Anarquía Coronada

Si se calla el cantor

por Luciano


1.
En el kirchnerismo dirán que “no quedaba otra” que devaluar. Esto sería cierto si se cree que antes de ello el gobierno usó todo el instrumental que tiene la política económica para hacer correcciones. En todo caso, después de dos años de decisiones económicas erráticas y equivocadas, la sensación de que una devaluación era inevitable puede sonar verosímil a los oídos creyentes. Una de las discusiones que quedará emplazada para el liderazgo que asuma en 2015 es de qué manera el Estado, ante las tensiones cambiarias y fiscales que surgen del fin del tasachinismo, absorbe los costos él mismo en su política de recursos y gastos, sin trasladarlos de manera directa a la sociedad asalariada. Desde ya esto necesita de una política económica un poquito más sofisticada pero que se tornará obligación política en un país de crecimiento bajo o moderado con capacidad instalada completa. Hace ya varios años que el kirchnerismo abandonó la política de fogoneo de inversiones para centrarse exclusivamente en el consumo como motor de crecimiento; pero además, se entendió que ese consumo sólo debía (o podía) ser sostenido con incorporación constante de pesos al mercado, sin apelar a otros instrumentos que la política económica ofrece para mantener un consumo activo y diversificado que a la vez ayuda a mantener costos fijos en el mercado interno. Claro que para eso se necesita una política de recursos y gastos más ambiciosa que la que tiene el gobierno. Podríamos enumerar más “omisiones” del manejo económico gubernamental que ahora hacen creer en la inexorabilidad devaluatoria: es obvio que el sector agropecuario no se va a negar a las “virtudes” de una devalueta tan jugosa, pero el problema no era la rentabilidad, sino que siguen siendo los costos de producción, es decir, la inflación. Si cada vez que se acumulen problemas de competitividad, el Estado va a tomar la decisión política de socializar el costo en la masa asalariada y no absorberlo como institución económico-financiera, lo que se terminará devaluando es la expertise estatal en el manejo de la economía en un país pos-tasachinista.
2.
En 1997, y luego de una violenta devaluación del peso mexicano, el gobierno del PRI armó un plan social de becas alimentarias y educativas para niños y jóvenes que no estudiaran ni trabajaran. El programa se llamaba Progresa, el PAN lo continuó y en 2002 lo pasó a llamar Oportunidades. Lo interesante es que hoy y después de 17 años de vigencia del programa, en México se abrió una discusión profunda sobre los alcances y modalidades del plan que se relacionan con los resultados relativos obtenidos y con las necesidades productivas y de empleo de un país que necesita crecer y crear clase media al mismo tiempo. Después de 17 años, se verificó que el perfil asistencial del programa no alcanzó para insertar productivamente a los jóvenes y que el anclaje “educativo” del programa no tenía un correlato laboral firme para los jóvenes adultos. Es decir que como programa asistencial el plan cumplía sus objetivos, pero que el problema central de esa franja etaria de la PEA era el trabajo y solo parcialmente la asistencia social. Es por eso que Peña Nieto está encarando un rediseño del plan para pasar (en el rubro jóvenes ni-ni) de un anclaje educativo a un anclaje laboral como eje operativo (de objetivos y exigencias) que permita sortear la atrofia social del programa.
En estos días Cristina anunció un plan similar al mexicano para los ni-ni de 18 a 24 que era necesario porque fija la vista en las poblaciones más problemáticas de los conurbanos del país. Una política social “guita en el bolsillo” siempre es el comienzo para atacar el problema. Sin embargo, el kirchnerismo tiene a las políticas de “guita al bolsillo” como límite de su acción social, no como “comienzo”. Un breve contacto que cualquier militante político barrial pueda tener con las poblaciones ni-ni y con quienes desde el estado y el punterismo gestionan diariamente en la zona de fuego, alcanza para comprender que el problema central de los ni-ni no es la “guita en el bolsillo” (“la guita, si la tienen que conseguir, la consiguen”) sino todo lo demás que no permite llegar con perspectivas al terreno laboral. Otro problema del plan es que mete un anclaje educativo que en la mayoría de los casos no respeta la realidad de un ni-ni de 18 años que ya está en una fase de la adultez que no está motivada ni urgida por terminar y avanzar en los estudios. Por lo tanto, quedará también para el liderazgo que arranque en 2015 revisar el anclaje del programa y dotarlo de recursos humanos que puedan controlar y trabajar en el territorio junto a los beneficiarios de las becas.
3.
Al lanzar el Progresar, Cristina también ensayó un discurso político sobre coyuntura bastante inconsistente, con poca capacidad de enlazar a la coalición FPV con una instancia de nuevas representaciones como las que demanda el 2015. Es posible que Cristina haya optado (por el momento) concentrarse en su propio cierre de etapa como presidenta, lo cual implica desentenderse de cualquier herencia mínimamente ventajosa para una coalición efepeveísta que necesita construir una oferta política de mayorías que pueda ser competitiva en 2015. Esto explica por qué Scioli salió a revitalizar su campaña permanente en medio del estío, pero también explica que el espacio de representación está demasiado angostado desde la irrupción electoral de Massa, una cuestión que la propia Cristina se encargó de confirmar como preocupación personal cuando salió a pegarle a la policía municipal, y al darle centralidad política a un episodio menor sucedido en un municipio del conurbano. Que la “advertencia” del sciolismo político al FR sea hecha en función de los comportamientos de la orgánica partidaria y no de la representación a construir es la aceptación de que la fractura de la representación peronista puede tener una incidencia importante de cara al 2015, pero a la vez expresa las limitaciones de la coalición efepeveísta para adaptarse a ese escenario por fuera de lo partidario. Esa es la razón por la cual las distintas líneas municipalistas del peronismo nacional (en contraposición a algunas líneas provinciales) ya plantean cada vez más fuerte la necesidad de configurar una nueva coalición peronista; es un debate que recién empieza.

¿Qué está pasando con el dólar en Argentina?

por Santiago Gómez
Razones personales hacen que desde hace más de tres años pueda participar de conversaciones con economistas que trabajan en el Estado Nacional, ninguno con responsabilidades relevantes, o mejor dicho, de los que toman decisiones. Que Argentina está en una situación de crisis en su mercado cambiario no es ninguna novedad. Los especialistas lo suelen llamar “stress cambiario”, pero nosotros que no somos tan finos le decimos corrida cambiaria, es decir, mayoritariamente los agentes del mercado quieren comprar dólares. Con la incertidumbre que tenemos todos los militantes que no tenemos una sólida formación en economía, considero que compartir algunas de las reflexiones que Los Economistas Amigos me dieron para pensar lo que está sucediendo en el país, puede servir para enriquecer los análisis que el presente requiere.
¿Qué está pasando con el dólar en Argentina?
Al preguntarles a los que entienden de economía sobre las corridas, que fue una de las principales causas de conflictos económicos que el gobierno señaló hace tiempo, me explicaron que los motivos de la corrida son discutidos, y por lo que vengo escuchando y leyendo, difícilmente alguien que ofrezca certezas sobre el asunto esté diciendo la verdad. Para explicarme algo de lo que está pasando, Los Economistas Amigos (LEA) me dicen que están quienes piensan que el tipo de cambio está “atrasado” y que cómo finalmente se va a tener que corregir apuestan al dólar; que hay otros que piensan que el problema es más estructural y que como el país se acerca a un período de escasez de dólares (por déficit energético, del que también hace muchos años que los escucho hablar, tanto antes de la nacionalización de YPF; por las  necesidades de la industrialización, por la deuda y las ganancias de las multinacionales) va a tener que devaluar irremediablemente y por lo tanto compran dólares. Otros sostienen que es un problema financiero vinculado a lo baja rentabilidad relativa del ahorro en pesos, y finalmente están también quienes piensan que es lisa y llanamente una forma de desestabilizar al gobierno.
Según dicen, los diagnósticos son muchos y variados. A cada diagnóstico le corresponde una respuesta de política diferente siempre y cuando lo que se busque es evitar una devaluación brusca que convalide la corrida y beneficia a los que compraron dólares.
Al preguntarles a los economistas amigos qué estamos haciendo desde el gobierno, la respuesta fue que el gobierno tomó actitudes diferentes a lo largo del ya extenso período que tiene el problema. En un principio, cuando comenzó la corrida en los meses previos a la elección de Cristina del 2011, el gobierno decidió responder mostrando su poder de fuego sobre el mercado y salió a vender reservas y mantener el tipo de cambio. Como la corrida no se frenó y se consumían demasiadas reservas, después de las elecciones se cambió de estrategia y se optó por los controles. El “cepo” como le llaman.
Los controles tienen ya un tiempo largo y la justificación fue,  efectivamente, la de evitar una gran devaluación que tuviera efectos negativos sobre la distribución del ingreso. Al pedirles que me expliquen los efectos de una devaluación, me respondieron los LEA que si el tipo de cambio se devalúa fuerte, los precios de los productos importados suben, los precios de los alimentos exportables suben, se encarece la canasta de consumo básica y por lo tanto se transfieren ingresos desde los trabajadores al capital. Además, se premia a todos los que apostaron a comprar dólares, que al final de cuentas van a tener muchos más pesos con los billetes verdes que fugaron. Eso era lo que se quería evitar.
La realidad demuestra que después de un tiempo de controles aparecieron algunos problemas adicionales. Por un lado las reservas siguieron cayendo por el pago de la deuda externa y porque se hacía difícil controlar efectivamente que no se fugaran dólares por algunas de las ventanillas todavía abiertas. Por otro lado, la dinámica del mercado paralelo y los negocios financieros vinculados al dólar se volvieron demasiado atractivos e incentivaron algunas conductas que tendieron a agravar la situación. Los exportadores que tienen productos cuyo valor está dolarizado retienen sus productos para venderlos cuando la devaluación sea un hecho (esto lo podemos ver al ir por la ruta 2 a la costa y ver los silo bolsa durmiendo sobre los campos). Los importadores inventan formas para simular que los productos que compran son más caros y conseguir que les vendan más dólares que los que realmente necesitan, y los turistas aprovechan sus salidas al exterior para hacerse con todos los dólares que puedan.
Después de las elecciones del año pasado y el cambio de gabinete, los amigos dicen que se modificó de nuevo la estrategia. La estrategia proponía un mix de instrumentos: un poco de controles, un poco de devaluación y un poco de apuesta a resolver los problemas de acceso al crédito externo y una intervención sobre el dólar paralelo a través de los mercados de deuda pública en dólares.
¿Por qué entonces se mantiene esa sensación de stress cambiario?
La nueva estrategia se topó con algunos problemas, me respondieron. Algunos más esperables que otros. Por un lado el verano y las vacaciones son un momento de fuerte demanda de dólares para turismo, lo cual impulsó la suba del dólar paralelo, por el otro en el plano internacional la mayoría de los países emergentes están sufriendo salida de capitales y devaluaciones por el cambio en la política monetaria de los EEUU, lo cual hace más grande la supuesta corrección cambiaria que hace falta. Por último, les parece que hubo una cierta apuesta a conseguir algo de reservas que no funcionó. Si el Banco Central pierde reservas mientras devalúa se genera la sensación de que es el mercado el que la está haciendo, si la devaluación ocurriera con reservas estables, el Estado es el que parece tener el control del mercado.
Como no me encuentro en el país, ayer les escribí a Los Economistas Amigos para preguntarles de qué se trató la devaluación de ayer, porque no pareció tan gradual como la que ellos venían diciendo que había que hacer. La respuesta consensuada fue que la devaluación de ayer es una novedad. Que hay que esperar para ver si efectivamente se decidió abandonar la devaluación gradual y cambiarla por una devaluación más fuerte que elimine las expectativas de devaluación. Según me dijeron, en los hechos, es convalidar la corrida. Pero hay que esperar un poco para confirmar que esto sea así. En ese caso el gobierno tendrá que buscar las formas de compensar los efectos regresivos de la devaluación.
No parece casualidad entonces que justo el día de la mayor devaluación de los últimos años, la Presidenta anunciara un ambicioso programa de inclusión social que, debemos reconocer, tiene el mismo objetivo que el existente Programa Jóvenes con Más y Mejor Trabajo, lo cual debe interrogarnos respecto a si el mismo no tuvo el alcance esperado por problemas de comunicación o porque los intendentes no lo implementaron como correspondía. Al devaluar la pelea fuerte deberá darse en este campo: muchos esfuerzos para controlar la inflación y sostener los acuerdos de precios y mucha política para tratar de compensar a los sectores que puedan verse más afectados.
En el correo que les envié después de esa respuesta, les pregunté si tenemos que pensar si la batalla contra la corrida la perdimos. La respuesta fue que tenemos que entender una cosa: el kirchnerismo tuvo durante mucho tiempo al tipo de cambio alto (es decir devaluado) como un pilar fundamental de su política. El problema es que siempre pensó que las devaluaciones debían ser compensadas, es decir que debían evitarse los efectos distributivos regresivos. Hasta 2008 esto se hacía a través de las retenciones a las exportaciones. Se devaluaba el tipo de cambio y para evitar que los productores de alimentos exigieran mayores precios en el mercado local por sus productos, se incrementaban los impuestos de exportación. Tras la crisis del campo, las retenciones dejaron de ser una opción de política y el gobierno perdió su instrumento para compensar las devaluaciones. Si efectivamente se decidió que la única forma de frenar la corrida cambiaria es una devaluación más fuerte, deberá hacerse un esfuerzo muy grande para compensar los efectos distributivos de la medida. El gobierno intentará lograr que los ingresos de los sectores populares crezcan más que los precios, en un contexto en el que se pretende que el dólar suba más que los dos anteriores. La responsabilidad se traslada a las áreas de gobierno que tienen que controlar precios y diseñar políticas sociales. Aunque todavía hay que esperar para confirmar lo de ayer.
Desde el 2010 que vengo escuchando a mis amigos economistas y, hasta el momento, nunca se equivocaron con los análisis que me dieron, es por eso que los comparto.
(Agencia Paco Urondo)

Devaluación,»final de partida” y… de ciclo

por Fernando Rosso


La imagen del gobierno esquivando sus contradicciones con sobreproducción de relato llegó hasta que empezó a pedir “tablas” y la semana pasada pateó el tablero (hacia la derecha). “Cristina corazón, acá tenés los pibes para la devaluación”, fue una de los tantos remedos que circuló en las redes sociales ante la última medida económica del gobierno. El proyecto “nacional y popular”terminó en parodia de sí mismo y en un nuevo drama en puerta, para la mayoría de la nación.
La clásica de obra Samuel Bekett “Final de partida” (1957) puede resultar metafórica para el presente del kirchnerismo y sus puestas en escena que rememoran al teatro del absurdo. Para algunos críticos, la resistencia de Hamm (uno de los dos protagonistas centrales de la obra) a aceptar el fin puede ser comparada con la del jugador amateur de ajedrez a admitir una derrota.

Esa era la imagen del gobierno esquivando sus contradicciones con sobreproducción de relato, hasta que empezó a pedir “tablas” y la semana pasada pateó el tablero (hacia la derecha).

“Cristina corazón, acá tenés los pibes para la devaluación”, fue una de los tantos remedos que circuló en las redes sociales ante la última medida económica del gobierno. El proyecto “nacional y popular” terminó en parodia de sí mismo y en un nuevo drama en puerta, para la mayoría de la nación.

La definición de “fin de ciclo” estaba legítimamente fundamentada en dos dinámicas convergentes e interrelacionadas: la llamada crisis de sucesión política y el límite que encontró el crecimiento expansivo de la economía, que tuvo su base en el viento de cola de la economía mundial y la mega-devaluación del 2002, que abarató el precio de las fuerza de trabajo y de las mercancías argentinas en general. La inflación comenzó a ser la manifestación del agotamiento de ese “modelo”.

Una serie fortuita de eventos nacionales e internacionales, como el rebote extraordinario de la economía mundial en 2010-2011, la muerte repentina del ex– presidente Néstor Kirchner y la incapacidad política de la oposición tradicional, actuaron como contra-tendencias económicas y políticas a la decadencia. El 54% encandiló y generó la ilusión de “Cristina eterna”. El éxito empujó a la excesiva “autonomía” y al extremo al arbitraje bonapartista.

En ese año 2012 se retoman las tendencias críticas, baja del crecimiento y delas tasas chinas, disparada de la inflación, comienzo de la restricción externa, crisis energética y enfrentamiento con el movimiento obrero. Eran los tiempos del insulto gorila contra los trabajadores, cuando los docentes se habían convertido en “extorsionadores” y las enfermedades laborales (como la tendinitis de los trabajadores del subte) eran motivo de chicanas y “zonceras”del elenco gubernamental, con “Animal” Fernández a la cabeza. El salario se convirtió en ganancia, sujeta a impuesto.

El año 2013 traduce esto al terreno político electoral y certifica la derrota,sellada con la baja hasta el piso del 33% de los votos y la pérdida por derecha y por izquierda.

Si se analizan las principales medidas de este periodo, la devaluación actual y el consecuente ajuste, que favorece a los grandes empresarios, no es tan novedosa. Tarifazos propios o tercerizados, entrega y reprivatización de YPF a Chevrón, ley de ART “a la medida de la UIA”, pago religioso de la deuda externa usuraria, impuesto al salario y “techo”” a las paritarias, campaña electoral en la “madre de todas las batallas” (la provincia de Buenos Aires), basada en el discurso de la “seguridad” y conducida por Scioli. Todo bendecido por un“neo-papismo” bergogliano. Massa no lo hubiese hecho mejor.

La devaluación abrió el camino para la profundización de este ajuste. Lo que en estos días se decide es el ritmo, no el fondo. Es decir, si la “liberación” del cepo al dólar abrirá una espiralización devaluatoria e inflacionaria y la agudización de la crisis; o si será mediado y en cuotas.

El complemento del nuevo “plan” es la búsqueda de nuevos acuerdos internacionales que fortalezcan el atraso y la dependencia. La caída del salario real ya es un hecho, el aumento de las deudas provinciales (solo Córdoba tiene más del 50% de su deuda en dólares) empujará al ajuste a varios gobernadores. La dolarización del precio de los combustibles, acordados con Chevrón exigirá tarifazos a las naftas (que ya se vienen aplicando).

Las paritarias serán cualitativamente más duras y decisivas. El gobierno hizo concesiones a todas las corporaciones: a la corporación financiera de los“buitres”, a quien ofertó pagar en París, a las corporación empresaria que obtuvo una jugosa devaluación, especialmente a la famosa “oligarquía” y los monopolios cerealeros (60% aumentaron sus ganancias en pesos en un año, gracias a la devaluación, 30% en días), a Chevrón y las corporaciones petroleras y hasta la corporación armada (las policías) tuvieron sus “paritarias express”con aumento récord en cifra y en tiempo. Pero ahora exige “moderación” a los trabajadores y que sean “solidarios” y no tan…corporativos, mientras saquea su salario. El gobierno es corporativo ante las demandas de las clases dominantes y exige a los trabajadores que sean “hegemónicos”, mientras transfiera recursos del trabajo al capital.

La devaluación del equipo económico-político es igual o mayor a la del dólar.Al ministro Kicillof lo traiciona el inconsciente y es el mismo el que compara la situación con el final de la Alianza: “la brecha (entre el dólar blue y el oficial, NdR) fue tomada por los medios como sucedía en la época de De la Rúa con el Riesgo País. Buscan desestabilizar el Gobierno…” (Página 12, 26/01) Elfin de la fortuna desnuda la ausencia absoluta de “virtú”. Y para colmo de males, Godot, esta vez, tampoco va a venir.

La relación entre el gobierno, los pueblos indígenas y los campesinos acumula tensiones en Bolivia. Entrevista a Luis Tapia

Por Gabriel Delacoste


Luis Tapia, licenciado en Filosofía y doctor en Ciencia Política, impartió el curso “Democracia, actores sociales y partidos políticos en Bolivia contemporánea” para la maestría en Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República. Cuando se acerca el año electoral en Bolivia, la diaria lo entrevistó acerca de la actualidad de la política y de los movimientos sociales en su país, en un contexto de conflictos y contradicciones entre el gobierno de Evo Morales y las organizaciones sindicales y campesinas.

-Evo Morales es considerado fuera de Bolivia un símbolo del “giro a la izquierda” de la región. ¿Cómo es visto en su país?

-Esa imagen se ha ido deteriorando. Empezó como un liderazgo nacional que quería unificar organizaciones indígenas, campesinas y sectores populares, basado en la defensa de la coca, que fue causa nacional durante muchos años. Eso se ha agotado, porque ahora el presidente aparece como un defensor de los intereses sectoriales corporativos de los plantadores de coca, contra las organizaciones indígenas. Y, explícitamente, el gobierno tiene hoy un discurso antiindígena. Entonces su imagen interna es distinta de su imagen internacional.

-¿Antiindígena en qué sentido?

-No reconoce a las organizaciones indígenas autónomas. Se les están iniciando juicios, se las ha reprimido, y el proyecto del gobierno básicamente consiste en apropiarse de territorios indígenas para concesiones de explotación de bosques, explotación petrolera, minera y proyectos como carreteras y represas.

-Hay como una oposición entre modernización y desarrollismo por un lado y economía comunitaria y “buen vivir” por otro.

-Desde el inicio del gobierno surgió un discurso de respeto a la Pachamama y el “vivir bien” para legitimar el nuevo plan de desarrollo nacional, pero en los últimos años el proyecto del gobierno ha sido básicamente de desarrollismo extractivista, relacionado con la megaminería, el agronegocio y la ampliación de la exportación de hidrocarburos. No hay nada sobre economía comunitaria. Entonces el mismo gobierno ha abandonado el discurso del “vivir bien” porque ya no es verosímil.

-¿Cómo encajan en este modelo las nacionalizaciones en ciertos sectores estratégicos?

-Eso es clave. Antes que nada porque era una demanda nacional generalizada, previa a la victoria electoral del Movimiento al Socialismo [MAS, el partido de Morales]. Y también porque la nacionalización es la base del poder económico, que se traduce en poder político del gobierno. Esos ingresos le permiten tener recursos para financiar la política social y la campaña electoral. Sin nacionalización no tendría poder, un poder que le dio un margen de autonomía frente a los norteamericanos, a los que pudo expulsar del país.

-Durante este mismo período se dio la refundación de Bolivia como Estado Plurinacional. ¿Cómo se relaciona el modelo de desarrollo con el reconocimiento de la nueva Constitución hacia la economía comunitaria y la autonomía de los pueblos indígenas?

-En Bolivia hay tensiones y contradicciones, porque la Constitución reconoce en el artículo 2 los territorios de 36 pueblos y culturas diferentes, además de su lengua y sus formas de autogobierno. Pero luego el gobierno no incluyó en la legislación la consulta vinculante a las comunidades sobre el uso de los territorios indígenas, por lo que es el Ejecutivo el que decide para qué usarlos. Ha entrado en contradicción con los pueblos indígenas de manera bien frontal. Una contradicción entre lo que dice la Constitución y lo que hace el gobierno, montado sobre vacíos de la propia Constitución.

-¿Y cómo reaccionan los movimientos sociales?, porque el MAS también tiene una base importante en la población indígena.

-Por un lado, se han organizado marchas masivas en torno a la sede de gobierno en La Paz, sobre todo desde el Amazonas, para reclamar consulta previa y rechazar los proyectos de construcción de carreteras y de explotación petrolera. Pero por otro lado, el sector que es base de apoyo del gobierno, los sindicatos campesinos, está interesado en ampliar su frontera agrícola hacia el territorio colectivo indígena. De hecho este sindicalismo ha sido utilizado por el gobierno para reprimir a las organizaciones indígenas comunitarias.

-Se dio en 2011 una ruptura entre las organizaciones sindicales y las indígenas. ¿Cómo ve el futuro de los movimientos populares?

-Es difícil decir; ahorita diría que estamos en una etapa de descomposición de lo construido durante décadas. El Pacto de Unidad entre indígenas y campesinos [articulación que impulsó una agenda política común], resultado de dos décadas de proceso de unificación, ahora se ha roto. Diría que está en una fase de resistencia, sobre todo por parte de lo comunitario indígena. Lentamente las comunidades están empezando a hacer alianzas con sectores urbanos, sobre todo de izquierda, que a su vez están asumiendo la idea de lo plurinacional, de respeto a los territorios comunitarios.

-Me cuesta imaginar un proyecto económico basado en una economía comunitaria de pequeña escala para un país de millones de habitantes. ¿Existe una alternativa al modelo actual?

-Eso no existe, no se ha planteado. Lo que se pensó desde el gobierno fue, por un lado, la nacionalización -la estructura productiva sigue siendo la misma, sólo que con mayor control estatal- y, por otro, la ampliación del extractivismo. La economía comunitaria, más que un proyecto, es lo que ha existido a lo largo de siglos, y obviamente no es una alternativa para los sectores modernos. Pero es algo que se puede preservar y evitar que se siga reduciendo.

-¿Qué posibilidades le asigna a una nueva victoria electoral de Morales en octubre de 2014?

-Yo creo que bajo la actual correlación de fuerzas y legislación electoral, el MAS ya no ganaría. El MAS probablemente tiene un tercio de apoyo en el país, aunque le favorece la fragmentación de la oposición, que no se sabe si se va a unificar. Sin embargo, con un tercio iría a segunda vuelta, y en la segunda vuelta yo creo que perdería.

-¿Y quiénes son los desafiantes?

-Probablemente quien tiene más posibilidades es Juan del Granado, del Movimiento Sin Miedo [MSM], que está articulando diferentes sectores opositores.

-¿Cómo lo definiría políticamente?

-Diría que es un partido de izquierda moderada, reformista pero pluralista, y que ha incorporado el tema de lo plurinacional. Ha entrado en una red de alianzas con movimientos indígenas.

-Hubo en los últimos años un enfrentamiento con movimientos indígenas en torno a la construcción de una carretera que atravesaría el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure, que últimamente recibe poca atención mediática. ¿Cuál es la situación?

-Yo creo que esta baja en la intensidad tiene que ver con el período electoral. El gobierno ha insistido en hacer la carretera, y luego de haber decidido hacerla, como la población demandó una consulta previa, realizó una consulta amañada para dar la imagen de que la gente está de acuerdo. Ha intervenido militarmente, está persiguiendo por la vía jurídica a los principales dirigentes y está montando una red clientelar en la zona para dividir a las organizaciones indígenas. Pero mientras no haya elecciones se está manteniendo un bajo perfil, porque es el principal foco de oposición al gobierno. Por ello, probablemente la obra esté detenida hasta después del resultado de las elecciones.

-Morales ha apostado fuerte a la integración de América del Sur, y sin embargo ha habido conflictos importantes entre capitales brasileños y chilenos, por ejemplo, y el gobierno boliviano. ¿Cómo se da esta relación?

-El proyecto de integración que se ha ido desplegando en los últimos años es resultado de cambios internos en cada uno de los países, donde ha habido una recomposición de la relación entre Estado, sociedad y economía, lo que ha propiciado un mayor control de recursos económicos, generando una política económica un poco más autónoma a nivel regional, en particular en relación a Estados Unidos. Ahora, esto tiene contradicciones, porque por un lado hay políticas de integración regional, pero lo más fuerte, en el caso boliviano, es la subordinación a la geopolítica brasileña. Gran parte de los proyectos del gobierno son de interés brasileño, y no de la población boliviana, y los hemos financiado nosotros con préstamos del Banco de Desarrollo de Brasil. Están las dos cosas a la vez, las geopolíticas nacionales se despliegan bajo el marco de la integración.

“La literatura pertenece al tacho de basura cultural”. Entrevista a Pablo Farrés

por Leticia Martin (para Tónica)

EEl desmadre, la novela recientemente publicada de Pablo Farrés (Ramos Mejía, 1974) nadie puede hablar. Hay silbidos, chasquidos, pensamientos, pero no existe la posibilidad de la comunicación, no se puede ⎯pese a los intentos⎯ narrar los hechos, incluido ese informe que la Asociación Madres de la Memoria le encarga a la protagonista de esta historia imposible, incatalogable. Farrés despliega así un espacio inexistente, Mailán, que se parece mucho a nuestro país pero no lo es. ¿Se trata de una excusa para narrar por afuera del canon, de la historia y del lugar común?
¿Cómo surge la idea de El Desmadre? ¿Qué te empuja a escribirla? ¿Un hecho? ¿Una idea? ¿Dónde ubicás la textura de “lo literario” para considerarlo digno de ser narrado?
Para responder sigo un poco el planteo de la narradora.
1. Por un lado, ella sostiene que la idea de “madre” se relaciona necesariamente con la escena del parto; pero el parto en sí mismo es una escena imposible. El momento en que la mujer se parte para dar vida -al costo de ya no estar allí- es transformando en una mitología personal y en una ficción comunitaria.
2. La muerte de un hijo significa la imposibilidad lógica de seguir siendo madre. De ahí su desmadre en relación al concepto.
3. La narradora no sólo se desmadra a nivel conceptualmente sino también físicamente, hasta el punto de tener que asumir la novedad de un pene que ha surgido entre sus piernas. Lo que tiene que sostener ese travesti  desde entonces es su mitología: ser la madre de un hijo desaparecido, haciéndose cargo, a la vez, del pene que la ha desmadrado y desconchado.
No sé entonces si se trata de una historia digna de ser narrada. La condición de madre es imposible en sí misma, es una ficción y por lo tanto: literatura. La noción de ficción no necesariamente remite la narración de una mentira, sino que -aún siendo verdadero- el hecho narrado no puede sino existir en el lenguaje.
¿Pero cómo resuena el uso del término “madre” en esta época y en nuestro país?
En Argentina no podemos hablar de “madres” sino de “Las Madres”. Las mayúsculas implican una dimensión política y comunitaria de la que nadie puede estar ajeno. En el imaginario cultural, los que nacimos en los setenta nos definimos como hijos sustitutos de unas Madres que nunca nos acunaron. Pero el problema que a mí más me interesa es el de cómo el discurso de la memoria redujo la narración a su imposibilidad: “verdad, memoria y justicia”, haciéndole el juego a las estructuras más conservadoras de nuestra sociedad. Eso mismo explica la apropiación política que el kirchnerismo hizo de la memoria y de las Madres. Hubiese estado bueno que el discurso de la memoria explicitara sus desplazamientos desmadrados –Freud lo sabía: superposición, travestismo, desplazamiento, etc. Pero eso no ocurrió. Y entonces fuimos educados y sometidos a la búsqueda interminable de la verdad y la justicia: neuróticos palurdos (yo entre otros).
¿Y qué efectos tuvo esa educación a que fuimos “sometidos”?
El resultado no puede ser otro que el de ocupar constantemente el lugar de la demanda y la queja infantil. Somos una cultura del resentimiento. De todos modos, lo que está fuera de la cultura –o que por lo menos debería estarlo- es la literatura. Y en este sentido no está mal que sea la literatura la que invite a la ficción, a la desmemoria y a la fiesta, en lugar de invitar a la verdad, la memoria clasificatoria y la justicia.
¿Podemos decir que El Desmadre es una metáfora del modo en que el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional operó sobre las psiquis y los cuerpos de sus víctimas?
Entiendo que no. No hay metáfora. A la narradora le sale en serio un pene. Las metáforas no me gustan mucho. Me gusta en cambio hacer la narración de una experiencia imposible. Con respecto al Proceso, me encuentro con un límite propio. Acerca de las Madres se puede hacer literatura porque su condición es la de la narración, viven en el lenguaje y en este sentido nos incumben en la dimensión humana del lenguaje. Los milicos no laburaban en el lenguaje –o lo hacían, pero mal, tan mal que la batalla cultural la perdieron en lo discursivo (no sólo fueron hijos de puta sino que también eran tarados comunicacionales). Intervenían sobre los cuerpos. Ahí hay un afuera de la ficción, del lenguaje y de lo humano. Ese ámbito del desastre físico, de la destrucción corpórea, de los cuerpos arruinándose, es lo inenarrable, lo indecible. Pero que los milicos sean el afuera del lenguaje y de la ficción no significa un borramiento del horror, sino la insistencia muda del horror en la lengua y en la ficción.
¿Qué hay del discurso contra los milicos? ¿Qué encontrás condensado ahí?
Cuando alguien habla de los milicos invariablemente cae en clichés demasiado transitados y termina diciendo pavadas. Cuando el horror –es decir, el mero reviente físico- es el límite del lenguaje. Hablar del horror no es más que una farsa o una estadística. En cambio, las Madres son nuestra ficción, de ellas se puede hablar porque de algún modo somos hablados por ellas. El problema, claro está, es que podamos hablar por nosotros mismos y permitirnos nuestro desmadre.
¿Pero, más allá de esta novela, te interesa el trabajo con las figuras retóricas?
Poco y nada. Entiendo que las figuras retóricas son el efecto de un territorio pre-narrativo. Surgen de un lugar que no son las palabras pero que las hace emerger. Puede tratarse de una imagen, de una obsesión, de cierta música, o lo que fuere. La palabra es un horizonte que no necesariamente señala su origen. Sin embargo, sin ese origen no-discursivo, la palabra se transforma en nada y el relato en mera sumatoria de figuras retóricas.
A lo largo de la novela la narradora reflexiona sobre la dificultad del lenguaje y la comunicación. ¿Podemos decir que El Desmadre es el no-relato posible de aquel hecho?
En un principio el texto se llamaba Informe acerca de la imposibilidad de todo informe. Cambié el título por El desmadre porque me parecía que la noción de imposibilidad no ayudaba a entender el acontecimiento del desmadre como una afirmación de vida. Pero claro está, la afirmación de esa experiencia imposible implica asumir el desastre del relato. ¿Cuál es el estatuto del relato de una experiencia inenarrable? Esa misma pregunta es el núcleo oculto en el discurso de las Madres. La pregunta queda en silencio; entonces aparece toda otra cuestión: ¿cuál es el estatuto del relato de una experiencia inenarrable? Y también, ¿qué necesidad tenemos de establecer la verdad como criterio para asumir lo inenarrable? ¿Por qué tanto temor a asumir la ficción como motor creativo para expresar –no comunicar, no informar, no hacer la crónica-, sólo expresar lo que no se puede decir? Son preguntas retóricas. Yo pienso que el potencial ficcional ha quedado reducido a la mera nomenclatura de “literatura”, porque la literatura pertenece al tacho de basura cultural. Entonces es fácil desmarcarse: todos tienen su verdad, su memoria, su justicia. El discurso sobre la verdad ha triunfado sobre el de la ficción. Circula mejor entre las mallas del poder, y se instala más fácil en la cultura del resentimiento. Sin embargo, la ficción -como margen y residuo, sí, pero también desde dentro- insiste, contamina, y pudre. No hay discurso sobre la verdad que en algún momento no se encuentre frente a su propio doble oscuro.
¿El concepto de desmadre aplica sólo al cambio físico de estas mujeres o se puede pensar también respecto del modus operandi del aparato represor? Me refiero a plan racional de exterminio.
La racionalización de la violencia implicó un desmadre. Finalmente se trataba de un plan organizado para quitar a los recién nacidos e insertarlos en otras familias. En este sentido, el Proceso también fue una máquina de desmadrar. Desmadró a las madres a quienes les fueron sustraídos sus hijos y a los hijos a quienes se les impuso la farsa de una maternidad injertada. Los procesos totalitarios o dictatoriales del siglo XX, más que atender a cuestiones ideológicas se transformaron en máquinas mortuorias que tenían como objetivo la vida, el bíos. Ello implicaba determinar qué vida era digna o sana, útil, y cuál no lo era. Tarde o temprano toda dictadura tiene que enfrentar la cuestión de la maternidad. Por ello el desmadre fue un objetivo político. Pero lo que yo llamo desmadre no es propiedad de un régimen totalitario. Cuando nuestras Democracias deciden la legitimidad, o no, de un aborto, por ejemplo, –sin ponerme a favor o en contra- toman como objeto de control político la vida. No importa el cariz progresista o conservador de la cuestión, sino el hecho de que la vida sea objeto de control. La democracia también decide qué vida es digna, sana o útil, y quién debe o no nacer o morir. Pero la noción de desmadre va más allá de una apropiación política. El desmadre es un acontecimiento vital.
¿Entonces el hecho de nacer podría considerarse un desmadre?
Claro. Nacer ya es un modo de desmadrarse: el hijo viviendo la pérdida de la madre; y la madre separándose del hijo. Todo lo demás responde a un imaginario cultural acerca de lo que significa ser madre. En mi novela, ese desmadre inicial se radicaliza. Ciertamente los militares le roban el hijo a la narradora. ¿Pero qué hace la narradora? Se desmadra en serio, lleva el desmadre hasta el extremo y entonces le sale un pene.
¿En todos los casos el desmadre implica una pérdida? ¿siempre es la condena de una ausencia o una desaparición?
Yo prefiero pensar que el desmadre puede volverse un modo de afirmar la vida y, con ella, lo político. Digo, ya no desde la carencia sino desde la afirmación: soy esto, me pasó esto, no me vengan con verdades, memorias ni justicia, sino, simplemente, bánquense lo que soy: una madre con pija que viene hacer mierda toda clasificación, toda apropiación política, y toda racionalización sobre la vida.
El intertexto del desmadre es la ontología del deforme que en algún punto comienza  a cruzarse con la historia de la narradora y sus treinta hijos. ¿Qué representan esos pibes filmando películas porno?
No sé qué representan. Un amigo me dijo que éramos nosotros en tanto generación de la post-dictadura. Ciertamente, los hijos mogólicos que la narradora va pariendo, nacen después de lo que ella llama el fin de la fiesta del horror. Viven más allá de la dicotomía libertad-esclavitud, les alcanza con la satisfacción animal. Es una interpretación tentadora. Para mí no representan nada.  A mí me interesa la visión del chico que, al descubrir que su madre tiene pene, entiende que no ha nacido de nadie, que tiene miles de años y existe como la tierra y las estrellas. Ahí el desmadre llega a su extremo, alcanza la experiencia del inengendrado. Pero no cualquier puede llegar a esa vivencia. En ese intertexto, el narrador dice que en el fondo tuvo que decidir hacerse humano o quedarse a vivir para siempre en una infancia deforme. No se puede narrar la experiencia de ser inengendrado sino es eligiendo no seguir el camino de lo humano. En este sentido, la figura del mogólico, como aquel que se ha corrido de la norma biológica culturalmente impuesta, ayuda a sostener la narración.
¿Pero por qué filman películas porno?
La pornografía pone en juego nuestros límites desde un lugar absolutamente aceptado. A mí me interesó trabajar la cuestión del porno porque se trata de un horror más sutil, que implica una estetización de la carne y del reviente. El horror hecho espectáculo y consumo. En el fondo, lo que se plantea es que el horror no se acabó con la dictadura, continúa bajo otras formas que siguen fascinando y atrayendo. El origen de ese horror no necesariamente implica al Estado, sino a nuestro modo de ser humanos.
¿De qué necesitás “desmadrarte” como autor?
Es re difícil la pregunta. Ya escribí El desmadre. Ya está. Ya no quiero saber de qué me tengo que desmadrar. Una cuestión personal de la que en un rato seguro me voy a avergonzar: cuando terminé de escribir El desmadre, mi vieja se murió. Mirá el poder mágico, peligroso y mortuorio, de los libros. Eso fue hace unos tres años. Hoy ya no me pregunto de qué o de quién me he desmadrado, sino hacia dónde me lleva lo que en algún momento explotó.
¿Se puede crear y progresar siendo un escritor desmadrado?
Qué problema, nunca siento que progrese hacia ninguna parte. En todo caso, no me interesa demasiado progresar, sí encontrar cosas. Para progresar tendría que saber desde dónde y hacia dónde voy. Todos estamos haciendo esto y lo otro y seguramente mañana haremos aquello otro; pero la pregunta acerca de para qué todo eso, es un poco más difícil. Por otro lado, no soy un escritor desmadrado, soy alguien que escribe textos que a veces se desmadran y ya no vuelven. Pero yo vuelvo. Volver también está bueno. Es conocer mi límite. Entre otras cosas, tengo dos hijos que siempre me esperan al volver y que tal vez, alguna vez, escribirán el despadre.

Pasamanos

por Friedrich Fontana

En la esquina de Cerrito y Buenos Aires hay un tipo esperando el colectivo. Está ahí parado y zapatea. No es un zapateo folclórico ni nacionalista; el tipo zapatea porque es así. Cuando espera el colectivo zapatea y al tiempo se hace rulos con la barba; a veces se come las uñas y nunca puede dejar de pensar. No son pensamientos o ideas profundas, creativas, que devengan en la invención de algo. No. Tampoco son pensamientos literarios o estéticos. Son pensamientos secos, como cortados de las sinapsis con filo tan ardiente que la herida cauteriza de inmediato, impidiendo el sangrado. Suele decirse a sí mismo que pensar todo el tiempo le hace mal. Pensar en nada todo el tiempo hace mal.
Es temprano y el frío embota en esa esquina donde el tipo espera el colectivo. Lleva puesta una campera de cuero negro, larga hasta debajo de la cintura, un suéter color ocre y una bufanda larga haciéndole juego con sus medias rojo carmín. En los zapatos lleva doble moño, por las dudas que alguno se desate. El cabello impecable, rasurado y sin pelusas. Sin embargo tiene mal aliento, y él lo sabe. Eso lo irrita mucho.
El tipo sube al colectivo y pasa la tarjera pero algo no sucede y la tarjera queda sin marcar. No sabe qué hacer, jamás le pasó algo así. Nunca. Tampoco imaginó cómo moverse si alguna vez le pasaba, lo cual lo deja paralizado. Se queda allí al lado de la máquina mirándola. Y zapatea. Ve la flecha y la indicación: coloque la tarjeta aquí, en esta dirección. Intenta de nuevo y nada. Su viaje no se marca. Del interior de su estómago un vacío se abre. Siente sus órganos moverse, un palpitar salvaje de las entrañas. Sus piernas se consumen y pierden fuerza. No pueden sostener su cuerpo. Entonces el tipo se agarra del pasamos y mira alrededor como perdido en un túnel de cloacas.
El colectivo sigue viaje y a las dos cuadras vuelve a parar. Sube gente y pronto se amontonan porque el tipo está ahí parado, en medio del paso. Uno se queda a medio camino de la escalera y le grita:
Dale pelotudo, pasa que tenemos que subir.
El tipo se da vuelta y lo mira. Está a punto de llorar.
Lo que pasa es que no puedo marcar el viaje, no sé qué hacer.
En eso el chofer se da por enterado y abre la boca:
Pase señor, hoy viaja gratis.
En la mitad del colectivo hay dos viejas. Una de ellas cuenta que al salir de su casa encontró una paloma muerta y que la noche anterior había escuchado en el noticiero del 3 que la contaminación en la ciudad ya era insoportable. Que las palomas murieran no era el problema. La otra vieja escuchaba con atención, como si un físico cuántico le explicara que si uno juega con una pelotita contra la pared por cierto tiempo, esa pelotita podría atravesar la pared.
Ahora hay que tener cuidado, sentenció una de las viejas. Estas palomas muertas tienen una enfermedad que se contagia por al aire. Ni hablar si sos alérgica. Se te mete todo por la nariz, o por la oreja también, y en un par de semanas empiezan los síntomas. El doctor decía que hasta podes alucinar. ¿Vos sos alérgica Esther?
– Si, soy alérgica a las cosas dulces.
– Ay, que desgracia nena, ¿cómo sos alérgica a las cosas dulces? Eso es una enfermedad más que una alergia.
Sí, mi nieta dice lo mismo. Que ella no podría vivir ni un mes sin comer cosas dulces. Pero yo la verdad ya me acostumbré. Como todo viste. Ahora tengo la presión por las nubes porque le echo sal a todo. Pero bueno, de algo hay que morirse, )no?
Y no sé, si yo podría elegir quisiera no morirme.
Se quedan en silencio. El colectivo para y sube un tipo bastante extraño.
Mirale la cara a ese tipo, pobre infeliz.
Si, la verdad che. No le anda la tarjeta parece. Miralo. No sabe qué hacer el tarado. Pobre tipo. Encima zapatea, miralo vos. )Le decimos algo, lo ayudamos?
Pero no nena, mira si es un loco de esos y te pide plata o te quiere tocar. Dejalo solo, si necesita ayuda algún otro se la va a dar. Y sino que se joda, por infeliz.
Las dos viejas siguen el viaje en silencio. Al rato una se levanta y encara para el fondo. Se va agarrando con firme convicción del pasamanos e intenta decirse que todo está bien, que no hay porque temer. Interiormente siente un pánico inenarrable. Siente que se puede caer y quebrarse la cadera, o romperse la cara contra el piso del colectivo. Toca el timbre y antes de bajar mira al tipo que estaba sentado delante de ellas.
Camina algunas cuadras y encuentra varias palomas muertas. Antes de entrar al super de los chinos ve al pibe que vende películas pinchando una paloma con un palo. Se le acerca y le cuenta el porqué de la situación, con detalles que inventa. El pibe la mira con indiferencia, ascendiendo su mapeo desde los tobillos de la vieja hasta las manos, saturadas de venas azules. Se miran un rato y se odian sin saber porqué. La vieja piensa: este pibe es un desperdicio, todo el día acá afuera, al pedo, vendiendo esas películas de mierda. Sin embargo le sonríe y se va.
El pibe se sienta en un cajón de manzanas que le regaló el verdulero del súper y se prepara un mate con un vaso de plástico que lleva en la mochila. La mañana es fría y todavía no vendió ninguna película. Hoy tiene que hacer 100 pesos como mínimo porque le tiene que pasar guita a su hija. Hace más de 1 mes que no la ve y la mama, esa puta, le dijo que si no llevaba plata ni aparezca. Hoy tiene que hacer más de 100 pesos.
En eso se acerca un tipo con su hijo de la mano. Pasan caminando y se paran en el puesto de películas. Miran sobre el tablón los cientos de títulos que ofrece el pirata. El padre lo mira de reojo al pibe que vende películas y le pregunta de donde las saca. El puestero se persigue y le dice que eso no le importa, que si quiere compre algo y si no se vaya a la mierda. El padre lo mira al hijo y le dice que a estos negros de mierda no hay que comprarles nada, que seguro las roban y que con esa guita se compran droga. Que hay que ir al foco infeccioso y exterminarlos a todos. El puestero se le acerca, sigiloso y le suerte tremenda piña. El padre cae sobre el tablón y las películas se desparraman en el piso.
El puestero se le tira encima y en coordinada secuencia no deja de azotarlo. Con el puño derecho le destroza la nariz y con el izquierdo lo revolea de los pelos.
La china que atiende la caja del super sale a separar y el otro chino, el que repone la mercadería, se le suma. Entre los dos le sacan de encima al puestero que lo amasijó a trompadas. El tipo se levanta, envuelto en sangre, y toma de la mano a su hijo. Se alejan sin decir nada.
A las dos cuadras el nene le pregunta a su papa:
– Papi, ¿por qué te pego ese negro?
– Porque es lo único que saben hacer hijo. Como hablar no pueden les sale irse a las manos, así arreglan todo. Nunca te acerques a gente así, que seguro te van a querer robar o sacar algo. Porque son así, no hay con que darles. Cuando crezcas lo vas a entender.
Siguen caminando y el nene se mete la mano dentro de la campera y saca una película. Parece no saber qué hacer con ella. El papa lo nota y le pregunta:
– ¿De dónde sacaste eso?

