Las razones de Toni Negri // Diego Sztulwark
Toni Negri hizo todo lo que había que hacer.
La frase le brota espontánea esta mañana a un querido amigo que fue su último editor en Argentina.
No sé cuántos ejemplos de beatitud spinoziana podríamos evocar.
Siempre supe que Negri tenía razón en sus perseverantes ecuaciones: Inmanencia = Constitución = Insurrección.
Y Marx con Spinoza.
Se trata de ecuaciones teóricamente densas, que suponen leer a fondo Marx más allá de Marx, La anomalía salvaje y El poder constituyente.
Dado que Alegría = Materialismo = Comunismo, por tanto Autonomía = Poder Obrero = Multitud.
La prueba de la potencia intelectual de Negri es lo bien que funcionan sus viejos textos a pesar de lo mal que los han leído quienes lo han citado con el mero afán de refutarlo.
Su evocación de la plenitud de la potencia nunca fue negación de la tristeza sino ejercicio ético político en filosofía. Su postulación de lo común jamás tuvo nada que ver con alguna incomprensión de las singularidades, Toni era demasiado listo para ignorar estas cuestiones. Su insistencia en el General Intellect siempre fue una pista avanzada para pensar subjetividades en catástrofe. Sus teorizaciones sobre el Estado alcanzaron una penetración teórica que los defensores del Leviatan populista jamás vislumbraron. Por último, su libro Imperio -escrito junto con Michel Hardt- es absolutamente pionero en el registro de los lineamientos políticos de una transición globalizadora del capitalismo, algo absolutamente evidente apenas se entiende que el suyo era un análisis político y no una profecía.
Desde que salió definitivamente de prisión tuvo una intensa relación con la Argentina, realizó varios viajes al país y fue un observador apasionado del período en el que América Latina se conmovió con la emergencia de un movimiento destituyente, del Zapatismo al Que se vayan todos!
Lo conocimos personalmente con quienes seríamos parte del El Colectivo Situaciones en su casa en el Trastévere, en Roma. Cumplía prisión domiciliaría. De día estaba en su casa, pasaba la noche en prisión. Ya era un mito viviente. Nos dedicó una tarde entera. Le contábamos lo que veíamos de las movilizaciones de entonces, del surgimiento de los movimientos piqueteros y el respondía admirado: “lo que cuentan me deja vivamente afectado, se está gestando allí un contrapoder insurreccional”. Dimos a conocer esa extensa entrevista en un libro que publicamos en noviembre de 2001, «Contrapoder. Una introducción”. La edición contenía un artículo de Horacio González (“Toni el Argentino”), que anticipaba las discusiones entre un peronismo de izquierda que se referenciaba en el Gramsci de Laclau y quienes veíamos indispensable un pensamiento del contrapoder. Un recuerdo más personal. Una mañana en su casa de Venecia. Toni toma vino blanco y habla muerto de risa sobre las lecturas izquierdistas de la coyuntura filosófica: “a Foucault hay que leerlo con Deleuze. A Deleuze con Guattari. Y a Guattari conmigo”. Ese “con” es lo negriano mismo. Una irrefrenable máquina de lectura apasionada que no puede dejar de hacer conexión izquierdistas. A Toni tenemos que leerlo “con” las luchas comunistas del presente y del porvenir.
https://tintalimon.com.ar/post/leer-a-negri/
https://lobosuelto.com/provocar-el-acontecimiento…/
https://www.pagina12.com.ar/…/208601-61285-2012-11-26.html
https://editorialcactus.com.ar/…/el-cattivo-maestro-y…/
https://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/subnotas/208601-61285-2012-11-26.html
https://mailchi.mp/bed128dd1959/hasta-siempre-toni-negri
https://tintalimon.com.ar/post/leer-a-negri/
https://lobosuelto.com/provocar-el-acontecimiento-entrevista-toni-negri-diego-sztulwark/
https://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/subnotas/208601-61285-2012-11-26.html
https://editorialcactus.com.ar/blog/el-cattivo-maestro-y-la-leccion-antagonista/