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El 26 de noviembre en Roma más de 200 mil mujeres se movilizaron bajo la consigna #NonUnaDiMeno(#NiUnaMenos) para denunciar la creciente violencia hacia las mujeres en Italia. Las organizaciones convocantes lograron una convocatoria inusitada, que continuó con la realización de una asamblea feminista durante el 27 de noviembre que proyecta un nuevo escenario de lucha.
Aunque el 25 de noviembre es el “Día Internacional en contra de la violencia hacia las mujeres” debido a la lucha de las mujeres contra la violencia de género y en homenaje a las dominicanas hermanas Mirabal, en muchos escenarios del mundo también se ha convertido en un día institucional vacío de contenidos de lucha que muchos periodistas y políticos usan para resaltar la debilidad de las mujeres y una imagen re-victimizadora. Pero esta vez en Italia, donde los casos de feminicidios aumentan cada año (desde enero de 2015 fueron 156 las mujeres asesinadas por cuestiones de género, según datos oficiales), esta fecha adquirió un nuevo significado gracias a un movimiento autorganizado.
Doscientas mil de ellas marcharon en Roma inundando las calles de la capital del país bajo el lema #NonUnaDiMeno (#NiUnaMenos), conectándose de esta forma con las manifestaciones argentinas y solidarizándose con todas las mujeres que en el mundo que cada día luchan por su autodeterminación y contra las violencias, desde Polonia a Turquía, desde Islandia a Chile.
La marcha del pasado 26 de noviembre y la asamblea del día siguiente fueron el resultado de la relación virtuosa entre mujeres diferentes, organizaciones feministas, colectivos, redes y muchas otras personas desde ciudades y pueblos diferentes que llegaron a Roma en micros y otros transportes desde toda Italia.
Tanto la marcha como la asamblea fueron convocadas por tres organizaciones feministas: la red IoDecido, Donne in Rete contro la violenza (D.i.Re – Mujeres en red contra la violencia) y la Unione delle Donne in Italia (UDI – Unión de las mujeres en Italia). La red ciudadana romana IoDecido se moviliza desde hace tres años contra las medidas de austeridad y los recortes al sistema sanitario público reivindicando el acceso al aborto y a los anticonceptivos, derechos sexuales y reproductivos. D.i.Re es una red italiana que reúne 77 centros no institucionales gestionados por asociaciones de mujeres, mientras que la UDI nació en la posguerra tras la experiencia femenina de resistencia antifascista. Junto con muchos grupos locales y territoriales tuvo un papel fundamental en históricas luchas por los derechos de las mujeres.
En un país presentado por los medios de comunicación como el próximo espacio fértil hacia el inminente populismo de derecha que se está difundiendo en gran parte de Europa, esta marcha marcó un verdadero punto de ruptura. Nadie se esperaba tanta gente en Roma, de forma totalmente autoorganizada, ni aquellas que lanzaron la protesta pensaban en tan multitudinaria movilización. Una impresionante y emocionante manifestación convocada por mujeres y abierta a todos los que luchan contra la violencia y contra de cualquier forma de discriminación hacia las subjetividades transfeministas y LGBTQI.
En la convocatoria de la manifestación las mujeres plantearon la violencia generada por las medidas de austeridad que reducen el bienestar, la asistencia sanitaria, el derecho a la educación y las políticas sociales. Y remarcaron que la lucha es por “la violencia que sufrimos en nuestra vida, violencias de las cuales el feminicidio sólo es la última y extrema representación”. Allí afirmaban también que “violencia es reformar el mercado de trabajo hacia una siempre mayor precarización de las trabajadoras y trabajadores, como hace el Jobs Act, la reforma laboral aprobada hace un año en Italia por el gobierno de Renzi”. “Violencia es cuando, en hospitales públicos, los médicos pueden negarse de prácticar una interrución del embarazo en nombre de una objeción moral de conciencia”, agregaban.
“La violencia tiene muchas formas y tenemos que reconocerlas todas para combatirlas”, así se pudo leer en las miles de pancartas que llenaron la marcha. Aunque los medios de comunicación italianos espectacularizan la muerte de mujeres regularmente (cada tres días una mujer es asesinada), casi ningún medio ha dado la noticia de manera fiel.
Durante el domingo 27 de noviembre se realizó una asamblea donde más de mil mujeres se unieron para escribir un Plan feminista contra la violencia. En sintonía con la metodología del Encuentro Nacional de Mujeres de Argentina, se reunieron en decenas de talleres donde abordaron debates en torno al derecho y la justicia, el welfare y el trabajo, la educación como instrumento de lucha en contra de la violencia, el feminismo migrante, el sexismo en los movimientos sociales, los derechos sexuales y reproductivos, la comunicación de la violencia de género por parte de los medios, y posibles formas de eliminación de la violencia.
Por horas mujeres de diferentes generaciones debatieron alrededor de las modalidades y medidas de lucha para la continuidad de este proceso. En la discusión se reconoció la violencia como un problema estructural, la falta de financiación pública y la ausencia de transformaciones reales.
Una de las conclusiones principales fue identificar que las recientes políticas de austeridad trajeron reformas de flexibilización laboral y el desmantelamiento del sistema educativo, de la asistencia sanitaria y de los centros anti-violencia. Esas políticas concretamente han puesto en riesgo la autonomía y afectan la autodeterminación de las mujeres, alimentando formas nuevas y dinámicas de discriminaciones sociales, culturales y sexuales.
Retomando la propuesta de las mujeres argentinas, las organizaciones feministas italianas relanzaron la convocatoria a una huelga de mujeres para el 8 de marzo de 2017. La organización de esta huelga y la articulación territorial del Plan feminista contra la violencia serán ejes centrales de la discusión en la próxima asamblea nacional que tendrá lugar los próximos 4 y 5 de febrero del 2017.
Los pasados 26 y el 27 de noviembre en Roma constituyeron un punto de partida para un nuevo movimiento feminista. “Somos la fuerza de esta trasformación y tenemos que seguir trabajando juntas”, afirmaron al finalizar las jornadas.
[fuente: https://notas.org.ar. Publicada originalmente en DinamoPress, traducida al castellano por Alioscia Castronuovo]