Vale la pena recuperar, en el 50 aniversario de la muerte de Ernesto «Che» Guevara, un brillante análisis de Ricardo Piglia sobre Guevara como lector y como se juega en su figura la supuesta contradicción entre la teoría y la práctica, entre el tiempo largo del pensamiento y la inmediatez de la acción.
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Ricardo Piglia: Ernesto Guevara, rastros de lectura.
Muy buen texto, irretocable. Pero me parece que al final rebaja un poco la concepción de guerrilla para el Che. Es posible que el modo ascético de Guevara – y por ende de la guerrilla – sea sí un camino para eyectarse para afuera del momento histórico. A pesar de que este condicione la lucha, la lucha no debe seguir SU curso (el curso del momento histórico). O el ascetismo puede ser una forma de salir de la ideologia, a lo Zizek. O sea, una discipina y una lealtad que nos acostumbre a no conmovernos tanto con boludeces; y conmovernos más con una posibilidad propia, con el horizonte de cambio, la búsqueda de una nueva subjetividad o lo incierto del futuro que se abre. Cómo puede afirmar que la revolución en Cuba fue única por las condiciones que reunia, si a fin de cuentas todas las condiciones son únicas en las situaciones singulares, en Angola y Bolivia también. Lo que faltó, al final, de parte del Che y sus amigos, quizás haya sido sensibilidad a la situación, pero el modelo de política no necesita modificarse por eso. El modelo fracasó dos veces, pero tuvo éxito en una ocasión — justo cuando fue inventada. Guevara fue consecuente con su invento, en algún momento podría llegar a fracasar. Pero cómo podemos saber si la revolución en Cuba no debe su éxito justamente al modelo ascético de la guerrilla? Hay un misterio ahí, entre coyuntura y política, que no hay como resolver eligiendo a una u otra. También al final, dice que el Che ofrecia su propia experiencia (como que la quemaba, la gastaba) como ejemplo o modelo, pero que al fin la experiencia de uno es solitaria y intransferible. Seguramente no se puede repetirla tal cual fue — o puede ser verdad que en tanto hombre el Che estaba sólo –, pero su experiencia es más que una inspiración, es una prueba material de que hubo alguién que logró tantas cosas en la búsqueda de una nueva subjetividade. El texto de Rozitchner «La izquierda sin sujeto» me parece más sensible en este punto.
Bueno, saludos y gracias por el texto!