Anarquía Coronada

Presa política del patriarcado // Cosecha Roja

Yanina Farías está detenida hace más de un año y medio por el “homicidio agravado por el vínculo” de su beba Xiomara. La acusan de “mala madre”: para el fiscal Yanina debió haber impedido que Alfredo Leguizamón, un amigo de su madre, matara a su beba a golpes. Hoy comienza el juicio en su contra a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 4 de Mercedes.

Desde que fue detenida organizaciones feministas exigen la libertad de Yanina y reclaman justicia por Xiomara. Convocan a una movilización el viernes 29 hacia los tribunales de Mercedes. “Esperamos que el desarrollo del juicio pueda poner en claro que esto se trata de un femicidio vinculado y que Yanina es sólo una víctima más”, dijo el abogado Alejandro Bois al diario Tiempo Argentino.

El 6 de agosto de 2017 Yanina Farías estaba cambiando el pañal de su beba de dos años cuando Leguizamón la agarró de atrás y la intentó violar. La mujer, que nació con retraso madurativo, trató de zafarse. Él la tiró al piso y le dio una paliza a ella y a sus dos hijos, Juan Gabriel de 4 años y Xiomara de 2 años. Cuando se recuperó de la paliza, Yanina vio que la beba se desvanecía y le costaba respirar. La llevó a una Unidad de Pronta Atención de Moreno y luego fue trasladada al hospital Garrahan por su estado de gravedad donde murió el 8 de agosto. La beba también tenía lesiones viejas y se comprobó que había sido violada.

Desde ese día Yanina Farías y Alfredo Leguizamón quedaron detenidos en la comisaría 4ta de Cuartel V en Moreno. Según el fiscal Yanina “debió velar por la integridad de su hija, y representándose que, con su inacción y por la violencia inusitada puesta de manifiesto a través de las lesiones que se ocasionaren, provocará el desenlace irremediable de la muerte de su propia hija”.

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Yanina vivía en casa de su hermana Mayra en Merlo, en el oeste del conurbano bonaerense. En julio de 2017 la mamá de las chicas les avisó que se iba a trabajar a San Luis y le pidió a Yanina que le cuidara la casa en el barrio Cuartel V de Moreno.

Ella se instaló con dos de sus tres hijos: Xiomara, de dos años, y Juan, de cuatro. El más grande, de siete, vivía con el padre. Dos días después llegó Alfredo Leguizamón, el amigo de la madre. Se iba a quedar un tiempo en la casa para ayudarla en el cuidado de los chicos y construir en el fondo del terreno otra casa. Pero no fue así.

Yanina soportó durante 15 días violaciones, golpizas y maltratos psicológicos. Leguizamón la tenía secuestrada: había clausurado las ventanas con cadenas y candados y cerraba la puerta con llave cuando se iba. Él le decía a los vecinos del barrio Cuartel V que eran pareja.

La tarde del 6 de agosto Yanina intentó resistirse. Él la agarró de atrás para violarla y forcejearon. Le pegó y la tiró al piso. El nene de cuatro años intentó defender a su madre pero Leguizamón le pegó a él y su hermana.

Ocho meses pasó Yanina sin saber por qué estaba detenida y recién días después de que Xiomara fuera llevada al hospital, la familia le contó que su beba había muerto a causa de los golpes.

Para la justicia patriarcal Yanina no es una víctima. No importa su padecimientos, las violaciones y golpes que sufrió. Ella fue invisibilizada. Solo importa que no fue capaz de cuidar a su hija, que fue una “mala madre”.

 

 

Cosecha Roja 

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