Macrismo y servidumbre voluntaria // Juan Del Bene

I

Étienne de la Boétie escribió el “Discurso sobre la servidumbre voluntaria” en 1548, se publicó casi veinte años después por su contenido excesivamente provocador para la época. Es decir que lo escribió hace 471 años, y leerlo es un placer por los puentes que tiende con nuestras vidas actuales. Ensaya escenarios que explican porque es que los pueblos, las naciones, asumen una posición de servidumbre, cuando de tan sólo desearla, según su pensamiento, conseguirían la libertad. (…) “podríais libraros, ni siquiera intentando libraros, sino tan sólo deseándolo”.
Un texto repleto de afirmaciones que muerden carne siempre “Es una desgracia extrema estar sujeto a un amo del cual no se puede asegurar jamás que sea bueno”. Es una desgracia estar a merced de un amo, simplemente porque siempre podrá hacernos mal. Amo, en tanto dueño, de una vida, de un territorio, de una mujer, de una selva. Al tiempo que el autor asume, posiciones que hay que rechazar de plano, en los únicos momentos en que alude a lo femenino o afeminado lo hace alineándolo con lo cobarde y aquello que es servil a los objetivos del tirano.

II
En este lado del tiempo en el mes pasado, agosto del 2019, el resultado de las PASO es un gesto de no consentimiento de la servidumbre. De rechazo al adueñamiento de nuestras condiciones de vida. “No deseo que lo obliguéis o lo quebrantéis, sino solamente que no lo sostengáis más, y lo veréis, como a un gran coloso al que se le ha quitado la base, venirse abajo por su propio peso y romperse”.
Sería un desatino leer el resultado de las primarias únicamente como un voto antimacrista centrado en el desastre económico, en la pérdida relativa del peso. Muchos analistas políticos de renombre se ensalzan estableciendo esta regla de tres simple, a mayor estabilidad y paridad cambiaria mayor gobernabilidad y continuidad. El antimacrismo de las PASO, no tiene sólo un componente económico, o mejor dicho cambiario, sino que trae consigo el rechazo a la economía de las relaciones sociales que nos propusieron y quisieron imponer con un sinfín de alternativas infernales, de callejones con una única salida.
El rechazo eleccionario de las PASO no puede no ir de la mano de un repudio a las formas de vida que quisieron imponernos, a una ministra diciendo del policía que mató a una persona de una patada «El funcionario policial no ejerció una violencia desmesurada. No intento matarlo ni agredirlo. Tuvo mala suerte». Un reposicionamiento ético, en tanto disputa por los modos de vida compartida, una recomposición de lazos de solidaridad expresados mediante el voto. El voto antimacrista afirma una ética donde prima el cuidado de la vida, donde el económico es un elemento central pero no el único.
Así, “sobre las cartas la mesa”, las PASO fueron la cristalización de cuán perforado está el suelo que le daba sustento al macrismo, ahora vemos como se cae y se rompe, chetos de porcelana.
III
Los dueños, no conciben la pérdida de las propiedades, la quita del sostén del que habla La Boétie . Por eso Macri reaccionó el lunes después de las elecciones, reaccionó como dueño, de propiedades y de vidas que se le retobaron. Quizás pocas veces más claro se vió en un político el “régimen de dueñidad” del que habla Segato. Por eso retomó en ésta última semana, él y parte de su gabinete, el intento de inculpar a la oposición y de responsabilizar a las/os votantes.
Un tirano desencantado, enfadado con sus súbditos porque quedó en bancarrota ante sus propios dueños, él también tiene los suyos. Eso que llama “el mundo”, nube difusa e impersonal del capital financiero transnacional. Ellos son quienes le quitan el sueño. Mauricio no sufre por desamor, sufre por temor. Parafraseando a La Boétie , los tiranos haciendo mal a todos, están en una dificultad, la de temer -también- a todos.
El macrismo, como proyecto político de escala nacional, alineado con el (re) avance del neoliberalismo en la región, se estampa contra el suelo y salta en pedacitos. Lo saben ellos y también nosotros/as. En buena hora pasa, el problema, el único, es que arrastra a más de medio país en su precipitación.
IV
La explicación central que La Boétie da a esta voluntad de servir, de ubicarnos voluntariamente en la posición del esclavo, sería la costumbre. La libertad nos sería connatural, innata, “puesto que todas las cosas que tienen sentimiento, desde el momento en el que lo tienen, sienten el mal de la sujeción y corren tras la libertad”, y la costumbre sería aquella que tiene la fuerza suficiente para torcer la naturaleza hacia la servidumbre.
Más allá de los acuerdos, o no, con el posicionamiento innatista que asume La Boétie , es claro que el macrismo apostó, con Duran Barba, Marquitos Peña y todo su elenco, a acostumbrarnos al ajuste de nuestras condiciones de vida, no sólo económico sino existencial. Pero calculó mal. Si la educación tiene tal influjo para el consentimiento de la servidumbre, no consideró la sedimentación de un conjunto plural y extenso de luchas, ligadas a los derechos humanos y los feminismos, históricas y reactualizadas en el presente. Un conjunto de luchas que constituyen el suelo de una educación emocional, conceptual y fundamentalmente vital.

Juan Del Bene

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