Hipnovampiros coloniales // Acción Sabandija

El poder no esconde nada,

La resistencia tampoco.

 

Mirar al horizonte.

Mirar Europa.

Mirada única.

 

La comisión nacional de monumentos, de lugares, y de bienes históricos decretó en Noviembre del año pasado (2019) el número 769 para decirnos lo siguiente:

 

“Que entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, importantes ciudades de américa latina decidieron cambiar su paisaje urbano, siguiendo la tendencia de las ciudades europeas, y tomando como paradigma a la ciudad de París, ya que la república francesa dominaba el horizonte cultural de la época.”

 

Ojos hipnotizados

Estatuas zombies.

Almas sustraidas

Fijezas mirando hacia otro lado.

Cultura disconforme con lo que es.

Disconformidad que sabe de un Todo, siempre en otra parte.

Fundamento origen. Paraíso Europeo.

Nunca acá, siempre en otro lado.

Lejos está la fuerza. Separadxs de lo que podemos.

 

Artistas callejeros

 

Colmillos llenos y sedientos a la vez.

Nunca alcanza. Es la llenitud del Capital, un movimiento que se muerde la cola.

Disconformidad no moviente.

 

Disputar la calle.

Dibujar monumentos animados.

Hacer movible lo estático.

Se pide y se busca romper con las representaciones; también artísticas, políticas, y del sentido.

Se pinta con telas, con hojas, con ideas, con cartones, con palos, y con sogas.

Se hace teatro con objetos, con cadenas, con pinturas, con pinceles.

Se grafitea con conversaciones, adrenalinas, previas, entrenamientos, arneses.

La escena es toda. Se hace teatro con la vida.

Se dobla.

Se vive yendo a levantar una escena.

Empujando toneladas de historia.

 

Una nueva Tierra.

Una nueva cultura,

Una nueva suavidad,

Una nueva forma de hacer arte,

Y política.

Efímera.

 

El pueblo convocado por el lenguaje del arte. Construido desde las sensaciones.

Crear pueblo para liberarnos de territorios dominados por formas de poder miserables.

 

No vamos en busca de un nuevo ideal, sino de algo que quede a salvo del modelo mayoritario.

Y ahí, sin llenar, ni capturar, ni cambiar figuritas, ni poner otro fundamento, ni lograr plantar bandera.

Sin ismos ni logías.

Una verdadera manera de evitar hacer colonias.

 

Condición de posibilidad de cualquier proyecto subalterno.

No solo ser conscientes de la subordinación, sino preguntarse cuáles son las líneas de salida.

 

No es la realización de la propuesta dominante.

No es saber lo que somos, sino más bien la pregunta por lo que somos cuando no estamos colonizados.

Esa pregunta se abre por la vía de la creación.

 

El pueblo por venir.

El pueblo tomado en sus múltiples miradas.

Ojos desorbitados.

Una convocatoria a la singularización.

 

Sigue el decreto:

“Que el modelo urbanístico a seguir estaba dominado por la apertura de grandes avenidas, y la construcción de extensos parques y jardines destinados al disfrute público y a la higiene ambiental, producto de la influencia de los proyectos del Barón Georges Eugène HAUSSMANN, que por encargo de NAPOLEÓN III, transformaron la imagen de la ciudad de París como símbolo del triunfo de la burguesía, la pujanza económica y la modernidad.”

 

Hay movimientos que se dan la luz del día: se instalan decretos que modelan la vida.

Hay gigantes incrustados en el medio de donde vivimos, sentimos, amamos, comemos, circulamos.

 

Sentir ajena la calle.

Sentir que el barrio no te pertenece.

Las calles son del Estado, del fundamento, de la norma, de la policía, de los horarios, de los agentes de tránsito, de los chalecos amarillos, de las restricciones.

Dueños de todo, rindiendo culto a la foto, a lo fijo, a los monumentos.

Colonialismo.

Adormecimiento.

Es también el territorio metiéndose en el pensamiento.

Nos hacen cosas.

 

 

Más del decreto:

 

“Que los Estados latinoamericanos emularon estos conceptos importando proyectos, profesionales, equipamiento y obras de arte, destinados al ornato de edificios y espacios públicos.

 

Que el arte público de una Nación es fruto de este proceso histórico en el que los monumentos y esculturas se comportan como elementos referenciales y son un instrumento de propaganda de las nuevas ideas y de los regímenes que las llevaron adelante.”

