación de las nuevas autoridades. Esta sintonía explícita y, yo diría, exhibicionista, entre la toma de las instituciones por parte de un grupo en que la mayoría de sus miembros están involucrados en hechos de corrupción y son empresarios o pastores evangélicos, y el proyecto misógino y racista queda de esta forma demostrada. Es un grupo que pretende substituir la ley por la moral. Y no nos olvidemos que no hay sujeto más moralista que el sujeto violador. Eso lo demuestro en mi libro Las estructuras…, pero muchas estudiosas de la violación lo dicen también”, argumenta Segato.
Para la antropóloga, hay “una enorme convergencia” entre la reacción política y las violaciones colectivas. “La Nación golpista es también la Nación violadora. Estamos frente a un proceso político, de derecha, donde la riqueza entró a gobernar directamente, sin intermediarios, para apropiarse del Estado, como se está viendo en otros países de la región, pero aquí en Brasil con un ingrediente más que es el de la violencia sexual, que está dentro de este proyecto”. Da otro ejemplo, para abonar su hipótesis: cuenta que se presentó una catarata de proyectos en el Congreso, en las cámaras estaduales, en los municipios, para criminalizar a todos aquellos profesores que hablen de género en sus clases. Se llaman “Escuelas sin partido”. “Pero “escuelas sin partido” quiere decir que cualquier persona que lleve a las escuelas y a las universidades lo que ese grupo llama la ideología de género, será punido y puede terminar en la cárcel. Hay una golpiza enorme a la mujer, una golpiza patriarcal. El patriarcado golpea y pretende instalarse en la máquina estatal, al mismo tiempo que se instala este nuevo empresariado. Es un momento realmente increíble. Es una barbarie sin ley. Está en la calle. Está en la política también”, afirma Segato.
–Entonces…¿cómo hay que leer esas violaciones colectivas?
–Siempre sostuve que lo que pasa con las mujeres es un síntoma de los tiempos. No se trata de crímenes de la intimidad. Se trata de crímenes que expresan el estado de arbitrio, que es el estado del presente. Deben ser leídos como un termómetro de la época histórica en la sociedad. Son crímenes que desafían a la autoridad legítima, y el legítimo control de la violencia por parte del Estado. Pero también son crímenes en los que el comportamiento de las agencias estatales –policiales y jurídicas– son cómplices. Son crímenes en los que el poder se confirma y se espectaculariza, en tiempos en que la espectacularización y el exhibicionismo son las formas en que el poder se impone como tal.
–No es la primera vez que ocurren violaciones colectivas… ¿por qué pensarlas de una forma distinta?
–Han sucedido en secuencia, varias. En relación comunicativa. Se ha iniciado el proceso en Piauí que es un estado del norte, considerado y visto en el Brasil como uno de los más atrasados de la Nación, campesino. No es que lo sea, no creo que lo sea, porque al mismo tiempo es el primer estado en el que hubo un prefecto transexual, y que personas trans alcanzaron puestos con representación política y tienen respeto en sus comunidades. Estos avancen contradicen los preconceptos que tenemos también sobre la modernidad en las grandes urbes. En el estado de San Pablo, que es considerado el más adelantado del país, ha habido asesinato de concejales por ser gay. Entonces tenemos prejuicios positivos y equivocados sobre San Pablo y prejuicios negativos y equivocados sobre Piauí, que serían los dos extremos de Brasil.
–¿Estas violaciones, las dos ocurridas en Piauí y la de Río, tienen una estructura semejante?
–Sí, las tres son viralizadas en Internet y dan origen primero a una confraternización masculina, en el poder dominador, violador, de los hombres que materialmente realizaron el acto y luego se agrega a través de la viralización digital una cantidad de otros hombres que se cofraternizan también. Es un festín masculino sobre la víctima sacrificial: infelizmente, realiza mi modelo de interpretación del libro Las estructuras…, donde enfatizo que hay un eje fundamental en la violencia contra las mujeres, que es el eje de comunicación entre los hombres mediante el cuerpo de la mujer. El cuerpo de la mujer es un resto de un festín donde el poder se constituye y se consolida mediante esa rapiña compartida.
–En uno de sus textos más recientes, Frente al espejo de la reina mala, dice que a Brasil le falta espejo de reina mala…
–Países que sufren tremenda violencia como México, Colombia, e incluso, Argentina –donde hay menos eventos de tanta violencia, la mafialización ha ingresado hace poco tiempo y se mantiene en bolsones, en Rosario, en la provincia de Buenos Aires–, tienen un espejo, saben que tienen dentro de sí esa plaga, esa peste, que es el control paraestatal mafioso de sectores vulnerables de la población. De las 50 ciudades más violentas del mundo, 21 son brasileñas, pero Brasil no lo ve, no consigue verse a sí mismo como teniendo este problema. Yo veo una analogía y una sincronicidad significativa entre este brote de violaciones colectivas y confraternización de hombres que se sienten empoderados, frente a lo que les es posible sentirse empoderados: una víctima dormida, niña, joven, sola. Esa escena de la espectacularización va en paralelo con la escena del Presidente en ejercicio, Temer, con su gabinete integrado totalmente por hombres y las figuras que fueron centrales en el proceso de impeachment, planteando en el Congreso y en los medios masivos de comunicación, su posición antifemenina, diciendo cómo la mujer no debe empoderarse, como la mujer tiene que permanecer en su lugar de mujer, como es imposible aceptar el aborto. Hay una sincronicidad de varias escenas que son conspicuas.
–En paralelo, se conoció en el país el caso de una niña wichi violada por ocho criollos, en una población rural del norte de Salta, donde la Justicia actuó para darles impunidad a los perpetradores…
–Las niñas wichis han sido violadas a lo largo de toda la historia. Es una costumbre de los criollos salteños y jujeños con las niñas indígenas. Este caso trascendió pero hay otros que no se llegan a conocer. La conquista nunca terminó en nuestro continente, es un proceso abierto y en expansión, que ya tiene 500 años. Cuando un hombre indígena tiene acceso carnal con una niña wichi, aun cuando no haya denuncia, el Estado se apropia del caso y condena al hombre indígena. Pero cuando es al revés, cuando la joven wichi es violada, aunque sea menor de edad, por un grupo de blancos, cuando la niña va por justicia, el Estado dice que se ofreció por prostituta. Es terrible el doble estándar, particularmente en las provincias del norte. La mayoría de los jueces pertenecen a la elite violadora, que ven al indio como un residuo de la sociedad. El racismo no se ha tocado en la Argentina. No hemos hablado nunca. La masculinidad para constituirse, para titularse, necesita de esas víctimas. Son prácticas repetidas.
–En el imaginario persiste la idea de que quienes perpetran las violaciones colectivas son varones monstruosos. Así los suelen retratar los medios de comunicación. ¿Cómo los define usted?
–Los que perpetran este tipo de hechos son varones normales. Si fuera como a veces la prensa los retrata, como seres solitarios, psicópatas, animales, monstruos solitarios, no podrían actuar en grupo. Es un crimen hecho en sociedad. Estas son las imágenes del subdesarrollo. Y quienes producen esas imágenes del subdesarrollo son los criollos.
–Me impactó mucho una frase de la adolescente violada en Río: en una entrevista dijo “no me duele el útero, me duele el alma”.
–Las personas que trabajan con estadísticas están absolutamente seguras de que hay una subnotificación de gran magnitud de este tipo de hechos, porque la niña no lo había denunciado. Y recién lo hace cuando se viraliza el video y personas que lo ven van a su casa con un abogado, la acompañan y la invitan a denunciar. El daño es un asesinato moral. Es una persona muerta para el ejercicio de su sexualidad: ha muerto algo en ella. Lo importante es que a través de esa víctima se viola a toda la sociedad.
–Las organizaciones feministas en Brasil denuncian una cultura de la violación. ¿Usted qué piensa de esa postura?
–Siempre tengo una gran desconfianza de los clichés, de las fórmulas fáciles. El culturalismo siempre es extremamente peligroso, porque estabiliza, lo costumbriza, lo transforma en un hábito prácticamente. Más interesante es hablar de manuales de poder: yo les llamo pedagogías de la crueldad, contra las cuales tenemos que construir estrategias eficaces. Son crímenes, eventos que representan un momento que es excepcional, que van a ser próximamente controlados, dominados por la legalidad, por las normas que permiten a hombres y mujeres vivir todas juntas. Porque en el fondo lo que está habiendo es un proceso de división, igual que en Argentina, con ese proyecto de la diputada (Graciela Ocaña) para crear vagones exclusivos para mujeres en el subte. En México ya es así, en Brasil en algunos lugares. Pero eso es una barbarie. Es aceptar lo que ellos están proponiendo como sociedad.
–En Argentina la sociedad está muy movilizada frente a la sucesión de femicidios. El 60 por ciento ocurre a manos de la pareja o ex pareja de la víctima. ¿Qué aspectos en común encuentra con las violaciones colectivas? ¿En que se unen y en qué se distancian estas otras formas de violencias machistas?
–La proporción es de uno a uno. No estamos frente a estos actos colectivos como el de la violación. Todos tienen por detrás la estructura de género como la primera y fundacional estructura de poder. Pero necesitamos ver la diferencia. Lo que vemos en Argentina en los últimos casos, es bastante interesante: crímenes domésticos que se perpetran con características de crueldad de un ambiente bélico.
–¿A qué se refiere?
–Aunque la víctima ya está muerta, hay más crueldad en la manera en que se arrojan esos cuerpos, haciendo una equivalencia entre el deterioro del cuerpo y los lugares deteriorados del ambiente, zanjas, basurales, que se eligen para depositarlos. Eso es también parte de la crueldad. Ese cuerpo está absolutamente desprovisto de valor: es un mensaje a todas las mujeres y a la sociedad entera, y al propio Estado y a la legalidad, a todas las personas que todavía tienen una fe cívica, alguna esperanza en la ley, todo ese conjunto de personas son agredidas por esos actos. Hay un lenguaje de poder y una dimensión de lo relacional entre el agresor y la víctima, la venganza, la afirmación de propiedad sobre su persona, hay variantes, pero por detrás se encuentra siempre una estructura donde el hombre tiene que actuar, espectacularizar su poder. En esa relación él está disciplinando a todas las mujeres de la sociedad.
–¿Cómo seguimos hacia adelante?
–Cerrar filas en el ambiento comunitario, colectivista. Salir del individualismo, a entregar tiempo y energía a consolidar la amistad, que no es la fraternidad, que es muy abstracta. Salir del universo de la ciudadanía como masa, y entrar en el universo de las relaciones cuerpo a cuerpo, cara a cara. Entre conocidos. Esa atmósfera comunitaria, localizada, arraigada, es lo único capaz de proteger a las personas.

“Para erradicar las distinciones de clase hay que reorganizar la ciudad” // Entrevista a David Harvey

A los 78 años es una de las voces más influyentes de las ciencias sociales en el mundo. Desde la geografía, David Harvey le ha dado nuevos aires al pensamiento marxista interpretando las desigualdades a partir de un enfoque espacial, mostrando cómo el capitalismo mueve sus fichas en la ciudad y amenaza con hacerla invivible. Desde Nueva York conversó con Simón Espinosa, de The Clinic, sobre modelos urbanos y modelos de revolución: “No se puede cambiar la ciudad sin movimientos sociales fuertes”, advierte.

¿Por qué la geografía tomó un rol protagónico en la crítica al modelo económico y social?
Ocurre que hoy en día muchas ciudades del mundo están desarrollando comunidades aisladas, limitando espacios y paisajes en función de las clases sociales, con un ímpetu muy difícil de contrarrestar. El estudio de la producción de espacios, entonces, es un prisma de observación para entender cómo se están segregando las clases sociales entre sí.

¿Y por qué la crítica a esa segregación urbana se transforma en una crítica al capitalismo como tal?
Porque la estructura de la ciudad es el producto de la dinámica capitalista. Parte del problema proviene de la acumulación de capital en las ciudades, que funcionan como fuentes de producción de dinero. Esa enorme acumulación de capital, como necesita rentabilizarse, se vuelca hacia inversiones en la producción de espacios urbanos, la construcción de condominios y de estructuras de gran escala, que luego, a su vez, se transforman en la estructura de clases, en la forma que toman las ciudades. Construir en la ciudad es un negocio muy rentable, pero el tipo de construcción más rentable está destinado a los estratos socioeconómicos altos. Entonces se construyen condominios exclusivos para la gente rica, y simultáneamente se reduce la inversión en viviendas asequibles a la población pobre.

