Anarquía Coronada

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LULA

Fernando Haddad: “Lula es un parteaguas en la historia de Brasil” // La Tinta

El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso político hace 158 días, “pasó el bastón” a Fernando Haddad y a Manuela D’Ávila en la disputa electoral por la presidencia. El ex ministro de la Educación entre 2005 y 2012, y ex alcalde de la ciudad de São Paulo entre 2013 y 2017, sustituirá a Lula como candidato a presidente, mientras Manuela D’Ávila asumirá como candidata a vicepresidenta en la lista electoral del Partido de los Trabajadores (PT).

El anuncio fue realizado el martes por la tarde frente a la sede de la Policía Federal, en la ciudad de Curitiba, donde el ex mandatario está detenido. Lula escribió una carta dirigida al pueblo brasileño, leída por el abogado Luiz Eduardo Greenhalgh, uno de los fundadores del PT, donde explica la decisión de designar al ex alcalde de São Paulo para la disputa,destacando la actuación de Haddad como ex ministro de Educación y las políticas públicas que permitieron el acceso de cuatro millones de estudiantes a la educación superior durante su gobierno y el de Dilma Rousseff.

“En verdad, han prohibido que el pueblo brasileño vote libremente para cambiar la triste realidad del país. Nunca he aceptado la injusticia ni la voy a aceptar (…). Es frente a estas circunstancias que tengo que tomar una decisión, en el plazo que se me ha impuesto arbitrariamente. Estoy indicando al PT y a la coalición ‘El pueblo feliz de nuevo’ la sustitución de mi candidatura por la del compañero Fernando Haddad, que, hasta este momento, ha desempeñado con extrema lealtad la posición de candidato a vicepresidente (…). Si quieren acallar nuestra voz y derrotar nuestro proyecto para el país, están muy equivocados. Nosotros seguimos vivos, en el corazón y en la memoria del pueblo. Y nuestro nombre ahora es Haddad”, afirmó Lula en su carta.

 

Al final del documento, el ex mandatario pide a sus seguidores que voten por Haddad y por los candidatos a gobernadores, senadores y diputados del Partido de los Trabajadores.

Haddad dio un discurso en Curitiba donde afirmó que “no desistirá de Brasil y que recibió de Lula la misión de erguirlo”. El actual candidato también reiteró la importancia de Lula para la historia del país.

“No vamos a aceptar, vamos a erguirlo nuevamente, somos brasileños, tenemos la misión hacer que el pueblo recuerde los buenos días que hemos vivido. Siento el dolor de muchos brasileños y brasileñas que van a recibir hoy la noticia que no podrán votar por el candidato que nos gustaría ver subir la rampa del Palacio del Planalto y gobernar el país a partir del 1 de enero. Es un dolor sentido por el pueblo más querido de este país, que sabe lo que representaron nuestros gobiernos, desde el punto de vista de la historia, una historia tan cruel, injusta. Nuestro Lula representó y representa un parteaguas en la historia de Brasil, antes y un después. Lula salió de las entrañas de nuestro pueblo”, dijo.

El Comité de Derechos Humanos de la ONU reafirmó por tercera vez, el pasado lunes, la decisión de asegurar los derechos políticos de Lula como candidato. La presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, fue la responsable por presentar la decisión de la candidatura de Haddad. En su discurso, Hoffmann señaló que el PT, los partidos de la lista y los movimientos partidarios lucharon hasta el último momento por el derecho de Lula a ser candidato.

“Quienes participan en esta vigilia acompañan el presidente y conocen todos los enfrentamientos que estamos haciendo. Aunque, desde la cárcel, Lula lidera las encuestas de opinión. Luchamos mucho para hacer de Lula nuestro candidato a presidente. El 15 de agosto, al enfrentar todo ese proyecto, inscribimos la candidatura de Lula en una celebración muy linda en Brasilia. Siempre hemos creído que su candidatura es esencial para sacar el país de la crisis. Es muy triste ver a la democracia brasileña, si es que podemos hablar que vivimos en una, en este proceso. Aceptamos el desafío del presidente Lula, de no dejar al pueblo brasileño sin alternativa para su lucha”, afirmó antes de anunciar la candidatura de Haddad en la coalición “El pueblo feliz de nuevo”.

 

Lula lideraba todas las encuestas de opinión sobre las elecciones de octubre, pero fue impedido de participar en ellas debido a una decisión del Tribunal Superior Electoral (TSE).

El Partido de los Trabajadores mantuvo el nombre de Lula como candidato hasta el último momento posible en el calendario electoral de 2018.

El actual candidato por el Partido de los Trabajadores tuvo el mayor crecimiento en el último sondeo: subió cinco puntos porcentuales y alcanzó el 9 por ciento de la intención de voto. En el sondeo anterior, aún se presentaba al ex ministro de la Educación en un cuestionario posterior al oficial, que presentaba a Lula como candidato.

El PT apuesta ahora en la transferencia de voto de Lula a Haddad. El sondeo del Instituto Datafolha también señala que el 33 por ciento del electorado votaría por el candidato de Lula y el 16 por ciento que “podría votarlo”.

 

La Tinta

Por Rute Pina y Júlia Dolce para Brasil de Fato / Traducción: Luiza Mançano

Conferencia en Londres: “Inquietudes en el impasse a partir de la situación latinoamericana” (10/12/09) // Colectivo Situaciones

La anomalía latinoamericana

 

Los movimientos sociales obligaron en la última década a una inflexión del paradigma gubernamental neoliberal en buena parte de América latina. Lo hicieron a través de las resistencias al neoliberalismo lo cual implicó, en algunas circunstancias, una ruptura con el mando directo de las elites globales. Los rasgos centrales de aquel ciclo de luchas fueron la acción multitudinaria y destituyente, capaz de coaligar actores tan disímiles entre sí como movimientos de desocupados, poblaciones originarias, pobres urbanos y campesinos, y movimientos comunitarios contra la privatización de lo público. En general, estas insubordinaciones desplegaron sus dinámicas por fuera de los instrumentos tradicionales de organización, forjando en muchos casos movimientos políticos que hoy se encuentran en el gobierno.

Los así llamados gobiernos progresistas se desarrollan hoy como mixtura entre las viejas izquierdas políticas y los movimientos de resistencia al neoliberalismo según relaciones variables, que dan lugar a situaciones diversas. En todas ellas se juega, en alguna proporción, la interlocución con lo producido por aquellos movimientos sociales: la vocación de impulsar premisas post-neoliberales en la gestión de la vida colectiva. En este sentido, se discute actualmente en buena parte del continente la distribución de los recursos económicos, sociales y simbólicos: a través de políticas sociales, de ciertos enfrentamientos con las empresas que controlan los medios de comunicación, y por medio de la estatización de empresas así como la renegociación de las rentas extractivas de recursos naturales. En algunos países la situación de democratización política (especialmente a través de asambleas constituyentes) dio lugar a procesos de refundación parcial de la voluntad de intervención del estado.

Sin embargo, es necesario remarcar que es el “nuevo protagonismo social” el sujeto que da inicio a la secuencia que comienza con las primeras resistencias, que se desarrolla como desobediencia general a la legitimidad neoliberal pura y dura y abre los espacios para la constitución de gobiernos progresistas más o menos permeables a sus demandas, según los casos.  

¿Cuáles son las novedades políticas que producen estos movimientos? Buena parte de ellas pueden agruparse en la consigna indígena, tomada por los zapatistas, del “mandar obedeciendo”  que, por un lado, actualiza, extiende y vuelve contemporáneo un rasgo perteneciente a las culturas comunitarias, como es la proximidad y reversibilidad de las relaciones de mando y obediencia, y por otro provee nuevas imágenes para pensar la relación entre institucionalidad política y poder popular desde abajo, cuando ya no se postula de manera real y creíble la hipótesis de la toma revolucionaria del poder.

Del “poder destituyente” a la exigencia de “buen gobierno”, tal vez el punto mas alto de visibilidad de este trayecto singular haya sido la cita de Evo Morales durante su asunción como presidente de la república de Bolivia, en la cual él mismo se colocaba bajo la exigencia del “mandar obedeciendo”.

En buena parte del continente los cambios son más moderados. Existen gobiernos más ambiguos, que mixturan continuidades profundas del neoliberalismo con una mayor interlocución con la agenda de los movimientos sociales. Llamamos “nueva gobernabilidad” a esta interfase –plagada de avances y retrocesos- que consiste en una dialéctica de reconocimientos parciales, que posibilita puntos de ruptura e innovación en la búsqueda de un momento post neoliberal, favorecido por la actual coyuntura de una mayor autonomía regional, claramente esbozada en Sudamérica.

La llamada anomalía latinoamericana resulta incomprensible si se la pretende concebir a partir de una única temporalidad. El nuevo protagonismo social se caracteriza, precisamente, por la pluralidad de tiempos y de lenguas que incorpora. Tiempos y lenguas de la descolonización, de la comunidad,  de la metrópoli compleja, con sus periferias y las diversas capas de migración, etc. Esta comprensión de los ritmos y lenguas está en la base de cualquier tentativa de creación de nuevas hipótesis emancipatorias.

La secuencia de la que hablamos cobra nueva importancia a la luz de la crisis.  De buena parte de América Latina puede decirse que la crisis fue empujada por los propios movimientos, que obligan a tratar con ella y aceleran el proceso de interrogación sobre el momento post-neoliberal.

Hipótesis I: Lo que ofrece América Latina como anomalía es un hábito de la crisis, capaz de anticiparla  y de atravesarla desplegando en ella recursos subjetivos para una problematización  más democrática de su desarrollo.

Las prácticas de Investigación Militante (1), en el contexto de la emergencia de un nuevo protagonismo social, tuvieron que hacerse un espacio propio por fuera de la academia y de la militancia política tradicional, para encontrarse cara a cara con las luchas y desarrollar co-investigaciones capaces de crear conceptos.     

La investigación militante funciona –cuando lo hace- como una experiencia de transversalidad, y prioriza la creación de un lenguaje desarrollado en situación. Como tal, no separa sujeto de saber y objeto de conocimiento, ni aspira a un lenguaje prescriptivo o normativo. Se echa a perder de inmediato cuando se la intenta convertir en método o modelo.