– La agarré del suelo. Cuando el negro te tiro arriba del tablón se cayeron varias. Y mientras él te que cagaba a trompadas yo le saqué una película.

Origen y balance de la guerra de 1994. Entrevista inédita al Subcomandante Marcos (en cuatro partes)

– Parte 1/4 –
Durante casi 20 años, y sin motivo aparente, se guardó esta entrevista con el subcomandante Marcos, vocero y jefe militar del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Los primeros días, semanas y meses de 1994 corrían vertiginosamente y los casetes se acumulaban, pues los y las periodistas le plantábamos la grabadora al primer descuido. Y en uno de esos, en la comunidad tzeltal de Prado Payacal, el subcomandante accedió a hablar sobre la estrategia de la guerra, las maniobras y el despliegue militar, sobre los errores de esos días primeros de combates con el ejército federal, los cálculos iniciales, el resultado, el primer balance. Habló del origen de las armas y del equipo, y delineó la primera victoria de un movimiento que hoy cumple 20 años.


También habló del inicio del diálogo con el gobierno, de las primeras sorpresas, de su postura frente a los partidos políticos y de lo que en ese entonces pronosticaban ya los zapatistas para este país.
Los casetes se guardaron y se transcribieron este diciembre de 2013. La entrevista se realizó en marzo de 1994, luego del asesinato del entonces candidato priista a la presidencia, Luis Donaldo Colosio. Marcos concedió en ese momento hablar con el semanario Punto, pero el resultado no vio la luz entonces. Hoy se publica este material inédito de un hombre que habló así cuando probablemente se estaba descubriendo a sí mismo, y le daba a conocer al mundo entero los motivos de su lucha.
¿Cuál es la estrategia militar del primero de enero de 1994? ¿Qué se propusieron?
La estrategia tenía que ser la de un ejército regular, y no la de una guerrilla, porque se contaba con la gente necesaria para hacer esas acciones como ejército regular; de eso dependía que pudiéramos brincar los obstáculos que preveíamos, sobre todo de manejo ideológico del movimiento, que nos acusaran de narcoguerrilla, de extranjeros, de bandidos, y de todo eso con lo que tienen que cargar las guerrillas cuando aparecen.
Era necesario dar un golpe que fuera lo suficientemente espectacular para que no se sostuvieran las tesis que manejan el gobierno y los medios en contra nuestra. Por eso se decide que el ataque sea en las ciudades. No empezar combatiendo como las guerrillas tradicionales, con pequeños golpes en algunos lados a columnas móviles o pequeñas guarniciones, sino ir sobre las ciudades para inmediatamente dar a conocer el movimiento, sus características y su fundamento social.
Se planea empezar con Altamirano, Margaritas, Ocosingo, San Cristóbal de las Casas, y continuar con Oxchuc, Chanal, Huixtán y Comitán. Tres de estos últimos se consiguen: Chanal, Huixtán y Oxchuc y el de Comitán no alcanza a realizarse porque el ataque en todos lados no empieza simultáneamente, sino con horas de diferencia, lo que permite que el enemigo alcance a reaccionar en sus cuarteles-base, en estos casos los de Rancho Nuevo y Comitán, y los periféricos: Tuxtla Gutiérrez, Tapachula, Tonalá, Villahermosa y Tenosique, el cerco externo, como le decimos nosotros.
Con el pensamiento básico de la propaganda armada se decide la estrategia del primero de enero, es decir, no es en términos militares que se decide, sino en términos de propaganda.
La estrategia estaba pensada para el 31 de diciembre a las cero horas, pero se da hasta el primero de enero. No alcanzamos a salir a tiempo. Había unidades que estaban muy retiradas de los puntos de reunión y no llegaron a tiempo el día 31 para iniciar los ataques. Esto ya es parte de los errores. Los ataques en Altamirano y Ocosingo empiezan hasta las seis de la mañana. El primer ataque que se da y el primero que tiene éxito es el de San Cristóbal, a la una de la mañana; después el de Las Margaritas, a las tres de la mañana; luego el de Altamirano, a las siete de la mañana; y el último el de Ocosingo, hasta las tres de  la tarde del día primero. En parte de ese día caen Chanal y Oxchuc; y en la madrugada del 2 de enero cae Huixtán. Esa madrugada ya tenemos siete cabeceras municipales en nuestras manos.
¿Cuál es el despliegue militar, en qué consistió?
No es despliegue, es la maniobra estratégica. Las maniobras militares son, a grosso modo, de dos tipos: las de dispersión o dislocación, que quiere decir que te repartes en el terreno; y las de concentración, que es cuando juntas fuerza en un lado para dirigirla en una dirección. En este caso fue una maniobra de concentración de fuerzas sobre los puntos de ataque, y después de despliegue.
En el caso de las maniobras de concentración, el problema es que tienes tropa dispersa, porque  tu base combatiente es la misma población, su asiento natural no es un cuartel, como el ejército federal, sino su mismo poblado, por lo que para poder tener masa, cantidad de tropa, pues necesitas concentrarla, y para eso necesitas moverla. Y como es el golpe inicial, se necesita hacerlo en secreto. Tienes que cuidar el paso por fincas, por carreteras, y llegar a un punto, concentrar tropa y tratar de moverla con vehículos hacia los puntos de ataque, en este caso a Ocosingo, San Cristóbal, Altamirano y Las Margaritas.
Después de que las concentraciones se dan con disparidad de tiempo, cosa que no estaba en el plan, por supuesto, aunque era una variable que habíamos tomado en cuenta, se dan los ataques, tienen éxito, y luego se da el despliegue de fuerzas para juntarlas otra vez sobre puntos más fuertes, en este caso los cuarteles de Comitán y de Rancho Nuevo. Otra parte de la fuerza se repliega, es decir, se retira a controlar el territorio del que se salió, la plataforma de despegue, en este caso la Selva Lacandona. De la fuerza que atacó Ocosingo, una parte pequeña de la tropa se queda ahí, es la que queda cercada; y la mayor parte de la tropa se regresa a controlar este territorio, que es el nosotros teníamos previsto que si había fracaso en las otras ofensivas, tendríamos que replegarnos para acá.
Se da el despliegue de las fuerzas y empiezan a marchas dos columnas sobre el cuartel de Rancho Nuevo y, ya fuera de tiempo, otra columna sobre Comitán, cuyo ataque tendría que haber sido simultáneo.
Llegan dispares las columnas en Rancho Nuevo. Una está a tiempo y la otra llega después, por lo que no se logra concentrar la fuerza. Hay una patrulla que se adelanta imprudentemente (por el mando que la envía) y choca con el ejército. Ahí perdemos a 14 compañeros, y se desorganiza esa columna, pierden el control los grupos de mando, y empieza una retirada muy desordenada. Otra columna se queda en las montañas del sur de San Cristóbal esperando órdenes, en este caso teníamos que hostigar el cuartel de Rancho Nuevo, para dar tiempo a la tropa que había quedado dispersa a que se retirara en orden para que no la persiguieran; ya había empezado el cerco sobre Ocosingo y teníamos también que aflojar ahí. Entonces, los días 3, 4, 5 y 6 estuvimos peleando en las inmediaciones del cuartel de Rancho Nuevo con ese objetivo, es decir, ya no tratábamos de tomarlo, sino de fijar a la tropa ahí para que no desplegara.
Cuando Ocosingo cae en las manos del ejército federal, nos retiramos de Altamirano y de Las Margaritas, de acuerdo al  plan. Y también la columna que estaba fijando el cuartel de Rancho Nuevo. Todos esos días son de repliegue, hasta que se da el cese al fuego.
¿Entraron a Rancho Nuevo?
No. Es mentira eso de que entramos y que agarramos a no sé quién.
¿Estaba contemplado?
Sí, pero falló la llegada de las columnas. Con una maniobra de pinzas se iba a atacar por dos extremos.
¿Y en conjunto cuales fueron los errores? Mencionaste ya el de Ocosingo, Altamirano, el de la patrulla. ¿Qué fue lo que pasó?
Bueno, la tardanza en el inicio de los ataques en Altamirano y Ocosingo no es un error. En términos militares manda el general clima y el coronel terreno. Tú puedes hacer planes maravillosos, pero el clima es quien te va a permitir hacerlo, y el terreno te va a obligar a hacerlos de una u otra forma. Los verdaderos generales de la guerra son esos, el tiempo y el terreno. En este caso el tiempo jugó en contra nuestra en Altamirano y Ocosingo. Había que sacar tropa de muy atrás, el camino estaba muy malo….todo eso que ves, ahí por donde entraste, todo lleno de lodo. Los vehículos se atascaban y como era mucho trasiego se jodió más el camino. Otra tropa de plano tuvo que irse caminando, diez, doce horas, para llegar a los puntos de recolección ya en la carretera buena. Entonces lo que pasó no es un error del mando.
¿Y errores estratégicos?
Ninguno, tácticos sí. Entre los errores tácticos es que la tropa que estaba en Ocosingo cede los accesos y se encierra en el mercado. Es un terreno que no manejamos. Es decir, tú no puedes llevar a la tropa a pelear donde no sabe pelear, pues la pones en desventaja. Para un ejército popular, que no está bien armado, tienes que llevarlo a pelear en ventaja, cuando estás seguro de que vas a ganar. En Ocosingo, el oficial al mando se encierra en la zona del mercado, y aunque tenían órdenes de retirarse inmediatamente después de que chocaran con el ejército, no lo hacen, se mantienen y luego los cercan, por lo que tienen que combatir en una terreno que no les tocaba, en donde además implicas a la población civil, que es algo que no debes hacer. Esto fue un error táctico. Y los errores tácticos en las guerras se pagan con muertes, los estratégicos con muertes y con retrocesos gigantescos, no sólo la gente que se te muere, sino además la forma en la que queda tu ejército o tu organización para hacer lo que sigue, lo que tienes planeado, lo que puedes hacer después.
¿Otros errores?
No, pues fueron pequeños, sin consecuencias. Órdenes incumplidas, como que no se destruyeran los palacios municipales hasta que se hubieran abandonados. Hubo varios que fueron destruidos a la entrada en lugar de a la salida. Pero esto es comprensible, porque para los compañeros significan el centro del oprobio, donde vive el gobierno que tanto los despreció, humilló y maltrató. Por eso es comprensible que no se pudieran controlar, pero no deja de ser un problema en un ejército que no se pueda controlar en determinado momento a la tropa. Pero eso no tuvo consecuencias. Ocosingo sí.
¿Hubo después un Tribunal de Guerra donde se evaluaron estos errores? ¿A qué se llegó? ¿Para qué fue el Tribunal?
Los Tribunales de Guerra se conforman bajo determinadas circunstancias, es decir, no existen más que para un caso concreto. Uno fue el de Absalón Castellanos, lo que se iba a hacer con él, sabiendo que había que juzgarlo. Y los demás fueron de indisciplinas o faltas a los reglamentos que hubo en los combates, o lo que pasó después, como indicaciones que dieron los mandos y no se cumplieron, o que ya estaban de por sí en las leyes y no fueron cumplidas. Por ejemplo, está prohibido que los militares cobren impuesto de guerra, pues tiene que hacerlo una autoridad civil del poblado o de la región, y hubo oficiales que estuvieron cobrando impuestos de guerra. Tres. Claro, lo entregaban al poblado, pero como quiera no les tocaba eso. Lo tienes que señalar porque si dejas el precedente luego lo pueden seguir haciendo y se puede colar la corrupción o el bandidaje, es decir, que tengas un ejército en el que una parte se convierte en una gavilla de bandidos que luego se dedique a robar, en este caso bajo la bandera zapatista. Por eso se tenían que señalar y sancionar estas conductas.
¿Y el armamento de dónde viene?
Armas viejas, pedaceadas, algunas que se consiguieron ya rotas, descompuestas, de la Segunda Guerra Mundial, fueron reconstruidas por compañeros del servicio de materiales de guerra, los armeros. Ellos agarraban la pieza y con manuales y diagramas fueron probando la forma de acomodarlas, hasta que quedaban listas. Y así arreglaban otra y otra. El principal trabajo de ese servicio era arreglar armas viejas que estaban descompuestas, rifles 22, chimbas, escopetas de taco que ya tenían mucho tiempo en los poblados y que las tenían los compañeros en los poblados.
¿Y también las demás armas las perfeccionan? ¿Las modifican?
Ahí lo que hacíamos era convertir armas semiautomáticas en automáticas, de ráfaga. O se les hacen arreglos para francotirador, o para lanzar granadas. Estos son arreglos más fáciles.
¿Y todo esto cómo lo aprendieron?
Es la misma historia que no crees tú ni nadie, que es la de los manuales. La vieja técnica del método del ensayo y el error. Se hace una pieza, se prueba, no sirve, se vuelve a hacer y así hasta que queda.
¿Fabrican explosivos?
No. No tenemos material para fabricarlos. Los explosivos que tenemos son los que le quitamos al enemigo en combate. El único explosivo que no es explosivo es la pólvora, que se usa para cohetes y cohetones. Es fácil de hacer, pero no es muy eficaz como explosivo. Hace ruido pero no tiene poder destructivo. No es como la dinamita.
¿Minas?
Las minas sí, con la dinamita que le decomisamos al enemigo. Hacer una mina no es problema, el problema es el explosivo para que truene, para que haga daño, para que chingue un tanque o un camión.
¿Granadas?
Granadas de mano fabricamos algunas. Otras conseguíamos (inertes), que se anulan para que no exploten, las reparábamos y las rellenábamos de pólvora. Y les cambiábamos el mecanismo de acción, no es el stoping que usan las granadas modernas, que se los quitas y automáticamente se encienden, corre un tiempo y explotan. Nosotros las usamos con mecha, así como en las caricaturas, nada más que el cuerpo es de una granada normal, pero el contenido explosivo no es el plástico que usan las granadas, igual su poder destructivo es más limitado.
¿De dónde sale el dinero para comprar todo eso y hacerse un ejército regular?
El despegue sale de los mismos compañeros o gente que colaboraba en las ciudades. Es relativamente barato el inicio del Ejército Zapatista. Quiero decir, éramos pocos hombres y prácticamente lo único que se compró fueron los parques, las balas. Porque las armas se fueron recolectando de varios puntos, armas viejas, carabinas M, rifles 22, armas usadas que había por varios lados. El problema era el parqueo y ahí sí se gastó. Pero el gasto mayor era la alimentación porque no había entonces apoyo de los pueblos, y había que meterla desde la ciudad. Pero como era una unidad pequeña que tendía a ser autosuficiente, tenía que aprender a vivir de la montaña, comer de ella, y cuando se aprendió esa carga económica bajó.
En esa primera etapa se hace el trabajo de sobrevivencia y ahí se resuelve la dependencia de la línea logística, que es cómo se alimenta tu tropa. La línea que viene de la ciudad es muy vulnerable porque la pueden agarrar en un retén o cortar simplemente con un cerco y ya te chingaron. Entonces, cuando puedes resolver que el mismo terreno te de comer, acortas tu línea logística. Un ejército con esa línea corta, es fuerte, uno que la tiene muy larga es débil, porque es muy vulnerable. Cuando nosotros nos adaptamos a la montaña, acortamos la línea, y eso evitó también que fuéramos detectados, pues no hay mucho trasiego de gente, ni de medios, ni de equipos de la ciudad al campo.
Luego se pasa a la etapa política y entonces se amplía la línea logística, que se hace más rica, más grande, y ahí es donde ya es posible ampliar la línea de combatientes, sin recargarse en la línea logística de la ciudad, porque puedes mantenerlo con el mismo apoyo de los pueblos, y lo puedes hacer porque es la misma gente de los pueblos la que se incorpora. Eso es lo más difícil de un ejército, darle de comer y un lugar dónde moverse, vivir pues.
Del lado de los equipos, nosotros ya habíamos probado equipos comerciales que no servían en la montaña, como los que usa el ejército federal o el ejército norteamericano, o el camping, los equipos que usan los exploradores, boy scouts y todos esos…o los periodistas, como esa bota que traes ahí…
La bota es lo más importante de una guerrilla, el calzado, y ese sí no te lo puede dar la montaña, por lo menos en una primera etapa. Tendrías que pasar a la etapa del apoyo de los poblados para curtir piel, y poner a alguien a aprender zapatería y conseguir los materiales. Esto se hace y se manda gente a que aprenda. Sigue siendo pequeña la columna y no se batalla en hacerlos, pues no tienes que conseguir muchos pares, ni de uniformes, en el caso de la costura.
También sabíamos que la ropa que no sirve es la ropa de algodón, se pudre muy rápido. La mezclilla tarda mucho en secarse y no sirve para la montaña. El naylon es más resistente, no se pudre y tarda poco en secarse en un territorio en el que llueve nueve meses al año y los otros tres meses te llueve adentro, porque sudas mucho. Para esto hicimos un taller de costura también en comunidades. Se hacen en varios poblados cuando empiezan a entrar muchos combatientes milicianos e insurgentes. La tela se compra por varios lados, de tal forma que no se detecte que alguien está comprando mucha tela del mismo color. Pero aunque así fuera, como no es una guerrilla actuante, es difícil pensar que eso se está formando.
El naylon, los techos donde vivimos, los compramos en cualquier mercado. Con eso te proteges de la lluvia. Y las hamacas las tejemos nosotros, sólo comprábamos el hilo. Cada uno que llegaba tenía que tener su hamaca.
Es una guerrilla barata.
¿Pero de dónde sale el dinero para comprar todo eso que es barato?
En la primera etapa, como te digo, sale de las colaboraciones de los compañeros que tienen empleo en la ciudad, o familiares de gente que no sabe para qué va el dinero.
¿Y para las armas?
En la segunda etapa, cuando ya entran más compañeros en los poblados, están las armas que de por sí tienen. Y por otra parte las que empiezan a comprar algunos pueblos que pueden hacerlo porque tienen ganado o cafetal en colectivo. Ellos juntaban el dinero, nos lo pasaban a nosotros, y ya alguien de nosotros se encargaba de buscar dónde conseguir esas armas. Es ahí donde se hace el contacto con gente del antinarcotráfico, que son los que daban los golpes a los narcotraficantes y luego revenden las armas. Ahí se consiguieron armas baratas, porque son “negras”, es decir, ya tienen el antecedente de que fueron usadas y nadie las quiere, y por eso bajan de precio. Las armas limpias, que nadie ha usado antes, son más caras. Así se logran conseguir algunas armas de calibres grandes, pero sobre todo parque, que es el coco de cualquier guerrilla. Ahí el problema de las armas no es grande, porque el terreno juega del lado nuestro.
Cuando se da la orden del Comité de que hay que atacar las ciudades, ahí sí tienes un problema porque ya el terreno no juega de tu lado, entonces se hace un trabajo de infiltración e investigación, de inteligencia militar, para ver dónde hay armas. Infiltramos a las guardias blancas de los finqueros y hacemos una especie de retrato hablado de todas las fincas, hasta saber incluso en que cajón están las armas. Esa información la usamos el 31, cuando todos los finqueros estaban en las ciudades celebrando el año nuevo. Fue una operación limpia, rápida, porque ya sabíamos dónde mero buscar, y obtenemos así varios cientos de armas.
Luego, apoyados en la sorpresa del golpe inicial, recuperamos otros cientos de armas ya de calibres del ejército y de la policía.
¿Se arman más entonces prácticamente después del primero de enero?
Sí. Definitivamente. El 31 de diciembre es cuando tenemos potencial de fuego. Antes, no. Sí teníamos armas adecuadas para el terreno en el que estábamos, pero no para lanzar un ataque de tal envergadura. De hecho, los ataques de las ciudades dependían de esa peinada a las fincas.
¿A más de dos meses de la guerra, cuál es el balance que hacen?
A nivel estratégico es una victoria. Es decir, aunque perdimos algunos combates, por ejemplo el de Ocosingo, mantenemos el control de un territorio todavía, a casi tres meses del inicio de la guerra. En inferioridad numérica y de medios, damos a conocer nuestro movimiento, nuestras demandas, su base social, y brincamos todas las acusaciones de narcoguerrilla y la de los extranjeros que ya nadie se la traga, aunque todavía alguien lo suelta por ahí. En ese sentido, el problema se desplaza de quiénes son, a si es bueno o no el camino. Es decir, ya nadie cuestiona las causas que originaron el movimiento. Todos aceptan que hay condiciones sociales muy lacerantes, una situación política muy asfixiante, que hacen hasta cierto punto lógico que pase lo que pasó. Entonces la discusión se desplaza a por qué con las armas, por qué no mejor el diálogo y todo eso. Todo esto le da mucho oxígeno a un movimiento armado, eso te hace brincar etapas donde primero tienes que convencer a la gente de que no eres extranjero, no eres narcotraficante, no perteneces a una facción del gobierno, que sí tienes base popular. Y eso ya te pone frente a otros problemas. Nosotros le jugamos eso, le apostamos a brincar etapas y ponernos de lleno ante la sociedad como interlocutores. La sociedad es la que pregunta entonces quiénes son y qué quieren. En este sentido, creo que lo logramos, que tuvimos un éxito estratégico, sobrevivimos, existimos, aunque nuestras posibilidades militares son muy limitadas, nuestras posibilidades políticas son gigantescas, envidiables, diría yo, para cualquier otro movimiento.
Nuestro análisis político sobre la situación en la que íbamos a estallar se quedó corto. Calculábamos que había descontento y que iba a atraer simpatías el hecho de que alguien se levantara a protestar, pero no a tal grado de lo que ocurrió.
Luego viene la etapa del diálogo, que es la que nos agarra de sorpresa.
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“Nosotros no queremos un cambio de nombres”. Entrevista al subcomandante Marcos (en cuatro partes)

– Parte II/IV –
En esta segunda parte de la entrevista realizada al subcomandante Marcos en marzo de 1994, en la comunidad tzeltal de Prado Payacal, en la selva Lacandona, el jefe militar y vocero zapatista se refiere a sus primeros encuentros con la sociedad civil y a los motivos que llevaron al EZLN a entablar el primer diálogo con el gobierno, luego de los primeros días de la guerra. Marcos habla también de las primeras “bajas” en el entonces gobierno de Carlos Salinas de Gortari y de sus ajustes internos después del asesinato de Luis Donaldo Colosio y, posteriormente, retoma la historia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, su origen y formación en las montañas del sureste mexicano.


El inicio del diálogo con el gobierno y con la sociedad civil
El mismo revuelo que causó la guerra hace que el gobierno busque saber también qué está pasando. No creemos que el gobierno haya querido llegar a un acuerdo de paz, sino saber quiénes éramos y qué pasaba, saber porqué no nos podía acabar como le habían prometido los militares.
Al mismo tiempo, en la sociedad se empieza a generar esa misma expectativa: saber quiénes son, y buena parte de ella pide que se busque otro camino, dice que sí son justas las causas, pero que se busque el camino político; otra parte pide que nos presentemos para saber quiénes somos, para conocernos, para ver si somos lo que decimos que somos o somos otra cosa. Y ahí es donde nosotros decidimos presentarnos al diálogo, sin ninguna esperanza respecto a la respuesta del gobierno, pero queríamos hablarle al país de otra forma y por otros medios.
Y luego viene la etapa posterior al diálogo, donde se polarizan muchas fuerzas que estaban subyacentes hasta antes del diálogo. Parecía que sí había consenso por la paz, y luego se ve que no, que hay sectores de la población que quieren la paz, pero la de antes, no una nueva paz. Se ve que por lo menos una parte del gobierno no está interesado en la salida polítíca, sino sólo en ganar tiempo, en esperar el momento oportuno para una solución militar. Entonces se deteriora mucho el clima político para una solución negociada, y la culminación es el asesinato de Luis Donaldo Colosio.
¿Las cabezas que han caído, la de Elmar Setzer (gobernador del estado), la de Patrocinio González (secretario de Gobernación); la de José Córdoba Montoya (brazo derecho de Salinas de Gortari), forman parte de ese balance?
Tal vez la de Córdoba, pero la de Patrocinio y la de Setzer responden a ajustes de cuentas internos más que a presión nuestra. Patrocinio tenía encima que era el encargado de Gobernación y debería haber sabido lo que estaba pasando, y además fue el gobernador de Chiapas cuando nosotros estábamos creciendo. Por qué no se dio cuenta, o si se dio cuenta por qué no dijo nada y si sí dijo por qué no lo escucharon. Alguien tenía que pagar por eso y le tocó a él. Lo de Setzer, pues fue por sus torpezas, por cómo se manejó al principio del movimiento. Ellos pensaron que para que nosotros nos sentáramos a dialogar había que mandar una señal, en ese caso la de quitar a un gobernador duro.
¿Y la de Córdoba?

Yo pienso que viene del deterioro del ambiente, en el que una parte es lo que hizo el EZLN, pero no todo. Está el propio asesinato de Colosio. Córdoba ya tenía entonces dos errores grandes, el del EZLN, por supuesto, y luego el de Colosio.
La participación del EZLN en esos cambios dentro del gobierno es mínima. Luego dicen “bueno, ya lograron muchas cosas, ya cálmense, tranquilícense”, pero como quiera todo eso que ha pasado no le hado ni democracia, ni libertad  ni justicia a este país, que es lo que nosotros queremos.
Nosotros no queremos un cambio de nombres. Si sigue sin haber cambios profundos que propicien una democracia, el ejercicio de la libertad política y como consecuencia el cumplimiento de la justicia, porque si no la cumples pues te quitan y ponen a otro, que es la presión que debe tener cualquier gobernante, pues entonces no hay un cambio. Tienden mucho los periodistas y algunos politólogos a ver en todo esto cambios estructurales, pero nosotros, de veras, no lo vemos así.
¿Cuáles son sus expectativas en estos momentos?

La expectativa de este movimiento es triunfar, lograr que en este país haya democracia, libertad para escoger una u otra forma de gobierno o sistema social o como le llamen ahora, y un equilibrio inicial de los factores sociales y económicos, hasta lograr una justicia real.
El movimiento tiene la perspectiva de, por lo menos una parte, seguir creciendo en la clandestinidad; mientras la otra también se mantiene clandestina pero visible en el sentido de que ahí están, están armados, poseen un territorio, quieren tal cosa y pueden atacar y defenderse. Otra parte, los topos se preparan para cuando nos golpean a nosotros tomar ellos el relevo.
¿Y qué hay en el resto del país?
Algunos puntos sueltos de simpatizantes…La parte que es mero del ejército, sobre la que se fincó el EZ, es muy pequeña, no podemos decir que sea del país, aunque tiene ramificaciones, es muy ralita, como la barba.
Ya después del primero de enero, pues aparecen simpatías por varios lados, pero en el nivel declarativo o en el de ayuda, sin implicarse.
¿No hay organización zapatista en el resto del país?
En el sentido clásico del término, no. Hay como una base de despegue, muy, muy pequeña. 
¿Sólo en el centro?
Yo no dije que era en el centro. No, no está en el centro.
La formación del EZLN. Sus primeros pasos
En la formación original del EZLN coinciden dos factores, por un lado un grupo de personas de origen citadino, pequeño, unos diez o doce…Digamos que eran 12, que venían de los fracasos en movimientos pacíficos o legales, consideraban que estaban agotadas las vías para un cambio democrático, gente del 1968, del 1971, de los choques populares de protesta, con la expectativa de que la lucha fuera un camino, entre otros, para cambiar el mundo. No en el sentido de la lucha armada como un todopoderoso, que por sí sola generara un cambio, en ellos no estaba esa concepción. Eso fue hace diez años.
Por otro lado, un grupo indígena, campesino, del sureste de Chiapas, también en el mismo proceso, pero sin preferencia con la lucha armada, sino en el sentido de abrir cauces democráticos ante la imposibilidad de la lucha legal, con condiciones de vida muy pobres y con un sector social integrado por los finqueros, los ganaderos, los terratenientes, muy beligerantes contra ellos, en fin, lo que ahora es Chiapas, lo que ahora ustedes descubren en Altamirano, desde hace muchos años así era.
Estos dos grupos, los de la ciudad y los indígenas, se plantean la necesidad de preparar la lucha armada. Desde el inicio en el primer grupo, el que es citadino, urbano, se maduran las experiencias de las guerrillas de los setentas, la concepción del foco, el balance de guerrilla urbana y de guerrilla rural, el movimiento urbano que crecía con acciones de propaganda y se solventaba económicamente con secuestros, con recuperaciones. Digamos que es la línea muy esquemática, con muchos matices de la experiencia guerrillera de los setentas, muy golpeada por la represión, desmantelada casi en su totalidad.
Este grupo pensaba que no, que la guerrilla no podía nacer de un foco, que era algo que había preparar, que su parte primordial, su columna vertebral, era el apoyo de la población, que no necesariamente se manifestaba en el momento del enfrentamiento armado, sino desde su preparación.
La cuestión económica, el financiamiento de esta guerrilla en esta nueva concepción, no podía venir de acciones de este tipo, que pusieran en riesgo la vida de los compañeros o del personal civil, como los secuestros o asaltos con fines terroristas. Entonces se recurría a la colaboración. Era una organización muy pobre económicamente, se sostenía con lo que cada uno podía aportar, según sus medios o el trabajo en el que estaban como profesionistas, maestros, etcétera.
Confluyen dos necesidades: Por un lado la necesidad de la autodefensa frente a un sector social compuesto por los finqueros y el gobierno estatal y municipal que los favorecía, y que los protege todavía. Y del otro, una nueva concepción guerrillera en México, tan nueva que no se viene a conocer hasta el primero de enero de 1994, porque su novedad estaba en que no supeditaba su aparición al hecho de actuar, sino a que estuviera preparada para hacerlo. La forma de financiamiento fue de tal forma que el aspecto militar correspondiera al aspecto político, es decir, tú crecías tanto como el mismo pueblo te abastecía, no recurrías a otros medios para conseguir apoyo económico, recursos o equipo. Eso hace que esa concepción sea a muy largo plazo, o al plazo que marque su mismo crecimiento político. Y es eso lo que marca la línea militar nuestra, tan antimilitar en ese sentido, donde no se le da tanto peso al aspecto militar, sino al político.
Pues bien, esas dos formas confluyen y se plantean el problema de dónde. Finalmente, si tú quieres preparar un grupo armado, entrenarlo, pues tiene que ser un lugar que reúna ciertas características para no ser detectado, porque tu propósito es justo que no te descubran, lo que quieres es prepararte, no enfrentarte. Entonces el grupo de indígenas campesinos de Chiapas, muy avanzado políticamente, una especie de élite política, dice “vénganse para acá, aquí hay condiciones”. Y es así como entra el primer grupo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, en 1983.  Ahí dicen, “bueno, nos vamos a alzar y nos vamos a llamar Ejército”, porque la aspiración era a no funcionar como guerrilla sino plantear una estructura de ejército regular, pensando en que la tirada era aglutinar grandes contingentes armados y no grupitos que estuvieran haciendo acciones terroristas. Zapatista, por la expectativa de los compañeros del campo, con todo el problema de la tierra que es muy agudo en el estado. Y de Liberación Nacional porque siempre se planteó que la lucha fuera nacional, y que se articularía con otras fuerzas para un movimiento más amplio, revolucionario.
Así llega el primer grupo a la selva y se empieza a trabajar en el aspecto militar. Hay que estudiar manuales norteamericanos y mexicanos de instrucción militar, primero guerrillera. Agarramos los manuales de contrainsurgencia norteamericanos y luego los mexicanos, que en realidad son sólo una traducción de los primeros. Y empezamos a aprender a vivir en la montaña, a caminar, a cargar, a conocer las rutas, el terreno, los animales, sus huellas, su olor. En fin, toda la lógica dentro de la selva. En la selva de la que te estoy hablando no hay poblados, nadie se mete ahí, ni siquiera los campesinos, porque es muy hostil, muy agresiva. La montaña te hace de nuevo o te avienta para afuera.
Pasaron varios años en los que el grupo que está en la montaña vivía del grupo que estaba en la ciudad, con la ayuda de ese otro grupo de indígenas que es el que apoya en pasar las cosas hasta la montaña, a un lugar en el que nosotros pasábamos a recogerlo.
De cualquier forma nosotros tratamos de no depender del alimento que mandaban de la ciudad, porque sabíamos que en cualquier momento se cortaba. Por eso le dábamos mucho a la cacería y al conocimiento de plantas que hay en la montaña, y así poder balancear un poco la alimentación que teníamos.
Lo que sigue es que el grupo de indígenas empieza a hacer el trabajo político, explicando en los pueblos que en determinado momento se va a necesitar la lucha armada, porque el gobierno no hace caso, y que eventualmente se van a agotar los caminos legales, las vías pacíficas para resolver los problemas. Y en un caldo de cultivo donde los ganaderos y los finqueros son muy agresivos, esta idea empieza a prender, pero todavía muy lento.
La concienciación sobre las condiciones de vida es tan evidente que no necesitas explicar más. En este caso, el trabajo político consistía en explicarles que había que contemplar una forma más de lucha, en este caso la lucha armada. En esos momentos el contacto sigue siendo muy cuidadoso, compartimentado, y así se va creciendo poco a poco, lo que hace que se alargue la vía de abastecimiento, y que sea más fácil meter y sacar cosas, porque más gente colabora. Y empiezan a aparecer colaboraciones espontáneas, nos mandan tostadas, alguna fruta, lo que se da en las casas de los compañeros, y un poco de café. Primero todo esto se mandaba hasta determinado punto, ahí lo dejaban, y sin que ellos supieran quién lo hacía, uno de nosotros bajaba y lo pepenaba, y lo llevábamos a otro lado, a donde estaba nuestro campamento.
La cosa era tan limitada que la tostada la guardábamos para una fiesta, por ejemplo para el 8 de marzo, para el primero de mayo, 20 de noviembre, esos días nos tocaba una tostada a cada uno y tomábamos café también. En ese tiempo los compañeros de los pueblos, que eran pocos aún, querían conocer personalmente a quienes estaban ayudando.
Y ahí hay otro cambio respecto a guerrillas anteriores, porque les damos paso a los campamentos, que se supone que es algo que no debe hacer la guerrilla, por seguridad y por otras cosas. Pero ellos llegan a los campamentos y empiezan a pedir instrucción militar, algo muy elemental porque nosotros estábamos más dedicados a aprender a vivir de la montaña y apenas estábamos aprendiendo de los manuales posiciones de tiro y orden cerrado (lo que hace que una unidad militar se mueva como colectivo). Entonces llegan ellos y nos dicen “por qué no me enseñas eso”. Y a partir de ese momento ya no nada más entregan la carga, sino también llegan a aprender. Y como nosotros llevábamos una vida muy intensa, le sacábamos provecho al día porque dependíamos de la luz del sol, en las tardes y en las noches nos sentábamos a platicar, y ahí los que habíamos leído algo pues les platicábamos a los demás. Era un especie de seminario, como dicen ustedes, y a cada quien le tocaba exponer un tema. Y entonces los compañeros empiezan a meterse también en esa dinámica, en esa forma de aprender la política, sobre todo la historia de México.
Ahí se empieza a tejer entre nosotros y ellos una relación muy grande, muy unida, muy difícil de romper.
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“¿Cómo es posible que hayamos estado tantos años muriendo y no nos hayan descubierto?”. Entrevista al Subcomandante Marcos (en cuatro partes)

– Parte III/IV –
En esta tercera parte de una larga entrevista con el subcomandante Marcos, realizada a menos de tres meses del inicio de la guerra del primero de enero de 1994, y dada a conocer en el marco del vigésimo aniversario del levantamiento, el jefe militar del EZLN se refiere a la conveniencia del gobierno, que ya los había descubierto desde mayo de 1993, para guardar silencio y no entorpecer las negociaciones del Tratado de Libre Comercio. Marcos continúa desmenuzando la formación clandestina de los zapatistas en las cañadas de Chiapas, los elementos que detonan su crecimiento en la selva, la incorporación de los poblados a sus filas y el desprecio del gobierno que los permite moverse sin ser descubiertos.


 ¿Qué detona el crecimiento del EZLN en las cañadas?
Pasan dos cosas aquí en la selva: una es la amenaza de desalojo por la brecha en la Selva Lacandona, que es cuando se dice que van a desalojar a los pueblos para que todo quede como propiedad de los lacandones,  y que ya nadie se pueda meter; y la otra es un asalto de los finqueros a un poblado, matan gente e incendian el poblado, armados. Esas dos cosas hacen que un buen porcentaje de la gente diga: “hay que armarse para defenderse porque van a venir a hacer el desalojo”. De hecho hay soldados que acompañan a los ingenieros que están haciendo la brecha lacandona en esa época, para que no les pase nada; entonces empiezan a entrar más y más los soldados. Y los compañeros empiezan a identificar al soldado federal con el gobierno que los quiere sacar.
Por otro lado,  está la necesidad de defenderse de los finqueros, ya demostrada en los hechos y con la muerte de varios campesinos. Es ahí donde ese grupo que está creciendo todavía muy poco tiene una posibilidad de presentar su opción de manera más rápida, porque ya en los pobladores está la inquietud de que hay que armarse y hay que prepararse.
Por supuesto, no hay nada de que vayamos a tacar las ciudades, ni a tumbar el gobierno ni nada de eso. Está el sentido de que hay que defenderse de lo que nos quieren hacer. En ese momento, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional empieza a crecer muy rápido y a abarcar mucho territorio.
¿Es por eso que dicen que el gobierno los hizo crecer?
Exactamente. Pero todavía estamos en la montaña, en la selva –quiero decir, muy adentro, en zonas despobladas. Cuando ese contacto con esas dos medidas –la brecha de la selva y la ayuda de los finqueros- hace que poblados de Las Cañadas entren a la organización con colaboradores, es cuando nos dicen: “vénganse acá, porque van a venir los soldados o los finqueros; vénganse a pelear con nosotros, enséñennos y peleen junto a nosotros”. Entonces nos sacan de la selva y nos jalan a las sierras de más por acá, no mero aquí sino una que está más allá, donde hay más poblados. En ese momento es cuando empezamos a entrar a las comunidades, y ya no pasamos de noche ni le sacamos la vuelta, sino que pasamos en medio de ellos. Y loque  antes era una plática, cuando alguien llegaba y te decía que los hombres de la montaña saben pelear y que están armados, pues de pronto lo ves. Y ven esa realidad de un ejército desnutrido, jodido, pues estábamos todos bien vergueados por la vida de la montaña, pero algo había en nosotros que ellos se daban cuenta, y era la decisión de pelear con las armas hasta donde fuera necesario.
Nos reciben muy bien, nos colocan en lugares donde nos puedan proteger para que no seamos detectados y ya ellos pueden llegar más seguido; no tan lejos como donde estábamos antes, a ayudarnos con alimentos y también a recibir instrucción político y militar.
Además del armamento, está la organización en centros de salud, en hospitales, escuelas, talleres, todo eso, ¿cómo se arma todo lo que giraba alrededor de la conformación del ejército?
En el planteamiento del ejército regular no se trata solamente de la fuerza combatiente, sino de lo que se llaman los servicios de apoyo: comunicaciones, sanidad y armería, el trabajo de hacer y repara armamento. Había que prepararse también en ese sentido. En esas condiciones de salud, no podías quedarte con los brazos cruzados y ver cómo se moría la gente, así es orientabas desde un principio tus servicios de salud a atender también a la población con campañas. De hecho, las únicas campañas de salud que hubo en esta parte de Chiapas en esa época fueron las de los profesionales de la violencia. Hacíamos campañas de vacunación, de letrinas, de saneamiento, lo que podíamos hacer según nuestros recursos.
El servicio de sanidad empieza así, como empezó también lo militar. Empiezan leyendo libros de sanidad, como ese que se llama Donde no hay doctor, cosas muy elementales, primeros auxilios, y el contacto con los pueblos y las enfermedades que había hacen que empiecen las campañas de sanidad. Hay ciertos grupos que entraban al Ejército Zapatista al servicio de sanidad, sobre todo las mujeres. Y luego el servicio de comunicaciones o de transmisiones se hace con los radiecitos de banda civil. Se aprende a usarlos y a repararlos leyendo manualitos de electrónica. Y luego el servicio de armería, que empieza reparando, haciendo piezas que se rompían de una arma u otra, estudiando los manuales gringos para ver cómo está formada un arma y como funciona, hasta que se fueron especializando más  y pudieron fabricar armas.
Hablabas también de que necesitaban tener taller de ropa y de otras cosas
Ahí vamos a la siguiente etapa. Como esto se masifica, entonces vienen las demandas de uniformes, de calzado –como está desde el principio el planteamiento de que sea un ejército regular- lo del uniforme te lo pide la Convención de Ginebra. Entonces los talleres de costura se organizan igual que como se consiguen las armas: se junta el colectivo, consigue su dinero, y en lugar de comprar un arma compra una máquina y tela, y empiezan a hacer la ropa, los pantalones, las camisas, las gorras.
¿Cómo es posible que todo esto no haya sido descubierto durante diez años?
¿Cómo es posible que hayamos estado tantos años muriendo y no nos hayan descubierto?
Eso sí lo sabían. No les hacían caso o no les importaba, que es diferente.
No, de veras, no lo sabían, no les interesaba.
¿Lo desconocían o lo querían desconocer?
No les importaba, Gloria. Era como el proceso electoral. Las casillas electorales llegaban a la cabecera de Ocosingo y ahí se llenaban, nunca entraban a la selva, ni siquiera para hacer la finta.
Todo eso estaba pasando aquí y a nadie le interesaba lo que pasaba: si la gente vivía, moría, se organizaba o no, porque además es un movimiento que no se manifiesta, sino que se está preparando, y como no hay ataques al ejército –porque el ejército entra varias veces y nosotros nos replegamos, lo dejamos pasar, lo dejamos salir y no nos encuentra. Y no hay invasiones de tierras porque no las promovemos. No hay nada, pues, que diga que esos rumores que se oyen es una guerrilla, porque las guerrillas no hacen eso. Las guerrillas atacan cuando hay soldados o promueven invasión de tierras.
Nada coincidía con nuestros esquemas, Y nosotros llegamos a tener membresías muy grandes. En 1991 hicimos una concentración de 5 mil hombres dentro de la selva, de varios lados que llegaron en ese entonces, en un sólo punto. Hicimos una fiesta, como la que viste el 8 de marzo, pero eran 5 mil y no pasó nada.
Cuando se empieza a hacer más fuerte el rumor (de la guerra) es ahí por el 93, y no es por nosotros, es por otros grupos allá por Altamirano. Otros grupos de organizaciones campesinas que desde un inicio usan la lucha armada como autodefensa. Cuando chocan, entonces cuando los finqueros empiezan a denunciar la guerrilla, pero se refieren a otras comunidades donde están grupos como la OCEZ.
Cuando nos descubren el campamento aquí, en mayo del 93, los finqueros se sorprenden porque, según ellos, el campamento estaba por Altamirano, porque ahí estaban los rumores, nunca se imaginaron que estaba aquí adentro.
Y en realidad ahí es cuando el gobierno y el ejército se dan cuenta. En mayo del 93.
¿Y por qué crees que no se haya hecho nada?
Por el Tratado de Libre Comercio.
¿Nada más por eso?
Había otras variantes ahí, estaba el asesinato del obispo Quesada, el autogolpe de Estado en Guatemala, todo en los mismos días. Pero yo pienso que en el campamento que nos descubrieron hubo elementos que llevaron al gobierno a darse cuenta de que lo que ahí pasaba tenía apoyo, mucho apoyo, y que al chocar con ese grupo necesariamente iban a tener que tocar a los poblados, pues era difícil hacer un golpe quirúrgico. Ese iba a ser el costo político, el que el gobierno pagó ahora el primero de enero y quiso evitarlo antes del Tratado de Libre Comercio. Y sí lo hizo.
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“Nunca nos van a poder aniquilar”. Entrevista al Subcomandante Marcos (en cuatro partes)

– Parte IV/IV –
En esta cuarta parte de la entrevista hasta ahora inédita con el subcomandante Marcos, el vocero del EZLN habla sobre las condiciones que llevan a los indígenas mayas a tomar la decisión del levantamiento armado, de las tareas que le corresponden a él como jefe militar subordinado a un órgano colegiado, de las contradicciones de esta relación dentro de un ejército, de su decisión de seguir armados luego de las conversaciones de Catedral con el gobierno de México, de las reformas constitucionales y de la vía electoral como una forma de lucha más, aunque los zapatistas, dijo desde marzo de 1994, jamás participarían.


