Anarquía Coronada

Un paro de viejos // Diego Valeriano

Un paro sin guachos, sin saqueos, con negocios abiertos sin miedo, sin novedades en el frente. Un paro que no dice nada, que dominguea, que muestra a la CGT como CGT, a la izquierda como izquierda, al gobierno como gobierno y a muchos  posteando fotos en la que no están. Un paro que si no sucedía igual ibas a decir lo mismo, total siempre decimos lo mismo.

Un paro donde levantan la voz desde las redes los estudiantes de siempre, los que leen los diarios y los empleados públicos combativos. Un paro de dirigentes panelistas y tuiteros famosos. Un paro vacío de tensión, casi aburrido. Un paro donde las mujeres dicen algo casi de compromiso, un paro de viejos.

Un corte triste y frió donde todos se conocen, donde ya ni amor puede haber, donde pelean las banderas frente a las cámaras, donde la única novedad es el pañuelo verde de los mismos dirigentes de siempre. Donde los grupos revolucionarios tienen Facebook y buscan me gusta, donde los gendarmes también postean.

Un paro sin pibas, sin que nadie ranche para que todo suceda, sin aullidos, donde la suerte ya está echada. Un paro que ni confunde, que ya no arma nada. Un paro donde los pibes pensaron que era feriado o domingo y después de escabiar toda la tarde,  salieron a esperar a las doñas que vuelven de visitar a sus hijos, para rescatar un pesos y seguir escabiando.

Un paro Play, un paro de revoque en las paredes de la pieza, de fútbol 5, de vacipan en Villa Celina para arrancar el día, de menos venta en la feria por la mañana. Un paro mundial para que hoy siga siendo todo igual.

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