¿Y esa dinámica está determinando nuestros modelos de convivencia?
Claro, por la forma que toma la segregación espacial. Por ejemplo, hace poco estuve en Guayaquil, Ecuador. Ahí hay un área de la ciudad donde, a los costados de un gran camino principal, solo existen comunidades privadas. No puedes salir del camino principal para entrar a esas comunidades sin un permiso residencial. Entonces te preguntas qué tipo de mundo se construye allí, en que la experiencia urbana de las personas queda secuestrada tras estos muros, tienen un contacto casi nulo con personas de otras clases sociales. Por lo tanto es un hecho que la concentración de capital se transforma en una barrera para el desarrollo urbano, es decir, se opone a lo que debería ser una ciudad. No necesitamos ciudades que generen dinero, sino ciudades que sean buenas para vivir. Y ese objetivo no es necesariamente compatible con la acumulación de capital.

¿La segregación espacial es una causa de la pobreza, o simplemente su consecuencia?
Si miras cuidadosamente, los barrios segregados suelen tener problemas de acceso a los colegios, los servicios de salud son pésimos, el sistema de recolección de basura no funciona bien y la gente vive en un entorno urbano desastroso; hay mucha cesantía y una de las pocas maneras de ganar dinero es entrando al negocio de la droga. Entonces lo que ocurre ahí es que el modelo de pobreza se replica por la segregación de esta comunidad en una zona de la ciudad donde las oportunidades para surgir son muy restringidas, porque no hay servicios adecuados.

Este enfoque territorial, ¿le abre una nueva perspectiva de acción al marxismo?El marxismo es una metodología de estudio con la que se puede mirar los procesos sociales, no es una ideología. Y articular un nuevo enfoque territorial para el marxismo es mostrar como la reproducción de las clases sociales, de la segregación, de la discriminación étnica, son parte de la manera en que la ciudad está organizada. Cómo la vida diaria de los diferentes grupos de personas está ocurriendo en circunstancias radicalmente distintas. Si muestras eso, estás diciendo que para erradicar las distinciones de clase y superar la segregación hay que reorganizar la ciudad desde líneas más democráticas.

Y desde esa lectura marxista de lo urbano, ¿cómo se define o se identifica al “proletariado” en el contexto actual?El proletariado se organizó tradicionalmente en barrios de clase obrera y desde ahí generó redes políticas muy fuertes, porque hay formas de solidaridad que permiten construir bases para el activismo político. Pero es cierto que esa organización tradicional se ha transformado por el cambio en la estructura del empleo, que ha destruido la noción de lo que es el proletariado. Hoy no está claro qué significa.

¿Cómo crees que ha influido la construcción de viviendas sociales en las condiciones de vida de esa clase obrera?La tendencia a la construcción de viviendas sociales ha disminuido.

En Chile se construyen a gran escala.Sí, pero la definición original de “vivienda social” apuntaba a la integración de clases. Alguna vez el Estado se encargó de la construcción de viviendas para la clase obrera integradas al desarrollo urbano. Hoy esas personas han sido recluidas y dejadas fuera de las ciudades, lo que está ocurriendo de manera global. Eso es una grave crisis social y punto. Y que las sociedades no estén enfrentando ese fenómeno, probablemente se transformará en una gran fuente de descontento social.
¿Pero qué debe hacer el Estado, frente a la demanda por viviendas de la población, si construir viviendas sociales en la periferia es más barato y más rápido?
Se ha vuelto extremadamente difícil encontrar locaciones adecuadas para la gente, cerca de las fuentes de empleo. Porque la clase social terrateniente, los dueños de inmobiliarias, están enfocados en maximizar la renta, por lo tanto los precios dentro de las ciudades han ido creciendo y es imposible introducir ahí viviendas sociales, generándose nuevamente una estructura de segregación social.

Imaginar nuevos mapas

En tu libro El Derecho a la Ciudad dices que el capital le ha quitado a la gente ese derecho. ¿Pero alguna vez tuvieron ese “derecho a la ciudad” las clases bajas?
Hubo épocas en que tuvieron más derecho a la ciudad que ahora. Estamos viendo toda clase de disturbios urbanos producto de la falta de ese derecho. En Brasil la gente salió a las calles porque el dinero se estaba usando para construir estadios de fútbol y no en educación ni salud, lo que realmente necesitan. Lo mismo está ocurriendo en Turquía, son movimientos de las ciudades que expresan la rabia popular y la frustración que produce la mala calidad de vida. Y en la medida que los poderes políticos sigan sin escuchar esas demandas, seguiremos viendo más disturbios y manifestaciones. Ustedes en Chile tuvieron una buena cuota de protestas recientemente.

¿Pero cómo se puede lograr, en los hechos, una reorganización del modelo de ciudad?
No se puede lograr sin movimientos sociales fuertes, que estén enfocados en deconstruir el mundo que los rodea y proponer una idea nueva, la construcción de un mundo sin distinciones de clase ni discriminaciones raciales. Las ciudades son construcciones humanas, tal como se propone una forma, puede proponerse otra, el problema es que hay privilegios de clase que bloquean esos esfuerzos. Es la manera en que se organiza el poder del capital, que les ha quitado a las personas su derecho a la ciudad. Pero mientras más evidente es ese fenómeno, más fuertes han sido las protestas y los disturbios, pues se torna intolerable.

¿Cómo entiendes hoy día la lucha de clases?
Sabemos que, globalmente, unas pocas miles de personas controlan el mundo. Individuos que están en posición de dictar pautas a los gobiernos, de poseer medios de comunicación e instituciones financieras. Eso deriva en una concentración inmensa de poder de clases. En Estados Unidos existe una especie de corrupción legal de los procesos políticos por parte del poder de grandes capitales y necesitamos lidiar con eso, luchar contra eso. Luchar contra el hecho de que no haya límites para las contribuciones a las campañas políticas, lo que permite a unos pocos individuos, simplemente por su dinero, dictar no solo políticas locales sino a nivel global. No podemos tomar cartas en asuntos como el cambio climático porque unos pocos individuos no creen en él o no les interesa, y ellos son los dueños de la toma de decisiones en el Congreso.

¿Y cómo se actualiza, desde ese análisis, el concepto de “revolución”?
Creo que sería un error entender una revolución como un proceso violento. Yo prefiero entenderlo como un proceso de transformación, basado en movimientos sociales orientados a reconfigurar la vida urbana. Ha habido movimientos con ese objetivo en el pasado. Estados Unidos vivía en los años 60 una segregación racial muy intensa y hubo un gran movimiento para contrarrestarla, la mayoría de la gente estuvo de acuerdo con que debía hacerse algo. Y aunque sigue habiendo segregación racial, creo que los grupos afectados dirían que están mejor ahora que antes. Desde esa perspectiva, lo que ocurrió fue precisamente una revolución urbana, un movimiento activo por los derechos civiles que desafió una institucionalidad que fomentaba la segregación y que consiguió la integración urbana de muchas comunidades afroamericanas, tanto en la vida social como económica.

¿No suele ocurrir que las propuestas alternativas de políticas urbanas parten desde escenarios demasiados utópicos y por eso no pueden competir en el debate público?
Creo que un poco de pensamiento utópico es algo positivo. Debemos poder imaginar cómo se vería un mundo mejor, desde ahí se puede participar en actividades políticas que persigan esos ideales. De otra forma, ¿qué podemos hacer? Nos sentamos y decimos que nada es posible, ante la falta de imaginación y de voluntad política. Siempre ha sido la imaginación la herramienta para moldear el mundo, para pensar nuevas arquitecturas, nuevos espacios. Un poco de pensamiento utópico dentro de esa tónica es inevitable y muy sano.

¿Cuáles son tus pensamientos utópicos?
Por ejemplo, me gustaría ver un mundo en que haya un sistema de reciclaje urbano total, de agricultura urbana, que existan suministros de alimentos al interior de las ciudades. No estoy diciendo que eso vaya a solucionar todos los problemas, pero sí iría mucho más allá de las técnicas de reciclaje orgánico. La creación de pequeños sectores de jardinería urbana serían, sin duda, altamente productivos para individuos que necesitan suministros de alimentos.

Está en boga la idea de producir cambios a escala local, ¿son suficientes, o un cambio real solo se puede lograr cambiando la estructura total?
Creo que los cambios políticos deben operar en una variedad de escalas, no se puede lograr cambios solamente desde lo local. A los geógrafos nos gusta ocupar el concepto del “salto de escalas” de los procesos políticos, lo que significa que debes moverte desde una visión local a una metropolitana, desde una visión metropolitana a una nacional y solo cuando un proceso político ocurre simultáneamente en distintas escalas, podemos esperar que las cosas cambien. Es un principio muy importante, porque mucha gente de izquierda está pensando que los cambios locales son lo único que importa.

¿Qué te parecen las “aldeas ecológicas” que intentan autogestionar modelos de convivencia donde no rijan las reglas del capitalismo?
Se están haciendo muchos experimentos de ese tipo, creo que todos son positivos y deberían probarse. La autogestión es aquí un principio fundamental, porque hay aspectos colectivos en la toma de decisiones que pueden permitirle a una población coexistir en un ambiente decente. Pero volvemos al punto: ¿cómo haces el salto de escala? Hay comunidades capaces de reproducirse fuera de la dinámica del capitalismo, pero cómo llevas eso a una escala en que, por ejemplo, toda una ciudad o país pueda hacer lo mismo.

¿Crees que a la sociedad le falta imaginación?
Ha habido períodos históricos en que la imaginación floreció enormemente, pero creo que no estamos en una de esas épocas. Más bien tengo la sensación de que la gente no quiere pensar en cosas distintas pues consideran muy improbable que ocurran. No creen en su capacidad de crear un futuro distinto, por eso en este momento no existe una imagen de cómo se debiese ver una sociedad buena y por lo tanto tampoco se ven soluciones reales para problemas como la segregación.

Tú dices que ese cambio necesita movimientos sociales fuertes. ¿Qué debiesen pedir hoy esos movimientos?
Eso lo tiene que decidir la gente. Ni en sueños trataría de dictarle a los movimientos sociales qué es lo que debiesen intentar conseguir. Pero no creo que se trate de “pedir” nada, sino de perseguir aquello que les corresponde por derecho.

Y al revés, ¿qué puede hacer el poder político, el Estado, para atender esa demanda y contrarrestar la dinámica del mercado?
Primero tendría que ocurrir una redistribución del poder político, económico y cultural, teniendo como base la idea de igualdad. La evidencia en nuestros tiempos es que los gobiernos dominados por los intereses de las clases capitalistas reaccionan sin compasión y, a menudo, recurren a la fuerza y la militarización, en lugar de tratar de ayudar a satisfacer las necesidades de la gente. Por eso que creo que los movimientos sociales tienen que, en algún momento, hacer incursiones en el control del aparato estatal.

