Después de escuchar tu premonición.
Te anuncio: se está preparando en algún lugar del universo un pequeño sol radiante, que saldrá desde lo oscuro de un agujero negro del espacio celeste. Y al pasar por la Tierra descargará como un inmenso imán una tormenta magnética que arrasará con todos los centros cibernéticos, incluido tu blog. Y borrará toda la información que los hombres, exprimiendo sus cuerpos, habrán acumulado electrónicamente en sus páginas de luz, y desaparecerá para siempre el etéreo trabajo de siglos y milenios. Porque no existe otra materia, en el extremo límite de la materia sensible, que pueda contener tanta información. Y los hombres se lamentarán de esa confianza loca puesta en algo tan pronto a disolverse en el aire, como si hubieran escrito durante siglos en el agua el testimonio de una gran pasión. Y no quedará nada, nada más que los libros a los que querremos volver, pero estos serán tan pocos porque los hombres de la luz habrán talado todos los árboles de la tierra, y sólo les quedarán disponibles los cuerpos de las algas que disuelven toda escritura porque se alimentan de la tinta que usamos para escribir. Y volveremos a contarnos cuentos y a tener memoria y a mirar de nuevo en los ojos a la gente y hasta pincharás con furia el frío ojo de vidrio de la computadora que te engañó. Pero ya no estaré para consolarte como todavía estoy.
* Correo dirigido a Alejandro Horowicz, 21 de agosto de 2008.
Publicado en Ensoñaciones, como parte de la edición que la Biblioteca Nacional realizó de las Obras León Rozitchner, a cargo de Diego Sztulwark y Cristian Sucksdorf.