Entrevista a Manuel Quaranta // Eugenia Arpesella

Manuel Quaranta (Rosario, 1979) es licenciado en Filosofía, magister en Literatura Argentina y profesor titular de la carrera de Bellas Artes en la Universidad Nacional de Rosario. Es crítico de arte, cine y literatura, y escribe ensayos y crítica cultural en Infobae, Revista Polvo, El Flasherito y Otra Parte. Publicó las novelas La muerte de Manuel Quaranta (Baltasara Editora, 2015), La fuga del tiempo (Gogol, 2021) y el Diario de Islandia (Casagrande, 2021). Escribió además el prólogo de Literatura frente al mercado y el Estado (Casagrande, 2020), un libro en el que se recopilan algunas de las entrevistas realizadas por Nancy Giampaolo a escritores argentinos para el canal de Youtube de Encuentro Itinerante, plataforma en la que Quaranta también participa con reportajes a figuras de la cultura nacional. Este año dictó en Rosario el curso La filosofía y sus límites, en el Centro Cultural Fontanarrosa, allí trabajó “la transformación que se produjo en la praxis filosófica a partir de la incorporación de materiales ajenos al quehacer filosófico”. En agosto realizó junto a Wladimir Ojeda la muestra Crisis, en Galería La toma, en la cual abordaron, con distintos soportes, la relación entre lo personal y lo político.

 

 

Te movés en varios frentes del campo cultural, ¿Cuál sería tu espacio de referencia?

Es un lugar común en estos tiempos, pero a mí me interesa trabajar en los bordes, de lo literario, de lo artístico, de lo filosófico. No puedo pensarme, a pesar de mi formación académica, como filósofo, no puedo pensarme, a pesar de mi trabajo literario, como escritor, tampoco puedo hacerlo como artista, crítico, ensayista o curador. Me muevo siempre en un límite, cuando siento que estoy a punto de convertirme en algo concreto, doy un paso al costado. En ese sentido, me convoca la lógica del recién llegado, el que llega a un lugar y no conoce a nadie, no sabe bien cómo actuar, una especie de desubicado permanente. Me gusta cultivar esa figura, quizás porque considero que una clasificación tajante me haría perder cualquier tipo de deseo. No soy tonto, también sospecho de mí mismo, ¿no será que todo este procedimiento lo practico para no hacerme cargo?, pero ¿de qué? ¿De madurar? ¿De hacer lo que corresponde? ¿Del compromiso?

 

Algunos de tus últimos trabajos los hiciste con Encuentro Itinerante, ¿cómo llegaste? ¿De qué se trata la propuesta?

Encuentro Itinerante es un espacio abierto en el que naturalmente se fueron incorporando actores a quienes convocaban inquietudes similares. En su momento la corrección política y la cultura de la cancelación, pero luego el panorama se fue ampliando. Nancy Giampaolo empezó con las entrevistas que tuvieron mucha repercusión (Alan Pauls, Martín Kohan, Ariana Harwicz), de hecho se publicó un libro con algunas de ellas. Yo conocí el proyecto de casualidad y terminé incursionando en el rol de entrevistador. Hice cuatro o cinco entrevistas. Al principio me costó, aunque después de alguna manera le fui tomando la mano. Por eso no las hice más. Le tomé la mano y listo. Más allá de la broma, es un género que me gusta, sobre todo porque es más complicado entrevistar que ser entrevistado. Encuentro Itinerante en ese sentido me abrió una puerta para agregar una veta a mi práctica. Con su creador, Tomás Trapé, nos conocimos en septiembre del 2020, cuando la pandemia todavía hacía estragos, nos reunimos virtualmente una tarde y sin demasiados remilgos me preguntó qué quería. La gran pregunta de mi vida. Y así surgió la primera entrevista a Mariano Llinás. Después nos fuimos acercando cada vez más con otros proyectos, como el de los cursos virtuales. El primero de la serie lo dio Alexandra Kohan, y la verdad fue increíble lo que generó entre los participantes. Ahora estoy preparando uno titulado “Los límites de la percepción”.

 

¿Sobre qué es?

Quiero indagar, plantado en la filosofía, aunque trabajando sobre material literario, artístico y cinematográfico, el modo en que percibimos, por qué miramos como miramos, por qué le pedimos a una película acción, que no sea lenta, por qué le reclamamos a una novela que tenga personajes creíbles, que la trama progrese, por qué nos incomoda cuando no entendemos una obra. Para decirlo en una palabra, vamos a trabajar la idea de que la percepción nunca es neutra, eso que parece ser nuestra relación inmediata con el mundo, en realidad, es una construcción que se lleva a cabo durante toda la vida sin que lo advirtamos del todo.

 

 

* A mediados de septiembre Manuel Quaranta, a través la plataforma Encuentro Itinerante, va dar el curso online Los límites de la percepción, donde abordará críticamente el fenómeno perceptivo desde distintas disciplinas, filosofía, arte, literatura y cine. La pregunta fundamental del recorrido es, ¿cómo desnaturalizar una percepción? Tendrá lugar los sábados 17 y 24 septiembre, y 1 y 8 de octubre de 11 a 13. 

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