¿En 1992 qué se decide?
En 1992 vienen los 500 años. Ahí entra un elemento ideológico muy fuerte. El hecho de que los 500 años se empiecen a manejar en las comunidades no como del descubrimiento, sino de la resistencia, hace que muchos de los compañeros, si no todos, empiecen a retomar las luchas de resistencia anteriores y a plantear que hay que tomar el ese ejemplo, el de los antepasados.
Pasa octubre del 92 ellos ya tienen el mando, y empieza el run run de que ya no queremos seguir así, ya queremos empezar, ya basta. Y es cuando se organiza la primera consulta, en 1992, con todo el ambiente de la celebración de los 500 años pero como resistencia, como protesta, con todo esto que se ha conocido.
Se hace la consulta y se le pregunta a cada uno de los pueblos qué piensan, si ya es el momento o no, pros y contras. La mayoría de los pueblos, ya apabullantemente, dicen que sí, que ya es el momento. Ahí se llega el 93. En enero se juntan los comités y ponen el plazo y ahí se decide, en el 92-93, ya no esperar, y es donde se obliga al Ejército Zapatista a pasar de la autodefensa a la realidad de un ejército, atacar y defenderse. En 1993, en enero, ponen el plazo: en este año o nunca.
¿Y cómo eligen la fecha, por qué el 31 de diciembre?
La fecha no se elige. Ellos están discutiendo el levantamiento, algunos dicen que se ponga la fecha ya, que ahí cuando están reunidos se diga a tal día y a tal hora nos vamos a alzar. Otros dicen que no, porque a algunos se les va la lengua, y toman trago o cometen indiscreciones, y entonces, si se va a saber tal día, lo va a saber el enemigo y van a estar prevenidos, sobre todo los finqueros, porque había que salir de aquí para atacar las ciudades.
Es ahí cuando me dicen: vamos a dar un plazo en este año y tú escoge la fecha, entonces prepárate y prepáranos para ese día. Y cuando tú consideres que ya estamos listos, hay que lanzarse; nada más no te aceptamos que pase de este año, tiene que ser a fuerza en este año, es el límite que te ponemos. Y me dejan la fecha a mí.
Yo hablo con los de la ciudad, también les digo, y dicen que sí, que está bien, que así va a ser, y empezamos a trabajar en los preparativos, porque teníamos que cambiar a un ejército que estaba formado para defenderse a un ejército que iba a atacar, y es el problema más grande.
¿En qué consiste el trabajo que se hace durante 1993?
Primero en congelar los movimientos, porque ya había muchos rumores de que iba a empezar la guerra. Cancelamos movilizaciones, entrenamientos, todo lo que hiciera pensar al enemigo que algo se estaba preparando. Toda nuestra estrategia en ese entonces apuntó a aparentar que ya no iba a haber nada, que ya se había muerto todo el movimiento, que se había abandonado lo de la lucha armada. Tuvimos que hacer muy detallados todos los planes de salida, de rutas, de agrupamientos de unidades, de señalamiento de objetivos, de entrada y de salida, de líneas de repliegue, si salía mal qué iba a pasar, los escalones de mando había que especificarlos lo más posible porque era una guerra, y te podían matar o no. A eso nos dedicamos.
El otro día mencionábamos que un ejército es una estructura muy antidemocrática, de las más antidemocráticas que existen, ¿cómo es posible que formaran…?
Después del PRI, sí.
¿… un mando colectivo en un ejército, si es que es verdad que existe así?
Sí, para cuestiones políticas y estratégicas sí. Esa fue una imposición de la forma de pensar de las comunidades al Ejército Zapatista. El Ejército Zapatista no nace con esa perspectiva. Nace como un ejército, con un mando unitario, y de ahí se genera todo, pero la convivencia con las comunidades contamina con esa forma democrática, y es esa forma democrática la que lo hace crecer, hasta el grado de dominar grandes territorios y grandes contingentes.
¿Cuál es el año o la etapa del movimiento donde se junta más gente, donde hay un mayor auge del movimiento? En el que pasa lo del artículo 27, en el 91-92…
En el 92 es cuando más crecemos. Más que en 93, porque en 93 detenemos todo, dejamos de hablar con gente y todo para que no se filtrara la noticia de que iba a empezar la guerra. Dejamos de reclutar y de hablar con más poblados y regiones.
Pero se dijo mucho, después del 1 de enero, que el gobierno estaba enterado de ese día iba a haber un levantamiento y que no hizo nada por lo mismo.
No, no es cierto. Había muchos rumores de que ese año iba a pasar algo, y se apostaba a las fechas del 12 de octubre, 20 de noviembre y 15 de septiembre, que los que se iban a alzar en Chiapas escogerían alguno de esos días, pero que iba a ser un alzamiento muy local, probablemente sobre Ocosingo, porque era la Selva Lacandona nada más, pero pasado el 20 de noviembre… es que uno ve lo que quiere ver, Gloria. El gobierno quería ver que ya no iba a pasar nada.
Me parece increíble que un movimiento así pase desapercibido ¿Cómo se oculta la estructura y una organización de ese tamaño?
Pues yo sí lo entiendo, te digo, como psicólogo que fui, que el gobierno no lo haya sabido, que no se haya dado cuenta, y más entiendo que el país no se haya dado cuenta, porque te digo que esas condiciones de vida existían y el país las ignoraba.
El gobierno sabía que ya estábamos en mayo del 93. Nosotros sabemos, según nuestros servicios de inteligencia, que el gobierno planeaba una ofensiva para enero en contra nuestra, pero lo iba a manejar como narcotráfico. Lo más seguro es que esos planes se hayan quedado en el escritorio de Salinas, pero sí iban a limpiar la selva ya.
Una vez que ya hubiera firmado…
Que ya hubiera entrado en vigor el Tratado de Libre Comercio, exactamente. Tenemos entendido por informes de soldados que desertaron, que en los primeros días de enero iban a salir con unos federales a peinar la selva, pero ya chingando gente, ya no como entrenamiento.
Tú decías que todos están de acuerdo con que las armas no las van a dejar, aun cuando vean que les están cumpliendo los famosos compromisos por la paz, que no se trata de escuelas y hospitales. Eso habla de un ejército para muchos años, así como tal, y ¿dónde está eso de los soldados que son soldados para que ya no haya soldados?
Es que los compañeros dicen –y yo pienso igual que ellos- que la resolución de las condiciones de vida no basta; que no basta con que tengas la tierra, el trabajo o la casa, una educación, unos hospitales o unas escuelas, porque si no cambia algo más arriba, eso puede volver a desaparecer, o ser un espejismo.
¿Por qué se trató ese punto en el diálogo de San Cristóbal como no resolutivo?
Todos los puntos fueron no resolutivos.
Se habló de 32 resolutivos…
No, ahí lo que fue claro es que el gobierno tenía que negarse a hablar de su renuncia en la mesa de San Cristóbal, pues no podía ser que “te mando a Camacho para que discutas cómo voy a renunciar”. En ese sentido, era una fórmula absurda de quitarse el problema, por eso el primer día él (Camacho Solís) declara que no hay agenda nacional y nosotros declaramos que sí hay agenda nacional. Él insiste en que son 32 resoluciones, nosotros insistimos en que no hay ni una sóla resolución, sino que hay 32 respuestas a 34 preguntas y demandas.
Lo que nosotros queremos realmente es que sí haya un cambio democrático, ¿cómo explicarte? si las diferencias las puedes resolver de otra forma, ¿para qué quieres un ejército? Si una propuesta política o económica se puede mantener en este país por el puro peso del consenso que tiene, sin necesidad de una fuerza armada que la mantenga o se le oponga, ¿para qué vas a necesitar ejército?
¿Qué es lo que esperan ustedes? ¿Una mala jugada, por dónde?
¿Una traición?
Sí. ¿Están pendientes de una traición, un aniquilamiento…
¿Aniquilar?, nunca nos van a poder aniquilar.
Se ve mucha desconfianza en los pueblos…
Es que hoy viste a la élite de la selva, gente muy toreada, muy lampareada.
De esos que platicabas que iban a dejar las peticiones a las secretarías.
Sí, que los traían dando vuelta y vuelta y vuelta, y se regresaban con su…
Sí, lo entiendo, pero yo hablo de la desconfianza que hay… de lo que a mí me dice que hay ejército de ustedes para rato. Es decir, parece que no hay algo que diga bueno, chido, hasta aquí.
¿O sea, tú creíste que, en efecto, la paz era cuestión de una firma?
Bueno, eso es lo que plantearon, pero aquí se me hizo más claro que va para largo, al menos de este lado, que no hay ninguna intención de soltar el arma hasta dentro de mucho tiempo, o hablaban de que nunca, de que aunque les cumplan no las van a dejar, porque si no, los vuelven a dejar como estaban. Es muy duro…
Cuando salgas de aquí te vas a dar cuenta de lo que está pasando afuera, y ahí vas a entender.
Sí, también de acuerdo, voy a salir empapada de aquí…
No, pero vas a salir, y te vas a enterar de cómo están los finqueros, los coletos, y varios sectores de las fuerzas vivas del país armándose.
De hecho cuando entramos aquí ya estaba…
No, pero ahorita está peor. A ver si mañana te paso unos periódicos que me trajeron. Los están armando fuerte, ya no se ocultan. Es público que se reúnen para conspirar, hay amenazas de muerte, pedradas a la Catedral, anónimos, reuniones en San Cristóbal, Altamirano, Ocosingo, Margaritas, Comitán, Tuxtla.
¿O sea que ya no va a depender tanto del gobierno, sino de los que se ven afectados?
Sí. Ya se lo dije a Camacho (Solís). Le dije: usted no está tomando en cuenta al tercer ejército, no al de los reporteros, sino al verdadero tercer ejército, que siempre fue el segundo ejército y ustedes lo sabían, sabían que aparte del ejército federal estaba el ejército de las guardias blancas, porque ustedes lo armaron y lo entrenaron. Él sabe que lo armaron y lo entrenaron. Entonces, aunque Godínez o Rivielo estén de acuerdo en un acuerdo de paz, esa gente no, porque es la más atrasada, la más reaccionaria que hay en el país, y es muy agresiva. Pregúntale a los de la caravana Ricardo Pozas, pero además pregúntale a los compañeros cuántas veces los…
Yo iba caminando cuando…
¿Ah, tú ibas caminando? Cuando los agarraban a latigazos o a fuetazos, los torturaban, los mataban, y todo eso los finqueros, sin que nadie hiciera nada, ni una autoridad, ni un ministerio público ni nada, solamente con las manos cruzadas, como estaban con las manos cruzadas los oficiales militares y judiciales ese día en Altamirano.
Mucho se ha hablado del problema de la tierra y en las consultas en los pueblos lo están tocando, pero ¿de dónde se va a sacar más país, más tierra? ¿Se les va a quitar a quiénes, y se va a repartir o qué se va a hacer?
No, pues los compañeros son más claros. Cuando ellos hablan de tierra, están hablando del alimento que se produce, y dicen: bueno, si a mí no me dan un pedazo de tierra pero me dan un tractor, fertilizantes, cosas, para que este pedazo que sí tengo produzca, pues para qué voy a necesitar más. Ahorita, como están sembrando, obtienen media tonelada por hectárea; en otras partes de México se obtienen ocho toneladas por hectárea. Entonces, este campesino de aquí necesita 16 hectáreas de extensión de tierra para producir lo que otro campesino en otro lado del país produce en una hectárea. Si se les dieran créditos, insumos, asesoría, todo eso… si hubiera otro gobierno pues, punto. El problema de la paz es justo ése: que lo está ofreciendo el gobierno que hizo todo lo que hizo y que te engañó a ti, a tus lectores y a todo el país diciendo que nada de esto ocurría, que todo era bueno y que había que entrar al primer mundo y que, en todo caso, los problemas eran de otro tipo. Y ese es el mismo gobierno que le dice a los compañeros: en tres meses te voy a cumplir todo. ¡Pues no le puedes creer!
¿Ni tampoco darle oportunidad?
Eso es lo que van a decidir. Pero la oportunidad ¿de cuánto es, de tres meses?
En tres meses se les da una propuesta, ¿no?
En tres meses responden.
En tres meses no se va a resolver la bronca, pero en tres meses se da una respuesta concreta, ¿no? Un programa…
Mmmmhhh. más papel.
Entonces, ¿qué sería lo ideal? ¿Un cambio de sistema?
Sí, definitivamente.
El otro día, ayer, te pregunta otra periodista, una de Guerrero, que si eso no sonaba medio utópico, pero bueno, sin utilizar la palabra ¿podrá ser un objetivo alcanzable?
¿Tumbar al gobierno? ¡Uta, cómo no! Yo lo que pienso es que lo que será difícil es que sea con las armas. No puede ser que una sóla forma de lucha produzca un efecto de este tamaño.
En ese sentido, como tú decías, hablamos también del triunfo político y de la aceptación que tuvo el movimiento en muchas partes del país que estaban igual, y en otras que no estaban igual pero en las que también tuvieron aceptación. ¿A eso te refieres, a la presión que puedan ejercer otros grupos?
Sí, y otras formas de lucha, entre otras, la electoral.
Se habla mucho de la crisis de los partidos políticos, de que esto vino a demostrar que ninguno estaba funcionando, porque de lo contrario se hubiera canalizado la lucha por ahí… ¿Qué opinas?
Yo pienso que sí, pero es difícil reprocharles eso a los partidos políticos. ¿Quién, con qué autoridad moral, le va a reprochar a los políticos no haber previsto lo que nadie previó, un primero de enero de 1994? Nadie lo previó, ni los medios, ni Punto, ni nadie pensó que eso iba a pasar.
Ahora le estaba reclamando a una reportera del periódico: tú estuviste el primero de enero y nomás me hiciste dos preguntas. Me dice, pues es que no nos esperábamos nada, los vimos pero cómo vamos a creer que está pasando lo que está pasando, hasta después nos dimos cuenta de qué tamaño eran.
No sólo los partidos fueron rebasados, fue el país el que fue rebasado, los medios de comunicación, la sociedad civil, todo mundo, por esa situación explosiva que truena el primero de enero. Y ahí yo pienso que es más rápida la sociedad civil en adaptarse y en tomar la iniciativa otra vez, que los partidos políticos.
Me imagino que para los partidos políticos fue más difícil salir de la inercia que llevaban.
Pero de todas formas, como tú decías, el cambio tendría también que venir por la lucha electoral, a través de los partidos.
No sólo por la lucha electoral, pero también por ella.
Una sería la lucha armada, la otra la electoral, ¿cuál o cuáles son las otras?
Las manifestaciones, las huelgas las protestas, la falta de control o la ingobernabilidad del país para un partido, en este caso el partido en el poder, que si se agota finalmente como opción gobernable tiene que cederle a otro, a riesgo de que se quiera mantener en el poder y lleve al país ahora sí al caos, a la guerra civil, no a la guerra de un ejército contra otro, el zapatista contra el federal, sino a una guerra de todos contra todos y que cada quien se agarre como pueda.
Y este tumbar al gobierno por la vía o las vías que sean, es un proceso largo, ¿no?
No, ¿por qué?
Digo, por la vía de las manifestaciones, si…
Es que todo tiene su momento. La lucha armada a lo mejor ya cumplió su momento, ya provocó una serie de situaciones que se tienen que aprovechar de otra forma, para abrir otro espacio, para que esto ocurra.
Pero lo que ocurre es que si tal partido gana las elecciones, ¿con qué credibilidad las va a ganar? La enseñanza o la lección que dejó el EZLN es que se puede ser ejército y alzarse y exigir la justicia sin necesidad de asesores o financiamiento externo.
Marcos, ¿qué va a pasar con este país? Decíamos el otro día, independientemente de lo que pase estos próximos meses o el próximo año con el Ejército Zapatista y su lucha, ya le dieron en la torre a muchas de las estructuras, partidos, instituciones en general…
El sistema tiene muchos recursos para rehacerse. Por ejemplo, si las cosas quedaran así como están el día de hoy, se puede recuperar rápidamente. Igual decían que después del terremoto de 85 no se iba a recuperar, o que después del fraude de 1988 no se iba a recuperar, y se rehízo otra vez.
Si no pasa algo más, el sistema se puede rehacer y esto pude quedar sólo como un trago amargo.
El proyecto económico salinista no va solo, sino que va inserto en un proceso que le llaman globalización, ¿no?
El reparto del pastel.
¿Cuál sería la alternativa?
Ese proyecto económico está basado en una falsa premisa, que dice que hay control político. Esa fue la apuesta del nuevo orden económico internacional en México: que México podía sostener el control político al costo social que fuera. Ahora eso ya no existe, por supuesto.
Tendría que haber un cambio político radical, y que la propuesta económica se decidiera también a ese nivel. Yo pienso que sí es posible entrar en términos de igualdad económica, o de equilibrio económico, con otros países, sin necesidad de vender la soberanía.
No puedes sacrificar una parte de tu nación, eres un país, no la puedes sacrificar para cumplir los requisitos de ese ingreso. Tú no puedes entrar a esa escuela que ves ahí y dejar tu pie afuera. O entra todo tu cuerpo o no entras. Dices, bueno, con tal de entrar voy a perder mi mano o mi pie, pero no lo vas a hacer, y eso es lo que está haciendo este país. Para poder entrar a ese nuevo orden internacional está perdiendo al sureste, y ya no hablo nada más de Chiapas.
Entonces, se trata de aceptar al país como es completamente, con sus carencias y sus pobrezas, y aceptar que ése es su nivel económico real, y que su riqueza es la de su región más pobre, y en esos términos entrar en una relación económica, sólo así es posible. A riesgo de que entonces digan, pues fragméntenlo, y que paguen lo que ahora están pagando en Yugoslavia.
Algo hay podrido en ese proceso de integración económica, hay algo falso en la premisa que no checa, que es una mentira pues, y que produce eso en el campo político. No es posible el proceso de integración económica mundial más que en los términos de dominador y dominado. No hay integración, hay subordinación, hay un pez grande que se come al chico. En ese reparto voraz está lo que estabas esperando, la Tercera Guerra Mundial, nada más que sin la fastuosidad militar de la Segunda Guerra Mundial. O a lo mejor ya es la Cuarta Guerra Mundial, ve tú a saber. Pero ¿por qué se produce eso en la ex Unión Soviética o en Yugoslavia, incluso en Alemania, que se supone que se une formalmente y luego se fragmenta en el pasado? El regreso al fascismo, la xenofobia.
Ustedes no van a dejar las armas pero ya están ubicados. Todos los días vuelan los aviones y los tienen más que ubicados, por lo menos en las comunidades. ¿Cuál va a ser el futuro y la estrategia del Ejército Zapatista. dando por hecho que no se van a cumplir las demandas tan fácilmente?
El futuro de este ejército es el triunfo.
¿Y la estrategia para permanecer y alcanza el triunfo?
Ganar, ganar, ganar. Tú nos ves muchas limitaciones, ¿verdad?
Hay una regla militar que dice: nunca muestres todas tus fuerzas ni todas tus posiciones, pero siempre, las que muestres, muéstralas como si fueran todas las que tienes. ¿Entiendes?
Esto lo puedes poner en tu artículo sin ningún problema. Estás viendo la punta de un iceberg. Los aviones ven la punta de un iceberg, los soldados en mayo del 93 vieron la punta de un iceberg, y este país, el primero de enero de 1994, vio la punta de un iceberg. Hermoso, eso sí, pero es apenas la punta de algo muy grande que hay abajo. Muy, muy grande.
¿Y que hay atrás de esto?
Mucha gente, mucho dolor, mucha rebeldía, muchas ganas de hacer muchas cosas, mucho terreno lejos de aviones, de helicópteros, de satélites, de mapas y de planes militares.
¿Hay Ejército Zapatista para rato?
Sí hay, y ojalá que no fuera necesario. Ojalá que pasaran otras cosas, que otras fuerzas se movieran, que otros movimientos actuaran para que no fuera necesario que esta gente tuviera que dar lecciones. Ojalá que el país haya aprendido con lo que pasó. Pero si no, ellos están decididos a seguir dando clases.
Marcos, ¿por qué se ha visto tan involucrada la iglesia en este conflicto?
Por el cese al fuego. De veras, no lo vas a creer.
Pero desde hace tiempo se le involucró…
No, pero ahora se insiste mucho por el cese al fuego. El cese al fuego detiene también nuestra ofensiva y entonces aparecen también los municipios que están dentro de la Diócesis de San Cristóbal. Si el cese al fuego se hubiera dado después, hubiera parecido que no estaba nada más la Diócesis de San Cristóbal, sino también la de Tapachula y la de Tuxtla Gutiérrez.
No, pero desde noviembre del 93 se hablaba incluso de la remoción de don Samuel, y después en enero se vinculó el intento de remoción precisamente con su influencia o no dentro de la organización zapatista.
En realidad al principio no se manejó lo de la iglesia, lo más fuerte fue que éramos extranjeros que pretendemos desestabilizar al país, profesionales de la violencia, todo eso que se dijo. Luego esto no checa y se van sobre lo que puede tener más trasfondo o puede ser más capitalizable políticamente: el papel de la iglesia. En otros lugares donde hay fuerza zapatista no alcanzaron a manifestarse. Te digo, sólo debes mostrar la fuerza necesaria en el momento preciso y en la dirección precisa.
La iglesia también tenía un trabajo pastoral dentro de las comunidades, con una idea progresista. ¿No fue aprovechada también?
No, ahí sí que no. Fue al revés: la iglesia siempre insistió en que no, que este proyecto era absurdo, era loco, era de muerte, y todo eso.
Como se puede ver, el Estado mexicano evidentemente olvidó esta parte del país en muchos sentidos, no sólo en el sentido de inteligencia militar, de no darse cuenta de lo que estaba pasando –o si se estaba dando cuenta, de ignorarlo o de no darle su justa dimensión. Si tú hubieras sido maestra aquí, y hubieras asistido a clases y hubieras tenido buen sueldo para asistir y para que no los dejaras solos, con el puro cascarón de la escuela como ese en el que estás durmiendo, y ocurre un primero de enero, iban a decir que los maestros fueron los que provocaron eso. Pero como no había maestros, quien enseña a leer y escribir, a relacionarse con el mundo exterior, es la iglesia católica.
Entonces, en ese sentido dicen: la iglesia católica es culpable. ¿De qué? De haberles enseñado a leer y escribir, de darse cuenta de que hay otro mundo al que pueden aspirar, que no es éste el único mundo posible, y por eso se le acusa de haber propiciado el levantamiento. Es absurdo que en estas condiciones de vida si alguien se da cuenta de que puede cambiarlas y empieza a tomar decisiones, entonces la pregunta sea, pues quién le abrió los ojos. El culpable es el que le abrió los ojos, no el que los tuvo en la miseria y los estuvo asesinando tanto tiempo. Ese es absuelto, pero el que les abre los ojos y les dice que es posible otra vida, ese es el culpable. Pero además, la iglesia les dice que es posible otra vida pero tiene que ser por otro medio, que no es la lucha armada. Les dice siempre eso y se los repite todavía. Les dice que no, que de plano no comparte el camino, que está en contra, que sí hay que cambiar la situación, que son justas las casus, pero que no es camino morir de esta forma, matando para cambiar las cosas.
Esto se contrapone mucho con la iglesia neoliberal del centro y su relación con el gobierno de Salinas
El Estado mexicano tiene que buscar aliados, en este caso la iglesia es una sociedad en sí y tiene sus sectores que se acercan más a la opción de los pobres, como dicen ellos, o la opción de los ricos, como no dicen pero sí hacen.
Evidentemente, el Estado tiene un proyecto económico y tiene que buscar aliados para ese proyecto, y lo más seguro es que sí haya encontrado en sectores de la iglesia a esos aliados, y esas reformas a la Constitución hayan sido encaminadas no a normalizar sus relaciones con la iglesia en general, sino a determinada iglesia, la que esté de acuerdo con su proyecto económico; y favorecer el ajuste de cuentas interno en la iglesia con las piedras, los estorbos que impidan suscribir el proyecto económico de Salinas, o el neoliberal, para no hablar nada más de Salinas, sino del grupo ese de la “generación del cambio”.
Han sido estas tres reformas, la de la Iglesia, la del artículo 27, la del tercero y la reforma electoral las más importantes. En la reforma electoral se habló mucho de avances, incompletos pero avances. ¿Ustedes reconocen avances en esa reforma del COFIPE?
No, ninguno. Es absurdo. Cancelaron todas las posibilidades de alianza, fragmentaron más la oposición.
¿Esa es la mayor limitación que le ves a la reforma?
No, yo le veo más, que se siga dejando en el poder de un Estado como el mexicano, ser juez y parte en las sanciones del proceso electoral, él decide si es válido o no y quién ganó y quién perdió un proceso electoral. Se está autocalificando, pues.
Has dicho hasta el cansancio que ustedes no quieren el poder, pero dices también que la vía electoral puede ser una vía de lucha para el cambio… ¿No es contradictorio?
No, porque nosotros no vamos a participar en las elecciones.
¿Eso es definitivo?
Sí, nosotros, ¿qué vamos a hacer en las elecciones? Va a competir un pasamontañas contra quién. No, nosotros no le entramos.

Fin

Hipótesis de velatorio

por Juan Pablo Maccia


Con la muerte de Obeid, a quien voté sin amor, Santa Fe se convirtió por un momento en un sitio concurrido y reflexivo. Un páramo de serenidad enlutada (también por Gelman, a quien al contrario amé sin voto alguno) en una semana de locura, en la que prolongan por nuevos medios –devaluatorios- lo que ya habíamos atestiguado durante los saqueos, auto-acuartelamientos policiales y cortes de los servicios energéticos de diciembre: el agite político no descansa. 

No es fácil distinguir, de todo lo que escuché estos días, qué cosas pertenecen al mundo de las ficciones sensatas y qué a la fantasía destituyente (el peronismo tampoco descansa). Resumo lo que me quedó más en claro. Las usinas del peronismo (más kirchneristas que cristinistas, para ofrecer una coordenada aproximada) parecen decir lo siguiente: Cristina conserva mucho más poder del que se reconoce en público. Pero se acabó el tiempo de gobernar sin sucesión. El pacto económico está en curso. Si se controla lo del dólar y se arregla lo del Indec, puede venir dinero de afuera. Con inflación y un poco más de pobreza, cierto. Pero con estabilización y mejores perspectivas para el 2015.

¿Quiénes son, según los corrillos, los candidatos de Cristina? Dos preferidos: Julián Domínguez, del Frente para la Victoria, y Lorenzetti, por el pan-radicalismo. 

¿Optimismo? ¿Pesimismo? ¿Mera conversa de quincho?

Los “rolezinhos” nos acusan: somos una sociedad injusta y segregacionista

Leonardo Boff

El fenómeno de centenares de jóvenes que van juntos a dar una vuelta por los shoppings centers de Río y  São Paulo ha suscitado las más disparatadas interpretaciones. Algunas, de los acólitos de la sociedad neoliberal de consumo, que identifican ciudadanía con capacidad de consumir, generalmente en los grandes periódicos de los medios comerciales, no merecen consideración. Son de una indigencia analítica que da vergüenza.

Pero hay otros análisis que han ido al centro de la cuestión, como el del periodista Mauro Santayana del JB on-line y los de tres especialistas, que han evaluado la irrupción de estos jóvenes en la visibilidad pública y el elemento explosivo que contienen. Me refiero a Valquíria Padilha, profesora de sociología en la USP de Ribeirão Preto: “Shopping Center: la catedral de las mercancías” (Boitempo 2006), al sociólogo de la Universidad Federal de Juiz de Fora, Jessé Souza, “Ralea brasilera: quién es y cómo vive” (UFMG 2009),  y  a Rosa Pinheiro Machado, científica social con un artículo “Etnografía del rolezinho” en Zero Hora de 18/1/2014. Los tres dieron entrevistas esclarecedoras.

Por mi parte interpreto de la siguiente forma tal irrupción:

En primer lugar, son jóvenes pobres, de las grandes periferias,  sin espacios de ocio y de cultura, penalizados por servicios públicos ausentes o muy malos, como salud, educación, infraestructura sanitaria, transporte, ocio y seguridad. Ven televisión cuyas propagandas los seducen para un consumo que nunca van poder realizar. Saben manejar computadores y entrar en las redes sociales para articular encuentros. Sería ridículo pedirles que analicen teóricamente su insatisfacción. Pero sienten en la piel cuan malvada es nuestra sociedad porque excluye, desprecia y mantiene a los hijos e hijas de la pobreza en una invisibilidad forzada.

¿Qué se esconde detrás de su irrupción? El hecho de no ser incluidos en el contrato social. De poco vale que tengamos una constitución ciudadana, que en este aspecto es solamente retórica,  pues ha implementado muy poco de lo que prometió con vistas a la inclusión social. Ellos están fuera, no cuentan, ni siquiera sirven de carbón para el consumo de nuestra fábrica social (Darcy Ribeiro). Estar incluido en el contrato social significa tener garantizados los servicios básicos: salud, educación, vivienda, transporte, cultura, ocio y seguridad. Casi nada de esto funciona en las periferias. Lo que están diciendo con su penetración en los bunkers del consumo es: “míranos de cerca”, “no estamos parados” “estamos aquí para incomodar”. Con su comportamiento están rompiendo las barreras del apartheid social. Es una denuncia de un país altamente injusto (éticamente), de los más desiguales del mundo (socialmente), organizado sobre un grave pecado social pues contradice el proyecto de Dios (teológicamente). Nuestra sociedad es conservadora y nuestras élites extremadamente insensibles a la pasión de sus semejantes y por eso cínicas. Continuamos siendo Brasilindia: una Bélgica rica dentro de una India pobre. Todo eso denuncian los rolezinhos, más con actos que con palabras.

En segundo lugar, ellos denuncian nuestra mayor llaga: la desigualdad social cuyo verdadero nombre es injusticia histórica y social. Es relevante constatar que con las políticas sociales del gobierno del PT la desigualdad disminuyó, pues según el IPEA el 10% más pobre tuvo entre 2001-2011 un crecimiento de renta acumulado de 91,2% mientras que la parte más rica creció un 16,6%. Pero esta diferencia no atacó la raíz del problema, pues lo que supera la desigualdad es una  infraestructura social de salud, escuela, transporte, cultura y ocio que funcione accesible a todos. No es suficiente transferir renta; hay que crear oportunidades y ofrecer servicios, cosa que no ha sido el objetivo principal del Ministerio de Desarrollo Social. El “Atlas de la Exclusión Social” de Márcio Poschmann (Cortez 2004) nos muestra que hay cerca de 60 millones de familias, de las cuales cinco mil familias extensas detentan el 45% de la riqueza nacional. Democracia sin igualdad, que es su presupuesto, es farsa y retórica. Los rolezinhos denuncian esa contradicción. Ellos entran en el “paraíso de las mercancías” vistas virtualmente en la TV para verlas realmente y sentirlas en las manos. Este es el sacrilegio insoportable para los dueños de los shoppings. Estos no saben dialogar, llaman a la policía para que los reprima y cierran las puertas a esos bárbaros. Sí, bien lo vio T. Todorov en su libro “Los nuevos bárbaros”: los marginalizados del mundo entero están saliendo del margen y yendo hacia el centro para suscitar la mala conciencia de los “consumidores felices” y decirles: este orden es orden en el desorden. Los hace frustrados e infelices, llenos de miedo, miedo de sus semejantes que somos nosotros.

(Traducción de Mª José Gavito Milano)

La matriz ideológica de Cristina

por Diego Valeriano


Por más que lo intenten, no está en el ADN enfriar la economía. De no hacerlo terminaban chocando antes del mundial, pero no se lo creen. Y como todo es cuestión de creencias, no les va a salir. Hablando de creencias, ayer Cristina nos decía que ella cree en el desarrollo de la economía a partir del consumo. Ella sabe que el consumo libera, lo comprobó en estos años, lo aprehendió en estos años. Aumentar la capacidad de consumo de todos los argentinos como hizo el kirchnerismo mutó la matriz ideológica de Cristina. La devaluación es contraria a esta matriz. A emitir que se acaba el mundo.
Pasa algo y después se explica de mil manera convenientes. Diciembre -que es el mes más claramente expresivo- aun no terminó, siguen detonando bombas pequeñitas. No existe la “puja distributiva”: la pelea es por el consumo y se da de forma más bien capilar. Una capa, otra capa y otra capa más. Voy cumpliendo como puedo… Como todos los días de nuestro diciembre, cada quien hace su juego, habla y actúa en consecuencia. Creo que hay una alteración del orden en que suceden las cosas. Saqueos, festejo de la democracia, ola de calor, palometas… me incomoda el orden en que están presentados. No dicen cabalmente todo lo que va a suceder.
No hay duda alguna que la juventud maravillosa va a defender los pilares fundamentales de esta década: en la calle, con el cuerpo y desde los genes. Como lo hizo en diciembre, como lo hace ahora. Pero no aceleren sus corazones militantes, no hablo de los muchachones de pechera. Hablo de la verdadera juventud maravillosa, de la que brotó bajo el sol de esta década, la que tiene mensajes urgentes y simples del futuro. Genotipo y fenotipo de la liberación, vienen bancando este proyecto. Solo que lo hacen en moto y por calles paralelas para evitar los controles policiales.

Inmersión en el Silicon Valley: Ritornelo 1

Por Carolina Di Palma


Son casi las diez de la noche y estamos esperando el embarque de United hacia San Francisco. Me acerco al mostrador de la puerta 5 y le digo a una empleada de la aerolínea que tengo una enfermedad que no me permite estar mucho tiempo parada. Ella me dice, nosotros no controlamos esto, es Migraciones, no podemos hacer nada. Estados Unidos no piensa ni considera nada acerca de lo humano y esas cosas. Si querés te puedo conseguir una silla de ruedas. Le digo, no, si no hay nada humano para considerar, no hay nada que hacer. Gracias de todas formas.


En el avión apagamos los celulares porque Argentina no forma parte del acuerdo de redes según explica el comandante y prendemos las pantallas de los asientos delanteros. Tenemos cine de acción, comedia, aventura, thriller, actuales y world cinema, donde se incluyen películas coreanas, japonesas y chinas. Conectamos los auriculares,  bajamos la mesita, comemos comida vegetariana y vemos Graviti en español.  El movimiento del avión genera todo un transmedia de la película.

A las 6 de la mañana llegamos a Houston. Se supone que es la escala. Sin embargo, tenemos que cambiar de avión, retirar el equipaje, pasar por aduana de nuevo, volver a despachar el equipaje y volver  a embarcar. Mientras recorremos el aeropuerto, vemos un collage digital mal hecho con algo así como un gaucho a caballo, jineteando, una pareja bailando flamenco, un trombón y un helicóptero que traslada una señora en una camilla acompañada por un médico. Arriba un texto: “Bienvenidos a Houston”. Por los altoparlantes se escucha que debemos respetar todas las normas de seguridad y que cualquier “broma acerca de la seguridad podrá tener consecuencias”. El silencio marca el estilo del lugar.

Cuando llegamos a migraciones nos tenemos que desvestir: descalzos, sin cinturones, sin camperas, todo en tachos de plástico va por las cintas hacia las cámaras. Pasamos por un gran dispositivo donde nos hacen ubicar sobre unas pisadas amarillas, “¡levanten las manos!”… y nos scanean. Del otro lado, una mujer nos toca sin mirarnos. Nos dicen que nos calcemos, no hay lugar para sentarse, todos haciendo equilibrio, a los hombres se les caen los pantalones sin cinturón, un montón de policías demandan cosas distintas al mismo tiempo.  Nos sacan la compu de la valija con guantes turquesas de plástico y se la llevan. Pasa un tiempo y luego la devuelven pero ya no la tocan. Nos confiscan el agua mineral Eco de los Andes. Nos preguntan si queremos ir para atrás, tomarla y volver. Les decimos que no, que gracias, que la confisquen.

Tenemos solo una hora de escala, llegamos a la cola de aduana y nos quedan 40 minutos para subir al otro vuelo.

– ¿Ustesdes son de United?, les preguntamos unas chicas
– Sí.
– ¿Saben que en 40 minutos sale el otro vuelo?
– Sí.
– ¿Y qué hacemos con la espera?
– No podemos hacer nada, nosotros no controlamos esto, es migraciones.
– ¿Uds se hacen cargo si perdemos el vuelo?
– Sí, toman el siguiente.

Otra vez fotos, otra vez huellas. Pasamos. Emprendemos el viaje dentro del aeropuerto hacia la puerta C44.

Llegamos 5 minutos antes que cerrara el embarque. Otras tres chicas de United nos gritan que llegamos tarde. Nos hacen subir pero sin el equipaje de mano. Subimos igual. Apagamos todos al mismo tiempo los celulares, prendemos las pantallas de los asientos delanteros, nos ponemos los auriculares, sacamos las tablets, las compus y usamos todo al mismo tiempo. Volamos y llegamos. Se apaga todo automáticamente, todos agarramos los celulares, miramos hacia abajo, pasamos el dedo por la pantalla y levantamos la mirada. 

En San Francisco buscamos nuestras valijas y nos vamos. No pasamos por aduana, ni migraciones, ni nada. Nadie nos pide nada. Buscamos los ascensores y comemos algo en el bar del tercer piso. En las mesas aledañas un montón de obreros jóvenes, con ojos celestes, anteojos y barba, del tipo de obrero constructor que salva al mundo en la nueva peli de Lego, comen al lado nuestro. Enterito caqui o azul, gorro de plástico y herramientas colgando del pecho y los bolsillos son los que emparchan el hard. Nada que ver con poner hormigón.

Taxi a Cupertino. Salimos de la ciudad de San Francisco, vamos por la autovía 101, pasamos por San Mateo, Menlo Park, Sunnyvale, Montain View, Palo Alto, Santa Clara, Universidad de Standorfd, Redwood City, Fremont, Saratoga. Lo mismo sería decir, vamos por la autovía 101 y pasamos por Youtube, Google, Facebook, Yahoo, Linkedin, Apple, Microsoft, Electronics arts, Oracle, McAfee, Mozilla, Hewlett packard, Adobe Systema, Cisco System, Intel, Twitter, Netflix Inc,  Sunmicrosystems, Sillicon Grafics. Habitamos el Valle del Silicio. A simple vista es como estar en la panamericana. Todas las casas tienen su garage igual al garaje donde Steve Jobs planificó el afano y puso sus primeras oficinas de Apple. Llegamos a nuestra casa, ponemos un código y entramos. En el hall de entrada, zapatos de hombre, zapatos de mujer en el piso.

Es de noche y ya nos enloquecimos con el cambio de horario. Vamos al super, Safeway. Preguntamos el camino y nos preguntan si tenemos auto. Les decimos que no. Nos preguntan entonces si tenemos GPS. Les decimos que no. Nos dibujan un plano con birome. Queda a tres cuadras. Mientras caminamos, vemos que afuera de las casas, además de los garajes de Steve Jobs, hay zapatos juntos a las puertas de entrada.

Esperamos un taxi para volver. Nos sentamos en el carrito de repositores del super a esperar. Nadie toma taxi. Todos tienen auto. Entran y salen hindúes, indias, chinas y chinos. Un papa hindú carga en el carrito del super a  su niño hindú con buzo azul con capucha y zapatillitas Nike verdes.

Aquí comienza el viaje de inmersión al Valle del Silicio donde hizo rizoma la revolución digital contemporánea. A mediados de los años 70, con fondos del estado norteamericano, a través de la Universidad de Standford, para investigaciones militares ligadas a las nuevas tecnologías, surgieron los primeros circuitos integrados con semiconductores de silicio, las computadoras personales que hicieron posibles a los millones de usuarios, las interfaces y softwares que nos permitieron entrar en contacto con las máquinas, e internet, esa gran nube virtual de soporte numérico en la que hemos entrado los seres humanos con cuerpo de signos.


La teoría de los diez años y los tres pasos del cangrejo

por Luchino Sívori


Comentándolo con unos amigos kirchneristas “críticos” , llegamos la semana pasada a una conclusión que pondría broche a esta etapa para algunos singular y para otros milagrosa –el broche, valga decir, se produciría luego de que el gobierno decidiera ceder frente a la escalada cada vez mayor del poder concentrado la liberalización del cepo cambiario-; se llamaría la “teoría de los 10 años y los tres pasos del cangrejo”, y su explicación es, como diría Perón de su propia doctrina justicialista hace más de cincuenta años, simple, práctica y, por qué no, popular. En una oración: cada x cantidad de tiempo, alrededor de diez para ajustarnos a la evidencia histórica, Argentina llega a su límite de flexibilidad.
El lector ávido y perspicaz intentará desentrañar a qué me refiero con flexibilidad; supondrá, viniendo de donde viene la nota, que el autor no está hablando de “des-regulación laboral”, ni mucho menos. Con flexibilidad mis amigos y yo nos referíamos a elasticidad, aflojamiento, relajación de las estructuras solidificadas de la Historia nacional, y, por ende, de más o menos todos sus derivados culturales y sociales que las sustentan implícita y explícitamente.
Esta relajación o flexibilidad no se da por que sí, ya lo sabemos. Son producto de pujas y luchas de poder entre lo que algunos denominan discursos contra-hegemónicos o alternativos, según la teoría adoptada, y el meta-relato de turno. Se dan –si se tiene suerte- en casi todos los escenarios de la vida social, y afectan no sólo las decisiones que toma el Congreso a través de la aprobación de sus leyes, sino también los tipos de relaciones afectivas que se darán entre las personas, la forma de ver al sexo opuesto, los periódicos que se eligen para informarse, la tienda a la que uno va a comprar la ropa para abrigarse…
En la Argentina, curiosamente, estas pujas tuvieron una particularidad cíclica (tomando las palabras de Alfonsín) muy especial: cada vez que se sucedían unos espacios de tiempo medianamente largos –a consideración de nuestros ojos postmodernos- estas pujas canalizaron su articulación y proyección en un mismo movimiento. Con esto no estoy diciendo que cada x cantidad de décadas los discursos alternativos y sus protagonistas se reúnen cual asociación pacífica, ni mucho menos, pero sí, y aquí lo original del caso argentino, son “tomadas en consideración”, incorporadas, asimiladas, apropiadas por personajes –partidos, movimientos, líderes políticos- centrales del poder, que ocupan lugares destacados y que poseen la capacidad y los recursos de alterar los casi siempre estancados nervios del sistema.  
Llámesele a esta particularidad oportunismo o, como se suele denominar despectivamente entre algunos círculos sociales, populismo demagógico, la cuestión es que la contra-hegemonía cuela así, por algunas de las rendijas del poder central, algunos, que no todos, de sus enunciados emancipadores, re-acomodando a posteriori y por defecto muchos de los elementos que estaban sobre el campo de juego oficial, y también, como todo juego de poder, aquéllos considerados no oficiales.
En la Historianacional, decíamos, se pudo ver este proceso en reiteradas (y contadas) ocasiones, con algunos ejemplos más potentes que otros, obviamente. Sin embargo, en todos ellos se llegó siempre a una especie de límite donde el escenario de estas articulaciones momentáneamente (y milagrosamente?) unificadas se dividía en dos partes bien diferenciadas -antes de que todo explotara y se volviesen a tirar los dados (endeudamiento- convertibilidad- devaluación)-: en una punta, aquéllos que procuraban desde su posicionamiento “doblar más el palito”, o dicho de otra manera más académica, colar más cantidad de enunciados propios y así acelerar lo supuestamente alternativo a la norma (no estamos aquí contando con aquéllos miembros que “utilizan”, camuflándose, el poderío de este gran jugador central o movimiento o ambas cosas para sus ideales usualmente poco atrayentes a las masas populares argentinas, sino estrictamente a los “del palo”); y, por el otro, aquéllos que intentaban apretar el freno y volver a poner primera o segunda para ir más despacito, al punto de no ir casi o, al menos, parecerlo.
Como ya es sabido, el contexto por fuera de estos grupos hasta ese momento temporalmente unificados siempre terminó re-acomodándose y declinándose tarde o temprano por el segundo, produciéndose en la mayoría de los casos una especie de bajón anímico teñido de desesperanza en el primero. Se trataría de la contracción (externa) post-división (interna).
La teoría casera de los diez años que tuve con mis amigos kirchneristas “críticos” no reside en reconocer esta circunstancia supuestamente “cíclica” del caso argentino, sino en ver cómo esta particularidad de re-acomodamiento eminentemente conservador y reaccionario de la realidad circundante para con la disputa interna del gran jugador o movimiento o ambas cosas es, justamente, de lo que está hecho nuestro progresismo nacional. Como diría la canción de Divididos, “somos ñapi de mamá”, avanzamos a los golpes, pero con un detalle muy importante que cabe mencionar para entender la complejidad del asunto: esa ñapi no es de cualquier madre, tiene un dueño, y no golpea siempre, sólo de vez en cuando.
Así, una vez analizada la Historianacional reciente y sus recorridos, mis amigos y yo nos dimoscuenta que eran esas disputas internas las que encerraban los alcances del progresismo nacional, como si todo dependiera, cual agujero negro espacial, del resultado de esas pujas. Parafraseando la metáfora de los tres pasos para adelante y dos para atrás del cangrejo, terminamos cayendo en la cuenta de que no serían los dos pasos atrás, como se suele suponer, los que determinan el avance y marcan nuestros límites político-sociales excepcionales a la regla; sino, justamente, el paso ganado de la ecuación resultante. En nuestro país, curiosamente, el palito progresista suele romperse allí mismo, cada diez años, poco más poco menos.

El agite del capital: algunas ideas en relación con el film “El Lobo de Wall Street”

por Andrés Fuentes
1- Intro

La película nos cuenta la vida de Jordan Belfort. Basada en su propia autobiografía, Scorsese nos relata bajo un formato narrativo similar al de “Buenos muchachos”, la historia de este empresario vendedor de acciones en la principal hacienda bursátil del planeta: Wall Street.

