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«Bolsonaro se cree capaz de esconder los cuerpos» // Entrevista a Vladimir Safatle

Entrevista a Vladimir Safatle realizada por Marina Amaral y publicada el 06/04/2020 en Pública.

                     

 

 

En el caos en el que nos encontramos, con la pandemia del coronavirus acelerándose, usted ha defendido el impeachment al presidente Jair Bolsonaro. ¿Usted cree que estamos en condiciones de vivir un proceso como ese en un momento en el que estamos encerrados en casa y el Congreso trabaja a distancia, ocupado con las medidas de la pandemia?

–Creo que la única cosa sensata por hacer en esta condición de pandemia es luchar por el impeachment porque quedó claro que Brasil no está condiciones para administrar las dos crisis al mismo tiempo y Bolsonaro es una crisis ambulante. Él traba todas las medidas, desarticula todas las medidas, incentiva sectores de la población a que burlen las medidas necesarias para las restricciones mínimas y aprovecha esa situación para generar un sistema de destrucción de cualquier posibilidad de garantías de la clase trabajadora, de la clase más desfavorecida. Con este Ministerio Público, la flexibilización de los despidos en una situación como esta, los trabajadores tienen hasta el 70% de su salario reducido, eso muestra como él potencia la crisis, él multiplica la crisis. Brasil no está en condiciones de soportar eso por más tiempo.

»Sobre la movilización: solo una acción hecha por tres diputados del PSOL, completamente minoritarios, fue capaz de juntar 1 millón de firmas que fueron entregadas por la diputada Fernanda Melchionna (PSOL-RS) al presidente de la Cámara, el diputado Rodrigo Maia. Las últimas encuestas que tenemos, las de Atlas Político, muestran que el 47% de los encuestados está a favor de que se lleve adelante el impeachment y eso sin ningún tipo de movilización. ¿Podés imaginar lo que sucedería si toda la oposición, o por lo menos todos los sectores de izquierda, tuviera una movilización constante? Ese grupo (a favor del impeachment) aumentaría sustancialmente, haciendo que vos tengas una fuerza muy clara, por un lado. Y por el otro, puede que no consigas poner mucha gente en la calle, pero hay otros dispositivos para presionar al gobierno, para mostrarle al gobierno que no tiene ninguna legitimidad de recaudar más. Huelga general, rechazo a colaborar en distintos niveles, desobediencia civil. El problema es que la izquierda no tiene ninguna gramática de combate más.

En su artículo para El País, usted también dice: “a los que dicen que es temprano para un pedido de impeachment, que es necesario componer calmadamente con todas las fuerzas, les diría que esto nunca ocurrirá. La izquierda brasileña ya demostró, más de una vez, estar en posición de parálisis y esquizofrenia.” Vimos la disputa dentro del propio PSOL por esta cuestión y no hay progresos en la idea de un frente amplio de izquierda. ¿Entonces quién lideraría este movimiento por el impeachment?

–De hecho, ese es un punto central. En realidad, yo ya no diría que la izquierda brasileña está paralizada, diría que murió. En este proceso de combate contra los descalabros del gobierno federal, quien estuvo al frente no fue la izquierda, quienes estuvieron al frente fueron los gobiernos de San Pablo y Río de Janeiro. Dória y Witzel.  La política brasileña se resume a una lucha entre la derecha y la extrema derecha. Simplemente no hay más izquierda. Creo que esta cuestión del coronavirus demostró esto de una manera pedagógica. La izquierda es completamente irrelevante. Creo que lo que sucedió dentro del PSOL también es un ejemplo clarísimo de eso. Un partido que va a la prensa a desautorizar a sus propios diputados que tomaron la iniciativa por el impeachment, que es popular; es un certificado de defunción de la izquierda en el sentido más fuerte del término. Entonces, ese es el problema más serio: no es solo una cuestión de quién va a liderar el impeachment, sino qué vas a ser con la oposición de acá en adelante.

»La izquierda fue el remolque de todas las decisiones, no tuvo capacidad de tensionar ni un proceso, de imponer una agenda o algo parecido, y creo que hay cosas mucho más profundas ahí, ¿no? Porque una cosa que podría nacer de esa experiencia de lucha colectiva contra la pandemia es un sentimiento político fundamental de solidaridad genérica. Una solidaridad que demuestra muy claramente: “mi vida depende de personas que no sé quiénes son”. Que no se parecen a mí, que no son parte de mi grupo, que no tienen mi misma identidad, y esas personas son fundamentales; tenemos un destino colectivo.    

»Solo la izquierda, de tan presa que está de otro tipo de agenda, no logra vocalizar una agenda de solidaridad genérica universal. Tiene miedo hasta de decir algo así. Entonces, por lo menos en Brasil, la capacidad de la izquierda de reorientar las discusiones a partir de la experiencia colectiva de algo como esta epidemia es pequeña.

Dentro del propio gobierno, vemos divergencias en relación con la gravedad de la epidemia y la manera correcta de conducirla. Hoy salió en los diarios, una vez más, el conflicto entre Bolsonaro y el ministro Mandetta y muchos analistas les atribuyen a los militares la “domesticación” parcial en el discurso del martes del presidente. ¿Usted cree que esas rupturas internas pueden favorecer el impeachment?

–Es difícil saberlo, algunas rupturas son más evidentes; entre un sector un poco más técnico y el núcleo ideológico del gobierno. Ahora, entre el gobierno y las Fuerzas Armadas es difícil saber si tienen algún tipo de tensión. Tiendo a creer que Bolsonaro hizo dos apuestas, ¿no? La primera es que él es capaz de esconder los cuerpos. Su ADN de torturador, de sótano de la dictadura militar, de amante de Ustra, hace que crea que puede hacer lo que normalmente se hace en Brasil que es desaparecer cuerpos, esconder muertes, hacer que esta pandemia pase más o menos incólume, quiero decir, el cree que es capaz de hacer eso. Vamos a ver si eso será posible o no. Y cuando venga la crisis económica él va a poner todo en las espaldas de los gobiernos estaduales, diciendo que él insistió para que no se haga eso, o intentará socavarlos de inmediato y escuchará al sector empresarial que lo apoya, un sector genocida, no hay otra palabra para describirlo. En todo el mundo ese sector es aborrecido. Yo diría, que son suicidas en el sentido de los imperativos económicos que ellos dicen defender. Basta con hacer un razonamiento simple: si suspendemos el confinamiento, vea cómo será de aquí a cinco meses. Vamos a tener montañas de muertos por todos lados, el gobierno va a intentar esconderlas, vamos a tener censura de la divulgación de las muertes, pero la opinión pública internacional no es tonta, se dará cuenta. ¿Y qué va a hacer? Con todos los países saliendo del confinamiento después de una experiencia dramática, lo primero que van a hacer es poner un cordón sanitario alrededor de Brasil. ¿Quién va a querer comprar carne brasileña en un país totalmente contaminado?

»Es algo completamente primario, eso demuestra que el empresariado nacional es de una estupidez indescriptible. Solo se justifica a partir de su matriz esclavista, que nunca fue superada. Piensan que están gerenciando un ingenio de esclavos. ¿Mueren dos o tres esclavos? El ingenio no va a parar por eso.

»Normalmente ellos usaban esta lógica para someter a una parte de la población; la clase trabajadora vulnerable, ligada a la raza negra. Ahora, la diferencia es que ellos están sometiendo a la población entera a esa lógica esclavista.

¿incluso a los otros miembros de la elite?

–El contagio es democrático, no ve clases, no ve nada, por eso digo que es una lógica completamente suicida la del Estado brasileño. Si yo estoy entendiendo bien, el sector que detenta los medios de producción todavía apoya al Estado a causa de ese ADN que nunca va a salírseles, que viene de generación en generación. Ahora, parece que incluso en la clase altas tuviste rupturas, ¿verdad? Estuve viendo una encuesta donde el 55% de los entrevistados que gana más de diez salarios mínimos, que eran la base de apoyo de la elite, está en contra de las medidas que Bolsonaro está tomando. Eso produce hechos.

»Insisto: tenés una situación perfecta para deponer al gobierno y salvar a la población brasileña. Para crear una política eficaz en el combate contra esta pandemia que le permita a la clase trabajadora quedarse en casa sin trabajar en esos tres meses porque los empleos están garantizados, los salarios están garantizados. Los habitantes que viven en lugares de alta densidad poblacional podrían ser acomodados en hoteles, todo eso sería posible. El Estado brasileño tiene posibilidades de hacer eso solo si va en busca de los que tienen posibilidades de pagar más impuestos. En principio, solo el cálculo de impuestos sobre grandes fortunas es de 80 billones de reales. Pero eso ni siquiera es pensado. Tuvimos 13 años de un gobierno de izquierda y una cuestión como esta no fue hecha, entonces nadie se acuerda de que es posible.

Volviendo a aquella cuestión de la desaparición de cuerpos que usted dijo, me acordé de que Bolsonaro se irritó mucho con aquella foto del Washington Post del cementerio de Vila Formosa, con aquellas filas y filas de tumbas recién abiertas. ¿Usted cree que ese papel de la prensa, de mostrar lo que está pasando, está siendo importante en este momento?

–Sí, la prensa subió dos tonos contra el gobierno porque se dieron cuenta del carácter suicida del gobierno. Es un tipo totalmente autoritario que se vuelca incluso contra la prensa propia. Esto es un clásico en la prensa brasileña, ellos apoyan a la peor alternativa y después descubren que hicieron una pésima elección. Como cuando ellos apoyaron la dictadura militar, y a cierta altura, se les volvió en contra. Pienso que, poco a poco, la prensa brasileña intenta dramatizar un poco, en el buen sentido del término, dar una narrativa en forma de drama para que las personas puedan sentir y prestar atención a la realidad del proceso. La prensa está aprendiendo a hacer eso porque nunca lo ha hecho.

Trump cambió de actitud en esta semana después de confrontarse con la gravedad y el alcance de la epidemia en los EUA. ¿Por qué Bolsonaro continúa comportándose de manera ciega y destructiva? ¿Por qué es tan difícil para él dejar de lado la lucha ideológica y asumir la responsabilidad de combatir la enfermedad y amparar a la población con políticas sociales de emergencia?

–Son personas que vienen de horizontes completamente distintos, ¿no? Trump es un empresario, una persona del marketing, y sabe que no puede esconder los cuerpos. No es esa la historia en la gestión de las guerras de los Estados Unidos. Y él tiene una elección en noviembre entonces sabe que tiene que hacer algo.

»Bolsonaro viene de los sótanos de la dictadura militar. Está ligado a los sectores torturadores, está ligado a las milicias, está ligado al poder paralelo. Es un dictador fascista, no hay otro nombre, venido de los sectores más bajos del Ejército. Viene de esa formación, trae esta lógica de que es posible usar una estructura para desacreditar y descalificar la información. No tiene interés en gobernar nada, él nunca quiso gobernar Brasil, ya está diciendo que Brasil es ingobernable… La cuestión de él es realizar un proceso de movilización continua entonces hace el siguiente cálculo: ¿qué hago para movilizar? Aunque cree pilas de cuerpos. Para él eso no hace la menor diferencia. Para una persona que dice que deberían haber matado a 30 mil personas más durante la dictadura, que mataron poco, no importa si son 40 mil o 50 mil. ¿Te acordás cómo fue su reacción cuando se rompió la presa de Brumadihno? cualquier estudiante de semiótica lo percibe claramente. Su reacción inicial fue: “no es responsabilidad del gobierno”. Listo. Ni siquiera reaccionó con la hipocresía clásica de la clase política, de mostrarse sensibilizado por las muertes, de llorar con los parientes de los muertos, ni eso.

»Imaginar que una persona como esa va a entender lo que significa una pandemia como esta es un completo absurdo.

Leí un artículo suyo en el diario GGN en el que usted dice: “el fascismo brasileño y su nombre propio, Bolsonaro, encontraron por fin una catástrofe para llamarla suya.” ¿Cómo una pandemia, una situación de crisis, puede favorecer a un gobernante? ¿Qué hay de positivo para él en eso?

»Primero, la posibilidad de movilización continúa de sus partidarios; segundo, esta es una tesis que viene de algunos teóricos del fascismo, como Hanna Arendt o Adorno, de que existe un deseo de catástrofe en el fascismo. Porque no es un gobierno, es un movimiento continuo. Por ejemplo, una guerra fascista no es una guerra de conquista, es una guerra hecha por la guerra misma, que no puede parar en hipótesis alguna; desde el punto de vista de la conquista, es una guerra irracional es una movilización de población por la guerra, no una guerra como forma de alcanzar algo. Entonces, enganchás a una parte de la población en una lógica donde ese movimiento puede darse vuelta contra las personas, ir en el sentido de la autodestrucción. Hanna Arendt tiene una postura interesante, cuando ella dice que ni siquiera cuando el movimiento nazi fue contra sus partidarios estos dejaron de apoyarlos.

