El acto de esta en la Legislatura convocado por la candidata a vice de Milei es evidentemente negacionista. La dinámica de lucha social y política que alcanzó la Argentina durante los años setentas -incluyendo una dimensión armada organizada- se dirigía a transformar una realidad que se imponía por medios violentos. Las Fuerzas Armadas como brazo armado de un bloque de poder constituyeron un Estado Terrorista para liquidar la fisonomía de una clase obrera combativa y una juventud militante. El Terrorismo de Estado (investigado, documentado y sancionado) fue la forma jurídica, política y militar de la lucha contra-insurgente pero también de la reestructuración neoliberal de la argentina. La restauración de la teoría de los dos demonios que el acto de hoy anuncia es mentirosa hasta en el hecho que ni siquiera en la retórica hay simetría alguna entre los «dos bando» (base de lo que llaman “memoria completa”). Porque en el campo de las luchas sociales la memoria ha sido y es un ejercicio crítico, y no una reivindicación idiota y congelada (como sucede con los nostálgicos del Estado Terrorista). Ni miedo, ni olvido, ni confusión. Derrotar políticamente al negacionismo todas las veces que haga falta es una condición de posibilidad de las más elementales formas de convivencia social.
PEDRO ROSEMBLAT ES UN HOLOGRAMA // Francisca Lysionek
Publicada originalmente en el blog Victorica Es pertinente que la IA nos