El Macrismo avanza en la cultura // Lxs hastiadxs de macriteatro

El fenómeno cultural “microteatro” expulsa con la policía a quienes “hacen política”

El pasado 24 de marzo, después de ir a la Plaza de Mayo a manifestarnos en contra de la prisión domiciliaria de los genocidas de la última dictadura militar, fuimos a ver una obra a Microteatro. Llevábamos encima las cosas que traíamos de la plaza: unos globos negros que decían “son treinta mil” y pancartas pidiendo la liberación de lxs presxs políticxs que todavía hoy sin condena están privadxs de su libertad por pertenecer a la oposición.

Cuando estábamos intentando sacar las entradas, el personal del teatro nos comunicó que no podíamos entrar con esos elementos ya que, citamos textualmente, en Microteatro “no se hace política”. En protesta por esto, empezamos a gritar: “30.000 compañerxs desaparecidxs presentes, ahora y siempre” lo que provocó que uno de los responsables llamara a la policía para echarnos. No hizo falta esperar, nos fuimos masticando bronca. Las funciones continuaron esa noche con total normalidad.

Al día siguiente, unx de nosotrxs publicó en Facebook lo que había sucedido, llamando a la reflexión a todo el campo cultural de la Ciudad de Buenos Aires sobre la gravísima situación que habíamos vivido. No solamente por esta pretensión ridícula de hacer del teatro un espacio libre de conflictos sociales, una burbuja donde lo único que circula es entretenimiento, cerveza artesanal y dinero, sino también por la continuidad de aquella consigna que rezaba, en los peores días de nuestra historia: “no te metas o llamamos a la policía”. Un nuevo capítulo de negacionismo en la cultura porteña.

En respuesta a esto, por mensaje privado, el dueño de Microteatro nos dijo que el equipo estaba a favor de las consignas de memoria, verdad y justicia y que lamentaba el hecho. Le pedimos que si había algo que decir al respecto lo hiciera de modo público y dos días después publicó el siguiente comunicado desde la página del emprendimiento cultural:

“Microteatro Buenos Aires desea pedir públicamente disculpas por los inconvenientes provocados la noche del 24 de marzo a un grupo de espectadores que concurrió luego de la marcha en Plaza de Mayo, convocada por organizaciones de derechos humanos, para recordar el inicio de la dictadura genocida de 1976, en el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Todos los que hacemos Microteatro compartimos los principios de verdad, justicia y memoria que animaron la convocatoria y lamentamos que, por un error de interpretación de nuestro equipo, dicha emotiva celebración no pudo culminar pacíficamente en nuestro establecimiento”.

Queremos en principio dejar subrayado que el único que llama a lo que sucedió “error de interpretación” es el dueño, que no estaba en el lugar cuando intentaron echarnos con la fuerza pública. Para nosotrxs lo que sucedió fue censura. Fuimos impedidxs de estar en un establecimiento cultural, el 24 de marzo de 2018, porque las inscripciones que llevábamos en nuestra ropa y carteles colisionaron de frente con la política del lugar de excluirse de las tensiones existentes en nuestra sociedad, cuestión que sólo es posible a fuerza de dejar a una parte de nosotrxs fuera del establecimiento.

Nos resulta provocadora la idea de que “no se pudo culminar pacíficamente”, como si no hubiera nada que decir sobre el llamado que hicieron a la Policía de la Ciudad para que custodiara la frontera del establecimiento. Tampoco entendemos, a la luz de lo que sucedió, qué es exactamente lo que celebran de modo emotivo ni cómo puede ser que estando todos tan de acuerdo con las políticas de memoria, verdad y justicia no hizo falta más que “un error de interpretación”, para ser expulsadxs.

A raíz de esto: hacemos un llamamiento urgente al campo teatral porteño: actualmente estamos viviendo un proceso acelerado y grave. Se trata del avance llamativo del macrismo / neoliberalismo dentro de nuestro propio campo de praxis. Lo que ocurrió en Microteatro es una emergencia de una situación más general, frente a la cual necesitamos construir una respuesta contundente y colectiva, porque entendemos que lo que pasó tiene una dimensión política insoslayable. Entendámonos: hablamos del macrismo o del neoliberalismo no solamente como una economía política, es decir, como una macropolítica, sino entendido como una micropolítica: como una política de los afectos, imágenes, representaciones, hábitos. El neoliberalismo / macrismo como un dispositivo micropolítico de codificación y organización de la potencia de los cuerpos, como movimiento cultural global. ¿Qué vamos a hacer los artistas escénicos con respecto a esto? ¿Qué les pasa a nuestros cuerpos cuando echan a unxs compañerxs de un establecimiento teatral, amenazándolos con la policía? ¿Qué acciones se organizan alrededor de un hecho así? ¿Qué pensamientos insurreccionales se despiertan, que no sea esa dulce aceptación de la derrota a la que estamos acostumbrados?

¿Qué pasa con el teatro empresarial? ¿Qué pasa con esos dispositivos de cooptación? ¿Qué pasa con el teatro entendido como uno más de los dispositivos de formateo de la subjetividad normalizante? ¿No vamos a decir nada sobre todo lo que pasa, sobre las luchas de las que formamos y no formamos parte? ¿Qué pasó en los últimos 40 años que ahora se consolida como nunca un teatro mercantilizado que ofrece las más obvias representaciones cristalizadas de la cultura y que expulsa compañerxs por razones políticas, un 24 de marzo, en un clima de absoluta normalidad? ¿De qué gesto insurrecto somos capaces contra todo lo que está mal hoy?

Invitamos a todos lxs compañerxs del campo teatral, actores, directoras, vestuaristas, escenógrafos, iluminadoras, gestores y dramaturgas, hacedores de lo escénico, a que compartan este comunicado como si fuera propio, a fin de desparramar este debate hasta donde sea necesario, para que podamos pensar esto juntos.

Libertad a Milagro Sala y todxs lxs presxs políticxs del régimen Macrista.

30000 compañerxs detenidxs desaparecidxs, presentes.

Ahora y siempre.

Lxs hastiadxs de macriteatro

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