La escuela cerrada es anti guachines // Diego Valeriano

Refugio vital, gedencia ilustrada, ranchada obligada, apocalipsis, intervalo, deserción, disidencia, red. La escuela como el barrio donde te haces pilla, como vínculo collage, como espacio de segundeo. Como el mejor lugar donde pueden estar pibas y pibes. Esta escuela, así, no otra, esta escuela vaciada desde hace años y llena de posibilidades. Esta escuela, abierta, para ganarle a los arruina guacho, donde las amigas te enseñen a no ser princesa. Laboratorio vital donde se cocina la rebelión de las pibas, donde caes y te levantas mejor.

 

La escuela cerrada es anti guachines, es anti encuentro, es anti. Los paros docentes, las amenazas de bomba, las cloacas tapadas, las recetas del Fondo, las pérdidas de gas, las licencias interminables, los sueldos de miseria engordan las fuerzas anti-todo. Las favorecen. La miseria planificada de hoy se desarrolla mejor en la escuela cerrada, en aulas vacías, en recreos mudos.

 

Cerrar la escuela imposibilita encuentros, retrasa insurrecciones, debilita resistencias. No da cuenta de los mensajes urgentes de los que son portadoras las turras. No da cuenta de la vitalidad que se despliega. Los pibes no aprenden de los adultos que luchan ¿por que lo harían? aprenden por lo que pasa cuando se encuentran.

 

La escuela hace mundos a pesar del abandono estatal, a pesar de docentes a Rivotril que ya ni van, a pesar que en el jardín los guachines jueguen al allanamiento, a pesar del perreo de las nenas 3ero, del escabio en 6to. A pesar de todos las emboscadas plagadas de buenas intenciones. Muy a pesar de los gabinetes, los gremios, las pedagogas, los talleres, los departamentos de orientación  y centros de estudiantes.

 

Escuela puro ruido, pura  interferencia, pura apertura, lugar privilegiado donde los adultos se hunden en lo caótico y se sienten amenazados, pero donde las nenas, como reales hacedoras, perciben cosas insospechadas, deseos, dolores reales y preguntas nunca hechas. Insolencia, distorsión y desborde. Escuela runfla intervenida por las turras que ya  no aceptan, por los guachos que van y van por pura obstinación, por las complicidades, por los aguantes, por un cariño inconmensurable que se forja cada vez. Escuela en guerra entre modos de vida, cuartel general de la vagancia, territorio liberado.  La escuela casi como el único lugar donde se desarrollan nuevos posibles, donde se tejen alianzas de mil maneras. Escuela abierta, tierra nueva para hacer frente a esta vida ortiba.

1 Comment

  1. <los profesores de la secundaría hablamos, pensamos, y hacemos en clave de DDHH, seteados en las grandes abstracciones, y a los pibxs ni los vemos, no los sentimos, y así se obturan los encuentros, las nuevas necesidades y deseos… devenir guachín es urgente

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