Binarismo psicofísico en el tono energético ambiental // Agustín J. Valle*

Café y mate a la mañana, porro y vino a la noche. También se ofrece en blíster, claro, el cachetazo para levantar y el piñón p’adormecer.

Las transiciones, gradaciones, el dimer de la energía psicofísica, parece haber estallado. O saturación, o fantasmeo; o a mil, o atracón de series. Binarismo del estado energético.

Es sabido que Freud señaló que un sujeto está sano mentalmente cuando tiene la capacidad de amar y trabajar. Ahora bien, esto no significa que cuanto más trabajemos, o cuanto más realicemos el acto amatorio, más o mejor salud vale deducir. El hiper activismo; el pluriempleo y el poliamor; el rendimiento económico y sexo afectivo, maximizado. Todo lo que no es la ganancia máxima, es pérdida: así reza la razón financiera. Mantra neoliberal implícito pero ubicuo. Lo que no hacés rendir al máximo, es falta. Si hay mayor rendimiento en otra parte, estás perdiendo. Perdedor. Solo unos pocos verdaderamente ganan.

Ahora bien (por no decir aura bien)… Paolo Virno señala que la crispación hiperactivista que caracteriza al capitalismo contemporáneo, se debe no solo al terror a quedar en la lona, como trasfondo anímico de la precariedad conectiva, no solo al ajuste del poder adquisitivo, sino, también, a un estado de impotencia de las fuerzas creadoras. ¿Cómo es que el productivismo, el rendmentismo, el hiperactivismo, expresan una impotencia? Pues, dice Virno, hay actos que no efectúan la potencia, porque son obvios, redundantes a lo dado. Lo que replica la actualidad, lo más probable, es un acto producido por un sujeto movido por los dispositivos, por las fuerzas dominantes. La potencia es por naturaleza capacidad de hacer de otros modos, es decir, de creación de modos, creación modal. La potencia es ese plus respecto a todo acto, a toda actualización; hay actos que efectúan la potencia cuando no se limitan a repetir sin más lo dado, sino que ejercen lo específico de la potencia, inventar modos.

Un hiperactivismo que tiende a estar siempre al máximo, siempre actualizando -haciendo actos- es más bien un síntoma de una crisis en la posesión de la potencia en cuanto tal. Un síntoma de impotencia.

Salud es tener la capacidad de amar y trabajar. No estar constantemente haciéndolo. Es más, las pausas, abstenciones, contenciones, son clave de tener la potencia, o la salud. Para que la capacidad arme una red de praxis existencial consistencia, no puede ser continua, permanente; como toda trama, son claves los entres, los hiatos.

¿Hacer nada es posible? La paradojal actividad que lo que hace es nada. Que no es no hacer nada; es una positividad: hacer nada. Poder hacer -tener la capacidad de- y no hacer, abstenerse, es alta expresión de la potencia, dice Virno. Quizá por esto los antiguos griegos valoraban tanto el ocio, como terreno del que surgían los haceres más virtuosos.

Cuando hay “vacío”, ¿es leído como falta? Si el vacío, el silencio, la acción de no hacer, es leído como déficit, es por haber introyectado el automatismo. El automatismo productivista, que es dominante; por lo tanto, la regulación de los niveles de actividad -ser capaces de regular, de tener la capacidad sin necesitar estar actualizándola todo el tiempo- requiere un aprendizaje, un ejercicio. ¿Por ejemplo’s? ¿De qué maneras, cómo se hace nada?

 

*En base a conversación con Natalia Pérez y Milagro Ortiz Mayor

3 Comments

  1. Impotenciano significa «no poder» sino «poder no»: puedes hacer nada en una situación determinada y eso haces, nada. Puedes negarte a cumplir una orden criminal y eso haces, no cumplirla, es decir, incumplirla.

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