Bifo, pánico el pánico // Ignacio Navarro


Filósofo, creador de medios alternativos, profesor y legendario activista de izquierda, el itinerario vital y filosófico de Franco Berardi, alias “Bifo”, comienza en los años 60 y se extiende con vigencia hasta el presente. Junto a Paolo Virno, Maurizio Lazzaratto y Antonio Negri, entre otros, Berardi forma parte de una camada de intelectuales y militantes italianos de raíz marxista que a partir de los setenta comenzaron a delinear una filosa crítica sobre el proceso de globalización en ciernes y el pasaje hacia el capitalismo informacional. Preocupado por las posibilidades de una articulación resistente entre los movimientos sociales y las nuevas tecnologías de la información, las reflexiones de Bifo se centran en torno a la conformación del semiocapitalismo (donde la acción humana se traduce en información) y el ascenso del cognitariado como nueva clase revolucionaria (en lugar del proletariado, propio de la era industrial). Deudor tanto del movimiento autonomista italiano como del posestructuralismo francés, el autor busca desentrañar el funcionamiento del capitalismo global y sus coletazos psíquicos, encarnados en el pánico, la depresión y el suicidio como rasgos crecientes de un sistema de igualación de las subjetividades que parece siempre al borde del colapso.
Durante los años 60 y 70, encolumnado en la tradición marxista de la izquierda italiana y el autonomismo, en los 80, de la mano del pensamiento deseante francés de Gilles Deleuze y Felix Guattari, y, a partir de las últimas décadas extremadamente atento a la cybercultura y los nuevos medios, Bifo fue actualizando su punto de vista siguiendo el rastro del capitalismo financiero y sus ramificaciones. La persecución de una felicidad siempre aplazada, el dominio de las subjetividad bajo el yugo farmacológico y la prozac-economy, el incierto abismo abierto en torno a la “plasticidad” del cerebro, junto a la captura del deseo y la temporalidad humana bajo el signo del capital y la desintegración de los sueños de unificación global, son algunos de los muchos temas que aborda a lo largo de su obra.
En Argentina acaba de aparecer su libro El trabajo del alma, donde Bifo repasa críticamente el rol del pensamiento marxista durante los sesenta, analiza la crisis internacional e introduce algunos de los conceptos centrales de su propuesta: un pensamiento punzante, cargado de rabiosa afectividad, que se propone pensar la coyuntura contemporánea. Además, en El trabajo del alma retoma algunos conceptos introducidos en sus libros anteriores –varios de ellos editados en español, como Generación Post-Alfa (Tinta Limón), La Sublevación (Hekht) y La fábrica de la infelicidad (Traficantes de sueños)– y sintetiza un extenso recorrido teórico para arribar a un diagnóstico del presente que, tan sombrío como lúcido, señala algunos senderos posibles para la fuga hacia nuevos territorios.
Del Mayo Francés a Apple
El padre de Bifo, sindicalista y comunista, lo inició en el PC italiano a los 14 años. Pero a los 17 ya lo habían expulsado. Era 1965, los marxistas italianos se debatían entre el maoísmo chino y el leninismo soviético, y durante una acción estudiantil el joven Bifo no tuvo mejor idea que repartir un panfleto con una frase de Mao Tse-Tung: Osar pensar, osar hablar, osar hacer la revolución. “Entonces fui expulsado por maoísta; ¡Aunque nunca en mi vida lo he sido!”, recuerda hoy, desde Bolonia, Italia, donde vive, escribe y enseña.
Cuando llegaron las revueltas de mayo de 1968 estaba en primer año de la universidad y ya tenía cierta experiencia ganada dentro y fuera del partido como dirigente estudiantil. En ese contexto, agitado, revolucionario, participó en un proceso político que aceleradamente se propagó por el mundo entero y, de manera insospechada, marcaba el comienzo de una nueva fase en el desarrollo del capitalismo.
El 68 fue un año que al mismo tipo albergó un fuerte compromiso político de los estudiantes de todo el mundo y el inicio de la consolidación del capitalismo en su forma post-industrial. ¿Cómo recuerda o explicaría aquella encrucijada?
–El 68 fue, a nivel global, la primera manifestación de una fuerza social nueva que llamo el cognitariado, es decir: el trabajo cognitivo. Esa fuerza, aunque es parte de la historia de la clase obrera, era una novedad absoluta desde el punto de vista de la potencia productiva y transformadora que poseía y, también, desde el punto de vista político. Pero nosotros, los militantes, los organizadores, los intelectuales que participamos en el movimiento del 68 no entendimos verdaderamente el sentido de esa nueva fuerza. Como mucha veces pasa, no entendimos lo que estábamos haciendo porque nuestras categorías de interpretación provenían y pertenecían a la historia del movimiento obrero precedente: la Revolución Soviética, el Maoísmo y el campesinado. Las categorías de las cuales disponíamos no eran las adecuadas para explicar lo que estaba pasando. Después, durante los años 70 y 80, la fuerza social de inventiva de los movimientos del 68 fue utilizada y transformada productivamente por el capital. Hay un libro muy interesante de Frederic Turner que se llama From Counterculture to Cyberculture, de 2006. Es una historia sobre Free Speech Movement, el Movimiento Libertad de Expresión, FSM americano, californiano, durante los años 60, 70 y 80. Es muy interesante porque muestra cómo el movimiento estudiantil, libertario, igualitario se convierte en fuerza de desarrollo del cybercapitalismo, del capitalismo de la alta tecnología. El problema del 68 es que nuestra fuerza social no se traducía en una conciencia adaptada a la fuerza social misma que emergía: el cognitariado. Millones de estudiantes en todo el mundo, de México a China, de los Estados Unidos a Francia, estaban mostrando la fuerza de una clase social nueva que nacía de la historia del movimiento obrero, que nacía del proceso de escolarización de masas, de la masificación de la escuela pública. La fuerza social que emergía, el cognitariado, se entendía mal con la ideología de la cual éramos portadores.
¿Cuándo se produce el giro en la discusión y la adquisición de ese nuevo punto de vista más preocupado por el trabajo cognitivo?
–El año en el cual se comienza a entender esta nueva posibilidad es 1977. Italia, durante ese año, fue el escenario de un movimiento autónomo muy radical que, por primera vez, estaba rompiendo la relación con la tradición leninista. 1977 es revolucionario, comunista pero no leninista, es el primer momento de una conciencia que se va adaptando a la potencialidad del trabajo cognitivo. Pero, al mismo tiempo no es solo un año de autonomía en Italia; es también el año en el cual nace Apple en California, cuando Steve Jobs crea su nueva empresa de producción tecnológica. En 1977 se verifican ciertos procesos culturales que consolidan la creación de la idea de posmodernidad o sociedad post-industrial. El 77 es el año en el que, también, comienza la contrarrevolución liberal con el ascenso de Margaret Thatcher. En ese año, Thatcher toma el poder al interior de su partido y dos años después gana las elecciones. Este año, 1977 es, en mi imaginación histórica, el año en el cual la revolución comunista o proletaria, como prefieras llamarla, se transforma en algo nuevo: el combate va del territorio de la lucha política al territorio de la comunicación, al territorio de la invención técnico-científica. Es el comienzo de una historia totalmente nueva.
¿Como podría delinear los rasgos centrales de esta nueva fase del capitalismo que llama semiocapitalismo?
–Es la transformación de cada acción humana, de cada actividad humana, en términos de información. Todo lo que hacemos puede ser traducido en algoritmos. Esto significa que el proceso de producción de mercancías, el proceso de producción de lo que es útil a la vida cotidiana, puede ser traducido en términos de información. Esta transformación produce efectos económicos, sociales, organizacionales y políticos enormes. Primero: el capital se inmaterializa. La acumulación de capital ya no se verifica a través de la acumulación de cosas físicas sino a través de la acumulación puramente financiera. Y, al mismo tiempo, el trabajo no necesita verificarse de manera física, localizada, material. Se puede deslocalizar completamente porque el trabajo es trabajo de la información.
En la coyuntura internacional se observa un recrudecimiento de conflictos territoriales, raciales y religiosos que se expresan tanto en el terrorismo islámico como en la desintegración de la UE y el ascenso de partidos de derecha en todo el mundo: ¿cómo se articulan esos fenómenos con el semiocapital?
–El Brexit, la guerra que se está extendiendo en el Norte de África y Oriente Cercano, el ascenso de Donald Trump en los Estados Unidos, todos estos son los fenómenos que pueden significar una especie de regreso a la época pre-global. Ese regreso sería una catástrofe profundísima. Si la globalización fracasa a causa de un regreso de la materialidad eso significa que verdaderamente vamos hacia una guerra civil global muy peligrosa. El proceso de globalización tiene una fundación tecnológica que es la red global, y tiene una fundación ideológica y política que es el neoliberalismo. Esta combinación ha sido una verdadera catástrofe porque un proceso progresivo de globalización ha sido transformado en un proceso de explotación total, violento, guiado por el interés de una pequeña clase financiera. Pero hoy hay fuerzas cada vez más grandes que se están rebelando contra este proceso de globalización financiera con la idea de regresar a la época precedente. El problema es que, después de la derrota y eliminación en la sociedad del proyecto hacia el socialismo y el comunismo, del pensamiento obrero, del pensamiento autónomo, después de esta derrota, en el escenario mundial permanecen vigentes solamente dos actores: un actor es la dictadura financiera globalista y el otro actor es la reacción material antiglobalista que tiene una cara de tipo nacionalista y, tal vez, claramente racista. Esos dos actores estarán combatiendo en Europa, como en los Estados Unidos. El problema es que deberíamos revitalizar un tercer actor: la fuerza organizada de la solidaridad de los trabajadores. Este actor permanecía vivo sólo en Latinoamérica y, ahora, también está desapareciendo. Por eso yo veo el futuro de manera absolutamente sombría. Porque el actor racional, el actor progresista que podría desarrollar de manera rica y útil la potencia de la tecnología, este actor ha sido asesinado por la dictadura financiera.
No tomarás el poder
Durante los años 70 y 80, consciente de que la nueva manera de combatir la naciente teología neoliberal y el dominio del capital financiero era en el campo de la subjetividad y la subversión comunicativa, Bifo se convierte en un pionero de nuevos medios, en un info-terrorista. Durante esos años, al calor de la corriente autonomista italiana, participa en el grupo Potere Operaio (Poder Obrero) junto a Antonio Negri. En 1975 participa en la fundación de la Revista A/traverso, que bajo el lema “Informaciones falsas producen acontecimientos verdaderos” lanzó una serie de campañas de sabotaje mediático. Un año más tarde, en 1976, junto a otros militantes autonomistas, funda Radio Alice, la primera radio libre de Italia, experiencia que pone en jaque el monopolio estatal de los medios de comunicación y fue boicoteada tanto por la izquierda tradicional como por el gobierno italiano.
Luego de ser encarcelado bajo la acusación de formar parte de las Brigadas Rojas, asediado por la persecución estatal, Bifo emprende un exilio que tendrá como primer destino París, donde conoció a Michel Foucault y Felix Guattari. Con este último comienza a trabajar en el esquizoánalisis. La incorporación del marco teórico construido por la dupla Deleuze-Guattari pone en marcha una nueva serie de planteos que consolidan al deseo como un espacio de lucha continua.
En El trabajo del alma usted plantea la nueva lucha ya no en términos de acción política en el sentido tradicional sino que desplaza el problema hacia el campo de la subjetividad y el deseo. ¿Cómo se pueden movilizar esas fuerzas en la subjetividad contemporánea?
–Quiero corregir, perfeccionar la pregunta. No se trata de una “movilización de la subjetividad”, porque la subjetividad siempre está en juego durante todo tipo de proceso social. Se trata, en realidad, de una movilización de la fuerza cognitiva y del psiquismo mismo. Es el psiquismo y la fuerza de producción cognitiva de la sociedad lo que está invertido y siendo explotado por el capitalismo informacional. Entonces, creo que tenemos que desplazar nuestra atención, nuestro análisis y nuestra actuación fuera del territorio de la acción política, la toma del poder, la representación, las elecciones y los partidos. Tenemos que desplazar esta energía hacia el psiquismo social y las potencias cognitivas. Eso significa que el problema del futuro, de una emancipación futura, no pertenece al campo de la toma del poder político. Podemos tomar el poder y después: ¿Qué hacer? No lo sabemos. Nunca sabemos que hacer. Como SYRIZA, en Grecia: tomó el poder político pero no cambió nada. Barack Obama tenía muchos proyectos y prometía yes we can, pero no pudo hacer nada. Porque la política no puede. ¿Qué puede? La inteligencia colectiva, el cerebro colectivo, los cien millones de proletarios cognitivos que viven y trabajan al interior de la Silicon Valley global. Ellos son la fuerza que puede algo ¿Qué puede? Puede sabotear y puede reprogramar. Son las dos acciones que tenemos que hacer en el futuro. Una acción es bloquear y subvertir el proceso de producción capitalista. Sabotear la guerra, sabotear la seguridad imperialista. Pero, además de sabotear, podemos reprogramar la maquina global, reprogramar la distribución de los recursos, reprogramar la distribución de la riqueza, el tiempo de trabajo, la relación entre trabajo y vida cotidiana. Todo eso no es objeto de decisión política. No lo es. Es objeto de programación cognitiva técnica e informática. No se trata de decir: “la sociedad tiene que tomar el poder político”. Se trata de decir: los trabajadores cognitivos, junto a la sociedad entera, naturalmente, pueden y deben sabotear, bloquear y reprogramar la máquina global.
En El trabajo del alma, refiriéndose a la polémica entre Baudrillard y Foucault a fines de los setenta en torno a los mecanismos del poder en el capitalismo tardío, usted completa el concepto foucaultiano de biopolítica acuñando una nueva encarnación: la tanatopolítica ¿En qué consiste?
–Hemos hablado muchísimo de formas biopolíticas del poder pero si intento verificar las formas concretas de esta biopolítica ¿qué encontramos? Encontramos Estado Islámico, ISIS, es decir: el terrorismo de la desesperación. Desempleados que tienen veinte años y se entregan a ese movimiento porque les pueden pagar un salario y, segundo, porque puede satisfacer su deseo de vendetta, su deseo de violencia extrema. ¿Qué es la tanatopolítica? El narcotráfico mexicano no es solo narcotráfico: es la empresa neoliberal de distribución de la droga y también una forma de control tanatopolítico sobre la sociedad mexicana. Por otra parte, la OMS (Organización Mundial de la Salud) señala que durante los últimos cuarenta años el suicido aumentó en el mundo un 60 por ciento. El incremento es enorme. Es decir: el suicidio es la primera forma de manifestación de la intolerabilidad y desesperación que el capitalismo financiero viene produciendo. Eso también significa tanatopolítica.
¿La contracara de esa expansión de la muerte como forma política es el creciente desarrollo ciertas industrias de la felicidad, como el turismo o la industria de los psicofármacos?
–El turismo en el mediterráneo esta cambiando de manera muy dramática. Es decir, los europeos no pueden ir a muchísimos lugares del mediterráneo. Solamente podemos ir a las islas y el problema de las islas es que están rodeadas de cadáveres. Porque en el mediterráneo ya hay como 50 mil cadáveres flotando alrededor de las islas. Incluso puede ser que esa cifra sea mayor. Y, cada día, hay nuevas personas que mueren porque los europeos cierran las puertas. Me parece que la persecución de la felicidad se verifica sobre todo a través del aumento en el consumo de píldoras. Es la psicofarmacología. Es la droga, legal o ilegal, que se sigue vendiendo y produciendo en todos lados.
Quería preguntarle sobre el aburrimiento ¿Qué lugar ocupa en este mapa del deseo de la contemporaneidad?
–Es interesante. En la historia de la alienación la época moderna es la época del spleen, la época de la repetición. Somos obligados a repetir toda la vida la misma operación, la misma acción. En la época informacional y cognitiva del semiocapital se verifica un cambio profundo de la alienación porque lo que el capitalismo nos impone es una movilización constante del deseo, de las energías mentales, psíquicas, deseantes. Maurizio Lazzarato ha escrito un libro muy interesante sobre el pasaje del sistema de la repetición industrial al sistema de la diferencia informacional. Cuando entramos en este régimen de atención a la diferencia, que es lo especifico de una buena parte del trabajo cognitivo, nuestras energías psíquicas están continuamente movilizadas. Eso produce un efecto que no es el aburrimiento, sino el pánico. El pánico puede conducir en muchos casos a la depresión. Y la depresión no es spleen. No es simplemente la percepción de una repetición aburrida. Es algo más profundo. La depresión es el desinvestimiento de las energías psíquicas. El desinvestimiento del deseo. La movilización semiocapitalista de las energías psíquicas abre la puerta al pánico, a una velocidad creciente, y abre la puerta a un segundo efecto: la depresión.
¿Piensa que los filósofos de alguna manera cumplen un papel profético al anunciar los problemas que se avecinan?
–No creo que el filósofo pueda ser un profeta, pero seguramente el trabajo filosófico tiene una relación con el futuro. Deleuze y Guattari, en su último libro juntos, ¿Qué es la filosofía?, dicen: la filosofía no es el descubrimiento de la verdad final. No hay ninguna verdad final. No es la afirmación de principios eternos. No es la profecía de lo que pasará en el futuro. La filosofía es creación de conceptos. Etimológicamente el concepto es una herramienta que permite captar juntas muchas cosas ¿Y qué tiene que captar? El concepto tiene que captar el proceso de devenir. Tiene que captar el pasaje desde hoy hasta mañana. Entonces el filósofo no es un profeta. Es el creador de un puente que permite caminar hacia el futuro. Yo no se que va a pasar mañana. Puedo hacer muchas hipótesis. Pero lo que tengo que hacer es crear las condiciones conceptuales, estéticas, filosóficas, existenciales para permitirme a mi mismo y a mis amigos caminar sobre el puente que nos lleva hacia un lugar que no conocemos. Deleuze usa una expresión magnífica: “cartografiar territorios futuros”.
Al parecer en esa frase suena el eco de otra cita, pero de Nietzsche: “El desierto crece”
–Sí. El desierto crece y nuestro trabajo será imaginar y cartografiar aquellos territorios que no están desiertos.

