Dialéctica del sí (o negación de la negación) // Lucía Naser

estamos en momentos donde saber a qué decir que no, ya no nos alcanza:

necesitamos algún sí.

que la prioridad pueda ser asomarse a agradecerle a este sol

cambiar purismos y certezas por la generosidad que desata la identificación de una urgencia (que no se conjuga sólo en primera persona),

abrazar a una amiga o pasar el día escribiendo poesía de esa que construye mundos moviendo un poco a este,

de escuchar canciones, de pasar el tiempo pensando juntes,

de sentir y sentir como antídoto a este odio cáustico y fosilizante que quiere meterse por todos los orificios y ventanas,

de no tener miedo al jipismo, al utopismo, a la pasión, que el nihilismo neoliberal ha dejado tan mal paradas,

de practicar el “y si..”; de imaginar y especular: en el presente nuestras principales  armas políticas.

de confiar en el cuerpo y en la intuición. de darle duro a la telepatía y al sexo. de darle espacio y aire al deseo, que no se nos ahogue en impotencia o depresión.

de pensar bien qué decimos y que nos decimos, sin que gane el miedo a hablar,

de meternos los diagnósticos en el orto,

de habitar el silencio cuando abrumadas pasamos días sin saber qué decir,

de dejar salir la voz aún en medio del desconcierto, aún cuando suene bajita en medio de tanto ruido, aún cuando tiemble por la conmoción en la tripa y el nudo en la garganta,

de des-sofocarnos a puro baile y beso, a puro cualquier-cosa-que-nos-reencuentre-con -estar-vivas,

de robarle todo a los saqueadores y a los padres fundadores,

de ofrendar algo,

de hacer una pausa y usar cualquier técnica – meditación, taichi, grito a lo loco, 10 vueltas a la manzana, catarsis psicobioenergética, terrorismo en el jardín, avistamiento de ovnis, inyección de corticoides, cocina compulsiva, desmesura de color – cada vez que nos invadan esas ganas de ceder al “¿sabes qué? ya fueee!!! que se vaya todo bien a la mierda” (¿te suena?),

de repreguntarnos cómo volvemos al amor un proyecto seductor, otra vez. de hacer de la guerra al fascismo un proceso creativo,

de sacar fuerzas del nada (o poco) que perder,

de abandonar la política de lo sensible y cultivar como se pueda una sensibilidad para la política, que sin ser idealista, esteticista, perfeccionista, masiva, efectivista, mainstream o evidentemente dotada de un gran poder, SEA.   

quisiera poder llegarle a quienes desean al fascismo

desearía que la escalada de violencia fuera reversible

que al ver los niveles de odio en la sangre del mundo fueramos capaces de multiplicar un antídoto y no sentir que es más tonto el que menos odia

nos juntamos a hablar de poesía pero no esa poesía escapista que tapa de lírica el experiencia del mundo sino una poesía que forma mundos, que nos cambia la forma de ver, que nos cambia

las charlas de arte no pueden pasar por alto que la distribución de lo sensible está organizándose en batallones y trincheras

el deseo de muerte no es nada nuevo entre les humanes

el sexo la muerte y la vida están unidas en

y es cierto que te dan ganas de mandar todo a la mierda

y dejar de discutir de que ley o qué cuota

de no creer más en lo poco que creías en la política

estas mismas redes sociales son las que hicieron expandirse el odio

hoy la pregunta es si ciertos canales son reversibles y podemos infiltrar por ellxs los venenos que maten a este gran tóxico o si meternos en ellos es estar cada vezmás adentro y hay que salirse ya

es un momento en que ya no basta con saber a que decir que no, tenemos que tener algún si

necesitamos algún si como al aire mismo

pasar del guetto contemporáneo a robarles todo a los saqueadores

facebook solo es dialogo entre convecidxs

el grito se desangra en la frontera… o ya está acá

 

* Pintura de Giuseppe Mariotti

 

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.