Imágenes de nuestra escritura // Luchino Sívori

No basta con cuestionar los contenidos de los enfoques tradicionales para liberarse del tipo de teologismo sobre el que éstos se fundan. Para hacerlo es necesario penetrar y minar sus supuestos epistemológicos de base”.

 

(E. Palti, El tiempo de la política. El siglo XIX reconsiderado, 2007, p. 258).


   Sin ánimos de señalar a nadie, se propone hacer un ejercicio de escritura distinto, en el que el protagonista o motivo central de la nota no sea el autor ni su opinión en relación a algún tema candente de actualidad. La idea es recuperar aquello que algunos narrativistas como Paul Ricoeur o Hyden White llamaban “estructura profunda” de los relatos en las ciencias sociales, es decir, los tropos usualmente utilizados en los textos escritos para hablar, describir, explicar y prescribir nuestra idea de realidad -social, política, económica, etc.- De esta manera, poniendo el énfasis en la retórica de los relatos, podremos -o, al menos, intentaremos hacerlo- visibilizar los “actos de prefiguración” conceptuales de los actos lingüísticos más influyentes hoy en nuestros círculos, confirmando su naturaleza de “artefacto”, techné.

    El método, en primera instancia, es formalista, y su objetivo no será decidir si la obra de determinado autor o autora es un relato mejor que otro, o más correcto; más bien, intentará identificar los componentes estructurales de tales relatos, señalando la “coherencia específica” interna de cada discurso escrito. Las implicaciones que esto tiene en términos epistemológicos, es decir, en relación al conocimiento y su elaboración, más allá de la taxonomía y el análisis del discurso, puede muy bien ella misma ser producto de un deseo; sin embargo

 

Si se pudiese demostrar que aquello que resulta de la escritura actual es sólo una de una serie de perspectivas posibles de la teoría sociológica y política (…) mediante un textualismo radical, lograríamos volver los argumentos relativistas contra sí mismos. Hecho esto, se descubre entonces que somos libres de concebir la Historia corno nos plazca, bastando, pues, con nuestra voluntad de ver la Historia desde una perspectiva “anti-irónica” o cínica para trascender el punto de vista del agnosticismo como la única forma “realista” de ver el mundo” 

(Hayden White, Metahistoria, 1973).

    

   Así, la intención final de este artículo no es simplemente señalar presuntos mecanismos subyacentes en la articulación de las problematizaciones actuales -es decir, objetos de estudio por parte de autores y autoras contemporánexs-, sino, y sobre todo, enfatizar sobre su dimensión inventiva. El hecho, por otra parte, de únicamente identificar en pequeñas menciones aquellos tropos-imágenes no es casual: intencionalmente, se propone dejar libre al lector para que él mismo interprete las figuras retóricas, elementos diferenciales y generadores de sentido, etc. de los textos seleccionados hacia donde desee llevarlas: Insuficiencias, correlaciones, huellas, puntos nodales, objetos sublimes…

 

   Las citas que se mencionan a continuación son probablemente “lo más influyente”, en términos de views, en el mundillo del activismo progresista argentino actual. Como se verá, no cuentan con los nombres de sus autores/autoras, por la sencilla razón de que no consideramos que sea necesario esa especificación para el tipo de análisis que se propone. Son sus textos, y no las personas que los escriben, lo que nos interesa observar. 

 

  1.  

. “La irrealidad total, buscada o no, de ciertos estilos de cine es seductora, pero produce cierto malestar. La más fuerte de las realidades nos seduce un momento, pero finalmente puede dejarnos con ganas de más. Un film como “Vivir su vida” nos arrastra constantemente hasta los límites de lo abstracto, luego hacia los límites de lo concreto, y es seguramente ese movimiento lo que genera la emoción”.

 

El péndulo, el intersticio: La idea de “concordia”, mestizaje. El equilibrio en el término medio.

 

2.

. “El autor no dice lo que hay que pensar, sino que da que pensar (…) Me interesa un medio vivo, que se cuestione, que se pregunte, que esté en búsqueda y a la escucha”.

La fórmula de la duda y el cuestionamiento constante, la del pensamiento en base a preguntas. La curiosidad siempre insaciable, los “oídos bien atentos, los ojos bien abiertos”.

 

3

. “Hay muchas formas de vivir. Existen los que no quieren enterarse de que vivir es habitar la incertidumbre y que vivir es sin garantías. Eso conduce más bien a la inhibición y a la parálisis -que incluso muchas veces se disfrazan de un exceso de actividad- y no ahorra padecimiento porque, justamente, esas garantías no existen”. 

El elogio de la incertidumbre, de lo incierto, del inconsciente. Aquello que prioriza el “caos” frente a la respuesta positivista.

 

4

. “Leer a la derecha es leer los libros y artículos que publican pero también mirar un poco más allá de lo que nosotros creemos que es la derecha, identificar corrientes, tensiones internas y lógicas de acción”. 

Aquél que “ve riqueza”, productividad, allí donde el resto sólo percibe superficialidad, quietud. El que ensancha las miras.  

 

5

. “Si queremos escuchar la verdad que se habla en una institución, no debemos ir a las oficinas, ni a las aulas, sino al pasillo, como bien se sabe. Porque en los entres respira el ánimo, lo que le pasa a lo vivo con/ante/en el orden de la producción. El ánimo, que no es lo que hacemos sino lo que nos pasa con lo que hacemos, como dice H. Bergson, es improgramable de antemano, y difícilmente convertido en signo instantáneo. El ánimo respira en los entres de modos diversos: se alienta, llora, suspira reflexivo, rumorea, gime de placer, grita, ríe expandido… Expresiones orgánicas de lo viviente en cuanto tal, en su dimensión no codificada”.