De nuestra parte, los años que van desde la incubación de la crisis hasta el 2004 fueron años febriles. No sólo desarrollando talleres con diversas experiencias, sino también intentando escribir de conjunto lo que ocurría en aquella investigación política. 

 

La Argentina de las crisis

Intentaremos referirnos brevemente a la particularidad del proceso argentino. La crisis del 2001 implicó el fin de la legitimidad de las instituciones del modelo neoliberal a secas tal como había sido anticipado por la última dictadura militar, y desarrollado por largas décadas de una democracia castrada. A partir de mediados de la década del 90 convergen diversas luchas de tipo asamblearias y dadas a la acción directa tales como la de los desocupados (piqueteros), de derechos humanos (Madres de Plaza de Mayo, Hijos de desaparecidos), de trabajadores ( de Fábricas recuperadas), de movimientos de lucha por la tierra, asambleas barriales y de sectores medios perjudicados con la expropiación de sus ahorros, en una compleja coyuntura política que acabó con la caída de al menos tres gobiernos en unos pocos días. El rasgo determinante de este movimiento heterogéneo fue su dinámica “destituyente”

A partir del 2003 un nuevo gobierno crea expectativas sobre el proceso político al tejer al mismo tiempo, los deseos de trasladar el lenguaje y las demandas de los movimientos al nivel del estado, junto al anhelo igualmente extendido de normalización de la vida social, económica y política.

Seis años después, encontramos en las perseverantes marcas que los movimientos dejaron impresas en las instituciones políticas las claves para comprender la ambigüedad del proceso actual: junto a rasgos muy fuertes de normalización y debilitamiento de los movimientos, permanece vivo el juego de los reconocimientos parciales, complejos y ambivalentes. Tal juego de reconocimientos ha permitido recomponer fuerzas para enfrentar a algunos actores poderosos de las élites neoliberales, y, al mismo tiempo, ha excluido o debilitado la perspectiva más radical de reapropiación autónoma de lo común.

Sobre este campo de complejidades actuales se juega la reinterpretación constante de los  enunciados democráticos que surgieron de la crisis. Podemos considerar, al respecto, dos momentos o axiomas fundamentales: la recusación del lenguaje neoliberal (fundado en la idea de ajuste de la economía, y la subordinación a la hegemonía de las finanzas globales y las privatizaciones), y de la represión al conflicto social, apoyado en una recuperación de la narración de las luchas de la década del 70, y la de los derechos humanos.

La tendencia más fuerte, en este sentido, es la que se constituye desde un paradigma neodesarrollista, capaz de reinterpretar la genealogía del cuestionamiento a las relaciones salariales y a la forma-estado-neoliberal por parte del nuevo protagonismo social, concibiéndolas como demandas de reproletarización. De este modo, una problematización central de nuestra época pasó de ser pensada como necesidad de un “trabajo digno” (consigna creada por los movimientos piqueteros) a ser re-inscripta dentro de la mitología fordista del pleno empleo (bajo el slogan de “empleo decente”). La valiosa información producida por los movimientos sociales (es decir: las formas colectivas de organización del trabajo que tendía a independizar producción de valor de empleo) fue utilizada por el estado para reorganizar su política social y para gestionar la crisis del trabajo.

Hipótesis II: El dilema hoy es cómo crear dinámicas de problematización desde abajo, en un contexto anómalo, de fuerte polarización política que atraviesa la región, partiendo de un impasse de las prácticas y de las hipótesis emancipatorias luego de un ciclo intenso de experimentación.

La investigación militante (2) consistió a partir del 2004 en abrir un espacio para pensar, desde las prácticas, la sensación de repliegue. En aquel momento con un grupo de compañeros nos propusimos “politizar la tristeza”. ¿Qué tristeza? La de la idealización y la nostalgia de un contrapoder disminuido, y la de la captura o instrumentalización de lo creado, con un sentido inverso. Un modo de hacerlo fue, sobre todo, ampliar nuestra interlocución con las experiencias de autonomía más allá de la Argentina. Particularmente las Juntas del Bueno Gobierno del zapatismo en Chiapas, y el complejo movimiento social boliviano.

En esos años dimos forma a una editorial militante, Tinta Limón Ediciones, que trabaja como un colectivo que difunde y propone continuar e intercambiar nuevas producciones en torno a la investigación política y teórica autónoma.

 

Impasse

Decimos impasse, porque no cabe hablar aquí de victorias plenas, ni de derrotas irreversibles, sino de una convivencia compleja de algunos elementos surgidos de la rebelión, junto a otros tantos que operan como reconducción conservadora del proceso.

Si toda rebelión puede ser comprendida como la elaboración de preguntas, con la expectativa de que la época sepa decodificarlas, su traducción a la lengua de las demandas y de la “reparación”, en un contexto de fuerte polarización política, y sobre un suelo ultramediático, devalúa y desestima su potencial creativo.

La estabilización de las lenguas críticas coloca en suspenso el potencial democrático de los movimientos, arrojándolos a los cánones del economicismo y/o del institucionalismo.

Proponemos asumir el impasse como un espacio de consistencia fangosa, barrosa, pleno en reversibilidades, idas y vueltas, desplazamientos inconclusos y tramado por un tiempo en suspenso, que no podemos pensar meramente como “tránsito a”, sino como transcurso mismo de lo paradojal.

En el impasse, los hechos y las narraciones se sitúan a medio camino entre la innovación y el dejá vù, entre el presente abierto al acto, y una sensación claustrofóbica de lo presente como ya-vivido.

En el impasse, pasamos de la im-potencia (ausencia de todo posible concreto) a la in-quietud (ausencia de todo conformismo).

Hipótesis III: el impasse no es victoria ni derrota de las luchas anteriores. Suspende las dinámicas de cuestionamiento social, al tiempo que se aceleran las de los binarismos mediáticos. Sin embargo, la problematización autónoma sería un voluntarismo si no surgiese junto a un balance profundo y realista de las aporías del ciclo de luchas previo.

La militancia de investigación (3) en la medida que implica una instancia colectiva precisa de una reflexión continua sobre el modo en que compartimos los lenguajes, en que elaboramos las sensaciones, en que valoramos los efectos y los afectos en lo que hacemos.

El conformismo y la auto-complacencia constituyen un límite fundamental para cualquier práctica.

El atascamiento de las dinámicas colectivas puso en crisis al propio colectivo, obligándonos a una puesta en común más exigente y menos benévola para con nosotros mismos. Lo común no preexiste ni resulta de automatismos: exige cada vez una práctica que lo vaya creando.

 

Promiscuidad/estereotipo/profanación 

Partimos de una coexistencia, de una mezcla e interpenetración (promiscua) de elementos de hegemonía capitalista y de contrapoder. La lengua que hablamos no queda indemne en esta hibridación.

Constatamos una crisis de la palabra política. La fábrica del sentido es expropiada por la esfera mediático-gestionaria en detrimento del pensar colectivo.

No se trata de una mera despolitización sino de algo más complejo. De una proliferación de discursos sobre la política que no alcanza a politizar lo social.

La mediatización produce estereotipos continuos, en tiempo real, aptos para organizar simplificando la complejidad, pero expropiando la capacidad misma de problematización.

A su vez, el pensar crítico se torna encapsulado, hermético, un nuevo estereotipo.

La inquietud en el impasse es acto profano (lúdico, humorístico, antangonista): desacraliza todo aquello que la lógica productora de estereotipos consagra como jerarquía.

Hipótesis IV: Tal profanación resulta inseparable de un materialismo perceptivo capaz de leer los signos mínimos, es decir, de valorar las asimetrías que recorren las situaciones, de  retomar los usos comunes de todo aquello que el estigma y la cultura mediático-mercantil separan y segmentan como recursos  para la acumulación.

La investigación militante se plantea entonces (4) bajo qué modos se actualiza lo colectivo cuando las formas experimentadas durante el auge de los movimientos sociales ya no opera como orientación concreta para la acción. La necesidad es la de un pasaje: de la perplejidad por la disminución de una potencia pública a la exigencia de una nueva proximidad con la potencia que permanece aun encapsulada. Se trata, sin embargo, de un doble movimiento: del reconocimiento de la propia posibilidad codificada, y de los modos o puentes que se tienden entre cápsulas sin lengua común.

Para esto es preciso, creemos, una nueva capacidad de fabular: ya no sustentada en la subjetividad heroica, sino apegada a valorar las asimetrías que resultan invisibles desde la percepción mediatizada o nostálgica.

Es un problema de perspectivas: ¿cómo transversalizar nuevas experiencias que parecen estar fuera de todo código, incluso los que provienen de luchas anteriores?

 

La investigación militante como arbitrariedad

La arbitrariedad forma parte de la inquietud de la que hablamos. Partimos, en cierto modo, de un malestar. El malestar se torna motor de la inquietud, es decir, movimiento, por mínimo que sea. Este movimiento abre el estereotipo y nos deja ante aquello que no tiene imagen aún. Lo que no tiene imagen porque no es un “posible prefigurado”,  ni una utopía, sino una chance, una fuerza del aquí y el ahora, la posibilidad como tal.

 

Pero la arbitrariedad no es capricho. El valor de la potencia que viabiliza el mundo  se valora en prácticas.

 

Nos llega el mensaje de un desconocido que dice: “si quieren conocer un agujero negro, vean lo que es un call center”. Un grupo de maestros desafiados, nos invita a trabajar con ellos diciéndonos que “cuesta atravesar la distancia con los chicos”. Una trabajadora boliviana que nos habla de “Ayllus” -quechuas y aymaras- en el centro mismo de la ciudad de Buenos Aires o un grupo de jóvenes dispuestos a cuestionar la guetificación urbana y laboral en la que viven.

 

“Creación”, “experimentación”: no son palabras que podamos usar con ingenuidad. Entre sus usos mas deplorables están las jergas, y los esteticismos que entregan todo potencial problematizante a las fuerzas conformistas de la pura apariencia.

