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Fiscal dictaminó a favor de los despedidos en Télam y pidió su reincorporación // Notas, periodismo popular

Durante el mediodía del martes, el fiscal Gabriel de Vedia dictaminó de manera favorable respecto a un amparo interpuesto por la asociación civil Mesa Nacional por la Igualdad, ante la Justicia Nacional del Trabajo, en la que se solicitó como medida cautelar la restitución en sus puestos de trabajo de las trabajadoras y trabajadores despedidos de la Agencia Télam.

Si bien el dictamen no es vinculante, la determinación del fiscal está fundada constitucionalmente y es un paso hacia la reincorporación efectiva de las 357 personas cesanteadas. Según consideró de Vedia, este trámite se debe sustanciar de manera sumarísima conforme las previsiones del art. 43 de la Constitución Nacional, del ordenamiento laboral y los art 321, y 498 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Además, señaló que “las medidas cautelares más que hacer justicia, están destinadas a dar tiempo al órgano judicial para cumplir eficazmente su obra y para hacer eficaces las sentencias de los jueces”.

Mientras tanto, la Justicia ya determinó la reincorporación de Eduardo Rapetti Salik, secretario Gremial del Circulo de Prensa de Santiago del Estero. La decisión fue tomada por la jueza nacional de Trabajo Mónica Pinotti, quien hizo lugar al amparo presentado por el trabajador.

De esta forma determinó “la suspensión de los efectos del despido” y ordenó la reinstalación en su puesto de trabajo “hasta tanto recaiga sentencia definitiva en la acción de fondo”. Los directivos de Télam tienen 48 horas para cumplir este fallo, caso contrario deberán abonar 3500 pesos de multa por cada día que pase.

 

Por su parte, la Comisión Gremial Interna (CGI) del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) denunció este martes al Directorio de Télam S.E, conformado por Rodolfo Pousá, Ricardo Carpena y Pablo Ciarliero. El triunvirato a cargo de la agencia nacional de noticias fue acusado de “incumplimiento de los deberes del funcionario público”, bajo las figuras de los arts. 248 y 249 del Código Penal, por “dictar órdenes y resoluciones contrarias a las constituciones o leyes nacionales” en medio del conflicto laboral ya que los despidos se llevaron a cabo “por razones ideológicas”, según confesaron públicamente los propios funcionarios.

 

Los trabajadores de Télam se encuentran ocupando de manera pacífica los dos edificios de la empresa desde el 26 de junio pasado y desde entonces han concretado diversas medidas a fin de que se reincorpore a los 357 trabajadores y trabajadoras. En la misma línea este martes realizaron un abrazo simbólico a la agencia en Belgrano 347 en conjunto con diputados y diputadas nacionales, personajes de la oposición, gremialistas y trabajadores de prensa.

notasperiodismopopular.com.ar

Texto para la verdadera Noche de la Filosofía// Virginia Cano

La devastación de los recursos estatales y del reservorio crítico que anida en una buena parte de sus instituciones son una pieza clave en la maquinaria de precarización que despliega el actual gobierno. Los 354 (+3) despidos de TELAM no sólo incrementan la tasa de desempleo que viene provocando la actual gestión en el sector público, también constituyen un índice expresivo de la actual embestida neoliberal que pretende disciplinar a la opinión pública y cercenar las fuentes de pensamiento crítico y agonístico del presente. Es por eso que nosotres, filósofas y filósofos, muchxs también empleados y empleadas estatales, no podemos permanecer callados, como si aquí no pasara nada.

Foucault dice en su segundo volumen a la Historia de la sexualidad que:
“Hay momentos en la vida en los que la cuestión de saber si se puede pensar distinto de como se piensa y percibir distinto de como se ve es indispensable para seguir contemplando o reflexionando. (…) ¿Qué es la filosofía hoy -quiero decir la actividad filosófica- si no el trabajo crítico del pensamiento sobre sí mismo? ¿Y si no consiste, en vez de legitimar lo que ya se sabe, en emprender el saber cómo y hasta dónde sería posible pensar distinto?”

En un momento donde la lengua neo-liberal del gobierno equipara la razón con el pensamiento instrumental, donde la estrategia comunicacional de sus políticas de austeridad hace de las palabras mantras y eslogans, en un presente donde el disenso y la disputa por los modos de vivir y de hacer política son impugnados y sospechados, donde los medios de comunicación son amordazados y la opinión pública estratégicamente manipulada, en un contexto de neutralización del “diálogo” y de devaluación de la palabra comprometida y confrontativa, donde la protesta y la manifestación públicas son perseguidas y criminalizadas, hoy, en nuestro presente histórico, aquí, donde acaban de despedir a tantxs compañerxs trabajadores de la contra/cultura y la palabra comprometida con la transformación social, hoy más que nunca, nos urge devolverle a la filosofía -y al discurso en general- su potencia disruptiva, su capacidad de transformación, su fuerza de interrupción, su tensión creativa. Bien sabemos que las palabras y los discursos, y desde ya también la filosofía, pueden ser funcionales a la reproducción y el sostenimiento del status quo. Pueden ser -y de hecho son- eficaces tecnologías de control y disciplinamiento. Es por eso que necesitamos de las palabras polémicas, incómodas, ásperas, tajantes, insumisas, desacatadas, contestarias y corrosivas, capaces de tensionar nuestro presente y sus sentidos imperantes.

Si la filosofía quiere ser parte de las “lenguas del desacato”, para usar una expresión de valeria flores, si pensamos que nuestra actividad filosófica debe contribuir a intervenir y cortocircuitar las políticas de precarización neo-liberal y sus lógicas de fragmentación social, la filosofía como toda palabra pública y discurso del saber -¿o debería más bien aquí decir nosotrxs, las y los filósofos?- debe asumir un compromiso con nuestro presente histórico y con sus luchas por un mundo menos desigual y más habitable. Que la filosofía asuma ese compromiso requiere de nuestra capacidad para inventar espacios como éste, donde la filosofía abandona la muchas veces inmunizada lógica burocrático-académica, para entremezclarse con otros modos de decir, hacer, pensar, sentir; para dejarse interpelar, para aprender y contaminarse de otras experiencias, otras tesituras teórico-escriturales, otras pulsiones del pensar, del decir y del hacer.

De lxs compañerxs de Télam, entre otras cosas, aprendemos -y acompañamos- la importancia de la lucha y la articulación colectiva, de esa experiencia que surge sólo cuando se abandona el individualismo atomizador e inmunizante en el que nos quieren adoctrinar a fuerza de discursos meritocráticos y emprendedoristas, para dar lugar a algo que nos saca de nosotrxs mismxs, que nos conmueve y por tanto nos transforma. Frente a ese egoliberalismo que nos quieren solas, aislades, desarticulados, hoy, festejo con todxs uds, este pliegue filosófico, esta trinchera hecha de palabras y reflexiones, este encuentro con las y los compañeros despedidos en Telam que aviva algo del fuego del que es capaz la filosofía.

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