Estamos en mediados de los ochenta. Luego de algunos fracasos Jordan arma una compañía “Stratton Oakmont” que vende acciones baratas de empresas falopa a gente de clase media baja y laburantes. Una máquina que se conforma  con sujetos de diferente especie -desde abogados hasta delears- bajo la promesa de plata fácil. Y la historia va bien: la empresa se pone en marcha y va creciendo vertiginosamente: todos se hacen millonarios.

Pero lo que les quiero contar es que la compañía manifiesta en su dinámica un componente afectivo muy intenso; una electricidad atraviesa y enciende cada uno de los cuerpos que la habita. Por eso en las líneas que siguen me interesa pensar algunas manifestaciones de la mística empresarial, tirar algunas hipótesis de su emergencia, como relacionar estos afectos con algunas de nuestras prácticas de consumo.


2- La Fiesta: celebración y combustible

La fiesta es parte de la rutina de la compañía. Que se entienda: no es un episodio excepcional sino una experiencia más de su despliegue existencial. Música, cocaína, yates, mansiones, morfi, alcohol, juegos sádicos y rubias espectaculares, son algunos de los insumos de la liturgia empresarial. Los festejos celebran el crecimiento geométrico de las ventas de acciones, de nuevos emprendimientos, del aumento de la potencia financiera de los individuos, pero también, es el combustible indispensable para sobrellevar el desgaste que implica conseguir esa potencia. Desde el principio de su carrera como vendedor, Jordan sabe que la cocaína y el sexo son fundamentales para soportar la presión diaria, para que “corra la sangre por todo el cuerpo”, como alguien le supo explicar.

La adrenalina de la fiesta repercute en los cuerpos. Una náusea cada vez más aguda se afirma en los soldados del capital. Jordan y otros miembros de su banda viven zarpados dando lugar a una serie de escenas bastante grotescas –algunas banalizadas por el director, hay que decirlo- dando una muestra bastante cabal del cachivache burgués. Al mismo tiempo esta vida al palo se extraña cuando Jordan entra en bancarrota bombardeado porproblemas legales. Si en pleno ejercicio empresarial la fiesta es agenda obligada, el aburrimiento de estar en su mansión gigante frente a una pileta tomando cerveza sin alcohol será ahora una decepción cotidiana.

La vivencia subjetiva de los cuerpos de la compañía exponen claramente el concepto deleuziano de anti-producción: cuanto más crecimiento, voracidad y agite experimentan, más nausea, pérdida del control y autodestrucción padecen. Complementos circulares de una cadena infinita donde cada elemento se necesita y repele. Más abajo veremos por qué.
3- De liderazgo, pedagogía y lealtades

En todo esto hay un líder que es Jordan. Transpirando carisma y seducción, sus discursos en las oficinas nos recuerdan a los grandes líderes del siglo XX. Una masa de vendedores que confía en las capacidades de su líder como un líder que confía en la destreza de sus vendedores. Una alianza que promete –y cumple- con jugosos réditos.

Jordan es el vendedor astuto que logró montar su empresa y competir con los grandes. Es aquel que enseña a los demás sus habilidades mercantiles. Pedagogía empresaria lejos de cualquier abstracción y siempre basada en el ejemplo: Jordan le solicita a sus vendedores que le muestren como venderían una lapicera, como a su vez, él les muestra cómo llamar y engatusar clientes.

No es algo menor la lealtad que despierta Jordan en sus seguidores: Stratton parece una gran familia, o más bien una banda de amigos (recordemos que la gran mayoría son jóvenes). Cuando empiezan los problemas legales ninguno de los empleados citados por los tribunales delata a su jefe o compañero alguno. Y esto es reciproco: cuando la justicia le pide a Jordan que para salvarse botoneé a otros directivos de la compañía, pone al tanto a los mismos. De hecho, estos mismos amigos ponen una buena moneda cuando cae en desgracia para bancar la fianza y aliviar las condenas. Si bien para Jordan una de las principales máximas de su negocio es que “en Wall Street no hay amigos”, y somos testigos de un oportunismo permanente en el accionar de los protagonistas, la lealtad reciproca y confianza mutua se manifiestan en varias secuencias jodidas para estos personajes que encarnan la elite global. Aunque este compromiso y lealtad no es inquebrantable: uno de los principales gerentes y miembros fundadores de la empresa traiciona a los suyos por mandarse solo con movidas fraudulentas provocando más problemas con la ley.


4- Potencia infinita: una creencia equivocada

La mística de la compañía expresa una fuerza arrolladora que la hace invencible. Crecimiento exponencial, autosuperación constante, Stratton Oakmont parece que todo lo puede. Y subrayamos el parece porque esa sensación de invulnerabilidad será parte tanto de su ascenso como de su caída (otra vez, la ambigüedad de la autoproducción del capital…).

En su proyección arrolladora no hay culpa alguna para Jordan y los suyos, tanto en la experiencia festiva como en violar la ley. Sobre lo primero, somos testigos de una dilapidación desenfrenada de ingresos para apropiarse de infinitas mercancías (“como puedes estar gastando tanto dinero en tantas idioteces”, vocifera incrédulo el padre de Jordan). Sobre lo segundo, constitutivamente la compañía funciona utilizando todas las matufias posibles, desde métodos poco éticos – cargosear clientes, vender humo- hasta transgredir las normas legales. ¿Cómo no hacerlo? ¡Es Jordan, el lobo de Wall Street! Y este es un problema de la película: Jordan no es simplemente un salvaje en la fauna del mundo financiero, sino que ya la misma actividad bursátil implica una lógica voraz; el problema no es la especulación sino el mismo dispositivo de la deuda; el problema no son los métodos sino una relación de poder entre deudores y acreedores que explotan intereses.

Pero volvamos: la justicia no se queda quieta y actúa frente a Jordan y los suyos. Mantener en marcha la empresa requiere que se negocie con el FBI, surfeando en una marea gris de acuerdos complejos, ganando y perdiendo según el caso. Pero a Jordan le cuesta ceder poder. Ya al límite lo amenazan y le solicitan que para no ir preso de un paso al costado en la compañía. Acorralado, Jordan accede.

Último día en la oficina. El jefe se dirige a dar otro discurso, ahora el de despedida. Pero en medio de sus palabras, envalentonado por el agite de sus empleados-amigos y la magia que envuelve al lugar, decide dar marcha atrás y se queda. En los días posteriores cuando llueven las citaciones de la justicia a la oficina, el vicepresidente de la compañía se para en un escritorio, mete los papeles en un cesto de basura y exclama “esto es lo que hacemos con las citaciones que llegan a  Stratton” sacando el pene para orinar en el tacho en medio de un furor generalizado. La creencia en la potencia infinita de la compañía y la convicción de que son invencibles será la causa de su caída.


5- Capitalismo y aventura

Para explicar el funcionamiento de la empresa no nos podemos remitir solamente a explicaciones económicas. La deuda como dispositivo de poder contemporáneo necesita de una producción subjetiva que permite este funcionamiento. Uno de los insumos para fabricar el ser financiero es lo afectivo. Se trata de emociones teñidas por la desmesura y la adrenalina, la náusea y la alegría desaforada, el temor por un final inminente y la sensación de ser inmortales. Nos preguntamos ¿Cuál es la lógica en la cual se anclan estos afectos.

En primer lugar digamos que hay un vector temporal en el funcionamiento general de la compañía, en tanto génesis, apogeo y caída de Jordan. Los éxitos de la empresa en un primer momento significan para cada vendedor la adquisición de dinero por las comisiones que derivan de la venta de acciones que les permite modificar radicalmente su nivel de vida. La empresa se convierte en la plataforma ideal para pasar de loser a nuevos ricos.

Pero la mística de la empresa no se constituye solamente por su finalidad sino por ser un entre, un constante pasaje. Vivir en medio de, significa que todo el tiempo es necesario estar a la conquista: cazar clientes es una tarea de todos los días. Demostrarse a sí mismos que en medio de la incertidumbre pueden seducir clientes y lograr que confíen en ellos es una aventura constante. De ahí la adrenalina de los teléfonos, el relojeo de monitores, la imaginación en chamuyos y tácticas dialécticas, los gritos, la necesidad de festejos permanentes. Vivir en el presente requiere que a cada momento se demuestre estar a la altura. Cada minuto es un desafío. Esto explica que si bien es cierto que cada venta es pasar un umbral de rentabilidad y mejorar posibilidades de consumo y respeto social, no solo para cada uno de ellos, sino para la empresa-orga en relación con otras, es la travesía misma de esos umbrales una experiencia ferviente para los vendedores de acciones.

Pero vale decir que esta incertidumbre nunca pone en duda su razón de ser: vendedores. El entre es un eterno presente: ser vendedores de acciones con las cuales la gente se endeuda con finales inciertos para cada uno. Paradójicamente este accionar en la inmanencia, en el desafío de sí perpetuo, claudica toda creación de otra forma de vida.

Antes de cerrar este  punto otra pregunta: ¿no se puede ubicar al burgués como aventurero al inicio del capitalismo y no solamente en su fase contemporánea? Además del cálculo ascético que postulan algunos, ¿el arrojo y el desafío de lo imprevisto ya no están en su origen primero? (para seguir esto recomiendo la fabulosa película de Paul Anderson “Petróleo sangriento”).

6- Tipos de moneda y emociones

La historia de Jordan y su banda es seguramente un fresco de la elite global que habita Walll Street, entre otras posibles (en línea con la peli ya de culto “America Psyco”). A su vez, expone una diferencia más que sensible con respecto a la burgesía europea de banqueros (ver “El capital”, de Costa Gavras).

Pero más allá de pensar las vivencias de los acreedores como clase dominante, el tema de los afectos no se acaba ahí. También irrumpe en los deudores. Interesante a propósito una de las publicidades de Tarjeta Naranja al respecto. Se llama “Hernán”. Todos la recordamos: un flaco medio rubiecito entra a un negocio y saca su tarjeta emulando a He-Man. Con la musiquita y todo, se trasforma en un ser superpoderoso. La brusca y emocionante mutación en su composición subjetiva implica una potencia de consumo que antes no poseía: un infinito de mercancías abierto a su merced.

El dinero como sueldo permite intercambiar aquí y ahora por infinidad de mercancías de todo tipo: ropa, salidas, vacaciones, etc. Pero la moneda en tanto capital no solo es capaz de generar más moneda por inversiones, sino de potenciar ampliamente la moneda sueldo aumentando brutalmente su capacidad de apropiación del mundo. Pero la financiarización para nosotros consumidores -que también implica una fiebre erótica- tampoco nos arroga  a una embriaguez creadora sino que nos incorpora en una matriz de sujeción social.

La lógica de la deuda es una forma de gobierno abrumadoramente eficaz de nuestras vidas. Con bocha de complejidades y matices, se despliega en las fibras vitales de nuestro tiempo, especialmente, permitiendo una amplia democratización en el acceso de las cosas del mercado.  Y en este escenario de consumo masivo se hace vital investigar políticamente diferentes tipos de fugas, desde  saqueos hasta formas más sutiles como engaños diversos, hasta intervenciones más estructurales como la invención de créditos sin interés ni control. Tampoco podemos negar la retroalimentación del crédito capitalista pero utilizando ese dinero para constituir formas de vida no consumistas. El problema de fondo no es “dinero, si-dinero, no”. Se trata de deseos sociales y como estos se van encarnando en diferentes dispositivos que le dan vida a su ideal. En la escena final del film, apreciamos al gran Jordan que hundido se dedica ahora a dar charlas para vendedores (el ganador, te enseña a ganar). Utiliza el método de la lapicera: “véndeme esta lapicera”, es la invitación. Mientras diferentes discípulos de Jordan lo intentan, la cámara de Scorsese se pasea por la rostridad de cada uno de los vendedores: percibimos la expresión de un regocijo, de un asombro por saber aquello que tanto promete… Y de esto se trata: de cómo de desactivar la promesa del modelo de vida consumista ya que sin ese deseo de gestión de alegrías no hay necesidad de crédito, y crujen así los soportes de un poder que a pesar de la sonrisa, nos somete.

Inmersión en Silicon Valley: Ritornelo 2

por Carolina di Palma 


Es el fin de la oralidad. Comenzamos por San José: ensimismadas, las personas no hablan. Están con otros pero en otro espacio. Tienen auriculares, miran hacia abajo y tocan el celular. Silencio. 

Es el fin, además, del imaginario moderno acerca del “occidental”. El occidental ahora son chinos e hindúes. Ya decíamos con Eugenia: el new age disputa el nuevo sentido común de la nueva modernidad. No se ven casi anglosajones. Los latinoamericanos estaremos para otra cosa porque por acá no se ven. Quizá, luego de la devaluación, ahora que somos más baratos, entremos en esta escena (en realidad, sabemos que los argentinos de Globant trabajan para Microsoft hace ya mucho tiempo).

Nos viene a buscar Alex, un hindú taxista, o un taxista hindú. Hasta ahora todos los taxistas son hindúes o negros. Nos lleva hasta la estación Lawrence del Caltrain Train. Vamos hasta San José, el lado opuesto de San Francisco en el recorrido del tren.  Nos ayuda un homeless con pelo largo y barba larga a sacar los boletos. El tren llega puntual. No hay casi gente. Bajamos. Buscamos un kiosco y pedimos un mapa. Se ríen. En el kiosco venden frutas además de gaseosas. Pedimos dos café chicos, nos dan dos café enormes. Devolvemos uno. Pedimos que nos vendan un vaso. Nos lo regalan. Vaciamos un café en dos vasos. El señor del kiosco nos mira, agarra los dos vasos y los llena de nuevo. Nos los regala, dice. 

Una chica nos ayuda a buscarnos en el mapa, saca su celular, pone su GPS y nos encuentra. Buscamos esa ubicación en el papel. Estamos cerca del Tech Museum.  Comenzamos la caminata. Pasamos por el City Bank, por el Fremont Bank, por el Boston Bank, por el Bank of América, por el Union Bank, por la International Technological University, la Pacific Gas and Electronic Company, La San Jose Water Company   y llegamos a Adobe.   Adobe nos recibe con “Customer experience center” y con “Creative cloud”, y un edificio de hormigón armado tan grande como los bancos.

Caminamos un poco más y llegamos al Tech Museum. Lo banca Cisco, Flextronicis, Microsoft, Nokia, Intel, Accenture y algunas fundaciones. Ponen entre 1 millón y 10 mil dólares cada uno. Todo escrito sobre placas de mármol. En el museo hay miles de experiencias interactivas sensoriales de todo tipo. Realidad aumentada, códigos QR, VJ, cine 3D, impresoras 3D, robótica, electrónica lúdica, programación,  music maker, controlleres, reactable.

Arriba, La revolución del microchip, circuitos integrados o chips de silicio. “Más de 30 millones transistores modernos entran en la cabeza de un alfiler. Se fabrican alrededor de 10 quintillones de transistores cada año. Eso es 100 veces el número de hormigas que hay en la tierra”.

Seguido, La revolución del silicio. “Para enviar información, un transistor en un microchip tiene que estar completamente encendido o totalmente apagado, no en algún punto intermedio. El elemento químico silicio hace funcionar estas interrupciones completas. Presente por todo el mundo,  el silicio es un semiconductor,  un material que permite un control preciso de la electricidad. Cuando se mezcla con otros químicos en proceso llamado dopaje, el silicio permite pasar únicamente las grandes explosiones de electricidad, haciendo señal de 1 o encendido. Pero el silicio dopado impide pasar a las explosiones más pequeñas de electricidad, produciendo una señal de 0 o apagado”.

Más adelante, La velocidad. “Se suelen usar hercios o Hertz para medir la velocidad de los microchips. Un microchip de 1 megahertz envía un millón de pulsos de instrucción por segundo. Un microchip de 1 gigahertz  envía 1 billón de pulsos de instrucciones por segundo. A medida que se reduce el tamaño de los transistores, aumenta la velocidad de los microchips”

Nos detenemos a comer algo al medio día y conseguimos ensaladas en paquete de plástico. El mozo del bar nos consigue limón. Sale del museo y vuelve con limón para nosotros.  Enfrente, la Tech Store.  Mil y un tipo de juguetes de electroartesanado. Cómo armar tu telescopio, cómo armar tu propio panel de energía solar, cómo armar tu auto solar, cómo armar circuitos integrados de plástico y baterías con cables simulando los reales y, por supuesto, los mil y unos robots caseros. Estática y levitación.

La literatura: Geometría sagrada, Matemáticas en minutos, 62 proyectos para hacer con una computadora obsoleta,  Good Night galaxi, Los elementos, una guía ilustrada de la tabla periódica, Físicos del futuro, Matemáticas, una historia ilustrada de los números, Antes del Bigbang, Los 9 enigmas de la física, El libro de la ignorancia general, El poder de la música, Nerd Culture, Números cósmicos, Música y cosmología.

Tecnología beneficiando a la humanidad, se llama otro nivel del Museo. “2.5 billones de personas no tienen cuenta de banco. Solution: Kiva.org ensambla personas por internet generando oportunidades de negocios. Superbomba Moneymaker, para trabajar la tierra en India. Listos, cámara, acción, para denunciar mediante las filmaciones distintos tipos de abusos. En Bangladesh muchas personas no pueden encontrar lo que necesitan en sus mercados locales. Cell Bazzar usa sus celulares para crear un mercado digital con muchas opciones. Este conecta a más de 12 millones de compradores y vendedores potenciales que no tienen acceso a internet. Making markets móbiles. Culpable, The Innocence Projects usa pruebas de AND para probar la inocencia de las personas acusadas por crímenes. Muchas personas inocentes son enviadas a la cárcel por declaraciones de testigos”.

Otro nivel, The espirit of American innovation for a Global Society. Curiosidad, determinismo, tenacidad, fe, coraje, creatividad, diversión, tiempo, visión, confianza, comunicación, sinergia, libertad, confianza, aceptación”.

And the last level, atrás, muy escondido, como en un recoveco. El Tech museum agradece la donación del Data Center. Lead Sponsor: Cisco. Visionary sponsor: Microsoft. “Las computadoras del Data Center envían y reciben la información necesaria para que el museo funcione. Este equipamiento controla todo lo que se exhibe en el museo. Estas máquinas hacen funcionar los sistemas de calefacción, enfriamiento, fuego, luz y seguridad. Los sistemas de telefonía, de internet e intranet”.

Salimos del museo. Están de moda los anteojos rectangulares, las camperas infladas negras y los jeans, esta vez en los chinxs e hindúes de la city. 

Leemos en la calle sobre piedra en bronce: “Vale más la revolución que viene que la que se fue”. 

Nos entendemos con casi todos finalmente en castellano: California es bilingüe, inglés y castellano. 

En la calle agarramos todas las revistas y diarios impresos gratis. Leemos: “La vivienda sobre palitos. Vivir en San Francisco ya no es como antes. La Clase trabajadora esta parada sobre una frágil base que depende del lucrativo mercado inmobiliario. Los desalojos y el incremento de la renta obedece a lo que llaman la nueva “fiebre del oro” en este lado del norte de California y que son las compañías tecnológicas que alimentan las redes de Internet y en el área de medicina de vanguardia se llama Genentech”.

Otra nota: “11 millones de personas trabajan en negro en Estados Unidos”.

Una publicidad en vía pública dice: Want to meet caps? Drive fast.

Un cartel en el kiosko dice algo genial: “A little bit of everithing”. Esta frase me la llevo en el corazón.

Regresamos a casa, dejamos los zapatos en la entrada y cenamos a las 19hs.  Se asoma corriendo descalzo un chino de 5 años, aparece en la cocina mientras cocinamos y dice Hello!!! 

– Oh! What a nice surprise!, digo yo. 
– Who are you?  
– I am Carolina, what is your name?  
– I am Tony, dice el niño y se va resbalando por el piso de madera a toda velocidad.


Tony?

Las escuelitas de abajo

por Raúl Zibechi

Habrá un antes y un después de la escuelita zapatista. De la reciente y de las que vendrán. Será un impacto lento, difuso, que se hará sentir en algunos años pero marcará la vida de los de abajo durante décadas. Lo que vivimos fue una educación no institucional, donde la comunidad es el sujeto educativo. Autoeducación cara a cara, aprendiendo con el alma y con el cuerpo, como diría el poeta.
Se trata de una no pedagogía inspirada en la cultura campesina: seleccionar las mejores semillas, esparcirlas en suelos fértiles y regar la tierra para que se produzca el milagro de la germinación, que nunca es segura ni se puede planificar.
La escuelita zapatista, por la que pasamos más de mil alumnos en comunidades autónomas, fue un modo diferente de aprendizaje y de enseñanza, sin aulas ni pizarras, sin maestros ni profesores, sin currícula ni calificaciones.La verdadera enseñanza comienza con la creación de un clima de hermanamiento entre una pluralidad de sujetos antes que con la división entre un educador, con poder y saber, y alumnos ignorantes a los que se deben inculcar conocimientos.
Entre los muchos aprendizajes, imposibles de resumir en pocas líneas, quiero destacar cinco aspectos, quizá influenciado por la coyuntura que atravesamos en el sur del continente.
La primera es que los zapatistas derrotaron las políticas sociales contrainsurgentes, que son el modo encontrado por los de arriba para dividir, cooptar y someter a los pueblos que se rebelan. Al lado de cada comunidad zapatista hay comunidades afines al mal gobierno con sus casitas de bloques, que reciben bonos y casi no trabajan la tierra. Miles de familias sucumbieron, algo común en todas partes, y aceptaron regalos de arriba. Pero lo notable, lo excepcional, es que otras miles siguen adelante sin aceptar nada.
No conozco otro proceso, en toda América Latina, que haya conseguido neutralizar las políticas sociales. Este es un mérito mayor del zapatismo, conseguido con firmeza militante, claridad política y una inagotable capacidad de sacrificio. Esta es la primera enseñanza: es posible derrotar las políticas sociales.
La autonomía es la segunda enseñanza. Hace años escuchamos discursos sobre la autonomía en los más diversos movimientos, algo valioso por cierto. En los municipios autónomos y en las comunidades que integran el caracol Morelia, puedo dar fe de que construyeron autonomía económica, de salud, de educación y de poder. O sea, una autonomía integral que abarca todos los aspectos de la vida. No tengo la menor duda de que lo mismo sucede en los otros cuatro caracoles.
Un par de palabras sobre la economía, o la vida material. Las familias de las comunidades no “tocan” la economía capitalista. Apenas bordean el mercado. Producen todos sus alimentos, incluyendo una buena dosis de proteínas. Compran lo que no producen (sal, aceite, jabón, azúcar) en tiendas zapatistas. Los excedentes familiares y comunitarios los ahorran en ganado, con base en la venta de café. Cuando hay necesidad, por salud o para la lucha, venden alguna cabeza.
La autonomía en la educación y en la salud se asienta en el control comunitario.La comunidad elige quiénes enseñarán a sus hijos e hijas y quiénes cuidarán la salud. En cada comunidad hay una escuela, en el puesto de salud conviven parteras, hueseras y quienes se especializan en plantas medicinales. La comunidad los sostiene, como sostiene a sus autoridades.
La tercera enseñanza se relaciona con el trabajo colectivo. Como dijo un Votán: “Los trabajos colectivos son el motor del proceso”. Las comunidades tienen tierras propias gracias a la expropiación de los expropiadores, primer paso ineludible para crear un mundo nuevo. Varones y mujeres tienen sus propios trabajos y espacios colectivos.
Los trabajos colectivos son uno de los cimientos de la autonomía, cuyos frutos suelen volcar en hospitales, clínicas, educación primaria y secundaria, en fortalecer los municipios y las juntas de guen gobierno. Nada de lo mucho que se ha construido sería posible sin el trabajo colectivo, de hombres, mujeres, niños, niñas y ancianos.
La cuarta cuestión es la nueva cultura política, que se arraiga en las relaciones familiares y se difumina en toda la “sociedad” zapatista. Los varones colaboran en el trabajo doméstico que sigue recayendo en las mujeres, cuidan a sus hijos cuando ellas salen de la comunidad para sus trabajos de autoridades. Las relaciones entre padres e hijos son de cariño y respeto, en un clima general de armonía y buen humor. No observé un sólo gesto de violencia o agresividad en el hogar.
La inmensa mayoría de los zapatistas son jóvenes o muy jóvenes, y hay tantas mujeres como varones. La revolución no la pueden hacer sino los muy jóvenes, y eso no tiene discusión. Los que mandan, obedecen, y no es un discurso. Ponen el cuerpo, que es otra de las claves de la nueva cultura política.
El espejo es el quinto punto. Las comunidades son un doble espejo: en el que podemos mirarnos y donde podemos verlas. Pero no una o la otra, sino las dos en simultáneo. Nos vemos viéndolas. En ese ir y venir aprendemos trabajando juntos, durmiendo y comiendo bajo el mismo techo, en las mismas condiciones, usando las mismas letrinas, pisando el mismo lodo y mojándonos en la misma lluvia.
Es la primera vez que un movimiento revolucionario realiza una experiencia de este tipo. Hasta ahora la enseñanza entre los revolucionarios reproducía los moldes intelectuales de la academia, con un arriba y un abajo estratificados, y congelados. Esto es otra cosa. Aprendemos con la piel y los sentidos.
Por último, una cuestión de método o de forma de trabajo. El EZLN nació en el campo de concentración que representaban las relaciones verticales y violentas impuestas por los hacendados. Aprendieron a trabajar familia por familia y en secreto, innovando el modo de trabajo de los movimientos antisistémicos. Cuando el mundo se parece cada vez más a un campo de concentración, sus métodos pueden ser muy útiles para quienes seguimos empeñados en crear un mundo nuevo.

Inmersión en el Silicon Valley. Ritornelo 3

por Carolina di Palma



Apple es un imperio de hormigón armado. Es como entrar a Nordelta pero de oficinas y sobre tierra fértil. Tiene avenidas en el medio de cada uno de sus edificios.

“Infinite loop” dice la entrada verde.

En la entrada amarilla, Apple divide los edificios de su campus por colores, tres empleados regresan de comer. Les cuelgan sus credenciales de los bolsillos y rastas de las cabezas. Al mismo tiempo, en el vaivén de la puerta de vidrio, sale otro empleado, lleva bajo el brazo su skate, la tira al piso, se pela una banana y comienza a andar. Finaliza su jornada.

Varios micros negros y grises hacen paradas en Apple violeta para trasladar más empleados.

En el Apple Company Store la compu más barata cuesta 1000 dólares. Hay un montón de ropa de colores gris o negra lisa con el logo de la manzanita. De todas formas ahí no se vende nada, solo es “souvenir”.
Venden ropa para bebé, blanca, con el siguiente texto: User guide not included.

En el after hour que está enfrente hay un gran mural. Varios trabajadores, cosechando, una mujer cargando atrás y un hombre cortando adelante. En el fondo y arriba a la izquierda, un hombre levantando un vaso de cerveza. Hay estrellas abajo en sombra.

Cuando volvíamos llegamos a ver a Cathai bank, US bank, Bank of the west, HSBC, Technology credit union. Leímos las revistas gratis en una plazoleta. Chinas que hacen masajes en tu tiempo libre, terapias con cannavis, tarot, brujas, chamanes, campus de vacaciones de Lego, chicas para el “make a real conection”, consejos para dormir mejor, consejos naturales, meditación, frutas, yoga, consejos de evitar estimulantes, abogados para inmigrantes, un montón de búsquedas para technology jobs y mucho más, pasen y vean. 

Pronunciamiento contra las agresiones a las Bases de Apoyo Zapatistas (Oaxaca)


A LAS ESTUDIANTAS Y ESTUDIANTES DE LA ESCUELITA
A LAS Y LOS ADHERENTES  A LA SEXTA
A LOS MEDIOS LIBRES
A LA RED CONTRA LA REPRESION Y POR LA SOLIDARIDAD
A LAS BASE DE APOYO ZAPATISTAS
AL EJERCITO ZAPATISTA DE LIBERACION NACIONAL
Desde la Universidad de la Tierra de Oaxaca nos pronunciamos como estudiantes de la Escuelita Zapatista y adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona por las recientes agresiones que sufrieron nuestras compañeras y compañeros bases de apoyo del ejido 10 de abril, municipio autónomo en rebeldía 17 de noviembre por parte de la CIOAC “democrática”.

El pasado 1 de febrero las y los compañeros de la Junta de Buen Gobierno del Caracol de Morelia denunciaron el ataque perpetuado por la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC) donde compas resultan heridos de gravedad y otros presentan heridas leves. Así como las agresiones que recibieron los integrantes del Hospital San Carlos a l@s cuales se les impidió a toda costa realizar sus actividades. Denuncia aquí

Desde el dolor y la rabia alzamos la voz en la ciudad de Oaxaca. Esta agresión es el espejo del derrumbe de los malos gobiernos, los medios al servicio del poder quieren esconder, maquillar y silenciar sus torpes decisiones. No lo lograran, así como no lograran atacar a la autonomía zapatista. Consideramos esta agresión en el marco de la violencia y la represión que se vive en todo el pais y especialmente en contra de las organizaciones independientes y autónomas. Aquí en Oaxaca se ataca constantemente a tod@s aquellos que se opongan a los megaproyectos de muerte y a las y los que luchan contra la prisión política dentro y fuera de la cárcel.

Hay que recordar que a los estudiantes y estudiantas nos abrieron las puertas de sus casas, aprendimos de su lucha, conocimos la resistencia desde adentro y vimos con nuestros propios ojos la organización cotidiana y rebelde, hoy nos sumamos a las denuncias que compañeras y compañeros de diferentes partes del mundo estan realizando, abrazamos a tod@s l@s compañer@s bases de apoyo zapatista del Ejido 10 de abril y les decimos desde Oaxaca que ¡NO ESTAN SOL@S! ¡SI TOCAN A L@S ZAPATISTAS NOS TOCAN A TOD@S!

Hacemos un llamado a tod@s los adherentes a la sexta y estudiantes de la escuelita zapatista a manifestarse y movilizarse cada quien con sus modos y formas y según sus posibilidades y geografías por nuestr@s compas zapatistas. Es el momento de demostrar que la Esuelita y los últimos esfuerzos de los pueblos zapatistas estan construyendo puentes con la sociedad civil nacional e internacional. Usemos nuestros espacios, calles y plazas para difundir e informar sobre esta agresión y no permitir que se repita.
¡ALTO A LAS AGRESIONES A LAS COMUNIDADES AUTONOMAS ZAPATISTAS!

¡VIVAN LOS PUEBLOS ZAPATISTAS!

¡VIVA EL EJERCITO ZAPATISTA DE LIBERACION NACIONAL!
Universidad de la Tierra de Oaxaca
Integrantes del seminario “Caminos de la Autonomía”
Círculo de Información y Apoyo “Veredas Autónomas”

La menopáusica

por María Galindo 
(Mujeres Creando)
Si hay algo que caracteriza a la mujer menopáusica no es el malhumor, ni los arranques emocionales, ni los desequilibrios existenciales, sino el fuego. El calor intenso y sorpresivo que le sale desde dentro del cuerpo, la temperatura tropical de la piel y del alma, como si tuviera en su interior aguas termales que de pronto salen a la superficie; como si fuera un volcán dormido que ha empezado a hacer erupción.

La menopáusica puede amanecer destapada en pleno invierno paceño, o dormir desnuda sin pasar frío, necesita abrir las ventanas, y si tuviera alas, segura estoy de que veríamos no una, sino varias menopáusicas volando en el cielo al lado de los pájaros.
Ese fuego interno, que todos los ginecólogos, todos hombres y todos profundamente misóginos, insisten en patologizar y en «curar”, es un fuego purificador que marca para las mujeres el cierre definitivo de una de las etapas más pesadas y más tortuosas de su vida: es el fuego que anuncia el fin de la etapa reproductiva.

Aparece en ese contexto la menopausia, anunciada como una catástrofe en la condición más importante de la «feminidad”, inclusive parece anunciar la expulsión del mundo erótico. Se la presenta como un decaimiento, como el principio del final; aparece representada como un desequilibro hormonal y como una pérdida de sensualidad, cuando podría representar justamente todo lo contrario.

Estamos frente a un juego de interpretaciones, donde el criterio parece que lo impone la sociedad patriarcal, con un libro de ciencia en la mano, escrito por hombres y para privilegio de ellos.

Lo que juega a favor de la menopáusica es que ella ya ha vomitado, superado y atravesado por todos y cada uno de los mitos con los que somos domesticadas las mujeres. Ya sabe que todas las culpas y amenazas no valieron ni las lágrimas, ni mucho menos el esfuerzo: sabe que todo es mentira.

El fuego dentro no anuncia el fin de la vida sexual, sino el principio de otras formas de libertad. No es que ya no quiere tener sexo, sino que pretende que sea un sexo placentero, pleno y sin concesiones.

Se me antoja ver a la menopáusica como perra callejera, como felina que conoce el bosque, como fiera que sabe sacar las garras y defenderse. Ya no está dispuesta a sonreír ni conceder como lo hacía antes, se le acabó la paciencia, se le acabó la complacencia y estalla: tira puertas y demuestra que en su ser el instinto de libertad ha cobrado un nuevo brío.

No es la adolescente que defiende lo que está por conocer; es la mujer que inicia un nuevo ciclo de libertad, pero esta vez con una sobredosis de descaro. El calor que lleva dentro acalora sus palabras, sus exigencias para con la vida y hasta parece que fantasías muertas se revitalizan con su sudor inesperado.
Puede tratar mal a un jefe que la acusa de menopáusica, puede exigirle a un hombre mejor desempeño en la cama, puede tirarle la puerta a un hijo que también la acusará de menopáusica.

Decirle menopáusica es acusarla de vieja, de desechable, de insoportable, de irracional, de sustituible. Ella no tiene tiempo para rebatir estupideces, sabe que ha perdido muchas horas esperando lo que nunca pasará. No se detiene a rebatir el discurso simplemente explota y continua, firma el acta de divorcio, deja de confesarse, se queda los domingos por la mañana en cama mientras el mercado espera en vano. Se pone buzo, pasea con su perro, lo baña y lo besa. Juega con las sábanas y deja de escucharte, de atenderte y de esperarte.

Inmersión en el Silicon Valley: Ritornelo 4

por Carolina Di Palma


Volvemos a San José. Nos quedó pendiente el Children´s  Discovery Museum. Entramos y la primer foto que hacemos es a los cochecitos de bebes estacionados a 45 grados. Es un museo para experimentar. Pero para experimentar un poco al modo occidental y un poco al modo oriental. Ya van a ver.

Tiene tres pisos. En Planta baja, hay algo que se llama Streets, para que los chicos investiguen sobre las luces y sonidos de la ciudad. La generación de energía la producen ellos mismos a través de mecanismos manuales. En la misma planta, hay  un espacio para “Descubrir a los mamuts” con instalaciones interactivas con sombras, huesos, arena, relieves. Los niños juegan como en una plaza pero del paleolítico  y digital. Un poco más atrás, un lugar para pintarse las caras, con espejos, luces y colores. Más adelante, un “Rainbow  market”, donde podes “comer un arcoíris todos los días”, descubriendo los colores de las frutas y verduras. En la planta baja un lugar para experimentar con agua y hacer burbujas de todos los tamaños. En el subsuelo un sector que se llama “Musicians at work”, y ahí de nuevo, el obrero trabajador de la nueva película de Lego pero hacedor de música con objetos, con tachos, con tubos, con canias. Casco de plástico amarillo de juguete y mameluco con borde naranja fluo para que usen los pequeños. Subimos al primer piso por unas escaleras que suenan como un piano. De un lado, nos encontramos con “Los secretos de los círculos”, un espacio para hacer una inmersión en círculos. La escenografía es oriental, hay una balsa, con sombreros chinos para que usen los chicos, remos, un dragón como tobogán, y estos stops para el recorrido:

1. el mundo está lleno de secretos circulares
2. estos círculos están formados  por tres luces que giran alrededor de un punto central
3. los círculos son fuertes y eficientes
4. los círculos son perfectamente simétricos cuando los cortas al medio
5. muchas cosas redondas se hacen por medio de movimientos giratorios
6. explora las maneras en que los humanos usasn los círculos y como aparecen en la naturaleza
7. mover un círculo plano en el espacio puede hacer formas circulares tridimensionales
Se nos viene a la memoria el Infinte loop de Apple y el tiempo lineal y cronológico de la modernidad.

Avanzamos un poco más y entramos a “The wonder cabinet”, escenografía claramente china, donde a los chicos se los interpela así: escucha, toca, pretende, rueda, viaja, explora el túnel, huele, muévete. Al final, al salir, un cartel pregunta: ¿Aprendió algo nuevo hoy sobre su hijo?

Casi a la salida del museo una gran pista de baile con luces de boliche para que los chicos muevan el cuerpo. “Discovery dance zone”. Al Museo, en realidad, a cada parte del Museo, porque museografía no tiene, la banca The Bryan and Debora Stolle Famiy Found, San Jose Water Company y Spears Manufacturing.

Salimos, buscamos un lugar para comer y entramos a una sandwichería donde se puede pedir mitad de sándwich y sopa. Agarramos todos los diarios zonales y leemos: “ADD, depresión, ansiedad, fobias”, “Transform your health, mind, body and soul” y la imagen de una manzana con mordida de corazón,  “Less is more”, sobre las cirugías estéticas, “My husband has ADD”, insisten con el ADD, ahora en adultos, “Growing up global”, todas las escuelas son Montesori, mucha palabra amor, por ejemplo, “Score a goal with love”.

Llueve, las avenidas están sin gente, pasamos por Ernst and Young, Focus business bank, Comerica bank, City national bank, Bridge bank, Sunwize, Move, Deloitte, Apigee, Atmel, Ney York Life, Invent sense, Verikone, Atrenta, Perkin, Internap, CRA TV, Kopin, Teredata, nos cansamos y llegamos a INTEL, en Santa Clara. Primer procesador en 1971, el Intel 4004. Tera Flops reserach chip con capacidad de 1 trillón de cálculos matemáticos por segundo. Ropa Intel y todos los microprocesadores que conocemos. Videos interactivos, pantallas táctiles, astronautas de Intel, y un musulmán en la recepción. ¿Podrías por favor pedirnos un taxi a Caltrain station, please? Sale en breve un micro gratis a la estación, nos contesta. Y señala: El sale con uds. Un empleado de Intel. ¿Trabajas acá? Le preguntamos. Sí, ¿Uds visitando el museo, porque?, nos pregunta. Por estudios culturales, contestamos. Oh, yo soy antropólogo de Intel. Mi trabajo consiste en ver cómo acercar un microprocesador a la gente común como nosotros, dice.

Big bang.

Mujer y cuerpo bajo control: entrevista a Rita Segato

por Karina Bidaseca


Rita Segato es una intelectual feminista lúcida. Vive en Brasil, nació en el barrio porteño de Constitución y se define como una mujer del Sur. Comprometida con el feminismo latinoamericano, los movimientos indígenas y el movimiento negro en Brasil, sus libros son un bálsamo al cual recurrir para poder penetrar los grandes dilemas de nuestro tiempo. Acaba de publicar La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez (Tinta Limón Ediciones). Esta entrevista realizada en Buenos Aires es un fragmento de una charla sobre renovados proyectos emancipadores.
–¿Qué cambios ha observado en Ciudad Juárez, y en su propia reflexión, en la década que va de 2003 a 2013?
–En Ciudad Juárez descubro el territorio, la territorialidad. Lo que antes se decía “estar en la base” hoy se dice “estar en el territorio”. Ha pasado a formar parte del vocabulario de las personas y del vocabulario político. En 2003 yo empiezo a ver al cuerpo de las mujeres como una función territorial, como territorio mismo y lo relaciono con la idea de soberanía. Desde los 70 se venía hablando de la posición de la mujer como “naturaleza”, lo que después pasó a ser criticado dentro del feminismo. Eso pasó a ser muy fértil de varias formas: comencé a decir que el cuerpo de las mujeres era el propio campo de batalla donde se plantaban las banderas del control territorial, jurisdiccional, donde las nuevas corporaciones armadas en las modalidades mafiosas de la guerra no convencional, emitían los signos de sus siempre fugaces victorias, de su capacidad de soberanía jurisdiccional e impunidad, y también comencé a pensar en los porqués del cuerpo como ese bastidor en que se cuelgan insignias. También vi, que el cuerpo es nuestro último espacio de soberanía, lo último que controlamos cuando todas nuestras posesiones están perdidas. Las afinidades semánticas entre cuerpo y territorio, dentro del paradigma colonial, son infinitas… Posiblemente el cuerpo indio no tenga, desde una perspectiva pre–colonial o no–colonial, esos mismos significados. Pero la colonialidad se los asigna. Esto, cruzado con las políticas de las identidades, cuya crítica es el tema central de mi libro La nación y sus otros es también, y de otra forma, fértil. El formateo de las identidades, como soporte de la política, tiene que ver también con lo territorial, lo que voy a llamar en dos ensayos de ese libro y en otro texto posterior el carácter territorial de la política hoy. La cultura política de las identidades es también territorial y, si prestamos atención, constataremos que hasta la política partidaria es hoy una cuestión de identidad y, por lo tanto, de territorio. La expansión de las identidades en red, las formas de anexión de miembros a redes identitarias o, en otras palabras, en redes como territorios, es hoy el tema y el proyecto de la política. Así como la religión hoy se prende al control fundamentalista de los cuerpos (y aquí coloco en el mismo plano el velo obligatorio en el islam y la obsesión anti–abortista entre los cristianos) por razones que son de soberanía jurisdiccional y no de orden teológico, moral o doctrinal, de la misma forma, las razones de la política son hoy del orden de la cohesión y de las alianzas y, en ese sentido hasta la política partidaria es hoy “política de identidad” y su proyecto puede ser también comprendido como territorial, entendiendo la red de sus miembros como su territorio. Entonces, el tema de los cuerpos, de su control y de la espectacularización de ese control sobre los cuerpos se ha vuelto central en la política.

–¿Cómo define la política de la identidad?
–Cuando cae el Muro de Berlín y finaliza la Guerra Fría, el paradigma dominante de la crítica política pasa a ser el de la política de las identidades. Identidades que, para ese fin, pasan a ser formateadas y globales. La crítica antisistémica, al sistema capitalista y sus metas de acumulación y concentración pasa a ser sustituida por una política de identidades y se enfoca en lo distributivo. En ese sentido el discurso de los DDHH pasa a tener un papel que poco se ha examinado y cuya meta “inclusiva” no es otra que la de poner límites al pacto estado–capital. En lugar de la crítica anti–sistémica, pasa a considerarse que deben haber algunas garantías de protección para aquellos que no son igualmente “productivos”, “desarrollados”, “modernos” o, mejor, “modernizados”, para que puedan incluirse, no sólo a los derechos sino también en el mercado. Las políticas de inclusión siempre hay que mirarlas bajo un signo de interrogación. Son interesantes como agitación porque cuando uno dice “hay que incluir” está también apuntando a fallas severas del orden social, de la justicia, del bienestar colectivo. Entonces los DDHH entran ahí, cuando hay que poner límite a la intervención del capital en las instituciones, al poder del capital en el orden estatal. El capital nunca se satisface y los DDHH son la normativa que intenta ponerle coto a su injerencia. Las políticas de las identidades no son más anti sistémicas como fue la política del activismo de los 70. Cuando pasa ese período histórico, queda una especie de silencio, un interregno, durante el cual los de nuestra generación quedamos perplejos ante la caída del Muro. Aunque no fuésemos pro rusos, aquello era un mundo alternativo con un proyecto alternativo al capital. Cuando esa ilusión acaba, sobreviene un gran silencio. No tenemos una historia de la mentalidad, no he visto investigaciones de cómo se transforma la conciencia de las personas en el período que va desde los 60 hasta la transformación de los paradigmas de la política, de cómo se transformó el paisaje de nuestra conciencia a través de un cisma ideológico muy profundo.
–¿Ha podido el discurso de los DDHH proteger a las personas de la violencia del proyecto capitalista? Y trasladado esto a las mujeres, ¿ha podido protegerlas de la masacre misógina?
–Creo que no, lo que estamos viendo es que ese techo de contención de los males a que pueden ser expuestas las personas muestra su incapacidad de protegerlas, y es indispensable liberarnos de nuestra fe cívica y comenzar a sospechar de la capacidad del Estado y de las organizaciones supraestatales para proteger a las personas. Más que de una fe cívica, estamos sufriendo hoy de una ceguera cívica. Hemos utilizado demasiado tiempo y puesto demasiadas fichas a la expansión de esos derechos y lo que vemos es un mundo en que nunca hubo mayor concentración de riquezas y las personas están cada vez más vulnerables. Tenemos que preguntarnos qué ha pasado y qué está pasando, cómo hemos perdido derechos básicos en la Argentina frente al camino del capital, es decir, a los valores de la competitividad, la productividad, la acumulación, la concentración cada vez mayor y la exclusión. Entonces el discurso de los DDHH, como promesa efectiva de protección por parte de cortes estatales supraestatales, es, hasta el momento, francamente ficcional, es una falsa conciencia. La justicia moderna es punitiva por naturaleza, no constructiva. Todo el peso es colocado en la negatividad, y prácticamente no hay resultados en los aspectos positivos de la justicia. Lo que es incontestable es el valor de agitación y pedagógico del discurso de los Derechos Humanos, en su capacidad de persuadirnos de que debemos transformar valores, costumbres, y por lo tanto, humanizarnos, azuzando nuestra insatisfacción ética por una mayor felicidad colectiva.
–¿En qué momento de su trayectoria se cruza con el pensamiento de Aníbal Quijano?
–Cuando escucho en él la manera más lúcida y más conmovedora de hablar de la raza y el racismo sin entrar en la trampa de las políticas de las identidades de matriz multicultural burguesa, que es ornamental: las figuritas del indio, del negro, cada uno haciendo su papel, Quijano propone cómo pensar la raza históricamente y no a partir de íconos de diversidad que son superficiales, cosméticos, enlatados, falsamente naturalizados, como en el multiculturalismo. Cuando cae el Muro se abren dos caminos nuevos de la política: uno es del multiculturalismo anodino, como le ha llamado Homi Bhabha, donde la estructura, o sea, el sistema, no está en juego y no cambia, y el otro camino es el de la crítica de la colonialidad como la estructura profunda que guía la reproducción de las desigualdades. La crítica de la colonialidad busca en las lógicas indígenas y en las lógicas comunitarias caminos alternativos al del capital. Quijano nos ofrece un análisis sociológico, filosófico e histórico que permite entender la raza como una invención histórica y por fuera completamente del multiculturalismo. La raza es producto de la racialización de origen colonial. Leí recientemente una propuesta de descolonización maravillosa en un libro publicado por el gobierno de Evo Morales, pero que no cita al autor que es el que genera esta idea de una colonialidad diferente del colonialismo y de un pensamiento descolonial. Y me pareció equivocada la utilización de formulaciones que son claramente de Quijano sin el debido reconocimiento de autoría. El reconocimiento de la gestación de las ideas es sagrado para mí, y no se trata de propiedad y sí de parentalidad. Reconocer autoría es muy importante sobre todo en nuestro mundo latinoamericano, en primer lugar porque un autor es una posición en la escena histórica y tenés que comprender la escena y la historia; si vos lo censurás, le negás este conocimiento a la gente, le negás acceso a la genealogía de ese pensamiento, el quién y el dónde. La genealogía permite situarse en una historia. Me doy cuenta de eso a partir de una lucha en la que participé activamente, como fue la lucha por las cuotas raciales de estudiantes negros en Brasil, cuyo proceso de gestación se ha censurado. Esa lucha –que protagonicé en 1998– contra la discriminación de un estudiante negro en el Doctorado de Antropología en la Universidad de Brasilia originó la primera propuesta de reserva de cupos para estudiantes negros y algunas medidas inclusivas para estudiantes indígenas. Hoy es una realidad consagrada pero condicionada a una censura de la historia que originó ese proceso debido a la cual muchos estudiantes negros piensan que un rector, un ministro o el mismo Lula tuvo un día una idea beneficiosa y, con un golpe de pluma, tuvieron la gentileza de firmar un decreto que les dio acceso a la universidad. Decirles que sujetos concretos, situados en las escenas históricas de nuestro continente pensaron propuestas que tomaron forma es hablarles de su propia potencia transformadora y constituye una verdadera pedagogía política. El reconocimiento de la autoría y del protagonismo son esenciales por esa razón autorizadora, especialmente en un continente en el que las universidades, por su eurocentrismo endémico, enseñan que las ideas y los grandes cambios históricos siempre se originan en otro lugar.
–¿Cómo pensar entonces la relación de afectación sumamente cruel y violenta del cuerpo de las mujeres por el paradigma territorial de la política?
–El cuerpo de las mujeres es particularmente afectado por este paradigma territorial que domina hoy el pensamiento contemporáneo. Como sostuve en mi libro Las estructuras elementales de la violencia , la violencia sexual tiene componentes mucho más expresivos que instrumentales, no persigue un fin, no es para obtener un servicio. La violencia sexual es expresiva. La agresión al cuerpo de una mujer , sexual, física, expresa una dominación, una soberanía territorial, sobre un territorio–cuerpo emblemático.
–¿Cómo mueren las mujeres en ese espacio de la guerra que has llamado “segunda realidad”?