Como pasa ahora cuando las personas saben que están corriendo riesgo…

–Exacto. Tienen una lógica de certeza delirante. Normalmente cualquier persona pensaría: “ok, esta pandemia es una cosa que nadie ha visto nunca”, entonces hay una incerteza respecto de ella. ¿Qué significa gobernar a partir de la incerteza? Desde los griegos sabemos que, en una situación de incerteza, la virtud esperada es la prudencia. ¿Qué es la prudencia? “Bien, no se si se va a dar el peor escenario, pero si este sucede, no hay vuelta”. Las personas muertas no van a resucitar. Si se da el mejor escenario puedo llegar a trabar la economía por un tiempo, pero se recupera. Entonces, por prudencia, trabajás con el peor escenario. Esa es una virtud de gobierno, cuando querés gobernar, reconocés la incerteza que de estar delante de un acontecimiento difícil de prever y desenvolvés toda tu estructura para evitar el peor escenario. Bolsonaro hace exactamente lo contrario. Usa un tipo de certeza arrogantemente delirante y dice: “yo sé”, pero nadie sabe lo que se viene. Tenemos proyecciones, que son proyecciones, se pueden dar o no. La ciencia tiene esa característica, la ciencia es el dominio de la incerteza, no de la seguridad. Entonces esta es la única cosa racional por hacerse, como gobernante, es trabajar con el peor escenario. Y cuando un sujeto hace lo que él hace, ¿qué demuestra? Demuestra que consiguió colocar a una parte de la población dentro de una lógica de autoinmolación, de autosacrificio. En una lógica sacrificial: “voy a tener coraje y voy a ir a trabajar sometido a las peores condiciones del mundo”, como si eso fuese una expresión de valentía cuando es pura idiotez. Volviendo a los griegos, ellos sabían diferenciar entre coraje y temeridad. El coraje es una virtud, pero el exceso de coraje es simple estupidez. Es ponerte en una condición donde seguramente sufrirás las peores consecuencias.

»Por eso es que digo: es una lógica suicida, y eso es un dato nuevo. No sirve de nada decir “eso ya está escrito, es la situación del Estado burgués” o algo parecido. No es verdad. Es un dato nuevo que raramente aparece. Tenemos una estructura necropolítica que viene de una sociedad esclavista, donde una parte de los sujetos son considerados cosas, entonces, si mueren, no hay luto, no hay dolor, no hay nada. Eso siempre estuvo presente en la sociedad brasilera, dependiendo de quién muere es un número, no es una persona, no es una historia. Solo que ahora tenés un dato diferente: el Estado, él generaliza ese proceso. Y él genera una nueva situación en la que él también se dirige hacia una catástrofe. El Estado Brasilero está yendo en dirección a una catástrofe. ¿Qué va a pasar si esto realmente sucede? Las personas van a ir a trabajar sin saber si van a volver vivas.

¿Y usted cree que, incluso así, sin que haya un movimiento fuerte por el impeachment, el gobierno de Bolsonaro puede sobrevivir a la pandemia? ¿Incluso fortalecerse?

–Una parte de la población que entró en esa lógica no sale. No tiene cómo salir. El sector que llegó con él hasta este punto, no lo va a abandonar. Va a morir con él, pero no lo va a abandonar. No es por nada que varios estudiosos, cuando hablaron de fascismo, tendieron a caracterizarlo como una lógica paranoica. Eso no era una metáfora, la analogía era útil porque tenías la movilización de un delirio de grandeza, persecución, y tenías esta certeza delirante que era imposible que sea modificada por la experiencia. No hay nada en la experiencia que pueda abalarla. Hay que entender esto de una vez. No hay ninguna posibilidad de diálogo con ese sector. Cualquier intento de crear un diálogo con ese sector es un suicidio para los demás. Y no hay una estructura de movilización para los demás, y es eso lo que hace falta: Que la mayoría no es verdadera mayoría. No logramos asumir eso.

¿Y usted cree que esa mayoría es capaz de movilizarse sin un liderazgo partidario?

–Y, la mayoría va a tener que aprender a hacer eso porque ahora es una cuestión de vida o muerte. Y dígase de paso, eso sería saludable porque las estructuras partidarias brasileñas no se mostraron a la altura de los desafíos del país. Y no solo hoy. Entonces, es fundamental que aparezca un tipo de estructura horizontal. Todo lo que está pasando ahora, por ejemplo, vivo en una zona donde hay cacerolazo hace diez, once días, todo absolutamente espontáneo sin una organización detrás. Esto demuestra muy claramente que hay una sociedad en resistencia contra el gobierno, sin que nadie consiga vocalizar eso. Tal vez no se tenga conciencia del nivel de drama en el que el país se puso. Hoy los únicos países que tienen este tipo de situación son Brasil, Bielorrusia y Turkmenistán. ¡Mirá dónde fuimos a parar!

Haciendo una pregunta más general, más allá de Brasil, estamos viendo que familias de todo el mundo no están pudiéndose despedir de sus muertos, ni siquiera hacer las ceremonias fúnebres. Como filósofo, ¿qué peso simbólico cree usted que esto tiene para la sociedad?

–Una sociedad se define a partir de la manera en la que lidia con sus muertos. Ese es un verdadero fundamento de la vida social. Los griegos lo saben desde Antígona. La sociedad que expulsa el ritual de memoria, de sus muertos, no logra sobrevivir. Independientemente de quiénes sean sus muertos. Lo que funda la universalidad es el derecho de memoria; todos tienen derecho de memoria. Si generás esa situación, de enterrar sin ritual, sin presencia, sin nada, eso va a traer un trauma social enorme. Vamos a sentir lo que eso significa. Lo que aminora esa situación es saber que esa supresión no es en vano, que hacés eso por solidaridad social. No te querés infectar, pero tampoco querés infectar a otros. Ahora en los países que no tenés ni eso, los afectados son casi losers. ¿Pero cómo te moriste por eso? ¡Es una pequeña gripe!

Hice un reportaje sobre el linchamiento virtual de los que tienen el Covid-19 e incluso uno de una casa de una persona que fue apedreada.

–Son comportamientos medievales potenciados por la construcción del gobierno. Claro, toda sociedad tiene su dinámica regresiva. Si tuvieras el mismo discurso que tenés acá en Noruega, tendríamos comportamientos parecidos. Porque liberás la dimensión regresiva de la sociedad. Legitimás esa dimensión. Por eso es por lo que yo digo: es imposible administrar este proceso con este gobierno.

¿Usted cree que va a emerger un mundo diferente luego de la pandemia?

–Sí, la única cuestión es qué mundo. Existen varios escenarios y es difícil saber para dónde va la cosa. Por ejemplo, tenés un escenario posible, que es el fortalecimiento de la extrema derecha y del fascismo. Pero desde el punto de vista europeo, donde la extrema derecha es antiliberal del punto de vista de la economía; no es una extrema derecha ultraliberal como en Brasil. Entonces allá puede haber un fortalecimiento del Estado de protección social, que debería circular cada vez más, y la extrema derecha puede agregar a eso el fortalecimiento de las fronteras y de las nacionalidades. Entonces, esto puede dar fuerza a la extrema derecha.

»Otro escenario: el modelo neoliberal anglosajón, el de Thatcher, de Reagan y de la Escuela de Chicago, ese que es implementado en Brasil, va a entrar en colapso. Eso es claro porque ya está colapsando; eso demuestra cómo una pandemia como esta reconstruyó la noción de gobierno. Porque no va a ser la última, tendremos otras, esta es solo la primera. Entonces vas a necesitar estructuras que puedan dar cuenta de esos procesos. Y estas estructuras exigen un tipo de cohesión social y de intervención estatal que el modelo de la Escuela de Chicago es incapaz de lograr. Solo que ahí viene otra cosa, porque el neoliberalismo tiene tres espacios de aplicación inicial: uno, Estados Unidos e Inglaterra, en el modelo Thatcher/Reagan; otro, el Chile de Pinochet, pero también el modelo alemán de los liberales del fin de la Segunda Guerra Mundial, que generaron una economía social de mercado. Uno que quedó y funcionó. Tanto que Alemania, de todos los países europeos, fue quien mejor lidió con la situación; su índice de muertes es extremadamente bajo. Entonces es posible que el modelo alemán –que viene de los años 30 y conjuga neoliberalismo y dinámicas de intervención y protección– gane fuerza. Y esto puede ocurrir en Brasil, una parte de la derecha se va desplazando hacia este modelo alemán, Armínio Fraga, esa gente, quiere hacer un poco eso. Ese es el segundo escenario

»Y tenés un tercer escenario que es, de hecho, que Brasil entre en una transformación efectiva, teniendo en cuenta la incapacidad completa del gobierno. Y ahí vos sensibilizás más a las personas que están a favor del proceso de desigualdad, de injusticia social, y ahí un proceso de izquierda puede ganar fuerza. Pero, en ese escenario brasileño, es posible que tengamos un golpe, que se decrete el estado de sitio. Es difícil saber, si sucede, cuánto va a durar, cómo va a ser, pero es un escenario que también está sobre la mesa.    

            

Traducción: Franco Calew

      

    

 

¿Quién mandó a matar a Marielle Franco? // Jáder Santana*

Trés figuras fueron protagonistas del carnaval brasilero el 2019. Dos como referencias negativas -Bolsonaro y las naranjas que se refieren a una de las crisis más recientes de su gobierno- y una como símbolo de resistencia y lucha delante de este escenario: Marielle Franco, la concejal negra, lesbiana, de la favela, asesinada hace exactamente un año, el 14 de marzo de 2018.

Cómo si cobrara por una respuesta que tardaba, el Carnaval propagó por las calles el rostro de Marielle y las preguntas: ¿Quién la mató? ¿Quién mandó a matarla? Una semana después del día que marca el cierre del ciclo carnavalesco, se conoció el resultado de la investigación por el crimen de la concejal y su chofer, Anderson Gomes. El último martes 12 dos policías militares fueron detenidos acusados de disparar contra la quinta concejal más votada de Río de Janeiro.

El policía militar Ronnie Lessa, de 48 años, disparó 13 veces en contra el auto en que estaba Marielle -asesinada de tres tiros en la cabeza y uno en el cuello- y Gomes -que recibió tres tiros en la espalda. Quien conducía el auto en que estaba Ronnie era el ex-policía militar Élcio Vieira de Queiroz, de 46. Los dos fueron arrestados en la madrugada del martes, cuando se preparaban para huir de sus casas, lo que indica que, posiblemente, ya sabían que el cerco de la investigación se estrechaba.

Antes de ir en dirección al mar de coincidencias que pueden relacionar los dos policías a la persona que sea la respuesta de la pregunta que resta -quién la mandó mandar?-, es importante analizar el perfil de los acusados y acercarse a la línea de investigación que llevó hasta ellos. Ronnie y Élcio demostraban “abyecto y repugnante desprecio por la vida”, según denuncia el Ministerio Público de Río de Janeiro. El documento afirma: “El crimen en contra la víctima Marielle fue practicado por motivo torpe, interligado a la abjeta repulsa y reacción a la actuación política de la misma en la defensa de sus causas”.

Los promotores que investigaron los crímenes también declararon que Ronnie y Élcio prepararon el atentado por tres meses, y que el primero tenía una “obsesión” enfermiza por personalidades políticas de la izquierda. Llegaron a esta conclusión después de analizar cerca de 700 GB de datos remotos, que incluyeron el rastreo de 2.428 torres que estaban en el trayecto de Marielle en la noche de los asesinatos. Este esfuerzo se hizo difícil sobretodo por una información divulgada aún en las semanas siguientes al crimen: las cámaras de la calle en que fueron muertos Marielle y Anderson estaban estratégicamente apagadas en la noche del atentado, lo que puede indicar la acción directa de alguien de dentro de los sistemas de seguridad – visto que los dos arrestados estaban alejados de sus funciones.

Las torres de comunicación de la zona registraron 33 mil líneas telefónicas. El número fue reducido a 318 después de un cuidadoso análisis de las imágenes de un vehículo estacionado en la calle del evento en el que participaba Marielle. En el celular de Ronnie encontraron búsquedas sobre la agenda de la concejal y la dirección de su casa. Google, Apple y Microsoft colaboraron a pedido de la justicia. Declararon 230 testigos y se analizaron 190 denuncias que recibió la polícia.

¿Quién la mandó a matar?

