Qué hace lo neoliberal con la libertad?
La vuelve slogan. Bandera que promete y construye servidumbre. Spinoza se preguntaba: por qué los hombres luchan por su servidumbre como si se tratara de su libertad?
Hoy esa pregunta se actualiza en las calles y escribe un capítulo más.
Qué los irrita tanto? El fantasma de la «desposesión», para aquellos que consideran que las posesiones son un «privilegio de clase» y que el gobierno neoliberal del mundo jamás debe verse amenazado. El Manifiesto Comunista nos arroja una primera frase, ya célebre: «un fantasma recorre Europa».
Hoy un virus recorre, literalmente, el mundo. Sin embargo, el fantasma comunista sigue vigente. Tal vez lo que sigue susurrando es que el mundo podría ser distinto…
La libertad para lo Neoliberal es un bien regulado desde la lógica de la desigualdad. (Se instituye la desigualdad como forma naturalizada de administración y distribución de Derechos y libertades). La libertad se vuelve más bien sinónimo de “interés”. Tener libertad es la capacidad de cuidar, privilegiar, los propios intereses. La revolución neoliberal ocurre en nombre de la libertad (mercados, países, hombres libres) pero destruye su fundamento en la soberanía tanto en los Estados como en los sujetos. Los sujetos, emancipados de todas las preocupaciones por lo público, lo social, lo colectivo, lo político, se insertan en las normas e imperativos de la conducta del mercado y se integran en sus propósitos.
De qué modo se puede desear la servidumbre, en qué condiciones la servidumbre puede volverse el modo de afirmar la vida? ¿De qué maneras la servidumbre puede ser significada como liberación? Su perversión es la construcción de esa ficción. Sabemos que en ocasiones los hombres prefieren el orden a la confusión, al precio de la ceguera. Pseudo libertad, hecha de pasividad y dependencia, y la promesa (también economicista) de distribución y reparto de premios y castigos, de cielo e infierno, según los grados de sumisión y sacrificio.
Que dirían aquellos que participarán de la marcha de los barbijos? Que el miedo es soberano y que un mundo no capitalista para muchos es peor que la muerte, y allí van. Hay luchas que atraviesan nuestra Historia toda.
Parece que Marx y Engels lo sabían.
Qué bueno. Creo que el problema de la servidumbre voluntaria (Etienne de La Boitie, 1540) sigue 500 años después el gran problema para poder cambiar el mundo, ahora es un problema más complejo, el peso de los aparatos burocráticos, sindicatos, partidos, funcionales al Estado ( obviamente capitalista, no hay otro) impidió durante 100, 70 para ser más preciso, que las rebeliones populares lograrán un mundo sin poder sobre, sin dinero,. Por suerte desde el 68 las luchas se hacen sobrepasando los aparatos. ¿Será presagio de que regrese la esperanza?
[…] “Un fantasma recorre el mundo”, escribe Lila M. Feldman. […]
Gracias!