Más leo los diarios, más pienso en Simón Radowitzky, punto por punto, otra cosa. Kiev, 1891, luego soviet de Petrogrado, 1905. Familia judía, rebelde de los pogroms zaristas. Inmigrante en 1908. A sus 18 años se erige en contra cara del jefe policial del Gobierno de Alcorta, coronel masacrador Ramón L. Falcón, al servicio de Sarmiento en la guerra contra las montoneras de López Jordan en Entre Rios, vinculado al general Roca en la campaña del desierto y sanguinario represor de huelgas obreras. «Mártir de burguesía argentina», lo llama Viñas. Simón, en cambio, ante la guerra, anarquista. Luego de prolongada prisión, a las órdenes de Durruti, destaca en el Ebro. Los diarios de estos días, entonces: Gaza, Cali. Lo más lejano y lo más cercano. «El Mesías no viene sólo como Redentor, viene también como vencedor del anticristo», escribía Walter Benjamin. Digo, para los que les gusta la teología.
Ignacio Lewkowicz, el pensamiento como presentificación
Un pensamiento laico, que no cree en Dios -mejor digamos no tiene