–La mujer muere en el espacio doméstico por la gran lucha, la gran tensión entre los géneros, porque el hombre está masacrado, emasculado por el capitalismo contemporáneo. La presión sobre el sujeto masculino es enorme, y éste se restaura como masculino también mediante la violencia. Restaura dentro de casa la masculinidad que pierde fuera de casa. Pero también la mujer muere en otras esferas. Por ejemplo, en las estadísticas de Bolivia entre 1 de enero y el 31 de agosto de 2011, de todos los asesinatos cometidos, 62,5% son de mujeres, y menos del 51% ocurren en el espacio doméstico; el otro 49% ocurren en otro lugar y eso nuestras categorías no lo alcanzan a ver. Muchos de esos óbitos, que, cada vez más ocurren fuera del ambiente doméstico, son de mujeres que mueren en las guerras informales de la segunda realidad, esfera en que las mujeres y, en algunos casos, niñas, como lo fue Candela, son torturadas, violentadas sexualmente, asesinadas como espectáculo de la soberanía de quien tiene el control territorial en esas guerras que nunca empiezan y nunca terminan, que son guerras continuas, sin declaración y sin armisticio, sin victorias ni derrotas más que transitorias. La impunidad y discrecionalidad de lo que se puede hacer con el cuerpo de las mujeres como el lugar donde se implanta la insignia de la soberanía expresa el control territorial en la modalidad mafiosa de las nuevas guerras informales.

Inmersión en el Silicon Valley: Ritornelo 5

por Carolina Di Palma

Son las 8PM y comenzamos a dormirnos. Sueño que estoy con mis primas de Los Ángeles, las Di Palma. Sueño que nos encontramos en la estación del Cal Train de San Francisco y nos abrazamos, nos abrazamos mucho. Sueño que hace quince años que no nos vemos. Sueño que la última vez que nos vimos fue en Buenos Aires, en mi casa de Villa del Parque. Sueño que recuerdo la casa de ellas en Florida, mucho antes, cuando fuimos visitarlas y jugábamos en sus camas marineras.  Sueño que nos subimos al auto las tres y recorremos San Francisco bajo la lluvia, sueño que ellas ponen el GPS y vamos hacia el puerto.  Sueño que estacionamos, pagamos con tarjeta de crédito en el poste de  la vereda y entramos a un bar con olor a pescado fresco. Sueño que EDP me cuenta que estudió en Washington DC Criminalística, CSI (Criminal Science Investigation). Que trabaja de 6 am a 4 pm, que luego trabaja en su emprendimiento de huellas digitales y que muchas veces le suena el celular y trabaja a la noche 12 horas más en alguna investigación. Sueño que me cuenta que la mayor cantidad de crímines son violencia por drogas, todas, nos dice en el sueño, cocaína, marihuana, crack, heroína, y una gran variedad de pastillas. Sueño que además nos cuenta que que roban casas sin alarma, en las que tienen alarma, no roban. Sueño que RDP me cuenta que estudió también en Washington DC pero en la marina. Que vivió en bases navales y estuvo en las bases militares en Medio Oriente. Sueño que me cuenta que también hacía investigaciones criminalísticas pero dentro de las bases del ejército. Que los mayores crímenes eran entre hermanos o pandillas dentro de la base. Que la gente volvía muy mal de la guerra. Que muchos jóvenes quedaban sin límites de los padres que se iban a la guerra. Sueño que me cuenta que se divorció de su marido porque tenía “un tipo de personalidad Tigers Woods”, que cuando se dio cuenta, agarró su jeep, puso el tráiler, agarró sus dos perros y manejó sola cincos días desde el Norte de Carolina a Los Angeles para ir a vivir con su hermana. Que cruzó Estados Unidos horizontal. Sueño que me cuenta que ahora va a estudiar diseño de interiores. Que el ejército tiene un programa donde uno paga para capacitarse al principio, que se pone al servicio del ejército un tiempo, y que luego, uno puede elegir qué estudiar y dónde y el ejército lo paga.  Sueño que EDP me cuenta que ahora esta contenta con su trabajo pero que antes no estaba muy bien, cuando estuvo como policía de frontera en México. Que era como un juego, encontraban a 15 personas tratando de cruzar, y ellos les decían: “ok oficial, nos han encontrado”, los regresaban a México y luego los volvían a encontrar en otro cruce. Sueño que me cuenta que lo peor eran las mujeres embarazas que cruzaban para tener a sus chicos en Estados Unidos, que los coyotes les decían que eran solo 2 horas y que luego resultaban 12. Que las encontraban muy mal. Sueño que me cuenta que patrullaba de noche, con una linterna, y que sus compañeras eran las víboras cascabel.  Sueño que me cuentan que trataron de sacarle el seguro médico a su madre pero que en el último paso el sistema se colgó. Que como es obligatorio, y están en desacuerdo porque no es constitucional obligar a los ciudadanos, que USA nunca obligó a nadie a hacer nada, tienen que pagar una multa si no tienen seguro, pero el sistema se colgó y no tienen plata para pagar las multas. Sueño que recorremos San Francisco en el auto y vemos los dos puentes bajo la lluvia, que mis primas buscan para nosotras una cafetería italiana y comemos tortas con capuccinos. Sueño que volvemos a casa a cenar y comemos juntas contándonos historias de la familia disgregada. Sueño que EDP nos cuenta que tiene pesadillas y que un día dormida mordió al novio  que estaba junto a ella en la cama. Sueño que traen con ellas a una perrita de raza imperial china, Sowie, que es como un bebe. Sueño que les preguntamos si tienen en cuenta al inconsciente cuando investigan, que si conocen a Lacan. Sueño que nos dicen que no y escuchan. Sueño que les preguntamos si leyeron Posdata de las sociedades del control de Deleuze y dicen que tampoco y escuchan. Sueño que les cuento que trabajo en un lugar que fue campo de concentración clandestino durante la dictadura militar argentina. Sueño que dicen no saber sobre eso pero yo no avanzo sobre esa relación. Les cuento que tenemos otra prima Di Palma que se exilió en un buque pesquero a Las Canarias en esa época. Sueño que traen vino dulce y nos quedamos hablando hasta tarde. Sueño que salen de casa, nos abrazamos mucho de nuevo y planificamos vernos en un año y medio. Sueño que se suben al auto, y se vuelven a Los Ángeles. Son las 8 am y escuchamos que suena el timbre de la casa. Me levanto con los pelos parados, me pongo medias, un buzo y pongo el código para abrir la puerta. Llegaron, son ellas, vinieron mis primas a vernos a Cupertino.

Uruguay: marihuana for export

por Lucía Siola y Nicolás Marrero 
(Partido Obrero)

La legalización de la comercialización y producción de marihuana bajo control estatal, aprobada recientemente en Uruguay con los votos del Frente Amplio, ha repercutido a nivel internacional. La revista The Economist seleccionó a Uruguay como el mejor país del año por la aprobación de esta ley. El propio Obama ahora anunció su acuerdo con la legalización de la producción de cannabis.
Pero ¿de dónde surge la necesidad de esta ley? En Uruguay, el consumo personal de marihuana es legal desde hace años. El principal argumento del Frente Amplio es que la legalización ayuda al combate al narcotráfico. Sin embargo, el gobierno es enemigo de eliminar el secreto bancario, por lo que Uruguay continúa siendo un paraíso fiscal que convierte a la droga en dinero.
La regulación estatal permitirá la entrega de un nuevo mercado a los grandes monopolios. Monsanto fue el primero en anotarse, pero en la lista ya hay varios capitales, de Canadá y Holanda, interesados en invertir en la producción de cannabis y en la exportación (Financial Times, 16/1). La legalización de la marihuana engendra un negocio fenomenal. Queda desmentida la supuesta estatización.
Libertades
Hay quienes defienden esta ley como un avance en las libertades democráticas, por permitir el autocultivo y la venta legal. El artículo 3 los contradice, porque estipula que se realizará un registro de todos aquellos que consuman o que tengan plantas de autocultivo. También que todos aquellos que superen los cánones establecidos por la ley (45 gramos mensuales) o no se registren podrán ser penalizados. Como complemento, el gobierno aprobó una nueva ley (que ha sido fuertemente cuestionada por organizaciones de derechos humanos) que permite la internación compulsiva de adictos y un patrullaje de brigadas especiales. La liberalización de la marihuana regimenta la libertad individual.
Lo que tampoco se dice es que la legalización de la marihuana es una herramienta para embrutecer a la juventud y a la clase obrera uruguaya. La “liberalización” de la marihuana busca servir a la contención política de la juventud explotada mediante el embrutecimiento social.
Crítica socialista
El consumo de drogas resulta de una coacción, no de la libertad. Empuja a ello la descomposición social del régimen capitalista. En estas condiciones sociales, consumir drogas no responde a la decisión libre individual sino a las condiciones impuestas. En cualquier caso, el consumo sistemático de drogas profundiza la alienación, pues el individuo deja de reconocerse en su realidad y no puede comprenderla.

Los socialistas nos oponemos a cualquier penalización de la juventud y los trabajadores. La legalización de la marihuana y cualquier otro estupefaciente opera como un mecanismo para reforzar la opresión capitalista sobre los explotados. La lucha contra este embrutecimiento de las masas debe ser una tarea primordial del movimiento obrero uruguayo.

Huevos y Relato

por Juan Pablo Maccia



Cristina ha sido reinventada por la multitud. No por el “pueblo-peronista”, ni por la militancia juvenil que la apoya (o la hunde), sino por los millones de consumidores que se apropian, de modo diferencial pero efectivo -y sea por el medio que fuese-, de objetos materiales y de prestigio como no  habíamos visto antes quienes pasamos holgados los cuarenta.

Aunque exagere (pero, ¿no se piensa acaso los extremos?) Diego Valeriano dio en el clavo cuando –ya casi hace un año- anuncio que el consumo, entre nosotros (y al menos por el momento) “libera”, es decir: activa, desplaza, moviliza, da poder).

Cristina lo entiende: los consumidores emancipados de todas las clases son el sostén auténtico del proceso. Éste es su partido y a ellos se debe. Más aun cuando, en los hechos, la “contradicción principal” del momento es enfriar o sostener el calor del consumo.

Dentro del campo popular de los consumidores, que es el campo popular sin dudas, es preciso despejar algunas cuestiones. Cristina se va en un año y medio y se impone la pelea por la sucesión. ¿Scioli, como dicen los diarios? ¿Domínguez, Lorenzetti, como dicen los corrillos?  Quiera que no, el asunto tiene su interés para el asuntillo del consumo: sin huevos –¿los tienen?- no hay  tortillas. 

Huevos y relato. Me doy cuenta de que estamos cada día más lejos de los Derechos Humanos más cerca de Fútbol Para Todos. No me escandaliza si es el camino para conservar cierto piso “material” indispensable.

Con todo, un modo de gobernar se acaba. Nuevos personajes asumirán el desafío de un cambio de contexto. Lo único que nos queda, mientras tanto, es garantizar que Cristina se ponga las re-pilas y vea la forma de evitar que el ajuste se vuelva estructural. Un movimiento que la banca y la defiende, ya está buscando su nuevo cauce. 

Entrevista a Silvia Duschatzky: “La escuela es el territorio de investigación de un poder social”

 por Julián Mónaco y Alejandro Pisera
(Revista Sinécdoque)

Existen investigaciones y textos que parten de preguntas genuinas. Preguntas que intentan elaborar y problematizar los obstáculos y problemas que surgen de la propia experiencia, del encuentro con los otros y con las cosas. En ese tipo de investigaciones -entre las que ubicamos la desarrollada desde hace un tiempo por Silvia Duschatzky y su equipo, condensada en buena en medida en el libro Imágenes de lo no escolar. En la escuela y más allá (Paidós, 2011)- las inquietudes se vuelven viscerales y el pensamiento más sensible, más activo y más pragmático. Descubrir potencias en aquello que nos inquieta implica lecturas creativas, desprejuiciadas. Incluso también un cierto trabajo contranosotros mismos que permita producir una deriva allí donde la inercia nos condena a la quietud.  
Revista Sinécdoque: En algunos de los muchos intercambios que suscitó el libro hablabas de un cierto malestar para con la literatura pedagógica.  Quizás podríamos comenzar por ahí.
Silvia Duschatzky: Lo que pasa es que, en general, la literatura pedagógica en estos tiempos, paradójicamente, es la que menos permite iluminar las situaciones de la escuela. Me comentaban una situación que se dio en Olavarría: en una escuela secundaria hay un grupo de pibes que se asoma a la ventana y participa de la clase desde ahí. Obviamente, no son pibes que están matriculados. ¿Qué hacen los docentes? Cierran las ventanas, y los increpan: «o son alumnos o no son alumnos». Y los pibes rompen los vidrios. Es bien interesante porque muchas veces en lugar de pensar cómo esa situación está perforando las coordenadas tiempo-espaciales tradicionales de la escuela, y de hacerse una pregunta, tal vez, sobre territorializaciones nuevas, que no reconozcan una coordenada tiempo-espacio, sino cualidades de la experiencia que se van produciendo, interrogando por el significado que tiene hoy en día un intercambio educativo, o en lugar de dejar que eso simplemente acontezca para ver hacia dónde nos lleva, qué tipo de nuevas agrupaciones se puedan dar, lo que se hace es eliminarlo simplemente porque no entra porque en las coordenadas de la institución. Entonces, para nosotros la escuela hoy es más interesante pensarla como un territorio de investigación de un poder social que como un escenario que tiene que realizar una serie de prescripciones. Prescripciones que, aunque todo el mundo da cuenta retóricamente de que están estalladas, siguen rigiendo las prácticas. La pregunta sería: ¿cómo perforar las prácticas? Para mí la escuela es muy interesante como lugar de investigación de un poder social, pero es muy pobre si uno la va a ver –solamente- desde una percepción muy institucionalista. Porque, desde ese lugar, lo que muchas veces ves es, ya no hablemos de estallido, ni de situaciones caóticas, lo único que ves es, en algunas escuelas sobre todo, un lugar de quiebre espantoso.
RS: Desde esa percepción, además, cualquier realidad que se está produciendo es rápidamente procesada como “déficit”, impidiendo una verdadera problematización.
SD: Exacto. Traigo otra situación, de una escuela del sur de la Ciudad de Buenos Aires, que tiene ver con esto. Llegamos a una escuela de Parque Patricios  y estaban reunidos los docentes y los directivos: dos banditas de Soldati habían matado a un pibe.  En medio de ese dolor pasaron algunas cosas interesantes: por un lado, la rapidez del director para hacer que una chica que era familiar de uno de los chicos de las bandas no vuelva a la escuela –se le dio el pase- porque en ese momento si volvía la mataban; por otro, lo que circulaba como inquietud entres los docentes y los maestros, porque era claro que ante situaciones de este tipo la idea de venir a bajar línea sobre la importancia de tratar bien al otro, al semejante, o esa especie de confianza en una palabra que ilumine determinados cuerpos o determinadas experiencias, aparecían como ingenuas o caricaturescas, además de poco efectivas. En ese momento traíamos a Spinoza y charlábamos con el director que cuando las situaciones son de una cualidad tan fuerte que afecta a los cuerpos y a la experiencia de manera tan intensa, esas marcas solo pueden ponerse en duda o en cuestión, o disminuirse, frente a otras experiencias que tengan un nivel de intensidad similar o superior. Poco sentido tiene en ese contexto poner en juego un diagrama moralizador y abstracto.  Hay quien dirá: “Esto no es lo que pasa todo el tiempo en las escuelas”. Es cierto: no es lo que pasa todo el tiempo, ni en todas las escuelas, pero tampoco se trata de situaciones puramente excepcionales. Además, si no son situaciones de esta gravedad, sí guardan como equivalencia la dificultad de introducir la transmisión y la jerarquía como herramientas para que algo de otro orden suceda. En ese sentido las anécdotas pueden ser muy diferentes, pero guardan en común ese problema, esa pregunta: ¿cómo armamos lazo social cuando la lógica de la transmisión y la jerarquía ya no funciona?
RS: ¿Podrías conectar esa pregunta y esta situación en particular con la hipótesis de la escuela como lugar de investigación de un poder social?
SD: En primer lugar, en estas situaciones vemos muy rápidamente que el poder del director, de los maestros e incluso de los alumnos –y, por qué no también, de los investigadores- no deriva de una investidura. Los maestros, por ejemplo, no tienen poder porque son “maestros”, ni porque participan de una estructura, ni porque fueron formados en una institución del Estado. Su poder no deriva de una investidura ni de una jerarquía. Acá el rey está desnudo todo el tiempo. Entonces, la única manera de que algo pueda producirse es poner a prueba qué capacidad de lectura y de invención se tiene cada vez. Además, digo “poder social” porque tampoco es un poder meramente individual. Es un poder que se pone en juego en la relación con los otros. Más aún, es un poder que pone en juego la posibilidad de que una relación pueda producirse (y con una dinámica muy singular) o no. En esta misma escuela, nos cuenta una tutora que cada tanto le pregunta a los pibes de quinto qué tienen ganas de hacer cuando se vayan de la escuela. Muchos dicen cosas convencionales, pero una piba levanta la mano, muy decidida, y le dice: “Yo, puta”. La tutora no le dice nada, pero ni se indigna ni lo celebra. Queda ahí. Cuando salen al recreo se le acerca y le dice: “Macarena, sabés que no está bueno porque no la vas a pasar bien. Vas a tener que hacer cosas que no te gustan, te van a maltratar y no vas a ganar un mango. No creas que es lo que vos escuchás en la tele de ciertos personajes que eligen ser gatos y tienen mucha guita. Te van a someter. Yo a vos te veo actriz”. Para mí esta situación, que parece una pavada, encierra un pensamiento enorme, porque lo que la tutora pudo leer es que había algo en ese cuerpo, un impulso vital que reclamaba una forma, una cierta sensualidad, una necesidad de expresión corporal, pero logró mostrarle otra cosa. Para mí acá hay un pensamiento muy fuerte. Primero, porque la piba le dice “¿sí?”. Hay algo de cierta empatía, de cierta posibilidad de intercambio que no se agota. Pero, además, hay una capacidad de respuesta, de devolver algo con una velocidad enorme. 
RS: El libro tiene algo de investigación en torno a esa rapidez y a esa capacidad de improvisación cotidiana.
SD: Alguna vez en una escuela un rapero nos dijo: “hay que entrenar en la improvisación”. ¿Pero de qué se trata eso? ¿No es una paradoja? Volviendo a la tutora: ella tiene que responder con inmediatez a una situación que no está prevista, que no la había vivido, que no era análoga a ninguna otra situación, pero, por otro lado, hay algo que se repite. ¿Y qué es lo que se repite? Lo que se repite es ese entrenamiento en leer situaciones imprevistas. La situación no se repite, pero el entrenamiento en leer situaciones imprevistas y la empatía que ella también va desarrollando con pibes que se presentan de modos muy diferentes a la expectativa o a la imagen tradicional de un pibe, sí. Hay un entrenamiento en eso. Porque es una vez y de nuevo y de nuevo, y poner a prueba y luego te ponés a pensar qué pasó y buscás interlocutores. O sea, hay algo ahí que se expande, se enriquece, que todo el tiempo se pone a prueba. Pero, a su vez, las situaciones son inéditas. Para mí el poder social tiene que ver con eso, no es un poder que descansa ni en una investidura ni en una formación en los términos clásicos.
RS: ¿Cómo se relaciona esa suerte de “pragmatismo vitalista” con la imagen de lo no escolar?
SD: En principio, la imagen de lo no escolar nos permitió pensar cosas que muchas veces la escuela o no ve o, si ve, interpreta, clasifica y finalmente rechaza. Entonces dice “ADD” [N: síndrome de déficit de atención] o dice “violencia”. Para nosotros, eso mismo que la escuela, la psicología y la pedagogía muchas veces piensan desde conceptos preconstruidos tiene una forma deshilachada y se convierte en una materia de investigación. Para nosotros lo no escolar también es la tutora que le responde a la piba: “yo te veo actriz”. No es que lo no escolar está solamente en los pibes, o que lo no escolar es lo que no puede estar en la escuela o a lo que se enfrenta la escuela. Es una materia, en principio, inorgánica y que puede disparar posibles si conecta con un pensamiento que no es ni el de la clasificación ni el del rechazo. Diría, también, que lo escolar está en el plano de la retórica y lo no escolarestá en el plano de la existencia. Esto no significa que hay planos de funcionamiento reales y prácticos de lo escolar: hay maestros, hay alumnos, hay un boletín,  hay una nota, muchas veces, también, hay un aburrimiento, un malestar, pero todo eso se produce e incluso a veces de modo interesante.  Son capas que subsisten. Pero lo que uno vive todo el tiempo no es un plano activo del discurso escolar. Lo que uno vive todo el tiempo son situaciones, no solamente altamente conflictivas ni de tensiones, sino que conmueven emociones, afectos, pasiones, pensamientos. Situaciones que resuenan en cuerpos y no en aparatos escolares. En el mejor de los casos, se producen problematizaciones colectivas, ganas de pensar algo y armar algo con eso. La escuela es muy rica en cualidades de existencia que no necesariamente están en diálogo con las retóricas o con los aparatos discursivos escolarizados. Lo escolar se quedó, de algún modo, más en un relato o en el plano retórico, pero sin conexión con lo sensible.
RS: ¿Cómo funciona la escuela una vez que ya no administra, como acostumbraba a hacerlo, ciertas regularidades? ¿Qué pasa cuando la singularidad y excepcionalidad de las situaciones se vuelve regla?
SD: Hay una imagen que dice mucho que es la del nodo. Ignacio Lewkowicz hablaba del galpón: instituciones devenidas, estalladas. Para nosotros la imagen del nodo es más gráfica que la del galpón porque el nodo supone un lugar de conexión. El galpón es un lugar de la pura dispersión. Para nosotros el nodo es un lugar de conexión, como las redes. Porque todos los días un grupo de pibes está ahí, y los maestros siguen yendo, aún con todas estas fracturas y fisuras. Y están los pibes de la ventana. Para mí la escuela es un nodo porque recibe un montón de presencias que se conectan en ese punto, pero esa conexión no es una conexión simbólica, no es una conexión de sentido, ni es una conexión dada de antemano. No es que van los padres, los pibes y los maestros y todos están de acuerdo en que están ahí porque se necesitan mutuamente. Eso no es así. Como decían, la escuela ya no administra regularidades, porque ya no vivimos en la lógica fundacional del Estado-Nación. Lo cual no significa que la escuela no intente hacerlo todavía y que, como obviamente el registro de la realidad no puede escaparse, lo haga poniendo en juego dinámicas muy novedosas, muy actuales. Por ejemplo, multiplicando los programas y los proyectos, desde Conectar Igualdad hasta el Programa de Embarazo adolescente. Esta multiplicidad de programas y proyectos demuestra que el Estado ya no tiene delante de sí regularidades, por eso necesita apelar todo el tiempo a estos dispositivos contingentes. Con el riesgo de que, muchas veces, estos dispositivos son puestos en marcha como respuestas mecánicas a problemas pensados como datos. Si hay peleas en la escuela se lanza un programa contra la violencia. Si hay chicas de catorce años que se embarazan, se lanza un programa. Y lo que termina sucediendo, muchas veces, es que estas instancias son vividas por los docentes como una sobrecarga de control y una sobrecarga burocrática, porque no logran activar el poder social del que hablábamos. Y ya sabemos qué sucede con cuerpos des-afectados y des-vitalizados.
RS: ¿Qué forma vislumbras qué podrían seguir las políticas públicas que pudiera poner en suspenso esta lógica del dato-programa?
SD: Nosotros tomamos mucho El Aleph de Borges, donde él plantea que el “mundo superior” debería supeditarse al “mundo inferior”.  Para nosotros sería interesante, aunque suene ridículo, e incluso imposible, que el Estado pudiera ofrecer un recurso leyendo las dinámicas propias que se dan las personas en la gestión del propio poder social. Sería interesante que los recursos financieros o técnicos que el Estado tiene fueran puestos al servicio de dinámicas locales que se están gestando de manera embrionaria y en algunos casos de manera muy contundente. La escuela vive hoy problemas que son existenciales y no por “existencialistas” sino porque hacen a la existencia cotidiana todo el tiempo. Y a esos problemas hay que afrontarlos con un pensamiento que piense la existencia y que se interrogue, además, por un tipo de consistencia que no va a descansar nunca en suelo sólido, ni en una regularidad ni tampoco en una estabilidad producto de un dispositivo ajeno a las situaciones. Se trata de nuevas formas de “consistencia” que implican momentos de activación pero también de disolución repentina. El desafío es no ver en esta nueva forma de “consistencia” un fracaso tras otro, sino más una nueva dinámica social que nos empuja a pensar y que, por mucho que escribamos, todavía nos cuesta inteligir.  
RS: ¿Qué lugar asignás a la investigación en ese intento de intelección? ¿Y qué características tiene ésta cuando, como lo dejan en claro en varios pasajes del libro, ni la academia ni la universidad funcionan como marco?
SD: Si bien trabajo en una institución académica y discuto con la academia -porque ahí empecé- este es un libro que rompe profundamente con las reglas del código académico y que se nutre de toda aquella experiencia que tenga una fuerza vital, una fuerza de multiplicación. En alguna ocasión Deleuze decía que Foucault nunca hablaba de lo que no vivía. Bueno, yo creo que la academia habla las más de las veces de lo que no vive. No estoy haciendo una reivindicación “de base”, ni “populista”, ni mucho menos. Perfectamente uno puede estar viviendo una preocupación filosófica y sentarse y pensar. De lo que hablo es de la formulación de preguntas genuinas, que tienen que ver con la experiencia y con un grado de la inquietud muy visceral. Esa elaboración luego toma formas más sofisticadas de pensamiento, también en la medida en que te encontrás con otros interlocutores que profundizan la pregunta y que tensionan mucho más. La interlocución hay que buscarla en función de afinidades sensibles y no de “organigramas”. Nadie puede pensar solo. Hay un modo de investigación, de vínculo, mucho más rizomático, que las situaciones reclaman. Como así también un pensamiento que intente ser más sensible, en ese sentido de “pragmatismo vitalista” que mencionaban al principio. Creo profundamente en la investigación porque creo que la vida es una investigación en sí. Y más en estos tiempos en los que no sabemos nada, en los que la propia fuerza de los pibes, tan ambivalente, conmueve todo. Entonces  solo te queda indagar: investigar de qué se tratan las cosas, de qué se trata tu relación con las cosas. Y en ese sentido yo creo que todo es investigación.
(Esta entrevista forma parte del número 4 de Revista Sinécdoque, de próxima aparición. Consultar: revistasinecdoque.blogspot.com.ar o www.facebook.com/revistasinecdoque)

Inmersión en el Silicon Valley. Ritornelo 6

por Carolina Di Palma


Estamos en Googlepx. Google es una ciudad. Llegamos con el Caltrain Train hasta Montaine View. Ahí esperamos un bus con vidrios negros que nos lleva al campus. No son públicos, no son privados, nadie sabe, bah, nosotros sí, son sponsors chinos. Si Apple era grande, Google supera ampliamente la magnitud del espacio físico. Pero, como se sabe, Apple está construyendo el Apple 2, un gran edificio circular con árboles frutales alrededor.
Pero esa será otra historia: seguimos con Google. Llegamos a Montaine View, a la estación de tren, y nos ponemos a conversar un security mexicano. Primero hablamos en inglés y luego, cuando se da cuenta de nuestro idioma, nos dice, “yo hablo español”. Oh, le decimos, mucho mejor. Él nos dice cómo ir hacia la “ciudad”. Le pido fuego y me dice que no fuma. Comienzo mi recorrido por los locales de la estación buscando “light” pero nadie fuma, ya nadie fuma acá, sólo fuman los pobres. Sin embargo, cinco minutos después escucho un: ¡Caro! Era el guardia mexicano, me había conseguido fuego y nos ponemos a hablar.
“California era mexicana, y la vendió en el 1800 el presidente de ese momento a los Estados Unidos para que no lo matasen. Vendió California, Nuevo México y Texas. Luego de hacer la venta lo mataron igual”.  Hay comunidades mexicanas e hispanas, por ejemplo en el East of Palo Alto, el norte es rico. Nosotros vivimos en una comunidad filipina, cerca de Niles donde hizo sus primeras películas Charles Chaplin”. Esperamos mientras el bondi a Google, vemos que pasan otros que dicen Linkedin y Mozilla. El mexicano nos cuenta que un sueldo básico de “electrónico” es de 1200 dólares.
Tomamos el colectivo. Emprendemos nuestro viaje hacia Google. Avenidas y más de, al menos, 48 sedes de Google, pasando por Ezra Univesity, Iridex, Evolve, On live, Amaronth y el Museo de la historia de la computadora. Vemos muchos pinos, campo arado, gente corriendo con ropa deportiva, un montón de bares, y edificios con números.  En cada edificio bicicletas con los colores de Google, rojas, amarillas, verdes. Las pueden usar los empleados para ir de un lugar a otro. Dentro vemos gimnasios, la gente corre dentro de sus empleos mirando en lugar de televisiones, pantallas Apple.
Vamos hacia el anfiteatro y no nos dejan pasar, es privado, vemos desde afuera, una gran pantalla con las búsquedas de Google, escaleras con leds y colores y el Androide bulding. La gente anda en bici con auriculares hablando hacia el horizonte. Vemos robots, monstruos robots y los dibujitos de Androide reales. Vemos un piano blanco con un sistema de grabación de música y auriculares. Los empleados pueden llevar sus perros, jugar al voley, nadar, jugar al pool, cortarse el pelo, tener energía con paneles solares, tomar bebidas gratis, reciclar comida y jugar cuando quieran.
Nos cansamos después de caminar y volvemos a tomarnos el colectivo. Los empleados salen de las oficinas como hormigas. Hay tráfico. Paramos en el bar Tetsuwan Atom café y leemos. Le pusieron Googleplex por el número 10 a la 10 y a la 100. Un gúgol es un uno seguido de cien ceros, o lo que es lo mismo, en notación científica, uno por diez a la cien:1 2

1 gúgol = 10100 =

= 10 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000
Escrito en el sistema binario ocupa 333 bits.  El gúgol no es de particular importancia en lasmatemáticas y tampoco tiene usos prácticos. Kasner lo creó para ilustrar la diferencia entre un número inimaginablemente grande y el infinito, y a veces es usado de esta manera en la enseñanza de las matemáticas.
Cuando fue nombrado en 1938, el gúgol era indudablemente grande, y desde un punto de vista físico, un gúgol es mayor que el número de átomos de hidrógeno en el Universo conocido. Sin embargo, con la invención de computadoras y algoritmos rápidos, el cálculo de números del tamaño de un gúgol se ha convertido en rutina. Originalmente significaba «un uno, seguido de ceros hasta que te canses de escribir»
Además Google se inspiró en una historia radial del 70 que trata de un androide paranoico, un robogfgt que sufre depresión y un presidente de la galaxia que da la orden para destruir la tierra sin percatarse lo que estaba firmando porque pensó que firmaba un autógrafo.

Claudicar es jodido

por Diego Valeriano
 
 
Del vamos por todo al vamos a cuidar los preciosClaudicar es jodido, porque –valga la paradoja- cuando se empieza es difícil detenerse. También es un signo de debilidad. El vamos por todo molestaba, indignaba y generaba temor porque era potente, prepotente, temerario. Ahora cuidamos los precios.
 
Cuidar los precios, llamar a no consumir, escrachar las casas de electrodomésticos nos muestra que La Cámpora es una patrulla perdida sin rumbo alguno. ¿Cómo se va a ir tan a contrapelo del ADN kirchnerista? Hay una anécdota que muestra a Néstor exultante recorriendo los pasillos de la Rosada con un papel que mostraba la evolución de la compra de aires acondicionado de los años 2003, 2004, 2005. ¡Ese es el Nestornauta que queremos!
 
Fútbol Para Todospasó de mostrarnos en sus publicidades las grandes obras públicas en las provincias a que dos nerds camporistas nos eduquen sobre cómo cuidar precios. ¿Tenés ese teléfono y mirás el precio de la leche? No seas ratón. Perdimos la batalla cultural.
 
No podemos permitir que el cristinismo nos llame a no ser voraces. Pongan a Milani, cierren con el Club de París, hagamos lo que haya que hacer; pero por favor no retrocedamos en lo que ganamos culturalmente. Quiero ser prepotentemente consumidor, quiero acceder a lo que jamás antes pude y no volver a la Manaos. Quiero vaciar las carnicerías, festejar los quince y salir todos los fines de semana. Que la guita queme en la mano, mirar la minipimer que nunca uso, hacer saltar el fusible de la calle porque tengo un aire en cada pieza y que el barrio explote por los fuegos artificiales.
 
El ajuste comienza cuando nos quieren convencer, cuando nos quieren enfriar. La saturación y el calor deben ser la etapa superior del cristinismo, no otra. El fuego que quema por dentro anuncia el principio de otras formas de libertad que están en proceso. Decirle a alguien que cuide los precios es condenarlo a ser desechable, racional, sustituible.  Esta acción desarticula, corrompe y destruye las relaciones entre los consumidos.
 
Borges, plantea que el “mundo superior” debería supeditarse al “mundo inferior”. El palacio, a la calle.  Nadie puede hacer política solo. Hay un modo de hacer, de gestar, de vivir mucho más rizomático que las situaciones requieren. Los consumidores son el sostén auténtico del modelo, porque encuentran a este proceso, que lleva una década, como el más fértil para continuar la emancipación. No es momento de claudicar.
13/2/14

 

Proyecto: A degustar catacumbas. ¡Y que viva la literatura!

(sobre Alguien camina sobre tu tumba: mis viajes a cementerios, de Mariana Enriquez)

Por Juan K. Cinelli


Génova, Trevelin, Guadalajara, la Isla Martín García, Ohio, Lima, Australia Occidental, Frankfurt, Louisiana, Carhué, La Habana, Basavilbaso, París, La Reja,  particular cartografía la que traza Mariana Enriquez sobre su territorio, los cementerios . Cámara en mano, es evidente que se mueve a gusto por sus pasillos a la caza de relatos e imágenes sobre los que allí moran. Se regocija entre panteones y bóvedas, busca muertes tempranas, injustas, misteriosas o famosas. Pone su propia vida en juego (su literatura, su sensibilidad erótico-estética, su imaginación, su memoria).

Por eso es doblemente inspiradora la idea de catadora de cementerios. Porque, por un lado, pone en primer plano la expertiz de alguien sobre las reglas que gobiernan una porción de mundo –el ritual de despojarse del cuero deshabitado por la vida–; por el otro –y recuperando aquella raíz que en tiempos inmemoriales unía catar a captar y a dar caza– señala una disposición semiótica, el elemental esfuerzo por leer los signos que permiten asumir las cosas de ese mundo en su compleja materialidad, es decir, como objeto ético, estético, erótico.

Pero: ¿qué abre un cementerio? ¿Qué imágenes ofrece? ¿Qué tipos de experiencias habilita? ¿Es posible desarrollar una sensibilidad capaz de descifrar –entre piedras agrisadas y flores marchitas– las singularidades de una época, sus claves culturales, los modos en los que la subjetividad fragilizada canalizar sus ilusiones, perdidas demasiado pronto y para siempre?

Un cementerio, en principio, aproxima a la muerte, permite hablar de ella. La muerte como elemento central. No hay allí originalidad alguna: la muerte es  estrella codiciada de los noticieros y elemento central del sistema de gobernabilidad política (“Faire vivre ou laissez mourir”). El miedo a la muerte como gran maquinaria de disciplinamiento social. Y, es sabido, un hombre libre en nada piensa menos que en la muerte.

Pero aquí la muerte está desenfocada, se la alude más que lo que se la nombra. No hay dramatismo, sobreactuación ni escándalo. Una referencia despojada, vaciada de tragicidad, de toda (estúpida) heroicidad. La muerte es materia prima de historias menores, complejo artefacto cultural o disparador fortuito de alguna anécdota personal. La muerte no es más que una excusa para que la escritura fluya.

Es esa, entonces, la fortaleza más evidente de Alguien camina sobre tu tumba: su capacidad de neutralizar las pasiones tristes naturalmente asociadas a la muerte (la impotencia, la soledad, el dolor) hasta “desterritorializar” el cementerio, volverlo curioso punto turístico, objeto de un hobby banal (más no banalizado) que funge de combustible para la máquina de escribir. La necrópolis,  paradójicamente, alumbra palabras.

Los afectos a las clasificaciones situarán a Alguien camina sobre… en el vasto y difuso campo de las crónicas, de la no ficción; escrituras disímiles que desbordan el esquema novela/cuento, incluso cuando, como en este diario de viaje, se admite lo fantasioso de los hechos narrados. Importa mucho menos la verdad, parece, que lo verosímil. Realficción, como quien dice. El punto es volverse insumo de una experiencia vital de escritura. Fábrica de autobiografías mayormente imaginadas. Deriva precarizada del self made man no inmune a cierta exigencia social pseudofascista a movilizarse, a construirse a sí mismo como fuerza de trabajo y consumo. Pero, también, literatura propia del momento en que las redes sociales reorganizan los vínculos y los modos de circulación de la producción. Máxima tensión entre autoconstrucción y exhibicionismo: lo personal se vuelve literario en condición de hipnosis digital.

Proyecto literario y autoconstrucción, dos caras de la misma moneda. Un relato por cada cementerio visitado como proyecto de escritura. Y un olfato semiótico dispuesto a respirar en los camposantos el aire de la ciudad que los alberga, a nutrirse, no ya de los cuerpos extintos, sino de los signos que producen sus historias de vida. Languidece, así, la novela moderna, burguesa. Máxima cercanía entre el arte y la vida. Socializados los medios de producción y estallada la figura del autor y el campo literario (o cultural), todos pueden escribir todo. Debilitados los criterios de valoración y las reglas de reconocimiento, emerge una desbordante potencia de autoconstrucción como intento de orden en el desmadre, ese razonable legado de las vanguardias.


Henos aquí, entonces, sobre el fin del recorrido por este proyecto filo-turístico-literario: las ciudades y las tumbas disparan la narración. La estadía fugaz. El intercambio con amigos. Las indagaciones, las palabras y los archivos. Las situaciones históricas repuestas. Experiencias propias y leyendas populares. En el fondo, el viaje, el cementerio e, incluso, su propia vida se disponen solícitos para que la escritura acontezca y fluya. La literatura ha muerto: ¡qué viva la literatura!

El estallido de la burbuja crediticia de los BRICS y el riesgo de deflación mundial

por Ambrose Evans-Pritchard
(Traducción: Enrique García)


La mitad de la economía mundial esta al borde de caer en el precipicio de la deflación. El Fondo Monetario Internacional cree que la probabilidad es de un 20%.
Es una situación curiosa, porque las superpotencias monetarias del G2 – Estados Unidos y China – deberían estar haciendo algo frente a ese riesgo del 20%, aunque sin duda han llegado a la conclusión de que las burbujas de activos son un peligro aún mayor.
«Tenemos que ser extremadamente vigilantes», declaró la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, en Davos. «El riesgo de deflación es lo que ocurriría si esas economías sufren in choque ahora que tienen tasas de inflación bajas, muy por debajo del objetivo. No creo que nadie puede poner en duda que, en la zona euro, la inflación está muy por debajo del objetivo”.
No es difícil imaginar lo que podría provocar ese choque. Hasta ante nuestros ojos cuando Turquía, India y Sudáfrica pisan de golpe y a la vez los frenos, obligados a defender sus monedas a medida que se seca la liquidez mundial.
El Banco Mundial advierte en su último informe – Flujos de capital y riesgos en los países en desarrollo – que la retirada de los estímulos de la Reserva Federal de Estados Unidos podría provocar una caída en la curva de los flujos inversionistas en el sistema internacional.
«Si las reacciones del mercado son precipitadas ante esta reducción de liquidez, los países en desarrollo podrían sufrir un descenso de los flujos de hasta un 80% durante varios meses», añadió Lagarde. Una cuarta parte de estas economías arriesgar una parada repentina. «Si bien este ajuste podría ser de corta duración, es probable que provoque tensiones graves, potencialmente aumentando los riesgos de crisis”.
Según el informe, es posible que sean necesarios controles de capital para navegar la tormenta – o técnicamente para superar la «Trinidad imposible» de autonomía monetaria, tipo de cambio estable y libre flujo de fondos. William Browder de Hermitage dice que es exactamente a ese punto adonde la crisis está conduciendo, y será aleccionador para los inversores aprender que su dinero está bloqueado – ya ocurre en Chipre, y empieza en Egipto. La reacción en cadena acabaría provocando lo que quiere evitar. «La gente va a empezar a preguntarse qué país será el siguiente», concluye.
Los mercados emergentes representan ahora la mitad de la economía mundial, por lo que bogan en aguas desconocidas. Aproximadamente 4 billones de dólares de fondos extranjeros anegaron los mercados emergentes después de la crisis de Lehman, en gran parte por la aparición de «dinero oportunista» que aparecía tarde para el festín. Según el FMI 470.000 millones de dólares son el resultado directo de la impresión de dinero por parte de la Reserva Federal. «No sabemos cuánto de todo ello va a emerger de nuevo, o a qué velocidad», afirmó un funcionario del Fondo.
Un país tras otro está teniendo que ajustarse debilitándose. Cuanto más tiempo dure esto, y cuantos más economías hagan lo mismo, mayor será el riesgo de que se convierta en un choque deflacionario global. El banco central de Turquía tomó medidas drásticas en la noche del martes para frenar la fuga de capitales, duplicando su tasa de recompra de 4.5% al 10%. Lo que llevará a su economía a un punto muerto a corto plazo y, en última instancia, puede resultar tan inútil como la defensa ideológica de Gran Bretaña del Mecanismo de Cambio Europeo (ERM) en septiembre de 1992.
Sudáfrica aumentó las tasas el miércoles en medio punto, al 5.5%, para defender el rand, y la India elevó un cuarto de punto, al 8%, el martes, obligados a apretar los dientes ante el frenazo de su crecimiento. Brasil e Indonesia ya han pasado por esto durante meses para detener la caída de su divisa, que corre el riesgo de convertirse en catastrófica en cualquier momento.
Otros están mejor – en su mayoría debido al superávit de sus cuentas corrientes – pero también están perdiendo margen de maniobra. Chile y Perú tienen que recortar sus tasas para contrarrestar la caída de los metales, pero no se atreven a correr riesgos en este clima implacable.
Rusia tiene un pie en la recesión, pero no puede tomar medidas para reactivar su crecimiento, mientras el rublo cae a un mínimo histórico frente al euro. El Banco Central está quemando sus reservas a un ritmo de 400 millones de dólares al día para defender su moneda, un ajuste de facto. En cuanto a Ucrania, Argentina y Tailandia, ya están fuera de control.
China está marchando a su propio ritmo, con una balanza de capital congelada y reservas de 3,8 billones de dólares, pero también está enviando un poderoso impulso deflacionario al resto del mundo. El año pasado añadió 5 billones de dólares en nuevas fábricas e inversión fija – tanto como los Estados Unidos y Europa juntos – inundando la economía mundial con más exceso de capacidad.
Los mercados tienen una fe conmovedora en que el mismo Politburó responsable de una burbuja crediticia espectacular de $ 24 billón – una vez y media más grande que el sistema bancario de Estados Unidos – será capaz ahora de desinflarla suavemente con una habilidad de la que careció la Fed en 1928, el Banco de Japón en 1990 y el Banco de Inglaterra en 2007.
egún Manoj Pradhan, de Morgan Stanley, el Banco Central de China está tratando de reducir el apalancamiento y aumentar las tasas, al mismo tiempo, lo que «amplifica los riesgos para el crecimiento». Es una tarea heroica, como la cirugía sin anestesia. Es exactamente lo contrario de lo que la Fed hizo después de 2008, cuando ayudó con su QE a amortiguar el impacto. Morgan Stanley dice que 45% de todo el crédito privado en China debe ser refinanciado en los próximos 12 meses, así que abróchense los cinturones de seguridad.
Por otra parte, China está luchando para mantener sus industrias más o menos vivas al tipo de cambio actual. Patrick Artus, de Natixis, dice que el alza de salarios – y la caída de la productividad – significa que ahora cuesta un 10% más producir el A320 de Airbus en Tianjin que en Toulouse.
Las implicaciones son obvias. China podría en algún momento tratar de empujar hacia abajo el yuan para aferrarse a su cuota de mercado, digan lo que digan en el Congreso de los Estados Unidos, en parte para impedir que Japón se lo apropie gracias a su devaluación del 30% con su Abenomics. Según Albert Edwards, de Societe Generale, puede que sea lo que acabe por provocar el choque deflacionario, y supere la crisis asiática de 1998.
Europa ha dejado que sus defensas se derrumben detrás de una línea Maginot de políticas monetarias ortodoxas. Los datos de Eurostat muestran que Italia, España, Holanda, Portugal, Grecia, Estonia, Eslovenia, Eslovaquia, Letonia, así como Dinamarca, Hungría, Bulgaria y Lituania, que conservan sus monedas pero vinculadas al euro, están en deflación desde mayo, subidas de impuestos excluidas. Los precios subyacentes han estado cayendo en Polonia y la República Checa desde julio, y en Francia desde agosto.


