«Guerra biológica propiamente dicha» e «Infrasonidos» // William S. Burroughs

 El letal virus Naga está a disposición de quien lo quiera. Nadie sabe cómo se transmite, y eso le otorga una ventaja que todos los virus saben aprovechar. Inmunizas a los tuyos y sueltas el virus. Luego haces lo mismo con otro… y con otro… hasta convertir el mundo en un lugar seguro para la gente de tu ralea. No, no hace falta inventarse algo de ciencia ficción: con los clásicos de siempre se puede llegar muy lejos…el cólera, la fiebre tifoidea, la hepatitis. Fue el general Hepatitis el que detuvo a Rommel en el norte de África durante la Segunda Guerra Mundial. Hay caricaturas que muestran al general Barro y a los generales Montañas. Si recuerdo correctamente, fue el general Barro el que tenía que detener a Hitler en Polonia, pero no combatió demasiado bien.

Remesas de garrapatas portadoras de fiebre moteada de las Montañas Rocosas, piojos con tifus, y por supuesto hay que ir también a por la mejor: la viruela australiana, que sale reforzada de las vacunas. O supongamos que se pudiera acelerar el proceso. En vez de espaciar los síntomas durante una semana, se comprimen en cuestión de horas. Gente inflándose de cánceres y pudriéndose de lepra galopante en los trenes suburbanos… Y ahora les presentamos dos prometedores recién llegados que merecen su atención… fáciles y baratos de producir… materiales plenamente disponibles: los infrasonidos por infrasonidos y la RLO: la ocasión la pintan calva.

INFRASONIDOS

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Este arma se describe con detalle en El trabajo, publicado originalmente por la editorial neoyorquina Grove Press. Toma anuncio. Los infrasonidos son sonidos a una frecuencia por debajo del nivel de la audición humana que introducen vibraciones en cualquier obstáculo sólido, incluido el cuerpo humano. El profesor Gavreau, descubridor de esta arma tan innovadora, dice que su instalación, que parece un enorme silbato policial de cinco metros de largo, puede matar a ocho kilómetros a la redonda… derribar paredes, romper ventanas y disparar todas las alarmas antirroba a muchos kilómetros a la redonda. Su aparato está patentado y cualquiera puede obtener una copia de los planos previo pago de doscientos francos en la oficina de patentes. Así pues, ¿Por qué conformarse con ser un francotirador de tres al cuarto?

Extraido de Manual revisado del Boy Scouts

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