Francisco, el gran político eclesiástico
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Conversamos con el filósofo Franco Berardi en el Bar de la Tribu. Las derechas actuales, un fascismo sin juventud y
“Mañana será historia” es el nuevo libro de Marco Teruggi. El periodista, escritor y activista narra el cotidiano venezolano lejos
El filósofo y docente analiza la coyuntura de cara a las elecciones que tienen como principales candidatos al fascista Jair
Esquivar el algoritmo, amarlo en silencio, rajar del entretenimiento, gozarlo sin capturarlo, desertar. Entenderlo sin tantas palabras, afectarse sin postearlo,
Los pibes, las pibas, los guachines por los que ya nadie pregunta, las nenitas que lo único que quieren es
Valeriano escribe sin marca. Sin las marcas de la identidad o perfil establecido para alguien que escribe -sin la marca
José Pablo Feinmann no comparte el argumento de Horacio, pero lo que le opone es de una pobreza, no precisamente, franciscana. Su posición, llamado a la disputa por la apropiación del Papa da pena por lo simple («Cristina marca una línea ‘este Papa tiene que ser nuestro, el que se gane este Papa va a ganar mucho, así que, muchachos, no jodan más con el pasado de Bergoglio, porque de aquí en adelante Bergoglio es Francisco y la derecha no nos lo puede sacar’”). Se trata de una suerte de versión aplanada de la disputa por la hegemonía a la Laclau (“disputar a Francisco”).
HG aparece estos días con un rostro que sólo conocía por referencias indirectas (su testimonio en el libro La Voluntad; la lectura de un viejo prólogo sobre Gamsci y los arditi en clave nacional popular): el de un militante peronista de izquierda, tal y como se lo podría imaginar en el año 74, que sin perder sofisticación ni gracia hace de su temprana lectura de Gramsci un momento fundamental en la verdad de la historia y la política. Lo que exige, al político de oficio, una seriedad superlativa en la disputa por la conducción intelectual y moral de las masas. Concretamente y ante todo, no debe distraerse ni subestimar (esto también pertenece al propio Gramsci) el poder sutil del papado en el arte de combinar símbolos ocultado el poder de las fuerzas que en ellos se expresan.
El militante es aquel que adquiere su destreza en las interpretaciones, porque se empeña en adentrarse en ese juego de comprensión de los signos que hacen sistema en el presente; signos que forman parte de coordenadas de un mundo de disputas, de un carácter bélico, que no se reduce, pero que tampoco se entiende, sin incluir en él la acción directa y la violencia física.
Un nuevo tipo de héroe nació en el Midtown Manhattan, frente al Hotel Hilton, la mañana del miércoles 4 de diciembre del
En una nueva intervención de Diego Sztulwark en Subversiones con la columna de Lobo Suelto, en diálogo con Pablo Ramos,
La vigencia de la tradición de los oprimidos depende sólo de ellos mismos. Como queda hoy a la vista, no
En un libro de 1994, Jalics menciona la falsa denuncia. En una entrevista de 1999 dijo que el denunciante era Bergoglio. Ahora llegó a la conclusión de que era un error. |
Lo celestial no es terrenal;
Lo papal no es presidencial;
Lo teológico no es ideológico;
Lo humano no es divinidad.
La militancia no es pastoral y
evangelizar no es peronizar
ni desperonizar.
Tampoco “kirchnerizar”ni “cristinizar”
porque para eso está La Cámpora
que está en todas partes.
El Papa es el Papa.
Un Gobierno es un Gobierno.
El pueblo
es el pueblo. Y Dios es Dios.
Los pobres tienen dueños
y por eso son pobres. Y los ricos
son ricos en cualquier religión.
Los mercaderes del templo
siempre vuelven.
Y la Fe a veces es adúltera
y ocupa el corazón de genocidas.
Hoy los papanatas pasan por doquier.
Sean papanatas devotos, ateos o agnósticos.
Los hay en la tierra como en el cielo.
Y hasta uno mismo
puede esconder alguno sin saberlo.
Hay otros que sí lo saben: son los papanatas
que sienten salirse lágrimas
de los ojos que en lugar de saladas
son papales y dulces, pero falsas.
La “papanatalogía” es una enfermedad
de los papanatas que se meten con la teología.
Y la de los papanatas que se inventan un Papa
a imagen y semejanza
sin mirarse en el espejo,
y le causan un inmerecido castigo.