El crecimiento monetario M3 de la Eurozona ha sido negativo durante ocho meses, contrayéndose a un ritmo de 1.1% durante el último trimestre. El crédito bancario al sector privado se ha reducido en € 155 billones en tres meses, según los últimos datos del Banco Central Europeo. Mario Draghi, del BCE, habló de la necesidad de un «margen de seguridad» contra la deflación antes de Navidades, pero ahora parece extrañamente pasivo, como si el Bundesbank lo hubiera sometido a golpes. Lo escuché dos veces en Davos repitiendo – inexpresivo, sin convicción – que la inflación subyacente esta en niveles similares a 1999 después de la crisis asiática y a 2009 después de la crisis de Lehman y, por lo tanto, benignos.
No estamos en circunstancias remotamente comparables. Ambos eventos fueron al comienzo de un nuevo ciclo de crédito. En este momento llevamos cerca de cinco años en el mismo ciclo – ya de por si largo – y el 80% de la economía mundial se está ajustando o retirando los estímulos. Tal y como están las cosas, la próxima recesión empujará al sistema económico occidental al borde de la deflación.
Los Estados Unidos tiene un colchón amortiguador de un poco más grande, pero no mucho. El crecimiento de dinero M2 se ha ralentizado aún más rápido de lo que lo hizo en los nueve meses anteriores a la caída de Lehman en 2008, pero la Fed no presta ya atención a dichos datos, por lo que puede repetir con demasiada facilidad el mismo error. La Fed está seguramente tanteando su suerte en cada reunión en la que retira $ 10 mil millones en bonos a pesar de la incipiente deflaión, como jefe de la Fed de Minneapolis Narayana Kocherlakota sigue advirtiendo.
Aquellos que piensan que la deflación es inofensiva deberían escuchar al director del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, que ha sobrevivido a 15 años de caída de precios. Los beneficios empresariales se secaron. La inversión en tecnología se atrofió. La innovación fracasó. «Se creó una mentalidad muy negativa en Japón”.
Japón tuvo las tasas de interés reales más altas del mundo desarrollado, lo que lleva a una espiral de interés compuesto, a medida que la carga de la deuda creció al mismo tiempo que el PIB nominal se contrajo.
Cualquier cosa parecida en Europa provocaría que la deuda del Club Med se multiplicase incontrolable. Acabaría con cualquier esperanza de frenar el declive de la economía europea o reducir el masivo desempleo antes de que las democracias de los países afectados entren en convulsión. Así que ¿por qué están dejando que ocurra?

La criminalización de la desobediencia

por Verónica Gago
Las manifestaciones desatadas en plena crisis de 2001, inauguraron una nueva forma de participación social en Argentina y conflictos de distinto tipo a los de antaño. La tendencia creciente a transformar en criminales a las personas que ejercen un derecho democrático fundamental, como es el derecho a la protesta, denota la incapacidad que hoy padecen los Estados para hacer frente a las nuevas demandas sociales.

Las protestas masivas que estallaron recientemente en diferentes partes del planeta marcaron el comienzo de una nueva época. De Canadá a Portugal, de Brasil a Egipto, de Nueva York a Grecia, la explosión callejera cuestiona a los gobiernos o a algunas de sus medidas, y exige reformas vinculadas a los servicios sociales y urbanos (transporte, educación, concentración mediática, entre otros); al tiempo que emergen nuevos conflictos que –como señala Gastón Chillier, Director Ejecutivo del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS)– obligan a ampliar y complejizar la noción misma de “protesta social” ya que ésta hoy excede la simple forma de manifestación o asamblea.
En Argentina este nuevo modo de protesta “se inició con las movilizaciones de 2001, inaugurando un tipo diferente de participación social, que va más allá del ámbito electoral, y que establece una forma particular de ampliar los límites democráticos (1).²Las recientes manifestaciones que estallaron en el país responden a litigios por la tierra, en una economía de conflictos que va de las tomas urbanas –como el caso del Parque Indoamericano en la Ciudad de Buenos Aires– a los desalojos rurales vinculados al neo-extractivismo. Nuevas formas de violencia emergen a la vez relacionadas con lo que los medios de comunicación hoy categorizan como ²guerra contra el narcotráfico²y que hoy ubican al país a una encrucijada crucial (2).
²Recuperen las calles²
El movimiento de derechos humanos en este contexto se encuentra en pleno proceso de reconfiguración mundial a la vez que es desafiado por los nuevos conflictos que ponen a prueba su capacidad de respuesta y relanzamiento como herramental discursivo, político y jurídico. El 11 de septiembre de 2001 es la fecha de la declinación de un tipo de liderazgo ético de organizaciones de derechos humanos con base en Estados Unidos y, sobre todo, es el momento que marca un punto de inflexión en el accionar de algunos gobiernos frente al conflicto por la aprobación de ²leyes antiterroristas². Desde entonces se produce un cambio tan fundamental como preocupante: las estrategias de represión clandestina que marcaron las épocas dictatoriales buscan dejar de ser ilegales para legalizarse, como es el caso de los drones, las ejecuciones selectivas, las requisas e interrogatorios, la desaparición forzada de personas, y el espionaje a escala de masas. Estas prácticas desdibujaron las tareas tradicionales de los organismos internacionales que se concentraban sólo en el monitoreo y la vigilancia ya que perdieron progresivamente fuerza y eficacia.
El accionar argentino en el campo de los derechos humanos es así desafiado por este cambio sustancial, tanto en lo que refiere a sus militancias como a sus organismos y, en particular, a la articulación entre ambas partes. En esta línea, el CELS acaba de presentar una iniciativa que reconoce y opera sobre este nuevo paradigma. La International Network of Civil Liberties Organizations (INCLO) es un grupo de diez organizaciones nacionales que asumen este cambio en la intervención vinculada a los derechos humanos en el marco global. Las organizaciones asociadas se definen por su enraizamiento nacional más que por su sobrevuelo o paracaidismo internacional. Se reconocen por la articulación territorial que tienen con movimientos y organizaciones populares más que por que su impacto sea únicamente institucional o de expertise técnico. Combinan actividades de litigio estratégico, campañas legislativas, educación pública e incidencia política como forma de intervenir de manera independiente respecto a los gobiernos y abrir este nuevo campo de problematización de la represión y el conflicto social, tanto a nivel nacional como a nivel de la agenda global.
Pero este sistema supone un cambio de herramientas: la necesidad de vinculación con el activismo y la militancia en red, la cercanía con los afectados –que ya no son las víctimas tradicionales de derechos humanos, sino víctimas de derechos sociales y económicos– y la investigación de la cara más violenta del Estado en las cárceles, así como la combinación de redes estatales y no estatales que actúan ilegalmente.
Es este consorcio de organizaciones acaba de presentar la investigación “Recuperen las calles. Represión y criminalización de la protesta en el mundo”. La frase que titula el informe salió de la boca de un alto comandante de la Policía de Toronto cuando en junio de 2010 miles de personas se manifestaban en esa ciudad canadiense contra la Cumbre del G20. Esa orden, afirma el informe, es ²un ejemplo emblemático de un alarmante patrón de conducta por parte de los gobiernos: la tendencia a transformar a las personas que ejercen un derecho democrático fundamental, como es el derecho a la protesta, en una amenaza que amerita una respuesta estatal contundente². El documento analiza de manera detallada la situación en nueve países (Argentina, Canadá, Egipto Estados Unidos, Israel, Hungría, Kenia, Reino Unido y Sudáfrica), seleccionados por considerarlos ²reacciones estatales únicas en contextos nacionales únicos² ya que involucran, además de las fuerzas represivas, al sistema judicial como actor clave en las estrategias de judicialización y criminalización de las desobediencias.
En este sentido, Luciana Pol –coordinadora del Programa Violencia Institucional y Políticas de Seguridad del CELS­– vincula concretamente este tema con el caso del Parque Indoamericano, que impulsó la creación del Ministerio de Seguridad en 2010², al afirmar: “Los referentes sociales, que en medio de la crisis resultaron claves para habilitar diálogos con el poder político, fueron acusados de ‘usurpación’ y criminalizados por la propia justicia”.
El nuevo conflicto social
A partir de una serie de episodios que ligan los territorios del conurbano bonaerense con la periferia rosarina y los desalojos en Santiago del Estero, el Instituto de Investigación y Experimentación Política (IIEP) señaló que estamos ante un nuevo tipo de conflicto social que desafía a las organizaciones populares y que “es la consecuencia de los rasgos más agresivos de los modos de acumulación desarrollados durante la última década, como las industrias extractivas, el narcotráfico, el boom inmobiliario y el agro-business”·.
La hegemonía rentística de los actuales negocios estaría así en la base de una conflictividad que cambia su naturaleza respecto de los acontecimientos de la crisis de 2001. La expansión de las fronteras agrarias y mineras y la valorización especulativa de las periferias urbanas a través del narcomenudeo estructuran de manera compleja y heterogénea ²una soberanía paraestatal, en torno a formas de propiedad articulados por instrumentos financieros muy abstractos, con dinámicas represivas en manos de bandas y de una policía en estado de excepción. Las nuevas soberanías regulan a su manera los territorios, sustentando, penetrando, desbordando y amenazando a las instituciones públicas².
La investigadora argentino-brasileña del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y tecnológico (CNPq), Rita Segato, ha conceptualizado recientemente esta articulación entre economías ilegales, nuevas violencias y redes mixtas como “Segunda Realidad”. Ésta es especular al sistema político y a las instituciones estatales en general. ²Y es operada por un segundo Estado, marcado por la acción de corporaciones armadas propias, sicariatos organizados y conducidos por cabezas que actúan a nivel local, barrial, y otras más distantes, a distancias sociales por el bulto de capital que circula, y a distancias geográficas que no se pueden verificar pero sí suponer por la recurrencia de ciertas tácticas, por la sistematicidad de su forma de operar en localidades distantes e inclusive cruzando fronteras nacionales y continentales. El accionar de esas corporaciones armadas tiene por finalidad proteger la propiedad, el comercio ilegal, el flujo de los capitales sumergidos, y la propia intocabilidad de este ambiente. Es, por esto, un Segundo Estado, con sus leyes, fuerzas de seguridad y organización propia.” Y agrega que “el efecto, para toda la sociedad, de la existencia subterránea de esos elementos es la expansión de un escenario bélico caracterizado por la informalidad, el tipo de guerras no convencionales, en las que las facciones en conflicto por la apropiación territorial de espacios barriales y personas, en general jóvenes reclutas que se agregan a sus fuerzas, no usan uniformes ni insignias y expresan su poder jurisdiccional con una ejemplaridad cruel². Para Segato, aún no hay un lenguaje para hablar de estas nuevas formas de la guerra que, incluso, no están legisladas en ningún lugar. ²La segunda realidad es un campo incierto completamente, un pantano. No es fácil entender contra quién estamos actuando (3).²
En este punto, se trataría de un avance contra elementos fundamentales del herramental democrático construido por las luchas de los derechos humanos desde 1983. Pero también de aquellos conquistados por las movilizaciones de 2001 y su posterior inscripción democrática como derechos sociales. El mapa actual de las protestas y el conflicto vuelve a reclamar a las militancias y a los expertos en la defensa de los derechos humanos una actualización para tener una verdadera capacidad de intervención política.
Articulaciones estratégicas
El ciclo de las protestas globales pone de relieve varios desafíos a la vez. Por un lado, la necesidad de un perspectiva que contemple tanto la discontinuidad y variedad de las protestas como los elementos comunes vinculados a las exigencias democráticas que provienen, como la fuerza y el ímpetu de innovación, desde fuera de los ámbitos institucionales.
Una teoría política nueva se discute en torno a estas formas diferentes de hacer, reclamar y organizarse respecto a los movimientos revolucionarios de otras épocas. La discusión reside entonces en el modo en que estas subjetividades políticas interpelan a las instituciones y a algunas categorías clásicas como las del derecho, la ciudadanía y la inclusión. La novedad reside en los actores involucrados y las dinámicas en juego, que van desde la proliferación de economías ilegales hasta la mixtura de formas de poder estatal y paraestatal, trasnacional y barrial. Se destaca así la dimensión fuertemente territorial de estos conflictos que suelen quedar relegados cuando se enfatiza sobre todo el uso de las tecnologías comunicativas o se pone el foco sólo en las movilizaciones masivas discontinuas.
Esta nueva forma de protesta hoy desafía a los organismos de derechos humanos ya que se ven obligados a actualizar su forma de intervenir y vincularse con las organizaciones locales y litigar frente a la emergencia de los nuevos ilegalismos para no tornarse ineficaces. Los Estados también se ven afectados frente a estos territorios que dejan de ser estrictamente periféricos o suburbanos para convertirse en nodos de pujantes negocios y disputas, en muchos casos con conexiones transnacionales. En el caso de Argentina, las procuradurías temáticas (que investigan delitos financieros, el narcotráfico, entre otros) son formas institucionales que buscan construir herramientas de intervención acordes a estos conflictos. Aun así, lo que queda en clave aun experimental son las formas posibles de articulación entre estas herramientas, organizaciones y dinámicas bien heterogéneas entre sí y su capacidad de construir un lenguaje que de cuenta de esta novedad.
1. Entrevista de la autora con Gastón Chillier, Director Ejecutivo del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), 25/10/13.
2. Véase el dossier“El desafío narco”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, Buenos Aires, diciembre de 2013.
3. Entrevista inédita, de próxima aparición en Territorio, soberanía y crímenes de segundo estado, Tinta Limón Ediciones, Buenos Aires.

(Nota aparecida en Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, febrero de 2014)

Inmersión en el Silicon Valley: Ritornelo 7

por Carolina Di Palma



Volvemos del centro de San Francisco sin saber cómo nombrar lo que sentimos y vimos. Y ante la duda de cómo poner en palabras algunas cosas, es decir, conociendo su poder performativo, nos callamos.

Entonces hacemos una interrupción. Nos detenemos.  Nos quedamos adentro. Agarramos una copa y tomamos jugo de zanahoria Odwalla. “Este jugo tiene adentro: Vitamina A, jugo de 9 zanahorias, felicidad y dos arcoíris. Separation is natural, shake it up”.

Agarramos todos los diarios y revistas del lugar y hacemos un paneo por la lucha simbólica por el sentido común que se produce en los medios aquí.

En la Revista Galardon, en castellano, hay dos páginas destinadas a “se ofrece empleo, limpiar casa, jardinería, construcción, lavacopas”, hay  “rentas de garaje a 800 usd para un hombre solo” y varios avisos de “cuido chicos”.

En la revista de Standford continuing studies, encontramos cursos de business creative writing, on line writing program, day Jobs, fiction, short story, novels, personal essay, memoir, nonfiction.

En el diario The examiner tenemos una publicidad que dice; “Depression? Ud tiene problemas para controlar los síntomas de su depresión aun con tratamiento? Considere la clínica de estudios e investigación Pacific Reserarch partners”. Al lado, “On the Edge 4, erothic photogrphy exhibition”.  Más abajo, un aviso legal, en mayúsculas, YOU ARE IN DEFAULT UNDER A NOTICE OF DELENQUETNT ASSESMENT,DA TE XX, UN LESSYOU TAKE ACTION TO PROTECT YOUR PROPETRY IT MAY BE SOLD AT A PUBLIC SALE. IF YOU NEED AN EXPLANATION OF THE NATURE OF THE PROCEEDINGS AGAINST YOU, YOU SHOLD CONTACT A LAWER.  Un montón de publicidades para el 14 de Febrero, San Valentin. “Para tu noche de San Valentin, se bella con nuestros ahorros de cada día”. “Thinks outside de Chocolate box, aros de diamantes con el 93% off, salen 181 usd, te cuestan 14usd”.

En la revista de los protestantes, Awake!,  hay una nota sobre “Simulación de juegos de casino en apps para niños”, y otra sobre “Un empleado fumador cuesta hasta 5816 usd mas por año que uno no fumador, más la baja productividad por la adicción a la nicotina”. Y algunas recomendaciones para los lectores: “Cómo invertir tu tiempo sabiamente: se organizado, evitar ser ladrón, ser balanceado y realista, ser el guía para los buenos valores,  por ejemplo, en India las madres pasan 11 minutos hablando con los chicos”

Otra revista, Watchtower, “announcing Jeohavahs Kindom, la guerra que cambió al mundo, la primera guerra dejó 10 millones de muertos y 20 de mutilados, la guerra en la tierra y guerra en el cielo, la promesa de un paraíso en la tierra cambió mi vida, cómo la biblia cambio mi vida”.

En la revista de la Universidad de California, “si eres un militar activo o veterano puedes usar los beneficios y certificados que ofrece la Universidad de California”.
En el diario Metro una publicidad de “Licenciado en Acumputura, del San Jose Campus”, un libro best seller “El alma y el espíritu del te, 31 ensayos para el siglo 21” y una publicidad abajo,  “Good karma, vegan café”.

Otra publicidad,  “Proteja a sus chicos y a su billetera, mediación y divorcio colaborativo”. En el centro del diario, “Los residentes de Montaine View bajan el 10% de consumo de agua”. Las casas en San Jose y los Altos cuestan un millón 500 mil dólares, en Saratoga, 1.7, en Atheron, 33 millones.

En  la revista Inspirations, “para incluir tu iglesia en la guía de la comunidad”.

En la revista Weekly Palo alto, “Trust your face ti a specialist” sobre una publicidad de cirugías. Seguido una discusión pública sobre el crimen en Palo Alto; solución de la policía: poner cámaras, lo piden los vecinos, “un sistema de audio en toda la ciudad que activa cámaras cuando escucha disparos”.  Lo llaman “invasión de robos a casas”.  Una publicidad que dice “Start strong,  clases para ayudarte a ti y a tu bebe”. La imagen es un puño de niño hacia adelante ampliado. Publicidad del “Give blood for life”, del Stanford blood center.

En el diario Epoch times, 50 billones costarán las Olimpiadas en rusia, y “masive corruption”. Un hindú fue nombrado CEO de Microsoft. La compañía de soft muta hacia “cloud computer”, negocios de la nube, tipo Google. Van a probar en New York con el bitcoin. “En Sillicon valey se amplía la brecha entre pobres y ricos.  En el 2013 aumentaron en 47 mil  empleos y nuevos residentes pero sin casas”.  Sobre la Fukushima radiation, ¡al fin! tema muerto en todos lados, eh! “Los científicos dijeron que hallaron 134 y 137 radiasotope en el mar de California y que tienen que ver como progresa. Sobre la US snooping, “las 5 mejores compañías de tecnología hicieron públicos informes donde confirman que USA espía en la vida privada de los ciudadanos en nombre de la seguridad nacional”.  Sabemos igual que las compañías hacen lo mismo para vender, el gobierno para controlar. Sobre los Derechos humanos y diplomacia china,  “los chinos proponen algo así como “los derechos humanos  para los hambrientos”.  Ellos dicen que “los derechos humanos deben incluir el derecho a la comida, no  a la forma de los derechos políticos, sociales y económicos”.

Leemos todos los diarios chinos, no entendemos nada, sólo reconocemos la palabra Church, financial, law,  y vemos la foto de Bergoglio en medio de los textos en mandarín.

En el San Jose mercury newsdice que subió el gas. “Washington suspende la pena de muerte”. Hay un montón de publicidades de implantes dentales para tener buena sonrisa. “California desborda su capacidad de prisioneros. La solución es liberar cientos de reclusos peligrosos o poner 70 millones para mejor las condiciones”. “La ATI, Nuerostimulation system es una sofisticada combinación de invenciones electrónicas para detener el dolor de cabeza con un pequeño interruptor en la mejilla”.  “Cuál es la conexión entre las Olimpiadas de Siochi, Syria y el muro de hambre de Leningrado nazi en la segunda guerra mundia! Vladimir Putin” . “Nuestros chicos están perjudicados, crece el número de estudiantes que están en el “braking point”, depresión, ansiedad, fobias y strees. Ellos esperan ser estupendos”

En el diario Local News,  “los californianos están más preocupados por que los chicos engorden que por el uso de drogas ilegales”. “Las escuelas necesitan detener el bulling”. Una publicidad de “emotional health” for family. “Las pocas lluvias de este año en California tuvieron un impacto directo en la generación de energía hidroeléctrica, pero con los días soleados aumentó la generación solar.  Nosotros hemos sumado más que 1000 MGW de energía”.

En San Francisco Chronicle, más de San Valentin, “Loves Price point”. “Google y la Nasa harán un campus juntos donde se podrán explorar los nuevos robots, la compañía está trabajando cerca del gobierno”. Una publicidad “ Love yourself”. Otra nota, más abajo, “Asesino de adolescentes en una estación de gas declara a su favor, dice que lo hizo en defensa propia”. Este diario es multiplataforma, Visit, Actívate, Log in, Enjoy, dice su publicidad. “Cada vez más “Sexting, (contracción de sex y texting) es un anglicismo para referirse al envío de contenidos eróticos o pornográficos por medio de teléfonos móviles) según las encuestas”. Dos mujeres procesadas por asesinato visto en video grabado con celular”

En la Time, Lo mejor del año 2013. Tornado en Okcla,  Yoga al aire libre frente al Wolrd Trade Center, Muerte de niños en Damasco, el papa Francisco Latam,  Protestas del Cairo, Fuego en Australia por ejercicio militares, Catamaran de Puma y Oracle en la Bahia de San Francisco, Lluvias en Colo, Big data, Big Brother, Big trouble, Maraton en contra del terror en Boston, Agonía de Sirya, la primavera de Egipto, un sueño denegado,  La nueva cara de Iran, Las dos turquías, Valdimir Putin,  Vida en la Luna, El efecto Angelina, Tornado en Pklahoma, Agua en las lunas de Jupiter, Ola de 30 metros para surfear en la costa de Portugal, la serie de los norteamericanos, Braking bad, Rolling stones, Daft Punk, Demencia de Margarte Tacher, Lou reed.

En ID Ideas y discoveries, “Los 13 experimentos para la manipulación”,  ¿cómo puedo hacer para manipular mis sueños? La psicología de los videojuegos.

“Elvis fue asesinado, confirman las investigaciones” en el Enquirer. 

En el Epoc Times, “El neurocientífico Richard Davidson estudió en 2004 la energía emitida por los que meditan en el Tibet para la Universidad de Stanford. Dalai Lama  es uno de los monjes más avanzados con 40 años de meditación. El investigador midió las ondas gamma emitidas por su cerebro con el electroencefalograma. Davidson descubrió que los monjes producían ondas mucho más poderosas y de mayor amplitud en toda la historia. Tambien confirmo que la meditación puede redistribuir mejor la materia gris y ayudar a no perderla. La mayor cantidad de perdida de materia gris impacta sobre el control de las emociones, los impulsos, los pensamientos, los movimientos”.

En la Time, 100 descubrimientos nuevos sobre la salud. “El corazón, la mente, la comida, la infancia, la tecnología, longevidad, cáncer, brotes, sexualidad, ecosistemas”.

Especiales de Paul en Life y la Rolling Stone. La Primera dama en Time.


“Los Sin hogar transforman un bus en el Hotel 22. Suben. El colectivo se llena  para viajar desde San Francisco a Palo Alto. Van y vienen. “Lo hacemos porque el bus es seguro de noche”, en San José Mercury news web site.

El barrio está peligroso

por Ariel Ávila *

El barrio está peligroso
Eso se vive cada día 
El barrio está peligroso
La droga arrasa como el sida 
El barrio está peligroso
Y no encuentra salida porque cada vez más gente se muere cada día 

Desde chico he crecido en un barrio 
Día a día iba creciendo y el barrio iba avanzando 
Donde cada día se pone peor la cosa 
Aumenta la delincuencia y aumenta la pobreza 

Y en muchas ocasiones falta el pan en la mesa 
Y hace que los jóvenes salgan a la delincuencia 
Porque no tienen conciencia de lo que están haciendo 
Se dañan a ellos mismos y dañan al pueblo 

Donde en cada calle hay una banda diferente 
Se enfrentan entre ellos y tiene que correr la gente 
Mientras la droga avanza y acaba con la juventud 
Los que la venden se enriquecen y no tienen inquietud 

Familias destruidas es lo que estamos viviendo 
Tuve oportunidades para ser un delincuente 
Tuve oportunidades para dañar a mi gente 
Pero no me gusta hacer lo que hacen ellos 
Yo me quedo con el rap para escribir lo que hacen ellos 

Un arma se consigue sin permiso en una esquina 
Sin comprarla sin decir en qué la usarías 
Tanta inseguridad hay en el barrio cada día 
Y no alcanza para escribirla en esta melodía 

Y esta juventud si sigue así está acabada 
La esperanza de ellos es portar armas 
En cambio mi esperanza es leer la palabra 

El barrio está peligroso
Eso se vive cada día 
El barrio está peligroso
La droga arrasa como el sida 
El barrio está peligroso
Y no encuentra salida porque cada vez más gente se muere cada día


* Ariel Ávila, cantente de Hip Hop de 21 años y autor de esta canción fue asesinado el miércoles cerca de un búnker de drogas en Empalme Graneros, Rosario.

Kalor

por Diego Valeriano

Alejandra toma sol en el patio de su nueva casa. Está de pie y refleja los rayos en su cara con una de esas pantallitas metálicas. De fondo la radio satura el enfermizo parlantito. De la habitación de las chicas se escucha a Rial hablando de Maradona. El volumen de todo es alto, incluso del balbuceo de Mateo que entra y sale con un cuchillo en la mano.  El patio es pelado. Ni una planta queda. Todo fue arrasado por la multitud que vive ahí. En el fondo se va acumulando las cosas que no pueden vender. La voz de la tele se mezcla con la advertencia de la radio sobre el alerta rojo por la ola de calor.  No hay que hacer ejercicio, hay que permanecer en lugares frescos, ingerir mucha agua, usar ropa suelta, de materiales livianos y colores claros, protegerse del sol poniéndose un sombrero. El vecino de enfrente insulta ferozmente al Choco que no deja de tirar petardos. La térmica de 43 en su cara ronda los 50, tiene los ojos cerrados pero casi que ve a través de los parpados de tan iluminados que están. Respira el calor de la pantallita, el olor del pozo ciego rebalsado, del jazmín del vecino. Ahora Mateo corre a su alrededor, como si fuera un satélite. Melisa está a su lado reclamándole que María la quiso desnudar. Francisco suma a la radio y la tele el compilado de grandes éxitos tropicales que le compro al Boli. El Choco se refugia tras Alejandra porque sabe que el vecino ahí no se anima. Con ella ningún vecino se mete. Siente que se le derriten los pómulos, que de a poco se incendian. Cambian de estado del sólido al líquido por la acción del calor. El reflejo tenaz transfiere calor a los átomos de su cara, los cuales vibran con más rapidez a medida que ganan energía. La tierra del patio esta agrietada, su cuerpo  comienza a tornarse ingrávido y gentil. Mateo, Melisa y el Choco parecen flotar. Ahora la radio aconseja evitar el golpe de calor. Llega el Togtu y el vecino lo ataja en la calle. Discuten. Togtu no defiende al Choco, pero no le gusta que nadie le hinche las pelotas. Los gritos se escuchan a pesar de las interferencias. Todos salvo Alejandra salen para la vereda. Su cara recibe radiación propagada en forma de ondas electromagnéticas por la pantallita plateada. Afuera el volumen de los insultos sube. Apenas distingue las voces, el calor se propaga de su cara hacia el resto del patio, su cara esta agrietada como el patio. Necesita tomar agua urgente, pero en todo el barrio no hay ni una gota. El camión de la municipalidad no puede llegar por el corte de la 197. Esta sofocada, vuelve el Choco a buscar un palo entre las porquerías que no pueden vender. Se le durmió el brazo izquierdo, los objetos a su alrededor comienzan a girar, lo nota a través de sus parpados. La tensión nerviosa crece por dentro, así como también la fiebre muy alta en la cara, el amor, las enfermedades crónicas, la maternidad, la guita, el trabajo desquiciado. Todo se torna ensoñación. Dejar caer la pantallita, se siente ardiendo. El calor intenso y sorpresivo le sale desde dentro del cuerpo, la temperatura profundamente tropical de la piel y del espíritu se mezclan. Sus ojos tardan en acostumbrase. En cuanto lo hacen, Alejandra comienza a correr.

Elogio del cuidado

por Diego Tatián



La convocatoria del último texto de Carta Abierta a una amplia “confluencia de fuerzas” populares y políticas, capaces de enfrentar las oscuras embestidas de poderes financieros y mediáticos contra las conquistas sociales más sensibles del pueblo argentino, tiene su motivación profunda en la urgencia de un cuidado. Esta palabra ha adquirido una intensa circulación pública a partir de una tarea común por cumplir en lugares tan desangelados como supermercados y gasolineras, y tal vez puede ser tomada como el comienzo de una exploración colectiva más vasta; una exploración y una práctica orientadas por los significados que aloja, y que es necesario deslindar de cualquier sesgo conservador.
Los trayectos emancipatorios parciales que recorre la vida de los pueblos no son parte del “torrente inexorable de la historia”, sino singularidades irrepetibles y frágiles, siempre amenazadas por su destrucción. Una práctica y una conciencia colectivas del cuidado consolida las transformaciones realizadas y precipita las que quedan por hacer, manteniéndolas a resguardo de restauraciones reaccionarias animadas por anhelos predemocráticos.
Sabemos que la política nunca se agota en una pura contradicción de intereses materiales, también se revela como el lugar de inscripción de un conjunto de representaciones y conductas vinculadas con una trama pasional muy compleja, irreductible a cualquier comprensión en términos de beneficios y perjuicios. En esa trama, la avidez de ganancia de los que más tienen y la aspiración de los más desfavorecidos a mejorar su condición social y económica es muy importante pero no necesariamente determinante. En otros términos, la política no ha sido nunca exclusivamente el reino del autointerés razonable, la decisión argumentada o el cálculo lineal de las ventajas, sino el imprevisible dinamismo animado por un régimen de pasiones públicas que es necesario comprender en su constitución, sin moralizar, para que la intervención militante y en este caso también gubernamental resulten eficaces.
Decodificar un momento social en términos de pasiones procura una perspectiva diferente de la que permite su comprensión a partir de la historia en tanto contradicciones de fuerzas que dotarían al todo de una inteligibilidad de conjunto y permitirían explicar cada hecho particular que se produce en ella. La ambición de poder y dominación, el miedo, la envidia, el odio, el desprecio, el desdén, el deseo de superioridad, el resentimiento, la indiferencia o la crueldad, pero también el reconocimiento, la solidaridad, la confianza, la gratitud, la curiosidad, la indignación por la injusticia y la simpatía por el desconocido (estas últimas las principales pasiones que permiten la construcción democrática) establecen los caracteres en los que se escribe el texto social bajo composiciones siempre nuevas que es necesario aprender a leer una y otra vez.
Las pasiones pueden ser inducidas y promovidas por una representación de las cosas (desde los medios de comunicación o por la propaganda) que no necesariamente se corresponde con las mismas cosas. Además, sabemos que los seres humanos pueden desarrollar afectos serviles con quienes los explotan y dominan, o ser hostiles con quienes toman partido por su causa. Muchas veces, “luchan por su esclavitud como si lo estuvieran haciendo por su libertad”. Pero según creo, esto no es general ni necesariamente así, y su episódica constatación no alienta ninguna misantropía, ningún retiro de la acción común y ninguna ruptura reaccionaria con la vida colectiva como se manifiesta, sino al contrario. A partir de un registro de las dificultades inherentes a la contienda por la que toda sociedad se halla dividida, motiva la disputa por el lenguaje, la lucidez de lo concreto, la destitución de la hegemonía dominante y la constitución de un imaginario social orientado por la desalienación. Motiva la política.
Esa disputa cultural –por naturaleza interminable– es un litigio ideológico por la inteligencia de las cosas que en última instancia puede ser concebido como una tensión entre derechos y privilegios, cuya confusión es necesario evitar. Si los derechos se definen por una lógica de la extensión, son universales y se incrementan mientras más sean los que gozan de ellos, los privilegios son a costa de otros o contra otros y se definen por una lógica de la excepción. La creación de una cultura de los derechos es la vía maestra de construcción democrática, pero no neutraliza la inestabilidad de los humores sociales ni evita la irrupción de malestares públicos ni la manifestación de insatisfacciones que se renuevan una y otra vez, y con los que una sociedad deberá lidiar indefinidamente. Por ello la principal virtud democrática es la capacidad de no sucumbir al cansancio y mantener abierta una potencia inventiva frente a lo real. Y también la decisión de hacer de la ley un instrumento de resguardo de las instituciones contra las corporaciones y un poder de los que no tienen poder.
Los enormes avances sociales en términos de libertades, derechos e igualdades de la última década no procuran por sí mismos ninguna garantía de continuidad (aunque sí proporcionan una acumulación de experiencia); su protección y su incremento dependerá de lo que los ciudadanos argentinos seamos capaces de hacer y de ninguna otra cosa exterior a esa capacidad. Todo puede perderse de un momento a otro si sólo nos proponemos conservar, si no somos capaces de radicalizar, que en este momento es la mejor y tal vez la única manera de “cuidar”.
Una política del cuidado aloja el sentido de prudencia, que es una de sus acepciones inmediatas, pero también la necesidad de radicalizar y sostener una atención profunda bajo el modo de una alerta democrática. Todo ello puede expresarse con el término ciudadanía, a condición de concebirla como acción con otros, intervención militante, constitución de una red heterogénea capaz de sostener socialmente medidas de gobierno que han sido muy osadas y que han afectado intereses muy grandes. Ciudadanía como ejercicio de una potencia democrática colectiva y plural.
La inclusión de vastos sectores populares en circuitos de consumo a los que nunca habían tenido acceso trajo consigo una reparación histórica muy importante. Tal vez esa reparación ahora abre la posibilidad –en mi opinión la necesidad– de un tránsito cultural que puede ser pensado como una forma nueva y necesaria de la radicalización y del cuidado: el tránsito de una sociedad de consumo a una sociedad de la abundancia; de un imaginario social cuyo criterio orientador es el incremento de la producción y el consumo a otro que se propone la plenitud del buen vivir y se orienta por obtener lo suficiente para todos, el cuidado del otro y el cuidado de un mundo cada vez más frágil, amenazado de irreparable pérdida.

Intelectuales

por Luchino Sívori 

Desde hace décadas se viene discutiendo sobre un tema que a pesar de no representar un asunto de Estado para la mayoría de la población, no deja de ser una cuestión fundamental si de una democracia plena queremos formar parte: me refiero al rol que deben ocupar los intelectuales en el campo político de los Estados.
Sobre este interrogante se han escrito muchos libros y artículos periodísticos de todo tipo, desde la función que tuvieron algunos teóricos europeos en el Mayo del 68 parisiense hasta el caso más reciente del escritor Salman Rushdie.
En nuestro país, se ha abierto esta discusión en reiteradas ocasiones, volviéndose a tratar en forma pública a través de notas de opinión hace unas semanas, a partir de la polémica asunción del nuevo jefe del ejército, César Milani.
Si utilizo este ejemplo en concreto no es sólo por su especificidad –nacional, actual, público-, sino porque considero que reúne precisamente las cuatro vertientes en las que siempre se divide esta discusión del rol del intelectual en el mundo Occidental.
Para aquéllos que no siguieron la discusión, resumimos aquí simplificando las posturas de los cuatro contendientes:
1-      El primer artículo perteneció al director de la Biblioteca Nacional y filósofo Horacio González, asiduo articulista de Página/12, el diario donde se originó el famoso debate. En él el profesor de la UBA desarrollaba una idea alrededor del concepto de la Culpa por parte de unos agentes muy particulares: las instituciones y organizaciones públicas. Localizarla e identificarla, afirmaba, se volvía complejo y arduo cuando de responsables con altos y medios cargos se trataba, ya que –haciendo un paralelismo con el estudio de la banalidad del mal en el trabajo de Hanna Arendt- la maquinaria del Terror que supuso la dictadura “burocratizó” el Mal, diluyendo las responsabilidades (subjetivas) por parte de los brazos ejecutores y cargos intermedios. Este análisis se cerraba con un contundente rechazo por parte del autor a la elección del nuevo general del ejército, dejando en claro que a pesar de lo turbio y las zonas grises Milani sí formó parte de aquella etapa oscura de nuestra Historia.

2-      La segunda opinión vino del periodista de investigación y también articulista del diario Horacio Verbitsky. En este caso, su nota –fiel a su estilo periodístico- trató sobre los documentos que su organización de estudios sociales y legales CELS descubrió sobre el “archivo Milani”. El “perro”, como suelen denominarlo en los círculos allegados, discurre en todo tipo de documentos que parecen evidenciar, por lo menos a simple vista, la relación de ciertos hechos ocurridos durante la dictadura con el actual jefe del ejército. Al igual que González, el periodista también declara su oposición al nombramiento de Milani.

3-      La última nota del diario dedicado al caso Milani vino de la pluma del también filósofo Ricardo Forster. El colaborador de Carta Abierta escribe en su apartado lo que parece ser una respuesta a los dos autores anteriores, abriendo así una especie de nuevo debate que se sale estrictamente del caso Milani y deriva en la discusión que dio vida a este publicación, el rol de los intelectuales frente al poder. Primeramente, Forster se diferencia de los autores antes mencionados haciendo explícita su relación con el oficialismo (postulante a legislador por el FpV en Capital Federal), y desde allí dibuja un mapa de lo que los tres representan y, por ende, defienden. No aclara su apoyo al nombramiento de Milani; en su lugar, hace especial hincapié en la tensión que siempre ha existido entre el “mundo de la Letras y el mundo del Poder”, donde, afirma, en el primero las potenciales re-configuraciones (por decirlo prolijamente) de lo que uno piensa son muy dadas a darse gracias a la naturaleza re-interpretativa del campo de estudio, y en el segundo no tanto (o de formas mucho más “bruscas”) ya que conviven y se insertan en esferas pocodadas al debate extenso y profundo.

4-      Finalmente, una cuarta opinión nació a partir de esta discusión. Diego Sztulwark, escribió para Lobo Suelto! (difundido también por el sitio web Agencia Paco Urondo) lo que sí puede parecer una suerte de “respuesta” al enunciado propuesto por Forster. En él Sztulwark afirma que el miembro de Carta Abierta se convirtió en una suerte de filósofo de la leva, renunciando a la masa crítica autónoma necesaria de todo movimiento político considerado popular, y omitiendo, al quitar importancia al análisis crítico y dándosela a la militancia impermeable a la duda, toda una serie de rasgos positivos que nacerían de un activismo cuestionador y contestatario.
Hasta aquí las cuatro posiciones en las que suelen dividirse el campo de discusión de lo que hemos denominado el rol del intelectual: una visión primera que hace hincapié en el terreno más filosófico (González); un segundo punto de vista más inclinado a la evidencia científica (Verbitsky); una tercera posición si se quiere más “política” del asunto; y una cuarta y última que podríamos denominar hermenéutica por su lectura de todas las demás.
El objetivo de este artículo no es describirlas, sino más bien enfatizarlas. Remarcándolas ponemos en situación sus enunciados y las “insertamos” en su propio (con)texto, al cual, gracias al alto nivel intelectual de sus autores, responden convincentemente. Sin embargo, y aquí el atrevimiento que persigo al “responder” de alguna manera a semejantes gigantes de las Letras argentinas, debemos ser capaces de enfocar este asunto del rol del intelectual dentro de lo que otro famoso pensador, Edward Said, denominó el campo del Poder.

Recuperando su idea central de “lucha por el Poder” a través de la significación, propongo releer los cuatro enunciados aquí mencionados bajo la óptica no de cuánta razón llevan desde la posición en la que juegan en la cancha (son probablemente los mejores en sus puestos), sino qué implicaciones tienen si los insertamos en lo que se denomina la puja por el Poder y la hegemonía.

Saber ver y comprender el valor que tienen estos relatos dentro del mapa de las luchas de discursos que pretenden disputarse la Realidad desde un punto de vista de un conjunto –eso que los anglosajones llaman “the big picture” y que nosotros podemos traducir como “en perspectiva”- no es tan fácil como dejarse convencer por uno de ellos. Por ponerlo en metáfora futbolera: Messi te salva el partido sólo si sabés ubicarlo en el equipo, y viceversa.
Sabemos que los cuatro autores están de alguna manera u otra disputándose la verdad, entre comillas, para así reproducir en todos nosotros una asimilación, previo filtraje receptivo personal, que procure compartirla y más o menos defenderla. De eso se trata justamente su (nuestra?) labor, como periodistas, profesores, intelectuales, académicos. Persuadir y disuadir, vía retórica discursiva, para disputar una “mentira” que será –momentáneamente- la última verdad, parafraseando el famoso tema de Divididos.
Más allá de este análisis post-estructuralista, se nos está haciendo cada vez más necesario –a las audiencias, a la esfera pública, al propio periodismo- que estos discursos tengan la suficiente proeza e inteligencia de saber(se) estratégicos,reconociéndose en un escenario más amplio que los propios posicionamientos que ocupan.
Se trataría, siguiendo con el paralelismo futbolero, de parar la pelota, mirar donde uno está ubicado en el campo de juego y re-conectar con el resto del equipo, para no quedar jugando solos cada uno su propio juego.