 

La inquietud precisa también de colectivos, pero ¿qué cosa son hoy los colectivos? Seguro que no se confunden con los grupos. Lo colectivo es una instancia de individuación, un ir más allá de cada quien. Es una instancia de las prácticas. Lo colectivo, más que nunca, siente el horror a los guetos y a las microempresas del sí mismo.

Según nuestra experiencia no siempre el grupo es espacio para lo colectivo, especialmente cuando sedimenta como una coordinación de personas ya hechas, con opiniones y sentimientos definidos, con identidades estables.

Pero lo colectivo que aquí estamos nombrando, consiste en tres operaciones: temporalización, testimonio y registro. En este sentido, es fundamento trans-individual que sostiene las voces y los cuerpos, en su esfuerzo por agrupar fuerzas, para ir más allá de lo que somos o fuimos. Lo colectivo existe en la capacidad de inventarse funciones que se despliegan de manera autodeterminada. ¿Qué es esta autodeterminación que siendo libre no es caprichosa, porque supone una convergencia de deseos, una puesta en movimiento de lo social? ¿Qué es lo colectivo cuando no se conforma con la unidad y el consenso, porque prefiere seguir de cerca el intuir laborioso de una energía social que siempre está desplazándose? ¿Cómo obviar hoy esta dimensión de lo colectivo, cuando los relatos vuelven a entrar en disputa y nuevamente se entreabre la necesidad de inventar formas expresivas, ahora abrumados por la complejidad y la caotización semiótica?

 

Hipótesis V: El impasse debe ser también suspensión de todo atajo retórico. La investigación militante se ve inmersa en la artesanalidad, pero no porque abandone su impulso, sino porque, al contrario, insiste en buscar transversalidades: universalidades, pero concretas.  

 

En la investigación militante (5) entonces partimos de la inquietud. Si ya no contamos con referencias claras, señales orientativas, apelamos a otro desarrollo sensible, capaz de reconocer procesos en la discontinuidad. Una investigación sobre las formas de explotación del alma en las luchas desarrolladas en los Call center de Buenos Aires, una pesquisa sobre las formas de crear espacios de imaginación en las experiencias educativas de la periferia de la ciudad,  o el grito contenido de los jóvenes trabajadores ilegales, sometidos al más duro de los racismos. Una nueva transversalidad surge, creemos, de una disponibilidad en la desorientación, es decir, de una inclinación hacia los otros sin contar con un código previo compartido (que el capital nos ofrece cada vez). Este es el desafío capaz de reabrir una y otra vez la investigación. 

 

CS, Londres 2009-10-12

 

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 II. Taller: “Desafíos de la investigación militante en el impasse”

           

  1. El impasse latinoamericano

           

  • Apertura de una mayor autonomía a partir de gobiernos del Conosur, y deshilache por debajo: consolidación del racismo y la guetificación como jerarquías étnico-laborales.
  • La crisis de imaginación para superar el neodesarrollismo: trabajo, salario, estado.
  • Nueva configuración de los miedos: de la calle como espacio de movimientos, a la calle como espacio bajo amenaza.
  • Reposición de imaginarios tradicionales, en detrimento de la innovación.

 

b. El problemas de lo colectivo/expresión

 

  • Crisis de discursos y prácticas del último ciclo de luchas.
  • Estabilización y recuperación de estos discursos y procedimientos (del guetho a la microempresa, pasando por los matices del encapsulamiento).
  • Los usos políticos del tiempo.
  • Arbitrariedad como “gesto que insiste” en el impasse.
  • Política de expresión para una “potencia sin imagen” (contra el esteticismo).

 

 

Horacio González analiza el discurso de Lula y César González el fascismo ambidiestro // Clinämen

CLINAMEN – HORACIO GONZÁLEZ ANALIZA EL DISCURSO DE LULA

“Era un tipo de discurso rememorativo, apelaba a un cierto tiempo circular”, dice el docente, ensayista y ex director de la Biblioteca Nacional. Las alianzas con los artistas, la academia y los sectores religiosos.

 

CLINAMEN – EL FASCISMO AMBIDIESTRO, POR CÉSAR GONZÁLEZ

El escritor y cineasta analiza cómo crece una vez más el ataque contra los villeros, identificados como enemigos internos de la sociedad.

 

Lula, us, and the problem of corruption // Diego Sztulwark

I wish we were in conditions to create alternative media! We’ll get there eventually, I believe. But you have to understand that we are in Brazil and not in Europe. It’s another universe, another political education, another experience of struggle! But I think that we will get to that situation, because it is the only way to free ourselves from dependence on the official media.

Ignacio Lula da Silva, 1982

The Perestroika of Capital

Corruption is a phenomenon of perversion or devaluation that, in reference to public life, becomes an ethical or political problem of the first order. To look at the recent history of the use of anti-corruption discourse by those who regulate the mechanisms of social control and accumulation we need to go back to the Menemism of the 1990s. At the end of the Cold War, the business, political, and religious elite, along with the communications apparatus, understood the convenience of resolving their internal disputes within a discursive space that did not question the fundamental lines of the triumphant socioeconomic system. Anti-corruption discourse acted to protect the system and replace class struggle in a context in which the threat of coup by the old military party started to lose force. Moral values and the legal code became the ultimate foundation of the political, annihilating the real substance of democratic practice. As if Machiavelli had not taught us anything about the extra-moral reality of politics. Since then, the rotation of political personnel has been settled by means of accusations, with or without proof, of crimes and embezzlement. We see it today in Brazil, in Ecuador, Peru, and in Argentina. It is that simple. The so-called progressive governments, almost all of whom emerged as the effects of the cycle of social struggles between 1996 and 2003, are being wiped off the map by this procedure, which was initially designed to resolve the internal troubles of those who rule.

Robbing for the Crown

Thus there is a clear need for a political thought that is critical of that discourse focused on denouncing corruption. In an initial and aerial review of some things that have already been stated and written about the issue, the following points of departure could be considered:

  1. Corruption of democracy. After the crisis caused by debt in the 1980s, and lasting until the crisis of the end of the 1990s, local elites reached an agreement with the global creditors on a mode of capturing collective surplus value through the state: privatizations, bonus festivals, etc. These function as mechanisms for transferring public resources to the large economic groups and international credit agencies. During that time, corruption was a class resource oriented toward situating the state as an instrument of social exploitation and as internal compensation between factions of the ruling class block. This process of dispossession was carried out in full democracy, by hijacking popular representation. Corruption thus became an indispensable mechanism for the misappropriation of the decision-making process to the benefit of large capital and caused the sterilization of the democratic potential of the rule of law and the parliamentary system.
  2. Corruption of communitarian forms. If we go beyond a focus on political modes, neoliberalism is a way of corrupting communal forms of life. Enzo Traverso refers to neoliberalism directly as an “anthropology.” It is a regime for managing the processes of individuation that blocks and assaults all figures of collective power that are not functional to the entrepreneurial hero. As anthropologist Rita Segato explains (and as the March 8 Women’s Strike movement foregrounds), the violent penetration of this neoliberal subjectification can only be reversed if political bodies – institutions, governments, states – were returned to a popular communitarian jurisdiction.

War against Democracy

The discourse against corruption and in favor of a republic of capital is posed as a war against democracy (even against the republic that, in a classic sense, is an indissoluble effort to liquidate the power of the party of the rich over the public). Its principle apparatuses are, according to a brief text by Hardt and Negri – Declaration –, processes of the mediatization of perception, representation of the political, securitization of life, and indebtedness or the subordination of social cooperation through finance. Private property is the foundation coordinating these four apparatuses that produce individuals devoid of social bonds. Without a critique that goes to the root of this complex machinery, it is impossible to understand how the phenomena of cruelty in neoliberal society are constituted, nor the strategic importance that anti-corruption discourse takes on as a way of delegitimizing any figure of the collective that is formed based on principles that are different from and in opposition to those of neoliberalism.

Destroy Lula!

To destroy Lula is to destroy the pioneering and systematic effort to create a new left based on social movements (https://lobosuelto.com/?p=19295) following the fall of the Soviet Union. Grassroots ecclesial communities, movements of landless campesinos, the powerful metalworkers’ unionism, the intellectuals who had resisted the dictatorship: the PT was formed as a non-Stalinist, mass-based political expression capable of convoking and inspiring social struggles across the continent. And it did so under the powerful leadership of a man born into the poverty of Northeast Brazil, himself a metalworker and union leader. It is true that Lula and the PT distanced themselves greatly from that effort when, once in government, they took pains to transform the novelty of this left into a friendly (and very celebrated) attitude in forums such as that of Davos. On the other hand, during those years the left made numerous criticisms of the PT and much of the left distanced itself from the party. In fact, the PT governments implemented neoliberal policies and repressed, in an absolutely unforgivable way, the movements that came out for free transportation and other demands in 2013. It is essential to fully understand the PT’s limits on these fundamental issues, for which we can turn to Toni Negri’s recent dialogue with important party cadres (https://lobosuelto.com/?p=19305) Despite all of this and due to the historical role that they played both at the national level and the continental level, Lula and the PT continue being an obstacle for the most powerful bourgeoisie on the continent. Destroying Lula, in this precise historical moment, is to liquidate any possible democratic articulation between institutions and popular movements.

The Perfect Crime

The neoliberal regime – that of unbridled capital and its operators – feels capable of carrying out an improbable perfect crime; it has too much confidence in the inactivity of the plebeian floor that acts from below and beyond parties and governments. But perhaps everything could be seen in the opposite way if we start from the movements of the landless, the homeless, the inhabitants of the peripheries, and the women’s movement, that ongoing molecular movement that liberals and conservatives are allied in opposition to, which have created a crisis in the democratic political space in which conflicts have been resolved up to now.  As the psychoanalyst Suely Rolnik wrote recently, it is out of these explosive components that new strategies of resistance will emerge (https://outraspalavras.net/brasil/666381/ ).