 

Alerta de Diego Sztulwark:*

 

“El modo de apropiación de la tierra, de ocupar el espacio, no determina solamente una potencia de repartición y posesión del suelo, sino que es un acto jurídico fundador de derecho.

 

Ocupar la tierra implica, a la larga, la concreción de vallados y cercados, ordenamientos que dan lugar a formas de poder y de dominio públicamente visibles.

 

La normalización de un paisaje de la crueldad resulta inseparable de la disminución de los umbrales de empatía indispensables.

La macro política de la desposesión depende de su capacidad micro de inducir una general desensibilización frente al sufrimiento de otros.”

 

Por eso pide:

“Extenderse en las calles, desbordar regulaciones, interrumpir automatismos, poblar la tierra”.

 

Si la disputa está en las calles.

Si la modalidad de reclamo y marchas ya sabíamos que había caducado pero todavía las hacíamos como nostalgia de un pasado que no queremos soltar.

Tenemos que inventar otros modos de tomar las calles, de ganar su confianza, de creer en ellas.

Modos más silenciosos, menos ruidosos, en el medio de la noche.

El horario en que el aparato productivo deja de estar solicitado por la máquina social. Instituciones cerradas, jornada laboral terminada, medios callados.

Recuperar los momentos donde no funciona la convocatoria a la productividad. No estamos obligados a actuar al ritmo que la sociedad, colón, y los fundamentos de hacia dónde hay que mirar nos piden.

 

Recuperar un silencio.

Recuperar un vacío,

Se disputa de una manera extraña, sobre un plano inmaterial.

Se defiende algo que nunca quiere ser fijado. Se defiende un espacio siempre a llenar, una voz siempre a ocupar.

Necesitamos tener monumentos desiertos.

 

Un poco más de este inconsciente colonial hecho decreto:

“Que plantean al ciudadano los ideales o mentalidades de aquellos que los erigieron al ser una referencia paradigmática con la que se “construye una historia” y tienen además una finalidad pedagógica y una capacidad de recordación intencional que influye por sus símbolos y alegorías y por su emplazamiento en el imaginario urbano.”

 

Paisaje urbano, tendencia europea.

La tierra micro colonial penetrando en la mentalidad de los ciudadanos.

 

Dice Diego siguiendo a Suely: “El inconsciente colonial identifica toda desestabilización como una amenaza, y tiende a aferrarse a la identidad: perfila así el sujeto modélico de las políticas neoliberales.”

 

Tenemos vergüenza.

Vulnerabilidad, fragilidad.

Debilidad común.

Introyectamos miedo, imaginamos de entrada lo que no, lo bloqueado.

Así nos separamos de lo que podemos.  

 

La vergüenza de esas estructuras de cotidianeidad.

La vergüenza es la que nos lleva a accionar, a escribir. Al desplazamiento

El indio construido por el colonizador es patético decorado de estados coloniales.

 

La india y el indio inacabado es lo que resiste a la colonización bajo modos que no se saben cuáles son.

Lo inacabado versus las formas.

 

El conato que tiene que sostenerse en el vértigo de no saber qué.

No tener nada que decir y haber querido expresarlo.

 

Una convers-acción: palabras, escenas, pinturas, imágenes.

Una verdadera semiótica.

 

Más de 500 años de fracasos.

Necesitamos volver a la tierra,

Revolver entre cosas para que entren en diferentes secuencias de narr-acción.

Componer con los fragmentos del arte y de la política, otros sentidos.

 

Una nueva suavidad,

Necesitamos acciones pararrayos para mostrar, contar, gritar, disfrazar, rayar (no sin dolor, no sin peligros).

 

Micropolíticas que son macro.

Parece que no se ven pero hay contagios.

Como las raíces de la tierra, a las que queremos volver; pero no para retornar, sino para renovarla.

Una conexión mágica, concreta, misteriosa y material.

 

Está acción sí se anima a salir a la superficie.

Brotes trepando por monumentos.

Muestra el arriba de toda práctica micropolítica.

Nos devuelven lo macro, las creencias.

 

Atletas pararrayos.

Artistas antenas.

Captan la fatiga generalizada de disputar algo que tiene que ser vaciado cada vez.

Captan la fatiga que ofrecen las variadas góndolas pasivas del Capital.

