En el segundo trimestre del 2016, se publicaron los escritos franceses de Jack Kerouac. Un libro editado por la editorial Boréal, del Canadá. La edición fue establecida y presentada por Jean-Christopher Cloutier. Quien hizo, además, un prólogo impresionante de erudición y de arte. Jack Kerouac según Cloutier habría escrito “Este texto de dos páginas” y “no fechado […] ya que habla de Louis-Ferdinand Céline en pasado, después de la muerte de este último, ocurrida en julio de 1961. Kerouac admiraba mucho la obra de Céline y lo consideraba incluso como su “su maestro”, de acuerdo a lo que dijo en una entrevista que le hizo Pierre Nadeau para Radio Canadá en 1959.” Estas dos páginas, entonces, directamente escritas en francés, son la prueba irrefutable de los dichos de 1959. Cloutier cierra su nota de acompañamiento con esta afirmación: “pero una cosa es segura: Kerouac leía enormemente en francés – Proust y Céline, entre otros – […]”.
HS
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Jack Kerouac sobre Louis-Ferdinand Céline ¹
Louis-Ferdinand CÉLINE era médico en los barrios pobres de PARÍS. Cuando leo sus diatribas sobre el sufrimiento absurdo de algunos de sus enfermos, siento instintivamente que también tenía una sensibilidad extrema, y que, de hecho, era un médico lleno de bondad. El hermoso chiquito que muere a causa de su tos… la chica tan joven y hermosa que muere de una hemorragia… las viejas porteras que murieron hace mucho tiempo.
Cuando leía “VIAJE AL FIN DE LA NOCHE” tenía la impresión de asistir a la película francesa más grande que se haya filmado alguna vez, “El muelle de las brumas” en versión extra-divina, mil veces más triste que la amarga expresión de Jean Gabin o la lascivia lúgubre de Michel Simon o el carnaval en el que lloran los amantes…
Siempre creí que CÉLINE era verdaderamente el escritor francés más compasivo de su época. Él mismo dijo (en 1950 en el transcurso de una entrevista en PARÍS), que solo existían dos verdaderos escritores en Francia en ese momento; él mismo y GENET. Hablaba de GENET sin embargo en un tono un poco burlón, por la excelente razón que todos conocemos. Pero era lo bastante inteligente como para reconocer el talento de GENET. En mi opinión GENET se puso en el lugar de Balzac y terminó la tragedia de los bajos fondos de la pederastia francesa, pero como RIMBAUD lo habría hecho, o más bien bajo la influencia de RIMBAUD y bajo el ojo crítico de VILLON (mientras BAUDELAIRE está pendiente desde un lejano balcón).
Estamos ante una búsqueda que el corpulento burgués Monsieur Balzac nunca se habría animado a emprender. Y la prosa de GENET nacida en la calle es tan divina como la prosa de PROUST nacida en un piso noble. Y afirmo que CÉLINE tenía razón en lo que concierne a GENET.
Pero CÉLINE mismo, sus fuentes habían salido de mucho más lejos en la literatura francesa : su antepasado es RABELAIS, e incluso el viril HUGO. Siempre tuve la impresión de que el Robinson del “Viaje” era perseguido continuamente por Javert fantasmal, y que ese Javert era CÉLINE en persona, y que CÉLINE mismo era Robinson, y que así el “Viaje” es la historia del fantasma del “para-sí” de CÉLINE persiguiendo el fantasma del “no-para si” de CÉLINE, Robinson.
No entiendo cómo algunos han podido acusar a CÉLINE de maldad vitriólica si han leído el capítulo sobre la puta joven de Detroit, o sobre el cura angustiado que entra por la ventana en “Muerte a crédito”, o sobre ese inventor maravilloso de la misma historia.
Pienso que era un escritor de gran encanto, de un encanto y de una inteligencia supremas que nadie ha podido igualar. Es la influencia principal de HENRY MILLER, dicho sea de paso, ese tono fulgurante moderno que consiste en devaluar el horror, esa angustia sincera, un encogerse de hombros y una risa que liberan. Incluso hizo reír y llorar a TROTSKY.
La crisis política de nuestros días no es más importante que la crisis turca de 1822, cuando William Blake escribía el Cordero. Los hombres solo se acordarán del Cordero al fin y al cabo. CAMUS, con su historia “de compromiso”, tal vez quiso transformar la literatura en propaganda.
En lo que a mí respecta, solo me acuerdo de Robinson… solo me acuerdo del Doctor que, al alba, orina en el Sena… Yo mismo, solo soy un viejo marino, no hago política, ni siquiera voto.
Adiós, pobre atormentado, mi doctor.
1.-Jack Kerouac, La vie est d´hommage, Les Éditions du Boréal, Canadá, 2016.
Traducción: Hugo Savino
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