Racismo blanco, fascismo islamista y guerra civil global // Franco Berardi (Bifo)

Todo se deshace; el centro no puede sostenerse;
Mera anarquía es desatada sobre el mundo,

La oscurecida marea de sangre es desatada, y en todas partes
La ceremonia de la inocencia es ahogada;
Los mejores carecen de toda convicción, mientras los peores

Están llenos de apasionada intensidad.
Fin del thatcherismo
Quince años después de la cumbre de Génova, cuando la globalización neoliberal festejó sanguinariamente su triunfo, muchas señales nos hacen pensar que todo se está precipitando: el dominio neoliberal que ha garantizado un equilibrio de poder a nivel global se está desmoronando y la guerra civil fragmentaria se expande en cada área del planeta, involucrando incluso a Estados Unidos, donde la amplia difusión de armas alimenta la matanza cotidiana de la cual los afro-americanos son las víctimas privilegiadas.
Las señales se multiplican, pero ¿cómo interpretarlas? ¿Qué tendencia se vislumbra? Y, sobre todo, ¿cómo recomponer la autonomía social, cómo proteger la vida y la razón de la locura homicida atizada por el capitalismo financiero y que el fascismo en sus variantes nacionalistas y religiosas agrede cada vez más fuerte?
El 2 de julio de 2016, pocos días después del referéndum que sancionó la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, The Economist, la revista que siempre apoyó con entusiasmo las políticas neoliberales, declaró repentina y dramáticamente la desintegración del proceso de globalización. En un editorial titulado «La política del odio», la revista, que muestra en la portada un calzoncillo con los colores de la bandera inglesa y el grito punk Anarchy in the UK, podemos leer (con cierto asombro):
“Desde la América de Trump hasta la Francia de Marine Le Pen, muchos están cabreados. Si no encuentran una voz en las fuerzas de gobierno, acabarán por hacerse escuchar saliendo del sistema. Si no creen que el orden global funciona para ellos, el Brexit amenaza con convertirse sólo en el comienzo de una descomposición de la globalización y de la prosperidad que esta ha creado.”
Según afirma The Economist, la rabia de los excluidos de la globalización está justificada.
“Los que defienden la globalización, incluido nuestro periódico, deben reconocer que los tecnócratas han cometido errores y la gente común ha pagado el precio. La decisión de crear una moneda europea ha sido una elección tecnocrática que ha producido estancamiento, desocupación y ahora está destruyendo Europa. Los instrumentos financieros tan sofisticados han confundido a los reguladores, han arruinado la economía mundial y han terminado por hacer pagar a los contribuyentes el rescate de los bancos”.
Confieso que nunca hubiera esperado una autocrítica de parte de esta revista que siempre ha promocionado con arrogancia las políticas neoliberales. Y sigue: “Mientras el producto americano creció un 14%, los salarios medios solo aumentaron un 2%. Los liberales creen en los beneficios de una renuncia a la soberanía por el bien común. Pero como muestra el Brexit, cuando la gente siente que no controla su propia vida y que no recoge los frutos de la globalización golpea duro. Y la Unión Europea se ha convertido en un objetivo”.
Entonces, ¿se terminó la era neoliberal? ¿Se aproxima el colapso del capitalismo global? Las cosas no son tan simples. Nadie tiene idea de cómo sustituir las políticas neoliberales, nadie tiene en mente un modelo social capaz de reemplazar la dictadura de los mercados que en las últimas cuatro décadas, partiendo justamente de la Inglaterra de Thatcher, ha transformado la sociedad, el trabajo y la política. Inventar un proceso de salida del capitalismo es la tarea gigantesca que tiene por delante la inteligencia autónoma. Mientras alrededor se desata la guerra.
Una bomba de tiempo
El Brexit da miedo por muchas razones: porque abre las puertas de la nada frente a la Unión europea, porque hace posible un desmoronamiento del mismo Reino Unido, porque abre perspectivas recesivas a la economía global que ya se encuentra en condiciones de estancamiento y sobreproducción deflacionaria. Pero también, y quizás sobre todo, porque Inglaterra ha estado en los últimos dos siglos a la vanguardia del capitalismo mundial: allí comenzó la ofensiva neoliberal, porque cuando algo sucede en Londres sus efectos se sienten por todas partes. Ante todo se sienten en Estados Unidos, donde en 1980 Ronald Reagan importó las políticas thatcherianas y hoy se desarrolla una campaña electoral dominada por la figura ridícula de Donald Trump.
Tal vez anticipándose a la futura victoria de Trump, a principios de julio el presidente Obama participó en Varsovia en una cumbre de la OTAN de la que no se ha hablado demasiado. Allí, se tomaron decisiones que pueden llevar a Europa al borde de un abismo militar. Después de haber desplegado 25.000 soldados en el ejercicio Anaconda, en Polonia, ahora la OTAN decide alinear tropas de forma permanente en los países bálticos, en una zona en la cual la más pequeña provocación podría dar lugar a dos resultados: la confrontación militar con la Rusia de Putin o la desintegración de la OTAN. El golpe de estado en Turquía muestra que ese país se ha convertido en un campo de batalla entre Rusia y la OTAN.
Derrotados los generales filo-americanos, Erdogan transforma el país en una dictadura islamista y fascista y sella un pacto con Putin. Perdida la motivación original, la OTAN es ahora una frágil arquitectura que amenaza con atrapar a Europa. Lo dice el alemán Jochen Bittner en un artículo titulado “¿Todavía existe la OTAN?” (en el New York Times del 8 de julio).
“La OTAN intenta contrarrestar su declive con el sonido de los sables más pesados. Su grupo dirigente quiere hacer de los estados bálticos aquello que en un tiempo fuera el Berlín del oeste: un detonador nuclear”.
La cumbre de Varsovia, luego el golpe de estado en Turquía: la OTAN es ya una bomba de tiempo cuya explosión puede tener efectos inimaginables.
Verano negro en Estados Unidos
Mientras en Estados Unidos comienza la campaña electoral, una impresionante sucesión de asesinatos racistas, que despertó en el otoño de 2014 el movimientoBlack lives matter, conduce a la población afro-americana a un grado tal de exasperación que en las manifestaciones se grita “Kill the police” y en Dallas un joven negro llamado Micah, entrenado en la guerra de Afganistán, disparó y mató a cinco policías.
Confieso que después de recibir las primeras informaciones sobre la masacre de Dallas, cuando aún circulaba la noticia de que se trataba de un grupo armado, pensé que después de tantos años aparecía en escena una organización revolucionaria armada como el Black Panther Party de principios de los ´70. Enseguida, la realidad resultó ser mucho más banal. Ninguna acción colectiva armada, solo el habitual acto de desesperación suicida, similar a tantos otros que desde Columbine en adelante marcan la vida de un país en el que cualquiera puede procurarse armas mortales para que la Asociación Nacional del Rifle pueda incrementar sus beneficios.
La reacción del establishment ha sido de una hipocresía repugnante. Dicen que la acción de Micah Jones tendrá el resultado de hacer perder para el movimiento la influencia y los logros conseguidos. Pero, ¿qué influencia y qué logros? De Ferguson en adelante, el movimiento ha crecido y ha marchado en todas las ciudades del país, pero la serie de homicidios racistas de la policía nunca amainó su ritmo.
A principios de julio muchos se preguntaron si se trataba del comienzo de una insurrección negra, similar a las revueltas que desde Newark a Watts y Detroit marcaron inolvidablemente los años ´60 en Estados Unidos. Yo diría que no. En los años´60 y ´70 la protesta negra formaba parte de un movimiento que se desplegaba en todo el mundo y se planteaba transformar las relaciones sociales en sentido progresista y revolucionario, y que logró efectivamente mejorar las condiciones de vida de millones de personas, entre ellas naturalmente la de la población afro-americana. Lamentablemente, ese movimiento mundial antiautoritario y socialista fue derrotado por la contrarrevolución capitalista. Lo que pasó después de los años de Thatcher ya es sabido: destruido el movimiento de los trabajadores con la colaboración activa de los infames partidos de izquierda, el capitalismo financiero pudo devastar libremente el entorno, la vida social y el equilibrio psíquico de la humanidad. Alguien dijo: Socialismo o Barbarie. El socialismo ha sido derrotado. Y la barbarie avanza, imparable.
El movimiento negro que antes gritaba Black power ahora implora Black lives matter. Estas palabras son la marca de una derrota gigantesca. Hagan con nosotros cualquier cosa, pero por favor no nos maten.
El islamismo, venganza de los colonizados
Los trabajadores han sido chantajeados, precarizados y empobrecidos, y no tuvieron ningún instrumento para defenderse. Hoy, perdida toda posibilidad de emancipación y de organización, se aferran desesperadamente a la única forma de identidad que permanece: la pertenencia étnica, religiosa o nacional. Rota la solidaridad internacional, la desesperación se coagula en forma identitaria y el fascismo reaparece. No sois trabajadores derrotados, sino pueblo: esto dice el fascismo. Y los pueblos hacen la guerra, porque es la única cosa que saben hacer.
La herencia de siglos de colonialismo y de esclavismo se presenta hoy en todo el mundo. Para los pueblos colonizados, depredados, sometidos a la esclavitud, la única rebelión es la venganza armada. El islamismo radical es la vanguardia de esta venganza. La migración masiva del sur al norte del mundo es la consecuencia de la herencia colonial y de las nuevas guerras que la venganza armada no para de alimentar.
Mientras tanto, el empobrecimiento de los trabajadores blancos de Europa y Estados Unidos alimenta una ola de racismo social y de nacionalismo cuyos efectos son el Brexit y la demolición de la Unión.
Numéricamente en declive, los blancos envejecen mientras las poblaciones colonizadas más jóvenes y demográficamente en crecimiento empujan las fronteras. Hay una especie de frustración supremachista en el fondo del inconsciente blanco, que se opone al supremachismo agresivo de los pueblos que buscan venganza. ¿Existe una posibilidad de evitar que el choque entre racismo supremachista y presión agresiva desesperada de los pueblos colonizados se resuelva en una carnicería global? Existía y se llamaba socialismo. Esa posibilidad ya no existe y lo que queda es la barbarie, el racismo y la guerra civil global.
La herencia del colonialismo
Siglos de opresión colonial, empobrecimiento y expulsión de la fuerza de trabajo nos están pasando la cuenta. Solo una cultura internacionalista haría posible la necesaria redistribución de los recursos y solo una política igualitaria y socialista puede convertir en realidad el internacionalismo. La derrota del movimiento obrero (de la que es responsable la izquierda convertida al liberalismo) ha destruido aquella posibilidad abriendo las puertas del infierno. Ahora estamos en el infierno y no se ve la salida.
La presión migratoria sobre las fronteras en Europa continuará y la Unión Europea reacciona como potencia colonial. Un documento de la Comisión europea de principios de junio de 2016 sostiene que en el año 2025 serán necesarios 83 millones de trabajadores altamente calificados que Europa, en descenso demográfico y en plena desescolarización, no será capaz de proporcionar. Por consiguiente, el documento afirma que es necesario favorecer la afluencia de trabajadores calificados del sur del mundo. Los demás se hunden en el mar o en las manos de Erdogan. Los países pobres se verán más empobrecidos por la fuga de cerebros mientras aumentarán las fuerzas del terror.
La Unión europea es un muerto que camina
El sistema bancario europeo (con el Deustsche Bank a la cabeza) exige lo suyo por enésima vez. Naturalmente, obtendrá aquello que pide y la sociedad europea lo pagará, por enésima vez. La izquierda francesa hundida en la abyección moral impone un salto de calidad en la precarización y elimina las 35 horas. Es una de las últimas burlas de una clase política infame que se destaca solo por su ignorancia y su servilismo. Pronto colgarán de la horca que los fascistas les están preparando tanto en Francia como en Austria y en otros lados: en todos lados.
Estos son los actores de la escena europea: la clase financiera depredadora pedigüeña y el nazional-socialismo ascendente. Los gobiernos se reducen a repetir sus torpes balbuceos sobre la democracia y el crecimiento inminente. ¿Qué hará Merkel ahora que su preferido Merdogan provoca un golpe de estado para eliminar definitivamente cualquier rasgo de democracia? ¿Les dará visa a los turcos para conseguir que el asesino aloje a los inmigrantes sirios que los pueblos europeos no están dispuestos a aceptar?
El horror
En una suerte de escalada del horror, la demencia islámica-fascista lanza ataques contra la vida cotidiana en ciudades europeas, de medio oriente y asiáticas. La matanza de Niza llevada a cabo por el macho fracasado Mohamed Lahouaiej Bouhlel llega simultáneamente con la noticia de que el señor Manuel Barroso, presidente de la Comisión europea entre 2004 y 2014 (máxima autoridad del muerto que camina), depende desde ahora oficialmente de la agencia financiera Goldman Sachs, un organismo internacional que comparado con Bouhlel aparece como un aficionado en el arte de la muerte.
Conclusión
Como escribió Yeats en 1919:

