Entrevista a Toni Negri y Michael Hardt
Por Blanca Beatriz y Lola Matamala
A pocos días de llegar a la Argentina, Toni Negri yMichael Hardt visitaron Madrid para presentar su último libro, Commonwealth. Aprovecharon también para reunirse en el Centro Social Tabacalera con participantes del 15M y conocer a este movimiento.
DIAGONAL: En Commonwealth se refieren al concepto de gestión de lo común. ¿Cómo es posible llevarlo a la práctica?
MICHAEL HARDT: El agua es un buen ejemplo porque es un bien común, pero no se hace común de inmediato. Para hacerlo , hay que hacer algo. No es sólo construir una infraestructura física de distribución sino también un dispositivo político e intelectual para hacer de todos ese bien natural. La Educación es otro ejemplo. Tenemos escuelas y universidades públicas que pertenecen al Estado y otras que son privadas. ¿Qué sería una educación común? Hay que inventarlo, crearlo. Hay proyectos para hacer común la educación, con autogestión, autoeducación. La Universidad Nómada es un ejemplo de un proyecto de autogestion de lo común que es la educación, el saber.
TONI NEGRI: Aunque también hay males comunes como la moneda. Es difícil imaginar un mundo en el que no existan medios de intercambio. Es sin duda algo que es común y puede ser apropiada: tiene dentro de sí los mecanismos mismos de apropiación. Pero son reapropiados o se ven reapropiados de manera fraudulenta por quienes emiten estos medios. De este modo se tornan métodos de endeudamiento para la construcción de la explotación. ¿Cómo reconquistar lo común en este terreno? Habría que reducir los procesos bancarios y financieros a una dimensión de puro control del intercambio, por ejemplo.
D.: Explican que las asambleas constituyentes deben servir para modificar las constituciones actuales por su falta de representatividad. En ese sentido, ¿siguen defendiendo la Constitución europea?
M.H.: La única parte positiva de la Constitución europea es que crea un espacio de lucha porque se definen las propuestas que hay que defender. Sirve para fijar el debate.
T.N.: Es difícil considerar como tal a la Constitución europea ya que es un acuerdo internacional que se verificó entre un cierto número de Estados europeos. Tiene la estructura de un acuerdo, no de una constitución, y en esa medida tiene todos los defectos de las constituciones sin tener ninguna de sus ventajas. Ésta es una constitución fuertemente condicionada por las necesidades de acuerdos financieros para la construcción y cobertura de la banca europea, no tiene en cuenta la necesidades de la ciudadanía europea. Un ejemplo es la cuestión de la emigración, que se desarrolla sobre un acuerdo policial bastante reaccionario. El único elemento positivo es el hecho de haber vuelto a dirigir la atención política hacia una nueva entidad, un nuevo espacio, que es adecuado, desde el punto de vista de los movimientos, a una reorganización plural en el ámbito global. Es probablemente el terreno en el que habrá que localizar en la próxima fase de este medir el desarrollo de las libertades en este mismo siglo. Es imposible pensarlo a nivel español, italiano, francés: será preciso pensarlo en el ámbito de la Unión Europea. Es importante porque vincula un espacio a una propuesta política, la cualifica diferencialmente y la determina, la hace concreta. Es evidente que los niveles nacionales, por lo menos en Europa, se han visto superados. Hay una cultura crítica europea que es un hecho común y que hay que asumir como tal.
D.: Sobre el Movimiento 15M ¿cuál creen que es el detonante para que haya surgido en estemomento?
T.N.: El 15M aparece en una fecha electoral determinada y tras una traición por parte de Zapatero. Él llegó al Gobierno a partir de un movimiento social que partió precisamente de ahí. Esa traición se la hace pagar el 15M. También creo que la historia de la República está detrás. Es el gran momento de la reaparición de la democracia republicana porque en España no ha habido una verdadera transición. De hecho, hay elementos republicanos dentro del 15M que son innegables. Por otro lado, en España la crisis ha sido particularmente fuerte. Es la crisis económica general y el no querer pagar sus deudas. En la construcción de lo común es cómo se les hace pagar. En este movimiento el génesis es fácil de entender pero todavía no se ve hacia dónde se dirige y este es el problema político. En el encuentro en Tabacalera parecía que me hubiera caído en la marmita de Astérix. Me impresionó esta asimetría entre la propuesta política y lo político como sistema político. La gente está aquí pero no quiere ir hacia esa forma de hacer las cosas. Es un éxodo de la cultura política.
D.: Elogian la pérdida del miedo que supone el 15M. ¿A qué miedo se refieren?
T.N.: Hay muchos tipos de miedo y se cualifica de diferentes maneras. Uno de ellos es cuando se pone el cuerpo. El terror estatal se apoya en la concepción del cuerpo. Pasando por él, la cabeza también puede ser condicionada a través de la tortura. Se ataca el cuerpo para hacerte cambiar el cerebro, para decir lo que quieren que declares, por eso el cuerpo es una parte fundamental. La traición filosófica de la vida consiste precisamente en declarar la existencia sólo a través del cerebro cuando se declara que se existe sólo si se piensa y no es cierto. Es la traición cartesiana a la vida, es la traición filosófica a la vida y en cambio, el cuerpo, se vuelve absolutamente fundamental. El dicho spinoziano es central: no sabéis lo que puede un cuerpo.
Otro gran miedo es superar el individualismo. Definirse como el entrelazamiento de singularidades. No somos esos seres pequeños con nuestro pensamiento, con nuestra pequeña alma. Somos algo que habla, que se expresa a través de la palabra y somos ésto. Este conjunto que luego se torna pintoresco con las tiendas en las acampadas: son el retrato de la potencia de la historia.
D.: Una última cuestión. ¿Los intelectuales tienen que ser observadores o participantes?
M.H.: y T.N.: ¡Participantes!
DIAGONAL: ¿Qué es lo novedoso en el 15M en la escena política, en el activismo político, que no hubiera antes?
TONI NEGRI: Hay algo nuevo respecto a las luchas anteriores: ¿De qué manera podemos agregar los discursos? Antes había una dirección inteligente, no necesariamente sectaria pero con aceleración del discurso. Aquí es menos virulenta, hay una relación con el tiempo que caracteriza mucho al movimiento indignado. Hay una temporalidad lenta pero construída que agrega y reúne y que, por ahora, ha sido un elemento de fuerza. Me parece muy característico. Es casi una transformación del modo de hacer política: antes era muy acelerado, muy ansioso. Aquí existe esa reflexión sobre la temporalidad y es un elemento muy institucional, nítido, preciso, nada anárquico. A través de esa lentitud se va depositando la voluntad común.