Marielle fue asesinada cuándo dejaba la Casa das Pretas, un espacio de encuentros y desarrollo de acciones de crecimiento intelectual y cultural en el centro de Río. Participaba del evento Jovens Negras Movendo as Estruturas. Sus últimos movimientos por la ciudad dicen mucho de su trayectoria. Elegida concejal con 46 mil votos en las últimas elecciones, en 2016, Marielle dedicaba su tiempo a la defensa de los derechos humanos, a la divulgación cultural de la vida en las favelas, a la lucha en contra la violencia de género y policial y a la búsqueda por igualdad de oportunidades para mujeres negras.

Su trayectoria la puso en oposición directa con las milicias -organizaciones criminales establecidas en comunidades de la periferia y formadas sobretodo por ex-policías, que intimidan y extorsionan a los habitantes con la máxima de “justicia por mano propia”. Según la Universidade do Estado do Rio de Janeiro, hasta 2010 las milicias dominaban el 41,5% de las favelas de Río. La lucha de Marielle la enfrentaba a esta situación. Marielle incomodaba.

Marielle incomodaba la familia Bolsonaro, que tiene histórica ligación con las milicias de Río. Son alarmantes las coincidencias que acercan el clan Bolsonaro al crimen y a sus dos perpetradores. Una fotografía divulgada por grandes medios de prensa en Brasil y reproducida en las redes sociales muestra al presidente Jair Bolsonaro abrazado al expolicía Élcio Queiroz, chofer del auto del que salieron los disparos que mataron a Marielle y Anderson. Los dos sonríen en la imagen.

Bolsonaro habló públicamente sobre la situación después que los acusados fueron arrestados. En una entrevista colectiva, dijo que le sacan fotos con muchos policías, millares de ellos, por todo Brasil. Dijo aún que no tiene ningún tipo de relación con Élcio -que había sido expulso de la corporación después de investigaciones que lo relacionaban al tráfico de drogas, venta de armas y a las milicias, en 2011. El presidente también dijo que ni siquiera conocía a Marielle antes de su asesinato – aunque su hijo, Carlos Bolsonaro, también haya sido electo concejal de Río.

 

Otra coincidencia. El policía reformado Ronnie Lessa, el que realizó los disparos, vivía en el condominio Vivendas da Barra, en el barrio Barra da Tijuca. Jair Bolsonaro también tiene casa en este condominio -ahí vive Carlos Bolsonaro y adonde se ha montado el QG de su campaña presidencial. Tan pronto fueron divulgadas estas informaciones, los investigadores del asesinato se adelantaron a explicar que, a pesar de las coincidencias, no hay nada que relacione a la família Bolsonaro al crimen. Siguiendo esta declaración, un periodista le preguntó: ¿es verdad que una hija de Ronnie ha sido novia de un hijo de Bolsonaro? La respuesta: “Sí, pero eso no es importante”.

Otra coincidencia más. La madre y la mujer de un sospechoso de integrar milicias trabajaban en el gabinete de Flávio Bolsonaro, el hijo más grande del presidente, ahora senador por Rio de Janeiro. Las dos mujeres fueron contratadas cuando Flavio aún era diputado estadual. El sospechoso, Adriano Magalhães da Nóbrega, que era capitán de la policía militar, está desaparecido. La milicia que integraba Adriano, llamada Escritório do Crime, fue acusada por Marielle de promover el comercio irregular de tierras en las favelas. Investigaciones también apuntaban para la relación de esta milicia con el asesinato de la concejal.

Y una última coincidencia. En su cuenta oficial en Twitter, Bolsonaro divulgó el último lunes una charla en inglés entre una periodista de O Estado de S. Paulo y una segunda persona. En su post, Bolsonaro publicaba una transcripción del audio y atacaba la periodista, diciendo que ella tenía el deseo derribar al gobierno con chantajes. El inglés del presidente no es de los mejores, y esta claro que la periodista no se refiere a Bolsonaro en estos términos. Lo que dice, sí, es que la evolución de las investigaciones sobre corrupción pueden llevar al impeachment del líder.

Bolsonaro y sus aliados sostuvieron el error y aprovecharon para cuestionar el nivel de profesionalismo de la periodista, Constança Rezende, y de su padre, el también periodista Chico Otávio, que es profesor y uno de los más destacados de la prensa brasilera. Chico es uno de los responsables de los artículos que exhiben la relación del clan Bolsonaro con los milicianos de Río de Janeiro. Es también el autor, y acá la coincidencia es alarmante, del artículo que dio la primicia de la detención de Ronnie Lessa y Élcio Queiroz, menos de 24 horas después que Bolsonaro atacara a  su hija.

Cuestionar el profesionalismo de Chico y su hija un día antes que el mismo periodista divulgara los resultados de una investigación que puso Brasil en suspenso parece ser una estrategia del presidente para desacreditar la información que hizo temblar su imagen. Bolsonaro sabe que su fuerza está en la comunicación directa con sus millones de seguidores en las redes sociales. Pero esta también puede ser su más grande debilidad, ya que poco a poco expone sus tácticas para maquillar los problemas de su gobierno.

Es prematuro asociar de manera firme a la família Bolsonaro a los milicianos que mataron a Marielle. Pero tampoco se puede cerrar los ojos y no ver los puntos de contacto que entre ellos. Ya sabemos quién la mató. La pregunta que falta contestar es aún más importante.

 

*Jáder Santana es reportero especial del diario O Povo, en Fortaleza, Brasil.

Cosecha Roja

16/03/2019

 

 

Viva Bolsonaro ¿Qué hacés con ese grito? // Diego Valeriano

¿Qué hacés si gritan “viva Bolsonaro” al lado tuyo mientras dos ratis arrastran el cuerpo de un pibe hasta la camioneta? Un cuerpo guachín que no pudo y que deja una marca de sangre larga, espesa, efímera. ¿Qué hacés posta?

Hay un tumulto, un patrullero, dos ratis con armas largas al cielo y el cuerpo de un pibe tirado ahí, inmóvil para siempre. Te acercás sin saber qué pasó, te acercás por inercia, por curiosidad, porque los cuerpos te llevaron hasta ahí. Te acercás con un gesto en la cara de asombro y temor. Te acercás, cómplice de esta guerra a muerte.

El que está a tu lado filma y relata, creés que dice uno menos. Quisieras que no lo haya dicho, pero sabés que es verdad, que lo dijo. Filma el recorrido de la mancha de sangre que deja el cuerpo arrastrado por los policías hasta la camioneta. Sigue esa mancha, y sabés que no va a parar hasta subirla como festejo, como enseñanza, como confirmación, para recibir unos me gusta.

¿Qué hacés cuando la vieja aplaude feliz y orgullosa al cobani que tiró sin preguntar, al gendarme que caga a bastonazos a dos guachos en el andén, a Patricia Bullrich cuando le hace el aguante a Chocobar? ¿Qué hacés ahí, en ese preciso instante en que un rati de civil patea el cuerpo de un flaco desangrándose por todos lados para ver si reacciona? ¿Qué hacés con la alegría del gordo de la rotisería, de la piba que volantea en la esquina, con la complicidad que busca en vos el venezolano con la mochila de Glovo?

Porque un pibe muerto, ahí, lleno de sangre, con los ojos blancos, con el fierro al lado, no es un militante. Porque ese pibe está solo, porque no tiene nada a su favor. Porque perdió del modo que jugó.

¿Qué hacés con todo lo que dijiste cuando el rati sonriente, conforme, exhausto es aplaudido de manera unánime? Estás rodeada y sola. Casi que ni se dieron cuenta de que no sos parte de esta fiesta aún.  ¿Qué haces con tus posteos, tus opiniones, tus movilizaciones, tu discusiones en el grupo de wasap de la escuela? ¿Arrancás a las piñas? ¿Levantás la voz? ¿Señalás al policía? ¿Corrés a postear? ¿Qué hacés frente a un hecho consumado? ¿Qué hacés con tus miedos reales?

¿Qué hacés cuando de a poco descubrís que tus miedos son iguales a los de todos, que tu umbral tiene forma de doña que no da más, que tus sueños caben en un Uber? ¿Qué hacemos con un grito tan lleno de odio, tan parecido a otros gritos, tan cercano que nos paraliza casi en forma preventiva?

¿Qué hacer cuando el odio se vuelve grito de guerra, consigna veraz, imágenes por venir que ya nos recabieron?

“Está explotando una bomba de tiempo que nadie quiso ver” // Entrevista a Vladimir Safatle

Según Safatle, la herencia nunca resuelta de la dictadura y la resistencia al programa neoliberal del pueblo brasileño marcan las condiciones en que los neoliberales decidieron que el único camino para implementar sus políticas es el autoritarismo. La no-campaña de Bolsonaro inaugura una forma de la política post liberal, llevada adelante por fuera del espacio público con un inaudito bombardeo de fake news.

Por João Soares para Deutsche Welle

 

Publicado el 9 de octubre de 2018

DW: ¿Cómo se explica la creciente adhesión al autoritarismo en Brasil?

 

Vladimir Safatle: Nada de la actual situación es comprensible sin remitirnos a lo que sucedió con el fin de la dictadura militar. Brasil fracasó rotundamente en conseguir superar su pasado dictatorial, que vuelve a asombrar ahora. Ningún país de América Latina tiene un riesgo tan explicito de militarización e incluso de un golpe de estado en los modos tradicionales como Brasil. Ninguno tiene una presencia tan fuerte en las Fuerzas Armadas en el cotidiano de la vida pública. Esto muestra, muy claramente, que la solución conciliatoria producida por la transición en dirección a la democracia fue la mayor cobardía histórica que el país conoció.

Ese paso conciliatorio conservó sectores de la clase política que estaban completamente vinculados a la dictadura, asi como preservó, en el seno de las Fuerzas Armadas, una mentalidad que justificaba situaciones de excepción que ahora vuelve. También preservó, en el seno de la sociedad civil, un potencial de apoyo a gobiernos aparentemente fuertes y autoritarios debido al hecho de que Brasil, en ningún momento, impuso un deber de memoria y justicia de transición, que sería fundamental para que no estuviésemos viendo regresiones como las de ahora.

DW: ¿Y cuál fue el papel de la Constitución de 1988, que acaba de cumplir 30 años, en este proceso?

VS: La Constitución de 1988 fue la expresión de esa gran política conciliatoria. Se dice mucho que es una constitución ciudadana, que garantiza derechos fundamentales. Por un lado, fue una constitución sin vigencia. Hasta hoy, tuvimos 95 enmiendas constitucionales, más o menos tres por año. Para aprobar una enmienda, el Congreso necesita de dos tercios. En el caso brasileño, esa negociación dura meses. Se llega a la conclusión muy clara, de que la función del Congreso Nacional desde el fin de la Constituyente fue simplemente de des-constituir la Constitución. Nació ya con este sello.

Por otro lado, 30 años después, hay leyes constitucionales que nunca fueron implementadas por falta de leyes complementarias. Es una aberración. La ley que establece el impuesto sobre las grandes fortunas es constitucional y nunca fue aplicada, por mera falta de ley complementaria. La constitución nace letra muerta.

Por otro lado, ella era resultado de una gran estructura de conciliación entre varios sectores de la sociedad brasileña, inclusive ligados a la vida militar. El ejercito llegó con 28 párrafos cerrados, prácticamente haciéndoselos tragar a los constituyentes. Entre ellos, el artículo que define la función de las Fuerzas Armadas. En el caso brasileño, la preservación del orden, otra aberración completa, porque la función de las FFAA es la defensa de la integridad del territorio nacional y punto. Entonces, lo que está explotando ahora era una bomba de tiempo que nadie quiso ver.

DW: ¿Es posible pensar en un gobierno de Bolsonaro en los moldes tradicionales, articulando en el Congreso para gobernar con mayoría?

VS: Dentro de un posible gobierno de Bolsonaro, varias opciones se ponen sobre la mesa. Estas van a depender mucho de los sistemas de resistencia que sucedan. Ahora, es importante recordar algunas cosas. La primera es que Brasil es una cierta aberración desde el punto de vista de los ajustes neoliberales hasta hoy.

Debido a los pactos de la Nueva República, no había condición de avanzar mucho, tampoco de retroceder. Había fuerzas sociales claramente constituidas que creaban un cierto equilibrio. Esto hizo, por ejemplo, que los grandes ajustes neoliberales aplicados en otros países latinoamericanos, como Argentina, no fuesen hechos acá.

Brasil llega a 2018 con dos de las más grandes empresas siendo públicas, así como dos de los más grandes bancos. Además de esto, con un sistema de salud que cubre 207 millones de personas y es gratuito, universal, cosa que ningún país con más de 100 millones de habitantes tiene. Hay, también, 57 universidades federales completamente gratuitas. No son universidades para la élite. Solo en la Universidad de San Pablo, 60% de los alumnos vienen de familias que ganan hasta diez salarios mínimos. Se percibe que Brasil llega a los días actuales en un situación muy atípica desde el punto de vista del neoliberalismo.