“La marea de sangre se desata y en todas partes
La ceremonia de la inocencia se ahoga;
Los mejores carecen de toda convicción, y los peores
Están llenos de apasionada intensidad.”

Hoy la resistencia solo puede organizarse en forma marginal: la sociedad está paralizada, incapaz de defender sus intereses y sus derechos. En Italia se juega a hacer el referéndum sobre el cambio constitucional, como si el problema fuese la democracia, cuando es completamente evidente que la democracia es un instrumento mutilado, carente de eficacia y credibilidad. En cualquier caso, iré a votar en el referéndum de otoño, no porque me importe como forma democrática; votaré porque quiero que el gobierno de Renzi se derrumbe y se acelere el colapso de lo que queda de la Unión.
¡Solo entonces, la sociedad comenzará a abordar el problema de la solidaridad, de la autoorganización y de la salida del cadáver del capitalismo! La próxima década estará dominada por una guerra cada vez más sangrienta y desoladora. Quien no lo ve está en peligro. Aquel que intente negarlo está en peligro. El que lo sabe, que comience a construir las estructuras de la solidaridad que servirán para sobrevivir y para razonar en términos de una sociedad igualitaria, para algún día volver a vivir. Tal vez.
17 de julio de 2016
Traducción del italiano: Gilda Vignolo. 
Versión original en la la página web de Derive Approdi. 

“Se propusieron quebrar al movimiento” // Entrevista a Dora Barrancos

 por Alejandra Dandan

Durante un homenaje realizado el año pasado en la Universidad de Quilmes, Dora Barrancos se preguntó “¿Quién le teme a Milagro Sala?” Y se respondió: “Le temen los poderosos, los tibios, los que están contra los derechos de las mayorías populares”. Socióloga, doctora en Historia e investigadora principal del Conicet, hoy dice que aquello fue casi un adelanto de lo que siguió como si “pestañaran” los nuevos vientos. En esta entrevista explica por qué cree que en Jujuy existe un estado de excepción donde quedan afuera las mayorías populares ante una “comandita” de los tres poderes que se articulan muy enfáticamente con una carga xenófoba en altos segmentos de la población.

–¿Qué le está diciendo la detención de esa mujer a la que, usted dice, temen los poderosos?

–No se puede leer la detención de Milagro Sala sino en el contexto de excepcionalidad, una suerte de interrupción del estado de derecho en Jujuy. Además de las formas poco republicanas –casi no hay separación de los tres poderes–, no hay duda de que se manifiesta una intención de interrumpir el derecho de las mayorías, de cohibir al menos la voluntad política de los sectores populares, teniendo en cuenta el ciclo que acaba de dejarse, que significó el ejercicio de acogimiento de esas mayorías en una política gubernamental de carácter inclusivo. Por esto hay una figura de cese del Estado de derecho porque deliberadamente se excluye a los segmentos populares. Pero además en esa excepcionalidad, lo voy a decir con mucha prudencia, se articulan sentimientos muy discriminatorios. Parte de la sociedad jujeña es discriminatoria. No podría decir cuáles son los segmentos más afectados por las sensibilidades discriminatorias, pero me atrevo a decir que son los sectores medios, medios altos, aunque no se puede dejar de conjeturar que hay acompañamiento de algún estrato medio bajo. Esa circunstancia no se refiere sólo a la comunidad Tupac Amaru, sino que es de larga data y comprende a todos los pueblos originarios. Hace mucho que nos preocupan las distorsiones mentales, las actitudes que suelen dominar, que desean obturar el reconocimiento de la población indígena. Se habla del “abuso” de derechos y de la sobreutilización de esa población de los servicios de salud, por ejemplo. Hay una operación mental de exclusión que también alcanza a la población boliviana.

–Una perspectiva así empieza a indagar la defensa de Milagro, una línea que trata justamente el odio racial.

–Hay odio xenófobo instalado hace mucho. Se está frente a una mentalización, entre los sectores medios y altos con mayor complicidad, de no reconocer a los “bolivianos” ni a los grupos locales que en general comparten los mismos orígenes étnicos. Lo notable es que se asiste a una buena reproducción de la población indígena en toda la región norteña, es una demografía en crecimiento y se la percibe como una amenaza. No es diferente a la xenofobia europea, pero entre nosotros hay una borratina sobre el tema. Se pone en evidencia una actitud “preventiva”, no pocos sectores ingresan al “estado de prevención”, lo que equivale a imaginar: “algo me van a sacar, algo me vienen a robar, esos que no tienen el mismo derecho que yo”. Es una llaga que cuesta mucho reconocer. La Tupac viene a representar esa coagulación de lo indígena amenazante y que es rechazado preventivamente por determinados grupos sociales que se han tornado individualistas, muy poco solidarios. Pero no me parece que esto se asimile a la construcción de sentido xenófobo europeo que ilustra la frase “me vienen a sacar el trabajo”. Es un fenómeno distinto que lleva a enunciar que “los negros no pueden tener los mismos derechos porque no son iguales a mí aunque hayamos nacido en el mismo país”. Y esto es mucho más simbólico que material y económico, porque a menudo el enunciado es pronunciado por gente morocha que comparte idénticos fondos étnicos.

–¿Qué rol cumplió la Tupac en estos años?

–Hay una asociación punitiva de los tres poderes del Estado con relación a Milagro Sala. Han llegado a un acuerdo y no sólo tácito: el acuerdo es en torno a la ejemplaridad del hostigamiento y la humillación. Hay que cortarle las alas, ponerla en caja, aniquilar su liderazgo. Lo que más abruma a un movimiento social, a cualquier colectivo, son las implosiones, las manifestaciones internas de disensos severos e irremediables. Y lo que se ha propuesto esta comandita de los tres poderes es quebrar el movimiento, hacerlo disentir profundamente, abrumarlo con conflictos internos y es lo que está consiguiendo en alguna medida. Se llama de modo separado para negociar a los integrantes de la Tupac, hay tentativas de adquirir voluntades, de hacer que abjuren del pacto colectivo. En un movimiento tan amplio como la Tupac siempre han existido puntos de vista diferentes, manifestaciones disonantes. Es sobre estos disensos que opera la campaña de hostigamiento para que se resquebraje por completo. Ese es el objetivo principal. Van a tener presa a Milagro Sala todo lo que sea necesario, que en buen romance quiere decir hasta extinguir a la Tupac Amaru.

–Es la metáfora del cuerpo desarticulado de Tupac Amaru.

–Así es. Es un descuartizamiento. No es probar lo ladrona que fue, eso les interesa mucho menos. Ladrona es la metáfora que está en la superficie; abajo, cuenta el movimiento de descuartizamiento. Extinguir esa rebelión de estos indios y de estas indias y de estas putos indios – así dicen– o de estas lesbianas indias, dada la libertad enorme en materia de sexualidades que tiene el movimiento y que creo que es un aspecto único en materia de movimientos sociales en América Latina.

–¿Por qué considera que la Tupac es un movimiento singular?

–Es completamente original en el arco de derechos que reivindica y ese es su peligro; no es una manifestación clásica de los movimientos sociales. Se ha avanzado mucho respecto de los movimientos sociales de oposición al neoliberalsimo en los ‘90, y la Tupac es una organización que se ha hecho con clara hegemonía del liderazgo de una mujer. Esto no es tan novedoso porque hubo muchas líderes piqueteras en los ‘90. La reivindicación del derecho a la casa, a la recreación, a la salud, al trabajo, son bastante trajinados pero en el caso de la Tupac se hizo vibrante también el derecho a una “vida digna de ser vivida” desde el punto de vista de la sexualidad, un reconocimiento a las sexualidades disidentes. Esa es la novedad de la Tupac que tiene anualmente también una manifestación de gran jolgorio con la marcha del orgullo gay. Esas fiestas muestran tramas de solidaridad muy peculiares. Insisto en que si se recorre el andarivel de los movimientos sociales típicos de Argentina como el movimiento piquetero, los derechos que se solicitaban son ajustados a una base canónica: vivienda, educación, salud, trabajo. Han sido movimientos que consagraron demandas frente a la perdida de trabajo, pero también construyeron movimientos más sólidos más allá de ese objetivo. Avanzaron desde esa experiencia de juntarse a reclamar oportunidades de trabajo con el liderazgo de mujeres, tal como ha demostrado entre otros Andrea Andújar. Pero pasada la algidez de la crisis, muchas de esas mujeres se subsumieron de nuevo en posiciones no públicas. La diferencia es que la Tupac tomó el reconocimiento de las personas disidentes en materia de sexualidad como parte del programa de reivindicaciones.

