Derecho a la pregunta // Diego Sztulwark

¿Qué aporta el columnismo político de este domingo caluroso a la comprensión de lo sucedido durante la ultima semana? En una entrevista radial que le realizaron el lunes pasado, el profesor Alejandro Horowicz daba una clave importante al emplear el términos “negación” para referirse a la actitud celebratoria del gobierno. El mismo término es usado hoy en un sentido completamente empobrecido por el columnista de La nación Morales Solá. Si el primero llamaba “negación” a la ostensible distancia observable entre un grupo gobernante destejando su propia sobrevivencia y la magnitud de la crisis social que deja a las mayorías populares sin motivo de alegrías, el segundo, en cambio, se limita al trivial señalamiento de la carencia de señales de sometimiento del gobierno a los reclamos y las formas de la oposición. En El cohete a la luna podemos leer -incluso si lo hacemos entre lineas- que en el gobierno hay acuerdo interno para avanzar en negociaciones para el pago de la deuda. Ese acuerdo, según se informa, supondría de todas formas una fuerte disputa política, ya que el dinero para pagar no surgiría de un ajuste en el gasto de jubilaciones ni de obra publica sino de una baja de subsidios de tarifas por servicios a sectores pudientes y de una confrontación con AEA. Siempre según lo que allí se informa, el espacio de maniobra que el oficialismo precisa para llevar a cabo un programa semejante, supone un nivel altísimo de movilización popular, del cual la marcha a la Plaza de mayo del miércoles pasado debería ser vista sólo como un inicio. Si estas es la mejor lectura posible de las intenciones del oficialismo es inevitable plantear algunas preguntas elementales: ¿es realista pensar que este tipo de movilizaciones constituye una base suficiente de respaldo para el tipo de un enfrentamiento real que incluso un objetivo tan módico y pagador supone? Una vez que comprendemos que la reducción de la política a mera contención social además de injusta se vuelve en este contexto impracticable: ¿no es preciso otro tipo de militancia, de organización y de conceptos para sostener una experiencia de confrontación política, si se pretende ir mas allá del decorado? Una foto publicada hoy en El Cohete a la luna (El máximo dirigente del sindicato UPCN entrando el miércoles a la plaza) vale, al respecto, mas que mil palabras.

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