Saboteemos todos los medidores de gas para que el contador no avance, pongamos imanes en el medidor de la luz, tiremos los ganchos a los cables de la calle, acerquemos unos mangos al de Cablevisión, busquemos en los cajones el pituto que compramos en la estación en el 2004, compartamos la clave del wifi. Seamos amigos solamente de quien comparte su usuario de Netflix.
Robémosle la luz a la vieja de adelante que no da más de ortiba, amenacemos a los operarios de Aguas Argentinas, usemos la SUBE del abuelo, vayamos a la odontóloga con un carnet prestado. Saltemos los molinetes en Once, caretiemos en las puertas de todos los recitales, besemos a las putas viejas de la colectora, a las que están más allá del Reconquista. Vayamos al bajo si es necesario porque el precio por acá es demasiado, hagamos cola en los pasillos por un 25 con pibitos que tienen la edad de los nietos que no tenemos, plantemos nuestras plantas aunque más no sea en baldíos olvidados. Seamos populistas y faloperos.
No demos ni un paso atrás. Agilicemos nuestra memoria, compremos en cuotas y demos de baja la tarjeta. No les regalemos a estos caretas nuestro goce y libertad, prendamos todas las estufas de cuarzo hasta que las velas derritan los cables del barrio de adelante, caguemos a piedrazos a las cuadrillas que vienen con malas noticias, atropellemos las barreras de los peajes, escrachemos públicamente a la que vende pastas y nos dice que pongamos el aire a 24, compremos vinos dudosos en el chino, pongámosle mucho hielo a La Bichi ahora de naranja.
Insultemos a las que te piden que firmes contra el tarifazo desde la comodidad de la militancia, a los diputados caretas, a los políticos panelistas, a la que canta desde el flete en todas las marchas. Agudicemos el ingenio popular, hagamos todo ahora porque la vida es muy corta para andar ahorrando, hagamos todo porque solo el consumo libera, hagamos todo para no perder más.