–La Tupac misma aparece estructuralmente como una parte de esas identidades disidentes. Ahora bien, en la línea que va de los movimientos sociales de los 90 hasta acá aparece una disputa por el espacio político. ¿Cree que eso se ve en el reclamo de tipo impugnatorio que le hacen sobre la idea del Estado paralelo?

–Exactamente. La construcción del “Estado paralelo”, como argumenta el poder con relación a la expansión de la Tupac, es el mayor punto de resentimiento. A nadie que denostaba a las organizaciones sociales en los 90 se le ocurría hablar de amenaza del “Estado paralelo”. En cambio esto sí aparece acá por las características de la Tupac: es una meta organización social dado que el arco de derechos sobre los que trabaja es más variado. Por eso, de imaginar ahora el renacimiento de los movimientos sociales con las asambleas populares y otros fenómenos –si vuelven a presentarse en la escena con la fuerza de los 90–, tendrán que hacer lugar a los nuevos derechos.

Making of de las “Crónicas antiheroicas griegas” // Irene Rodríguez y Marta Pérez


Antes de viajar hubo varias quedadas, muchas tareas repartidas, mucho cruce de mails, y muchas dudas e ideas. Entre ellas, la de escribir lo que viéramos e hiciéramos en Grecia. Esta idea se desdoblaba en dos: la posibilidad de producir textos de denuncia de la situación, que quizá podíamos publicar en algún medio nacional o internacional, y la de escribir algo más narrativo.
Ç– Sí, ¡yo lo intentaría! Contar lo cotidiano de una situación de emergencia extrema, haciendo todo el esfuerzo del mundo por eliminar tanto la figura del héroe como su reverso, la víctima indefensa. Algo así como un relato antiheroico.
– ¡Me encanta! Y me parece un título perfecto: “crónicas antiheroicas”
– Jajaja, bueno no, que igual no se entiende bien… yo lo veo más como un título interno para explicarnos nosotras, al interior.
Interior que se amplió con Pepe y Amador y que se alojó en la revista Alexia. El correo que nos enviaron de vuelta, tras contarles la propuesta, estaba tan lleno de ánimos como de preguntas: ¿por qué vais?, ¿desde dónde queréis hacer esto?, ¿cómo han llegado todas esas personas ahí?, ¿quiénes son los refugiados?, ¿qué buscan?, ¿cómo transcurre una jornada allí?, ¿qué objetos, qué relaciones veis?, ¿qué diferencia hay entre un campo autoorganizado y uno del gobierno?, ¿se puede decir que hay belleza en un campamento?… y muchas más que resonaron sobre el terreno o nos sirvieron de guía cuando nos sentábamos al ordenador.
La idea de los textos de denuncia nunca la abandonamos, pero la que fue tomando más importancia fue la de las crónicas, al encontrar compañeros por el camino que iban a estar ahí, a la escucha.
EN MOVIMIENTO
Si bien no teníamos una idea previa que determinara qué contar, sí teníamos algunas preocupaciones respecto al tono que queríamos que tuviesen los textos.
Ya de vuelta en Madrid, el poder comentar con Pepe este último texto de “making of” nos permitió reflexionar sobre algo que no habíamos explicitado entre nosotras durante la estancia en Grecia: la escritura había sido una parte del hacer, estaba atravesada por la misma búsqueda y por el mismo frenesí.
El hecho de que fuéramos a escribir sobre lo que veíamos y experimentábamos organizaba nuestra mirada y nuestras preguntas, pero de un modo diferente a como lo suele hacer el relato periodístico o la investigación académica. Cuando hablábamos con la gente no llevábamos preguntas establecidas de antemano para luego escribir; las preguntas estaban relacionadas con la práctica, con algo concreto en lo que pudiéramos comprometernos a intervenir —una duda sobre salud o del proceso de pre-registro—; o, sencillamente, surgían del vínculo personal, de cuestiones de la vida cotidiana como las condiciones en los campos.
Así, más que una lista de temas sobre los que escribir que guiara qué preguntábamos y en qué nos fijábamos más, íbamos un poco al revés: hacíamos cosas durante el día y, en los momentos en que los que nos movíamos de un lugar a otro, en el coche, nos contábamos las cosas, las organizábamos, intentábamos darles un sentido, una continuidad, un hilo. Las crónicas se gestaban en estos momentos y, por eso, al final no fue tan malo que nos perdiéramos tanto en la carretera.
– Gira, gira por ahí, que en teoría, a cinco kilómetros, hay una salida que tenemos que coger
– Vale, guay. Y volviendo a estas dos chicas de la ONG que hemos conocido, me sorprende cómo estamos todos igual, preguntándonos por el sentido de estar aquí. Creo que va a ser una de las constantes del viaje
– Total. La primera crónica podamos centrarla en esto, ¿no? Llevamos varios días muy revueltas con el tema y quizá nos ayude también a ordenarnos un poco la cabeza
Precisamente para eso nos ha servido escribir las crónicas: para poder “ordenarnos la cabeza”. O en otras palabras, nos ayudaron a zambullirnos en la realidad porque sabíamos que luego teníamos una tarea que nos permitiría reflexionar sobre ella. Como si la escritura fuese una prolongación de la práctica diaria, un ejercicio de elaboración de lo pensado-sentido que nos permitía comprender(nos) una situación de excepción tan arrolladora. Todos los tropiezos que hemos podido tener habrían sido mucho mayores si no hubiéramos tenido este espacio en el que desgranábamos nuestras dudas, así como luego ajustábamos nuestro hacer a aquello que habíamos comprendido mejor durante la jornada, pensábamos por escrito y aprendíamos.
Eso es una parte muy importante del para qué nos han servido a nosotras estas crónicas. Nos hemos preguntadopara qué les pueden servir a las demás; quizá solo podemos responder que, desde la primera crónica, uno de los públicos que teníamos en la cabeza eran las personas que se planteasen venir en algún momento. Porque lo que se iban a encontrar, los campos militares, son algo muy bestia; nos parecía que cuanto más compartiéramos sobre esos lugares (información, pero también dudas, sentires, dilemas, amistades), mejor.
LOS CÓMOS Y LOS CUÁNDOS: EL MOMENTO DE ESCRIBIR
– Me confirma María que hay asamblea hoy a las 20h.
– Joder, y entonces cómo lo hacemos? Si queremos terminar la crónica, ir a Oreokastro y hacer la compra de sandalias no nos da tiempo a estar de vuelta a las ocho…
– Ya, pero en esta asamblea se va a hablar del proyecto de vivienda, y no nos la podemos perder
– Tienes razón, entonces dejamos la visita a Oreokastro para mañana, y así tenemos unas horas tranquilas para terminar la crónica y hacer la compra antes de la asamblea.
En un contexto de precariedad abrumadora, donde la urgencia es la norma, la inercia del hacer te lleva casi por instinto a actuar sin pensar mucho y a considerar algo secundario todo aquello que se salga de ese hacer. Obligarnos a dedicar mañanas enteras para relajarnos lo suficiente como para poder escribir ha sido casi un ejercicio de autocuidado: una de nosotras comenzaba a escribir, dejando más terminadas las partes con las que se sentía más cómoda mientras que solamente dejaba esbozadas partes en las que se sentía atascada para que la otra, al recoger el guante, las trabajara.
Por supuesto, la escritura generaba nuevas preguntas y problemas, aunque muchas de ellas ya estaban ahí y lo que hacía el texto era ayudarnos a explicitarlas. Eso sí, esa explicitación estaba repleta de compromisos personales, éticos y políticos. Por ejemplo, dimos muchas vueltas a cómo abordar una crítica a las ONGs sin que se leyera como un juicio al trabajo de personas que colaboraban con esas organizaciones y que, además, enunciaban críticas muy similares a las nuestras.
Queríamos intentar mostrar la complejidad de la situación en Grecia, evitando la idealización de prácticas y personas y el tono moralista –“esto está bien, esto está mal”, “hay que…”–. Pensamos que ese tono y esa práctica, como guía de acción en una situación poco conocida y compleja, puede tener efectos violentos. Para ello, nos conteníamos la una a otra, y cada una a sí misma, eliminando frases que pudieran leerse como aleccionadoras y dogmáticas (para esto también ha sido fundamental la ayuda de Amador y Pepe).
En dos ocasiones, el propio contexto del lugar de lectura, España, se conectó con reflexiones éticas que estábamos teniendo sobre la escritura de los textos. Ocurrió con las dos últimas crónicas, que trataban sobre la fuerza de un gobierno (Crónica IV) y la fuerza de los cualquiera (Crónica V). La primera la escribimos cuando ya llevábamos más de dos semanas en Tesalónica. Necesitábamos comprender sobre el terreno cuál podía ser el papel del Gobierno griego en los campos militares y en las cuestiones relacionadas con el proceso de asilo. La segunda la escribimos ya en Madrid, tras unos últimos días en los que no parábamos de presenciar y conocer, ya en la distancia, acciones de los cualquiera que hacían saltar por los aires muchos tipos de fronteras, y que aspiraban a replicarse y hacerse sostenibles. No se trataba, pues, de criticar al gobierno y alabar a los movimientos; echábamos de menos al Gobierno, protegiendo, cuidando la vida.
Pero estas crónicas se publicaban en período electoral en España y nos preocupaba que se leyeran como otro texto más dentro de los debates en torno a ese momento en concreto y a la discusión de más largo recorrido sobre las relaciones entre la institución y los movimientos sociales. Sentíamos que la situación que viven los refugiados y los autóctonos en Grecia ameritaba una lectura, un análisis, un trabajo de empatía que la otorgara un lugar singular e importante.
Ese sentimiento de compromiso con la situación conectaba con uno de los asuntos irresueltos de estos textos: su tipo de relación ética con las personas que están atrapadas en Grecia y cuyas voces hemos filtrado en las crónicas. Ellas y ellos no las han leído (tendrían que estar en árabe para que pudieran hacerlo, y de momento solo podemos traducirlas al inglés y estamos intentando con el griego). Ellos y ellas aparecen como arquetipos, como alguien que cuenta algo que podría contar casi cualquiera del campo. Para ir más allá de esto hubiera sido necesario hacerlo juntas, pero un mes no nos parecía suficiente para construir un compromiso ético con las personas que comparten sus experiencias y pensamientos. Así que adoptamos algunas decisiones, como no relatar historias personales, no hacer entrevistas, no analizar los enunciados que reproducíamos en las crónicas.
Durante nuestra estancia, y ahora ya en casa, pensamos mucho en las formas de dar continuidad a lo que hemos empezado. A las amistades, los vínculos con las refugiadas y los colectivos griegos que las apoyan, las tareas concretas. Una forma de continuar que tiene mucho de probar a ver cómo se hace eso del internacionalismo práctico y pegado a lo cotidiano que decíamos en la tercera crónica. También está llena de alegrías. Por ejemplo, hoy, sábado 23 de julio, cuando terminamos de escribir estas líneas, saludamos con júbilo la apertura ayer viernes de un espacio social y de vivienda para refugiadas en el centro de la ciudad de Tesalónica. Aquí la dirección web para conocer cómo apoyar

Fuente: revistaalexia.es/

La cuestión municipal tras el 26J // Mario Espinoza Pino – Fundación de los Comunes

