El 22 de abril La nación publica una entrevista a Alberto Manguel a propósito de actividades vinculadas en Europa al 100 aniversario del fallecimiento de Kafka. Extraigo un breve fragmento. Entrevistadora: “Hoy, lo kafkiano, según una acepción del Diccionario de la lengua española, es lo absurdo y lo angustioso”. El ex director de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno durante el gobierno de Macri responde: “Sí. Cuando Borges leía a Kafka, no existía este adjetivo, porque el adjetivo kafkiano se crea después de la muerte de Kafka y empieza a significar lo pesadillezco, después adquiere la connotación de absurdo. Hoy en la Argentina, naturalmente, se convierte en grotesco porque la Argentina es un ejemplo de la pesadilla grotesca”. Dos cosas llaman la atención. Lo primero es la desaparición de Kafka en los Kafkiano. Porque aquí ya no se trata de la introducción del absurdo como procedimiento para cuestionar las representaciones de la realidad, demasiado bien adecuadas a cierta “lógicas” naturalizada. Ya no se trata de Kafka escritor, ni de su dispositivo crítico y desnaturalizador. La periodista se refiere al Diccionario, y a lo “kafkiano”. Y el escritor responde acerca de lo que se le pregunta, y de las representaciones pesalliescas tal y como son naturalizadas. Ahí donde el escritor se detiene haría falta un kafkismo: una ambigüedad, un juego capaz de someter lo kafkiano naturalizado a lo kafkiano desnaturalizante. Son cuestiones de acento, de énfasis. Por cierto, significativas: Kafka escritor es vanguardista. Pero lo kafkiano circula como nombre de una representación triunfante. Y de un triunfo al que se le niega toda lógica. Con lo kafkiano, además, triunfarían las intuiciones de Kafka. Y no deja de ser notable -esto es lo segundo- que Manguel sitúe este triunfo de lo kafkiano en “la Argentina de hoy”. Es aquí donde triunfa lo grotesco. Por supuesto, uno puede entender que Manguel no está afirmando que este triunfo ocurra solo aquí. Y de hecho no lo hace. La Argentina, piensa Manguel, es hoy un territorio pesadillezco en donde triunfa “naturalmente” lo kafkiano. Frente a la siguiente pregunta -“¿La Argentina vive hoy una pesadilla grotesca?”- Manguel responde: “Sí, y desgraciadamente a lo largo de nuestra historia hemos visto momentos similares”. Imposible no acordar sobre el pasado reciente del país. Y de hecho, uno esperaría una reflexión sobre esos “momentos similares”, y en particular sobre el más reciente de ellos -aquel que fue explícitamente preparatorio de este «momento kafkiano»-, aquel en el que gobernó Macri. Y uno supone que esta reflexión no ocurre, en partes, porque el diario en cuestión es una de las grandes continuidades entre los “momentos kafkianos” del país. En fin, me refería a que hay cosas en esta entrevista que llaman la atención. Una de ellas es que el gobierno de Milei es inadvertidamente calificado aquí como “momento k” del país. Hubiera sido un gran título, sin dudas. El otro elemento llamativo es el vaciamiento de la carga explosiva de la literatura kafkiana, que ya no sería -como lo era en Ricardo Piglia, nombre que aparece en la entrevista- la escucha del horror en la historia y a la vez desnaturalización de ese horror tal y como se lo prepara en el lenguaje, sino un tibio sitio de homenajes en el cual hace gala del olvido. Y no agrego demasiado si me detengo en otro momento de la entrevista en el que el erudito canadiense nacido en argentina responde sobre el “resurgimiento del antisemitismo” citando a George Steiner para quien el fenómeno del odio al judío –“una burocracia del prejuicio”- se debería a una antigua resistencia de antiguos pueblos al monoteísmo. Como si el momento actual, definido como pesadillezco, no impusiese la necesidad hacer al menos una mención a la barbarie en la Franja de Gaza. Barbarie militar israelí asistida por usos bélicos de la Inteligencia Artificial norteamericana. A esas mismas tecnologías adjudica Manguel el fenómeno del olvido que en el presente vivimos respecto del horror pasado. El olvido de Kafka que se realiza en lo kafkiano es, sin dudas, un gran tema.
PEDRO ROSEMBLAT ES UN HOLOGRAMA // Francisca Lysionek
Publicada originalmente en el blog Victorica Es pertinente que la IA nos