Anarquía Coronada

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Freud se merqueaba // Bautista Viera

Freud piensa la fiesta totémica como la pista del asesinato a la representación simbólica del protopadre, y por lo tanto, la recuperación del motín de guerra: la satisfacción total para esos cuerpos, esa comunidad fiestera.

Entonces la fiesta puede ser pensada como el acto de repartija de esa satisfacción total, extraída al protopadre.

Satisfacción total de la cultura, antes vedada, que se recupera y se reparte entre la gente. Como un motín, como algo que se extrae. Un saqueo de formas de goce que no estaban siendo permitidas por la cultura, eso es la fiesta.

¿Qué significa esto? Si el animal que representa, que encarna la autoridad y a la civilización, no se lo puede tocar, hay que venerarlo. Y durante el lapso de la fiesta no sólo se lo toca, sino que se lo come. La partición se produce en pedacitos, se lo comen y muchas de las leyes que antes existían, por un tiempo determinado, están abolidas.

El pez por la boca muere

El acto revolucionario del varón heterosexual es llamarse a silencio.

El acto revolucionario de la estrella de rock es matar al protopadre. O mucho más acá, el acto revolucionario de la estrella de rock es matar al vecino de su barrio. Escupir la potencia de los cuerpos criados en su barrio por sobre la lápida arbitraria y mal viajera que se llama televisión argentina.

Ni enfermo ni irreverente: Componente.

El chabon tiene una aparente situación de consumo de pasta base, que le otorga una singularidad. Tomar base forma parte de sus códigos culturales, del andamiaje que compone su modo de vida. No es lo mismo él chabon tomando base en su barrio, que lo que pueda pensar de eso una persona de clase media alta que tiene swiss medical. La
concepción de la vida es distinta. Tirar es algo de todos los días, «era el o yo». No es la misma vara con la que lo mide después Mariano Iudica en la tele, que se rasga las vestiduras . Omite lo siguiente; No es que él chabon tenga la cabeza quemada y el no. Son composicionamientos diferentes, el ser humano hoy es un ser que está fármaco-constituido. Está constituido farmacológicamente. No hay naturalidad posible, descoloca el argumento de pensar: el tiene una vida antinatural y yo no. Ambos perciben en su modo de vida un atravesamiento al consumo farmacológico. Ahora, qué es lo que funda la posibilidad de que, desde hoy por la mañana no deje de insistir desde los lugares de información dominantes, la urgencia de salir a frenar ciertos modos de vida por ser antinaturales, por estar enfermos. Avanzar contra la representación social de protopadre y tener en relación a esto una
posición de goce singular que la ponga en jaque, es motivo suficiente para ir al reformatorio.

 Lo que resulta importante es pensar, que los conceptos de salud y enfermedad no son universalizables. Avanzar con una idea de salud sobre un conjunto de cuerpos es tener una actitud de desprestigio profundo para con esas formas de vida, y si estas atentan a lo garantizado como normal por la cultura, entonces estos cuerpos serán dirigidos a instituciones reformatorias donde se recluyen.

Cada vida se compone culturalmente en función de ciertos fármacos. Entonces, cada estar en común, cada comunidad sustancial producirá derivas de posibles asesinatos de este protopadre siempre distintas. Donde se corra la vara lo pre establecido por saberes trascendentales, que son impuestos sobre cuerpos, para alcanzar motines de
satisfacción que van mucho más allá de lo permitido.

 Vivir es hacer estrategias.

Naturalizar lo bueno, como si lo bueno fuera lo mismo para todo el mundo. Independientemente de los cuerpos, las experiencias. En función de esa trascentalizacion de lo bueno te digo como tenes que vivir. No estamos escribiendo sobre sí a la gente le gusta hacerlo o no. Estamos debatiendo las condiciones que permiten emerger algunos modos de vida. Y el deseo de que estos no sean condenados desde otra clase social imprimiendo el poder
politico, mediatico y farmacológico. Como si los parámetros de verdad, justicia y salud, que ellos manejan fuesen los mismos para todo el mundo, y el que los resiste, se lo encierra a la fuerza. Es el discurso religioso, o lo más cercano a eso. Si antes era dios. Ahora es la medicina y la justicia. En nombre de eso avanzó sobre tu cuerpo, tu libertad y tu ejercicio de las formas de goce. En otras palabras, si este protopadre que se guardaba el monto de satisfacción
total (es otra forma de decir que acomoda lo posible) era Dios, ahora es el concepto de salud dominante y de justicia. Estos dos son los artefactos bajo los cuales se tutelan modos de goce.

Colonizar vidas en función de lo que para nosotros, para este entorno. Es lo que está bien.
En función de mi concepto de salud te encierro y te mutilo. En función de mi concepto de salud te corto las piernas.
Garantizo la existencia de la satisfacción total tras de mí, no la entregó. Entrego lo que me conviene. Inaugura un cartografía de lo permitido pero a la vez anuncia intuiciones: las formas de goce se conquistan, las que van mucho más allá de lo permitido por la memoria del sentido común, se condena.

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