El rock como todo llanto (Sobre Redondos. A quién le importa. Biografía política de Patricio Rey del Colectivo Perros Sapiens, Editorial Tinta Limón)

por Juan Cruz Carrique
En 2002 el canal de música CM realizó un programa especial sobre Los Redonditos de Ricota que repasaba la historia de la banda, proyectaba algunos fragmentos de recitales y recopilaba testimonios de músicos, periodistas y artistas más o menos ligados  a  Patricio  Rey. Entre  esos testimonios  llama  especialmente  la atención el de Mercedes Sosa, que  al ser consultada por el fenómeno ricotero, lejos del comentario complaciente, declara: “Me trajeron siete discos de Los Redondos, y tengo  que decirles que no comprendo nada  de lo que cantan. Nada. Siento que tienen  un misterio, una cosa misteriosa que hace  que sean como una logia. Yo creo que son un mito porque son desconocidas las cosas que cantan. El día que se deshaga, palabra por palabra, lo que cantan se va a terminar el mito.” Paradójicamente, Redondos. A quién  le importa parte de un diagnóstico similar: cuando las canciones pasan a referir a cosas obvias la vitalidad del mito se agota y se vuelve poco interesante. Por eso, para  los autores los misterios no pueden resolverse, pero pueden transformarse en misterios mejores. Con esta adverten- cia, que es también un pacto  de lectura, el colectivo Perros Sapiens (compuesto por  Ignacio  Gago, Ezequiel  Gatto  y Agustín  Valle)  nos introduce  en  un peculiar recorrido por la biografía (política) de Patricio  Rey.
Ahora bien, ¿qué  es lo que tiene  de particular esta investigación? De movida,  el método. Sus autores trabajan  desde adentro, en  y desde el cuerpo de Patricio Rey. No se sitúan a distancia queriendo significar la experiencia y circunscribirla a un sentido. Por el contrario, la apuesta del libro es sumergirse en el misterio de Patricio Rey, asumir la opacidad irremediable de su existencia, y desde allí forzar su apertura al mundo. Atender antes que a sus causas, a sus cauces y a las marcas que la experiencia redonda dejó latiendo en los cuerpos de sus seguido- res. La investigación ricotera es una investigación pasional que no distingue sujeto y objeto: la cosa es nosotros y nosotros somos la cosa.
Así, lo que a priori se presenta como un estudio sobre la singularidad de Los Redonditos de Ricota y su incidencia en la cultura argentina, con el correr de las páginas se va desplegando también como  un manifiesto generacional que sitúa a los autores en un primer plano.  Son sus experiencias sensibles las que [muchas veces] leen el fenómeno redondo y, por ende,  las que a la larga  toman el centro de la escena. Por eso es que no hay referencias a la enigmática vida privada de Solari, o preocupación por las causas de la separación de la banda, como tampoco por el significado original de las letras.
La propuesta consiste, en cambio,  en contar una vida. La vida de ese ser mítico llamado Patricio  Rey, y cómo esa vida crece, se transforma y ¿muere? siempre vinculada  de un modo muy especial al entorno en que se despliega. Una vida que es una experiencia política, ética y estética que abre  grietas en el suelo social.
Bajo esta consigna, el libro se divide en dos grandes secciones: Figuras, que retrata y problematiza los modos singulares con  los que  Patricio  Rey habitó  el espacio público durante su veinticinco años de vida (“masividad clandestina”, “disidencia urbana”, “recital acontecimiento”, “rock cartográfico”); e Historia, donde se elabora, tomando como hilo conductor los diez discos redondos, una relectura de la historia argentina reciente enfocada en las prácticas marginales –o más bien ex-céntricas– que hicieron  carne en la banda  y sus seguidores. Una tercera sección, Apropiaciones, oficia de cierre volviendo sobre la escena política actual para abrir el debate acerca de los usos que durante los últimos años ha hecho el kirchnerismo  del  mito  ricotero  y planteando, además de  cierta  perplejidad,  algunas hipótesis para  pensar la vinculación entre Patricio  Rey y el Estado.
Los Redondos funcionan así como  un disparador para  pensar y conectar la política, la filosofía, el arte  y la historia de un modo singular, encarnado en un cuerpo doblemente real.  En este sentido, las múltiples referencias, más o menos solapadas, a autores como Foucault, Deleuze,  Nietzsche (mucho Nietzsche), entre tantos otros, no deben  ser interpretadas  como  un intento de objetivar,  o sencillamente intelectualizar, la experiencia ricotera. Lo cierto es que lejos están los autores de regodearse en teorías filosóficas, políticas o estéticas  para  darle  mayor  peso a  su investigación.  Estos nombres cuando aparecen lo hacen apenas para  aportar una  palabra, a lo sumo una idea,  jamás para  ser los protagonistas del texto  (de hecho  ni siquiera están citados). En todo caso, si hay una búsqueda al introducir estas referencias es la de desacralizar a estos pensadores, a estas ideas tan filosóficas, y ponerlos a correr fuera  de su campo  específico. La experiencia se aplica  a la teoría y no al revés. De otro modo el mito comenzaría a enfriarse y a perder “su potencia de generar nuevos posibles” (p.215).
El aspecto metodológico se corresponde en este punto  con lo que para  los autores es quizás el rasgo más saliente de la conducta ricotera. Patricio  Rey, se nos dice, no interpreta la realidad, le pone  el cuerpo. Por eso, qué quiso decir no importa  tanto  como  el cómo  lo dijo. De esta manera, el mundo  interior  y exterior de PR se entrelazan y lo biográfico deviene político. Al exponer su cuerpo interviene en la historia y elabora un régimen expresivo propio que desafía el estereotipo de banda  de rock: “La antinomia entre rock  comprometido y rock divertido, entre rock pensante y rock bailable, que organizaba orillas en el esquema de  rock  setentista,  queda  disuelta  con  Los Redondos.  (…)  El rock redondo es un pensamiento crítico  que  se baila.”  (p.83) Patricio  Rey es visto, entonces, como un animal  mañoso que no permite que le asignen un lugar, sino que fuerza  al entorno a acomodarse a su alrededor. Pero antes que un capricho o una moral,  su comportamiento es un modo de la supervivencia. Por eso, raja. Para resistir, primero, a los dispositivos represivos de los setenta y, luego,  a la apropiación mercantil de los noventa.
Esta figura del raje,  central a lo largo  de todo el libro, es tomada por Perros Sapiens para graficar una constante en la conducta de Los Redondos a lo largo de su historia. Una forma de ser que asumen no sólo dentro del rock sino fundamentalmente en el plano estético-político: “Con su música, sus frases, sus imágenes y sus recitales, Patricio  Rey apadrinó un carnaval subterráneo para  sobrevivir la dictadura, una fiesta rabiosa para  atravesar el retorno democrático, y un escepticismo fértil que habitó el agotamiento de la representación sin apatía  ni nihilismo; un raje, siempre, del orden  del día” (p.10). Virtud del libro, entonces, situarnos, a partir  de una  experiencia que nace  en el seno de un género plebeyo  como  es la cultura rock, frente a una narrativa histórica disidente que abre nuevas interpretaciones de lo que fue una era política en la Argentina.
Porque el éxodo  al que  invita Patricio  Rey en  sus letras (“pagá,  mi amor, esto está muy Shangai”) y en la práctica (rock cartográfico que sale de gira por todo el país) se presenta para  los autores de A quién  le importa no sólo como una renuncia a la sociedad oficial sino eminentemente como la enunciación de un modo diferente de organizar las voluntades: “El raje ricotero no es un éxodo higiénico.  Sabe  que fugar  no es borrarse, es elaborar otra  relación con lo que hay, una que lo dé vuelta. Ganar o perder, pero apostar” (p.27). En este sentido, el recital es el acontecimiento que devela  “el orden  urbano que se oculta  en la cotidianeidad” en tanto  que aglutina y expone  una serie de prácticas colectivas que  fisura el orden  de cosas dado.  Allí aparecen las bandas, los pibes de los barrios, ese “nuevo nosotros ricotero”, que  durante los noventa  procesan sus propios códigos y toman  un protagonismo público  que,  como  el libro sugiere, terminará excediendo el momento del recital.
De cualquier  forma,  ante  el riesgo  de  idealizar  a esta nueva  subjetividad, Perros Sapiens aclara que este poder  alternativo que ponen  en juego los rico- teros durante los recitales guarda una ambivalencia inmanente. Así como crea nuevos valores y funda  zonas autónomas donde  la ley no tiene  una  inscripción fija y universal, también se expone  a la violencia y a un peligro de muerte siempre  latente. La experiencia ricotera, entonces, como  modo extático  de la autonomía pero también como superficie de despliegue y condensación del conflicto social.
Bajo esta mirada, el estallido de 2001 es leído en conexión  necesaria con el derrotero de Patricio  Rey. Perros Sapiens ve en las escenas callejeras de diciembre, antes que prácticas rebeldes heredadas de los setenta, la puesta en juego de esos saberes curtidos por las bandas durante la década del noventa  en los recita- les de Los Redondos: el desbande, los saqueos, los pibes aguantando a la cana.
Esto, de más está decirlo,  no quiere  decir que Patricio  Rey sea interpretado como  causa del 2001. Antes bien, la hipótesis de los autores se orienta a pensar la experiencia ricotera como laboratorio y campo  de entrenamiento de una subjetividad política  que  nació  y creció  en la clandestinidad durante la década menemista y que acabó  eclosionando en las jornadas del 19 y 20 de diciembre. Una  subjetividad  engendrada en  los márgenes que  terminó  tomando por  la fuerza  el  centro geográfico-político  nacional.  “No decimos  que  Patricio  Rey haya sido una causa de 2001; decimos que fue uno de sus primordiales cauces: afluente de una  ola que  venía a inundar lo social con  su sentido y su fuerza. Espacio de gesta, de politización  de lo proto-político” (p.199).
Que luego de este acontecimiento Los Redondos se disolvieran es algo que para  los autores, visto a la distancia, no sólo era  presumible sino necesario. El animal  que había transitado siempre caminos alternativos quedaba expuesto, a la vista de todos, proclive a ser capturado. Tal como lo es hoy en día. De allí la súplica de Perros Sapiens: que por favor no se vuelvan a juntar.

Kirchnerismo intuitivo

por Diego Valeriano

La política discute por arriba, pero las cosas genuinas pasan por los de abajo. Sin lugar a dudas el infinito aumento de consumo de los sectores populares ha reconfigurado de manera absoluta los modos de cómo intentar gobernar a las poblaciones. El kirchnerismo ha intuido como nadie esto y sus cuadros más avezados ensayan su mejor gestión.
Se inyecta guita por abajo, amen de enfriar por arriba. Se tiene la ilusión de que lo principal es discurrir sobre las cosas y que a las cosas se las conoce cuanto más se habla de ellas. Pero sólo se comprende lo que puede reinventarse, lo que puede entreverse. La intuición intenta reencontrar un movimiento y un ritmo en el que se descomponen las relaciones, revivir la evolución creadora insertándose en ella un poco de casualidad.
En esta década la vieja gobernabilidad, aquella que producía exclusión social y desamparados de la forma tradicional en que aun se sigue observando, fue destruida desde abajo por las vidas runflas. El kirchnerismo, primero – de mejor manera- y el primer cristinismo, después, surfearon de manera bastante exitosa esta nueva realidad.  Esto es vivencia diaria para la inmensa población de la periferia.
Una fuerza desde afuera arrasa lo que hasta ahora entendíamos. Esta fuerza que destruye la organización tradicional capitalista vino justamente a fortalecer al capitalismo. Lo ensanchó, lo ensució, lo volvió vital y singular. Centro y periferia disputan formas y estilos. La transfiguración de los territorios se aceleró hasta volverlos incomprensibles, inabarcables, inmensos. De tan anchos entran todos y continúa la aceleración. Siempre desde abajo, hay una guerra por el consumo. Se trata de la fase nueva y superior del capitalismo, de raigambre popular y voraz.
Esta guerra es parte de un proceso en disputa. Algunos interpretan el mismo proceso que lleva al aumento del consumo como base de nuevas dependencias -siempre paga bien ser anticonsumista. Siendo riguroso, estas nuevas dependencias existen. Son nuevas formas inmanentes que sepultaron los valores de antaño. Así y todo, en estos procesos se fortalece una vitalización de los pobres desde el consumo y la violencia.  
Esta guerra, no se va a detener. Va a seguir explotando en cada esquina, en cada diciembre. Sin que nadie tome enemigos. El combatiente dura esencialmente, dura justamente porque elabora sin cesar lo nuevo y porque no hay elaboración sin búsqueda, ni búsqueda sin tanteo. Ni combate sin cálculo. Las batallas de este proceso de liberación son cotidianas y feroces. La confrontación crónica de los pobres con el aparato represivo estatal (y privado) va en aumento y, por lo que se avizora, no va a haber tregua alguna. La disputa es extendida y no se queda donde los militantes quisieran: va más allá. Destroza análisis y confianzas hasta llegar a lo personal. Advertir lo que puede el consumo es poner  a prueba la vida frente a lo que se vive como extraño.

Inmersión en el Silicon Valley: Ritornelo 8

por Carolina Di Palma


Salimos de casa y vemos un cartelito sobre un árbol que dice “no corte este árbol”, Cupertino ciudad de calles con árboles y un código QR para más información, colgado con una chinche.  Caminamos hasta el Caltrain y viajamos una hora y media hasta la estación de San Francisco.  Subimos a un taxi: el Muelle 15, el Exploratorium, es el destino. Pasamos debajo del Bay Bridge y vamos por la costanera hasta una escultura de un gran arco y flecha que nos indica que la velocidad máxima es 30.

El Exploratorium es un gran galpón de experiencias interactivas para chicos y grandes. Se divide así: Sistemas de vida, Imágenes microscópicas, Ver y mirar, Tiempo y movimiento, Electricidad y magnetismo, Medioambiente, Observatorio, Fenómeno Humano, Caja negra, Domo táctil,  Estudio webcast, Tinkering o bricolaje, Primeros pasos.

Exploramos la geometría del luz, con sombras 3d, la sala monocromática, con zootropos que hacen bailar  a robots, jugamos a un pacman con 4 comandos, con espejos cóncavos, con cámaras oscuras,  con la sensibilidad a los colores, tocamos todo tipo de instrumentos musicales, hicimos circuitos integrados, bailamos con sensores de temperatura, nos metimos a un teatro circular, miramos a través de un montón de microscopios, olimos y nos multiplicamos en pantallas.

La señal más importante del museo sobre la emancipación es el “what s going on”, un apartado que tiene cada experiencia donde cuentan cómo sucede lo que experimentamos.  La frase “piensa con las manos” es una nueva forma de hablar de la experiencia. “Fabricar cosas y desarrollar ideas con nuestras propias manos nos ayuda a comprender”, dicen, y agregan: “Detente, acomódate y haz algo que sea importante para ti, desde aparatos divertidos hasta conexiones sorprendentes entre sistemas mecánicos y fenómenos naturales”.

Durante las cinco horas que pasamos ahí dentro nos sorprende la palabra “percepción”, “Percibiendo a otras personas, investiga el modo en que nos percibimos a nosotros mismos y a los demás” y la palabra “milagro”, cuando leemos una etiqueta si compramos un bolso, “El Exploratorium  y el Parque Nacional de Conservación Golden Gate están comprometidos con el  conocimiento, la protección y celebración de nuestro mundo desde lo ordinario hasta lo milagroso. Nuestro especial interés en aprender y enfocar sobre lo divertido ha sido realizado con Golden Gate bridge, Fort Mason y otras áreas donde se da un encuentro excitante entre la belleza y la ciencia de la Bahíade San Francisco”.

Vamos al store y leemos la literatura y recordamos mucho la idea de Silvia Delfino acerca de las nuevas tramas de los consumos culturales sobre los trucos. “Hace tus propias ilusiones 3d, “Para disfrutar y dibujar tus propias ilusiones”, “Los secretos del Kirigami”, “El arte del bricolaje, especial de conductores de electricidad, abre este libro y descubre como hackearlo”. “Intersección entre arte, ciencia y tecnología” y  “Masters of Deception, Escher, Dali y otros artistas de las ilusiones ópticas”, libro que nos compramos para investigar. Comemos ensalada de rúcula, espinaca, queso, manzana ralladas, pasas de uvas, nueces y una sopa de calabaza con semillas y pimienta. Todas las opciones de comida “organic”.

Al Exploratorium lo bacan Pacific Gas and Electric company, Chevron Human Energy, Genentech del grupo Roche y el diario San Francisco Chronicle.

Ya es casi de noche, buscamos un taxi pero paramos una bicicleta doble taxi. Hablamos en español con su conductor mexicano que nos lleva hasta Market Street donde esta Twitter. Y ahí tendríamos que ir hasta el fondo del mar, en vez de surfear, y llegar a Yuri Milner, el ruso que se hizo millonario invirtiendo en Twitter y Facebook dinero de inversores rusos que fueron juzgados por fraude e enriquecimiento ilícito allá. Un hombre que se compró una casa en Los Altos por 100 millones y que dice estar  convencido de que el microblogueo es el mecanismo de influencia más grande del mundo, porque “ejercer  o intentar ejercer influencia es algo que la gente hace con frecuencia”. 

La sublevación como teoría política del cuerpo

por  Diego Sztulwark

(Prólogo a La Sublevación, de Franco Berardi, Bifo, de editorial Hekht, desde marzo en librerías)


I.

Bifo tiene una idea poética y política del cuerpo, del cuerpo erótico y social, tal y como la sublevación lo crea y la imaginación artística lo anticipa. Contamos, en algunas partes de América del Sur, con una memoria reciente. Hemos verificado toda la carga sensual e intelectual que acompaña a los períodos en los cuales la activación de los movimientos da lugar a momentos de autonomía desde “abajo”. Se trata de momentos extraordinarios, en el sentido de raros, de escasos –se nos dice-. Y con razón. Pues la normalidad, incluso ésta en la que vivimos, se hace de otra manera: a partir de traducciones abstractas de todo aquello que existe a base de vibrar y  variar.

Lo permanente es un caso exitoso de engaño recurrente. Fantasmas y fetiches, decía Marx, en aquellos primeros esfuerzos modernos por comprender esa gigantesca máquina de innovación, captura y reorganización del cuerpo que es el capital. Capital ahora financiero, señala Bifo. Y es que en su dinámica de transformación interna, el capital compendia la historia entera de las rebeliones. Y perfecciona el carácter mono-lingüístico de la traducción de todas las lenguas a la del valor, provocando la imagen de su propia eternización. 

El Manifiesto comunista es el antecedente directo de este tipo de literatura que entreteje un dispositivo estratégico (económico) junto al llamamiento profético (o visionario). Los “comunistas”, junto a la entera clase de los proletarios a la que pertenecen, toman la palabra para transmutar su condición fantasmagórica en movimiento revolucionario real. Ellos no tienen ideas o propósitos diferentes a los de la clase proletaria en su conjunto –es decir, sin hacer caso a las diferencias nacionales o religiosas-, y hacen valer, paso a paso, su balance del resultado de las luchas en la perspectiva de liquidar las relaciones jurídicas de propiedad de la sociedad burguesa.

Un hilo rojo recrea estas tentativas de corporización. También La sublevación, el llamado de Bifo a dotar de cuerpo afectivo y potente al intelecto general europeo trata de una conversión referida a un mundo dominado por espectros.

Ahora bien, el capital –cada vez más abstracto: virtualizado, digitalizado, semiotizado- se ha desprendido de su compromiso con el territorio y ha deshecho la relación entre tiempo de trabajo y valor propia de la Ley del valor  tal y como Marx la exponía para la era del capitalismo industrial. El semio-capitalismo, después del crack del 2000 y del colapso del 2008, entró en una dinámica de destrucción del cuerpo social europeo.

La respuesta es la sublevación. Londres y Roma, 2010. España 2011. Grecia. Incluso las insurrecciones árabes nos hablan de las primeras experiencias de auto-organización de la nueva fuerza de trabajo precaria y cognitiva. La insurrección “está en las cosas”. La tarea consiste no en impulsarla o dirigirla, sino en crear estructuras y procesos de autonomización afectiva, de concatenación de saberes y procesos técnicos.

II.   

Pero hacer un cuerpo –entiendo- no equivale a “encarnar”. A diferencia de lo que sucede con la metafísica del valor capitalista (puramente espiritual), el cuerpo colectivo de una sociedad no se constituye en torno a un principio inmaterial, sino que se recompone a partir de su estado de disgregación actual. Es un asunto de pasiones y de producción de “empatías”. De lucha contra la violencia y el terror del capital (en su fase de dominio financiero) y de procesos de desautomatización de los lenguajes.

Es Bifo uno de los pocos “filósofos nietszcheanos” -médicos de la civilización- de nuestro tiempo. No en virtud de una erudición universitaria, sino de una muy especial capacidad de inmersión psíquica respecto de las oscilaciones anímicas de la inteligencia social europea –ese “General Intellect” del cual nos hablaba Marx de los Grundrisse. 

El tono que adoptan sus textos, geniales rapsodias, es el de una íntima implicación con las más variadas patologías (como la de la hiperexpresión), depresiones (suicidas) y alteraciones (farmacológicamente asistidas) que recorren la mente reticular postmoderna sometida a la servidumbre y a la fragilidad existencial bajo el dominio del semiocapitalismo (producto de la inmersión del lenguaje en el proceso de valorización, y elemento esencial del capital financiero).

III.

Diagnóstico (crisis del capitalismo que arrastra a Europa) y terapéutica (sublevación, recomposición de un cuerpo colectivo autónomo) remiten a los dos grandes instrumentos analíticos y políticos que Bifo no ha dejado de reelaborar y que remiten a dos tradiciones distintas: el obrerismo y post-obrerismo italiano, y la cartografía. 

La tradición del obrerismo y post-obrerismo italiano le aporta una lectura composicionista de las nociones de “fuerza de trabajo” y de “trabajo vivo” en Marx. En efecto, los procesos de constitución del capital suponen la subsunción de la praxis humana a escalas cada vez más amplias.  La generalización de la fábrica a escala social (transformación propiamente postmoderna en el modo de producción capitalista) demanda, de parte del investigador revolucionario, una nueva creación de (en realidad, creación de nuevos) conceptos para dar cuenta de la subjetividad antagonista de quienes participan del proceso de producción de valor, es decir, de quienes son objeto (violencia y fetiche) de las nuevas formas de la explotación capitalista.

Este “composicionismo” refiere tanto al carácter ontológico de las mutaciones colectivas bajo el dominio del capital (todo el problema de las alteraciones antropológicas, de lo posthumano y de las generaciones), como a la inmanencia de toda praxis respecto de los procesos materiales y subjetivos de la cooperación productiva: la composición -técnica (fenomenología del trabajo) y política (subjetiva)- revela de modo concreto el carácter de “clase” (siguiendo a Marx), así como las líneas de antagonismo y las posibilidades de inventar nuevas formas políticas.[1]

La otra tradición a la que acude Bifo, la “cartográfica”, se personifica sobre todo en la figura de Félix Guattari.[2] No se trata aquí sólo de señalar la amistad personal y política Guattari-Bifo o la obvia influencia que sobre Bifo ejerce la filosofía escrita por la dupla Deleuze-Guattari, sino de valorar la original reinvención de las prácticas cartográficas por parte del propio Bifo.

Estas prácticas cartográficas son ya un patrimonio común de militantes e investigadores de muchas partes del mundo. Sabemos que Guattari sintió una autentica pasión por Brasil, donde ha arraigado una tradición filosófica, esquizoanalista y cartográfica que circula entre nosotros, sobre todo, a partir de autores de talento como Suelly Rolnik y Peter Pal Pelvart.

Las cartografías son movimiento de la subjetividad que captan las mutaciones sobre un plano de inmanencia. Cartografias existenciales, afectivas y psíquicas, del postfordismo. Cartografías expresivas, lingüísticas del semiocapitalismo. Cartografías de procesos maquínicos, técnicos, en torno a internet, las nuevas tecnologías y los procesos de trabajo.

IV.

Hablamos de dos tradiciones, pero hay más. Nos detenemos en la recurrencia de dos sistemas de citas (de Jean Baudrillard para el diagnóstico; del budismo para la terapia) que tienden a jugar un papel cada vez más central en los últimos trabajos de Bifo.

En efecto, a partir de la publicación de El intercambio simbólico y la muerte Baudrillard se convierte, para Bifo en un pionero de la comprensión de la independencia cada vez mayor del capital con respecto a toda determinación física del valor. La decisión del gobierno norteamericano de abandonar la conversión dólar/oro, la libre conversión del dólar, y el gobierno de la decisión monetaria en base al uso de la violencia encuentra su correspondencia crítica en la filosofía de Baudrillard, particularmente en la reflexión sobre la autonomía del signo respecto de todo referente material/exterior.

Esta preocupación por la autonomización del signo, por la desmaterialización de la comunicación, corre en Bifo, en paralelo con dos grandes preocupaciones: el aumento de velocidad de la acumulación de capital –que en tiempos del semio-capitalismo supone el agotamiento de la capacidad de atención– y el uso de ansiolíticos; la ultra-explotación del sistema nervioso de las personas, incluye a las madres asalariadas y precarizadas que ya no garantizan con la autoridad de su propio cuerpo afectivo la articulación significante-significado en el aparato psíquico de sus pequeños hijos. La primer generación post-alfabética tiene a cargo hoy la insurrección y los rasgos de su politización deben ser comprendidos a la luz de esta genealogía.

La sublevación debe crear dispositivos de desaceleración. Y el budismo aparece, a los ojos de Bifo, como fuente privilegiada de sabidurías. El mantra, la respiración coordinada entre los cuerpos, remiten a una idea de composición diferente a la dinámica de la conectividad/compatibilidad de la pragmática productivista del semio-capital. Un cuerpo, una sensibilidad para el Intelecto General.

El budismo supone además la apertura de la mente occidental, en la era de la decadencia del universalismo racional, de un gusto por pensar lo otro, de pensar sin prejuicios y dogmas.

Hay un camino a desarrollar en la conjunción que hace Bifo entre la filosofía activista del deseo en Deleuze y Guattari y el desapego y la no-ilusión budista[3]. Se trata de una tentativa original por desplegar una ética y un saber sobre -la inevitable- disolución del deseo colectivo que prosigue a los grandes momentos insurreccionales sin caer en la depresión. En efecto, cuando la “desilusión” es tratada desde un punto de vista enteramente negativo, como declive y pérdida de vitalidad, nos perdemos de indagar en su faceta positiva (o creativa). Al aproximar el vitalismo filosófico a la sabiduría del desapego Bifo se aproxima a una “política de lo involuntario”[4] más atenta a tratar los delirios padecidos por la mente que queda fijada a un determinado momento en el curso del mundo.

La articulación que intenta Bifo entre teoría del deseo (Antiedipo) e iluminación (budista) constituye un buen intento por explorar modos de articulación subjetiva capaces de asumir la “impermanencia” de las cosas, superando el par entusiasmo-ilusión/depresión-desilusión. Se trata de compatibilizar el movimiento constituyente del deseo con un movimiento sutil de desapego del alma: de sumar a la “utopía juvenil” una “utopía senil”; de realizar un movimiento doble que emprende a un mismo tiempo la experiencia colectiva (y se implica en él sin  reservas), sin perder de vista que toda tensión deseante está llamada a disolverse en el curso del mundo.[5]

V.

Más allá de las jergas teóricas, se trata de comprender el antagonismo y las luchas que recorren el espacio de funcionamiento al nivel de los cuerpos (disposición del tiempo) y de los imaginarios (imágenes de felicidad) en la postmoderna producción (hipertecnificada, hipersemiotizada) capitalista.

No podemos reaccionar ante semejante diagnóstico con el habitual prejuicio nacional-popular: “habla de Europa”. También nuestra América, cierto que en una situación política diferente y con una historia colonial precisa, está atravesada por el imaginario de la conectividad. También entre nosotros la producción está sostenida por un complejo entramado técnico. También nosotros experimentamos nuevas patologías.

Los trabajos de Bifo pueden resultar, al contrario, un buen recurso para indagar algunos de los aspectos más oscuros y preocupantes de nuestro presente. No en el sentido tristemente habitual de tomar a los pensadores europeos como estandartes (o kiosquitos) para la traducción local (lo único verdaderamente favorable de la crisis Europea es que ese negocio comienza a agotarse!). Lo digo en un sentido muy distinto. Me refiero a la necesidad que tenemos de comprender los problemas que han emergido entre nosotros durante los últimos años.

No ya, por suerte, los problemas de la miseria extrema, y la represión estatal generalizada y directa. Muchos de nuestros países han cambiado en este aspecto como producto, sobre todo, del período de sublevaciones del que emergió el ciclo actual de gobiernos progresistas en una parte importante de la región.

Un nuevo paisaje económico y político, que muchos han caracterizado como “neoextractivista”[6] (acumulación por desposesión en el contexto nuevos gobiernos de carácter progresista), ha desplazado el conflicto social hacia zonas vinculadas con la disputa por la renta agraria y petrolera, y a la lucha contra el desarrollo de actividades como la mega-minería a cielo abierto[7]. La acumulación rentística trae consigo formas generalizadas de captura financiera (especulación inmobiliaria, endeudamiento usurario, complejas operaciones empresariales de lavado de dinero), una nueva informalidad (que tiende a articularse de modo mafioso con los poderes del estado) y una renovada apelación a la violencia (bandas armadas de narcos, o al servicio de grandes empresas para desalojar tierras)[8].

VI.

Como se ve, estamos conversando con Bifo. Sus preocupaciones y las nuestras giran en torno a la constitución del cuerpo (diagnóstico y terapia). No es de extrañar que esa conversación –spinozista– prolifere hacia todas las direcciones, también en el tiempo. Ya que el cuerpo viene siempre tomado como método: cuando se nos advierte que “nadie sabe cuánto puede un cuerpo”, nosotros entendemos que “el saber se despliega sólo luego de descubrir y ejercer ese poder. El poder colectivo se revela desde el propio cuerpo individual amplificado cuando superamos la cerrazón sensible que el terror nos impuso al separarnos de los demás. Y venciendo la angustia, se extiende hasta reencontrarlos de otro modo (…) La Ética de Spinoza es un tratado de insurgencia político-moral. Nos muestra, más allá de las apariencias, donde reside el verdadero poder: desde la sabiduría aún inconsciente de nuestro propio cuerpo”[9].

No cito a León Rozitchner de forma casual, sino interesada. Porque creo que ganaríamos mucho si fuésemos capaces de invitar a Rozitchner a esta conversación.[10] Es cierto, su filosofía no cuaja como un guante en una política deleuziana. Sin embargo un amigo común (a León y a Félix), Osvaldo Saidón, observa la pertinencia de este encuentro. Para Osvaldo, León, aún sin participar del estilo reflexivo deleuziano o guattariniano, personificó algunas de las intuiciones más potentes del esquizoanálisis, y encarnó un spinozismo sensual que habría que saber rastrear también en la originalidad de su trabajo teórico.

Esto para decir que la conversación está más viva que nunca, y crece a saltos, desafiada por lo que las coyunturas tienen de divergentes; la europea, las sudamericanas; así como por aquello en lo que resultan convergentes una vez que afirmamos la divergencia en una síntesis común. ¿Qué surge de poner en diálogo las luchas europeas (pero también asiáticas, norteamericanas) actuales con un balance –todo lo provisional que se quiera- de la última década sudamericana? Bifo propone en La sublevación cuatro grandes temas: la crisis económica que desde el 2008 sacude a Europa; la incorporación del “giro lingüístico” a las modalidades productivas del semiocapitalismo; la abstracción del cuerpo social; y la aptitud del lenguaje artístico y poético para dar curso -y prever- procesos semióticos, así como para imaginar la insurrección (y la constitución) de un nuevo cuerpo social. Yo diría: son también nuestros temas, si sabemos hacer los links necesarios.

Hace unos pocos años, la Revista de la Biblioteca Nacional[11] publicó un diálogo entre Horacio Gonzalez, su director, y Christian Ferrer –sociólogo y profesor de la UBA-, en la cual este último hacía un diagnóstico contrastante con el triunfalismo de  las perspectivas nacional-populares. Según Ferrer la situación actual de la argentina se explica, ante todo, a partir de una exitosa inserción de la economía del país en el mercado mundial de alimentos. La gestión de esa inserción ha determinado en lo fundamental los rasgos actuales de la política nacional[12]. Y a partir de ese hecho, valorado por el conjunto de las clases dominantes, se han derivado un conjunto de fenómenos entre los cuales Ferrer se detiene al menos en tres: la circulación de una imagen única de felicidad para el conjunto social, ligada a un paradigma de consumo diseñado por los centros mundiales de poder, y que determina aspiraciones de vida que tiene por modelo a los países centrales (incluyendo los hábitos de compensación de las frustraciones individuales en el consumo de antidepresivos, o vía identificación con los medios masivos de comunicación[13]); una dócil subordinación de la investigación pública que solo jerarquiza los saberes universitarios de rentabilidad más inmediata (como veterinaria y agronomía); y un tipo de ilusión exitista que afecta a las izquierdas, y muy particularmente a los intelectuales politizados, que bloquea la problematización de muchas de estas cuestiones, lo que redunda en la necesidad de renovar una tradición propiamente disidente del intelectual público. 

VII.

Con los diagnósticos (diferentes, convergentes, siempre en discusión), retomemos pasemos a la terapéutica. Se trata de crear funciones sociales autónomas con respecto al poder del capital financiero, la constitución de procesos de empatía colectiva, y de desautomatización del lenguaje. Va de suyo que esta terapéutica de la sublevación no es exclusivamente individual, sino que es concebida como un espacio colectivo inseparablemente psíquico, político y estético (las “terapias de la singularización” remiten al concepto de transindividual propuesto por Giblert Simondon).

Estos espacios de socialidad curativa, que permiten activar sensibilidades dañadas, articulan políticamente la producción de un bienestar inmediato junto con una reapropiación de la capacidad lucha. Las hemos practicado al menos parcialmente en torno a los movimientos sociales de desocupados y organismos de derechos humanos. No es posible, de hecho, entender muchas de las más interesantes políticas públicas actuales, incluso a nivel oficial, sin atender a la cualificación que las militancias sociales generaron a partir del ciclo insurreccional en torno al año 2001.

Es esta memoria de lo inmediato la que comienza a ser interpelada a partir de una nueva conflictividad social. Tal y como lo han señalado recientemente tanto la investigadora mexicana Raquel Gutierrez Aguilar[14] como la antropóloga argentina Rita Segato, nos toca una enorme tarea cartográfica y micropolítica en lo que respecta a la reconstitución de potencias comunitarias en los territorios afectados por la violencia instaurada por la economía rentística.

En una investigación sobre el femenicidio en Ciudad Juarez[15], Segato  concluye que no hay “justicia” para estos hechos atroces, sino urgencia por desactivar la violencia. El punto de vista coincidente de Raquel y de Rita se extiende a la comprensión del dinamismo del conflicto social en el continente. Ambas investigadoras se preocupan por comprender el modo en que se instaura la violencia –como una economía material y simbólica- en México (y no sólo allí). Mientras Raquel Gutiérrez se dedica a las micropolíticas de los modos de producción de común,  Segato se ocupa, cada vez más, del mapeo de una segunda realidad (una economía crecientemente poderosa que opera por fuera y por detrás del espacio democrático) que determina la constitución de los territorios en un sentido enteramente patriarcal-capitalista.

La relevancia de este diálogo con Gutiérrez Aguilar y Segato recobra una significación especial por cuanto ambas dialogan muy particularmente con el presente argentino en los términos de una apelación fundamental:  ¿es posible contra-efectuar el saber de las luchas por los derechos humanos y sociales en torno a la constitución de estos nuevos territorios en los cuales se instauran nuevas forma de violencia?

Existe un inmenso espacio de invención política, terapéutica y creativa que escapa de manera notable al juego político del estado y de la representación. Se trata de desplegar esos espacios colectivos autónomos, de incrementar la investigación política así como de reinventar una poética capaz de nombrar y anticipar nuevas aptitudes colectivas.

Ya no se trata, ni para Bifo ni para nosotros, del papel del intelectual politizado o de academia,  esclareciendo a las masas o posando de ejemplo: si de inteligencia y sensibilidad se trata, hay que recorrer las líneas de cooperación y resistencia, aunque más que de resistencia se trata de creación (ya que, cuando el dinero captura el deseo, las fuerzas de creación se embrutecen, y subordinan a la experiencia de la miseria y la escasez).

El diálogo con mantenemos con Bifo nunca es del todo directo. Duelo de cartógrafos: se alimenta emprendiendo una y otra vez nuevos rodeos, una nueva asimilación de los diversos contextos. Se trata de recaudos que toda conversación de índole política debiera proponerse seriamente cada vez que apunta a provocar resonancias comunes allí donde las distancias tienden a presentarse como mutua indiferencia. Sólo con el fin de poner en práctica estas exigencias de traducción cito de modo apropiador éstas, sus palabras conclusivas: “la única alternativa que nos queda es un profundo proceso de reconstrucción social igualitaria y solidaria, que solo puede tener un carácter continental”.


[1] Durante los últimos años hemos tenido la oportunidad de leer y conocer a los principales autores del post-obrerismo italiano, sobre todo en la obra de Toni Negri y Paolo Virno, pero también (además de las varias obras de Bifo) autores como Sandro Mezzadra, Mauricio Lazzarato, Cristian Marazzi, Beppo Cocco, Andrea Fumagalli y Carlo Vercelone.  También Michel Hardt, quien ha colaborado en varias obras con Negri, y Judith Revel, sin ser italianos, forman parte de esta corriente.
[2] Recientemente –no creo en las casualidades- editorial Cactus ha publicado un hermoso libro de Bifo llamado Félix, narración del encuentro con el pensamiento de Guattari. Cartografía visionaria del tiempo que viene, Bs-As, 2013.
[3] De hecho, esta unión de filosofía deseante y budismo indica una vía inicial pero muy sugerente de comunicación entre dos ideas de inmanencia diferentes: aquella que trabaja la filosofía (“constructivista”), y la que detentan ciertas sabidurías del antiguo oriente. En su última colaboración (¿Qué es la filosofía?) Deleuze y Guattari distinguían el camino de la filosofía occidental de la sabiduría oriental. La primera conquista su inmanencia, sobre todo a partir de Nietzsche por la vía de la instauración de planos y creación de conceptos; la segunda opera por figuras, esto es: inmanentizando trascendencias. La respuesta de Fracoise Jullien consiste en rechazar la inmanencia filosófica, que siempre “comienza” por algún “principio”, y al hacerlo uniteraliza el campo de lo posible, ver: Un sabio no tiene ideas (http://es.scribd.com/doc/137379288/Jullien-Francois-Un-Sabio-No-Tiene-Ideas-pdf)..   
[4] Una política de lo involuntario es aquella en la que la fuerza no surge del propio sujeto, sino de la potencia de las “visiones” y “agenciamientos” de los cuales formamos parte. Es posible desarrollar estas intuiciones en la senda del último Althusser, para quien las categorías del materialismo aleatorio son las del “encuentro contingente” y la “toma de consistencia” (Louis Althusser, Para un materialismo aleatorio, Ed. Arena, Madrid 2002; circula una edición argentina, considerablemente más barata y muy bien hecha a cargo de Una pluma ediciones). Junto con Peter Pal Pelbart (Filosofía de la deserción, nihilismo, locura y comunidad; Tinta Limon Ediciones, Bs-As, 2009), que ha puesto el énfasis en el papel activo de la des-ilusión, fue sobre todo Francoise Zouravichvilli, en su texto “Deleuze y lo posible (del involuntarismo en política)”, quien mejor ha planteado esta vía no voluntarista; ver:  Deleuze una vida filosófica (http://www.arteuna.com/talleres/lab/ediciones/libreria/gilles-deleuze-alliez.pdf).
[5]  Franco Berardi (Bifo); “La depresión Félix”, en Félix, narración del encuentro con el pensamiento de Guattari, cartografía visionaria del tiempo que viene; Cactus, Bs-As, 2013.  
[6] Una caracterización sistemática de Eduardo Gudynas n http://www.nuso.org/upload/articulos/3824_1.pdf
[7] En este sentido es interesante enfatizar no tanto el carácter desterritorializado del capital financiero, sino su carácter “negativo” o “destructivo”. En el caso de la América del Sur, la tierra es una ocasión fundamental para la reproducción de los negocios, con el correspondiente saqueo de recursos y la agresión a la trama comunitaria. Más aún: podemos extender la imagen del “neo-extractivismo”, hasta hacerlo coincidir con la operatoria del capital financiero capturando renta de la trama cooperativa y social, también en las ciudades.
[8] Desde mediados del 2012 con un grupo de compañeros del Colectivo Situaciones/Tinta Limon Ediciones y de la Cazona de Flores estamos trabajando sobre la cartografía de este nuevo conflicto social. Junto con varios movimientos y organizaciones esperamos poder presentar, en breve, el Instituto de investigación y experimentación política  y sus primeras producciones.
[9] Con estas notas aludía en diciembre e 1979 León Rozitchner a la necesidad de vencer el terror capitalista que separa a los cuerpos, como necesidad urgente de una hora en la cual, en plena dictadura genocida, tocaba comprender a fondo el fenómeno del peronismo (Perón: entre la sangre y el fuego, lo inconsciente y la política; Ediciones de la Biblioteca Nacional, Bs-As, 2012).
[10] En efecto, la preocupación de Bifo por la creación de nuevos imaginarios (correspondientes con las líneas de reconstitución del cuerpo del Intelecto Gneral), en abierto antagonismo con el agotamiento de la imaginación de las clases dominantes europeas, ganadas por las dinámicas de desterritorialización financiera, resulta equivalente en más de un punto con la formulación, sobre todo en la última parte de la obra de Rozitchner, de un materialismo “ensoñado” (Ver: León Rozitchner, El materialismo ensoñado, Tinta Limon ediciones, Bs-As, 2011). 
[11] Ver, Revista de la Biblioteca, Bs-As, 2011número 11.
[12] Para una compresión más matizada sobre la constitución de elementos de una nueva estatalidad en la Argentina (y en la región sudamericana) se puede consultar el artículo que escribimos junto a Sebastian Scolnik, Sandro Mezzadra y Verónica Gago, “Hay una nueva forma estado en América Latina”, en http://anarquiacoronada.blogspot.com.ar/2012/06/hay-una-nueva-forma-estado-apuntes.html#!/2012/06/hay-una-nueva-forma-estado-apuntes.html 
[13] Temas que desarrolla en: Christian Ferrer, “El entramado. El apuntalamiento técnico del mundo”; Ed. Godot, Bs-As, 2012. 
[14] En dialogo reciente que tuvo lugar en la Cazona de Flores, Raquel hizo una exposición sobre el desarrollo de la violencia narco-policial en México, en dialogo con movimientos y militantes. De sus palabras se desprende la necesidad de crear formas de “desactivar la violencia”. 
15] Rita Laura Segato, La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juarez; Ed. Tinta Limon Ediciones, Bs-As, 2013.

Juicio a los represores del 19 y 20 de diciembre de 2001

Este lunes 24 de febrero comienza el juicio por las víctimas de la represión del 19 y 20 de diciembre de 2001. Tiene como acusados a los policías que reprimieron y mataron, a los jefes policiales que dieron la orden y a un funcionario político del radicalismo (E. Mathov), entonces gobierno de la Alianza, que era el responsable de la Policía Federal en ese momento. 

Teniendo en cuenta el sentido histórico-político de esos acontecimientos, convocamos a acompañar y movilizar durante todo el juicio, en el cual la presencia popular será indispensable.


La convocatoria es para el día en que empieza el juicio, este lunes 24 de febrero a las 9.30 de la mañana en los tribunales de Av. Comodoro Py 2002. El juicio se prolongará durante el año los lunes y viernes por lo cual será importante sostener nuestras presencias.

Venezuela: Desactivar el fascismo

                                                                                   por Roland Denis

 

Si cabe una síntesis, el fascismo como movimiento reaccionario y contrarrevolucionario extremo, en el caso de Venezuela, en esencia no es más que una burbuja social que se expande, desinfla y vuelve a renacer, de acuerdo a la misma desesperación de los sectores tradicionales dominantes nacionales y transnacionales por controlar la totalidad de la renta energética y garantizar el ordenamiento tremendamente desigual de la sociedad que pueden sentir en peligro. Hoy se vuelve a activar, aprovechando el deterioro profundo que sufre este lento proceso revolucionario, tanto a nivel de gobierno como en sus bases populares. Su reaparición y entrelazamiento con la “sociedad civil democrática” es una advertencia clarísima al movimiento popular de que o convertimos este momento en una crisis creadora y reactivadora de la voluntad revolucionaria colectiva, o mejor empecemos a despedirnos de esta linda y traumática historia que hemos construido en los últimos 25 años. 
Antes de abordar la situación veamos algunos elementos para entender el sujeto social proclive al violentismo-fascismo en la actualidad

El sujeto fascista
– Su agitación se centra en las capas medias y las clases trabajadoras estables, jugando a un discurso democrático y una acción que expande su propia necesidad de violencia, sustentada en odios simples nacidos del miedo a la igualdad y la pérdida de privilegios. 
– El hecho violento es absolutamente necesario para estas franjas de la sociedad que viven de hecho en un ambiente interno por lo general pleno de prejuicios sociales y culturales: violencias familiares, encierro domiciliario y laboral, relaciones personales que tienden a centrarse en el interés material y la salvación personal; sublimada por la religión y valores tradicionales como identidad de grupo. 
– Su “ideal de vida” lo absorbe el consumo alienado, buscando el espacio ordenado de la casa, el centro comercial, el hotel turístico, el placer mediático; siempre preestablecido y acatando el ordenamiento que se ofrece como salida, en función de hacer equivalentes las necesidades de placer social prometidas por la sociedad de consumo y la ganancia capitalista. 
– Un mundo tremendamente violento por lo reprimido que vive y la ausencia de todo goce colectivo realmente libre y abierto, donde el individuo se haga social en su descubrimiento del mundo y no lo “hagan social” a la manera de modus vivendi jerarquizado y encerrado de la sociedad de consumo y división social del trabajo. 
– El “fascio” desde su nacimiento en la sociedad europea convulsionada por las rebeliones obreras del principio del siglo veinte supo entender, primero, que tenía que ser masivo y “popular”, ajeno aparentemente a las élites tradicionales. Y luego, que la respuesta no-aristocrática, es decir, la respuesta a una pulsión revolucionaria que haga puente con importantes franjas sociales, necesitaba situarse en sus propios miedos y odios y no sólo en el narcisismo de las élites y la orden de obediencia, que por lo general impulsaban los movimientos reaccionarios comandados por las noblezas o la alta burguesía. 
– El “fascio”, en ese sentido, es un autentico movimiento social, un “movimiento de ciudadanos” dirían ahora, siempre inorgánico y hasta espontáneo en apariencia, pero terriblemente jerarquizado en su juego interno, promovido por cabecillas y jefes inapelables. 
-Por ello, el fascismo no es sólo una expresión política de la violencia de las clases dominantes frente a un movimiento de transformación promovido por las clases subalternas. Eso siempre ha existido con la desigualdad social. Es un movimiento que se sitúa en la necesidad de orden y esperanza individualizada de una franja de la sociedad que ya ha sido totalmente amansada por el orden y los valores dominantes.
– Un movimiento donde el esclavo “sienta liberarse” del miedo que le produce la insurgencia “del otro” inferior que puede voltearle el mundo y poner en peligro sus estúpidos privilegios. 
– Por ello, aunque parezca totalmente paradójico, el fascismo hoy reproduce exactamente la misma realidad del consumo. Es una maravilla placentera, pacífico, humano y democrático, un movimiento “de todos”. Es su cara comercial. Pero necesita a su vez ser terriblemente violento en su realidad interna, al igual que un centro comercial importante: lindo en sus fachadas, terriblemente represivo por dentro. La violencia reaccionaria dirigida contra la persona o el símbolo odiado (el médico cubano por ejemplo), y no contra el enemigo esclavizante como es el caso de la violencia revolucionaria, es el momento fundamental de éxtasis que necesita para desplegarse y sentirse fuerte. 
– Así, el antecedente de toda movilización de orden fascista, apelando al odio y la imposición de un orden, es la violencia socio-política como acontecimiento inicial. Exactamente como viene ocurriendo estos días en su primera fase de calle, magnificada de una manera magistral por la manipulación mediática. 
– Pero el movimiento social fascista (racista y excluyente) por sí solo es incapaz de lograr sus propósitos.  Necesita de dos cosas primordiales:
Primero, de la acción de una fuerza superior (interna y externa), donde se desvele el verdadero contenido de clase y aristocrático de su revuelta. Es allí donde ha de actuar la fuerza bruta del golpe, de la invasión, de la promoción de verdaderos ejércitos paramilitares, de la guerra civil como estrategia. Combinando todos estos elementos, esto también está en camino. En caso de concretarse será la fuerza brutal e incuestionable que termine de arrastrar, bajo una pasividad de aceptación, el resto de los sectores conservadores de la sociedad no fascistas (no violentistas y sembrados en el odio social) ganando una aparente mayoría atemorizada por la violencia.
Y segundo, se apoya en una realidad material de gran inconformidad generalizada que le permita no sólo arrastrar sectores conservadores, sino de las propias clases trabajadoras o marginadas que en su desesperación acepten el orden de la brutalidad bajo la promesa de resolverles sus problemas inmediatos, estando ellos mismos atados a los elementos básicos de identidad y aspiración social promovidos por las clases dominantes. Esta es una clave muy importante para entender lo que hoy pasa. 