#FreeLula

Lula, nosotros y el problema de la corrupción // Diego Sztulwark

¡Ojalá estuviéramos en condiciones de crear medios alternativos! Ya llegaremos, creo. Pero hay que entender que estamos en Brasil y no en Europa. ¡Es otro universo, otra formación política, otra experiencia de lucha! Pero creo que llegaremos a esa situación, porque es la única manera de liberarnos de la dependencia de los medios oficiales.

Ignacio Lula da Silva, 1982

La Perestroika del capital

La corrupción es un fenómeno de perversión o devaluación que, referido a la vida pública, se convierte en un problema ético y político de primer orden. La historia reciente de utilización del discurso anticorrupción, por parte de quienes regulan los mecanismos de acumulación y control social, remite al menemismo. A la salida de la guerra fría, las elites empresariales, políticas y religiosas definieron, junto con el aparato de comunicación, la conveniencia de dirimir sus disputas intestinas al interior de un espacio discursivo que no cuestionase las líneas fundamentales del sistema socioeconómico triunfante. El discurso anticorrupción obró como un blindaje y sustituyó al de la lucha de clases, dentro de un contexto en el que la amenaza golpista por parte del viejo partido militar comenzaba a agotarse. El código penal y los valores morales se convirtieron en el fundamento último de lo político, aniquilando toda realidad sustancial para la práctica democrática. Como si Maquiavelo no hubiera enseñado nada sobre la realidad extra-moral de la política. Desde entonces, la rotación del personal político se zanja por medio de acusaciones con o sin pruebas de delitos y desfalcos. Lo vemos hoy en Brasil, Ecuador, en Perú y en Argentina. Así de sencillo. Los gobiernos llamados progresistas, casi todos ellos surgidos como efectos del ciclo de las luchas sociales dadas entre 1996 y 2003, están siendo barridos del mapa por medio de este procedimiento, inicialmente diseñado para resolver las cuitas internas de los que mandan.

Robo para la corona

Se hace evidente, por lo tanto, la necesidad de contar con un pensamiento político crítico de aquel centrado en la denuncia de la corrupción. En un primer repaso mínimo y aéreo de algunas cosas que ya se han dicho y escrito sobre el tema se podrían considerar los siguientes puntos de partida:

1. Corrupción de la democracia: luego de la crisis provocada por la deuda en la década de 1980 y hasta la crisis de fines de la de 1990, las elites locales pactan con los acreedores globales un modo de captación de plusvalía colectiva a través del Estado: privatizaciones, festival de bonos, etc. Estos son mecanismos de transferencia de recursos públicos hacia los grandes grupos económicos y los organismos de crédito internacionales. Durante esos años, la corrupción es un recurso de clase destinado a situar al Estado como un instrumento de explotación social y de compensación interna entre fracciones del propio bloque de las clases dominantes. Este proceso de despojo es realizado en plena democracia, mediante el secuestro de la representación popular. La corrupción se convierte así en un engranaje imprescindible de la malversación del proceso de la toma de decisiones en beneficio de los grandes capitales, y provoca la esterilización del potencial democrático del estado de derecho y del régimen parlamentario.

2. Corrupción de las formas comunitarias. Más allá de un enfoque puesto en los modos políticos, el neoliberalismo es una manera de corromper a las formas de vida comunitarias. El investigador Enzo Traverso se refiere de modo directo al neoliberalismo como una “antropología”. Se trata de un régimen de gestión de los procesos de individuación que bloquea y agrede a toda figura de potencia colectiva que no sea funcional al héroe empresarial. Como lo explica la antropóloga Rita Segato (y la cuestión que no cesa de plantearse en el movimiento del 8M), la violenta penetración de esta subjetivación neoliberal sólo se podrá revertir a condición de que los cuerpos políticos –instituciones, gobiernos, Estados– devuelvan fueros comunitarios a las poblaciones.

Guerra contra la democracia

El discurso contra la corrupción y a favor de una república del capital se plantea como una guerra contra la democracia (incluso contra la república que, en un sentido clásico, es un esfuerzo indisoluble por liquidar el poder del partido de los ricos por sobre la cosa pública), y sus principales dispositivos son, según un breve texto de Hardt y Negri – Declaración–, los procesos de mediatización de la percepción, de representación de lo político, de securitización de la vida, y de endeudamiento o de subordinación de la cooperación social por la vía de las finanzas. El fundamento que coordina estos cuatro dispositivos de producción de un individuo desprovisto de lazos sociales es la propiedad privada. Sin la crítica a fondo de esta compleja maquinaria es imposible comprender cómo se constituyen los fenómenos de crueldad propios de la sociedad neoliberal, ni la importancia estratégica que adopta el discurso anticorrupción como modo de deslegitimar toda figura de lo colectivo que se constituya a partir de principios diferentes y contrarios a los del neoliberalismo.

¡Destruir a Lula!

Destruir a Lula es destruir el esfuerzo pionero y sistemático de crear una nueva izquierda fundada en los movimientos sociales (https://lobosuelto.com/?p=19295), a partir de la caída del socialismo soviético. Comunidades eclesiales de base, movimientos de campesinos sin tierra, el poderoso sindicalismo de los metalúrgicos, los intelectuales que habían resistido a la dictadura: el PT se conforma como expresión política no stalinista y de masas, capaz de convocar e inspirar a las luchas sociales del continente, y lo hace bajo el poderoso liderazgo de un hombre nacido en la pobreza del Nordeste, él mismo obrero metalúrgico y dirigente sindical. Es cierto que Lula y el PT se alejaron bastante de este esfuerzo cuando, una vez en el gobierno, se esmeraron en transformar la novedad de esta izquierda en una actitud amistosa (muy celebrada) en los foros tipo Davos. Por otro lado, el PT sufrió durante estos largos años numerosas críticas y desprendimientos por izquierda. De hecho, los gobiernos del PT implementaron políticas neoliberales y reprimieron, de modo absolutamente imperdonable, los movimientos que se pronunciaron, en 2013, por la gratuidad del transporte y otras demandas. Es imprescindible conocer a fondo los límites del PT sobre estas cuestiones esenciales, para lo cual puede consultarse el diálogo reciente de Toni Negri con cuadros importantes del partido (https://lobosuelto.com/?p=19305). A pesar de todo esto y debido al papel histórico que cumplieron tanto a nivel nacional como continental, Lula y el PT siguieron siendo un obstáculo para la burguesía más potente del continente. Destruir a Lula, en este momento histórico preciso, es liquidar toda articulación democrática posible entre instituciones y movimientos populares.

El crimen perfecto

El régimen neoliberal –el del capital desbocado y el de sus operadores– se siente capaz de un improbable crimen perfecto; está demasiado confiado en la inactividad de un suelo plebeyo que actúa por debajo y más allá de los partidos y gobiernos. Pero quizás todo pueda verse de modo invertido si se parte del movimiento de los sin tierra, los sin techo, los habitantes de las periferias, los movimientos de mujeres, esa revolución molecular en marcha contra la que se alían liberales y conservadores, poniendo en crisis el espacio político democrático en el que hasta aquí se dirimían los conflictos. Como acaba de escribr la psicoanalista Suely Rolnik, nuevas estrategias de resistencias surgirán de la mezcla de estos componentes explosivos (https://outraspalavras.net/brasil/666381/ ).

#LulaLivre

Preso con Lula // Diego Valeriano

Hay que ir preso con Lula. Hay que aguantarla de verdad aunque sea una sola vez, la última. Hay que llamar a las amigas en Brasil, dejar de postaer, tomarse un bondi o un avión, juntarse entre varios y salir en auto. Hay que saquear el Coto, cagar a piedrazos los tribunales de Morón, saber que la alegría no sirve para nada.

Hay que armar ranchada, quemar colchones, pasar pastillas, dejar los taper sucios, amotinarse, saber que toda presa es política, en especial las pibas.

Hay que enfrentarse con el ejército, perderse en los pasillos del bajo, romper la noche, llorar como maricas, abrazar a las putas viejas de la colectora como solo las abrazaría Lula. Salir a cortar calles, quemar un patrullero en la madrugada de Ramos, putear en portuñol, romperle la boca de una trompada al que se atreva a decir algo malo de él.

Hay que llorar por que estamos perdiendo feo, saber que tal vez sea nuestra última oportunidad, la única, la que nos queda, la que ya  no podemos evitar.

Entrevista a Joao Pedro Stedil // MST (Movimiento Sin Tierras) – Brasil

ENTREVISTA A JOÃO PEDRO STEDILE

ECONOMISTA, MIEMBRO de la COORDINACION NACIONAL

DEL MOVIMIENTO DE LOS TRABAJADORES RURALES SIN TIERRA (MST), de la via campesina Brasil  y de la articulación de movimientos populares hacia una asamblea internacional de fuerzas populares

 

29 SEPTIEMBRE DE 2017-

 

 

 

1.- El MST, desde sus inicios trazó políticas reivindicativas de altísimo contenido agrario y, en la actualidad, continúa reclamando una nueva y profunda política redistributiva de tierras. ¿Cuál es la real dimensión de la concentración de tierras y/o el problema agrario en Brasil? ¿Qué elementos debe tener cualquier reforma agraria inclusiva y justa, que favorezca a las mayorías? ¿Cómo califican, en términos políticos, económicos, sociales y ambientales, los efectos del agro-negocio local?

 

Bueno, Brasil es el país del mundo de mayor desigualdad social.  De mayor diferencia entre el uno por ciento más rico  y los 80% más pobres.  Y eso se refleja en la propiedad de la tierra.  Somos el país más latifundista del mundo.  Menos de uno por ciento de propietarios, que son unos 36 mil familias retienen el 52% de todas las tierras del país, alrededor de 300 millones de hectáreas.  Por acá tenemos empresas con un millón de hectáreas.  Del otro lado de la moneda, 4 millones de familias de campesinos sin tierra, 5 millones de obreros agrícolas y unos 4 millones de campesinos con poca tierra.

Además, en las últimas dos décadas el campo brasileño fue apoderado por el capital financiero y las empresas transnacionales que impusieran su modelo de producción agrícola que es el agro-negocio.    El agro-negocio significa la imposición del monocultivo en escala elevada, mecanización intensiva, uso de semillas transgénicas, como forma de control de la producción y elevado grado de utilización de agro-toxicos como forma de librarse de la mano-de-obra.   Y la mayor parte de la producción son solo commodities agrícolas para exportación.