“La crisis consiste precisamente en el hecho de lo viejo muere y lo nuevo no puede nacer: en este interregno se verifican los fenómenos morbosos más variados”. Salvando las distancias históricas, este clásico aforismo de Antonio Gramsci en los Quaderni parece retratar a la perfección el escenario posterior al 26J. De otra manera: el bipartidismo del 78, aunque herido, resiste bien su crisis; Unidos Podemos queda muy por debajo de las expectativas, lastrado por una estrategia populista que no da más de sí; el momento actual está abierto a una incertidumbre que admite casi cualquier desenlace; desde el desencanto colectivo hasta una renovada indignación ante la falta de alternativas. Aunque los “fenómenos morbosos”-no nos engañemos- podrían ser mucho peores que los de la desafección política. Solo hace falta alzar la mirada y contemplar la deriva de la vieja Europa y sus socios fronterizos.
Han sido muchos los análisis que han señalado -con mejor o peor fortuna- el porqué del pinchazo electoral de la nueva política. Sin embargo, poco se ha hablado de sus consecuencias más allá del ámbito estatal. Si dejamos a un lado los actuales juegos mediáticos de palacio, tan tediosos como poco productivos, el fracaso de Unidos Podemos se traduce en un serio golpe para el municipalismo democrático, que tendrá que enfrentarse a lo que resta de legislatura con unos aliados débiles y cada vez menos recursos. Por decirlo claramente: una mayoría parlamentaria de “cambio” hubiera permitido derogar la Ley Montoro, garantizando una mayor autonomía política y económica de la escala municipal. No tenerla estrecha el margen de acción de los ayuntamientos, lo que implicará un rápido desgaste en medio de una nueva ola de austeridad.
El cambio de coyuntura tras el 26J obliga, por tanto, a replantear las estrategias políticas del municipalismo. Terminadas las ilusiones de la “toma del Estado”, los municipios tendrán que hacer valer -por cuestiones de superviviencia- una imaginación política que trascienda lo que hasta ahora han sido sus prácticas usuales de gobierno.Las candidaturas que sigan enrocándose en un perfil gestor, llevando a cabo políticas de parques y jardines o eludiendo el conflicto, acabarán por dilapidar el capital político que toda una ola de movilizaciones ha depositado en ellas. El maquillaje de las campañas y los eslóganes pueden sostener la imagen pública durante un tiempo, pero sin cambios reales a medio plazo, toda la parafernalia del marketing se agostará más pronto que tarde. No digamos ya sin socios fuertes y con una legislatura del PP en ciernes.
De candidatura a movimiento
Poco o nada queda hoy de la efervescente atmósfera que impulsó la ola municipalista durante las pasadas elecciones. Aquel clima de movilización ha ido sucumbiendo ante la centralidad de la agenda institucional. Encerradas en una espiral burocrática y con apenas organización -pues la confluencia sigue sin traducirse en unos mínimos organizativos eficaces-, las candidaturas han ido perdiendo capacidad de intervención social y, poco a poco, legitimidad. Cabría preguntarse si hoy son algo más que plataformas de concejales y asambleas que dan vueltas en torno a problemas de gestión -en el mejor de los casos ratificación de mociones, presupuestos, apoyo en campañas y miscelánea administrativa-.
Tras el 26J es necesario que el nuevo municipalismo salga de su propia torre de marfil.En lugar de proyectar los límites institucionales hacia el exterior, entonando un ya monótono “no se puede”, debe hacerse poroso hacia un afuera poblado por demandas ciudadanas y agentes autoorganizados. Más que “abrir debates” sobre esta o aquella cuestión, se trata de construir espacios de encuentro -hacer ciudad- y participar activamente en los antagonismos que atraviesan el territorio. Nunca será lo mismo un ayuntamiento que actúa de forma defensiva, cerrado sobre sí mismo y bajo la ilusión del “gobierno para todos”, que uno que insiste en reconocer espacio político a quienes pugnan por ensanchar derechos y libertades o combatir la precariedad. Y no nos llevemos a engaños: quien quiera luchar por la justicia social deberá gobernar “de parte” (precisamente del lado de aquellos que no la tienen). En este sentido, las asambleas de las candidaturas ganarían más abandonando el rol de “asesoría informal” para volver -más allá de identidades o siglas- a trabajar en clave activista.
En otras palabras, es hora de pensar y actuar como movimiento, de un modo flexible, distribuido y adaptado a la realidad local. No hacerlo -tal y como están las cosas- llevará a un desencanto mayor que el que ya empieza a gestarse en las calles y los bares. Además, hablamos de un desencanto sometido a tal presión económica -10.000 millones de multa por el déficit y lo que queda- que una declinación reactiva de la austeridad, fascista y racista, no es descartable. Como ya sucediera con el 15M, sólo un tejido social empoderado podrá frenar una respuesta de este tipo y convertir la crisis en una nueva oportunidad de ruptura.
La la federación como hipótesis: entre la red y la autonomía
Durante el 15M solía repetirse aquello de “nos quieren en soledad, nos tendrán en común”, quizá ha llegado el momento de que el municipalismo tome en serio esta consigna del movimiento. ¿En qué sentido? Sin aliados potentes en escalas superiores -sometidos, además, a insidiosas guerras fraccionales-, los municipios tendrán que hacer política desde su propia autonomía democrática. Pero en lugar de hacerlo como hasta ahora, absorbidos por las inercias gestoras, sería mucho más inteligente hacerse fuertes hacia fuera. Un afuera doble. Por una parte, y como venimos sosteniendo, tendrán que pugnar por construir su legitimidad más allá del espacio institucional interviniendo socialmente y ampliando su radio de acción. Por otro lado, tendrán que estrechar relaciones con otras candidaturas y entornos municipalistas en su misma situación. Se trataría, en definitiva, de esbozar una idea de federación o red. Pero ¿cómo iniciar una empresa de ese calado?
Pese a que los problemas de los territorios tienen un carácter eminentemente singular, hay conflictos transversales a toda la escala municipal. Es a partir de estas cuestiones comunes -como la Ley Montoro, la deuda, los problemas habitacionales o la remunicipalización- desde donde puede elaborarse una agenda municipalista compartida por diferentes movimientos y candidaturas. Una campaña concertada por la remunicipalización de los servicios externalizados o contra la “Ley de racionalización y sostenibilidad de la administración local”, pueden ser frentes desde los que empezar a urdir una trama federal entre diferentes municipalidades. Pero ello exigirá, al mismo tiempo, dotarse de medios de comunicación para compartir saberes, socializar información, mantener discusiones e intervenir en la esfera pública como apuesta autónoma.
Trabajar en red romperá la soledad de las candidaturas y sumará en audacia política. Incluso la desobediencia, porque habrá que desobedecer, será más fácil. Como señalaba Spinoza, la construcción de vínculos cooperativos entre seres singulares -en tanto concierten estrategias, prácticas, un vocabulario y finalidad similares- obtiene como resultado una apuesta singular más potente. Y en la medida en que ésta sea capaz de fundar un espacio propio habrá de ser considerada como algo singular y autónomo. Por decirlo de manera más concreta: un movimiento municipalista en red, aglutinador de candidaturas y movimientos, descentralizado y con la virtud de articular diferencias, puede ser la mejor de las armas para resistir y avanzar en medio de un gobierno del Partido Popular. Máxime cuando la “nueva política” parece que apostará por la “oposición responsable”, esto es, por traducir el gobernismo institucional sobre el plano de la política de oposición. Aunque sea pronto para afirmarlo rotundamente, sus últimos gestos parecen indicarlo.
Si lo viejo sigue agonizando y lo nuevo no termina de nacer, habrá que seguir trabajando por la irrupción del desborde, por construir las condiciones materiales del mismo y hacer escalar el conflicto. Esa será la mejor forma de atravesar ese interregno o zona de incertidumbre de la que hablaba Gramsci: en común y apostando por una verdadera ruptura democrática.

[Fuente: https://www.diagonalperiodico.net]

Los derechos son de plástico // Verónica Gago

Desde el Ministerio de Trabajo al Banco Central, pasando por la cartera de los Agro-negocios, se incuba una nueva imaginación estatal que intentará poner en caja a la economía popular. Tan berreta como cínico y astuto, el exótico relato de los funcionarios macristas deberá medirse con la expansión de una fuerza productiva que no tiene margen de espera.
El cambio de escenario es veloz. Ya no se habla de paritarias sino de mantener el empleo. De fantasear con un Ministerio de Economía Popular pasamos a marchar contra el ajuste y los despidos. En apenas unos meses, el gobierno del PRO logró reconfigurar el escenario del trabajo, empujar de una manera inesperada el mapa de alianzas sindicales, hacer de las reincorporaciones un marco perverso de negociación y evidenciar que la precariedad es capaz de una serie de matices casi infinita.
Mientras, en los barrios se pronostica que la economía informal, popular y multiforme va a ser, a la vez, el sector que más crezca y el que más sufra. Ese engorde será proporcional, apuestan algunos referentes, a la inflación y el enfriamiento de la economía. Sin embargo, lo que parece funcionar como colchón a la caída del consumo que ya se siente es un fortalecimiento de los segmentos más sumergidos, ilegales y desregulados que supieron combinarse con las economías informales como modo de hacerlas prosperar, autonomizarse y aguantar –también antes– la pérdida de poder de compra de los subsidios. Se trata del mismo dinamismo que convirtió a esas economías en combustible de endeudamiento popular, de nuevos negocios financieros, y que hoy marca un elemento clave de su fragilidad. Todo el tinglado precario de planes sociales y contrataciones se desmoronará a distintas velocidades sobre ellas: hacia su interior (la parte formal de la economía informal, como se le llama a las cooperativas) y hacia sus laterales (la parte más violenta con que se conecta la informalidad: transas, aprietes y pelea por los negocios inmobiliarios).
populismo financiero
El directorio del Banco Central, presidido por Federico Sturzenegger, convirtió hace unas semanas en tarjeta de débito a los plásticos mediante los cuales se cobra la Asignación Universal por Hijo (AUH) y los planes o programas de ayuda social. La disposición, que fue impulsada desde el ANSES, se conecta con la extensión del beneficio a monotributistas de bajos ingresos y también es el medio por el cual se hace operativa la devolución del IVA de la canasta básica para la población beneficiaria. Esa devolución, claro, se concreta “en la medida que las compras se hagan con tarjeta de débito de las cuentas en las que se acreditan beneficios laborales, asistenciales o de seguridad social”, pero el reintegro se hace en función del saldo “independientemente del origen de las acreditaciones” (Resolución de Directorio N° 165).
Los efectos de esa modificación, según los argumentos del propio Sturzenegger, corresponden a una idea más estricta y radical de extender la “inclusión financiera” para los sectores populares. La argumentación oral se quiere desprejuiciada: ¿por qué una cuenta AUH no debiera permitir a sus beneficiarios usar y contratar otros servicios financieros? De este modo, se trata de convertir a los beneficiarios (un término que remite a cierta pasividad) en una categoría más dinámica y afín con la nueva época: clientes. Para eso se habilitó a las cajas de ahorro por las cuales se cobran los planes sociales, para que en ellas se puedan depositar fondos de otras proveniencias (con un límite del importe de dos salarios mínimos por mes) y para que se adhieran a pagos automáticos (esto sí sin límites de ningún tipo).
Se quiere dar lugar así a una bancarización stricto sensu. Expandiendo y completando un proceso que se inició hace ya varios años por medio de la bancarización compulsiva de los beneficios sociales, se escribe un nuevo capítulo que conecta financierización y derechos. Esto significa que los derechos sociales son mediados por instrumentos financieros que, por supuesto, nunca son gratis. Las finanzas exhiben así su capacidad constitucionalizante: es decir, de producir derechos, enlazarse con la producción jurídica y anudar, de un modo que antes era insospechado, inclusión social y negocio financiero, consagrando nuevas modalidades de explotación que no dejan a nadie afuera.
¿Qué implica que alguien que cobra 966 pesos por AUH –según el último aumento– pueda en esa misma cuenta ingresar otros fondos? En primer lugar, permite la extracción de dinero en cualquier cajero pero también “el retiro en efectivo en los comercios adheridos”. Fiesta de intereses, se escucha detrás de bambalinas. En segundo lugar, esas cuentas que estaban exentas de chequeo por el origen de sus fondos (mientras reciben sólo dinero del estado, se supone que es en blanco y por tanto operan bajo un “régimen simplificado” de control), ahora podrían entrar en colisión con otras normativas ya que se desconocería el origen de su capital. Sin embargo, y a pesar de las advertencias, la modificación no tuvo observaciones legales.
Esas miles de cuentas podrían convertirse en canales de blanqueo para ingresos provenientes de las llamadas economías informales, algunas al borde de lo ilegal, todas en un tembladeral de rebusques que se calientan y aceleran mientras suben los precios. De este modo, tendrían la chance de ingresar al sistema financiero bancario flujos de efectivo que provienen de los miles de empleos, emprendimientos, changas y negocios de diversa escala de ese famoso 40% de la economía “en negro”, que hoy representa uno de los puntos más sensibles del mapa político y económico de Argentina. Así, el sistema financiero consigue sangre nueva: se alimenta de un flujo de trabajo producido en condiciones completamente precarias, de fuerte dinamismo en su capacidad de articulación territorial y muy desiguales en términos tributarios y de ingresos. Por eso no es tan importante controlar de dónde vienen los fondos, sino que se les pueda sacar provecho a través de los bancos y las organizaciones financieras no bancarias.
marca personal
Buena parte de los despidos que se dieron al interior del Ministerio de Trabajo tienen que ver con programas que intentaban convertir o al menos generar algún tipo de contacto, entre la población receptora de los planes sociales y ciertas formas de empleo flexible: subsidios destinados a cooperativas y emprendimientos, al empleo joven, a pasar de la noción de pasantía a “entrenamiento laboral”. De boca del actual Secretario de Empleo, Miguel Angel Ponte, ex directivo de Techint, salió la propuesta de cambiar la noción de “trabajo decente” (ya bastante polívoca, pero que condensaba una polémica sorda con la de “trabajo digno” que supo embanderar a los movimientos piqueteros) por la de “personalización laboral”. Se trata de una idea que recoge todos los clichés neoliberales y que quiere limpiar de un plumazo cualquier reminiscencia a que un trabajador pertenecería a cierto tipo de colectivo social (uno bastante particular, diría Marx). Entonces, ya no se habla de trabajadores sino de personal, y esa personalización supone que el trabajo se puede “customizar” (sic) a medida de cada quien.
La consigna está siendo lanzada en reuniones de equipo y, aún si permanece vaporosa, se complementa con una descripción de las tres economías realmente existentes: la ordinaria o economía blanca; la economía social (“los choriplaneros” es la definición técnica); y la economía de base, compuesta por quienes no pueden ser beneficiarios de política pública porque “chorrean mierda”. El nuevo lenguaje oficial se conjuga con el del policy making, pintando un cuadro de lo más desinhibido del pensamiento político que circula entre los funcionarios de alto rango.
El cambio político y de estrategia en el Ministerio de Trabajo no es sólo cuestión de marketing, expresa un plan para la población sobrante con especulaciones de un desempleo que llegaría a más del 17% tras los primeros meses de gestión. A modo de lapsus pero como desliz sintomático del nuevo horizonte, en algunas reuniones se nombra sin querer al Ministerio de Agricultura como Ministerio de Agronegocios. En ese tándem –agrobusiness y desocupación– se entiende que José Anchorena (apellido de una línea terrateniente de larga data), director económico de Fundación Pensar y ahora a cargo de la Subsecretaría de la Programación Técnica y de Estudios Laborales, diga a la vez que el “auto-reconocimiento indígena” no tiene mucha credibilidad y que debería implementarse algo más cercano a exámenes de ADN para justificar la entrega de subsidios o reconvertirlos a artesanos que puedan vender sus productos por plataforma Etsy, como en Estados Unidos. Ya lo escribió, en el diario La Nación, debatiendo la ley anti-despidos que re-bautizó como “cepo al trabajo”: “El mercado laboral es un organismo dinámico cuyo gran objetivo es crear oportunidades”.
pooles de prenda
La imagen de un mantero senegalés empujando con furia a un policía de la Metropolitana se viralizó, tal vez, porque condensaba una acción concreta y decidida frente a una serie de atropellos que encontraron menos resistencia de lo que se imaginaba. Al menos por ahora.
El sector de vendedores ambulantes, feriantes y todo el arco de lxs trabajadorxs del sector textil (de las fábricas que cosen para grandes marcas, a los talleres textiles llamados clandestinos) están siendo chantajeados por una doble pinza: la amenaza patronal de que si no hay auto-ajuste las importaciones de China inundarán el mercado; y la embestida securitista contra la informalidad por medio de denuncias y llamado social a su represión. Hay miles de cooperativas de costura en todo el país (las máquinas de coser fueron uno de los implementos más entregados por las gestiones anteriores del Ministerio de Desarrollo Social y de Trabajo) y hoy podrían caer en la denuncia de la gente de a pie que se promueve desde el conglomerado patronal nacional a través de www.argentinailegal.com (volviendo realidad una app que ya anticipó Capusotto).
Algunos emprendedores de la economía informal tal vez logren dar el paso y reinventarse como pequeños importadores de prendas, haciendo pooles de inversión para comprar containers. Aun así, les será difícil seguir vendiendo al mismo ritmo. Otrxs trabajadores ligados a las economías regionales, de las que depende una mano de obra también sumamente precarizada, muchas veces migrante y vinculada de modo estrecho a eslabones de la economía informal (recolectores de fruta, ladrilleros, yerbateros, etc.) verán reducida su porción de ingresos. Más aún si se tiene en cuenta que, según especialistas en el área, durante la década pasada no hubo avances cualitativos a favor de su regulación o de una institucionalidad que hoy funcione verdaderamente de obstáculo. En paralelo, la quita de muchos subsidios provenientes de la desaparecida Subsecretaría de Agricultura Familiar –como ya pasa en todo el cordón fruti-hortícola de la zona sur de provincia de Buenos Aires– obliga a los productores de alimentos a vender cada vez más barato para garantizar su circulación o a conseguir canales alternativos de compras comunitarias directas, las que ya proliferan en varias ciudades del país.
incorrecciones políticas
Bajo el nombre de economías populares se intentó pensar la mutación del desempleo a formas de empleo que se mixturaban con los planes sociales, los emprendimientos y el reconocimiento como derecho social de una serie de actividades que emergieron en la crisis de 2001 y luego se consolidaron como estratos importantes para una buena parte de la sociedad. La Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) incluso se propuso pensar una forma sindical que acompañara ese reconocimiento del nuevo mundo laboral pos-salarial, tratando de ensanchar por abajo la imaginación sindical. Muchas otras organizaciones e iniciativas con trayectorias diversas ya venían desplegandoestrategias similares. La referencia práctica es un conjunto variopinto de actividades productivas que nunca estuvieron desvinculadas de la llamada economía formal ni funcionaron como un archipiélago de solidaridad. Las finanzas se encargaron de ser el código de articulación más veloz y astuto de esos espacios que, cuando se articulan priorizando identidades políticas, luchan aun por preservarse bajo la lógica de la distinción. Las nuevas políticas financieras, del agrobusiness y de gestión del empleo entienden los códigos de estas interconexiones sin guardar ninguna corrección política. Queda por verse hacia dónde estas economías populares (heterogéneas, intermitentes y cambiantes) se siguen expandiendo. Que van a seguir creciendo, que no caben en la etiqueta de trabajo nacional y que tienen un desafío sobre su capacidad de auto-defensa, es de lo único que podemos estar seguras.