Los movimientos fascistas del 2002 y de hoy
Situándonos en el año 2002, vemos como el movimiento golpista se monta sobre una subjetividad fascista (odio a la igualdad y al otro socialmente inferior) que se va acrecentando rápidamente y que nace de la enorme violencia social y mediática que se despliega desde finales del 2001 hasta arropar una inmensa mayoría de las clases medias y los restos del movimiento obrero sindical que aún manejaban los adecos. Es un movimiento en bloque desde su primer momento, que congrega a toda la burguesía y los sectores dominantes políticos, religiosos, militares, propios del orden de la cuarta república, con el apoyo evidente de los EEUU. 
El movimiento es muy fuerte, arrastra todo un orden y una subjetividad social aún viva extensamente a pesar de la victoria de la rebelión popular simbolizada en la figura de Chávez y su victoria electoral del 98. La violencia burguesa de los paros empresariales, se une a una violencia de calle soportada en los sectores medios. Esto hace que el movimiento “ciudadano” necesario, dispuesto a aceptar cualquier brutalidad que proteja sus miedos y odios logre, en sólo algunos meses, acumular la suficiente fuerza para permitir que se quiten las caretas los factores militares que hacían falta, acompañada por una doctoral manipulación mediática el día del golpe sustentada en la sangre derramada por ellos mismos. Así tumbaron a Chávez el 11 de Abril. 
Pero Chávez regresa el 13 porque hay un punto de la agenda que no tienen en su poder. El movimiento popular no sólo está lleno de fuerza y capacidad de autoorganización, para entonces producto de la fuerza acumulada de más de diez años de revuelta y victoria. Igualmente hay una situación de esperanza que convoca a las clases subalternas que no aceptan de ninguna manera cualquier orden de terror. La situación económica por el contrario tiende a mejorar, aunque nada todavía ha cambiado en lo sustancial. Más rápida es esta esperanza libertaria, material y justiciera que la imposición del terror golpista que se queda festejando. Es en este cuadro que vuelve Chávez. 
De todas formas, como sabemos, el golpe continúa, esta vez tratando de unir la actividad golpista con la desesperación material que aún, con toda su agitación continuada, no la logran generar por el ciclo económico natural; por el contrario, sigue el buen ambiente económico. Por ello lanzan el paro petrolero como medida extrema para generar tal desesperación, y efectivamente lo logran. Pero se impone, por un lado la capacidad de respuesta que sigue acrecentándose dentro del movimiento popular, ya más exigente y con capacidad de organizar a una buena parte del pueblo esperanzado; y por otro, no aparece la fuerza militar complementaria como factor determinante en última instancia. Esto aunado a la enorme capacidad de liderazgo de Chávez, hacen fracasar todo el golpismo de entonces y sus restos en los años posteriores. 
Hoy en día el violentismo fascista y el potencial golpismo que le sucede aparece en una situación muy distinta. Esa subjetividad fascista sembrada desde el 2002 siempre se mantuvo disminuida pero consolidada. De hecho López y Capriles, como personajes más representativos de este movimiento “ciudadano”, nunca se desligaron de ella, desde psicologías y patologías histéricas distintas, y divididos en su partido original Primero Justicia. Pero hoy aparecen como los líderes de la oposición compitiendo entre ambos por el liderazgo único. 
Lo cierto es que la reaparición del elemento del “fascio” violentista y odioso, desde el año pasado se da fundamentalmente como continuidad de una subjetividad social construida desde temprano en las clases medias, y que sólo en Venezuela, en el caso de Nuestramérica, la han podido expandir en forma clara arropando al conjunto de la oposición, aunque una parte trate de desligarse del violentismo. No es el caso de ningún otro país, ni siquiera Colombia, donde la oligarquía actúa de manera descarada y dando la cara directamente como factor de chantaje asesino (estatal o paraestatal) frente a quien intente cuestionar el orden socio-económico que manejan a plenitud. No hace falta ningún “movimiento ciudadano”. Mientras en otros casos la derecha se maneja aún dentro de cánones pacíficos y representativos de las democracias burguesa, o meramente golpistas y tradicionales, como lo hemos visto últimamente en Honduras y Paraguay. Todo esto tiene que ver con la importancia particular de las capas medias y su cultura en una sociedad rentista como la nuestra. 
Sin embargo, el desate del violentismo fascista hoy en día se da sobre un panorama que lo debilita por un lado y al mismo tiempo lo favorece enormemente hacia el futuro inmediato. El sujeto social de su acción se ha centrado particularmente en la juventud, cosa que no aparecía en el 2002, eso lo favorece por su capacidad de activismo permanente, sobretodo de estudiantes que no trabajan y sin ninguna responsabilidad social. Pero a su vez su componente de clase se ha debilitado. Aparentemente, por lo menos hasta los momentos, pareciera existir un desacuerdo importante entre las burguesías monopólicas y bancarias con la línea imperialista venida de los EEUU.  Esta gran burguesía nacional ha vivido en los últimos años un paraíso de ganancias bajo el modelo corporativo-burocrático y de capitalismo de estado promovido por el esquema económico de gobierno.  El rentismo corrupto y de redistribución clientelar de la renta que han aplicado, las ha llenado como nunca de divisas y capitales, a ellos y sus pares de gobierno. Por esta razón no se desbocan a juntar de inmediato toda su fuerza (paros empresariales, saboteo abierto a la economía, golpe interno, etc) para asaltar el poder. Le interesa la estabilidad y una transición que no ponga en juego su actual paraíso de ganancias. Mientras que los EEUU, más interesados en la base estratégica de apoyo que Venezuela pueda darle a nivel político, militar, y de base energética para su economía; promueven y financian la transición rápida bajo un esquema que se trasluce claramente: violentismo fascista “ciudadano”, actos golpistas y sangrientos que caoticen por completo la situación, negociación final y caída del chavismo por acuerdo de fuerzas. 
Esta doble estrategia divide actualmente la oposición, y es donde López aparece como la pieza más clara de los intereses EEUU-Uribe y capital global, aunado a la desesperación de las capas medias; mientras que Capriles le juega al “nacionalismo” de la burguesía local, con una mano en la conspiración, pero cautelosa. El fascismo en este caso está obligado a forzar por dentro de ellos los acontecimientos y obligar al resto del bloque burgués a juntarse, por ello su activismo, al contrario del 2002, tiene el componente de la violencia de calle, permitir que se desborde la situación, jugar al enloquecimiento odioso de la subjetividad social fabricada, ahora centrada en la juventud y sus aliados inmediatos, respaldados en su retaguardia por una presencia paramilitar importante no presente en el 2002 y que ya ha penetrado los organismos de seguridad de Estado y militares. Sincretismo que se probó en acción con los hechos del 12 de febrero y su saldo de sangre. 
Existe una situación que pareciera favorecer esta posibilidad, antes que se desgaste el juego caótico y violentista actual. Primero, al contrario del 2002, la esperanza ha mermado de manera tremenda y el participacionismo socio-político de antes ahora tiende a disolverse, agarrando a un movimiento popular en gran parte fatigado, burocratizado, administrado desde las oficinas de Estado y clientelizado.  En fin, un movimiento popular castigado a más no poder (con sangre o retaliaciones) en todos sus impulsos rebeldes y resistentes más importantes por este esquema corporativo-burocrático, que ha forzado la desactivación de la lucha de clases y la tarea emancipatoria permanente. Por ello, el “pacifismo” del gobierno se recoge abajo sin mayores contradicciones, aunque con muchas dudas e incomprensiones de la realidad que vivimos. Es una “paz” que no produce, que no activa un movimiento de renovación interna y radicalización del proceso, que no crea nuevos retos y nuevos niveles de movilización, simplemente apoya a la figura victimizada de Nicolás y su gobierno dando claros signos de debilidad y ausencia del sentido épico que ha de tener toda revolución. Es finalmente un lenguaje tan pequeño-burgués como los carajitos que se la pasan quemando basura y destrozando el metro de Altamira. 
Esta debilidad interna dentro de las vanguardias colectivas del pueblo y el gobierno que han elegido, juega evidentemente muy a favor de esta maldición fascista. Pero hay algo que lo favorece aún más, se trata del modelo de un capitalismo de Estado rentista y parásito, que bajo sus políticas de control, concentración de poder y sustitución del control social por el funcionariato tecnócrata o burocrático; no sólo ha hecho a los ricos más ricos, a pesar de sus dádivas y políticas de justicia social, sino que ha aplastado a las fuerzas productivas y creadoras de una sociedad obrera y de pequeños productores privados y cooperativos. Ese es un modelo que a estas alturas está en quiebra, como ha quebrado la moneda y monetarizado todos los reflejos económicos de una vasta población que sólo en el “tracaleo” de divisas o contrabando ve futuro. Un modelo que en el corto plazo si no se cuestiona totalmente y se toman las medidas radicales de fondo, nos lleva a un desabastecimiento e inflación continuada, donde ningún control va a servir para nada, así estaticen toda la economía si les da la gana, y hagan todas las leyes y decretos que quieran. 
Ese modelo sí que es el granero perfecto del fascismo. Desespera a las clases medias productoras, vuelve loca toda la demanda de consumo cada vez más insatisfecha, evidencia su incapacidad de responder por vía de la economía de Estado (sea de importación o de producción, las empresas de Estado están siendo quebradas por esta mentalidad inútil dedicada a destrozar la productividad social). Reactiva la curva de empobrecimiento por la inflación, y pronto de desempleo, por la improductividad económica, mermando día a día el valor del trabajo, cualquiera que sea el salario nominal.
El fascismo, a pesar de su irracionalidad absoluta, mantiene una perversidad lúcida. En este caso se trata no sólo de forzar el acompañamiento explícito de imperios, burguesías y todo el bloque dominante, esta vez también mira hacia abajo, tratando de lograr su gran objetivo: que la desesperación por el quiebre total del ciclo productivo les permita venderse como salida ante una mayoría popular, convirtiéndose él mismo en un gran “movimiento popular”, de unión de “amos y esclavos”.  Fenómeno que le permitiría ganar adeptos dentro de un oficialismo de gobierno corrompido y cada vez más tensionado por esta situación de deterioro político y económico, adelantando la salida del “golpe o autogolpe” (no teniendo una fuerza militar significativa en estos momentos, al menos a esos niveles) con suficiente impacto como para crear el caos total que se busca en la estrategia yanqui, hasta lograr la negociación de derrota. 
Eso aún está todavía lejos de darse. La sociedad, el pueblo mayoritario, se mueve como puede, alejado por completo de la fachada de éxtasis violentista del fascismo que sigue reducido a sectores medios y el anticomunismo militante de los jóvenes. Pero esto puede no ser así en poco tiempo. Están abiertas las puertas de la desesperación material, con un movimiento popular pasivo y una vanguardia de izquierda rentista, que no se lo ocurre otra cosa que pedir más controles estatales, sin acordarse que el abc de toda revolución social está en el sujeto productivo, hoy aplastado o empleado en un trabajo explotado pero ligado a cadenas económicas cada vez más improductivas y de mero servicio.
La revolución se sitúa en la subjetividad proletaria, jamás en la subjetividad que sólo se remite a la supuesta justicia que ofrece el derecho al consumo y la tarjeta de crédito, administrado además por una burocracia corrompida e inútil. El consumidor, y mucho menos clientelizado, no sirve jamás para transformar absolutamente nada. Su revuelta es la  más individualista de todas, totalmente contraria a la revuelta del “nosotros”, los obreros, verdaderos productores de este mundo. En un cuadro así la tendencia se mueve hacia la posibilidad de un puente en el corto plazo entre el fascismo y el pueblo desesperanzado, individualizado y desesperado, absorbiendo en sus planes una gran franja delincuente que aprovechará la oportunidad caótica, acentuando el terror colectivo. El peligro fascista de hoy tiene allí su principal futuro.

La desactivación del fascismo
Desde que este proceso comenzó hemos visto la salida al fascismo desde el punto de vista del “plan de contingencia” y la movilización de apoyo. Si esto es aún una necesidad permanente, se trata de un reflejo aprendido cada vez menos efectivo y real como mecanismo de desactivación de todo el potencial contrarrevolucionario que vuelve a insurgir.  La denuncia de planes imperialistas, que los hay, la información interna y la movilización, los puntos de unidad cívico-militar, ya no resuelven en absoluto la tamaña crisis a la cual nos enfrentamos como pueblo en lucha y como país.
La respuesta tiene que ser de fondo, porque todo esto se debe a un proceso que pierde día a día su vitalidad original y capacidad de transformación. La voluntad transformadora y de verdadera rebelión en favor de la reactivación de la capacidad productiva y socializada que potencialmente tenemos y abunda, es la única salida.  Es la lucha de clases pura y dura contra todos los elementos de opresión capitalista y burocrática que viven del festín de la renta que ahora se pelean a muerte. Lo demás es dejar correr la arruga, jugar al desgaste y la división del enemigo, a la movilización controlada, pero guardando un cáncer final que está a punto de acabar, no con un gobierno que sería lo de menos, sino con la esperanza revolucionaria en sí, e instalarnos un gobierno de cualquier cosa y cualquier gentes, donde hasta la presencia yanki puede aparecer de un momento a otro.
Hay medidas de gobierno a proponer. La ingenuidad y la ilusión todavía nos llevan a adelantar algunas: 
– Renovar por completo los cuadros dirigentes y llevar a juicio la cantidad de bandidos hoy en altos cargos desde ministros para abajo, incluidos los poderes judiciales, legislativos y militares. 
– Renovar todo el gabinete, empezando por el económico, pero bajo el consenso de una gran asamblea bolivariana que proponga nombres.
– Reactivar la comisión de transformación del Estado abandonada desde el 2003, ampliada a nivel nacional y regional. 
– Acordar en el plazo de un mes la formación de un sistema de planificación de abajo a arriba por localidades y regiones, que ponga todo el énfasis en la reactivación productiva y en la medida de lo posible socializada del país. 
– Descentralizar todo el sistema de abastecimiento de Estado poniéndolo en manos de organismos de base y sobretodo de productores directos que venderían directamente sus productos allí. 
– Sustituir el actual sistema de control de precios por precios consensuados entre productores distribuidores y consumidores, establecidos a través de los consejos populares de precios. 
-Acabar de inmediato con ese desastroso, corrupto y monopólico, control de cambio actual y sustituirlo por un sistema de bandas flexibles, generando una ganancia cambiaria que tiene que devolverse a un sistema bancario comunal, que debe crearse lo más pronto, y se ajuste a las decisiones de planificación de abajo a arriba. 
– Promover de inmediato una nueva ley de impuesto sobre la renta que ponga a pagar a los ricos. 
– Formar un centro de crédito para la obtención inmediata de divisas necesarias para la activación de la producción comunal y socializada.
– Poner bajo control social y de agentes de producción todos los organismos que en estos momentos condensan el crédito, semilla, fertilizantes, etc.
– Comenzar la subida progresiva del precio de la gasolina hasta racionalizar su precio a niveles de costo.
– Devolver a la clase trabajadora el control sobre las empresas tomadas y nacionalizadas, pero asumiendo el compromiso de su productividad y rentabilidad en un plan de acuerdo a los casos. 
– Hacer un inventario de todas las empresas, maquinarias, galpones, en manos públicas o privadas que han sido abandonadas y devolverle su control a unidades sociales productivas convocadas desde ya a su constitución. 
– Declarar el país en emergencia productiva, convocando a todas las redes de pequeños y medianos productores industriales y agrarios a reactivar la producción bajo compromiso social y de mercado justo, obligando a la banca privada a ajustarse a las medidas de este decreto.
– Articular todo el sistema educativo medio y universitario a colaborar directamente con este plan general bajo la participación concreta de estudiantes, investigadores, docentes y empleados.
Medidas como estas, aunque sean medias u otras mejores, lo más probable es que no se tomen y ojalá estemos totalmente equivocados, eso se sabrá muy pronto. Por ello pensemos desde la perspectiva de “otra política” de lo que hoy se puede hacer bajo esta situación: fuera del Estado y la representatividad del Estado burgués. Es imposible estar dando líneas en ese sentido. Lo cierto es que el fascismo o la movilización contrarrevolucionaria se monta sobre la disminución progresiva del poder revolucionario del pueblo organizado, subsumido por la burocracia institucional y corporativa a ser un mero sujeto administrado en favor de sus intereses. En ese sentido, ante una situación así, no queda otra salida que el diálogo y la asamblea por la iniciativa revolucionaria que acuerde acciones de defensa, comunicación, tomas institucionales y medios de producción, que sin duda nos llevaría a una confrontación superior, donde es la exigencia sin condiciones y no la negociación, mucho menos la sumisión, lo que se imponga frente al gobierno, sea cual sea y quien sea ese gobierno. Eso muy probablemente haga que la enorme masa potencial que pueda unirse hoy a las clases medias liderizadas por la subjetividad fascista, se unan más bien a la insurgencia revolucionaria, incluidos sectores conscientes y progresistas de la clase media. 
¿Podrá ser posible? Me guardo mi escepticismo personal y pongo toda mi credibilidad en el espíritu original del 27F y del 13 de Abril. Lo cierto es que “llegamos al llegadero” como tantas veces repetimos. Todo proceso necesita de un desenlace donde se confronten en una batalla inevitable. Toda esta situación nos toma en una gran debilidad aparente, pero es precisamente sobre ella que se prueban históricamente los pueblos victoriosos.

Venezuela: No quiero trabajar, quiero guarimbear todo el día y que la gente se enamore de mi voz

por Bruno Sgarzini



Sacada la señora con una gorra de Venezuela gritaba, desaforada, fuera de sí, “VAMOS A LUCHAR POR NUESTRO PAÍS”, luego señalaba arriba, al departamento de un edificio, y le decía al aire “no vas aparecer más por acá, ya vas a ver”,  y caminaba de acá a allá con su joggin rosa de plush, de allá donde unos la miraban y asentían, y de acá en la que otros sacaban las rejas de un largo alcantarillado para evitar el paso de los autos.

El día D de la lucha por su país se acercaba, gritaba, ya ven, sigan de fiesta, retaba, mientras Maria Corina Machado exclamaba por Zello(ese reducto antropológico de los celulares inteligentes donde los opositores arreglan cortes por bokitoqui y odian con fuerza)que «este es el momento de demostrarle al gobierno quienes somos(…) por eso es que hay que participar en la desobediencia civil, en la guarimba activa». 
Así está la oposición, con una mina llamando a la desobediencia civil y por ende cortar las calles,  otro preso que llama a derrocar al gobierno y le intentan meter mapas de instalaciones de PDVSA(según el gobierno)para vaya a saber qué, y uno, Capriles, que dice que sí, que va a la reunión entre gobernadores y Maduro, pero luego amaga a echarse para atrás, porque la cordura, la sensatez, todavía no ha llegado para que logre encausar el conflicto o se lo permita surfearlo y su liderazgo no sea desplazado.
Es que los asesores de Capriles, su unidad de análisis de coyuntura, le recomiendandesmarcarse de “la salida” de López y Corina Machado porque no tiene respaldo popular, el pueblo venezolano aísla a los violentos, cualquier acción de este tipo unifica al chavismo y ,por último, desplaza a su liderazgo de la MUD.
Y sí uno se pone a ver que dice que se necesita a los sectores populares, que la idea de la salida es un error, se ve que está intentado hacer los deberes, aunque la realidad no se lo permita, como se vio en el abucheo de la marcha opositora al tramo de su discurso en el que pidió evitar los cortes de calle nocturnos*.
Por eso amaga que va, amaga que viene, pero no parece capaz de contener a los cabeza de termos que están en la calle(que cada vez son menos pero molestan), y ya lo putearon por haberse reunido con Maduro, porque de nada sirve haber perdido cuatro elecciones en menos de dos años ya que, como reza un lema en la Plaza Altamira, cuando “la tiranía es ley, la rebelión es un derecho” ja.
*Ah, ahí también pidió que no haya violencia porque “eso es lo que quiere el gobierno”, lo que implícitamente reconoce que hay grupos que realizan estos actos.
El bonus track de este punteado. La prueba viviente del cabeza termismo.



  

2-El surrealista del día fue el general Vivas, que llamó en twitter a poner alambre de púas para que no pasaran motoqueros de los “colectivos armados”, y uno se murió degollado, así que fue citado por la justicia bajo el cargo de instigación a la violencia, pero se atrincheró fusil en mano contra esta dictadura “llena de cubanos”. Droga.
3-Es increíble ver la manija que se da al tema de los derechos humanos en Venezuela sin ni siquiera tomarse el tiempo de ver a los actores políticos de derechos humanos que hacen las denuncias. La CIDH, y Human Right Wachs, por ejemplo, tienen una guerrita contra Venezuela y otras se basan en fuentes como el Foro Penal, que dice que un comisario que mandó a matar en el 2002 es un preso político. En fin, hoy por hoy, el Estado venezolano tiene una responsabilidad en lo del 12, como ya dijimos. Avisó y no lo frenó, pero ese hecho tiene muchos matices, como que en su discurso de ese día, Maduro felicitara a las fuerzas por no registrarse hechos de violencia antes del quilombo, o que estén involucrados inteligencias detenidos, un francotirador no identificado, colectivos armados que llegaron antes del tiroteo, y una orden de acuartelamiento que no se cumplió.
4-Lo que venimos registrando en las marchas es enfrentamientos entre guardia y opositores en la que existen abusos de autoridad puntuales, que han sido condenados por los responsables políticos, como ocurrió en Valencia con la muchacha que murió por una bala de perdigón de un guardia. Hay otros abusos puntuales, y se presentan 18 denuncias de tortura según la MUD. Acáhacemos un stop porque la oposición anunció que el principal caso de tortura constaba en el expediente, la fiscalía intentó monitorearlo y se encontró que no estaba, que el denunciante no había dicho nada en el peritaje forense.La oposición respondió que la jueza no le prestó atención a la denuncia cuando hacía cinco minutos había dicho que estaba registrada, y la fiscalía mandó a hacer un nuevo peritaje forense a este caso, donde se habla de una violación con un fusil.En todo caso, lo que se ve, repetimos, son abusos, y un Estado que se mueve y no tapa el sol con una mano. Irregularidades, sí, claro, no sé estaría ante hechos muy regulares que digamos. 
5-Ninguna ONG de derechos humanos se ha pronunciado sobre los 37 trabajadores y 16 usuarios de la línea de subte del Estado, que quedaron heridos por ataques de estudiantes opositores a las unidades de transporte o las estaciones, que dejaron un saldo de ocho millones de bolivares en costos. Tampoco dijeron nada del hombre que fue asesinado cuando despejaba la basura de un corte, ni del motoquero degollado, ni nada que tenga que ver con actos de violencia de la oposición. No sé si queda claro. Volvemos a repetir sobre la conversión de algunas ongs en verdaderos actores políticos, que pretenden pintar que hay una situación sistemática de violaciones de derechos humanos para presentar a un Estado fallido que reprime por la falta de legitimidad de sus autoridades. Todo tiene su intención en política. Ah tampoco dijeron nada de los polichacaos(opositores) que detuvieron a un pibe en Altamira, que luego apareció muerto en otro lado. 
6-Las disputas opositoras representan también diferentes líneas de Estados Unidos respecto a qué hacer Venezuela: Entre demócratas y republicanos, entre halcones y palomas, que usan a López, Capriles, Machado, y otros según cuál les sea más útil a su estrategia. Por eso a veces es el moderado, otras el radical, y en algunas se usa al loco de Uribe para instalar la idea separatista en Táchira, que ahora está ocupada y se encuentra bajo control, pero en la que queda claro que los paramilitares también se rebelaron al nuevo orden al contrabando, que se dio con la limpieza de todos los capos de la guardia en esa frontera. Complejo ese temita, complejo.
7-El rock melódico de hoy lo pone el alcalde de Chacao (opositor) con estas declaraciones sobre las protestas violentas en su municipio, donde queda la plaza de Altamira:
«Esas acciones no nos acercan al corazón del chavista ni del ni-ni. No tengo duda: quienes generan anarquía le hacen un favor al gobierno», declaró Muchacho quien hizo un inventario de los daños en el municipio que ‘gobierna’: «Fachadas de dos bancos destrozadas, además de otros edificios públicos y residencias privadas, mobiliario urbano en la plaza Altamira, calles que habrá que pavimentar y demarcar de nuevo… pero además de daños materiales hay cosas que no se pueden cuantificar pero son importantes, como las horas de angustia que han vivido los vecinos, much isimos de ellos de la tercera edad, muchos niños que no entienden qué pasa, asfixiados en sus viviendas, sin poder dormir, sin tranquilidad».
«Necesitamos una conduccción política, porque hablar de planes genéricos sin llamados a la acción concreta lo que produce es que cada quien haga lo que quiera. Falta conducción política, pero muchos igual no acatan líneas. Si se desbordan las pasiones¿Tendremos un liderazgo para atajar una situación así?. Me lo pregunto todos los día

Inmersión al Silicon Valley: Ritornelo 9

Por Carolina di Palma



Tomamos el tren a Menlo Park. Bajamos en la estación y preguntamos cómo llegar a 1  Hacker Street donde se encuentra el campus de Facebook, donde trabajan y viven los empleados. Todos los autos van hacia allí. En el viaje, pasamos por la casa de Steve Jobs en Los Altos, donde tuvo su primer garaje, por Arathon, donde Milner compró su casa de 100 millones, por Palo Alto, donde Mark Zuckerber, con solo 26 años y una fortuna de 14 mil millones de dólares,  también compró su mansión, y por el Hospital para Veteranos de Guerra con desórdenes de stress postraumáticos.

Nos lleva hacia el campus un taxi afgano, un afgano taxista. Nos cuenta que vive hace 25 años allí y que puede contarnos toda la historia del lugar; y de Afganistan.

En Facebook trabajan 1700 empleados, pero muchos también viven ahí, “más que todo por el tráfico”. “En general los turistas se sacan la foto con esa imagen”, nos cuenta el conductor y nos muestra un gran cartel con una mano, el gesto de “me gusta” y debajo la dirección: One Hacker Street.

“Yo me vine de Afganistán después de los 34 millones de muertos a causa de las guerras y los 1600 soldados del ejército norteamericano”, nos cuenta mientras damos vueltas por las calles del campus y vemos varios autos eléctricos en los estacionamientos cargando batería gratis.

Salimos, damos vuelta la rotonda y vemos enfrente la gran construcción del nuevo campus. Hectáreas y hectáreas de cimientos. En las Torres de Facebook están intentando no terminar sus construcciones para habitar la idea de “seguir construyendo”, la idea de “no está terminado o unfinisehd”. La nueva sede no tendrá paredes. Son “flexibility places”, es decir, performatear la “capacidad de ajustarse todo el tiempo”. En esta sede las bicis para empleados son blancas y negras. Igual que los buses ilegales.

Nos vamos, pasamos por la Iglesia cristiana “Vida eterna”, de un lado montañas, del otro lado montañas, del otro lado montañas, y pasando las montañas el Pacífico donde los empleados van a surfear. Volvemos a Menlo Park y el afgano nos recomienda un lugar para tomar café. Nos hacemos amigos. El vuelve a su parada de taxi y se queda ahí. 

En la antigüedad el territorio afgano formó parte del imperio Persa y del reino helenístico, luego se convirtió al hinduismo y al budismo y luego al islam cuando llegaron los árabes musulmanes en el 600 dc. Fue la época del Esplendor islámico. En el 1220 los invadió el Imperio mongol. En 1749 se estableció el estado de Afganistán. En 1837 invadió Inglaterra y en 1919 se independizó de Inglaterra. En 1973 cayó la monarquía con un golpe de estado y en el 78 se instauró un régimen comunista con la invasión soviética. En 1989 invadió Estados Unidos que ayudó a los islamitas. En 1996 tomaron el poder los talibanes y en el 2001 invadió de nuevo Estados Unidos derrocando el régimen e instaurando uno nuevo que nadie entiende bien cuál es. Afganistán está ubicado en el corazón de Asia. Limita con Irán, Pakistán y China. Además es el primer proveedor de opio ilegal en el mundo. La violación y la violencia domestica a las mujeres no esta penada por la ley.

Llegamos a Cupertino y en la puerta de entrada, sobre la calle, Amazon dejó nuestro paquete, hicimos una compra on line de un calentador de agua tipo dispenser para mate. Como una pava eléctrica pero de loop infinito. 

Para más información acerca de cómo monetizar el tiempo de ocio: http://www.internet.org

La liberación del consumo

por Oscar Monti



“Por lejos que hayan descendido los geólogos en las profundidades de la Tierra, no han encontrado más que estrato sobre estrato. Pues hasta su eje, el mundo no es más que superficies superpuestas y estratos superpuestos. A costa de inmensos esfuerzos nos abrimos un camino subterráneo en la pirámide; a costa de horribles tanteos a ciegas, llegamos a la cámara central; con gran alegría vislumbramos el sarcófago; pero levantamos la tapa -¡y no hay nadie!- el alma del hombre es un vacío inmenso y aterrador.
¡Es seguramente en el río del mundo exterior que nadan la tenca y la perca dorada!”
Herman Melville
Desde hace tiempo el audaz animal que es Diego Valeriano viene asolando con sus tesis -disparatadas y/o/por exactas- la parsimonia habitual de este blog. Una de ellas llamó poderosamente mi atención, y de paso me sacó del letargo que la vejez otorga como un salvoconducto hacia la muerte: el consumo libera. Y no solo pronunció la tesis, sino que la señaló como tendencia del presente, fase superior de la época y de sus personajes, fuera de toda moral y juicio, en su desnudez.

El eslogan, jingle o axioma de Valeriano no es de por sí original, más bien es un robo a mano armada a la verba de nuestra presidenta, quien fue una de las primeras (junto a Néstor claro está) en detectar el vínculo indisoluble entre consumoy liberación. Millones de autos, de celulares, de splits, de militantes y de votantes así lo confirmaban. Pero veamos uno poco más de cerca que hay detrás de esto.

Es obvia la provocación, y no por obvia menos potente, pero hay que decirlo, su cinismo no es liberal, no es un festejo del acto libre de consumir, no es “soy libre ergo consumo” sino “consumo ergo soy libre”, o más bien me libero a través del consumo. Por tanto ahuyentemos de entrada la habitual reacción instintiva, que más que instinto denota estupidez, de los izquierdistas, sean kirchneristas o no. No digamos que Valeriano “le hace el juego a la derecha”… No, no, sus dardos parecen ir para otro lado…

Un amigo intelectual, al que le conté la ocurrencia, y amparado en el sólido arsenal de su racionalidad filo-marxista (con una pizca de new age, claro está), la rebatió de inmediato: “¿de qué nos libera el consumo?, ¿cómo puede el consumo liberarnos si justamente trama un vínculo de dependencia con los objetos, y por su intermedio con otros seres, y nos aliena de nuestra propia esencia, de nuestras cualidades humanas”. “Incluso un peronista, me dijo, es decir un librepensador, es decir un ente que no piensa, podrá percibir la diferencia entre, y cito textual ‘que un negro tenga ahora heladera, coche y televisor’, y ‘que se haya cumplido el sueño de la patria liberada’”. 

Nunca me sirvió hablar con él, digo, con mi amigo intelectual, no sé por qué lo sigo viendo… me da un poco de pena… siempre quiere hablar… por eso lo escucho…

Volvamos al asunto. Alguien que no entendía muy bien qué eran los intelectuales, aún cuando alguna vez pudo habérselo confundido con uno, decía que el poder consiste en imponer una tarea cualquiera a una multiplicidad humana cualquiera. En ese sentido, el poder es lo más abstracto del mundo. Por otro lado, decía que el poder no es una forma sino una relación de fuerzas, es la relación de la fuerza con la fuerza. Y en ese sentido es el abstracto más concreto y plural. Ni relación de una fuerza sobre una persona (violencia), ni relación de una fuerza sobre una cosa (trabajo), sino siempre relación de la fuerza con la fuerza. Hay una fuerza que manda y una fuerza que obedece, y ambas son fuerzas, por tanto variables, y no pertenecen ni se encarnan esencialmente en nadie.

Esos dos pensamientos me hicieron pensar (¡milagro!) en la tesis valeriana del consumo liberador. Y pude aclarar un poco más mi sospecha de que el consumo es aquí el consumo desnudo, consumo a secas, más allá de los objetos, bienes o servicios o seres, consumir por consumir como en una fiesta interminable, como se encarga de subrayar el homo-valeriano.

El consumo es la tarea cualquiera que se impone a la multiplicidad humana cualquiera… y agregaría… en un espacio abierto. Ya que la operación de poder también pudo haber funcionado bajo forma de encierro, pero ya no es mayormente así. El poder se ejerce en el espacio abierto. ¿Pero entonces, si se trata de una operación de poder, qué diablos podría tener de liberador? Un primer efecto de liberación, no desdeñable, es lo real. Ver lo real libera. Y sobre todo evitar el lamento por el contenido de lo real. El consumo, en tanto núcleo duro de lo real, libera. Pero sobre todo, localizar uno de los emplazamientos (por definición móviles) de poder permite emplazar focos (también móviles) de resistencia. Poder y resistencia van siempre juntos. No se resiste el consumo, sino que se resiste en el consumo. Se resiste en el real. Eso, si se quiere resistir…

Avanzamos un poco, entonces, el consumo como fuerza desnuda, más allá de todo objeto o ser, fuerza sobre fuerza, acción sobre acción, que induce, disuade, reparte, vuelve probable. Fuerza que envuelve a todos y todas. Por eso me retracto de mi escrito anterior, qué viejo boludo soy, pensaba que el nuevo poder pastoral se basaba en que la pastora velaba individualmente por nosotros, sus ovejitas… No, es la fuerza impersonal la que vela, es la fuerza sobre la fuerza, el consumo como fuerza, nuestro deseo como fuerza, fuerza que manda y obedece, que es “nuestra” sin que nadie llegue nunca a poseerla.

El consumo en su cruda desnudez libera. Y libera en tanto fuerza que da y recibe movimiento, en tanto devela otras fuerzas al intensificarse, en tanto desborda. De allí el temor al negro con plata, como al rolezinho, que progresa y prolifera. Negrus potens. El paso siguiente, en tanto se trata de una fuerza, es pensar su diagrama. Y es todo un programa social. Si los pobres no tienen su diagrama, tendrán su archivo. Archivados como pobres. Pobres con derechos. Pero, en última instancia, el diagrama no puede ser de pobres, ya que se define por su superabundancia. Peliagudo, porque entonces ya no puede ser un programa social.

Se dibujan entonces dos estrategias posibles ya no contra (lo que no sería una estrategia sino un estrato) sino en el poder. La que parece proponer Valeriano es atravesarlo, hundirse allí como quien busca que el torbellino libere una apertura, un resquicio, que “el fuego anuncie otras formas de libertad”. El riesgo es allí no encontrar nada, pues el alma del hombre es un vacío inmenso y aterrador.  La otra estrategia es salirse afuera, al elemento oceánico, donde nadan la tenca y la perca dorada, donde ya no hay estrato (mar molecular). Un afuera que es también un hundirse y atravesar.         


Los intelectuales argentinos después del 2001 y el fin de la crítica

por Antonio Grosso Machado

La penosa conversación publicada el último domingo en diario Perfil entre Horacio González y Beatriz Sarlo, los dos intelectuales de referencia del país, me decidieron a compartir este resumen del estudio que vengo haciendo sobre el desarrollo del estado intelectual en la argentina.

I.                    Tres fuentes

Si un país resulta difícil de comprender –al menos desde el punto de vista de sus “ideas”– para un extranjero (en este caso, mexicano, un servidor que conoce del tema): ese es la Argentina.
Desafiado, me propongo narrar un panorama de la actualidad (¿“filosófica”?) de una intelectualidad que, tras el exilio –muy mexicano, por cierto y por suerte– se ha ido agrietando, y reagrupando, según clivajes que, después de todo, resultan bastantes tradicionales, aun si las circunstancias se pretenden nuevas.   
En efecto, en mi tesis he intentado formular la pregunta sobre el modo en que la crisis social de los años 2001-2002 modificó –si es que lo hizo– los cimientos en torno a los cuales se estructura el campo intelectual argentino a partir de sus grandes tradiciones. Fundamentalmente, la nacional popular, la liberal democrática y la izquierda marxista.
No puedo aquí sino proceder de manera sucinta, exponiendo en el comienzo algunas consideraciones generales para enumerar, luego, en la segunda parte del trabajo, las principales líneas de agrupamiento de las principales tribus que pueblan el panorama argentino.

II.                  El intelectual y las clases sociales

Bajo la categoría de “intelectuales” podemos agrupar a aquellos que Hegel llamo “la clase universal”. Claro que el autor de Principios de filosofía del derecho identificaba esa clase con la moderna burocracia de estado. Pero incluía junto a ellos a los filósofos, en la medida en que, de una manera u otra, dependían del erario público.
Los intelectuales –en efecto- son expresión de aquellas capas de las clases medias que no cumplen ningún papel efectivo en la producción de valor. Como clase ociosa, que no trabaja (que trabaja precisamente de lo que trabaja); como masa eximida de los dos grandes atributos productivos de la reproducción social (posesión de capital y la venta de la fuerza de trabajo productivo), toca a los intelectuales el papel específico y a la vez general de “reflexionar” en torno de la situación social en su conjunto. 
Siguiendo a mi maestra, Dora Khanusi –que introdujo en México desde hace ya décadas la noción clave de “revolución pasiva”, de Gramsci–  creo que para comprender el mundo de los intelectuales con relación al estado es de enorme utilidad el concepto llave de “transformismo”. A partir de él podemos comprender la manera en la que los intelectuales gustan de sentirse artífices de revoluciones cuyo destino suele ser la restauración del orden jurídico, económico y político. 

III.                Durante el 2001 

Mi hipótesis de trabajo es que durante la crisis del 2001 la única clase social que realmente se sintió amenazada en su existencia fue, precisamente, esta categoría de los intelectuales que –extendida sobre la escolar, docente, universitaria, científico técnica, eclesial, periodística y burocrática– constituye una zona de influencia social apreciable dentro de las célebres clases medias argentinas.
Son estas capas las que fueron realmente atacadas por el menemismo y que recuperaron su poder durante esta última década. Ellas son, a su vez, las que comprimen y difunden discursos e imágenes globales sobre la situación y la marcha del país. Ellas son las que los últimos años se han visto rehabilitados en su dignidad histórica y en su materialidad institucional y económica gracias al aumento del presupuesto en educación y cultura (aparato escolar, universitario; reactivación de la industria editorial; nueva tecnología para producción de TV, publicidad) y sobre todo por la vigorosa reconstitución del aparato estatal, impensable sin una nueva burocracia proveniente de los hogares frustrados de las clases medias ilustradas. A esta capa intelectual que emerge estratégica en el país quiero referirme brevemente esbozando un cuadro de sus tendencias generales actuales a partir de la descripción de sus referentes fundamentales. 
Voy a escoger, para esta primera aproximación dos grandes clivajes analíticos: el de la generación y el posicionamiento en torno a la grieta que opone políticamente, al menos en la superficie visible de las cosas, a los grupos intelectuales argentinos.
No es de extrañar que los intelectuales devengan tendencialmente los interesados (aunque casi siempre resulten ineptos para ello) en lo que hace casi doscientos años Hegel llamaba “política de la coyuntura”. Sus disputas se dan por matices que el viejo filósofo expresaba en 1821 como la tendencia a la libertad en y de la sociedad civil, y la insistencia en procurar una regulación superior (estatal). Los primeros no abjuran de tal regulación, pero desean restringirla, en lo económico como en lo propiamente cultural. Los segundos –que ahora se autodenominan, en general, “populistas” (palabra que funcionaba hasta no hace tanto como insulto) – no reniegan de la libertad que en su actividad es absolutamente vital, aunque consideran imprescindible compensar desigualdades y evitar convulsiones. En la disputa entre estas tendencias (en la que los economistas e intelectuales empresarios juegan su papel) se determina, en cada coyuntura, el alcance del gobierno de lo social.

IV.                Las tribus

En la Argentina los intelectuales públicos siguen siendo preponderantemente de formación de izquierda.  Claro que la noción de “intelectual” es suficientemente amplia y Bergoglio es una muestra de la importancia de una intelectualidad cristiana, no precisamente de izquierda.
Entre las tribus más consolidadas destaco tres, de larga tradición. Una, que podemos llamar “populista”. Otra “demócrata liberal”. Y una de “izquierda marxista”. Ninguna tradición es pura y solo voy a mencionar a los referentes principales de cada una de estas tradiciones, en la medida en que las tres permanecen vivas y producen cuadros intelectuales.
La “escuela populista” se referencia, sobre todo en Ernesto Laclau, Horacio González y José Pablo Feinmann. De entre los tres, el primero, procedente de la izquierda nacional, es el único que ha  triunfado en las universidades europeas. José Pablo Feinmann y Horacio González, los dos peronistas, acaban de publicar un libro de conversaciones explicitando unas “vidas paralelas” comenzadas en los años ‘60 en la revista Envido, en la Universidadde Buenos Aires. Célebre sartreano uno e  inspirado cookista el otro, ambos animan la versión local de la izquierda peronista de la que Laclau es embajador ilustrado. 
La línea “liberal”, por su parte, tiene como emblema a Beatriz Sarlo: nueva Victoria Ocampo pero proveniente del maoísmo,  se ha convertido en la más deliciosa pluma del diario de la derecha tradicional, La Nación.  Rigurosa traductora de Raymond Williams a la cultura porteña, Sarlo es un cuadro universitario y jefa de grupo que luego de dirigir durante décadas Punto de Vista se fue convirtiendo en un fuerte referente de la constitución de una alternativa liberal también en política. 
La marxista es más débil y su representación está mas dispersa. Tal vez pudiera nombrarse como principal heredero de José Arico a Horacio Tarcus (Paglione) y, más “contornista”, a Eduardo Grüner. De origen común en el trotskismo local –el primero en las filas del hoy emergente Partido Obrero, el segundo del declinante “morenismo” –,  Tarcus se decantó por el archivo (Cedinci) y la historia erudita del marxismo en la Argentina, mientras Grüner es un cuadro universitario ligado al Frente de izquierda y los trabajadores.
Hay, claro, mucho más bajo el sol.  Finos contertulios de lo teológico político como Santiago Kovadloff; investigadores célebres del revivido Conicet, como Maristella Svampa; exiliados notables del mundo descolonial como Walter Mignolo o Enrique Dussel;  segundas líneas en ascenso mediático (quizás los más destacado sean el militante de rabínica retórica, Ricardo Forster, y el talentoso divulgador de filosofía Darío Sztajnszrajber); jubilados en vida como Juan José Sebreli (o Emilio de Ipola); místicos como el ya mítico Oscar del Barco; repatriados de los departamentos de literatura del norte, como Josefina Ludmer; adolescentes veleidosos –y  enfadados- como Martín Caparrós y “reventados” de blog y novelas, como Jorge Asís, además de una innumerable tribu de heterodoxos que pueblan la ciudad de Buenos Aires bajo la influencia de maestros del margen, como los “privados” Tomás Abraham y Raúl Cerdeiras.
En la argentina se trabaja mucho y se produce poco. Hay más dinero del que se puede gastar y muchos cuadros jóvenes en formación. Los grandes maestros se han ido (Tomas Eloy Martínez, Nicolás Casullo, David Viñas) y los grandes escritores son objeto de reconocimiento mundial (como Piglia).

V.                  Conclusiones

Si una novedad específica puede destacarse, a la luz de la década 2003/2013, es lo que podríamos llamar el “fin de las revistas”, entendidas éstas como órgano organizador de la cultura, tradicional en la cultural nacional.  El fin del intelectual orgánico se despliega, no por casualidad, en épocas de consagración mediática de la enunciación del intelectual y en el contexto de una fuerte politización del espacio enunciativo (ilustrado, sobre todo, por el colectivo Carta Abierta).
Mi hipótesis es que esta disyunción entre exacerbación del discurso público y ausencia de colectivos ideológicos orgánicos (función que en otro tiempo ocupaban las revistas más clásicas como Contorno, La Rosa Blindada o Pasado y Presente, o más recientes, Punto de Vista, El ojo Mocho o El Rodaballo) a cargo de una critica sistemática del presente obedece a un desplazamiento del intelectual analítico y anticipador hacia la dimensión teológica, o teológica política, como instancia identitaria y de resguardo de valores conservadores que cada vez más se hacen fuerte en la sociedad argentina. Sobre esta hipótesis volveremos en próximos textos.

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