Diego Valeriano no existe. No da la cara. Escribe en el blog Lobo Suelto y es autor del libro “Eduqué a mi hija para una invasión zombie”. Valeriano no es heterónimo de nadie: simplemente algo le late y no es su corazón. Entonces pone palabras ante esos síntomas vitales, que por lo general aparecen ante la potencia de los reventados. Se recomienda bajar el volumen de la moral para escuchar este episodio.