 

Frente a esa realidad surgió en la década del 80 nuestro movimiento, como un movimiento campesino, que luchaba por la distribución de la tierra.  Así, la reforma agraria era sinónimo de la consigna zapatista: “tierra para quien la trabaja!”.   Y para esa lucha anti-latifundista adoptamos la forma de tomas de tierras. Hemos hecho más de 5 mil tomas de tierras en esas tres décadas de existencia.  Hemos conquistado asentamiento para más de 300 mil familias de sin tierras.    Pero, eso es insuficiente.   Frente a la metamorfosis del capital en el agro y frente a las demandas de una vida digna en el campo.

Así, hemos ajustado nuestro programa agrario, y ahora resumimos en la idea de una REFORMA AGRARIA POPULAR, o sea, que los cambios estructurales en el campo deben atender a toda población, de ahí el popular y no más solo campesina.

Un programa así, quiere decir que cambiaron los paradigmas, y ahora no es solo apenas tierra para trabajo, para el campesino.  Eso sigue.   Pero incluimos la idea de que nuestro objetivo mayor debe ser tierra para producir alimentos sanos para todo el pueblo.   Para eso debemos abandonar los agro-tóxicos, los transgénicos y adoptar la matriz de producción agroecológica.  Que es también un nuevo paradigma para el campo.

Debemos producir en equilibrio con todos los seres vivos que hay en la naturaleza.

Debemos desarrollar las fuerzas productivas con organización de la agroindustria en forma cooperativa.  Porque sin agroindustria no habrá aumento de renta. No es posible transportar los alimentos y conservarlos.  No habrá empleo para la juventud, que no quiere ser solo campesina, trabajar la vida entera con azada, pero quiere vivir en el campo, estudiar, tener renta.

Incluimos el paradigma de la universalización de la educación, luchando por escuelas en todos los niveles, desde la infancia hasta la universidad para todos los hijos de campesinos.  Y en esos años hemos logrado formar más de 5 mil egresos de universidades sin salir de campo, utilizando el método de cursos con enseñanza alternativa.  Dos meses intensivos en la universidad, dos meses en su comunidad.   Así no pierde las raíces, los vínculos sociales y se mantienen en el campo después de formados.

Incluimos el tema de la valoración de la cultura del campo, desde la culinaria, la música, el respecto a las creencias, etc.

Y con ese nuevo programa agrario, logramos ahora enfrentar al proyecto del capital que es el agro-negocio.   Solo con tomas de tierras no es suficiente para derrotarlos.

 

 

2.-A fines del pasado mes de julio unos 15 mil miembros del MST tomaron fincas y haciendas de altos personeros de Gobierno, de hecho, ocuparon tierras del ministro de Agricultura, Blairo Maggi, en el estado de Mato Grosso, y del propio Michel Temer, en São Paulo. ¿Qué otras formas de lucha, legales e ilegales, emplea el MST? ¿Cuál es su base de apoyo?

 

Brasil vive tiempos difíciles porque la burguesía tomo de asalto al gobierno federal con un golpe.   El golpe fue para que la burguesía, vinculada a las transnacionales se logre salvar sola, frente a la grave crisis económica, social, ambiental y política que vivimos. Y para que ellos puedan salir de la crisis, necesitan poner todo el costo social a las espaldas del pueblo, de los trabajadores.

Ante eso, la táctica principal de todos los movimientos populares que nos aglutinamos en la FRENTE BRASIL POPULAR, es derrocar el gobierno y recuperar el derecho de elegir nuevos mandantes, democráticamente.

Nuestra jornada de tomas de tierras de políticos corruptos, que están en el gobierno fue para denunciar al pueblo, el grado de degeneración, de corrupción que envuelve los actuales mandatarios.   Todos, todos ellos corruptos, y muchos de ellos, incluso el señor Michel Temer, ponen parte de sus corrupciones comprando haciendas, para disfrazar a la población.  Por eso ya hemos tomado tres veces la hacienda de Temer, y la seguiremos tomando, hasta que se vaya.

 

Nuestras formas de lucha, a lo largo de las tres décadas han sido muy amplias, hacemos desde las tomas de tierras de forma masiva, con toda la familia campesina, desde niños a ancianos, para aumenta la fuerza social y poder desarrollar conciencia social de los que participan en la lucha concreta.  Hacemos marchas masivas y de larga distancia, que aprendimos con los pueblos andinos.   Ya hicimos en 1997 una marcha con 2 mil kilómetros, con más de 5 mil militantes.

Hacemos tomas de escuelas, de organismos públicos, destruimos campos de reproducción de semillas transgénicas, etc.

Pero hacemos luchas también propositivas, como son las luchas por conquistar clases campesinas en la universidad, construcción de viviendas en el campo, etc.

Y desarrollamos en todo el país, escuelas de Agroecología  y ferias de productos agroecológicos en las grandes ciudades para concientizar la gente que es posible producir alimentos sanos y a precios accesibles.

Todas las formas de lucha son necesarias y buenas, desde que las hacemos de forma masiva, con amplia participación de la gente.  ¡Y como dice el dictado popular, “solo pierde quien no lucha!”

 

3.-Además, si pudiera referirse sintéticamente al proyecto político del MST, la presencia territorial a nivel nacional, así como a alguna experiencia concreta de empresas socializadas o cooperativas que administren como movimiento.

 

Bueno, el movimiento tiene presencia en casi todo el territorio nacional, pero más en la región noreste y sur del país, donde predominan los campesinos sin tierra.  En la amazonia despoblada y centro oeste, que hace frontera con Bolivia, casi no tenemos gente, ni lucha.  Aunque predomine el latifundio.  Pero sin mucha gente no logramos avanzar.    Así, en la amazonia, apoyamos la causa indígena, y defendimos que se desarrollen proyectos de preservación del medio ambiente  y de respecto a nuestras reservas mundiales de agua  dulce, de biodiversidad  y de oxígeno.    La amazonia representa el 60% del territorio nacional.

 

En cuanto a avances que tenemos en otras formas organizativas productivas, hemos desarrollado, a lo largo de esos años, muchas formas de cooperación agrícola.   Que estimulan la división del trabajo, la agroindustria y el desarrollo de las fuerzas productivas en el campo, pero bajo el control de los campesinos.    Todas las formas de cooperación agrícola son necesarias y diversas.  Porque dependen de distintos niveles de acumulación de capital y trabajo y de niveles de consciencia organizativa distinta.  Y esas dos condiciones objetivas y subjetivas son las que, en efecto, determinan la forma que cada comunidad /asentamiento va adoptar.

Hoy tenemos desde grupos comunitarios informales, para organizar una feria agroecológica, utilizar un tractor de forma colectiva, hasta cooperativas de alto nivel organizativo, que industrializan más de tres millones de litros de leche por semana, con sus subproductos de leche larga vida, queso, yogures, mantequillas, bebidas lácteas, etc.

Pero, nuestro orgullo mayor, es nuestro sector de arroz orgánico.  Hoy somos el mayor productor de Latinoamérica de arroz orgánico, con la producción anual de 600 mil sacas de arroz agroecológico. Y lo industrializamos y ponemos en la merienda escolar de nuestro país y exportamos para Europa y Venezuela.

También tenemos una gran planta de jugo de uva, natural.

 

[Represión a MST]

4.-El 4 de noviembre de 2016, la policía civil  de Mogi das Cruzes, irrumpió violentamente en la Escuela Nacional Florestan Fernandes (ENFF) en Guararema, São Paulo, sin orden judicial y efectuando algunos disparos. ¿Cuál es el estado actual de los movimientos sociales en Brasil en cuanto a padecimiento de “criminalización de la protesta”, represión, etc.?

 

El episodio de invasión armada de nuestra escuela nacional de formación de cuadros fue extemporáneo, un error de la policía, que aglutino solidaridad de todo el mundo, y por eso se volvió contra la propia policía y el gobierno golpista.

Pero, más allá de eso, hay una violencia estructural en el campo que es practicada sistemáticamente por el latifundio y las fuerzas que lo defienden, sean milicias privadas sea la policía militar local, que siguen sus órdenes.

En general esa violencia es practicada de forma localizada contra los líderes   individuales que no están acostumbrados a hacer luchas de masa. Y por eso el latifundio se aprovecha.  Y por eso ocurren en las regiones más alejadas, de la amazonia.   Dos estados son los campeones nacionales de violencia contra campesinos: Para e Mato grosso.

Por lo general tenemos alrededor de 50 asesinatos por año.  En los últimos años incluso, líderes indígenas han sido las principales víctimas de ellos.  Y también afro-descendientes.  Porque esos dos grupos sociales están en la frontera agrícola, y el capital quiere avanzar sus propiedades con su modelo de agro-negocio y se encuentra con esas comunidades tradicionales, y de eso resulta el conflicto.  Que el latifundista se cree con el derecho de resolverlo de forma armada.

En el MST nos hemos protegido contra eso, con luchas de masa.  La lucha de masa altera la correlación de fuerzas en el campo y pone los latifundistas en defensa.

Por otro lado, con el golpe hay una persecución política, contra la organización de los trabajadores.  Así, los aparatos de inteligencia, de persecución judicial son los más activos contra nosotros.

Y también, la más peligrosa es la represión mediática.  Los medios televisivos de la burguesía, que mantienen el monopolio de la información en Brasil,  hacen la represión previa.  Nos acusan, mienten y con eso  intentan poner la población de la ciudad contra nosotros, y generar las condiciones propicias para los procesos represivos  de su poder judiciario, que también es un monopolio de la burguesía.

Así, ojo, la peor represión es la mediática-judicial, porque  intentan condenarnos previamente frente la opinión pública, frente al pueblo.  Para aislarnos de ese pueblo.