[Nota publicada en la Revista Crisis: http://www.revistacrisis.com.ar/]

Microcréditos posibles // Ángela Gancedo Igarza y Julián Mónaco

foto de sub.coop
Juana León trabaja de lunes a domingo: para ella no existen los feriados ni los días libres. Cada mañana apura el desayuno en su casa del barrio Samoré y camina treinta, cuarenta, cincuenta cuadras (o las que hagan falta) para atender a sus clientes. No puede gastar en viajes, pero recorre la ciudad cargando su pesada caja de herramientas para hacer pies, manos, depilación, parafina, permanente y color. Desde hace algunos años, su principal arma de trabajo es el teléfono: pase lo que pase, nunca lo apaga. Cuando le vibra en el bolsillo, sabe que hay trabajo. Y también sabe muy bien que cada una de esas caminatas vale una parte del crédito que tiene que devolver para lograr algunos de sus sueños de emprendedora.
–Mi vida es todo sacrificio y de a poco devuelvo: si hice quinientos pesos, les dejo trescientos. Cuando pago todo pido otro crédito y compro una herramienta nueva –cuenta.
Fíe Gran Poder no es como los demás bancos: presta pero no cobra intereses.
El acceso de los sectores populares a los microcréditos es un fenómeno reciente en América Latina. En nuestro país, cabría fecharlo en 2001, precisamente el año en el que el banco boliviano del que Juana es clienta llegó al país para abrir su primer local. Mientras los grandes bancos dejaban la Argentina, los directivos de Fíe decidían instalarse aquí, después de una visita a la feria La Salada. Algo había en común: Gran Poder es el barrio comercial de economía informal más importante de La Paz.
–El Fíe es para los obreros, para los trabajadores: mi garante soy yo misma –explica esta emprendedora que llegó al país desde Paraguay.
Juana León conoció el banco unos meses después de abierto, por el boca en boca: era la única firma que no exigía tantas trabas de documentos.
Junto a una socia, montaron una peluquería en el barrio de Once, muy cerca de lo que hoy es una de las nueve sucursales de Fíe en la Argentina (dos de ellas están en Salta y Jujuy). Querían dejar de ser empleadas de una cadena y, sobre todo, de trabajar en negro.
La futura peluquería era una antigua casa de apuestas ubicada en Pasco 88 que demandó reformas tan complicadas como costosas: electricidad, agua y, además, innumerables habilitaciones municipales.
–Tenía que pagar seis mil pesos por cada gabinete ¿pero cómo podés pagar si no te dejan
trabajar? –se queja todavía hoy Juana.
Fíe les prestó tres mil pesos, y una clienta de confianza la otra mitad. Pero el recuerdo de ese primer momento la amarga. Todo estaba a nombre de su compañera porque Juana no tenía documentos. Y un buen día la estafó.
Después de ese revés, que le costó cerca de cincuenta mil pesos, volvió a Fíe para empezar de cero. Pero esta vez ella sola, por su propia cuenta.
–Nunca le tuve miedo a las deudas –dice.
Desde hace cinco años, Juana empezó a trabajar para cumplir su proyecto de abrir su propio spa de manos y pies. Los empleados de Fíe cuentan que han visto a muchos de sus clientes empezar en la venta ambulante y llegar al local. Llegar al local propio es lo máximo y Juana tiene sus sueños puestos allí.
–Si logro cancelar el semanal que tengo ahora, voy a dedicarme a todo lo que es piso y pintura del salón, aunque la mano de obra es muy cara –explica.
Cada vez que Juana pide un nuevo crédito, recibe la visita de “las chicas del Fíe”,como ella las llama. Esas mujeres pasan a verificar que el proyecto avanza, que existe una obra en construcción o que compró nuevas herramientas. Toman fotos, hacen registros. Primero Fíe le prestó mil quinientos pesos; después, otros tres mil.
–Cancelás un crédito y ya tomás otro. Vos elegís el pago: semanal, quincenal, mensual.
El futuro salón, levantado sobre un terreno baldío, ya cuenta con una camilla y un sillón ortopédico –su mayor tesoro– valuado en quince mil pesos.
–Para la gente preparada, la llave es el título; para mí son mis herramientas de trabajo: sin ellas no puedo hacer nada.
Pero Juana también estudió y llegó a Fíe hecha como profesional: se preparó en el Instituto de la Dra. Viviana Bustos, en el barrio de Caballito, y también en el Instituto del Pie, donde se especializó en el tratamiento de pacientes diabéticos y en reflexología podal.
–El pie es el mejor medio de transporte que tiene el ser humano, nos transporta gratis a todos lados, por eso hay que conservarlo.
La mayoría de los seis mil novecientos clientes de Fíe son de origen boliviano y peruano. Menos de la mitad son argentinos. En 2011 llegaron a tener más de nueve mil prestatarios. Esa baja se debe a la escasez de liquidez que afecta a entidades de este tipo, por no estar reguladas.
–Los bancos convencionales acceden a los fondos del Banco Central, pero nosotros no podemos porque no estamos registrados; no somos una entidad financiera sino una de microfinanzas –explica Nancy Pérez, jefa de la sucursal de Once.
Debido a ese problema, Fíe optó por enfocarse exclusivamente en sus clientes más antiguos, con buen comportamiento de pago, y les ofrece un trato casi familiar. Juana es de las que recibe ese tipo de trato.
–Hay viernes en que llamo y pido que no me cierren, que me esperen para pagar. Hoy día el
préstamo máximo que me podrían dar sería de treinta mil pesos.
En Buenos Aires los días se hacen cada vez más largos, y el teléfono le explota. Eso significa para Juana –que nunca tuvo un sueldo y siempre tuvo que generarse su clientela– mucho más trabajo: conoce a su público y sabe que cuando llega el verano quieren verse bien.
–Es lo que más cuido: tengo a alguien de cada rinconcito de la Argentina.
En los meses de verano, su agenda se llena de anotaciones y puede llegar a devolver cerca de quinientos pesos semanales. El invierno, en cambio, es más duro: la gente se descuida.
Es jueves al mediodía y caen treinta grados sobre la ciudad: Juana va de Pompeya a Vicente
López y después a Retiro, sigue por el Centro y termina en la zona del Abasto. En su vida no hay tiempos muertos: arriba del colectivo aprovecha para bordar toallas, que también vende a sus clientes.
–Mi único enemigo es el reloj.
Revista Tema Uno #6 / Poder
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Escriben: María Josefina Cerutti | Margarita Martínez | Verónica Gago | Diego Aranda | Mariana Liceaga | Denise Fridman | Analía Fernández Fuks | Cecilia González | Myriam Southwell | Agustín Scarpelli | Alejandro Wall | Oriane Flechaire | Julián Mónaco | Diego Rosemberg | Diego Herrera | Juan Bordón | Mariana Liceaga | Ángela Gancedo Igarza

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