Inmersión en el Silicon Valley. Ritornelo 6

por Carolina Di Palma


Estamos en Googlepx. Google es una ciudad. Llegamos con el Caltrain Train hasta Montaine View. Ahí esperamos un bus con vidrios negros que nos lleva al campus. No son públicos, no son privados, nadie sabe, bah, nosotros sí, son sponsors chinos. Si Apple era grande, Google supera ampliamente la magnitud del espacio físico. Pero, como se sabe, Apple está construyendo el Apple 2, un gran edificio circular con árboles frutales alrededor.
Pero esa será otra historia: seguimos con Google. Llegamos a Montaine View, a la estación de tren, y nos ponemos a conversar un security mexicano. Primero hablamos en inglés y luego, cuando se da cuenta de nuestro idioma, nos dice, “yo hablo español”. Oh, le decimos, mucho mejor. Él nos dice cómo ir hacia la “ciudad”. Le pido fuego y me dice que no fuma. Comienzo mi recorrido por los locales de la estación buscando “light” pero nadie fuma, ya nadie fuma acá, sólo fuman los pobres. Sin embargo, cinco minutos después escucho un: ¡Caro! Era el guardia mexicano, me había conseguido fuego y nos ponemos a hablar.
“California era mexicana, y la vendió en el 1800 el presidente de ese momento a los Estados Unidos para que no lo matasen. Vendió California, Nuevo México y Texas. Luego de hacer la venta lo mataron igual”.  Hay comunidades mexicanas e hispanas, por ejemplo en el East of Palo Alto, el norte es rico. Nosotros vivimos en una comunidad filipina, cerca de Niles donde hizo sus primeras películas Charles Chaplin”. Esperamos mientras el bondi a Google, vemos que pasan otros que dicen Linkedin y Mozilla. El mexicano nos cuenta que un sueldo básico de “electrónico” es de 1200 dólares.
Tomamos el colectivo. Emprendemos nuestro viaje hacia Google. Avenidas y más de, al menos, 48 sedes de Google, pasando por Ezra Univesity, Iridex, Evolve, On live, Amaronth y el Museo de la historia de la computadora. Vemos muchos pinos, campo arado, gente corriendo con ropa deportiva, un montón de bares, y edificios con números.  En cada edificio bicicletas con los colores de Google, rojas, amarillas, verdes. Las pueden usar los empleados para ir de un lugar a otro. Dentro vemos gimnasios, la gente corre dentro de sus empleos mirando en lugar de televisiones, pantallas Apple.
Vamos hacia el anfiteatro y no nos dejan pasar, es privado, vemos desde afuera, una gran pantalla con las búsquedas de Google, escaleras con leds y colores y el Androide bulding. La gente anda en bici con auriculares hablando hacia el horizonte. Vemos robots, monstruos robots y los dibujitos de Androide reales. Vemos un piano blanco con un sistema de grabación de música y auriculares. Los empleados pueden llevar sus perros, jugar al voley, nadar, jugar al pool, cortarse el pelo, tener energía con paneles solares, tomar bebidas gratis, reciclar comida y jugar cuando quieran.
Nos cansamos después de caminar y volvemos a tomarnos el colectivo. Los empleados salen de las oficinas como hormigas. Hay tráfico. Paramos en el bar Tetsuwan Atom café y leemos. Le pusieron Googleplex por el número 10 a la 10 y a la 100. Un gúgol es un uno seguido de cien ceros, o lo que es lo mismo, en notación científica, uno por diez a la cien:1 2

1 gúgol = 10100 =

= 10 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000
Escrito en el sistema binario ocupa 333 bits.  El gúgol no es de particular importancia en lasmatemáticas y tampoco tiene usos prácticos. Kasner lo creó para ilustrar la diferencia entre un número inimaginablemente grande y el infinito, y a veces es usado de esta manera en la enseñanza de las matemáticas.
Cuando fue nombrado en 1938, el gúgol era indudablemente grande, y desde un punto de vista físico, un gúgol es mayor que el número de átomos de hidrógeno en el Universo conocido. Sin embargo, con la invención de computadoras y algoritmos rápidos, el cálculo de números del tamaño de un gúgol se ha convertido en rutina. Originalmente significaba «un uno, seguido de ceros hasta que te canses de escribir»
Además Google se inspiró en una historia radial del 70 que trata de un androide paranoico, un robogfgt que sufre depresión y un presidente de la galaxia que da la orden para destruir la tierra sin percatarse lo que estaba firmando porque pensó que firmaba un autógrafo.

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