Oscar, artista y taxista

Oscar maneja un taxi 12 horas diarias para ganarse la vida. Constantemente es atravesado por el bombardeo publicitario de la ciudad. En el baùl del Peugeot 504 lleva botellas con engrudo, pintura y recortes de afiches que le sirven para intervenir y «mejorar» el entorno visual de su ciudad. «El problema es que la gente toma la publicidad como algo natural, ni se le ocurre reaccionar frente a los avisos. Sería buenísimo que cada uno reaccionara, que se pusiera a pintar las propagandas callejeras como se le cante.» 





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Oscar presenta su trabajo por primera vez en Europa acá.

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