Te cabieron las pibas // Diego Valeriano
Te cabieron las pibas y su prepotencia arrolladora. Te cabieron porque no podés explicar lo que está pasando, porque en las reuniones quedás careta. Te recabieron a vos que marchás desde hace tantos años, a vos que creés que podés tener diálogo con ellas, a vos que creés que las comprendés pero que ya no sabés qué hacer con tu taller de los sábados porque se aburren, y lo decís.
Nos recabió su feminismo intuitivo forjado en las calles, en los recreos, en las noches de escabio. En los bondis que no llegan, en el miedo en las tripas cada vez que pasan por una obra en construcción, en el asco al padrastro, en la desconfianza a la policía, en las horas en las guardias de salitas inmundas. En el segundeo ese que solo pueden hacer las que entienden todo.
Te cabió porque así son ellas, no tienen referentes, no toman prisioneros, son una fiesta que no entendemos. Porque usan la palabra, la faca, el gas pimienta, la picana y también la purpurina. Porque cuando se cruzan un pañuelo en el tren saben que es un grito de guerra.
Nos recabió a todos porque convocan al Congreso a pura intuición. Porque hacen sus banderas y sus historias de Instagram dicen mucho más que los políticos panelistas. Porque se saben lindas. Porque no respetan ni la trayectoria ni la doctrina, y la orgánica les parece algo tan viejo como nosotros.
Y ellas pasan por las aulas a convocar a otras pibas con la prepotencia de las que saben que van con la verdad. Se ratean a la plaza de la estación y hacen ahí una escuela de doctrina. Dejan plantados a los pibes. Saben que la amistad es un gesto político, y ante cada agresión no hay una respuesta sino miles.
FOTO: Colectivo Pandilla Feminista / Cosecha Roja