Apenas pasado el mediodía se escuchó el veredicto por el crimen de la activista travesti. El TOC Nº4 condenó a Gabriel Marino a prisión perpetua por el «homicidio triplemente agravado por odio de género, por violencia de género y por el vínculo». ¿Qué significa este fallo? ¿Por qué no se utilizó la palabra travesticidio? Aquí una crónica de la jornada y los testimonios posteriores de Luciana Sánchez (abogada de la familia), Gabriela Conder (abogada de La Gremial y militante feminista) y Nora Cortiñas, que desatendió el reposo que le habían indicado para estar presente en esta sentencia histórica. (Por Colectivo de Medios de Comunicación Popular*)
Eran las 9:30 y por el palacio de Tribunales empezaban a circular militantes de la diversidad sexual, trans, familiares y amistades de Diana. En el 6º piso, unas 150 personas, que con el paso del tiempo se convirtieron en muchas más, esperábamos ansiosas una sentencia favorable. Un televisor era nuestro interlocutor, aunque hasta las 10:20 solo mostraba tres sillas vacías. La sala es tan pequeña que solo consiguen ingresar un puñado de personas, tal vez unas 50. Varias nos quedamos afuera, aunque adentro del Palacio de Justicia, en el mismo 6º piso. Los pasillos siempre solemnes esta vez parecen un bondi hacia el centro en hora pico. A las 11:00, luego de las réplicas y de que el asesino Marino se negara a utilizar su derecho a las últimas palabras, se ordena un cuarto intermedio hasta las 12:00.
Se hace larga la hora, pero llega. Y un grupito más de periodistas conseguimos ingresar a la sala para quedarnos parados y amuchados en un costado. Solo faltan algunos familiares. En voces bajas se oye una frase ya célebre que resuena en buena parte de las noticias que acompañamos: «Falta Nora, esperen que viene Nora». Entonces entra Say Sacayán -hermano de Diana- de la mano de Norita Cortiñas. Se sientan en la fila de adelante. Quedan frente al juez que, segundos después, como si efectivamente la estuvieran esperando, empieza a leer el veredicto. Marino mueve su pie sin parar ni un segundo. Algunos ojos cerrados apuntan al cielo como pidiéndole a quien sea algo de justicia. Manos apretadas entre familiares y amistades. Llantos que todavía no se definen entre la tristeza o la justicia.
Florencia Guimaraes, referente travesti, durante la radio abierta. |
Las primeras certezas de que el Poder Judicial, por una vez al menos, va a ser justo, afloran cuando el juez dice: «coautor penalmente responsable del crimen triplemente agravado por odio a la identidad de género». Hasta ahí alcanzamos a escuchar. Desde entonces, mientras el juez sigue hablando, todo son lágrimas, sonrisas, más lágrimas y abrazos insoltables. La emoción de la familia, de las compañeras trans, de amistades de Diana, son imposibles de dimensionar.
Con un breve delay, unos 15″ después de que festejamos adentro, se escuchan los gritos de afuera. Canciones del estilo: «Oleolé/Oleolá/Oleolé/Oleolá/lo dijo Lohana y Sacayán/al calabozo no volvemos nunca más». La furia trans a pleno. El encuentro del adentro con el afuera es también emocionante. Largos abrazos. Los besos de Say a Norita que se repiten.
Allí pudimos entablar los primeros diálogos que ayudan a entender el carácter histórico de la sentencia. «Es una emoción muy fuerte. Mucho dolor. Tengo la sensación de que se hizo un poco de justicia y la alegría de que se reconozca a Diana. Es una figura enorme, una compañera que nos dio tanto. Aunque sea de esta forma, es increíble poder devolverle mínimamente algo de lo que nos dio», dijo Luciana Sánchez, la abogada de la familia, en diálogo con integrantes del Colectivo de Medios. «Esperamos que a partir de este caso, cuando se juzguen otros homicidios de compañeras travestis y trans no les va a ser posible a los jueces y a las juezas ignorar que existe el odio a una persona por su identidad de género. Van a tener que abordarlo. Esperamos que los fundamentos sean sólidos para que esto pueda sentar un precedente y pueda ser reconocido. Que no sea un caso excepcional sino que se reconozca la gravedad del travesticidio como un problema social».
La integrante de la Gremial de Abogados, Gabriela «Chiqui» Conder, no podía ocultar su alegría por lo que implica jurídicamente la sentencia: «Estamos haciendo historia. Los jueces dijeron que fue por unanimidad por el inciso 4, un crimen de odio por su identidad de género, y por el inciso 11. Vamos a tener una sentencia por travesticidio aunque los jueces no digan travesticidio. Esto es histórico a nivel mundial. Van a estar obligados a utilizar el término travesticidio que es lo que estamos pidiendo».
Sánchez fue en la misma línea y explicó por qué aunque no se mencione el término travesticidio, puede considerarse que la condena fue travesticidio: «El Tribunal tiene un lenguaje técnico. Tiene la obligación de hacerlo de una determinada manera para que sea legal. Si ellos hubieran dicho travesticidio se abría la posibilidad de que se impugne la sentencia. Fueron muy correctos en todo el juicio. El 6 vamos tener unos fundamentos muy potentes. Ahí, en esos fundamentos, hay más margen para dar unas palabras que tengan más que ver con lo que sucedió realmente. Es casi ineludible decir travesticidio. Es importante que no fue solo el odio a la identidad de género lo que se reconoció sino también el inciso 11: el derecho que tienen todas las mujeres trans y travestis a vivir una vida libre de violencia de género. Matar a una travesti o a una mujer trans también es un femicidio e involucra la violencia de género. Fue una gran sentencia y va a ser un gran fallo con muy buenos argumentos. Ahora hay que sostenerlos. El Código Penal reconoce el odio a la identidad de género en el inciso cuarto. No dice ni travesticidio, ni femicidio, ni violación. Tiene que ver con que el lenguaje de la ley no siempre refleja el lenguaje popular», graficó. Conder citó además a la escritora Audre Geraldine Lorde: «Yo soy una pesimista. Hay una escritora negra que dijo que con las herramientas del amo no se destruye la casa del amo. Nosotros tenemos estas pequeñas conquistas, pero tengamos en cuenta el odio de clase que hay. Tenemos que estar atentos y atentas a que son conquistas, pero tenemos que cambiar este sistema. Las cosas se pueden cambiar. Estamos abriendo algunas puertas».
Entre las centenares de personas que asistieron a la sentencia y participaron antes y después de una radio abierta en la plaza frente al Palacio de Tribunales, estaba la infaltable Nora Cortiñas. La referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora arrastra en uno de sus pies, cansados pero a la vez inagotables, un fuerte dolor. Su médico le dijo la semana pasada que debía recomendarle algo que sabía no cumpliría: reposo. Norita fue parte de la jornada y resaltó el acompañamiento en las calles como una herramienta esencial en estos casos: «La movilización popular y la expresión en la calle tuvo mucho que ver en esta sentencia. Es lo que tenemos que seguir haciendo. Este fallo hay que seguir fortaleciéndolo para que estos crímenes no se vuelvan a repetir. Este día, la justicia estuvo de parte de estas víctimas. Estos delitos tan graves ya no tienen que pasar más. Hoy es un día especial, para recordar. Tenemos que seguir insistiendo en pedir justicia y tenemos que seguir haciendo fuerza para que los fallos sean justos». Si ella lo dice, habrá que estar ahí para acompañarla.
*La Retaguardia, FM La Caterva, FM Riachuelo, Agencia Paco Urondo, Sur Capitalino, ANCAP.