por Rafael Abramovici
El esperado encuentro se desarrolló en el amplio auditorio de FOETRA en la calle Hipólito Yrigoyen el miércoles 23 de abril y según se informó durante el plenario fue colmada su capacidad con 800 presentes y el número de firmas que se vienen sumando por este llamamiento de ´argentinos de origen judío´ se ubicaba entre los 3000 a 3500 firmantes .
La crónica del evento que publicó Página 12 al día siguiente brinda una primera información suficiente y adecuada acerca de la organización, de los oradores como del clima emocional reinante.
Las adhesiones de político de distinta procedencias fueron numerosas, predominando las corrientes afines al kirschnerismo aunque no exclusivamente.
El emocionado himno nacional entonado al inició fue acompañado de la proyección de fotografías de la inmigración y de aspectos de las más que centenaria vida comunitaria, social y política judía/argentina o argentina/judía como también imágenes de personalidades judías recordadas por sus aportes culturales y científicos.
Personalmente me sentí conmovido en varios momentos y ante distintas y variados enunciados tanto de la conductora Miriam Lewin como de los distintos claros y elocuentes oradores.
Éramos muchas y muchos provenientes de distintas generaciones nacidas en el país, historias y trayectorias, de izquierda, del sionismo crítico de izquierda, demócratas etc. Se aplaudió mucho y muchas expectativas se cumplían y otra tantas nacían: los judíos argentinos o argentinos judíos (formula compleja superadora de la insulsa ´judíos de origen judío´ tal como Jorge Schussheim criticó y reformuló en sus palabras como orador) otra vez se agrupaban retomando y acercando la potencial participación masiva crítica , de izquierda, humanista y ética que tanto extrañábamos en el quehacer político argentino después de las noches negras de la dictaduras, del menemismo y de la usurpación de la representación política y cultural judeo argentina por la Daia y la Amia bombardeada.
Fueron recordados los judíos argentinos desaparecidos y torturados doblemente por su condición de tal durante la última siniestra y genocida dictadura militar así como la de los judíos combatientes muertos en la guerra de Malvinas.
Yo, particularmente aunque no creo que haya sido el único, recordé mucho a León Rozitchner y le conté de ello a Diego Sztulwark quien me propuso escribir esta nota. Le escribí a Diego: «Si, fuí. La verdad es que faltaba León….. Estuvo bueno!!!!».
Y él me contestó: ¡Por favor, contá mas!
Incluso si te animas podrías hacer una reseña de encuentro para Lobo diciendo porque falto León, sería muy bueno, algo rápido, pegado a lo que paso, a lo que vos sentiste en todo caso, una página para publicar este fin de semana o el lunes, que te parece? Y acá estoy contando algo de lo que me/sucedió el miércoles.
Faltaba León… Estoy seguro que le hubiese gustado mucho a él esta movida. Quizás podría haber estados entre los impulsores del llamado, quizás hubiese sido un potente orador él también esa noche. Quizás…
León no estuvo porque nos dejó físicamente un septiembre de 2011. Solo por ello no estuvo. Pero ¿cómo saber cuánto de lo que aconteció el último miércoles no fue porque León vivió tantos años sosteniendo mucho o todo de lo que elocuente y valientemente se dijo . El habló y escribió muchas veces, sin disociar y desde una perspectiva integradora, de los grandes temas que se irán debatiendo en futuros encuentros por este renovado encuentro. Lo hizo con ´fuerza y valentía´ usando palabras de Schussheim. Lo hizo muchas veces en cierta soledad cuando no ninguneado o con una izquierda sionista que tenía una real pero limitada simpatía por el autor del «Ser Judío» (argentino) que había elegido no ser sionista y territorializarse judío siendo a la vez y con pleno derecho argentino en un país con tanto fascismo y antisemitismo. Comprendía que otros optarán por ser judíos israelíes después del genocidio nazi en el difícil pero imprescindible descenso de la esfera celeste religiosa en la que el antisemitismo y los beneficiosos negocios de rabinos aburguesados y burgueses ritualistas nos desterritorializaban de un mundo real, práctico , humano y vivible.
Acá o allá en Israel la tarea de despojarse de los aspectos de derecha y de los equivocados imaginarios –más tarde , en La Cosa y la Cruz los desarrollaría como- cristianizantes , es decir, de la transformación en la historia del capitalismo del judío en ´judíos del cristianismo´ capitalista.
Desde la izquierda costaba y cuesta que un judío como él que se afirmaba en el Marx del ´ser genérico´ desplegara su pensamiento mater-ialista radical y desde un ´Freud y los límites del individualismo burgués´ cuestionara a la ´Izquierda sin Sujeto´ , marxistas economicistas y con la subjetividad organizada desde el sádico despotismo del superyo cultural burgués.
Muchos grandes amigos en el peronismo revolucionario no le alcanzaron para ser un argentino peronista pues muy lejos de ser un antiperonista ya en la revista ´Contorno´y luego en el «Perón, entre la sangre y el tiempo» cuestionó lo mismo que hizo con izquierdistas, sionistas, psicoanalistas ´convencionales´ : los límites que les/nos impiden prolongar los cuerpos individuales aterrorizados en el cuerpo afectivo común y colectivo, los límites para profundizar el entendimiento de los obstáculos objetivos y especialmente subjetivos que impiden lazos mater-iales y fraternos revolucionarios en el pueblo y el proletariado peronista, en los judíos perseguidos/perseguidores, en psicoanalistas individualistas o en comunista burocratizados y acomodados.
Reflexiono y pregunto: ¿faltaba León o no me terminaba de dar cuenta hasta ahora ,gracias al pedido de Diego, de cuán presente estaba León el miércoles en todos los que ansiosamente nos manifestábamos por conformarnos en un sujeto colectivo judeo argentino revolucionario?