Los defensores de la agenda neoliberal comprendieron que la única manera de imponer sus reformas sería de una manera autoritaria, como en el modelo chileno de Pinochet. Es un neoliberalismo claramente autoritario, diferente del que tienen en Europa. Allá, la extrema derecha es anti liberal, proteccionista, que incorpora ciertas demandas sociales provenientes de la izquierda y usa la lucha contra el sistema financiero en su discurso.

Exactamente por esto, el neoliberalismo en Europa tiene que ser implementado por figuras más de centro. No es lo que sucede en Brasil. Hasta por que las encuestas muestran que 68% de la población brasileña está contra las privatizaciones; 71% contra as reformas en las leyes de trabajo y 85% contra las reformas previsionales.

DW: ¿La adopción de esta genda sería, por lo tanto, electoralmente inviable?

VS: Solo tienen una manera de implementarla: escondiéndola, no dejando que sea claramente expuesta y tematizada. La única forma de hacer eso es alimentar y resucitar los peores fantasmas autoritarios de la sociedad brasileña, colocandolos en el centro del debate político. Todas esas bravuconadas prejuiciosas son piezas fundamentales en la estrategia retórica de anulación del espacio político. Lo que vimos fue una anti-campaña, basada en el vaciamiento del espacio político, por medio de ese tipo de provocación a las minorías vulnerables –negros, mujeres, LGBT– que se movilizan, con toda justicia, y ese juego ocupa toda la escena de la campaña.

Por un lado, un potencial fascista que estaba más o menos reprimido gana derecho de existencia y aflora de manera muy fuerte. Esto viene de lejos. La dictadura militar tuvo apoyos civiles, y la gente conoce muy bien el patrón racista y prejuicioso de muchos sectores de la sociedad brasileña. Por otro lado, hay un elemento fundamental y absolutamente impresionante: la campaña sale del espacio público y se desplaza hacia el ambiente virtual, difícil de ser compartido por la sociedad. En ese espacio, la producción continua de imágenes y vídeos falsos de fuerte interpelación retorica, que pueden ser compartidos, termina poniendo el tono.

Vimos lo que pasó con los actos del sábado pasado [las movilizaciones contra Bolsonaro, con la consigna #EleNao]: grandes manifestaciones populares que ocuparon las calles de Brasil y, de repente, fueron anuladas. Nadie estaba sabiendo exactamente lo que sucedió. Justo después de esas manifestaciones, Bolsonaro tuvo un salto en las encuestas. Después fuimos entendiendo. Con una organización impresionante, una red muy vasta de circulación de imágenes, profesionalmente construida, se buscó anular ese acto con la construcción de un acontecimiento falso en su lugar. Hacían circular fotos que no tenían nada que ver con aquellas protestas, con el objetivo claro de denigrar sus propuestas. Consiguieron anular un acontecimiento callejero por medio de una movilización virtual.

Estos dos elementos constituyen otro modelo de campaña completamente fuera de los patrones tradicionales de la democracia liberal. Ella ya tiene sus límites, pero estaba obligada a conservar un espacio público al interior del cual la sociedad, como un todo, podía operar una opocisión. Ese elemento fue brutalmente retirado. El candidato Bolsonaro recibió una cuchillada y pasó la campaña entera fuera de ella. Todas las veces en que su vice o su economista hacían una declaración, eran dichos catastróficos, inmediatamente rechazadas. O sea, no hubo campaña, en el sentido tradicional del termino.

DW: Esta elección ya está marcada por la circulación masiva de las noticias falsas y el rechazo al periodismo. ¿Cómo es posible que haya debate si algunos grupos están cerrados a las discrepancias?

VS: La política nunca fue una cuestión de argumentación. Es un error creer eso. Se trata de la movilización de afectos, que, a su vez, expresan adhesiones a formas de vida distrintas y conflictivas. Vos no podes argumentar contra afectos, sino que los descontituís. Es un proceso diferente. No obstante, los afectos no son irracionales. Ellos tienen una dinámica propia y deben ser comprendidos en su especificidad. En cierto sentido, en una situación tecnológica como la nuestra, cualquiera puede producir fake news.

Cuando eran solo sectores consolidados de la prensa, existían manera de utilizar procesos judiciales para reaccionar y saber quien había sido. De una forma o de otra, un cierto nivel era preservado, pero, incluso así, está lejos de ser una cosa simple. Hay varias modalidades de construcción de noticias, utilizadas constantemente por grupos mediáticos. Pero ahora, hay un proceso en el cual esta función es invisible: uno no sabe quien lo produjo.

La campaña de Bolsonaro parecía un mamarracho, amateur, hecha a las apuradas. Pero empezamos a notar que no era así. Era extremadamente organizada, por la calidad del material que circulaba. Los materiales que anularon la manifestación contra él, comenzaron a circular horas después de los actos y eran extremadamente bien producidos. Yo me pregunto: ¿quién fue el responsable? ¿En qué productora fue hecho?

Ni siquiera se sabe quien es el publicista de Bolsonaro. ¿Será, entonces, que no había estrategia de campaña o, en realidad, ella está siendo pensada en otro lugar donde no llegamos siquiera a ver? Nada cierra en esta historia. Son organizadas redes en WhatsApp con más de 8 mil personas, que se articulan entre sí y proliferan un conjunto enorme de imágenes extremadamente bien editadas por profesionales.

DW: Los cientístas políticos acostumbran analizar la actual crisis política partiendo de la elección de 2014. ¿Pero cual es la relación del momento actual con las protestas de 2013?

VS: ese es un acontecimiento fundamental de la historia brasileña. El fenomeno de 2013 fue la mayor oportunidad perdida por la izquierda. Era una manifestación popular, que dejaba muy claro e nivel de descontento, frustración social, con una perspectiva de enriquecimiento que no ocurrió.

Podría, si, haber sido utilizada por la izquierda para decir: “Estamos presos de una camisa de fuerza para conseguir hacer un segundo ciclo de políticas de crecimiento y redistribución de renta. La gente precisa asumir esto y luchar contra varias barreras políticas” y cosas de esta naturaleza. Pero eso no fue hecho. La izquierda quedó con miedo del hecho de que las manifestaciones llevaron a la calle tanto a quienes estaban dispuestos a ir más lejos, como a sectores reactivos de la sociedad.

Toda manifestación popular convoca a los sujetos emergentes y a los reactivos. Si vos no sabes dar forma a los emergente, los reactivos toman la situación. Fue eso lo que sucedió. Un clásico, literalmente. Marx mostraba esto desde 1848, cuando intentó investigar como la revolución proletaria se perdió, transformándose en el ascenso de Napoleón Tercero, por el golpe del 18 Brumario.

Las protestas de 2013 muestran imágenes del pueblo contra el poder. Ante las imágenes del pueblo que fue a romper el Congreso Nacional y acabó prendiendo fuego el Palacio Itamaraty, siempre tenes aquellos que empiezan a gritar “orden”.

Comenzaron a hacer eso, y ahí llegó 2014. Después de la elección, yo escribí en el diario Folha de S. Paulo que la polarización no terminaría la semana siguiente y sólo iba a  profundizarse. Que era necesario estar preparados para eso. Que no iba a ayudar imaginar que la elección había pasado y ahora todo iba a volver a la normalidad. Pero el gobierno creyó que eso sí era posible e intentó crear un modelo de conciliación. Juntó a todos los sectores conservadores dentro del gobierno, desmovilizó su lado, mientras el otro lado fue para arriba ante el vacío, porque no había movilización en reacción.

En una sociedad polarizada, la primer cosa que tenés que hacer es fortalecer tu polo, porque a única posibilidad de sobrevivir es una especia de balance, juego de pelota parada. Vos ves que si avanzar demasiado el otro avanza también. Eso no fue hecho.

La izquierda brasileña quedó embalsamando un cadáver, que es el lulismo. Dio lo que tenía que dar, no daba más. Se dice que Lula tendría el 40% de los votos, y es verdad. Si estuviese en campaña, él ganaría, eso está claro. 

Por ese motivo, tuvo que ser puesto en prisión. En caso contrario, se volvía presidente. Pero el hecho es que esto ocurriría por una lógica muy racional de la población. El presente es catastrófico; el futuro, completamente incierto. Por lo tanto, vuelvo al pasado, que era mejor. De hecho, lo era. Esto no tiene nada que ver con el potencial de transformación que Lula representa, sino con una situación de pavor social. En tanto dinámica de transformación, el lulismo es un cadáver, aún cuando ganara.  

Ganó Chocobar // Diego Valeriano

Ganaron los linchamientos y también los que los festejan. Ganó el que atropelló al pibe en un piquete en Esteban Echeverría, ganaron los que silenciosamente justifican el acoso, las que trabajan todos los días, los que se alegran por los pibes muertos. Ganaron las que saben de los privilegios de la clase dirigente, los que están más pobres cada año. Ganó Baby y los que llaman a la radio. Ganaron las que odian todo porque vivir es horrible, porque viajar al laburo es horrible, porque volver es horrible. Ganó el que no puede creer que su vecino cobre el plan sin hacer nada mientras que él se come el garron de la vida cada día. Ganó Chocobar. Ganaron todos los traicionados, las que creyeron y todo siguió igual o peor cada día, los negacionistas. Ganó el gordo de la rotisería que es amigo del jefe de calle, y ganó la vieja que riega la corona de novia desde atrás de las rejas. Ganó, aunque más no sea un premio consuelo, la madre que recibió el llamado de la policía avisando que habían matado a su hijo en una entradera.

Ganaron los anti, las familias enteras que los domingos hablan de viajes y se quejan por el dólar, los que señalan desde el patrullero, y ganó la piba que marcha por el bolsón mientras que los payasos con pechera enloquecen frente a las cámaras. Ganó Pando, y ganó el que tiene que cruzar caminando el puente Pueyrredón cada día que se les ocurre cortar. Ganó Pato que quiere más sangre, y ganó la pobre doña que tiene la esperanza de que ahora sí, de que ahora de una buena vez le saquen el transa de la esquina. Ganaron ellos porque ya ni se puede creer en lo que creemos, porque en tren de justificar lo hacemos sin sentido, porque nuestras ideas no alcanzan, porque idolatramos panelistas verborrágicos creyendo que son dirigentes. Ganaron ellos porque cierta tristeza es para siempre, porque escabiamos para que no duela. Ganaron los que dicen poco, los que escuchan menos, los que piden venganza, los que odian mucho con ese odio que se enseña todos los días y en todos lados.

CONVERSACIÓN CON VLADIMIR SAFATLE SOBRE LA SITUACIÓN EN BRASIL // CLINÄMEN

El filósofo y docente analiza la coyuntura de cara a las elecciones que tienen como principales candidatos al fascista Jair Bolsonaro y al candidato del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad. Además describe la situación del país como “una guerra civil de baja intensidad”.

Fernando Haddad: “Lula es un parteaguas en la historia de Brasil” // La Tinta

El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso político hace 158 días, “pasó el bastón” a Fernando Haddad y a Manuela D’Ávila en la disputa electoral por la presidencia. El ex ministro de la Educación entre 2005 y 2012, y ex alcalde de la ciudad de São Paulo entre 2013 y 2017, sustituirá a Lula como candidato a presidente, mientras Manuela D’Ávila asumirá como candidata a vicepresidenta en la lista electoral del Partido de los Trabajadores (PT).

El anuncio fue realizado el martes por la tarde frente a la sede de la Policía Federal, en la ciudad de Curitiba, donde el ex mandatario está detenido. Lula escribió una carta dirigida al pueblo brasileño, leída por el abogado Luiz Eduardo Greenhalgh, uno de los fundadores del PT, donde explica la decisión de designar al ex alcalde de São Paulo para la disputa,destacando la actuación de Haddad como ex ministro de Educación y las políticas públicas que permitieron el acceso de cuatro millones de estudiantes a la educación superior durante su gobierno y el de Dilma Rousseff.

“En verdad, han prohibido que el pueblo brasileño vote libremente para cambiar la triste realidad del país. Nunca he aceptado la injusticia ni la voy a aceptar (…). Es frente a estas circunstancias que tengo que tomar una decisión, en el plazo que se me ha impuesto arbitrariamente. Estoy indicando al PT y a la coalición ‘El pueblo feliz de nuevo’ la sustitución de mi candidatura por la del compañero Fernando Haddad, que, hasta este momento, ha desempeñado con extrema lealtad la posición de candidato a vicepresidente (…). Si quieren acallar nuestra voz y derrotar nuestro proyecto para el país, están muy equivocados. Nosotros seguimos vivos, en el corazón y en la memoria del pueblo. Y nuestro nombre ahora es Haddad”, afirmó Lula en su carta.

