A fines de los años setenta se redefine el potencial cartográfico del pensamiento. Quizás el hecho más conocido sean los ahora célebres cursos de Foucault: Seguridad, territorio, población y Nacimiento de la biopolítica. Toda la retórica crítica actual sobre el neoliberalismo y los dispositivos de gubernamentalidad surge de ellos.
En simultáneo, Deleuze continuaba su curso sobre los conceptos que estaba elaborando con Guattari y que desembocarían en la escritura de Mil mesetas. Dicho curso fue editado recientemente por Cactus bajo el título Derrames II. Aparatos de Estado y axiomática capitalista. Neoliberalismo y gubernamentalidad, en Foucault, y axiomática capitalista, en Deleuze, son conceptos que intentan forzar una nueva actividad teórica en relación con los modos de comprender el presente.
En la Argentina de esos años, David Viñas publicó Indios, ejército y frontera, un libro histórico que cartografía y desmonta el dispositivo de poder llamado Estado roquista; ese mismo que denuncian hoy las comunidades mapuches en lucha. El roquismo como historia es el prolongador de la conquista española con la colonización criolla de la Patagonia (tierras indias). Dicho dispositivo de apropiación y concentración de la tierra se produce de modo simultáneo con la formación de las categorías positivistas de las clases dominantes argentinas de 1880: el intelectual colonial es inseparable de la subordinación de la nación a los requerimientos del mercado mundial de materias primas. De un modo más profundo, Viñas supone en su texto que tierra y pensamiento son dos aspectos de una misma realidad. Estas descripciones e ideas poseen una vigencia incontestable, aunque no siempre sepamos partir de ellas. Lo que Viñas cuenta es la historicidad de unas fronteras mentales, territoriales, étnicas, lingüísticas y económicas que aun hoy determinan las posibilidades de la lucha de clases.
Tierra y pensamiento son un mismo movimiento también para Deleuze y Guattari. Su filosofía es la de los movimientos de la tierra, con sus desterretorializaciones y reterritorializaciones. Movimientos relativos –controlados por el capital–, o absolutos –desbordes plebeyos, nueva tierra–. Deleuze describe en sus clases el capitalismo entero como una axiomática elaborada a nivel del mercado mundial y efectuada por Estados nacionales, diferentes entre sí (según prime el polo socialdemócrata de adjunción o el polo totalitario de substracción de axiomas), pero isomorfos con el capital global. Una axiomática que conjuga flujos descodificados bajo la preeminencia de la ley del valor. Los avatares de la tierra sometida al dinero, y a la violencia apropiadora (violencia que se aplica en nombre de la Paz y el Orden). ¿No es esta lógica la que Jorge Lanata explicaba en un reciente reportaje con Jones Huala?
El crimen de Santiago Maldonado , y la que suma ahora la masacre de Bariloche, conjuga todas estas cuestiones y nos coloca ante la necesidad de actualizar estas lecturas de un modo práctico. Los resultados de la autopsia (agregando lo que vamos sabiendo de la salvaje represión de ayer) difundidas el viernes permiten comenzar a armar un rompecabezas confuso. Sin orden judicial y con el apoyo del poder político, fuerzas estatales –Gendarmería– reprimieron una comunidad mapuche en lucha por la tierra y la autonomía. Santiago Maldonado muere en medio de aquella violencia. Lejos de investigar esa muerte, las agencias estatales y de los grandes medios de comunicación ocultaron los hechos y desinformaron durante meses. La guerra de comunicación en torno al caso Maldonado fue perversa se la mire por donde se la mire. El rigor investigativo y comunicativo es la primera baja en la lucha política. Quizás sea hora de desplazar nuestras estrategias. Ya no limitarnos a denunciar la mentira, sino intensificar nuestros instrumentos cartográficos, combinando precisión informativa con actualización de categorías, sensibilidad con las luchas y pragmática con respecto a los niveles jurídicos y comunicativos. Capacidad de movilización con investigación. O dicho de otro modo: llegó la hora de dejar atrás el lamento y pasar del plano moral al estratégico.
26/11/2017