La frase le pertenece al creador del objet-trouvé o ready-made, Marcel Duchamp.
Inquieta el “porque”. ¿Podríamos transformarlo en una enfática pregunta: por qué…?
Seguramente podemos decir, en clave pesimista y humanista, en clara redundancia, porque el humanismo es pesimista y el pesimismo, con su agrio goce, es humanista, que para el ser humano no hay solución posible.
Pero en realidad, dice otra cosa: hay encuentros, inesperados y brutales como sus inodoros o sus bicicletas que ridiculizan a los museos donde se muestran.
Inesperado y brutal, algo emerge en la historia.
Luego, el erudito, el científico, plantea problemas, busca soluciones.
El hallazgo permanece, impertérrito.
Lo que aún no tiene nombre, es la soledad sin nombre del azar.
De Imprudencias Breves
Fuente: https://entrelazosblog.wordpress.com