 

Al final del documento, el ex mandatario pide a sus seguidores que voten por Haddad y por los candidatos a gobernadores, senadores y diputados del Partido de los Trabajadores.

Haddad dio un discurso en Curitiba donde afirmó que “no desistirá de Brasil y que recibió de Lula la misión de erguirlo”. El actual candidato también reiteró la importancia de Lula para la historia del país.

“No vamos a aceptar, vamos a erguirlo nuevamente, somos brasileños, tenemos la misión hacer que el pueblo recuerde los buenos días que hemos vivido. Siento el dolor de muchos brasileños y brasileñas que van a recibir hoy la noticia que no podrán votar por el candidato que nos gustaría ver subir la rampa del Palacio del Planalto y gobernar el país a partir del 1 de enero. Es un dolor sentido por el pueblo más querido de este país, que sabe lo que representaron nuestros gobiernos, desde el punto de vista de la historia, una historia tan cruel, injusta. Nuestro Lula representó y representa un parteaguas en la historia de Brasil, antes y un después. Lula salió de las entrañas de nuestro pueblo”, dijo.

El Comité de Derechos Humanos de la ONU reafirmó por tercera vez, el pasado lunes, la decisión de asegurar los derechos políticos de Lula como candidato. La presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, fue la responsable por presentar la decisión de la candidatura de Haddad. En su discurso, Hoffmann señaló que el PT, los partidos de la lista y los movimientos partidarios lucharon hasta el último momento por el derecho de Lula a ser candidato.

“Quienes participan en esta vigilia acompañan el presidente y conocen todos los enfrentamientos que estamos haciendo. Aunque, desde la cárcel, Lula lidera las encuestas de opinión. Luchamos mucho para hacer de Lula nuestro candidato a presidente. El 15 de agosto, al enfrentar todo ese proyecto, inscribimos la candidatura de Lula en una celebración muy linda en Brasilia. Siempre hemos creído que su candidatura es esencial para sacar el país de la crisis. Es muy triste ver a la democracia brasileña, si es que podemos hablar que vivimos en una, en este proceso. Aceptamos el desafío del presidente Lula, de no dejar al pueblo brasileño sin alternativa para su lucha”, afirmó antes de anunciar la candidatura de Haddad en la coalición “El pueblo feliz de nuevo”.

 

Lula lideraba todas las encuestas de opinión sobre las elecciones de octubre, pero fue impedido de participar en ellas debido a una decisión del Tribunal Superior Electoral (TSE).

El Partido de los Trabajadores mantuvo el nombre de Lula como candidato hasta el último momento posible en el calendario electoral de 2018.

El actual candidato por el Partido de los Trabajadores tuvo el mayor crecimiento en el último sondeo: subió cinco puntos porcentuales y alcanzó el 9 por ciento de la intención de voto. En el sondeo anterior, aún se presentaba al ex ministro de la Educación en un cuestionario posterior al oficial, que presentaba a Lula como candidato.

El PT apuesta ahora en la transferencia de voto de Lula a Haddad. El sondeo del Instituto Datafolha también señala que el 33 por ciento del electorado votaría por el candidato de Lula y el 16 por ciento que “podría votarlo”.

 

La Tinta

Por Rute Pina y Júlia Dolce para Brasil de Fato / Traducción: Luiza Mançano

Preso con Lula // Diego Valeriano

Hay que ir preso con Lula. Hay que aguantarla de verdad aunque sea una sola vez, la última. Hay que llamar a las amigas en Brasil, dejar de postaer, tomarse un bondi o un avión, juntarse entre varios y salir en auto. Hay que saquear el Coto, cagar a piedrazos los tribunales de Morón, saber que la alegría no sirve para nada.

Hay que armar ranchada, quemar colchones, pasar pastillas, dejar los taper sucios, amotinarse, saber que toda presa es política, en especial las pibas.

Hay que enfrentarse con el ejército, perderse en los pasillos del bajo, romper la noche, llorar como maricas, abrazar a las putas viejas de la colectora como solo las abrazaría Lula. Salir a cortar calles, quemar un patrullero en la madrugada de Ramos, putear en portuñol, romperle la boca de una trompada al que se atreva a decir algo malo de él.

Hay que llorar por que estamos perdiendo feo, saber que tal vez sea nuestra última oportunidad, la única, la que nos queda, la que ya  no podemos evitar.

“Vivimos una fase cada vez más explícita de guerra civil” // Entrevista a Vladimir Safatle

Entrevista realizada por Sergio Lirio a Vladimir Safatle, publicada el miercoles 28 de marzo de 2018 en Carta Capital. Discípulo del legendario Bento Prado Junior, Vladimir Safatle es filósofo. Sus trabajos, desde su tesis de doctorado La pasión del Negativo: Lacan y la dialéctica (2006), se ocupan del cruce entre filosofía y psicoanálisis. Entre sus libros se encuentran Cinismo y falencia de la critica (2008), Lo que resta de la dictadura: la excepción brasileña (con Paulo Arantes, 2010), Una izquierda que no teme decir su nombre (LOM, 2012) y El circuito de los afectos: cuerpos politicos, desamparo y el fin del individuo (2015) y Solo un esfuerzo más (2017)

 

 

¿Vive Brasil una escalada fascista?

 

Los últimos acontecimientos demuestran claramente que entramos en una fase cada vez más explicita de guerra civil. No hablo sólo de los tiros al omnibus del ex presidente Lula. El asesinato de Marielle Franco hasta ahora no mereció ningún tipo de respuesta de parte de las autoridades. No hay ninguna información, incluso después de la enorme conmoción causada por su muerte. Sorprende que Geraldo Alckmin, gobernador del estado más grande del país, y otros mandatarios naturalicen el atentado contra la caravana de Lula. Alckmin prácticamente dice que el expresidente se lo merece, ignorando completamente la diferencia entre la violencia simbólica de la política y la violencia real del exterminio.

 

¿Qué o quién podría resolver este impasse?

 

No hay solución a corto plazo. La sociedad brasileña camina hacia los extremos de la radicalización política. Y no veo otra salida. La cuestión es que hasta el momento sólo uno de los extremos se organizó, el campo reaccionario. El extremo progresista continúa preso a una cierta creencia en que existe un pacto de normalidad en la vida política nacional. Ese pacto terminó. La política nacional no está en una situación normal. Es necesario tener esto en cuenta y estar preparado.

 

¿Esta falta de entedimiento de la realidad explicaría el hecho de que las manifestaciones espontáneas después de la muerte de Marielle no se hayan convertido en algo más efectivo y organizado?

 

No existen actores políticos en Brasil que consigan expandir estas demandas y dar a ellas un carácter de explicación genérica de la situación nacional. La sociedad está en plena ebullición y las manifestaciones son todas espontáneas, como fueron las protestas del año pasado contra el gobierno de Michel Temer y la huelga general, que movilizó 35 millones de trabajadores. Pero faltan actores políticos que consigan sostener esa ebullición en el tiempo. Los partidos están degradados. Hay un déficit brutal de organización en el país. Toda esta fuerza, enorme, se pierde por completo.

 

En general, en Brasil, momentos como este desembocan en soluciones autoritarias. ¿Existe ese riesgo?

 

Sí, evidentemente. Es importante para la izquierda prepararse para todas las situaciones posibles. Siempre que hubo un retorno autoritario, la izquierda siempre fue la última en abandonar la esperanza en el Estado Democrático de Derecho. Se quedaba esperando por algo que ya no existía, mientras los reaccionarios organizaban la salida autoritaria. Es evidente que el fantasma flota en el aire. El año pasado, el general Hamilton Mourão habló explicitamente de un proyecto de golpe militar y no fue desmentido por sus superiores. Se crea una situación de tensión cada vez mayor. La elección, sabemos, va a ser una farsa, digna de la República Velha, en la cual se deja afuera a los candidatos que no se quiere que ganen. El pacto de democracia mínima en el país ya no existe más. No es casual que Temer acaba de decir que no hubo golpe en 1964, sino un movimiento consagrado por el pueblo. La declaración, inclusive, es falsa desde el punto de vista histórico. Estudios de opinión de la época mostraban que João Goulart sería el candidato más votado en las eleciones presidenciales. Es una falacia más en la tentativa de transformar en elección popular una decisión de las elites. Esta declaración elogiosa de Temer no es nada extraña.

 

Fuente: https://www.cartacapital.com.br/politica/safatle-201cvivemos-uma-fase-cada-vez-mais-explicita-de-guerra-civil201d

Entrevista a Joao Pedro Stedil // MST (Movimiento Sin Tierras) – Brasil

ENTREVISTA A JOÃO PEDRO STEDILE

ECONOMISTA, MIEMBRO de la COORDINACION NACIONAL

DEL MOVIMIENTO DE LOS TRABAJADORES RURALES SIN TIERRA (MST), de la via campesina Brasil  y de la articulación de movimientos populares hacia una asamblea internacional de fuerzas populares

 

29 SEPTIEMBRE DE 2017-

 

 

 

1.- El MST, desde sus inicios trazó políticas reivindicativas de altísimo contenido agrario y, en la actualidad, continúa reclamando una nueva y profunda política redistributiva de tierras. ¿Cuál es la real dimensión de la concentración de tierras y/o el problema agrario en Brasil? ¿Qué elementos debe tener cualquier reforma agraria inclusiva y justa, que favorezca a las mayorías? ¿Cómo califican, en términos políticos, económicos, sociales y ambientales, los efectos del agro-negocio local?

 

Bueno, Brasil es el país del mundo de mayor desigualdad social.  De mayor diferencia entre el uno por ciento más rico  y los 80% más pobres.  Y eso se refleja en la propiedad de la tierra.  Somos el país más latifundista del mundo.  Menos de uno por ciento de propietarios, que son unos 36 mil familias retienen el 52% de todas las tierras del país, alrededor de 300 millones de hectáreas.  Por acá tenemos empresas con un millón de hectáreas.  Del otro lado de la moneda, 4 millones de familias de campesinos sin tierra, 5 millones de obreros agrícolas y unos 4 millones de campesinos con poca tierra.

Además, en las últimas dos décadas el campo brasileño fue apoderado por el capital financiero y las empresas transnacionales que impusieran su modelo de producción agrícola que es el agro-negocio.    El agro-negocio significa la imposición del monocultivo en escala elevada, mecanización intensiva, uso de semillas transgénicas, como forma de control de la producción y elevado grado de utilización de agro-toxicos como forma de librarse de la mano-de-obra.   Y la mayor parte de la producción son solo commodities agrícolas para exportación.

 

Frente a esa realidad surgió en la década del 80 nuestro movimiento, como un movimiento campesino, que luchaba por la distribución de la tierra.  Así, la reforma agraria era sinónimo de la consigna zapatista: “tierra para quien la trabaja!”.   Y para esa lucha anti-latifundista adoptamos la forma de tomas de tierras. Hemos hecho más de 5 mil tomas de tierras en esas tres décadas de existencia.  Hemos conquistado asentamiento para más de 300 mil familias de sin tierras.    Pero, eso es insuficiente.   Frente a la metamorfosis del capital en el agro y frente a las demandas de una vida digna en el campo.

Así, hemos ajustado nuestro programa agrario, y ahora resumimos en la idea de una REFORMA AGRARIA POPULAR, o sea, que los cambios estructurales en el campo deben atender a toda población, de ahí el popular y no más solo campesina.

Un programa así, quiere decir que cambiaron los paradigmas, y ahora no es solo apenas tierra para trabajo, para el campesino.  Eso sigue.   Pero incluimos la idea de que nuestro objetivo mayor debe ser tierra para producir alimentos sanos para todo el pueblo.   Para eso debemos abandonar los agro-tóxicos, los transgénicos y adoptar la matriz de producción agroecológica.  Que es también un nuevo paradigma para el campo.

Debemos producir en equilibrio con todos los seres vivos que hay en la naturaleza.

Debemos desarrollar las fuerzas productivas con organización de la agroindustria en forma cooperativa.  Porque sin agroindustria no habrá aumento de renta. No es posible transportar los alimentos y conservarlos.  No habrá empleo para la juventud, que no quiere ser solo campesina, trabajar la vida entera con azada, pero quiere vivir en el campo, estudiar, tener renta.