 

[Golpe a Dilma Rousseff]

5.-Hace trece meses el Parlamento brasilero, tras acusarla de “pedaladas fiscales, corrupción en Petrobras y crímenes de responsabilidad”, destituyó a Dilma Rousseff. ¿Qué ocurrió en el país para que la derecha materializara constitucionalmente un golpe de Estado contra una presidenta electa en las urnas? ¿Cuáles son los errores del PT, y en general de las fuerzas aliadas a los petistas, que impidieron la consolidación y defensa del Gobierno de Dilma? ¿Por qué la bonanza económica de la última década no estuvo acompañada de procesos de movilización y participación de las masas así como de un serio trabajo de concientización anticapitalista?

 

Vamos por partes.  En el periodo de 2003-2010 Brasil vivió un boom económico, la economía creció a 6, 7%.  Y eso permitió tener un excedente económico.  Con el gobierno Lula y el primer mandato de Dilma, era posible entonces aplicar una política de conciliación de clases, donde todas las clases podían ganar, aunque los banqueros ganasen más, como advertía Lula.  Y a ese programa se llamó de neo-desarrollista. Crecimiento económico con distribución de renta (no de riquezas patrimoniales) y un rol importante de las políticas públicas, del estado.

En eso periodo, el PT  y los partidos de izquierda que estaban en el gobierno, se volvieron prepotentes, se creían invencibles, abandonaron el estímulo a la organización  y concientización de las masas.  Y no quisieron enfrentar a la burguesía promoviendo reformas estructurales.  Porque la economía crecía, sin reformas y porque el gobierno era de conciliación.  La burguesía tenía fuerte presencia en el gobierno, por general controlando los ministerios de la economía y de las comunicaciones.   La izquierda se quedaba con los ministerios de área social y política externa.

Y como ese modelo lograba resultados electorales, los que estaban en el gobierno no aceptaban críticas de los movimientos populares, donde estábamos nosotros.

 

Pero, en 2008 vino la crisis, que Lula la enfrentó con políticas públicas y logro detenerla temporariamente, hasta que volvió con fuerza en 2010 a 2014.   Y entonces con la estagnación económica, de no haber excedentes para repartir, hubo el rompimiento de la conciliación de clases.   Y la burguesía abandono el gobierno.   Y Dilma no tenías el liderazgo popular de Lula, para poder aglutinar fuerzas sociales y las masas, para hacer reformas.

En las elecciones de 2014, la burguesía tomo la decisión de apoderarse de los cuatro poderes de la república, para tener la hegemonía del poder absoluto y así enfrentar la crisis, salvándose y poniendo todo el costo sobre las espaldas de la clase trabajadora.

Utilizando la metáfora del Titanic. La economía y la sociedad brasileña estaban ahogandosé, y la burguesía trató de salvarse sola, busca los botes salva-vidas para ella, y juega al mar, para ahogarse, a la “segunda clase y tercera clase”, o sea los trabajadores.

Así, financiaron a peso de oro y gastaron más de dos mil millones de dólares para elegir al nuevo congreso. No hay paralelo en el mundo de una burguesía gastar tanto dinero para elegir sus diputados.   Y lo lograron, tenemos el peor parlamento de toda historia.  ¡Un bando de conservadores, corruptos, una cuadrilla!

Pensaban derrotar también a Dilma en las urnas, pero no lograron.   Y al otro día empezaron a conspirar.

Dilma cometió un error más, asumió el gobierno, y traiciono su programa de campaña y entrego la política económica a la burguesía que puso un banquero de ministro.  La crisis económica se ha profundizado, y el resultado es que las masas que habían elegido a Dilma, ahora le dieron la espalda.

Cuando los medios se dieron cuenta de eso, fue solo cuestión de tiempo y de buscar una fórmula jurídica para tumbarla y se aglutino entonces el poder judicial, el congreso y  los medios masivos, aislaran la presidenta  y le dieron el golpe.

Nosotros de los movimientos populares salimos a la calle, pero el pueblo no salió.  Nos dejó solos.

Así, fue la novela de la lucha política que resulto en el derrumbe del gobierno Dilma. Un golpe de la burguesía, sin que el pueblo haya reaccionado.

 

 

6.-Además, ¿inscribiría el golpe patronal a Dilma en el marco de la contraofensiva restauradora neoliberal en el continente u obedece más a dinámicas históricas y políticas locales? 

 

Claro, hay una crisis económica que es del modo de producción capitalista a nivel internacional.  Brasil y Latinoamérica estamos en la periferia del sistema. Cada vez que hay una crisis en el centro, las fuerzas del capital se mueven, para venir a la periferia sacar más ganancias, para poder enviar más recursos a sus matrices, y recuperarse con más rapidez en el centro del capitalismo.

Y así fue, por acá operaron, los bancos, las agencias informativas y claro también los organismos de inteligencia de los gringos apoyando, financiando, haciendo encuestas de apoyo para la derecha.   Pero, eso es complementario, el principal fue la derrota que tuvimos en la lucha de clases, por no haber comprendido la naturaleza de esa lucha de clases sobre todo a partir del 2013 para aquí.

 

[Gobierno de Temer]

7.-Una mirada, desde el exterior, a la administración Temer, se sorprende por la vertiginosa y eficaz contraofensiva neoliberal que, en materia económica, en menos de un año, a través, por ejemplo, de la Enmienda Constitucional 95, ha resucitado el Consenso de Washington, afectando a las mayorías y, particularmente, a la clase trabajadora criolla. ¿Efectivamente asistimos a una especie de “refundación neoliberal” en Brasil? ¿Qué clases y/o grupos económicos son los que sostienen a Temer? ¿Cuáles calcula serán los efectos de esta oleada privatizadora, represiva y que violentan los derechos de las capas sociales más pobres? 

 

Primero, veamos la coyuntura continental. No creo en una nueva hegemonía neoliberal en Latinoamérica. Y tampoco en una derrota histórica, que muchos sectores de izquierda utilizan, a veces para justificar “su nada a hacer”.

Veamos.  En la década de 90, si hubo una hegemonía total del neoliberalismo o sea de la forma del capital dominar Latinoamérica.  Fruto también de la derrota socialista del 89.    Y eso resulto en gobiernos de derecha en todo continente.

Luego a partir de la victoria de Chavez, tuvimos en la década de 2000, el avance de las fuerzas progresistas.  Y el surgimiento, de dos nuevos proyectos, el neo-desarrollismo, que era una propuesta de conciliación de clases para el crecimiento económico con distribución de renta, que se aplicó en Brasil, Argentina, Uruguay y en chile de Bachelet.  Y el proyecto de ALBA, que proponía una política anti-imperialista y de integración  continental.  Que fue adoptado por Venezuela, cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador..

Durante esos 15 años, hubo una disputa permanente entre los tres proyectos: neoliberalismo, del imperio, el neo-desarrollismo y el proyecto ALBA.   En ese periodo, cada proyecto eligió diversos gobiernos, a veces perdía, a veces avanzaba.  Había una disputa y un equilibrio de las fuerzas permanente a nivel continental.

Con la crisis económica internacional, que afecto duramente a todo el continente, ¿Qué paso?   Todos los tres proyectos entraron en crisis.   Todos ellos perdieron posiciones.   Y por lo general, resulto una situación en que ninguno de los proyectos tiene esperanza y apoyo popular, masivo,  con excepciones de  Bolivia, Cuba e Venezuela.   Ninguno de los proyectos tiene hegemonía continental.   Y, por lo tanto, tenemos un equilibrio en la derrota de los tres.

Y de parte de las masas, hay todavía un escepticismo en esas vías.

Por eso, podemos decir, que tendremos un largo periodo, de recomposición de fuerzas, hasta que logremos avanzar para la retomada del re ascenso del movimiento de masas, que pueda alterar la correlación de fuerzas continental a nuestro lado.

 

Segundo, a nivel de Brasil  y de la naturaleza de las políticas económicas del capital.   No hay mucha novedad en lo que están haciendo.  Ellos necesitan salir de la crisis económica.  Para eso, necesitan salvar las grandes empresas, vinculadas también al capital extranjero.

El guion para lograr los “bote-salvavidas” en el naufragio del titanic capitalista, es claro:

  1. Recuperar la tasa de ganancia adentro de las empresas, y para eso necesitan, despedir gente, disminuir los costos de mano de obra, quitar derechos conquistados por los trabajadores. O sea hay una disputa mayor, más violenta por la plusvalía, dentro de las empresas.
  2. Apoderarse de la plusvalía social recaudada por el estado. Por eso necesitan de gobiernos serviles, bajo su control absoluto.  Con eso disminuyen programas sociales, de distribución de renta, y concentran los recursos en la recuperación de las empresas, disminución de impuestos, etc.
  3. Apoderarse de los recursos naturales, como agua, petróleo, minería, biodiversidad, florestas y hasta oxigeno por la vía de los créditos de carbono.   Los recursos naturales no tienen valor, porque no son resultado del trabajo humano, pero al volverse mercancías en el mercado adquieren precios, muy arriba de su costo, y eso genera una renta extraordinaria para su explotación.   Por eso necesitan privatizar el control de esos recursos.     Aquí se habla incluso ahora de privatizar las grandes haciendas para el capital extranjero.  O sea, la burguesía nativa está entregando todos los recursos naturales para sus socios externos.
  4. Privatizar los servicios públicos, que pueden dar buenas ganancias, como la seguridad social privada, los servicios de salud, transporte, aeropuertos, etc…   Quieren privatizar el servicio de energía eléctrica con la Eletrobras, servicios bancarios del Branco do Brasil y de la CAIXA económica, que son bancos públicos.

Por aquí se habla incluso, de privatizar el servicio de correos,  y hasta la casa que fabrica la moneda, el dinero.   Brasil es uno de los pocos países que pueden hacer papel moneda.  Y quieren entregar a los gringos, porque es un servicio de alta renda.

  1. Por último, necesitan reubicar nuestras economías en la órbita de los intereses de la economía y de las empresas gringas.