Pero no esperen que un jesuíta perspicaz y sagaz
les haga caso. El invento no les va a resultar.
Francisco es Francisco.
Y ya elaborará él una receta eficaz contra la “papanatalogía” que cunde.
Un buen papado la cura.
Mejor un Papa argentino que uno británico
y uno jesuita que uno del Opus Dei.
Y mejor que mejor es que Francisco
haya sido elegido por el pueblo de Dios.
Porque así no necesita intervenir
en ninguna otra elección terrena.
Amén
Orlando Barone
Somos un malón imberbe y cabeza.
No tenemos nombre porque vivimos en el pueblo argentino.
En un barrio que algunos llaman villa.
Somos el pueblo y rechazamos todo lo que se separe de nosotros para guiarnos, gobernarnos o bendecirnos.
Y podemos dejar de ser pueblo en cualquier momento para volvernos otra cosa.
Tenemos presidenta, el amor hacia ella nos constituye. El odio de todos nuestros enemigos contra ella nos fortalece.
Sentimos que la entronización de Francisco –enemigo del proyecto– es una operación contra todo lo que somos. Nace de una asamblea de cardenales que querían civilizarnos y temen el impulso que la muerte de Néstor nos dio para organizarnos.
Desde ese día no tenemos Papa.
Antes no nos importaba.
Conocer como se calló en la dictadura ratifica el lugar de la iglesia con los ricos de arriba,
No con nosotros, católicos de abajo…
Tenemos a Carlos Mugica, a los 30 mil desaparecidos, al Diego y a Falucho…
Mariano Moreno y el proyecto Belgranista de independizarnos con un Inca.
Franz Jalics y Orlando Yorio
con las primeras reacciones de Hebe y D’Elia
Pablo Lescano y el Che
Tupi or not Tupi, esa es la cuestión… Cristina es alta revolución Caraiba.
Somos peronistas sin Perón… aunque le agradecemos habernos echado de la plaza.
A Mitre le repudiamos habernos mandado a la Guerra del Paraguay y a Macri sacarnos del Indoamericano.
Nos morimos muchas veces, pero acá seguimos estando
No tenemos nación pero bancamos las nacionalizaciones.
Scioli es rati. De Narvaez la cocaína…
Perdimos la nación cuando los militares la secuestraron y Clarín y La Nación la empaquetaron sin nosotros.
Pero nos encontramos en la plurinacionalidad de nuestras raíces indias bien mezcladas… con todos los colores, los planes sociales y el matrimonio igualitario.
Somos los que vendemos en el tren y robamos para comprar birra.
Pizza, birra y paco.
Somos indias sin la lengua de los abuelos… porque sólo aprendimos el español y nos hicieron católicos. Indios en la villa y el barrio. Indios a los que nos miran mal todos los porteros.
Vamos en micro a todos los actos que tengamos.
Somos católicos, porque aquí nacimos, pero no somos romanos.
Irreverencia y asco contra los colaboracionistas y encuadradores de lo popular…
Cristina ayudó a que haya justicia contra los represores y nos dio voz… ahora no podemos callarnos ante esta deriva.
Sabemos que Cristina encontró al Papa con ironía.
El Estado de Derecho no nos dice nada. Los que lo invocan son los que todos los días nos mandan en cana.
Preferimos ser apátridas, sin ley, sin pasaporte, sin curriculum, sin república, sin Tedeum.
Habitamos la noche. Entre la barbarie que irrita a Grondona y el totalitarismo que pone nerviosa a Beatriz Sarlo.
Somos negros de mierda como los cabecitas de Evita…
Nunca responderemos a un Papa que nació de una asamblea que odiaba a Chávez, nuestro hermano…
El Papa no se disputa, se profana.
Sólo invocaremos al Papa para insultarlo.
Aprendimos a hablar en la escuela pública y a putear en el potrero.
Pero puteamos en la escuela y somos amigos de las putas.
Sólo Cristina es sagrada.
Defenderemos con el cuerpo la DéKada Ganada…
La Asignación y el descuelgue del cuadro de Videla nos fortalecen para chocar con quien venga.
Pero el repliegue nos obliga a gritar: La argentinidad se quiebra con el Papa.
Compañeros, combate contra todo lo que este Papa representa o, sino, ruptura.
El que aplaude genuflexo es radical, dictadura o la Rural.
Hasta acá llegamos juntos… acercate al Papa y te alejarás de Ella…
No hay unidad con Francisco conspirando y Macri festejando.