Incluimos el paradigma de la universalización de la educación, luchando por escuelas en todos los niveles, desde la infancia hasta la universidad para todos los hijos de campesinos.  Y en esos años hemos logrado formar más de 5 mil egresos de universidades sin salir de campo, utilizando el método de cursos con enseñanza alternativa.  Dos meses intensivos en la universidad, dos meses en su comunidad.   Así no pierde las raíces, los vínculos sociales y se mantienen en el campo después de formados.

Incluimos el tema de la valoración de la cultura del campo, desde la culinaria, la música, el respecto a las creencias, etc.

Y con ese nuevo programa agrario, logramos ahora enfrentar al proyecto del capital que es el agro-negocio.   Solo con tomas de tierras no es suficiente para derrotarlos.

 

 

2.-A fines del pasado mes de julio unos 15 mil miembros del MST tomaron fincas y haciendas de altos personeros de Gobierno, de hecho, ocuparon tierras del ministro de Agricultura, Blairo Maggi, en el estado de Mato Grosso, y del propio Michel Temer, en São Paulo. ¿Qué otras formas de lucha, legales e ilegales, emplea el MST? ¿Cuál es su base de apoyo?

 

Brasil vive tiempos difíciles porque la burguesía tomo de asalto al gobierno federal con un golpe.   El golpe fue para que la burguesía, vinculada a las transnacionales se logre salvar sola, frente a la grave crisis económica, social, ambiental y política que vivimos. Y para que ellos puedan salir de la crisis, necesitan poner todo el costo social a las espaldas del pueblo, de los trabajadores.

Ante eso, la táctica principal de todos los movimientos populares que nos aglutinamos en la FRENTE BRASIL POPULAR, es derrocar el gobierno y recuperar el derecho de elegir nuevos mandantes, democráticamente.

Nuestra jornada de tomas de tierras de políticos corruptos, que están en el gobierno fue para denunciar al pueblo, el grado de degeneración, de corrupción que envuelve los actuales mandatarios.   Todos, todos ellos corruptos, y muchos de ellos, incluso el señor Michel Temer, ponen parte de sus corrupciones comprando haciendas, para disfrazar a la población.  Por eso ya hemos tomado tres veces la hacienda de Temer, y la seguiremos tomando, hasta que se vaya.

 

Nuestras formas de lucha, a lo largo de las tres décadas han sido muy amplias, hacemos desde las tomas de tierras de forma masiva, con toda la familia campesina, desde niños a ancianos, para aumenta la fuerza social y poder desarrollar conciencia social de los que participan en la lucha concreta.  Hacemos marchas masivas y de larga distancia, que aprendimos con los pueblos andinos.   Ya hicimos en 1997 una marcha con 2 mil kilómetros, con más de 5 mil militantes.

Hacemos tomas de escuelas, de organismos públicos, destruimos campos de reproducción de semillas transgénicas, etc.

Pero hacemos luchas también propositivas, como son las luchas por conquistar clases campesinas en la universidad, construcción de viviendas en el campo, etc.

Y desarrollamos en todo el país, escuelas de Agroecología  y ferias de productos agroecológicos en las grandes ciudades para concientizar la gente que es posible producir alimentos sanos y a precios accesibles.

Todas las formas de lucha son necesarias y buenas, desde que las hacemos de forma masiva, con amplia participación de la gente.  ¡Y como dice el dictado popular, “solo pierde quien no lucha!”

 

3.-Además, si pudiera referirse sintéticamente al proyecto político del MST, la presencia territorial a nivel nacional, así como a alguna experiencia concreta de empresas socializadas o cooperativas que administren como movimiento.

 

Bueno, el movimiento tiene presencia en casi todo el territorio nacional, pero más en la región noreste y sur del país, donde predominan los campesinos sin tierra.  En la amazonia despoblada y centro oeste, que hace frontera con Bolivia, casi no tenemos gente, ni lucha.  Aunque predomine el latifundio.  Pero sin mucha gente no logramos avanzar.    Así, en la amazonia, apoyamos la causa indígena, y defendimos que se desarrollen proyectos de preservación del medio ambiente  y de respecto a nuestras reservas mundiales de agua  dulce, de biodiversidad  y de oxígeno.    La amazonia representa el 60% del territorio nacional.

 

En cuanto a avances que tenemos en otras formas organizativas productivas, hemos desarrollado, a lo largo de esos años, muchas formas de cooperación agrícola.   Que estimulan la división del trabajo, la agroindustria y el desarrollo de las fuerzas productivas en el campo, pero bajo el control de los campesinos.    Todas las formas de cooperación agrícola son necesarias y diversas.  Porque dependen de distintos niveles de acumulación de capital y trabajo y de niveles de consciencia organizativa distinta.  Y esas dos condiciones objetivas y subjetivas son las que, en efecto, determinan la forma que cada comunidad /asentamiento va adoptar.

Hoy tenemos desde grupos comunitarios informales, para organizar una feria agroecológica, utilizar un tractor de forma colectiva, hasta cooperativas de alto nivel organizativo, que industrializan más de tres millones de litros de leche por semana, con sus subproductos de leche larga vida, queso, yogures, mantequillas, bebidas lácteas, etc.

Pero, nuestro orgullo mayor, es nuestro sector de arroz orgánico.  Hoy somos el mayor productor de Latinoamérica de arroz orgánico, con la producción anual de 600 mil sacas de arroz agroecológico. Y lo industrializamos y ponemos en la merienda escolar de nuestro país y exportamos para Europa y Venezuela.

También tenemos una gran planta de jugo de uva, natural.

 

[Represión a MST]

4.-El 4 de noviembre de 2016, la policía civil  de Mogi das Cruzes, irrumpió violentamente en la Escuela Nacional Florestan Fernandes (ENFF) en Guararema, São Paulo, sin orden judicial y efectuando algunos disparos. ¿Cuál es el estado actual de los movimientos sociales en Brasil en cuanto a padecimiento de “criminalización de la protesta”, represión, etc.?

 

El episodio de invasión armada de nuestra escuela nacional de formación de cuadros fue extemporáneo, un error de la policía, que aglutino solidaridad de todo el mundo, y por eso se volvió contra la propia policía y el gobierno golpista.

Pero, más allá de eso, hay una violencia estructural en el campo que es practicada sistemáticamente por el latifundio y las fuerzas que lo defienden, sean milicias privadas sea la policía militar local, que siguen sus órdenes.

En general esa violencia es practicada de forma localizada contra los líderes   individuales que no están acostumbrados a hacer luchas de masa. Y por eso el latifundio se aprovecha.  Y por eso ocurren en las regiones más alejadas, de la amazonia.   Dos estados son los campeones nacionales de violencia contra campesinos: Para e Mato grosso.

Por lo general tenemos alrededor de 50 asesinatos por año.  En los últimos años incluso, líderes indígenas han sido las principales víctimas de ellos.  Y también afro-descendientes.  Porque esos dos grupos sociales están en la frontera agrícola, y el capital quiere avanzar sus propiedades con su modelo de agro-negocio y se encuentra con esas comunidades tradicionales, y de eso resulta el conflicto.  Que el latifundista se cree con el derecho de resolverlo de forma armada.

En el MST nos hemos protegido contra eso, con luchas de masa.  La lucha de masa altera la correlación de fuerzas en el campo y pone los latifundistas en defensa.

Por otro lado, con el golpe hay una persecución política, contra la organización de los trabajadores.  Así, los aparatos de inteligencia, de persecución judicial son los más activos contra nosotros.

Y también, la más peligrosa es la represión mediática.  Los medios televisivos de la burguesía, que mantienen el monopolio de la información en Brasil,  hacen la represión previa.  Nos acusan, mienten y con eso  intentan poner la población de la ciudad contra nosotros, y generar las condiciones propicias para los procesos represivos  de su poder judiciario, que también es un monopolio de la burguesía.

Así, ojo, la peor represión es la mediática-judicial, porque  intentan condenarnos previamente frente la opinión pública, frente al pueblo.  Para aislarnos de ese pueblo.

 

[Golpe a Dilma Rousseff]

5.-Hace trece meses el Parlamento brasilero, tras acusarla de “pedaladas fiscales, corrupción en Petrobras y crímenes de responsabilidad”, destituyó a Dilma Rousseff. ¿Qué ocurrió en el país para que la derecha materializara constitucionalmente un golpe de Estado contra una presidenta electa en las urnas? ¿Cuáles son los errores del PT, y en general de las fuerzas aliadas a los petistas, que impidieron la consolidación y defensa del Gobierno de Dilma? ¿Por qué la bonanza económica de la última década no estuvo acompañada de procesos de movilización y participación de las masas así como de un serio trabajo de concientización anticapitalista?

 

Vamos por partes.  En el periodo de 2003-2010 Brasil vivió un boom económico, la economía creció a 6, 7%.  Y eso permitió tener un excedente económico.  Con el gobierno Lula y el primer mandato de Dilma, era posible entonces aplicar una política de conciliación de clases, donde todas las clases podían ganar, aunque los banqueros ganasen más, como advertía Lula.  Y a ese programa se llamó de neo-desarrollista. Crecimiento económico con distribución de renta (no de riquezas patrimoniales) y un rol importante de las políticas públicas, del estado.

En eso periodo, el PT  y los partidos de izquierda que estaban en el gobierno, se volvieron prepotentes, se creían invencibles, abandonaron el estímulo a la organización  y concientización de las masas.  Y no quisieron enfrentar a la burguesía promoviendo reformas estructurales.  Porque la economía crecía, sin reformas y porque el gobierno era de conciliación.  La burguesía tenía fuerte presencia en el gobierno, por general controlando los ministerios de la economía y de las comunicaciones.   La izquierda se quedaba con los ministerios de área social y política externa.

Y como ese modelo lograba resultados electorales, los que estaban en el gobierno no aceptaban críticas de los movimientos populares, donde estábamos nosotros.

 

Pero, en 2008 vino la crisis, que Lula la enfrentó con políticas públicas y logro detenerla temporariamente, hasta que volvió con fuerza en 2010 a 2014.   Y entonces con la estagnación económica, de no haber excedentes para repartir, hubo el rompimiento de la conciliación de clases.   Y la burguesía abandono el gobierno.   Y Dilma no tenías el liderazgo popular de Lula, para poder aglutinar fuerzas sociales y las masas, para hacer reformas.

En las elecciones de 2014, la burguesía tomo la decisión de apoderarse de los cuatro poderes de la república, para tener la hegemonía del poder absoluto y así enfrentar la crisis, salvándose y poniendo todo el costo sobre las espaldas de la clase trabajadora.

Utilizando la metáfora del Titanic. La economía y la sociedad brasileña estaban ahogandosé, y la burguesía trató de salvarse sola, busca los botes salva-vidas para ella, y juega al mar, para ahogarse, a la “segunda clase y tercera clase”, o sea los trabajadores.

Así, financiaron a peso de oro y gastaron más de dos mil millones de dólares para elegir al nuevo congreso. No hay paralelo en el mundo de una burguesía gastar tanto dinero para elegir sus diputados.   Y lo lograron, tenemos el peor parlamento de toda historia.  ¡Un bando de conservadores, corruptos, una cuadrilla!

Pensaban derrotar también a Dilma en las urnas, pero no lograron.   Y al otro día empezaron a conspirar.

Dilma cometió un error más, asumió el gobierno, y traiciono su programa de campaña y entrego la política económica a la burguesía que puso un banquero de ministro.  La crisis económica se ha profundizado, y el resultado es que las masas que habían elegido a Dilma, ahora le dieron la espalda.

Cuando los medios se dieron cuenta de eso, fue solo cuestión de tiempo y de buscar una fórmula jurídica para tumbarla y se aglutino entonces el poder judicial, el congreso y  los medios masivos, aislaran la presidenta  y le dieron el golpe.

Nosotros de los movimientos populares salimos a la calle, pero el pueblo no salió.  Nos dejó solos.

Así, fue la novela de la lucha política que resulto en el derrumbe del gobierno Dilma. Un golpe de la burguesía, sin que el pueblo haya reaccionado.

 

 

6.-Además, ¿inscribiría el golpe patronal a Dilma en el marco de la contraofensiva restauradora neoliberal en el continente u obedece más a dinámicas históricas y políticas locales? 

 

Claro, hay una crisis económica que es del modo de producción capitalista a nivel internacional.  Brasil y Latinoamérica estamos en la periferia del sistema. Cada vez que hay una crisis en el centro, las fuerzas del capital se mueven, para venir a la periferia sacar más ganancias, para poder enviar más recursos a sus matrices, y recuperarse con más rapidez en el centro del capitalismo.

Y así fue, por acá operaron, los bancos, las agencias informativas y claro también los organismos de inteligencia de los gringos apoyando, financiando, haciendo encuestas de apoyo para la derecha.   Pero, eso es complementario, el principal fue la derrota que tuvimos en la lucha de clases, por no haber comprendido la naturaleza de esa lucha de clases sobre todo a partir del 2013 para aquí.