Eso es el manual del capital.    No necesariamente es una ofensiva neoliberal.  Eso lo que siempre hacen en las crisis.   Pero eso tiene contradicciones  graves,  y por eso no se transforman en hegemonía neoliberal.   Las contradicciones, son que esa política salva algunas y las principales empresas, pero no salva la economía como un todo.    La contradicción es que al afectar a todo pueblo, le quita apoyo y hegemonía.  Hoy nuestro gobierno tiene solo el 3% de apoyo popular.  O sea, ni la clase media los apoya.  Esta avergonzada porque tumbaron a Dilma y ahora tienen un gobierno peor.

En la misma orbita subordinada a la economía gringa no les dio ganancia. Porque como la crisis es mundial, los gringos sacan ganancias de Latinoamérica, y no invierten, en proyectos productivos.  Y con eso la crisis se profundiza.

Los niveles de desempleo son los más altos de la historia, en Brasil, y creo en casi toda Latinoamérica.

Concluyendo, tenemos una hegemonía política del capital, en los poderes de la república, pero no en la economía y mucho menos en la sociedad.  Y eso significa que la crisis seguirá por años, hasta que las masas se acuerden y se levante.

 

 

[Presidenciales 2018]

8.-Durante el primer semestre, la casi totalidad de las empresas encuestadoras sitúa como favorito en intención de voto a Lula para las presidenciales de octubre del próximo año. ¿Qué representa la figura del ex presidente para la población brasileña? ¿Qué proyecto político enarbola Lula? ¿Cuáles son los desafíos que debiera enfrentar en caso de resultar ganador? ¿Cómo ve el MST la eventual postulación del ex sindicalista metalúrgico?

 

Lula es símbolo, encarna la clase trabajadora, el pueblo brasileño como un todo.  Él es mayor que el PT, es mayor que una simple alternativa electoral.  Frente a la ofensiva de la burguesía, la clase trabajadora, el pueblo dice, entonces necesitamos de Lula, para derrotarlos.

Por eso, ahora la burguesía quiere, de todo modo, encarcelarlo e impedir su candidatura.

Nosotros de los movimientos populares decimos que Lula, tiene que juzgar en ese momento un rol, de agitador de las masas, para ponerlas en contra el plan golpista de la burguesía.   Y anunciar que es posible otro modelo, otra forma de enfrentar los problemas de la gente.

Defendimos que él sea candidato, aunque en la cárcel, como ocurrió con Mandela.   Y lo sacaríamos de las urnas para el Palacio del Planalto.

Pero, tenemos mucha lucha todavía.   Primero, tenemos que dar una lucha en defensa de nuestros derechos, que están quitando, en defensa de la soberanía nacional y popular, en defensa de los recursos naturales. O sea, tenemos que estimular todo tipo de luchas de masas, para mantener movilizadas las masas.    Y al mismo tiempo ir discutiendo, construyendo colectivamente un programa popular para el país.   Un programa que enfrente la crisis económica, salvando la clase trabajadora y quitando los barcos a la burguesía.   En eso estamos.

Lula ahora, será portavoz de la clase trabajadora, ya no puede y no tiene espacio para ser el conciliador de las clases como fue de 2003-2010.   El modelo del neo-desarrollismo ya no cabe.

Claro que el programa no será solamente resultado de debates y construcción colectiva que estamos haciendo en la FRENTE BRASIL POPULAR, sino que será fruto de la correlación de fuerzas.  Pero, vean, la victoria electoral de Lula, no es una campana electoral normal, será una verdadera y conflictiva lucha de clases.

Así, les informo que tendremos muchos años por delante de agudización de la lucha de clases, en Brasil  y en toda América latina.   Y eso es bueno.

 

9-Igualmente, ¿cuánto ha pesado en el deterioro de la imagen de Lula la ofensiva política-mediática-judicial que lo acusa, entre otras cosas, de corrupción y formar parte de una “organización criminal”, al interior del PT,  con el objetivo de beneficiar, mediante concesiones fiscales,  a determinadas empresas a cambio de dinero y bienes?   

 

Acá en Brasil, el proceso político-electoral es una vergüenza, la burguesía secuestro las elecciones, gasta millones de dólares y elige a quien quieren.   La democracia formal burguesa está en crisis y desmoralizada.   Y la izquierda necesita hacer una crítica dura a esa forma de democracia, y no intentar buscar espacios, para ella misma hacer las mismas prácticas de la burguesía.

Por eso, defendimos acá en Brasil convocar con el próximo gobierno Lula, una asamblea constituyente para hacer una reforma política y del poder judiciario, de fondo.

La gente ya no cree en elecciones, porque sabe que su voto no pesa, no cambia la realidad.

La democracia burguesa, del voto, es una farsa en todo el mundo.  Y necesitamos debatir  y buscar nuevas formas de participación popular  y de ejercicio de las masas en los espacios institucionales.

 

Ahora, en el caso de Lula, desde que salió del gobierno en 2011,  la burguesía lo ataca todos los días, por todos los medios.    Pero la realidad  es más real do que la propaganda. Y Lula ha mantenido la credibilidad  y la confianza de las masas. Por eso, ahora intentan impedir  que dispute las elecciones.

El PT a principios tuvo  dificultades, creo que perdió credibilidad frente a la juventud.   Pero el descredito de la juventud, infelizmente es contra todos los partidos  y no solo el PT.    Yo creo que la juventud esta desesperanzada, y con razón, de las estrategias electorales,  y quiere señales de cambios estructurales en la sociedad.

Entonces, los verdaderos retos que tenemos en la izquierda, en los movimientos populares, no es solo hacer autocrítica o analizar los errores del PT, del Gobierno Dilma, sino que debatir una nueva estrategia de disputa del poder político en la sociedad.  Y de allí, creo que  Gramsci, el más auténtico santo italiano, nos puede ayudar mucho, cuando desarrolla la tesis del estado ampliado, señalando para la izquierda, para los socialistas, que deberíamos disputar todos los espacios de poder políticos que haya en la sociedad, como en una fábrica, una radio, un sindicato, una iglesia, una universidad  y no solo se quedar con la idea única de disputar gobiernos.

Por otro lado, tenemos el reto de estimular grandes luchas de masa.  Sin luchas de masas no hay cambios.    O sea, necesitamos organizar el pueblo para que luche.

 

[Mapa continental]

10-En menos de cinco años, una mirada rápida al mapa político continental, nos mostraría fehacientemente un “cambio de colores”. Electoralmente acceden al gobierno proyectos reaccionarios como el de Macri en la Argentina y Kauczynski en Perú, obtienen victorias parciales la derecha en Venezuela y Bolivia, se destituye ilegalmente a presidentes progresistas en Brasil y Paraguay, se consolida la Alianza del Pacífico y comienzan a tambalear alternativas integradoras como ALBA, UNASUR y CELAC. ¿Qué ocurre con la izquierda sudamericana? ¿Carecemos de proyectos políticos atractivos a las mayorías? ¿Dónde debe hacer hincapié para  ensanchar sus bases de apoyo y a través de qué formas? ¿Cuáles son las “tareas pendientes” en la región más desigual del planeta?

 

Como hable en otras preguntas, claro que hubo cambios en todo el continente.  Pero estamos en un periodo de disputas, y todos proyectos están en crisis.      La derecha y el capital no lograran imponer con legitimidad y apoyo popular su proyecto.

Si quieren, vean la situación económica, social e política de México, Colombia, Guatemala, donde ellos tienen sus gobiernos hace anos…

Claro que están tratando de destruir todo lo que era parte del proyecto ALBA de integración popular, como es ALBA, CELAC, UNASUR, etc.  Pero es parte de la lucha.   Vean tampoco han logrado hegemonía con OEA, o el gobierno Trump, que no tienen ningún apoyo en latinoamericana.

Por otro lado, claro, la izquierda necesita  renovarse.   Hay necesidad de renovación en términos de debate de estrategia política.  No podemos más seguir siendo rehenes de estrategias electorales, de solo pensar en ganar las próximas elecciones.  Y para ganar se tiene que hacer todo tipo de alianzas oportunistas y con clases antagónicas… Necesitamos estrategias de acumulo de fuerza popular, de organización para disputar el poder político en la sociedad, para transitar para sistemas post-capitalistas.

Y necesitamos renovar nuestros métodos de trabajo, nuestro que-hacer-político.  Me refiero, a la necesidad de hacer trabajo de base, ir conversar, convencer  y organizar la gente, en sus espacios de vivienda, de trabajo, en las escuelas, universidades, campos, etc.

Necesitamos retomar la necesidad de organizar luchas de masa, confiar que solo la lucha de masas son la fuerza de la clase para alterar la correlación de fuerzas.

Necesitamos retomar la formación política de militantes y cuadros. ¿Cuantas escuelas de cuadros tenemos en nuestros países?   Y sin formar militantes, cuadros, no tendremos la clareza ideológica de poder enfrentar y derrotar nuestros enemigos de clase.

Y necesitamos desarrollar nuevos métodos de comunicación de masas.  Para enfrentar, hacer la contra-hegemonía que los grandes medios televisivos hacen.    Pero ellos no pueden hablar de la realidad.   Nosotros si podemos hablar de la realidad con la gente.    Para eso, debemos desarrollar los medios relacionados con la cultura de la gente, por la música, el teatro, las pintas, consignas, etc.

Desarrollar nuevos métodos de con vencimiento de la gente, los discursos ya no convencen a nadie.   Nuestro proyecto de liberación tiene que revestirse de mística, de simbología, de esperanzas… para aglutinar sobretodo la juventud.     La juventud entre la clase trabajadora, en las periferias de las grandes ciudades, es la única posibilidad de cambios.

 

Ya ven que tenemos mucho trabajo.   Sabemos lo que tenemos que hacer, pero nos cuesta cambiar la forma de trabajar.   La izquierda esta burocratizada, todavía ilusionada con pequeños espacios de poder en la institucionalidad.    Como decía Gramsci, “ilusionada con la mediocridad de la pequeña política”.   Lo que cambia la política es el pueblo organizado en movimiento.

