Escribir contra Macri // Luciano Debanne
Nuevamente ha llegado la hora.
Éste es un llamado a todos los escritores, a todas las escritoras, a todas las escrituras: a quienes trabajan los textos como piezas de relojería hipnótica para admirar y fascinarse; a quienes tipean textos que asedian; a quienes vomitan textos monstruosos e infames, desordenados y pantangruelicos. A los ignotos y los consagrados, a los profesionales y los aficionados.
Ha llegado la hora de escribir contra Macri.
Les ha llegado la hora.Es el tiempo de prestar las palabras que les fueron dadas. Tiempo de nombrar.
Hay una demanda, una tarea, una necesidad, transitando las calles, flotando en los balcones y los ranchos acobachados en el monte, arremolinándose en las esquinas. Nació el derecho a contar con las palabras justas para poder decir lo que pasa. Es la hora de los escritos de barricada, de las metáforas accesibles, de los textos escritos para quienes no saben leer.
Es tiempo de escribir sin obviedades pero sin vanidad. Sin medias tintas ni titubeos. Tomen las palabras por su empuñadura, desentierrenlas, y vengan en auxilio de los demás. Urge su presencia.
Ha llegado la hora de nombrar lo aún innombrable. Lo indecible. De detallar el horror, la miseria, la crueldad y la pena. De fortalecer la alegría y apuntalar la esperanza. De predecir lo inminente. De develar.
Ha llegado la hora de escribir contra Macri.
Es suya la tarea, escribidoras, escribidores, es suya. El futuro se juega en cada renglón.
Transitamos la incertidumbre. Está en juego el poder de decir, de señalar, de describir, de elegir los adjetivos. Está en juego la realidad.
Les exigimos que no nos libren al silencio, que no nos abandonen a la suerte de los predictivos y las enciclopedias usadas, a las explicaciones de los panelistas y las columnistas de televisión. Les exigimos que no nos obliguen a fotocopiar textos viejos.
Elijan el género como se eligen las armas para el duelo, escriban ahí donde se sientan mejor. Pero no renuncien, no abandonen la tarea, no huyan. No sean mezquinos, ni objetivos, ni cobardes, ni ajenos.
Es tiempo de ejercer el oficio como se ejerce la vida; como si todo dependiera del próximo respiro, del próximo latido, como si todo fuera a condición de querer estar vivo.
Ha llegado la hora de escribir contra Macri. Si no lo hace ustedes, otros, ellos, escribirán. Tomarán las palabras y ocuparán el lugar.
Este es un pedido desesperado, un ruego, una súplica, un rezo; una órden a la que nos autoriza el mutuo amor.
Ocupen su lugar en la trinchera, porque hay otras manos haciendo otras cosas también, cosas imprescindibles. A ustedes les toca ésta: escriban, escriban contra Macri, como se dispara un fusil o se cava el surco que detendrá la embestida del agua o del fuego.
Escriban con premura, con certeza, con desesperación.
Escriban contra Macri en todos los idiomas, en todos los dialectos, en todas las formas que les dicte el corazón.