Para qué queremos que nos limpien las patas?
Nacimos de las cenizas del 2001 y con Kostequi y Santillán…
Ni liberales ni socialistas… para mal o para bien, somos peronistas.
Estudiaremos quechua y guaraní para cantar el himno.
Pero con Grondonas y Duhaldes no nos reconciliamos ni coincidimos en un mismo espacio…
Vamos con la Pachamama y gracias a Dios, como en la Constitución de Bolivia
Leemos hoja de coca, y vemos Fútbol para Todos.
Si te preocupa la inseguridad chúpame la pija
A los que colgaron la bandera argentina por el Papa les rompemos la ventana de un piedrazo
Somos soldados de Cristina y Néstor, Evo y Chávez, Mujica y Lugo (en ese orden)
Estamos por Malvinas pero también con los mapuches y Palestina…
La izquierda es la patrona de nuestras hermanas en el barrio de Belgrano…
Somos los que asimilaron en la campaña del desierto y los que construimos el canal de Panamá…
Somos las cholitas que dejaron la pollera y se cortaron las trenzas en la frontera.
Somos la Cumbia Villera
Viajamos en transporte público pero a las 5:30 de la mañana y para ir a laburar
Aunque preferimos quedarnos en el barrio.
No vamos a salvar a nadie
No somos pobres, somos indios
Hoy despertamos con la alegría de la hinchada…
Mantenemos mística y liturgia pero nunca más responderemos a ningún Papa.
Esquivar el algoritmo, amarlo en silencio, rajar del entretenimiento, gozarlo sin capturarlo, desertar. Entenderlo sin tantas palabras, afectarse sin postearlo,
Los pibes, las pibas, los guachines por los que ya nadie pregunta, las nenitas que lo único que quieren es
Valeriano escribe sin marca. Sin las marcas de la identidad o perfil establecido para alguien que escribe -sin la marca
Conversamos con Raul Gatica, activista, escritor, periodista y miembro del Consejo Indígena Popular de Oaxaca (CIPO) Flores Magon. Raúl es actualmente un organizador del movimiento de trabajadores campesinos golondrina en Canadá, en donde se encuentra exiliado.
Conversamos con el filósofo Franco Berardi en el Bar de la Tribu. Las derechas actuales, un fascismo sin juventud y
“Mañana será historia” es el nuevo libro de Marco Teruggi. El periodista, escritor y activista narra el cotidiano venezolano lejos
El filósofo y docente analiza la coyuntura de cara a las elecciones que tienen como principales candidatos al fascista Jair
Muchas controversias ha generado en la Argentina en los últimos años la palabra “militante”. La resignificación de la participación política activa en el territorio –no solo en las redes sociales- y la aproximación de muchos ciudadanos a espacios de construcción, tanto oficialistas como opositores, ha molestado mucho a aquellos que anhelan un papel secundario, rezagado, para la política. Entre estos sectores se encuentran desde ya el poder económico concentrado e incluso algunos políticos (y otros que se hacen llamar políticos aunque no pasan de meros gerentes de entidades públicas) que ejercitan la nostalgia noventista a diario.
Esquivar el algoritmo, amarlo en silencio, rajar del entretenimiento, gozarlo sin capturarlo, desertar. Entenderlo sin tantas palabras, afectarse sin postearlo,
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Un nuevo tipo de héroe nació en el Midtown Manhattan, frente al Hotel Hilton, la mañana del miércoles 4 de diciembre del
En una nueva intervención de Diego Sztulwark en Subversiones con la columna de Lobo Suelto, en diálogo con Pablo Ramos,
La vigencia de la tradición de los oprimidos depende sólo de ellos mismos. Como queda hoy a la vista, no
12. No existe entre nosotros una voluntad de poder. Su supuesto fundamental, la creación de nuevos valores y la consiguiente puesta en cuestión de las formas de producción/apropiación de la riqueza colectiva, no se verifica. Lo que hay, sí, es un régimen difusión de ilusiones muy efectivo a la hora de armar dispositivos para gobernar –no para prevenir– la catástrofe (y en la medida en que la catástrofe tiene una dimensión global, esta capacidad de armar dispositivos debería interesar también a nivel global).
Esquivar el algoritmo, amarlo en silencio, rajar del entretenimiento, gozarlo sin capturarlo, desertar. Entenderlo sin tantas palabras, afectarse sin postearlo,
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Las cacerolas marcan los tiempos