por Editorial Retazos
En una ciudad extraña te recibiré
donde sus calles no están preparadas para estas visitas
pero la combinación de color, fiesta y muerte
no es habitual para ellos.
Serviré tu mesa con t’anta wawas
cuales esfinges monolíticas de rostros blancos
custodiarán tu puesto principal en el mastak’u.
El agasajo de panes, cebollas en flor, picante de gallina, bizcochuelos y fruta
circularán con sus aromas y se apoderaran de la habitación,
hasta mañana a medio día que dicen q te vas.
Ya que la chicha se quedo en la frontera
te invitaré Fernet, que espero sirva
para calmar la sed de tu largo viaje
en caballitos de pan.
Enciendo las velas
e intento recordar, los rezos
que eran fundamentales en estas fechas, cuando éramos niños,
donde tanta wawas, kispiñas naranjas, dulces y maicillos
eran la recompensa a tales coros coritos inentendibles,
y que solo las almas reconocen.
Fumando el ultimo cigarrillo frente a tu imagen ajada e inmutable
rodeada de guirnaldas de pasank’allas,
espero salir rumbo al cementerio
donde no tengo nombres escritos en piedra a quien añorar,
pero voy a encontrarme con más almas lejanas
para sentir la fiesta que cultiva la memoria
de ajayus q nunca terminan de irse.