por el Instituto de Investigación y Experimentación Política
“Y le creen a esa basura del Mocase. ¿Encima sabes qué te dicen? ‘Estamos apoyados por Zamora y por Cristina¢. Nosotros los vamos a hacer cagar matando, si quiere ponga ahí. A mi me han cansado de robar los animales. ¿Quieren vivir de arriba? Eso vamos a terminar, nosotros estamos armados. ¡Eso no va más!².
Estas y otras amenazas fueron proferidas por el terrateniente santiagueño Américo Argentino Argibay el pasado viernes 12 de septiembre. La imperdible y peligrosa sarta de fanfarronadas quedaron registradas en un video de tres minutos que explicita los deseos y fantasmas más o menos ocultos de buena parte del empresariado argentino:
El altercado tuvo lugar en la localidad de La Tinajas, Departamento de Juan Felipe Ibarra, 200 kilómetro al este de Santiago del Estero, cuando una delegación de inspectores provinciales certificaron las reiteradas denuncias presentadas por el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE), organización que acusa a Argibay y otros empresarios por el cercamiento y desmonte ilegal de importantes extensiones de tierra pertenecientes a comunidades campesinas.
En el climax de esta performance de prepotencia y supuesta indignación, exactamente en el minuto tres del documento audiovisual, el terrateniente saca de su bolsillo un revólver y dispara al aire, mientras exclama: “¿Y usted que filma? Le voy a decir a cualquiera yo lo que estoy diciendo. ¡Estoy podrido! Capaz que sea del MOCASE. Los voy a hacer mierda, con esto los voy a cagar matando mira. ¡Les voy a reventar la cabeza!².
Las imágenes fueron presentadas por Deolinda Carrizo en el Encuentro de la Red de Experimentación Política (www.iiep.com.ar/material.php?id=49), celebrado en la Universidad Nacional de Río Cuarto los días 12 y 13 de septiembre con el objetivo de discutir la emergencia de un nuevo tipo de conflicto social que viene provocando un aumento sostenido de los niveles de violencia en los territorios. Más conocida como “Deo², la vocera del Mocase propuso interpretar el incidente en continuidad con los asesinatos de los campesinos Cristian Ferreyra (el 16 de noviembre de 2011) y de Miguel Galván (10 de octubre de 2012), reflejados por el cortometraje Toda esa sangre en el monte (www.revistacrisis.com.ar/toda-esta-sangre-en-el-monte,138.html).
La conflictividad rural ha ido creciendo en intensidad de manera sostenida durante los últimos 15 años, a la par de la expansión de la frontera agropecuaria generada por el boom de los commodities. La rentabilidad extraordinaria de estos rubros orientados a la exportación, con la estrella sojera como abanderada, ha provocado una nueva ola de colonización de territorios que durante todo el siglo XX fueron considerados periféricos. En muchas regiones los pobladores resisten la apropiación, pero hay zonas donde las organizaciones campesinas consiguen visibilizar sus luchas gracias a la complejidad y madurez de sus estrategias políticas y comunicacionales. Es precisamente en estas situaciones donde el conflicto se presenta de forma más descarnada. Y no se avisoran soluciones por parte de las instituciones existentes.
Américo Argentino Argibay, más conocido como Raco, es un empresario forestal y ganadero que reclama para sí la propiedad de 1800 hectáreas de monte nativo habitadas por varias familias campesinas que viven allí hace décadas. De confirmarse esta apropiación sus posesiones superarían las 40 mil hectáreas. Raco es, por otra parte, delegado del Ministerio de la Producción que comanda Luis Gelid, de quien recibió herramientas y financiamiento para construir depósitos de agua en la reseca región.
Gelid ha sido cuestionado en diferentes oportunidades por las comunidades del Mocase debido a su entusiasta apoyo al desarrollo sojero en la Provincia. En el video, Argibay lo nombra por su apodo “Parano” cuando grita: “Vamos a terminar, vamos a sacarnos las caretas.Yo no lo puedo encontrar a Parano para decirle che, ¿es cierto que vos lo bancás al Mocase? ¡Sos un atorrante de mierda!”. El acting interpretado por el terrateniente muestra el resquebrajamiento del maciso bloque favorable a los agronegocios, del que disfrutaron hasta hace poco los empresarios y que causó la muerte de los dos campesinos antes mencionados. Las fuerzas de seguridad, la justicia y la mayoría de las instituciones locales suelen defender los intereses y las versiones empresariales, permitiendo incluso la existencia de verdaderas bandas para-estatales a su servicio.
En la misma zona del chaco santiagueño opera el terrateniente Jorge Cura, cuyo historial de impunidad le ha permitido acaparar tierras fiscales a través de presuntas compras de posesiones. Para conseguir las aproximadamente 150 mil hectáreas con que cuenta hoy, Cura coordinó el desalojo de más de cien familias con topadoras que arrasaron ranchos de ancianos, matanza de cabras e incendio de vacas de las familias que se oponían. Dentro de las tierras que se agenció como propiedad privada aún es posible detectar la presencia de relaciones feudales, pagándole con vales el trabajo a los hacheros para que cambien por mercadería en su almacén del pueblo Las Tinajas.
Mientras tanto, las comunidades de San Martín, San Cristóbal, Las Tabianitas, San Eduardo, San José, Santa Rita, Mayuska, Staile, lote 105 y otras alrededor de Yuchan, defienden con ahínco el territorio común. Numerosas denuncias fueron presentadas en el Juzgado de 5ta Nominación, ante la Dirección Provincial de Bosques y ante el Comité de Emergencia. En respuesta a este accionar permanente los inspectores se apersonaron el pasado viernes y realizaron la constatación de las denuncias presentadas por las familias del MOCASE contra Américo Argibay, el cual tenía 5000 metros de leña cortadas de manera ilegal (como quedó reflejado en una foto registrada el mismo viernes). Para los campesinos la destrucción del monte nativo no sólo es un perjuicio que repercute en sus actividades económicas; se trata de una estocada al corazón de su proyecto de vida.
El próximo 3 de noviembre dará inicio el juicio oral y público contra los asesinos del campesino Cristian Ferreyra en la Cámara Criminal y Correccional de primera nominación, cita en la ciudad capital de Santiago del Estero. Se espera la condena efectiva de Jorge Ciccioli, empresario sindicado como autor intelectual del hecho quien actualmente se encuentra detenido, y del sicario que ejecutó la orden.
Pero el Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) invita a ir mas allá, y propone convertir este juicio en una plataforma pública de debate sobre las consecuencias sociales del crecimiento sin límites de los agrobussines, principal rubro productivo del modelo neodesarrollista vigente.
Durante todo el mes de noviembre tendremos la oportunidad de compartir, en la puerta de los tribunales santiagueños, un balance crítico sobre el poder económico en la Argentina y sobre la necesidad de impulsar una nueva generación de derechos sociales, en función de la imprescindible democratización de la tierra y los bienes comunes. En estos nuevos escenarios de movilización callejera e institucional quizás comiencen a cocinarse los sentidos y el horizonte de las luchas que vendrán, en la incierta etapa política que se abre.
***
La mar en coche entrevistó a Deo Carrizo, integrante del Movimiento Campesino de Santiago del Estero.