El discurso de la derecha pasó al acto. Atacar de este modo a Cristina, intentar asesinarla, supone el cruce de un límite inadmisible. Juegan con lo incalculable. Resulta imposible permanecer ajenos. Como sabemos bien, lo fundamental ahora es poner en juego respuestas masivas a la altura de la violencia fascista que han puesto en circulación.
Tras la apariencia de la “locura”, actúa el “método”: un tipo de violencia que aterroriza. No es solo la difusión de “discursos de odio”, es sobre todo una articulación política específica. No se trata, por tanto, solo de contraponerle el “amor”. Tenemos por delante el desafío de crear una serie de actos de fuerza para desactivar una máquina fascista que en nuestro país tiene su historia y su evolución propia. Difícil imaginar otro sitio para comenzar a responder lo de ayer que no sean las plazas y en las calles. Y desde ahí, sí, desde esa presencia colectiva, habrá que enfrentar esa articulación política fascista en cada rincón, en cada conciencia, en cada partícula del lenguaje.
Nada que agregar Diego. Está casi todo dicho ahí en tu pequeña columna. Igual cabe pensar un poco más como seguimos. Tengo algunas ideas pero no soy escritor. Decile por favor que despliegue algo aquí sobre el tema a tu amiga Lila María Feldman. Sigan así.