 

[Gobierno de Temer]

7.-Una mirada, desde el exterior, a la administración Temer, se sorprende por la vertiginosa y eficaz contraofensiva neoliberal que, en materia económica, en menos de un año, a través, por ejemplo, de la Enmienda Constitucional 95, ha resucitado el Consenso de Washington, afectando a las mayorías y, particularmente, a la clase trabajadora criolla. ¿Efectivamente asistimos a una especie de “refundación neoliberal” en Brasil? ¿Qué clases y/o grupos económicos son los que sostienen a Temer? ¿Cuáles calcula serán los efectos de esta oleada privatizadora, represiva y que violentan los derechos de las capas sociales más pobres? 

 

Primero, veamos la coyuntura continental. No creo en una nueva hegemonía neoliberal en Latinoamérica. Y tampoco en una derrota histórica, que muchos sectores de izquierda utilizan, a veces para justificar “su nada a hacer”.

Veamos.  En la década de 90, si hubo una hegemonía total del neoliberalismo o sea de la forma del capital dominar Latinoamérica.  Fruto también de la derrota socialista del 89.    Y eso resulto en gobiernos de derecha en todo continente.

Luego a partir de la victoria de Chavez, tuvimos en la década de 2000, el avance de las fuerzas progresistas.  Y el surgimiento, de dos nuevos proyectos, el neo-desarrollismo, que era una propuesta de conciliación de clases para el crecimiento económico con distribución de renta, que se aplicó en Brasil, Argentina, Uruguay y en chile de Bachelet.  Y el proyecto de ALBA, que proponía una política anti-imperialista y de integración  continental.  Que fue adoptado por Venezuela, cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador..

Durante esos 15 años, hubo una disputa permanente entre los tres proyectos: neoliberalismo, del imperio, el neo-desarrollismo y el proyecto ALBA.   En ese periodo, cada proyecto eligió diversos gobiernos, a veces perdía, a veces avanzaba.  Había una disputa y un equilibrio de las fuerzas permanente a nivel continental.

Con la crisis económica internacional, que afecto duramente a todo el continente, ¿Qué paso?   Todos los tres proyectos entraron en crisis.   Todos ellos perdieron posiciones.   Y por lo general, resulto una situación en que ninguno de los proyectos tiene esperanza y apoyo popular, masivo,  con excepciones de  Bolivia, Cuba e Venezuela.   Ninguno de los proyectos tiene hegemonía continental.   Y, por lo tanto, tenemos un equilibrio en la derrota de los tres.

Y de parte de las masas, hay todavía un escepticismo en esas vías.

Por eso, podemos decir, que tendremos un largo periodo, de recomposición de fuerzas, hasta que logremos avanzar para la retomada del re ascenso del movimiento de masas, que pueda alterar la correlación de fuerzas continental a nuestro lado.

 

Segundo, a nivel de Brasil  y de la naturaleza de las políticas económicas del capital.   No hay mucha novedad en lo que están haciendo.  Ellos necesitan salir de la crisis económica.  Para eso, necesitan salvar las grandes empresas, vinculadas también al capital extranjero.

El guion para lograr los “bote-salvavidas” en el naufragio del titanic capitalista, es claro:

  1. Recuperar la tasa de ganancia adentro de las empresas, y para eso necesitan, despedir gente, disminuir los costos de mano de obra, quitar derechos conquistados por los trabajadores. O sea hay una disputa mayor, más violenta por la plusvalía, dentro de las empresas.
  2. Apoderarse de la plusvalía social recaudada por el estado. Por eso necesitan de gobiernos serviles, bajo su control absoluto.  Con eso disminuyen programas sociales, de distribución de renta, y concentran los recursos en la recuperación de las empresas, disminución de impuestos, etc.
  3. Apoderarse de los recursos naturales, como agua, petróleo, minería, biodiversidad, florestas y hasta oxigeno por la vía de los créditos de carbono.   Los recursos naturales no tienen valor, porque no son resultado del trabajo humano, pero al volverse mercancías en el mercado adquieren precios, muy arriba de su costo, y eso genera una renta extraordinaria para su explotación.   Por eso necesitan privatizar el control de esos recursos.     Aquí se habla incluso ahora de privatizar las grandes haciendas para el capital extranjero.  O sea, la burguesía nativa está entregando todos los recursos naturales para sus socios externos.
  4. Privatizar los servicios públicos, que pueden dar buenas ganancias, como la seguridad social privada, los servicios de salud, transporte, aeropuertos, etc…   Quieren privatizar el servicio de energía eléctrica con la Eletrobras, servicios bancarios del Branco do Brasil y de la CAIXA económica, que son bancos públicos.

Por aquí se habla incluso, de privatizar el servicio de correos,  y hasta la casa que fabrica la moneda, el dinero.   Brasil es uno de los pocos países que pueden hacer papel moneda.  Y quieren entregar a los gringos, porque es un servicio de alta renda.

  1. Por último, necesitan reubicar nuestras economías en la órbita de los intereses de la economía y de las empresas gringas.

Eso es el manual del capital.    No necesariamente es una ofensiva neoliberal.  Eso lo que siempre hacen en las crisis.   Pero eso tiene contradicciones  graves,  y por eso no se transforman en hegemonía neoliberal.   Las contradicciones, son que esa política salva algunas y las principales empresas, pero no salva la economía como un todo.    La contradicción es que al afectar a todo pueblo, le quita apoyo y hegemonía.  Hoy nuestro gobierno tiene solo el 3% de apoyo popular.  O sea, ni la clase media los apoya.  Esta avergonzada porque tumbaron a Dilma y ahora tienen un gobierno peor.

En la misma orbita subordinada a la economía gringa no les dio ganancia. Porque como la crisis es mundial, los gringos sacan ganancias de Latinoamérica, y no invierten, en proyectos productivos.  Y con eso la crisis se profundiza.

Los niveles de desempleo son los más altos de la historia, en Brasil, y creo en casi toda Latinoamérica.

Concluyendo, tenemos una hegemonía política del capital, en los poderes de la república, pero no en la economía y mucho menos en la sociedad.  Y eso significa que la crisis seguirá por años, hasta que las masas se acuerden y se levante.

 

 

[Presidenciales 2018]

8.-Durante el primer semestre, la casi totalidad de las empresas encuestadoras sitúa como favorito en intención de voto a Lula para las presidenciales de octubre del próximo año. ¿Qué representa la figura del ex presidente para la población brasileña? ¿Qué proyecto político enarbola Lula? ¿Cuáles son los desafíos que debiera enfrentar en caso de resultar ganador? ¿Cómo ve el MST la eventual postulación del ex sindicalista metalúrgico?

 

Lula es símbolo, encarna la clase trabajadora, el pueblo brasileño como un todo.  Él es mayor que el PT, es mayor que una simple alternativa electoral.  Frente a la ofensiva de la burguesía, la clase trabajadora, el pueblo dice, entonces necesitamos de Lula, para derrotarlos.

Por eso, ahora la burguesía quiere, de todo modo, encarcelarlo e impedir su candidatura.

Nosotros de los movimientos populares decimos que Lula, tiene que juzgar en ese momento un rol, de agitador de las masas, para ponerlas en contra el plan golpista de la burguesía.   Y anunciar que es posible otro modelo, otra forma de enfrentar los problemas de la gente.

Defendimos que él sea candidato, aunque en la cárcel, como ocurrió con Mandela.   Y lo sacaríamos de las urnas para el Palacio del Planalto.

Pero, tenemos mucha lucha todavía.   Primero, tenemos que dar una lucha en defensa de nuestros derechos, que están quitando, en defensa de la soberanía nacional y popular, en defensa de los recursos naturales. O sea, tenemos que estimular todo tipo de luchas de masas, para mantener movilizadas las masas.    Y al mismo tiempo ir discutiendo, construyendo colectivamente un programa popular para el país.   Un programa que enfrente la crisis económica, salvando la clase trabajadora y quitando los barcos a la burguesía.   En eso estamos.

Lula ahora, será portavoz de la clase trabajadora, ya no puede y no tiene espacio para ser el conciliador de las clases como fue de 2003-2010.   El modelo del neo-desarrollismo ya no cabe.

Claro que el programa no será solamente resultado de debates y construcción colectiva que estamos haciendo en la FRENTE BRASIL POPULAR, sino que será fruto de la correlación de fuerzas.  Pero, vean, la victoria electoral de Lula, no es una campana electoral normal, será una verdadera y conflictiva lucha de clases.

Así, les informo que tendremos muchos años por delante de agudización de la lucha de clases, en Brasil  y en toda América latina.   Y eso es bueno.

 

9-Igualmente, ¿cuánto ha pesado en el deterioro de la imagen de Lula la ofensiva política-mediática-judicial que lo acusa, entre otras cosas, de corrupción y formar parte de una “organización criminal”, al interior del PT,  con el objetivo de beneficiar, mediante concesiones fiscales,  a determinadas empresas a cambio de dinero y bienes?   

 

Acá en Brasil, el proceso político-electoral es una vergüenza, la burguesía secuestro las elecciones, gasta millones de dólares y elige a quien quieren.   La democracia formal burguesa está en crisis y desmoralizada.   Y la izquierda necesita hacer una crítica dura a esa forma de democracia, y no intentar buscar espacios, para ella misma hacer las mismas prácticas de la burguesía.

Por eso, defendimos acá en Brasil convocar con el próximo gobierno Lula, una asamblea constituyente para hacer una reforma política y del poder judiciario, de fondo.

La gente ya no cree en elecciones, porque sabe que su voto no pesa, no cambia la realidad.

La democracia burguesa, del voto, es una farsa en todo el mundo.  Y necesitamos debatir  y buscar nuevas formas de participación popular  y de ejercicio de las masas en los espacios institucionales.

 

Ahora, en el caso de Lula, desde que salió del gobierno en 2011,  la burguesía lo ataca todos los días, por todos los medios.    Pero la realidad  es más real do que la propaganda. Y Lula ha mantenido la credibilidad  y la confianza de las masas. Por eso, ahora intentan impedir  que dispute las elecciones.

El PT a principios tuvo  dificultades, creo que perdió credibilidad frente a la juventud.   Pero el descredito de la juventud, infelizmente es contra todos los partidos  y no solo el PT.    Yo creo que la juventud esta desesperanzada, y con razón, de las estrategias electorales,  y quiere señales de cambios estructurales en la sociedad.

Entonces, los verdaderos retos que tenemos en la izquierda, en los movimientos populares, no es solo hacer autocrítica o analizar los errores del PT, del Gobierno Dilma, sino que debatir una nueva estrategia de disputa del poder político en la sociedad.  Y de allí, creo que  Gramsci, el más auténtico santo italiano, nos puede ayudar mucho, cuando desarrolla la tesis del estado ampliado, señalando para la izquierda, para los socialistas, que deberíamos disputar todos los espacios de poder políticos que haya en la sociedad, como en una fábrica, una radio, un sindicato, una iglesia, una universidad  y no solo se quedar con la idea única de disputar gobiernos.

Por otro lado, tenemos el reto de estimular grandes luchas de masa.  Sin luchas de masas no hay cambios.    O sea, necesitamos organizar el pueblo para que luche.

 

[Mapa continental]

10-En menos de cinco años, una mirada rápida al mapa político continental, nos mostraría fehacientemente un “cambio de colores”. Electoralmente acceden al gobierno proyectos reaccionarios como el de Macri en la Argentina y Kauczynski en Perú, obtienen victorias parciales la derecha en Venezuela y Bolivia, se destituye ilegalmente a presidentes progresistas en Brasil y Paraguay, se consolida la Alianza del Pacífico y comienzan a tambalear alternativas integradoras como ALBA, UNASUR y CELAC. ¿Qué ocurre con la izquierda sudamericana? ¿Carecemos de proyectos políticos atractivos a las mayorías? ¿Dónde debe hacer hincapié para  ensanchar sus bases de apoyo y a través de qué formas? ¿Cuáles son las “tareas pendientes” en la región más desigual del planeta?

 

Como hable en otras preguntas, claro que hubo cambios en todo el continente.  Pero estamos en un periodo de disputas, y todos proyectos están en crisis.      La derecha y el capital no lograran imponer con legitimidad y apoyo popular su proyecto.

Si quieren, vean la situación económica, social e política de México, Colombia, Guatemala, donde ellos tienen sus gobiernos hace anos…

Claro que están tratando de destruir todo lo que era parte del proyecto ALBA de integración popular, como es ALBA, CELAC, UNASUR, etc.  Pero es parte de la lucha.   Vean tampoco han logrado hegemonía con OEA, o el gobierno Trump, que no tienen ningún apoyo en latinoamericana.