Las sinestesias que describen lo vincular, la interrelación de los acontecimientos y las subjetividades, el enjambre, intersticios, red abierta de causas y efectos. Rizoma.

 

6

“La excitación no termina con el displacer. Se termina “en”, no “con”; es decir, el displacer se revela como causa. El placer no causa nada, más bien regula y adormece. Nos planteamos la pregunta por el goce, en cambio, cuando nos preguntamos por el displacer como causa. Por ejemplo, ¿por qué dos personas siguen juntas si pelean todo el día?

La conciencia resuelve fácil el problema del goce. Lo renombra. Dice: “Es una relación tóxica”. O bien propone motivos aptos para la conciencia y agrega: es por seguridad, por comodidad, etc.”

La perspectiva, la distancia sobre el objeto, el trípode que eleva la focalización y el plano de los hechos. Neutralidad de la definición que redefine. Los dos puntos, el texto expositivo.

 

7

. “Una política del deseo apunta a dislocar la subjetivación capitalista, racializante y colonial. Frente al colapso y la precarización total de la existencia, hay vidas que no soportan desestabilizarse y otras que sí, o porque se encuentran en campos relacionales donde se produce una sinergia colectiva para hacerlo posible o porque tienen más fuerza vital. Las primeras, buscarán reaccionar aferrándose al estado de cosas existente, intentando conservar su forma de existencia actual ante la amenaza de la pérdida total de referencias. Esto es la política del deseo reactiva. Mientras que otras vidas, al experimentar en el cuerpo la desestabilización que le produce el actual estado de cosas, hacen lugar a la germinación de los embriones de futuro que lo habitan frente a los efectos de las fuerzas del presente”.

 

El mundo de los afectos, el deseo, la pulsión, los cuerpos… el lenguaje psicoanalítico literario, las energías del cuidado y la atención, lo somático. El síntoma.

 

8

. “Auxilio Lacouture dice que, después de la hecatombe, “la poesía no desaparecerá. Su no-poder se hará visible de otra manera”. ¿Me hablarías acerca de este “no-poder”?

“Eso es porque no puede ser poseído. Es como la naturaleza: un poder que no muere y que continúa transformándose perpetuamente. En términos de poesía, puedes hacer uso de ella, puedes escribir un poema, pero no puedes poseerla. La forma en que la gente escucha la poesía, la forma en que expresa la poesía, cambia de generación en generación y de poeta en poeta. Y la manera en que la naturaleza se nos presenta tampoco deja de cambiar, en términos de cómo la tratamos, o en términos del azar o de Dios. Creo que hay algo sólido y a la vez elusivo en todo esto”.

Lo innombrable, inefable, aquello que “no se puede decir o cooptar con palabras”. El significante enemigo, la categoría imposible, lo etéreo. Lo sublime, lo real lacaniano.

 

9

. “En el neoliberalismo, el capitalismo se vuelve un gobierno de las almas, un productor de subjetividad. No captura subjetividades que ya están ahí, también las produce. Produce determinados imperativos, produce ciertas maneras de relacionarse con el tiempo, con la sexualidad, con el amor, con el deseo, en relación con la competencia con los otros y con uno mismo”.

La biopolítica, lo subjetivo por sobre lo material, el adentro hacia afuera, lo interno. Constructivismo afectivo. 

 

10

. “Las formas de vida contemporáneas atestiguan la disolución del concepto de «pueblo» y de la renovada pertinencia del concepto de «multitud». Estrellas fijas del gran debate del siglo XVII, y, hallándose en el origen de una buena parte de nuestro léxico ético-político, estos dos conceptos se sitúan en las antípodas el uno del otro. El «pueblo» es de naturaleza centrípeta, converge en una voluntad general, es el interfaz o el reflejo del Estado; la «multitud» es plural, huye de la unidad política, no firma pactos con el soberano, no porque no le relegue derechos, sino porque es reacia a la obediencia, porque tiene inclinación a ciertas formas de democracia no representativa. En la multitud, Hobbes verá el mayor peligro para el aparato del Estado («Los ciudadanos, cuando se rebelan contra el estado, representan a la multitud contra el pueblo”.

 

Polarización, dualidad, dialéctica, contrapuestos. Alicia al otro lado del espejo. Antagonismos, dicotomías.

 

11

. “Muchas luchas no persiguen objetivos materiales o siquiera simbólicos, sino sobre todo sensibles. Abrimos una herida, contagiamos un estupor, rechazamos una percepción o sostenemos una intensidad”.

Así como hay dualidad, hay trinomio. No dos, sino tres: lo sensible, lo material y lo simbólico. La santa trinidad. Tesis, antitesis: síntesis. Principio, desarrollo, final.

 

12

. “Este texto no pretende ser un análisis de la serie El juego del calamar, sino solo un comentario marginal, a partir de un detalle presente en los primeros capítulos. En el capítulo 2 hay una –no tan sutil– referencia a Lacan. Sobre un escritorio hay un libro –en coreano– que el subtítulo señala como «Teoría del deseo». No hay un libro de Lacan llamado «Teoría del deseo», por lo que, seguramente, se trata de una traducción del Seminario VI: El deseo y su interpretación. Ahora bien, ¿qué sentido puede tener dicho objeto? Una asociación, más menos libre, me lleva por el siguiente camino”.

El discurso que piensa connotativamente. Ve signos, señales por doquier. Todo está allí debajo, entre líneas, en diagonal, en los márgenes. Lo que es -realmente- se desenmascara, se desvela, se limpia de su lenguaje encriptado, no figurado.

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