Esa fatiga no es una común vulnerabilidad, ni siquiera puede ser llamada común.

 

Captan un nuevo concepto

Un concepto que nace de la acción.

Una acción que nace del dolor, de la sensibilidad, de la vergüenza.

Una necesidad.

Algo que no se quiere más.

Nace del dolor de un colonialismo molecular, invisible, representado por los decretos, por la calle, por los hábitos, por los lugares que circulamos, por hacia donde miramos sin saber por qué.

 

Un colonialismo ideológico.

 

Mirar a Europa,

Mirar a hacia ‘allá’,

Siempre en otro lado.

El problema no está en fantasear mirando el horizonte, sino en estar alejado de lo que se puede.

El problema es que la felicidad, la potencia, la expresividad, o las fuerzas, siempre están en otra parte. Nunca acá.

 

Ojos animados.

Para dejar de ser solo títeres movidos por los hilos de la ciudad tomada.

Formas sutiles de domesticación.

Funcionan porque pensamos y sentimos con los ojos dibujados y los colmillos saciados.

 

Esta acción vuelve de la superficie con los ojos llorosos, y los tímpanos perforados, con la panza llena, pero no de plusvalía.

Otra saciedad; que no implique el encadenamiento de otras fuerzas.

La saciedad por cuidar lo que nunca hay que llenar.

 

Mirar a Europa.

Tener cosas.

Salir de la matrix faloeuropea es darse cuenta de que lo que estás persiguiendo no era lo que querías.

¡Que peligro!

Quedar a merced de armar y buscar las palabras, las cosas, los sentidos.

 

Spinoza alertaba:

Si el humano cree que nace libre porque siempre sabe lo que quiere, porque siempre sabe hacia dónde mira; el problema de eso no es que sea falso, sino que no sabe porque mira hacia donde mira.

Tenemos conciencia de lo que miramos y nos sentimos libres.

Tenemos los ojos dibujados.

No sabemos qué hace que miremos hacia algunos lados.

 

Última del decreto:

“Que el desarrollo de esta tendencia fue el puntapié inicial de una larga tradición de implantación de esculturas en lugares públicos, que tuvo lugar en todo el territorio nacional.”

 

Esclavos de nuestra ignorancia a través de miradas dirigidas, ignoramos las razones que nos hacen querer algo.

 

Esta acción nos pide multiplicar la mirada, volverla loca, infinita, con más vueltas, todavía más animada.

Mirada esquizo que nos enseña que la vista no se puede fijar.

Mirada mareada que necesita de no saber para donde ver.

Desquiciar la mirada. .

Darle aire.

Devolverle vida.

Animarla.

Necesidad de un proceso de descolonización para poder volver a mirar

 

Intervención invitación.

Una manera de no ser colonial, de hacerse responsable de los riesgos de no ser colonial.

El único peligro que no se quiere tomar es el de la pasividad del no hacer, el de la fatiga. Esa complicidad con lo insensible que nos viene a buscar cada noche.

No queremos ser más esta humanidad implica también una relación de no indiferencia con lo que no se puede más.

 

Acción efímera.

Un deseo que sabe de lo que no puede jamás capturar.

Un deseo que sabe más que la mirada de cristóbal.

Un deseo que sabe de su carácter impermanente.

No so lo puede hacer monumento, ni estatua.

Necesidad de volver moviente lo fijo.

Desfijarlo, desapropiarlo de sus imágenes.

 

La propiedad habla el lenguaje de la permanencia.

Si se quiere discutir la propiedad, tenemos que pagar cuentas con lo efímero, mirar de frente lo impermanente, vérsela con lo que tiene múltiples entradas y salidas.

 

Última alerta y salida de Diego:

“El poder del medio ambiente como espacio de los desvíos, contra las fijezas de las estructuras y estatuas.”

 

Sutilezas de la micro y macro política

 

No queremos traducir ni explicar.

El poder no esconde.

Nada se define por su contrario

La Nueva tierra actúa sigilosa

 

*Libro: “La ofensiva sensible, neoliberalismo, populismo y el reverso de lo político”

4 Comments

  1. Dibujar monumentos animados
    Tomar las calles
    Tomar el riesgo
    Hacerlas desierto
    Convertirlas en espacio para crear
    En lienzo
    En lanza
    En propósito

    ¡Gracias por esto! Les quiero con el corazón.

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