 

11-En entrevistas concedidas a otros medios Ud. se ha referido a la relación gobierno-Estado-movimientos populares, en este periodo de la historia reciente. ¿Cuáles fueron los errores cometidos en esta relación durante los gobiernos de fuerzas progresistas y de izquierdas en Nuestra América? ¿Cómo mantiene la “autonomía” un movimiento popular respecto al Estado y Gobierno cuando un líder popular accede al poder? ¿Están al debe los “movimientos sociales” en la construcción de una alternativa anticapitalista? ¿Cree que el límite del progresismo fue su propuesta anti neoliberal que, paradójicamente, terminó reproduciendo el capitalismo? ¿Qué es ser anticapitalista hoy?

 

Hay muchos errores  y aciertos  en cada experiencia en cada uno de nuestros países.   Es difícil sacar lecciones  universales o continentales.    El principal es que la izquierda y los movimientos populares se propongan a hacer un análisis autocritico de la experiencia reciente.  Para sacar enseñanzas positivas  y no repetir  los mismos errores.

Nosotros, siempre defendimos y practicamos la autonomía de nuestro movimiento frente a los partidos, a los gobiernos, de todo tipo, y al estado.    Tuvimos suerte, que nuestra generación en la historia de la izquierda después de la derrota de la dictadura militar,  nos constituimos las diferentes formas de organización de forma autónoma.  Acá hubo una autocrítica, y el PT siempre respecto la autonomía de los movimientos.  O sea rompimos con la tradición de la izquierda de que los movimientos eran simples correas de transmisión del partido, como sus frentes de masa.   Sé que en Brasil y muchos países esa política todavía sigue.   Pero creemos que nos es la más saludable, para ampliar la organización de la gente.

El proyecto DE TRANSFORMACION de la sociedad tiene que ser común, porque es de toda clase, pero las formas de organización  y decisión política, tiene que tener autonomía en cada espacio, sindical, popular, eclesial, y partidario.

Hubo muchos errores, de confundir gobierno con poder político.

Hubo errores de subordinarse a la política del gobierno de conciliación de clases, y algunos sectores abandonaron la lucha de masas contra la burguesía.    Nosotros nos salvamos de eso.  El gobierno Lula ponía latifundistas en los ministerios, pero nosotros seguimos, en su gobierno tomando tierras de los latifundistas.  Así, como muchos sindicatos seguirán haciendo huelgas contra burgueses que estaban en el gobierno.

Creo que hubo mucha confusión y falta de comprensión.  Muchos líderes populares ascendieron a puestos en el gobierno.  Eso es normal  y necesario.  Pero ese líder, no puede querer subordinar su movimiento o clase. Debe haber una separación de espacios.

Pero, creo que el problema mayor fue, respetando los limites, de los espacios institucionales, no haber hecho esfuerzos para que poner recursos en la formación de cuadros.    No hacer esfuerzos para confiar en la movilización de masas, como una fuerza necesaria para alterar la correlación de fuerzas dentro del gobierno.

 

Es muy difícil decir lo que es ser anticapitalista en esos tiempos.  Porque la hegemonía ideológica en la sociedad es de la clase dominante, que es la burguesía, los capitalistas.   Entonces las masas son involucradas por falsos valores capitalistas, del consumismo, individualismo  y egoísmo.

Creo que no debemos desanimar y seguir nuestras tareas permanentes, como comentamos en el punto anterior.   Organizar la gente, organizar la lucha de masas, formar cuadros, hacer la disputa ideológica con nuevos métodos culturales, enfrentando a los medios televisivos, y con eso ir acumulando fuerzas, para  cambiar la sociedad.

Sera un largo camino, y por eso necesitamos ser persistentes.

Por lo general la pequeña burguesía  ha tenido mucha influencia en las organizaciones de la clase trabajadora, sus sindicatos  y partidos, y confunde discurso anticapitalista, teoricismo, con  prácticas políticas anticapitalistas   y de acumulo de fuerzas de la clase trabajadora.

La pequeña burguesía es muy inmediatista  y oportunista, quiere llegar al gobierno pronto…  la clase trabajadora necesita cambiar la forma de funcionar la sociedad, que es un proceso más largo, más difícil, do que simplemente llegar al  gobierno.

 

[Revolución Bolivariana]

12-Para terminar, desde hace algunos años pareciera ser que en Venezuela, a ojos de muchos militantes de la izquierda, el progresismo y en general de compañeros de movimientos sociales,  se juega la consolidación o no del proyecto emancipador anticapitalista más importante del siglo XXI en América del Sur. Ante la arremetida norteamericana y de la burguesía autóctona venezolana y continental, ¿qué lecturas hacen desde el MST de este proceso? ¿Cuáles son los aportes que la revolución bolivariana ha hecho a las fuerzas anticapitalistas del continente? ¿Cuál fue la importancia de Chávez y su legado? ¿Qué balance hacen del gobierno de Nicolás Maduro? Y, por último, ¿qué mensaje pudiera entregar a nuestros lectores en Venezuela? 

 

Hay muchos  aspectos involucrados en tu cuestión.   Hablo como militante brasileño, aunque he tenido el privilegio de hacer muchos viajes  y de tener amistades personales con el comandante Chavez, Maduro  y otros dirigentes del proceso venezolano.

Venezuela tiene problemas estructurales históricos, que restringen el ritmo de cambios hacia una sociedad  socialista.   El siglo XX de dependencia del petróleo, de esa renta petrolera,  la ausencia de  la industrialización nacional, la ausencia de una cultura del trabajo productivo.  La dependencia de la importación. La cultural del consumismo engendrado por la renta petrolera. La urbanización excesiva de la población, concentrada en algunas regiones.   Una clase media-pequeña burguesía totalmente colonizada, de espalda para su pueblo.   Todo eso es condicionante, objetivo, que dificulta cambios estructurales, que no dependen de voluntades políticas o de gobierno.

Por otro lado, el imperio identifico desde Chavez como su enemigo principal en Latinoamérica.   Y en esos años aplico allá todas las formulas clásicas de los manuales de la CIA.    La fórmula panameña, golpe clásico y después llevo a la muerte el comandante Chavez, que parece ahora, comprobado, lo que todos creíamos, que le fue inoculado algún virus, en forma de nanotecnología, que impidieron los resultados de los medicinas para combatir su enfermedad.

Aplicaron la formula chilena, de boicot de mercancías,  manipulación del cambio, durante los últimos anos, que lograron derrumbara a Allende.

En los últimos meses, de abril a agosto, aplicaron la formula Ucraniana, de promover el terror.   Mercenarios,  lumpenes venezolanos pagos a cien dólares al día, eran financiados para cometer todo tipo de barbarie, dese asesinatos hasta  jugar  bombas molotov, en escuelas infantiles.  Mataron a más de cien personas, que nada tenían con el conflicto.

Y todas esas taticas fracasaron.    Increíblemente fracasaron, lo que nos lleva a una admiración a ese pueblo venezolano, por su nivel de consciencia  y movilización.

Vean la comparación con Brasil, con toda nuestra soberbia, de más grande en todo, de un gobierno famoso internacionalmente con Lula-Dilma, en seis meses nos tumbaron…  Los venezolanos resisten hace  17 años.!!   Por lo tanto a pesar de todas las  dificultades que todavía tienen, son victoriosos contra el imperio.

Creo, desde lejos, que la formula  principal de las fuerzas  bolivarianas, fue la transparencia con el pueblo.  Siempre me quedo admirado, como el gobierno habla de todo, todo el día, para el pueblo. No hay jugada, secretos… Todo el pueblo acompaña por televisión.

Y el segundo aspecto, confiar solo en la fuerza movilizadora del pueblo.  ¿Cuantas movilizaciones, marchas, acciones de masas hicieron en esos años? Incontables.

Ahora, persisten problemas  graves que el gobierno necesita dar respuestas, que es consecuencia de la crisis económica local  y sus vínculos con la crisis internacional del capitalismo,  la dependencia del precio del petróleo, el descontrol del cambio…  Y sobre eso no me atrevo a opinar, creo que ni Jesucristo  y la virgen María  sabrían como enfrentar  tamaños problemas.

Pero la formula anterior puede ser el camino,  hacer un amplio debate con las masas.   Quizá la asamblea constituyente sea un espacio  donde se pueda profundizar también ese debate,  dada su elevada representación y legitimidad popular.

 

Como militante de movimientos populares, brasileño, veo el legado de Chavez para Latinoamérica, sobretodo en su visión de estadista, y su práctica permanente en dos campos:  la construcción de procesos de integración latinoamericana, de gobiernos, de espacios populares.   Con el nació las ideas de CELAC, de UNASUR, del banco del sur, de Telesur, del ALBA,

Con el construimos la idea de una articulación de movimientos populares hacia el proyecto de ALBA, pero autónomo, independiente de los gobiernos, aunque también estuviese en ALBA.

El otro legado fue su visión de solidaridad latinoamericana.   Me impresionaba la osadía de Chávez, nunca vacilo, frente a los golpes de Honduras, Paraguay.   Nunca  vacilo para ayudar a Cuba, Nicaragua.

Todos los países de Caribe, solo pueden andar de carro  y tener luz eléctrica gracias a la solidaridad del pueblo de Venezuela, a través de su gobierno.

La forma como se indignaba contra cualquier injusticia en cualquier parte del mundo.  Chávez fue un verdadero hijo del Che.   Podría haber sido biológicamente, en los tiempos históricos,  pero fue un hijo dedicado, por su praxis cotidiana.

Recogimos también de Chavez y de su espirito, la idea del internacionalismo.  Siempre me comentaba, Joao, como me trataba, “necesitamos construir una nueva internacional de los pueblos”.    Y ahora, después de su partida, se está materializando, con la convocatoria de una Asamblea internacional de movimientos y organizaciones populares de todo el mundo.   Ya estamos realizando encuentros preparatorios en todos continentes  y en marzo/18 haremos la asamblea en Caracas,  e iremos allá en la cuartel de la montaña, prestar nuestras homenajes y nuestras tareas  y ver la sonrisa conspirativa…de su legado.

A pesar de los momentos difíciles, no son de derrotas, son de equilibrios de fuerzas, en nuestro continente, si confiamos en la organización de nuestros pueblos, encontraremos las verdaderas salidas, más temprano de lo que mucha gente cree.

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