Cordero y los libros // Gonzalo Pérez Turdera

En mayo del 2021 salió de imprenta La última esperanza negra, primera novela de Pedro Yagüe y primera publicación de Cordero Editor. Nos gustó empezar así: con manija y arbitrariedad, con narrativa y algo más, sin saber muy bien hacia dónde íbamos. En las páginas de la novela descubrimos dos apuestas que nos interesaron. La primera tenía que ver con el modo en que se articulaba lo social y lo político con lo narrativo. No había mensaje, propuesta ni posicionamiento. No había un régimen de opinión funcionando como telón de fondo para la escritura. La segunda apuesta tenía que ver con la disolución de la primera persona insular, tan característica de estos tiempos. La novela construye cuatro puntos de vista que, en su montaje y articulación, componen una perspectiva. Además de eso, el encierro, la asfixia, lo interior. Nos gustó empezar así.

En la solapa trasera del libro escribimos: “Cordero quiere moverse. Tiene en sus patas las cadenas de la máquina cultural, con sus políticas de victimización, sus estereotipos y sus jergas. Las lógicas instrumentales que rodean a la palabra lo asfixian y debilitan. Necesita algo diferente: unas ganas, una sonrisa cómplice, una carcajada. Solo eso lo podría animar. No busca palabras, sino alimento para recuperar las fuerzas. Cordero edita para escaparle a esta época, para respirar, para buscar su propio tiempo”. La solapa fue, en cierto sentido, una invitación a la complicidad.

Hace apenas unos días ingresó a imprenta nuestro segundo libro: Nada que esperar. Historia de una amistad política, de Sebastián “el ruso” Scolnik. La edición junto a Lobo Suelto y Tinta Limón se inscribe en el sentido de la solapa. El contenido del libro también. ¿De qué se trata? ¿Una novela? ¿Un ensayo? ¿Una autobiografía? No lo sabemos, probablemente una mezcla de todo eso. Un híbrido. En tiempos en que el neoliberalismo ha instalado el realismo zonzo, la autorreferencia insulsa como sustento de la anécdota, Scolnik nos ofrece algo diferente: una primera persona en plural, la historia de una amistad política. Es desde ahí que el libro se permite revisar la experiencia de estas últimas décadas desde lo que podríamos llamar un revés de trama. Los años noventa, por ejemplo: donde los saberes estereotipados reconocen la ausencia de política, la pasividad, Scolnik encuentra la experimentación y la resistencia en carne viva, la audacia, la indeterminación, la invención de prácticas y saberes colectivos. Los años kirchneristas también: mientras periodistas, funcionarios y académicos festejaban el retorno de la política, Scolnik no podía sino ver el reemplazo de ciertos saberes políticos por las narrativas tentadoras de la nueva era.

Estamos contentos con estos libros del 2021 y con los próximos que vendrán. Sin embargo, aún rumiamos preguntas que no sabemos responder. ¿Por qué editar? ¿Por qué agregar una editorial más a la sobreoferta de libros y escritores? No tenemos respuesta. Y aunque no lo tengamos del todo claro, de algo sí estamos seguros: vamos a editar porque hay amigos que lo necesitan. Esa es la razón por la que nació Cordero. La necesidad. Nos interesa ser fieles a los textos, no a una supuesta marca editorial. No queremos acomodar los libros a una estética prefabricada ni a las modas que, sabemos, siempre son pasajeras. Solo queremos que se vaya armando algo real, algo que no tenga ni a la guita ni al prestigio en el horizonte. De ahí la necesidad, la sensación de que este espacio nos andaba faltando.

 

* Gonzalo Pérez Turdera dirige las publicaciones de Cordero Editor.

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