Por otro lado, claro, la izquierda necesita  renovarse.   Hay necesidad de renovación en términos de debate de estrategia política.  No podemos más seguir siendo rehenes de estrategias electorales, de solo pensar en ganar las próximas elecciones.  Y para ganar se tiene que hacer todo tipo de alianzas oportunistas y con clases antagónicas… Necesitamos estrategias de acumulo de fuerza popular, de organización para disputar el poder político en la sociedad, para transitar para sistemas post-capitalistas.

Y necesitamos renovar nuestros métodos de trabajo, nuestro que-hacer-político.  Me refiero, a la necesidad de hacer trabajo de base, ir conversar, convencer  y organizar la gente, en sus espacios de vivienda, de trabajo, en las escuelas, universidades, campos, etc.

Necesitamos retomar la necesidad de organizar luchas de masa, confiar que solo la lucha de masas son la fuerza de la clase para alterar la correlación de fuerzas.

Necesitamos retomar la formación política de militantes y cuadros. ¿Cuantas escuelas de cuadros tenemos en nuestros países?   Y sin formar militantes, cuadros, no tendremos la clareza ideológica de poder enfrentar y derrotar nuestros enemigos de clase.

Y necesitamos desarrollar nuevos métodos de comunicación de masas.  Para enfrentar, hacer la contra-hegemonía que los grandes medios televisivos hacen.    Pero ellos no pueden hablar de la realidad.   Nosotros si podemos hablar de la realidad con la gente.    Para eso, debemos desarrollar los medios relacionados con la cultura de la gente, por la música, el teatro, las pintas, consignas, etc.

Desarrollar nuevos métodos de con vencimiento de la gente, los discursos ya no convencen a nadie.   Nuestro proyecto de liberación tiene que revestirse de mística, de simbología, de esperanzas… para aglutinar sobretodo la juventud.     La juventud entre la clase trabajadora, en las periferias de las grandes ciudades, es la única posibilidad de cambios.

 

Ya ven que tenemos mucho trabajo.   Sabemos lo que tenemos que hacer, pero nos cuesta cambiar la forma de trabajar.   La izquierda esta burocratizada, todavía ilusionada con pequeños espacios de poder en la institucionalidad.    Como decía Gramsci, “ilusionada con la mediocridad de la pequeña política”.   Lo que cambia la política es el pueblo organizado en movimiento.

 

11-En entrevistas concedidas a otros medios Ud. se ha referido a la relación gobierno-Estado-movimientos populares, en este periodo de la historia reciente. ¿Cuáles fueron los errores cometidos en esta relación durante los gobiernos de fuerzas progresistas y de izquierdas en Nuestra América? ¿Cómo mantiene la “autonomía” un movimiento popular respecto al Estado y Gobierno cuando un líder popular accede al poder? ¿Están al debe los “movimientos sociales” en la construcción de una alternativa anticapitalista? ¿Cree que el límite del progresismo fue su propuesta anti neoliberal que, paradójicamente, terminó reproduciendo el capitalismo? ¿Qué es ser anticapitalista hoy?

 

Hay muchos errores  y aciertos  en cada experiencia en cada uno de nuestros países.   Es difícil sacar lecciones  universales o continentales.    El principal es que la izquierda y los movimientos populares se propongan a hacer un análisis autocritico de la experiencia reciente.  Para sacar enseñanzas positivas  y no repetir  los mismos errores.

Nosotros, siempre defendimos y practicamos la autonomía de nuestro movimiento frente a los partidos, a los gobiernos, de todo tipo, y al estado.    Tuvimos suerte, que nuestra generación en la historia de la izquierda después de la derrota de la dictadura militar,  nos constituimos las diferentes formas de organización de forma autónoma.  Acá hubo una autocrítica, y el PT siempre respecto la autonomía de los movimientos.  O sea rompimos con la tradición de la izquierda de que los movimientos eran simples correas de transmisión del partido, como sus frentes de masa.   Sé que en Brasil y muchos países esa política todavía sigue.   Pero creemos que nos es la más saludable, para ampliar la organización de la gente.

El proyecto DE TRANSFORMACION de la sociedad tiene que ser común, porque es de toda clase, pero las formas de organización  y decisión política, tiene que tener autonomía en cada espacio, sindical, popular, eclesial, y partidario.

Hubo muchos errores, de confundir gobierno con poder político.

Hubo errores de subordinarse a la política del gobierno de conciliación de clases, y algunos sectores abandonaron la lucha de masas contra la burguesía.    Nosotros nos salvamos de eso.  El gobierno Lula ponía latifundistas en los ministerios, pero nosotros seguimos, en su gobierno tomando tierras de los latifundistas.  Así, como muchos sindicatos seguirán haciendo huelgas contra burgueses que estaban en el gobierno.

Creo que hubo mucha confusión y falta de comprensión.  Muchos líderes populares ascendieron a puestos en el gobierno.  Eso es normal  y necesario.  Pero ese líder, no puede querer subordinar su movimiento o clase. Debe haber una separación de espacios.

Pero, creo que el problema mayor fue, respetando los limites, de los espacios institucionales, no haber hecho esfuerzos para que poner recursos en la formación de cuadros.    No hacer esfuerzos para confiar en la movilización de masas, como una fuerza necesaria para alterar la correlación de fuerzas dentro del gobierno.

 

Es muy difícil decir lo que es ser anticapitalista en esos tiempos.  Porque la hegemonía ideológica en la sociedad es de la clase dominante, que es la burguesía, los capitalistas.   Entonces las masas son involucradas por falsos valores capitalistas, del consumismo, individualismo  y egoísmo.

Creo que no debemos desanimar y seguir nuestras tareas permanentes, como comentamos en el punto anterior.   Organizar la gente, organizar la lucha de masas, formar cuadros, hacer la disputa ideológica con nuevos métodos culturales, enfrentando a los medios televisivos, y con eso ir acumulando fuerzas, para  cambiar la sociedad.

Sera un largo camino, y por eso necesitamos ser persistentes.

Por lo general la pequeña burguesía  ha tenido mucha influencia en las organizaciones de la clase trabajadora, sus sindicatos  y partidos, y confunde discurso anticapitalista, teoricismo, con  prácticas políticas anticapitalistas   y de acumulo de fuerzas de la clase trabajadora.

La pequeña burguesía es muy inmediatista  y oportunista, quiere llegar al gobierno pronto…  la clase trabajadora necesita cambiar la forma de funcionar la sociedad, que es un proceso más largo, más difícil, do que simplemente llegar al  gobierno.

 

[Revolución Bolivariana]

12-Para terminar, desde hace algunos años pareciera ser que en Venezuela, a ojos de muchos militantes de la izquierda, el progresismo y en general de compañeros de movimientos sociales,  se juega la consolidación o no del proyecto emancipador anticapitalista más importante del siglo XXI en América del Sur. Ante la arremetida norteamericana y de la burguesía autóctona venezolana y continental, ¿qué lecturas hacen desde el MST de este proceso? ¿Cuáles son los aportes que la revolución bolivariana ha hecho a las fuerzas anticapitalistas del continente? ¿Cuál fue la importancia de Chávez y su legado? ¿Qué balance hacen del gobierno de Nicolás Maduro? Y, por último, ¿qué mensaje pudiera entregar a nuestros lectores en Venezuela? 

 

Hay muchos  aspectos involucrados en tu cuestión.   Hablo como militante brasileño, aunque he tenido el privilegio de hacer muchos viajes  y de tener amistades personales con el comandante Chavez, Maduro  y otros dirigentes del proceso venezolano.

Venezuela tiene problemas estructurales históricos, que restringen el ritmo de cambios hacia una sociedad  socialista.   El siglo XX de dependencia del petróleo, de esa renta petrolera,  la ausencia de  la industrialización nacional, la ausencia de una cultura del trabajo productivo.  La dependencia de la importación. La cultural del consumismo engendrado por la renta petrolera. La urbanización excesiva de la población, concentrada en algunas regiones.   Una clase media-pequeña burguesía totalmente colonizada, de espalda para su pueblo.   Todo eso es condicionante, objetivo, que dificulta cambios estructurales, que no dependen de voluntades políticas o de gobierno.

Por otro lado, el imperio identifico desde Chavez como su enemigo principal en Latinoamérica.   Y en esos años aplico allá todas las formulas clásicas de los manuales de la CIA.    La fórmula panameña, golpe clásico y después llevo a la muerte el comandante Chavez, que parece ahora, comprobado, lo que todos creíamos, que le fue inoculado algún virus, en forma de nanotecnología, que impidieron los resultados de los medicinas para combatir su enfermedad.

Aplicaron la formula chilena, de boicot de mercancías,  manipulación del cambio, durante los últimos anos, que lograron derrumbara a Allende.

En los últimos meses, de abril a agosto, aplicaron la formula Ucraniana, de promover el terror.   Mercenarios,  lumpenes venezolanos pagos a cien dólares al día, eran financiados para cometer todo tipo de barbarie, dese asesinatos hasta  jugar  bombas molotov, en escuelas infantiles.  Mataron a más de cien personas, que nada tenían con el conflicto.

Y todas esas taticas fracasaron.    Increíblemente fracasaron, lo que nos lleva a una admiración a ese pueblo venezolano, por su nivel de consciencia  y movilización.

Vean la comparación con Brasil, con toda nuestra soberbia, de más grande en todo, de un gobierno famoso internacionalmente con Lula-Dilma, en seis meses nos tumbaron…  Los venezolanos resisten hace  17 años.!!   Por lo tanto a pesar de todas las  dificultades que todavía tienen, son victoriosos contra el imperio.

Creo, desde lejos, que la formula  principal de las fuerzas  bolivarianas, fue la transparencia con el pueblo.  Siempre me quedo admirado, como el gobierno habla de todo, todo el día, para el pueblo. No hay jugada, secretos… Todo el pueblo acompaña por televisión.

Y el segundo aspecto, confiar solo en la fuerza movilizadora del pueblo.  ¿Cuantas movilizaciones, marchas, acciones de masas hicieron en esos años? Incontables.

Ahora, persisten problemas  graves que el gobierno necesita dar respuestas, que es consecuencia de la crisis económica local  y sus vínculos con la crisis internacional del capitalismo,  la dependencia del precio del petróleo, el descontrol del cambio…  Y sobre eso no me atrevo a opinar, creo que ni Jesucristo  y la virgen María  sabrían como enfrentar  tamaños problemas.

Pero la formula anterior puede ser el camino,  hacer un amplio debate con las masas.   Quizá la asamblea constituyente sea un espacio  donde se pueda profundizar también ese debate,  dada su elevada representación y legitimidad popular.

 

Como militante de movimientos populares, brasileño, veo el legado de Chavez para Latinoamérica, sobretodo en su visión de estadista, y su práctica permanente en dos campos:  la construcción de procesos de integración latinoamericana, de gobiernos, de espacios populares.   Con el nació las ideas de CELAC, de UNASUR, del banco del sur, de Telesur, del ALBA,

Con el construimos la idea de una articulación de movimientos populares hacia el proyecto de ALBA, pero autónomo, independiente de los gobiernos, aunque también estuviese en ALBA.

El otro legado fue su visión de solidaridad latinoamericana.   Me impresionaba la osadía de Chávez, nunca vacilo, frente a los golpes de Honduras, Paraguay.   Nunca  vacilo para ayudar a Cuba, Nicaragua.

Todos los países de Caribe, solo pueden andar de carro  y tener luz eléctrica gracias a la solidaridad del pueblo de Venezuela, a través de su gobierno.

La forma como se indignaba contra cualquier injusticia en cualquier parte del mundo.  Chávez fue un verdadero hijo del Che.   Podría haber sido biológicamente, en los tiempos históricos,  pero fue un hijo dedicado, por su praxis cotidiana.

Recogimos también de Chavez y de su espirito, la idea del internacionalismo.  Siempre me comentaba, Joao, como me trataba, “necesitamos construir una nueva internacional de los pueblos”.    Y ahora, después de su partida, se está materializando, con la convocatoria de una Asamblea internacional de movimientos y organizaciones populares de todo el mundo.   Ya estamos realizando encuentros preparatorios en todos continentes  y en marzo/18 haremos la asamblea en Caracas,  e iremos allá en la cuartel de la montaña, prestar nuestras homenajes y nuestras tareas  y ver la sonrisa conspirativa…de su legado.

A pesar de los momentos difíciles, no son de derrotas, son de equilibrios de fuerzas, en nuestro continente, si confiamos en la organización de nuestros pueblos, encontraremos las verdaderas salidas, más temprano de lo que mucha gente cree.

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